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Transcrito Unidad
Existen varios niveles de subvocalización. Hay personas que hacen vibrar las
cuerdas vocales, gente que solo mueve los labios y personas que no hacen
funcionar el aparato fonador pero se oyen perfectamente dentro de su cabeza.
Pero en realidad hacer esto no es necesario. ¿Por qué nuestro cerebro, que
cuando mira por una ventana es capaz en tres segundos de describir lo que ve con
miles de palabras, sobre colores, texturas, formas, etc, va a necesitar escuchar las
palabras? O es que ¿cuándo mantenemos una conversación repetimos las
palabras en nuestro interior para entenderlas?
¿Qué estudiante que haya tenido que aprenderse un enunciado, una definición,
una fórmula o un poema, no lo ha recitado en voz alta para tratar de memorizarlo?
Entender el límite que nos impone esta voz interna es muy fácil. ¿A qué velocidad
somos capaces de hablar? Si tenemos que pronunciar cada una de estas palabras
que estamos leyendo ¿Hasta que velocidad podremos leer?
Ejercicios
El primer ejercicio separa nuestro aparato fonador y la parte del cerebro que se
encarga del habla de las partes encargadas de la lectura. Para ello, vas a leer el
texto que te propongo tratando de repetir en voz alta la secuencia 1-2-3-4. En los
primeros estadios del proceso de separar las funciones cerebrales, este ejercicio
no resulta demasiado fácil, pero todo el mundo puede hacerlo, aunque no seamos
mujeres multitarea. Repite el ejercicio hasta que seas capaz de entender lo que
lees. Si te concentras mucho en la cuenta, no serás capaz de entender el texto. Si
te concentras en el texto, no serás capaz de seguir la secuencia correctamente.
El tercer ejercicio seguirá tratando de hacerte consciente de esa voz interna. Para
ello ahora trataremos de modular el tono de voz con el que nos hablamos en
nuestro interior. Primero leerás con nuestro tono normal. Tras unos segundos,
tratarás de hablar con una voz más aguda (la voz no tiene tono, es una simulación
mental). Vuelves a dejar la voz hablar por sí misma y vuelves a cambiar el tono a
una forma más grave y así consecutivamente hasta que termines el texto.