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Libros vivos y de bolsillo

Empezamos a recorrer la historia del libro, por lo tanto también de la escritura y la


comunicación, estas tres palabras van a estar en juego siempre, porque los libros existen para
comunicar, lo mismo que la escritura.
Ahora nos vamos a transportar a épocas muy lejanas, así que a subirse a sus naves y viajaremos
hacia la antigüedad……
Tratemos de imaginar esas condiciones: no hay luz, no hay formas de transportarse como ahora, ni
siquiera existe el papel….es más las fibras y colores que decoraron sus naves son una fantasía de esta
época…..
Entonces : ¿Cómo eran los primeros libros?

¿Estaba impreso o escrito a mano? ¿Estaba hecho de papel o de cualquier otra materia? Si existe
todavía, ¿en qué biblioteca se le podría encontrar?
Se dice que hubo una vez un hombre tan ingenuo que quiso buscar en todas las bibliotecas, del
mundo este primer libro. Pasaba días enteros hurgando entre montones y montones de libros
carcomidos y amarillentos por los años. Sus ropas y sus zapatos estaban cubiertos por una espesa capa
de polvo, como si acabara de realizar un largo viaje sobre una carretera polvorienta. Al fin, encontró la
muerte al caerse de una de esas grandes escaleras que se apoyan contra los estantes de las bibliotecas.
Pero aún cuando hubiera vivido cien años más, sus búsquedas no hubiesen conducido a nada. El primer
libro estaba ya podrido en la tierra, muchos millares de años antes de que él hubiese nacido.
Este primer libro no se parecía en nada a los de nuestros días. Tenía manos y pies, y no descansaba
sobre un estante: sabía hablar y hasta cantar. En fin, era un libro vivo: eran las personas.

El más importante invento del hombre ha sido la palabra, resultado de una larga evolución que
partió de gritos y sonidos acompañados de gestos y ademanes para expresar emociones y pensamientos.
La comunicación, que la palabra hizo posible entre las sociedad y permitió su relacionarse, mejoró
notablemente con la aparición del libro, conjunto de mensajes, que empezaron siendo orales y después,
mucho después, se escribieron. El libro ha facilitado un aumento considerable de la capacidad de su
memoria, así superaron las barreras del tiempo y del espacio y podemos disfrutar de historias y
mensajes de distintas épocas y lugares. También mejorar el intercambio de información sobre lo útil y
provechoso.
Un libro que se mueve
Los primeros libros, tomaron la forma de cuentos y poemas, frases con medidas rítmicas, que
podían llevar o no rima para recordarlos con facilidad y evitar que fueran variados.
Recordamos que las leyes y normas religiosas las conservaron en poemas de este tipo, hoy
perdidos. En la India no se escribieron durante siglos los libros religiosos porque los únicos que podían
conocer su contenido eran los brahmanes, (personas importantes dentro de su religión) y escribiéndolos
se corría el riesgo de que los leyera una persona indigna. Así, cuando los monjes de un monasterio
deseaban conocer un libro sagrado, el procedimiento normal de conseguirlo era solicitar a otro
convento un monje que lo supiera de memoria para que se lo enseñara a la comunidad.
En el mundo musulmán, el libro sagrado se llama la «Recitación», Corán, porque las revelaciones
hechas a Mahoma, que las comunicó oralmente, y después fueron recogidas en él, debían ser recitadas
por los creyentes. Se escuchaba y repetía el recitado en los momentos de oración, los hombres
solamente podían escucharlas en las sinagogas y luego las repetían para sus familias. De esta forma se
transmitía las reglas y la religión.
Muchos estudiosos han investigado que en distintas tribus, grandes repertorios de leyes, reglas
como también historias se transmitían en los lugares de reunión como fogones o círculos donde los
sabios de la tribu o grupo lo repetían para la comunidad. Ese ejercicio de narración mantenía vivo esos
libros. Algunas historias así han llegado a nuestros días. Quienes podían narrar eran personas que
conocían esas historias de memoria y su palabra era reconocida entre su tribu.

Libros y anotaciones para guardar en el bolsillo

Ahora, había mensajes que necesitaban otras formas: por ejemplo si tenían que negociar recordar de
memoria cantidades no era tan simple, lo mismo con mensajes muy importantes que tenía que ser
comprobados de que eran reales.
Así aparece otra forma de comunicación: los objetos
Objetos para escribir: cuando se quería comunicar una cantidad una forma era mandar una bolsa
con piedras,bolitas,frutos u otro elemento que permitiera recordar la cantidad exacta. Es un antecedente
que ayudaba en el comercio. Otros pueblos dejaban marcas en maderas o bastones, así los pastores
contaban y controlaban las cantidades.
Otra forma son las “cartas-nudos” antes de que se haya aprendido las letras. Así “escribían”
distintos pueblos como tártaros, los persas, los aztecas y los habitantes del Perú. Estos últimos eran
especialmente hábiles en este género de escritura y todavía hoy se encuentran pastores en ese país que
conocen el lenguaje de los nudos.
En lugar de pañuelos se servían de una cuerda bastante gruesa a la cual ligaban, como una franja,
cordelitos multicolores de extensión y grosor diferentes. Se hacían nudos en estos cordelitos y cuanto
más cerca estaba el nudo de la cuerda más importante era el mensaje. Un nudo negro significaba la
muerte, un nudo blanco el dinero y la paz, uno rojo la guerra, uno amarillo el oro, uno verde el pan. Los
nudos sin color significaban cifras: los nudos simples las decenas, los nudos dobles las centenas y los
nudos triples los millares.
Leer una carta escrita de esta manera no era una cosa fácil, y era preciso tener en cuenta el grosor
de la cuerda así como también la manera en que los nudos estaban hechos y situados. Los niños
peruanos debían aprender el alfabeto de los nudos, o quipos, así como nuestros niños aprenden su
abecedario.
Para evitar todo error, quien escribía un mensaje de esta manera debía llevarlo él mismo y leerlo en
alta voz. El mensaje no podía, pues, reemplazar a una persona. Esta forma de registro servía nada más
que para recordarle lo que debía decir. Pero no permitía que cualquiera lo “lea”. Era preciso que
hubiese personas muy hábiles para comprender el significado de los nudos y colores.
Existen numerosos “libros objeto” semejantes, que permitían con solo mandar un objeto, decir un
mensaje. Se conocían otros métodos mucho más simples para anotar los acontecimientos y enviar
mensajes. Si una tribu quería declarar la guerra a otra, le enviaba un venablo o una flecha. Era evidente
para cualquiera que ese regalo tenía olor a sangre. Si se trataba de concertar la paz, había la costumbre
de enviar tabaco o una pipa. La pipa y el tabaco continúan siendo símbolos de paz entre los algunos
grupos. Cuando se reunían para discutir las condiciones, los jefes de las tribus se sentaban alrededor de
una fogata. Ofrecer tabaco era un mensaje de que se buscaba la paz, no hacerlo era lo contrario.
Otros mensajes también eran concretos, había grupos que armaban torres en los cerros y montañas,
con una fogata, eso significaba que los estaban por atacar, así pueblos cercanos se preparaban y
prendiendo otras fogatas avisaban a otros que estaban más lejanos.
Los mensajeros también llevaban objetos de sus jefes que comprobaban que su mensaje era
verdadero, por ejemplo si traía un mensaje de comercio pero no tenia un objeto como un anillo de su
rey podía ser sospechoso el mensaje o falso.
También hay objetos que representan historias, sobretodo para transmitir mensajes religiosos los
objetos son importantes, estatuas, joyas o por ejemplo cruces resumen parte de la historia o creencias.
Por eso los templos tienen distintos objetos que simbolizan una historia. En la actualidad una forma de
saber la religión de la antigüedad es por las estatuas que “resumen” las historias.

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