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Modulo N° 2

Ciclo Hidrológico

1. Introducción
La hidrología es una ciencia que trata los fenómenos naturales involucrados en el ciclo
hidrológico. El diseño hidrológico busca interpretar y cuantificar esos fenómenos, con el
fin de proporcionar un soporte a estudios, proyectos y obras de ingeniería hidráulica, de
infraestructura y de medio ambiente.

El desarrollo de la tecnología digital ha permitido a la hidrología alcanzar altos niveles


de confiabilidad y consecuentemente, convertirse en un elemento clave en múltiples
estudios y proyectos relacionados con el uso, manejo y control del agua. Algunas de las
múltiples aplicaciones globales del diseño hidrológico relacionados con el control y uso
del agua son:

 Diseño de obras hidráulicas.


 Dimensionado de embalses y sus estructuras.
 Estudios de impacto ambiental.
 Diseño de desagües pluviales urbanos.
 Diseño de estructuras viales (puentes, alcantarillas...).
 Estudios de áreas inundables y riesgo de inundaciones.
 Estudios de las crecientes.
 Estudios de disponibilidad hídrica y de sequías.
 Pronósticos de escurrimientos en cuencas nivales y pluviales.
 Pronósticos hidrológicos en tiempo real y sistemas de alerta temprana de
crecientes.
 Estudios de transporte de sedimentos.

El diseño hidrológico tiene como objetivo la recolección de datos, su análisis y


procesamiento posterior, por medios matemáticos o estadísticos, para transformar los
datos en información confiable que permita obtener la solución a problemas de
ingeniería.

Digamos que el ciclo hidrológico se basa en el permanente movimiento o transferencia


de las masas de agua, tanto de un punto del planeta a otro, como entre sus diferentes
estados (líquido, gaseoso y sólido). Está animado por dos causas: La energía solar y la
gravedad. La naturaleza ha creado una especie de máquina insuperable, regulando y
gestionando las necesidades de cada uno de los seres vivos.

Ese circuito cerrado perfecto que es el ciclo hidrológico, ahora tiene fugas, no funciona
como es debido. A la naturaleza le ha salido un duro competidor “EL HOMBRE”. Hasta
ahora se había integrado en el sistema con los demás seres vivos del planeta, pero de
unos años a esta parte, ha crecido y se ha hecho poderoso, tanto, como para competir
con la Diosa Naturaleza.
Hoy, todos los usuarios del agua estamos en la encrucijada: Escasez y Deterioro de la
calidad de las fuentes, lo cual es un círculo vicioso pues todo lo que se descargue al
entorno inexorablemente irá al subsuelo, a los ríos o al océano.

En ese sentido, es necesario tener un conocimiento básico del ciclo hidrológico, que
determina el estado actual del recurso hídrico, así como la presión por la demanda del
mismo, teniendo en cuenta su distribución espacial y temporal, que permita establecer
lineamientos a seguir para su protección, y que sirva de base a los usuarios del recurso
y planificadores, para considerar su uso y disponibilidad en proyectos actuales y futuros.

La GWP- Perú presenta este documento información básica referente al ciclo hidrológico
con el que se pretende que el lector se familiarice con la terminología que se utiliza y
visualice la importancia de cada uno de los procesos que se realizan en él, además se
explica las metodologías utilizadas para el cálculo de cada uno de ellos.

2. El ciclo hidrobiológico

El ciclo hidrológico se define como la secuencia de fenómenos por medio de los cuales
el agua pasa de la superficie terrestre, en la fase de vapor, a la atmósfera y regresa en
sus fases líquida y sólida.

La transferencia de agua desde la superficie de la Tierra hacia la atmósfera, en forma


de vapor de agua, se debe a la evaporación directa, a la transpiración por las plantas y
animales y por sublimación (paso directo del agua sólida a vapor de agua). La cantidad
de agua movida, dentro del ciclo hidrológico, por el fenómeno de sublimación es
insignificante en relación a las cantidades movidas por evaporación y por transpiración,
cuyo proceso conjunto se denomina evapotranspiración. El vapor de agua es
transportado por la circulación atmosférica y se condensa luego de haber recorrido
distancias que pueden sobrepasar 1000 km. El agua condensada da lugar a la formación
de nieblas y nubes y, posteriormente, a precipitación.

La precipitación puede ocurrir en la fase líquida (lluvia) o en la fase sólida (nieve o


granizo). El agua precipitada en la fase sólida se presenta con una estructura cristalina,
en el caso de la nieve, y con estructura granular, regular en capas, en el caso del
granizo. La precipitación incluye el agua que pasa de la atmósfera a la superficie
terrestre por condensación del vapor de agua (rocío) o por congelación del vapor
(helada) y por intercepción de las gotas de agua de las nieblas. El agua que precipita en
tierra puede tener varios destinos. Una parte es devuelta directamente a la atmósfera
por evaporación; otra parte escurre por la superficie del terreno, escorrentía superficial,
que se concentra en surcos y va a originar las líneas de agua. El agua restante se infiltra
penetrando en el interior del suelo; esta agua infiltrada puede volver a la atmósfera por
evapotranspiración o profundizarse hasta alcanzar las capas freáticas.

Tanto el escurrimiento superficial como el subterráneo van a alimentar los cursos de


agua que desembocan en lagos y en océanos. La escorrentía superficial se presenta
siempre que hay precipitación y termina poco después de haber terminado la
precipitación. Por otro lado, el escurrimiento subterráneo, especialmente cuando se da
a través de medios porosos, ocurre con gran lentitud y sigue alimentando los cursos de
agua mucho después de haber terminado la precipitación que le dio origen.

Si el ciclo del agua es un modelo conceptual que supone una abstracción de la dinámica
del agua meteórica, su aplicación a un espacio geográfico concreto y su cuantificación
permite obtener un modelo operativo. Todo estudio o actividad relacionada con el agua
tiene que enmarcarse en el contexto del ciclo hidrológico, para ello, el primer paso
consiste en definir el espacio geográfico. Este puede ser un espacio natural, como una
cuenca hidrográfica, o antrópico, como una ciudad, que se puede considerar como un
sistema. En segundo lugar, es importante comprender las diferencias que se presentan
entre los elementos integrantes del ciclo para cada espacio específico.

En el planeamiento correcto del ciclo hidrológico también es importante entender la


formación de la escorrentía, por ejemplo, en una cuenca localizada en una región
húmeda, el modelo es el de una onda de avenida que se transmite rápidamente a lo
largo del rio durante el periodo húmedo y un caudal asegurado de un rio. El caudal base
puede incrementarse mediante contribuciones del almacenamiento en lagos y
embalses. Sin embargo, en zonas áridas no suele existir un caudal base, pues la
superficie piezométrica está por debajo del lecho del rio. Como consecuencia de las
perdidas por infiltración a través del lecho, l caudal superficial disminuye aguas abajo y
con frecuencia no llega al punto final de la red de drenaje más que en situaciones
excepcionales.

3. Historia del Ciclo hidrológico


La idea del Ciclo Hidrológico, que hoy nos parece tan intuitiva, durante siglos no fue
comprendida por filósofos y científicos, creyendo que el ciclo se realizaba al revés: el
agua penetraba en la corteza desde el fondo de los océanos, se almacenaba en la
profundidad, prevalente en grandes cavernas, y ascendía después por el calor de la
tierra hasta las partes altas de las montañas. Surgiendo en las zonas de nacimiento de
los ríos. No creían posible que el caudal de un rio fuera producido exclusivamente por
las lluvias y les maravillaba la existencia de manantiales en lugares topográficamente
elevados y con caudales relativamente constantes.

Tales de Mileto, Platón, Aristóteles, hasta Kepler (1571 – 1630) y Descartes (Principios
de la Filosofía, 1644) no se limitaban con esbozar la idea del ciclo al revés, sino que
dedicaban largos textos a pormenorizar las diversas etapas del proceso. Los mas
complicado era explicar la pérdida de la sal marina, pero para ello invocaban procesos
similares a la destilación. También hubo excepciones, como el arquitecto romano
Vitrubio o Leonardo da Vinci que hablaron del ciclo tal como es.

La hidrología moderna nace con las experiencias de Perrault, Mariotte y Halley. Fueron
los primeros hidrólogos empíricos que basaron sus ideas en medidas y no en la
especulación.

En 1674 Pierre Perrault publica (De´l orogine des fontaines). Había medido las
precipitaciones de la cuenca alta del Sena y los aforos del rio, concluyendo que el
volumen de las precipitaciones era seis veces superior a las aportaciones del rio.
Mariotte, contemporáneo de Perrault, repitió estos experimentos en un punto distinto de
la cuenca del Sena, estudiando además la infiltración profunda del agua, y comprobando
que el caudal de ciertos manantiales variaba de acuerdo con la oscilación de las
precipitaciones.

Faltaba por cuantificar la otra mitad del ciclo: cómo era posible que del cielo cayera tanta
agua. El astrónomo Halley (1676 – 1742) se interesó por el fenómeno de la evaporación
porque se empañaban las lentes de sus telescopios realizó medidas y cálculos
concluyendo que el volumen de agua evaporado un día de verano del Mediterráneo era
superior al volumen de agua que recibe de todos los ríos que llegan a él.

El comienzo de la hidrología subterránea como ciencia es mucho más moderno. La


primera ecuación que explica el flujo a través de un medio poroso (Ley de Darcy) data
de 1857, y la ecuación fundamental que cuantifica el comportamiento de las aguas
subterráneas ante los bombeos es de 1935 (Theis). La relación entre las formaciones
geológicas y las aguas subterráneas no adquirió cierta madurez hasta principios del
siglo XX (hay que destacar a Meizner, del servicio geológico norteamericano).

4. Fases del Sistema Hidrológico


Los fenómenos hidrológicos son muy complejos, por lo que nunca pueden ser
totalmente conocidos. Sin embargo, a falta de una concepción perfecta, se pueden
representar de una manera simplificada mediante el concepto de sistema.
Fig. 3.- Representación del Sistema Hidrológico

Un sistema viene a ser un conjunto de partes diferenciadas que interactúan como un


todo. El ciclo hidrológico podría considerarse como un sistema, cuyos componentes son:
precipitación, evaporación, escorrentía, y las otras fases del ciclo.

4.1. Precipitación

Se denomina precipitación, a toda agua meteórica que cae en la superficie de


la tierra, tanto en forma líquida (llovizna, lluvia, etc.) y sólida (nieve, granizo,
etc.) y las precipitaciones ocultas (rocío, la helada blanca, etc.). Ellas son
provocadas por un cambio de la temperatura o de la presión. La precipitación
constituye la única entrada principal al sistema hidrológico continental (Musy,
2001).

Para la formación de la precipitación se requiere la condensación del vapor


de agua atmosférico. La saturación es una condición esencial para
desbloquear la condensación. Los varios procesos termodinámicos son
convenientes para realizar la saturación de las partículas atmosféricas
inicialmente no saturadas y causar su condensación:

 Saturación y condensación isobárica (a presión constante),


 Saturación y condensación por presión adiabática,
 Saturación y condensación por presión de vapor de agua,
 Saturación por mezcla y turbulencia.
Precipitación Convectiva. Resultan de una subida rápida de las masas del
aire en la atmósfera. Se asocian a los cúmulos y cumulonimbus, desarrollo
vertical significativo, y son generados así por el proceso de Bergeron. La
precipitación que resulta de este proceso es generalmente tempestuosa, de
corta duración (menos de una hora), de intensidad fuerte y de poca extensión
espacia.

Precipitación Orográfica. Como su nombre indica (del griego oros =


montaña), este tipo de precipitación se relaciona con la presencia de una
barrera topográfica. La característica de la precipitación orográfica depende
de la altitud, de la pendiente y de su orientación, pero también de la distancia
que separa el origen de la masa del aire caliente del lugar del levantamiento.
En general, presentan una intensidad y una frecuencia regular.

Precipitación Frontal o del tipo ciclónico. Se asocian a las superficies de


contacto entre la temperatura de la masa de aire, el gradiente térmico vertical,
la humedad y de los diversos índices del recorrido, que uno nombra Frentes.
Los frentes fríos crean precipitaciones cortas e intensas. Los Frentes calientes
generan precipitaciones de larga duración, pero no muy intensas.

4.2. Evaporación

Se define como el proceso mediante el cual se convierte el agua líquida en


un estado gaseoso. La evaporación puede ocurrir solamente cuando el agua
está disponible. También se requiere que la humedad de la atmósfera ser
menor que la superficie de evaporación (a 100% de humedad relativa no hay
evaporación más).

El proceso de evaporación requiere grandes cantidades de energía. Por


ejemplo, la evaporación de un gramo de agua a una temperatura de 100 °
Celsius requiere 540 calorías de energía de calor (600 calorías a 0 ° C).

4.3. Condensación

El cambio en el estado de la materia de vapor a líquido que se produce con


el enfriamiento. Normalmente se utiliza en meteorología cuando se habla de
la formación de agua líquida en vapor. Este proceso libera energía de calor
latente para el medio ambiente

4.4. Transpiración

Es la evaporación a través de las hojas. El proceso fisiológico de alimentación


de las plantas se efectúa mediante el paso de ciertas cantidades de agua,
portadoras de los alimentos, por el interior de ellas y ese tráfico solamente es
posible gracias a la transpiración.

4.5. Intercepción

Es la parte de la precipitación que es interceptada por objetos superficiales


como la cubierta vegetal o los tejados, en general, parte de esta agua
interceptada nunca alcanza al suelo porque se adhiere y humedece estos
objetos y se evapora.

4.6. Escorrentía superficial

Es la porción de lluvia que no es infiltrada, interceptada o evaporada y que


fluye sobre las laderas. En realidad, la escorrentía superficial, la infiltración y
la humedad del suelo son interactivas entre sí, por tal motivo se debe tener
cuidado en seleccionar el modelo adecuado para cada caso

4.7. Escorrentía Subsuperficial

Es el agua que ha sido previamente infiltrada y no alcanza el almacenamiento


subterráneo o acuífero, por lo tanto debe ser considerada como parte de la
escorrentía.

4.8. Infiltración

La infiltración es el proceso por el cual el agua en la superficie de la tierra


entra en el suelo. La tasa de infiltración, en la ciencia del suelo, es una
medida de la tasa a la cual el suelo es capaz de absorber la precipitación o la
irrigación. Se mide en pulgadas por hora o milímetros por hora.

4.9. Evapotranspiración

La evapotranspiración es la combinación de los fenómenos de evaporación


desde la superficie del suelo y la transpiración de la vegetación. La dificultad
de la medición en forma separada de ambos fenómenos (el contenido de
humedad del suelo y el desarrollo vegetal de la planta) obliga a introducir el
concepto de evapotranspiración como pérdida conjunta de un sistema
determinado.

Thornthwaite (1948) introduce un nuevo concepto optimizando ambos, es la


llamada evapotranspiración potencial o pérdidas por evapotranspiración, en
el doble supuesto de un desarrollo vegetal óptimo y una capacidad de campo
permanentemente completa. Este autor designa así a la altura de agua que
sería efectivamente evaporada si los recursos de agua movilizables en la
cuenca fueran en cada instante por lo menos iguales a los que pueden ser
transformados en vapor por el juego de los factores hidrometeorológicos y la
vegetación.

La cantidad de agua que realmente vuelve a la atmósfera por evaporación y


transpiración se conoce con el nombre de evapotranspiración real. Ésta es la
suma de las cantidades de vapor de agua evaporadas por el suelo y
transpiradas por las plantas durante un período determinado, bajo las
condiciones meteorológicas y de humedad de suelo existentes.

El principal factor que determina la evapotranspiración real es la humedad del


suelo, el cual puede retener agua conforme con la capacidad de retención
específica de cada tipo de terreno. La humedad del suelo es generalmente
alimentada por la infiltración, y constituye una reserva de agua a ser
consumida por la evaporación del suelo y las plantas.
4.10. Escorrentía directa

La que llega a los cauces superficiales en un periodo de tiempo corto tras la


precipitación y que normalmente engloba la escorrentía superficial y la
subsuperficial. Son imposibles de distingue; una gran parte de lo que parece
escorrentía superficial (por el aumento de los caudales que sigue a las
precipitaciones) ha estado infiltrada subsuperficialemente.

4.11. Escorrentía básica

La que alimenta los cauces superficiales en los estiajes, durante los periodos
sin precipitaciones, concepto que engloba la escorrentía subterránea y la
superficial diferida.

5. Enfoque de los Problemas hidrológicos


Debido a la complejidad de los procesos naturales que intervienen en los fenómenos
hidrológicos, es difícil examinarlos mediante un razonamiento deductivo riguroso. No
siempre es aplicable una ley física fundamental para determinar el resultado hidrológico
esperado. Más bien, lo que parece razonable es partir de una serie de datos observados,
analizarlos estadísticamente y después tratar de establecer la norma que gobierna
dichos sucesos.

Lo anterior establece la necesidad de contar con registros de varios años de los diversas
componentes que intervienen en los problemas hidrológicos.

En general, cada problema hidrológico es único y las conclusiones cuantitativas de su


análisis no pueden extrapolarse a otro problema. Esto ha ocasionado que muchas veces
se juzgue un método de cálculo en forma equivocada, al no tenerse en cuenta sus
limitaciones en cuento a aplicabilidad. Conviene establecer primero la bondad del
método, ya que, aunque el problema por analizar no tenga las mismas condiciones para
las cuales fue deducido, puede proporcionar un resultado cualitativo de gran utilidad,
siempre y cuando se sepa interpretar.

6. Alteraciones del Ciclo del Agua


De acuerdo con las características geográficas de las diversas regiones del mundo, se
llegan a presentar fenómenos naturales relacionados con el ciclo del agua, como las
corrientes marinas, los ciclones, los periodos de sequía y los incendios. En ocasiones
éstos se convierten en un problema para los seres humanos porque provocan
situaciones inesperadas que interfieren en la disponibilidad de agua y, por lo tanto, en
las actividades cotidianas.

Actualmente, la intensificación de algunas actividades del ser humano ha modificado en


forma importante los ecosistemas y por ende el ciclo del agua ha sido afectado, lo cual
trae como consecuencia una serie de problemas como se expondrá a continuación.
La pérdida de cobertura vegetal en selvas y bosques, a causa de la tala excesiva y los
incendios, ha provocado alteraciones en el ciclo del agua, pues al no existir plantas el
agua se pierde por escurrimiento, lo cual produce erosión y una disminución en la
filtración del líquido hacia el suelo. Por otra parte, sin vegetación no se lleva a cabo la
evapotranspiración, por lo tanto, se reduce la humedad en la atmósfera y con ella las
posibilidades de lluvia en esos lugares.

Por otro lado, las actividades industriales y el transporte emiten grandes cantidades de
gases que generan el efecto invernadero en la atmósfera. Se ha observado que la
acumulación de gases está relacionada con un aumento de temperatura en el planeta
que modifica la circulación del agua en los ecosistemas. Entre las consecuencias que
en un futuro pudiese traer este problema está el incremento en la temperatura de los
océanos, mares y otros cuerpos superficiales de agua; lo cual disminuiría la solubilidad
del oxígeno e incrementaría la degradación de materiales orgánicos, afectando así el
desarrollo de la mayor parte de los seres vivientes.

La combustión de gasolina y diesel genera, entre otras sustancias, óxidos de nitrógeno


y de azufre que al combinarse con el vapor de agua en la atmósfera producen ácido
nítrico y acido sulfúrico respectivamente, mismos que al combinarse con la precipitación
pluvial, generan lo que se conoce como lluvia ácida.

Los efectos de la lluvia ácida se pueden observar en la degradación de monumentos y


edificios construidos con mármol y granito. Asimismo, afecta a plantas y animales, pues
altera las condiciones físico-químicas de los ecosistemas provocando en ocasiones la
muerte de los mismos.

Es importante tomar en cuenta que la mayor parte de las actividades realizadas por el
hombre para obtener beneficios implica cambios y alteraciones en el ambiente, por lo
que es necesario buscar alternativas para lograr un mejor aprovechamiento del agua,
sin poner en riesgo su ciclo natural.

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