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TRABAJO

P lNTED IN SPAIN
-- LOS CUATRO EVANGELIOS
-~~~~~~~~=------
OBRAS DE EMILIO ZOLA
de oenta en e1ta Ca1a Edc torial

Naná
L' Assom ,wir
Teresa 7(,aqu fn
2
" tomos

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TRABAJO POft
Los Misterios de J..Icu·seL!a 1 »
La Debacle • • • • 2 »
Lourdes.
Roma
2 » EMILIO ZOLA
2 ))

París 2 »
Fecundidad . 2 )) TRA DtJ í,C I C N
Trabajo. 2 ))

Verdad • 2 »
J)l
Epistolario . 1 »
Sidonio y lvfede1 tco . 1 ))
LEOPOLDO ALAS (CLARÍN)
Vlrgenes y cocottes [ ))

La confesión de Claudia . 1 ))
Cuarta edicJ6a
A orillas del mar [ ))

El capitán Burle. 1 »
Naida Mico/in . l »
La voluntad de una mue;·ta l ~
Santiago Damour . 1 ))
'lOMO SI:OUNDO
La fiesta de Coqueville
Sin trabajo . • •
1
1
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)>

CAS~ EDITORIAL MAUCCI


Grao Medalla de oro en las Expos1ciones
~e Viena I C)OJ, MadriJ 1907, Bud.a.pest 1907 T Gru Premio
en la de Buenos A-ires 1910
Calle do h1allor4'a, 166.-BARCF.lONA
TRABAJO
LlllRO SEGUN DQ

!S PROP IEDAD D.B LA CAiA EOlTORIAL M'A UCCJ ll.l

Pocos dfa.s dcspuée obo encuentro acabó de ~


tenellrccer á Luca.s: Bajaba del horno alt.o con Don•
naire y pasaron delunt.o de los .hornot de La.nge. FJ
alfarero se había obstinado en no deja.r el estrecho
terreno quo se le abandonaba en la pendiente pefl.a..s·
COSil y que h\b!a rodeado ue una pa.rec.l de piedra 11i.n
argamasa. En vano Lucas había querido Ucva.rlo con·
sigo ofreciéndole dirigir la fabricación de criaoles que
había tenido que crear. Langa querla seguir libre, sm
Dios ni amo como él dec!a.. Continu.a..ba, pues, n el
fondo de su sah·ajo agujero fabricando ca.charrer!n or·
lNl . INv , , r U dinaria, las mannitas, pucheros y bu.rre.ños que luego
SOC. GESCHit:[ EN: S paseaba en un carricoche por los mercados y las !~
AMSTERDAM ria.s de l:lii aldeas vecinas. El tirabn; la Descalza run·
pUJaba. Y aquella tarJo volv!an de unn de sus .Icur·
1\0 Y:,OS_j siones cuando L11c~ y Bop.,¡la,¡co Ueg~;,1,g 4i !a llucrt.A
Qf'J el'i n Lo
EIIP"i't ~:z,....

....¿ Qu& tal; ta.nge ?-prGg wttó crudJ.alments el pri~ '! bar&a enma.rai1a.do~ cual maleza., era, en el fonddi
lnero.-¿ Qué tal marcha el comercio? de una in.fini ta dulzura runo rosa.
-Siempre bastante hiM para que el pa.n. n() talle; De repente añadió, con au franqueza bruta.!, volvién·
•efior Lucu. Ya sabe ustod que es todo lo que pido, do~e á Lu,ca.s á quiell afectaba tratar como á u.n camar
En efecto, no p~a sus pucheros más que cuanJo rada'
el pan faltaba. Y lo demás del tiempo se entrcgaLa. -Y vamos á ver, ¿eso de la !elicida.d do todos, pa·
á sus trabajos de alfarería que no eran para la. V<.'ll· reco que no marcha bien? Por lo ~i.sto no qu!ercn .ser
ta; horas y . h~rM los mir~a con ojos soñadores, co felices en la forma que usted p1de, ~sos tmbécllt'8
mo poeta rustico cuya pas1ón ora dar vida á las co- que consienten en encerr:use e,n su. convento de us--
sas. Hasta l os objetos groseros que fabricaba, las ollas ted.
! barreños mostraban c.ierta g~aciosa. s~ncillez, pure-- Hablaba á lo socarrón· o.sf embromaba. a Lucas siem·
~a de líneas, ~a ~rac1a senc1Ua y arroganle. Il1jo pre que le encontraba, ~on motivo de la tenlaliva. .de
del pueLlo, por mslinlo había dado cun la prinutn a comunista tourierista de la Crécherie. Lucas no btzo
belle~a popular, esa belleza del humilde oLjeto d·>· JlláS que sonreir y Lange añadió:
m~tico, ~e nace de las proporcionos pérfcctas y do -Se me figura que antes de seis meses se vendt~
la adap~c1ón absoluta al uso á que se d~slina. usleu con nosotros, con los anarqu.i!!tas... Se lo reo
lmpre.11~na.ba esta belleza á Luca.s quo c.x:::unioaLa. pito una vez más, todo está podrido, no hay más que
algunas . plela.s no vendidas, dentro del carro. Y la echar P.Or tierra_ la vieja_ sociedad, á. fuerza de l>om•
pr~enCia de la Descalza, la buena moza morena t.ar1 bas.
hermosa., con sus miembros finos do comLatien~ su Bonnaire, que hasta entonces ha.bfa callado, inter-
seno pequen? y. duro de guerw.ra, le llona.ba tamhién vino de pronto 1
de una ll.drrura.c1ón mezclada de asombro. -1 Oh, á fuerza de bombas, qué imbecilidad 1
:. :~ -Eh, l qué tal ?-añadió dirigiéndose á. ella ·-del>~ El colectivista puro, no estaba. por los atentado$',
\4e ser trabajoso empujar todo el día. ' por la propaganda por el hecho, aunque creía en la
:Mas ella, criatura sil~nciosa., no hizo má.s que son~ necesidad de una revolución general y violenta.
reu con aus gra.udes OJos de salvaje_ mientras el al· -¿Cómo imbecilidad ?~xclamó Lange ofendido.--..
farero respondía por ella 1 ¿ Cree usted que si no se preparan los burgueses vues-
--:1 Bah 1 se descansa á la sombra, ' la orilla del tra famosa «socialización» de los instrumentos del tr.IJI
cammo cuando &e encuentra una fuQllte ... ¿Verdad &s.. bajo vendrá nunca? Lo iml>écil es vuestro CU.JJÍ!.alh-
calza, que no vamos mal, que somos felices? ' mo disfrazado. Comenzad por destruirlo todo para LOCOnE·
d Habla vuelto. ella .hacia él los ojos que se llt;naron truirlo todo.
e una adoraclón Sl.D. límites, cual si fuera el sedo Continuaron, en lucha la anarquía. del uno con el
todopodero~ y ~ueno, el salvador, a1 dios. z: colectivismo del otro, y Luca.s ya no tuvo má3 I&
. Lu~o, sm decu una palabra aca.l>ó de Blll • Jlledio que oirlos. Tan lejos estaba. Langa de Bonnaio~
t1a dentro el carricoche y lo ~locó bajo un pu6artiha.- re, como éste de Lu.cas. Oyéndoles, se les hubiera
Lange le había seguido con una mirada de r;ro~unzdo~ creído por la aspereza. y malignidad de la disputa hom..
ternura. Hacía á veces como que la. tratab bres de razas diferentes, enemigos se<:ula.res dispues·
deza, como vagabunda reco ida en ~ con ru-
fomad~ quería se~uir siendo~ Pero ya~rac~n~Í ~~~ tos á devorarse sin a.cuerdo posiLle. Y, sin embargo,
la. misma felicidad para todos los seres, so juntaban
a que a con paSJ ón que no conf b • en el mismo objeto t la justicia, la pa.z, el tr.1bajo r 'Or•
bajo au aspecto de hiJ·o d ald esa ~ que ocultaba
homl-· ·n ¡., e oano zafio todavía Este ganizado, dando el pan y la akgria á todot~ . 1Pero qué
~- _tt_r~lMO !~~H..OJlCho, ~O cq.bq.;~ ~WJA.rad'l: do. >C!Q WX lg~vl!h gu,ó o.W.o ªgr ·vo, ,mQrla.l ~ r&~~
..:.e::::.¡
- g ~ ...
se trataba de entouderse a.cerc.a. de lo.s medios 1 A lo
tendían. Después, e~ cuanto estuv.o solo s_e 1~ e:;c&-
largo deJ camino tan arduo dol progreso había, i cada
alto, e.ntre los hermanos en marcha, todos inflll.Dlados pó aquel grito que sm casar: hench1a su corazón e
-1 Si es que no aman¡ s1 amasen, todo ~ fe<:unda--
del nusmo d.es~o de emancipación, batallas sa.ngricn·
tas por la Slmple cuestión de sabor si se había de rfa, todo brotaría, triunfando bajo el soll
echar por la derecha ó por la izquiw:da. También Morfam le daba quó pensar. En vano ha.-
bia querido civiliza.tle un poco h~i~dole abandonar
-Y después de todo, cada. cual es dueii.o de sí mis·
Jno-acabó por declarar Lange.-Adorm~zcase usted si su agujero de roca p~a ~a Ja.r á V1 V1I en ~a de. la~
casi tas claras de la Crechene. El maestro fundidor s1ern
place, camarada, en su nicho de burgués. Yo só bien
lo ~e debo ha. er ..,.. Y la cosa marcha, marcha¡ los
pro se había negado con obstinación con el prelcx:·
~gahtos, la~ marrrutu pequ( ilas que iremos á depo- to de que allá arriba. est.a.lJa rnás cerca de su traba·
jo siempre alerta. Lucas se entregaba. á él co~plcla.·
Sitar el meJor día en casa del su,b Prefecto del al·
ealde, del prcsident6, del cura ¿no es así Dcacalza? m~nlc le d<.•j:tba diri"ir el horno alto que funcwnaha
Famosa excursión. ¡ Je 1 1Je 1 '¡La tal maÍíana 1 1con
á la. 'antigua, cspcr~do las baterías do .los hornos
qué gusto empujaremos la ca.rrt:ta 1 eléctricos, el empeño que seguía Jordán s1~ ~sarse
nunca. Pero la causa verdadera do la obstinación de
La arrogante buena moza había vuelto al umbral Mor!ain en no b.tja.r á vivir entre los homb1:es que po·
do!lde s~ destacaba soLcruna y escuJtórica entre 1~ blaban la ciudad nueva era el desdén,. casi odio. que
fOJ~ arctllas ~el cercado. Otra vez brillaron sus ojos,· le inspiraban. El, el Vukano de los tiempos pnnut.L-
soun.ó como s1erv a que se ha. 6llti'ega.do, dispuesta ~
&eguu á su dueño hasta el crimen. vos el conquistador del tuego, el obrero apla.sta.do des·
-Está ~n el ajo, camara.da.-añadió Langa con tono
pué's por la larga esclavitud, da.ndo su es_fuerzo couw
brusco y tierno.-.Mo ayud3t. héroe resignado, acabando por ~a.r la. son_lhrfa g~~·
deza del presidio á. que el destino le ~wrullaba, lrn·
Lucas Y Bonnaire ae fueron, no enfacla.doe aunque táhase ante esta fábrica cuyos obro1os iban á ser s~
no se entendían. Y caminaron u.n rato en ' sile ·
Luego el obrero sintió necesidad de volver á su~~.:::;: ñores, avaros de s113 brazos, r~mpla.zados por má.qw·
gun;tentos ~e proba.r una. vez mis 9:Ue no había sa.I- nas que niños guiarían pronto. Aqucll.o le parecía pe-
vactón PO<alble fuera d~ la fe colee ti \'Ísta. Conden:.tba queño, miserable¡ aquel afá..n de suinr lo m.enos po·
sible, de no batirse más con el fu.ego y el hier.ro. No
A loe anarqwstls como á los fourieristas · á t-stos . comprendía siquiera¡ se e.ncogia de hombros, SlD una
porque no se apodera.ba.n inmediatamente del Ccl ital'.
á los otros porque lo suprimían ,·iolcnta.mente. / Lu~ palabra en los largos silencios que guard..J>a dura.nle
e~ pen~aba otra vez .que la reconciliación no era ')· días enteros. Y muy solo, muy orgulloso seguía al
1nble mas que en la c1Ud·1d fundada al r· d 1 costado de su monta.iia, reinando sobre el horno ~Ito,
das las ta • m, cuan o to.
lizado ys¡c nos ~~b <1:P acaran ante el sueño común rca.·
1 dominando la fábrica, que cu:1.lro veces cada vm,nU•
cua.tw horas coronaban de lla.ru.L3 las sangrías br.Lan·
se habría llegado r::; f~pduta.s dsobre el mejor carninv,·
f m c~a o por todos y la tes. d • r·
ratema! reinada. ¡Pero qué inmoital inqu· t d paz Otro motivo además causaba e1 enia.do e .u1or :n.n
aaba el largo camino .. te u 1e ctt u- contra estos tiempos 11uovos de que no qu1 ria_ saber¡
y qué temor ten! a de ~~ ~~osseh!~~ ~o d recorrer,· cuyo soplo ni siqwera. había rozado su rui.l pH:I .cur.
unos á otroa en su marcha 1 u cVOl'é.l.rse tida. por el lmbaJO, y ahora el corazó~ de ~.ste la.cIlt:.r1
Lucas volvió á su casa. mu tr• t no tuvo que sa.ngr:u hornlll~mc~te. ::Su hiJa Alt:..Jr.~.
1
nuos choques obstáculos t d Y Is 6 por estos conti· cuyos ojos eran el a.zu1 de su Clolo, aqtlell,: hermo::..l
~llanto doa llÓn:wrW3 crueri~ ~=r~ar_~ su empresa En' y arrogante criatura., ama de su casa qucnda, ?esde
·• ~vr w¡o, lA ¡¡o lQ ~· li\ Ulu.ert;2 de lª tlljl¡u~ ~ vió !~ Wl~ ~lQ¡f:u,g. 11~
~ 10 li'il '"""'11
toaca meu de encina que hAblan eonslruido ellos mil·
ltdt6; de8pu9 perdonó, pues ae decía. que alguh& ves
mos á. hachazos· la pobre lá.mpara. quo los alumhr:a
había de CMa'rse. Pero ya. no hu.bo perdón cuando ell~¡ proyedaba sobr~ la piedra óUlu,m.a.da <1§ J.a.s pa.r oa
le confesó el nombre del a.m.a.n.te, el h.ijo del alcalde,
l:lace años que duraban las relaciones; se encontraban eus som.LraJi de colosos . d
~ los senderos de los Montes Bleuses, pasaban horu
-Sin embargo, padr<r-~eda J!eti.t·Da,--4'.41 mun o ma('
~ha no se puedl} seguir mmóvil.
Y h?ra.s en. lechos olorosos de tonlillo y alhucema bajo De un puñetazo, Morfain.~o t~mbla.r 1~ pesada mes&.
1~ libre bnsa de las noches estrelladas. Aquiles, rom~
-Yo ho viviuo como VlVIÓ m.1 P.a.d.rea Y vuestro d'"
p1endo con su familia, señorito á quien su burguesía
~urría y disgustaba, había rogado á Lucas que le b er eería vivir como yo vivo. .
Por lo común e:;tos dos homl>res no camh1.ab~ cu.a.·
a~ustara en la Crécherie, dond9 era dibujante. Rom·
tro pal abras en todo el dia. Pero hacia. algun. tiempo
pia todos los l:uos, a.ma.l.la donde y cómo quería, re- que en medio de ambos iba. creciendo c1erta ~sco rd~a,
suello. á h . baJar por la mujer escogida libremente; malestar que querían iropc.dir; pe!o. á. veces ~s~llab~U:
e~oluctonando como hijo conquis lauo de la. antigua so·
disputas. El hijo sahia l eer, escnb1~, se hahia. tdo m
Clt.dad condenada, que va. haci a la edad nueva. Y esto teresando más y más por la evolución que llevaba su
era lo que .angustiaba á Morfain, hasta. el punto d~ alienlo h asta lo ruá.s bonuo de la.s hoces de la monta·
h~cerle anoJ~r d~ casa. á su Azulina, como á una per- na. y el padre en su gloriosa oorquoda.d de no se r
dida. Se habta deJado seducir por un señorito, no había Jilás que un sóltdo oLroro, cuyo csf~erzo bastaba P~'l~a
en su .casa m~~ ~ue rebeldía y ob ra del diablo. Todo domar el fuego y conquist.a.r el hierro, se entur~c1~
el antiguo edificiO se hundía, ya que una hija tan al ver que s u raza. so béi;S~udea.ba con loda aquella h·
buena y tan hermosa hahia removido también una
cencia y aquellas 1deas wubles_ . .
d~. sus armaduras, escucha.ado, tal vez pescando al -Si tu b ermana no b u.Liera. leido libros ru ~e bu-
hiJO del alcalde. 'Licra ocupado con lo que pasaba. por ~á aba)O, to·
Despué~, como Azulina, puesta en la caJle, se ha-
davía estaría con nosotr os... 1Oh 1 .11a clUdad nueva;
bla refugiad? natur~mente en casa de Aquiles, tuvo
Lucaa que mterverur. La pareja no pensaba en ca· ~ ciuua.d maldita quo nos la ha qwt.ado 1 .
Esta. vez su puño no cay ó sobre la. mesa, se te.nd.ió,
11arse. ¿Para qué? Estaban bien seguros <le amarse y por la puerta abierta, en la n oche negra, bac1a la
de no ~epararse Jamás. Para casarse hubiora n~.;cesita­ Crécherie cuyas luces brillaban como t!!Strellaa on el
do Aqulles entenderse judicialmente con su' padre y
~~o le paree{~ ~~ complicación. y una molestia in·
fondo de la pcmd.iento de peflascos. .
Petit·Da no replicó, rLspotuoso, turba.d.a. sm embar·
util. En vano 1D..Slstió ~reurette con la idea de que la la conciencia pues s, b a. que su padre est.a.ba dls·
moral, por la. rep?-ta.c1ón de la Créchcrie, exigia to·
dav(a el mat~moruo legal. Lucas llegó á. obtener que
~ue
0
tado con 61 d~do. e l dla en que le habí a cncon lta.d~
con Honori.ua la hip. del ta.bcrnero Caíú aux. Bono
~rra~e los OJOS, porque~ comprendía que con las ge-
rina, pequeña: morena, de tipo fino, de ros.tro alegre
.ae~acJO~es nueva$ poco á. poco habría. qu.~ aceptar la.
:u.ruón libre. - y de pierto, se hahia enamorado de aquel g¡gant~ tan
suave que t:.uu.Lién la e 1contraba. encantadora. En. la.
.Pero Morfain no aceptaba tan fácilmente la situa.· dit;c u~ón de a'rudla. noche en~ el padre Y el hiJ O,
ctón, y Luca.s tuvo que ir una tarde á. convencerlo en el íonuo se tralaha ue Hononna, a.si que el ataque
D.esde que babia expulsado á su hija el maestro fun:
directo que el último esp eraba llegó P? r fin. .
d1dor VIvía solo con su hijo Petit-Da y entre los d
arreglaban la casa y cocinaban en su u· ab. os - Y t ú-pc~un tó bru.sco..menle Mo1 ~w. -¿ cuimlu ,aa
to en 1 ñ A ' ag Jero 1cr· aL:ul.uouru. Ultft
a pe a. que11a noche acababan de comer una
ao¡?_a¡ l ~egqi~ t!CP.J!dOi ftob.re ta.Qu! ~leg dela.n.te w
11l
ES 13 ~
gu mis i11ea!, y mo en!aflo si me conlradir.~n. F.slu
Esta idea de sep_aración paroció lru.stomar á Petit-t pasa de caro en ra.ro; y:\ sabe usOOd que hablo poco ...
Da. Y puede usted estar seguro, esto no perjudica aJ tra-
-¿Pero, por qu.é he de~ abandonarte yo? bAjo; siempre estoy ojo avizor; no se hace una s:mgrla.
-¡Oh 1 cuando hay una. muchacha. por medio, &ólo sin que yo esté presente... Cua.ndo hay: penas se tra-
puede resultar la. rui na de todo, entre ri.ña.'IJ... Y 'a) a baja de finne, ¿verdad?
una cosa que has ido á escoger. ¿Piensas quo vau ~ Procuró Lucas poner paz en aqnella familia, d~s·
querer dártela; son razonables matrimonios semcj n· hecha por la reforma de que él ora apóstol; pero Mor-
tes, que confunden la.s cla:~GS, el mundo al revés, el íain estuvo A punto de irrit.t rse otra vez.
acabóse? ... He vivido demasiado. -No, no, basta; tquo me dejen en pul... Si ha ve·
Con suavidad, con dlllzurn., el rujo se csfurzó por nido usted para hablanne de Azulina¡ ha hecho usted
a_placar al padre. No renegaba. de su amor por Huno~ mal, señor LuC<U~; porque es el medio mis sf!guro para
n_na, pero ha.blabfl d~ él como joven razona.bJe, doci· empeorar las cosas. 1Que se eslé ella en su casa, como
d~do fl tener pactenc1a y esperar mientras fucrn pre-; yo estoy en la. mía l
C1so. Más tarde se vería. ¿Qué m&l habfl\ on que e Y queriendo romper la conversación; pasó de repen-
~ablasen con. cariño, cuando se encontraban, aquolla. te á otra co:;a, dando ua mal01 n.oticia que entraba
Joven y él? St no eran do la. misma esfer~ eso nú im· por mucho en su llonor endiablado.
pedia que pudieran gustarse, y aunque las clases so -Puede que hubiera ido ahora mismo a decirle que
mezclaran un poco, ¿no tro.erfa, uto la ven laja do eo· he estado esta m.a.ñana en la. mlna, y quo la es~
nocerse y quererse más ? ranza de encontrar el f1lón do mineral rico se ha. vuel•
Pero, rebosando cólera y amargura, Mo1fain, so J&< to á perder... Y con todo, hubiera. jurado que ee en·
v~tó de repente, y con UD grauJc ademán trt1gicoi contraría infaliblemente en el fondo de la galerl& que
ba.]o el techo de roca. qu~ tocaba ca.si c.ou la frente; habla indicado.!. Pero, ¡qué quiere ust.ed 1 nos per~i·
exclamó: gue la. mala suerte en todo lo que emprendemos de
-¡V éle, véte cuando quieras 1... Haz lo quo tu Lcr. _,.tgl'ln tiempo A est..a. parte; nada sale bien.
man~; escupe ~ todo lo que es rospct.a.ble, pierdo la Estas pa.labras resonaron para Lucas, como si to·
verguenza, arróJate á la locura.. Ya no sois mis rujos, earan A muerto por sus grandes esperanzas. Siguió un
ya. no os conozco, al guien os ha. ca.mLiado.... 1Quo mo rato hablando con el padre y el hiJo, los dos colosos.
dejen solo en e ::.te agu)cro salvaje, y que la~ misma :Morfain le descspotaba, como último testigo de un mun·
rocas acaben por desplomarse y apl.lsl.arli1e t do desaparecido; con su cabeza ononne y su ancha:
Luc~s. habla oído, al Cegar al umbral, estas palu.· frente agrietada y envejecida por el fuego. Sus ojor
bras ulhm~, y se detuvo. Le impJCsiuuarou mu~.:ho; do lla.ma, 1u boca torturada de un rojo leonado de
porque estimaba muy de veras A lllor!ain Mucho ücrn. ,quemadura. Y se fu~. bajó agobiado por una tristeza
po estuvo procurando convencerle Pero, en cunnto culró mAs amarga, pregunlándo e soiJre qué montón de rui·
e l amo, el obrero se. tragó su ~ua para no ser más quo nas gigantescas, e.wnent.ndas sin cestlr, tendría _quo fun·
el obrero, e~ su b? rd~nado_ Sllmlso cnt1 cg.tdu á su oficio. dnr su pu •blo.
No se perm1Ua Slqtaera. Juzgar á Lucas causa primera. En la misma Créch<'.ric, en la intimidad tan apa~
de es las abominaciones, que lrasturn;l.Jau al pnís y ciLle, tan suave do Sreurotle, encontnilia. Luc.1s cau·
qwe á él le hacían padecer. Los patronos seg wan si~ndo sas de desaliento. Continuaba la joven recibiendo á
dueños de obrar á su. antojo; á. los ?breros les tu ha. Marle el cura, al profesor Henneline y á NonHrc, el
ser honrados y cumpllr con su trab':!Jo1 como Jos nnl& médico¡ y tan contenta e mostraba¡ viendo concu·
pasados habían hecho. u.ir &u almuerzo en tal d(u A "' atniao LI&CV~
- !'i9 ha~ a usl~ wo j.WJ.or LE,Ca3 · es $U:e ¡o l.2A·
~ ti ;.u f.4,¡ 1b G"ol

qú~ éste no se a.lr~vfa & rehm;.lr lll invitación, 6: poo con aqnella inlranq·, n11<1. de • e 1'\ io, ~de c.at6Uco á
&ar del vago malestar que le produdan las continuas conlrllpelo, que ha.bfa decretado el dogma del progre·
disputas del maestro y del clétigo. Tranquila el o.lma; so, del que no quería salir. Así que, no hizo más que
Sreuretle no padecía. con e1l::ts, y creía que á él le inte· responder tranquila.menoo 1
r esaban, en tanto que Jordán, envuelto en sus ma.n.· -Si, creemos quo es ne~a.rio dJ.l' atractivo al tra·
tas, meditando absorto algún experimcnt() comenzado, }¡ajo, cambiar los e.~tudios clásicos en continuas ler·
parecfa escuchar con vaga !Sonrisa. cinnes de cosas; y nuestro objeto es forml.r, ante touo,
Cierto martes, la disputa. !ué muy fuerte al acá· v nlnntade:s, hombres.
bar el almuerzo. Hermeline la. h~bfa. tomado con Lu- Al oír esto, gtitó Hermoline:
cas, por causa de la instrucción que se daba á loa - ¡Muy bien 1 ¿Y sab(ic; lo qne b."\.c6i9 con eso? Re-
niños de la Crécherie, en cinco clal!es mixtas, corta· beldes, vagos, perllidos. No hay más que un medio
das por largas horas de recreo, y olras empleadas en de dar al Estado cinda.d:1no~, y es fa.brir.a tlos expro-
que so seguí& un método diamdralmente opuesto al Í CRO para él, lal como los necesita para ser fuerte y
s"yo, le había quitado discípulos, y esto no lo per· glorioso. De ahí la necesidad de una instrucción dis·
donaba. Su rostro anguloso, de frente menuda, de 1&· ciplinada, idéntica, que le prepare al país, siguiendo
bioa delgados, palidecía de comprimidfl cólera á la idea programas que se reconozcan como los mojares, los
de que se pudiera creer en otra verdad que la suya. oLreros, los hombres de profesión, Jos funci.on.1rios que
-Podria. pasar por eso de los chicos y las chicas necesita. Fuera de la autoridad, no hay seguridad po-
en montón, aunqu& no me parece muy decente. Los stble ... Yo soy hombre h1en probado, republicano de
mtlcbachos ya tienen bastant().S inslmlos malos, ruar la víspera, librepensador y aleo. Supongo que á nadie
bólica.s fantasías, cuando se separa los sexos, ain que se lo ocurrirá ver en mí nn espíritu retrógrado; y sin
se vaya á concebir la exlraonlinaria idea de reunir• embargo, vuestra educación é instrucción libertarias,
los para excitarlos y corromperlos más juntándolos. como se dicen, me sar.:m dP mis casillas, porque en
Debe de ser gracioso lo que p~a por los rincones, en eli<L<>, antes de med10 siglo, no habrá ciudadanos, ni
cuanto se les vuelve la espalda... PNo lo que es de 11olriados, ni madonale:s».... Sí, con vua5lros hombree
ledo punto inaceptable, es la autoridad del maestro lihres, os desafío A. que hagáis soldados. ¿Y cómo so
destruída, la disciplina. reducida. á nada, desdo el mOil defendería la patria en caso de guerra?
mento en que se invoca la personalidad de esos chi• -Sin duda, en caso de guerra, habría que defcn·
wunos y se les deja dmgirse á s[ mismos 4 su antojo. d crla-dijo Lucas tra.nquilo.-Pero a.lgun día., ¿ á. qué
¿No me ha dicho ust(}d qn,e cada. alumno sigue eu m~ vendrán los soldado!, si no habrá. que batirse? Habla
clina.ción, se consagra. al estudio que le pla.ce, con us ted como el capit.án Jollivet en el a:Dia.rio de Beau-
libertad de discutir su lección? A oso le lla.máia SUJ· clnin>, cuando nos acusa de homhr<>~ sin patria y ~
citar energías... Y luego, ¿qué estudios son esos en traid ores.
que todo se vuelve jugar, en que los libros se dcspr&: Esta ironía, poco maliciosa, acabó de exasperar '
cian, en que la palabra del maestro no es infahble, en Jienneline.
que el tiempo ~e no se pasa en el jardfn. se pasa en -El capitán Jollivet es un imbécil ~ quion yo des·
los talleres, ooplllando madera ó limando hierro? Cier- precio ... Pero no es menos cierto que nos preparáis
to qn,e es bueno aprender un oficio manual pero haJ: una generación desordcnndn., en rebcldfa contu. el Es-
tiempo para todo, y lo primero os ha.oer 'entrar cz\ tado y que llevarla s 'jlttr:unente la República á. 1~
la dur~ mollera de esos holga.zan<"s, á mazo, toda 1~ Jl}ayol'e<' catástrofl:'s.
aramática y tod o el cálculo que so pueda. -Toua la libcrL'l.d, toda la verdad, toda la justi~~
L\lCN ~11 d~a.do do cliscutir, ca.nte.<lo di clloQ.c a<tn cntá.e~rofee-<liio Luca$ AOnrieu<lo.
iG ~ 17...,
- Pero Hertncline conlinuab dora q'tl'e se da aqul e'n vuestras escuela!; y ee el que
~a? toso de .la sociedad dela, traza.nclo un cuadro es• ha y~üs puesto ~ Dios á lo. puerta de la ealle ¡ que
eJaba.n de mstruír á t d rnañ~a; s1 las escuelas hayáis olvidado con toda intención edificar una. igle-
modo,
e todos
. fabn' ca. os para el Ciudadanos
d o os l os · . del m·1srno
sia en roed10 de vuestra nueva ciudad, entre tantas
,a. autol!t.aria y central' ad s emcw de su Repúbli~ construcciones bellas y útiles ... lEs que preLendéts vv
htic~, ru administració IZ o:a, no . más disciplina o-
1~ hcencia desordenadan ll~gos~le, 1m estado soberJo.
vir sin Dios? Basta. hoy ningún Estado ha podido pree·
cindir do El; una. religión 5icmpre ha s1do ncccsa..ria
Slco Y moral. y de re a a a peor desenfreno u: para gobernar á Jos hombres.
aproba.ndo con la cabe pente, el cura, Marle que oía
seo de exclamar: za, no pudo resis lir ~ás a.1 de- -Yo no pretendo nad•t-rcspondió Lucas -G da. cutl.l
ts hbre en su fe, y si no se ha construído una tgle-
-¡Ah 1 1qué razón ti Bla, ~s que ninguno de nosotros h~ta. ahora la ha ne~
~tá. todo eso 1 ene usted; Y qué bien dicho CCilitado. Pero se puede edificar una en el C<'~O en
Su rostro carili
aguileña facciones reg u1 ares, de nariz
eno, deradiante ~ue se encuentren fieles par:\ llenarla. Siempre será
f · • se mostraba lir·ilo á un grupo do cmdadnnos reunirse para darse
áunoso . contra la sociedad . oyendo aquel ataque el gu to do hacer lo que lfUÍcran. En cuanto á la nc·
íd~~ ~los condenado, cercan;~~e~~e, en la. que sentía ccsidad de una religión, os, en efecto, muy real cuan·
ticas d e unada relig.ión muerta. El D:O ser más que el do se quiere gobernar ·á los hombres. Pero nosotn.s
. e e a dommgo h í . rrusmo, en sus plá no queremos gobema~los, smo que \'iva.n libn·s en 11\
f eb zaba iguales d , ac a. aguales acusado ·
templo se le qu~~stres. Pero apenas se lenes{ pro- ciurlad libre ... UstPd lo ve, 50f1or cura.; no somos nos·
le causaba un grand~l ~ a~s~l
de día en día vacío
otros tJlÜCn destruyo el catolicismo; se destruye él mis·
~,:;:/ m~ por todo co~iu:O" :scondla, en.,;rrñndo.:: mo, se mucre de nltlcrto natnrnl, como se m1wrLn suce·
sivnmcnte las rcligi()n s dcspul:s de httbcr cumplido su
~s.}e::rid~¡aá ~';;:~~~te~ 1: ~~tr':."~c~,~~d~~: misión histórica, en la hora seüa.la.d:l por la. e\'olución
h umana. Ln ciencia destruye uno á uno t odos los dog·
mundo burgués cu ' como 81 quisiera o mn!>; la. religión de l hurnan\d~d hn. nactdo y va a
el manto de la rel' ·6' ya. podredumbre cub 1 qu c.nnquistar el munrlo. ¿ Par:l. quO una. iglesia católica
rra en ti lgl n, se lo trag r a con
ac tud bizarra. El dí aso, al menos la t.ie. en la Cr6chcrie, Sl la de usted es ya demas1ado grande
~ase, estar!a en el ~ta.r a que s~ iglesia se' dcsplo.. pnra Bcauclair; y se le va quedando dcs1erta, y el m..
ros
-Sísu es ....~ .
tlltima ""'"a ' y acabana baJ·o los escom~
¡or d ía. se hunde?
esas jÓven!uy Cierto i el reinado de Salán. Muy pálido el clérigo, no comprendió, no quiso eom•
todas las ma.l~ esO! . muchachos edu~os está cerca.; ¡,rcndor. Se contentó con repebr, con la terqnedad del
dad destruida el P~Iones desencadenadM ef común,· creyente, qu) pone su 1uorzL\. eu la. aíirmacion, ain ra.
rra, como en' ti remo de Dios puesto ' a autori· Joncs ni pru~bas:
acaba usted de empo de los p:.tganos E~obre la tieo -Si Dios no estÁ eon ustedes, tn. derrota e• ecgura;.
tu erto podría YJr:~nd~ar exact~ ·
E>S tan qu:u:ddro que Créame, ~difiquen una. iglos1a.
HermPhno no pudo contcneise m~s. Loa elogio~ del
No le gustó al tr. ' a. a máJ
eacerdote le sofocnban, 8ob1o todo con estt\ con~ocuen..
clérigo, con el cu maestro verse tan o1a.b
de repente mirand~ ~'fea ~st::tba conforme ado por el cia de la necestdad do una religión, y gritó:
que, pcomo si nada. oyes~. prade~a; ~~~epa~
leJos, á las
-1 Ah, no; ah, no, soi1nr cura¡ nada do iglesia 1 No
bculto, verdad es, que las cos~ aqul no so organizan
d. ero hay algo . t. ¡:ni susto. Pe¡o, si o.lgo a.pruebo, os ol abandono do
. o perdonar meno;-pquro:Iguió .el cura,- que fllln :l,'r®a)Q-'J.:<UnO U-~
· esa Instrucción d esmorah~ue- z~
~ 18 ~ i§ ~
toélo culto oficial ... CohC'.rna.r {\ los homb'ro11, sf; per~ Instante, Sú voluntad zozobraba pr~xima. ¡ ftUm~rgir ~­
no han de ser lo11 curas desde las iglesias, 11ino nosotros, Aquel día volvi6 á au exclamaClón de eongop sen·
los ciudadanos, desde los ayuntamientos. De las igle· timen tal: . d f
Bias se harán graneros públicos, granjas para las co· -Pero m e!l quo no arn~. ¡ S1 amasen, to o se •
sechas. cundarla todo brotar{ a, ti iunfando bajo el sol 1
El cura se incomodó, dijo que en su presencia no Algun~s días de9pués, una mañ~a. de otof'lo, muy
tolerada palabras sacrílegas, y la disputa 11e agrió tan· temprano, s~uretta recibió ~n mc~1o del coruón un
to, que ~1 doctor Novarre tuvo que intervenir como golpe horrible, cuyo dolor lile!lpero.do le ~usó pro
de costumbre. Hasta entonce!l había oído tranquilo con funda. angustia. Madrugaba mucho y 11ol~a ll' 6. d~r
arie inteligenle, ojos vivos como hombre muy amable órdene!l 6. una. vaquería que había hecho 1.0.stnlar pa;a
y un poco escéptico i quien no turbaban pal:tbraa los nifi.os de un asilo; y aquel d{a tuTo la tdea., eegun
más ó menos, por fuertes que fueran. Pero creyó notar caminaba ! lo largo do la pared, en forma do terraza,
que Sreuret~ empezaba á disgUita.rse. que terminaba. en el pabellón ocupado por Luca.!, d~
-Vaya, vaya., si casi están ustedel! de acuerdo, pues echar una ojeada al camino de Combelt.es que doml·
ambolS utilizan las iglesias. El cura siempre podrá d& naba la terraza. Y en aquol momento lll; puerta del
cir mis.a en ell&.S, dcjmdo un rincón parll. los frutns pabellón que dl.b:\ Cll camino se entreabnl> al?enu Y
de la tierra los arto!! de mucha abundancia ... Dios bon- vió salir con cautela á una mujer, una. sombra hgora do
dadoso, de cualqui<'ra religión quo eea., no se opondrfa. mujer que 80 dcsraneció casi al punto en 1~ rosnd~
Desp~és habló de una ro!la. nueva. muy blanca, muy; niebla de la mañana. Pero la. había reconoc1do; tan
pura, pmtada de carmin en medio de su corola. Ila· delicada, tan csbelt.'l, de penetrante encanto, como. una
h!a traído un ramo de ellas y Sreurette las miraha visión de infinita lcrnura huyendo en plena cl3.r!lh~.
en un vaso sobre la mesa, sonriendo do nuovo al en: Era Josina quo salía de casa de Lucas, y para sahr
canto florido y perfwnado, pero todavía. como can- ,asl, con el sol, tenía que babor pasado dnntro.la noc~e.
eada do la pena que le causaba la. virulencia que to- Desde que Ra.gú había. doj3.do la Créchcne, Joema
maban las disputas en sus almuerzos do los martes. hnb!a vuelto a.si varia.a veces al lado do L_ucas, las
Acabarían por no poder reunirse. noche& que estabn. libro. Esta ve~ habfa vemdo é. .de-
Hasta entonces no salió Jord~n de S'W' cavilario- cirle que no volvería, por el temor do ecr eorprendi.d~
nes. No había dejado de parocer a~nlo, como si oye- porque babia vecinas que espiaban sus cscapatonns.
ra lo que se decía.. Pero con una frase demostró cuán Adcmé.s la idea do mentir, de ocultarse, para acr de
lejos estaba su espíritu. ~u dioe' ncababrl por 11er tan penosa., que profería es·
. -Sabrán ustedes quo on. América un sabio electri- pcrar 1~ hor~ en quo pudiera. decla.r:n , ~n amor i\ la
Clsta acaba de almacenar bastante calor solar para luz del sol. Loca!, que habfa comp~nd1do, eo he.hlc
producir electricidad. rc!lignado. Pero 1qu6 nocho do canc!as, cortada~ pot
Cuando Luc~ quedó solo con los Jordin, calluon la dese~pcración, y qué triste de1pcdida 6. la pnmcr&
mucho rato; la Idea. de los pobres hombres que se dl't· luz del &lbal Con besos ain fin, vol-vían •1 uno al otr?,
ganaban~ se abrwn~an unos ' otros persiguiendo ci& y habfan cambiA.do tanto• juramentos. que ya c.r& di&
gos el bien, 1~ opnrn!a el corazón. A la larga, aJ ver clnro cuando habla podido arrancarse de !IUJ bra.1.os.
con qué trabaJo se buscaba. el bien común ontre Iu :y no más los vo.porcs mntinll.lca ba.bfan Tel~do un poco
rebeldías de los mismos á qui~nes se querfa salvllt
IU partida.. d ·(l d J al
sentía á veces ~esaliento~ que no confesaba. todavf.; 1Joain& puando la noche con LuC'.U, ~l n o e
pero ~e le fatigaban rruembros y espíritu como el •.Ut 1 aoll 1': tA b~CA ¡;ovolo.ci6n r.Lu.ml2al.>• 4 .ll~
Wl.SUClO de loa &r~de C§Í\W'I.OI ~\ttilea. Por U4
~ro ~ 11
lro de SamreUc como un rmd• oo mortal ~tást.rote. 14111 ....... ~ ... ICJDOIIIa .. - - . . . . . ..
Se había detenido de repente, clavada en su 6itio, dtdo no la a'J)laah& &f)!ILO fresco bilaamo. T.do en.~~
C.()mo 1i la tierra ae hubiera. abiorto ante sus pasos. eentusiones, fuchAba con .pensamientos indeeisoa, ob&~
·Estaba tan trastornada, tal ruido de tempestad se le cura la voluntad, como mUJer ya ma.dura, inocentb aún¡
subía al oerebro, que todo en ella era. conCusión, sin lanzada de repente á lu tortura. reales de la Yida,
u.na. sensación. cl¡ua, sin tlil ra.r:onamiento postble. No Así estuvo martirizándose mncho tiempo, hundido el
e1gmó su canuno, olvidó que iba. & la vaquería á dar rootro en la almohada. Ya esta.ba alto el aol, la. ma·
ór~e-ne~. De repente, huyó ta.mbi6a, se .-olvió atrás ro- ñana avanza.ba sm que ella encontrase una solución
rnendo, entró en casa, ~ubió loca. á 11u cuarto, se arrojó práctica en su emoción creciente. Siempre volvía. la
eobre la. cama dea~ha, tapándose con lu ma.nos ojos pregunta, que ora obsesión 1 ¿qué iba á hacer para
y oídos, para no v-er ,para no oír. No lloraba, no saLía decir que amaba, para ser amada? De pronto se acordó
por entonces, pren no mú de una inmensa desolación de su hermano; en él debía confiar, á él confesarse,
me.r:clada de un espanto sin líniitos. pues que él sólo en el mundo la conocía y sa.bfa que
l Por qué suírfa. así eon toda el alma des":trrada? su cou.zón no hab1& mentido jamás. Era un hombre;
No ISO bahía creído más qua am1g1. muy car~óosa de la comprendería de seguro, la. enseñaría lo que ae hace
Lucu, discúpula. y a.yudante suya, comagrada con ardor cuando se tiene necesidad de ier feli~. En ee"uida, sin
é. la. empresa d~ justic1a y bien humano por él tm~i· pensar mAs, 11alt6 del lecho, y bajó al laboratorio como
nada. A su lado no creía gozar mis que la d(\lic10sa una niña ~ue ha encontrado la &oludón de una gru
dulzura de una fraternidad de alma &in haber Benti- pena.
do jamás todavía el roce de otro escalnfrfo. Y ahora se Jordin, aquella maftana acababa de aufrir un de•
een~fa abra sada, sacudida por ardtcnto fmbro, porque ca.labro desastroso. Ha.cia. m eses que había cre!do en·
la tmagen de aquella otra mujer que pa.sabl\ alU la contrar el modo de transportar la fuerza eléctnca en
noche, que salía. al amanecer, era evocación en ade· condiciones per!oct.as do seguriua.d y econom!a. Que-
lante necesaria, con tiranía abominable. maba el carbón al salir del pozo, conducía la elec-
¿Amaba, pues, ~ Luca.s, lo deseaba? y lo ecl1aba ~e tricidad sin desperdiciar nada, lo cual bajaba. el pro-
ver el d!a en que la de~gr,_cia o~taba consumad.1, cun.n- cio de fábrica. dt) manera considerable. El prowlema
do era ya muy larde para b:tcerse amar. SI, aquello le había cos;tado cuatro años de investigaciones eA·
era ~1 desastre, saber tan duramente gue ella am:1ba tre el dolor de los acha.ques de a u cuerpo enfermizo ;
tamb1én, cuando otra habfa orupado el lugar, Jan,;an· utihzaba lo mejor que podía la escasa salud, durmien·
dola del coru6n donde aca.so hubiora podl(lo reina.r do mucho, envuelto en aus ma.ut.a.s y ocupando con
adorada y todopoderosa.. Lo demás dosaparecfa. No im• método lu raras horas que conquistaba aal ~ la n&-
portaba cómo había nacido su amor babia crecido tur alez.a madrastra. Y Uc~a.ba, síl.cantlo el mejor par·
Y por qu~ lo habla ignorado, inocent9 ~ún 6 los trein~ bdo posible del instrumento ingrato quo tenía 60 su
~os, fehz del tod~. h~ta entonces con una dulce inti• nliserable cuerpo, á conseguir la formidable tarea cum·
mld&d, con el &gm]ón de uu dooeo de posesión más plida. Se le oc;ulla.ba la crisia ala.nnant.e que atrave-
estrecha.. saba. la Crécherie, para no turbarle. Cro1a que lodo
Lloró por !in, aollot6 pensando en h brutalidad del marchaba bien, y era auemii inc~pa~ de nola.r tales
hedo cump!u~o, en el brusco obstáculo q11e se Je, &n· cous ni atender á ellai, encerrado siempre en au la·
~ba ante ella y el homBre á quien ee había dado toda boríl.torio, todo para su trabajo, lo úui~o que eustia
&m saberlo . .Ya no habra mh quo esto 1 l quG jba Ñ en el mundo. Y aquella nusma mai\ana ie había pue.
b~r. cómo 1ba á hac<'rse e.rnar? por<Jllo le parecJa im• to á trabajar temprano, aintiéndoae con la in~Íftf'll..
2011blt ao ter am~a 7:1 A ~t.bf olla, 1 oun~ d~ s_ia desptjada1 Y. qu~ri~d.o p.~rova~w ~ ~ U.:..i·
u D•
• ftJMI'fMnlo. r •'-habt• ~ po1 ..,~ .... ~ .~rrfa 1 tf 11 ta hublfM q\1~40 pdm:tft~
lo; tropeuba con un GbaU.eulo impreTisto . error ~ Y aqudlo era. LuG&5 a.ma.ba i Joaina por~e era
~cul~ d~talle despx:eciado que adquiría. de pronlo una la enamorada, la mujer del encanto y la ptL816n eJl•
amport.anos.a destructiva, que retrru~aba inde-finidamente ecntrada en la pena y despertando todas las temu:a..s
la tan bwten.d,a solución de sus hornos eléctricos. del corazón, y ade.más tenía la hermosura, el dl vmo
Ira toda una ruina; ¡ cu!n.to trabajo improductivo. temblor del deseo1 traía la. carne • voluptuosa. y fecan•
todavía; todavía euánto trabajo necesario 1 En medí~ da, por la cual el mundo se otorn1za.
de la ancha &ala., como desolado, te había vuelto j -Pero, hermano, á mi me conoció ante&, ¿ p<>r qu6
envolver en aus ma.ntu pa.ra tenderse en la butaea en JlO me quiao primero ?
~ue p~a tan~ horas, cuando au hermana entró. Jordán, á quien estas preguntas confundían más r
La. v16 tan pálida, ~ ~tcrada, que ae alarmó viva· más, buscaba conmovido y encontraba r~puesl:l.s de•
mente, él que habfa &SlStido el fraCél.io de SU C.A.p6ri• licadas J buenru~, en su caudor. .
mento con. la .frente¡ tra,nquila_ corn-o homl>re á. quieu, -Acaso sea porque ha vivido aquf corno &tiUgo; eo-
ll&da desalienta. mo hermano. Se ha. hecho hermano tuyo
. -¿Qué . tiene_11, querida. mfa? ¿Te aientes mal? La miraba, y ya. no se lo dcci~ todo, viéndo~a. ~~~
La confidenCia no le costó traba.jo. DiJO sin vaed4.I'; jante á él, tan menuda., tan d(:Ld, de rus~o mstgmfi·
c:?mo Qobre niñ~¡ cuyo cora.zón ~e alma ea a.n sus- cante.. Era. tnuy pálida para ser el &mor; s1empre ves·
puo' tida de negro, de aspecto a.ma.ble, muy a~ve, .ruur.
--Tengo, hermano mio, que~ 8.lno A Lucas y que él bondadoso pero t.an triste, como todas la..a silenc10:;u
no me a.ma. Soy muy desgraciada. '1 la..'S a.bn~oada.s. Seguramente nunc..a hablA sido pa.ra.
Y en tono sencillo y candoroso, contó toda, la aven. Lucas, máso que una mujer inteligente, bonéfi~, feli.%.
tura: de dónde había viato aalir & 1osina, el dolor -Ya comprendes, querida herl.llAila, que 11 ha ll&
~6 esto la ha.bía e:ausado; y que ·corda al lado de gado á ser para ti un henn.ano como yo, no pueda
ordá.n porque necesitaba. que la consolase, que la. ~D.· quererte corno quiere á Josina. No 6e le ha ocurnd~
ra.ae. Quería á Lucas, y Lucas no la quería. Pero de todos modo:3, tQ quiere mucho, te quiere mf.a,
Jordán .la oía con estupor, como si le ~bla.ti§ da te quiere tanto como yo te quie10.
un cata.chsmo extraordinario 6 inesperado. Esto sublevó á Sreurctto. Se rebeló todo su pobre
-1 Que a.maa A. Lucas, que amaa á Lucas 1 · ' eór enamorado, y tuvo que vociferar el desastre de
'l El amor, á .qué el e.rnor? El amor en ~ herman• au an10r en medio de redoblado» sollozo1.
adorada que mempre había. viJto junto A. 1 ¡ como un -1 No, no 1 no me quiere wás. No me quiere nada:.
()~ yo, le asombraba.. Ja.má,s había. pensado que U• No es ama..r á una mujer qutHerla. como herl.llano, cuan·
?Jera a.mar J &ufrir por ello. Era u.n.a. necesidad p e do yo sufro lo que sulro al verle perdido para mí,
l~noraba, un .mundo en que no había onlrado nun~ Si hace un ruowento todavía. nada a..tbfa de estas coau,
Estaba peryle)o, n? sabía qug b.a.cer, ino~te ta..Dlbié • las adivino ahora que me siento morir. .
'1 de una 1~oranc1.a. total en lllSI.a materia. ~ Conmovido como ella, J ordá.n contenía las lá¡.tun.:ut
. -s Oh, dime, hermano, por qué Luca.. ~ ' l()-1 que le subían á. los ojos.
t~Ina, por qué no es é. mi á quien ama 1 -Hermana. mía hermana mía, mira que me ha<A•
Sollozaba abrazada á su cuello la cabeza 8ob auirir iníinilo · nd e:~ razonable acongojn.rte as( hasta
h_ombro en una desolación deaesp~rada. ¿Poro mlr¡
·"~-
dsu
e.
ponerte mala.' No te reconozco; tú ta.u. !ra.nquila, tan
c1rla pa.ra enterada, pa.ra consolarla? razonable, que ta.n b1en compren~es _la firmez,L. de al·
:-Yo ao 8é, herm~a oúa, yo no 5,, Sin duda la. Jnn que se ha de oponer á las uu~q,n.s de la "!Ja.
~~1e, p_or}IU! lA .'I\Um. No di>bo d.~ !l~w 0 ~ tt- .Quieo QOO\Wl,e&rl'
... 21 ..:ll ~~
...vamos 1 ~ 1 Uont~a alguna queje. & tuoat f •tgn•1il. D.o tbneg~ 1 41 ~ Jll bArita iio~
-¡ Oh, no, .Illll.gUila r Sé que mo aprecla mlJCho, 10o1 l~~'• d.
lnot muy a.Illlgos. Les &hocaban tu JAgri.maa. Mezclaban IUt sollozos,
-Entonces ¿qué quieres? Te quiere como te ~u~ Enterneefa aquel a.mor fraternal, aquella 1~~~ en~
de querer. Haces mal en enfadarte con él. dos séres tan amantes, tan candoroso!.
1 ~~Pero Bi yo no me eniado 1 Yo no lenro odio 11 ~ él rcpetia. ~n j.ono de inmensa l~tima, ~oQ infi·
aadle; eólo l&n¡o pena. nito cari.ño 1
Volvieron loa sollozos, nu&Ya, ola. de an¡ualia la 8U· -Y a ~e re&gnarb, ya ~ resigna.rb.
lner¡¡ió, haciéndola in tar: Prote:ita.ba ella t odavfa, poro iba. entregándose; Y~
, - ¿ ~or qué no me quiere, por qué no mo quiere? no tenia má.s que un <p1ej1do de pobre victunA lastí·
-S1 no te ama de amor, como tú quisieras, es que Jnada cuyo dolor s~ quiore adormecer.
llo te conoce bastanto. No, no te conoce como yo te -¡'Oh, D.QI qu.iero s.u!ri.r .•, ~o puedo, IJ.O JllG ro-
conozco, no sabe qu() eres la mejor, la más a.mahle, ~¡no. .
la más abnegada, la más a..ma.nte. Tú hubieras &ido Aquel día almorzaba Lucu con los Jorda.n, "! 'uan·
1~ compal'iera, el apoyo, la que facilita y suaviza. la d o, á }a.¡ onC-e y IIled1a., so preoontó, todavía. los .encon·
Vida. Pero ha vencido la otra con su belleza; y mucha b 6 conmovidos, los o¡os llorosos. Pero él timJn.én par
~erza ha~ en o to, cuando l a ha segu1uo, ~in verte á decla tanto, que no lo echó de ver. La. n.e~~ar1a. des·
~· que, Sln embargo, ya lo an1ahas... T1enes que rc- ped.lda de Jos1na. le desesperaba.. Era. como 11 le arr~·
l.lgnarte. caran la postler ener_gí_a. el !~evarle su amor, que cr~1a
La babfa cogido en brazos, la Lesl\ba el <;:abello, nccesano para su m1S1ón. S1 no salvaba ~ Josma, )a-
Pero ella seguía. luchando, má.a salvar(¡ ol p_u..eblQ l¡l,ll)erabl~ 6 ~uie,n b.aiJi- do.do
~ -¡No, nol ¡No puedol au corazón.
.-sf, ya te resl~narás, eres muy buena, muy mtoJJ~ En cuan to aa levantó, todos. los o~stá.culoa ~e .le
gente para no resignarle ... Lleg:utu á olvi.da.r. eslo1baban, se le presenta.ro~ tnvencihlea Hab1a Yl'·
e-¡ Oh, no, no 1 1Nu.ncal to, en negra visión, la Créchene perdlda- hasta el punto
·: '-N o be dicho bi~n; no te pido qu& olvides; gua.r- de parecerle locura aot\a.r con sah·a.rla.. AUl ¡e devora·
aa ese recuerdo en tu coraz6'1 sólo tú stúnr!Íli con ban los hombres, no b::i.b •a. podido establooo.r la íra.·
tl ... Pero ~e pido resignación, porque sd que si..:mpre temjdad entre eUos; todas ¡.._. !;.d..abua.ue& humanas ~~
la h~ temdo, que eres capaz de ella hasta poder re- eucarruzalJa.n contra su em¡;resa.. . Y• dt ~penl:e, hab.a
nun~tar, hasta el sacri~icio ... Piensa ~n todas las des• perdido la fe, p1esa de la máa terrible cns11 de desahen-
grac1as que vendri~ Sl te rebelara¡, si hablases Des- to que ba.sta enlonc.ce habla sulndo Ei héroe. en tl,
trozaríaa nuestra v1da, .en rwn.lS queda.rla.n nuostraa t acuah~, a¡ravando el mal. pr6lli1.1o 6 renuncuu 11
empresas; padeceríM m1l veces máa. ,\¡ empeño ar.te el temor dü la (;erc.ana. derro t.a.
-Bueno-le interrumpió leuililoroaa -pues qu• se Sceurette, Lolando .-u t urba.cióu. tl.lvo 14 ElAvin~ t#r·
tcmpa todo, que ae arruin_e. Al meno.,' me d~altogaJé, ~u.ra de ulquietil1"8e p01 • lla.
M~ haces, heHnano, habl~dorue así. E 1es egoísta.. _.¿Se tnenle U!led ms.l, amigo mto?
1E~oísta, cuando sólo p1enso en ti, hennanilla ado• -Si, no me eHmto muy buw ; he pa.sa.do una ?l~
~~En este momento el dolor exaspera tu carácter· bana atroz ... D<!.'de qu,Q tnQ h.o lev&nt.ldo, w'\.da oollcl.A
ueno. 1Qué remordimiento al tuyo · t d · ' u,na de!-gracia. . .
destruirlo todo 1 Mafian~ no podrías \id; e~ltl: lu~J~r:. No insü;tió elb; lo nuraba con o.ns1edad, preg un·
ca.mb¡.ot ~ouL~n.~c\oa,., fo~,re cor&r;oncito, ya to t'f.• U.ndoac cuál podriil ser au dolor, s1 amaba y era a.m&·
to.J f!l.~ oc:.\llti\r l.\11 ~co au pro2ia ~ocióal '9 hAb i
~R f1
lllt'lie1elle i n IDieiA ele trabajo ft~ tomu AOfaM lo!\QU w hlloh&. Yo o IM at:Nrf8 i ~ 1 aftl;
p&ra w h&1n&no, el eua.l había vuolto 4 oehuse en a" pu~ si JO puedo ea.erificarmo por completo, u taneo
buta.ca., fatigado. !el dereoho ele a.rra.strarl"a en mi ca.ída & U5ted 1 ' 11\1
-Entonces, mi querido Lucaa-dijo JordL1,-al1A nol ~ermana. ~
nmos todos ¡ pues ai yo m~ levóUll& basUl.nto fuello Se dejó ca.or en un& &illa eon la.a p1e~ eomo I'G<
te, ~e tenido también talos contra.tiempoa, que ~atoy, te.s, abatido mientraa Sreuretto, muy pili<l.a., ~b.d.a
en tierra. i aún delante' de au mesa siempre, mi.rindoloa, oía. con
Lucaa ae paseó un moman.to, soml.Hío el roatro, ain temoción profunda. · 6
4ecir una palabra. Iba y venia dcton.iéndo.s. á vecc.t - Verdaderamento lu cosaJi va.n muy mal-:-rP.phc
delante de la alta ventana mirando á. lJ. Ctócherie ' Jordán con TOZ tranquila.-Y sin emba.rgo, la 1dea a.
la ciudad naciente. Después nQ pudo contener el fl ~ja -wted era muy b~a.. y había usted acabado por con"
ele su desesperación, y habló : yenccrme ... Yo no se lo hab{a ocultado; no me mes•
-Amigo mio, ya es necesario que hablemos... No claba en osas t.entivu políticas y sociales, eonvenClda
ao le ha querido turbar eu sus invostigaciun(·s, y se de que aólo la cieucla. es revolucionaria y que sólo ella
le ha ocultado que on la Créchede nuestros negocio11 acAbarA la evolución do ma.ña.ua lleva.ndo &.1 hor.a.bn~~
Tan mur m.J. Lo.i obreros no1 dejan; todo 03 rebeldía & toda verdad y á toda justicia.... 1Pero ora tan OON
J . desuruón entre ellos, por causa de las eternas <liscor• snos.a YUCStra toliJ&ridad 1 Desdo esta ventana, dospué9
dia..s del e~oísmo y del odio. ""' ~· :!.ir entero se Sll· de Jni.a horas buena.s de trabajo, miraba. yo cou interéa
ble,.a, l os comorcia.n'es, loa nll.snoa u b jaloros CU)Ol brotar vuestra ciudad. Me tÜ\'erUa, y declame quo po.ra
háblloo allenunos, nos hacen l.t , p u usa. la. \'ida. que ella trabajaba yo ~ién y que algún . día ao.r_ia S\1
nu~tra aitt;ta.ción cada día. ea m.fu,¡ alarmante....E;. fm,· sran fuerza la. olocbu::ldad, la obrera. activa y blenhe-
yo no sé 11 las cosa.s me pareoou hoy demasiado som· ~ora ... ¿ HabrA. que rcnunci3..f á todo ~o?
b~iu, pero ya no veo esperanza. Creo que est 1111 • pcr· Luca.!!, entonces, dejó escapar cato gnlo de (41ll&n<~
didos, y no pu.edo o,cu.lta.r 1t. wsled má& tiemiJo li.\ ca.· do supremo : _ , . J.. - ·
tAstrofe a\ que '&m.Oi. -.-So me acahó la energía, no aiento en ~ nmgw.t;
Jordán le oía con a.soruhro, pero muy tranquilo I 'Y alor, toda mi fe ao ha. i.do. Todo se a.ca.b6 ¿ !"engo 6:
lul.!ta sonrió ligera.mc11 1A ·. ' de.cirlfls que lo abandono todo antes ~ue ex.tg1rlet ~
e-¿ No e xagera u.slud Wl poco, amigo núo? nuevo ucrificio.... Porque vumoil, a.n.ugo mío, el ~
- b11pon¡amos que eX.éli'Jere, que la. ruina no os pnra nero que aun ~Uuia.mos ...: ¿se alr~veria. UJt.<i "
~ana ... A~ . u í, no me c.reería. un holllbre honrado; dáu.uelo ni teudria. yo la. a.udaCl.a de pcdtraelo? .
m no le adva.rtiera qu~ temo una ruina próxima. Cuan· y jamb grito de dcso&peradón má.a desgarrador salió
do le .pedí a\ .~t.ed terreno, dinero para la ompreaa. de Clel pecho do un hombro. Era. la hora. mala, la hora
la.lva.c1ón &ocia.l que soñaba, ¿u o le prom.eU, demá• negra que c<>noce.n bien todos los héroea, todo•. !o•
de una grande y hermosa acción digna de usted un • póstoltS, la hora e.n quo la gra.c.iA se va, en. quo 1~ nustón
buen ne¡ocio ? Pues le he engai!.ado, su fortuna 11 ~ v• ae obacurece, en quo la. empresa. parece unpoeible. Do.
f. sepultar en la maror derrota. ¿Cómo quiere usted qua rrota paaajera, coba.rilla de u.n momento que ca.uaa dolot
ll<J me acoaen ternbles remordimiento»? · terril>le. . di-~.
. Cun un ademán, ~ordán había iut~::nt.a.do inre~rwn4 Volvió Jordán á su apacible sonre1r. No rcapon v
pule, como pa.ra decu que el din.oro n o le importaba.. on ~guida. á la cuestión que Lucas le pluntca.ua, .tem-
Pero Lucas continuó: · blAndo, á propósito de las grandes sut~'l.s .de dmere
- '! no ~on únicamcn te laa considerabl01 swnaa ya ~· wd,.viA 8erfan ne«esarias. Con un JllO\'lml•nto, por·
~ordld.aa, SJno la.s qu~ aa n~~ai hn cada día P.ara pro-.
'""'g w
~ aintl6 frfo. e.trajo lu uanta.t hacia 19 mi~ b\)o, sin detenemos jamás; siempre ~na •mprMe. tras
débiJ.H. Y dije au&Yemente a otra, mi~>ntrae es crno~ en p te, mt(}ligenles y vmlen.
-Ha 4e &a.ber U.ited, &migo m!o, f(tle tampoce y~ ra.rcch que baota crecido, que era grande, fucrt(';
estoy muy contento. Si, esta. m.aiia.n& me ha ocumd~ como ar..orar.ado por su creencia en el esfu~rzo _hum~·
un verdí.l.dero desastre... Y~ sabe usted au descubri• no eontra todo desaliento, scguro d6 Yenr;er 11 utih-
~ento para transportar la fuerza eléctrica ' baJO pre· r.&ba para la victoria hasta el último latido de su3
ao y sm m.a.lgasta.r nada. Pues bueno, me habla en· ~ena3. Y Locas, que le oía, scntra venir á él, de a.quel
~&Jia.do . No tengo absolutamente na.da. de lo que cre!a sér tan débil, un ~opio de indomAble energía..
tener EstA mai'la.na, un e xperimento de comprobación ......¡El lrl\bajo 1 1El tra.ba¡o l-conllnu6 Jordán,-no hay
ha fraca.aado totalmente y me he convencido de que ~tr& tuerza. Cuando uno h& puesto toda su fe en el
hay que empezar de nuevo. Hay que volver á. em• tra.b~jo, 10 es inYcncihle. Y es tan t!cil crear o.n mu.r:t·
prender e! trabaJo de años y años. Ya comp1ende \lslcd d o; b8l§ta, tod11.' las mañnnas, .-olver é 1~ faena, an adir
Jo molesto que es trQpezar así con u..ua derrota, cuando UllA piedra ' las piedra~ del monumento _ya eo_loeadas;
ee cree estar seguro de la vtctoria. hacerle subir tanto como lo perrmta }f\ Vlda, . em pns&,
ScrureLte ee babiA vuelto hacia él, trastornada al por el empleo metód1co do líl!l encrglas tisJcas é in·
r~er así aquel contratiempo que ignoraba tod lYfa. 'l'arn. telectuales d e que se dispone. ¡.Por qué d udar de m.a-
b1én Luca.s, compadecido á pesar de sus propias p-ena..q, f.ana, si lo hacemos no<:otroq, gracta.s A r.ue~t ro tra baJO
~1a alargado la mano par~ estrechar con fraternal d<' hoy? Todo lo que nn etro tra.ba.)O BJemb ra, m&·
e1mpat1a la .de Jordá~. Sólo éste seguía trauquilo con flan& noe 1<' da 1Ah 1 1Trabajo sa~rado, trabaJO crea·
eu temblor_ctllo de fie~ro, qu~ ~ra. corrit}ut~ aiclilpre dor y sal,·ador, que e!' mi ~~dll. m1 única raz ón d~ l'lVH 1
que se e .·c1taba d erLaslado. Su.e mira.d.a.' ~<' ba.bfan perd.Jdo en la lor.tananra;
a.- Y entonces, ¿qué Ya u sted A hacer? ya no hablaba máf <file para s1 repitiendo es te himno
~¿Qué voy A hacer, A.l.lligo mio? Pues Toy 6 poner- al tral'aJo, q'O<' • oh·in sw cesar A su~ labios en las
In~ otra v~z al trabaJo. Mañana vol-veré á empezar grandes emocionés. Y una Te7 más cor.taba cómo el
tomando mi em~ño desde el principio, pue~to que haJ: t rabaJo le haufa consolado, le habla soster.ido siem·
qllil reformarlo todo Es muy sencillo no hay otr p re Si aún vwf:t, era porquo h&b la puesto en su Yld&
cosa que hacer. 1Ya lo oye u sted 1 Jam~s se ahnnuona un:! obra par& la (.Uc...l habfs regul<.~. nzado toda~ sus
w.a empreaa. Si ~e necesitan veinte o..ñoe t reinta v1J.as t uncionoe Estaba r.eguro de no morir mJentra.s su obra
e11teru; ae le dan. Si ae ha engañado ' uno, o~a. v z n o osluYiNa a.c.\bada. El que se entregaba A una em·
paso atrá.s, y se vuelve á andar el camino ya recortida pr~a enconlraha dnsde lu~o un gu e un ea tV~n. eomo
cuanlaa vecea hace falta. Los impedimentos, los obe- el rcgnlañor tcismo del oorazón qu~ laUa en su petho.
t.iculo¡ no eon mh <fUe paradas, las dificultades ine\·i- u exlltonci& atiquirla un fin, la salud se orden&ba,:
ta.bles del . ~no. Una empresa ~ un h.i¡o sagrado¡ ~:~.a.cia u.n cquihbno que pr~ducla_ 1& finlc.& a.legria be.
que e1 crurunal no hacer que nazc&. Ea nuestra sa.n.• P.llJll posible 1 la de la acc16o b1en reahzada. ~l tan
ere, no tencmo.s derecho de necarnos á su creación¡ rJF~nnir.o, JAmM habla ootrado eo 8'0 Jaborateno atn
le debemoa toda uUI!ilra fuerza, toda nuestra alma; eentiJ a.lgún e.lino.. 1CU~tas v~s ae babia puesto al
nueitra carne y nucitro espíritu. Como la ru.adre que t rabajo con Jos m.¡cmbrot dolondo!. llorAndo ooo el
mue~e á vece• por causa.. de la criatura querida que ooruón 1 Y siempre el trabajo .1~ habl~ eura.do. Sut
conc1be, debem_os estar dispuestos á morir por nues- Incertidumbres, 8U~ raro~ des.iliento~. a1empro hablan
tra ~mpresa., . s1 nos agota. Y s.i no no:» ha costado prov<."nido de lu horas dn ~reza. LA empresa oon•
la v1da., cornonte ; aól~ l1.11a. co a wncmos que hacer d ucfa A eu creador; no le era tunesta, no J~ b~

-
~~do ~4 •c~L.-da, 'VWa, !ue1_te: mP.r~nde.r o1ro tr . ut tl o~onto en o La. ~don&b
81 ~
-soQIII
tomado, elevando lo más hot1do de su s~r. Todo 1() q'tíi
De p'ronto ee vol':'ió hach Lucas y concluyó dici6$ !'U hennano decfa para Luc.as, resonaba en ella con
dole sonriente: lgual energía. &La noc.esida.d del trabajo, esta abne·
-Créalo. usted, . amigo mfo, si 'Usted dej& morir Al g~ón ante un empeño, ¿no era la vida. aceptada, vi-
la Créchene, monrá u sted por la Crécherie. Su em- nda. lealmente para la mayor harmonia posible? En
presa es usted rn:ismo. H:ty que vivirla ból.Sb el fin. ,Welanle, tamhión ella se hubiera considerado como
Lucas se bab ia. puesto en pie, con un arranque d~ Lucas, mala y cobarde, si hubiera estorbado á la em-
todo su ~ér. Lo que acababa do oir, este acto do fe en presa, si no se hubiera sa.crificado ~ ella basta renun-
el trabaJo, este amor apasionado de la empre~a le ciar á todo. Volvia. á ella otra vez su ¡ ra.n valor d~
elevaba con aliento heroico, le devofv{& á toda' «U alma buena., eencilla. y sublime.
fucrz~. En BUs horas de cansancio y de duda., aolo de Se levantó, ae abrazó á su hermano· así estuvo al•
a~el bañ.o de energía que corría fl tomar junto á. ~ gún tiempo, y eon la cabeza en su hombro, lo dijo
~go,. aqn~l .pobre cuerpo enff'rrrúzo, em:1.naba s e m~ suavemente al ofdo, dc!!)Xlcio:
)ante urad.iaetón de paz y de certidumbr~. Siempre -1 Gracias 1 Me has curado; ~ sacrificaré.
obra.ba el encanto, un flujo d~ v1lor le inundo.ba ya En tanto, Lucas, agitado con nuevo .!Úán de acción;
no sentía. más qu.e la impaciencia do volvQl' á. la. Idcha. h a.bía vuelto á la ventan&; mirando el gran ciclo azul
-1 Oh 1-.~ritó,-tieno wst~d rar.ón, aoy un eobn.rde; bnllar sobre los tejados de la Cr6c.horie. Y al reti·
tengo verguenza. de haber desesperado. La dicha. hu· rarse, repetía. una vez: más:
mana no está. má.s que en la glorificación del trabajo; -¡Si es <fUe no a..rn.n.n 1 .1 El dia que amen, todo SfJ
en la reo.rgamza.crón del trabajo salvador. El fundar• fecundará, todo brotar! tr11tnfando bajo el soll
nuestra oudad: 1Pero ese dinero, pero ese dinoro que Sc.eurelte, que se le babia ~rca.do cariñosa, cL¡o
habrá que a.mosgar todavía.! entonces, eon el último temor de su. triste carne do-
Jordán, agotado por la pasión con que a.c.ahaba de Jninada:
hablar, envoh·ía. los flacos hombros, apretando más -Y hay qo:e amar sin querer ser n.ma.do ¡ porque
con!J'a sí las mantas. Y dijo scncillamento oon vos la empresa. no pu do comenr.u i. ser mis que por
déhtl, unsada. , JlD'lOr ue los demá .
-Ese dinero yo se lo da.ré á U.'ltcd. Haremos eCO" Esta frase de una criatura que se entr~g:~ha toda
nomías ¡ ¡ya nos arreglaremos. Dien sabe us terl. qu~ ~n la. única alegría. de entregarse cayó en mc(ho del
c<>n poco nos basta: leche, huevos y fruta.. Con tal que IOD. gro.n silencio en que temblaba algo. No hablaron
pueda pagar los gastos de mis experimentos lo d&~ más; loa tres, unidos en fr:1.ternida.d estre~ha con lem·
más marchará bien. ' piaron A lo lejos, entro verdores, la ciuuad ' naciente
Lll<;AS le hahfa cogido las trumoa, ~· ostrecha.ba con de justicia y do felicidad que iba á ext~ ndor:st) poco á
emoetón profunda. poco ~ lo infinito, a.hora ~e estaba sem,brada mucho
-1 Anúgo mío, amigo mio 1... Pero, ¡ 1 ~ be.riDAi' ~or..,
U. vamos á arruinarla. también i'
-Es verdad-elijo Jordán,-no1 . ehidam.QB do S~:«J
rctte.
Se Tol.vieron; Sreu.rotte, silenciosa, lloraba. Seguía IV.
.entada ]'Unto á su mesita, apoyados en ella los co-
dos, la barba e.~ las m.anoe. Grandes lágrimas roda- Desde entonCM, I.tu·.a.~. el constructor, el t untlador
ban por sus mepllas, al dPsabogarse su pobro corazón de pueblos, volvió on sr, quiso, obró, y loa hombres y
~=~to l fi.e aa»gra.ba, oon aquell& olA do tP.mura.
1 g. .... ~ "'~· -.cab
~ P.ieAI:a.a ,. lnan taro~ {J. li.~ TO~ ~ no ll a¡6a~
t'A ~11. k ~iA fir~
....... 82 ....
~"' !'a misión, en su ruerza, oo s\1 alegria.: estaba. m"ll~ eonfundi r·s-e, fra tamizando con lo tal olvido 'de los rel1-
oontento, dmgia Ja lucha. de la Crkherie contra el ~ores y de las luchas de cla.se.
Abisme con tnnnfa.Ilte animación. conq'UlS~'Indo p<>co Las voces agudas, puras, cnstalinas, aublan como
A poco las almas y las cosas. gracias al anhelo de amor ~tos do alondra.
y de dicha que esparcía en tomo de st. Su Ciudad -¿Eres tú , N1sa? Duenos díM, Nisa..
fundada t~nia que devotverle á Jol5in&. Con Josina !-Buenos días, Nanet. ¿Estás solo, Nanct?
aerlan salvados los miserables de toda la tlerra. En ,__1 Cál No, tengo aqui á Luciano y Antonieta· y
ello había pue8to su fe y trAbaJaba por 1 para el tú. ¿estás sola, N1sa? '
amor1 ~~eguro de venoor. -¡Oh 1 No; con Luisa y 'Pablo. Bueoos dias. Na,.
Un dla claro do e1elo azul «orprendi6 una. eecen~ n.et, buenos días.
q'Ue le llenó de a1egria. ternura. y espere.nza. Paseando -Buenos d1as, Nisa.
alrededor de las depondenc1a.s de la !ábricll, deseoso Y á cada saludo repe tido, risas sin fin y m:\s risas,
de TJg¡la.r!o todo, oyó de pronto rocos ligor~, frescas J>orque .lts parec.ía muy gracioso hablar así sin ver:se
carcajada,., que v<:nían de un nncón ool dominio, al pomo _s1 lD:S voces cayeran d··l cido. •
p1e de la vertiente de los Montes Dleuses, en el sitio .-D1, N1sa, ¿estás ahí todavía?
en que un muro separAba los l<;rrenos de la Crérh(; ne -s~, Na.n_et, todavía estoy aquí.
de los del Abismo. Y ha.b1éndoso aoorcado con call.· -N1sa, Nlsa, oye, ¿no vtcncs?
tE-la, queriendo ver &n ser TJsto, <lió oon el cspl' 'i -1 Ay~ Nanet, Nanet 1 ¿Cómo quieres que vaya ~
tllculo dehcioso de una bandada de n.iñoa que juga· Jla.n tapiado la puerta?
Lan libremente bajo el Ml, devueltos 4 toda 1~ ino· -Salta., s alta, N1sa.
cencia fraternal de la tierra.. -1 Salta tú, Nanet, salta tú 1
De la parte de acá de la pared est<1.ba Nand, qtl.d Y de golpe, el delino: Los seis repetían: ¡ Saltal
todos los dias venia á buscar á sus camaradas, con )salta! bailando delante de la pared, como ei bnn·
Lu<.1ano y AntonJcta. Bonnaue, lt. quj<>n debla de haber cando cada. vez con más fuerza hubieran de acabar
ea.cado de sus castilas, llevándoselos á nna temible ¡>or saltar ta.Ilt~, quo pucLeran verse y juntarse. Da·
tE>.za de Ja.gartj)as. Los tres, muando al cielo, roian; han v:ueltas, hallaban agarrados, hacían reverencias al
gntaba.n. mientras que del otro lado del muro otros impa.s1blo. muro y jugaban á hacerse muecas á través
niaos que no M velan, reían y giiJt.abm t:tmbJé.n. No de las p1edras con la (ucrza d~ imaginación, infantil
en. dificil eomprendcr que habla. b:1bído en casa da gue supnme los obstáculos.
~'1sa Delaveau un almuerzo de a.miguitne que, llbrcs X vo 1VI ó el cantar a.flau tado.
pot el jard.ln, hablan acudido á la' voces di) la otra 1'9-0ye, N1sa.., ¿sabes una cosa f
pan~illa., anhelando verse, llOOrcarse para. ;uga.r jun· -No, Nanet, no !é.
t.os. U> poor era quG habían taptado la puerta, can· -Pues bueno, voy á subirme sobro la pared 1 ~
sados do reñir~ inútilmente sm lograr impedir que! cogerte por los hombros para pasarte acá.
•• Merc&.Jan U11os á otros. Los Dolaveau castigaban -¡Oh 1 Eso, eso, Nanet; sube, Nanctin mío.
eon aena prohi"Pición hasta e1 llegar al extremo del En un momento Nanct estuvo sobre la pared treo
judil\. En la Crécheno ee procuraba h:1cerles com1 pando con ptes y manos con agilidad de gato. Y, ya
prender qne iban á ser ausa de algún dis¡usto serio~ arnba, á caballo, era de ver con su cabeza redonda.
de una queja, tal vez de un ple1to. Pero ellos no hadan sus grandes OJ~S azules, el polo rubio alborotado. y~
caso, cán<lidos galopines que oodian á las tuertas des· tenía catorce &no~, pero era pe'fllaño, de sólJdoa rifte>-
~nocid,aa del ~orvtnir, y ae empoó~obM.A tn rne¡c~~ Jl~S, d6 a.\l'O ao.uneul,e t re~u.c!Lo.
Xnlbaio-t~ U-:i
f
...... a4 ...d
"""' 8:) ~
-1 L'uda.no l ¡ Antonieta 1 Vosotros, o1o alorta. Ba.~vaje¡ euyo corazón rebosaba, hubiera. podido get-
Inclinándose sobre el jardin do los Delaveau, muy nuna.r de su pláCldo egoísmo. No esperó siquiera 6:
ancho porque dominaba la situación y voia los dos R'Ie Nanet la a yudase á baJar; saltó ella misma, cayó
lados l la vez, gritó: en brazos de Luciano, el camarada que adoraba, el
-Sube, N1sa, yo te cogeré. mayor de todos, alto y fornido á los quince años, co-
-J Ay no, la primera yo, no, Nanetl Yo tren\ lí\ rno un hombre, y que muy ingenioso, lleno de inven~
que esté alerta po~ este _lado tiva., le hacía JUguetes extraordinarios.
· -¿Entonces, qwén, N1sa? . . -Ya nn dos, Nisa; sólo faltas tú . Sube pronto.
-Espera, Nanet, ten cu1dado. Pablo sub.ná. l'odavf~ se mueve algo junto al pozo.
-Hay un enrojado. Va á probar á ver. st se rompe. Crugtó la madera; todo un trozo del espaldar debió
Hubo un silencio. Sólo se oía el crugtr do mader& de ven1r abajo.
Tieja mezclado con risas sofocadas. Se preguntabl\ -1 Ay 1 1ay 1 Nan('t, no puedo. Es que Luisa ha dado
Lu~ si no debía presental"ie para rest:tbl c~...er ~~ or· patadas y todo lo ha echado á tierra.
den espantando á las dos bandadas como ti gorr1?ncs -Esp()ra., no importa, dame Iaa manos· Nisa yo la
60rPrendidos en una granja. 1Cuántas ve<X'S ól m1~mo IIUbiré. ' '
ha.bia reñido á aquellos niii.os temiendo que sus JllCoo -No, no; no puedo; bien lo ves, Nanet¡ por más
gos obstinados fuesen causas de di::;gu~to~ 1 1Pero. era tan gue me esuro; soy muy poqueñ.a.
graciosa esta alegria infantil, este valor para ]unt.arsQ -Cuando te digo, Nisa, que yo te alzaré ... Mb;
á pesar de los o~st.áculos 1 Un momento mtls Y 8tl rnh. Yo me bajo, álzate tú, 1aupa.! Ya ves cómo t.e.
decidiría A. corregtrlos. eubo.
Un grito do triunfo estalló; la cabeza de Pablo ARO· Se habia puesto de brucea sobre la pared; sólo se
m6 tras la. pared y so vió que Nan<:t lo aupabn, des· sosten la por un prodigio de eqlllhbrio; y con un vi·
puéa lo pasaba al otro lado para deJarle caer en b_ra· goroso esfuerzo de riüones levantó á Nisa y la puso
zos de Luciano y Antonieta. Pablo, Aunque tamb_u~n á Mrca.Jadas delante de sí. Tenía ella el pelo mu
pasaba de los catoroe, pes:1ba poco, delgado y dellca· alborotado que de costumbre; una ca.bez:a rubia de
do bermoRO niño rubio muy bueno, muy amable, con cardero rizoso, boca. de rosa, siempre ri•met'l&, bonitos
oj~a de inteligencia. En cuanto ca.y? en brazos dn o;os azules color de cielo. Buena pareja ella y eu
Anlonieta, la be~ó, pues la conocía b1cn Y le gustubB am1go Nanet., los dos del mismo o ro suave, con igua-
encontrarse con ella, porque ec;ta~a. alta Y gunpa par~ les gucdeJ3.3, que sacudían los euatro vten tos.
&ua doce aflos y tenia mucha. rrac1a. Un Jnt)men to siguieron á horca¡adu, !rente A fren·
-1 Ya está aquí, Nisa., ya ha pasado uno 1 .. _ . te, lnu nfantcs, entus1<1smados, vténdo~e en el aire.
Nisa, inquieta y procurando apagar la vor., dt}O 1 . -¡A y qué Nanct, qué fuoru b cne l 1Puoce meno~
-Chilo, chito, Nanet. Se mueve no sé qué, JUn to tira, y me la sub1do 1
¡al gallinero. 1Echate sobre la pared, pronto, pronto 1 -Es que has cr"c.ido mucho, Niu.... Yo ten¡o e&·
OesJ>Ués pasado el pehgro: torce Al1os, ya lo sabes.
· -Atención, Nanet, ahora va Luisa. Yoy 6: auparla yo. -Y yo once Nanet ... ¡Pero, mira, eh 1 Parece quo
y esta vez en efecto, fué la cabeza de Luisa la t'ltamos á ~b:\Jlo ~n Wl caballo muy alto dH piedra.
~e apareció { cabeza de cabra, de ojos negros, un -Oye, N153., ¿ ~1eres que me . pon¡a de pie?
poco oblicuos, nariz menuda, barba aguda, do VlVa· -¡Ay, aí, de ptc 1 ¡Yo tawlné.n. voy á ponorme,.
cidad y alegria graciosas. A los on<.e años er,1. ya. una. Nanetl
mujercita voluntariosa y libre que trastornaba á. sus Pero otra vez se movió algo en ol jardín. Altora
~n.drP.s, los buenos Ma~elle, estupefactos i• quo W. ~eia ~ cocin ; 1 asustad~ o azarrnrQD ~· ~ $1,JQ
~~~

' .. OOJftl'Oll daer, estrech&ndoee con tóda.s fuef• s't1S


l '- 87 -
lle v-eía má.s que á él en las ancllu e&llel llen.u ~
•C\3. Pudieron mata.rse. Pero reían oo~o locos, Y al aol de la Ciudad naciente. en medio de niños y muj•
~erse en tierra, siguieron allí jugando, nendo con más res, ganoso de juga.r y reír, como padre joven de este
fuerza, sin el menor daño, encantados con 1~ voltere· pequeño pueblo que era suyo. A un ademán de Luca.aa
ta.. Ya Pablo y Antoniet.a jugaban locos, cornendo en· todo nacla., crecia., so organizaba, gracias i su genio&
tro la escalera y las rocas desprendidas .q ue formaban ;. su fecundidad de creador, de cuyas manos a.bie~
lt111, al pie de los Montes Bleuses, dehcosos escon· ~an semillas por donde quiera que pasaba.
elites. Y el mayor milagro fué la. conquista de sus obr&o
Lucas viendo que era. ya. muy tarde para in terv&o~ ros, entre 1~ cu.a.les la discordia y la rebelión había.!2.
nir, se 'tué suavemente sin hacer rwdo. Como no. le Jt.ientado un momento. Aunque Bonnaire seguía no pen-.
ha.bian visto, no ae sabría que habla hecho la V1Sta Ba.Ildo como él, habla conquistado el afecto de es~
1orda.. -.l • _, hombre tan bravo, tan bueno, hasta el punto de encon..
1Niños e.mMos, que en buen hora. ob~ec1escn w tra.r en éJ el lugarteniente más fiel, más abnegado~
fuego de su jovPnllHi. innt~ndf)~f\ n._r 11 A 1 ~ l' hrP ~ sin el cu.a.l la empresa no hubiera podido cumplirse.
Jle&a.r de las prohibiciones l Eran el florecer do la ~.. Asi núsmo su fuerza de amor babia obrado sobre too<
da que ya sa.lua p<.L.rci que lu~ut~::. 0v::.~o;~ l.la.::. llu1ecla dos los trabaJadores, todos se habían agrupado pOOQ
así en ellos. Tal vez traerán la reconc1lla.c1ón de l!U( á poco, estrechándose en torno de su persona al verl•
clases, el mañana de justicia y de paz. Lo que. los pa· tan cariñoso, tan íraternal, no vivieudo más que ~
dres no pod1an hacer, ellos lo harian, y sus hiJOS m& ra la dtcha ajena, seguro de encontrar en ella la pr0o4
jor todavía, gracias al continuo cambiar de la evolu~ pia. El personal de la Crécherie iba. siendo una gra
ción que latía en sus ven.aB. Y Luca.s, ocultá.ndo~e familla unida por lazo cada vez más estrecho; ca~
para. alejarse sin alarmarlos, reía solo, alegre, al Olt- cual había acabado por comprender qué era trabaja(
los reir, sin pensar en la dificultad que tendr!a.n pr~:m· por su propio contento, tr.l.bajar por el do ~odos. E~
to para volver ~ saltar el muro. Jamás hab la temd.o seis meses ni un obrero deJó la. ~u, y s1 los que
tanta esperanr;a en el porvenir Gntrevisto, tan bueno; habían marchado aún no volvían, los que queda.ba:q
jamás había !entido en si tanto valor para la lu.cha so sacrificaban hasta el punto de no recoger la tota·
J la victoria. . . . lidad de sus benefiCJos, para pernutir á la Casa. constio~
Vino enton~s la lucha enca.rnuada, Sin cuartel, de twr un fondo de reserva considerable y sólido.
largos meses entre la Créc.herie y el Abismo. Luca.s; En esta obra críbca, esta sol.idandad de todos loa
que habla c~tdo un momento vacilante la primera.; miembros asociados, luch.l.Ddo por la obra común, fuét
cerca de desvanecerse en la ruina, puso todo su ee· lrin duda la que salvó á la Crécllerie, impidiéodol~
fuerzo en mantenerla en pie. hundirse bajo la maldk.ióo del eg01smo y la envHil"
No esperaba ganar terreno en mucho tiempo; quería del antiguo Beauclair. .El fondo de reserva con tal
no perderlo; ya fué un buen. éxi~ quedar esta.cio· prudenoa acumulado, aumentado, fué un au.\iho d~
ni.rlo viviendo, á pesar de todo, baJO los golpes que tistvo. Permitió ba~r frente á los dia.s dtfJctles. en.
le u'rwnaban por todas partes; pero, 1qué formidable tó recurrir durante las cnsis á mortales emprésbtos..
funa., q-ul• alegre bizarria en el trabajo 1 Era sin ce- Gra.c1as á él se pudo por dos Vt)CCl; comprar máqui·
aar el 3póstol de un-A idea., en su prodigio. Est.J..ba. Oll nas nuevas, necesarias para. los cambios t!Il la fabrio~
rocl~Ct p.a.rte:t á la vez, entusiasmanrlo á los obreros en c.nc16n, y que b~jaron mucho los prcc10s do fibnc&.
loa tat:nres de la Cábrh-41., estrechando los lazos frater· Dest>Ués ayudó la buena suerte; hubo por aquel bem·
n.aiea de grn.ndPs y P<'CfUeños en la Casa. Comunal, aten· po grandes trabaJos do puentes, con:5Lrucciones mE't11.·
~ ~ la bUtf\a IA.m.im tr.\cióu M loe a.lma.~OM. li• licas, !errocarnlcs~ 01\e ~~'lste.rOil c..Vlt.ida.J~ con~1 t1••·
,....,ss .... ._. S9 -
rables de rails, vigas y armn.duras. La larga paz en ~e esta competencia y los a..zaróS dd la.J:S lU(;Las In•
que vivla Europa, desarrollaba smgularmente la indus- dustriales, le preocupaba el no verse apoyado por U4
tria del hierro en lo quo puede produar de paclflco y, fondo de reserva que le permitiera hacer frente a lu
civil izad or. Nunca hasta entonces habla el hterro en· necesid_a~es en catást.rofes 1mprevista.s. Si se declaraba
trado por tanto en la. habitaCJón humana. H..tbla au. bna cns1s, Wl paro, una. huelga, simplemente un mal
mentado, pu~. la fahricac16n en la Créchcrie, sm gran· año, ya sería un desast.re, pues la fábrica no tendri.a
des ganancias, pues Luca.s queria producir Á buena con qué vivir esperando la vuelta de los negocios.
cuenta. pensando en el porvenir. Fortalecía la fábn· ,Ya. en un ~o de apuro, para adquirir nuevas máquinas,
ca con una administración muy juicio:;a, continu~ eco- había habido que tomar prestados trescientos mil fran·
n om1as y toda aquella reserva de dinero en caJa, pu- oos cuyos intereses eran gravosos ahora en el balance
dten do entra.r en linea de combate á la primera a.me- anual. ¿Y qué sería si bab1a que seguir pidiendo pres-
na.za . La devoción de todos á la causa común, la ab- tado ahora y siempre bas ta el salto fiual en la sima
negación solidaria. de los trab'\jadorcs, de los asociados, de la deuda?
dejando su p..'trte, hadan lo demás, permitiendo esp& Por este tiempo procuró Ddaveau llamar A la r&4
rar el dia del triurúo sin su.Cnr dcma"1ado. zón á Boisgelín. Cuando habfa. dccitl!do á ó~:~lo á con-
En el Ab1smo, la situación seguía lltás floreciente. fiarle los restos. de su fortuna, le habta prometido, si
la. cantidad de negocios no habla bajado, y seguía la comp_r~a el Ab1smo, -ganarle grandes intereses que 1~
bue na fama del éx.ito por la. fabricación cara de gra- p-ernubrian continuar su vida lujosa. Pero ante las di·
nadas y canones. Pero ya no había. en ello mis quo 1ic~tades, deseaba verle basta.ntb razonable para r&o
una apariencia, y Dela.veau comenzaba á sentir á ve- duc1r su tren durante algún tiempo, con la S<'gurid.ad de
ces serias i nqujeludes, que no confesaba. Tenía con· 'Volver A él y aun aunumtarlo en cuanto la fortuna
sigo á todo Beaucla.ir, á toda la soc1edad burgul sa. vohiera á ser prop;cia. Si Boisgelin hubiera consen·
y capitalista amenazada.. S<.:guta adcmll.s convenCHio d~ tldo en no sa.r.1.r má.s que la mitad do los beneficws.
que él era la verda.d, la. autoridad, la furu-za, y la vic· se hubieta podido constituir el fam oso fondo de ~
toria final segura. serva, atravesando el Abi:nno, victorioso lo:i años ma·
Pe ro asi y todo, ya le corro fa Una duda secreta; lo los. Pero e~ I?rimo era intrat.ablo, lo erigía todo, no
dura que tenia la Vlda. lit. Créchcrie, cuya ruina pro- qu~r(a supnnur. nada de sus recepciones, de sus ca·
fetizaba cada tres mc~s. le turbaba. No podía. luchar c~na.s, de la v1d.a que llevaba, cada vez más clispen-
en el hie rro y a ooro del comercio con los ra.J.les, vigas diosa. Rc.ilian á veces. Si el capital amena.z,tba no lSU·
y armaduras que la flbrica. vecina producía l>ara.tol dar mis los i.ut.ert~('" esp~mdos, si la carne de trabajo.
y en excelentes condiciones. los obr~ros, no ba- t.i.Lél.Jl ya para mantener al ocinso
Sólo le quedaban los aceros finos, los productos cui- en su lujo, el capii.J.lista. acusaba al director industrial
d ados á tres y cualro francos el ktlo, quo dos casll3 de no cumplir sus prome!;as queriendo mcrmarle l~
muy importantes fab ri caban también en un departa- ~~la Y Dela\·cau, hritado, desespe mdo por la imbe-
mento vecino. Se b a.da..n una tcrril.lle competencia; veía Clhdad de esta ansia de goc :;, no sospechaba nada do
que sobraba Uln& de las tres y la cuestión era saber su mujer, Fe rna.rula; no l.L Y era d "'trás del !:\ Luo buen
cu áles serian las que se comerían á la otra. D<:bili· mozo; no nía ! la corrUJ•ta, la que lo devoraba todo
ta<lo por la Crécberie, ¿iría á ser el Abismo la cas .. en caplicLos y locurn.s. Ardía en fiestas la Guerdacbo;
condenada á desaparecer? Esta duda le roía siempre; F~rnanda. gozaLa allí. desquites tan delicioso:;, se eftl•
y aun que redoblaba su actividad, guardando una a.c· bnagaba cou t..1les tnun!os, quG ddenerst~ en su aJeo-
ti tud de serena corúianza en la buena C..'\.Usa esta r<>- rría la hubiera parecid,, pealcrse. Ella misma irritaba ~
li~ión del ~ario, dt ~ cp-.a tl dcfo.usor. hro m(.._, Buja;golin diciéndole ~e el-\ PVlrido decaía, gue po l-
~ 40 ~ -.;;;41~

t;aba de la fábrica todo lo que se ¡wdrfa, y según la reducir su tren. Y ea una necedad ese continuo holg()o
única manera de a.guijonearle, era acosarle pidiéndole rio, su vanidad estúpida do que sa lo comA todo el
dinero. La actitud de Delaveau., hombre autoritario, que Inundo.
jamás hacia de las mujeres confidentes, ni aun de la De un salto se habla ella incorporado, algo pálida,
suya, aunque la adoraba, babia acabado por conven· mientras que él agravaba aún su confidencia añadHm·
eerle de que estaba en lo cierto y de que si quería. do con su ruda cand.Jdez de marido ciego:
más tarde realizar su sueño, volver á París oon los -Sólo hay una persona razonable en la Guerdache,
millones conquistados, había que pinchar sin descanso la pobre Susana, la única quo no se divierte. Dá lásti·
• su marido, y devorarlo todo para oentuplicarlo todo. ma verla tan triste¡ y al rogarla hoy que intervirnera
Sin embargo, una noche Oelaveau se clareó sin qu& eon 1ru mando, mo ha contestado, ahogando laa lá.gri·
rer delante de Fern.anda. Volvían d(\ una cacería, de mas, que no quería mezclarse absolutamente en nn.d&
la Guerdache, durante La cual Fernanda, cuyo mayor Esta. torpe alusión á la muJer legítima, á la aacnfi.
placer era galopar á caballo, habla desaparecido con: cada, tan digna y tan alta en su renunciamiento, aca-
Boisgelin. Habla habido luego una gran comida y era bó de exasperar á Ferna.nda. Pero, sobre todo, la
más de media noche cuando el matnmonio volvió al idea de que la fábrica pud1era. estar en pehgro, la
Abismo en ca.rrua.Je. La joven, que parecla muerta d& misma fuente de sus placeres, la inmutaba. Volvió al
cansancio, como abita. de los ard1entes placeres que asunto.
eran su vida, se apresuró á desnudarse, deliciosa en -¿Que vamos á tronar? ¿Por qué dices eso? Yq
su fatigada desnudez¡ luego se estiró baJO el abrigo creía que los negocios iban muy bien.
de su lecho, mientras su marido, sin pnsa, se desnu· Había puesto tal pasión inquieta en la pl'(>gunta, que'
daba metódicamente dando vu,elt.a.s por el cuarto, co- Delaveau, desconfiando, temiendo verla amplificar lol
lérico y preocupado. temores que se ocultab.a. á sí mismo, no dijo la verdad
-Dime tú-preguntó al fin,-¿no te ha dicho nad.a t otal, cuya conf"sión 1ba la cólera á arrancarle.
Boisgelin cuando desaparecisteis juntos? -Claro que los negoCios van muy bien. Pero irla.n
Sorprendida Fema.nda, abrió los ojos, que y& a~ lA mejor todavía si Ilmsgelin no vacia.se la caja, p:1ra la
.erraban. vida de idiota que lleva. 1Te digo que ea estúpido, co~
-No-respondió ;-nada importante á lo menos. ¿Qué au pobre mollera de guapo mozo 1
~eros que me diJera? Tranqmhzada, volvió Femanda á. f.ónderse con un
-1 Ah 1-prosigwó Oelaveau,-es qne antes habíamos grac10so movmuento de su cuerpo adorable, tan fino
tenido una d1scusión. Ha vuelto á pedlnne d1ez mil y esbelto . Su marido no era má.s que un esplntu gro·
fran001l para fin de mes. Y esta. vez me he negado &A eero, bruta!, avaro, que soñaba con soltar lo menoa
redondo; es imposible; una locura.. postble de Ja.s sumas considerablef! que tenía la fá.bn·
. t..evantó ella la cabeza, brillantes los ojos. ca en caJa; y las bromas pesa.d.as, las palabrotas con
: -¿Por <¡ué una locura? ¡,Por qué no le das esos dieJ que perseguía á Boisgelm, eran otros tantos ataquea
,Wl francos? indJrcctos que la herían personalmt!nte.
Era ella precisamente q'Ulen habfa apuntado á. Bois- -Quendo-concluyó con sequcda.d,-no t odo el mun·
gelin esta nueva pctiClón, para la compra de un auto- do está hecho p:ua embrutecerse en el trabaJO lodo
móvil eléctrico en el cual tenía el ar<ilente capricho el dla, y los que tienen dmero hacen bien dJsfrután#
de hacerse pascar con loca veloc1dad. dolo como quieren y gozando laa distra.ccJOnes do una
-Pues-gntó Delaveau, confesrutdo sin querer,-por• e.x.istenua supenor.
i¡'ue P.Se imbocil a.ca.l>ará por arrwnar la fábnca con En el pnmer ímpetu qu1so Ddaveau responder¡ ~
Bl.vt <iQn.tinuos gaiLos. Sa.l14!emos si p.o se docide i lQ e<>nJi~uió conteuerse con gr~ a'lfuer~o. ¡.A guó tn·
;- 42 ~
- 43-
tentar conveneer a s'll mujer? La trataba como i nif\o .-......Pues entonces buenas nochea, Ferna.nda..
mimado, dejándola obrar á su antojo, sin que en ella Después de apagar la. luz, !e tendió de e!!pa.ldas.
le enojasen nunca errores de conductA que .en otro1 Pero él no podía dormi r, y &guió con los ojos abiertos
reprobaba con calor. Ni aun advertía su VIda loca; en la obscuridad. Febnl, insomne junto á aquella mu·
pues ella misma era su locura, la joya que. había que- je r tibia y bien oliente, volvió á. sus temores, á la an·
rido en sus groseras manos de gran trabaJador. Nun.. siedad que le causaba la crisis de la fabrica. En este
ca. la había. amado deseado nada más; cuando d$ estado doloroso de vigilia se agravaban las dificulta..
noche la encontraba' en el :echo llena de exquisito en· des; nun ca había vi!!to el porvenir con semejante Iu.-
canlo, de un perfume embriagador, d~spués de las Ú· cidez, desde pwtlos do vista tan sombnos. Clara. ~
peras jornadas que pasaba él en medio del h~o acre le ofrecia. la causa de la ruina, la locura de gozar¡
de los trabajos negros que aturdían, dol .Abtsmo. Se- la enfermiza impaciencia do gastar el dinero apenas
guia siendo ella su admiración, s~ adora.c1ón, el . i~olo ganado. De s~guro en alguna parte había una sima que
que se pone aparte en una. abdicación superstic1osa. so tragaba la fortuna, u na llaga abominable por la
de la dignidad y el buen sentido, y del cual no cabe cual se escapaban toda la salud y toda la gananwt.
dudar ni sospechar. Guardaron silencio, y Delavea.u, d el trabaJO. Muy franco consigo mismo, hacía examen
por fin, se acostó también, sin apagar todavía la lám· de conciencia y nada en con traba que reprocharse. F.n
para elfctrica puesta sobre la mesita de noche. ~er· pie muy temprano, era el último en dejar los talleres
Jilaneció un momento inmóvil, con los OJOS muy abter· de noche, s1 ernpre vigilante, conduciendo su numero-
tos. SenUa cerca de sí el tibio calor, el olor penetran· so per:>onal como si fuera un reg1miento. Y aderr.á.s;
te de aquel cuerpo de mujer cuyo seno y brazos des- un esfuerzo so:.tenido de t odas sus notable!! !a.cu}l.él.~
nudos entre encajes, tenían la suaVldad de la seda. des, mucha rectitud en su rudeza, una. rara pot.eocia.
Ya F~rnanda se domúa, había cerrado los ojos y su de método y de lóg1ca, una lealtad de combaL~nte
bennoso rostro, pálido por el cansancio, aparecía más que ha prometido vencer, que quiere vencer ó sucum-
apetecible en medio de las ondas del cabello desatado. bir. Y padecía mucho smtiéndose resbalar hacia. el
Se volvió el marido y besó un mechón suelto cerca d0sa.stre, á pesar de su heroismo, por una destruc.ció!l
de la oreia. Como ella no se meneaba., la creyó onfa· lenta de t odo lo que creaba, por un estrago cobdin.no
dada y <Puso agradarla mostrando que comprendía. las que venia no sabia de dónde y que su energía no podía
fla.quezas del lujo. contener. Sm duda los conbnuos gastos, lo que él
-¡Sea. todo por Dios 1 Yo le daré esos diez mil fran· llamaba. la vida de imbécil de I3oisgelin, el ans1a glo·
tos, "a que tanta gana tiene de un automóvil. Lo tona del placer, era el cáncer qua duvoraba la fábrica.
gue dJgo es por prudencia.. Hermosa cac.eria la de hoy. ¿Pe ro qu1én le embrutecía. así l ¿Quién a!ent.a.ba 1a
• Seguía ella sin respvnder. De su boquita. roja, algo demencia del pobre hombre, que él no acertaba A co:n·
entreabierta, que de¡aba. ver los fuentes fuertes y bri· prcutlcr, como juicioso trabajado r, sóbrio, continente,
llantes, salía un a.hen.to caliente, regular, Dllentras el que odiaba la ociosid.ld y los goces que d~Lruia.n tod~
•~no levantaba. sus puntas de rosa en una leve palpi· la salud cread ora.'?
tación, como op:1m1do por larga. fatiga de amor. Dor· No sospechaba Delaveau quo quien demolía, env&
mfa, rendida, medio desnuda; hab 'a sacuJido una punta nennba, vivía á. su lauo el día élllero, era. su Fer·
del cobertor y ferm.enta.La la. embriaguez de los plaG.erea nanda :ulorada., tan bonita, dcli c~da y esbelta, donni·
de aquel dia. d'l á su lado y cuyo tibio perfumo le embriagaba de
-Fernanda, Fernanda-dijo suavement.e Dclavcau, 1o-- amor. 1heutras d so afanaba cu tro el hwno y el calor
úndola otra vez con los labios. do los horno;, haciendo suuar el dinero con dolor á. sus
~ C<>nnncido de ~ dormia, IIQ r~tsirn6, renunció. !,)Lren>e eU~ lucli' ~\U cüu·oB traJes bajo 1as y.m..bri"YJ
¡:ba 4& ¡;;211
...... .( 4 ~
ella tuviese 'una vida. de pereza, fresca. y feliz;. Gn
de La Guerda.che, lanzaba el oro á los ou.a.t.r~ vien~ott, aquel ba JO oficio los veía. como animal~ domésticos
J con sus dlentes blancoa t:Il1Laca.b& como pastillas clan- que la sustentaban, que le evitaban toda fatiga. Ja.
tos 1e miles de francos que mil jorn.ale~os le for]a.bn.n más manchaba sus pies menudos en el fangal de los
entre el estrép1to de los grandes martillos. Y a.qui)o cobertizos; nada le importaba el rebaño humano que
11.a misma noche, mientras él se atorm~ta.ba pensand() desfilaba ante su puerta. agobiado por el trabajo mal·
en cómo buscar recursos para los prónmos pagos, doro ~w . Pero el rebaño era suyo, la fábrica suya, Ja
mfa ella á su lado, carne con carne, abrumada pol idea. de que la agotaran su fortuna arruinando la fá-
la voluptuosidad, ca,n¡ada de . haber gozado. A vecea 1mca, la sublevaba, la lanzaba á la guerra. como un
su deseo varonil volviase ha.CJ.a la compañera que era atentado oontra su persona. Quien dañaba al Abismo
suya, y cuyo espintu desconocía s.bsolutam~nte. Sen.-. era su enemigo, un malhechor peligroso de quien ha-
tiala á su lado en completo abandono, pudiendo po~ bía de librarse por cualquier medio. Por eso había
seerla sin que ella lo notara t~ vez .. Luego volvía ido cornendo su odio á Luca.s desde que' lo hab ía
á i.a.s angustias de tu batalla mdustnal. Y no era n sto por vez primera en aquel almuerzo de la Guer-
ella mAs que una niña inoons~1ent.e cuyo sueño r~s­ fiache, a.dlvinando en él con sutil olfato de mujer, al
pet.a.ba como toleraba sus capnchos, no llegando ]a· 11.omb ro que se le a travesaba en el camino. Siempre
más al fondo de aquel cuerpo divino, idolo de su culto. era el obstáculo. Y ahora amenazaba destruir el Abis-
Se durmió a.1 fin y soñó que bajo . el Abismo había. mo y lanzarla á ella á las molestias de la med.iocri~
tuerzas perversas y diabólicas que 1ban com1endo el tlad. Si le de)aba hacer, adiós fe.hcidad, la robaba lo
auelo para que la fábnca entera se hundiese en un~ que amaba más en la v1da.. Funosa, bajo tanta gra·
noche fulgurante de tempestad. ba, ya sólo pensó catástrofes para aruquilarle.
En los días siguientes Fernanda .se acordó de los Pronto baria ocho meses, en una noche postrera. d$
temores que su mando le habla marufestado. Aun dan- ~mura, J o~ina ha.bfa dicho ad1ós A. Lucas, aplazan·
do lo suyo á lo que ella creía su amor a1 dinero amon- do la dicha quo la vida le.s debla., cuando estalló un
tonado su odio al lujo, todavía tembló pensando en drama que había de dar á Fema.nda ocasión para la
la rui¿a posible. Arruinado Boisgelin, ¿qué &ería d~ catástrofe soñada, espocada. Josma había salido fecun·
ella? No era sólo el fin de esta. vida alegre, el des- dada de los brazos de Lucas en aquella noche tan.
quite de su miseria. antigua cuando moslraua bollna.a triste y ddiciosa.. Estaba en cinta, y e.n cinco meses
descarcañaladas ba jo la explotac1ón brutal do los bom~ Ragú no lo notó siquiera; pero un día, borra.c.ho, qui-
brea. Era a.de~á.s la vuelta á Paris, vencidos po r la Jio maltratarla y lo comprendió todo por el ademán
euerte, una vivienda de mil francos en el fondo d~ de terror que hizo olla defendiendo el VIentre. Pnm~
algún barrio excéntrico, un empleillo en que Delavea~ ro, de estupor, quedó inmóvil.
Tegetarla. mientras que ella volvería á ca.er en la gro-. -¡Estás preñada., preft.a.da.. oerda 1... Por eso anda·
~eria, en la baJeza de un aJuar de trabaJauores 1No.: baa con tapuJOS y no te mudabas do carmsa delante d•
no 1 No consentía. no se deJarla arrancar la presa do-. mí. ¡Tan bmto soy yo, que no ri nada., como tú tram·
ra.da · con todas sus carnes se agarraba al triu.uio¡ posa!
todas
con las fuerzas á.vtdas de su sér. En aquel cuer· Como un relámpago atravesó :m mente la seguridad
po tan fino y dehcado, ba)o la gracia hgera, habla Cle quo aquel hijo no podía ser suyo. Nunca tocaba
ama fiereza de loba de fun osos instmtos ca.nucc.ros. en ellA, como él decía., mAs que para el placer, ~uy
Estaba resuelta á saciar sus apetitos ha. la el fin sin seguro de sus radicales precauciones. Naua. de hiJOS,
perder ni comprometer nada. Despreciaba la fábrica quo eran grilletes. Dtvertirse JUcltoi, y á vivir, tro~ ~
fangosa y negra en que oía día y noche forjarle su f.J.t~ f)S.torho3. ¿ D" d·~ndl) l'on( ,.n~onc , aquel hiJOt
p~t Á loa obrero~ que tostaban la. piol pa.ra gu~
L()uit\n
,_ 4B
lo habfa hecho 1 Y otra TeE apretó loa p'\1•
.( -
di& ~~ no ~ra suya.; que nunc:1 lo hal>fa. sido. Otrl' i<J
13. hn..... a engtdo a? tes quo la hubiera h~'cho suya; ahora
f'los rugiendo do cólera.. ya nunca lo serta. Esto era lo que r.onfu~a.mente le
-Eh, puerc:t, ¿":~o so habrá hecho él solo? t No ~ e~altab~ con celos feroces, cuya tortura no conocl&
atre,•erb ll decir que es cos& mta¡ Bien ~abes quo m hub1era c~~ido quo podría. conocer. Desde enton·
nu.,ca he querido lu¡os. ¡,De qwén t.>S? Re-:. pon de, res· ces, esta mUJer que ~tes quoria cr.har á la. calle.
ponde, responde pronto, ¡mdecente 1 6 te aplasto. quo .a~>andonaba por mmund:13 perdidas, la encerró,
Jotnna, muy blanca, r.on los suaves o¡0s 'ah •ntct, la v1g1ló, con accesos de furor siempre que la veía
fi)OI en el borracho, no re~porcdla Ha..b1a algo do asorn·
habla.r con un h~mbre. I:a. cól.cra de lo irreparable 1&
bro en su temor n.l verlo ~nfurcccrse asl, pues pa· arrastraba h contJ.nuas vtolcncHl~, y lastimaba aquella
red& que ya nnda le importa.ha t'lla, y todos los d1as ~e cuya posestón so le ese paha por su culpa. Y
la amenaza!la rept!Jcndc) quo so verla hbro 61 otro la 11cmpre v~lvía, en su orr,ullo he rido do macho que no
re<:ogla en <·l arroyo El habla \"UOlto á la mala vub; habla sabtd? crear 1:1 vida, á su rencor contra el otro,
scducfa A las ir.ft•llr,cs obror:t.." qu'"' quenan 011l ; se el dcsconoCHlo que habfa h·~cho de esta. carne una d&-
contentaba con las vagabun1hs andra¡o ns o<=parcidas pcudc':lcia de su propia carne.
do noche por Lu calles pesu[cra.s d··l \·le)O B"achur. -~une el nombre, dime el nombre, Y. tll juro quo
Entonces, ya quo la tn ult.aha no queriendo n11.da de to deJO en paz.
ella, ¿por qué so enfurocia de tal mod\) al sabor ~~ ~ero tlla no. acced!a. Soportaba. las injurias y los
tat.ado 1 go1pc~, respo~dtendo con s•1avo sinceridad:
-No es mfo, no o•ar!\s decir quo es rolo. -N? neccs1~ suber el nombre; no te importA.
Rt!spondi6 ella al {in sin quitarlo lo5 ojos1 en TOI Ragu n~ podta fiospechar do Lucas, ni ae 1 pa!16
baja y profunda: por las ~mentes, ~u s naclio. fuera. de Sreurette, hllb!a
-No, no es tuyo. l'!Orprendido las vtsttas do Jo ina. Buscaha entre lo•
De un puüet..a.zo quiso derribarla.. Pero retrocedió 1. ('omp~i eros, cr y~>ndo en un abandono de un momento.
sólo lo rozó ('1 hombro. Bramaba. Un d1<l de p.'l"O, cuando el ino calienta la sa.ngre..
-¡Y te atreves á decirrno e o, c.ochinn pendi\n 1 •• 1 odo en vano; espió1 intcrrogt\, ~ólo llegó á e:u.spe·
1Y el nombro de f'80 hombre, dime ol nolllbro para ic rat-se mis.
6. contarle un cuento 1 En tanto! Josina !e ocultaba de todos, temiendo qne
Tranquila. r~spond16 ella.: Luc.u pudtese t~>ner un disgusto por u proñet si el
-El nombre no te lo diré; no tiP.nce 11erccho N secrc.to so descubría.. Cuwdo tuvo la c..crlcz.a d~ estar
.aberlo, pues me has dtcho VPinte Teces que cst.al ~n cmt.a do é~, M ~inti6 primoro llena de una a.Jegr!a
harto do mi y quo podía. arregl, rmel. por otr parte. mme~sa; hub1era qucndo corror ! anunciarle )a gran
Y añad1ó: notlc1a, la buona nueva.. segura d hac.erlo tamb 1~n
-N o has querido un bi;o núo, yn t~ngo uno da d1choso. D~spués p~'nS6 mqutcta que debía esperar pa·
otro, y ~ es mi mando nt.ora, y n."ida t amport.a. ra no prcctpltar algunt\ catástrofo en los dla.s diffctlc'
La hu!J1era matado. '!'>.no que hmr pare\ ~>ntnr )U para 13. Crécbcrio. Pna c.1sunhdad l111.0 !>er á l.n·
pM.adél.3 con qu~ procuraba el rnrJ\"ado, con &lrot dca,r -:as 1~ vemda del hiJO hien runndo da que era padrt\.
henrla en mnad del vto.'ltre. Lo qtle asi lo er,fur c.la Un dta, acom,paiiando é. Bonn111ro, 11 g6 á au casa h r·
era lo que acababa de d ir de que otro la habla !ando y oyó á la 1 elo contar b.. un corro d comadres
hecho madre, y que en o.de\n.nte nada d lo d& el111 quo su cuii.ada esLaba f'mbarnzarla, notici,, quo ac.:om ..
le importa1• '· 111 el· su Clll:'tJl' ni de u vida. El. que ~ba de .'·encnosos conwnt.nrios, dando á entender
ao b&lHa ,quettdo IHJuS, so seulla mordidG por un do· coau aborrunables, Qnedó aobrecosido, el corazt>g Jt
lor a~rdn1 ñ l\\ idea de no eor 61 ol p&d , Coropr Dt!
-48 .. ....¡g ...
la.tfa con fuerzL A veces Josina ftJl'lfa ¡ la Crech-.. tn.rle cualquier eontratiempo? Ni q"Uf'rfa verle. temi"n·
rie 1 buscar 1 Na.net, que pasaba al U dfas ent.eroa; do una so:-presa, v tuvo que esptarla y sorprenderla
y aquel c:Ua justamente se presentó en el momento para hablar algunas palabras.
en qoe se trataba de su preñez: y tu~o que respon· Fué Wla noche muy obscura; Lucas, oculto en un
der l lu preguntas. Si, iba l ~~lir los mese& 1J lngulo muy sombrío do la nuscraLlc callo de las Trea
ya se notaba mucho. Pero h~bta Ylsto l. Lue;as, Y, Lunas, pudo detener t Jo!;ma un instante al pa!lar.
adivinindole tembloroso, aturd1do en su ltlenClo, l~ -1 Ah, Lucas, eres tú 1 1Qué impmdcncta, amigo mio 1
atormentaba el no poder hablar, no saber cómo gn· ¡Te lo suplico, bésarne y huye luego 1
tarle lo que la hacia ta.n feliz. Adivinaba desespe- Pero él, tembloroso, la cogta por el talle, le hablaba
rada la duda terrible y salrla que con una sola _pala- al o ido con voz ardicn te:
bra le hubiera calmado, encanléldo. La fraso subta de¡ -1 No, no 1 Josina., qUJcro decirte ... Sufres demasia-
1111 corazón, la alH>gaba: «1 Es tuyo 1» De un modo de- do; es en m( criminal dejarlo as(, l ti, tan que1iJa,
licioso pudo decírselo e.n un mom~nto en que las e~ tan preciosa ... Oye, losina: he venido á buscarte, vu
bladres. dejando de mtrarla, vol_VIeron á su charla, i seguirme pa.ra entrar en mi casa, en la tuya, eowo
primero 1e llevó las manos al VlCntre, después l lo~ mujer amad.1, venerada, ft hz.
labio• y le mandó en un beso la ~rtcza de su patcrru· Ya ella se aba.ndon.tt..a al abrazo de suavidad con·
dad. Comprendió él y le invadió inmensa alcg~rla.. 110ladora Pero de pronto se separó.
Aquel día no pudieron hablar, no hubo mas que -~ Qu6 dt ces, Luca.s, no tienes juicio? &-guirte ....
la ecfta el beso que acababa de unirlos. Pero Lucaa t Dios mío 1 cua.ndo tal confesión porlrfa ser par a ti tan
ee ente~ó; pronto supo los <_:el osos. furo re., de Ragú; peligrosa. Yo ería In. cnuunal. 1\'ct.e pronto 1 Aun·
ns violencias, la estrecha vtgtlancta en que encerr&o~
ba l su mujer. Si aún pudiera dudar, estos celos ha·
nue me maten, no diré tu nombre.
' Procuró convencerla de la inutili1lad de t.\l aacrifi·
bieran bastado para probarle que él era el padre. .Eil clo i la. bipocrcsta del mundo.
adelante, losina era su muJer. Era suya, de él eolo,· -fú eres mi mujer, pues yo soy el padre de tu hijo,
puesto que el hijo era. suyo. El esposo era el padre: y á m{ es á qu1cn d(•hcs seguir. Mairaua, levantada
el placer que ae robaba á una muJer, no deJaba nad:1; nuestra ciudad de justicia, no LalJr.t mái ley que la
DO ee contaba. Sólo un lalo ataba á b. pareja, sólido, del amor, la ltbre unión será reSJwtad:t por todos. ¿Qué
eterno: el hijo, la Tida propagada, un sér nuevo na- 1101 importa la geuoo á quien hoy ~sca.nd.a.lizaremot
cido de la indiaoluble umón de dos seres. Por eso él &oda vi"?
Do tenia celos de Ragú, mientras éste rabiaba celoso; Después, como ella se obstinaba en su sacrificio di·
Ragú no e:~tisUa s era el ladrón que pasa y que ae ol· dendo que para ella lo irnport.ant.o era el hny, puee
Yida. Para aiempre Josina pertenecía á Lur~s; ya Tol· le quena hbro do todo obst.aculo, gritó él angusliadoa
yerf& l 61; el hijo era la viva flor do arnboa. -t:s decir quo jamás vol veras á. mi lado, que ese
Pero desde entonoes Lucas padeció mucho aahien· Jüjo no será nunca 11\IO, ante todos, á la luz del dJ&.
do que losina, injuriada, ma.ltratada, estaba en con• Volv1ó ella á abrazarle y murmuró suavemente, loa
tinuo peligro de un golpe desgraciado. No podla so- labios en los labtos:
porw que siguiera entre las manos brutales é infa- -\'olveré cuando me necesites, cuando no le& UD
ma ele Ra¡ú la mujer adorada para la que querla ntorbo, sino una ayuJu., con el hijo querido que Mri
an pa.ra(ao de ternura, rodeándola del culto dnoto para los dos una fuerza nue\·a.
debiao l la madre que el hijo sanbf1ca. ¿Pero qu6 Y el n gro Beaudair, el viejo lugar apestado de
laaoer, cómo llamarla • al cuanclg ella ae obetinaba.¡ trabaJO Al&ldiL01 a¡owzaba tm Jaa tirueblu en toru
· c._ tD ee&uir c.allando on la aombra i&f! ~ li"GbcJJo-loP~G 11-6
- 5() ~ ;;¡:¡;¡ ói ~

de el108 bajo el 'po"..SO de los siglos inicu"'"' mientraq S& ttna mnj\ana de invierno, ausente Delaveau desde
oomuni~an esta esperanza de paz y de .''entnra. la víspera en París, donde tenía que pasar tres dias,
-Tú ~res mi ma.ndo; en mi ex1stencw. no bnbo Fcrnanda, al desayunarse, h1zo algunas preguntas á
mA.s que tú; y si Vlera.s qué delicia es para mí callar su doncella, que le servía el té con tostadas. Estaba
tu nombre, aun amenazada .. 1guardarlo como una flor allí Nisa tomando su taza de leche y nurando golosa
eecreta y como una armadura! 1Ah, no me cornpadez· el té de su madre, golosina prohibida.
ca.s, soy muy fuerte y muy dichosa t • -¡,Es verdad, Fe licia, que han vuelto ! reñir los
· -Tú eres mi muJer; te amó desde. la pnmer~ tarde Ragú? La lavandera me ha dicho que Ragú e3'ta vez
que te encontré tan rrusera.ble, tan divma; Y st calla~ por poco mata ! su mujer.
nu nombre, callaré el tuyo; será IIll culto, será mt -No sé, sefwra; pero puede que hayan exagera..
fuerza ha.sta la hora que tú Irusma proclames nuestro do, pues a..:abo de ver á. losina pasar lo mismo que
IJnOr. 6 otras veces.
-¡ Oh, Lueas, q'U6 razonable, qué bueno eres y qu Tras de 'll.n.a pausa, aña.di6 la. doncella, marchán~
feliodad nos espera 1 . dose~
-Eres tú, Josina, quien me ha hecho bueno Y _jUl· -Eso no q'Uita que la mate el dfa menos pensado;
cioso, y porque te amparé una. nocbt>, seremos felices pues lo dice á todo el mundo.
JD,ás tarde en la dicha de todos. Volvió el silencio. Ferna.nda comfa lentamente '3in
Sin hablar más, quedaron abrazado~ 'Wl instante. ~ drcir un.l pal~_bra, perdida en sus negros peuu~llen·
eentla temblar toda, con su VJentre ~agrado ~e muJer tos, cuando :r-;¡sa, en mcüio de aquel pesatlo recogí·
fecunda., cuyas sacudidas le prometían la VIda futu- nurnto de invierno, pensó en voz alta, canturreando'
ra que babia ~rnbndo en ella; y ella se apretaba -r:l verdad ero marido de Josma no es Rngú, es
contra él, como para entrar, desap~recer en el esp?s.o; el dueño de la. Crécherie, ¡el señor Lucas, el señor
y luego volvió invenCJble y g~onosa á su ma.rtmo; Lucas, el señor Lucas 1
mientras él se pcrdia en Ja.s ll~uebla.s, alentado, tor- . Estupeb.c ta su madre, levantó los ojos y h. miró
nando A su bat.a.lla y su Vlctona. GJ.unente.
Algunas semanas despul>s, el azar puso en m:tnos ds -:¿Qué ~t.ás diciendo ahí? ¿Por qué dices eso?
Fernanda el secreto de losina. Fernanda conocía ~ N1sa, asustada. por haber cantado sin querer, metía
Ragl'l, cuya n1elt..'l. al Ahismo habla· bocho . nudo, J. la na.nz en la. t:ll.a baocndose la inocente.
al cual, desde entonces, Delaveau afectaba estimar, em• -¿Yo? Por nada. No sé.
puJar hacia arriba, h&.biéndole nombrado mae.Qtro pu· -¡Cómo que no sabes, embusterilla 1 No 80 te hal
4elador dándole grat:Jñcac10nCS, i pesar de su abo-- IOCU.rndo oso porque ~í; alguien. te lo M dicho pa.ra
Drinabl~ cocducta.. Estaba ferna.nda enterada del dra.· aue Jo repitas. J

ma de Jos ~ú. Sm apren_Slón, el mando l~nta.b~; Cada vez más aturdida, Tiendo la, malas consccucn-
en voz a!ta, mmundas m;unas oontra su muJer, lll· ci~s d~l ?e~ocio, Nisa, terca y wn tra la evidencia.,
mándola perdida pil·bcarnente. Corría ~>.Sto por los t&· guJso mstsur con la mayor frescura.
lleres: ¿De qué cornpai\cro seria el rujo de losina~ -To lo a~uro, mamá; á VC()'S c.Utla w1a sin. IJ!il-
Delanau habla hablado delante de remanda de lo ber lo que dico, lo primoro que se lo vcurro.
que le molestaba. todo esto, pues Ragú tomaba muy Ferna.oda, iluminada de r~·pcnte:
mal la. cosa, rabioso de celos, trabaiando como un -¿ IIa sido Nanet-uijo,- quicn te ha. dicho tod0 c~o ?
looo ya sin tocar un útil en tres dla.s, ya matándoee Sí~ Na.net .ha.bia sido. Pero ella, por mi<'do Jo que
con 'ta fa.&na, braceando el metal en fu.sióA GOQ ~ la ni\eran SI se de:)cubría.n ijUS uuo\·as esc;.a¡l.ltori:ls
..... 010 quíeQ nece~t& solpcN. Y. ma.~. ~.Qhió á tucntir, •
~ 62 s;;;;;e ~ J!J t;;;;,l;i

-¡Qué Nanet, Nanetl ¡Si no le TeG dee'd e qne in'~! 1 ~ra cm•
una. Yictoria. seguramente auprimir A. Lucas,
lo prohibiste 1 oomp~omelfa su .,da de lujo y de pl.aoor. Muerto el
La madre, febril por el anhelo de sa.ber, se suaviz6 eneuugo, muerta la compete:;1cia; la derrota imposible..
de pronto. No pensó en castigar las escapadas de Nisa,: Con un celoso como Ra.gú, borracho, furioso, los su-
ante el hecho importante de que quería estar segura. cesos podían precip1ta.rse. Bastaría con hacerle sacar
-Oye, mona mfa., es muy feo no decir la verdad. la navaja del bolsillo. Pero todo era soñar; ¿cómo
La otra vez te castigué porque mentiste. Ahora. si di- realizar aquello? A visar á Ragú, nombrarle al hom"'
ces la verdad, te prom~to no ca.stiga.rte. Vamos, st\ bre que buscaba hacía tres meses, era el plan indica~
franca, ¿ fué Nanet? do; pero, ¿cómo avisarle? Pensó en un anónimo; cor-
Nisa, buena ni fía en el fondo, respondió al punto t 'taria palabras de un periódico, las pegaría en un pape(
-Sí, mamá, Na.net. y es~rarta la noche para llevar la carta al correo.
-¿ Y te ha diebo que el verdadero marido do Jos{ na II.a.st.?, empezó á cortar las palabras. De pronto le pa,.
era el sefior Lucas? .reci6 el medi~ ,eco seguro, de eficacia escasa, porque
-Sí, mamá. 1m anónimo es frío, puede despreciarse. Si á ~
-t Y él qué sabe 1 ¿Por qué dice eso? n.o se le hería en lo v1vo, de repente, irritándole hasta
Nisa., aturdida, tuvo que meter otra. v~z la. nariz la demencia, no dada el golpe. Había que meterle la
en la taza., por su inocencia de chiquilla. verdad en el cuerpo, a.rrojárscla al rostro en talos cir-o
-¡Oh 1 por ciertas cosas, por ciertas cosas ... En fin'; cunstancias, que se voh·iera. loco. ¿A quién mandar1
porque él bien lo sabe. l, Dónde buscar el delator, envenenador? Desarúmadaw
A pesar de 1os deseos de enterarse, so avcrgonz~ no encontró á nadie, y la sorprendió la. noche h~
Fcrn.a.nda do las preguntas que bacía á S11 hija, y no cando en vano, febril, ya enferma, por aquella tra-
insistió más, esforzándose en deshacer el ofe<:to de gedia con cuyo desenlace no daba.
la cnriosidaa brutal que había demostrado. Al acostarse, temprano, á eso de l.a.s diez, ya había
-Nanet no sa.OO nada; dice necedades, y tú ere~ tomado una resolución. Al dla siguiente haría llamar
nna tonta repitiéndolas. v~ á baoenne el favor de • Ragú oou el pretexto de preguntarle si dejaba á slt
~ujer venir á coser á casa algtmos día.s; y cuando ca-
no cantar jamás semejantes dJsparatos, si quieres C()oo
¡ner postre. tuvieran solos, tal vez ella encontraría modo de de-
Acabaron de desayunarse silenciosas, preocupada la clrselo todo. Pero tampoco esto la satisfacía; temfa
madro, contenta la biJa de ba.OOr salido bien. á. tan poca las consecuencias de esta revelación hecha. abajo en
oosta.. el gabinete de su ma.ri1o ausente. Gozaba con 1~ au-
Ferna.nda pasó el dfa en su cuarto reflexionando,; eencia, todo el lecho era suyo y estiraba los miem·
p,iscutiendo consigo tnisma. Primero so preguntó si lo bros, fa.tigaJa por la. fiebre. Se durmió al fin cansada,·
que Nanet decía era la pum. vordad. Pero, ¿cómo du· llena de dudas, y no dió cuenta de sí h.a.sta las cinco 1
dar? Queria mucho á su hermana para mentir; era JLl _dar el reloj esta ho~ despertó de repente; bo~
que sabia, que bahía visto, oído. Y adomá..s, todos arnba, los ojos muy abiertos en l:l3 tiniebla.; volvró
los pormenores reunidos, baclan la historia veroslmilt á ~ reflexiones en el punto en que quedaban, y re-
evidente. Despuós, Fernanda pensó cómo podla utili• a<>lVló el problema o.l puut.o con audacia y claridad
zar semejanto arma que la casualidad ponía en sus extraordinaria. Era muy sencillo, tenía que ir ella mis-
mano~. Confusamente todavía, ideaba ya em•enenarla, ma á la fábrica, con el prd\!xto ya inventado, para
h.a.cerla mortal. NunC'a. bahfa odiado más á I ucas; De- dejar c.a.er la frase irrcparai.Jlo en el curso de la con-
lavea~ sólo b~Ma ido á. Parí3 á ,.{)r si ncgoci.\ba. un • versación. Justamente se había enterado; sabía quo
n."ttovo empréstito; el Ab1smo ~igraba má11 cad.a di~ ltn¡ú trabajaba aquella n.oche; de IUurte _que al ser
~ 64 alif M~

ele día. tiacla l.a.l siete, podrfa ooj&r y le torp1"anderbc · Ahajo, Jaa c.ria.dM clormtan todana, aprovech&ndo le
en el momento en que los relevos de díA reempla.zllhAD. t.l.ISen cia del amo y con ta.n,do con que Ja aet'lora no
á lo• de la noche. Con la fiebre ya no di sculia, t.er,ía¡ madrugaría. Fern.anda, con preci&ón de movizruent.oe
la absoluta seguridad de poseer la soludón mejor; y extra.ordinarios, atravesó el despacilo de su marido~
lo que la empujaba era menos la razón que la sensa· a.br16 la p~erta de la aorta 1 e.streclia ga.ltr!a, por la
ción de mujer seductora, comedora de hombres, con· que oomwucaba el d espa.Cllu con las oficinas del Abts-
ta.ndo con la complicidad de los seres vivos y de las mo. Lo<S empleados no ven{an h.a.sta. lél.i ocbo, y el
cosas en circunstancias que no hubiera podido decir, mozo encargaJo Je barrer se paseaba fuera en la e&o
pero que de seguro vendrían. 1Qué ansieuad de cinco rretera. c..>n e1 guarda, quo fwn.a.ba tranqwlo su p1pa.
á siete, anhelando el día tan lento en llegar! No vol· Nadie la nó: ata¡ó por mediO jtH palio y entró en el
vió á. dormir; daba. vuellas en el lecho, abrasada. con ~ler de tos humos dd pud.ell.l.r, siu uo~rlu alma na.-
el .a1án de correr á la cita que ella. se daba; y jamás Clda.. Como el.l:l creía. eon cet"t.eza, 1J.S circunstancias
cita de amor, anhelo de voluptuosidad nueva, deseo· la ayudaban, IJ...:i cuadrillas o,octuraas a~ab.1ban de m.at•
nocido, delirante, la había irritado con aquellos mil c.har, y las de d1a 1u.n no habtd.Jl VtWJI.Ío. Pua col·
aguijones de fuego. No encontraba sitios fre~cos para mo de ouena 5Uerte, H.a.gu, que .se ru.l.11a rttardado
sus miembros; atravesada, ocupaba el lecho entero con oon la funa. del trabajo, quellab..a. ~olo, mudando J.e
sus nudos graciosos de culebra esbell.a, la canúsa se ropa. Funanda, aunque conoc1a .:1 c.tmino, Ja.Dl •.tS &'ll
le babia. subido con la continua agitación, y el esp(>.sO había aventurado a.si do esto negro impeno del hlerro
cabello suelto le tapaba el rostro ardoroso. No cej.tL& y del carbón; ld daba mucho asco tanta suc10dad wuda
en su resolución: n.i quería reflexionar, ni prever lo A tanta b..a.J'na. ~ al:llO turbada cua.ud.o tuvo que en,..
que pasaría. Nada de plan. Todo iría bi en, esl1ba tra.r con su pttn.tdur bliUl.co y tos blancos pantuflos
&egura. Le parecía que el destino la a.rrast.rab<~. i su· e-n el 1nmc~~.so ~uJero obs¡;uro del Wlcr de pudeiAJe..
c.esos neccsanos que habían de ser obra suya, sin que La luz naoente upenas entrab.l all!; tiOlo dos llornoa
pudiora. negarse. Sólo sufría esperando, no sabiendo enccnwdos ru:.ga.haa el hwno con dos rayos de astro.
en qué matar los minutos, acabando por acariciarse No sabia dónde pt:sa.r eCJtre los cenagosos charcos, ao-
l si misma. para. aplacar un poco el fuego qu·~ le bre el suelo cnnegtccido ele! polvo do ca¡ bon obstruí~
quemaba la J>Íel. Sus manos pequoña.s, largas, GUa· do por lingotes dd hierro. Un acre olor éompue:sto
ves, subi.an lentamente por los muslos, se deloolan en el del gas de loH hornos y dt) erru:ma.uoue humanas 1&
vientre, volvian á bajar, Bf' deslizaban por tod.l.S par· ~preta.ba la garganta EtJlló. siu emb~rgo, y de pronto
tes con somero hala¡o, volvían a subir, corrtan á lo v1ó i Hagü que so dingtn á la Larra.ca. clts tablas don·
largo de las ca.derc:LS, hasta el seno duro, donde ac_, irri· de los obreros colgaLan Ja rupa Tvtia la noc.ho ha.bia
tahan de pronto empuñando la. carne, nprotá.ndola, con bracea.Oo el acero con furia, Lus~Jl, vlnJo u.n.iqut-
la. exasperación aguda de no poder calmarse. Al úu; larse-, me11eundo el espetón como 'W:l arma con· que hu.
á. las siete mano5 cuarto, la. hora exacla quo se había b1era a.cuclullado al mWldu Aun estaba cmp3pado en
fijado, saltó del lecho. El frío de la alcoba. la heló; sudor y 110 t.Ja.1a soLrt- St l'u aquel momento m~ que
y quedó rr.-.;y tranqmla, dueil.a absoluta de si. AuntJUe una camisa y UlJ s;rupl\· tn.a.üd.il y ru. tcil do poue.noe
apenas se veía, no enoendtó luz, ru a1qujcra abnó las l!U IJ·a.JC uo e:dl~ t>t• beb16 6U cuarh' hlro, e:rccdl~u·
persianas. Simpl.emente, &e recogió el pelo y lo sujetó du~(\ de su hab1tuat raCión de ll1 ll cbo, empii1a.r;clo la
en la nuca; y sm corsé, se puso un holgado ~ina.dor LGtdla. ébrio de 'ino. d~ fuego y do ira mal ferruen·
de franela b~anca que la envolvia toda, y calzó pJ.ntu- ta.ua. Dr pronto VJ6 á Fernacda, WJa mu1cr toda blau·
flas de terciOpelo también blanco. Y La;ó como lo,_ Q, en la negrura horrible del t:tller; quu"dó t.an uom-
d.La#i gu,. ten,í& !NO ~ ~~ ord9_n temp.rano, l>ra.do co.u t..'ll aparición, quo av!Ul.Zó para d•• rae cucnt~
- 68 ti ~ 8"1 .:.:11

Fema.ncf&, l"ff(X)noci/>.ndole, empmat1a la botellR<, 't'&cf!ll~ IW&n 1 ¿Y quiere usted, setiora, que perdooe J cpe crft
dol&, Lte babia d~ten1do aC10 n1a~ tranquil a. t.sut>a meo al bastardo que me trae en la. pa.nu, como un& lnd&-
d.Jo desnudo, la caffil!'>a abtcrt.a por el p\!cbo, muy olan.. cen te perra que es?
co; los brazos de¡aba.n ver su ptel basta lo::i numl:lros, Entonces Femanda. fingió mucho asombro, lo eoU6
la piel fina y bnllaHte de los ro¡os que contrastatJa todo con rure de perfecta inocencia..
con tuerza con .:1 tono de la cara, collgcsnonada, ya -Pero, entonces, ¿qué es lo que me han dicho '1
cocida por el fuego !:~~ h<i.bla dtclto ella que para acer· tYo crela. la cuestión del niño arreglada. ¿No se quedó
c:ársele es~ra.na á que se tJulJtese vesLHJ.o l'ero no en que el padre cargara con él? .
pudo evttarle, puf":t él ve.n.la a ella y tuvo que lratar el 1 -¿Cómo cargar?
asunto JOIItedlata.ntente ,_1 Pues claro, el duefio d~ la Crécherie, eee aefiot
-;:,<ry yo, liagu, tengo que preguntarle una cosa, "E ·L ucas, en fm, el padre.
t.omo kbia que e~t.aLa usted aqUI ... -¿Cómo el padre?
~gwa eJ paSJud.do a.1 verla molestarse de aquel mo- Ragú, estúp1do, sin contprendel', se habfa a.cerca.do
do vilucrtdo á IJUSt:aJ 16, y conU.Uuó nurá.r1dola con la y adelantaba la cara sudorosa, ardiente, hasta tocar
.boca alJiert.a. C!l.Sl el rostro dehcal.lo do Fernanda, aquella boca fres·
Ella rmsma, pero sólo entonces, comprendió lo &.b.. oa de donde sa.lian cosas tan extrañas.
trnrdo do aquel paso, jJcro s1n (Jcnsa.r cu ello ru tratar -¿De modo que no es verdad? ¿No sabe usted
de excusaJ:>e, fue d61~·1Ja al <l.liw!lo. nada? ¡D10s mío, cuánto siento haber hablado! Me
- Veula a pn·gun la¡ le Sl cvn::.cit b rá usted que su hablan dlcho que estaba usted de acuerdo con el ~
Ul'UJer venga UJtOS di~ á e<c.a. .Ncw::illO á algillen 'Ji fwr .Lucas, que su mujer se quedaba con usted á con·
be pensado en bita.. d.l ~16n de quo él se llevara el niño, ya que era suyo.
Olv-adó Jlagá de pronto lo extraño de la vislta .En Un temblor agitaba á. Ra.gú, sus OJOS iban siendo
lOna. ola. d~ CJega cólera, toda su sangl'~ zumbó en bU los de un loco, y segula adelantando la manilibu.a
eran eo. convulsa. Y furioso, rugtó, perdJCndo todo respeto, pue»
-¡Mi mujer! ¿ quiere usted (l. m1 mujer? 1Hayo dft ya. no habla alli más que una hembra y un macho.
Dwsl Llévela y que<.lcse con ella; ¡~t se mu~ra.l -¿Qué es eso que me cuentas? ¿por qué has nni·
~ste era el hHor que Fenra.nda esp<;ra.La. l"UJ~ló sor· do á contarmo eso? Querías plantármelo en las na.."Í·
presa., compasión, muc.lla peua.. ces; lo del señor Lueas quo ha. dornúdo con mi mujer;
-¿ Pe:-o, s1guen ustedes re1\J<1os? Yo ere! quo la llar y es muy postble, de seguro, es ciurt.o, porque ahora
bla usted ~rdonado, que se arreglaba tollo, eoperando veo claro y todo se exphca.. No tengas miedo, o..1 se·
8.1 pobrec1Uo que va á nacer. flor Lucas ya le cont.a.ré un CU\:.nto; do ese me encar·
--1 Perdonar qué 1-gnló Hagú bajo este nUt!VO la.- ¡o yo... Pero, ¿y tú? di . ¿Por qué has verudo, p<.~r
tigazo con que azotaba la hl.!nda d~ sus celos.-f>en.J.o- qué has hecho eso ?
nar el hlJO que le ban hec.ho á esa. zorra. 1Conque Y Je echaba en la cara un al1ento tan terrible, que
e.1 gusto para ella, mientras yo dejo aquí las asaduras 1 &e a.susló ella coruprendlcndo que se b.ac!a dueño de
-Claro que su mujer ba s1do ltgcra; ~ro es un la. Sltuacíón, que toda su dt'stt·cza do mujer seductora
joven, tan bonita, y es tan natu1 a.l á su ed . .ul querer no podna nada. con. esta fiera en libert.ld Quiso ha·
divertirse y dejarse vencer por los señontos Luenoa tlfse en rellrada.
mozos que la engatusan 1 -Pterde usted la razón, Il.lgú; ya volverá usted,
Cerró él los ojos ante la ardiente nswn que 1~ ya hablaremos, si quiere, cuando asté mái ~a.nqu.Uo.
evocaban, loco, rugiendo: · De un. .onnco la estorbó el paso.
~1 Yo le daré 11. ella los señoritos .~e la !\Ilg.'\tq/ e-lti o, JlO 1 Ü'f!it, \engo ~e d\lcif'Le.u
~ ~g ;..u 59 -
Con el mi~clo, de&CUld.a.ba ella. el peioador too1 ce- l'poderado de ella.. Se detend!a también como Gna lle>~
• ftldo y "81:1. él un poco de su seno; 1u.a.ve como aed&. ra., en e.tlt~ncio; le arranus.ba. el pe1G, le mordJa el pe-
Sobre todo, la. adlnn.a.!>a desnuda. Sln corsé, am ena.- cho y procuraba. mutlarle, mientras él Hgul& rug1endD 1
guas, env-uei.ta apec.a.s en el vesodo flotant" que lJO" 1 -¡Zonas, zorras 1 1Todas torras 1
d.r..a desgarrar do un solo movmuento d" s\13 ma.ti()s' De pronto deJó ella de defenderse. Una on:la. de
rudas; y o.la. b1en, como s1 traJera cons1go todavta o¿ abominable voluptuosHiad, ola de espantosa en:bnaguez,
a.mbtente del lecho, húmeda, perfumada. Acanalla de llegaba. á. su carne en un. escalofrío y aturd.uruento
volverle loco lo ext.ra.I1o do su VlStta¡ la carne blan· que sumergían su voluntad y la entregaban jadeante,
a, la mu;er de blanco toda que ca.ia en BQ negro tn~ delirante. Y esta ~oluptuosidad afrentosa la. produci~
óerno de roja.s llamas. la misma abyección en que caia; el lecho innoble,
~Atiende: tú lo has dicho. Los señonlos guapot aquel retiro obscuro, apestado, el olor salva;e de aquel
cortejan á nuestr.1.S mujeres y les hacen hlJOS .. enton.• IL1'1iiruJ rabiado de piel sudorosa, de sangre quemada
oes, ¿qué te parece? justo es que les paguemos en ))Or el hurno; en bn, el Lorror sombrío del Abismo,
igual moneda. y que á ve~ les t<Y¡ue la crun.a. á au. Clel mor.5u-uo que tragaba ex.ist.enClas, cuyas hmeLlas
muJeres. atravesada~ por ll ,unas le producían un vértigo infer-
Habla ella comprendido¡ la empujaba hacia la .ba- nal. La. vil curiosa, la ~rversa que había en ella, tan
rraca de tablones, inmundo ropero, agujero de tim&- poco halagada por su marido y por su amante inslpido,
bla.s que tenia en un rincón harapos amontonados. tocaba alli el fondo de la. sensación. Ya cont>t!n lia.
También ella. J>erdió la. cabeza, se de!cndló, rebelde, Devolvió el abrazo d\) la bestia, ebna en su espas-
aterrada, al acercarse el monstruoso abrazo. mo, jamás sonlido, que la biw gritar de placer looo;
-¡Dé jame, ó grito 1 como la hembra á quien revienta. el macho en. el fon·
-¡ Que w de gritar; de fij~ no U:uuar~ gente; tú do de la se! va.
perderia.s más que nadie! Ragú, al punto, se había. puesto en p~o.. Como el
Y seguía. empujándola. brutalmente, h..'\ciendo ava.n~ jabalí en su cubil, daba vuclt.a.s, rugfél: Vlsliéndose de
zar la mandlbula, las duras manos ya. sobre ella.. Un pnsa.. La chaqueta habla ca.1do deLa)O de Ferna.nda
vaho de fiera. brotaba. de él, de su piel blanca. que y la enumjó con ol pie como un estorbo. Do.s veces
ella veía tras la ent.roabierta camisa. Su rabioso tra.- rnis, para bu5ea.t' algo, la zarandeó con el p1e, peu-
bajo de noche, el sudor do quo lo había inundado, le :sando sólo en lo que hél.bía perdido, I á. cada patada,
~mpapaba., febril toda.vía, la sangre, cor11o coc1da por grul\fa:
el horno eou calor de brasa. a.cwnulado en sus ven:ls. -¡Puerca., puerca. 1 1Puerca 1
Fernanda se senUa desfallecer en nqucila hoguera abo- Apenas vcsudo, encünt.ró lo que busc;aba. Era s~
minable, arrebatada, suhyu¡:ada, sin valor ya para. p~ na,·aja., q'Ue se fe había caído del ~olslllo, y estaba
d.ir socorro. d· ba)O d•l Fernanda. .En cuanto cog1ó la prenda, se
-Le juro á us~d quG grito, si no mo tJuelt.a. f.ué á escape, lan.tandl> el últi~o rugido.
Pero él no hablaba, apretaba los dientes. en un fr()- 1 -¡Al:.C>ra, al olrol ¡Voy á. aJustarle las cuenl<isl
nesl en que la necesidad do sangre vertida acab11ba F erruwda en trc la. ropa vieJa, t>eguía en un espas-
en este celo, en ese afán de violacjón. ~ último em- rno, inerte, 'anirpLlada por la. ,•iolen6a de la sensación,·
pujón la hizo caer sobre los andrajos amontonados, l<•s brazos cot1\lllsos cruudos soLro h ca.ra. Sola ya,·
en el rincón infecto, lecho de ignorrunia.. Con ambas después de un r.:üo, se le>'antó cvn tr~bajo, recogió
manos había arrancado el peinador, rasgado la caun· el pelo, :.e envolvió como pu~o e~1 los peu.uos de su
ea; la tenía desnuda, la aplastaba, la quería inmóvil peinador, y tuvo la e:x t.raonl111a.na suerte d~ volv e~-
para evita,¡· lo~ arañazo&. U.A twor ~o.Al,brío u había ~ ~mo ha.bia vorüdo, sin encont.ra.r ;\ n.adtv, de.J.i·
ic-t Si -
!lndoee por las sala.s desiertas. Por fin) en su ~ go aliento 6a.lfa del lecllo, la vida. ardien~ ~cupla<ia,
ba., t1e creyó salvada. ¿Pero que.- ll&oer de l.1 ro.pa de¡.¡ oculta allí baJO la sofocación acre de las eábana.s.
garrada, manohada, inmunda? Los pantuflos ~e ter• -Pues es el caso que un obrero del Abismo, el tAl
ciopelo blanco estaban negros del todo, el pemador Ragú, ya sabe usted, acaba de matar de ~a cuchillada
de franela blanca, te rúa manchas de aceite, de carbón¡ ol señor Lucas, el dueño do la Créchene.
la camisa, desgarrada, señales innobles. Se deCHiló; Femanda. como movida por un resorte, quedó sen·
hizo un Ho con aquella. ropa que nadie hab1a de ver, tada en el blanco lecho, despeinada., desnudo el seno
y la ocultó bajo un mueble pa.ra que:narla ~espués; entre la ropa descom;mesta.
como el asesino que vuelve con el vestido cub1erto de -¡Ah !-diJO simpleme-nte.
sangre. Luego, después de ponerse una. camisa lim~ --8í, señora, le ha metido la navaja por detrás,·
pia, se acostó otra vez. Quiso olvidarlo .todo, inca· entre los hombros. Dicen que íué por causa de s~
pa.z de tenerse de pie, oon anhelo do donmr, huyendo mujer. 1Vaya una desgracia!
del minuto inaudlto que ,acababa de pasar. Pero en FiJOS los o¡os, distraídos, como si viesen lo invisi-
vano mudó de Qa.misa, el olor de bestia humana Jo ble el seno prupit.ante, toda la carne en tensión del
bmfa en ta. piel, entre el ca.bcllo guardaba el soplo d& es~mo, que seguia, Fcrnanda permanecía inmóvil, cui
embriaguez que la. había embargado. ruvo que .vol.o tJ. Jbscu.ras.
ver á. vivir el minuto; rumió y rumió la voluptuosidad -Está bien-dijo al fin ;-déjame donnir.
terrible entre el vaho que la impregnaba la carne¡ Y después que la doncella volvió A cerra.r suave.
que tenia hasta ~n las uña.s. No venia el suefw; es~ tncnto la. puerta, el ama se dejó caer otra vet en el
taba boc.a arriba irunóvil, seplllltada bajo la ropa, COll desordenado lecho, se volvió hacia la pa..red, otra vez
los ojos cerrados, apretada¡ las manos, prLsa do fu· inmóvil. Ahora o.n sabor atroz do sangre se mezcl.l..b!l
rioso recuerdo que la sacudJa, que la quemaba con el al olor de fiera que 1a envolvía, y una excitacióq
continuo volver de aquel placer ignorado, alrol, con monstruosa del crimen entró en su plaoor. Creyó m~
~e no podía saciarse. Pasaban las horas y no se rir por la violencia de la sensa~ón, aguda, .semejan~
)novia; era la. caída inexo.ra.b1e y deliciosa d.c un vér., A un hierro cuya punta remoV1era .los phegues ~e..
tigo sin fin. cretos más delicados de la voluptuos1dad. Era lo m·
A eso de las diez, Felicia, la doncella, en ll·ó en e! olvidable la dicha, el espanto, el triunfo, toda la cri&·
~to, uom.brada de que la señora. no hullicse lla· tu.ra ne~osa envuelta en un paroxismo de excitación.
ma.a:o todavía; y más impaciente porque a cababa d.e a... que no habla. conociclo jamá.s, que no volvería á 00o1
ber una gran noticia que tra.la. revuelto el barrio. no<'er y horas y horas pasó olvidada de todo en el fondo
-4, Está mala la 10eñora.? 1 de 1~ tinieblas del lecho ardiente, la. cara contra la pa.;
Como no le respondieron, esperó un instante, y des~ red como si no quisiera volver á. la vulgar vida coo
pués se diri¡ió hacia la ventana para abnr las persta." tidi~a, para rumiar á lo infinito aquel placer ex~
nas, &egún costumbre, pero un murmullo qu~ vonil( crable.
do la obscuridad d.el lecho la detuvo. Eran oorca de las nueve, en la escasa claridad p&..
-¿Es que quiere la señora seguir dcscan..s.a.ndo? Ji da. de la. ma.ftana de in Vlemo, cuando Lucas fué h&
Tampoco hubo rcspuesu. Y Felicia, quo ardía. el\ rido. Acababa de hac.er, según costumbre, su visi~
deseos de dar la grau. notic,ia1 i~ decidió á. pesar tlo matinal á las escuelas, y Ra.gú, que es~ba en acecho
todo. · detrás de un macizo de boneteros, se lanzó sobre él 1
-¿No sabe la señora? le clavó la n ~l\'aja. entre los hombros, cuando llegaba
Un gra.n stlenc.io U~naJJa, la obscwa; al~oba. Un n.· al umhtal sonriendo A unas niñas que le salian ~
encu,cnlro. Lanzó \'Ul grito y cayo, mientr.:t-q el a.se:Jr
..... 62 ~ - Ei9 =:$

ft(' h'u.Ja. y IJcgaba A. la. falda de Jos Montes nte~~ VIva 'usted y ~o me ba!lt.a.. Su diclla na Jn(' di pon1'..
desapa.recie!1do C:r.lre las peña.c; y la maleza. No esta- Vprn 'Usted. n,..a ~stcd, Luca.s: yo f\eró ~t C.""lada
ba alh Samrettc, ocupada en la lechería. al otro lado 'En este momento tr:~.pco, ante !a mue:t~ q-JP él
d~ l parque Las nif1as, aterradas, escaparon también creía cercana, taJ descubnm1ento. e~te amo~ lar mudo~
pHher.do socorro grila.ndo que Ragú acababa de ma- tan absoluto, en,..oi,·iéndole. a.com¡x.f.á:.dole como án..
tar al señor Luca.s. Pasaron algunos minutos antes gel custodlo. era de una inmensa suand&d penet:a.nt.e
de .que algunos obreros de la fúbrica las oyeran y, y dolorosa.
pudieran levantar la víctun.a, desmayada por la fuer· Pobre, pobre Sce'urette.
za del golpe. Un charco de sangro manchaba ya. Iaa -¡Oh 1 Mi di1'"Ína y triste amiga-murmuró otra Tel
eiealera.s, r ojas, como bautizadas, del ala derecha do oon voz dest.allecida.
la Casa Comunal, donde se enoont.raban las escuelas. Se a.bnó la puerta y entró o1 doctor NoYUre m11y
N~ se pensó en perseguir á. Ra.gú, que con·ia, ya muf¡ inmutado. Al punto quiso exa.mil'lAI' la herida., ayu-
~~ 1
dado por Sreurette, cuyas cwlhd.a.des de enfermera co-
L":ca.s, A quien los obreros iban á dejar en 'Una sal~ nocía. Hubo un gran sllec.c.io, un momento de a.n·
próx.una, sa.hendo de su desmayo, le.s auplicó con To~ gustia inde6blc. Dt>~pués un con.~uelo ine~pemdo, un
débil : enternecimiento de esperanza. La n.aTaja había encon·
-No, no ; A mi casa., a migos. trado el omóplato y se babta desviado, no alcanzando
Se le obedeció, y le tra.n.sportaron en 'tma camillt. fj ningún órgano importante, no desgarrando más <f.le
8'll pabellón. Gran trabajo costó colocarle en su lf'Cbo · la carne. Pero la henda era horrible, el hueso deb!a
y con la fuerza del dolor volvió á ~rder el senbd0: de haberse roto, lo cual podía ~r eompllca.cione~.
Llegó Sre~tte, av1sada por una nirla, mientras Ull Si bien no h.a.bia. nin!!ún pehgro inmediato, la conva-
obrero coma á Bea.uclaJr para traer al doctor Nova. l~ncia sería muy ~arp de !tJO; pero a.sí y todo,
n:e La joven, al ver á Luca.s, tend1do, pálido, cu· 1qué alegria ver la muerte aleJada 1 Luc.as ter.ia co-
b1erto de .sangre, Ie creyó muerto; se dejó ca.er anta gida la mano de S~\lrette Y. s,u ctic.ba le ha.cla eon~ir
el lecho, Junto á sus rodillas, presa de un dolor tan débilmento. 1
Vlvo, que el secreto de su amor se lo escapaba. lA · X preguntó: · · '
babia cogido una de 1:1-s ma.nos inerte y la besaba.; 1 ,_¿Y mj querido Jordán, lo sabe? ' '
entre sollozos, halbuoente, decía su pasión combatt· - No, nada todavía; se ha encerrado haO!!! tres d!u
üa, sepultada en el fondo de su sér. Le llamaba su en su laboratorio. Pero voy á traerle. ¡Ay 1 amigo
ú~.i co cariño, su solo bien. Peniléndole, perdía su pro- núo, qué feliz me ha.ce la seguridad !fUe nos d.6. el
plo corazón; no amaria más, no viviría más. Des~­ doctor.
pérada, .Lo echab~ do ver que Lucas, empapado en Embeles.1da, dejaba su mano en la del herido cuan-
sus lágrimas, hab1a vu~lto en aí y la oía. con infinito do la. p~erta se abrió otra vez. Entró Josina. Corrla
afecto y tnsteza mfmtt.a. 1 1 .. 1· 6 ]a pruner noticia del crimen, tra.stoma.da, ]oca.. ~
Y munnuró con voz hgera como un háhto: 1 cu.mplia lo que ella tem ia. Algún miserable había en·
-Me ama usted. 1Oh 1 ¡pobre, pobre Sceurette 1 1 trega.do su querido secreto, y Ragú a..c3.ba.ba de ma-
Pero .á ella, s~lo atenta á la placentera sorpresa d~ tar á Lucas, el esposo, ol pa.d..re. Acabada estaba BU
'Y'erle VlVO t~dav1a, no le pesó de su confesión, satis· Ti da, ya nada ten fa que ocultar; allí moriria, en •q
fecha más b1e n de no mentirle más, segura como es· casa.
taba . ~e ama.rl~ lo bastante para quo su amor jamás Al reconoc~rln, Luc.u lM.to· un lig~ro grito. Habfa
le hicera sufnr. toltado con pri~ la mano d4 S<»wette Y. t.endla am·
-Si, lo amo, Lucas ¡ pero ~n mi no ha7. ~uo EOflP"lf b98 b rnos.
..., s¿ -=~
~ G& '"""'
-t Ah"! 1Josina, eres tú, vuelves i tnf1 -t Ah l Sre'Oretfe-repitió él con voz apenM percep-
Y, como tambaleán dose, pesada, por causa d6 ~ tible ;-1 ah 1 1divma y tnste am.iga 1
materr.idad muy avanzada, se desplomaba ella sobre Viéndole tan fatigado el doctor Novan,, intervino, 1
el borde del lecho, comprendió su angustia mortal 1 le prohibió en absoluto hablar.
la tranquihzó. .. . . Sonreía disc retam.en oo el amable doctor al entera.r-
-V uel ve á mf, con el blJO quendo, Jost~~· Y llo 86 de todo aquello. Le parecia muy bien que su heri·
te atormentes; viviré, el doctor lo asegura., nvué par ~ do tuviese una hermana y una mujer para cuidarle;
los dos. . . pero había que ser razonable; no llamar la fiebre con
La vida volvió á ella. en un gran su~ptro. 1Dto9 tanta emoción. Lur.as prometió se r muy juicioso, no
tn{o 1 ¿So cumplía, pues, el invencible anhelo, lo que hablando más, contentándose con mirar caril1oso á Jo-
ella esperaba do la. vida que parece tan dura y que cum- ein.a y Sceurelto, sus dos ángl'les, uno á la. derecha
ple lo necesario? 1Viviría. él, y aquella. espant.osa pu· y otro á la tzquierda. de su lecho.
ñalada los había reunido para siempre 1 llubo un Sllenoo prolongado. La sangre del apó~tol
-Si, sí, vuelvo á ti, Lucas; volveremos á ti, 'f esto babia corrido; aquel era el calvario, la pasión de don-
se ha acabado; ya nunca nos separaremos, puesto que de iba á salir el triunfo. Vió acercarse á las dos mu·
ya nada tenemos que ocultar. Acuérdate que te hab ~ jeres en tomo suyo, y el herido volvio á abnr los OJOI
prometido volver cuando me neces1t.aras, cuando no para sonreirlas. Luego, al dormirse, murmuraba:
fuese estorbo sino ayuda.; con este hi¡o quendo, lvo r-Por fin el amor ha. venido; ahora ven,ceremo-.
que nos da.r~ una fue rza. nueva. Todos los dern!-s .la-t
zos están rotos; yo soy tu mujer o.nto todos, rru BlhQ
está aqui, á tu ca.bece ra.
1 La alegría h iw lJ orar á Luc.a.s.
-tAyl ¡querida Josin.a, el amor y la ventura. enfr:ul.
C¡Ontigo 1
Pero de pronto, se acordó do Sceurette. ~va.ntó loa
ojos y la vió al otro lado del lecho, en pte, un po~o
páhda., pero sonriendo. Con a.dem.~n ca.ni10so, volVl& ' Rubo complicaciones q'lle pusieron ! Lucas en gran
~ tomarle la. mano. pellgro. Durante dos días se le creyó muerto. Josina
-Mi buena Srnurette, era 'Un recreto <fle tuvo que y ~<rurc lle no so apartaban do su cabecera. Jo rdán ae
ocul ta.r á lUted. pasaba las horas Sf'nt.ado junto al lecho del dolor,
-Iras un l1gero temhlor, dijo ella. con ienctl'ez:: auandon&ndo su laboratorio, lo cual oo habla hecho
-¡Obl Yo 1\) sa.!>ía; ha'1la V\Sto á J usi.na una ~ d esde la enf<'nnedad de su madre. Dest>spera.dos aque-
ft.ana sahr de casa de u sted. llos tres corazones ca.rii'\osos, á cada mom~uto tcuuan
-¡Cómo 1 1Lo sabia usted 1 e recibir el último suspiro del sér quendo.
Lo adtVlnó totio y sinll6 una. lí.stima, una admira· La pui'\alada con que Ra.gú babta herido i Lucu
ción, una ternura inEimta. Aquel amor que renuncta-- b abia conmov1do á la Cré<:herie. En los tallere•, 4
ba, mostrando un afecto sin fin, en el don de la vida. pesar del duelo, continuaba el trabajo; pero á cad3. ins-
entera, ~ conmovía, le exaltaba como aclo del máS tante ~ ped lan nollCJas; todos l~s obreros se sen lean
elevado, del más puro heroismo. Quedo, casi al oldoi 81Jl1danos, umdos á la vlctuu.a por el mi.~mo afecto.
añadió ella: El cr1m~n absurdo, la sangre que había corrido, esue--
-No tema usted, Lucas ; lo sabla.a o.un~ &Olé JnM clut..ba e! w u Lraw.ruw.L ~ que vanos aJ\os de expoo
(l1e lA JPÚ fi~ l fr~UernAl a.mi¡L :J r~¡o-l:v¡Qo 11-6
1- 68 *'-" G·, ~
~m)>rehdió él: mntió una riva alegria, t&zclad.a <W
1

Aencl& humanitariA. .Y ha.sta en Beauch.1r te h~l11:.


becho sentir la sim.pa.tía; muchos se recon<.'ilia.ban con lnqUJetu~ al Terya pali~eoer y vacilar.
tquel mozo tan joven todaV"ía, tan guapo, tan activo, -)1osma, Josma, á ti te wca ahora sufrir mas pe..ra
euyo único crimen, aparte de su empresa de justicia, ~ resultado ta.n ~guro, para una dicha tan g;ande 1
ara haber amado ! una mujer adorada á quien eu ma· S~urette acudió desde) el saloncillo próximo; y en
rido a.brwn.a.ba con io.jurias y golpes. En ~urna, nadie IBGglllda habló do ha,cp.r llevar Á Josina á otra parte·
se escandalizaba de Ter A Josina, muy adelantada en ~rque allí. no ha.b{a donde ~starse. Pe.ro Lucas su~
IU embarazo, instalarse junto á Lucas agonizante. Pa· plicaba, dictendo 1
recia e~to muy natural. ¿No era él el padre de aquel . -No, a.núga mf~, no tne lleve usted A Josina. Vo'y 1:
bijo? 6 No habían oomprado los dos ! costa de sus ltv estar con una temble AnBiedad. A ver cómo nos arre·
&rimaa el derocho de vl\'lr juntos? Adf>m~s, los gen· glamOB,. pUede ponerse una cama en el salón.
d.atmee que perseguían á Ra.gú no ha.hian encontrado Tendida en una b'uW:a, losina., sacudida por gran·
Dingú.n rastro; todas las pesquisas de quinCR días ha.- aee dol?ros, ha.bía hablado también de marcharse. P&o
bian sido vana.s; y el drama plrecia. dC"SeUlaz:tdo oon ro sonnó dando la. razón A Luoos. ¿Cómo dejarla abo-
el hallazgo del ca.dá.ver de 'Un hom.bro, en el fondo de re?-? ¿No iba el hijo querido A rema.c.ha.r su unión in·
~n ba.rranoo de los Montes Bleuses, memo comido por disoluble? YA comen tia Sreuretoo, cuando entró el doctor
los lobos. En él se crefa reconocer los restos horriLlea ~onrre que venía A haoor su visita ordinaria.
de R.agú. No pudo declara.r8e onClalmente la defun· -Varooe, llego A tiem}X>-dijo nlegre.-Ahora fcn:.
Clón, pero arraigó la leyenda d~ que Ra.gú hahfa. muerto, 10 dos enfPrm.os. Pero si el papá ya no me ÍD<fUÍcta,
{> por un accidente, 6 por un smcidio. en la locura !u· la mamá tampoco. Van U3tedes á verlo. •
riosa de su crim~n. Y si lO'Jiu.a estaba viml:l, ¿por En algunos minutos todo quodó orgalúz.ad.o. Había
R"Ué no había de vivir oon LuCM, y por qué los Jord án en el saló~ un. gran diván que se arrastró hasta el medio
no habían de aoe]>tarlos en su ca.sa? Y su uni6n ~ra de la. h~lnla.Clón. Se trajo un colchón. y se hizo una
tan natural, tan fuerte, tan indisoluble, en adelante, ~a. Tiet?~ en; el ~ . Tino ~ segu,ida. con ra•
~ ni aun m:A.s tarde pensó nadie en recordar que p1dez y fehoda.d extra.ordma.na.s. El doctor seguía. rien·
llO estaban casados legalrn.c:n~. do, brom'eando, y .sentí& no ha.berM quedad.o en ca..;
Al fin, en una hermosa malia.na de Feb~ro, d~> claro Ba., pues la ~ ib4 b\n. bien. Por ~.rigi.rlo Lu~ se
~l. el doctor Novarro creyó podur responder de Luc.a.s; babfa dejado de par en par la puerta que separab~ la
f en efecto, pocos dlas después estaba en plena com·a.· alcob!\ dd salón; y ~avn.do todav-ía en s.u lecho, sen·
lecencia.. Jordán, mey contento, hílbia vuelto á su tado, escuchaba a.run03o, anhelando oir, comprender.
laboratorio. Sólo quedaban aHI Sreurf'tto y losina, muy Pr<>guntaba á cada rnin'tlto, ardJa. en d~ de wer
,..ansadas por las malas noches an~riores; pero muy 8.lgo. Los menores lamentos de la mUjer querida que
felices. losina sobre tod~ que no habla. querido cui- p.1.decía tan cerca sin que él p'tuii:ra verlA, le oprimf&ll
darse, A pesar de su estado, sufria mucho sin que¡ er el corazón. Deseaba que respondiera ella Ill'iama · 1ma
decirlo. Y también tué una mañana de sol de prima.· sola p~la.bra para estar seguro; y teníA ella Taldr PA·
•era, cuando los dolol'\!s, cuya.s crisis dis1mulaha dP-S· ta dectr palabras entrecortadas, débiles, procurando pa·
do que se h&bia levanta-do, le arrancaron un dó.bil gnto, TPCM alegre, ocultar el temblor de la 'foz.
mientras presenciaba el primer almuerzo. de l.u ca.s e! -Bomhro, esté usted tranquilo y déjcnos trn pu-~n~
l>rlmer huevo permitido p<>r el doctor. ' fo el doctor.-J C\1ando se le dice que os una m&mrilla,
-¡.Qué tienes, Jorina mia? 'f que jamAa un hombreci to se ha presentado tan bien f
'Continu&b& ella luchando, pero tuvo que rendii"S 1Bof.Cl't6 ya lo be usted i • J'á hombre fl sur J
-(01.11 L\1.1 • croo gut; l1 lJcg ndo mon)~1t0.
t-tia• ~~~i!o'ót
ne pronto sonó 'D.n grito lige-ro, e) ~rifo ~ 13 Vl~ la madi'$. Era el n.ifi.o, aobre todo, q'IDe.n ahora bacla
Una voz nueva que ascendía entre la luz. florecer su existencia con más tuerza y espera.n%&. R.&
Lucas, inclinado, todo su sér tendJdo h.a.c~a el acon• petía Luca.s en sus continuos prorectos para el por-
tecimiento que se reahz.a.ba, oyó el gnt.o y atolló eJ co- verur, uuentras esperaba poder vo ver á su empresa.,
razón latir con alegria.. qu~ en adelant.e estaba tranquilo, seguro de fundar la
-¿Un hiJo, un hiJo ?-preguntó aturdido. C1uda.d de Jusbcia .Y de paz, pues tenia el amor, el
-1 Espero ustrd 1-respondto Nova.rre nend.o.-No Een.:, amor fecw1 o, Josina. y su Hilano. Nada se fw1da sin
ga tanta prisa. Hay que vedo. el hljo que ensancha y propaga la Vlda, y conbnúa el
Casi al punto, aJiM.I 6 : ' hoy con el mañana. La pareja que engendra es la. que
-¡Pues si, señor, Cierto; e! un niño, un hombreci- trabaJa en ta dicha humana, la que salvará. A. los po-
llo, lo que yo habla dicho 1 bres hombres de la iniquidad y de la miseria.
Luca.s, enton<X'S, rebosando alegría, batió palmas <» La pnm.era vez que Josina, ya en pie, pudo C.().
mo un niño y gritó cuanto pudo: menza.r su nuc\ a eDst.cncia Junto á Lucas, éste la es·
-1 Gracias, gracias, Jos1na 1 1gracias por el regalo 1 trechó en S\13 brazos, e}.dama.ndo 1
1Gracias te dtgo 1 ¡y cuánto te quiero. losma 1 -¡Ah, tú no eres más que mía, nunca h.a.s sido
No pudo ella responder en seguida., porque el <!olor tnis que mía, pues tu rujo es mio 1 1Heno~ aquí com·
y el cansancio la tenlan sin voz. Inquieto ya, repitió élr plctos, ya uo tememos nada de la suerte 1
-Te amo, Josina, y te doy JtraClas. En cuanto Luca..s pudo encargarse otra vez de la
Tendido el oído hacia la. puerta, pudo oir una voE dJrección de la fábnca, la simpatia que llegaba de
muy débil, como un sopltl, pero feliz y dehcio~a: todas p.artes, awuentó ruara.villol>amcnte; per~ no t5<Ílo
-1 Yo si que te doy las gracias, Luca.s ¡ yo ei qne el bautismo de sangre determinó el buen éuto de la
t(lo quiero 1 Cré<:bene; hubo :uicm.ás un feliz hallugo; voh'Íó á
Algunos minuto8 d.espués, Sceuretto llevó el niño al ser La mina fuente de enorme nqueza, pues so vol\'ió
r~dre para que lo besara. Era su amor ta.n puro. quo ! dar con los filones coruuderables de excelente mine·
f'lla también estaba radiante por toda 11quella dicha,· raJ que daban la razón á .Morta.tn. Se produjo desde
cozando una alegria sublime con )a ven tura de Lu· entonces l.ucrro y acero tan baratos y tan buenos,
ca.~. Despuég de besar al nii'lo, la diJo cariñoso y al~ ~e el Abismo se VlÓ .amenazado hasta en su f~rica­
gre: cióu de obJetos finos y caros. Toda. competcnc1a se
-¡ Sreurette, amiga m fa., tengo q'OA besarla A usted hacia impoSlble. Además, el gran empuJe democrá.li-
tamhién; bien lo merece, 1y estoy yo tan contento l co mull.lphcaba. doqutcra las v.ías de comunicación, la
Y en el mismo tono respondJó ella: extens1óu sm fin do los ferrocarriles, la construcción
-¡Corriente, querido Lucu, bésoolc nsted, todos 100 decuplada de pucnt.cs, cdJficlOs, ciudades enteras en
mos muy felices 1 que el hierro y el acero se empleaban en .proporción
Durnnte las semanas siguientes, se gozó el pl~r da prodigiosa, creci~nle, sm cesar. Desde los pnmeros TUl·
la doble convalecencia.. En cuanto el doctor permitió canos que hablan fund.Jdo el hierro en. un agujero.~
l\ Lucas levantarse, quiso éste pasar una hora en una ra. forjar armas y d elendcrsu y conq wst.ar el dom1ruo
butaca junto á Josina., todavía arostada. Una primavera do hombres y (!Osas, el empleo del hierro no había
precoz llenaba la estancia de sol; siempre babia &<>· hecho n1ás que aumentar; el tucrro a~.::iliaría por ser
bre la mesa un manojo de rosas adrnirabl~ que el mañana. la. fucnto de la. justicia y do la paz, cuando la
doctor traJa todos los días de su jardín, como receta; ciencia lo hubiera conqu1~tado definitivamente produ·
decfa, de juvent11d, nalud y belleza. Entre loa conva· ciendo CáSÍ de baldo, pi 'gánJolo á todos los 11508.
~<:,leotea N~h& J..t ~ de llil~rio, tJ bijo, goqe riUll fero b¡o todo, lo !!\W ~~rmiAó lA r~.. ·,eerida<1j
M7f ..
.t trlunfo ae le C~erle, tueron lal r&Eonea na~
row 8i& prosenta.be.n en m.asa, nuevM con!!b'ucclones Ir~
t&ban do<JUlerl.. .En trea afi.os dobló la población de
rales, UDA edministraClón mejor, má.s verdad. m&a ~.. la Créchene; la _pobla.ción se aceleraba. Era 1& etUJ
dad, más solidaridad. Llevaba en si misma su buen da.d aoflad.a, la ciudad del ttabaJo roorga.ruza.do, otra
éntQ desde el df.a en que ha.bfa !ido creada por el vez noble; la. ciudad futura de la dicha con<{Ulstada;
sistema transitorio de una prudente a.s~ac16n entre camino de ser metrópoli. Los talleres, todaJt las oons-
el capi tal, el trabajo y la inteligencia¡ y los dias di· truecwnes, crectan, cnb rtan hectáreas J y l.a.s easi ta8 ClM
ficiles que acababa de atravesar, los obstá.culos de to. ras y alegres entre verdes j.a.rdmes se muJtiphcaba.nJ
das clases, la3 crisis quo ae habla creído mortales, Esta ola avanzaba hae1a el Abismo, amenazaba sn•
eran simplemente los vaivenes inevitables del cami· mergirle. Tiempo atrás, h.a.bfa ancho espacio entre am·
no en los primeros dia.s de marcha en que se trata de ba.s fábricas, los terrenos incultos que Jordán posela
DO sucumbir, ai se quiere llegar al fin . Y ahora s~ en la f.aJda de !os Montes Bleuses. Ahora las últi.ma.a
,-eia que la Créc.herie siempre había terudo fuerza, ia· ca.sa.s de la Crécherie llegaban á dosc1entos metros doJ
yia pa.ra las recolecciones futuras . Ab1smo. La ola que iba a. batir contra él, ¿no le
' Era una lección de las cosas que iba ! convencerse C'U.bnrta, no le arrastrarla, reemplazándole con su triun-
poco & poco A todos. No cabía negar la fuerza de W fal a1egrta y salud floreciente? También el VlCJO Heau·
jUOcia.ción 1.1 ver los ooneficios crecer, y que los obre- clrur estaba a.me-na.tado. Un ext.remo de la cmdad na·
ros de La Créc.herie ganaban ya el doble que los de ctenoo marchaba hacia él, Iba ·A barrer el negro y pes-
otras f.á.bricas. Había que reconocer que el trabajo do t1tero luga.rón obrero, nido de dolor en que agonizab~
ocho horaa, de seis, de tres, el trabajo ~rada.ble por eÁ salario. A veoes Luca.s, el fundador de la Cludact.,
la divers:ida.d de tareas, en talleres claros y alegros, la. miraba c.rec.er hac1endo salir del suelo el Beauclru r
con máquinas que podían guiar nifl.os, era tundan1en4 de ma.hana la mans16n tehz. Todo Beauclatr se con·
to de la sociedad tutura. Los rn.{seros asalariados d~ quistaria de monte á monte; las gargantas de Brtas se
ayer, se volTían Mnos, inteligentes, alegres, amables. llena.rian de casas alegres, entre verdores, llegando A
La ooopera.ción, necesaria, suprimía los iut.ermc d.Jarios los camp<>s in.rnensos, fértiles de 1a Rumaña. !''alta·
parásitos, el oomercio en que se pc rdJan tanta fue n.~ ba.n años pero él ya veta la Cludad futura.
y riqueza; .Y a.si, los Almacenes generales funcionar Una t~d0, BonnaJre le trajo á Dabette, lA mujer
ban sin choques, decuplando el bienestar de los ham· ije Bourron, que le dijo, mempre alegre 1
brientos de ayer, colm.á.ndolee de los goces reservados -Pues, seftor Luca..s, el caso es que mi marido cruiJ
a.ntee ~ los ricos. Hab1a que eroor en los prod.Jg10s 111iera volver á la Crécherie. Pero como se rrut.rcbó de
de la &Olidaridad, que debe ha.cer de la v1da una fJ ost.a. tan mala manera, no 86 atreve A. verur... Y. vengo yo.
contmua para todos, al ver las reuni ones de la. Casa. BonnaJre añadiór
Comunal, futuro palacio real del pue blo, con sus bi· · -Hay que perdonar 6 Bourron, é. quien el de_,gra·
bliotecas, museos, salas de espectáculos, jardmes, jue-- ciado R.agu domma.ba. No es malo, es débll, y po-
gos y diversiones. ¿Cómo, en fin, no renovar la ins· dremos salvarlo.

1
trucción y la educación, no fundándolos en la. pereza.,· -¡\'enga Bourron 1-grltó Lucas a.legre.-No q'Uiero
sino en el a.fá.n de saber, ha.c1endo el estud1o a.gra.da.- la muerte del pecador, al cootmno. Muchos ae aban·
ble, dejando á cada. cual su energía y reuniendo los donan pervertidoa por los compañeroa. Bourron aervtr/4
sexos, si las escuelas prosperaban tanto, sin exceso de ejemplo.
de libros, mezclando leccwnCjl y recreos al aprencti· Nunca se ha1ía sentido más felis ¡ la ..-uella de Bott·
zaje profesional? El ejemplo do la Créchcrie SQ ha· rron le pareció dec1sJva., aunque el obrero ya valía
cla contagioSK>. No eran teona.s, eran hochos; se iban 'POe.o, P4}ro rescat:lr~e! M.lva.rle, prft! WlA Tictorill tobr~
~a.n.&lldO holll.J>r~ l WrreJl.Oj ~ul f..O.lltO!UO; D.~V08 QPf A-
.:1

el salarlo. Y ade'm'&, otra oa.sa para su pueblo; un& tnls convencido <le lo que decía.; muy contento rien·
ola tras otras olas, haciendo subir la marea que habla do á los camaradas sufrir menos, gu~tar do todo, mo-
de llevarse el mundo viejo. rar en sanas vi viendas, rodea.daa du flores . Ya . no mo-
Otra tarde vino Bonnaire pidiéndole que admitiera riría sin ver cumplido el anhelo d~ toti.a. au vtda, que
l otro obrero del Abismo, pero no insistió, por lo poco hubiese menos nuseria y mis eqw~. . .
que valía su recomendado. -Sí sf-<lijo Luca.s ricudo,-la soc1edad eolf"et.ívu·
-Es el pobre Faucha.rd, que se decide. Ya reeordari tala r~izaremo~. y algo mejor; y si no somos nos.otroa,
ttsted que anduvo dando vueltas para venir varias veces. serán nue::.tros hijos, los h.iJoS quendos. que cna.mo
No podfa resolverse á nada, temla escoger, abrumado;
entontecido, aniquilado por el trabajo. No es un hom- 1 para esll. Confianza, Bonna.ire; el porvtmlr es nuc tro,
pues nuestra ciudad cr~. crece &n oesar.
Y con un ademán wostraha, entre lo;, árbolos nu v 1,
bre, es una rueda desvencijada. Temo que no podamo•
hacer nada de él. t<>s techos de las casa.s con azulejos de colo s qu ·
· Lucas recordaba sus primeros d!as en Beauclair. ¡raba el sol )?<;miente. Y siempre volvía a l
' -SI, ya sé; tiene tma mujer, Nata.lia, ¿no es eso l ca.sag, como Vlda.s que !>U alicnl.o pared:l sac r d
~ se queja mucho, y que siempre anda á caza de tierra y que vefa realmente en march.:L, C\!• 1 un ¡ér-
quien la f1e. Y tiene un cuñado, Fortunato, que no cito pacífico que iba á &t!mhrar el porv rur sobre l.u
tenia todavla dieciséis ai'los, muy pálido, pasmado, vío- ruinas del viejo Beauclair y del Ab1smo.
tima ya del trabajo maquinal y antes de tiempo; 1in- Pero babia más, no hubiera bastado e te triunto;
fehces 1... Pues bien, que vengan todos, ¿por qué no? lo decisivo era que también el pueblo aldeano, n
1Será un ejemplo más, si podemo.- ha.cer de Fa.uchar<! Comheltts, triunfaba á su VtlZ con el e fuerto comOn,
~ hombre libre y content.ol el lazo entre la. aldro y la fihrica. Allf t.ambión tie
,Y añadió alegre 1 estaba empezando, pero, 1quó prom ~ de prod1 io
-Una familia mis, Una caga mis. Bonnaire, ¿lo fo rtuna 1 D~o el dla en que el alcald ~n.Ian t y el
.-e usted ? Esto se va poblando, caminamos hacia la adjunto Ivonnot, reconciliados, ha.blan b bo A tod
gran ciudad de que le hablé desde el primer dia en juntar sus tier~ en un dominio de eüutenar ~ de
que usted no quería creer. ¿Se acuerda? Me seguía. hectárca.s, habla aparecido una f rtihdad e lr.l.ordan -
Usted por gratitud ... &hora ¿está usted convencido? ria Hasta entonCI.!s, •obro todo on lo1 OJLimos o
Bonnaire, wn algún embarazo, tra.s de una pa~ la tierra parecia declar~da on quiebra, como en a
dijo con franqueza.: la inmensa Uanl!ra de la Rumañ , &nl• ta:u f ~tla,
-¿Cuándo se oonvence nno del todo? Hay que tocar ahora triste, cubierta d~ esp1g.u ruin y . Era
los resultados con la mano. La fábrica prospera sin esto efecto de la ignorancia tcst.nrud~ de los bomb
duda, crece nuestra socieda.d, el obrero vive mejor; do la pereza; 1vs métodos anticuado , ¡, t 1• d
h.1.y algo mis de justicia y de felie1dad; pero usted nos, de máquinas y de concordia. 1Qu l· cctóo l
conoce mis ideas: todo esto es todavía el salario mal- daba Combettt-s l Con1prabW1 á eré LLo lo boo
dito; no veo que se realice la sociedad colect.iVlsta. p rocuraban óldes y m!iquiua.s n la 1 ri l
Sólo como teórico se defendía. No soltaba sus ideas h~ o de pan, viuo y lcgurnlm: . Estab u fu ·n
per.o . tenia fe admirable en el trabajo, y gran valor y wslarse, en el la.zo sohdano y i1ul, truet bl
actiVldad . .E.r a el héroe .obre.ro; el verdadero jefe quo al dea y la. fO.bnca.; era 1 rcconol1 ción an
había deCldido de la. Vlctona de la Crécherio dando s~ble, del a.ld~'ano y el obrero. Comb ·tt ' y 1
A los c.ompa.i'leros un paternal ejemplo do solidaridad. nc- se neocstt.a.han mt'Jtuam ·nt . Mtl
Cuando se presentaba en los talleres, tan alto, tan fuerte, lo el de esta llnnttra r •n Cl • nt
~ llonr.a.do~ l<><l"' ~ ~rs~ la Jll,a.llo. YA esta.b~ ~ WJiurt,n o 4 nc
-14 ~
~11M
!erras, pared& Combettes 'IUl mar pl&q!ttelro de nralt..
r& que ~o_dA la eo~ca miraba estupefacta 1 al fu\ explotadores, sin sacar mAs c¡u mieeria y lAg~
eon enYidi.&. Otras a.J.dea.s quertan ya seguir el e)ern" :la estaba h.uto; no querta mÁs engall.o; no más ~
plo. Los &lcaldes de Fleaura.nge!, ~ Lignerolles y d-. ~dar la tierra para que el prop1etano se lo lleYara todo.
~onnehe~ hadan proyectos de socied&des, recogían Tras de una pausa, ~d.ló ~oQ ardor concentra.do~
firmas. Pronto o.reoería aquel mar verde, hMta qu~ ~n voz m.á.a baJa'
toda la Rumaña no tuera más que un solo dominio¡ -Si, s1: la tlerra de todos, para volver i .marl•
Wl solo océano pacífico de trigo que ~\ara 6. 1\¡Slen· l A cultivarla Yo e&pero.
ta.r il todo un pueblo feliz. ' Lucas le miraba, a.somhra.doJ en au actitud reser1
Con ~enci.a., Lucas, p<>r gUsto, daba largos pa,. vada adiV"inaba vwa inteligenciA. Tras el aldeano rudq
seos il plE' A través de aquellos campos fértiles,. 1 A y socarrón, d.istinguia un agudo diplom.Atico; un pre.
veces encontra?a A Feuillat, el colono de Boisgelin, cursor el cual veia claro el porvenir que llevaba el
paseando ta.mb1én, con las manos en los bol!illos mi· ensayo de Com.bettes á s,¡n fin remoLo1 gu,e QOno~
r~do oon aire silencioso y enigmático brotar a.q~ll" él solo.
nqueza del ~~ bien cultivado. Sabía Lueaa que -De modo que ei deja 'usted las tierras en ese esta.·
de él ~a la lDJClabva de todo aquello y quien todavia do, es para que las comparen con las próximas y se
aconseJaba; y le sorprendia mucho Ter la miseria en comprenda la lección... ¿Pero no es eso un sueño?,
que dejaba las tierras que había arrendado el domi- Combettes nunca invadir4 ni se tragará á ~ G.Y.~r·
nio de la. Guerda.che, cuyos campos pobres' eran una dache.
ananeha, 'Un desierto inculto ju,nto Á la fertilidad dq feuillat Tolvió ¡ reir callado. Después dijo í
Com.bettes. Un di a le dijo • ' - Puede ser. De aqul allá, U!ndrían que pe.sar ¡n,'q-
-•No se avergüenza usted un poco de cultiv&r tan ~ cosas... En ñn, quién sabe, yo espero.
tna.l sus tierras, viendo las del otro lado del ca.ruíno Dió algunos pasos y e.ña.dió1 abarca.udo con un ad&
tan bien Cltida.das? Por su propio interés debiera WJ~ ~ el horizonte:
ted trabaJar con la actividad é inteligencia de qu~ 86 -Eso no quila que esto adelante. 6 Recuerda usted
sue 68 muy capaz. . cómo estaba todo? Y vea usted, Tea. usted ahora. COQ
.E> c.olono, primero sonrió, eallado. Desp·ués dijo
II}.iedo 1
•m el cuJtivo en común, máqui!1.&3 y ciencia. rebosan la.s
cosechas; todo el país ae oonqu.ista poco 6 QOCO. 1O.
-Ar• eeft?r Luca.s, lA Tergüenu ee \m sentimiento' gozo ver todo esto 1
ijemu~&do ~n.o pa_r111 nosotros. pobres rústicos. Y en¡ El entusta.smo del aldeano se com'lllltca.b6 t Lue&s,
cuanto á nu mterés, se reduce á sacar lo justo pua Si se sentía fuerte en la Crécherie, era porque conta,
Vlvu de estas berra.s que no son mla.s Les saco el pan ba cou aquel granero abundante Y no Teia coo más
Y ba.sta J tería un tonto haciéndolas ex celen tes para placer el progre::.o do su clUda.d de obreros. que es~s
ennquecer no mas que al amo, al señor Boisgelin, que campos fértil es de Corubett.es ~e l:ava.ban ~ onda
puede cada ve~ que acaba un arrendamiento echarm~ de sus m1eses, en océano am lim; ~. de un conim 1\
tuerL Para hacer de un ca.m,po un buen campo tie· ot.ro de la Rumaña. Era. el m1smo esfuerzo. la. rru~tma
ne que ser de uno mismo,. ó, meJor todavía, de t~dos. civilización pró~ma, la. hum.anld.id que 1~a t. la ver·
Socarrón, ae bu:laba de los que dicen á los aldea- dad, á la justtcla., á la paz, á l.l. rucha.
boa: e¡ Ama.d la ti_erra, ~ad la tierra l• Sí, eso quú-- El efecto má.B inmediato del buen Ó.l.l to d& lA Cré.
rfa él; pero tambtén quena ser amado es decir no cberie fué hacer comprender á las tá.bncas meno~
queria ~aria en beneficio de otros. Su Padre, su ~hue­ del pais la ventaja do asociarse á ella. La. Chodorgue,
lo, a bau.bp&Io. ~ hAbJ~A fWl<\d.o bajo el palo de lota fábrica do clavos que compraba las materias prime-
-
fAS á i'Q. wdu¡-~ h~r~la_ :W <!cgilió JUiWf!J'O V ~~
.
~ 71 .....
,_ ' ' ;al
dejó absorber por interés oom~n. Después la. casa Ha.ut- fia.u p1lll"'l lo que sucedfa en la Croch6rl~. y
oprobar
Bt!r, que t en fa la especial1dad de l.u guadai\a..i y J>(). estaba dispuesta á asoaarse, aunque su p&nader1a se-
dadera.s, después de haber toqado sobre todo sables; gula Oorociente, gracias á su bondad y bel!cza. que
también se asoció. Tardó más la casa Mlranda y Com· la hadan popular. Sólo el carnicero Dacheux se em-
pa.ñfa, que construía máquinas agrícolas, y uno de cu· ~rraba con el furor sombrío de la ruina de todas sus
yos propietarios, reaccionario, luchaba contra toda no. ldeaA; prefería morir en medio de los últ.J.mos cuar-
vedad; pero ante una crisis grave, se rebró, y el otro tos de res, el día en que ya no encontrase un burgués
sal vó la. fábrica apresurándose á. fundirla. con la Cr&. para comprarle la carne á su precio; y el caso llega·
cherie. ria; la parroquia le dejaba poco á poco, y tanto ra-
Todas estas c:a.sa..", as{ arrastradas en el movimien4 biaba, que la apoplcgla amenazábale como un rayo.
to de asociación, enútia.n acciones, aceptaban los miS· Un día, Lacheill: fué á casa de Laboque, para don·
ruos estatutos, el r<>pa.rto de los beneñc10s basado en de ciló á la señora MitAine, Se tralab~, decía, de los
la. alianza del trabajo, del capital y de la mteligen· intereses morale~ y comerciales de todo el barrio. Se
cia. LJegaban á const:i tuir una sola familia en c1en decia que los Laboque, para evitar la quiebra, se pa·
grupos diversos, dispuesta s1empre á reCibir nuevas saba.n á Luca.s, y se hadan simplem4"'nt.e depositarios
adhesiones, pudiendo as! extenderse ~ lo infinito. de la. Crécherie. Desde que Ílsta can1Liaba directamen-
En Beauclair, asombrado, desconcertado, llegó al col· te sus productos por el pan de Coru.bctt.es y de otras
mo la a.lanna. Entonces qué, ¿la Crócherie iba á cre- &.ldea.s smdicadas, los Laboquc hahf.a.n ~~ rd i do los me-
cer &in oesar, el pueblo mismo, después de la..s (á. jores parroquianos, los aldeanos de los oontornos, sin
bricas. y d~pu~s de la irunen:>a llanura iban á sor no contar los consumidores de Beauclair, que economi·
más las dependene1as, el dominio, la carne misma de zaban mucho comprando en lo!! alma.conos de la fá.b ri·
la Crécherie? Turbados estaban los corazones, los ce- ta, abiertos ya lodos. Era la muerte dol comerCJo,
rebros empezaban á preguntar dónde estaba el interés tal como se habla entendido ha.qta entonces, como in·
de cada cuaJ, la fortuna posible. En el círculo dq termediario entro el productor y el consurrudor enca-
loe oomerciantes, entro los a.lma.cenista.s, sobre todo,. reciendo la vida., parásito de la.s necesidades a¡er.as.
aumentaba la pcrpl(>jida.d, viendo bajar la venta; te-o Rueda inútil que cornla fuerza y riqueza, y cuya des-
mfan tener bien prouto quo cerrar la tienda. La 1~ apanción era segura ante un ejemplo que probaba con
cura fué general cuando se supo que Ca!baux el es.. qué facilidad se le suprime, en bten de todos. .Esto
poc.iero tabernero acababa de entenderse con '¡a Cré- lamentaban los Laboque, en med.lo de su bazar de-
cherie para que su casa fuera un simple depósito_. sierto.
una especie de sucu~u de los Aln1.a.eeue.s Genera.les. Cuando Dac.beux se presentó, la señora LaboquC', n&-
Mucho tiempo h.a.bla pa.sa.do por agente del Abismo; gr~ y fl~ca., estaba en el mostrador desocupada, em
algo espfa de la dirección, envenenando al obrero con ánimo ru para ha.cer media; mtentra.s el mando, con
alcohol, vendiéndose en seguida á sus jefes, pues la. ojos y nariz de hurón, iba y ven1a como alma en pena
taberna es el más firme pilar del salario. En todo entre las cajas de mercanc!a.s, cubiertas de polvo.
caso, no e ra trigo limpio; acachaba la victo na del -¿Sabe usted lo que me h.a..n d1cbo?-gntó el car·
más fuerte, siempre dispuesto á la traición, enemigo JÜC<\ro congestionado.-¡ Que es usted un tr:udor, que
de quedar de~ajo. Aumentó la inquietud viéndole pa- está A punto de entregar3e 1 ¡li~ted que perrlió su pll'i·
sarse tan fácilmente á la Crécherie. El mov1miento to con el bandido que juró su muerte aunque deJara
de adhe~ión se ac:e~eraba con la fuerza decuplada dtl la piel en la dema.uda 1 1Y a.hor.L ae no$ pa.sa, nos
la veloc1dad adqumda. La guapetona señora M1Wine dejal
Y. Jtan.a.dera, IW habia es~eratlo la ~nvenuóA d.e W , Mho~fl tnf.IHló..
~ tu w;: =o. f¡i -.{
E:o41Ya. Usted & aej~ .m JSUJ ~Jesf.a.nfes msg\la'" · -1 Qué mi&erla, q'Ué nriseria 1-a.ñe.dió ia sef'lora lA-
toa tengo yo 1 Al pleito estúpido, ustedes todos me hoque, qucjurn.brosa.-.Esto es el nLuu..do a.l revés, e1
lanzaron. Ahora de b]o no mo trae usted dinero para fm dd mw1do. .
pagar mis vencimientos de ón de mes. 1Pues cnton· Oyó esto la sel'iora. Mitaine, 9,'1e entraba. '
ces, no me venga usted con ca.ncionest ni con que Jl -1 Cómo el ón del mundo 1-dijo alegrc.-Ahora. mis-
prometí ó no prometi deJa.r la. piell mo a caban de parir doa vooinas un. par de cachorros.
,Y señalando las mercancias, añadió i )' los chlcos Augustp y ~ulali&, ¿có,m.o están? ¿No
-=La piel ahí la tengo; y si no me la.s !Yreglo, fo~ e.ndan por aquí?
alguaciles estarán aquí el nriércoles ... Si, seilor, es ver· No, ru ahora ni nunca andaban por aiU. Augusto,
dad, ya .que usted quiero saberlo; estoy en tratos con ya. oerca ·de los veinudós años, era un ap~s10nado de
la. Crécherie y finnaré esta t.ard,e. 1Du,da.ba todavía; las artes mocá.n.i eas, y aborrecía el come.rct<~; Eula.ha,
pero ya me aburren demasiado 1 muy juiciosa á. los quince, ya unA muJcrclt.a. d~ ~:;u
Se dejó caer en una silla., mientt'a3 Dacbe'u.x, ~ofo­ casa, vivía casi sJempre con un tío colono, de Llgn6-
t-a.do, furioso, sólo podía balbucir juramentos. Y tras r olles, oerca de Combett.es.
el rnosLrador, sonó entonc,es la queja de la abrumadA -1 Oh, los hijos, si hubiera que contar con ellos l-.
señora Laboq'Ue, en voz baja y monótona 1 d.Jjo la señora La.boque en nuevo lamento.
-1 Haber trabajado tanto, Dios mío 1 1Tanto B'u.frir -1 Todos ingratos 1-declaró Da.cheux, que no ee ~­
al principio llevando la qu;inca.llería de pueblo en pus. conocía en su hija Juliana, robusb. y benno~ señ?nt.A
hlo y luego los esfuerzos ~ oostól Abrir esta ticn· cariftosa, lq'Ue á pesar de sus catoroe cumphdos )Uga·
da y hacerla crecer. Y todo iba bien, la recompensa ba todavia con los pilluelos en medio de la callo de
'·cndrla. Una casa de campo para retirarse con sus ren· Brias.-¡ Cuando se cuenta con )os hijos, lo aeguro es
tas; y ahora todo se hund~ el pueblo se ruelve loco. morir de miseria y á. dlsgustos 1
1Yo no sé toda.v1a. por quó, san lo Dios 1 --..¡Pues yo cuento con mi ENaristo, vayal-repli•
r-¿ Por qué? ¿Por q'Ué ?-gruñó Dachoux.-Porqu~ es- eó la pana.dera.-Va á. cumplir veinte años, y aunqu~
to ea una revolución y los burgueses unos cobardes no ha quendo aprender el ofic10 de su padre, no refii-
que no osan defenderse. ¡Pero yo, el mejor día, ai me rem~ por eso. Los oh.icos salen con ~dea.s di~rent.es
Apuran mucllo, cojo la$ c'qchillas y ya, veréb lo que de l.a.lt nuestras, porque naoen. para tiempos que no
es buenol alcanzaremos. Yo, á mi Eve.risto, sólo le pido qtJ¡e m~
;La.OOque se enC:Ogió de homb'ro9. guiera mucho, y eso es lo ,que hace.
'-1 B<>nito negocio J.•. Eso está bien cuando 1!0 <menta f4>. seguida expuso I!IU caso con calma á Dachcux.
eon la gente; pero en visperaJO de quedarse solo, lo Si había venido, llamada por él, era para que cona-
mejor es seguir á regaña<lientes t. los demá.s. Ca.tfiaux tase que cada comerciante de Deauclair debta conser·
lo ha entendido. var su libertad de a.cción. Ella. no había enlrado to-
-¡Valiente sinvergilenza 1-rogió el carnicero.-¡ Un davía. en la as001ación de la Crécherie-, pero pensaba
traidor, un vondido 1 Ya sabréis que ese bandido, el entrar cuando bien le pa.redese, el d.ia en q'lle convi·
sefior L'uc.as, le ha da.do con mil francos por &bando- n1era á. los demás ó á ella misma.
llamo•. -Evidentemente-c.oncluyó La.hoque,-yo no puedo
-1 Cien mil francos !-repitió el q¡iincsJlero ocha.n" hacer ot.ra cosa; firmar~ esta tarde.
do chispas por los ojos, haciendo ver una ironia es- Volvió á quedarse la señora L.'l.boque, pronostican•
cóptica ;--quisiera que me los oírcciose t mi, quo pron- do el fin del m\Uldo.
to eG los tomaba. E.~ ne.ce~Wd obstinóU'St!, bo pnlrlenlt -Eao no, eso no--excla.znó de nll'}VO 1& arrogan ~
~i ii.Íe:rnpre eaW' wn lOii Jt á;J ru.~11~11.. ~)d.d~r~j-l.~ ll.i\ 49 ~V.Al>~nK\ ti l'P.\ll\dQ ~ lt_.
o... tíO~ ftiii¡ 81 ¡¡;¡;¡

b-OJ hijos pronto podrán casarse y tendrán hijos q'tt& ol>scurPcfa cadA vez más, descuidarlo y tranquilo, seo-
ae casarán á su vez ~ra tenor otros luJOS? Unos em- gún tleauc'Jrur, &e transformaba. En efecto, alrnorzan·
puJan á otros, el mw1do se renueva, ¡eso sil... es el do en casa del alcalde, sin más testigos que Leonor,
bn del mundo 1i usted qwero. . aún hermosa, Chátela.rd babra drcho:
La frase fué de- un efecto tan claro y decisivo, que -Airugo mfo, estamos penlrdos. En Parfs todo va
Oacheux, exasperado, se tué, dando un gran portazo, maJ, la revoluoón se a.cNca, todo eso se cae. Aquf,
Uenos de sa.ugre Jos ojos, amen.aza.Uo de apoplegí<l.. nu1•stro B01sgeltn es un p<Jl>re hombre van1doso á quien
Era el fin de un mundo, el fin duJ comercio inicuo y la UeJaveau de¡ará sm Wl cuarto. fodos, menos el ma-
corruptor, que ha.oo la fortuna de unos pocos con la ndo, ::~abemos á dónde van 1~ ga.nMCJa.s del Abi:;mo
ouscria de los más. en ~u lucha t1er61c.a contr<l ta qwebra, y ya verá us-
El ó.lb.mo golpo iha i trastornar A fi<>auclair. Ha.s- ted pronto quó d<>sa..stre. Asf, que fuera necedad 110
ta alli la Créc.herie babí11 triuniado atrayendo las m· pensar en ai ausmo lll no so qu.i~re ser a.rra.:;Lra.do
uustria.s simiJares y el CHOICIUO fll1'\flUUO j pero 1quó en la. ruma.
adrruración el dia en que M SU}otl qt;o) él alcaJJc Gourier Leonor se alarmó.
ee pa.'\a.ba A 1~ nucns idea.s 1 No ~ asoci..Lba, pues se -¿Está usted amenazado, amigo mfo?
bastaba á ~1 TUÜHno, cumo dccia e<m \"anidad, pero -¡Yo, no 1 ¿ Qwen p1ensa en mi'? Ningún gobier-
creaba junto A 14 dlr.&. una. ~cia.o•',n semeJante¡ su no se tomará el traba.¡o de atender á mi b umilJe per·
gran zapatería di} la calle do Driu se organizaba por BOna, pues tengo el talento de a.Jrrunistrar lo menos
a.ccioncs sobro la h.a_:,e ya ert'l('nmentada. dcl capital; po:.u ble, d.Jc1endo s1ernpre amén á m1s ¡efes, de suat..e
el trabajo y la intr·ligencia, quo dividían en tres par- que paso por cnatura. do todos los miru:;tros. Yo mo-
t~s el beneficio. En 'Wl nuevo grupo, el del vestua.- nré aquí olV1dado, felrz, hundiéndome con el último
~o al lado del grupo dcl aooro y el hierro. La sem& Jnimsterio. En qwen p1enso es en u::.tcdes, a.mrgos mros.
Janza lué mayor cuando Gouner logró sindicar á sa.&' Y explicó su 1dea., enumerando las venta¡a.s de ade-
tres, sombrereros, gorreros, la lencena. y la mercerfa.. lantarse á. la revolución, bacJendo de la zapateria Gou-
Se babl~. de un grupo más que un gran contratista ricr otra Créchene. Comprendla la Vlda nueva; en
de a!l>arulerfa se ocupaba en crear asociando á los este pacifico funoonano tan escéptico, babia brotado
albanJies, á todos los obreros de construcciones la· un verdadero ana.rl{Wsta., dlsinlUiado oon llparente re-
brantes, carpiuLcros, cerraJeros, plomeros, p1zarre~s y aerva dr plomátlca.
pmt~res, vasto grupo que englobaría tambrén ·;. los -Por supuesto, yo tendré que desaprobar póLlica.-
arquitectos, lot~ artista.~, sin contar á los obreros del mente la conducta de usted. Le llarTUl.ré tr<Udor, loco.
mob1liario, e~}ani~w. tapic~ros, broncistas y hasta los Pero aquí en casa, le abrazaré, porque les habrá usted
reloJeros. y JOyeros. No ora m.á.l que una vegetación jugado una buena pasada, muy reproducuva. ¡Verá us-
lóg1ca, eJcm¡.lo de b Créchcne, que babia sen.br:ulo ted qué cara ponen 1
esta _idr.a de las agmp.1.caoucs naturales que brotaLa.n Gouner, uust.a.do, t!e resistió. Todo IU pasado pro-
por tmlt.a.Clón. S.> now.ba., además, que un lazo g& testaba; su largo reinado de patrón le baCJa rechazar
ncr~ se cst.:tl~l.f"Cía por. encuna. de los grupos, lazo la. 1dea de no ser más que un a.soc1ado de centeuarcs
comun qu~. de¡andolos ~1stwtos, los reuniría algún dla de tra.ba¡adores, de qwen había s1do ba~ta entonces
en un3: ampha rcoq~:uuzac.¡ón soClal del trabaJo, úni· due-ño absoluto . .Mas á pesar de la! trazas, para e.l
eo cód1go en la CJuJa.d futura.. negoClo era hsto. Compreud1ó las ventAJas del cam·
Pero la idea de hbrarse de la Crécherie im..itán.. btaz.o y adt-mas se swtió contagtado por la fiebre de
dola, pareció supenor aJ l.a.Jcnto de Gouner ' Se atri· returm.aa !lUO eJl ia.l época.s rovoluc10na.na.s euloque-
bu)'O aJ co.u~JOJO d.e ChaWard, e¡¡ au.b}lN.f~H~~, fUO M X.rcWGjo-1'omo U-u
~8!~ ~~IIWj
~ precisa.men~ i 1M ela.s9 vencl.dll-'. Lkg6 i ore~t N1iet !\1 opinión aob're los uuntos púhll'eos, temrenc!~
que la i~ea. era suya, oomo se lo repeUa LeonQr día. ~e les trajeran algún desastre personal.
y no.che, por consejo de su amigo Chátel~rd. -Y vamos á ver, sefi.or presidente, ¿qué dice usted
Fué un escándalo en toda la burguesia de B~u­ de lo que pasa?
clair. Se dieron pasos, se procu.ró que in~rviniera. el Levantó la cabeza, miró Un instante i lo lejo!lt ~
presidente Gaume, habiéndose negado el sub'profecto, dijo como hablando consigo mismo:
gue declaraba á voces el caso escandaloso, y que no -Digo que tarda. mucho en venir el buracl.n tl~
g:uerla )Ilezclar en él A. 1~ ad.minis~ón. Ta:npoc~ verdad y de justicia., ~e a.caba.rát P;<>l lleva~ este
lae&ptÓ el presi~ente, q'Ue VlVÍ& mux retire¡do; Sln Ve): ln'undo abominable. · '
á nadie de!de el día. en que al¡ hiJa Lucila, sorpre~.. Los Ma.zolle, asustados; rn,urmuraron 1
did.a en flagrante deli.to oon ~ ~sant.e de notano ' -1 Cómo, cómo... no• mete usted miedo porq'll~ w
muy joven · ha.b.fa. temdo que refugiArSe en eu casa,., be q'Ue no som,oa muy valientes 1 SJ, aí, la broma. d~
Se emplea:on los grandes medios. Jollivet, el capit~¡ ~cmp~. ·
yerno de Gaume, después de sepa.ra.do de su muJer, Gaume, v'uelto en sí, ~noció i los Ma.zelle, pa·
se ba.bía. lanzado en la. reacción. con turia loca. Man~ lidos, asustados, temblando por su dinero y su pereza.
daba. tales R'l.rticulos al cDiario de Bea'Uclain, que lb Sonrió con i ronia de!ueñosa, y dijo :
bleu el impresor, alarrn.a.d~ con el giro q'Ue tomah~ -¿Qué tienen ustedes ? El m'Undo durará todavía
aqu~llo y comprendiendo la necesidad de estar con veinte aiios, y si uste~ viven, se consolarán de los
el más' !11erte le babia. oerrado á lo mejor la. puerta, dieg'U.!tos de la revolución asistiendo á cosas in tere-
'deseando ~iar de partido. Desarmado, ocioso, ~ santes. A 6u hija es á quien debiera preocuparle el
~pitán paseaba su cólera im'po~nte, cuando se le in· porvenir.
vitó á que influyera con el presidente, con el cual -Justamente--dijo la sefiora Muelle en son de q'U~
no ha.bí.a roto por oom:Pleto. Fu.é á verle, y cuando tJ.~¡o ja,-Luisa no se preocupa.. 1Oh 1 absolutamente nadl' .
lió ~ las dos bora,s, no ha.bfa sacado de su suegro más Tiene trece años apenas y encuentra muy gracioso lo
re;puesW1 evasivas, pero él se ha.Ma reconci.li~o con ~e sucede, oyéndonos hablar de ello, naturalmente,
s'U mujer. Al dia. siguienre volvía ella a.l domiciho con• día y noche. Se ríe núentra3 no~otros rabiamos. Cuan·
yugal; el capitán perdonaba. esta ve.z con la form~ p~ do le digo: «1Pero, infeli.z, no tendrá& un cu:uto 1», me
mesa de no volver olla á las andadas. Beauclalf Vlé responde ¡Saltando como una cabra: «J Pues me tiene
estupefaoto tal desenl.a.ce, y acabó aquello en una lr&n Bin. cuidado; para que veas, ~1 estaré m~ contenta l.-
~rcajada. Así y t odo, es muy sala~ aunque nos da poc.u satis-
iFueron los Ma.zelle los que consiguieron que confe. facciones.
aa.ra el presidente G.a.'ll.llle, por azar y sin tal m1sión. -Si-dijo GaUl'ne ;-es Un& nil1.a ~e anhela viTir
Solía paSMr por l.&s manana.s por el boulevard d~ por si misma.. Hay de eso. ·
M.a¡n.olles, largo y desierto, con la. cabeza baja, lu .Mazelle, perplejo, aún oomfa 'qile Be burlaban de ellos.
m.a.noa i la espalda, meditando sombrío. Se le iban ea· La idea. de quo la fortuna hecha en die.z años y la
eorvando loa hombros, como bajo el hundiffilento final 1 deliciosa holganza soñAda. desde la juventud, podian
pa.recla aniquilado tras una existencia fallida, por el desap.aNcer, teniendo acaso que trab:~.jar como todos;
mal que babia. hecho y el bien que no podía hacer. le angustiaba de modo que venía á ter un primer oastigo.
Cuando levantaba un instante los ojos, mirando é. lo -Pero la. N'nta, sehor p~idcnto, ¿qué será de ella
lejos, parecla esperar de lo desconocido, del maftana,· •egún 'Usted, si todos estos ana rquist.as llegan á tras-
algo que no ll~ga.ba, que él no vería.. Los Mazelle lo tomar el mundo? Usted recordará á ese scOor Ln~
enrontra.ron r.endo á Ja i¡lcs.i:~. Y. ~ l~ acerra,roo n.1r~ ~e tAtl, mal P:JlP.Ql rop~o~ 1. n,oa d.ab01 broma ~A
... M~ ~M~
la supresión ae 1a rent&. ¡Para eso, que nes degüelten ra.na.tBe
1 'f bDIImo~ loe dfas Mtahall Cblltadot, )" d
en medio do un monte 1 bios no le llama.ba á a1, pronto tal Y1tz a.sistiri& t. la
-Duenn&n en paz-repitió Gaume eon ~ranquil~ iro. terrible catástrofe: el campanario desplomAndose, hUA•
nfa ;-la sociedad nueva los alimentará s1 no qweren diéndose el techo de la nave, aplastando el altar.
trabajar. Con tal pesadilla se paseaba horas y horas, pero
Los Mazf'lle so fueron 6. la iglc!Si~ donde hacla.n la ocultaba, fingía valor, altivo, desdeñando los su-
arder varios cirios por la curación de la señora .Ma- cesos de un día con el pretexto de que la Iglesia era
zellc, dt~sde un dia que el doctor Novarre babia d1cho dueña de la elerrudad. Pero cuando 116 encontraba con
ain rodPos que no estaba enferma. 1Que no 1 Y su el profesor Hermeline, airaJo siempre ante el buen
enfermedad la cuiuaha ella amorosa hacia tantos at10s; éxito de los métodos de la Crécherie, muy cerca de
y de ella vivía, pues era su ocupación, eu recreo, su ra· pasarse á. la reacción en nombre de la salvación de
zón de eer. El médico la creía incurable, pues la abl\ll- la república, ya no discuUa con la acritud que antes.·
don1l.ba, y ella., aoorrada., se volm é. la relig16n, en.. y se encomendaba á Dios; pues Dios penniUa, de a&
contrando un gran consuelo. guro, aquellas naturalezas a.n!l.rquicas para lanzar el ra•
Por el desierto ~ulen.rd de 'Ma.gnollcs paseaba tam- yo sobre los enemigos y haoor en seguida brillar s~
bién Marle, el cura, leyendo au breviario. Pero . con triunfo. El doctor Novarre decia en broma que el cura
frec'\M'ncia dejaba caer la mano que sostenía el libro, abandonaba á Sodom.a en la víspera da la lluvia ~
y ~guía andando con lentitud, tam.b;én pt>,nlido en fuego. Sodoma era Beauclair, burgués y egoísta, con·
el fondo de negros pcn~a.rruen tns. Toda! aquellas n()o denado á la destrucción pa.ra dejar el puost.o t. I•
ved~td~ habían dejado todavía más sola su iglf'.Si/\3 ciudad de salud y de alegría, de paz y da justicia.
quedaban Ja.s tres vieja.s de pueblo, estúpida.~. te!lta.- Todo ~un ciaba el último estall~do; el salario en la
rudas, mezcladas con algunos bllrgueses quo so t.enía.n ~o nía; la burguesía., loca, se hacia revolucionaria; el
la religión como última muralla de la buena Mcied:!d sálvese el que pueda de los intereses llevaba á los
qeu se hundía. Dcsie~ las iglesias ca~ólicas, otra vencedores las fuerzas vivas del país, y lo demás lo
civilización comenzaría; por e60 t.<U público no con- barrería. el vi~nto. Esta visión era la que llenaba de
.alaba á Marlc, que scnUa ol ncfo, mAs cada vez, . amargllTa al pobre .Marle, cuando pasPaba meditabun-
en torno do .u Dios. E.n vano I.R.onor, la &!caldosa; do baJo los árboles del boulevard de Magnolles.
adornaba con tu pres~ncia las ccrcmonins del domingo A veces se eucontrauan Gaume y el cura.. Primt>ro
y en T&no abrla la bol~ para los gastos del culto; co- no se veían; caminaban paralelos, baja la cabeza, abs.-
n ocia el cura su ind1gnida.d, su per.&tio crónico de a.dul· tra.ídos. Cada. cual daba vueltas á su pena; la religión
tmio qoo el pue-blo entero aceptaba y que él mismo asotada no quería morir; la justicia 86 deiesperaba
habla tenido que cubrir con el manto de su ministerio por lo que tardaba en nacer. Pero al fin, levautaban
sagrado, pero que reprobaba, como una condP..nación la. cabeza., se reconocían y habla que decir al¡:v.
de que seda responsable. Aún menos le basta.b:w los -Mal tiempo tenemos, señor pre~idente; t.eudremoe
Maz.elle, puerilca, de bajo egolsmo, que acudi&n t. él ~a.
pidiendo al cielo la dicha personal, colo<'.ando .u5 or~ -Mucho lo temo, aeñor cura. Este mes de JuniQ ea
cione.s c.omo hablan colocado su dinero, para sacarle P1Uy frío.
los réditos. Y todos así, en esta sociedad que llegaba -¡Ah 1 qué quiero usted; ahora todas las estlicioncs
i su fin sin la Terdadera fe que en los primeros si· están trastomadas. En na.da hay equilibrio.
glos había fundado el poder de Cristo, sin la abnegar -Es verdad; y con toco, la vida continúa; el sol
ción 1 la obodJencia total, necesaria hoy, e obre todo~ benHico lo pondrá acaso todo en su sitio.
¡.a¡a la omo.iRQt•n~ ele ~ l¡leS¡i~ ~ 1r&~ dA !IDC n..bpuésl cada cua.l volvia ~ su p e<> aolitario, m.&
M~ BiS ~ -87-
8.ff.ehao.· puu.ndt u1 la etel'DA 1\iaba W poMfúr 1 a,'tra'9é8U la orisis ~ creía pa.;ajara.. • Cómv lucLu
d~ pa.sdo. sin dinero? La deuda areada era ya una carga terri·
Donde más efMto ' hizo la evolución de 8e.a.'Ocl&ir¡ ble. Luchaba eom.o un héroe, poniendo toda la vida
fué en el Abismo. A cada nuevo érito bueno de la en el empeño de salvar el pasado, la autoridad d
Crkherie, Delaveau tenía que desplt'gar más actividad; sala.rio, la sociedad burguesa y capitalista; y qu~rfa
inteligencia y valor; natw.'almente, lo que hacía pro&o IB.de~á.s sacar e.l capital puesto ~n. sus manos, las ga,..
perar á la fábrica rival, para él era. 'un desastre. El na.nc1as prometidas.
descubrimiento de excelentes filones en la mina aban.· :En el fondo, el no poder oum:plir i Boisgelin esta
donada., fué un golpe terrible, por la. bajn. del precio promesa, era s'u mayor penaJ y su fracaso se mat.&o
de la primera materia. Ya no podía luchar con el hierro riaJiz~ eru.el.ment.e loJ d1a8 en que tenia. que no-
'1 el acero del comercio, y hasta padecía la fabrica,. garla dinero. ,Aunque ~1 último inventario había sido
ción de cañonea y granadas. Habían bajado las sa.· desastroso, Boisgelin no 1queríA disminuir en nada el
lida.s desde que el dinef() de Fra.ncia. se dirigía. sobre tren oo la. Guerd.a.clle, excitado por la misma Feman..
todo á las oonstruccionoo de paz y solidaridad so- da~ ,que trataba á. su marido c.<>mo bestia de carga, 4
cial, ferro carriles, pu(!ntes, toda clase de edificios en R'Uen hay que sacar sangre para hacerla trabajar cuan-
que el hierro y el acero triunfaban. Lo peor orn. que to pueda. Desde el atentado afrentoso de Ra.gú, que
los pedido!l que se repartían entre olgunalt cusns, ya Fernanda guardaba y escondía en. lo más hondo de
no basta.Lan para su ganancia, aunque habían reali· su ~e, buscaba loca el placer, insaciable. Parecía
zado el proyecto de matar una de las fábricas para ~ JOVen, más hermosa, con cierto desvarío en la
nte jorar el mercado; y ahora, siendo el Abismo la me- nurada, p<>r un. deseo imposible nunca. saciado. Alar•
n os sólida, era la que sus rivales se decidían á re. rnaba á los anugos de la casa: Ch.átelard decía al al-
matar sin compasión. Las dificultades eran mayores calde ea. confianza que aquella mujer iba á cometer
porque los nbreros ya. no eran fieles. La. puñalada e.lguna gran atrocidad que daría qué sentir á todos.
de Ragú había hecho gran efecto. Después, Bourron, Hasta entonces se ha,bía contentado con hacer de IN
convertido, llev.á.ndose á Fauchard, habla. determinado ~a un infierno, echando á Boisgclm sobre au ma,
~ movimiento en f.a.vor de la Crécherie. La experien~ ndo para pedirle sm cesar dinero, lo cual desesperab01
~a. no dejaba lugar á. dudas; en la Créchcrie gana· l. Delaveau. La malvada todavía le azuzaba revolvien•
han el doblo los _obreros, trabajando ocho horas, sin ij,o el .hierro de la herida. Y él seguia adorándola, la
contar las demás ventajas: las casitas agradables, las Creía mocente, sin mácula posible.
escuela.a siempre alegres, la Casa Comunal siempre en Llegó Noviembre, a.ddantá.ndose los grandes frfot. En
fiestas, los Almacenes Generales reduciendo en u.u.a e~t.e. mes los ven~m.ientos eran tales que Delavea.~o~
tercera parte los precios de consumo, en fin, tanta ~­ &mtió temblar la tierra.. No tenía en ca.j& el din~ro
lud y tanto bienestar. Nada prevalece contra los nú· necesario. La. víspera de los pagos, se encerró en s~,¡
tnerós; los obreros del Abismo reclamaron awnento despacho para reflexionar y escribir cartas mientru
de tarifas, queriendo ganar tanto como los de la Cr& fernanda. se iba á comer á la Guerdache. Sin saberlo
dl0rie. Como era imposible satisfacerlos, muchos se ella, había él tenido aquella mañana una conversación
marcharon y se fueron, naturalmente á. donde encon· dedsiva. con Boisgclin; después de exponerle con bru-
traron aquellas ventajas. Lo que paralizaba á Dela-. tal franqueza la terrible situación, le h:lbia decidido
Yeau er.a la falta de un fondo de reserva; pues, no 4 reducir sus gastos.
gueriendo darse por vencido, penüba que hub1era rG- Hasta le había. aconsejado vender la Gucrdache.
IIistido largo tiempo y al fin triw1f.ado, si hubiese (.(}- •Y ~ora, solo en su despacho, se paseaba leotamen·
¡¡~ M ~ja a,l¡u.no~ Qiento3 d.' mil~ d~ ú:anco.a ~a t,e, ACtivando, como por má_qu.ina., do vez en euando,
-88~ ~891l0i1J
la gran bAIZUf'ta de eok qut>~ ardla en una petlllPfta f!tf< ~rdaba lbs palabras profétir.u, cuando la buel~a: y,
tuf.t d~ pal•t.slfo colocada dt>la.nte rle la chtmertt'&. No desde el d1a !llgUJente, Bonnalre habla ayudado á fun·
bahfa más soluoóo que obtenE>r bempó, escnb1r ~ loe dar la Créchene. Después, el Abtsmo no ha.bla hecho
a.cr~dores, que no po"Jian querer qu~ ~e <'Rrrase la más que declmar; Ragú lo habla manchado con un
fábnca. Pero no se apresuraba; escnb1 rla las cartas asesinato; Bourron, Fauchard y los demás lo deJaban
después de comer; y st-guia metli tan do, yendo de Wla ahora como lugar de ruina y de maldic1ón. A lo le-
ventana á otra, volviendo si~mpre A pararse delante jos, la ctudad nueva bnllaba deslwnbradora á los ra.·
de aquella por la cual vefa loa inmensos terreno11 de yos de] sol. Un arranque do cólora le devolvió au ener·
la Crécherie, hasta el parque le1ano, ba!'ta el pabellón gia, laa creencias de toda au vida. 1No, no 1 babia te-
que Lucas bab1ta.ba. El sol pomenle, oo un c1ele ele nido razón, la verdad estaba. en el pasado, no se sa·
una pureza de cnstaJ. alumbraba á la cJUdad nacien~ caba nada de los hombres más que doblegándolos baJo
con una claridad de oro pá.l1do sobre un fnndo de la autoridad del dogma; el salario se guia siendo la
púrpura, con delicadeza infinita.. Jamás la babia visto ley del trabajo, fuera de la cual habla la demencia y
asi, tan pura, tan vibrante, tan distinta; podria con· las catástrofes. Corrió las grandes cortina:~ de creto-
tar las ramas de los árboles, d.isbnguia lo~ menores na; ni qujso ver más; encendió la. lámpara eléctrica
detalles de las casas, los vivos colores de los azulejos. y se volvió á me:di.t.ar en su despacho, bu~.n cenado,
Por un momento, á lo~ rayos oblicuos del sol todas q:ue la hoguera de la chimenea tenia muy caliente.
las ven lanas se iniJamaron semejando centenares de Después de comer, Delavea.u se puso á escribir las
fuegos de artificio. Fué una apotcos1s, la (dona. Yi cartas de que esperaba la salvación. Era la media no-
él lo rruraba, separando las corbna.s de crt•tona; ~ che y aún e~taba terminando esta correspondencia tan
¡a.do el rostro á la vidriera, presenciaba aquel tnunfo. pesada, tan molesta Pero ya dudaba, temfa otra vez:
Como Lucas, que muchas veces dt'sde el otro lado mi· ¿se salvarla. con aquello, aun ad.IruticnJo que le diesen
raba el progreso de su ClUdad, que amenazaba inva· prórroga? Muerto de fat.Jga, babi3 dt:Jado ca.·r la frente
dir el Abismo, Delaveau. de esta parte, solía también entre la.s manos, swnido en su angustia inmensa. En
contemplarla en su amenaza dE\ conquista. 1Cuint.a.s aquel momento ~ oyó el rwdo de un coche, luego vo-
veces, ante aqurlla ventana, había visto la marea de ces; era. Ferna.nda que volvta de la Gueruache y que
~as subir hacia ~1 Abismo 1 Venia de muy leJOS, del Dlandaba á los criados acostarse. Entró en el despa·
fondo de los terrenos incultos y desiertos; primero cho con fiero auem.án; la voz nerviosa de una muJer
'U_na. ~· luego otra; las olas se hablan multiplicado ~rada que contuvo y rwruó su cólera muchas horas.
em fin y ya estaban á pocos pasos. Era la invasión -¡Dios mio 1 1qué calor hace a.qui 1 ¿Se puede a¡uan·
terrible de la mañan~ todo e] pasado barrido, el Ab1s· ta.r un ruego semejan~?
mo, y basta Beaucla.tr, reemplazado por la nueva ciu· Se deJó caer en una butaca y de~brochó y arrojó
dad triunfante. Delavc.au calculaba aquel progreso pr(t. de sf el magnfflco abrigo de pieles que le cubrla Jos
viendo el d1a del pohgro mortal. Lo h.aLta creído con· hombros. Apareció entonces adorable, de belleza ma-
jurado en la época en que la Créchorie atravesaba. ravillosa, toda de seda y encaJes blancos, mlly esco-
Una gran crisis. Pero de nuevo la c1udad so bahía tada, seno y brazos desnudos. Era un lujo que no
puesto en. !"archa, con tal empuJe, que bada tem- asombraba al marido, que ni veía ~iquiera, pues sólo
blar las VleJas paredes del Abismo. Pero él no quería amaba de ella la deliciosa criatura ante la cual el
ceder, luchaba con la evidencia, buscaba en su ener- temblor del desoo siempre le había dominado, obo-
gia la muralla nocesaria. diente sin descemimieitto ni tuerza. Jamás mayor em·
Pero aquella tarde temia, vacilaba. ¿No habla ho· briaguez voluptuosa habla emanado de ella.
f.hv mal, a.ntai1o, de;anuo marcharse á Douuaue? H~ fero cu.a.ndo, con zwnl>idos e.n la cabeza todavía,
-.:00~ ;;;;.¡ 01 Q

len lado ' s'U bufete, la miró un momento, ~ alarmó t -~ 8oisgelJti ~ am:tO tisndri&n ~ Yedart 1
-¿ Qué tienes, querida mia.? adió1 tamlnén la vuelta • Pa.ri& oon millon.w. To•o lo
Su excitación era visible. Sus grandes ojos a.zulea ¡rrue ha.bi& orerdo &1 fin suyo, lA fortuna, el lujo, ¡el
de morena que aca.ricia.ban casi siempre, brillaban ah... plaoer sa.borea.do, agotado en su continuo refina.mien·
ra con ardor ~mbrio. La boca pequeña de falsas son" to de la sensación, so hundía.. Sólo vs-Ja en torno ruf.
risu amables, entreabierta, enseñaba los dientes. Todo nas; y aquel Boisgolin acababa de exasperarla por su
B'Q rostro, de óvalo delicioso, bajo la negra. caboller~ blandura, doblando cobarde la cabeza a.nte el desastre.
ae hinchaba. anhelando violen cia. -Nunca me dices nada de nuestros negocioa-a.ñ.&·
-¿Qué tengo yo?-dijo por fin ~mhla.ndo.-No teno~ dió con acritud.-Par<:zco una bestia; me ha eaido esto
lO nada. . encima do la cabeza como si se hundiera el t.echo. li
Volvió el silencio, y en la. gran. p.a.z muerLa del m• @.tonoos, ¡qué es 1o que vamos á h.a.cer, di! o? .
.-ierno, ae oyó el fragor del Abismo en su faena. ~ • -Vwuoa á. trabajar, no hay otra aalv&Oón poa1ble.
~~&CUdfa la casa con temblor conünuo. Por lo común; Pero ella ya no le oía.
ni siquiera lo notaban. Pero aquella noche, aunqutt -¿Has podido creer un tnsta.nf& ctne Toy i oon•
loa pedidos ~a.bían dismin'I!do z;nucho, se .~aba de eentir en no tener nada quo eoha.rmo encima, en 11&-
poner en actividad el marullo-p1lón de vemticmco to· Ya.r tacones torcidos y volver á. la miseria cuyo ~
nel.adas, pa.ra forjar de prisa el tubo de un gran ca- ~uordo es :una pesadilla? 1Ah, ~o, yo no aoy co~o
Mn; y el suelo temblaba; las vibraciones de cada gol· v osotros, yo no quiero 1 Es pr001so que os a.rregló1s;
pe pareclan return.b&r en el despacho mismo, comu- Boisgelin y tú; yo no quiero Tolver á ser pobre.
nicándose por la galería de road&.ra que lo unia ~ .Y sibruió; dejó salir todo lo que ti.: nía denlro . La
k fábrica. tniserablo juventud, cuando é. los veinte a.ños, ma.n·
-Vamos, tú tienes algo-afiadió Delavm..u..-¿Por ~' úmida por su gra.n belleza, &educida, luego a.bando-
b.o me dices lo que tienes? na.d.a., toda aquella. aTentura odiosa sepultada en lo
De)ó ella escapar un ¡e.sto ~ turiosa. impacienciA más secreto de ella misma. Su matrimonio de cálculo
r :respondió: 5' de razón; Dclavea,u aceptado á pesar de au fealdad
-subamos á acostarnos; será lo mejor. ry condición wfi.m.a, porque neceaita.ba un apoyo, ':In
Pero no so meneaba; sus manos retorcían febriles marido que utilizaría. La racha de fortuna del Abu¡.
el el>anico y una rápida respiración la movia el aeuo roo, el bu~n resultado ue su cálculo, el marido convtr·
deanudo. Al fin dijo lo que estaba sofo~'Uldo. tido en ocu.ión y garantía de su victoria, Boisgelin
-¿ n. modo <rue has ido ~ la. Guerdacho esta ma· conquistado, la. Guerd.a.che suya.. Y durante doce añoa
~? todo lo que 8U perversa. voluptuosiua.d, con un font!o
-sf, he ido. üe crueldad innata, había saboreado allí, raro, exqui.
-¡Y ea verdad lo que Boisgelin acaba de contarme ? silo; saciando apetitos loco , aplacando el rencor amun·
1que ¡¿ fábrica está en peligro de quiebra, quo esta· tonado desde la iufa.ncia, feliz con la mentira, el per-:
moa en vísperas do ruina, hasta el punto quo va. /J) jurio, la traición, ol de::oóruen y l.a ruina que traía;
haber que comer pan solo y llevar vestidos de l:ma 1 fQliz sobro todo por las l{Lgrimas quo hada. verter i
-Si, he tenido que decirle la ven.lau. SUtki.Ila. 1Y arruello no duraría siempre; vol voria Vl•n·
Temb~ba. ella, se contenía para. no dejar eat.allar cida á la. antigua pobreza 1
en 5egUlda las quejas y las injurias. Era un hecho,· -1 Arrcglios 1 1arrcgláos 1 Yo no quiero andar de.a-
sus goces estaban ~menazados, peruidos. La Guerda.· nuda. Yo no cambiaré a.bsoluta.ruente uaua de mi modo
c.he no daría más f1estas, ni banquPtes ni bailes ni de vivir.
~cerias. So cerrarían las p-q~~. ¡N o' le había ~OM· laltlv "' r.a 1,!upacient.o. encogió los hol!lbro.s tero
P....~ili4 ~ Oi ~
nido&. Había apoyado sobre loe puiios tu C'Ahel& tta~ eoi~gelin. Si bubieras comenzado por estrangular ¡ e~&
ciza de perro dogo, de mandib'Ulu prominentes; y t. miser~ble Lucas Froment, no esta.rfamos en vísperas
mirada con aqueUos ojos negros, tan grandes, con· de nuna; pero tú nunca has sabido dirigir tus negocios.
gestionado el rostro por causa del mucho fu~o, ~ Delaveau se levantó de un salto, conteniendo toda.-
dio escondido en el collar de barba negra. vfa el arrebato que le amenazaba.
-Amiga mía; razón tenías antes; no hablemos dq -Vamos á acoslarnos. Acabarlas por hacerme d&-
estAs cosas, porque esta noche no estás muy razona. cir lo que luego me pesaría.
ble. Bien sabes que te quiero mucho; estoy dispuesta . No oo movió ella; y continuó tan amarga, tan agre-
á cualquier sacrificio porque tú no padezcas. Maa ea· 81va, acusánd ole de haber causado su desgracia, ~
pero que te resignarás como yo, que voy á batirm«* acabó él por exclamar, bruta..l á su vez:
basta el último aliento. Si hace falta, me levantaré i -Pero, hija; al fin y al cabo, cuando nos casamos
1a.s cinco, viviré con una corteza de pan y consagraré !lo tenias un cuarto; tuve yo que comprarte cami su,
á nuestro negocio el día entero con rudo trabajo, Jl ibas A verte en la calle, Y\ á estas horu, ¿dónde es·
de noche me acostaré muy contento. 1Qué importará.· tarías?
Dios mío, que lleves vestidos modestos y que to p&o . Insultante, ~adendo ava.nr;ar el pceho, ~.on ojos a.s&-
l'ees A pie 1 La otra noche me decías <pie estabas ~· l!lDos, respondió ella:
aada de todos esos placeres, siempre 1guales. .~Pero, oye, d.l, ¿ pienSM q'Ue, hermosa como era,
Era verdad, sus ojos azules, tan su.a.ves, se turba,.¡ btJa de un príne1pe, hubiera aooptado un hombre co-
ron, pareclan casi negros. Hada algún tiempo quo sen~ ~o ~ú, feo, vulgar, sin posición, si hubiera tenido pan
tia dentro de si un estrago, destruida poco á poco BHfWera? 1Mlrate, mirate, amigo mlo 1 Te he querido
por el deseo loco, que no sabia cómo saciar. La espa.n· porque te comprometiste A conquistar pa.ra mí la for-
tosa voluptuosidad gozada con el brutal Ragú la as&< ~a., una situación regia. Y si te digo todo esto, es
<liaba con el aguijón de una curiosidad perversa, ~ JUstamen~e porque no bu cumplido ninguno de tWI
pedía eu.sperada sensaciones nuevas. Jamás habla seno~ eompromtsos.
tido espasmo tan agudo ni en brazos del trabajador Se habla plantado él delante de ella; la dejaba decit
Delaleau, aiempre con prisa, preocupado, ni en lo~ llprcta.ndo Jos puños, haciendo esfuer%os para conservar
del ocioso Boisgelin, tan correcto, casi indiferen&e. La su sangre fria.
ÍMpiraba.n éstos un sordo rencor, por lo poco qu~ la -:¿Oyes ?-repitió ella oon Una obstinación furiosa a
d.i~(>rtian , y pensaba furiosa que jamás gozaría ya con ~runguno .de ~us compromisos, ninguno. Ni conmigo,
nadie. Por esto acababa de aC<lger con desprecio in1 ru con Bo1sgehn, pues tú eres qwen ha arruinAdo i
sult.ante las lamentaciones de Boisgehn cuando le ba- ese pobre hombre. Tú le has decidido i entrega.n.
bia explicado la necesidad de reducir los gastoa. Por eu dinero, le has prometido rentas fabuJoMS, "1 ahOoi
eio volvía tan íllriosa, con tanto odio, hinchada po~ ra t!Wlpoco va á tener con qué comprarse uno~ z.a.
el ansia de morder y destruir. patos. Amigo ~lo, ~do n<;> se es capaz de diri~
-Si, si-murmuró ;-estos pla.cere¡ siempre igu.c'lles. ~ gran negoct.o, se stgue stendo un emplea.dillo, ••
1Oh, no eres tú quien me ha de dar otros nuevos l VJve en ~ aguJero con .una. mujer bastante fea y bas-
Temb.laba el suelo co~ los ~olpes del ma.rtillo·pilón, tante beslla para sacudir el polvo á los niños "1 ~
Y volv1ó á ver á Ragu medio deSJ1udo, arrojándola pasar calcebnes. Esto es la bancarrota, y 1& culpa
sobre el montón de harapos inmundos, poseyéndola e!. tuya, si, ya lo oyes, tuya, 1sólo tuya 1 •
en~ ~as llamaradas d~ los hornos. 1Y nunca más 1 No pudo él contenerse m~. Lo que eH& le decía
.Y &mtió redoblar el odio salvaje á su mando. tan barbaramente, le retorcía el pu6a.l en el coruósa
.-Culpa tura es lo que suced~ S~ lo he dicho M l e~ AA s.oac~P.~ 1.E~ ~ l& b&J>lA amad<> u.n~
~ 94 q ~ \15 ~
o!rla hablar de 8'11 matrimonio ~m~ 'de Wí vil mer~ tsra la )ñl.f5.a.Iada. que le apagaría la rlu. 1QuA clesa!C.C ·
cado en que de parte de ella sólo ha.bfa. habido nece- ¡o, qué consue_lo, cómo iba & saborear terrible Y.
sidad y oálculo 1 I(El, que pronto haría: quince a.fios wroz vol:uJ>tuosldad en el desastre de su vida que
que trabajaba leal, heróico, para cumplir la promes~ cr'ugía. baJo ~lla 1 Una vez nlA.s pasó la viSión de Ragú;
hecha á su primo, ser acusado por ella de mal admH l~zó ~ gn~o de gozo a-bominable l se arrojó ,:UI14
nistrMor 1 La cogió con ambas manos por. los brazo~ nnsma. al ahlsmo.
desnudos y la sacuclió, diciendo en voz baJa, como S\ -Para qUe veas q'ue no disparato, has de saber que
temiese q'l.le el estrépito de s~ p.a.J.a,bra.s le e.nloqu.e. duermo con tu Boisgelin hace doce a.fios. -- ·
t.iera A él mismo a . Delaveau, Al principio, no comprendió. De un YO•
-1 Desgraciada 1 1Cálln.te, no m'e vuelvas loeo 1 ' leo, le había azotado el rost,ro 1• i.n.i,uri~ atroz ~~
Pero ella se había levantado ta.mbién, se había .aol- ~· aturdía.. 1 •
ta.do balhuciente de cólera. y de dolor, sintiendo lo• ...-~ 9ué es lo q'lle clicea 1,
tornillos con qoo la había. oprimido, viendo a~ br&<~ ¡.,...D1go; q\le duermo con tu Boisgelin hace C!pce a!ios;
ao&J tan delicados, tan blancos, con círculos roJOS. ' Y puesto q'Ue ya no hay na.da, pue~ que ~do u hun·
-1 Y ahora me pegru!, granuja, bru.tp 1 l Ah, me pegal¡ de, pues bien, 1sf, 56ñor, hemos conclufdol -
me pegas! Apretados los dientes, balhuciente, delir•ndo 1 su
Y adelantaba el rostro hertn.oS¡O 11emudado por lA vez, ee ba.bia lanzado sobre ella, la. babia TUelto if
rabia y escupía su desprocio, m.'Uy de cerca, en ~ coger por los brazos, sacudiéndola, arrojándola sobre
cara de a.q'Uel hombre que hubiera . querido d~~ra.r. una butaca. La desnudez provocativa. del l!eno y d~
Jo.m:ás le había aborreddo tanto, ru le h!abía 1mta.do los homb:fOS q'u.e lucJa. entre encajes, hubiera. querido
m!fl.s S'll figura. fornida. de perro dogo. l?J rencor aft~ él ~'Ulvenza.rla. á p'U!leta.zo~ aniquilarla, para que no
to le suhia á la. boca con el anhelo de algún insulto l~ Insultase m le tbrtur~ m,á.,. Se de~garra.ba po;¡:
ureparable, para concluir. Y su. cruel~ bus~ba 12\ fin el velo de tan la.rg.a oredu.lida.d; veía, adivinaba..
herida emponzoñada, la. !J.Ue mas le lUCiera, gntar Ji Jamás ~e !Wlía amad~, su. existencia junto á él nun~
t>adecer. h.abía mdo lllás q'U~ hipocresía, engaño, mentira y trai-
-1 No e:ree nU\s q'Ue un animal, n.o eres CAP3.Z de CJÓn. De esta. lll,U)er tan hennosa., delica.da., exquisi~
dirigir un taller de diez hom,bros 1 . . ta, q'Ue adoraba, que deseaba con corazón idólatr~
El singular insulto le produjo un& risa convultnva.} s.al.ia de pronto la loba, con furor eombrío, con. la bru-
ta.n estúpido y pueril era. a.qucllo; e!ta. risa aeab~ d8 talida:d de los in~tint9s. Veía nracer en ella lo que
arrojarla á un.a. exasperación tal, que llegó á dehrar~ había ignorado tanto tioo-tp.o; 1a corruptora, la env&-
¿Qué decirle pa.ra que el golpe ÍU"'rA mortal T oew nenadora q'Ue !entamen~ todo lo había oorrompido eQ
eara de reir? torno de él; carne de traición y de crueldad cuyo
-Si soy yo quien te hA hecho; sin m,1 D.O hupie~ pla.oer • hacia de las lágrim.41.S y; la sangre 'de lo~
llido ni un año director del Abism~. de~.
Reia él con má.s fuen:a.. .En. el. eatnpor con que lu.cha.ba, aún tu~ ella qu.ie~
-Estás loea., hija m.ia; dioes taJea disPGratea; ~~ lo in)unó.
r.a ni me hieren. -6 Conque A pufieta.zoa? 1bruto 1 1Bien, bien, t pu~
-¡Ah l ¿conque digo disp'&rates? 1Ah l ¿ oonq'Ue no Cl.etazos, como tus obreros cuando e~táll borrachos 1
hna conservado tu pl&.za, gracias á mi? E.ntonoes, en medio del tmrible eilMlcio, Delavea'll
La confesión le h.abfa subido á la garganta de pron~ oyó los golpes . aoomp~do~ del martillo-pilón, aquel
to. 1Decirle en la cara de perro, á gritos, que no Id lalldo dol trabaJo que sm desc.:wso trl.(!cia sus dia~ y
~Lía Cl\\~rido ia.m.U. ~ Q(~ !'WiclA \.riJ ~ 'u noche._s. Yenít. de muY. lojos 1 CQrno UflA voz. conQo
. . . na-~ p \)? ~
"da tHlyo claro lenguaje acababa oo contarle la ~ ~é ardfa tal hoguera de cok, que ya la estancia ~
pant~sa aventura. Toda la nqueza que aquel marU- rec~a como inccTJdJada. Uua locura repen ti na ae lo hizo
llo bah fa fol')ado, ¿no era Femanda qwen la habla ol•nda r todo, basta su bi¡a, su Nisa adorada, que doflo
devorado con sus dJentes menudos de esmaJt.e mal· m ía e n paz, arnba en su c uartito, en el scgun dP p1so.
terable 1 Esta id ea de fuego le dominaba; era ella la 1Oh, acabar él también, aniquilarse en e l fundo de
causa del desastre de los rnillonei malgastados, de L~ este h orror, de este furor que le arrebataba 1 1Oh, lle-
qu1ebra ineV1t.able y pró:<i~a. Mie ntras él se sacnfi· var á esta mujer execrable á la muerte y sucumbir eo~
caba, trabajando dieciOcho horas al dfa .~ra salvéJ:l" ella, no vivir más.
el mundo viejo, ruinoso, ella roL& el ed.ifiClo. ~ V1.. Seguía ella azotándole con su risa y su d('sprecio.
vi& alli, á su lado, tan tranquila., amable Y. sonncnte; -¡ ~látame, anda, má.tame 1 1Eres muy col>arde para
y era el veneno, l.a destrucci~n; se lo nu~aba todo Jl'fatarme 1
¡aralizando su esfuerzo. Si, aih estaba la rwna, sle.rn· Si, sí, quemarlo todo, destruirlo todo, un incendio
pre á su lado, en la mesa, on el lecho, y él . no la ve1a; ínmen.so en que desapareci eran la c.aga y la fáb nca;
y todet lo habían puJveri.tado aquellos dtentes bla.n· la ruma total, la que habiaL querido esta mu¡er y
eos. Recordó las noches ea que volvía ell~ de l.a Gu.er- su amante imbécil. ¡ Giga.r1tesca h oguera en que él mis-
dache, ebria de caricias del amante, de Vlno, de baile; mo caería hecho cenita con la perjura vor:tz y enve-
de dinero arrojado á manos Uena.s, cuando ferme~t,a,. nen.adora, entre los escombros hurn('antes de la VIeJa
b& su embriaguez sobre la almohada conyugal, m¡cn· soc1edad muerta, que él, necio, hab1a defPnd1do 1
tras él, in o~n te, imbécil, tendido junto á. ella., loa Dió ~n terriLle puntapié, volcó la estufa, la arrojó
oj08 abiertos en lo obscuro, se torturaba el cerebro en med1o de la estancia, rep1tiendo:
para salvar el A!>ismo, sin rozarla con un beso por -¡Vas á morir 1 ¡Vas á monr 1
no turbar su sueño. Este horror supremo, eJ. furo~ Las brasas se esparcieron por la alfombra en una
loco, le hizo gnta.r: capa roja. Algunas habían rodado basta w1a ventana,
-¡V a.s á morir 1 Las cor tinas de cretona ardieron primero, también la
Se irguió ella en la but.a.ca, a.poyándose en los ro- alfombra. Despu és los muebles, las paredes se infla·
dos, desnudo el pecho, adelantan"do el divino rostro, maron con la rapidez del rayo. La c.asa, de construcuón
bajo el casco negro de su admirable cabellera.. ligera, ardía c.lnsporroteando y bwneando como cha-
-¡Si, eso, lo quiero; estoy harta de b, de los de· J[larasca.
más, de mi m1sma, y de la vidal Para VlVlt pobro, Fué aquello entonces espantoso. Ferna.nda., horro ri-
prefiero morir. zada, se había levant.a.do recogiendo las faldas de seda
El cada vez má.!t looo, repitió rugiendo 1 y encaje, bus('a.ndo la salida por donde las llamas
-'1 Vas á morir 1 1Vas á morir 1 n o la alcanzaran todavía. Se predp1tó hacia la puer•
Buscaba; daba vueltas por el aposento ; no tenfa ta. que daba al vestíbulo, segura de que tenurla tiempo
anna.s. Ni un cucb11lo, no má.ot las manos para estran· d o escapu llegando de un brinco aJ jardín. Pero ante
gularla. Y luego él, ¿qué. h.aria? ¿ Res1gnar~ á Vl vu? la puerta. encontró á Delaveau, cuyos puilos le cerra-
Un cuchillo hubiera servtdo para los dos. V1ó ella ~ ban el paso. Le vió tan terrible, que se l.1.nzó haCJ&
vacilación de Wl segundo, y se creyó t.nunfante, pen· la otra puerta, la que daba á la galería de maoera
sando que no tendría valor para matarla. Se echó ltt que conducía á la fábrica. Ya no era bcmpo de blllr
reir á su vez, con risa de ironía insultante. por esle lado¡ la galcria an.lta con un u ro de chuue-
- ¡ Vamos, vamos 1 ¿Pero no me matas·¡ MAtrune, puea, n ea que a111en.az.aba la.s oficinas. Volvió al mcd.Jo de
Pl!ta.me si te atre vea. la. e:.t.ancia, ciewa, sotucacU, t.ro}J'Czando, loca de rab1a
D• prgnto • bJó en. lA dliD'll'll.6& ele p&]Aatro. aa Xra¿.ajc¡-JOJJlO 11-7
11&- 98 _.;¡ ~414~
al !enlir que su vestido y el cabello. suelto ardfan iaber OO'm:o; á-y\1dándose con pie! y Maños. Se cne'off•
ya sobre los hombros desnudos, acnblllados de que- tró en el ja.rdm, solo todavía., pues no se había dado
maduras; y con aliento de a.goni,.a, con voz de es- la. voz de alarma. Sí, si, era. la casa que ardfa, y lo
panto, gritaba: . . · Dé' . espantoso era que iba. 6l incendio desde el piso bajo
-¡No quiero monr; no qwcro monr 1 1 Ja.IDS pa. a) tejado como enorme hoguera., sin que d,entro se
w asesino, asesino 1 d1 ti moviera nadie. Las ventanas segulan cerradas, no se
Ótra. vez se bahía. lanzado hacia la p:uerfa e ves · abría la puerta, que ya ardía, sin permitir salir ní en·
bulo y quiso forr.ar el paso arro_jándose sobre su ma· trar. Nanet creyó oir sólo grandes gritos, :una luch1,\
rido' siempre alll en pie, inmóvil en _su v~lunt.a.d fe· de terrible agonía. Por fin las persianas de 'Una de las
roz.' Ya no hablaba, sólo repi_tió sin VlolenCJa: ventanas del segundo piso se abrieron con violencia;
-¡Te digo que vas á monrl y apareció Nisa. entre el humo, blanca toda, sin más
Le clavaba ella las 'Uñas y tuvo 1Ue coger~a. lle- que la camisa y unas enaguas. Pedía socorro y s~
vándola otra. vez al medio de la. estanaa convertida en inclinaba hacia fuera. aterrada.
hoguera.. Hubo 'Una lucha. atroz, se defendía ella con -¡No tengas miedo 1 1No t engas miedo !-gritó Nar
una fuerza declupada por el miedo de la ~u~rte; b~l~­ net como loco.-¡ Ya subo 1
ca.ba las puertas las ventanas, con ans1a mstinln a ' Había visto una gr'ill escalera tendida. a lo largo de
de animal herid~· mientras él la. mantenía entre las :un cobertizo. Pero al cogerla, notó que la sujetaba una
llamas en que ~eria morir .con ~la pa.ra que nada ~dena. Fué un minuto de angustia, terrible. Cogió
quedase de su abominaLle ex1stenc1a. Apenas bastab_an 'Una piedra grande, y c.on todas sus fuerzas, gol~aba
t~us brazos sólidos; las pa.rede~ se abrian. Y por
veces más la separó de las sahdas. Por fin la su)et ,
di"; hn eslabones para romperlos. Bramaba el fuego; todo
el primer piso ardía, con tantas chispas y humo, que
la apla.sló en un último ab razo, él que la babia ado- á ratos, Nisa. desaparecía. Oía. sus gritos, cada ve1
r.ado que la.nw veces la había cog¡do y posefdo as1. )ná.s locos, y él golpeaba, golpeab~ gritando tambiénf
Junt~s cayeron entre 1M bra..sas del suelo; las colga.· -¡Espera, espera; allá voy 1
duras s.c.a.baba.n de consunúrse como teas, de las ma· Se rompió la cadena y pudo coger la escala. Nunca
deras Uovian tizones ardiendo. Aunque le mordió, no pudo comprender, m~ tarde, cómo había logrado po-
la. soltó, la. llevaba. consigo á la nada, abrasados un~ nerla derecha. Fué un prodigio; la arrimó á la pared;
otro por el mismo tuego vengador. Y todo aca bó_, bajo la. ventana. Vió entonces que era corta, y ~u deses·
!1 techo se hundió sob~ ellos a_l de~ptomarse la.s VI· peración fué tal, que él mismo, un instante, vaciló en
¡aa epcendidas. eu bravura. de héroe de dieciséis ai\os, resuelto é. sal-
V.l.r á aquella niña de trece, su am.iga. Perdía la e&·
w bcza; ya no sabía qué hacer.
· En lA Cr6cheño, e..c[uell& n<>ch~, Na.net. q'lle bad3 - ¡Espera, espera 1 No importa. 1Allá. voy 1
1
u aprendizaje de ingeniero electncJs~, salia _del cu..a.r- En aquel momento, una. de la.s doncellas :!al{a. por
to de 1a.a m!<{Uinas cuando notó h.a~a. el A.b1smo una la ventana de su buhardilla, que daba al t6jado, y se
¡ra.n claridad roja. Creyó primero que eral? llamaradas agarraba al bordo del canalón; y loca de espan t.o, cre-
de los hornos do celD.6Jlta.r. Pero la clandad aumen· ¡yendo ,que las llamas ya la cogían, se lanzó al aire
taba; y de repenw oomprendió: era la. ~a. del ~rec y vino á aplastarse cerc.a de la escalinata, abierto el
t.or, que ardía. En brusca. sacud1da, le hmó la 1dea cr~ne<>, mllerta del golpo. Na.net, trastornado con lo'
de Nisa · echó á correr como 1\lil loco; chocó con la ¡ritos de Nisa, cada Tez mhs terribles, creyó que il1a
p~ ~e ambos en otro ti6lllpo aa.ltaban <'.On tan~o t aal~ también. L" Tió ~ta ;. t.\UJ pies, "' lanao
»rfo para enr.ontrnrse1 r. tambifl)l\ ah<>ra la saltó, ~ 'la .,~ tonm<W>lg1
..... 101 ...
~ íOO ~
hlmensa. que tólo dornin.&b&n las alt&J chim~ )j
'-1 No ea.ltes, aJU YOY t la. i.torre de templ.a.r los c.a.ñones.
Y á pesar de todo, subió por la. escala., y al llegar amanecer, después de aquella. noche desastrosa.
al primer piso, envuelto en llamas, entró por una de bdabfa g:upo.s ~odavía delante de los focos mal apaga..
las ventanas, cuyos vidrios habían estallado por la os, baJO el_ ctelo lívido y helado d-e Noviembre.
fuorza del calor. Ya llegaba socorro, mucha gente es- La.s autondades, Chátelard, Gourier, no se habían
taba ya. en la carretera y en el jardín. Hubo entre ~eparado del lugar del siniestro. Y con ellos estaLa;
la multitud algunos minutos de horrible ansiedad, es· a_um;, Y su yerno el capí tán J olli vet. Marle el cura.,
perando aquel salvamento de una niña por un niño tan av~sa o muy tarde, no vino hasta el ser d~ día, s&.
locamente bravo. El fuego crecia, crujían las paredes, ~wJo yronio de una. ola de curiosos, burgueses ten~
la misma escala. parecía arder, vacia, apoyada en la eros, os 1azelle, los Laboque, los Ca.Hiaux y eÍ mis.¡
fachada, donde no reaparecían ni el muchacho ni la ~ Dacheux. Un . viento de terror pasaba, todos charo
niña. Por fin, volvió él; la traía al hombro, como un an en voz b.aJa. Habla el ansia de saber de . 6
cordero. Hnuía podido, en aquel gran horno, subir un ~do había ~d1do producirse tal catástrofe. Sólo q~-
piso, cogerla y bajar; pero sus cabellos se a.rrugaban a un testigo, la criada que había podido huir
contaba que la señor:a había vuelto de la Guerda~h~
chamuscados, la ropa ardía, y cuando se deJó resba·
lar, más bien que desc.ender, basta el pie de 1~ es-
eala, con su carga querida, ambos estaban cub1ertos
Un :oo ~les de medía noche: en seguida habla habtdo
mu o rwdo da voces, después habían aparecido las
de quemaduras, desvanecidos el uno en brazos del otro, llamas. Se es~chaba, se repetía la historia á media
wlidos con abrazo tan estrecho, que hubo que llevar· voz, Y los íntimos adivinaban el espantoso drama. De
los junt~ á la Crécherie, donde Smurette, avisada al ~f¡ro, como lo decía la criada., el SOJ'ior y la señora
punto, vino á servirles de enfermera. an muerto en aquel horno. Creció el horror al

baJ~ ~ ~ sfn~
Media hora más tarde, la casa se bundia, no queda· ver llegar á Boisgchn, á 'q11.ien hubo a. dar
ba. piedra sobre piedra. Y era lo peor que el incendio; del coche, desfallecido y pálido. dió
después de haberse comunicado por la galcria & las ofi· cope, el doctor No.va.rre tuvo ,q ue cuidarle &nle aquel
cinas de la. administración, ya alcan~aba i los coberw ea.Inpo lleno de ruma, donde humeaban los restos · d&
tizos próximos, y devoraba el gran taller de los bor· !u fortuna, y donde los huesos de Delavea.u y de
nos de pudelar y de 1015 laminado-roe. La fábrica en· "·erna.nda acababan de caer bochas ceniza. ·
tera estaba aroena.2:ada, el fuego hacia estragos en e.que- Lucas, en tanto, dirigía las últimas maniobrc:~.s d~
llos edificios viejos, casi todos de madera., tan estro· ~ hon~res, ct'ra apag;'.r el taller del martillo-pilón.
peados y calcinad~. Se decia que la otra criada de e ~g a ar endo. Jorúán, envuelto en uua roan~
los Delaveau, habiendo podido escapar por la cocina, se o ~llnaba en seguir allí i pesar del mucho frío
habla avisado á las cuadrillas de noche, que habían ~.onnrure, que había a cuilido de los primeros se ha:
acudido desde el Abismo. Pero los obreros no tenfrul d~~ ~ñalado por su valor, salvando lo que ~bia po.
bombas. Y hubo que esperar á que los de la Crécherie,· e maquwa.s Y útiles, dejando su parte al fue 0
conducidos por Luca.s mismo, viniesen fra.ternalmen·
te en socorro de la fábrica. rival, con la bornha y el
0
Bourron, Faucha!d, todos los Antiguos obreros del
mo, pasados á la CrL.lJerie, le ayudaron con abne aCl~~
A; '
aet,vicio de bomberos, W1a de las creaciones de la end a~~el terreno ~ conocido de ellos, donde Lta.n.
Casa. Comunal. Los bomberos de Beauclair, muy mal Jl:a ecJ o tan los auo~. Pero era como un destino fu
~~:r~d¿e ~ra.J?A_~a ~ual huracán; todo era arrastrado;
organizados, llega ron después. Era demasiado tnrde; el
Abismo ardía de un extremo á otro de sus con~troco
~.ones sórdid.aa 1 en v.a.ria.s hectarea' era u.n.a hQ¡uera
1
• aruqw u.u?•. é. pesar de sus esfuerzos. EJ fue-
~~ :ven¡a,d.or: ~u.nfl !\dpr~ lJAb,íl\ Cil).do ~mo i1 [ii[Of
108 ~
11!!0'1
bt:ntttl.t.ttttnt•••••-•tnft.tn.t.Jt,..-n
~·a el ampo enooro y lo timpiab'a e!& escombro•
oon que lo había obstruido la. caíd& del mundo viejo.
Ahora la labor estaba hecha; el horizonte hbre, á lo
infinito, y la ci:udad nacien~ podia empujar la ola
vencedora. de au.s casa.s hasta el extremo de las vasta!
llanuras.
E.n un gr'U.P() 8e oyó á Lange, el alfarero, o,l anar.
H;uísta, que decla. con -yoz ruda y alegre: .
-No, no; no ho tenido el honor de ser yo q'I.Uen
prendió fuego; pero no importa, es una. hermosa tarea,
Y tiene gracia. que los pa.t.ronos ~oo e.yuden, tostAn·
dose ellos mismos.
· Hablaba del fuego, y el espanto del fuego era tan
)>T~undo, que nadie le bjzo c.a.llar. La multitud ~ 1
volvía á las fuerzas victoriosas¡ 1<1.'5 autoridades de
Beauclair felicitaban á Luc.as por su abnegación; lo~
comerciantes y La baja burguesía rodeaban á los obre- En la Guerdache, el gol~ fué terrible. De lA noe!ie
ros de la. Crócherie y se porúa.n abiertamente de su á la mañana, aque,Ua mansión de lujo y de pla.oer
parte. Lange tenia razón; hay horas trágicas en qu~ que resonaba con llest.as continuas, caía en la. ruina..
las sociedades caducas, enlo<ruecidas, se arroJan á la llubo 9Ue euspender una partida de caza, antes que
hoguera. Y bajo el cielo gris de aquella fábrica del renunClar á las grandes comidas de los martes. E.l
Abismo, tan negra ,tan tnste, donde al salario había numeroso personal 1ba á ser desredido en m8..3a ~
respirado agonizante, en las últimas horas del trabajo hablaba ya de la. venta. de los coches de los ca.baJlos
deshonrado y maldito, no quedaban más que algunas de 1~ jauría..E!llos jardmes, en el pa.r:ruo, habia cesad~
paredes ruinosas sosteniendo los esqueletol:l de los te- la VIda bulhc10sa, la afluencia sin fin de visitantes
~ados, por encima de los cuales sólo se le\·an Laban; L;a vasla mansión misma, los salones, el comedor, e-Í
tnútiles y lamentables, l~ alt.a.s cJúmeneas y 1~ tone htllar, el fumadero, no eran más que desiertos donde
de templar los cañones. vibraba el viento del d~sa.c;tre. Morada en que había
Aquella mañana, hacia las once, c'UAndo el sol aQ caldo el fJ!-YO, que agomza.ba. en la súbita. soledad d~
había decidido á pre~ntaroo, límpido, p~ó el aeil.or la desgrMJa.
Jerónimo en &u cochecillo, que empujaba un criado, Y á. trav~ de es~ infinita tristeza, Boisgelin pa-
Daba eu paseo habitual; acababa de seguir el camino seaba su ~o~bra lastimosa. Perdido el juicio, dcscolll-
de Combcttes, & lo largo de la fábrica y del pueblo puesto, amqU1la.do, pasaba días espantosos, no sabicn·
creciente de la Crécherie, tan anim.a.dos, tan alegres, do qué hacer do su cuerpo, vagando como alma e,n
en aquel tiempo &eeo y de buen sol. Y ahora contem- pena, entre las ruinas de sus placeres. No era en el
plaba el campo de la derrota, el Abismo asolado, des· fondo más que un pobre diablo hombre de caballo y;
truJdo bajo la violencia justiciera. de las llamas. Mu- de circulo, mediocre, amable, d~ hermosa e;,t.ampa, cO:
cho tiempo estuvo mirando, con sus bjos vacíos, cla.. rrecta alt.aneria, el. mon?culo en un ojo; pero todo
ros, de una transpanmcia de agua 'de m~antial. Ni ello tenía que vemr á. tie.rr.a al primer soplo trágico
una palabra, ni un gesto; miró simplemente y &i¡uió¡ de la. '!erdad y de la JUStiCia. Hasta. entonces. sólida-
1: ~gAa. ~ocia. s.i habí~ visto ! co~rondido, · mente ~stalado en el placer, convencido de que se le
d • 811'\ llaPer h~~bo jam/lJ3 p_a.ds, w.n tJUS ~ez ~'JI;
- 104,... ~ tOlS .-.;
1 ~yónd098 'Un s~r aparte, elegido, prlYilegia.do, n&- la_Goordache, gravado con enormE'!fl gastos ,d~ eosfenJ.
cido para que el trabajo de los demis le suste~t.ase Y. nuen to tan costoso, y donde, desde fin de mes, acaso
divirtiera ¿cómo había de comprender la lógtca ca,. no habría pan que comer.
tástrofe ~e le aplastaba? La religión de su egoís~ Una sola criatura tuvo entonces compasión de este
rocibia un golpe demasiado fuerte, y estaba aturdido hombre miserable, que no hacía más que temblar, aban·
M te el JX>rvenir, cuyas inquietudes. i~noraba. En el donado, vagando por tru morada vacía como un nill.o
fondo de su atolondramiento, lo pnnClpal era el ~ pe.rd.ido; .Y tué Susana, su esposa, la mujer de he-
rror del ocioso, del parásito, á quien trastorna la Jn.• T?l:-a dulzura,. á quien tanto habla ultrajado. Al prin-
capacida.d de ganarse la vi~a: Pues Dela~~u ya no CipiO, cuando él la imponía sus relaciones con Fer-
existia, ¿de quién iba. á eXJgl r l?s . be~e_flClOS pro ma. nanda, veinte veces se había levantado ella por la
tidos· el día que su pnmo 1~ halna d~clido á colocar mañana, resuelta á. protestar para arrojar de la casa
6U capi tal en el buen negOCio del Ab1sm~? Hab_ia ar· á la querida, á la intrusa; pero siempre habla aca-
elido la fábrica, el capital se habla hun~~o baJo los bado por seguir en su ceguera voluntaria, segura de
escombros, ¿dónde encontraría con ~é ~1vu m~1ana ~ que, SI echaba á Femanda, su marido la seguiría, ob·
Y andaba como un loco, por los Jardines des1ertos¡ cecado, obseso. Después, la situación anormal se ha-
por la casa lúgubre, sin encontrar la respues~ . bía fijado. Tení~ ella su cuarto aparte, y sólo ante el
Primero á. raiz del drama, lo que a.sedtaba A Bols- nrundo ~guí_a Siendo la mujer legítima., cubriendo asf
gelin era' el pensamiento del horroroso fin de Dela,. las apanenetas, y consagrándose por completo á la
veau y de Femanda. El no podía tener duda, pues educació~ de su hijo Pa.blo, que quería salvar del d&
a.e acordaba de lo furiosa que ella se había separado sastre. Sm este hermoao niño, rubio como ella, como
de él amenazando á su marido. De seguro, después ella amable, nunca se hubiera resignado. F.ra él la
de alguna escena atroz, Dclaveau mismo había pues- causa profunda de su renuncia.núento, de su sacrificio.
to fuego á la casa, para desaparecer con. la ~ulp~ble. Se. lo J:labía quitado al padre indigno, como una in-
Y en esto había, para un hombre ?Omo Bou»gehn, ste!ll· teligenCia, un corazón para ella sola, donde cultiva·
pre esclavo del placer, una: feroetdad negra., una Vl_().l ri.a la razón y la bondad para su consuelo. Y los
lt-ncia de monstruosas pastones cuyo espanto persts- años habían corrido de esta suerte, en la austera ale·
tia., le amargaba la vida. Después ~bó de ru:gus- grfa de verle crecer, más juicioso y amable cada día·
tiarle el comprender que él no ten1a la cabeza firme y había asistido Susana, sin tomar parte en él de lejos'
y la energía necesarias para poner un poco de or~en por decirlo así, al drama que se desenvol~ía en 1~
en un negocio tan complicado y tan comprometido. lent~ ruina del Abismo,_ enfrente de ~a prosperidad pro-
Dla y noche daba vuelta á sus proyectos sin saber ~ gresiva de la Créchene, al contagiO de la vida de
qué atenerse. ¿Debía procura~ volver ~ lev~tar la plaoores, cuya locura, en torno de ella, arrastraba su
fábrica buscar dinero una soctedad, un tngemero, con gente á la sima. En fin, la última demencia acababa
la cs~ranza de continuar la explotación? P~recia es• de aniquilarlo todo en una suprema llamarada de in·
t«) ca3i imposible de lograr, pues las pérdtdas eran cendio; y también ella atnlmía á Delaveau, adverti·
importantes. ¿ Yaldría má.s esperar un compr<l:dor. que do, la colosal hoguera en la que había querido ar-
ae conteutara con los terrenos, con la m.aqumana y¡ d~r con la culpable, la corruptora, la devoradora. Tam·
eJ rnatt'rial sa.l\·ados por su cuenta y riesgo? Pero b1én ~lla temblaba, pr~~untándose si no. era en parte
dud~La que el tal comprador se presentara, sobre todo cómphce, por su debt~lda.d, por su res1gna.ción, <pe
no r.reia ohtPnE>r do él un precio suficiente para li· b abta tolerado tanto bempo la traición, la vergücn·
Q1JJd<lr la sllnación. Y el problema. de la ex~st:encia u de su hogar. Si ella se hubiera rebelado desde el
acttu•a siempre i~ resolv~r, e.o. este gra.n dorruruo (1~ prin1e.r día, a.<:JI.50 0l c.rim~n. uo h-qbiefi' llegad9 br ... ~!\
s;¡¡¡¡;, 106 ..... ~ 10'1, ¡;o¡j

el fin. Y esta lucha de 8'tl conciencia &ea.b6. de ~ ~ ella. sentía JX>l' no haber dnm'plido btGn, at.Ut1i
rarla haciéndola compadoc.er á aquel desgraClado que¡ con todo su deber, no deteni~ndole en su caída. ~
desde la. catástrofe, veia. pascar como loco en su te-. la. reconciliación, que la compasión había comenzado;
rrilile confusión, por el jardín desierto Y la ca38. vact~ ~ completó aquel sentimiento de fraternal indulgen-
Una mañana al atravesar Susana el gran salón don- Cia. Los más puros, los más heroicos, ¿no tienen mu-
de había dado ' él tantas beslas, le vió desplomado so- chas veces algo de culpa, cu.ando los malos y los d&.
bre una butaca llorando como un niño, con grandea hiles sucumben j'Unto á ellos?
sollozos. Sintió 'ella infinita lástima. Y se acercó, des· -Sí-dijo Susana;-hubiera. debido luchar más· b&
pués de tantos años de no dirigirse la palabra on cuanto atendido dem~siado á mi orgullo, á mi tranq'U.ilidad.
quedaban s olos. , ~s dos neccsll.amoa olvido; todo ese pasado debe mo-
· -Si te desesperas- le dijo,-no encontrarás La. r.uer· nr. '
za que nGOOsi t.as. • Pasaba Pablo por el jardin y le llanió. Era un mo-
Inmutado al verla, al oir que la hablaba., la. ID.lr&- cetón de ~ieciocho a.fios, inteligente, tino, hecho por
ba confusamente, entre lágrimas. ella á su Imagen, muy cariñoso, de mucho juicio, li•
-Sí en vano sorá ese andar errante de todo el día.; bre, sobre todo, de todos los prejuicios de casta, dis-
el val~r debe estar en t.i, no lo ~ncontrará.s en ptrn P:Ucsto á ~ivir con. el trabajo de sus manos, si la.s
pa.rte. . dió Circuns~cias ]o e10gían. Su pasión era la tierra; p:i·
Con \m ademán de ~ng'U3~ rospon e-n vo.z muy; saba d1as enteros en la. granja, atento ! las c.uesti<:>
baja: ncs dol Cultivo> al germinar de los sembrados al cr&
-¡Estoy tan solo 1 cer de las mieses. Al llamarle su madre jusia.mente,
N o era malo; era necio y débil; uno de ~os co~a.­ iba á ver un modelo nuevo de arado en ~ de Feui-
zones cobardes de rrue hace verdugos el placer ego1s· llat.
ta y se habia quejado de la soledad en que ella lQ -Ven, hijo mío; tu padre tiene un disgus(o y d~
d~jaba, en su desgraws., cpn aire tan abatido, <fU.~ la seo que le abraces.
hizo conmoverse. ' Hijo y padre habían roto sn.s relaciones como el
-Querrás decir q'ue h.a.s q'Ueñdo estar solo. ¿Por marido y la mujer. Todo él para su mad:te 'el rujo se
qUé, después de aquellas r..osas te.rribl~, P.O h.as Y~ había criado con un frío respeto al bombr~ qa.e com-
njdo á mi? pro~día. qu.e la atormentaba. Así que Pablo eompfL.
-¡Dios mio 1-m'o:rm'Ul',ó él,-¿ ee el perdón?. d&CJdo, con gr~ emoción, miró algunos ~gundos á,
' y le c~gi6 las manos1 que ell~ le abandonó; Y con· sns ~d.res, A <¡U.len veía tan conmovidos tam'bién. Com-
fesó s'U culpa, anonadado, aturdido, ~leno de arrapen.. prendió~ abrazó muy afectuosamente á. su padre, y
tinrlento. Nada. confesaba que no sup1ese ella; su pro. se aHOJÓ al cuello de su madre para abrazarla y b&-
)ongada traición, la querida metida en el hogar dof!lé&· saJ la con toda el alma. La familia volvía á aparecer
tico, la mujer que le babia vuelto loco, hasta. la rUI_na. ; Hubo un minuto fehz en q'Ue se pudo creer que ~
pero taJ arrebato de fi:anque~a había en su acusaCJón, buena inteligencia sería en adelante JY'rfecta..
que Susana., compa.dec1~, VfÓ en e~la como una ~on· Al abrazarle tamb1én S ul><l.na, Boisgdin tuvo q'ae con-
tesión nueva, cuya h~llac16n hub1era podido av1ta,r· tener ";;Da b-~1ena crisis de lágrima.s.
se. Acabó diciendo t • • -¡ Bten, b1en 1 Ya. estamos unidos 1Ali, hijos míos,
-Es ,·erdad, te be 'Ultrajado mucho tiempo; be Sl- esto me da valor 1 1Estamos en una situación tan te-
do abomjnable. ¿Por qué me babias aba:ndonado, por rrible 1 Necemta.remos entendernos tomn.r una resoJu-
q'Ué no hiciste nada pa..m volverme á ti? To~.a a.1 ció~ ) '
1loloroeo ~ao d6 oop,ci~pcia, ~.l ~ordo romord:im1e11tq ~)guioron hablando; neC(\Si t.aba el p.atlre comuni~f
JIIW 101 .... t¡,¿ l.W loooOI

con eu mujer, oon 1\l hijo, decírselo toa~, de11pu~ <MI '1 todo el pa.fs se podría. de ac:uerdo contra nosotrOS
ha.ber padecido solo tanto con la. angustia de su de· para gozarse y espocula.r.
bilid.a.d. Re<:ordó á Susana que habían compra~o el Después se val1ó de un argumento más directo.
Abismo en un millón y la Guerdaohe en qu1mentos -Además, querida, la Guerdache es tuya. U>mo ~
mil francos, con los dos millones que les qu~aban) ha bocho constar, quinientos mil francos de la com·
el de la dote de ella y el salvado en la rwna d~ pra se han tomado del millón de tu dote, y los otros
la fortuna de él. Los quinientos nul francos que que- quinientos mil han entrado por la mitad en el mi-
daban de los dos mlllones puestos en manos de Dela- llón que nos ha cost.<ulo el Abismo. Si somos co-
ve.au, hablan servido para la circulación de fondos propietarios de la fábrica, la Guerda.che es sólo tuya,
de la fábrica. Todo su dinero, pues, estaba colocado y mi deseo es simplemente conservártela mientras se
a.llí; y lo peor era que, por los _úl~mos ap~.ros, habla pueda.
habido que tomar prestados smsc.1entos m1l _fran cos, No queriendo insistir, Susana dió A entender con
deuda que era un gran peso para la explotaClón. Por un ademán que hacía mucho tJ.empo que estaba resig·
muerta se podía dar la. fábrica, que estaba ~c,¡nada, n.1.da A todos los sacrificios. Su ma.rido la miraba,
y antes que poderla hace r ren.a.cer de sus ceruzas, ha.- y de pronto le hirió un recuerdo.
brla. C(Ue ~ar los seiscientos mil tra.noos. -¡Ah 1 dime, quería pregwlt.a.rte. ¿Has vuelto á ver
-¿Cuál va á ser tu resolución entonoos ?-preguntó ». tu antiguo amigo Luc.as Frornent?
Susana. ~:N il 0 Un instante permanecJó ella preocupada. Después de
Dudaba entre dos resoluciones, ambas wuc es. ln fundación de la Créc.hene y de la acentuada ri·
desembarazarse de todo, voouer lo <r?:e quod.aba del validad entre a.mbas fábricas, no había entraJo por
Abismo á cualquier precio, que de fi¡o apenas b3.3- poco en sus penas la necesaria ruptura con Lucas.
taría para pagar .la deuda, ó buscar nuevos fond~s, Perdía en él un corazón fraternal, ca.nñoso, que la
continuar una soc1edad á la que él llevaría los teri& hubiera consolado, auxiliado, sostenido. Pero hab ía sa.·
nos y el material salvado, combinac_ión que, por lo biuo resignarse una vez m.á.s; sólo de tarde en tarde,
demás, juzgaba quimérica. Y la soluc1ón era ca~ dia por casualidad, en sus raras salidas le bab1a encon·
mAs urgen te, pues la. ruina s.e, declaraba tot.a.l Y c1erta. tra.do, sin d.Jrigirle ja.tl'\á.s la pa.la.bra. Imitaba él s~
Susana hizo una observaclUn. di"Jcreción, su apartamiento; parecia que su dulce in·
-Tenemos todavla la Guerdache; podemos venderla.. timid.a.d antigua había muerto pa.ra siempre. No im·
-1 Oh 1 1vende r la Guerd~he !-respondió él, co_mo pl}d f.a esto que la joven siguiese con gran interés, sm
desolado.-¡ Vender la posestón quo e~ nuestro recJ eo, hablar de ello á nadie, la empresa de Lucas. E.n se-
á que estamos h.abitua.d()s l 1Y pa..ra u á esco':ldernos ereto, seguía con él, con su esfuerzo generoso para
en algún rincón miserable 1 ¡Seria caer tan baJo, oLrQ traer un poco de amor y justicia á la tierra. Con él
dolor tan te rrible 1 h~tbía sufndo, con él triunfado, y cuando se le creyó
Quedóse ella seria, otra vez, viendo q'OO aqu~l hOI~· muerto, se encerró durante dos días sin ver á n.a.ilie.
bre no se acostumbra.ba. á. la idea de una o.nstenc1a. Y en el fondo de su dolor descubría wta a.ngustia
mediocre y juiciosa. . intolerable, las relaciones con Josma, que fueron para
-Amigo mio, siempre vendremos fJ. dar en eso. No. ella cruel henda. ¿Habla amado á Lucas sin saberlo?
podremos conservar en casa un tren tan costoso. 6 Había soñado con la. alegria, el orgullo de tener Wl
-Claro, claro, se venderá. la Gue~dache •. pero m~sl esposo como él, que tan bien hubiera usado de la
tarde cuando se presente una ocasión. S1 la pUsló- fortuna? ¡Cómo le hubiera ayudado; qué prodig10s de
ramo~ en venta ahora, no nos ~arian la mita.d de . lo paz y de bondad hubieran realizado juntos 1 Pero ha.·
<fUe v,;tle, ~~el$ 1'\C~~ ¡~ ~¡1.-f~.~ da ~~est.r&~¡ ~n. t).~ $<1Aado; •ra tlhora &l marido de Joeina, l babia
-- 110 ~ = Hi :=::: ·
~11a otra vez sentido hundirse todo en .su ahnegn.cion hre todo! n~ca tenía más que un fin: no hacer na.•
de esposa sacnficad.a, de madre qu.~ yivía sólo para da, ~gUlr s1endo el ocioso, el parásito, el capitali s ta
su hlJa. Luc.as había deJado de exlisbr para ella, Y¡ do s1empre. En s'?- lucha desesperada, después de la
Ja. pregunta que la h.aaí.an evocaba tales recuerdos; catástrofe, no ~ab1a más que el terror, el odio al tra.-
que no ocultó su gran sorpresa. antes de responuer. b~J?, la o~sea1ón de preguntarse cómo podría seguir
· -¿Cómo quieres que haya vuelto á ver ~ se~or VJVJendo stn hacer nada. Ya. no había lágrimas y de
Froment? Bien sabes que b.ace cerca de diez anos t~pente volvía. á aparecer el hombre que sólo' sabí~
gue hemos roto nuestras relaciones.. ¡ozar. ·
Boisgelin, tranquilamente, se encogió de ~ombros. Qui~o ella saberlo todo.
-¡Bah 1 Eso no quita qu.e hubieras podid? encon-" -¿Pero qué tengo yo quo ver don eso? ¿Por qué
trarle y hablarle. 1Os. entendíais tan bi~m anugurun~n­ me p1't>guntaba.s si había seguido tratando á Fromcnt?
tc 1 ¿De modo que no has conservado runguna relac16n -:-1.Toma 1 PorqUe eso me hubiera íacilita.do Jn.s pro-
con él? . pos;cJones gue pienso hacerle. Ya comprendes que des·
-N()-dijo ella. con claridad.-Si siguiera. viéndole pués de vanos años de estar refúdos, no os fácil acercar-
lo sabrías. . . so ~ 'UD caballero para empezar á tratar una cuestión
Crecla. su asombro, y la. hería. aquella insis~nc1a,· de ~ntereses ;. y ~ cosa era m'Uo,ho má~ sencilla, si
n1gto ofendida por tales preguntas. ¡,A dónde nía á. h11b1era segu1do siendo tu runigo. Tú misma acaso
parar? ¿A qué venia aquel deseo de. que hubi.er~ con- hubieras podido verle, hablarle... ' '
servado relooiones con Lucas? Tarnb1én ella sm tió cu- Le detuvo ella con un LruSC'o adornYln.
riosidad. . -:-Jamás hl!hiera hablado á From~nt en fa}P~ c'on.._
-¿Por qué ;m.e preguntas eso? . dJCJones. OIVJda~ q'Ue le quería como hcrmnno.
-Por nada; es una idea qu.e acaba de ocurrirse me. 1 Aquel desg:~ado llegaba á la bajeza de e!;peCU·
Y volvió á ella y acabó por declararse. lar con el canno que Lucas podía. haber conservado
-Verás... te decía que teníamos dos caminos: ó ven· r quería valerse de ella para atraerle y venCl'rle m~
) OT 1
der el Abismo ó crear una sociedad y r"'rt.enecer yo
á ella. 1Pues 'b11cno 1 Hay un tercer medio, la com- pebió de eom'prender quo la. hería. al verla en se-
binación de los otros dos, y sería hacer que nos com.· gUJda m'ás pili~a y más fría, oomo V'o lviendo i sepa-
:¡>rara el Abismo la Crécherie, reservándonos la. m~ rarse _de él. Qw so oorra.r la. mal<\. improsión.
)Or parte de los beneficio~ . ¡,Comprende.'!? . -{l'ienes raz.ór;; los negocios no son para las m'tl·
-No; no del todo. ]eres; ta..J C?n?s1ón no es para ti. Pero, a.sf y todo,
-Pues es muy sencillo. Ese Vuca.s debe de tener ~ gusta. nu Idea, y cuanto más la. maduro ~s vro
mucha gana d€ adquirir nuestros terrenos. Pero. nos ~n ella nuestra. salvación. Voy á pensar mi plan de
ha hecho mucho daño, ¿no es eso? y es muy JUsto a~aque; luego ya veré medio de rela.ciona..rme con el
que le saquemos una crecida suma.. Y nucslr~ salva· du-cctor de. la Crécheri~. Aunque tal vez .sería m'ás
ción esta.rla seg-uramente en e~o, sobre todo st tenía· ar.ortado deJarle á él dar el primer paso.
mos, ~demás, intereses en la. casa, lo cual nos permi· Se hnbía. reanimado con e~ta. esperanza. de engañar
tiria conservar la Guerdache, sin disminuir nuestros i otro y sacar de él ~U9 goces, como siempre había
gastos. hecho . La v1da todavía ~ra buena, si sabía pasarla con
Susana le oía con m:ucha. tristeza. ¡Ay, sí 1 Era el ~~~~mos blancas y oc1osns. Se levantó suspiró con
mismo de siempre; la terrible lección no le babia. co· desa.nogo, m:iró por una rle las ventana!/ el gran Par-
rregido. Sólo aoñaha con explotar á los dem..'\s, sacar '(lte, qu~ pa.rocía m:is grande en aquel d1a clat"o de
•rovte,ho de la ~tuación &O ~ QW\ienn ftrM. IOf
~ ii~ ~ ,:......119 ~

invierno, y en el c'u.al esperaba reanudar sus fiestu marta. El scfior Jerónimo, el abue lo, que a.c.a baba de
en llegando la primavera, y exclamó: llegar á la avanzada edad de ochenta y ocho allos,
-Tontos seríamos desesperándonos. ¡La gente como á. pesar de la. parallsis, seguía viv1endo aparte¡ muJ~
JlOSOtros, jamás llega á la mise ria 1 sm más relacwnes con el mrutdo que sus continuos
Susana, que seguía sentada, sintió crecer su h~rri­ paseos en e l cochecillo. Sólo Susana entraba en tl\1
ble tristeza. Por un instante había esperado, cándida, cua~'to del piso baJO, que daba al Parque. Tretnta años
corregir á tal hombre, y ya advertía que todas 1~ h ac1a que le cUJdaha.. También conocía ya los OJOS
tempestades y revoluciones podían p~ar so~re. él, s1n clruos ?ol viejo, sin fondo, como llenos d~ agua de
que se enmendara, sin que comprenwese s1qwcra los manantial, que p odía leer en ellos 1~ menores som
nuevos tiempos. Tenia tan la sangre la anti~ua ~~plo­ b r~ fugitivas. Y se habían turbado dc·Bpu¿.s de los
tación d<>l h ombre por el hombre; no pouta v1v1r Y. úlllmos ~ucesos. Parec1a que los hab la llenado de are·
gozar más qne á costa de los demás. Siempre sería n~ el v1en to. M u eh os años monównos se habían LO·
un niño grande y malo con que tendría que cargar clJnado sobro ellos, sin v.er allí nada., dud ;Ln t.W que
más adela nte. ¡Si llegaba á haber justicia! Ya no tuvo ~c trá.s b~b1era un pensa.rruento. ¿Era que volvtan las
para él más que grande y amarga compasión. l~eas? S1 se turl>a.Lan, aquella fiebre que renaCJa, ¿m-
Mientras h ablaban, Pablo no se había movido, oyen- dicaba un despertar posiLle en todo su sér 'l A~o
do á sus padros con aire inteligente, suave y carinoso. nunca k JJaLian faltado la conciencia, el dJs. urso, tal
Por sus grandes ojos pensativos se veían pasar las vez, por un nulagro, se dc::>ataba el duro la.to hs1co
mismas emociones de su madre. En constante comu.- de la parálisis, horándolc, en parte, al llegar el ulti-
nicación con ella, también sufría, viendo al esposo mo momento, del s1lencio y de la inmO\'lltJa.d. Scgwa
y al padre indigno. Notando su. turbación dolorosa, Susana con ansia y sorpresa aquel lento Jespcrt.ar.
le preguntó ella: Una t:aJ de, el cnauo que conducía el coche del a&-
-¿A dónde ibas, hjjo mío? ~or Jerónimo, se atrev-ió a. detener á Su::;ana cuando ésta
-lba á la granja. Feuillat debe de haber recibido salía. . de la .hab1tación del anciano, unprcs10uada por
el nuevo arado para las labores de invierno. la m1rada v1va con que la hab1a acompau;¡do huta
Boisgclin se echó á reir. J.a puerta.
- ¿ Y eso te in te resa ? -Seño ra, me be prometido decir A usted ... Me pa.-
-Y a. lo creo, padre. En Coniliette! tioneo a.rados ~ que el soñor no es el mismo. Hoy ha hablado.
de vapor que hacen surcos de muchos kil ómetros, en -¿ Cómo que ha. hablado?
sus campos, puestos en común, convertidos en un Cc'tm- - Si; ayer mismo hahta crefdo oírle murmurar pa-
po inmenso. Y es una cosa soberbia v er la tierra 1~ labras. á me<ha voz., al detenernos un momento trente
van tada y fe<:un.dad a hasta las en traña.s. al Abtsmo. Pero hoy, al pasar delante de la Créc.h.ene
Se entusiasmaba con ardor juvenil. Su madre son~ ha. haLlado, estoy seguro. •
reía conmovida. -¿Y qué ha dtcho?
-Anda, anda, hijo mio; ve á ver el arado nuevo¡ -No_ lo be comprendido bien; ereo qus eran pa.I.
y trabaja; así estarás más sano. bras sm enl:let); no tenlan sentido.
Notó Susa na los días siguientes que su marido no .Aumentó desde entonces la vigilancia de Susana. El
se apr6suraba á pone r por obra su proyecto. Parecía enado tenía orden de contar todo lo que buluese oh·
bastarle haber encontrado la solución que, según él, sorvado durante el día. Asi, pudo ella seguir la fi&o
debía. salvarlos á todos, y volvía á su indolencia, in- bro crec1ente que parecía apoderarse del :iel'lor Jeró-
C<lpaz de voluntad. Tenía ella, ademá~. en la Guer· nimo, l'e.ui& &i.:l..n cie ve.r, de otr; exigia que .se p~
dar..be. otrQ niño grande, e.uya. contlu~.t,a em!.k!¡ó Á al~ X.raoajo--'fomo ll-8
~ 114 ...:::;i
e;a ilb ~
long'~en los paseos, !vido de los espectác'ulos q'tle s&
.bras era la nartación sin fin d •
~~11o~uerdos, almacenados des~e s':u s::aon~~ :~
le iban presentando . Todos los días se hacia llevar ya
al Abismo, ya á la Crécherie, sin cansarse de mirar;
durante horas entera.q, las ruinas somhrlas del uno,·
la alegre prosperidad de la ot.ra. Ordenaba una marcha ·~fsana temblaba, procnraba ocultar la emoción t~
lenta., volv1a muchas veces á los mismos sitios, y las rn_e que le causaba el ejemplo.
paia.brM sueltas que murmuraba eran cada vez mu N ¿Y qué ~é de ese desgra.cia.do 1
distjntM, aunque sin sentido. Susana hizo venir &1 doc- ova.z:e Vac.tló ll.n momento.
-Munó á los tres dí D b
tor Novarre. Dcspué~ de explicarle el caso, le dijoJ f!eñora· taJes . . a,. .e "? eonfesárselG ! ne~
-Me cansa esto te rror, como ~i asistiera A. una ~ fin pró~imo Lac.:sts SOJ? Cll.SI SJempre síntoma de ~
s'urreccíón. Veo en esto una sefl.al prodigiosa que anun- ja el últim~ respf;~~mag~ d~ la. lámpara quo arro-
Callaron largo rat S ~
~Ia extraordinarios sucesos. 8
e apagarse.
.Novarre sonrió. Cosas de mujer nerviosa. Pero q'UÍ· da ; }>a&.-'l.ba el flio ~·e 1: abfa puesto ella mny páJi .
BO enterarse por si mismo. Mal enfermo hAcia el se- del hn próximo del triste muerte. Mas no se trat.aJ>a
fior Jerónimo ; habla cerrado la puerta á los médicos otra pena. ¿Lo había . abu~"lo; habla otro temor,
comío á tP<lo el mundo, y no reclam.a.ba su estado ningún el abuelo, como el Vlej~~· ~C comprendido todo
tratamiento; el doetor no enlra.ba A verle hacia años. 6. haoer una pregunta: e . ron 1 y se a trevió
Le esperó en ol Parque, le saludó y le siguió por la -Doctor, ¿croo usted N'n •
carretera. Hasta se a.ccrcó á él, vió que sus ojos se ha perdido la . ter . 'iwe nuestro mválldo quendo
animaban y oyó el balliucir confuso de SU3 labios. piensa 1 m JgenCJa 1 Segón Ustod, ¿comprende,
:rambién se impresionó. Se vió en Novarro 1 to ·
r -Tume usted razón, seftora-dijo á ~usana;~l ca· ra de la certeza expe~estaJ vago del sabio q'Uo tu~
so es muy singular. Es seguro que se trata de ona nada. n no cree poder asegurar
crisis general que dobe de venir de un profundo sar -:-rAh, sefioral Me pN>gunta Usted _~.
~dimiento interior. }l<lslble en este misterio d muvuo. Todo es
; Ansiosa, preguntó ella: p~netramos tan difi .1 1
e cerebro, donde todavía
-&Pero, qué prevé usted, docl.or, y q'tlé podem~s gun mtacta despuéc.t m d
en te · La in ~-1· ·
v.: Igencta puedo 8&-
hacer? la causa de e nos e .perder'Se la paJabra, poryue
-¡Oh 1 no podem'Os ha.r..er nada., por aesgra.cia. Y se hable Sin ~mbn se pl~nse no consiste en que no
tampoco me atreveré á decir lo que tal estado pue?ie 1~ facultades rgo, hubiera dlagnosticado que todas
traer detrás bien pronto. Sf diré que a.unque tales e<r debilitado Le mh ental~sd del señor Jerónimo se habían
· e cre1 o en un ·ni · . ~
ea.s son raras, ba.y ejem'Pfos. ~1e acuerdo de haber -Pero dice usted que os a~ a.nCJa 111M1l
examinado en el Asilo de Sain-Cron un anciano en- vado sus facultades intactas poSJ. e que haya coru;er-
cerrado allí hacía cuarentA años 8in que los guarilia· -Muy posible y · ·
nes se a.cordasen de haberle oido nunc.a pronunciar prueba ~ el des' aun conuenxo A sospecha.rlo; ~
Un.a palabra. De repente pareció despertar, habló con- par~ volver poro~P~~.t()do su s~r, la palabra que
fusamente primero, después muy claro, en un tlu¡o Después de esta con
lntenninahle de hora8 enteras de charla no interrum.. rnerte de doloroso ho;r~~ac~6 n, ~ed6 en Sos.an.a una
pida. Pero lo extraordinario era que el anciano teni· to á ru abuelo en su . o po. 1a pennanecer jun-
do por idiota, lo ha.bía visto, oido y comprendJdo todo Bin un seereto cuart.o, a.•nstir á su resurrección¡
dun.ntle los cuarenta. &.!tos do aparente tue!l.o, 1 lo dido todo 1quó ~panto.~¡ lo . había visto, compren-
N ~~ ~ aguel modo Wl R<I'Jel~ ola el• pala.- Treinta aÍio• d rama ter.nbl~ en aquel silencio 1
• ter como &eatl¡o 1mpa.sible cW dec.U·
~ 118 a)
-...... 1rf -
miente dG !'o ñl-!·~; !'11S ojO! claros liabfa:n. 'fisfo la IOn mirndu ~. Coft ojo. C(116 D111'1lbt~ k Infea '
derrota <le los suyos, la eafda que el vértigo de 1~
p<>'!e&ón aoolera.ba. Dos generacione1 hablan pasado
ligencla. Aill eatn.ba. el Mtimo,
encina do tronco poderoso <f8"
J
d 0bil ramo 4e la '
ha.bia en ~tro tieatío
p.ara abrasar en el fuego devorador del goce la for· po esperado ver cr~:.or y bifurcarse en ram.a.s pode~~
tuna. fundada por su padre y por él qu~ croia t an só- rosas. El árb~l familiar, ¿no tra!a la savia nueva, la
lida. Había visto á su. hijo Miguel a.rrwnarse. _p or las sa.lud. y el Vlgor tomados á los rudo a a.scendien tes
·
mUJeres, ~~ _.,. d... un ti' ro· á. Laura !U hiJa,F rloc3
rrLI.IA>ol
o:IQ
t~baJa.dores? Su descendencia no iba á extenderse¡
de misticismo en un convento, y al otro hiJo, e ~pe, dtla~ conquistaJ:ldo todos los bienes y alegrías de
Q ' ' • •

ea.sado con una ramera, muerto en du.elo. H~b_l~t: Vl~to la ti~rra ? Y la &a.Vla ya estaba agotada en los nietos.
á su nieto Gustavo la.nULr á su padre al swcHli_a,. ro· ~ Vlda de riqueza, mal vivida, había comrumido tant~
bá.ndole un.a. querida. y .el dinero ~e &1;lS vencuruen· Vlgor en menos ~e un siglo. 1 Qué amargura la del
tos, mientras Andrés, el hijo. de ~ehpe, 1ba. á. dar en- pobre abuelo, test.ígo supremo de tantas ruinas, al no
tre locos. Había visto á Bo1sgehn, ol mando de 8~ ver ante si más que á Pablo, sua,,e, delicado, últi·
nieta Susana, confiar el Abismo á Delaveau, que ~es· !Ilo regalo de _la vida que parecía habfa querido de-
pués de una brove prosperidad acababa de redu_c1_rlo Jar á los Qungnon este precioso retoño para volver
á ceni~a. en aquella horrible tragedia de la. trructón é. brotar y flo rocer en la 11ueva tierra 1 1Y qué penosa
de Fernanda. Habla visto el Abi!mo, su creac16n am~­ ironí~ que quedara él solo en la enorme Guerd;~.clle;
d.a, la humilde fábrica. de su padre tan engrandeCl· n~anSJón regta, comprada. un día por el señor Jeró-
da por los suyos, y que esperaba. que fu~e todo un ntmo á ~'Ul alto precio con el anhelo y el orgullo
pueblo para. su raza, el imperio del hierro Y del ace- de llega.r á JX>blarla con sus numerosos descendientes l
ro, declinar tan rápidamente, que á la segunda g~ne­ V~fa. l?s vastos do~la.rnentos ocupados por diez ma.-
ración no quedaba piedra sobre piedra. Habla VlSto trimoruos, oí~ las nsas del tropel de ni(los y n!ñu
A su rau., en fin, en la que tan lentamente, en una que crecf~1. sm cesar; era el dominio familiar feliz ·
larga ascendencia de miserables obreros se había acumu· lujoso, doude reinada la. d.inasUa cada vez ~ tr:.
lado la fuerza creadora que había estallado en su pa.· cun?a de los Q_urignón. Después, hé aquí todo ]o con-
d.re y en él, estropeada en seguida, degenerada, d~s­ trano: el palacto cada vez más vacío; la embriaguez,
trufd.a. por el abuso de la riqueza. ¡Qué espa.nt_osa his· la. _locura, la muorte habían pagado y destruido. La
toria acumulada en el cráneo de aquel anoan~ d~ última. corru¡pt.ora hahb. consumado la ruina de la ca·
ochenta y ocho años, aquella ~rie do hecboe t~mblea M; dcsk:lués de la última catástrofe, se cerraban las
tpte res'QJIÚa.n todo un aiglo de esfuorzos ~lnmtnan~o dos tercerrut partes de los departrunentos · todo el se·
el pasado, el presente, el porvenir de una f.amiha l gundo piso quedaba abandonado al polv~ · hasta loa
¡Y qué terrible cosa que aquel crá.noo en que parecía salones de recibir se a.brfan sólo los sá.badea para
dormir tal historia, despertara lentamente, Y que_ la el so]. La raza iba á acabar si Pablo no la levantaba..
ola de la verda.d rebosara !i los labios, ya balhuaen.. Pa.só una semana; el criado ya pudo di!Stinguir pala.4
~s empezando A. grlta.r palabras claras 1 bras en el coufu-so balbucear del señor Jerónimo. De~
Este despertar terrible era. lo que . ~15pera.ba Sus :m~ pués se fo rmó \.na. frase cl.ara y vino á repetirla '
eon ansiedad creciente. Ella y su hiJo eran los ulti• la. selio ra..
mos de la raza. Pablo el único varón. La tia Laura &e&· -J Oh 1 Trabajo me ha costado, sef'iora; pero puedo
baba de morir en el convento de Carmelita~ donde asegurarle que el 11eñor ha repetido estA mañana: dlay¡
había vivido cuarenta ai'íos; el primo Andrés habla que devolver, hay que devolver». '
muerto loco. A!i, cuando Pablo acompañaba á t!IU ma.- Su~a no lo cre1a. Aquello no si¡:nifir~ nada..
irtl ~to -.1 M401 Jeró.nim.o. ~te ~ xnira.b& JnU~ r
l. H.. qce devt -re~ _qué~
t:..t 111 ~ ~ 111 ~

--~ utal meter~ ¡ncur. eo&C~Y ~Jot J,u p¡,o Ca.da vez lo decía más cla.ro, eon. más energf&, t!jof
l.&bru. ell ella. los ardientes ojos.
Al lía llig'llien~, el ui.a.do .UJo t - ¿ Y por _qué ru.e ha.LJ..a. usted dél se flor Lueu ? ¿ Et
-Aseguro á la seflora que el Beftor dice, bien cla.rol que le oonooe, tiene usted algo que decirm.e de él ?,
«Hay que devolver, hay que devolver», y ea.to veinte,· Entonces vaciló él, sin duda porque no encontraba
tNinta veces, en voz baja, continua., com.o si p!USi~ las palabras; des{>u.és volvió á. repet.ir el nombre de
e.n ello toda. la fuerza que le queda.. Luca.s con im.pac1encia infantil. -
Susana resolvió velar ella misma al abuelo, para -En otro tiempo-prosiguió ella.,--era muy ~igo
8lltera.rs&. Al día. siguiente no pudo levantarse el a.n· m!o; pero h.aoe mucho a &dos que no viene.
ciano. )fientras el cerebro se despejaba, las piernas,· MoVIó él la cabeza vivamente y como ai fi'Q len(U4
y poco después todo el tronco, fueron inva.didos como se soltara poco á poco, encontró pa.la.b~
heridos ya de muerte. Asustada. ella, ru¡rt) venir otr~ -Lo aé, lo sé... Quiero que venga..
vez á Novarre, quien, impotente, la anunció con ro- -¿Quiere usted que e.l señor Lu~ venga ¡ ver4s 1
deoa el fin próximo. Desde entonces ya no dejó Sll- ¿Desea ustod hablarle, abuelo?
6&Il& el cuarto. Era grande, con alfombra. muy espesa -Si, Bi, eso es. Que venga. e.n seguida, le hab~
y colgaduras muy pesadas. Rojo todo, de un lujo só- Aumentaba la s_orpresa y el temor de Susana. ¿Qué
lido y algo sombrío, con muebles de palisandro es- podia querer deCJ.r á LUC33? Tantas lllpótesis pen()(
culpido, un gran lecho de colu.mn..'\S, un espejo muy us veia en a.t{Uello, que por Wl instante quiso eludit
alto en que todo el Parque se reflejaba. Cuando las aquel deseo, VIendo en él sólo una delirante fantasía.
von t.a.n.as estaban abiertas, se distinguía más allá de rei"? estaba é¡ ~n ~ _cabal razón; la suplicaba coli
las praderas, entre las cimas de los árboles seculares, ane1a fervorosa, Irresistible, agotando las últimas fuer·
Un inmenso horizonte, el montón de los tejados de zas. .Muy turbada, viendo aJli un caso de concienci&li
Beauclair primero, más allá de los Monte:, Dleusus, la se preguntaba si no seria culpable ncga.udo á un m~
Crécherie con su horno alto y el Abismo, c~yas giga.u.· nbundo una. entrevista de que podlan salir las QOa&l
tesca.s chimeneas seguían en pie. ll.mo.n.az.a.dora.s y obsclli'a3 que la. L.acian temblar.
Una. m.aña.na, Susana se había sentado juuto al le. -¿No ¡mede usted hablarme á mf, abuelo?
cho, después de haber levantado las cortinas para que -No, no, a,l ~tetlor Luc,a.s. 1Quiero ha.l>larle al m<>
el aol de invierno entrase, cuando tuvo la. emocióu mento, a.l momento 1
d.e oir hablar al señor Jerónimo. Hacía un momenl.o -Está bien, a.bu~o; voy á ftscribirle Y. MperQ que
que, vuelto el rostro h.acia una ventana, 1uira.ba al vendrá. ·
lejano horizonte con sus grandes ojoii claros. No J.i. Pero a..l escribirle aquella carta á. Lucu, IIU ma..no
io primero más que esto : t.e.mbió. Sólo fueron do~ lineas: «Amigo mio s Le n•
-El señor Lucas. CctS.lto, venga en s~guida...» Por dos veces tuvo c¡u.
S'Wia.n.a, que había oído distintam.ente, quedó un m()O doLtmerse, le faJtaba. íu~rza para llegar al fin de aque-
mento sorprendida. ¿Por qué el señor Lucas? Nun· llas pocas palabras; d& tal modo despertaban ~ ella
ca el señor Jerónimo había tenido trato con él, hast.. los recuerdos, toda su rid.a. perdida., la felicidJ&d á cu·
dtl.bia ignorar su existencia, á no ser que hubiera, Y,_O 1ado había pa.sa~o y que ya no conocería ja.m.áa.
en efecto, t enido conciencia de todo, y esto Susa.n~· Eran apenas las diez de la m.a..ñan.a.; u,n muchacho
hasta entonces, no hacía más que sospecharlo y ~ llevó la. carta á la Crécherie.
Jnerlo. Pero aquella frase era. una prueba. Estaba Luca.s delante de la Casa Com'Unal termi-
-4 Es «el seño~ Lucas» lo que usted dice, í.buelo ~ nando su inspección de la mat\ana, cuando le ~ntrega­
-Sí. I.Í1 el ~ono¡ L~~..! ron. la ~rta1 I lin tar~r si¡u,ió al criado. 1Pero gut
... uo .. - 121 ...a

emnci6n la. ll'tlya también, qué ent~'rn~fmi<·nto de todct ,.,, enterrado en este amor que ignoraban todos y qne
1'\J onra.zl'tn a.n to aquellas si m pies p.alabr.J.S: cArmg? mio' ella no habla qucndo saber si hab1a existido. Y el
!.A't O("C6Stto ven~a en scgwd::L 1» Doce an.os ha.c1a qu~ ver á su dws IUt te ella removía todas esw cosas
Jo& acontt"Cimi~ntos los hablan separado, y lo <.~en· secretas y profunda.s, y loca. de ternura lloraba y le
bfa ella como si se hubiesen vi-;to la víspera. segura tomLI:tba.o las manos.
de n•rle responder ll. su llama.Ua. Ni un instante h~ -¡Oh 1 ¡Amigo mío; ha venido usted, bastó que le
bla dud:uio de su amigo, y á él le arranc1La lá~n· llamara!
rn.u Yerla ~f'mpre la misma, fraternal como antailo. Luc.as, temblando, con igual simp:1Ua, recordaba tam-
Lo~ má.s torriLles dramas ha.bía.n podido estallar en bién todo el pasado. Sabia con cuánta dignid•d y h~
tomo de ellol', toda.s las pasiones se habían dc!~>en· roisrno había luchado contra todos los ultraJes. Per·
cadf'nado, barriendo homl.n-es y C0"'3S, y se volvían manociendo en su hogar, ddt nilieuuo el honor dd nom-
á encontrar naturalmente, la mano en la mano, dcs pu~s b~e, con la cabeza. levantada, por su htjo, por ella
de tantos a.l'los de separación. Cuando con paso rápi· mtsma.
do se arNcaba á la Guerdache, se pre~unló por qu4 Swmpre, á pesar de la separación, la bahía tenido
le llamarla. en ('1 alma; babia anhelado ir en su socorro. Deseaba
No ignoraba el deSI'o de Boisgclin de Tender el Abi:J.. probarle que era el do siempre, y por eso venía. Cuan·
rno lo más c.dro posible; ~ro él est;1ba. resuelto ! l!O do la emoción ~e dejó, respondió por fin:
comprarlo La única Mluc16n acoptallo era quo el Ahlio- -¡Sí, su amigo, su amigo, que no ha dejado de serlo¡
mo se &..<;ociara á la Crécherie, corno las demás fábd· que esperaba ser llamado para acudir 1
C.'\.~ de mPnor importancia hahfan hctho. Se lo o cu· Seguían siendo hermanos; lo s11tieron tan prohm-
rnó un instante que Boisgelin debia de haher cmpu· d-nH:n tl}, q11c se abra;¿aron. So Lcsaron en las meji-
jarfo á su mujer á dar acyuel paso¡ pero la ~onoda ~las y como compailc·ros, como amigos que nada temen
era incapaz dr> prestarse á t~l papel . Y se la figurab3 do las l0~ur l.S humanas, Sf•guros do que jamás el uno
llena do zozohn, necesitándole en algw1a. circunstancia padoccria por causa del otw; de quo sólo se infundi-
trágica. No buscó más, olla. le dina lo que quería rían calma y valur. Cuanto la amistad entre un hom·
de é'l. bre y una mujer puede ~ner de fuerte y cariñoso,
Susana es~raba i Luc3.S en un saloncillo, y c.uan· florecía en su 1oonris~.
do entró, ere) ó desfaJl, c•·r; hl ~ra su ltll bación. Tam· -¡Si usted supiera, amiga mía, lo que sen ti al com-
b1i'n él f>StaLa conmoVldo, saltándole el corazón. Al prender que por mi caus..'l. el Abismo iba á bundin,eJ
principio no pudieron docir Wla palabra. Se miraban 1Qué fo habrá sido la mía para no dctene1me anlo
en cilPncio. tal pensamiento 1 A V~('S me afligía la idea de qutt
-¡Oh 1 amigo, amigo míc:r-tn'Urmuró ella nl fin. usted dcbí;l de ma.Jdrci1 me, de que no mo pt;rdCJnaria
Ponía en e11.tas senc1lla., palabras la .-mo.:ión de to- jamás ser l:l causa de sus penas.
do lo que bahía pasado en dcoe años: su separación y, -¡ Maldecirle yo, armgo mio 1 Pues si era de los
sus raros y mudos enruN,tros, la vida crut•l en su suyos; mii votos eran para u~ted; sus victoria..~ ha.n
bo~ar ultrajado y manrhaJo, sobre toJo la 9bra que sido mi única alegría 1 1Era tao grato, en medio de
~1 hab!a cutr.plido durílnlo este tiempo y que ella ha- esta gente que es la mía y que le denigraba, guardu
bla Seiu.idCJ de lejos con nhna entu .. i;l.srnad .l. Era un nú afecto secreto, comprenderle á u s ted y quererle en
b~r•.10, le r••r11lia culto; hubiera quorido arroJillatse; un santuario íntimo ignorado de los demás 1
curar . SlJS h~ri•las, S"r la comp.<tñera que consuela y -De todos modos, por mí e!.t.'\ usted arruinad:1 ¿Qué
ay11da l',.ro otra h:thla voniclo; por Josina h:~hfn su· ;·a á ser de u sted, a.costwubrada desde la 1llÍanci~
fndo tanto, que ya su corazón de amante eslab¡¡ lU~ á osta vida de lujo t
... 121 llil ~ 198 ~
--1 Oh 1 arrui~ 4>t.roe han lido lo~ ~ me haA -61i1se!o, ¿M oonoefa. uat.d al ~etiot '~' 1Ael\·
t.n~, no uated. Y ya v-erA lo vaJtente <{U0 soy, ao ~ rep&rado en él en •u.s paaeoa?
aunque me C~U ta.n delicada.. No d&ba &eftales de oir; ta.m.poeo reepondi6 i la'
-Pero, tY Pa.blo, su hijo? . nieta.. Pero después de un rato, volvió otra. VM la
- 1Pabk> No podía. suooderle coS& me~or. Traba.J&- cabeza., buscó oon los oj<>s por el cuarto. Y no en-
rá. Vea usted lo que el dinero ha. bec.ho de los m1os. contrándolo, acabó por pronunciar una ~).a palAbra,
E-xplicó Susana á Lucas por qué le había llamado !Un nombre:
y le oontó las novedades que ha.bía. respecto al Betwr -Boisgelin.
J•rónimo. Lucas, también asombrado pvr a.cru:e~la. re- . Nuevo asombro de Susana, mezclado de inquietud y
5U!rección, le dijo que baria. cua.nto ella. quu.'lera. disgusto.
-r¿ Sabe w m-arido de usted algo del de.seo dol &~e­ -¿Pregunta usted por .ru rnruido, a.buelo, desea. qu•
fi.or Jerónimo y de mi VlSÍta? estéaqui?
Le miró ella y se encogió de hombros. -Sí, af, Boisgelin.
· -No, no he pensado en ello~ es inútil. Ha~ m'D.· -Pero es que no ha vuelto, creo. Pero en tanto.
cho tiempo que creo que el a.buelo no sabe ru que d_e biera usted decir al señor Fro~t p,.or qué ha que--
mi marido exista. No le h.abl~ no le ve. Además, está ndo verle.
de caza desde muy temprano y no ha V1.1.e.lto \Oda.via. -No, no ... Boisgelin.
Después añadió : Era eTidente que sólo podia. hAbla.t dela.ntle de Bo~
-Si quiere usted seguirme... gelin. Fué Susana. en busca de su marido. Quedó Lu·
Cuando entraron en la habitAción del señor Jeró- ca.s cara á cara con el señor Jerónimo, sintiendo sin
nimo éste incorporado en el vasto lecho de pa.lisa.n· cesar sobre aí sus miradas, de claridad infinita. Ta.m·
dro, 'apoy~da. la. espalda en almohauas, aún t.6nia la bién él entonces lo examinó; vió en él una belle~
oo.beza vuelta hacia la ventana, cuyas cortinas soguian e.I.traord.inaria en la eA-trema vejez, en su ro.otro bla.n-
descorridas. No debía de haber apartado los ojos d\.·1 co, ~n sus facciones regulares á las cuales la muerte
soberbio Parque, del extenso horizonte, con el Abl:Y próxima, ennoblecida por un gran acto, daba una ma-
mo y la. Crécherie en la falda de. loa Mont~ Ble_u · jestad soberana. Mucho esperaron, pero no hubo en·
ses all~ abajo por encima de los te):tdos de Beaucla.1r. tre ellos ni una palabra; los ojos sondaban los ojos.
Er~ tal especticulo continua evocación dt!l pasado, d~l En torno, la estancia de espesru; colia.du.ras, sólidog mue-
presente y del porvenir durante los largos a.floa que, bles, parecía donrur, sofocada por su pesado lujo. Ni
mudo, tenia. este horizonte ante si. \ill ruido, ni un soplo, sólo el frío temblor que venía
-Abuelo-dijo Susa.na.,-le traigo al sofior Froment. 1 travéa de las paredes de los grandes salones cerrado•
Aqul está., nos ha he.cho el honor de venir e~ seguida. y v.a.cíos, d~ los pisos enteros abandonados al polvo,
Lentamente, Tolvió el anciano la cabeza, fiJó en Lu· N~J.a más trá~ico y solemne q'Ue aquella espera.
caa sú.B grandes ojos, que pa.rec~an ~n.ás ira.nde~. toda- Volvió Susana al _fin con Boisgelin, que acababa. de
vía d~ una claridad profunda, tnfiruta, y no diJO na- enllar. No se babia qujtado todavía. guantes ni po·
da..' Ni una palabra de gracia¡ y de bienvenida. Dm ú lai.n.a.s, ni la. cha.queta. d~ caza, pues no le había deja·
el silencio algunos minutos, sin que apartara la nu· do ella tiempo de ponerse una americ;ma de casa.
rada de aquel dei-conocido, el fundador do la Crérhe- Entró inq'Weto, anhelando saber, pasmado de verse cu
rie, como si qujsiera conocerle bien, meterle los Qjo~ tal aventura. Su mujer se lo había contado todo, y
de m<>ribundo en lo más hondo del ~ tan graves 6Ucesos imprevistos le trastornaban, y "
S.U.san.a., aJ¡o oortada., aña<lió_¡ veia en una ex trema. turbac.ió.n, ¡ijn b,a.b~r pod.iclo n·
Qexio~r algu,no,¡ ¡p.in:gto~
~ 124 ..... iJ¡o;;¡ i§IS ~

-la-dijo SnM.Jl.L-Abueló, a.q'U( ~tA m! mati!lo. rfan declr, se volvió ¡ Pablo y dijo con más fueru.
Hable us1Md si tiv.ne algo q-ue deci..rnoa. Y& 1• eac:~· -Hay que devolver, hijo mío, hay que devolver.
ch&UnOL Susana, 2ol>recogida, había cambiado una mirada con
Pero otra vez Yolvió el anciano i b'll:SC3.l' algo P:OZ: Lucas, que también ternbla.ba. Mientras Boisgelin, con
el cuarto, y no encontrándolo, preguntó 1 angustia y miedo, fingía creer qne se trataba de al-
.-Pablo, ¿dónde está Pablo? . guna divagación del anciano, Susana preguntó:
-¿También quiere usted que Pablo esté aquí~ -¿Qué quiere usted decir, abuelo, y qué es lo que
-1 Si, si, quiero 1 tenemos aua devolver? ·
-Ea que Pablo debe de estar en 1& Granja. Si se le La. voz ·dal señor Jerónimo se hacía mA..s clara y fi·
llama., tardará. en venir más de un cuarto de hora. cil.
-Es preciso; ¡lo quiero, lo quiero 1 -Todo, hijs: mía.. Allá abaj<' hay q'IIO devolvet" el
· Se cedió; salió corriendo un criado. Y la. espera Abismo. Aquí hay que devolver la Guerdache. En la
fu.é ahora. todavía. más solemne y más trágica. Lucaa Granja hay quG devolver las tierras. Hay que devol-
y Boisgelin ~e habían saludado M hablarse, después verlo todo, porque nada debe ser nuestro, porque toda
de tantos años. Nadie movió los labios; sólo se OÍ'\ debe ser de todos.
la respiración algo fuerte del señor Jerónimo. Mira- -Pero, abuelo, explíquese u~ted, t t quién b.a.y que
ba otra vez á la ventana, al horizonte que mostraba devolver?
el pasado vencido, el porvenir naciendo. Pasaban los -Ya lo he dicho, hija m(a.. A todo~. Nada de lo
minutos lentos, regulares, con el ansia de lo que iba que hemos crefdo nuestro, lo es. Si estos bienes nos
i venir, el acto de grandeza. soberana. qu.e ~ senlía. ha.n envenenado, nos han destruido, es qtte eran de
cercano. otros. Por nuestro bien, por el de todos, hay que de-
Hubo un ruido ligero de pasos; Pablo entró, sano volver, hay que df'volver.
1 sonrosado el rostro, azotado por el aire libre. Y hubo una escena de soberana belleza, tle gran-
-Hijo mío-dijo Susana,-es tu abuelo que nos ~ deza incomparable.
une y no quiere hablar sino delante de ti. No si empre encontraba las palabras, pero el gesto
En los labios, tanto tiempo rígidos del señor Jeró-o B.c.'tbaba el p<'nsamiento. Lentamente, en medio del si·
nimo, apareció \!na sonr¡sa. de una. infinita ternura. lencio sagrado de todos, consiguió que le entendie.
Llamó á Pablo poi' señas, la hizo sentarse lo má.s nn. Todo lo había visto, oído y comprendido; y co-
oerca posible, al borde del lecho. Para. él sobre todo rno Susana había esperado con ansia temblorosa, todo
quería hablar, para el último de los Qurignon, cuya el paS\l.do volvía, toda la verdad del pasado oorrible,
raza podia reflorecer y dar todavía frutos excelentes. que salia en ola inmensa de aquel testigo tanto tiem-
Viéndole muy conmovido por aquel último adiós, qui- po mudo, impasible, emparedado en su prisión de car-
ao tranquilizarle con sus ojos de abuelo enternecido ne. Parecía no haber sobrevivido á tantos desastres
para ,quien la muerte era dulce, pues iba. á legar á su y á tanta gente más que para sacar de todo un gran
biznieto la. herencia de su larga. vida, un acto de ~on­ ejemplo. El día. del despertar, antes d& entrar en la
dad, de paz y ae justicia. nruerte, de&envolvfa su largo suplicio de hombre que
Después, jpor fin, habló entre el silencio religio10o d espués de haber creído en su raza ,dueña del impe-
de todos. 'Volviendo la cabeza. hacia Boisgelin, repi- rio fundado por !él, había durado bastante para ver
tió primero la.a únicas palabras que el criado l~ habia la raza y el imperio arrebatados por el viento del
oído claramente. porvenir. Y decía el por qué: ju.z:ga.ba y reparaba.
-Hay que devolver, hay que devolver. Fué primero el primer Qurignon, el obrero tirad~
X viendo que duda1a.u, sin comprender lo g'&e que. ~ qQÓ el AbiJ.m.o c.oa ~ot ~ W1 pollrt
...

= 1.26 ;,; . 1 f~? --:11

come ellos peN más diestro y económioo sin duda.. de viila por e• porvenir que traía oonsigo. Sabia {ooo
Luego él, ~~ segundo Qurignon, qu~ ganó la. fortuna, e!to porque lo habían visto sus o}os cla.ros, en sus
)os millones amontonados, en obstinada lucha, héroe conUnuos paseos, en horas de muda contemplación de-
deo la volwltad del constante esfuerzo intelJgente; ~­ lante del A.bi~mo, al sentir los tra.bajadoref!, delante
re si había h~cho prodigios de actividad y de gemo de la Créchene, cuyos antiguos obreros, desertores de
creador, si había ganado el dinero por ootnpr.ender ad· su casa, le saludaban; delante del Abismo, otra vez.
mirabl0mente las eondiciones de la producción Y de {'D la mañana en que de esta casa tan querida sóte
la venta, bien sa.bla que era porque había ll~gado A quedaban hume-antes escombroi.
tiempo, á la hora de recoger el . froto preparado por -Hay que devolver. hay que devo]YPr, hay que de-
la.i largas generaciones de trabaJadoroo que obra?an volver.
dentro de é! y en él mo~traban su tuerta y su tnun- Esta exclamación q'\ffl sin cesu lanzaba en el flujo
fo. 1Cuántos aldeanO'lJ sudando sobre la gleba, cuán- de lentas l>alabras, cada vez con mi\s energía, era la
tos obreros gastados por la herra.rrúe~La habrían. sido consecuencia de los hechos desastrosos que tanto le
neoesarios pa.ra llegar á estos dos pnmeros Qung~on habían hecho sillrir. Si todo se había hundido, era
eonquistadores d~ la fortuna 1 En ellos se habla ]Un· porque la fortuna, hecha con el trabajo ajeno. ee en-
ta.do el rudo anhelo de luchar, de enriquecerse, de venena á si propia y á todos. El placer que procura
subir en la escala social, la emancipación lenta del es fennento destructor, envilece la raza, desoruaniza
miserable, encorvado por su faena, en la servidumbre. la familia, trae dramas abominables. La culpa de los
1Al fin llegaba un Qurignon bastante fuerte para ven. Qurignon trabajadores habla estado en creer que po-
cer, para escapar del calabozo, adquirir la riqueza .tan dian, por su propio bien, apodera.rse de la riqueza
deseada y ser rico, un señor á su vez 1 Y en segwda¡ creada por los brazos de los compaij.eros. La riqueza
en dos generaciones, la descendencia peligraba, vol· aJ fin, era el castigo. Nada m~ inmoral que poner
vía i caer en la.s lucha.s dolorosas, debilitada ya por púr ejemplo aJ obrero enriquecido convertido en pa,
loa gooos, devorada por ellos como por una llama 1 trono, dueño so~rano de miles de hombre! encorva..
-Hay qut devolver1 hay que devolver, hay que de- dos p<>r el trabajo, sud:mdo cl dinero con que él dis-
volver. (ruta. Cuando so dice: «con orden y con inteligencia
Venia luego la historia de su hijo Miguel, el mp, ya veis que W1 simple herrero puede llegar á todo•;
nirroto fmicida ¡ detrá.! Felipe, muerto en duelo; Laura. no SJ8 hace más qtl8 empujar á la iniquidad, 3.(faYaf
b infecunda., 1a m.1stica muerta en el eonvenlo De- el desequilibrio social. La dicha del elegtdo está be.
trAS los do! nietos, André! ra.qultioo. medio loco, muer· cha con la desdicha de lo~ demás. Un camarada CJ'tM
tt en un hospital¡ GusU. vo aplastado en Ilalia ro- 1ube y se haoe amo, cierra el camino i míllare! ds
ba.ndo antes 3 ST padre el IJU.icida la querida y eJ camarada.!, vive en adelante de su miseria. Y mochar
dmero. Y en fin, Tenían su meta Stl.M.IUL la cariñosay Y~ fJU misma fortuna desproporcionada., presurosa.
tan querida, cuyo marido B01sgelm, consumab1 la rw le IIUI.tA. La úruca ve dad era volver al trabajo s!..ln.
na Cieniza.s era el Abismo aun caliente, vengadot de dor, aJ trabajo d~ todo, ganando cada cual la vida.
locuras y mancillas. La Guerd.ache, donde esperaba v~ no debiendo la alegriA m.A.i que á S1l inteligencia Y.
pulular á su raza, era un desierto en torno can eus t tus brazos. '
salones vacíos, su tristo Parque á traTéB del cual só- -Hay que dnolver, hay que devolver, hay qu• de-
lo pasaba el páhdo fantasma de la envenenadora, de YolYer
la. corruptora, de Fema.nda. Y en tanto que los su· Hay q'Oe dno]Tor, porque se muere de robar. Hay
yoe acababan así, habla visto levantarse enfrente una q'ae de,.oJver, porque .- lA ñ.nica manera de iallar.
oDrt. nvn., ~ Cléclu~rio, ahor• tA flol'OC.i•n~. llena Por ~cia., por lnterte persoJW, porqu• Ñ bien de
.... 128 -- i!» GQ

cada cual está. en el bwm de todos. Hl\y que devolver ímp01taneia ~oble A nuestra naciente ciudad. Y af por
para sentirse bien, para tener una vida sana y feliz dev~Jver ent.Jende usted esta. vuelta á mayor jusllc1a..
en medio de la paz unive rsal. Hay que devolver, pues, cam1no de la. justicia total, yo puedo ayudarle, y lo
si todos los conquistadores injustos detentadores de haré con todo nu corazón.
la fortuna pública devolviesen mañana lo que derro· -Lo sé-respondió lentamente el aeftor Jerónimo -
chan para sus placeres egoístas, los. grandes seño_rios, y no pido más. '
las grandes expl otAciones, las fábncas, los cammos, Pero Boisgehn, no pudiendo conoonerse mAs tiem-
las ciudades, vendiia la paz en seguida con ~1 amor po, protestó.
y la abundancia, sin que quedara un solo m1scrable. -¡Ah 1 no, no es eso lo que yo quiero Aun que con
Hay que devolver, hay que da..r ejemplo para que apren· gran p~na, estoy dispuesto á ceder e l Ab1srno á la
dan los ricos. Ha y que devolver cuando es t.Jempo to- ~~é<:hene. .se discutirá. e l precio; a.pa.rte de la suma
davía, cuando hay cierta grandeza en volver con los fiJad~, J><:dlré c1e~ta participación en d negocio, que
compaiieros confegá..ndose cngaflado, tornando á su pues· se discutirá tamL1én. NeCR.sito dine ro, qUiero ventlcr.
to para el esfuerzo común, esperando la hora de la Era el plan que maduraba hacia varios d1a.s, cro-
justicia. Hay que devolver, y así se muere con la. ye~do que Lucas deseaba vivamente los terrenos del
eoncieocia limpia, alegre el corazón, dejando una ens~ Ab1smo, Y que sacarla de él una suma consitlerab le
ñanza reparadora al último n ·toño de la raza para inmedi~t.amente, á más de reservarse renta.<; para el
que vuelva á levantarla, la salve del error y la haga porverur. Pero e l plan vino á tierra, cuando Lucas
durar, en la fuerza, en la alegría, en la belleza. declaró con voz clara quo anunciaba una vuluntad i rre-
-Hay que aevolver, hay que devolver, hay que de- vor.:tble:
volver. -~os es imposible comprar. Eso es contrario al
Lloraba Susana viendo á. su hijo exaltado con la.s e~plntu que nos dirige. No somo!! más qu~ una a.-;o-
palabras del abuelo, mientras Boisgdin mostraba sor· Cia_ción, una familia abierta á todos los hermanos que
da irritación con movinueutos de impaciencia. qUJeran unfrsenos.
-Pero abue lo-preguntó la nieta.,-¿ á quién y có- El .señor Jerónimo, que miraba A Boisgelin con fi j&-
mo quiero usted que se restituya? za, dijo con tranquilidad soberana:
El anciano volv1ó á Lucas sus ojo& llenos de luz. -Soy yo quJen quiere y quien ordena. Mi nif>ta
-Si be quendo que el fun dado r de la Créchend Susél.Jl.a., aquí presente, copropietaria del Abismo, se
estuviese aqUl, fué para que me oyese y os a yudase, n egará form2lmf'nte á todo arr'(~glo que contrario mi
hijos mios. Ya ha trabaJado mucho en la obra de volun tad. Y eetoy seguro quo Rólo sen ti r.i, como yo,
reparación, y él sólo puede intervenir en esto y de- no poder devolvt>rlo todo y !ogu1r cobrando lo(\ inle·
Yolver lo que queda de nuestra. (ortuna á los compa.· reses de su capital, de que dispondrá r.omo tieeida su
flP.ros, á los hiJos, á los nietos de los compa.iicroa de corazón.
antaño. B01sgelin callaba, se sometía por la debilidad rrue
Luca.s, también a.hogado de emoción, e~taba, sin em· le causaba la ruina. El anciano continuó:
bargo, perpleJo, cornprendJendo la. boslllldad de Bo•s- -No es eso todo ; quedan la Guerdarhe y la Granja.
gelin. Hay que dcvolvrr, hay qua del"olver.
-Yo no puedo-dijo,-hacer más que ttna cosa. Es· . ~ntonces, agowd~ las fuerzas, con palabrn ya di·
ta, sencillame nte: si los prop1~tanos del Abismo qui&- Ílcll, acabó por dec1r su voluntad. Como e l Abismo
ren, aduuudos en nuestra a.~oCla.cJón de la Crécherie. ~ha h fundirse con la Crécheric, quería que la Gran-
Como han Tenido ya ot.r~~ íá.b n<...a.!, pui'\Je el Abi:uno lll. entra.se en la ~oc.iación de Cornbcttcs . De una vez
1.\UUellW ~tu.~tra m.uu.la de obrero5, cL:u.-lo de P,1'01l~ Xrab.Jjo-Tomo ll-9
~ i3iJ liClll ·- t~n ~
•q·uel donñnio iría á ensanchar los vastos campos co- llabif.e.cl6n ael Sefior Jerónimo, M enoon!tat'O'n roto~
munes de Lenfant de Yvonnot y los demás aldeanos 'Un instante en el saloncillo. Estaban tan fuera de sf¡
reconciliados. Sólo' habria una tierra., una madre úni· trastornados por la emoción, que toda el alma les aa--
ca, amada, cultivada por todos, sustentándolos á to- lió A los labios.
({os. La llanura entera de la. Uumafla llegaria á ser el -Cuente usted conmigo-dijo él ;-yo le furo q'\14
granero abundante de Beall.cla.ir regenerado. En cuanto ll~ de velar porque se cumpla. la voluntad suprema de
á la Guerdache, pues era en totalidad de Susana, se que es usted deposit.a.ri~ .Desde ahora mismo VOY. á
encargaria ésta de entregarla á los pobre~, á Jos que ocuparmo de ello.
padecían para no conservar naaa. de l os bienes em· ; Le había cogido ella las manos.
ponzoñados que ~n.ían á los Qurignon ag~nizando. Y - 1Oh 1 amigo mio, en usted pongo mii ro. 5é q'U~
volviéndose á Pablo, quo seguía sen t.ado ]Un to á él, milagros de bondad hA reali.zado usted ya, y espere
mirándole con ojos que ya em~zaban á apag~rse, co- el prodigio de quo nos reconcilie á todos. No h.a.Yj
giéndole las roanos, dijo aún con voz más baJa: más que el amor. ¡_Ah, si yo hubiera &ido amada co•
-Hay que devolver, hay que devolver. No guarda- )no yo amaba 1 •
rá! nada· darás este Parque á los antiguos compañe- La veía temblar, entregándole el secreto tanto tiem...,
ros, para' que sea su recreo en los día.s de fiesta, y po ignorado de ella mi.smp. y que se le escapaba. e~
para que sus mujeres y sus hijos so paseen y gocen ,e.quel instante solemne.
horas de alegria y de salud bajo los ~rboles hermosos. -1 Amigo mío, amigo mío, q'uó fuerzas hubiera (&4
Dar~ también la casa., esta morada mmensa, que no nido para el bien ,cuánto hubiera podido ayudar yen4
hemos ~abido llenar, á pesar do nuestro dinero, y quie- d? del br:tzo ~e un justo, de 'lin héroe, del qrie h'G-4
ro que sea para las mujeres, para los hijos de los b1era hecho rru dios 1 Pero, irrevocablemente, ea muy¡
obreros pobres. Se le~ acogerá, se les cuidará cuando tarde; de todas suertes, ¿.quiere usted tenerme por ami·
estén enfermo~ ó simplemente ca.nsa.dos. No guardPS ga, por hermana., que podría serVirle de algo?
nada, da.lo todo, dalo todo, hi¡o mío, si te quieres li- Comprendió él; era el CASO tan dulce, tan triste de
brar del veneno. Y trabaja, vive sólo de tu trabajo, Sreurette, que se repeUa.. Le había am.acio sin decir!<>·
busca la ruja de un &ntiguo compafiero que trabaje hasta sin confesát'S()lo á sí mislllA, cual mujer honra:
todavía, hazle tu esposa., ten de ella lújos hermosos da, ávida de t~"rnura, poniendo en él su sueño de runor
que trabajn.rán, que serán justos y felices, quo ten- dichoso, el consuelo de la.c; crueldades de BU m.a.lri·
drán otros hijos hermosos, pa.ra el eterno trabajo fu- monio. El mismo, ¿no la hab.ía. amado en los lejan~
turo. No guardes nada, hljo núo, devuélvelo todo, es días en que la. enoontraba en casa de los pobres, don·
la úruca salvación, la paz y la alegria. de se habían oonocido? Era todo delici0il4.II1Cnte dJs.
Todos lloraban; jamás sobre almas humanas había creto, un amor de ensuOOlo, con <fUe hubiera. temido
pasado un soplo más oollo, más grande, más heroir~ . ofenderla., y que guardaba on su coruón, como lu
Por él la. es~1.ncia tenía ahora algo de augusta. Y los flores de un re>cuerdo encontradas entre dos páginas.
ojos del anciano, que la había llonado de claridad, Re- Y ahora que Josina era la elegida, ahora que estas
guian apagándose poco á poc.o, mientras también su eosa.s estaL:m muerta<~, sin resurrección posible, se d.
voz se hacia más opaca, volvía. al eterno silencio. Ha· ba . ella. como Samrette, c.ompD-ñera fraternal, simple
bfa cumplido su obra. sublime de reparación, Qe ver· a rruga ~&hn egada, dC'scosa de participar de su misión;
da.d y de justicia, ayudando á la felicidad, que es el de su empr<'sa.
dArec.bo primordial de los hombres. Y murió por la -1 Sf, la. necesito 1-exclamó él con li~rimas ;-¡ah.!
~ rJ.e llf, nunca hay bastante oe.riño, bastante buena volun·
0\u.ud.v Sll.ióU'lli ~mpai\6 á. r.u.~:~~. al li:tlir u~ lA &ad, ti9~ y artJn.l ¡T." ta1e4 ee tau ¡ra;~dal Ea
~ 1315 ...... '- 133 .....J

ella podrl usted gastar todo el corazón que quiera. nidos, salud de las madres, palacio de placer del pu~
Venga usted oon nosotros, amiga mia, ya nur:ca me blo con que la Naturaleza convidaba á todoa.
dejará, será parte de mi pensamiento y de m1 amor. Pasaron afios. Lucas babia cedtdo á los Boisgelin
Arrebatada, loca, se arroJó ella en su.s brazos! s~ lUna. de las casitas de la Crécherie, á poca distancia.
besaron. Se ataba un lazo indisoluble, un matnmo- del pabellón que él eeguia. ocupando. Los primeros
nio de sentimiento, de una. pureza exquisita, en qu~ ti~mpos de esta existencia mediocre fueron muy du·
sólo quedaba la común pasión por 1?!1 pobres. y .atllgl· ros para Boisgehn, que no se resignó sin violenta..8
dos, el deseo inextinguible de extcrmma.r la rrusena del rebeldías. Un momento, quiso volverse á París, vivir
mundo. Tenia una esposa adórada, fecunda, qu~ le daba P.lli á su antojo, al azar. .Pero su ociosidad nativa, el
los hijos de su carne, é iba ~ tener dos arrugas, dos no poder ganarse la vida., le hacían débil como un
compa.fiera.s con delicadas manoi de muJer que le ayu.· niño y le entregaban en manos de cua.l.quiera. Des-
darlan en las obras de su espíritu. pués de los desastres, Susana, tan juiciosa, tan suave,·
Pasaron meses; la liquidación de los asuntos cm· pero tan íinne, tenia sobre él una autoridad absolu·
brollados del Abismo fué muy laboriosa.. Habla la dou· ta. Llegó la pereza á pesa.rle de tal modo, en aquel
da de seiscientos mil francos de que habla que li· mundo activo, que quiso una ocupación. Se cansaba
brarse ante todo. Hubo arreglos; los ac~dores acep- de no hacer nada, aburrido, avergonzado, no pudien·
taron ser reembolsados por anualidades oon los bene-- do ya emplearse en m.aJgastar una fortuna. Aún, en
ficios que realizaran las acciones del Abismo, cuando invierno, cazaba; pero el buen tiempo, fuera de algu·
entrase en la asociación de la Crecherie. Hubo que nos paseos á caballo, era el tedio abrumador. Aceptó;
evaluar la suma que representaba el material y la pues, una. inspección en los Alm.aoones Generales que
maquinaria salvada del incendio. Esto, con más, ex· lo ofreció Lucas, por indicación de Susana. Eran tres
tensos terrenos á lo largo del M.ionna, basta el viejo horas de ocup.ación al dla. Recobró un tanto la salud
Bcauda.ir, fué lo que aportaron los Boisgelín; y se perdida, pero seguía inquieto, aburrido, desorientado¡
les aseguró una renta modesta. que se sa.<'.aria de los eomo si hubiera caído en otro planeta.
beneficios antes de n>parbrlos entre los acreedores. El Y pasaron más años. Susana ya era la amiga, la
deseo de Jerónimo Qungnon sólo se cumplla así é, hermana de Josina y de Sreurette, compañera de sus
medias, en este período de transición en que el ca faenas. Las tres rodeaban á Luca.s, le sostenían, le
pital alín eontribuia con el mismo titulo que el tra- completaban, eran corno su bond.a.d ,su ternura, su ama·
bajo y la intehgencia, hasta que des~pareciese, ante bilidad. Las llamaba, sonriendo, sus tres virtudes. Tra..
la victoria del trabajo único y soberano. Pero á lo bajaban junto á las cunas de los asilos, en las escu&-
menos, la. Guerdache y la Granja pudit>ron volver por las, en las enfermerías, en las casas de convalecencia;
completo á la comunidad, fueron devueltas tot.almen· iban doquiera babia que aliviar algún dolor ó hacor
te á los herederos de los trabajadores que las habían n.:l.Ctlr alguna alegría. Sceurett.e y Susana, sobre todo,
pagado algún d!a eon su sudor. incorporadas las tie-- aceptaban, ambicionaban los mis ingratos trabajos, los
rras de la Granja á la asociación de Comhettes, rea- que exigen abnegación personal, completo renunciamien·
lizando asi la idea secreta de Feuillat, prosperaron; to; Josírl.a era de sus hijos, de su bogar, y algo me-
dieron grandes ganancias, y todo este dinero se em· nos do los otros. Mas era la. enamorada ,la flor de
pleó en hacer de la Guerdache una casa. de convs.le- belleza. y de deseo, mientras Sccurette y Susana no
eencia para loa nil'los débiles y las recién paridas. Se eran más que las amigas, el consuelo, el consejo. Gran·
fundaron camas, hubo pensiones gratuitas, y el Par· des amarguras pasó Lucas todavía, á. veces; y al d~
que, siempre florido, pertenecía. a~hora 1 los humildes jar los brazos do la esposa, solía buscar á las amign.s,
Q.e eate mu,udo; jardín inmen~o, paraíso, recreo de los A lfttien oía, ~ g:ü.i.eA en<:-flrs,,La dQ ~ra.r las hsnhs;
..... 134 -- ..... 13ó ......
pot 1& mujer, y para la muje1, lit nueva ciudad ha.híG loa grandes árbol~ 1 Todo el lujo e.ra. suyo; denfrtf
d~ &er fundada. de las cla.ra.s alcobas, los salones a.gra.dAbles, laa aban•
Habían pasado ooho años ya, eua.ndo Pablo Boia. da.n.tes ooci.n.a3; fuera, laa callos de árboles ISomhrlas¡
gdin, que cumpUa vemtisiete, se casó con la hija. m311 1M fuentes cristalinas, los encañ.ad011 de flores ero:.
yor del obrero Bonn.aire, la cual tenía. veinticuatro. ba.l~ y de cósped. Y daba gloria ver A. nidoa,
Pablo, desde quo se habían juntado las tierr~ de la jóvcnea y m.a.dres, ll.a.mados de pronto á esta alegría.
Guerd.ache con las de Combettes, se había apasiona· á este lujo de ser dichosos de..,pués de haber sufrido
do, no por la ganancia, sino por la fertilidad de los siglos 'y si~loe enoorra.d.os en c.uhiloo sin sol, entre
c.ampo.s. Rabia conocido á A:a tonieta en casa de Susa- inmunda. IIU.Soeria, sin poder más que mira.r de lejos
na, su madre, vecina de lo.s Bonna.ire. Estrecha a.mis. toda. aquolla ventm·a.. Al llegar á una charca, la pa,.
ta.d or!l<uó á la hwnilue familia de obreros con la reja, seguida de los padres, a.l final d~ una fila ~o
antigua heredera de los Qurignon, y aunque la ~aeñora. sauces, Lucas rió sua.v~mcnt.e.
Bonnrurc, la terrible Polos, seguia siendo poco trata- -1 Oh, amigos míos, ~ viéra.is qué recuerdo 1 ¿Lo
ble, bastó la seucilla nobleza del marido, el héroe dudáis? A orillas de es Las a.gtUl3 tan tranquilas se
del tra..baJO, para ba.cer las relaciones ín~. A:ato- hicieron novios Pablo y Antonieta ha.<.6 veinte a.ñ.oa.
niet.a parecla A. su padre, fu--rte y gallarda morena, •Recordó la esCA:!n.a deliciosa que allí había vis~J cuan,
con mucha gracia, había asistido á las escuola.s de do su primera visita á. la Guer<lacbo: la invasión pOJ
Sceurctte y la. ayudaba ahora en la gran lccherla íos- pular de los tres pobres pilluelos, Nanet guiando 4
taJada aJ elttremo del Parque, en la falua de los Montes Luciano y Antonieta Bonnaire, atravcsa.n.do un seto,
l.Jleuses. Decia olla que no era más que una vaqu& para jugar junbo á la charca; la. invencioo ingeniosa
ra hábil para hacer qUtJso.s y mAlll·~ca. Cuando la Lo- de Luc.iano, el barco que na.veg.aba solo, y la llegada
da, hubo gran fiesta, se celebraron oat.as nupcias sim· de los tres niños bmguesus, Pablo Boisgelin, Nisa Do-t
bólic.as porque repre~nta.ban la reconciliación del ca- lavcau, Luisa .Mazelle. Pronto h..abían fratunizado !or.
pital arrepentido y del trabajo Lriunf:lnt.e. mando parejas, ya novios, Pablo y Antonieta, Nisa ~
Al aflo sigwente, cuando Antonieta dió A luz, los Nanet, Luisa. y Luciano, Y. la. Naturaleu. cómplice.
Boisgelin, acompañados de Lucas, estaban cierta tardQ ' -¿N o os a.cordiis?
tibia de Junio reunidos en la Guerda.che. Cerca de El matrimonio, que reia oou él, confesó que ol r~
diez años ha.cla que había muerto el señor 1erónimo ~ordo era un poco lejano.
Y que, según su volntaud, el dominio había vuolto -Si yo .tenía cuatro a.ño::Y-c:lijo Ant.onivt.a,-mj me..
al pueblo. Antonieta, ouyo parto habla sido dificil, os· )noria no debía de ser muy firmo..
taba hacia doe moses do pensionista en la casa de con- Pero Pablo h.a.cla :u.n G&fuerzo muy atclltO al va·
valecencia, instalada en el antiguo palacio de los Quri- ..,ado.
gnon. Pudo pasear por lu umbrías del Parque <ld -Yo wnía siete. 1Espcrad 1 Me parec.e que Vlleh q
brazo de au marido, mientras Susana como bu~. na. á ver somLra.s vaga.s, el barco que recogiamos coa
abuela, llevaba el recién nacido. DetráS ' á alguno• pa· W\8. va.ra larga; una niña que por poco €ae al agua.; ~
SI)S, iban Luc.as y But$geHn. 1Y qué 'recuerdoa bro- luego los pilletes que echan á. correr al ver ~te.
blban de aquella regia mansión transformada en ca; a -1 Eso es 1 1Eso e~a 1--e::.;.cla.mó Lucas.-1 Sí, se a.cue.r.
de fraternidad, de aquellos prados y aroo1edas don~a da Uit.ed 1 Y yo recuerdo que aquel dla tuve el esca-
ya no resonaban el ruido de las fiestas dispendiosas lofrío de la esperanza en el porvenir, pueJ bahía allí
el galope de los caballos, los ladridoa de los perros: algo do la roconcilia.ción futura. La divina infa.nci•
~ro donde los hUfiDld~s de este mundo gozaban al fin '[.ilt t.ra.bajaba por la P.az '/. la ju,¡t,icia. 1 a~ t.enéis;
~) ~e fi'\J"d il iloll''> libr() d~ la o.vaciblo aOillhr& o~
,...._¡ 136 ....lol -137 ~
lo que vosotros vais l hacer por la nueva dicha1 eti~
c:aba.Uerito está encargado de ampliarlo todavla.
Y señalaba al recién nacido, á Ludovico, en brazoa
de Su.saua, tan contenta con ser abuela, y dijo ésta' li
-Por lo pronto, ya es muy juicioso, porque duermo.
M!s adelante, querido Lucas, le casaremos con uua.
nieta de usted, y así será. la re<jOnciliación completa; Mientras la evolución llevaba á Buauclair i su nu&-
todos los combatientes de ayer unidos y a.placa.clos en vo destino, el amor intervenía con tuerza irresistible,
su descendencia; ¿quiere ~t,ed? Desde hoy qucda.n joven, 2ilegre, victorioso; por todas parles matrimoniul
celebrados los esponsales. que .acercaban las clases y traían m.á.a pronto la har-
-¡ Vaya si qwero 1 Nuestros biznietos a.ctiv&·án. nucs· munla, la paz final. El amor deslru.fa los ol>st.A.culos,
tra obra cogidos de la mano. apasionado de la vida, alegre á la. luz del sol en la.
Pablo y Antoni eta, conmovidos, se hablan ablilza· dicha de ser, de engendrar m1ts cada día.
do, mientras Boisgelin, que no atendla, contemplaba Luca.s y Josina habían dado el ejemplo. En sei~ alíos
el Parque, su anuguo señorlo, con aire triste en que tres hijas y dos lújos. EJ ma.yor, llllario, na.c.~do an-
ni amargura babia; tanto mundo nuevo le trastorna.· tes de la ruina del Abismo, ya tenia on~ años. Cada
ba, le hacia imbécil. Y continuó por las umbnaa el dos, vetúan los demás: Carlos, de nueve, Teresa, de
plácido paseo. si ere; Paulina, de ciuco; Julio, de tres. Jugaban, reían
Pero el porvenir se iba realizando un pooo mis y esperaban el porvenir en el antiguo pabellón que se
ca.da día. Al volver á la Guerdac.he se detuvieron uu haLla en.sanchado. Como Lucas decia á Josina, su ca·
momento, ante la fachada, á la izquierda de la csCiJ.· riño constante lo mantenía aquella fecundidad, que era
linata, bajo las ventanas de la estancia en qne el s~ un triunfo: á. ca.da hijo, era má.s suya. La antigua
f1.0r Jerómrno habla muerto. Desde alll, entre las co- nmante por quien habla luchado, héroe conquistador,
pas de los grandes árboles se distinguian á lo lejos hacia 1uga.r hoy á la madre ,rodeada de sus hlJOS en
los tejados de Beauclair, después la Crécherie y el aquel bogar porque oombatia ahora Lucas, dominador
Abisn1o, reconstruido por el modelo do la Crocherie, pacifico. Pero aun a.sf, el amor no enveJeció, seguían
forrnaudo con ella una misma ciutl,ad de trabajo re- l:>iendo am.antes, vivia la. llama eterna, alimento del
orgalllzado, ennoblecitlo, que era ya orgullo, salud, ale· mundo. Ningún bogar tan alegre, lleno de niños y
gna. Cada mañana nacian más amor y justicia. Y la flores. Si Josin.a r<.>cordaba el triste pasado, la calda
ola de las cas1tas risueñas entre el vetdor, aquella que la amenazó, ora para arrojarse al cuello de Lucas
ola que Delavt·au, alarmado, había visto aYanzar sicm· con gratitud inagotable, mientras él, conmovido, la que-
pr~, acababa ~e invawr los antiguos terrenos negros, r!a rn.As, por haberla salvado. Se amaban, pero tam·
ensan~hando sm cesar la ciudad futura. Ahora llena- bién decían :
ban ludo el espacio, dc~do la falda de los Montes Bleu· -Hay que amar á los demás como nos amamos,
~» h.a..'\ta el Mi·•nna; prouto iban á salm la estrecha la rnism.a llama junto á todos los séres; nuestra dicha
corncute, par<io barrer al vieJo Beauclair, el montón de amantes y de esposos, no podrfa durar más que en
sóniuio de ..~-rudt.as de serVldwnbre y agonía. Y ~e­ la . dich:l de todos. Di,-ino amor, pues nada puPdc ,;.
gwr::ll\ anut:Lando más y más, construyendo piedra vir sin ti. c.yúdanos á acabar nuestra obra, inflama
á. ptC'dra, ba¡t) t>l sol fraternal, hasta los campos fér- los corazones, haz que todas las parejas de l:..L ciudud
tiles de la fiwn.aña, la ciudad 41 fin libre juita 1. amen y cngendr~n, en la UDÍ\·ersal dileocióu que debe
folia. ' ' unirnos á todos.
~~,a¡ era la que llam.a.ban riendo, la or ción de 1~
,...._¡ 136 ....lol -137 ~
lo que vosotros vais l hacer por la nueva dicha1 eti~
c:aba.Uerito está encargado de ampliarlo todavla.
Y señalaba al recién nacido, á Ludovico, en brazoa
de Su.saua, tan contenta con ser abuela, y dijo ésta' li
-Por lo pronto, ya es muy juicioso, porque duermo.
M!s adelante, querido Lucas, le casaremos con uua.
nieta de usted, y así será. la re<jOnciliación completa; Mientras la evolución llevaba á Buauclair i su nu&-
todos los combatientes de ayer unidos y a.placa.clos en vo destino, el amor intervenía con tuerza irresistible,
su descendencia; ¿quiere ~t,ed? Desde hoy qucda.n joven, 2ilegre, victorioso; por todas parles matrimoniul
celebrados los esponsales. que .acercaban las clases y traían m.á.a pronto la har-
-¡ Vaya si qwero 1 Nuestros biznietos a.ctiv&·án. nucs· munla, la paz final. El amor deslru.fa los ol>st.A.culos,
tra obra cogidos de la mano. apasionado de la vida, alegre á la. luz del sol en la.
Pablo y Antoni eta, conmovidos, se hablan ablilza· dicha de ser, de engendrar m1ts cada día.
do, mientras Boisgelin, que no atendla, contemplaba Luca.s y Josina habían dado el ejemplo. En sei~ alíos
el Parque, su anuguo señorlo, con aire triste en que tres hijas y dos lújos. EJ ma.yor, llllario, na.c.~do an-
ni amargura babia; tanto mundo nuevo le trastorna.· tes de la ruina del Abismo, ya tenia on~ años. Cada
ba, le hacia imbécil. Y continuó por las umbnaa el dos, vetúan los demás: Carlos, de nueve, Teresa, de
plácido paseo. si ere; Paulina, de ciuco; Julio, de tres. Jugaban, reían
Pero el porvenir se iba realizando un pooo mis y esperaban el porvenir en el antiguo pabellón que se
ca.da día. Al volver á la Guerdac.he se detuvieron uu haLla en.sanchado. Como Lucas decia á Josina, su ca·
momento, ante la fachada, á la izquierda de la csCiJ.· riño constante lo mantenía aquella fecundidad, que era
linata, bajo las ventanas de la estancia en qne el s~ un triunfo: á. ca.da hijo, era má.s suya. La antigua
f1.0r Jerómrno habla muerto. Desde alll, entre las co- nmante por quien habla luchado, héroe conquistador,
pas de los grandes árboles se distinguian á lo lejos hacia 1uga.r hoy á la madre ,rodeada de sus hlJOS en
los tejados de Beauclair, después la Crécherie y el aquel bogar porque oombatia ahora Lucas, dominador
Abisn1o, reconstruido por el modelo do la Crocherie, pacifico. Pero aun a.sf, el amor no enveJeció, seguían
forrnaudo con ella una misma ciutl,ad de trabajo re- l:>iendo am.antes, vivia la. llama eterna, alimento del
orgalllzado, ennoblecitlo, que era ya orgullo, salud, ale· mundo. Ningún bogar tan alegre, lleno de niños y
gna. Cada mañana nacian más amor y justicia. Y la flores. Si Josin.a r<.>cordaba el triste pasado, la calda
ola de las cas1tas risueñas entre el vetdor, aquella que la amenazó, ora para arrojarse al cuello de Lucas
ola que Delavt·au, alarmado, había visto aYanzar sicm· con gratitud inagotable, mientras él, conmovido, la que-
pr~, acababa ~e invawr los antiguos terrenos negros, r!a rn.As, por haberla salvado. Se amaban, pero tam·
ensan~hando sm cesar la ciudad futura. Ahora llena- bién decían :
ban ludo el espacio, dc~do la falda de los Montes Bleu· -Hay que amar á los demás como nos amamos,
~» h.a..'\ta el Mi·•nna; prouto iban á salm la estrecha la rnism.a llama junto á todos los séres; nuestra dicha
corncute, par<io barrer al vieJo Beauclair, el montón de amantes y de esposos, no podrfa durar más que en
sóniuio de ..~-rudt.as de serVldwnbre y agonía. Y ~e­ la . dich:l de todos. Di,-ino amor, pues nada puPdc ,;.
gwr::ll\ anut:Lando más y más, construyendo piedra vir sin ti. c.yúdanos á acabar nuestra obra, inflama
á. ptC'dra, ba¡t) t>l sol fraternal, hasta los campos fér- los corazones, haz que todas las parejas de l:..L ciudud
tiles de la fiwn.aña, la ciudad 41 fin libre juita 1. amen y cngendr~n, en la UDÍ\·ersal dileocióu que debe
folia. ' ' unirnos á todos.
~~,a¡ era la que llam.a.ban riendo, la or ción de 1~
~ 188 ~ 1 11>-1 139 ~
llliava 1-eligión de la huma.nida.d. En 8U liog·a r. ~ 1150q'oeta., le g'u!lta.ban los vestidos herm().Si>S y las. ~e&o
m.a.do de oariño la flor de amor ya. había. floroc.1do, e~ taa en que los lucia.. Ser hermosa no esta.l>& prohib1do,
los anos que siguieron al incendio del Abismo. Nanet¡ al contrario, había. que l!er sielll;pre lo má.s hermoso
<(ne se hacía hombre vivía con ellos. De viva fuerza; que se pudiera; lo malo ~ra eoh~r á perde~ la bell.eza
emprendedor, wnia. e'ncantado á Lucas, que h.a.cia de despreciando á la. g<mt.ecilla.. N1sa., en q'Wen rev1vía
él su disclpulo predilecto. En tanto, en casa. de los algo de su voluptuosa madre y del padre despótico,
Jordán, que vivían cerca, crecia. Nisa, amada por Sreu- se enfadaba primero, y cre1a. probar que er.a la per·
rette, que la había recogido dospués de la. ca.tástro. fección misma. Pero luego se rendi&, se ~urmllaba por
fe, contQnta con aquella hija adoptiva.. Viéndose los :agradar á Nanet, á quien adoraba.. Y m n.o lo con·
jóvenes todos los día3, llegaron á. vivir el :uno por seguía del todo, que solía suceder, d?Cía nendo que
el otro. Sus esponsales, «m rigor ~se ha.bta.n celebrado su hija, si la tenía., sería mucho . meJor, porque hay
en la in.fu.ncia, en los días lejanos en que el amor que deja.r á la sangre de los P.rínClpes de este mundo
niño los hada jugar juntos, desafiar castigos y saltar tiempo para hacerse democrátiCA en )lila descenden·
muros para verse. Eran entonree rubios, rizados como cia cada vez más fraternal.
corderos, reían con la. misma risa argentina. y se abra· Por fin, al llegar Nisa A. los veinte a.fi~ y No.net á
za.ba.n sin saber qo.e mundos enooros los separaban, los veintitrés tué la boda, deseada, preVlsta, espera-
á ella 1& b~uesa hija del patrono, á él, pilluelo de da. Y como ~le matrimonio, la. hija de los Delaveaa
la calle, el hij.o pohre del núserable trabajo manual. casándose con el hermano de losina, ya mujer de
Vino después el incendio, gue les fundió en una mis· Luca.s, apagaba todos los odios, consumaba . el paclo
m.a carne, salvada N:isa en brazos do Nanet, ambos de alian za se le quiso glorificar con una tiesta que
C'Ubiertos de quenwlu.réU3, en peligro de muerte. Y hoY, fuese el ~rdón del pasado, la entrada. radian~ en el
todavía. eran rubios, rizosos, reían oomo siempre, em· porvenir. Habría c.án bcos y bailes sobre el IIDsmo f.e.
pa.rejados; mas ella era. y_a u,na m.uj~r, él un hombre, rreno del antiguo Abismo, en uno de los ta.ll~es ele
7 ae adoraban. la nueva fábrica reconstruida, como prolongaCJón de
El idilio duró aún cerca de siete ~os, mientras Lu- la Créc.berie. La. ciudad industrial, que ahora ocupa-
cas hacía de Nanet un hombre de provecho, y Sreuret- ba hectáreas y más hectáreas y seguía. cr_eciendo.
te ayudaba á Nisa á hacerse IIl.ág hermosa y má.s Luca.s y Sreurette l o dirigieron y orga.01zaron todo
buena. Tenía ella trece años cuando ocurrió la espantosa y fueron testigos de la boda; él de N~et.. ella da
tragedia. de su ¡>a4re y de su madre, cuyas cenizas Nisa. Querían un triunlo br:illa.nte, !& Vlctorta de la
no parecieron m bajo los escombros. Mucho tiempo ciudad de la. paz y el traba}o. Connene que lo& pue·
duró en ella. el terror de la de,sgracia. Todavía ie blos t~ngan sus grandes regocijos; la .vida pública.. n</
esperó, para decidir el matrimonio, á que tuviese vein· cosita muchos días de belleza, alegna y exaltae16n.
te años y su elección fuera del todo libro. Ademá..i, Se escogió el taller inmenso de. la gra.a. fundición con
tampoco Nanet le llevaba 3;penas tres años, y aún sus martillos monstruosos, sus gtgantesco» puentes, sus
era aprendiz. Alegres, juguetones~ no tenían prisa. Les grúas móviles. Las nuevas construcciones, ligeras, de
bastaba .~sta alegria común. Se veían toda¡ las tarues acero y de ladrillos, eran limpias y sanas, claras y
y se contaban su vida. &ucesos ordinarios, pllla nada, e.legres con sus grandes vidri~ra.s que e~~cía.n olas
siempre lo mismo. Se cogían las manos, uí estaban de aire y de luz. Todo se de]~ en su Sitio, pues. no
hora.s, este era el gran placer, y después un beso fuerte había decorado mejor para la fiesta del trabaJO tn~­
ill separarse. No faltaban sus nubecillas; Nanet en- fante que estas máquinas gigantescas con su perfil
contraba á veces á Nisa muy orgullosa y autoritaria; de líneéU3 poderosaB, de una belleza soberana, todo
~ 1P. p¡jp,c~~~.~ ~mP ~l Q..ecil. ;e.tia adem.u¡ mu); !ó~ica1 seguridad y !1.1erza.. Pe:ro se las ¡.dorn~ <:&~
-140 .....¡ · Ui =

follaje, se las coronó de flores, en bom'enaj&, eomo los ' P<JJ·a ya aq'Udlo era demasiado solomne para Na·
antiguos altares. Era el florecer del esfuerzo humano, D<~t y ~a Nisa, que se habían querido jugando, des-
el secular esfuerzo por la dicha, que al fin daba la de la infancia. En vano habían crecido los dos cor·
flor y embalsamaba la faena del obrero antes injus- dcrilloH rizosos; seguían siendo dos juguetes con sus
ta, dura, ya libre, atractiva. veHidos de fiesta, ambos de blanco. No se contenta,.
Salieron ambos séquitos, uno de casa d~l novio, otro ron con el ceremonioso apretón de manos que les
de casa de la novia. Lucas conducia al héroe, Nanet, hicieron darse. Se echaron uno al cuello del otro.
seguido de Josina y de sus hijos. Sceurette llevaba ll -1 Ay, Nisa m(a, qué dicha tenerte, después de es·
Nisa, bija adoptiva suya y de su hermano. Jordán perarte años y años 1
aquel día había dejado el laboratorio, donde pasaba -1 Ay, mi Nanet, qué feliz soy siendo tuya, puea la
años como horas. Todo el pueblo de la nueva ciu- verdad pura es que bien me bas ganado 1
dad, que descansaba en señal de alegria, esperaba en -Nisa, ¿te acuerdas cuando tirándote por los bra.·
la carrera para aclamar Á la pareja. Brillaba el sul, :zos te ayudaba á saltar las paredes y cuando te lleva-
las casas, alegres, lucían vivos colores; árboles y pra- ba á cuestas, á horcajadas, haciendo el caballo que se
dos estaban llenos de flores y de aves. Detrás de la encabrita?
corrútiva seguia la multitud de los tr~bajadores, un -¿Y te acuerdas, Nanet, cuando jugábamos al ee·
fUE'blo contento que invadió poco á poco los vastos condite, que acababas por encontrarme entre los ro·
talleres, anchos y altos como naves de antiguas cate· sales tan bien escondida que era morirse de risa?
draJes. Llegaron al taller de la gran fundición, y fué -1 Ay, Nisa, Nisal Vamos á queremos como hemos
estrecho á. pesar de ser inmenso. Aparte de Lucas, los jugado: mucho, mucho; con toda la fuerza de nuestro
suyos y los Jordán, estaban allí los Boisgelin, Pablo, salud y de nuestra alegrfa.
primo SE-gundo de la. novia, que habla de casarse con -1 Ay, Nanet, Na.net, tanto hemos jugado, tanto nos
Antonieta cuatro afias después. Estaban los Bonna.i· • queremos, que nos amaremos h~ta en nuestros hi·
re, los Bourron, basta los Fauchard, todos los obreros jos, y jugaremos todavía. con los hijos de nuestros
cuyos brazos hablan ayudado Á esta victoria del tra· hijos 1
bajo. Hablan pululado estos hombres de fe y de bue- Y se besaban y refan y jugaban en el colmo de la
na voluntad, estos obreros del primer día: la muche- dicha. Entusiasmada por tal espectáculo, arrastrada por
dumbre de los camaradas presentes, ¿no era su fami· una ola de alegría sonora., la multitud batió palmas,
li.a agrandada, hem1anos que eran más cada día? Eran a.clamó el amor todopoderoso que hace sin cesar má.s
cinco mil; serian diez mil, cien mil, un m~llón la vida y más ventura. El amor fundaba la ciudad y
hun1anidad ent.era. Y la ceremonia, en medio de' las l'iembraba la mies de hombrea mejores para la! pró-
máctlllnas poderosas floridas y orladas de guirnaldas. ximas recolecciones de paz y de justicia. De pronto
fué de una sencillez conmovedora y soberana. ' empezaron los cánticos, coros en que unas voces res-
SonriE-ntes, Lucas y Susana, pusieron la mano ~ pondían á otras¡ los ancianos cantaban su reposo bien
Nanet en la de Nisa. ganado, los hombres que aún trabaJaban, su esfuerzo
-Amáos con todo el corazón, con toda la carne te- vencedor; las mujeros el dulce amparo de su ternura,
ned hiJos hermosos que se amarán como vosolro~ olil los niños la confiada alegría de su esperanza. Luego
bavái3 amado. hubo baile!, todo un pueblo saltando, y al bnal, CO·
ia multitud aclamó el. amor! el amor rey, el que gidos todos de la mano en rueda sin fin, dieron vuel·
FU.(·de fecundar . el traba¡o haCiendo la raza siempre tas horas y horas al son de música.s alegres por los
ma,¡ uu~erosa, inflamándola. con el de.eeo. eterno focQ talleres de la inmen!m fábrica. Pasaron por cJ taller
<\e 1:\ Vld~ do loe hornoJ de pudoln.r Y. do loa la.rninadorez; por

'
"""U2 ~ ~ 14d
et de los hornOCJ de crisol; atravesó la rueda el l!~ q'\1o hJco diez aüos que vivo empeí.ado en la. s oh1c1Óíl
los tomos, volv-ió por el taller del vaciado del a.cero, del prob lema. 1Con cuántos obstáculos he chocado, qué
llenando con la. turbulonc1a de su ntmo y la alegria do descalab ros cuando ya me creía vencedor 1 No im-
de sus el!tnbtllos las altas naves, donde no resonaba portaba, sobre las ruina.!!! de mis fracaso!! volví& al
de ordinario mll.l que el aliento heroico del trabajo. dla siguiente á la carga.; siempro se llega cuando se
En otro bempo, ¡se habla sufrido ta.nto en el negro trabaja..
presidlo sucio y malsano que se levantaba alH y 9ue , Luca.s reía también, lleno de su valor y de 10 !e.
habtan arrebatado á las llamas 1 Ahora el sol, el a.Jre, -Bien lo si-; u sted es el vivo ejPmplo; no conozco
la vida entraban lib remente, y la ronda de la boda m ejor TJ).aestro de energía que nsl d. 1 o me crié en fJU
iba y venia al rededor de las grandes máquinas, los e~cuela.. He aquí la noche vencida., en fug'l. l~s tinie-
formidables marullos-pilones, las gigantescas ga rlopas blas ; ya podremos con esta ola de electricidad ba-
que parecían sonreír bajo sus adornos de follaje y rata, encender por encima de la Crécherie, al llegar
de flores, mientras los dos muchachos que se casa- f'l crepúsculo, un utro que reemplace al sol. Y ,ha
ban, guiaban la danza como si fueran el alma de ahorrarlo u.."'ted también gran parto del esfuerzo bu·
estas cosas, el mañana más fraterna l y equitativo, ase· mano; basta ya un hombre donde se neresita.ban dos,
gurndo por la victoria de sus largos amores. gracias á esta prodigalidad de la tuerza mecánica <¡Uf'
Luca.s preparaba una sorpresa. á Jordán, qucri<>-ndo Sllprimirá poco á p0c7.0 el do,or. Le ff'stej:unos como
festejarle también, pues sus trabajos de sabio iban bl S<'ñor de lA Jur, 11\•l ~or y de la fuerza.
~ baoor más en bien de la ciudad que cien o.ñ.os de Jordán, á quie-n ~ceu.n•tto h8bía envuelto e n una. man-
politica. Cuando obscureció del todo, se iluminó toda. ta por miooo al ~ d~ la nQCh<\ segufa mirando
la fábrica, millares de lámparas la inundaron con una á )a fábri('a 'nme ~ brillaba como un palacio
nlegre claridad de medio día. Era quo las investiga- (>nr'lnt:tlf.o. }\}q'uf'fío y rléhil, pAlido, con su a:;~..cto
ciones de Jordán habían dado su fruto; acababa do C'nff'nnim rt~ d~Jo, se pa..c:;eaba por aquel es-
enoontrar, después de muchos fracasos, el modo do plendor Je apoteool&. f.n diez años apenas había sa·
tran11portar la fuerza. el~ctrica sin pérdida ninguna, gra· lidn de ffil J-Ux>ra~'rio, o.bt\<'cto en su trabajo. Sin sa-
<'ia.s A nuevos aparatos ingf'nioso~ . En adelante so eco- ber <'...asi tw1a do lo q'llo p:l~'ll:a fuera, r.onfia.ndo A
nomizaba el transporto del carbón, se le quemaba ol RU hf'llmrana y á rro a.mi~n Ja. diror,dón de ro Ya.sto
salir del por.o y las máquinas qno transformaban 1:1 d omi ni o, nhnrl\ M tnl\ ra v illa.h'\ de }O!'; resultados ob-
energía calorífica en energla elóctrica, la. enviaban f'n tenido~; c..noo si ca~~rl¡ ,¡,. otro planeta., le asombraba
seguida á la Crécherie por cableg espociales sm que el grA.n 6-ril" de ost;\ oL:-.1, d(\ la cual era también
se perdiera nada., con lo que de ropento bajó en una nlltor, el má!\ i ~nor<.~do j m :\<'ti>o.
mitad el precio de fábrica. F..ra, pncs, una pnmer:\ -SI, ní-murmtHó.~slo va bien; se ha ga.nndo no
gran victoria; la Crécherie iluminad:\ con prnfu~ión, poro torrono. Adcla.ntamo~; el porvenir sol'la.rlo se ae&r·
la fuerza repartida en abundancia con las grandes y <''\ Y le pido pcrción, querido Lu , por no haber
pequeña.& máquinas, el bienestar aument.~do, el traba- crofuo (>n 51U mi~ión. 1Cu uto trabajo nos cuesta par·
jo fa.cilita.do, agrandada la fortuna. Era un p~so rnái ticipar de la fe de los demás, c.uando trab~ja.n en
hacia la dicha. otro lerreno que nosotros 1 En fin, me ha. conv-ertido
. Cuando . Jord~. ante aquella iluminación, compren- u c- Led; pero :~ún le qnerlo. 1n11hh() que hacer, como a
dió el canñoso mtento de Luras, ~~ echó á reir como mi mismo, que 1A.Y 1 no he hecho nada, comparado
un niño. con lo que qui siem hacer totlavíél.
-Amigo mí~ é. mf t.'llTlbién me da ustBd un rami· Se había. quedado serio y pensaliYo.
Uot,.; y en verdAd nn po<-.o Af Jo m~r,.r.~ ; JeCUPrd~ • ~f.I pr(Vio ti~ fflhrir~ c¡'lt•J hnr.1011 diamin11íJo &Q

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