CUADERNOS

DE ESTUDIO
1
  Serie: GEOGRAFIA
' · 1

· TENDENCIAS
1

r PBBBlEMATICA ACTUAl
BE lA liEBiiBAIIA
José Estébanez

•
Serie: GEOGRAFIA
Editor-coordinador: Rafael Puyol

1. TENDENCIAS V PROBLEMATICA ACTUAL. DE LA GEOGRAFIA

José Estébanez
2. POBLACION V ESPACIO. Problemas demográficos mundiales
Rafael Puyol
3. COMPOSICION DE LA POBLACION MUNDIAL
Carmen González Muñoz
4. GEOGRAFIA V AGRICULTURA. Componentes de los espacios agrarios A Belén, Gonzalo y Cristina,
,J. Ramón Díaz Alvarez estudiantes de Geografía.
5. DE lA AGRICULTURA TRADICIONAL A LA TECNOLOGICA
Adela Gil
6. LA AGRICULTURA DE CA.RA Al FUTURO
José Sancho
7. El MAR V SUS RECURSOS
Isabel Monguilot
8. LA CRISIS ENERGETICA
P. Reyes Bonacasa
9. LA ERA !INDUSTRIAL
Luisa María Frutos
10. CAliDAD V CONSERVACION DEL MEDIO AMBIENTE
Juan Haro
11. COMERCIO V TRANSPORTE INTERNACIONALES
Federico Martínez Roda
12. HACIA UN MUNDO DE CIUDADES. El proceso de urbanización
Agustín Hernando
13. EL MOSAiCO URBANO. Organización interna y vida en las ciudades
Antonio Zárate
14. LA CIUDAD V LA ORGANIZACION REGIONAL
Javier Gutiérrez. Puebla
15. SUBDESARROllO Y TERCER MUNDO
Fernando Arroyo
16. CAPITAUSMO V SOCIALISMO. Economía, y sociedad
Mercedes Molina lbáñez
17. GEOGRAFIA V ESTADO. Introducción a la Geografía política
Ricardo Méndez y Fernando Molinero
 Catedrático de

! l~l l l l l l l l l l l l l~il il~il~li i~l l l l l l l l l l l l/1 i

6 4000 00153752 4 editorial cincel
 Introducción . . . . . . . . . .. . .. . . .. 9

l. Definición y contenido . . . . .. 11

1. ¿Qué es la Geografía? ... 11

2. El contenido de la Geografía . . . .. . . .. .. . 13
Primera reimpresión: Junio de 1983 3. Definición de la Geografía .. . . .. .. . . .. · . . . . .. 19
Segunda reimpresión: Enero de 1984
Tercera reimpresión: Agosto de 1984
Cuarta reimpresión: Diciembre de 1984 2. Consolidación y sistematización de la Geografía ... 23
Quinta reimpresión: Marzo de 1986
Sexta reimpresión: Septiembre de 1986 1. El legado de Humboldt .. . .. . . . . .. . . . . . . . .. . 24
Séptima reimpresión: Marzo de 1987 2. El legado de Ritter ................................ . 26
Octava reimpresión: Febrero de 1988
Novena reimpresión : Mayo de 1989
Décima reimpresión: Noviembre de 1990
Undécima reimpresión
3. La institucionalización de la Geografía ... 29

1. Creación de cátedras de Geografía en las Universidades

Cubierta: Roberto S. Pardo europeas ...................................... . 29
2. Las Sociedades de Geografía ...................... .. 32
3. Congresos Geográficos Internacionales y Nacionales .. . 34
© 1982. José Estébanez Alvarez 4. Revistas geográficas . .. . .. . .. .. . .. . . .. .. . .. . .. . .. . .. . 37
EDITORIAL CINCEL, S. A.
Martín de los Heros, 57. 28008-Madrid
ISBN: 84-7046-293-8
4. Geografía y filosofía .................... . 43
Compuesto en Fernández Ciudad, S. L.
EDITORIAL CINCEL KAPELUSZ
Impreso y encuadernado 1. El positivismo ................. . 43
por Lerner Ltda. 2. El historicismo ................. . 44
Impreso en Colombia - Printed in Colombia

7
 47

l. La influencia de Darwin . . . . .. 47 (·

2. La aportación de Ratzel ...... 48

6. El paradigma posibilista o regional .. . . .. . .. . . . .. . .. . . .. .. . . .. 54

L La obra de Vidal de la Blache . .. . . . . . . . . . .. . . .. . . . .. . . .. 55

2. La influencia de algunos discípulos de Vidal de la Blache . .. 60
3. La influencia de Vidal de la Blache en la Geografía española. 61
4. Otras aportaciones al paradigma posibilista .. . .. . . . . . . . . .. . . . 62
S. La sistematización del paradigma posibilista . . . . . . . . : . . . . . . 64
6. Un enfoque marginado: el anarquismo . . . .. . . . . . .. . . : . .. . . . 68

7. El paradigma positivista: la revolución cuantitativa o «Nueva

Geografía>) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 74
En este pequeño ensayo pretendemos proporcionar a los que se inician
1. El contexto de la «Nueva Geografía» 74 en el estudio de la Geografía un panorama amplio de la Geografía humana.
2. Los presupuestos de la (<Nueva Geografía>> .......... .. 77 Es importante conocer las múltiples tendencias existentes para que el alumno
3. Origen y difusión de la «Nueva Geografía» ........... . 87 conozca lo antes posible que todo lo que atañe al hombre y a su compor-
tamiento sobre la superficie terrestre es complejo y cabe abordarlo desde
8. Un paradigma Geografía del comportamiento y de la posiciones diferentes -casi nunca excluyentes- que aportan puntos de vista
percepción . . . . .. 91 complementarios y nos otorgan una visión del mundo enriquecedora y su-
gerente.
1. Introducción .. . . . . . . . .. . .. . . .. . .. . . . . .. . .. . . . . . . . .. 91 Además queremos estimular al estudiante al que se dirige esta obra y
2. Antecedentes .................................... H. 92 despertarle su espíritu crítico de tal modo que, ante tendencias y visiones
3. Geografía del comportamiento y de la percepción a partir geográficas contrastadas, sepa desde un primer momento valorar y optar
de 1960 ............................................... . 93 por aquellos más acordes con su modo· de s~r; pero siempre según una
4. Elaboración de mapas mentales . .. .. . . .. . . . . . . . . . . .. . .. 100 decisión responsable, puesto que no se le va a dar una sola alternativa, ya
S. Percepción del espacio urbano .. . . . . .. . . . . .. . . . . . . . . ..... 109 que pensamos que los problemas con los que hoy se enfrenta el hombre
en la organización del territorio son demasiado serios y complicados para
9. La crisis del positivismo lógico 112 que desde un primer momento sean examinados con prejuicios excluyentes.
Aunque el tema del libro es teórico, trataremos de evitar al máximo los
1. Geografía radical ... 113 tecnicismos y, siempre que nos sea posible, ilustraremos los conceptos con
2. Geografía humanista 119 ejemplos y casos concretos.
Nuestro objetivo es centrarnos en las corrientes presentes de la Geogra-
A modo de conclusión . . . . . . . .. 132 fía actu&l; sin embargo, presentamos una breve síntesis histórica, para que
el estudiante pueda comprender con una perspectiva más sólida el estado
Glosario ...... 138
de la Geografía.
Bibliografía ... 142 Se analizan las diferentes tendencias existentes hoy en Geografía huma-
na, no de forma aislada, es decir, generándose en un vacío social, sino que
consideramos que el pensamiento geográfico actual y pasado no puede ex-
plicarse sin insertarlo en una filosofía que impregna los objetivos y métodos

8 9
de la Geografía dentro de una sociedad, que le asigna una función y le
demanda respuesta, sin contar con los intereses de la propia comunidad de
geógrafos que intentan robustecer en todo momento su papel y el recono-
cimiento social.
En suma, pretendemos ofrecer una imagen actual de la Geografía hu-
mana que es plural y abierta, y ofrece un gran interés no sólo al geógrafo
profesional por los nuevos retos y preguntas que tenemos pendientes de
resolver, sino también al estudioso de otras ciencias, por la visión del
mundo que proporciona y por su alto valor formativo ciudadano, ya que
presenta una imagen del mundo más real y crítica, y, al mismo tiempo,
más solidaria con los otros pueblos y países. Por todo ello, y a pesar de las
deficiencias y omisiones de este breve estudio, creo que el, estudiante, el
planificador y el hombre interesado por los problemas humanos del mundo
de hoy puede lograr, tras su lectura, una imagen más rica del mundo actual,
aquella que le proporciona el geógrafo humano desde enfoques sorprenden-
temente variados .y sugerentes. ,~
Son muchas las personas a las que debería agradecer sus ayudas y
consejos, y por ello es imposible enumerarlas; sin embargo, he de mani-
festar mi agradecimiento a los <<grupos de debate» formados durante los
últimos diez años con los alumnos de Geografía General, ya que ellos me
estimularon al estudio y divulgación de las preocupaciones geográficas.
Asimisrno, mi agradecimiento es total a M. Carmen Pérez Sierra, por su
paciencia y espíritu crítico desarrollados en las discusiones y correcciones
de los diferentes capítulos de esta obra. Por último, mi de~da es grande
con mis buenos amigos y colegas de mi Departamento, así como los con-
sejos y críticas que me ofrecieron mis admirados colegas J. Cole y R. Brad-
shaw.
Mi esfuerzo se vería gratamente recompensado si tras la lectura de este
libro se despertase la curiosidad por esta ciencia tan sorprendente, polifa-
cética y desconocida como es la Geografía.
10
Definición y contenido
1. ¿Qué es la Geografía?
Al intentar responder a la cuestión ¿qué es la Geografía?, las personas
no profesionales, ajenas a la misma, la asocian con sus experiencias en la
escuela y en la . enseñanza media, lo que justifica que la identifiquen con
algo muy distinto a la investigáción actual en nuestra disciplina. Casi siem-
pre la identifican con repertorios de nombres de cabos, golfos, ríos, picos,
o con un catálogo de cifras de población y producción de países. Al geó-
grafo se le considera como un archivo de datos o como la persona capaz
de situar i~las, capitales, países, ríos, etc. Algunas veces he recogido en mi
Departamento llamadas telefónicas de personas que quieren conocer el
número de islas del mundo, el número de ciudades con el nombre de To-
ledo, la altitud media de una ciudad,. la pertenencia de un núcleo a una
determinada provincia, etc. ·
Son muchos también los que piensan que la profesión de geógrafo es
algo relacionado con la elaboración y empleo de mapas, y otros, por úl-
.timo, los encargados de redactar las guías de viaje, exploraciones, etc.
Incluso en la propia Faculta9 de Geografía e Historia no faltan colegas
historiadores que estiman que nuestras enseñanzas no son pertinentes,
porque los alumnos desconocen la localización exacta de una región, país
o accidente geográfico.
Esta visión, tan alejada de la producción científica de los geógrafos
profesionales, no ha de· escandalizamos y cabe justificarla, porque, de ma-
nera contraria a lo que ocurre con otras disciplinas, todo el mundo posee
experiencias vivenciales de carácter geográfico, lo que justifica que se for-
men ~n concepto de lo que pueda ser la disciplina. Si se pregunta por otra
ciencia, tal vez la mayoría de las personas ajenas a la misma se encuadrarían
11
en el epígrafe de «no sabe» o «no contesta», y, en el caso de atreverse a
responder, la contestación sería tan imprecisa y vaga como la referente a
la Geografía.
A pesar ·de todo, no cabe duda que la respuesta que el hombre de la
calle da a lo que supone ser el quehacer del geógrafo tiene cierto funda-
mento. En efecto, el geógrafo hace uso de nombres de lugares, utiliza y
emplea mapas en sus estudios y hace freeuentes viajes e itinerarios para
tomar datos y observaciones. Ahora bien, los nombres y loealización de los
lugares son hechos, en Geografía, similares a las fechas para los historia-
dores, pero no son la Geografía. El mapa es una herramienta esencial pero
tampoco es identific.able con la disciplina. Las observaciones, tomadas en
los viajes, son un material importante; la observación del paisaje geográfico
sigue siendo un objetivo esencial del aprendizaje geográfico, ya que enseñar
a ver geográficamente, observar e interpretar un paisaje cultural o natural
sin tener de él un eonocimiento previo, es de vital importancia. Ahora bien,
la formaeión geográfica origina y desarrolla un método de observaeión muy
diferente al del turista que confunde lo anecdótico con lo eseneiaL o los
pone a nivel de igualdad. - grafía (Geomorfología, Climatología, etc.) tienen más afinidades con las
Es cierto que, durante mueho tiempo, la Geografía tuvo como objetivo
esencial la deseripción y cartografía de los lugares, gozando de un peso
relativo muy fuerte entre las restantes cieneias, y no por la posición aea-
démica que gozaba (ss. xv-xrx), sino porque respondía a imperativos socia-
les que juzgaron que la localización de los lugares, su descripción, el tra-
zado de rutas, etc., era una necesidad urgente. Y a esta tarea se dedicaron
primordialmente personas que podemos llamar geógrafos, pero que no
respondían a la imagen actual de estos profesionales. En este largo período,
la Geografía apenas existía como disciplina. Será preciso esperar al último
tercio del siglo xrx, cuando se produce el expansionismo colonial, el nacio--
nalismo y la generalización de la enseñanza primaria a amplios estratos
sociales, para que se institucionalice en la Universidad y figure como dis-
ciplina en las Enseñanzas Primarias y Medias, sin olvidar el papel jugado
por las sociedades geográficas, los Congresos nacionales e internacionales.
En esta época de institucionalización se le asigl}ará a la Geografía. el papel
transmisor de los valores dominantes de la época: hegemonía de la civiliza-
ción europea, patriotismo, conocimiento de tierras para colonizar y explotar.
Pero pronto se van cubriendo los blancos del mapamundi; cada vez son
menos las tierras desconocidas; es decir, las preguntas de tipo ¿dónde? y
¿qué? están ya cumplimentadas. Los geógrafos dejarán de recoger esa infor-
mación, y será el Estado, a través de sus Institutos Nacionales de Estadís-
tica y Cartografía, el que desempepará este papel, puesto que los geógrafos
carecían de medios para cumplir la tarea cartográfica y de recopilación esta-
dística de recoger información sectorial y de confeccionar mapas. Ello expli-
ca que la información aumente prodigiosamente y se llegue a hablar de una
12
explosición de la información, de tal manera que puede afirmarse que, en
el momento presente, cualquier geógrafo dispone sobre un hecho geográfico
de una información mil veces mayor que la existente en tiempos de Hum-
boldt. Y esta información va en incremento exponencial; a este respecto,
es suficiente señalar los datos que suministran sobre la superficie terrestre
las imágenes de los satélites artificiales y que es posible procesar mediante
ordenadores.
Por ello, el geógrafo está actualmente más preocupado en la búsqueda
d~ principios y leyes generales de los fenómenos de la superficie terrestre,
mediante análisis del material recogido por otras personas, que en la reco-
pilación directa de esa información.
El contenido de la Geografía
Una ciencia ha de tener un campo de estudio y un conjunto de conceptos
específicos. La Geografía es una ciencia de síntesis. Unas ramas de la Geo-
-ciencias de la naturaleza y otras, como Geografía urbana, rural, de la po-
bhidón, etc., con las ciencias sociales.
J ·El trabajo del geógrafo entra en contacto con fenómenos estudiados por
otras ciencias. Algunos geógrafos señalan que el objeto de la Geografía es
compartido con otras disciplinas; pero la Geografía se diferencia de ellas
por la forma de tratarlos.
Otros, en cambio, creen que el objeto de la Geografía es exclusivo y
que sólo los geógrafos estudian la variación de los lugares sobre la super-
ficie terrestre, es decir, el enfoque geográfico esencial es la diferenciación
del contenido del espacio de la superficie terrestre y el análisis del espacio
dentro de la superficie de la Tierra.
En el diagrama propuesto ·por Fenneman (fig. 1.1) se ve el solapamiento
1 ' de la Geografía con el campo de otras ciencias. Cada zona de solapamiento
da lugar a una rama de la Geografía general.
El problema que suscita este diagrama es saber si la Geografía ocupa algo
más que las áreas de solapamiento. Es decir, si queda algo en el centro que
sea propiamente geográfico.
Por ejemplo, supongamos que abordamos el estudio de una región y lo
encargamos a un equipo de especialistas, científicos en cada uno de los
componentes de la región. De los componentes del medio natural se encar-
garían los geólogos, edafólogos, botánicos, meteorólogos, etc. De la acción
humana sobre el medio, el demógrafo, economista, sociólogo, etc. Este
enfoque analítico dejaría de lado un hecho esencial, la interacción de los
fenómenos; la región es la resultante de la convergencia y de la acción
combinada de los componentes bióticos y abióticos, así como de la acción
13
 ámbito más limitado que el de la Geografía. Los geógrafos económic~s par-
ten siempre de la distribución espacial de las diferentes formas de act1v1~ad
económica' e intentan explicar el por qué de esta distribución. El econom1sta
está, en general, menos interesado por la distribución espacial y más polari-
METEORO LOGIA
zado en los factores que determinan el desarrollo económico a gran escala.
El botánico y el biogeógrafo pueden preocuparse, a la vez, por el estudio
de la vegetación y su distribución. El botánico tiende a subrayar más la
distribución de las especies o grupos de especies, pero no repara en el estudio
GEOLOGIA BIOLOGIA de la vegetación como parte integrante de un paisaje, y su importancia con
respecto a la actividad económica de un grupo humano. Son detalles éstos,
esenciales para el geógrafo, que pasan casi desapercibidos al botánico, que
a veces se preocupa más por la aparición de una especie poco común que
por los árboles más frecuentes que son los que confieren una fisonomía ca-
racterística al paisaje.
En resumen, todos los fenómenos que tienen una distribución espacial
reconocible o pueden representarse en un mapa son fenómenos especial-
mente geográficos; sin embargo, alguno de estos fenómenos puede ser de
escasa significación. No resulta sencillo determinar a priori qué fenómenos
son o no significativos. Así, por ejemplo, un grupo humano con unos atri':"
SOCIO LOGIA
butos culturales determinados y unas concepciones del espacio y de su orga-
ECONOMIA
nización concreta puede ser anecdótico a escala de un país -por ejemplo,
los gitanos en España- y esencial en el estudio morfológico y estructural
de un suburbio en Madrid o Barcelona. Por lo tanto, ha de decidirse lo
significativo, geográficamente hablando, según las circunstancias de cada
caso.
HISTORIA
Por otra parte, y de un modo contrario a lo que afi~man algun~s geó-
grafos regionales, no siempre es necesario reparar en todos los fenomenos
de interés geográfico presentes en un territorio; es también legítimo tomar
sólo un fenómeno -por ejemplo, los asentamientos- e intentar generali-
zaciones válidas para explicar la forma de distribuirse los núcleos sobre un
territorio y· encontrar asociaciones entre el tipo de actividad económica
Fig. 1.1.--La Geografía según Fenneman. dominante y el tamaño de los asentamientos, o bien la relación densidad
de población-distancia media entre los núcleos de un tamaño de población
antrópica sobre los mismos. Esta síntesis se omitiría, lo que explica que definida. Por lo tanto, el número de ramas en Geografía general puede ser
muchos geógrafos deduzcan que el fundamento de la Geografía es el estudio enorme e, incluso, no coincidente con las propuestas por FENNEMAN (1919).
de la región, ya que en ella es donde se produce la interacción de múltiples De lo expuesto podemos deducir que no es necesario admitir la región
fenómenos. Es decir, se ve en la Geografía regional el objeto esencial de la como núcleo esencial de la Geografía, y considerar la Geografía general
disciplina y la garantía de unidad. como el área en donde se formulan las leyes que han de comprobarse em-
Sin embargo, son m'uchos también los que, sin despreciar el enfoque píricamente en la región. La síntesis puede h~cerse en diferentes ramas
regional, consideran que lo específico de la Geografía es el espacio y que, adscritas a la Geografía general; es decir, la síntesis geográfica puede tener
aunque otras ciencias, como, por ejemplo, la Botánica o la Economía estu- diferentes bases que las de la Geografía regional.
dian hechos relacionados con el espacio, siempre lo hacen dentro de mi Por consiguiente, dadas las diferentes concepciones existentes hoy. en
Geografía, no es de extrañar que su contenido y su campo hayan sido d1fe-
14
15
 renciados de manera distinta a lo largo del tiempo. Por supuesto que no
vamos a enumerar todas las divisiones que se han hecho; incluiremos sola-
mente aquellas que han sido más generales y que siguen teniendo una cierta
vigencia en el organigrama universitario actual.
A. CHOLLEY (1942) diferencia la Geografía regional como «una parte
esencial de-lá Geografía que reúne. los materiales que servirán para elaborar
las reglas de la Geografía general» (p. 26), y que «responde a la preocupa-
ción de elaborar el conocimiento racional de los medios terrestres, físicos,
humanos y biológicos» (p. 57).
Dentro de la Geografía general, se diferencia la Geografía física ge-
neral que estudia las combinaciones realizadas en la superficie del globo
por los factores físicos; busca fijar las leyes que regulan el juego de los
factores que entran en cada medio físico y permiten comprender la estructura
y su génesis. Por último, la Geografía física trata también de' los tipos de
combinaciones, los clasifica y determina. Dentro de la Geografía física ge-
'neral distingue la Morfología, la Climatología y la Hidrografía.
CHOLLEY piensa que el geógrafo ha de conocer la ciencia afín a cada
rama (Geología, J\tleteorología e Hidrología) y aplicar métodos especiales,
esto es, «una actitud, un estado de espíritu.,. que se puede denominar el
estado d'esprit géographique» (p. 63), consistente en ver detrás de cada <<he-
cho bruto» el agrupamiento, la combinación de la que forma parte, y añade
que la manera de lograr este esprit géographique es recurrir al solapamiento
de mapas (p. 64).
En el campo de la. Geografía humana general, que busca establecer el
conocimiento racional de los modos humanos considerados bajo el ángulo
de la ocupación del suelo y bajo el de la vida regional que han organizado,
diferencia una geografía demográfica y social y una geografía económica.
En resumen:
elemental (p.e·"·' afloramiento
f Región natural {
rocoso)
estructural (Pirineos)
climática (Desierto)
Histórica (Bretaña, Alsacia, etc.)
Región humana
( Geografía { Otros tipos
, regional
Dominio de formas
de actividad
Geografía Dominio de formas
de vida
Morfología
R. MINSHULL (1970) divide el campo de la Geografía física en el estu-
dio de la formación de las rocas, naturaleza y disposición; el estudio del
0
relieve, clima, suelo y vegetación (p. 23). En Geografía humana, distingue
Geografía social (hábitat y población), urbana, económica, social y cultural.
Una división muy generaliza~é:l en. Geografía humana ~s.lé! gue diferencia
su campo en tres partes: económkª, social y cultural.
Como puede apreciarse, son muchas lasdivisi()nesc··posibles, según sea
la concepción dominante. Recientemente P. (HAGG~Y~ (1979) propone una
clasificación que responde -según él- a una 'nueva forma de considerar
la Geografía como ciencia de síntesis. Haggett cree que su división está
más de acúerdo con los problemas y sistemas de análisis geográficos actua-
les. Esta división tiene el atractivo de combinar la división tradicional· con
una nueva problemática.
Los grandes grupos de temas definidos por Haggett son:
a) Análisis-:-~_s_2aq!al: Trata de las variaciones de la localización y dis-
tribuciÓ~ de un fenómeno o conjunto de fenómenos significativos.
Las preguntas que han de hacerse son: ¿qué factores influyen en
la distribución del fenómeno? ¿Puede modificarse esta distribución
a fin de que sea más eficaz o más justa?
b) Análisis ecológico: Trata de. estudiar las conexiones entre las varia-
bles humanas y las del medio natural. En este enfoque es preciso
determinar la unidad regional objeto de estudio.
e) Análisis regionales complejos: Combina los resultados del análisis
espacial y ecológico. Permite identificar unidades regionales, me-
di~mte una diferenciación espacial. Pueden observarse también líneas
y flujos entre regiones individuales.
Esta división, aunque no exenta de limitaciones, como puede verse en
el texto de Haggett, ofrece una nueva perspectiva y plantea de nuevo el
problema de la síntesis de Geografía que no todos los geógrafos admiten.
Hard, partiendo del diagrama de Fenneman (fig. 1.1) formula la si-
guiente pregunta: ¿Sólo son geógrafos auténticos los que sintetizan e inte-
gran todas las ramas de la· disciplina en su investigación? Si la respuesta
es afirmativa, Hard cree que son muy pocos los geógrafos auténticos. Hard
propone un nuevo esquema, utilizando para ello diversos diagramas de
Venn (fig. 1.2). En el primer caso, parece realista, pues el término de geó-
grafo puede aplicarse a los que se dedican a la Geomorfología (a), o a la

l
Física Climatología
Geografía
{ Hidrografía Morfología del paisaje (b), o a ambas (fig. 1.2, I). Si, como se dice, sólo la
general síntesis es el único objetivo del geógrafo, un auténtico geógrafo ha de estu-
Humana Demogr~fica y ~oc.ial diar la morfología del paisaje natural y cultural (fig. 1.2, II). Si consideramos
{ Geografia econom1ca

16 17

el enorme desarrollo temático de la geografía actual, el diagrama ha de
ampliarse desmesuradamente (fig. 1.2, III) para incluir la Climatología, Geo-
morfología, Biogeografía, geógrafos del comportamiento económico, etc. Por
ello, considerar sólo «verdaderos geógrafos» a los que intentan efectuar la
síntesis de todos los múltiples factores culturales y naturales es muy res-
trictivo y poco realista.
I n
.. m
a b a b
III IV
Fig. 1.2.-Diferentes concepciones de la Geografía
Por lo tanto podemos decir que, hoy, a juzgar por la producción geo-
rt
gráfica, no es posible admitir, como objeto esencial de estudio geográfico,
1
la gión. El núcleo básico de la Geografía es, como dice Ackerman, pensar
«ge, gráficamente», es decir, estructurar nuestras mentes filtrando los fenó-
men s" subrayando su distribución espacial y sus correlaciones múltiples.
Est~' actitud mental es el denominador común de los geógrafos. Son los
filtros, o las gafas con las que observamos la realidad, el signo distintivo de
nuestra profesión, y, aunque no es posible admitir que la síntesis totalizadora
ha de ser nuestro sello de geógrafos, hemos de pensar con HOLT-JENSEN
(1980, p. 146) que, en algunos campos ajenos a la investigación, se requiere
la síntesis; así, por ejemplo, en la enseñanza y en la planificación, porque
el objetivo es más el de simplificar la compleja realidad que el del rigor
estricto.
18
Definición de la Geografía
Ante este panorama sobre el contenido de la Geografía, proponemos
una definición ecléctica que recoge los cuatro campos objeto tradicional en
los estudios geográficos.
La Geografía es la ciencia que estudia las variaciones de las distribucio-
nes espaciales de los fenómenos de la superficie terrestre (abiótícos, bióticos
y culturales), así como las relaciones del medio natural con el hombre y de
la individualización y análisis de las regiones en la superficie de la Tierra.
Se trata de una definición amplia que recoge las «cuatro tradiciones de
la Geografía» (PATTISON, 1964) y se opone a la visión monística que algu-
nos geógrafos quieren imponer.
Subrayar una definición que ponga de manifiesto las cuatro tradiciones
en el quehacer geográfico supone dar una definición más fle]{:ible que las
propuestas por muchos geógrafos, que son manifiestamente parciales y
excluyentes.
Una definición tal y como la propuesta es realista con la investigación
geográfica y ayuda a mantener la unión entre la Geografía profesional y
la pedagogía, al mismo tiempo que favorece la comunicación de la produc-
ción geográfica al público ajeno a la Geografía.
No puede comprenderse la Geografía sin hacer referencia a estos cuatrp
enfoques que están y han estado siempre presentes en nuestra disciplina.
A) Tradición espacial
Ligada al pensamiento occidental, es el acto de separar los hechos de
la experiencia tales como la distancia, forma, dirección y posición. Sola-
mente. en el siglo xvn los filósofos consideraron si estos aspectos eran pro-
piedades de las cosas. Más tardr, Kant :incluyó todos estos aspectos en la
categoría espacial. Sin embargo}-~las preguntas de tipo espacial suscitaron
problemas e intentos de respuestas antes de abordarlas filosóficamente. La
localización de cosas fue una preocupación de los griegos: registrando dis-
tancias, lugares singulares, formando un material que recogería Ptolomeo
e_!! su Qt¿qgr.apb.ia en el siglo n d. J.C.
· Toda la Geografía institucionalizada concedió una gran importancia
a los aspectos espaciales y el mapa fue considerado como la herramienta
e incluso como el objeto mismo de la Geografía. Sin embargo, esta tradf.:
· ción espacial se consagra y generaliza con la Nueva Geografía, puesto que
~~ movimiento y la reducción del espacio a una geometría de líneas, puntos
y planos, era la forma más congruente con el método deductivo* y con la
"' Los asteriscos remiten al Glosario del final del ñbro donde se explican los tér-
minos correspondientes.
.19
 \
aplicación de modelos y J:cnicas estadísticas. Los trabajos de Edward. L. Ull-
man, Bunge y, más tar e, los libros de texto de tan gran influencia de
P. Haggett, Morrill y Ab er, Adams y Gould consagran y difunden la tradi-
cion espacial, incurriendo, según algunos geógrafos contrarios a la Nueva
Geografía en el «espacialismo».
Sin embargo, se participe o no del enfoque cuantitativo, los aspectos
geométricos del paisaje, el movimiento de bienes, hombres e ideas sobre
la superficie de la Tierra y la cartografía de los aspectos geométricos,
siguen siendo un tema importante en la Geografía. Es decir, es preciso
reconocer como geógrafo, el contenido de los mapas y la' geometría y el
movimiento de los fenómenos cartografiables.
B) Tradición regio11al
También este enfoque geográfico esencial arranca de la antigüedad, y
a él se dedicaron los geógrafos de aquella época. Destaca entre todos. EsTRA-
BÓN con sq monumental Geografía, dirigida a los estadistas de la Roma au- 1
gusta. Estrabón intenta describir de forma sistemática las características de
las áreas conocidas.
Este enfoque regional o corológico *, que el determinismo intentó barrer,
se impuso con el posibilismo * de la escuela vidaliana en Francia, con el
enfoque corográfico de Hettner y fue llevado a Estados Unidos por E. Hart-
shorne y practicado, aunque con una cierta originalidad, por C. Sauer y
sus discípulos.
Esta síntesis espacial, que fue básica en la producción geográfica, sigue
vigente, aunque con menor auge en la Geografía actual, y desempeña un
gran papel en la enseñanza y en la planificación.
Tradición ecológica
La preocupación por establecer las relaciones del hombre con el medio
fue muy fuerte en la antigüedad clásica. Son bien conocidos las aprecia-
ciones de HIPÓCRATES contenidas en su libro Sobre los Aires, Aguas y
Lugares. El darwinismo social* redujo el enfoque ecológico a una relación
simplista y causal que, en el campo de la Geografía, cristalizó en el deter-
minismo* exacerbado que redujo al hombre a mero sujeto pasivo, some-
tido implacablemente a las leyes del medio natural. Esta postura extrema
en la que se incurrió no ha de hacernos olvidar las magníficas aportaciones
de este enfoque y su contribución a los estudios regionales.
20
La tradición ciencia de la Tierra
La Geografía, considerada como ciencia que abarca el estudio del relieve,
la atmósfera, las aguas y aspectos de la biosfera, es constante en nuestra
disciplina y es la que le confiere en muchos casos el carácter de ciencia
puente entre las ciencias sociales y las ciencias de la Tierra. Es, sin duda
alguna, la tradición que tiene el enfoque más impreciso· y que tiende a
confundirse con las ciencias naturales afines, Por una parte tiene un objeto
de estudio concreto, y esto le confiere un gran valor, apreciado por otras
ciencias que acuden a ella, ya que la tradición espacial abstrae ciertos
aspectos de la realidad; la Geografía regional es un punto de vista globa-
lizado y sintético; el enfoque ecológico se apoya en relaciones, pero la
Geografía como ,ciencia de la Tierra se identifica con objetos concretos.
Es la tradición que se sigue ininterrumpidamente desde el mundo clásico,
pasando por Varenio, Humboldt y el momento actual.
Por último, hemos de decir que no conviene considerar estas tradicio-
nes como conjuntos disjuntos, sin ninguna relación. Ello es ajeno a la rea-
lidad y, así, por ejemplo, es suficiente analizar someramente una mono-
grafía regional y observar que a lo largo de sus capítulos existen conside-
raciones espaciales (redes, caminos, núcleos, áreas, etc.), ecológicas, relación
sutil entre la acción del hombre y medio y aspectos de ciencia de la Tierra:
estudio de los elementos sólidos, líquidos y gaseosos, en sus múltiples com-
binaciones, para formar un territorio organizado por una comunidad de
hombres.
Es decir, tomando las tradiciones geográficas como conjuntos con inter-
secciones, con solapamientos, podemos explicar claramente las diferentes
divisiones expuestas anteriormente.
Así, por ejemplo, la Geografía humana o cultural integra las tres pri-
meras tradiciones y las aplica al estudio de las sociedades humanas; la
Geografía física se identifica con la cuarta tradición, pero incorpora muchos
aspectos de la tradición espacial: formas, puntos, redes, así como las rela-
ciones del enfoque ecológico. Por lo tanto, la definición propuesta., que
incluye las cuatro tradiciones consideradas, asegura la unidad interna y hace
inteligible la producción geográfica actual.
En resumen, la Geografía ha variado en su contenido y enfoque a lo
largo del tiempo; sin embargo, apreciamos una tendencia general a reducir
su objeto de estudio que era desmesurado hasta el siglo xrx. Luego se fue
centrando cada vez más, y a ello contribuyó la institucionalización de la
Geografíal en la Universidad y la incorporación como disciplina en la ense,.
ñanza primaria y media. Sus enfoques han sido múltiples y cambiantes a lo
largo del tiempo, y en algunas épocas ha habidQ tendencias más o menos
generalizadas, pero nunca dominantes de un modo absoluto.
21
 ''A pesar de todos estos rasgos comunes del geógrafo, es preciso reconocer
)que la disciplina llamada Geografía, a un nivel de investigación, es un
conjunto de saberes plurales con escasa conexión, pudiendo hablar ya, como
de hecho ocurre con otras ciencias naturales y sociales, de Ciencias Geo- ·y sistematización
gráficas (FLORISTÁN, A., 1959). Es decir, de la misma manera que se conoce
por el nombre de geólogo al que se dedica a geodinámica externa, cristalo- Geografía
grafía, prospecciones petrolíferas, sedimentología, etc., o economista, al pro-
fesional dedicado al estudio de modelos micro o macroeconométricos, des-
arrollo regional, prospección de mercados, estructura económica, etc., tam-
bién es posible, sin que ello suponga una evolución negativa, ni merma de
interés, que se conozca como geógrafo al que se dedique al estudio de los
fenómenos kársticos, distribuciones de suelos, procesos periglaciares, orga-
nización espacial, estudio de los asentamientos, teoría de la localización
industrial, etc., por citar unos cuantos campos de la muy variada producción
geográfica actual. Esta evolución es positiva y hace que nuestra ciencia se
haga una disciplina más orientada hacia el exterior, es decir, a establecer
El siglo XIX va a ser decisivo para comprender el pensamiento geográ-
contactos con otras ciencias, pudiendo precisamente aparecer en e~tas zonas
fico actual, porque en este siglo ocurre un hecho esencial, que va a hacer
periféricas «de nadie» los temas más interesantes. Ello es relativamente
de la Geografía una disciplina con unos contenidos, una comunidad de
reciente, puesto que como veremos más adelante, la Geografía se desarrolló
científicos profesionalizados y urias pautas de investigación que vienen de-
durante varios decenios encerrada en sí misma, buscando su identidad,
terminados no tanto, como tradicionalmente se admite, por el desarrollo
justificándose y la.mentándose de un escaso reconocimiento por parte de
acumulativo y lineal del conocimiento geográfico, sino por la ~1:PS2!'1ld9n_
otras disciplinas, porque su producdó,n era la de formar docentes para en-
de la Geografía como disciplina en la Universidad, la escuela primaria Y
señar Geografía.
el bachillerato.
La Geografía en el momento actual no puede tratarse sólo a un nivel
En efecto la Geografía conoce en la segunda mitad del siglo XIX un
de investigación. Cumple otros objetivos nada despreciables. A determi-
período de c~isis y no goza de gran estima por parte de otra~s. ciencias.
nados niveles, en lo que una visión global y sintética es objetivo prioritario,
Conviene señalar que a esta situación se llega porque su tematlca s~ v~
como puede ser en el campo de la enseñanza, en donde se requiere dar
continuamente reducida a lo largo de los siglos XVIII y XIX por nuevas disci-
interpretaciones provisionales globales sobre el mundo. La síntesis global
plinas independientes segregadas de la Geografía (Astr?nomía, Geología,
concebida al estilo vidaliano está justificada y es de un gran valor. Asimismo,
Cartografía, Meteorología Botánica, etc.), y ésta se convierte en una mera
el geógrafo con un esprit géographique, es decir, con su tendencia a subrayar
descripción de países,. poco sugerente y atractiva para los científicos.
las complejas combinaciones y a construir síntesis globales, puede jugar un
Es decir, no puede afirmarse que la Geografía se abrió paso en la U~i­
gran papel en el campo de la ordenación territorial, en donde_, para tomar
versidad por el prestigio y reconocimiento de sus cultivadores. Horac10
las decisiones y a la hora de emitir recomendaciones,, se requiere integrar
CAPEL ( 1981) demuestra satisfactoriamente que la Geografía en el siglo XIX,
estudios analíticos muy minuciosos en una síntesis global simple.
antes y después de los considerados por todos los historiadores de la Geo-
En los capítulos siguientes presentamos el desarrollo del conocimien-
to geográfico desde el momento de su institucionalización. Antecede una grafía como, «los padres de la moderna GeografÍa», !!,:t~?.el_~L Y !3-:~!~~t:~­
no gozaba de gran prestigio entre los científicos, y sus contemdos se consi-
larga etapa en la que se van a acopiar los datos básicos sobre los lu-
deraban muchas veces ajenos al campo de la ciencia. Por lo tanto no ha de
gares de la superficie terrestre, que serán objeto. de estudios sistemáticos
verse como un desarrollo continuo que desembocó, en virtud del legado de
durante el siglo XIX, y especialmente después de la institucionalización de
la Geografía. los geógrafos anteriores, en una disciplina académica y univer~itari~. ~a
realidad es, que justo"cuando la Geografía adquiere el rango umversltano,
este status va precedido de una evolución negativa, al perder gran parte
de los contenidos que tradicionalmente se consideraron geográficos, Y que

23
22
\
su producción en el siglo XIX no se valoraba excesivamente en el campo de esta concepc10n unitaria del mundo, Humboldt busca una ciencia integra-
la ciencia, por ser descriptiva y de escaso poder explicativo. dora que le permita demostrar de un modo experimental a través del mundo
El pensamiento geográfico a finales del siglo XIX y comienzos del XX observable la «armonía de la ·naturaleza».
ha de verse como la resultante de una serie de factores interactivos entre Rompe con la concepción del mundo tal y como. lo concebían las cien-
los que cabe señalar la influencia de los sistemas filosóficos y de los enfo- cias de la Naturaleza, convertidas en méras taxonomí~, destacando el ca-
ques científicos dominantes, así como por los intereses de la comunidad !:~~lcr. ~Y-º1YtivQ~~~c!~~ lº_S. J~nómenos y las relaciones que los unen en un es-
de científicos que optan por una temátíca y por una concepción de acuerdo pacio determinado./ Es decir, intenta buscar dentro del caos aparente de
con lo que consideran más beneficioso para el prestigio y valoración social, fenómenos inconexos, una armonía procedente de las relaciones de elemen-
así como lo que garantiza la reproducción y ampliación de la comunidad tos diversos.
de geógrafos. El objeto del Cosmos es el estudio de los fenómenos en su distribución
espacial y en sus con~xiones de interdependencia. Humboldt no puede con-
siderarse sólo geógrafo; su aportación es muy notable también en el campo
LOS MODELADORES DE LA M:ODERNA GEOGRAFIA: de la fFmatología, Oceanografía, Cartografía, Vulcanología, y, por ello,
ALEJANDRO DE HUMBOLDT CARL RITTER p\lede considerarse con igual propiedad padre y fundador de otras muchas
disciplinas.
1. Su método era empírico e inductivo *; acopiaba datos rigurosamente
medidos; luego localizaba y comparaba. El estudio sobre la vegetación de
Alejandro de HUMBOLDT (1 769-1859) y Carl RITTER (1779-1859) se los Llanos, comparándola con formaciones vegetales semejantes en la Pampa,
consideran como los padres de la Geografía moderna. Si Kant proporcionó las estepas rusas, la sabana tropical, etc., es un magnífico ejemplo del mé-
la_ base filosófica a la Geografía. estos dos geógrafos desarrollaron el tema todo desarrollado. Es decir, no buscaba la descripción de lo individual, de
como una rama independiente del conocimiento. Ambos tenían puntos co- lo único, sino esencialmente los hechos generales. Considera que el2~ii~je
munes en la crítica de la contc.mporánea por considerarla des- es el resultado de interconexiones de fenómenos y observa los cambios
criptiva y caótica . Ritter se consideraba discípulo de Humboldt y éste habla
de Ritter como de un viejo amigo. f climáticos y de vegetación conforme se iba ganañdo en altura, y los térmi-
nos de tierras calientes, templadas y frías son recogidos por Humboldt en
Sin embargo, por formación y su:) concepciones difieren México para apoyar su teoría.
en muchos puntos. En tiene una formación natu- Su estudio de México es una obra importante en la Geografía regional
ralista. Estudia Ingeniería las clases ele geología con incorporando la documentación estadística oficial del censo de población,
·vverner, tiene una . gran Hsica y filosófica. Puede si bien Cape! asegura que el Ensayo político sobre el Reino de Nueva Es-
decirse que está al día en e1 la época como lo acredita paña es una obra de economía política, pues trata los mismos temas y con
su correspondencia con con científicos tales como una disposición análoga al de la Historia de la Economía del Aragón de
Gay-Lussac, Laplace, Conoce personal- Ignacio Asso (CAPEL, 1981, pp. 24-25).
mente a Goethe y Schiller, que; "''P'~'1 '"',.."''..-' sobre su pen- Finalmente, en el Cosmos, Humboldt intentó materializar su objetivo
samiento. Su gran fortuna le de exploración; en intelectual, sentar las bases de una ciencia integradora que estudiase las
1797 desembarcó en La Coruña y solicitó rey para visitar las relaciones entre los fenómenos de la vida y del mundo inorgánico. El Cos-
colonias, acompañado ·botánico francés Recorrió Los Lla- mos sería, pues, un ensayo de un científico romántico, de formación enci-
nos de Venezuela, el clopédica, que intenta por última vez interpretar reflexivamente la Natura-
y se im;tala en París leza, no sobre la base de la especulación, sino apoyándose en datos y obser-
le conc·edió al puesto realizó un nuevo vaciones recogidas sobre el terreno, y ello explica, como señala DE MAR-
viaje a Siberia y, a partir de TONNE en su Traité de Géographie Physique, que
Humboldt conocia !as ideas Sch:lller y Goethe, y
su objetivo esencial es a la que con- {<cualquier fenómeno que estudiaba, relieve, temperatura, vegetación,
sideraba como un todo interde- no lo trataba individualmente como un geólogo, meteorólogo o botánico,
pendientes. La mten1er:,ende'nC1.a Dada sino que iba más allá y pronto dirigía su observación a otros fenómenos.

24 25
 Buscaba las causas y las consecuencias, incluyendo los hechos políticos e
históricos».
Aunque sus aportaciones fueron esenciales para la Geografía, sin em-
bargo su obra excede ampliamente esta disciplina y su objetivo esencial no
era construir una geografía más científica, sino buscar una ciencia nueva
que permitiese reconocer e interpretar la unidad de la Naturalez;ª. Esta
ciencia nueva integraría, entre otras, a la Geografía. Por lo tanto, Humboldt
es más bien un filósofo de la Naturaleza, el último gran sintetizador del
saber científico de una época. El Cosmos. Ensayo d? _u,na descripción física
del mundo no es una obra geográfica, y su identificación con la Geografía
hizo que ésta continuase siendo en muchos casos enciclopédica y asistemática
(SCHAEFER, 1957).
de ) en los hechos.
Este autor, que va a ejercer una gran influencia en la Geografía, tiene
una formación predominantemente histórica y filosófica, aunque también
en la Universidad del Ha11 cursó estudios en ciencias naturales y matemá-
ticas. Pero Ritter fue ante tod0-- un profesor,' primero como tutor de los
hijos de un financiero de Frankfurt y más tarde ocupando la cátedra de
Geografía en Berlín.
En Ritter ejercen gran influencia Rousseau y el pedagogo Pestalozzi.
De este último recoge un método e intenta incorporarlo a la geografía. De
ahí la importancia que concede a las formas espaciales, a reconstruir la
unidad del todo partiendo de la observación, desde lo simple a lo complejo
(la escuela, el patio, la localidad, el país, el mundo). En su obra existe una
preocupación pedagógica para hacer de la Geografía una disciplina que
pudiera incorporarse' al currículum de la Universidad. ·
Científicamente su objetivo es estudiar las relaciones entre la superficie_
terrestre y la actividad humana. Stl. enfoque es antropocéntrico y la Tierra
se considera como el teatro en el que se desarrolla la actividad del hombre
en su caminar hacia Dios. La Geografía estudia ]a Tierra y sus característi-
cas, las fenómenos y sus relaciones, como una unidad independiente, y
muestra Ia conexión de este todo unificado con el hombre y su Creador.
En su Erdkunde) la concepción es humanista e intenta integrar el marco
natural con la actividad del hombre. CAPEL (1981, p. 45) precisa que su
visión, al subrayar los lazos «marco físico y hombre» contribuyó a la exal-
tación del «espíritu nacional», ya que favoreda el conocimiento de la his-
toria y del solar patrio. Y no olvidemos que el subtítulo del Erdkunde era:
La Geografía de acuerdo con la Naturaleza y la Historia del hombre, o
Geografía General comparada, como fundamento seguro para el estudi'o y
26
conocimiento de las ciencias físicas e históricas. (21 volúmenes, publicados
entre 1833 y 1839.)
En la obra de Ritter vuelven a subrayarse los conceptos encontrados en
Humboldt (relaciones); sin embargo, Ritter destaca esencialmente el papel
del hombre y la importancia de. la Geografía para el conocimiento de la
Historia y de ésta para el de aquéllél.-
El' carácter teleológico* y las consecuencias precipitadas que deduce
de las formas del territorio, le lleva a deducciones * deterministas, aunque
su determinismo* es atenuado, pues reconoce que los cambios tecnológicos,
especialmente los de los transportes, pueden modificar las relaciones 'espa-
ciales en un momento determinado.
Los rasgos metodológicos más destacados son:
Valoración de los datos de observación sobre las «conjeturas» o
hipótesis. Llega a afirmar que el objetivo está no en teorizar, sino
Ahora bien, su objetivo no es una simple recopilación, sino modelar
los datos observados a través de un principio de organización que
era el subrayar la relación del hombre y el medio y descubrir la
unidad subyacente dentro de la multiformidad.
Señala que si bien los fenómenos están relacionados por leyes, éstas
sólo aparecen cuando todos los hechos y relaciones han sido obser-
vados en todas las partes de la Tierra. Es preciso pedir a la Tierra
sus leyes, pero huyendo de teorizaciones apresuradas.
Preocupación por ligar el todo a una finalidad y descubrir unidades
básicas en ese todo: Continentes, configurados de la misma manera:
núcleo central constituido por un altiplano; alineaciones montañosas
que adoptan diversas formas; tierras bajas y tierras de transición.
Además, estas grandes unidades (c()ntinentes) estaban constituidas
por pequeñas unidades, como dovelas que es preciso analizar para
llegar a generalizaciones inductivas.
- Tanto en las grandes unidades como en las pequeñas, el esquema
propuesto para su estudio era: relieve, clima, producciones, pobla-
ción y una síntesis general.
En suma, Ritter organiza pedagógicamente los conceptos contenidos en
la obra de Humboldt, si bien intentó subrayar el valor formativo de la
Geografía al relacionarla con la Historia y con la actividad humana. Por
otra parte, su preocupación por las formas espaciales supone un claro ante-
cedente del enfoque corológico *,recogido más tarde por:E:I~1!11~tY Jlartslwr~-:
ne. Por último, su visión teleológica * tuvo un efecto de revulsivo, en la
época inmediatamente~ posterior, ya que el positivismo y el enfoque evo-
27
lucionista consideró esta postura como metafísica y, por lo tanto, ajena a
la ciencia, condenando en bloque el legado de Ritter.
El legado de Humboldt y Ritter constituye, en cuanto a aportación geo-
gráfica, la llamada «etapa clásica». Ellos· propugnan un ~istema de orga-
nizar el conocimiento geográfico que comporta acopio de material y un
intento de dar coherencia a este material sometiéndolo a relaciones de
causa-efecto. Por otra parte, ambos propugnan un método único para la
ciencia y un único objetivo: forJ!ll!léltl_~y~~~·

l. Creación de cátedras de Geografía

1 en las Universidades europeas
A pesar del avance que 'supone la obra de Humboldt y Ritter, desde
1859 a 1870, la Geografía sufre un cierto retroceso. En efecto, durante
el siglo XIX se sigue completando el mapa del mundo al impulsarse las
exploraciones sistemáticas en Africa: cuencas del Níger, Nilo, Zambeze,
Africa Austral (1850-1873), Sáhara (1850-1900) y Cubeta del Congo; el
interior de Asia (Mongolia, Tibet, Pamir), Australia y América Latina. Y de
la misma manera se impulsan las exploraciones en los océanos Artico y .
Antártico, si bien aquí no se concluye hasta 1957 (Año Geofísicq):nterna:
cional). Al mismo tiempo, la Cartografía y la Estadística pasan predomi-
nantemente a manos de los Estados, pudiendo decirse que un objetivo tra-
dicional del geógrafo, como era la localización cartográfica de los· lugares
y la recogida de información sobre los mismos, se le escapa y ha de buscar
métodos de análisis para explicar los fenómenos espaciales.
A finales del siglo asistimos a una crisis científica de la Geografía, y,
paradójícamente, es cuando ésta cobra una fuerza extraordinaria si la me-
dimos .por su producción y por el número de sus cultivadores. Esto se debe
esencialmente a que la Geografía se_institucionaliza, lo que hace surgir una
comunidad de geógrafos, muy diferentes a los cultivadores de la Geografía
en épocas anteriores.
Para CAPEL (1981, p. 38), los factores que llevan a la institucionaliza-
ción de la comunidad de geóg.rafos se rela,cionan estrechamente con la pre-
sencia de la Geografía en la enseñanza primaria y media en el momento
en que se amplía a un buen ritmo la tasa de escolárización en los países
de Europa Occidental; es precisamente la necesidad del formar profesores

28 29
de Geografía en las enseñanzas primaria y de bachillerato el factor esencial A título de ejemplo, incluimos la relación de catedráticos titulares de Geografía
que llevó a la institucionalización de la Geografía en la Universidad y a la de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense (1822-1948).
aparición de la comunidad científica de geógrafos, tal y como se da en la
actualidad. CATEDRATICOS FE-
TITULACION FORMACION
La aparición de esta comunidad científica contó con el apoyo de los DE GEOGRAFIA CHA
gobiernos y de las sociedades geográficas, pero encontraba una fuerte opo-
sición en los científicos procedentes de otros campos, (geólogos, botánicos, Caballero y Margáez, 1822 Geografía y Cronología Derecho
historiadores y sociólogos, principalmente). En la lucha entablada por el Fermín
reconocimiento de la disciplina geográfica, los geógrafos se esfuerzan tenaz- Novena, Eduardo 1842 Astronomía Física Matemático
mente en demostrar la importancia e identidlad de esta disciplina, definiendo
Pérez Verdú, Manuel 1842 Geografía Astronómica Matemático
su campo, y sus límites con respecto a otras ciencias (CHOLLEY, 1947; LE
LANNOU, 1949) naturales y sociales. Rico y Sinobas, Manuel 1850 Astronomía Física Médico y Físico
Esta tesis de H. Capel explica la aparente paradoja entre el vigoroso Vega, Fausto de la 1850 Geografía Física y Polí- Filosofía y Letras
crecimiento de la Geografía y el escaso reconocimiento por parte de otros tic a
científicos. Aguilar y Vela, Antonio 1856 Geografía Astronómica Matemático
En todos los países, tras la muerte de Humboldt y Ritter, se constató Valle y Cárdenas,
una crisis aguda. En Alemania, KRETSCHMMER (1930) habla de un período Miguel M.a del 1864 Geografía Histórica Derecho y Filosofía y
de atonía y parálisis y lo mismo señalan HETTNER (1898), HARTSHORNE Letras
(1959) y más tarde P. CLAVAL (1974). En el caso de Francia, la Geografía García Romero, Miguel 1893 Geografía Política y Des- Derecho y Filosofía y
conoció una crisis profunda en los primeros 75 años del siglo XIX. La Geo- ctiptiva Letras
grafía se considera como ciencia descriptiva, mero auxiliar de la Historia. Bullón y Fernández,
El oy 1907 Geografía Política y Des- Derecho y Filosofía y
No se olvide que _Le Tableau de la France (1907) fue el primer tomo de criptiva Letras
la Historia de Francia, dirigida por Lavisse. Existían pocas cátedras de
Melón y Ruiz de Gor-
Geografía, y todas ellas ocupadas por historiadores, como por ejemplo en dejuela, Amando 1948 Geografía Política y Des- Derecho y Filosofía y
la Sorbona desde 1809. Una situación- similar se da en el Reino Unido, criptiva Letras
donde la Geografía llevó una vida lánguida, y a pesar de existir cátedras,
éstas permanecían sin titularidad, lo mismo que en Italia y Rusia (CAPEL, Fuente: PARRA GARRIGtJEs, Pilar, Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la
1981, pp. 39-47). . Universidad de Madrid, Madrid, 1956.
En el caso de España, carecemos de un estudio en profundidad sobre el
estado de la Geografía en el siglo xrx; sin embargo, a juzgar por los titulares
de las cátedras de Geografía de la Universidad de Madrid, adscrita a la • El método de enseñanza cambió inspirándose en Enrico PESTALOZZI
Facultad de Filosofía y Letras, cabe pensar en una disciplina auxiliar, con (1746-1827), al que ya nos referimos al hablar de Ritter, y se con-
un campo poco definido, y que fue practicada por matemáticos y especial- cedió a la Geografía una gran importancia en el esquema educativo
mente por historiadores. (Ver cuadro en la página siguiente.) elemental y medio.
• Otro factor importante que justifica la permanencia y reforzamiento
En resumen, la situación sería así: de la Geografía en las enseñanzas, a pesar de los intentos acapara-
dores de otras ciencias naturales y físicas, fue el nacionalismo eu-:
Presencia de la Geografía como disciplina en las enseñanzas pri- ropeo )igctdo al.rmn~rr~i.cisl_I!~,__ al descontento del campesinado, a la
marías y medias a mediados del siglo XIX, en un momento de rápida aparioión de una clase media, así como al interés de la burguesía
expansión escolar. No hay que olvidar que, en 1850, la mitad de la de unificar el país derribando los restos del antiguo régimen.
población adulta en Europa era analfabeta, y cien años más tarde
sólo el 6 por 100 (CIPOLLA, 1969). Presencia también en la Uni- CAPEL (1981, p. 52) piensa que para el sentimiento nacional, la idea
versidad. de p~tria, el conocimiento de la historia y geogr,fía del país era un elemento

30 31
 Creación de Sociedades Geográficas
esencial, lo que explica según este autor la inclusión de la ~eografía Y la
Historia en los programas patrocinados por el Estado, es decir, para trans- NUMERO DE
mitir la ideología nacional. PERIODO SOCIEDADES
FUNDADAS
Por lo tanto, la Geografía durante la segunda mitad del siglo xrx, se
desarrolló como una ciencia al servicio de los intereses del Gobierno Y de 1820-1859 14
la burguesía nacionalista europea que otorgó generoso apoyo a través de 1860-1869 6
los Ministerios de Instrucción Pública a esta geografía. Naturalmente, en 1870-1879 34
1880-1889 28
este contexto queda claro el porqué se difunde un conjunto de sabe~es como 1890-1899 10
«auténticamente» geográficos, es decir, los que concuerdan con los mtereses 1900-1909 . . . 11
1910-1919 . .. 10
nacionalistas de los Gobiernos y de la burguesía, y se excluyen Y se silen- 1920-1929 ... 30
cian, por parte de la geografía oficial (escuela, instituto y facultad), los 1930-1940 2
enfoques no concordantes con esta ideología, como veremos al tratar la Total ... ... ... ... ... ... ... 145
obra de los geógrafos anarquistas Pedro Kropotkin y Elíseo Réclus.
Asimismo, a la Geografía se le asigna otro papel: el de difundir el co~o­ Fuente: GAVIRA, J., Boletín Real Sociedad Geográfica, nú-
cimiento de las colonias presentándolas como prolongaciones de la patna, mero 22, 1948.
a fin de favorecer e impulsar la emigración y la colonización de Africa,
Oceanía y América. A partir de 1870 el incremento es notable, lo mismo que el número de
asociados, pues }{reeman señala que, en 1885, había 94 sociedades con un
total de 50.000 miembros; Europa disponía de 80 (26 en Francia y 34 re-
1Las Sociedades Geografía vistas; y 24 en Alemania con 9.500 miembros y 28 revistas). A partir de
1910, el ritmo de crecimiento procede predominantemente de países extra-
europeos.
En el proceso de introducir ampliamente la Geografía en la Universidad Este desárrollo de las Sociedades Geográficas en los últimos decenios
juegan un gran papel las Sociedades Geográfic~s, lo que su?~aya má~ aún del ,siglo XIX está ligado al colonialismo europeo. En este sentido, la Geo-
el papel de esta disciplina como instrumento de la clase d1ngente, ligado grafía participó, junto con otras ciencias, de la empresa imperialista, recibien-
en este caso al expansionismo colonial europeo.
Las Sociedades Geográficas son difíciles de definir por ser muy he.te-
do a cuenta medios· y apoyos estatales; pero, sobre todo, las Sociedades
presionaron en los gobiernos para que la Geografía estuviese mejor repre-
rogéneas en carácter desde su fundación y por tomar rumbos n:uy dife- sentada en la Universidad. El hecho de esta constatación no puede hacernos
rentes a lo largo de más de siglo y medio en que aparece la pnmera en rechazar las importantes aportaciones de estas sociedades en el conocimiento
París, en 1821. Sin embargo, estas instituciones aparecen vinculadas al co- geográfico: exploraciones, avances cartográficos, instalación de observatorios
.lonialismo europeo y muchas de ellas son organismos que gozaron de ayudas meteorológicos, etc. Por otra parte, se organizaban conferencias y otorgaban
económicas de los gobiernos de los países (FREEMAN, 1961, pp. 49-50). La premios como recompensas a la exploración y a la investigación geográfica,
Société Géographique de Paris perduró hasta mediados del siglo XIX; fue sin olvidar que to~a la labor científica, exploradora y propagandística se
seguida por la de Berlín (1828) y por la Real Sociedad Geográfica de Lon- difundía a través de las r~vistas y boletines que publicaban las propias
dres (1830). Otras sociedades pioneras fueron la lvlexicana (1833), la de sociedades.
Frankfurt (18.36), el Instituto Histórico e Geografico do Brasil (1838), la Sin duda alguna, no todas las Sociedades Geográficas desempeñaron el
Sociedad Geográfica Rusa (1845) y la Sociedad Geográfica Naci~nal de mismo papel y disponían de los mismos medios; por ello sería preciso di-
América (1852). A pesar de su pronta aparición, el número de sociedades ferenciar, por ejemplo la Royal Geographical Society, que tenía, en 1878,
creció lentamente desde el origen (1821) a 1865, fecha en la que se contaban 3.334 miempros, o la Sociedad Geográfica de Berlín, con numerosas publi-
dieciséis en todo el mundo. caciones y 'una intensa actividad ligada al colonialismo, y luego un gran
La evolución de las Sociedades Geográficas fue lenta entre 1821 Y 1860, número de pequeñas sociedades con menos de 500 socios, cuyas actuaciones
pues sólo se fundaron catorce sociedades. Desde esta última fecha), e.l cre- eran menores. En esta última línea se inserta la Real Sociedad Geográfica
cimiento es mucho mayor y su ritmo puede seguirse en el cuadro adJunto.
33
32
de Madrid, fundada en 1876, con un marcado carácter colonial y cuyos
antecedentes están en la Sociedad Española de, Africanistas y Colonistas,
llamada luego Sociedad de Geografía Comercial, muy ligada a los regenera-
cionistas (Francisco Coello fue presidente y Joaquín Costa fue director de
Exploraciones). La Real Sociedad Geográfica publica'un Boletín desde 1875,
ininterrumpidamente hasta nuestros días, si bien alternando la periodicidad
a lo largo del tiempo.
En resumen, las Sociedades Geográficas prosperan conforme .Europa
realiza su política colonial, y es a partir de 1880, en pleno auge colonia-
lista, cuando aumenta el número de sociedades y se incrementa el número
de revistas. Recordemos que en el Congreso de Berlín se produce el reparto
del mundo entre las grandes potencias. Por otra parte, las Sociedades Geo-
gráficas propagan y desarrollan el conocimiento geográfico (conferencias,
libros, revistas y exploraciones) y, al estar buena parte de las mismas vincu-
ladas a los políticos del momento, se ejerce desde ellas una presión para
aumentar la presencia de la Geografía en la Universidad y, en general, ,en
la enseñanza, a pesar de la hostilidad de otros cultivadores de la ciencia,
el reconocimiento científico oficial de la Geografía.
3. Congresos Geográficos y Nacionales
Un último aspecto que ayuda a comprender la evolución del pensamiento
geográfico es el análisis de aquellos Il,1edios de que disponen los investiga-
dores para discutir las aportaciones me~odológícas y de todo tipo en la
ciencia. La (}~pgrafía, ya hemos visto que, con su presencia en la Up.iver-
sidad, con" el aug·e de las Sociedades Geográfkas, había creado una comu-
nidad-relativamente numerosa' de profesionales y personas aficionadas· a la
disciplina. Al igual que en otras ··ciencias, en el siglo XIX se eristalizan los
instrunierltos que canalizan la difusión de los trabajos y de la investigación,
así como el intercambio de ideas e incluso la cooperación internacional en
una disciplina.
Hasta cierto punto, la vitalidad de una disciplina puede medirse por
el desarrollo de estos instrumentos de participación: Congresos Geográfi-
cos Nacionales e Internacionales y revistas especializadas. Este tipo de
organizaciones sirve para unificar la ciencia y, al mismo tiempo, son lugares
que permiten la promoción y el prestigio profesionales.
A lo largo del siglo XIX, todas las disciplinas organizan encuentros y
se crean organizaciones que garanticen el desarrollo de la ciencia y de sus
cultivadores. Se produce un movimiento asociativo cada vez más especia-
lizado, primero a nivel nacional y_, luego, internacional. La celebración de
congresos internacionales de disciplinas científicas se inició a mediados del
siglo XIX con la Estadística, Química, Botánica, etc,
34
En lo que se refiere a la Geografía, la idea de celebrar un Congreso
Internacional procede de Ch. Ruelens con el propósit(): de~xendir un ho-
menaje en Amberes y Rupelmagd~_a, Ortelius y a Mercator.)En 1871 se
reunieron con este fin 300 personas, y allí se acordó celebrar periódica-
mente congresos internacionales. (CAPEL, p. 211.)
Los Congresos Internacionales celebrados en el siglo XIX fueron: Pa-
rís (~875), Venecia (1881), París (1889), Berna (1891), Londres (1895) y
Berlín (1899). El número de participantes osciló entre 556 (Berna) y 1529
(Londres), y el número de países representados pasó de 20, en el primero,
a 43 en el de Londres.
Desde su nacimiento, los congresos se estruGturan en sesiones de tra-
bajo divididas temáticamente· y acompañadas de exposiciones, excursiones,
etcétera. Las secciones reflejan el desarrollo de la Geografía; así, por ejem-
plo, en los primeros se incluye «Geografía matemática», «Geografía marí-
tima», «Geografía física»_, «Exploraciones y viajes», «Geografía .económica
y estadística», «Antropología», «Etnología y lingüística», «Geografía histó-
rica e historia de la Geografía» y «Enseñanza y difusión de la Geografía».
Esta heterogeneidad temática es reflejo de la diversidad de pro'fesionales
participantes en tales congresos: . viajeros, militares, meteorólogos, cartó-
gráfos, periodistas, exploradores, etc. En el primer momento apenas asisten
profesores de Geografía, .y son los políticos. y militares los mejores repre-
sentantes. Sin embargo, en el último decenio del siglo XIX, la presencia de
profesores de Geografía es cada vez más numerosa, llegando a constituir
el 85 :por 100 de los participantes en el XX Congreso Geográfico Interna-
cional celebrado en Londres en 1964.
En todosJos Congresos se emitían acuerdos oficiales en los que se indi- 1
caban los temas de interés geográfico o las líneas preferentes de investiga-
ción y se tomaba la resolución de difundir la Geografía y destacar la impor-
tancia de los conocimientos geográficos y de ahí su conveniencia de incluirla
en la enseñanza y de multiplicar las cátedras universitarias. En este sentido,
Jos congresos eran instrumentos que favorecían el desarrollo y consolida-
ción oficial de la disciplina como ciencia.
El ·problema de coordinar y relacionar las sociedades geográficas de
distintos países hizo necesario que se crease una comisión permanente en-
cargada de esos cometidos. Y así, en 1922, fue creada la Unión Geográfica
Internacional en donde están representados los estados miembros y está
dirigida por ·un Comité Ejecutivo y un Secretario General, funcionando una
serie de Comisiones, variable en número y en nombre a lo largo del tiempo
y unos grupos de trabajo que, tras un cierto período de funcionamiento,
suelen transformarse en Comisiones.
La Unión Geográfica Internacional se estructura para el período 1980-
1984 en las siguientes comisiones y grupos de trabajo:
35
 A lo largo del tiempo cabe señalar el predominio inicial de los temas
COMISIONES Y PRESIDENTES
físicos sobre los humanos, aunque en los últimos veinte años se produjo
1. Educación geográfica . . . . . . . . . . . . . . . . .. Prof. Dr. J. P. Stoltman (EE.UU.) una clara inversión y una fuerte influencia. del enfoque «cuantitativo» que
2. Percepción y proceso de datos geogtá- se inicia en el Congreso de Estocolmo y sigue figurando con cierto auge
ficos ................................ . Prof. Dr. D. F. Marble (EE.UU.) en el último celebrado en 1980 en Tokio.
3. Problemas ambientales . . . . . . . . . . . . . .. Ac. Dr. I.P. Gerasimov (U.R.S.S.)
4. Experimentos de campo en Geomorfo-
logía ...... · ... ... . .. ... . ....... . Prof. Dr. O. Slaymaker (Canadá)
5. Geoecología de montaña .............. .. Prof. Dr. B. Messerli (Suiza) geográficas
6. Geografía de la población ........... . Prof. Dr. J. l. Clarke (G.B.)
7. Sistemas de asentamientos nacionales ~rof. Dr. Dziewonski (Polonia) Las revistas científicas son un buen exponente del dinamismo 9e una
8. Desarrollo rural . . . . . . .. . . . . .. . . .. · Prof Dr. G. Enyedi (Hungría) disciplina. D~B· -~-toddart, utilizando las ideas de lrlc~, indica que las re-
9. Medio ambiente litoral ........... . Prof. Dr. E. C. F. Bird (Australia) vistas científicas ·aumentan exponencialmente y se~--debfan en- número· cada
10. Sistemas industriales .............. . Dr. F. E. l. Hamilton (G.B.) quince años. En el caso de la Geografía y utilizando el inventario de
11. Sistemas políticos regionales . . . . .. .. . . .. Dr. R. P. Misra Gapón)
C. P~JiA~R.IS y J. D. F:E;LLMAN (1960, 1970 y 1980), la tasa de creci111i~n~?
12. Significación de los fenómenos perigla-
ciales ................................ . Dr. H. J\1. Franch (Canadá) es también exponencial,· pero el período de tiempo en el que s~r·doblan ·ras
13. Geografía del turismo y del ocio .... .. Prof. Dr. B. Barbier (Francia) revistas_g~ográficas"'és . . de 30 á_ños (la J1li!~4;';9.~1ptgm.t;di9 .de.·ra.ci~n~i~~en
14. Investigación comparada de los sistemas general), pero cg11.una tasa Ae.
crecjt},l!ep.Ú.) sJmܪt.éiJ.AeJa, ~C()J;l01TIÍa y otras
alimentarios del mundo . . . . . . . . . . . . . .. Prof. Dr. M. Shafi (India) cienCias sociales (ST()DDART, 1967~ p.,~}.. e e • e ••

Las revistas geográficas tienen. su origen en los siglos XVII y XVIII; sin
GRUPOS DE TRABAJO Y PRESIDENTES embargo, es a partir qel último cuarto del siglo XVIII cuando muestran un
desarrollo apreciable, especialmente en Alemania. En el siglo XIX, las re-
1. Recursos de los países secos .. . .. . .. . .. . Pmf. Dr. H. Mensching (R.F.A.) vistas geográficas de información general adquieren una gran difusión, y
2. Sistemas de intercambio entre mercados. Prof. Dr. R. B. Smith (Canadá) pronto comienzan a aparecer otras revistas más especializadas editadas por
3. Cartografía del dinamismo ambiental ... Prof. A. Journaux (Francia)
institutos cartográficos y sociedades geográficas (París, Londres, Nueva
4. Aspectos aplicados de la Geografía . . . . .. Prof. Dr. H. Tanabe (Japón)
5. Atlas ambientales .. . .. .. " ...... Ing. Dr. Vazquez-Maure (España)
York, Berlín), y por último, a finales del siglo XIX, aparecen los órganos
6. Análisis sistemáticos y modelos mate- de expresión vinculados a los departamentos universitarios.
máticos .............................. . Prof. Dr. Y.. G. Saushkin (U.R.S.S.) La evolución puede verse en el cuadro siguiente:
7. Percepción· del medio ambiente . . . .. . '" . Prof. I. Burton (Canadá)
8. Cambios históricos en la organización
espacial . . . . .. . . . . . . . .. . . :· . . . . . . . . . .. . Prof. Dr. T. T anioka Oapón) NUMERO
9. Climatología tropical y formas de po- PERIODO DE REVISTAS
blamiento . .. .. , . . . . .. . . . .. . . . . .. . .. . Prof. Dr. M. M. Y oshimo Oapón) INAUGURADAS
10. Transformación del habitat mral de los
países en vías de desarrollo ........... . Prof. Dr. R. L Singh Ondia) Siglo XVIII . . . . .. . . . . .. . . . .. . . . . 28
1L Sintesis paisaJística . . . . . . .. . .. . . . . . .. Prof. Dr. E. Mazur (Checoslovaquia) 1800-1825 30
12. Las grandes metrópolis mundiales . . . . .. Prof. Dr. Beaujeu-Garnier (Francia) 1825-1850 .. . ... ... . .. . .. .. . 50
1850-1900 ... ... ... ... ... ... 293
13. Historia del pensamiento geográfico ".. Prof. Dr. Booson (EE.UU.)
14. Terminología geográfica internacional ... Prof. Dr. E. M. Yates (G.B.) Total... ... ... ... ... ... ...
--------------------
403

1900-1925 362
En lo que atañe al contenido de la Geografía y a los temas tratados, 1925-1950 575
puede decirse que, durante la primera mitad del siglo xx, el campo era 1950-1969 1.303
1969-1970 2.415
desmesurado e incluso desde 1950 se independizan como ciencias algunos 1970-1980 3.445
temas objeto de la Geografía, celebrando sus propios congresos: Geodesia,
Cartografía, Edafología y Fotogrametría.

36 37
 De las 3.445 revistas publicadas a lo largo de la historia, Harris y Fell- Cuadernos de Geografía, de la Universidad de Granada (1971), Papeles del
man señalan que sólo se publican con cierta periodicidad 1.089- revistas Departamento de Geografía, de 1\llurcia (1968), Documents d'Analisis Ur-
en 1980, y, además, sólo 20 tienen auténtica difusión, apreciándose un bana (Bellasterra, 1973), Documents d Analisis Territoría (Bellaterra, 1972),
rasgo diferente según se trate de artículos procedentes de geógrafos sajones Trabajos de Geografía (Palma de Mallorca, 1975), Didáctica de la Geografía
que citan casi exclusivamente revistas americanas, inglesas, canadienses (Murcia, 1977), Anales de Geografía, Universidad Complutense de Ma-
y suecas, o de geógrafos del área de influencia francesa que citan prefe- drid (1982), e Investigaciones Geográficas, Universidad de Alicante (1983).
rentemente revistas francesas. Es de notar que, a partir de 1940, aparecen
revistas especializadas en cada una de ·las ramas de la Geografía. El creci-
miento de la producción de revistas geográficas responde a otras indicacio- Las 20 revistas más citadas en las Bibliografías Geográficas internacionales (1977-1978)
nes que reflejan la evolución reciente de la Geografía, y así Stoddart señala
ORDEN NOMBRE PAIS LENGUA
también cómo las entradas de libros geográficos en las principales biblio-
tecas de las Universidades doblan el número de ejemplares en períodos 1. Soviet Geography EE.UU. Inglés
de 20 a 25 años,. o el número de doctores se dobla en un plazo de 8 años en 2. Geographícal Analysis EE.UU. Inglés
Estados Unidos y en 5 años en el Reino Unido. En el caso español asistimos 3. Geographical Magazine Reino Unido Inglés
a este crecimiento exponencial en el número de revistas, cátedras universi- 4. Geographia Plonica Polonia Inglés, principal-
tarias, doctores en geografía, etc. mente
En resumen, las revistas periódicas de carácter geográfico son el medio 5. Akademia Naud SSSR Izvestiia.
Sreiia Geograficheskaia U.R.S.S. Ruso (inglés)
de publicación de un gran porcentaje de producción cientíFica y, en el 6. Geographical Review EE.UU. Inglés
momento actual, son instrumentos imprescindibles para el profesional de la 7. Assocíation of American
Geografía, que consume cada vez más tiempo en la lectura de revistas que Geographers Annals. EE.UU. Inglés
de libros geográficos . puesto que los resvltados y los ensayos .. se pub!i<::~!Jl 8. Geo graficheskoe O bshchestvo
permanentemente como artículo~ de revistas y al cabo de unos afias apa- SSSR. Izvestiia U.R.S.S. Ruso (inglés)
9. Geography Reino Unido Inglés
recen cristalizados y de forma ampliada en libros.
féi) Geographische Rundschau Alemania Alemán
De las 1.089 revistas en. circulación, el geógrafo no puede. individual- 1Í.- I nstitute of British Geographers.
mente conocer el contenido de todas ellas, y por ello Harris selecciona 443, -Transactions Reino Unido Inglés
destacando las inglesas que se editan en cuarenta y un países diferentes, 12. Professional Geographer EE.UU. Inglés
las españolas en once, las francesas en diez y las alemanas en cuatro. El 13. Norois Francia Francés (inglés)
país con el mayor número de revistas geográficas en la actualidad es la 14. Petermanns Geographische
Mitteilungen Alemania Occid. Inglés (ruso)
República Federal Alemana eon cincuenta y cuatro;- seguida de los Estados
15. Geoforum Reino Unido Inglés
Unidos, con cuarenta y siete; Reino Unido, cuarenta y tres; Francia, treinta 16. Economic Geography EE.UU. Inglés
y seis, y la Unión Soviética con veintiuna. 17. Association de Géographes Frant;ais.
En España, las revistas periódicas más difundidas son: Estudios Geo- Bulletin Francia Francés (inglés)
gráficos (Madrid), publicada por el C.S.I.C., que figura en el puesto 24 Erdkunde Alemania Alemán (inglés)
mundiaL Fue fundada en 1944 y se editan cuatro números anuales. El Bo- 19. Espace Géographique Francia Francés (inglés)
letín de la Real Sociedad Geográfica (Madrid), publicada por esta entidad 20. Canadian Geographer Canadá Inglés (francés)
desde 1876, con una periodicidad inicial de doce números por año, siendo
Fuente: HARRIS, C. D. (1980), elaborada con Bibliographie Internationale (1977), Geo
anual en el momento presente .. Geographica (Madrid), editada por el Abstracts, Series A-G (1977) y Current Geographical Publications, 1977, nú-
C.S.I.C.,, apareciendo primero en Zaragoza (1954-1964), interrumpida en meros 1-10.
1966-1971. Tiene una periodicidad anual. Revista de Geografía~ del Depar-
tamento de Geografía de la Universidad de Barcelona. Aparece en 1967
con periodicidad semestral. La institucionalización de la Geografía y el apoyo de las Sociedades
En la década de los 70 aparecen con una periodicidad anual las siguien- Geográficas son factores esenciales para comprender el pensamiento geo-
tes revistas: Geographicalia (Zaragoza, 1977), Paralelo (Almería, 1977), gráfico, ya que los intereses de la comunidad de geógrafos y el objetivo

38 39
esencial durante muchos años de, formar docentes en Geografía, influirá
decisivamente en los enfoques, contenido's y métodos de la disciplina. Sin
embargo, el pensamiento geográfico moderno no puede comprenderse úni-
_:¡
camente por la institucionalización de las necesidades e intereses de los
<
geógrafos. Considerarnos, como hace Olavi Grano, que la evolución del uo
pensamiento de una ciencia no se comprende exclusivamente mediante la C/)

reflexión sobre el objeto de la disciplina, sino teniendo en cuenta que forma <
e::::
parte de una sociedad_, y ello es tanto más cierto cuando avanzamos en el ;::::¡
E-<
tiemp,o, ya que la ciencia y su estructura social es la <<praxis investigadora» u
;::::¡
(GRANÜ, 1981, p. 18) y constituye una parte de la acción de los científicos, e::::
entendiendo por acción la acción cognitiva y sus actividades instrumentales E-<
C/)
¡;¡;¡
concretas. La Geografía puede considerarse: a) como un cuerpo organizado '~
......
del conocimiento a partir del cual se desarrolló el contenido científico de el:$
;..,
bO
la Geografía; ·b) la acción práctica a partir de la cual se desarrolló la praxis o(!)
de la investigación; e) la institución social de la disciplina. o
..S
Grano considera que no han de hacerse distinciones entre estos tres
aspectos, dado que el conocimiento y el desarrollo del mismo están ligados
al científico individual que, a su vez, pertenece a un grupo social deter-
-
<
~
<
~
(!)
'"O
o
l4
~ (!)
minado. Grano considera que las variaciones que aparecen en estos tres o¡;¡;¡ 1:lo
componentes a lo largo del tíempo constituyen la historia de la Geografía. ~
u

Así considerados, la Geografía como conocimiento se inscribe en un con- <

.,;¡ z
o 1-
junto mayor que es la ciencia en un amplio sentido (Wissenschaft); como
praxis de investigación forma parte de la práctica científica general y como
institución social es parte también de la estructura social y organizativa de
¡;,¡J
Q
oE-e
uu
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~

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IJb
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~
ci.

-o
00
la ciencia. Por último, la Ciencia, considerada en su totalidad, constituye ;;< ~
¡;,¡J
como conocimiento parte de la cultura general, como praxis investigadora E-e
z
parte de la acción y comportamiento humano, y corno institución social, ou :ó'
parte de la estruc.tura social de la sociedad (GR~No, 1981, p. 19), figura 3.1.
Este enfoque contextua] centra, a mi modo de ver, el análisis del pen-
.,;¡
¡;,¡J ~
e;
samiento geográfico que Grano resume en el cuadro que insertamos en la
~
página 42. S::
~
~
Este enfoque contextua! es p'onderado y pennite explicar, dentro de los ¡:¡,.
objíetivos generales de la ciencia y de la demanda social., la respuesta dada
por la comunidad de geógrafos en este contexto, teniendo en cuenta además
los intereses de los geógrafos. o
E-<
Descrito. el papel desempeñado por la institucionalización de la Geo- z¡;¡.:¡
grafía y la influencia de las sociedades geográficas en esta institucionaliza- ~
ción, parece oportuno analizar los enfoques filosóficos y la metodología uo
dominantes en cada época, para poder comprender las grandes corrientes z
de pensamiento y su vigencia actual. ou

40 41
 SOdV1ID03:D SO!
aa sv.Lsandsíi-u

SOdV'aD03D SO!
HG SON1!3:LNI
SOAILHÜIO

-
o
00

Desde la muerte de Humboldt y Ritter (1859) hasta nuestros días, puede

VI;)N3J;) V! HG afirmarse, al menos de un modo general, que están presentes en la Geogra-
SV LS30dS31! fía dos grandes corrientes filosóficas que influirán de un modo diferente,
según los distintos períodos de· tiempo, en el pensamiento geográfico: el
·positivismo * y el historicismo *.
Sin entrar en matizaciones, por filosofía pueden entenderse, como dice
TITus (1964, p. 68), diferentes cosas:
VI;)N31;) V1 3G
SON1!3:J.X3 una actitud personal hacia la vida y el universo, esto es, una especu-
SOAIL3ÜIO o<11
(\.)
....
lación que intenta hacer frente a la dificultad y a los problemas de
o
bJ)
la vida no resueltos;
~ • un método de reflexión lógico. El intento personal de comprender
lógicamente un problema concreto; y
u:n intento de desarrollar una visión global, un sistema.
VI0NHI0 V'l 3G
'lVNOI:JflLJcLSt-U En definitiva, la filosofía trata de dar una yisión_~g~!!~!]:I de las cosas,
YtlDl.;) i1 'aLSH
en tanto que la ciencia es una activigªq !Ilás analítica. Como dice TITUS
(1964, p. 97), la filosofía intent~-~ombinar ·las cosas elaborando una sín-
~---------------+-----------------------------------~
tesis interpretativa que permita descubrir el significado de las mismas.
VldV(lD03D
V'l aa
'lVNOI;)DlLLSNI
V'ai1cL001IcLS3
El positivismo, entendido como corriente filosófica en sentido múltiple,
o o¡--..
se desarrolló fundamentalmente en el siglo XIX y tuvo una influencia domi-
o

- o nante en el pensamiento científico, ejerciendo también un papel capital

1.()
(J") 00 00
........ ......
en la constitución del pensamiento geográfico en el momento de la presencia

42 43
generalizada de la disciplina en las universidades de los países de Europa
1
Occidental. - neokantianas, espiritualistas, etc.
Las reglas del positivisrpg___ ªp-ªre_c;en en CoMTE en su obra Discours de
l'esprit positif (1844); y son: la observación como único func1amel.lt_9 de
conocimiento; necesidad de reducir el estudio a los hechos observados sin
especular _sobre su orig~n y finalidad; predicción como objetivo último, es
deCir, formular leyes predictivas~ Se admite un orden en la Naturaleza y
se rechazan como científicos los juicios de valor y cualquier -tipo de fªcul~_
tades que no sean racionales, excluyendo la intuiciól}, la imaginación, etc.
Es esencial en el positivismo* su concepción moni§ül (1~1 Il1undg,"po a.dm'~
tiendo el dualismo entre, por ejemplo, el mundo J!sico y el del espíritlL Pªra
Comte todo obedece a un cotp.plejo- de fenómenos físico-quíl11iS:QS.~
Además, el positivismo filosófico ejerció una gran importancia en el pen-
samiento científico general y también en el geográfico, en el evolucionismo,
o mejor dicho, en algunos conceptos del libro de Darwin, The Origin ot
Species (1859). La idea de admitir un desarrollo en los fenómenos naturales
supuso realmente un avance científico con respecto al enfoque teleológico *.
de Ritter ·o la considera.QJón cie la Naturaleza como algo inmutable _ggsde
su origen. Las ideas de Darwin .corroboran este aserto al señalar que los
seres vivos habían experimentado una serie de cambios y variaciones de
carácter aleatorio que se transmiten por la herencia, permaneciendo 1aque-
llos rasgos que hacen al individuo más apto en su relación con- el medio.
Otra idea esencial es la lucha por la vida y la selección de los más fuertes .
Esta lectura que Darwin hizo de la NaturalezaJ inspirada en las ideas de
Adan Smith y 1\tlalthus, fueron trasvadas luego al campo de las ~i~ncia2._
humanas produciendo el llamado darwinismo social*, eón impiícaciones
de tipo político muy significativas. Sin despreciar el enorme legado de Dar~
win a la -ciencia, es preciso señalar que su lectura fue parcial, ya que reparó
en procesos tales como, lucha_, dominio, competencia y selección de los más
aptos, dejando de lado los mecanismos de ayuda y colaboración que tanto·
se dan en los seres vivos. El hecho de identificar, durante mucho tiempo,
ciencia con positivisrrw, ~l1fqg_l¿~:__Y~!lJ:~lQClg citmtí{Ás;Q§_G.011. !31 eypluciQ:t)j§)fto_~~
biológigo, introdujo en la Geografía úna visión parcial y justificadora de
·fas --situa~iones de statu quo e incluso de justificación del expansionismo y
dominio de unos pueblos sobre otros.
El segundo enfoque filosófico influyente en la ciencia fue el histori-
cismo * como reacción contraria al positivismo * y al papel_l?-egemót?-.LC:9__ c!e_
los métodos aplicados en las ciencias naturales. El origen arranca de los
1Íltimos decenios del siglo XIX y principios del siglo xx, coincidentes con la
44
cns1s del positivismo y el desarrollo de corrientes filosóficas neoidealistas,
Kant hizo la distinción entre ciencias sistemáticas y ciencias idiográfi-
cas. En este momento se vuelve a exhumar la dicotomía entre naturaleza
; historia, y, de un modo especial, lo hace el filósofo.Wilhem DILTHEY
(1833-1911) que señala: «En las ciencias naturales explicamos, en las cien-
cias humanas comprendemos» (C. RosE, 1980). En ambas ciencias existen
diferencias de contenidos y métodos. Las ciencias de la naturaleza no hacen
referencia a la experiencia humana; las ciencias humanas estudian la expe-
riencia del hombre e incluyen además los objetos de las ciencias naturales.
Los estudios humanos se apoyan en el Erlebnis * (experiencia vivida); por
lo tanto en estas ciencias no pueden encontrarse leyes semejantes a la de
las ciencias ~de la Naturaleza, sino, a lo sumo, generalizaciones o tendencias.
Además, las ciencias humanas presentan la particularidad de que el investi-
gador no es un observador exterior a la realidad, sino que está inmerso en
la misma realidad objeto de estudio. Por lo tanto, la realidad objeto de es-
tudio de las ciencias humanas puede abordarse a través d~ un gran número
de métodos.
Otro concepto clave de Dilthey es el papel que desempeña la historicid~d
en la realidad humana, pues, como señala CAPEL (1981, p. 315):
«la exaltación de la historia alcanza tal dominio que la expresión histo~
ricismo * llega a designar a una de las más caracterizadas corrientes de
la creación antipositivista>>.
El historicismo antipositivista pretende simplemente reconstruir, exige
rigor en la determinación de los hechos históricos. Por otra parte, considera
que la hi~toria tiene un poder explicativo de la realidad social, ya que con-
sidera que esta realidad es el resultado de la evolución histórica y, por lo
tanto, la descripción de esta evolución es indispensable para comprender
la realidad.
En resumen, la explicación generalizada, la búsqueda de leyes es propia
de las ciencias de la Naturaleza, en tanto que la descripción de individuali-
dades históricas, reparando en la intencionalidad, teniendo en cuenta toda
la experiencia vivida, sería una comprensión historicista *, y además el
enfoque idóneo de las ciencias sociales. Es decir, el objetivo de las ciencias
humanas se dirigirá a aprehender lo singular a través de circunstancias
únicas en el tiempo y en el espacio. Se trataría de una comprensión empá-
tica *, esto es, de un intento de protagonizar los hechos históricos. Es, en
definitiva, la justificación de la división kantiana entre las ciencias siste-
máticas o nomotéticas *, buscadoras de leyes, y las físicas o idiográficas que
describen hechos únicos. Esta oposición neokantiana entre Naturwissenschaf-
ten (ciencias de la Naturaleza) y Kulturwissenschaften (ciencias humanas)
45
introduce en la Geografía la identificación con un Liinderkunde que coincide
en definición y métodos con los expuestos por para las ciencias
humanas en general.
De forma sintética, estos son los enfoques filosóficos y metodológicos determinista
que han de influir en los diferentes maestros de la Geografía en el momento
de institucionalizarse como disciplina y hasta nuestros días. En realidad,
aunque en determinadas escuelas geográficas prevalece el positivismo *
sobre el historicismo *,sin embargo, a veces están presentes ambas corrientes
y, lo que es más sorprendente, en una escuela en donde predomina el histo-
ricismo, existen conceptos y métodos del positivismo.
En los capítulos sucesivos estudiaremos los enfoques que mayor influen-
cia ejercieron en el pensamiento geográfico. Emplearemos el término de
paradigma para referirnos a un conjunto de ideas, teorías, conceptos y téc-
nicas de trabajo compartidas por un grupo de geógrafos. No le damos el
poder explicativo que le concede KUHN ( 1971) cuando lo aplica a la evo-
lución de la ciencia. 1\tlás adelante volveremos de nuevo a tratar esta
cuestión. 1. influencia de Darwin

La Geografía se consolidó como disciplina de una manera clara y con

una finalidad pedagógica y de formación «ciudadana» en Alemania, en don-
de, en 1890; en casi todas las Universidades tenían una enseñanza especial
en Geografía, y ya destacaban las escuelas centradas en torno a. los grandes
maestros corno Richtofen, Ratzel, y Partsch. La razón de este precoz des-
arrollo institucional fue el incluir a la Geografía como disciplina en las
enseñanzas primarias y medias, y como materia adecuada, junto con la His-
toria, de exaltación patriótica. La escolarización en Alemania fue muy rápida
y, por ello, la demanda de docentes de Geografía, así como la necesidad
de formar profesores de esta disciplina atrajo a este estudio a profesionales
procedentes de muchos campós: historiadores, filósofos, botánicos, geólogos
y muy pocos geógrafos, es decir, discípulos de Ritter. Estos primeros cate-
dráticos procedentes de campos muy diversos se apresuran a justificar la
importancia de la disciplina y se afanan por delimitar el contenido y los
límites de la Geografía.
El problema que se plantea es, por una parte, sintonizar con las corrien-
tes y métodos filosóficos dominantes en los últimos decenios del siglo XIX,
y, por otra,' evitar el dualismo que conduciría a una separación rígida entre
la Geografía física, cultivada por geógrafos procedentes del campo de las
ciencias naturales, y la Geografía humana a la que se dedicaban los geó-
1 1
grafos con formación histórica.
En un primer momento se duda, y se llega a considerar «científica»
sólo la geografía física, puesto que era el campo que permitía aplicar, de
una forma clara, el método empleado por las ciencias de la Naturaleza y

47
46
 compatible también con el evolucionismo de Darwin imperante en esta
época.
El Origen de las Especies apareció el mismo año de la muerte de Hum-
, boldt y Ritter. Gradualmente, el enfoque teleológico * de Ritter fue susti-:-
tuido' por una filosofía materialista que subrayaba las leyes naturales y la
causalid(:l.d mecánica en lugar de la explicación teleológiea. Son muchos los
que rechazan a Ritter y consideran que su obra carece de valor científico,
por ser incompatible con la filosofía positivista dominante y los conceptos
. básicos de Darwin ~obre ]Y:f.ha, supervivencia y por variaciones .aLf!czJorias
en los seres vivos. El nuevo enf~-que era opuesto al de Ritter, que era in-
,1 ductivo, teniendo como meta el plan de Dios, es decir las causas finales en.
los hechos observados.
-E1 método positivista es, en cambio, hipotético y deductivo* y busc~
las causas primeras por deducción *. Formula hipótesis para explicar la
. realidad observada. La comprobación de hipótesis lleva a la formulación
de leyes naturales. Por lo tanto, toda discusión sobre la existencia o no de
Dios, tras las leyes de la naturaleza, o si las leyes naturales eran medios
para alcanzar un fin, se consideraron especulaciones no científicas, puesto
que la ciencia se concibió como una actividad ocupada en las causas :y no
en los fines. · ~ sub:t:ayando las relaciones hombre y medio, inspirado en la concepción eco-
Otro peligro que gravita sobre la Geografía era el rechazo por,-otras
ciencias ya establecidas. Es entonces cuando en nuestra disciplina se incluye
el hombre y su actividad como objeto de estudio, pero no siguiendo el enfo-
que teleológico * ritteríano, sino de acuerdo con el positivismo y el evolu-
cionismo vigente. Esto explica que Ritter y sus discípulos,. muy preocupados
por la historia, no se abriesen paso en las filas de los geógrafos en el mo-
mento de la gran expansión de la disciplina en las universidades alemanas.
Es Alemania la que se pone a la cabeza de la Geografía, pues es en
este país donde,. después de 1874, el gobierno prusiano creó cátedras per-
manentes en todas sus universidades y muchos autores_. entre ellos Arid
HoLT HENSEN, quien en un reciente estudio llega a afirmar que este des-
arrollo se debe a la creencia de que el conocimiento geográfico favorecía
al nacionalismo y «podía utilizarse para justificar la expansión del naciente
estado>> (1980, p. 21).
El predominio de la Geografía física estuvo presente también en el
Reino Unido y en los Estados Unidos es donde las ideas de Ritter llevadas
por Gruyot, fueron desplazadas por el que durante muchos años ejerció
el papel de gran maestro William MoRRIS DAVIS (1850-1934).
La obra de F. RATZEL (1844-1904), que tuvo una influencia enorme en
la Geografía en la última mitad del XIX, constituye un buen esfuerzo por
48
conjugar el enfoque positivista por una parte y la necesidad de unir la
Geografíá · física y humana, .a fin de dar identidad y hacerle un sitio en el
campo de la ciencia, por otra. Muchas de las ideas están contenidas en la
primera edición de su A.ntropogeografía o introducción a la aplicación de
la CZ_e.o¡lafía a la Historia ( 1882). Ratzel es doctor en Geología, Zoología
y Anatomía comparada y ,~Q!!_~j}Je_,a~Jél g~ografía como una ciencia puente
que ejerce «la conexión entre las ciencias naturales y el estudio del hom-
bre>> (HARTSHORNE, 1961, p. 90).
' ' Postuló el método científico para la_ Geografía humana, introduciéndola
en el sistema científico dominante, pudiendo así decirse que es el primer
estudio científico de Geografía humana. Aunque en el tomo II de su Antropo-
geografía, la distribución geográfica de los hombres (1891) modific9 parte
de sus conceptos, sin embargo en su obra existe un marcado carácter deter-
_günista que va a eje:r_c~r_ Jl:Q._a enorme influencia en los Estados· Unidos en
geógrafos tales coll!~J:!.pntingto) (determinismo climático), Sem:Ple J( determi-
nismo ambiental){Davil'(método deductivo· y resultados deterministas).
Ratzel, que, pór-fórmación, conocía a fondo laobra de,Darwin, se aparta
de la concepción de Ritter y trasvasa conceptos darwinianos al campo de
la Geografía humana. Su Geografía humana es marcadamente ecológica,
lógica de Haeckel, y toma la idea de asociación y organización de Darwin,
es decir, considera al hombre como una parte de un organismo ecológico
-vivo.
En su primer volumen de la Antropogeografía, intenta aplicar los mé-
todos de la ciencia natural dentro de la Geografía humana y señala que los
hombres viven bajo las leyes de la Naturaleza, considerando que las formas
culturales eran el resultado de las condiciones del medio natural. A pesar
de su determinismo, no cabe duda que intentó demostrar que tanto los
fenómenos culturales como los naturales pueden someterse a un estudio
científico.
Su determinismo aparece suavizado en el segundo volumen de su An-
tropogeografía, en el que estudió la concentración y distribución de la po-
blación, forma de hábitat, migraciones y difusión de características culturales;
y aquí no sólo acude al medio como variable explicativa de hechos cultu-
rales, sino que destaca y co,ncede una gran importancia al legado histórico,
y así en un momento determinado afirma: «Puede tal vez comprender Nueva
Inglaterra sin conocer el país, pero jamás' sin conocer los inmigrantes puri-
tanos.»
Sin embargo, su formación académic(l naturalista y su profundo cono-
cimiento de la obra de Darwin le lleva a trasvasar los coneeptos de evolu-
ción, concebida como transición de formas simples a más complicadas,
asociación y organización, lucha y selección natural, en su Politischen Qeo-
graphie (1903) y en Der Lebensraum (espacio vital) (1901): -E~ -~st~ -tllti;;¡~--
49
 obra traspasa las ideas de la Biología al campo de la Geografía humana, Y
así afirma que los grupos humanos, como Jos seres vivos, buscan ampliar
. su territorio a costa de los vecinos, y la lucha se hace virulenta cuando los _;
: organismos poseen un espacio pequeño. Los grupos vencidos al perder
espacio conocen la decadencia. Considera también los límites de un terri-
torio como campo de lucha tanto en el mundo animal eomo' entre los dife- ·
rentes Estados. Por último concede una gran importancia al Esta<fo como
garantía de la defensa de todos los grupos sociaks que habitan un territorio.
Por otra parte, la gloria del Estado y su esplendor depende, asegura. Ratzel,
del territorio, y establece una jerarquía de Estados, justificando claramente
la expansión de los pueblos superiores a expensas de los inferiores:
«La civilización no puede permanecer limitada por 'mucho tiempo a un
territorio angosto y a un único pueblo. La necesidad de fusión forma parte
de su esencia» (Antropogeografía, vol. I, p. 240).
<<La tendencia a ocupar espacios cada vez mayores está en la esencia
del mismo progreso» (Antropogeografía, vol. II, p. 810.)
Ratzel) es, en estas obras, un ejemplo claro de la Geografía al servic_!o
de la dominación de los pueblos «civilizados», los europeos, sobre los «dé-
biles» sin fronteras precisas; es la argumentación más acorde con las nece-
sidades de la Alemania reunificada, presta a parti,cipar en el reparto de la
<<tarta africana>-".
La obra de Ratzel, por su difusión e influencia, consolidó el primer
paradigma en Geografía, evitó el predominio de los aspectos físicos, salvando
también el dualismo entre la Geografía física y humana, convirtiéndola en
una ciencia puente entre la naturaleza y la cultura.
El determinismo* geográfico, como forma concreta del determinismo en
general, supone que la Hbertad del hombre está en grado de mayor
o menor necesidad por los factores del medio físico, que una influen-
cia directa en la constitución física i moral del hombre individual y social.
El determinismo geográfico,. aunque adquiere un carácter de paradigma a
finales del siglo XIX, sin embargo, señala GLACKEN es una de las tres
cuestiones que el hombre ha formulado insistentemente desde los orígenes.
En la historia del pensamiento occidental aparecen repetidamente las si-
guientes preguntas:
¿La Tierra, el medio para el hombre y ]os seres vivos, fue creada
con algún fin?
• ¿El clima, relieve y configuración de la Tierra influyen en la moral
individual y social? ¿Tienen alguna influencia en el carácter y en
la cultura humana?
¿De qué forma el hombre, a lo largo de1 tiempo, alteró la superficie
de la Tierra?
50
Son pr~gllntas tan persistentes que puede uecirse que el determinismo *,
el pensamiento teleológico* y el considerar al hombre como agente geográ-
fico, acompañan la historia del pensamiento occidental.
El determinismo está presente en la Medicina en la antigüedad clásica
(Hipócrates), que relacion~ba causalmente las enfermedades con las esta-
ciones. Aristóteles piensa que el carácter nacional de un pueblo está deter-
minado por el clima, y no duda en admitir que el clima mediterráneo es
el que justifica la supremacía moderna. Esta idea persiste en la Edad Media,
ya que se acude al clima para explicar las diferencias culturales y raciales
(Santo Tomás de Aquino e Ibn Jaldun).
Se continúa en el Renacimiento apelando al clima, si bien se juzga ahora
wás oportuno el templado, y se remonta en latitud en el siglo XVIII, ya que
Montesquieu considera el clima nórdico como el más idóneo para el desarro-
llo de la civilización.
Aunque en la obra de Humboldt y Ritter existen pasajes con un claro
sabor determinista, el determinismo geográfico cobra un carácter de para-
digma con la filosofía positivista* y con las obras de Darwin y Haeckel que
estudió las relaciones entre los seres vivos y el medio, y la adaptación de
las primeras al medio, fundando así la Ecología. Pronto se establece un
paralelismo entre la conducta animal y humana y se llega a la conclusión
de que los hombres, en su actuación, están controlados por leyes naturales y,
por lo tanto, tienen un carácter pasivo. Este traspaso de conceptos de la
Biología a las ciencias sociales fue muy general. Así, por ejemplo, el histo-
riador BucKLE en su obra History of Civilization in England (vol. I, 1857;
vol. II, 1861) intenta elevar la Historia a una ciencia formuladora de leyes
y trata de introducir el método empleado por las ciencias de la Naturaleza.
De tal forma que considera que los hechos históricos se deben a una acción
externa sobre la mente de los hombres y a una acción de la mente sobre
los fenómenos. En a1gunos países, el objetivo es el estudio del medio y su
efecto sobre el hombre, mientras que en Europa ha de estudiarse con más
cuidado la acción del hombre sobre el medio.
De igual modo, Edmond DEMOLINS, en su Essai de G~ographle Sociale.
Comment la route crée le type social (1901-1905), considera que el medio
(el determina el trabajo, y éste la organización social, y señala que
la route es esencial, ya que las regiones atravesadas por corrientes migrato-
rias moldean el carácter y las instituciones nacionales. La diversidad de
pueblos se explica por la ruta seguida por los mismos, pues ésta crea la raza
y el tipo social y modela la sensibilidad y el carácter de los pueblos.
En Geografía es Ratzel y los seguidores de la doctrina expuesta en el
volumen I d~ . su Antropogeografía los que difunden el paradigma determi-
njg~ *. Est~ ..enfoque tuvo un enorme predicamento en Estados Unidos, en
donde fue introducido por Huntington, Semple y ])avis, y asimismo en
Francia en el campo de la Geografía física. Así, por ejemplo, el Traité de
51
Géographie Physique, de· E. de MARTONNE es claramente evolucionista y
determinista. En Estados Unidos, a finales del siglo XIX y primeros dece-
nios del siglo xx, la Geografía se vio dominada por las ideas de Darwin, .el
) .
enfoque deductivo * y la aceptación del concepto newtoniano de relaciones
de causa-efecto. , ·
La concepción básica del determinismo la expresa William MoRRIS
DAvrs, en su discurso presidencial en 1906.
A partir de 1938 la doctrina oficial stalinista fue clara:
«Cualquier afirmación es de calidad geográfica si contiene (. ~ .) una
relación entre un elemento de control y una respuesta orgánica.» · ·
Davis considera que la sociedad humana era un organismo que sobre-
vivía por un ajuste al medio físico; la naturaleza de su desarrollo está
determinada por el medio. Pero la visión determinista más radical la encarna
Ellen CHURCifiLL SEMPLE que, en su libro The lnfluences of Geographic
Environment (1911), Hega a decir:
« · . . con la respuesta de Marx, la cuestión total del desarrollo está en
la evolución de las fuerzas productivas. Pero su forma final está deter-
minada, s_obre todo, por la naturaleza del medio geográfico.
Las peculiaridades del medio geográfico determinan el desarrollo de
las fuerzas productivas, _el desarrollo de las fuerzas productivas determina
el desarrollo de las fuerzas económicas y, directamente, éstas determinan
las restantes relaciones sociales.» (l. MATLEY, 1966, p. 302.)
«. . . el medio geográfico es una constante en la sociedad, influye en el
desarrollo, Sin embargo, su influencia no es determinante cuando los
cambios sociales son más rápidos que los cambios del medio geográfico.
El medio geográfico no puede ser la principal causa del desarrollo (. .. )
es el método de procurar los medios necesarios para la existencia hu-
mana, el modo de producción de valores materiales.» (l. MATLEY 1966
página 304.) ' '

<<El hombre· es un producto de la superficie terrestre. Ello significa Años más tarde, en 1957, Anuchin habla de la unidad del medio geo-
no sólo que el hombre es hijo de la Tierra, polvo de su polvo, sino tam- gráfico (naturaleza y sociedad) y critica abiertamente a los geógrafós que
bién que la Tierra lo protege maternalmente, alimenta, le impone tareas, s~bestiman la influencia del medio natural en la organización social, propo-
dirige ·pensamientos, le enfrenta a las dificultades que han fortalecido mendo un enfoque geográfico similar al de Vidal de la Blache. Las razones
su cuerpo y agüdizado el espíritu.» de estos cambios en la Geografía ·soviética se deben, según MATLEY (1966),
, a que en la obra de Marx aparecen formulaciones ambiguas que permiten
Todo se explica acudiendo al medio; así, por ejemplo, los Estados que
interpretaciones deterministas y posibilistas. Por último, el paradigma deter-
poseen grandes territorios tienen un espíritu optimista y juvenil, una psico-
minista influyó en la «Nueva Geografía», al menos en los primeros mode-
logía expansionista y menos conflictos sociales que aquellos Estados con los utilizados en la década de los años 50.
pequeños territorios. Asimismo se ponen de moda también las teorías cli-
máticas para explicar _d_Jid§razgo civilizador de los pueblos, siendo el
máximo ~epresentante (Hunti:tlgtod que consid~ró el c;Jima Q9J!l() fac!or__dgd-
sivo salud_, _q1!~<;retermina .la~eficacia f'í~~ca y men~al. Considera que
el clima cambia constantemente y es el responsable del desarrollo y deca-
dencia de las cívHizaciones, de su distribución terrestre y de sus destinós.
El determinismo * entró en crisi8 al rechazarse el fundamento filosófico
en el que se apoyaba; sin embargo, tuvo y sigue teniendo una gran impor-
tancia en la disciplina. Un determinismo atenuado lo encarnó Griffith Tay-
lor, al que denominó «Stop-and-Go:-:-, Detemlinar y señalar que la Naturaleza
determina el programa de actuación y el hombre programa el resto, y hace
bien en seguir el programa de la Naturaleza. Este geógrafo fundó su tesis
en la colonización australiana cuyas tendencias predijo y las vio confirmadas
veinte años más tarde al regresar a Australia natal, procedente de los Estados
Unidos, siendo considerado un héroe nacionaL
En lo que se refiere a el determinismo no estuvo en la Geografía
prerrevolucionaria. Con la revolución soviética, la Geografía adoptó el pa-
radigma determinista invocando a Marx:, y así Plejanov dice:

52 53
 tenido y los límites de la misma con respecto a otros campos que mani-
festaban claros recelos ante el ascenso de la Geografía. Por lo tanto, la
nueva definición de la Geografía como ciencia-puente, a ·caballo entre las
ciencias de la Naturaleza y Humanas, le daba una personalidad y carácter
únicos: Al mismo tiempo se define su objeto esencial de estudio, como
la reglón, espacio con características físicas, naturales y culturales seme-
jantes, que la diferencian de los espacios contiguos, siendo el resultado de
una relación íntima a lo largo de la historia, de un diálogo entre los grupos
humanos y el territorio. Es decir, el carácter sintético e integrador de la
disciplina. y el objeto de estudio, hacían de la Geografía una ciencia con
personalidad propia y con un objeto de estudio específico. Asimismo esta
concepción y este objeto iban muy de acuerdo con la filosofía y metodolo-
gías admitidas mayoritariamente desde finales del siglo XIX hasta el inicio
de la década de los 50.
Por otra parte, tanto en Alemania como en Francia se sentía la nece-
sidad de una nueva división del territorio más acorde con la situación eco-
Al hablar del historicismo * hemos dicho que est~/éorrient~ filosófica nómica y social del país como consecuencia de las alteraciones producidas
aparece a finales del siglo XIX como reacción al positivismo *. E~ es.ta co- por la revolución de los transportes. Además, estas «nuevas regiones»
rriente de pensamiento se resucita la distinción kantiana entre c1enc1as de facilitaban el sentimiento nacionalista a través del desarrollo del sentido de
la Naturaleza y del Hombre, así como el dualismo metodológico, puesto pertenencia local, integrado en un todo orgánico, funcionando armónica-
que ~1 objetivo de las ciencias humanas será no la de leyes a tr~- mente bajo la dirección del Estado.
vés del .método deductivo *, sino intentar comprender a traves En resumen, vemos cómo el pensamiento geográfico, o al menos una
del estudio de los concretos, únicos e llrr·ep·etllble:S. corriente de pensamiento que fue mayoritaria y aún pervive con cierta
El enfoque histOricista en geografía aparece en el posibilismo* pujanza en nuestra disciplina, es el resultado de una filosofía imperante
que, como reacción extrema al geográfico, subraya qu~ ~1 que inspira el enfoque y el método a aplicar, de unas necesidades de la
hombre es un agente activo en el de la superf1c1e comunidad de científicos, así como de una demanda social que asigna a la
terrestre. Los grupos humanos perciben una Geografía una función determinada.
gama de usos del seleccionan aquell?s En esta sección presentaremos las obras de carácter geográfico más
están más de Por lo tanto, el med10 influyentes, centrándonos en _los trabajos de carácter general y metodo-
natural no es una causa no tiene un abso- lógico.
luto sino- de posibili-
de su libertad "
de una larga
C011CePCJlOn posibi-
de Vidal No existe polémica alguna en considerar la obra de Paul Vidal de la
Blache como básica para comprender el paradigma regional. No preten-
Tenemos por lo tanto una el enfo- demos hacer un estudio biográfico de este maestro y fundador de la escuela
que y el método Asimismo conviene señalar que la Geogr::1fía regional francesa, sino centrarnos en aquellos trabajos que mayor influencia"
tenía ]a necesidad de unificar su campo y frenar el peligro qp.e ejercieron en sus discípulos directos e indirectos. No podemos perder de
la física y la vista que Vidal de la Blache consiguió para la Geografía un status aca-
· suponía la amenaza
en la en donde démico independiente, puesto que hasta entonces se consideraba como una
humana. Por otra
con bastante rapidez, era disciplina auxiliar de la Historia; logró asimismo reconciliar a geógrafos-
los departamentos
no sólo .. n•·•+ ..~.-. ... sino también el con- historiadores con los procedentes del campo de la Geología, fundó junto

55
54

con Duboi~, en 1891, la prestigiosa revista, Annales de Géographie, y creó
una eseuela de la que pudo decir Juerge que, en el año 1922, todas las
cátedras de Geografía de Francia estaban controladas por discípulos de
Vidal o bien por discípulos de sus discípulos (DrcKINSON, p. 195).
Su obra no constituye un todo articulado en un conjunto de libros en
los que se indica los principios metodológicos a seguir, sino que sus ideas
aparecen dispersas en diferentes artkul()_§__p-'uhlif-~ados en Annales y más
tarde recopilados por su discípulo E. d(MARTONNB con el título de Eri_n_ci-
pes de GéographíeHup:zSiine (1922) y en Le Tableau de la Géographie de
ra-FranceTfomo -rde la Histoire de France, de E. LAVISSE, 1903).
En estas dos obras se centran las ideas y las sugerencias más importan-
tes del maestro francés. En la introducción de Principes aparece el principio
de la unidad geográfica y el significado del medio y de la actividad del
hombre. En la primera parte estudia la distribución de la población, den-
sidad y movimientos de población; en la_ segunda, los métodos Y técnicas
utilizadas por el hombre para enfrentarse al medio, y concluye la tercera
parte con el estudio de los transportes y comunicaciones. Los Principes se
consideran como el modelo de Geografía humana general.
Las jd~~ esenciales son el estud.io de)a naturaleza y et~ombre; d~~-t~sa
cóll1;;-~11Iledio-naturar le propor~~ol1a -vna ga!lla de pos!~1ritiades-~g~§ él
-aesarr()llará de acuerdo a sus des~()S y capaciq~dep, Rreapd6así -un hábitat.
ÉÍ -h~mbre, por otra parte, establece-relaciones con el mecHo no -de forma
individual, sino a través del legado histórico y de los objetivos fijados por
el grupo al que pertenece; por lo tanto, est~ erúoque vidaliano co11c~de
una gran importancia a la Historia y a ella 2~aconseja acudir para ey(lJuar
los «mm·cos de vida» y los «objetivos cambiantes de los grupos humanos>~:
Otro concepto esencial que aparece en Principes, en Tableau y en--la
, France de l'Est (1917) es el concepto de genres de vie, que son productos
y reflexiones de una civilización y el resultado integral de las influend~s
físicas, históricas y sociales que r()dean la relación del hombre con el medto
en un espacio concreto. Vtda1 de la Blache propone laneQt;si<i~sl_c!e_~s,_mQ.iar
Naturaleza v la Sociedad de forma holística, y es preciso el diálogo esta-
blecido entre ~1 -ho~bre- y el- medio def que resultó el abigarrado paisaje
de Francia.
Volviendo al concepto. de gen re de vie, Vidal destaca que está formado
por tres componentes: producción material en relación a los recursos ma-
teriales, medios de nutrición y combinación de actividades agrarias y no
agrarias. El género de vida, como señala BuTTIMER (1980, p. 74) es la «ex-
presión del diálogo hombre-naturaleza». Por otra parte, Vidal relacionó
la noción de género de vida y medio natural con el concepto de medios de
vida (milieux de vie), es decir, con la adaptación de los recursos naturales
de los medios por diferentes pueblos. Sugiere también que, a escala conti-
nental, la distribución de la población podía estudiarse investigando cómo
56
estos «medios de vida» aparecen como resultado de la evolución de diferen-
tes Y variados géneros de vida. Estrechamente vinculada con los conceptos
de medios y géneros de vida, está la creencia de que la Geografía_humana.
~-~~~h.ería __?~dicars~ ~" ~llten.der cóñiO-ras-coñaíCíones ofótiáts y fís-i~~~·- s~.!lla-
111fl~St~ll en la yida social de los diferentes grupos humanos. Ahora bíen
al explicar la~ ,9if~r~ncias entre grupos ocupando medios semejantes: vntai
no-las explica .apoyándose en los dictados de medio físico (determinismo *)'
sino enlos valoresyhábitos que al cambiar, originan póslbÜida~ nume-
rosas para los grgpos humanos. ·--~-~-~--_:<~-'
.Arlado de estos conceptos esenciales, milieu y genre de vie, el concepto
que completa la trilogía es el de circulation que considera esencial, puesto
que favorece y alimenta la relación entre las diferentes partes del mundo
y, de un modo especial, en las regiones desarrolladas.
Su obra Tab~q_r¿_ G_~C}f!/~P~!qy_e_cf?__france (1905), fue considerada como
modelo de descripción y- razonamiento -geoiráiico. Un concepto esencial es
~1 .de la. ~<?giórL sorsiger~da glqbalmente,. agrl!panaotoaos-Iqf-rasgos~d~
te~~~~e? cluna, .suelos, vegetación, agricultura, minería, industria, coll:mni-
cacione~_y ~~Bité).t,J~§~?~ unidos y ensamblados. en un paisaje visible, for-
ma~~ou11. to~() ?E~~I1~q(}; sieñ~<? súspartes inú~rdependientes. Cada región
esta tnflmcia d.es~rrol!ada Y, modificada parla acción del hómbre, y, por
1
táJltO, el patsa]ees el resultado de la acción sucesiva de generaciones de
p1,1~blos. .1
-
, --~s~ pu~~' y~,4.~1 5np S~J?a.!~ ~1. 111~dio cieJJ~ombr~~CJ~l hombre y la natura-
kza_, ~~,interp·en~t:an a lo largo dél}iemp(). Ambos constituyen un todo,
una amalgama -que -cristaliza: y forma- a 16 largo del tiempo una región con
~nos caracteres distintivos que la hacen única, puesto que toda región
tlene mucho de las circunstancias y características locales, y, así, lo que es
significativo en una de ellas carece de valor en otra.
E~ lqs suge~encias ~~e o~~ece Vidal para estudiar las regiones concede
gran Importancia al mediO f1s1co; tanto es así que en algunas monografías
que toman como unidad de estudio un espacio cultural, buscan luego, a
veces de un modo artificial, apoyar la unidad cultural en unas bases físicas.
Señala asimismo una preocupación por subrayar las relaciones hombre-
medio y por la síntesis que ponga de manifiesto el carácter único de la re-
gión estudiada. ~~~~J?iend~_p_r_ec_i~i_~ny obj~!ivida~. en el_ análisis, recono-
cimiento sobre el terreno~ y, así, en su--arfículo.-bes-caractb-es___ dTiiintifs de
la. Géographie, afirma:
«... avec les livres on ne fait que de la géographie médiocre, avec les
cartes on en fait de la meilleure, on ne la fait tres bonne que sur le
terrain.» (Con los libros se hace una geografía mediocre, con los mapas
se logra una geogr'afía mejor, pero sólo se consigue auténtica geografía
sobre el terreno.)
57
 ~Cj-~-~c- ~~ ------~--=-~
El éxito del (epfoque regio~~fs{ vio plasmado en las magníficas monogra-
fías sobre los CIIrereñtes-pays) qe Francia, y este modelo fue exportado a
los diferentes países europeos, estando vigentes aún en muchos paísesc, espe-
cialmente en España, en donde Ja_~prQducción investigadora ~-~-_Q~~j_c_?__!!!~I1~e
e
regional. ~ - - ~ ~ ~ - ~~ ~ --~
El reconsiderar la división regional francesa fue una preocupación pa-
tente del Gobierno desde principios de siglo, ya que los departamentos eran
divisiones administrativas de 1790 que tenían como objetivo delimitar un
territorio con un centro urbano al que podía accederse en el día desde
cualquier lugar del mismo; pero estos 90 departainentos no se acomodaban
a la revolución de los transportes que se había operado en Francia desde
el siglo XIX y comienzos del xx; por ello, tanto el Gdbierno, como Vidal
de la Blache, proponen una reforma simplificando los 90 departamentos
en 15 regiones con una capital regional, más acorde con la evolución eco-
nómica y la topografía francesas.
En suma, la monografía regional que propuso Vidal como objetivo esen-
cial de investigación geográfica, era un estudio unificado, bien integrado
y literariamente valioso. El mismo autor señalaba:
«La síntesis regional (. .. ) es el objetivo último de la tarea del geó-
grafo, el único terreno sobre el que se encuentra él mismo. Al comprender
y explicar la lógica interna de un fragmento de la superficie terrestre, el
geógrafo despliega una individualidad que no se encuentra en ninguna
otra parte.» .
e
--~-- ..::/
Jean Brunhe~:~ traza la estructura triple de una monografía clásica: en
primer lugar,-ariálisis exhaustivo del medio físico, luego las formas de ocu-
pación y de actividad humanas, y, finalmente, la psicología del ajuste del
hombre a la naturaleza. Toda la investigación debería guiarse por tres prin-
cipios cardinales: una perspectiva humana en el estudio de los elementos
físicos, una ~n~erpretación posibilista de las relaciones hombre-medio y una
visié)_l!. unitaria.- Y- _sinf€tica ...~
-- ·~ A~ne· Bnttim~ explica el éxito de este enfoque por el carácter rural
de la socíedad~frÉmcesa a comienzos del siglo XIX; por lo bien dibujados y
el grado de significación y vinculación a los diferentes países del campe-
sinado francés.
En resumen, el pensamiento de Vidal no constituye un cuerpo de doc-
trina organizado, sino una serie de reflexiones y recomendaciones muy
amplias de las qu~ sus discípulos tomaron con cierto dogmatismo algunos
aspectos pardales y excluyeron otros temas. --~ ---------
Las ideas básicas son el enfoque claramenté~antideterminista y el_~!!~­
rayar que objetivo no era establecer relaciones caus-ales y-leyes sobre lás
relaciones ~medio-hombre, sino observar las mutu?s relaciones del hon;i]:lre.
58
y el rnedio._J.~sico a través d~Lrnedio bió!ico (agricultura y ganaderífl)~'"Y
que estas relaciónes·no :Ptteden entenc!~.rse señalando límitesentre}()s..fenó~
menos -·del medio natural y los culturales, . sino que deberían coñsi~~r~rse
C()mo ín!imamente~unidas e inseparablés. ·Cada comunidad se acomoda- a
~ravés de unos. géneros de vida a las condiciones nat~rales dejando su
l~pronta especral, y el resultado de este sutil ajuste refleja siglos de actua-
cron del hombre sobre el medio. Por lo tanto, cadac,()muni~(l~tien~. cara:c~
_t~r~~!~c:~~ _p_ropias e .ir_r~pet~~l~~;, ~i~~~~§--e~!-~~~EE~~e!l no. pr?<hici~se en ~t_r 9 s ~
terrrtgn~s de~condrclones. natural~~ semej~!lte~. A lo hirgo -del ~tiempo, el
grupo humano y la naturaleza se adaptan· anriónicamente como un «caracol
a s~ ?~ncha», de tal n:o~o que sus relaciones son tan íntimas y sutiles que
es mutrl tratar de dehmltar la influencia del hombre sobre el medio y la
de. éste sobre a~u~l. Ambas influencias se funden en un todo que se cris-
taliza en un parsaJe, en una región con su propia personalidad.
El estudio. de tales regiones es el objetivo esencial dlel geógrafo, ya que
estos proporcwnarán los materiales para constnlir los principios generales ,
que a su vez se experimentarán en estos marcos concretos. _. '
El método propuesto por Vidal en Des caracteres distbiiffs de la Géo-
graph~e (Annales, 1913, p. 289). es el indi!:ª!i":9~]11§[QÍiC:iSt'a, subrayando
ademas que la Geografía es ciencia puente entre las naturales y las huma-
nas, que el geógrafo ha de partir de la unidad de los fenómenos terrestres
reparando en la combinación· de los mismos y que su objeto es la totalidad
los fenómenos en la superficie terrestre.
A pesar de que las granqes líneas de su pensamiento son las expuestas
anteriormente, conviene recordar que Vidal fue consciente de que su enfo-
que regional y sus métodos y conceptos básicos respondían a una situación
periclitada, ya que su Tableau es la introducción de una Historia de Francia
que concluy~ ~n .1!89, lo que explica el gran papel que otorga a ~cu:ños
marc-ostfaaiéior1áles· que son sus regiones. !?~~ro son regiones ql!~ respqndían
.. a ~n~~~ socie~~q es()nótpi<;;amente. agraria, vivíen_do' mayoritariamente en el
~ecHo. rural, ~11 donde los recursos del . 111:edio ~e, jradgdan en los géneros
de -vzda y.~ ~n ~~1 hábitat .. Exi~tía. una cocina, tma ~ arquitectura y una menta-
·-ridad r~.gionales. La región era el marco en el ~que -se desarrollába una co-
munidad rural poco móvil. Sin embargo, en 1917, cuando estudia la evo-
lución de la France de l'Est, es decir, la Alsacia y Lorena, a lo largo de un
período de dos mil años, reconoce que, a partir del~46, se producen _per-
turbacione~ y ~ªmh!Qs t~ñ iuettes (industria, ferrocarril) - que es pre~iso
·!
ad!flffir que ~!1 el futuro '(!917, p. 163) «hay que estudiar las interreladones
q~e .s~'"~.SJ!lJ~!.ecen .~ntr~ llna región y la ciudad que fa domina», en iugar -de
las relaciones .. entre, ef inedit> ·natufal y el· hchnhre: ·Estos·-cainbios los reco-
noce con gran trf~heza, puesto que lo que le atrae, el «arte geográfico, se
degrada manifiestamente» cuando se pasa de la descripción de las viejas
provincias a la de los espacios contemporáneos, ya que el sentido de las
59
«armonías sutiles, d~ los acuerdos profundos y de las correspondencias
secretas se pierden».
Además del legado influyente de Vidal de la Blache, tuvieron un gran
papel en la investigación geográfica francesa y europea sus discípulos
J. Brunhes,. E .. ~e,Martcrt1ne . X. A·.12~1l!ª!!.g~()1'. · de Geografía humana, Les fondements de la Géographie humaine, en cuatro
-~ii-B~RüÑli:Es.ú86g:fg3o).itl.vo una gran influencia con su Géographie
Humain;(191Ó): ampliada en 1912, 1925 y 1934 y ttaducida al inglés y
al español. Participa de la mayor parte de las ideas de Vidal, aunque sub-
rayó como objetivo primordial de la Geografía humana los aspectos visibles
del pais_aje tal y como .~pa~ecen e~ ~na fotog.rafí.a__ aérea;. destacando. como
temas claves la ocupacwn nnproduCtiva, la d1fus1on de plantas y ammales
y la acción depredadora en los reinos animal, vegetal y mineraL Estos fe-
nómenos han de estudiarse a escala regional, para observar en estos marcos
sus interdependencias.
-Albert DEMANGEON (1872-1940) tuvo una gran influencia a través del
proyecto de ~;~~;T#de Geografía humana que nunca realizó, pero escribió
entre 1902 y 1941 una serie de artículos publicados posteriormente con
el título de Problemes de Géographie Humaine. Demangeon consideró la
Geografía humana como el estudio de las relaciones del hombre con el
medio físico; más tarde sustituye físico por geográfico por ser un término
más amplio, al abarcar las influencias naturales y las influencias del hom-
bre. Asimismo señala en su artículo Une déjinition de la Géographie hu-
maine tres pr_in<;ip!p_s_gl,~tod_olé>gi~¡::os_ que él considera esencial~~.=.
"""'""'">....,·~--~-.;;:....~· ·-··-·-··· ,, ~ '" ·'• .~·.--.·-~,·~-o:::.--:-,:c:
causalidad geográfica compleja en lugar del «determinismo brutal»;
necesidad de trabajar sobre una base territorial, que es lo que «di-
ferencia a la geografía de la sociología»;
principio de ·evolución, es decir, «recurrir a la historia», puesto que
«muchos hechos que parecen fortuitos sólo se explican cuando se
les considera en función del pasado».
Demangeon ejerció una gran influencia en la investigación geográfica,
ya que su tesis regional sobre la Picardie constituye la plantilla de muchas
monografías posteriores, así como sus estudios sobre el hábitat en el seno
de la Unión Geográfica InternacionaL
Tanto sus principios metodológicos, como la temática que recomendaba
estudiar -influencia del medio sobre los géneros de vida, la distribución
de los grupos humanos corno resultado del medio natural y del legado
histórico- fueron durante muchos años objeto prioritarios en la investi-
gación geográfica.
Por último, Emmanuel de MARTONNE (1873-1955) fue, junto con De-
mangeon, líder de la Geografía mundial, si bien su especialización en la
Geografía física hace que no le dediquemos mayor atención. Otros autores
como Raoul BLANCHARD (1877-1965) y Maximilien SoRRE ejercieron una
gran influencia; en la Geografía urbana el primero, pues su estudio de
Geografía urbana sobre Grenoble fue modélico de estudios posteriores; y
Sorre adaptó la noción de genre de vie y escribió- un monumental manual
volúmenes,, y un manual resumiendo todas sus ideas con el título de L'Hom-
me sur la terre (1951), preconizando en ambos el enfoque ecológico e in-
cluyendo temas de estudio muy originales que amplían así el horizonte de
investigación.
Naturalmente, la influencia francesa no puede reducirse a estos autores;
sin embargo, es preciso reconocer que las ideas básicas y su desarrollo están
contenidas en los autores citados_, ya que sin menospreciar la labor de los
geógrafos franceses de la segunda y tercera generación, es preciso admitir
que en su mayoría, desde 1900-1940, acataron las ideas filosóficas y meto-
dológicas vidalianas, dando una disciplina unitaria, y donde los artículos
metodológicos y filosóficos fuera de l?s reseñados brillaron por su ausencia.
Para los geógrafos españoles es de interés primordial examinar las con-
cepciones vidalianas sobre la Geografía, ya que éstas fueron exclusivas
,, ' ~
dura,nte una larga etapa y, aún en el momento actual, predominan en la
investigación, si bien en los Óltimos años aparecen tímidamente otras ten-
dencias (cuantitativa, radical, teoría de los sistemas). La influencia del
paradigma posibilista de la escuela francesa en nuestro país se plasma en
la smplia aceptación que tiene entre los geógrafos la concepción de la dis-
ciplina como ciencia de síntesis y la prioridad que se concede, dentro de
la investigación, a los estudios de carácter local y regional. Son suficientes
unas cuantas citas de los maestros españoles más destacados para corro-
borarlo.
La idea de considerarla como una ciencia excepcional y única está cla-
ramente expresada por CAsAs TORRES (1971), cuando afirma:
«La Geografía es una ciencia singular, su objeto es un conocimiento
sintético de cuanto ocurre sobre el espacio terrestre. Esta síntesis final, en
la que todos los análisis previos de sus ciencias auxiliares se ensamblan
y cobran vida, es su grandeza, su singularidad y su mayor dificultad.»
61

Conforme a esta concepc10n de ciencia de síntesis, está el hecho de
que la investigación geográfica debe ser anttLtQdo la región. Y es en la el~­
boración de una monografía regional donde se demuestra la compe:encta
y en donde se adquiere la verdadera cualificación de geógrafo. Ast, por
ejemplo, Amando MELÓN (1944) proclama:
«Resérvese a los maestros el discutir y dogmatizar; resígnese la ju-
ventud que empieza, por muchos que sean sus bríos Y valo:, a. en:plear
su vocación geográfica en el estudio pormenorizado de algun nncon de
los muchos que ofrece el solar hispano.»
Esta misma idea es compartida por otro de los grandes jefes de escuela,
el profesor TERÁN ( 1948) _,_que señala que el estudio regional «. · · deja. a
su autor en posesión de la técnica apropiada para toda clase de trabaJOS
ulteriores, puesto que al estudiar la región ( ... ) quedan abarcadas todas
las direcciones posibles de la investigación geográfica».
Vidal de la Blache y su escuela constituyen solamente uno, aunque tal
vez el más importante en lo que atañe a España, de los f~nda_dores de 1:
Geografía regional. Es precisa. señalar que existen otr~s dtrecc10nes Y me-
todos diferentes a los propuestos por Vidal que se olvtda~ / frecuen.te~ente.
En primer lugar, es preciso aclarar los conceptos de regw~ Y pazsa¡e;. :n
alemán ambos términos (Land y Landschaft) pueden traducirse por r~gz~n)
pero el' término Land es una unidad definida, un territorio con sus límites
administrativos, y así el Liinderkunde sería, en palab~as d~ . . Hettner, da
descripción de cada país o región>>; en este concepto se m~lmn~n las mono-
grafías regionales fra~cesas siguiendo la pauta de !a Pzc~rd~~ \190~) _~:
DEMANGEON. Ahora bien, la palabra Landschaft, analoga ar tetmmo mgleo
Landscape (paisaje) significa una región científicamente defini~a. Y ~~ede
referirse a un estudio de una región única y también a la dehmltacwn Y
clasificación de diferentes tipos de regiones.
FocHLER-HAUKE, en su Géographie (1959), diferencia ci~c?, e;nfoques
en el estudio del paisaje: mariología del paisaje, ecología _r~zsa¡zst~ca, cr~­
nología del paisaje, regionalización y clasificación del pazsa¡e o ~lstematl­
zación. Los tres primeros suponen otros tantos enfoques de estudiOs de la
región. , que tienen significado en la ocupación del hombre.
El concepto ecología del paisaje o regional es I?en?s comun; aparece
cuando se subrayan las relaciones funcionales entre la cmdad y el umland,
ya apuntado por Vidal en la Alsacia, pero .no ?~neralizado" hasta que aparece
la noción de región polarizada o de organ1zacton). en la decada de los 50. El
62
/
enfoque ecolÓgico también se apunta en el sentido de relaciones de fac-
tores en su ecosistema, en la obra de Maximilien Sorre.
La morfología del paisaje aparece claramente en Schlüter y Bruhnes
y estuvo muy difundido en Alemania en el período de entreguerras. Como
señala HETTNER (1927), «parten,de la noción de paisaje tal y como se ofrece
al observador, y restringen la consideración geográfica a los objetos que
aparecen en ese cuadro externo». .1
Hettner considera este enfoque parcial porque « ..,. pretenden restringir
el elemento humano en la Geografía a los fe~ómenos perceptibles por los sen-
tidos, excluyendo lo espiritual» ( ... ) y añade que no es legítimo separar,
«lo perceptible sensorialmente de lo meramente espiritual, que en verdad
también es perceptible por los sentidos, aunque en menor grado».
Aunque supone una limitación del campo de estudio, este enfoque pro-
porcionó un modo práctico de abordar los estudios siguiendo los principios
corológicos * de Hettner, pues combina la síntesis y la «conexión causal
de los diversos factores naturales, fusionados en un lugar de la tierra», y
además en el paisaje visible se estudian «las obras humanas» a lo largo
del tiempo, ya que como dice Hettner:
« ... cada siglo y cada año "introduce tan grandes modificaciones, que
debe concebirse de un modo bastante ajustado la noción de presente
geÓgráfico o, dicho de forma más general, la noción de acción del tiempo
que debe colocarse de fundamento para el estudio geográfico.»
La morfología del paisaje tuvo un gran predicamento en Estados Unidos
gracias a Carl SAUER, creando una escuela muy influyente en torno al
Departamento de Geografía de la Universidad de Berkeley. El enfoque de
Sauer se sintetiza en su famoso artículo The Morphology of Landscape
( 1925), que resume y sistematiza las ideas de varios trabajos publicados
entre 1919 y 1922.
Para Sauer el objeto de la Geografía no es la diferenciación espacial,
sino el comprender el cambio del paisaje natural al cultural y determinar las
diferentes fases por las que ha pasado el paisaje; por lo tanto se trata de iden-
tificar y datar los principales cambios que ha experimentado el paisaje natu-
ral hasta constituirse tal y como hoy se encuentra; en definitiva es recons-
truir, como hicieron Schlüter y Passarge, las diferentes transformaciones del
Urlandsdwft (paisaje natural) en Kulturlandschaft (paisaje cultural). Pro-
pugna el método inductivo y señala que ha de repararse en aquellos aspec-
tos de la ocupación humana visibles en el paisaje o en los fenómenos físicos
«Es decir, las cualidades físicas del paisaje son las que tienen valor
de hábitat, presente o potencial» (p. 323).
63

Sauer insiste en que el método morfológico ha de «reprimir a priori las
teorías» y apoyarse en admitir que existe una estructura compuesta de for-
mas y en que en el paisaje natural aparecen factores (geográficos, climáticos,
vegetación, etc., que a través del tiempo generan formas (clima, topografía,
mares y costas, vegetación) y, combinándose, crean el paisaje natural. El
paisaje cultural resulta del modelado del paisaje natural por un grupo hu-
mano. La cultura. es el agente; el espacio natural, el medio; el paisaje
cultural, el resultado. En definitiva, reduce la Geografía al estudio del paisa-
je natural (si te), significativo a la ocupación del hombre, y a la transfor-
mación de la site por los grupos culturales a través del tiempo.
Si la escvela regional francesa y los trabajos de Sauer dictaron las nor-
mas de la investigación geográfica, el fundamento y la justificación filosó-
fica de la Geografía como ciencia idiográfica *, ciencia puente, ciencia de
síntesis, se debe sin duda alguna a Hettner y a Hartshorne.
Alfred HETTNER, en su obra Die Geographie ... (1927), se adscribe al
historicismo * y hace suya la distinción que Windeband y Rickert hacen de
las eiencias entre nomotéticas e idiográficas. Hettner descubre a Kant y la
justificación filosófica que el filósofo hace de esta disciplina en sus Leccio-
nes de Geografía física. Hettner propugna para la Geografía un enfoque
corológico «corno el fin de la Geografía misma» y señala que la «conside-
ración geográfica no puede ser sino corológica, así como la historia sólo
! puede ser temporal» (p. 94). Asimismo considera que la Geografía es cien-
''
cia de la diferenciación espacial y afirma que:
«se ocupa de los hecho:3 de la superficie terrestre que son localmente
diversos y cuya diversidad local tiene importancia para otros grupos de
fenómenos o, como también se ha expresado acertadamente, que tienen
eficacia geográfica. El objetivo de la interpretación corológica es conocer
el carácter de los países y regiones, mediante la comprensión de la coexis-
tencia entre los diversos reinos de la naturaleza en sus diferentes formas,
capt.ando además a toda la superficie terrestre en su división natural en
continentes, países> regiones y pueblos» (p. 103).
Por otra parte, Hettner considera que la dimensión temporal es impor-
tante, pero «sólo para explicar la situación del momento elegido. «La Geo-
grafía -añade-- necesita una comprensión genética, pero no debe con-
vertirse en Historia.»
Richard HARTSfiORNE ejerci6 una influencia enorme con su obra The
Nature of Geography, aparecida en la revista Annals de la Asociación de
Geógrafos Americanos, en 1939, y reeditada en varias ocasiones posterior-
64
//'
mente. En el año 1959 editó un libro en el que de una forma más matizada
recoge los mismos principios expuestos en The Nature of Geography; el
se tituló Perspective on the Nature of Geography y conoció también
muchas reimpresiones; aún hoy es una obra de obligada lectura para poder
comprender la historia del pensamiento geográfico en .los países de habla
inglesa ..
En este trabajo se plantean puntos básicos como el objetivo de la Geo-
grafía, la definición como «estudio de las diferencias espaciales en la super-
ficie terrestre», el contenido de la superficie terrestre y la determinación de
los fenómenos significativos de estudios, el problema del dualismo entre
los factores naturales y humanos plasmados en la dicotomía Geografía
física y humana. Asimismo, reflexiona sobre la dimensión temporal en la
investigación geográfica, la división entre rbgi<Imal y general, el ·carácter
científico de la Geografía y su papel dentro de la clasificacióP de las
1
ciencias.
Su punto de partida es demostrar que la Geografía, considerada por
sus obras a lo largo de la historia, tiene un carácter corológico *; es decir,
en la mayoría de los trabajos se subraya la diferenciación espacial y ello
ocurre desde la época clásica, si bien reconoce importantes «herejías» (como
el determinismo *), que desaparecen, y la Geografía vuelve a recobrar como
objeto específico su tradicional objetivo, expuesto ya por HETTNER, «el
conocimiento de las áreas terrestres y sus diferencias» (1960, p. 13), o
«ciencia de la superficie terrestre basado en las diferencias regionales tales
como continentes, regiones, distritos y localidades» (1960, p. 13). Es decir,
HARTSHORNE parte de la concepción corológica * definida por Hettner e in-
siste constantemente en que «el único objetivo de la Geografía es com-
prender el carácter variable de las áreas basándose en los fenómenos interre-
lacionados que conjuntamente confieren a la región ese carácter variab!e»
(1960, p. 20).
En lo que atañe al contenido de la disciplina, es decir, a los fenómenos
que han de incluirse en el estudio, para HARTSHORNE, siguiendo las ideas
de Hettner, son «los que explican el carácter variable de la superficie
terrestre» (1960, p. 37). Y como no es posible estudiar todos los fenómenos
que aparecen interrelacionados en una región, l3; selección de los mismos
es objeto del cristerio del investigador que ha de elegir aquellos rasgos que
dan carácter a la región (Wesen).
Hartshorne no admite el determinismo ni la posibilidad de separar los
elementos físicos o naturales de los humanos, pues no existe un «campo
con dos partes diferentes», sino más bien un campo en los que unas veces
dominan los rasgos naturales sobre los humanos y a la inversa, pero la sepa-
ración de componentes es una abstracción mental, ya que en la realidad
se dan complejas interrelaciones, y la separación hace que lo que <<quede
en la región sea algo menos que el total» .. Esta dicotomía o dualismo, que
65
dio lugar a la Geografía física y humana, ·se apoya en la filosofía según la
cual los fenómenos humanos han de explicarse por hechos no humanos Y
buscar «leyes naturales». Hartshorne estima que este dualismo es reciente
y es peligroso por vaciar de contenido a la Geografía, puesto que su base
está en el estudio de las interrelaciones «sin considerar que estas interrela-
ciones puedan describirse como leyes naturales o leyes sociales».
Un aspecto esencial en el enfoque corológico * es el estudio de las
regiones. Para Hartshorne, en la superficie terrestre es preciso delimitar
unidades mínimas de estudio. Estas piezas individuales formarían el mo-
saico de una región. Estas unidades mínimas de análisis no han de estudiarse
aisladamente, sino que debe hacerse el ordenamiento de las mismas de
forma que aparezcan las diferentes formas estructurales. El método que
propone se apoya en tres fases:
~<... por un lado, asumir arbitrariamente cada pequeña ~rea unitari~
como uniforme integralmente, Juego delimitarla de sus vecmas Y const-
derarla como unidad diferente y, finalmente, de manera arbitraria tam-
bién, consideramos unidades idénticas a lo que en rigor serían unidades
muy similares en carácter» (1960, p. 440).
Además Hartshorne admite que, al igual que una región compuesta por
unidades, como un mosaico, también las regiones se reladonan entre sí;
por ello la Geografía regional estudia también el modo en que las regiones
están unidas formando áreas mayores hasta constituir «la única área uni-
taria: el mundo».
Es importante subrayar que Hartshorne reconoce el carácter subjetivo
de toda delimitación regional, aspecto éste no admitido por la escuela vida-
liana que considera la existencia de la región como un ente real, ajeno a los
criterios que la definen. Hartshorne llega a decir:
«Nuestro juicio de similaridad implicará un juicio subjetivo; así como
las características de las unidades homogéneas son de mayor importancia
que las otras, así también, en el mejor de los casos, la determinación de
la región es, en un sentido, arbitraria» (1960, p. 445).
Por lo tanto, en Geografía regional es imposible descubrir leyes; su
objetivo es simplemente lo que expresa su denominación: «la descripción
de la superficie terrestre en sus partes». Para ello es preciso realizar mo-
nografías regionales y, a partir de las mismas, tal vez se puedan establecer
algunas generalizaciones, pero nunca leyes. Hartshorne no define el tamaño
de la región y sólo indica que el objetivo esencial en el estudio de la región,
es suministrar «una ilustración precisa y representativa de un espacio más
amplio», reconociendo la imposibilidad de dar una dimensión concreta de
la región.
66
Y concluye diciendo:
«Debemos, por lo tanto, reconocer que nuestras regiones son mera-
mente "frag~entos de tierra" cuya determinación implica una conside-
rable proporción de juicio arbitrario» (1960, p. 445).
Una vez descrito el objeto de la Geografía como ciencia regional, señala
el contenido de estudio en la región y apartándose del enfoque vidaliano
afirma que: '
\
«El único camp~ de la Geografía que no está incluido en la Geografía
regional... es la Geografía histórica ... ». 1
Hartshorne cree que no es posible formular leyes en Geografía, porque
«lo que se espera de ella es una descripción explicativa de los fenómenos
y presentar el complejo total de los mismos, formando una región» (1960,
página 147). Esta complejidad de fenómenos hace que pocas unidades terres-
tres sean similares, ya que es imposible que todos los fenómenos a,parezcan
con las. mis.mas características e~ todos los lugares. Es posible hacer algunas
generahzac10nes cuando se cons1deran unas pocas variables interdependien-
tes, pero en Geografía, incluso cuando se estudian sólo~ los fenómenos na-
turales, tratamos siempre de situaciones complejas y sin posibilidad de
observarlas bajo control de laboratorio como ocurre en las ciencias siste-
máticas (Física, Química). Por otra parte, en las decisiones humanas des-
empeñan un gran papel personajes singulares (por ejemplo, Julio César) y:
«miles de figuras menores que han influido en pequeñas y grandes co-
munidades, y, por lo tanto, dejaron la impronta de su liderazgo en cada
país» (1960, p. 153).
Ante estas limitaciones debidas a la complejidad del objeto de estudio
(regiones), la Geografía es «un campo de conocimiento que se preocupa
por conocer y comprender casos individuales» (1960, p. 157). Y ello implica
que los lugares, las regiones, como las personas y los hechos históricos,
son «en esencia, conceptos específicos».
Ahora bien, aunque Hartshorne asigna como objetivo prioritario el
estudio de lo singular (región), también reconoce la necesidad de progresar
en estudios y conceptos genéricos a fin de «ahorrar tiempo y esfuerzo»;
pero estos conceptos generales surgirán de integrar resultados procedentes
de trabajos individuales, y, aún así, la «última prueba en Geografía es
naturalmente el estudio de la máxima complejidad que aparece en espacios
concretos y únicos», y como estas unidades son únicas no pueden conside-
rarse como muestras representativas de espacios mayores (1960, pp. 157-
159). Pero Hartshorne, aun pensando que los conceptos genéricos son nepe-
67

· el análisis regional y que pueden lograrse cuando «se miden los
sanos en . 'd · f
fenómenos correctamente y se describen con med1 as _, c~antlta lVas. . y se
someten a comparaciones estadísticas a través de la log1ca. n::atematlca»,
no está de acuerdo, sin embargo, en identificar como ob]etlVO d~ una
ciencia la formulación de leyes, pues es, según este autor, confun?u los
medios con el fin y es un artículo de fe declarar que '<todos los fenome~os
de la realidad, incluyendo las decisiones y acciones hun::ana~, son exphc~:
bles en términos dé relaciones de causa-efecto determmables por leyes
(1960, p. 168). d b
En definitiva, Hartshorne propone que el . ~eógrafo· ha ~ usc~r' a
través de la observación objetiva, la descripc10n d~ l?s fenomenos.' los
fenómenos observados se clasifican hasta donde la reahd~d lo permlt~, Y
se obtienen ,<conceptos genéricos y universales>> y, a traves_, ~~ la c?nsl·~e­
r~ción raciogal de los hechos y por pr?cesos lógic?~ de anahs1s . . y smtes1s,
se logra la comprensión de interrelac10nes especlf1cas . de. ~enomenos en
marcos concretos (regiones). La aplicación de estos prmc1p10s n?s l~e:V. .a,
según Hartshorne a una forma de conocer diferente a la de la mtm~~on
0
el instinto; es 1~ que el autor llama «una deducción a priori o revelac1on»
(19601 p.
Pedro Kropotkin, hijo de un aristócrata ruso, espír~tu. inquieto, fecundo
pensador y geógrafo, encarna una alternativ:¡ m~y d1st1~ta de la. que se
desarrolló en el campo de la Geografía en la pnmera mitad del s1~l?. . xx.
En 1861 se alistó en el ejército para participar en ~~a ~xped.1c1~n a
Siberia. Durante su estancia en Siberia reparó en el espt~ltu 1gu~htar10 Y
de autosuficiencia del campesinado ruso, así como en las mfluencms nega-
tivas del centralismo político. . opuestam), Kropotkin no ve una solución definitiva sino la posibilidad de
Pedro Kropotkin fue un afamado geógra~o _POr sus es:ud10s sobre G~,o-
grafía física y en particular sobre el glacwnsmo. Sentla una sensac10n
placentera al observar la armonía y unidad de .la N ~tur~~eza, p~r? pronto
~eparó que no podía efectuar ni proseguir su mvest1gac10~ ded1candose a
la «pura ciencia» en un vacío social, comenzando a cuestwna~ el derecho
a gozar del descubrimiento de los hechos objetiv?s, sin imph~arse ~n ~a
justicia social. Congruentemente con este pensam1e~to rechazo e~ p,1esto
de secretario de la Sociedad Geográfica Rusa y, romp1endo co~ los ~ntereses
de su clase se convierte en un activista antizarista y revoluc10nano.
Puede decirse que, desde 1874, su trabajo geográfi~~ se. guía por un
sentido de justicia y un deseo de impulsar la cooperac10n hbre. entre los
68
hombres. No abandonó la Geografía para hacerse anarquista, sino más
bien amplió el enfoque geográfico incluyendo la crítica social. Es decir, el
anarquismo social de Kropotkin busca demostrar la existencia de una base
de cooperación en la naturaleza humana cuando el hombre se instala en
un medio alejado del centralismo y de la influencia de todo autoritarismo
político. La libertad y ayuda mutua son las fuerzas progresivas en la evo-
lución humana (M .. BREIBART, 1981).
Krbpotkin considera esencial la libertad personal apoyada en una base
comunal, de tal forma que el enriquecimiento y desarrollo de la persona-
lidad humana depende de una identificación con los intereses de un grupo
mayor. Concibe la libertad real compatible con la individual; es un sen-
timiento de dependencia mutua para la acción colectiva, pero también una
oportunidad de expresar la diferencia individual.
En su obra sobre el Apoyo Mutuo (1902) considera la historia como la
resultante de dos fuerzas eooperadoras y competitivas, y de modo opuesto
a DARWIN que en El Origen de las Especies (1859) sólo repara en la lucha
por la vida y en el exterminio de los más. débiles por los más fuertes, Kro~
potkin considera que esta visión es parcial, ya que la lucha por la existencia
la efectúan grupos de individuos cooperando entre sí, y, por tanto, Kropot-
kin ve en la Naturaleza un predominio de mecanismos de ayuda y colabo-
ración más que de simple competencia. Considera que determinadas formas
de organizarse promueven la desigualdad y la injusticia. La división del
trabajo, considerada por la Economía Política como principio del progreso
económico, tiene carácter ideológico: «se trata de reconocer los hechos y
justificarlos en función de los intereses de la clase dominante» (B. GALOIS,
1977).
En La conquista del pan, Kropotkin señala ¡1ue el enfoque atomístico
considera la naturaleza comQ átomos o individuos compitiendo los unos con
los otros. Kropotkin rechaza también elmétodo dialéctico, y señala que, si
bien es cierto que en la historia aparecen tendencias y contratendencias
que pueden corresponderse a la tesis y antítesis, sin embargo éstas no se
resuelven en una síntesis, sino en un equilibrio entre fuerzas «eternamente
una armonía siempre cambiante.
Cree que la concentración de los factores productivos no son leyes inevi-
tables, y ataca las llamadas economías de escala, como medida que permite
la centralización y compartimentación del espacio e inhiben lo·· comunal,
por lo que considera la descentralización como objetivo prioritario para
articular una nueva forma de vida.
Con estas concepciones es fácil comprender que Kroprotkin fuese exclui-
do de la Geografía institucional pese a ser un reconocido geógrafo. En
1890, la Real Soci(!dad Geográfica le rindió público homenaje, y mantuvo
buenas relaciones con W. M. Davis, H. W. Bates y P. Geddes.
69
 Kropotkin consideró a la Geografía como disciplina adecuada para
desarrollar la imaginación de los niños y para fomentar el respeto mutuo
en generaciones y pueblos. La célula básica de organización del espacio
era la «Comuna autogobernada» formada por campesinos o ciudadanos
que utilizaban sus recursos en una amplia gama de usos económicos; advier-
te e] peligro de la especialización funcional del espacio que lleva al some-
timiento de una región por otra. Considera que es oportuno aminorar la
oposición entre usos del suelo industrial y agrario, así como evitar a toda
costa las grandes concentraciones. Estas ideas influirán en las concepciones
de Howard en su «ciudad-jardím·>, en el historiador de la ciudad Mumford,
etcétera; pero Kropotkin consideraba que no era suficiente una simple
modificación de la organización del espacio, sino que era preciso realizar
una revolución social.
Así pues, el espacio geográfico kropotkiniano se organizaría en fede-
raciones territoriales, formadas por comunidades con autogobierno, lo que
favorecería el intercambio y las relaciones en condiciones de igualdad. Por
lo tanto, el espacio económico de un paisaje kropotkiniano se caracteriza-
ría por la escasa diferenciación entre regiones proveedoras de recursos,
industriales, o de consumo. La circulación de ideas, personas y productos
sería libre, y el intercambio de productos disminuiría en benefieio del
intercambio de necesidades. El precio y los costos, criterios esenciales en
la localización de la actividad económica; se verían sustituidos por una
evaluación a nivel local de las necesidades y de los recursos. Por último,
las vías de comunicación tendrían como objetivo unir comunidades en lug~r
de atarlas a una dudad central organizadora y dominante. Por lo expuesto
queda claro que estas ideas se oponían a ]os planes coloniales y naciona··
listas, mezquinos e insolidarios, de finales del siglo XIX y comienzos del xx.
Por ello, sus conceptos no se incorporaron ni a la investigación ni a la ense-
ñanza; pero es necesario señalar que Kropotkin, lejos de dar una visión
estrecha de la Geografía como eiencia preocupada del medio, subraya la
interrelación de los procesos sociales y naturales y la importancia del esta-
blecimiento de relaciones de cooperación entre ambos.
La obra de Réclus
Otro caso similar es el de Eliseo RÉCLUS ( 1830-1905), a pesar de su
prestigio entre los contemporáneos y de su magna obra: 19 volúmenes de
la Nouvelle Géographie Universelle (1872-1895), dos tomos de La Terre,
description des phénomenes de la vie du globe_, y los seis gruesos volúmenes
L'Homme et la Terre, traducida ésta al castellano por Anselmo Lorenzo en
1907, pero poco citada por los geógrafos españoles.
70
Su pensamiento geográfico se refleja claramente en los volúmenes V y
de El Hombre y la Tierra. Sus concepciones son similares a las de Kro-
potkin, y así concibe a la Geografía como:
«La lucha de clases, la búsqueda del equilibrio y el arbitraje soberano
del individuo son lo& tres órdenes de hechos que nos revelan el estudio
de la Geografía social, y que en el caos de las cosas se muestran bas-
tantes constantes, para que pueda dárseles el nombre de leyes.» (RÉCLUS,
1907, p. _IV.)
Su carácter de rechazo al colonialismo se aprecia en la página 406 del
tomo cuando declara:
«Uno de los primeros actos que hizo Stanley a su regreso Congo
( 1884), fue dirigirse a la Cámara de Comercio de Manchester para par-
ticipar a Jos mercaderes reunidos que en la cuenca fluvial del Congo
hay millones de indígenas que no usan camisa de día, ni camisa de noche,
y lo que deben hacer las gentes de Manchester es enviar a esas comarcas
numerosos misioneros que enseñen a los indígenas a vestirse decente-
mente, y la consecuencia cierta de esta nueva cruzada será la importación
enorme de tejidos de Manchester .~>
Su concepción sobre la armonía entre las relaciones del hombre y el
medio natural, son similares a las de Kropotkin, y, así, en el tomo VI, pá-
546, señala:
«coordinar los continentes, los mares y la atmósfera que nos rodea,
cultivar nuestro "huerto terrestre", distribuir de nuevo y regularmente
los ambientes para favorecer cada vida individual de planta, 1de animal
o de hombre, adquirir definitivamente conciencia de nuestra humanidad
solidaria, formando cuerpo con el planeta mismo, abarcar con nuestra
miráda nuestros orígenes, nuestro presente, nuestro objeto próximo y
nuestro ideal lejano, he aquí en qué consiste el progreso.»
Yves LACOSTE (1981), en un estudio reciente sobre Réclus, considera
que este geógrafo francés tenía una temática y una concepción mucho más
amplia y moderna que la expuesta por Vidal de LA BLACHE en el Tableau
Géograp.hique de la France (1905) o en los Príncipes de Géographie Hu-
maine.
En efecto., solamente el tomo VI de El Hombre y la Tierra examina una
gama de aspectos muy amplia: distribución de la población, poblamiento,
urbanización, formas de propiedad, agricultura, industria, comercio. Y no
es sólo su temática, sino tambiéh su método y técnicas empleadas, desco·
nocidas en la Geografía francesa hasta la década de los 50. Así, por
utiliza mapas de isocronas para Francia y para el. mundo, elabora
71
mapas sobre el equipado cultural de Boston y presenta un mapa de coro-
.A_sí pues,. en la evolución de la Geografía, la aportación anarquista es
pletas en el que se indica el porcentaje de habitantes que utilizan bibliote-
dectstva Y vtgen~e: ?ues la . Geografía intenta separarse del aparato
cas, etc. No es fatalista y cree que las deficiencias a las que se ve sometida
Estad~ "qu~ la ~t~hzo como Instrumento de expansión colonial -y de repre-
la humanidad, como por ejemplo el hambre, no se deben más que a causas senta?ton tdeologtca, por lo que Lacoste considera que el legado geográfico
de organización social.
de Recl~s, al que podemos añadir el de Kropotkin, supone un progreso en
« ... las escaseces no proceden de una negativa del suelo, ni de un nú-·
Geografta como mét~do de análisis objetivo y científico (LACOSTE, 1981),
mero excesivo de participantes en el banquete de la vida, sino que deben que vuelve a revalonzarse y a redescubrirse en el momento actual.
atribuirse al hecho de que el trabajador no tiene acceso a la tierra.»
(Tomo VI, p. 313.)

Réclus no sólo supera la temática vidaliana del Tableau, considerado

como modelo de descripción y de razonamiento g~ográficos (LACOSTE,
1981), sino que supera tambHSn el alcance del concepto genre de vie y, en
general, de todos los artículos aparecidos en Annales, recogidos y publicados
por el yerno de Vid.al, E. Martonne, y que sirvieron de modelo de Geo-
grafía general humana apareciendo las mismas lagunas que en el Tableau.
Así, por ejemplo, se dedican cinco páginas a la ciudad y ni una sola línea
a la industria. Puede decirse con Lacoste que son los silencios de Vida!
los temas preferentes de Réclus. Este geógrafo, especialmente en el campo
de la Geografía humana, desborda ampliamente a su coetáneo V. de la
Blache; sin embargo, sus ideas políticas anarquistas, el éxito del enfoque
regional vidaliano que constituye una representación del mundo atractiva
y colorista, haciendo referencia a aspectos espectaculares del paisaje y al
recuerdo histórico, y, por otra parte, la escasa consideración y valoración
que tuvo Réclus por parte de Engels y Marx, son los factores que Y. La-
coste considera como causantes del anonimato. A él no es ajeno también
el aspecto geopolítico, ya que Réclus interpretó el Mundo no apoyándose
en regiones más o menos personificadas o deificadas, sino sobre el Estado,
lo que es menos alegórico yj también, menos sugerente o poético. Sin em-
bargo, G. S. DUMBAR (1980) considera que su obra no se difundió en
Francia por no e:jercer en París y que sus ideas anarquistas no impidieron
que fuese difudida en Gran Bretaña, Suiza, Bélgica y España.
Beatriz GIBLIN señala en su artículo, Elisée-Réclus, 1830-1906, Hero-
-doto, núm; 22, que Marx y Engels hablan de los hermanos Réclus en un
tono despreciativo e irónico:

«La opinión de los socialistas franceses me divierte. Estará represen-

tada por las tristes figuras de los hermanos Réclus.»

Y refiriéndose a Eliseo dicen:

<<Eliseo es un vulgar compilador, y nada más ... Políticamente, es un

charlatán y un impotente.»

72
13

contexto
Y a hemos dicho que el pensamiento geográfico en un momento deter-
minado es eJl resultado de una filosofía que impregna a las ciencias y sobre
la que se apoyan sus bases y métodos. Asimismo influye la demanda social
y los intereses de la comunidad científica. Es, en definitiva, el enfoque
contextua! que hemos propugnado en este libro.
El paradigma suantitativo o la «Nueva Geografía» apoya y funda111enta
su razó-n:- de ser-y sus métodos en er positivismo lógico, que se apoya en
las ideas de un grupo de científicos conocidos como positivistas lógicos,
centrados en torno a Moritz Schlick y la Sociedad de Filosofía Ernst f~:iarch,
que se dio en lla111ar el Círculo de Viena, y al grupo de Berlín capitaneado
por Hans Reichenbach. Estos dos grupos desarrollaron el positivismogene-
taJízando sus principi-;;s,-~1 C()nsidgrar que)a lógicª- formal y la~ __ méJt~má­
tLcas~ así como la evidencia _de los sentidos,.son las únicas fuentes seguras
del conocimiento. Se oponen a todo tipo de fenómenos no verificables por
considerarlos metafísicos,, lo que explica su oposición abierta al régimen
nazi, puesto que éste se apoyaba en un conjunto de prejuicios irracionales
que cristalizaron en un dogma ideológico. No hay que olvidar que los nazis
apoyaban la investigación que corroborase las actitudes expansionistas y de
superioridad raciaL Ello explica que uno de los maestros del Círculo de
Viena, Moritz Schlick, fuese asesinado por los nazis, y sus compañeros
perseguidos y exiliados a gran Bretaña y a Estados Unidos.
Los objetivos de este movimiento filosófico -neopositivista * aparecieron
en el cmanifiesto del Círculo de Viena. Pretendían una ciencia unificada, para
lo cual era necesario buscar un lenguaje exento de contaminación subjetiva
74
y de juicios de un lenguaje neutro, en el c:uu:u!i).l.i!li
distinción básica entre el positivismo del siglo XIX y el
En este último caso en lugar propugnar un esquema ex1::>1H~atJtvo
miJtüs1ta * Y un método de investigación inspirado en ciencias de natu-
y, más concretamente, en la biología de Darwin estos Científicos
pro~~gnan tam~i~n, partiendo de la experiencia, el· estabiecimiento de pro-
posiciOnes .. e~p1nc~s y proposiciones analíticas basadas en la lógica y en
las ma~et_nattcas. ~!~ d~da alguna,.la D1ayor diferencia en~~ el positivismo
f!~!~P11!!11sta del stglo .XIX X el nuévo positivismo es el recházo de una inter-
pretación determinista y causal entre· la relación de fenómenos. Este hecho
~stá 1igado a la ev~luc}ón -~e espacio y tiefl¡po en la física, q~~·-ro111pe con
el ~~qu~~a new~~mano y_J aparece concepción oel -espacio relativo y las
leyes _de . . probabthdad P~!~ ~xplicar los comportamientos de las p~uiícuías
elemental:s. En la actualidad, la física no cree en la validez del principio
causahdad, porque no se limita sólo al ·estudio de los fenómenos de
conjunto que resultan del comportamiento de un .ipmenso número de ele-
mentos, Y así se ha confundido las grandes probabilidades que los procesos
d~. estos fenómenos acarrean, CO:t;J. la certeza. Se ha tomado la gran proba-
bthdad como causa y se creyó que estas mismas conexiones causales son
aplicables al estudio del comportamiento de los átomos considerados indi-
vidualmente. En la física actual, la conclusión es opuesta al determinismo:
causal, pues lo que la física clásica considera como conexiones causales ·la
física moderna. lo contempla como mera probabilidad, que en fenóme~os
de conjunto coincide prácticamente con la predicción causal.
El i~determi~ismo * puede formularse así: las realidades o, mejor, las
pretendt~as . reahdades que escapan al determinismo de la . ciencia y que,
por constgmente, abren el nuevo cauce teórico del indeterminismo, son las
que resultan de la combinación de dos mediciones exactas. El universo de
las partículas atómicas se halla regido por un estatuto de objetividades de
las que se conocen la mitad de los datos; la otra mitad resulta descono-
cida. En la física actual se establecen relaciones matemáticas entre una
cie:ta ince~tidumbre. con respecto a otros datos conjugados de esta primera.
Ast, por eJemplo, s1 se conoce la posición de un electrón en un instante
resulta indeterminada la velocidad en ese instante. Cabe, no obstante, opta;
por un conocimiento de la posición con una cierta probabilidad relacionada
con~ la pri~era .. ~!"~~~~-~i~Jent~~, Ja J!~iy~ ·- c;ot1t~WRP!'.4:l1eª
c-~~~,~t~~_,pri~ordial d~}~ l'robabilidad~ y, a~í: Eddi11gton_ ~eclara:
«En grandes líneas la mecánica ondulatoria de la imagen .de un Uni-
verso que tiene por sustancia la masa, la energía, la cantidad de movi-
miento, la fuerza eléctrica y magnética, etc. En la mecánica ondulatoria
75
 examinamos cómo la probabilidad se desplaza y se redistribuye; en la
mecánica ordinaria buscamos la manera cómo la masa, la cantidad de
movimiento y el campo electromagnético se mueven o se propagan. En
la primera, las ondas, que dan nombre a la teoría, son ondas de proba-
bilidad; en la segunda, son ondas sonoras, electro:rflagnéticas o gravita-
torias las que entran en consideración.» (EDDINGTON, 1945, p. 140.)
Así pues . vemos cómo Ía probabilidad constituye la esencia del enfoque
en la Física y llega a considerarse como la raíz de la objetividad física.
Es, por lo tanto, el positivismo * l6gico del Círculo de Viena la filosofía
que proporcionó la base de la nueva Física y ésta, a su vez, fue el modelo
que inspiró a las ciencias sociales. La diáspora de estos filósofos y cientí-
ficos tuvo un papel esencial en la introducción del paradigma en las cien-
cias sociales dentro de la escuela sajona (Neurath y Popper en Gran Bre-
taña, Carnap, Bergman y Feigl en los Estados Unidos) a través de las in-
fluencias de publicaciones como Encyclopedia of Unified Science Y del
Journal of Unified Science.
Además de la influencia filo~ófi_ca _del positiyismo es preci~o destª9ªr__ _
las-i~s~f-iciencias- del enfoque -regional clá~ic(), poco adecuado a fa proble-
mática de una soCiedad urbana e industrial. Por otra parte, Europa y Esta-
dos Unidos salían de la H Guerra Mundial con resultados muy diferentes,
ya que Europa, campo de operaciones bélicas, salía desrozada, en tanto que
Estados Unidos se consolidaba como potencia hegemónica en franca expan-
sión e~onómica. En ambos espacios se consideró necesario la o~ganización
territorial de la econom.ía y del desarrollo económico. Era preciso «domes-
ticar el crecjmiento>-"', siendo para ello necesario buscar las leyes que regían
la organización del espacio a fin de ordenar armónicamente el desarrollo
económico a través de una creciente intervención del Estado.
A esta demanda social acudió la Geografía tanto en los países occiden-
tales como en los socialistas. Este hecho es importante, ya que supuso rom-
per con su aislamiento tradicional y diversificar su producción. A partir
de la década de los 50, el espacio y su organización va a ser la preocupa-
ción dominante en los países sajoneG, rivalizando con economistas, arqui-
tectos y otros científicos que crean toda una nueva disciplina llamada «cien-
regional».
En este contexto filosófico y social, la comunidad de geógrafos no se
comportó de un modo uniforme, ya que las circunstancias eran diferentes;
por ello, mientras que en los países sajones hubo un fuerte debate sobre el
papel de la Geografía en el campo científico, y se urgía a formular nuevos
conceptos y métodos más acordes con los de la «ciencia», en Francia, Ale-
mania y países mediterráneos, el debate y la introducción del paradigma
""'"·•·d·i-t<>-tn,n fue más tardío y no aparece hasta la década de los años 70.
76
El enfoque neopositivista, tal y como fue trasvasado a la Geografía,
aparece perfectamente sistematizado en la primera parte del libro de ABLER,
.ADAMs y GoULD (1972), Spatial Organization. En esta primera parte, titu-
lada Orde11, Ciencia y Geografía (cap. 1-3, pp. 3-89), se sintetizan las ideas
básicas de esta corriente filosófica tal y como se adoptó por los «nuevos
geógrafos».
Los autores citados plantean el origen de la ciencia y consideran que
el objetivo esenci~l de la ciencia ~s la. resoluci~!l de problemas. Cuando en
~!!a -OIS~ie!iiúi~.~if~ten~:ro))fémas, y. existe umi cé)ñ.iun!dad científica, pronto
aparece-~n~ ciertaespecialización,~yaq~e mientras unos se limiúin a resol-
verlos problemas- íiunediatos aplicando los principios establecidos y acep-
-tados por 'Ia' mayoría (los practicanteS de esa ciencia), Otros dedican su
tiempo a la 'mejora de métodos y herramientas de trabajo; finalmente,
existe _un .. número en general muy pequeño, que es el más especulativo,
consagrad9 _a _r_e§<:)Jyer pr()blemas teóricos~- Una ciencia bien desarrollada
tiene una estructura triangular; la base es un conjunto de problemas; los
encargados de resolver los problemas urgentes aplicando los conceptos y
herrami{lntas usuales han de ser los profesionales más numerosos, luego
los que dedican su tiempo a la mejora de métodos y técnicas han de ser
minoritarios. Se considera que una disciplina científica que no responde
a esta estructura es una ciencia endeble. En (}e'!grafía. ~ay qu~ admitir que
abundªv Jnás -19~ metodólogos y epistem61Qgos- qiie~JOs profesionales prac-
ti.c-ani~~i por lo t-ántü-," estos -autores estinúm que sería conveniente incre-
mentar el nómero de profesionales, es decir, que sea una ciencia abierta
a la sociedad más que una comunidad cerrada, académica, cuyo objetivo
exclusivo sea la preparación de docentes de la Geografía.
Se parte de la base de que la Geografía considerada como ciencia ha
de apoyarse en los hechos de observación; por lo tanto, las percepciones
de los hechos y la conciencia de los mismos (las experiencias) son los ele-
mentos sobre los que ha de operar la ciencia. Ahora bien, nosotros estamos
sometidos a una corriente perceptual, y de un sinnúmero de sucesos sólo
experimentamos unos cuantos que tratamos de manipular de forma que estas
experiencias cobren un sentido. Existen, en todas las culturas, sistemas de
ordenar las experiencias, con lo que se deduce que ha de ser una necesidad
básica del hombre. Los sistemas generales de ordenación de las experiencias
son el religioso, el estético, y el científico que nos indican la manera de
manejar el mundo y de relacionarnos con él, para obtener un beneficio.
De todas las experiencias que llegan a nuestro cerebro las que nos
interesan son aquellas que suscitan preguntas, es decir, las que no están
77
ordenadas. El modo de producir un orden es observar hechos y tratar de
responder satisfactoriamente a las preguntas que nos evocan las experiencias
de los mismos. Este mecanismo que lleva a una ordenación de las experien-
cias es aplicable a la ciencia, a la teología y al arte. Todos los sistemas in-
tentan responder a las preguntas básicas de nuestra existencia: ¿Qué?
¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Quién? ¿Por qué? El dar una respuesta
satisfactoria a estas preguntas es imponer un orden. Estas seis preguntas y
sus combinaciones agotan la curiosidad sobre la experiencia y las respuestas
satisfactorias a estas preguntas producen un orden completo; este objetivo
es más ideal que real dada la limitación del pensamiento humano; sin em-
bargo,. tiene un valor considerado como «modelo ideal».
Los citados geógrafos, siguiendo al filósofo y físico 'Margenan, explican
el mecanismo de ordenar las experiencias. Parten de una serie de sucesos
externos al plano perceptual. Una parte de los mismos atraviesan la fron-
tera sensorial y se convierten en experiencias: son el punto de partida;
aquellos hechos no «percibidos» no son objetos de interés. Con las expe-
riencias se elaboran const.ructs, ideas sobre la experiencia a la que se le
impone un orden inicial. La elaboración de los constructs es taxonómica,
es decir, dar nombre a las cosas. Con los constructs que tienen apoyatura
material se elaboran los conceptos que son ideas generalizadas formadas a
partir de muchas experiencias (por ejemplo, distancia, forma, velocidad),
pero sin contenido empírico. Por último, los conceptos pueden reducirse a
dos mega-conceptos: número y relación, y ambos pueden aplicarse univer-
salmente. Es decir, a cualquier experiencia o construct; puede aplicársele
un número y relacionarse con otra experiencia. Nuestros conceptos se ela·-
boran a partir de estos dos megaconceptos, que son de capital importancia
porque nos sirven para manipular las experiencias. Así este esqueroJt)1W~
qanicista nos proporciona una concepción monista aer,
rnut1d() _J~!J ,Q9J1d~~
no existe separación entre matei-ia y espíritu} mundo interior y exterior.
Son los hechos los que estírrmlan nuestros sentidos. Estos, )ncapaces (ie
recoger todos los estímulos, iépanm y seleccionan mio~ cua:r;üos que se
convierten en experiencia.; Jas experiencias las generalizamos a t~avés cie
un proceso continuó de abstracción que va de la simple denomlnacjófl: ,de
la experiencia (coiistruct) al cC/ncepto y a los megacouceptqs que_nos- per-
mitirán manipular y ordenar nuestras experiencias.
De todos los sistemas ordenadores de la experiencia es la ciencia el
más institucionalizado, el que más recursos dispone y el más floreciente,
hasta tal punto que el 90 por 100 de los científicos están vivos en el mo-
mento presente. En realidad, constituye un sistema más y obedece al mismo
principio que los otros tres, per() se cree que el sistema científico es el más
eficaz para enfrentarse «con Íos serios- próbTériias sodales·y físicos~ cde-los
cuales,_. id menos tres -guerra Iría, contaminación ambiental y superpqola-
ción-'- amenazan nuestra existencia». Por lo tanto, s(la ciencia es el sistema
')
78
más eficaz Y l?s geógrafos han de producir conocimiento útil, «agrade o
no,. la Geografia Y las restantes ciencias sociales tienen responsabilidades
sociales Y ~orales urgentes. Con~ideramos que no existe alternativa que
no .sea. practicar la Geografía co~b ciencia si deseamos cumplir con estas
obhgacwnes». 1
Partiendo de estos supuestos/filosóficos, no se a~mite dualismoen las
ci~~!.la,9;u~)a ci~11cia.es ~n_si~t~ma de ordeñar -las experiencias y,' por
t?J)t~, la (:hvunon e~tre cienctas ftsicasy ~ociales es artificial carece de
s~ntic1o: Es el <<método de imponer orden» el que diferencia ~1 científico
del cultivador de otros sistemas (religioso, sentido común 0 esteta). Según
este enfoque de ciencia única, sólo cabe. diferenciar en todo caso la distinción
q1.1e. introduce el neopositivista Carnap entre ciencias formales y ciencias_ em-
píricas. Las ciencias. empíricas se_ apoyan. ~n ·datos de observación como
la Geografía, Geología, Fí~i~a, Historia, .etc.; en tanto que las formales
carecen d~ .contenido empírico opera11sin4atos, y son sistemas de pensa-
miento, logtca y matemáticas. Son las ciencias que se- apoyan en los dos
nt_egaámceptos de relación y número. Estos.sistemas de pensamiento pueden
a,plicarse a !as ci~ncias empíricas. La diferencia entre ciencias empíricas y
formales es la m1sma que la que se da entre COl}struct, experiencias con
contenido y base empírica, y concepto, que carece de este contenido. Las
ciencias empíricas elaboran un conocimiento' apoyado en datos de obser-
vación Y sus resultados se dirigen a responder preguntas de tipo cómo;
estos resultados han de someterse a verificación y confirmación empírica,
en tanto que los resultados de las matemáticas y de la lógica no precisan
del test de la confirmación.
Así pues, Ja .Geografía e~ una ciencia .elnJ~Írica si utiliza el método de
1~ ci~ncia y cóino" sus· compafteras (Físícá; c)uíl11i?a, Geología, etc.) ha de
hac~r. uso de las ~iencias formales. El grado de desarrollo de una ciencia
~m:pírica viene dado porelempleo_-de la logica y de. las matemáticas. La
ventaja- ere· tffili:úú·" estás dos sistemas de pensamiento es que la Geografía
puede comprobar la validez de sus operaciones con los datos de observación
sin tener que referirnos de un modo constante a la realidad. Por ello, los
-~p.~eyos E€!Ógrafos» consideran que las ciencias formales, lalógica de los
m()delos_ .Y la mateinatizadón son los ·pilares de nuestra discfplínª- y, sin
acudir a estas dos ciencias, los resultados sérán poco satisfactorios. Sobre
estos supuestos, y partiendo de la base de la bondad y adecuación del sis-
tema científico a la hora de resolver los problemas prácticos, no se duda
en la urgencia de adoptar el método científico.
El método científico
¿En qué consiste el método científico?
Aunque no resulta sencillo describir analíticamente las etapas del mé-
79
todo científico puesto que todas ellas operan al mismo tiempo, sin embargo
Experiencias Experiencias }
podemos distinguir las siguientes fases: perceptuales perceptualev /

a) Formulación de una hipótesis. Para resolver un problema de un

modo científico necesitamos disponer del problema y formular una hipó-
tesis. En realidad, ambas operaciones son simultáneas, puesto que conforme Hechos no Imagen de la estructura
emerge el problema, aparece la hipótesis, es decir, una respuesta potencial ordenados del mundo real
al interrogante que se nos plantea. Sin embargo, en Geografía, como hemos
visto al hablar del enfoque posibilista *, el problema que se planteaba que-
daba resuelto tras un minucioso análisis y sólo después se respondía. Definición
Es decir, se acudía con la mente en blanco, sin ideas apriorísticas para clasificación
medida
no forzar {da realidad» a nuestros esquemas. Esta recomendación era más
teórica que real, ya que a los geógrafos posibilistas se les decía a priori
cuáles eran los hechos <<geográficos y los no geográficos», y se les indicaba
qué estructura debería seguirse en la elaboración de una monografía re-
gional.
Los neopositivistas * propugnan un método hipotético deductivo. Se
parte de un problema y se avanza una estructura teórica para explicar la Generalización Diseño experimental
inductiva (definición, clasificación,
realidad. Más tarde, si estas respuestas potenciales se corroboran y con- medida)
forman muchas veces con la realidad, esto es, si proporcionan respuestas
satisfactorias, la hipótesis se verifica y puede llevar a la formulación de
una ley. La ley establecida permanece en tanto que no se rechace como
resultado de una investigación ulterior.
Así pues, se propugna el método hipotético deductivo *, considerado
como el método único de la ciencia, rechazando el método inductivo *_, por
ser inadecuado, debido a la «explosión de la información, lo que hace im-
practicable poder estudiar caso a caso, para luego deducir principios o Inductivo (A)
leyes generales. En la figura 7.1 se ilustra el mecanismo de ambos métodos.
Por otra parte, el avance de la estadística favorece el razonamiento
deductivo, puesto que existen numerosos tests que permiten corroborar o
rechazar la hipótesis de investigación. En términos lógicos, las hipótesis son
respuestas a preguntas de tipo por qué, que nos permiten establecer rela- Hipotético-deductivo (B)
ciones causales entre los hechos, y que en el caso de las situaciones geo-
gráficas pocas veces lograremos establecer una relación unicausal del tipo: Hg. 7.1.-Los dos caminos de explicación científica (A) Inductivo (B) Hipotético-
deductivo. Según HARVEY (1969).
Si X-+Y
los datos objetos de estudio, es preciso describirlos de la forma más precisa
b) Observación y descripción. Como ya se indicó, la ciencia opera posible. Para ello se ha de acudir no a las definiciones verbales, las del
con hechos de observación, los hechos de observación son experiencias diccionario, por ser poco precisas, sino a definiciones operativas, especial-
seleccionadas por parte del investigador que las considera significativas a mente cuando se opera con fenómenos poco precisos. Así, por ejemplo,
la hora de comprobar la hipótesis que se formula. Este proceso de selección un geógrafo, al describir la precipitación o la población por grupos de
de los datos significatívos por parte del investigador es de capital impor- edades, no tiene ninguna dificultad por ser conceptos fácilmente mensu-
tancia y está en función de la hipótesis de partida. Una vez seleccionados rables, pero no ocurre así con conceptos tales como ciudad, hacinamiento

80 81
 urbano, gheto, chabola, concentración o dispersión. En estos últimos casos 6 X\34
rs = 1 - . ~ '-------- '= 0,794
ha de recurrir a definiciones operativas, válidas para un lo que no 3
10 - 10
quiere decir que sean verdaderas. Así, por ejemplo, en un estudio sobre
población urbana, una definición. operativa sería el caracterizar de urbano El valor del coeficiente oscila entre + 1. En el caso de - 1, las pre-
a toda persona residente en un núcleo con más de 10 . 000 habitantes; así ferencias serían opuestas; en el segundo caso serían idénticas. El valor de O
delimitada, podemos cuantificar la población urbana y estudiar otros rasgos indica ausencia de acuerdo y de desacuerdo entre Juan y Pedro.
demográficos o económicos de esta población. La importancia de estas En resumen, la observación es un proceso complejo que indica selección
definiciones está en su utilidad y en ser replicables; otro investigador puede de datos, definición y medida; sin embargo, ha de dedicarse mucha aten-
.- -en función de otra teoría- considerar que 10.000 habitantes no es pobla- ción a este proceso, ya que la información crece exponencialmente y, sólo
ción suficiente para conferir el carácter de ciudad a un núcleo. medidos adecuadamente, será posible procesarlos y manejarlos con los mo-
Otro aspecto de la descripción es la medida. Es un tema escabroso dernos ordenadores electrónicos.
sobre el que se manejan argumentos poco científicos. La base de la discu-
e) La clasificación. Una vez seleccionados los datos que se juzgan
sión radica en identificar la medida con el sistema métrico decimaL Sin
embargo, existen otros sistemas de medida como son el nombrar a las importantes y definidos convenientemente, la etapa siguiente es disponer
cosas, el disponerlas en orden decreciente, con los que se pueden hacer la información de forma útil. La clasificación, como hemos visto al hablar
importantes análisis estadísticos. de la regionalización, favorece la generalización. La taxonomía ocupa un
Pongamos un ejemplo de carácter geográfico. Supongamos que a dos papel importante en la ciencia y es la plataforma que permitió el desarrollo
personas se les pide que elijan de una lista de 1O ciudades el orden de de alguna ciencia (Lineo, Mendeleiev). Las clasificaciones nos. permiten
preferencia para emigrar. El número que se indica en el cuadro adjunto descubrir algunas relaciones que ~1 simple análisis de los hechos impide.
significa el orden de preferencia. En realidad toda clasificación supone una simplificación que puede ser muy
útil con tal de que se respeten las bases lógicas de la misma.
CIUDADES PEDRO JOSE d d2 d) Comprobación de la hipótesis. Por último, es preciso determinar
si los datos elegidos son consistentes con la hipótesis formulada. Una hipó-
A 10 10 o o tesis se inicia y acaba en los hechos de observación. Por lo tanto, la hipóte-
B 1 8 -1 1
e 1 2 -1 1 sis ha de probarse con la experiencia y ver si se verifican o no las relacio-
D 5 5 o o nes que se suponían. Así, por ejemplo, si formulo la hipótesis de que las
E 2 1 1 1 bajas rentas del campo y la escasa promoción social se relacionan con la
F 9 4 5 25
G 4 6 -2 4 emigración, he de tomar unos datos que midan estos hechos (renta y pro-
H 8 9 -1 1 moción) y comprobar con un número de casos suficientes (emigrantes) que
I 6 7 -1 1
3 3 o o avalen que en la decisión de emigrar operaron las causas previstas en la
J
hipótesis. Ahora bien, no esperamos encontrar que todos los emigrantes
.:E d2 = 34 tomasen su decisión por estas dos únicas causas; tal vez alguno pudo haber
emigrado por otros motivos (aventura, presión social, etc~). Dicho de otra
A estos datos de medida ordinal de las preferencias se les puede aplicar forma, en Geografía no esperamos llegar a formular una hipótesis que se
el coeficiente de correlación de Spearman que nos indica el grado de confirme en todos y cada uno de los casos, sino más bien que proporcione
acuerdo o desacuerdo entre Pedro y José. una respuesta satisfactoria a la mayoría de los mismos. Es decir, buscamos
leyes de probabilidad, y así en el caso de la emigración tal vez los supues-
tos contenidos en la hipótesis permitan explicar el 80-70 por 100 de las
rs = ------ motivaciones que influyeron en la decisión de emigrar; luego, en el mejor
de los casos las leyes que pueden formularse en Geografía y en las restantes
Siendo rs el coeficiente de correlación de Spearman; d, la diferencia de ciencias sociales serán de probabilidad, es decir:
órdenes, y 1.: d2 que las diferencias han de elevarse al cuadrado y
sumarse; n es elnúmero de pares de órdenes. En el ejemplo citado, tenemos: Si A (mejoras salariales), luego P (B) = 0,80, u 80 por 100 -

82 83
Siendo P (B) la probabilidad de que aparezca B como consecuencia de la
actuación de A en un 80 por 100 de los casos, que referido al caso de la
emigración (B) significaría que el 80 por 100 de los emigrantes encuestados
señalaría, como razones básicas en su decisión, el factor económico y la
promoción social de los hijos. En las ciencias sociales no parece probable
que podamos descubrir leyes deterministas del tipo:
Si y sólo si, A, luego B;
porque como dice Bronowski: «La estadística es el método al que se dirige
la ciencia moderna ... Es el pensamiento revolucionario de la ciencia mo-
derna, pues sustituye el concepto de efecto inevitable 'por el de tendencia
probable.»
Así pues, la formullación de leyes que permitan construir una teoría ha
de ser el objetivo de la Geografía, y ello se ve facilitado con el empleo de
la estadística, el uso de modelos *, simplificaciones de la realidad que pue-
den ser heurísticos,, trasvase de una estructura teórica del campo de una
ciencia a otra (epidemiología, modelo de gravedad), o modelos formales
en los que las características se cuantifican, y se expresan de forma mate-
mática las relaciones que mantienen entre sí. Tanto la cuantificación (aná-
lisis estadístico y empleo de las matemáticas) como el uso de los modelos
(verbales, iconográficos, heurísticos, simbólicos, etc.) favorecen la expli-
cación científica .. De todas las explicaciones que se emplean en la ciencia,
genética, funcional, determinista, deductiva, probabilística, se opta por esta
última, por considerarla más acorde con la complejidad d~ la conducta
humana; pues, aunque es menos precisa que la explicación determinista,
ésta muy pocas veces se puede constatar en las ciencias humanas.
En resumen, lo esencial de una ciencia es la existencia de un conjunto
de problemas y ·unos métodos para resolverlos. Los problemas son preguntas
acerca de la experiencia nü contestadas. El método científico es único y la
distinción y regularidad de una ciencia, en este caso la Geografía, no puede
basarse en el método, sino en los problemas que se plantea. Las cuestio-
nes que la Geografía son más importantes para su caracterización
que los fenómenos que estudia, puesto que un mismo hecho puede estudiar-
se desde diferentes ciencias, pero los científicos se diferencian unos de
otros por las preguntas y las respuestas que se plantean sobre diferentes
problemas del Al preguntar diferentes cuestiones elaboramos dife-
rentes estructuras de leyes o teorías, aunque complementarias.
de los geógrafos cuantitativos, las preguntas básicas
las espaciales se disponen de la
forma en que se encuentran? Una distribución espacial es la frecuencia con la
que un hecho aparece en el espacio. Los fenómenos pocas veces se distribuyen
de manera uniforme en el espacio, es decir, la densidad de los mismos es
variable en la superficie terrestre. Lo normal es· que la densidad varíe en
intensidad y ello es lo que atrae al geógrafo, puesto que ante estas dife-
rencias aparecen las preguntas sobre las razones de estas variaciones. Por
ello, las variaciones en la densidad de los fenómenos que aparecen en la
superficie terrestre, así como los procesos que los originan, son objetivos
esenciales en Geografía. Toda distribución espacial supone un dónde: sin
embargo, las preguntas de tipo dónde, sobre los fenómenos que varían en la
superficie terrestre, no proporcionan la misma respuesta, ya que pueden
formularse y responderse referidas a un espacio absoluto o relativo. ·
Los atomistas griegos reducen todos los fenómenos a cuerpos moviéndose
en. un vacío, y así aparece la noción de espacio absoluto como una entidad
física y real. El espacio en Newton está compuesto de puntos y tiene una
existencia física, no abstracta independiente de los cuerpos que alberga.
Esta concepción del espacio prevaleció en Geografía desde los griegos hasta
la década de los años 50. Así considerado, una localización absoluta ven-
dría definida en relación a un sistema ideado con fines de localización,
como por ejemplo la red de meridianos y paralelos, las distancias de las
carreteras radiales españolas con respecto al kilómetro cero sito en la Puerta
del Sol de Madrid. Ambos sistemas de loealización son absolutos, puesto
que una vez establecida la convención del meridiano de origen (Greenwich)
y del origen de las distancias (km 0), la localización de un punto no cambia
a través del tiempo.
La noción de espacio relativo, presente en Leibniz, fue desarrollada en
el siglo xrx por Poincaré, quien considera el tiempo y el espacio como
inseparables, de tal forma que nada aparece en el mundo físico que sea
puramente espacial o temporal, todo es un proceso, y, aunque algunas veces
no se considere la escala temporal, ésta siempre está implícita. El espacio
puro «se relega a las matemáticas y cada concepto empírico referido al
espacio ha de reducirse mediante una cadena de definiciones al concepto
de proceso» (BLAUT, 1961). En este sentido, una localización relativa es
la posición con respecto a otras localizaciones. Así, por ejemplo, es posi-
ble localizar Madrid en términos del tiempo empleado en avión o automó-
vil con respecto a Barcelona. Es decir, se pueden emplear otras unidades
que no sean los kilómetros.
Así pues,, las preguntas y las respuestas que se hacen en Geografía han
variado por hacerse en contextos espaciales diferentes. Hasta la década de
1950 se hadan preferentemente en un espacio absoluto, y a partir de la
citada década en un espacio relativo, cambiante en el tiempo.
Abler, Adams y Gould ilustran. claramente los diferentes tipos de espa-
cio en función de la métrica utilizada. Señalan que al cartografiar los
85
hechos geográficos en un espacio relativo aparecen «distorsionados», de- tras que no lo es el tomar el puente aéreo a un para trasladarse
bido al hábito de pensar en localizaciones referidas a espacios absolutos, a Barcelona desde la capital.
pero consideran que el espacio relativo es más adecuado para expresar La identificación de los diferentes espacios así como la . . ~~,~..... ~._. .., . . ....,u
muchas situaciones geográficas que atañen al comportamiento humano. los fenómenos en éstos es de importancia ¡capital en la «Nueva
Como veremos más adelante, los espacios en los que se mueve la gente En la figura 7.2 aparecen cinco lugares referentes a diferentes estruc-
son más psicológicos que absolutos, por lo tanto,, para explicar las rela- turas espaciales. En el espacio tiempo, e puede estar más a
ciones espaciales no es suficiente conocer la distancia kilométrica que que a si ambas ciudades están unidas por una vía rápida. En un espacio-
separa los lugares, sino más bien la distanCia que «percibe» la población. costo las ciudades pueden estar a intervalos regulares lo mismo que en
Así, por ejemplo, para un habitante -niño, ama de casa- de la periferia el espacio absoluto, es decir, a 25 ptas. de distancia (precio del billete del
suburbial madrileña el «viajar al centro» puede ser una «aventura», mien- autobús). En el espacio social, A, B y e pueden estar más entre
A B C D E sí, en tanto que D y E están muy distantes de los demás, pero muy próxi-

• • • • • mas la una de la otra. Sería el caso de que A-E fuesen sectores de una
ciudad: D y E habitados por negros, mientras que B y e por blancos.
En este caso la separación, la distancia, significa un descenso de contactos
10.000 9.000 8.000 7.000 Espacio social entre las gentes motivado por prejuicios raciales.
Debido a esta nueva concepción del espacio relativo aparece un nuevo
Contactos sociales/semana tipo de cartografía y unas nuevas preguntas y respuestas coherentes con
este contexto. Las preguntas de tipo dónde y por qué, referidas al espacio
relativo son siempre provisionales. y cambiantes, lo que no es el caso en
el espacio absoluto. Al vivir más relacionados con estos nuevos contextos,
A B e D E ya que la sociedad es más móvil, es preciso replantearse de un modo con-

• • • • • tinuo las preguntas de tipo dónde, así como las delimitaciones regionales
que nunca serán fijas, sino cambiantes, puesto que las regiones más acordes
con la nueva situación y el nuevo contexto espacial son las nodales o de
25 25 25 25 Espacio-costo
organización.
--~--~----~----~--_1___ En conclusión, en la «Nueva Geografía», las preguntas son las mismas
que las formuladas por los griegos; lo que ha variado es el contexto espacial
al que se refieren las preguntas de tipo dónde y por qué.

A e B D E
y
• • • • • Hemos analizado el contexto y los antecedentes del paradigma cuanti-
o 15 Espacio-tiempo tativo, y podemos decir que la~<~J:\fl!~Yª Q~e9gr_afía» surge en Estados UnJ~oª _
década de los. años s6:· apoyándose filosóficaménte. eh el. iriilúyente
artículo de F. -K~-·ScHAEFER, «Excepcionalismo en Geografía», publicado
A B C D E Espacio absoluto
en 1953 en la revista Anales de la Asociación de Geógrafos Americanos,
que trabajó, como señala BUNGE (1966, p. X), muy estrechamente con el
filósofo Gustav Bergmann, catedrático de Filosofía en la Universidad de
O Kms 3
1 t
Iowa y uno de los fundadores del Círculo de Viena. En este artículo, Schae-
fer destaca el conservadurismo epistemológico de la Geografía, puesto que
las únicas sistematizaciones fueron las de Hettner y Hartshorne, e incluso
este último, como vimos, reproduce las ideas básicas de Hettner .. Schaefer

86 87
 dujo una línea de investigación muy fructífera, los estudios de difusión de
considera que el excepcionalismo *, tal y como fue concebido por Kant,
las innovaciones a través del espacio y del tiempo en los medios rurales. La
Hettner y Hartshorne, fue el responsable del carácter tan poco satisfactorio
-~bra __ j_~_<!!1GE~~I~l'-TI?~~§_ x~vgJt:g~cmar~a, pues xompe Cü_ll _la tJ:ét4icióp
en el que se encuentra la Geografía. El hacer de la Geografía una ciencia
«única» y «excepcional», incapaz de formular leyes, hace que ésta carezca
g~~I?:.~L,'lL_l1f1iJ ~.~l'l1C:io Yc.!i~Nl?~<2' con~siderándolo como un proceso. Su tesis
doctoral Innovación-Difusión como Proceso Espacial (1953) fue más tarde
de un cuerpo conceptual adecuado y de un carácter descriptivo y poco
traducida al inglés por PRED (1967) y en ella examinó la difusión de varias
estimulante. §gJtª~f~r~ _PQStl.llg el _carágter ~n~<;~_d,e !a_ denci~ X ~1 ~Qbjetiv~ innovaCiones en el espacio, en una- región rural sueca (brucelosis y su
_d~- _1_~ ?~~~!:~fíél ~~I~ el de adoptar el Jl1é!qgq ci~ntífico y fo~rnl1Jar ley~~· control, mejora de pastos, difusión del automóvil, etc.). Con la ayuda del
Las -~yys que interesa:n a la Geografía soiJ Jas q:ue rigen la ~distril:)udón.
modelo de simulación de Monte Cario, que implica el uso de muestras alea-
espacial de ciertas c~racterísticas de-la' superficie terrestre: --- --------- - --- -- ~
torias procedentes de distribuciones de probabilidad conocidas, elaboró un
. La influencia de la obra de Chrisúiller, junto con el debate que se pro-
modelo estocástico para explicar el proceso de difusión. Este modelo de
duJo entre Schaefer y Hartshorne, contribuyó a crear un clima y uria gran
probabilidad (estocástico) le permite «simular» la difusión de la innovación
preocupación por los problemas teóricos y metodológicos. BUN.GE nos re-
y comprobarla luego con un trabajo empírico, demostrando que la forma de
cuerda en _1962 que esta preocupación por la Geografía teórica no se. da
distribución en una fase del proceso influye en las formas de distribución de
en el vacío, sino que «aparece formando parte del crecimiento natural de
las fases siguientes. Este tipo de modelos es útil en la planificación.
la Geografía», como lo demuestra la aparición de estudios y trabajos teó-
En general, puede decirse que se propagaron más las técnicas de análisis
ricos. en Aler_nania ('\\'alter Christaller), en la Auckland University College
cuantitativo que las bases teóricas que sólo preocuparon a algunos, tales
(Leshe Curry), en Iowa (Harold McCarty y Fred Schaefer), en la Universidad
como William Bunge que intentó llevar a la práctica los supuestos teóricos
de Lund (Sven Godlund, Torsten Hagerstrand), en la Universidad del Nor-·
de Schaefer, considerando la Geografía como ciencia de relaciones espa-
oeste (E. Thomas), en ·washington (Brian Berry, Michael Dacey, 'Villiam
ciales y de las interrelaciones, próponiendo hac.er de la Geometría la lengua
Garrison, Duane !v1arble_, Richad Motril, John Nystuen, Herman Porter,
de la Geografía por ser la Geometría las Matemáticas del espacio. Rechaza
W aldo Tobler y Edward Ullman). Se han producido dentro de un contexto
una serie de focos innovadores que pronto difundieron el nuevo paradig- el punto de vista corológico * en favor del análisis espacial que estudia la
disposición geométrica y las formas de los fenómenos. ·
ma hasta tal punto que I. Burton habla de una «revolució'n» que se originó
Y desarrolló, según este autor, entre 1940-1950 y alcanzó su fase cenital Uno de los países europeos que más contribuyó al avance de la «Nueva
entre 1957-1960 (BURTON, p. 142). No cabe duda que resulta exagerada esta Geografía» en la década de los 60 fue el Reino Unido, especialmente el
apreciación, pero refleja un clima excitación por parte de los «nU;evos grupo de Bristol, en donde se reunieron Peter Haggett, Richard Chorley y
héroes de la revolución». LAVALLE, McCoNNEL:t y BRowr.r (1967) la hacen David Harvey. Puede decirse que la obra de Peter HAGGETT, Locational
arrancar de la década de los 50 en donde sólo se .impartían cursos de técni- Analysis in Human Geography (1965), traducida al ruso, al francés y al
cas de cuantificación en dos departamentos y, en 1960, en veinte. En 1965, castellano, fue el vehículo d.e la «Nueva Geografía», pues recoge, tanto
más 7 5 por 100 de los departamentos ya tenían cursos de cuantificación. en 1965 como en la versión actualizada de 1977 (esta última en colaboración
~sta difusión de las enseñanzas se plasmó también en los trabajps de inves- A. D. Cliff y Allan Frey), los temas esenciales de la «Nueva Geografía».
tigación. Si antes de 1955 no existían apenas tesis doctorales ni artículos Esta difusión de la Geografía cuantitativa en los países sajones encontró
cuantitativos, en 1965 la mayoría de los trabajos habían incorporado técni- una poderosa barrera en Francia en donde el enfoque vidaliano permanece
cas y modelos más o menos complejos. dominante y sin disct;sión hasta 1970, y el nuevo paradigma apenas tuvo
Se trata de un proceso de difusión que surgió en unos centros inno- eco. Sólo a partir de 1972, en el homenaje a Meynier, aparece claramente
vadores, destacando sobre todos ellos el Seminario de Matemáticas y Esta- el debate en la Geografía francesa, y, desde entonces, el tema cobró un
dística, dirigido por William L. Garrison en la Universidad de Washington gran interés como lo acredita la creación en el seno del Consejo Superior
(Seattle) desde 1955, en donde se reúne un conjunto de estudiosos que más de Investigaciones Científicas de un grupo titulado Histoire et Epistemolog;ie
tarde iban a ser los :e~~nero_~ y ~<NJl!~Yfl Jl~ograf�~. (Rerry~
de la Géographie (1976) y la aparición de las nuevas revistas como Les
B_P:J}ge, Bagerstrand,-Ullrrí:an, etc.). ·-
Brouillons Dupont, LJEspace Géographique, Herodote, Espace-temps, que
__La ~N-11:~ya Qeog!'afí.~-~ penetró e11--~~r()~a, en .Suecia, a tray~__del gep:
consagran mucho espacio al debate epistemológico, recuperando el tiempo
g!afo _estomano_ §~.~ª!'~~~~~!~ al -introducir las· obras de ChrfstaÜer y-[6sch.
Su colaborador, Torsteri 'Hagerstrand, recogió el legado del· maestro e intro- perdido debido a que durante mucho tiempo «no hubo una reflexión seria,~

88 89
 a la Geografía sus funciones en la
enseñanza»
Este retraso explica que en en una encuesta llevada a cabo por
la Comisión de Geografía Teórica y Cuantitativa, recibe contestaciones
de 25 con tan sólo 80 geógrafos ocupados en la Geografía

introc1uc:ciém data de 1970 en Jornadas Geográficas de Aix-en-

y se toma conciencia de los esfuerzos aislados de algún que
otro geógrafo como P. Claval, B. o los canadiense~ francófo~os
J. B. Racine y H. A de esta fecha se constituyen vanos
grupos de trabajo, y en 1975 se crea la citada Comisión. D~ntr~ de estos
grupos destaca Estrasburgo, Rouen, Caen, Besan¡¡;on, las umvers1dades d~
I y y el grupo que reúne a los interesados de las um-
Mcmt~Pe.Lner y Niza. Los medios
Géographique_, a
1.
En
de técnicas estadísticas e de un
La Geografía del ~omportamiento y de lape!C~IJción es la versión en
ni tan de una difusión «:l.L~:;U!.•allJ!.v,
n~estr~ disciplil1él ~de 1a con;iente ·conductista (behaviorismo), o tendencia
U.J.J,uJ.,¡:;;.'-1,

toda innovación cuantitativa se

~-· bas~r el estudio de los seres humanos en la observación d~ tSU . conducta.
Estados y :se fue introduciendo en
.De~üi1-·~~d~ más específico~. H condu~ti~~o es una ~;~~ela psicológica ori-
sin ciertas resistencias por de los geógrafos posibilistas. R. BounoN
ginada y desarrollada en los Estados Unidos. Aparece ante todo «como un
nos al hablar de la introducción de la Matemática en las
método, que rechaza toda introspección y que se atiene al estudio de lo
ciencias sociales, que surgen dos actitudes a la hora de valorar su uu.u..............
único que estima observable, es decir, la conducta».
Por una en que, por no se «sabe oscuras razones», los
Los conductistas no ignoran los factores genéticos y su influencia en la
fenómenos humanos no ser de tratamiento matemático. La
conducta, pero los incorporan dentro de un esquema de estímulo-respuesta
a veces es· virulenta, y, así, Don l\1artindale habla de las «cuanto-
(E-R), estructura básica del conductismo, de tal manera que la explicación
pero, las razones con las que combaten or1:Xhlcen
de la conducta que apela a este mecanismo es la más satisfactoria.
de por necesidades de la causa» (BoUDON,
En realidad, el conductismo es más bien un enfoque que una disciplina
y como tal influyó en todas las ciencias sociales desde la década de los 60.
Esta irracional también aparece en en la década de
El conductismo considera que los sujetos humanos son seres pensantes
los 60. Es célebre debate mantenido por Schaefer y o la serie
mediatizados por procesos cognitivos. Por lo tanto, se interesa por la forma
de y entre acusándose ambos de
en que las personas se relacionan con sus medios (natural o social), y por
estar ir.illlersos en el error, o el alegato llamando a la
___ ,,.n .............. ""· .... C1UaJrrtrtatlV2L» una «guerra a sus seguidores los factores que influyen en las relaciones existentes entre el pensamiento y
la acción. Esto no quiere decir que nuestras acciones se apoyen todas en
como devotos de una secta religiosa con el ordenador como vellocino de
un pensamiento razonado y objetivo, sino que, a veces, nuestras reacciones
oro, o el de Broek señalando que la de leyes era un
ante el medio pueden ser vagas, obedeciendo a los instintos, y otras veces
atentado a la y que era un método inadecuado para des-
ponderadas y razonadas.
cribir los tercermundistas carentes estadísticas adecuadas.
La Geografía, ante las insuficiencias de los modelos normativos basa-
Por los acérrimos de la matematización,
dos en premisas alejadas de la conducta real del hombre (modelo del Romo
con el hacia los trabajos geográficos cualitativos.
oeconomicus *), intentó no sólo descubrir el aspecto que tomaría el mundo
bajo determinados supuestos de racionalidad económica en la toma de deci- ~

90 91
siones, sino tratar de comprender y descubrir las excepciones y los límite~.
Supone, pues, este enfoque un intento de subsanar y completar las defl-
ciencias de los modelos normativos en los que se apoyaba la investigación
de la «Nueva Geografía», pero aceptando los supuestds básicos del positi-
vismo. Así, la Geografía entró en contacto con otras cie11,cias sg<:;iales_ Jc~en
especi?l con la-Psicología... - ~· . la primera consecuencia de la racionalidad limitada es que, para obrar con
Como en tÓda tendencia, también algunos aspectos postulados por el
comportamiento y la percepción (importancia del subjetivismo y de la
interpretación egocéntrica y etnocéntrica del espacio), aparecen mucho
antes de la década de los 60. Es posible, incluso, rastrearlos en Humboldt
(1850) cuando afirma:
« ... para comprender la Naturaleza en toda su amplia sublimidad, es ne-
cesario considerarla bajo dos aspectos, primero objetivamente, como un
fenómeno.. real, y luego subjetivamente, tal y como se refleja en los sen-
timientos de los hombres.»
Sin recurrir a antecedentes tan remotos, este enfoque está implícito en
la Geografía cultural: cultural appraisal, concepto empleado al referirse
a la percepción de los diferentes grupos culturales, y en el concepto de
conciencia regional de la escuela vidaliana, y muy claramente, también,
en Sauer. En esta misma línea se inscribe J. K. WRIGHT (1947) al hablar
de las <<terrae incognitae>~ que se encuentran en las mentes de los hombres,
es decir, mundos privados e individuales, pero con rasgos compartidos con
otros miembros del grupo sociocultural al que pertenece. En 1963, 'Nright
señala que los hechos físicos del medio objetivo, sólo se convierten o pasan
a formar parte del medio de la conducta, cuando están impregnados por
los valores rculturales.
Sin embargo, los pilares esenciales de la Geografía del comportamiento
se apoyan en las ideas de BouLDING (1956) sobre el concepto de imagen,
o realidad percibida, definida como el eslabón que media entre el medio
real y la conducta del hombre. BouLDING (1956, p. 115) define la imagen
así:
« ... es la itnagen lo que determina el comportamiento real de cualquier
organiz'ación u organismo. La imagen actúa como un campo magnético:
el comportamiento gravita hacia la parte más valorada de ese campo.»
En esta misma línea, el psicólogo Simon descubre que las teorías sobre
el comportamiento humano, individual o colectivo,. oscilan entre enfoques
que la supremacía absoluta al hombre todo razón, y las que dan
92
predominio al hombre todo sentimiento (SIMON, 1957). Entre ambas postu-
ras extremas, este autor opta por el modelo del hombre de racionalidad
limitada, según el cual el hombre actúa dentro de una estructura de cono-
cimiento del mundo objetivo, de la realidad, limitada pc1r el volumen de
información, por la calidad y por su capacidad de asimilación. Por lo tanto,
racionalidad, el hombre ha de elaborar un modelo mental de la situación
real, y en relación a ese modelo sólo puede decirse que se comporta ra-
cionalmente.
Al trabajo de los psicólogos citados se une la obra de K. LYNCH (1960)
que fue el primero en estudiar empíricamente la percepción de paisaje
urbano.
Sin embargo, el auge de este enfoque se vio favorecido por el debate
de 1970, ya que la Geografía del comportamiento pretendía responder a
las cuestiones planteadas en él: preocup~ción por el medio y ~osprobJemas
sociales, orientación hacia la . planiflcációri -Y·· reconocimiento -(1~-· que los
g~oparos; ~así como el résto delos mortales, son personas con visiones y
coi1cepciCYJ:ies -aiferent~s del mundo, y no observadores Qpjetivo~. ~]:~ntos
ae-~Ttüf!~s-~d_~_,:yalºr. Por otra parte, también hi tendencia aperturista de la
Geografía hacia otras ciencias, rompiendo así su tradicional aislamiento,
favoreció el desarrollo de este enfoque.
Por lo tanto, todos esos factores impulsaron su desarrollo y llevaron
a investigar las tomas de decisiones espaciales que se hacen en la realidad
y que se alejan del comportamiento del modelo económico; se consolida de
este modo un esquema interpretativo de la conducta espacial que puede
resumirse en:
Los hombres son racionales cuando toman decisiones. Este supuesto
puede considerarse de un modo prescriptivo (cómo debería comportarse),
o descriptivo (cómo se comporta en la realidad). Este último modo es más
significativo. Pu~Q.Et. Q.~cirse .que el hombre . obra sje:mpre raciona.lm~p.j~~.~n
f1n1ci?n . del.1Il?do ·. de percibir .. yl medio, pero . como nunc9- "percibe. el medio
reafol)jeti~o, J?U~St<?_ cit1e eptr(:! el medio xeal.y 'Sl1 mente se interpone una.
iffi{ig~n :7rzeljtcf!; Slf.J'J!cionalidad es limitada.
~-- }!;{ hon1bre toma deCisiones; algunas muy simples, otras se producen
después de haberlas efectuado repetidas veces, lo que le lleva a respuestas
estereotipadas.
Las decisiones se basan en el conocimiento sobre la realidad obfetiva,
pero la información que dispone de la misma es limitada, y, por tanto,
93

a la hora de estudiar la toma de decisiones espaciales para formular una
teoría ha de tener en cuenta a las personas bien informadas y a aquellas
que disponen de escasa información, y ha de considerar .tan:bién el hecho
de que las condiciones del conocimiento vatían de un terntono a otro Y con
las personas. . . . .
La información se evalúa según unos predetermmados cnterws. E~ el
caso de una elección habitual, el criterio se apoya en la conducta antenor.
Pero toda elección y toma de decisión consciente ha de sopesarse según unas
reglas. La teoría normativa de los modelos estáticos utilizados p~r los «cuan-
titativistas» tomó como regla áurea el principio del máximo beneficio, cua?--
do, en la mayoría de los casos, el hombre busca lo s:atisfactorio Y no lo
óptimo. , .
A fin de lograr una valoraCión crítica de este enfoque geograf1co, con-
viene subrayar que se apoya en dos premisas básicas:
1, admitir la existencia de imágenes medio en la mente del hombre
y la posibilidad de medirlas de forma adecuada;
2. suponer que existe una fuerte relación entre la imagen mental del
medio y el comportamiento en el mundo real.
Antes de proseguir, es preciso definir brevemente cinco aspectos de
la mente de gran valor para comprender las relaciones medio-hombre, éstas
son percepción y cognición, mecanismos que desempeñan un gran ,papel. en
la conducta ambiental, y motivación, emoción y actitudes, que son de capital
importancia en los. procesos cognitivos.
Son términos que, aunque utilizados indistintamente, se refieren a me-
canismos diferentes.
La cognición incluye la percepción, y puede definirse como los meca-
nismos psicológicos mediante los cuales el hombre obtiene, al~acena, . u~ a
y opera la información. Incluye actividades tales como sentu, perc1b1r,
imaginar, juzgar, etc.
La percepción es la función psicol6gica que permite al individuo .trans-
formar los estímulos sensoriales en una experiencia coherente y orgamzada;
por lo tanto es un proceso ·~""' .........0-~~Á
La percepción del medio no puede separarse del problema general de
la percepción humana; sin embagro, este proceso de percepción es muy
complicado y no podemos entrar en él con detalle, puesto que el hombre
controla cada segundo del orden de 18 imágenes separadas o impresiones
1961); por otra parte, como recuerdan los psicólogos, para
. 94
efectuar un análisis simple se requiere un volumen muy grande de infor-
mación, pero para estudiar una imagen total del medio, es decir, una con-
cepción mental y estable del medio, que tanta influencia se supone que
tiene en el comportamiento espacial del hombre, es preciso añadir elemen-
tos temporales, intuiciones, relaciones e incluso hechos emotivos. Resulta
difícil definir la percepción, tanto el proceso de percibir como el resultado
del proceso, y tal vez su significado latino percipere, comprehender, sea
el más adecuado.
Nosotros no vamos a considerar los aspectos psicológicos de la percep-
ción, ya que al psicólogo le interesa la imagen del medio para poder com-
prender a través de la misma cómo el individuo conoce el medio. Sin em-
bargo, la imagen para el geógrafo es el filtro que se interpone entre el
hombre y el medio, y su preocupación es analizar la imagen y comparar su
isomorfismo con el mundo real, ya que carecemos de acceso directo e
inmediato a este mundo real y a sus propiedades. Todo lo que sabemos de
la realidad está mediatizado y la toma de decisiones que afectan al medio
no se efectúa sobre el medio real, sino sobre la imagen que el hombre tiene
del medio.
El hombre, al percibir el medio a través de los sentidos ha de inter-
pretar los diferentes componentes· que aparecen en el campo de su per-
cepción. Dado que toda persona tiende a organizar los objetos percibidos
en categorías que existen o que le resultan aceptables, la estructura de los
objetos percibidos difiere de individuo a individuo; sin embargo, existen
en éstos estructuras elementales que derivan de los grupos o cultura en los
que se inserta la persona. Es decir, los sistemas de educación, las interpre-
taciones religiosas de hechos desconocidos, etc., actúan en la estructura de
la percepción individual. Por lo tanto, y siguiendo a LowENTHAL (1961),
sobre los componentes percibidos del medio es preciso tener en cuenta
algunas características de las percepciones individuales y de grupo.
Con respecto a las percepciones de grupo hay que hacer notar que
existen hechos del mundo real que se aceptan universalmente; que, con
respecto al medio, el individuo tiende a suponer que algunos hechos y
manifestaciones son de dominio público; que, al hablar de imágenes com-
partidas, suponemos que los observadores son normales (adultos y sanos),
olvidando así la imagen de los niños, perturbados o disminuidos; que la
imagen compartida del medio cambia a través del tiempo; y que la imagen
del hombre es antropocéntrica.
En lo que atañe a las percepciones individuales hay que subrayar que
el individuo conoce menos del mundo que el grupo o cultura al que per-
tenece; que su microespacio es más complejo y difícil de estudiar que la
imagen del grupo sobre el mundo, que necesariamente se ha de apoyar en
simplificaciones y estereotipos; que la imagen individual del medio resulta
de un complejo proceso de percibir, sentir, pensar y creer; que las culturas
95 .
................. ,,,...u en los individuos .que las componen; que, a pesar de las
dones impuestas por la cultura, filosofía, lengua, etc., cada .Persona percibe
el medio de forma diferente (la imagen es idiosincrásica); que el sentimiento
es un factor básico en la organización de las percepciones, y, por último,
que las experiencias personales influyen en la percepción de las imágenes
presentes.
Aunque la mayoría de estos puntos pueden resultar obvios, sin embargo
no viene mal recordarlos, ya que constituyen el centro de atención de un
gran número de científicos de las cilencias sociales. A nosotros, como geó-
grafos, nos interesa de una forma especial todo lo referente al menor cono- ~
~
cimiento del individuo sobre el mundo que el grupo , al que pertenece y
el carácter más complejo del microespacio individual, llamado frecuente-
mente espacio personal.
Vamos a insistir en este espacio personal, llamado también por Lewin
esr.~ac¡¡o de vida, porque nos va a permitir conceptualizar de una manera
sencilla los diferentes medios sobre los que actúa el hombre,' y que son esen-
ciales para poder explicar y comprender la naturaleza de las imágenes del
y sus propiedades.
En la figura 8.1, y siguiendo a GoODEY (1971, pp. 6-7), observamos
cómo el es el centro de su espacio personal, entendiendo por
espacio personal el área que mejor conoce, su casa, habitación, mobiliario
y, en las personas de su familia o con las que convive. Partiendo
de este centro, la persona se desplaza a otras partes del medio con: cierta
trabajo, compra, recreo y esparcimiento, vida de relación, etc.
Tanto el espacio personal como estas rutas habituales variarán con las per-
sonas. A cada persona también le llega a su espacio personal una informa-
ción; en la figura 8.1 sólo hemos incluido unos cuantos medios de comu-
nicación de :masas que le suministran información: televisión, radio, infor-
madón impresaJ etc. Estos medios penetran en su espacio personal y le
Fig. 8.1.--'-La percepción del espacio.
suministran materiales con los que forma imágenes de medios físicos y
humanos más o menos distantes. La incursión de estos medios de comuni~
cación en nuestros espacios personales alteran y modifican las imágenes tantes físicamente, por ejemplo, Portugal y Africa resultan mucho más
de los lugares y de sus habitantes. alejados, en cuanto a información se refiere, que Italia y América para los
Además de las rutas descritas, existen áreas con las que entramos en estudiantes de Geografía de la Facultad de Geografía e Historia de la
contacto ocasionalmente: sectores urbanos dentro de- una ciudad, rincones Universidad Complutense); de estos lugares y medios «alejados», nuestro
de los términos municipales, partes de una región o país. Estas áreas nos mapa mental o imagen se el'abora casi exclusivamente con estereotipos cul-
resultan familiares, pero la imagen de las mismas, nuestro mapa mental, turales o a partir de una información fragmentaria e imprecisa.
no es muy detallado.
Existen, además, otros medios que visitamos ocasionalmente y de forma B) Motivación, emoción y actitudes
somera (vaeaciones, turismo, etc.) de los que tenemos un mapa mental ela-
borado fundamentalmente. con estereotipos y alguna .experiencia personal La motivación es la fuerza que lleva a las personas a buscar ciertos
adquirida in situ. Por último, los espacios lejanos (a veces los más alejados fines ligados a sus necesidades, entendiendo por tales, algo que se considera
desde el punto de vista de nuestras imágenes :mentales no son los más dis- esencial para el logro de su felicidad y bienestar.

96 97
 La emoción es el estado de excitación o perturbación manifestada por Las cajas intentan representar elementos interrelacionados, más que
un sentimiento y por un impulso hacia una forma concreta de conducta. elementos independientes y excluyentes mutuamente. Las líneas indican la
Por último, la actitud es la predisposición aprendida para responder de .ma- dirección de la influencia y no una relación de causalidad. Gold utiliza
nera favorable 0 adversa a un objeto, persona o medio concreto. Conviene para referirse a las representaciones mentales dos conceptos: imágenes y
subrayar que las actitudes son aprendidas y, una vez incorporadas, son esquemas. C?nsid~ra la lnwgen como la representación mental a la que
consistentes y predisponen a actuar de un cierto modo a la persona. . puede acudit'fa menté-cuando el objeto, la persona,lugar o región' no están
Una vez definidos estos conceptos, presentamos el esquema ofrecido presentes, es decir, está fuera del campo sensorial. Una imagen sería la
por GoLD (1980, pp. 41-43) con el título paradigma operativo, que res~t;Ie percepción eñ ausencia de un estímulo externo (GoLD,_· p. 41).
muy bien el enfoque de la Geografía del comportamiento y de la percepc10n. El Esque11la _es la estructura básica dentro de la. q4e -se organizan las
experieridas del medio, pasadas y presentes~ Es .una estructura cognitiva
o el. sistema de codificación que. permite al individuo responder adecuada-
CARACTERISTICAS merite arité--tiná estructura cambiante de estímulos ambientales (GüLD,
FACTORES
Mediodel
PERSONALES:
- CULTURALES 198ó, p. 415).
comportamient0 Personalidad Y DE GRUPO
Los esquemas espaciales son, según Gold, subconjuntos de esquemas
O
--- --------
Motivación
Emoción
- Medio objetivo
por medio de los cuales las personas organizan el conocimiento espacial.
Estos esquemas espaciales contienen restos de experiencias pasadas y se aco-
- - Relaciones PROCESOS COGNITIVOS:
Sen,;ación
modan a la experiencia sensorial. El contenido de los esquemas espaciales
- - - Feedback
L
1 Percepción
Aprendizaje
puede dividirse en conocimiento locacio~al, que nos proporciona la estruc-
tura básica del espacio geográfico y la orientación de los elementos y sus
relaciones dentro del espacio geográfico, y conocimiento de atributos. En
FILTRO DE Tdo
FlL DE
definitiva, las imágenes y los esquemas están relacionados, pero pueden
1 JNFOiCION DEl diferenciarse en que los primeros están más ligados a la imaginación, a los

¡-~ h~-- ~ ~:~:~ ClONES ~:

lugares alejados, a lo no cotidiano, mientras que los esquemas se relacio-
nan con el medio en el que actuamos diariamente.
Volviendo al esquema de Gold, las imágenes y esquemas son elementos
1 11_.,·1.;: - bl CONDUCTA
l
1
ti uJ.
--1.1_;_!¡·.1.'.¡.1_1_:1..

l.till~
-~
'''"=" "''cl''" 1¡., 1
1

1
cognitivos básicos de la conducta. El individuo es parte a la vez del medio
objetivo y del medio de su conducta; pero, a su vez, ambos medios (el
objetivo y el de la conducta) están influidos por su propia conducta. Los
1 L---------------~ 1
conceptos mentales descritos· anteriormente se agrupan en tres categorías:
1
1
'
1
procesos cognitivos que modelan los esquemas espaciales, aspectos persona-
1 1 les- y aspectos socioculturales que influyen en esos procesos.
L__________________________________________
l
~
1
Colectivamente, estas tres categorías son filtros que actúan e influyen
en el flujo informativo en dos fases:
Fig. 8.2.-Paradigma operativo.

En la figura 8.2 se presentan en esquema las relaciones de una manera a) Influyen en la forma en que la información se extrae del medio en
más matizada que usualmente se acostumbra, como puede verse en el esque- un momento determinado; el individuo puede absorber sólo una
pequeña parte de esa información, y ésta, en su mayoría de carácter
ma adjunto:
rutinario, le sirve para robustecer los esquemas o clarificar aspectos ~

____... inciertos; en general produce poca necesidad de respuesta por parte

Medio ____. Imagen Conducta
__...,

del individuo; cuando la información ejerce un impacto mayor,

- ....... - puede ser necesario que el individuo tome decisiones, y en este caso
aparece.

98
99
 b) Un segundo filtro de información que puede producir uno de los
cuatro resultados:
el individuo abandona la decisión;
el individuo decide que, al no disponer de información sufi-
ciente, demanda más y vuelve en busca de información;
- puede decidir suspender la acción; y
- puede tomar una decisión y llevar a cabo una acción.
El ciclo no concluye, ya que, en cualquier situación, el individuo intenta
dominar la eficacia de sus acciones, asigna un valor a sus experiencias Y
corrige estrategias de comportamiento. Estas, a su vez~ pueden modificar
el conocimiento espacial y servir de estímulo de conducta ulterior a la per-
sona o a otros individuos. Las relaciones hombre-medio son continuas Y
la fase final de una secuencia puede ser el punto de partida de otra.
Dado el papel desempeñado por la imagen mental, vamos a presentar
dos técnicas de elaboración de mapas mentales * a través de la evaluación
de las imágenes.
de mapas mentales
La idea de mapa mental o mapa cognitivo fue formulada por el psicó-
logo E. C. Tolman, quien utilizó este concepto para explicar que las ratas,
y tal vez los hombres, responden no sólo a estímulos específicos y sucesivos
del medio físico, sino a campos completos ambientales; un animal es capaz
de elaborar un cognitive-like-map de un campo, y actuar y comportarse
según esa imagen. P. Gould y Saarinen identifican mapas me~tales con
representaciones cartográficas de la evaluación de las preferenc1as de ,las
gentes por los lugares, y también con simples esquemas sobre calles, pmses
y continentes. Todos los autores consideran que los mapas mentales actúan
a modo de filtro entre el medio real y la conducta.
Unicí(laC y generalidad
Uno de los problemas que suscitan los mapas mentales es su carácter
idiosincrásico, o sea, único, dado que cada persona es única al vivir en un
tiempo y en un espacio únicos, y estar sometida a un flujo de información,
e influida por un conjunto de experiencias también únicas. Por tanto, el
mapa mental de cada persona reflejará estos aspect~s ~specífic~s d:. su
vida. Pero este hecho es tan obvio que carece de s1gn1flcado c1entlfico,
puesto que la ciencia, como se sabe, intenta ordenar y explicar hechos Y
sucesos que en principio aparecen como únicos.
100
Si se parte de la idea de que el mapa mental es único en sentido es-
tricto, pero que además comparte algunas características con los mapas
mentales de otros individuos sometidos a un mismo flujo de información
y estímulos, cabe pensar que en todo mapa mental existe un componente
idiosincrásico, y otro compartido con el grupo o formación social en la
que el individuo se inserta. Admitido esto, podemos intentar describir las
visiones compartidas sobre los lugares, lo que nos ayudará a comprender
de qué forma los individuos y grupos perciben las situaciones, los lugares,
y de qué modo se toman las decisiones, ya triviales, ya trascendentales, las
que afectan al mundo entero, a la vida de un país, o bien a· las que inciden
simplemente en el quehacer cotidiano. Cabe por tanto pensar que indi-
viduos y grupos, tal vez naciones, comparten puntos de vista (mapas mentales
semejantes), sobre la valoración de lugares, hechos, pueblos, etc. Asimismo,
cabe pensar también que un grupo dominante puede alimentar, fomentar
y difundir flujos de información t~ndentes a la creación de imágenes que
favorezcan sus intereses o consoliden el statu quo.
Admitidos estos supuestos, si se consigue medir la imagen, y elaborar
el mapa mental de un conjunto de personas, con un flujo de información
semejantes, y con características. socioeconómicas y de edad afines, este
mapa mental puede considerarse como un modelo, es decir, una realidad
simplificada, admitida· y compartida por ese grupo.
Nosotros vamos a presentar, en este apartado, las preferencias residen-
ciales que han manifestado los estudiantes encuestados, en el caso de poder
desplazarse libremente por el territorio nacional. Los supuestos básicos de
estos mapas son que, aunque cada persona tenga preferencias individuales,
basadas en sus propias experiencias, a la hora de fijar la residencia, existen,
sin embargo, semejanzas subyacentes, de tal forma que un grupo de per-
sonas similares tienen pref~rencias espaciales similares.
Al elaborar mapas mentales se pretende clasificar el mapa mental de
cada individuo en un mapa general que represente la imagen compartida
por el grupo. A esta transformación de muchos elementos en un solo con-
junto se le llama homomorphic mapping (P. GouLD y R. WHITE, 1974, p. 52),
y aunque esta noción no pueda ser definida con el mismo rigor que en
Matemáticas, es un concepto útil para comprender el proceso de elabora-
-ción de un mapa mental de un grupo de personas, ya que éste representa
un modelo simplificado y es, en cierto modo, una transformación «homo-
mórfica>>.
B) Medida de las preferencias territoriales
La información básica del mapa mental presentado, procede de una en-
cuesta realizada en 1979 entre estudiantes del Primer Ciclo de la especia-
lidad de Geografía e Historia. En el cuestionario enviado a 11 Facultades
101
se pedía que ordenasen las 50 provincias dispuestas alfabéticamente según
C) Elaboración del mapa mental
sus preferencias residenciales. .
El problema de la medida de las preferencias espaciales es muy ~e~Icado,
y lo hemos abordado empleando una escala ordinal, por~ue esta metnca no Vamos a ilustrar el método propuesto con el caso concreto de los estu-
diantes de Barcelona, que incluye 22 cuestionarios. Con la información
plantea tantos problemas como otras escalas de med1da, aparentemente
ordinal se calculó la matriz de correlaciones (matriz cuadrada de 22 X 22),
más rigurosas, pero muy difíciles de calibrar por parte .del .en~u~stado.
apareciendo entre las variables estudiantes un alto grado de intercorrela-
Hemos creído que era más sencillo medir las preferencias mdividuales
ción, que supera casi siempre el valor de 0,45, valor significativo con el
utilizando esta escala ordinal, que por otra parte permite evaluar el grado
número de casos. El paso siguiente fue agrupar estas 22 variables inter-
de acuerdo o desacuerdo de un grupo de personas con respecto a las pre-
correlacionadas en factores. En álgebra de matrices, los factores se llaman
ferencias espaciales, calculando el coeficiente de correlación no paramé-
eigenvectores, y cada eigenvector tiene un determinado tamaño. Con las 22
trico de Spearman. .
variables del ejemplo, aparecen 22 eigenvectores, que no tienen todos ellos
Algunos autores han utilizado los datos ordinales de forma parcml para
la misma longitud, sino que ésta depende del grado de correlación entre
confeccionar el mapa mental de preferencias. En este caso se supone que
las variables. Como en nuestro ejemplo, el grado de correlación entre las
el individuo es capaz de ordenar satisfactoriamente, en una lista de 50 pro-
variables es elevado, el primer eigenvector es bastante largo, y tiene una
vincias entre 5 y -10, situando las restantes en una zona indiferenciada; de
longitud de 9,89, sobre una longitud total de 22 (cuadro 1). Se considera
la misma forma, una persona puede diferenciar claramente las s. ó 1O pro-
que el número de unidades de varianza es igual al número de variables (22);
vincias menos gratas como lugar de residencia. Todo esto permite obtener
por lo tanto, en nuestro análisis, el primer factor, componente o eigenvector,
de cada provincia un valor numérico cuya puntuación s.e asigna 'de _un. modo
representa el 44,9 por 100 de la varianza total (9,89 de 22). Es decir, existe
inverso al orden elegido; as:í, si tomamos las cinco pnmeras prov1?-cias, 1~
un acuerdo general con respecto a· un atributo de Barcelona, que explica
elegida en primer lugar vale 5, la que ocupa el segundo, 4 y, asi, sucesi-
casi el 45 por 100 de la varianza total en las preferencias de los estudiantes,
vamente. En el caso de representar el mapa mental de las provincias menos
que en este caso puede asociarse claramente con la dimensión etnocéntrica
atractivas, la elegida en el lugar 50 tendrá un valor de 5, la 49 ~e 4, et~. (Países catalanes).
El inconveniente de este sistema de medida es que queda sm precisar
el grado de acuerdo global del grupo, y además la elección de un ~úmero
concreto de provincias (c.inco, diez. etc.) es arbitrario y no obedece a mnguna CUADRO 1
lógica, oscureciendo y dejando de lado los aspectos idiosincrásicos de los Eigenvectores y eigenvalores
componentes del grupo.
El análisis factorial es una técnica más concordante con el conce~to de
PORCENTAJE
mapa mental, puesto que, partiendo de una matriz de. d~tos refendos. a COMPONENTES SOBRE LÁ PORCENTAJE
(EIGENVECTOR) EIGENVALOR
un número de casos (en nuestro caso, órdenes de preferencias y 50 prov:n- VARIANZA ACUMULADO
cias respectivamente), parte de las correlaciones existente~ . . e~tre las vana- TOTAL
bies (grado de asociación entre los estudiantes de cada reg10n) y, en ~1 caso
9,8992 44,99 44,99
de que las variables (puntuaciones, rangos emitidos por los estud1antes)
estén correlacionadas, este consenso o acuerdo general (mapa mental) lo ex- II 2,1262 9,67 54,66
presa en forma de un número determi~ado de f~ctores,. ~~nor que ~1 nú- III 1,7490 7,95 62,61
mero de variables. De esta forma reducimos el numero tmc1al de vanables IV 1,2151 5,52 68,13
a algunos factores, que representan familias de variables i~tercorrelaciona­
V-XXII 7.0105 31,87
das. Estas familias de variables intercorrelacionadas permiten pensar que 100,00
existen determinadas dimensiones que subyacen en el conjunto de las va-
riables, y que podíamos denominar supervariables. Cabe pensar, por los
resultados, que esas supervariables que explican el grado de acuerdo ge- Los restantes acuerdos globales tienen escaso poder explicativo, a par-
neral entre los individuos que forman un grupo pueden ser: desarrollo tir del IV; los eigenvalores son inferiores a la unidad, excluyéndose por te-
económico de las provincias, calidad de vida, etnocentrismo, clima, etc. ner menor peso que cada una de las 22 variables aisladas (estudiantes).
Por lo tanto, en el caso de Barcelona fue posible concentrar el 68,13 por
102
103
100 de la varianza total, es decir, de los 22 mapas mentales de los estu-
diantes, en cuatro factores, dejando un 31,87 por 100 sin explicar que
refleja las peculiaridades individuales de los estudiantes encuestados.
En el cuadro 2 se incluyen los valores de los coeficientes de correlación
entre las variables y los factores; estos coeficientes reciben el nombre, en
el análisis factorial, de saturaciones factoriales. En el análisis factorial, la
suma de los cuadrados de estos coeficientes de correlación se llama varianza
y, en el ejemplo, cada estudiante tiene una varianza de 1, y los 22 estu~
diantes dan una varianza total de 22. Esta varianza individual y total se
distribuye desigualmente entre los factores. Para tener una idea más clara,
se puede expresar el grado de asociación entre variables y factores, en por-
centajes; así, por ejemplo, si elevamos al cuadrado el primer coeficiente de
correlación de la primera fila, y lo multiplicamos por 100, obtenemos:
-0,50122 X 100=25,12 por 100, que indica el porcentaje de la varianza de
la primera variable (estudiante) que está contenida en el primer factor. Si
continuamos la operación, siguiendo la fila, tenemos: 10,64 por 100, 32,05
por 100 y 3,50 por 100, que, sumados con el valor anterior, proporcionan
el 71,3 por 100 de la varianza, mientras que el 28,7 por 100 representa el
punto de vista no compartido con los restantes compañeros.
En el cuadro 3 aparece la proporción de varianza de cada variable
explieada por los cuatro factores y en el cuadro 4 se incluyen las puntua-
ciones factoriales de cada provincia. Los datos de cada columna tienen
media de cero y desviación típica de 1.

CUADRO 2
CUADRO 3
Saturaciones factoriales
Proporción de varianza de cada variable
explicada por los cuatro componentes
VARIABLES COMPONENTES
(ESTU-
DIANTES) II III IV VARIABLE PROPORCION

-0,5012 -0,3263 -0,5662 0,1871 0,7133

2 -0,6377 0,2120 0,1653 0,2283 2 0,5311
3 -0,7733 0,1453 -0,2266 -0,0356 3 0,6717
4 -0,8166 -0,0455 0,3250 0,1489 4 0,7967
5 -0,8390 0,1731 -0,0854 0,0560 5 0,7444
6 -0,4401 0,5694 0,0567 0,3814 6 0,6666
7 -0,7779 -0,0436 -0,0180 0,0395 7 0,6089
8 -0,7968 -0,1378 0,1333 0,2584 8 0,7384
9 -0,8905 0,0932 0,1426 -0,1093 9. 0,8340
10 -0,7853 0,1934 -0,1481 -0,1941 10 0,7137
11 -0,7283 -0,2816 0,2136 0,2849 11 0,7364
12 -0,8535 0,2611 --0,0994 0,0690 12 0,8112
13 -0,5663 0,3583 -0,2787 -0,2588 13 0,5938
14 -0,4604 -0,5548 -0,4677 0,1238 14 0,7539
15 -0,3846 -0,5679 -0,2207 0,0006 15 0,5191
16 -0,4569 -0,0432 -0,1492 0,3490 16 0,3547
17 -0,6729 0,3694 -0,1315 -0,1657 17 0,6340
18 -0,1932 -0,3750 0,7021 0,2465 18 0,7317
19 -0,5932 -0,4522 0,0991 -0,4546 19 0,7729
20 --0,8224 -0,0070 0,0152 -0,1481 20 0,6985
21 -0,6258 -0,3609 0,1449 -0,2984 21 0,6319
22 -0,6091 0,1032 0,4572 -0,3769 22 0,7327

104 105
 CUADRO 4
Puntuaciones factoriales de las provincias

COMPONENTES
PROVINCIAS
11 111 IV

Alava 0,7551 -0,6903 -0,3248 1,4105

Albacete -1,5822 -0,1464 -0,3325 0,0020
Alicante 0,8050 0,0050 -1,7531 -0,3162
................... 8 .....

Vizcaya 0,9765 -1,0112 0,1402 -0,1866

Zamora -1,0850 0,5296 -0,1411 0,8582
Zaragoza 0,3588 0,3150 -2,4233 -1,3195

Con los valores del cuadro 4 se puede construir un mapa de coropletas

o de isolíneas (fig. 8 .3), en donde aparece la posición relativa de cada pro-
vincia con respecto a las preferencias espaciales de los estudiantes de
Barcelona. Hemos utilizado sólo el valor del componente I, por ser éste el
de mayor poder explicativo (44,9 por 100 de la varianza total).
En la figura 8.4 se resume esquemáticamente las etapas necesarias para
la elaboración de un mapa mental, según el esquema empleado por
P. GouLD, R. WHITE (1974, p. 67), aunque modificándolo en el sentido
de completar el esquema introduciendo nuevos pasos. Se parte del supuesto
de que las personas representadas por los cuadros que van de la letra A
a la G reciben información de las diferentes provincias españolas, infor-
mación que es muy diversa y procedente de diferentes medios.
Estos flujos de información y de conocimientos espaciales pueden orga-
nizarse en conjuntos de preferencias ordenadas, sometidos a ruidos e incer-
tidumbres.
El paso siguiente es calcular una matriz cuadrada de correlaciones Cl
entre los estudiantes (en el ejemplo de Barcelona es de 22 X 22). La lista a.
~
u
de preferencias y Ia matriz de correlaciones constituyen el input con el que ~
o.
se calculan los factores y la matriz factorial que recoge el grado de corre- o o
111 5!
lación de las variables con los factores. La última etapa corresponde al
cálculo de la matriz de puntuaciones factoriales de cada provincia, deri-
vándose de esta última matriz el mapa mental correspondiente.
Hemos visto que cada estudiante tiene un grado de asociación (cua-
dro 2) con cada factor; el valor del coeficiente de correlación indica el grado
de acuerdo de estas personas con el grupo, es decir, el punto de vista com-
partido con respecto a una dimensión o característica concreta de la región
(lengua, economía, clima, etc.). Estos coeficientes de correlación se utilizan
107
106
 UNIDADES ESPACIALES para ponderar la contribución individual de cada persona y, por tanto,
la puntuación de cada provincia resulta de multiplicar la valoración de cada
individuo por su coeficiente de correlación con el factor o factores; estas
puntuaciones permiten establecer una escala y elegir u:a valor de isoper-
ceptas dando lugar a un mapa mental.

5. Percepción del espacio urbano

Ya nos hemos referido a los componentes básicos de la imagen, seña-
lando el carácter informativo o designativo de los mismos. Este carácter
designativo de la imagen viene a ser un subconjunto de la realidad media-
L STA DE tizada por el individuo. LYNCH (1960) señaló que desde el punto de vista
PR! FER! N lAS
predominantemente visual, la imagen de la ciudad se organizaba y se recor-
daba en la mente a través de la selección de elementos particulares del
paisaje urbano. Estos elementos los agrupó en sendas, bordes, distritos,

•
N
nodos e hitos. Las sendas son los canales por los que circula habitualmente
A B
un observador (calles, vías, avenidas, etc.). Para muchas personas son cla-

·~
ramente los elementos que predominan en sus imágenes. Los bordes son
MATRIZ DE los elementos que el individuo no usa como senda, son o se presentan al
. CORRELACION
observador como líneas que delimitan espacios (son líneas que marcan

•
m FACTORES
discontinuidades en el paisaje urbano -ríos, líneas de ferrocarril, playas,
etcétera). En los estudios empíricos realizados en diversos ámbitos urbanos,
estos elementos no resultan tan dominantes como las sendas. Los distritos
Ul
w
1-
z
< MATRIZ
son las zonas urbanas grandes en las que el observador puede introducirse
i5 F.tJ¡CTORIAL con el pensamiento y que tienen un carácter común. La presencia de estas
::::>
1-
!m x h)
Ul
w áreas distintivas dentro de una ciudad se considera muy positiva tanto desde
1-
::::>
el punto de vista pragmático (orientación) como psicológico (favorece el
o_
1 m FACTORES
sentido de pertenencia de la persona).
1-
::::>
o
Los nodos, definidos con términos de Lynch, son «los focos estratégicos
~ a los que puede entrar el observador, tratándose típicamente de confluencias
u
z
MATRIZ liE

>
o
PUNTUACIONES de sendas o de concentraciones de diversas características». Son, en realidad,
FACTORIALES
0::
Q..
(m x k) lugares de convergencia de varias sendas en donde generalmente el obser-
_j vador ha de detenerse para tomar una decisión. Finalmente, los mojones o
+ - hitos son elementos singularizados en el paisaje urbano fácilmente percibi-

•
L
-----' dos y que sirven de referencia dentro de una ciudad (un edificio singular
por su monumentalidad o edad, etc.),
Son numerosos los estudios del paisaje urbano que siguen la metodo-
logía de Lynch y que han sido aplicados a la remodelación del centro y de
las áreas urbanas deterioradas. De todos ellos merece destacarse el estudio
realizado por el Kansas City Planning Departament que no sólo propor-
Fig. 8.4.-Etapas en el proceso de formación de un mapa mentaL según el esquema
de P. Gould y R. \\'bite, modificado. cionó una valiosa información sobre las relaciones del hombre con el medio

109
108
urbano, sino que favoreció la participación ciudadana en la planificación a) los conocimientos territoriales sobre los que actúa y se comporta la
de la ciudad. gente difieren en mayor o menor grado del llamado «espacio ob-
En estos trabajos se llegó a la conclusión y se demostró que la legibili- jetivo» sobre el que la Geografía pretendía estudiar. Por lo tanto,
dad y facilidad de formar imágenes depende de la existencia en el paisaje el espacio tiene un doble carácter: es un medio objetivo que puede
urbano de los componentes descritos anteriormente en una proporción medirse directamente, pero es también un medio en el que se des-
adecuada. Se determinó también que el grado de legibilidad y de imagenibi- arrolla la conducta, el mundo de la mente que puede estudiarse
lidad de una ciudad son cualidades deseables desde un punto de vista indirectamente a través de los mapas mentales y, por alejados y
práctico y estético. diferentes que éstos sean de la realidad, son la base en los que el
hombre apoya su conducta y toma decisiones espaciales: emigrar,
El crecimiento «desordenado» de las grandes ciudades, de las que tal
residir, cultivar, etc.;
vez Madrid sea un ejemplo paradigmático, llevó consigo la formación de
b) el individuo modela y responde a su medio natural y socio-cultural,
cinturones o cuñas periurbanas uniformes, carentes de coherencia y de es decir, no cae en la visión mecanicista del determinismo que
hitos orientadores; aunque los viales posean una estructur~ geométrica, no subrayó sólo la influencia del medio en la actividad del hombre·
resulta suficiente para dar coherencia al tejido urbano, aunque existan e) se tiende más a considerar los aspectos individuales que los cole;-
distritos discernibles tenuamente, por diferir en detalle, su variedad no tivos;
resulta muy llamativa por no estar muy marcada. Las remodelaciones d) tiene un carácter multidisciplinario e intenta abrirse y recibir y dar
especulativas de los centros urbanos sustituyendo los sectores con carácter, a otras ciencias conceptos y herramientas de trabajo para poder
por modernas estructuras cúbicas de acero y cristal, acentúan aún más la comprender las relaciones complejas entre el hombre y el medio.
uniformidad de la ciudad.
El peligro de este « b'trrido» que lleva a una uniformidad creciente en En realidad, este enfoque geográfico es más que un paradigma alter-
el tejido urbano, es que afecta sensiblemente la capacidad de respuesta nativo al cuantitativismo, un intento de salvar el positivismo * incluyendo
individual, la debilita, y, perceptualmente, el hombre tiene menor poder aspectos subjetivos y mecanismos mentales procedentes de la psicología.
de generar imágenes en estos tipos de paisaje urbanos. Además, como se Es un enfoque complementario de otros enfoques, más que un paradigma
sabe, los científicos ocupados en el estudio del hábitat y de las relaciones o excluyente.
comportamientos de animales y hombres, estiman que los medios comple-
jos son esenciales para suscitar estímulos ópticos y cuanto menos uniformes
y monótonos sean los entornos, mayor resulta la capacidad de orientación,
de seguridad y de identidad de los seres vivos en el entorno. Por lo tanto,
cuando los medios urbanos pierden sus componentes estructurales básicos,
o no están presentes de forma satisfactoria, estos medios se hacen difíciles
y hoscos; además, estos componentes estructurales tienen un carácter exis-
tencial y pueden reducirse a lugares: foeos en donde tienen lugar sucesos
significativos; sendas: ligadas a la idea de continuidad, es decir, ejes orga-
nizativos; y dominios: áreas con un carácter peculiar. Pero la imagen urbana
tiene también componentes apreciativos relacionados con la valoración sub-
jetiva y el afecto que despierta en el individuo. Finalmente, no podemos
perder de vista que la imagen urbana tiene un carácter simbólico, es algo
más que un conjunto de ladrillos y hormigón o el simple habitáculo; es,
ante todo, la expresión visible de un sistema de valores del hombre ligados
a sus creencias, ideales y esperanza (MUMFORD, 1961).
En resumen,, la Geografía del comportamiento y de la percepción se
caracteriza por afirmar que:

110 111

del positivismo lógico.
de un nuevo paradigma
Como hemos subrayado repetidas veces, una disciplina no se muey~en
un vacío social. Durante los últimos años de la década de los' 50~ s'e '~pre~­
cipitan una serie de acontecimientos que causan gran impacto. Citemos,
entre otros, el final de la guerra fría y la posibilidad de una circulación
de ideas más libre que en la época inmediatamente posterior a la II Guerra
Mundial en donde imperaba el antimarxismo beligerante. A~~JEͧ!QQ~_apa­
rec~g._Jo~L primeros síntomas de, la_crisis del sistema de qqpi~é:lc;~ó!"l ~S~~ó­
ª
~i~a _occidental y el resurgir. del'_['er~er Muriq() ,'gy_e.se.tesistía la. m~dia­
tización política y económica (neoco1(;niali§t110) _p<J~ E~V:i~ . 4~ _QGcJ4~n!~·
Al mismo tiempo, en los países industrializados no se logró un desarrollo
económico armónico y las disparhiªdes .. regipnªles ~ran notables (~1~~~~-~~e
pobreza);. también det~rminadas condiciones de vida--uroana--~(~egr~gación,
haci11amento, etc.) ponían e~ tefa dé juiQjo la eficaCia _d~l cientifismo..
Desde un punto de vista filosófico vuelve a surgir la duda sobre la
pertinencia del método científico aplicado a las ciencias físicas en las cien-
cias sociales, y cobran cada vez más fuerza los planteamientos críticos de
la Escuela de Frankfurt que, ya en el período 1920-1930, proponía buscar
una ciencia social integradora y no fragmentada en compartimientos estan-
cos (disciplinas), utilizando para ello la teoría marxista (CAPEL, 1981, ca-
pítulo 13). Sus principios van a tener una repercusión notable, en particular
la idea, opuesta al positivismo, del carácter mediatizado del científico, de
lo erróneo en las ciencias sociales de escamotear la dimensión histórica, Y
algunas facetas consideradas por la ciencia dominante como metafísicas
(imaginación, intuición, estética), el rechazo del fetichismo de la medida Y
de los modelos matemáticos por considerarlos de escasa significación social,
etcétera. En suma, se propugna un an~ipositivismo y la elaborac!6n de. una
112
ciencia holística con un. objetivo esencial: elaborar teorías sociales desd"e_
la
el ariálisis-ae rea1idad histórica concreta.
-Cobra-cada vez más-cuerpo dcaiá.cter ideológico de la ciencia, es decir,
dependiente de un contexto social y de los intereses del grupo dominante.
Por último, en la década de los 60, y ante el desencanto del positivismo,
las ciencias sociales dirigen sus miras hacia filosofías que reconocían otros
modos de comprensión del mundo rechazando la explicación hipotética
deductiva propuesta por el positivismo lógico. Por ello, vuelve a resucitarse
el dualismo frente al monismo científico, y la comprensión frente a la expli-
cación eientífica utilizada por las ciencias sociales. Adguieren gran impor-
tancia la fenQ_l!l~l10l()gía, .el existencialismo y el. idealismo, como~respuesta
·q!~tadura. positivista de redu~ir los. hechos hu111anos a simples e>~ jetos
a de lograr establecer leyes o regularidades .similares a las observadas
en lªs ciencias físicas.
Finalmente, la comunidad geográfica, desencantada por la escasa apor-
tación a la mejora de la condición humana, a pesar de la fuerte producción
científica con medios y técnicas muy complejas, intenta cuestionarse la
«pertinencia» del enfoque cuantitativo y el fundamento mismo de la disci-
plina. Aparece así un movimiento crítico dentro de la Geografía institu-
cionalizada, que va a dar lugar a dos corrientes bien definidas, cuyo deno-
minador común ~s el rechazo al positivismo. Estas corrientes son: la Geo-
grafía radical y el humanismo.
1. Geografía radical
~1 finalizar la década de los ,afjosJSO~~-qrg~ _en .Geografía_ una corrient~
crítica denoln~n.a,~/1, .ntc!i.~;;ll, que no es otra cosa que el impacto en nuestra
e
.........,,..,J.t-'-U.l.lU ·creJ ún movimiento contestatario más amplio que afectó a todas
las ciencias sociales (Economía, Antropología, Historia, radicales).
~.~. _Geografía .radical~ como la ciegc;i,~ r/lcii,cal, se. qirig~ a P()JJ.eJ:, al ~es­
cubierto <<la falsa cultura» .que: ·es un «artilugio delsiste1lla socj~f Y,
e~()~~mieo contra la_conciencia revoludon~ria» (PEET, 1918, p. 7): P~r· ÍÓ
tanto~, -la~ ciencia radical es el agente consciente del cambio político revolu-
cionario y la «geografía :radi~al» es una parte de esa ciencia que comp~:rte
lg~ lllism?s o~jetiv~s y ~m,plea' lo~. n:Usll1os métodos .. ~e inte~ta iúlp1icar ac
fos-.geografos eii-1os~probf{;ffiá:s'~~de ~i~~cdesigllaída.d"sodaf;·'sienoo- necesario
formular nuevas preguntas, 'biis~ar nuevos enfoques y asum!r un~ pos!!:lra
hipercrítica paraeyitª_r e!_ai~Jaíiliento del geógrafo respecto a~los problemas
!ll~S .acuc:;iantes de . la . condición humana. El órgano 'de--este movímientcrfue·
fa revista Antipode. A radical geography (1968), de la Universidad norte-
americana de W orces ter, apareciendo más tarde en otros países revistas con
objetivos similares.
113

Los marginados de la Geografía, como se autotitulan l?s radicale~~~~~e-
ñalan que c1urante_mq~h9 tie1Ilpo los geógrafos se. han ded1cado a estudtar
-los cambios del paisaje desde 1,1na actitud pasiva, sin cuestionar la as!~~<;U?­
ción soCial a tiles cambios. La distribución de la pobreza, del hacim11niento,
de- la injusticia o de 1~ discriminación, tienen una larga historia y determi-
nan formas del paisaje cultural. Y, como dice Morrill, es evidente que la
·~elevar el nivel científico de nuestra ciencia. Pero ¿el método científico es
persistencia de estos problemas y su manifestación en los aspectos visibles
del paisaje, significa que deben existir deficiencias esenciales en las estruc-
turas y valores de la sociedad.
La divergencia entre la realidad y la investigación geográfica se debe,
según los radicales, al positivismo, esto es, a la «Nueva G~ografía», según
la cual el conocimiento eientífico en sí mismo es neutral.
En resumen, la Geografía que ellos llaman del Establishment, tanto la
tradicional, como la cuantitativa, y especialmente ésta por su aureola de
prestigio, ha conttibuido a escamotear los problemas más, important~s que
atañen a la condición humana. ¿De qué forma? Los geografos radtcales,
lo ven así:
,La Geografía ·como parte de un sistema socioec?nónrico general ~~e~­
ponde a las· «justificaciones» de la sociedad y a su .propia. irracionali.daci:
al igtíal que las restantes ciencias sociales proporcwna mitos que. strven
para legitimar la situación de dominio e injusticia. De to~os los mlt~Js, el
más grave, es el de la Gran Omisión, es decir, la estrategia de refen:~e a
un vaso con un poco de agua, diciendo que está semilleno, o de clas1flcar
t2~- ~~!Q_S__ ge ~~tados Unidos, diciendo que un tercio de ellos se incluye en
la clase media, en lugar ~de subrayar que las dos terceras partes padecen
una situación miserable. En el índice de la Gran Omisión no aparece la
palabra Imperialismo, y lo que es más grave es que estos mitos ~o se expo-
nen como tales. pues no comienzan con «Erase una vez ... », m concluyen
con « ... vivieron felices», sino que los mitos se van incorporando invisible-
mente de forma sutil al análisis de la realidad social a través de la estructura
del lenguaje y de la conceptualización.
Naturalmente, este escamoteo de la realidad es muy antiguo. Así, por
ejemplo~ ~ s~ñalan que las descripciones y la localización de los lugares
hechas por lo{ geógrafos griegos era una información que brindaba11 a la
clase dominante para facilitar_ y consolidar el dominio sobre otros hombres
y paísés. El fenómeno se va a repetir a lo largo de la historia, y vemos
cómo en el siglo XIX los informes de los geógrafos patrocinados por las
sociedades geográficas van a ser muy valiosGs para el expansionismo de las
metrópolis y para los intereses de las sociedades de plantación o mineras.
la
Era Geografía que localizaba y describía la riqueza que podía obte-
nerse en las diferentes regiones. Los geógrafos no mostraron ningún interés
por explicar el por qué de esta división internacional del trabajo y de la
producción o por buscar soluciones encaminadas a corregir estas anomalías.
114
¿De qué m~dios se sirve la Geografía del Establishment?: Del rigor
científico y de la objetividad inspirada en las ciencias físicas, en unos casos,
y de la seriedad y del carácter creativo y holístico de[trabajo geográfico,
en otros. Pero pocas veces los geógrafos formulan esta pregunta: ¿quién
~t!Jiza-ycontrola los saberes geográficos? El objetivo de la Geografía es
apropiado para estudiar el hombre y su obra? El método científico propues-
to por el positivismo es, según la Geografía radical, uno entre muchos en-
foques posibles, pero los cultivadores de las ciencias sociales necesitamos
también estudiar a los hombres no sólo como objetos sino como sujetos,
pues como dice Maslow « ... una ciencia social basada en el positivismo
puede ayudarnos a estudiar a las personas concebidas como objetos, pero
también necesitamos, a veces, desesperadamente, estudiarlas como sujetos».
Este cientifismo, que conduce a separarse de las realidades de nuestro
mundo, se consagra a través de una serie de factores entre los que cabe
destacar:
La estructura de la Geografía formada por uria comunidad de creyentes,
un colegio cardenalicio (los definidores del dogma); un élite secular; los
triunfadores en el campo de la Geografía aplicada, que obtiene recompensas
en forma de sustanciosos contrato.s; y, finalmente, el resto, el «tercer esta-
do». Esta estructuración es la que condiciona y determina la matriz con-
ceptual de nuestra disciplina, las técnicas metodológicas y los temas de in-
vestigación.
Este cuerpo de doctrina se difunde a través de los libros de texto cuya
aceptación y difusión es tanto mayor cuanto más estandardizados sean y
cuanto menos discrepe su contenidó de los principios definidos por el cole-
gio de cardenales y el grupo de príncipes que controlan la Geografía. )\.de~~s
a
de los lllanuales, este cuerpo de doctrina establecida se difunde ~través
d.e lo§ <;ongresos Nacionales e .Internacionales. Estas convenciones se estruc-
turan de un modo similar al de un manual. Entre las características más
salientes cabe destacar el control de los mismos por los grandes santones,
el escaso papel que se concede· en los congresos a los problemas filosóficos,
epistemológicos rsociales, y la-gran importancia que tienen las comunica-
ciones de tipo técnico o los trabajos de carácter empírico, apareciendo temas
muy curiosos, por -su escaso lntel'és, tanto en el campo de la Geografía
física como erief de la Geognifía humana. En los congresos tienen una gran
importancia también los aspectos sociales, en el sentido de las relaciones
públicas. Son ocasiones de hacerse ver, son bolsas de colocación, posibilidad
de promoción, de ser incluido como miembro o directivo de alguna Comi-
sión, etc. Algo semejante ocurre en el ámbito de las Sociedades Profesio-
nales de Geógrafos en los diferentes países y en sus órganos de expresión:
las revistas geográficas.
115
 Finalmente hay que hablar de la estructuración de la enseñanza univer-
sitaria. Habitualmente en los Departamentos se delimitan rígidamente los
campos científicos; el saber está tabicado. El departamento está constituido
por un grupo de profesionales que hablan el mismo lenguaje. De esta forma
resulta fácil mantener la cohesión y proteger celosamente el cuerpo de
verdades reveladas de nuestra disciplina.
Todas estas circunstancias, señalan los geógrafos radicales, contribuyen
a crear una cadena de conformismos que no estimulan la apertura de nue-
vos caminos, ni la modificación de los existentes, pues resulta difícil, pro-
blemático y, a veces incluso, comprometido, prefiriendo, por tanto, seguir
los caminos trillados en donde se dispone de jurisprudencia y de guías
seguras. Esto explica que gran parte de nuestros trabajos carezcan de interés,
y lo que indicaba en 1954 la UNESCO con respecto a la labor investigadora
en las ciencias sociales se puede aplicar a la Geografía: « ... gran n~mero
de trabajos _ científicos son ajenos. a los probl~masimpqrj:ªntes del mullif~
Los temas elegidos carecen de relevancia e interés y no proporcionan mu~
cha luz a la hora de resolver los problemas importantes que tiene plan-
teada la humanidad».
En resumen, la Geografía radical supone un intento de desmitificar la
Geografía del Establishment_, de hacer ver que la metodología imperante
apoyada en el positivismo es incapaz de proporcionar un análisis significa-
tivo de los problemas importantes del momento presente.
La Geografía debería, según ellos, interesarse por el bienestar, la equi-
dad de la distribución de los recursos, la adecuaci6n de las instituciones
que tienen una ·repercusión en los paisajes culturales y las necesidades de
los hombres~
En torno a dice PEET (1977), la Q~9_grªfí::t radicalJJ.Ie. u11 movi-
miento liberal izquierdas, preocupada m-ás por la ~temática de la inves-
tigación (pobreza, gheto, injusticia) y la detección de estos hechos en el
espacio, que por buscar una teoría alternativa al positivismo, es_de~ir~. se
ei!Jlpl~a el método cuantitativo a una te111ática diferente, más.soCiali sin
~m'bargo, al comenzar la década de los 7Q, se intenta buscar un n11ev9
P3t~c1Jgfl1a, y en esta búsqueda destacó D. Harvey, el mismo que había
escrito «la biblia de la nueva geografía» (PEET, 1977> p. 16). Este autor
consideró que para lograr una teoría revolucionaria era preciso algo más
que hacer converger el positivismo, el materialismo y la fenomenología;
según él, sólo desde el marxismo se podía formular una teoría que fuese
a la raíz de los problemas (HARVEY, 1972 y 1973). En esta nueva línea
están FoLKE (1973) y HURST (1978), mientras que Peet y Lacoste, entre
otros, intentan establecer una teoría revolucionaria, aunando los postulados
de Marx y Kropotkin, considerando a ambas de acuerdo en problemas
esenciales tales como propiedad colectiva de los medios de producción,
116
abolición del sistema de salarios, distribución del producto social según
las necesidades, etc.
Esta evolución seguida por la Geografía radical hizo decantar dos
grandes grupos.
A) Los radicales liberales
Son los que combinan la creencia en la democracia con un fuerte com-
promiso en la acción ejecutiva y legislativa para mejorar los males sociales.
Podemos decir que la contribución de estos geógrafos fue, en primer lugar,
cartografiar el bienestar utilizando el método empleado por la ecología
Jáctorial, pero ~ecogiendo una información diferente a la censal que permitía
r~~o_n.:9cer las variaciones espaciales _en la calidad de .vida, ._distinguiendo
variables fí~iCas, cultUrales y necesidades superiores (KNox, 1977). SMITH
hace uso (1973) de los indicadores sociales, lo mismo que MoRRIL y Wo-
LLENBERG en su estudio sobre la pobreza en los Estados Unidos (1971). De
gran interés resultan las propuestas de W. BUNGE sobre la necesidad de
crear la « dictatorship of childre:n», buscando marcos y lugares adecuados.
En el campo de la conservación del medio y de los recursos físicos, la
labor no fue grande a pesar de los estu<lios de MANNERS y MIKESELL ( 1974)
y O'RIORDAN (1971).
B) Los radicales marxistas y anarquistas
PEET (1977) recuerda que los primeros trabajos de los llamados geó-
grafos radicales de finales de los años 60 eran liberales. Y ello se manifiesta
en MoRRIL (1969) en un artículo que ataca el maximalis1¡1o de la «nueva
izquierda», y duda de la eficacia de las soluciones revolucionarias de tipo
marxista (MORRIL, 1970). Es FoLKE el primero en propugnar un enfoque
marxista para la geografía (1972). Y así señala que «la teoría reyoluciona.ria
sin prácticarevoluCI<)iiaria ~s inútil e inconcebible; la práctica es el último
criterio de verda~d>;·.- Pero tal vez la mayor contribución teórica marxista*
se debe ~1· conv~ersó HARVEY en la segunda parte de su libro Social ]ustice
and the City (1973), titulada Socialist Formulation. Harvey ataca al positi-
vismo, al idealismo y a la fenomenología, porque ignoran el papel de las
élites' en una sociedad manipulando la estructura, y generando ideologías
que justifiquen sus intereses. Por otra parte, las corrientes idealistas al cen-
trarse en los individuos, omiten las limitaciones de la libertad individual
por parte de la estructura y la ideología.
El grupo de geógrafos radicales no es, pues, uniforme y encuadra desde
los anarquistas a toda una gama de posturas marxistas; su legado es sub-
117
rayar las relaciones estructuralesen el análisis de los problemas sociales.
Pata ello se toma como punto de partida el modo deproducción. El espado
lo móldean los hombres, no libremente~ sino según las circunstancias que
son transmitidas por el pasado. La epistemología marxista no se justifica
filosóficamente o transcendentalmente sin la práctica. En la Geografía
cuantitativa, el espacio se considera como variable explicativa, pero, como
dice Folke, esta definición tiende a oscurcer el hecho de que la organización
humana es un hecho social y no un fenómeno espacial. En la Geografía mar-
xista, el. espacio no se .entiende inde~endiente111ente défOl)]etQ ·.de :esiuaio~
EL espaCie' .~S-. propiedad· del objeto;·y ·éspac]Q_y_Qbj~to se han .de. entender to-
talmente-!I1t~g~_él<!()~. En cuanto a su producción destaca, sobre todo, la apor-
·a·
tacioii la Geografía urbana con el estudio de las instituciones o agentes
del espacio urbano (GRAY, 1975, y HARVEY, 1973, 1974), pero no existe
una amplia bibliografía. Lo mismo ocurre con la Geografía radical francesa
que surge en torno al grupo redactor de la revista H erodote, en donde
proliferan las críticas al positivismo, pero no existe una producción geo-
gráfica consistente. Tal vez lo más destacado sea el debate tenido en la
revista L'Espace Géographique (1974) a propósito del espacio.'
Al enfoque radical los geógrafos soviéticos le achacan el no estar apo-
yado en «el único camino ciept{fico y. prometedor» que es la «teoría mar-
xista leninista~~- (LAVROV, et al., 1980, p. 320) y, por lo tanto, incurrir
en:- un· ultráf:ú]uierdismo. Asimismo estos autores critican el excesivo pesi-
mismo radical, el no tener en cuenta los logros eonseguidos en la Unión
Soviética o en la Europa del Este; por ello concluyen que «a pesar de ser
interesante, la cuestión está en ver comó se desarrollará en el futuro y
en comprobar si será el marxismo leninismo o el ultraizquierdismo el que
prevalezca en el "eclecticismo a1~tual''».
Num~rosas son también las críticas desde el punto de vista cuantitativo.
As( ·CLAVAL ( 1977) intenta descalificar al marxismo como a] ternativa válida
basándose en que Marx, por imperativos teóricos, eliminó el espacio en
el libro I del Capital; no cabe elaborar una Ciencia espacial en un sistema
cuya lógica elimina el espacio.
Otros autores reconocen el atractivo de la dialéctica como medio de
estudiar el cambio . pero juzgan arbitraria la forma de denominar y adscri-
bir los fenómenos a procesos como tesis y antítesis; la ausencia de ética,
ya que la explotación es el único crimen reconocido, mientras que para
acabar con ella justifican todos los medios; la primacía del activismo sobre
el intelectualismo, etc.
Otros destacan las insuficiencias teóricas para evaluar la creciente buro-
cratización del. capitalismo avanzado, así como las escasas referencias que
en la obra de Marx se hacen con respecto al sexismo, racismo, contamina-
ción y ordenación de los recursps----naturales.
-
118
Por consiguiente, los críticos, aun reconociendo que el marxismo tuvo
gr~n . importancia por /haber iniciado un sólido debate sobre la teoría y
practica de la Geografta Y ser una buena herramienta de análisis crítico de
la organización espacial del capitalismo, corre el riesgo de comprometer
su futuro por su excesiva retórica carente de estudios empíricos sólidos y
por su tono displicente y de rechazo total de cualquier otro paradigma
que no sea el marxismo. En lugar de ello debería esforzarse en demostrar
que su paradigma es de mayor poder explicativo, y permitir a sus seguidores
una mayor heterodoxia en lugar de exigirles una adscripción' rígida al
dogma.
2. Geografía humanista
El enfoque positivista lógico en el que se apoya la «Nueva Geografía»
~~fr1ó .. ta~~i~n una respuesta crítica por parte de la llamada Geografía
humanfsla~que, qJJiempo que cuestionaba la validez del enfoqUe cuantita-
tivo, proponía una nueva alternativa, más ·acorde, según sus partidé}rios,
con •. el ~arácter de ciencia social de la Geografía. _:L~ Geografía humanista
há de verse como una crítica y "una alternativa a lo qlie.se·cohsidefó la
«dictadura intelectual del enfoque cuantitativo en Geografía» (A. L. SA~­
GUIN, 1981, p. 561). . ..
- · Este movimiento geográfico se inserta en un contexto más amplio, que
afecta a todas las ciencias sociales, puesto que con la destrucción agresiva
de la técnica de los valores humanos se empezó a poner en duda el carácter
ideal, objetivo y exento de principios de valor que el positivismo lógico
atribuía a todas las ciencias sociales, y se comienza a subrayar y a buscar
la función social que se asigna a cada ciencia en particular, función que
afecta a métodos y resultados. Y, así, en el campo de la Geografía se descu-
brió que su función era proporcionar tecnologías de diseño y control social
cuando se investigaba en la planificación urbana, rural, teoría de la locali-
zación, etc. (N. SMITH, 1979).
Las ciencias se consideran como sistemas cargados de valores y se intro-
du~ep -~~titgc!e~ ~umanistas procedentes de campos ajenos alft_Q~QKrifí~
(cristianos, socialistas, existencialistas y marxistas) pro~JA..mªll'~o }ariqueza
de la existencia humana por encima de los métÓdos de. análisis delª ciencia
pos!tiy~ta. Al mismo tiempo se subrayó· el·· carácter unidimensional de,~fas
abstracciones racionalistas concernientes a la naturaleza del hombre, uni~
dimensiona:lidad presente en la teoría y en la práctica lo que hace cumplir la
trágica profecía de Marcuse: «La racionalidad tecnológica se convirtió en
racionalidad política.»
La protesta se dirigió contra la sociedad tecnológica y contra el carácter
dogmático y dictatorial de la ciencia positivista que proporciona una visión
119
 restrictiva del hombre por dejar fuerª~ .ele su e~tudio ~spectostales. c~tno
sentimientos,. pensamientos: . intuiciog~~..~J9·.. ~Ell. est~. S~l!ticl9~. G9nirt:Jy_QlJ~l'·gª
TuAN (1976)~. el. mensaje d~lhumani~wo histQriqJ,. desci~ f:rasrr!2.. ~!.~~.§~..
1536) hasta Jtillán- ifuxley (1887-1975) nos_permite~tratar y d~firtix al
hombre .~on una v1síóñ más-amplia de lo CLl1~ es1 y del1llod() cie_actu~r u11a
a
l?Sf~-~n"~· El-humanismo, 1o ·largo -cíe la· historia, tuvo· siempre un:á'actffiid
revolucionaria respecto a las visiones dominantes del hombre. En todo
momento se esfuerza por introducir en el estudio todo lo referente a la
condición humana, y así como el Renacimiento amplió los estrechos már-
genes de la escolástica medieval, el humanismo del siglo_ xx «l:r~~~~~)~S~~!
contra las estrechas lil11.itadones del'positivismo logico_ de la cienci~ e in-
cluir GUé!stione~ ref~r~ntes a )a . ~s,t~ti<;a! J!teratpra, J!l1güístfcél~ .eLJx~a99 ·y
ia re;o~struc~iÓJl.hi~~óiic~»jJ?~-~E:Y y lVL~ SAMu~~s, ·1~7~,. p~"si:.,~trL~mbaf..
go, el ln1manistrio. 4eCsiglo ii.no es?~gmátíc() 11i exduye11te, p~~~.rlc>.!2:!.~ga
que el hombre :pu.ed(l ~~J~!=lia.rse. desde ~nél_per.sE~e:tiy(l cieJJ.tífica,, sli}~Q Ell1~
con~iaera~~~te enfoque parciaty por ello, el humanist~ ha cie C()n§id~r~n:lo
inCluyendo _.otras activid~~t:;s . . qll~c !~vel~n una preocupaci?n hl111lª.na. Así,
."'por~ejeiilpl(>,~ Tmin ~~tom~·como base y punto de. partida el enfoque d~OJª
etología"animal para estudiare! concepto de territorialidad,lugar,..haci!la-
miento, intimidad, etc.; pero estos conceptos los &wplía incluyendo otr()s
lázos--emotivas· y simbólicos· que convierten el espacio en un lugélr, es ~~~Jr,
añade todos }()S. aspectos c.ultllrales que transforman los comportalllientos
animales d~él hombre .y h(:lcén · de él. üna especie con. c.apacidag__ gJ~y§lga_~d_!:!
abst~~er, desimbolizary.convertir eLespqcio en algo más que un contene??r
físico. En efecto, mediante conceptos y símbolos, el hombre convíérfe ·el
es:riácio en algo ligado a él por estrechos lazos emotivos, y ello ocurre incluso
en marcos amplios de los que no dispone de experiencias directas. En estos
casos, estos espacios que superan la experiencia directa de la gente pueden
llegar a transformarse en focos de «lealtad apasionada» a través de símbolos
o mediante la educación y la política (TuAN, 1976, p. 268).
/;..;~ El humanismo cree que sólo se tendrá una visión completa de la persona
~~~i se incluyen más aspectos que el de la racionalidad considerada por el
:.¡>ositivismo. Estos aspectos pueden ser trascendentales, teológicos o sim-
plemente éticos. De no tener en cuenta estos hechos aparecerán dicotomías
tales como objeto-sujeto, .ciencia-hombre, hechos-valores, que nos alejan
de una visión integral del hombre. Po!J.C>.~ ta_r~t<:)~ el ol:!ietivo .cleL~l1~~Aiªm.o
gel siglo. XX es. rescatar de nuevo .al. h?mbre -y tratarlo con t()~O~~ sus atri-
butos . situándolo en el centro de todas 'las cosa~, con1o prodt1ctor pro-
dt1cto\l~ su propio mu11do ([). LEy y M.. ~f\1\1U~Ls., 1978, p. 7):
-....·Est~ corrient~: htnnanista se apoya, como . es lógico.' en Jás}ilo~9f!ª.s·
fenomenológíca y existencial, . .8:§! gt::nno .en. ~lgl!:f!O~ .. e~~r!t,9~~4~ ~~~E~J~ -~~·
fo~ neoináfx:isias~]iii<acs 3 Mm;_cl1s~. El enfoque humanista influyó en la
soCiología·· (Alfred Shutz y Karl Mannhein), en los economistas ortodoxos
120
y heterodoxos; impregna as1m1smo los objetivos del Club de Roma que
postula un nuevo humanismo caracterizado por el sentido de la «globali-
dad», «la justicia social» y el «horror a la violencia» (A. PECCEI, 1977).
En el campo de la Geografía, sus antecedentes pueden rastrearse en Vidal
de la Blache, en HARDY, que publicó en 1939 una obra titulada La géogra-
phie psychologique, condenada rotundamente por Demangeon, y en algunos
trabajos de Wright, Sauer y Lowenthal. Sin embargo, hasta la década de
los 70 no se publican obras sistemáticas propugnando este enfoque y
apoyándose en una filosofía fenomenológica existencial. En este sentido,
las obras de D. Ley, Guelke, Harris, en el campo idealista, y los numerosos
trabajos de E. Relph, Buttimer, Yi Fu Tuan y Mercel y Powell, desde un
enfoque fenomenológico existencial, pueden considerarse como la base de
este movimiento que tiene un cierto auge en la década de los años 70 y
continúa en nuestros días, aunque con un claro carácter minoritario dentro
la Geografía actual.
En nuestra disciplina, apunta LEY ( 1980), las tradiciones más signifi-
cativas en Geografía humana han ido soslayando el estudio de las relácio-
nes hombre-medio, para estudiar de un modo dominante las relaciones
lógicas entre las cosas dentro de un espacio abstracto y geometrizante.
Este autor considera que en el período de entreguerras la Geografía humana
evoluciona desde Vidai de la Blache a Durkheim. Es decir, gana la batalla
una concepción abstracta .en la que se estudian relaciones entre objetos, y
en esa evolución de lugar a espacio, el hombre, agente geográfico, termina
desapareciendo. (D. LEY, 1980). En efecto, parece que la Geografía humana
va perdiendo contenido, primero centrándose en los hechos tangibles del
paisaje (Demangeon y Brunhes) y, más tarde, reduciendo el espacio a una
geometría (Christaller) en el que la relación hombre-medio plasmada en
la noción vidaliana de genre de vie, se ve reducida a una actividad racio-
nal. De este modo, al perderse la relación simbiótica vidaliana,_ el hombre
se reduce a un espectro dominado por los factores económicos. El enfoque
positivista no puede incorporar «la ambigüedad, la contingencia y los
cambios no lineales que constituyen lo habitual en las relaciones dentro
del mundo vivido (D. LEY, 1980, p. 10).
Este enfoque parcial va a producir una «geografía humana sin hombres»;
por lo tanto, abstracta, estrecha, pues no tiene presente las intenciones, ni
los valores, individuales o de grupos. Este reduccionismo es muy peligroso,
pues como dice A. ScHUTZ:
«La salvaguardia del enfoque subjetivo es la única garantía de qae el
mundo de la realidad social no sea sustituido por un mundo ficticio cons-
truido por el observador científico.» (D. LEY, 1980, p. 12.)
· La Geografía humanista propugna como postulado bªsico que el «es-
pacio vivido es erm:u.n.ao-ae ·¡a experiencia inmediatamellte anterior al· de
121
lasi~_eas c;ien,t!ficª§» (A. L. SANGUIN, 1981, p. 561), y, por ello, la Geogra-
fÍa~-Iimnanfsta estudia el mundo en el que los hombres viven y actúan, en
lugar de considerar mundos hipotéticos habitados por seres omniscentes.
La Geografía humanista es contraria al enfoque radical marxista tal y
como lo exponen D. Harvey o M. Castells, puesto que estos autores ela-
boran un mundo mecanicista, en el que todo está previsto y en donde el
papel del hombre es nulo. Ley insiste en que los geógrafos marxistas, a pesar
de su crítica total al positivismo, no eseapan de un enfoque. del mundo
esencialmente económico y racionalista, y, así, desear que en la ciudad no
se cumpla el modelo de Von Thünen-Alonso no quiere decir que se pres-
cinda de las categorías económicas del modelo, pues como señala Jean
BAUDRILLARD:
«El materialismo histórico de Marx ... es demasiado conservador y
está muy enraizado en los supuestos de la economía política, y es dema-
siado dependiente del sistema de ideas que intenta superar.» (D. LEY,
1980, p. 11.)
Como resultado, el análisis marxista no supera el fantasma de la pro-
ducción, que impregna todo el enfoque, ya que, como recuerda Adorno,
la intención de !vfarx era convertir el mundo en un taller productivo. Por
esta razón, el geógrafo humanista condena también el marxismo, que reduce
al hombre a un objeto movido por «procesos históricos» que TI9.~:Só];~
sonas sino abstracciones .
En definitiva, el principal objetivo de la Geografía. humanista es recon-
ciliar la ciencia social con el hombre, acomodar la comprehensÍÓn _C()l1d el
talento, lo objetivo con lo subjetivo y el materialismo· con el Jdealismo
(D. LEY y M. SAMUELS, 1978, p. 9). Los dos rasgos esenciales de nuevo
enfoque son, por una parte, hacer una Geografia humana con hombres,
tal y como intentó Vidal de la Blache, si bien «no podamos seguirlo lite-
ralmente», puesto que «el mundo existencial de Vidal no es el nuestro»,
una geografía ant¡-9pocéntrica apoyada en el existencialismo y en la feno-
menología que son los ei1:f0q\ies más acordes con los fines descritos, ya que,,
en términos sociales, el espacio se convierte en _l~gqr, la idea abstractª de
espacialidad adquiere dimensiones significativas,- y" 1~ distancia define rel~-:
ciones de proximidad o de deshumanización.
Por otra parte, subraya el carácter holístico de la ciencia, en oposición
a la visión analítica que separa artificialmente los conceptos, y para ello
se busca una teoría global no abstracta, sino contextua!, que permita inter-
E!.~!arJas relaciones recíprocas y activas del hombre y el medio.
De acuerdo con los objetivos descritos:, la metodología ha de . ser induc-
tiva sin que haya que excluir las técnicas de cuantificación, pero sin mitificar
122
la medida, pues «uno es libre de hacer uso de la técnica de forma selectiva
y donde lo estime apropiado» (D. LEY y M. SAM{JELs, 1978, p. 13).
~~ ~La preocupación por la comprensión, en lugar de la predicción,. lleva
'ªJ inv~estigador a sumergirse, a empaparse en el probl~!Jla, .a conocerlo desde
d~t1~o, 111ediante un conocimiento empático; se recomienda encuesta an-
trop~l()gica y de un inodo especial la observación participativa.
La formación de un geógrafo humanista, dice TuAN (1976) debe tener
una base en Geografía física, en Etología animal, y dominar los conceptos
esenciales de las ciencias sociales. Todos estos saberes positivos son el punto
de partida que le servirá al investigador para tener en cuenta la valoración
de los hombres hacia el medio; asimismo ha de tener una formación lin-
güística para captar los «matices del lenguaje» y conocer la filosofía, adscri-
biéndose a aquella que esté más _de acuerdo con la finalidad de su inves-
tigación. Por último, Tuan considera que la utilidad de la Geografía huma-
nista no es pecuniaria, puesto que los contratos se dirigen a los geógrafos
con formación cuantitativa, sino que es útil en la enseñanza, ya que su
función es <<aclarar el significado de los conceptos, símbolos y aspiraciones
de las personas o grupos con respecto al espacio o al lugar». Por otra parte,
puede ser útil en la planificación si consideramos que la-respuesta que las .
personas dan al medio está mediatizada por la cultura, y, por lo tanto, una
función de la Geografía humanista será señalar_ las virtudes y defectos de
una cultura y sugerir medios para lograr clesp~rtar en el hombre· el ~sentido
ctéf1ugar. Tuan conduye que el enfoque humanista nunca será popular, ya
que ello requiere un esfuerzo personal introspectivo, una crítica de los fenó-
menos que se admiten como «dados», y esta actitud y disposición nunca
fueron populares en nuestra cultura occidental. La Geografía humanista, al
ser una crítica reflexiva que exige introspección, supone que el paisaje
geográfico ha de ser algo más que el clima, las parcelas y las casas.
incluirse ütmbién los sentimientos, los conceptos y las teorías geográficas que
ti~11~ el hombre o el grupo. PUn g~()grafo ~umanista c;o_nt~mpla el mundo
de hechg~ y ~usca consta.11temente el ~sí~!llficado~~de Jos mismos.
V amos a describir las dos corrientes fundamentales dentro de la Geo-
grafía humanista.
A) La alternativa fenomenológica existencial
_J>~ªcrito eJ contexto social y culturalde las década~ de losaños6g y JO,
parece 16gico que la Geografía, como lo· hicieron~otras cieñCias ú)ciá1es,
buscase su actitud crítica y su fundamento en la fenomenología existencial.
Tanto la fenomenología como el existencialismo se oponen decidida-
mente al positivismo lógico.
123
 La fenomenología, aunque es un movimiento filosófico complejo y va-
riado, se inspira básicamente en la obra de Edmund HussERL (1859-1938).
Puede considerarse como la teoría de la apariencia y el fundamento de
todo saber empírico. La fenomenología se abstiene de toda especulación y
se limita a describir las apariencias directas. Su práctica implica prescindir
de todo tipo de suposiciones sobre los hechos, limitándose a la observación
de las apariencias. Para Husserl, la fenomenología es a la vez un método
y un modo de ver, aspectos ambos muy relacionados, por cuanto que el
método se constituye mediante un modo de ver y éste mediante un método.
El método fenomenológico considera previamente que las leyes lógicas
son leyes lógicas puras y no empíricas, y, además, que actos tales como la
abstracción, el juicio, la inferencia no son actos empíricos, sino actos inten-
cionales que tienen su correlatos en puros términos de la conciencia. Esta
conciencia aprehende puras significaciones en cuanto son simplemente
dadas y tal y como son dadas. El prescindir de todo tipo de supuestos y
la actitud radical de prescindir también de la creencia en la realidad
del mundo natural y las proposiciones a que da lugar no supone negar la
realidad, sino abstenerse de formular juicios sobre la existencia, espacio
temporal del mundo. Este abandono o voluntad de prescindir de presu-
puestos es la epo.fé * que permite reconsiderar todos los contenidos de con-
ciencia;, en lugar de examinarlos sin más en cuanto que son puramente
dados. Así pues, la fenomenología no presupone nada; se sitúa antes de
toda creencia y de todo juicio para explorar simplemente lo dado. Este
método fenomenológico lleva a cabo un reduccionismo que son las esen-
cias . Una vez que se produce esta primera reducción fenomenológica apa-
rece la reducción trascendental por medio de la cual se pone entre parén-
tesis la existencia misma de la conciencia y en lugar de tender hacia lo que
se da en ella, tiende hacia sí en su pureza intencional. Esta última fase a
la que Husserl concede gran importancia no es admitida por todos.
Un concepto esencial presente en Husserl es el del mundo vivido (Le-
benswelt), dominio de evidencias originales, es el mundo de las experiencias
inmediatamente antes de aparecer las ideas de la ciencia. Cada persona
descubre el mundo vivido prescindiendo de todo supuesto científico o de
sentido común. Uno de los grandes ataques que Husserl hace a la ciencia
positivista es el empleo indiscriminado de abstracciones, no apoyadas en
la experiencia, y es precisamente este desfase entre la abstracción creciente
de la ciencia y su alejamiento del mundo vivido lo que origina la profunda
crisis del pensamiento occidentaL
El existencialismo· * ejerció una influencia en la Geografía matizando
en algunos aspectos el enfoque fenomenológico de Husserl en el sentido
de subrayar el concepto expuesto por Sartre de que «la existencia es anterior
a la esencia» y que el hombre ante todo «existe>.}, surge en el mundo y luego
«se define» (M. SAMUELS, 1978, p. 124). Por lo tanto, una Geografía exis-
124
tendal estudia la biografía del paisaje, definido como «todo conjunto de
lugares significativos, junto con las situaciones de las que surge, constituye
un paisaje con una biografía» (M. SAMUELS, 1978, p. 126).
Así pues, la fenomenología existencial subraya la individualidad del
~om~re, la .subjetividad y la libertad, oponiéndose a la pretensión de las
Ciencias sociales de buscar regularidades en el comportamiento humano.
La pregunta básica de la fenomenología existencial es indagar por el ser
personal, Y los aspectos trascendentales de la fenomenología de Husserl se
r~chazan ~~favor de una comprensión del hombre en el mundo. Los signi-
ficados basicos de los conceptos espaciales se consideran como lazos afec-
tivos entre el hombre y su mundo y el espacio objetivo de la ciencia física
o de la geometría es una simple abstracción del espacio existencial (J. N. EN-
TRIKIN, 197 6), y uno de los aspectos esenciales es comprender la estructura
de! e.spacio existencial, en donde la distancia es una conexión afectiva, y no
metnca, y el lugar, un conjunto de significados, o comodice Tuan, «encarna
la experiencia de aspiraciones de la gente» ( 1977).
En resumen, el enfoque fenomenológico existencial es antipositivista,
pues no admite que la única verdad sea la alcanzada por el método hipo-
tético deductivo; es antirreduccionista, pues se dirige a comprender plena-
mente los hechos de experiencia y no a reducirlos a simples explicaciones
(RELPH, 1980). Supone, en definitiva, una reinterpretación por parte de
los. existencialistas como Sartre, Heidegger y Merleau-Ponty, de las interpre-
taciOnes de Husserl rechazando los aspectos más idealistas del enfoque
husserliana.
La Geografía y la fenomenología existencial. Y a hemos dicho que este
movimiento filosófico inspiró a las ciencias sociales y también a la Geo-
grafía, a partir de la década de los 70. Algunos geógrafos· norteamericanos
consideraron útil la aplicación del método fenomenológico y, así, partiendo
del espacio vivido, descubren que algunos hechos que creían conocer susci-
tan dudas e interrogantes, en tanto que otros fenómenos que juzgaban insig-
nificantes y no merecedores de investigar exigían un estudio profundo por
sus consecuencias en el paisaje.
El geógrafo que asume la fenomenología existencial parte de todo el
mundo vivido, pero sólo formula algunas preguntas dentro de ese contexto
experiencia!, como son ¿cuál es la naturaleza del hombre habitante en la
Tierra? ¿Cuáles son las experiencias significativas que poseemos de los lu-
gares? ¿Cómo experimentamos el sentido de pertenencia a un lugar? ¿De
qué modo a lo largo del tiempo varía nuestra actitud hacia los lugares
y la naturaleza? ¿Cómo surgen los lazos de afecto o de rechazo hacia lu-
gares, paisajes y regiones? ¿Cómo se convierte el espacio, concepto abstrac-
to, en lugar, centro de significación personal o colectivo? ¿De qué modo
se producen los movimientos, casi inconscientes y cotidianos, en el mundo?
Este conjunto de interrogantes que hacemos a la experiencia y que es ante-
125
rior a todo conocimiento geográfico formal es la temática básica de esta
Geografía humanista apoyada en el método fenomenológico trascendental.
Hemos de ·decir que, hasta el momento presente, este enfoque se presenta
más como una alternativa posible que como una realidad apoyada en la
investigación empírica y corroborada con la evidencia. Incluso algún par-
tidario de este enfoque lo presenta como un método complementario, poco
adaptable al estudio de los temas geográficos tradicionales (TuAN, 1976),
pero que permite establecer la síntesis entre las ciencias sociales y las hu-
manidades. También RELPH (1980) en un estudio reciente subraya la escasa
producción de esta tendencia.
En todos los estudios aparece, de un modo constante y predominante,
el concepto del espacio geográfico vivido que, aunque no Claramente sepa-
rable del espacio vivido total, puede identificarse porque tiende a subrayar
las relaciones entre los lugares y el hombre. Fue DARDEL (1952) el primero
en emplear nuest:ms experiencias preconceptuales sobre el territorio, el
lugar y el paisaje, utilizando el término de géographicité para expresar los
lazos que unen a las personas con el entorno antes de aparecer cualquier
tipo de conocimiento sistemático. Estos lazos se manifiestan --dice Dardel--
en el sentido de pertenencia a un lugar y en una cierta sensibilidad hacia
el paisaje; para Dardel la géographicité es muy importante y, así mani-
fiesta:
«La realidad geográfica exige una implicación total del individuo,
con sus emociones, ·cuerpo,, hábitos que es tan plena que uno llega a
olvidarla, como se olvida la vida fisiológica.»
El geógrafo Yi Fu TUAN (1977) examinó de un modo sistemático el
devenir del espacio a lugar. Este autor considera que espacio y lugar son
los cofnponentes básicos del medio e intenta examinarlos partiendo de la
experiencia propia y ajena. Tuan toma como punto de partida el compor-
tamiento animal, pero no incurre en un bilogismo simple, puesto que, aun-
que el hombre comparte con los animales ciertas formas de conducta, res-
ponde, sin embargo, ante el espacio y el lugar de un modo diferente, puesto
que el hombre tiene una alta capacidad de pensar y simbolizar. Tuan se
pregunta que espacio y lugar, a pesar de ser componentes básicos del mundo
vivido, se toman como dados y no son objeto de un análisis reflexivo. Por
ello, su primera pregunta es cómo el hombre que es animal, fantasía y
cálculo, experimenta y entiende el mundo vivido. Para ello Tuan parte de
una perspectiva experiencia!, es decir, desde los diferentes modos de com-
prender y elaborar una realidad. Modos que van desde los sentidos más
pasivos: olfato, gusto y tacto, a la vista y la capacidad de simbolizar. De
este modo reconstruye el aprendizaje del espacio y su transformación en
lugar, apoyándose muy directamente en la teoría de Piaget. Demuestra cla-
126
1'
1
ramente cómo la capacidad espacial en el hombre es anterior al conoci-
miento simbólico o cartográfico del mismo.
El concepto de lugar es para la fenomenología algo más que un simple
agregado es, ante todo, un conjunto de significados o utilizando palabras
de Tuan «los monumentos, obras de arte, ciudades o naciones son lugares,
porque organizan el espacio y constituyen centros con significación» (1978,
p. 213). Relph, en esta misma línea, afirma que el lugar puede entenderse
como <<Íocos con significación o intenciones, determinados cultural o indi-
vidualmente». Tanto Relph, como Tuan y Buttimer proponen el concepto
de lugar como el centro y el objetivo esencial del conocimiento geográfico.
La idea del espacio vivido (lifeworld) en BuTTIMER (1976) comprende el
mundo de los sucesos, negocios y el de los valores, incluyendo la experiencia
personal. Para esta geógrafa, el asiento espacio-temporal, definido cultural-
mente, o el horizonte cotidiano se experimenta de un modo global, y sólo
cuando somos conscientes de este mundo vivido podemos intentar com-
prender (poniéndonos en el lugar de los otros) esto es, empáticamente los
horizontes cotidianos compartidos con otras personas y con la sociedad.
Buttimer considera que, sólo de este modo -introduciendo estos as-
pectos precognitivos en la conciencia-, podemos despertar en nosotros el
sentido de identidad y pertenencia con respecto a un lugar, es decir, trans-
formar el espacio en algo significativo, pudiendo así empatizar con los
lugares de otras gentes.
Una idea compartida por estos geógr~fos es la de destacar la importancia
de los lazos que unen el hombre al lugar; estos lazos se consideran que,
cuando son sólidos y afectivos, confieren una cierta estabilidad al individuo
y al grupo; por el contrario, la tendencia tecnológica actual hacia los no-
lugares (placeness), es decir, una ordenación del territorio que configura un
paisaje uniforme, despersonalizado y sin carácter, produce fuertes tensiones
especialmente en la población urbana, en donde, como dice Sanguin, la
«sheratonización» y la «hiltonización» es la norma arquitectónica en las
ciudades de hoy.
Tanto Relph como Tuan y Buttimer examinan fenomenológicamente los
mecanismos que ligan positiva y negativamente al hombre con el lugar. TuAN
en su libro Topophilia (1974) examina la variedad de experiencias placen-
teras derivadas de los lazos afectivos que establece el hombre con el lugar.
A este tipo de experiencias las denomina topofilia. Además de estos lazos
afectivos entre las personas y el lugar, puede darse también la topolatria;
es decir, el lugar puede despertar un sentimiento reverencial y mítico; por
último, la topofobia es la aversión o el miedo hacia un lugar. Entre la
topofilia y la topofobia se manifiesta, con más frecuencia, la toponegli-
gencia, tendencia a perder el sentido del lugar, lo que explica, según estos
geógrafos, las raíces de la crisis ecológica actual. La tendencia hacia el no
lugar o sin lugar supone para Relph que se experimenta un corte en las
127
raíces del hombre con el medio, lo que produce una «erosión en los símbo-
los» y una sustitución de la diversidad por la uniformidad y del orden vi-
vencia! por el orden conceptual, abstracto e impersonal.
En esta misma línea argumental insiste SANGUIN (1981), añadiendo al
peligro del no-lugar el fenómeno Kitsch, producción de objetos falsos que
crea una relación artificial entre hombres y objetos producidos para el con-
sumo de masas, y en este proceso de inautenticidad los lugares y el paisaje
se tratan como objetos de consumo; el resultado es una alienación del hom-
bre al que se le incita a considerar y a consumir lo trivial como si se tratase
de necesidades vitales y lo fantástico se le presenta como real. Un ejemplo
dramático puede ser el fenómeno de la segunda residencia en donde se pre-
senta la necesidad de contacto con la naturaleza identificada con la compra
de trozos de tierra (parcelas, promoción de ventas de chalés y apartamentos
en la sierra y en la playa por parte de las urbanizaciones), con el consi-
guiente detrimento para la economía de los compradores y para el equilibrio
ecológico de playa y montaña.
Ligado en la temática, aunque sin adscribirse a ningún tipo de filosofía,
están los trabajos de algunos geógrafos franceses que introducen en sus estu-
dios el concepto del espace-vécu (espacio-vivido) y dirigen sus objetivos
hacia una geografía con rostro humano (géographie a visage humaine)
(SANGUIN, 1981).
La noción de espacio vívido aparece en Frémont, que intenta demostrar
que la región es algo más que un «todo objetivo)~ y considera que para la
ordenación que requiere nuestro siglo «la región ha de aportar el contra-
peso afectivo y estético de lo insustituible y de lo implanificable». Otras lí-
neas de investigación son la reconstrucción de los espacios vividos experi-
mentados por otros pueblos en diferentes épocas históricas, así como el
estudio del simbolismo y de la simbiótica del paisaje.
La alternativa idealista
Dentro del humanismo, un movimiento aún más minoritario que el de
los que proponen la fenomenología existencial, lo constituye el de los geó-
grafos idealistas. Proponen como base de su alternativa la filosofía idealista
que afh'ma que lo que mueve las acciones humanas son los ideales, realiza-
bles o no, pero casi siempre considerados como realizables. Es una filosofía
acorde con las actitudes del humanismo, puesto que tiene especialmente
en cuenta la acción humana, y la acción del hombre en sociedad.
El idealismo * inicia la reflexión filosófica no a partir del mundo exter-
no, sino del yo, el sujeto o la concienCia. El idealismo como la fenomenolo-
gía es desconfiado, desconfianza que se manifiesta hacia todo lo real, o
mejor dicho hacia todo lo que pretende ser real, incluyendo los supuestos
128
modelos de la realidad sensible. Para el idealismo, «ser» significa ser dado
en la conciencia. Una ·de las mayores diferencias entre el idealismo feno-
menológico de Husserl y el idealismo filosófico es que en el primero, la
conciencia se manifiesta como una multitud de sujetos, en tanto que en
el segundo, en el idealismo trascendental, hay sólo una conciencia pura.
En Geografía se adoptó el idealismo epistemológico que afirma que el
mundo puede conocerse sólo indirectamente a través de las ideas, y, por lo
tanto, no existe mundo real que pueda conocerse independientemente de
la mente (GuELKE, 1980, p. 134). Tanto Guelke como Harris (1971) con-
sideran que una metodología apoyada en el idealismo podría resucitar el
carácter sintético y holístico de la Geografía tradicional, pues se considera
que el enfoque cuantitativo empobreció de contenidos la disciplina al re-
ducirla a un simple espacialismo geométrico y ha producido teorías que
explican cómo debería organizarse el mundo partiendo de unos supuestos
alejados de la realidad. En lugar de esta obsesión de buscar leyes seme-
jantes a las de las ciencias naturales, el geógrafo debería intentar compren-
der el funcionamiento real de las regiones.
El método propuesto es. el Verstehen *, esto es, «repensar los pensamien-
tos de aquellas personas cuyas. acciones espaciales queremos explicar»
(GUELKE, 1974, p. 193). Todas las acciones espaciales: emigrar, cultivar,
cambiar de residencia, etc., son resultados de un pensamiento racional,
apoyado en una teoría. Por lo tanto, para explicar el paisaje no es preciso
introducir un esquema teórico apoyado en unos supuestos restrictivos y
casi siempre pocos realistas (isotropía, racionalidad total del hombre, mi-
nimización de las distancias, etc.); será suficiente reconstruir el pensa-
miento contenido en la acción espacial, que se apoyará en una teoría que
formará parte de la sociedad y del contexto cultural en la que se inserta el
actor o el grupo objeto de estudio.
Este modo de explicación. empática * (V erstehen *) es muy distinto del
modo de explicación del positivismo que es apropiado para comprender
los fenómenos humanos ~no racionales y fenómenos no humanos, pero inade-
cuado para los fenómenos humanos, puesto que ya están ordenados según
un pensamiento fundado en una teoría.
Todo hombre es, a la vez, una entidad física y social, y para explicar
los aspectos o las acciones d~l hombre sobre el paisaje, el geógrafo idealista
sólo considera los aspectos racionales de las acciones humanas, lo que no
significa que no se valoren los factores psicológicos y sociales, pero, en prin-
cipio, se da por supuesto en todos los individuos una normalidad física y
psicológica; es decir, restringen su preocupación al pensamiento r-acional
que está detrás de la acción que origina o transforma un paisaje.
Así pues, la preocupación clave de los idealistas no es proporcionar
una explicación causal de un fenómeno del paisaje, sino llegar a comprender
la significación humana del mismo, puesto que los sucesos reales, los hechos,
129

son sólo importantes en la medida que estén dotados de significación hu-
mana.
La esencia del «repensar» implica discernir la finalidad de las acciones
humanas, es decir, la racionalidad de los actos objeto de investigación.
Por ello, el geógrafo no precisa disponer de teorías propias, ni afanarse
en buscarlas, sino simplemente elucidar las teorías en las que se apoya el
pensamiento que lleva al hombre o a un grupo a realizar una acción espa-
cial. Es, pues, el geógrafo un usuario de leyes y teorías, no un buscador
de ellas. Así, por ejemplo, para explicar los movimientos migratorios hemos
de investigar en qué teoría se apoya la valoración de «mejores condiciones
de vida», puesto que una persona o un grupo no se siente atraído por una
ciudad o región con «mejores condiciones de vida», como las limaduras de
hierro por un imán,. sino que acepta como mejores esas condiciones supues-
tas; el hombre es un •:<animal teórico» cuyas acciones se basan en la com-
prensión teórica deuna situación.
El idealismo comparte con la fenomenología su rechazo al positivismo*
y su preocupación por subrayar los hechos y sucesos de significación hu-
mana; pero el idealista * hace una distinción clara entre los aspectos inte-
lectuales y racionales del comportamiento humano que son generalizables
según determinados, conceptos culturales, y los emotivos; mientras que,
como señala GUELKE (1980, p. 142), los fenomenólogos, al intentar des-
cribir la totalidad del mundo vi1tlido, tal y como se produce en las expe-
riencias individuales, introducen un fuerte elemento de subjetividad, pues
no logran separar los aspectos suceptibles de comprensión objetiva de los
que no lo son.
Con respecto al marxismo *, los idealistas subrayan más las influencias
de las ideas, dejando en un segundo plano la influencia del modo de pro-
ducción en la sociedad.
La Geografía humanista es o}2jeto también de críticas desde diversas
posicione8. Desde el punto de vista marxista se indica, como subraya Lu-
kacs, que la fenomenología comete el error de «confundir la reproducción
intelectual de la realidad con la estructura real misma»; como consecuencia,
la objetificación del hombre a través del trabajo, supone una cualidad iluso-
ria de la conciencia y todo el esfuerzo del hombre de modelarse a sí mismo
y al mundo, se concibe como dictado por la conciencia, convirtiendo así la
historia en el acto de pensar y la naturaleza en una cualidad del pensamien-
to; por consiguiente, la fenomen_ología, al restringirse a la apariencia del
mundo, es incapaz de penetrar en la realidad objetiva.
Algunos geógrafos positivistas centran sus ataques en el énfasis que
otorgan a las experiencias individuales, dudando que este tipo de trabajo
pueda superar la fase descriptiva. SMJTH ( 1981) subraya que no es suficiente
«la observación participante» y que,, sin procedimientos analíticos explícitos
y replicables, la Geografía humanista no superará la fase descriptiva, pues
130
es precisamente en este tipo de enfoque donde más claro hay que dejar el
papel jugado por el analista social.
Así pues, el reto de la Geografía humanista está en aclarar la metodo-
logía, ya que la palabra V erstehen * se aduce siempre que no se han resuel-
to los problemas metodológicos. Y no hay que olvidar que el problema de
la comprensión empática está en la posible esquizofrenia intelectual de
prescindir de nuestra propia visión del mundo para implicarnos, sin ideas
previas, en la forma de vida de la persona o grupo, objeto de investiga-
ción. Por ello, hasta que no se aclare su metodología, la Geografía huma-
nista es más una actitud crítica al positivismo que una alternativa geográ-
fica (ENTRINKIN, 1976, p. 630).
En suma, la gran aportación de la Geografía humanista es poner en
tela de juicio muchos conceptos mal conocidos, ensanchar el campo de la
disciplina sugiriendo nuevas vías que pueden ser esenciales, puesto _.9-ue,
como dice Relph, un estudio geográfico ha de medirse por «lo que anade
al conocimiento del mundo o a nuestra propia comprensión», más que por
seguir unas reglas metodológicas precisas. .
Como conclusión podemos decir que la pretensión de derrocar' «la dlC-
tadura del positivismo» y buscar. un nuevo paradigma que lo sustituya no
se ha logrado y que, si bien existen esquemas y propuesta~ apoyadas en
filosofías diferentes al positivismo lógico, carecemos de «eJemplares», es
decir de un cuerpo de doctrina, de una metodología y de unas técnicas que
permitan enfrentamos con el estudio del hombre y su actua~ión en el medio.
Esta conclusión no quiere decir que los esquemas y alternativas expuestas no
sean dignas de tenerse en cuenta y de seguir profundizando en las mi~mas,
puesto que algunas parecen muy apropiadas en el campo de la ensena?za
y de la ordenación del territorio. Así pues, la proliferación. de tend~ncws,
lejos de producir confusión deben verse con una mente abierta, aplicando
el viejo proverbio chino «deja que broten cien flores», puesto que. con
todas ellas conseguiremos una visión del mundo más plena, más matizada
Y~ sobre todo, más humana que con la adscripción ciega a un solo enfoque.
131

A lo largo de esta obra~ hemos utilizado frecuentemente el término de
paradigma, concepto acuñado por KtTHN, filósofo de la ciencia, para referirse
a «las realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante
cierto tiempo, proporciona modelos de problemas y soluciones a una comu-
nidad científica» (1971, p. 13). El término presenta una manifiesta ambi-
güedad (como indica Masterman y reconoce el propio Kuhn) y aparece en
s~ libro . La estructura de las revoluciones científicas con veintidós acep-
c~ones diferentes, lo que le lleva al autor a sustituir el concepto de para-
dzgma por el de matriz disciplinar (1971, p. 280),; matriz, <<por estar com-
p_u~sta. ?e eleme~tos ordenados, cada uno de los cuales requiere una espe-
CIÍicaciOn postenor», y disciplinar, porque se refiere a lo que poseen en
común los practicantes de una disciplina particular; sin embargo, el con-
cepto de paradigma ofrece un cierto valor descriptivo, y así lo hemos utili-
zado a lo largo del libro. Ahora bien, no estamos de acuerdo con el modelo
que prop_one Kuhn para explicar la evolución del pensamiento geográfico;
los camb1os en el pensarniento geográfico ocurren no por una acumulación
de conocimientos, sino por una sucesión de revoluciones, de rupturas pro-
fundas, de tal f~rma que la evolución del pensamiento geográfico, según
~uhn: se produciría por una cadena de sueesos tales como: paradigma A,
czencza normal, anomalías, crisis, revolución y paradigma B.
Es decir, la Geografía cuando se consolidó como ciencia dispondría de
un único paradigma y entraría en una etapa de «ciencia normal>>, lo que
supondría para KUHN «una investigación basada firmemente en una o más
realizaciones ... que una comunidad particular reconoce» (1971, p. 33).
Estas realizaciones son recogidas por los libros u obras que «exponen el
cuerpo de teoría aceptado>>, son los ejemplares que dan soluciones o ejem-
plos problemáticos resueltos ... «con los que se inicia el aprendizaje de una
132
disciplina». Durante los periodos de ciencia «normal», el progreso es evi-
dente, pues no se pierde el tiempo en discutir la validez de los objetivos
y normas de la disciplina, y, por lo tanto, los miembros de esa comunidad
pueden concentrarse exclusivamente en los problemas que le sugiere el
paradigma aeeptado.
La etapa «normal» cesa «cuando la profesión no puede pasar por alto
las anomalías que subvierten la tradición existente de prácticas científicas»
y comienzan a investigarse otros aspectos no presentes en el paradigma
hasta que llega a encontrar uno nuevo que «debe parecer mejor que su
competidor» y así aparecen «las revoluciones científicas» que «son episo-
dios de desarrollo no acumulativo en los que un antiguo paradigma es reem-
plazado total o parcialmente, por otro nuevo e incompatible» (p. 148).
Cada revolución supone el rechazo por parte de la comunidad científica
de una teoría antes reconocida, para adoptar otra, incompatible con ella;
la revolución supone un cambio en la temática, transforma la «imaginación
científica» y origina polémicas y controversias en la comunidad científica.
Toda revolución va precedida de una crisis que se origina por la aparición
de cuestiones que no resuelven el paradigma vigente (anomalías); por ello;
todas las crisis marcan períodos 4e confusión y las reglas son menos estric-
tas, de tal forma que durante la crisis el panorama que ofrece la disciplina
es semejante al qúe manifestaba en la fase anterior a la existencia de un
paradigma en la ciencia. Toda crisis concluye con la aparición de un nuevo
paradigma y con la lucha posterior, hasta su aceptación.
Como podemos observar, -el esquema es simple y atractivo, y de ahí la
enorme popularidad con que fue acogido en las ciencias sociales. En Geo-
grafía, la difusión de esta tesis se debe esencialmente a HAGGETT y CHoR-
LEY (1967) y especialmente a HARVEY (1973).
Conviene ahora decir que los historiadores de la ciencia geográfica pue-
den agruparse en dos apartados: en primer lugar, los que explican la historia
de la Geografía subrayando la continuidad en su evolución, como un desarro-
llo lineal y siguiendo etapas cronológicas. La Geografía no se relaciona ni
con la filosofía ni con la sociedad. Se identifica una corriente principal del
progreso geográfico y se dejan de lado las corrientes consideradas como
secundarias o heterodoxas, de tal forma que es una historia sobre la base de
autores que han seguido el «recto camino» y no se repara en los descarriados.
Así, por ejemplo, DICKINSON (1969) y FREEMAN (1961) siguen esta línea to-
mando como hitos claves las figuras de Humboldt, Ritter, Hettner, Vidal de
la Blache, dejando de lado a Kropotkin o a Réclus.
En esta línea se encuentra también la obra de R. Hartshome; para él,
la Geografía encontró pronto el «recto camino» con Kant, Humboldt y
Ritter, que dieron a nuestra ciencia una doctrina coherente y un contenido
propio y diferenciado de las «ciencias sistemáticas», considerándola como
«ciencia de la diferenciación espacial de la superficie terrestre». Esta línea
133
«auténtica» no se eclipsó nunca y fue Hettner el que contribuyó más que
cualquier otro a conservar y a difundir la ortodoxia, es decir, la interpre-
tación kantiana y la de los «modeladores de la moderna Geografía»: Hum-
boldt y Ritter. Describe también movimientos paralelos, desviaciones y
corrientes equivocadas, entre las que considera la más peligrosa la del de-
terminismo darwinista. Para Hartshorne, la Geografí_a no evoluciona por
crisis y rupturas, sino que adquiere sus bases y va delimitando progresi-
vamente su objeto y contenido. Siempre existen tensiones y conflictos, porque
siempre aparecen corrientes heterodoxas, que siempre acaban extinguiéndose
víctimas de sus propias contradic.ciones, Es decir, parece que la Geografía
para Harsthorne no ha experimentado cambios desde el siglo XIX, y consi-
dera las corrientes heterodoxas negativas; tod~ ocurre como si se tratase
de una lucha entre el bien y el mal, la verdad y el error. No sólo no se
explica porque algunos geógrafos renunciaron a seguir el camino de la or-
todoxia, sino qué culpa a éstos de impedir un mayor desarrollo de la Geo-
grafía auténtica.
El segundo grupo de historiadores de la Geografía presenta nuestra
ciencia sometida a conmociones y revoluciones que cuestionan y eliminan
los valores y conceptos tradicionalmente aceptados. Según éstos, el pensa-
miento geográfico desde el siglo XIX hasta nuestros días está marcado por
dos o tres rupturas separadoras de etapas significativas. Una de ellas se
produce a finales del siglo XIX con Ratzel que obstaculizó la difusión del
legado de Humboldt y Ritter (VALLAUX, 1925; FEBVRE, 1922, y CLOZIER,
1942). Otra ruptura sería la aparición del posibilismo francés (FEBVRE,
1922; CLAVAL, 1964).
VaHaux considera así la historia de la Geografía: Humboldt y Ritter
marcan una primera etapa culminante, al que sigue la <<conmoción» repre-
sentada ·por Ratzel y Vidal de la Blache; la segunda etapa es la posterior
a estos autores. Sorre señala también dos etapas semejantes a las propuestas
por Vallaux, pero situando el punto de ruptura en Haeckel, en cuya obra
se apoyaría el enfoque ecológico.
Asimismo CRONE (1964) habla de dos períodos, ·el de los modeladores
de la Geografía y el de la moderna Geografía que aparecería con la obra
de Darwin. También WRIGLEY (1965) distingue la Geografía clásica (en la
que incluye la obra del joven Vidal), y la , Geografía moderna apoyada en.
los escritos vidalianos posteriores a 1900. Por último, }AMES (1972) distin-
gue tres paradigmas antes de 1950: exploración . determinismo Y. enfoque
regional; y otros tres después de los años 50: espacialismo, comportamiento,
percepción y geografía radical. Los geógrafos cuantitativos h~blan de sólo
dos: el paradigma idiográfico, descriptivo) hasta la década de los años 50;
y el hipotético-deductivo, después del 50 (BUNGE, 1962; BuRTON, 1963).
Nosotros consideramos que ambos enfoques son incompletos, el primero
de ellos, porque es internalista, es decir, estudia la evolución de la Geografía
134
de f.orm~ aislada ~n un vacío epistemológico, abstraída de la filosofía y de
la Ciencia; Y también del c~ntexto social. Por otra parte, resalta a determi-
nados. geografos .cuya contnbución a la Geografía «auténtica» se considera
e~enc1al Y se deJa de lado a otros que presentaban métodos y cuestiones
diferentes.
A . .~i modo de ver, esta manera de concebir la historia del pensamiento
geograf1eo es deformante por no insertarla dentro del mundo de las ideas
Y del. contexto socia~ q~e 1~ asigna unas funciones específicas. Asimismo
~res~~?de del factor mstltucwnal que tanta influencia ejerció en la conso-
hdacJtOn de la Geografía y en la selección de los temas de estudio. ¿Cómo
~~ede ente~derse la Geografía a finales del XIX sin referirnos a la expan-
swn educativa, al na~i?nalismo y a~ ~olonialismo europeo? ¿Cómo puede
ent~nderse e~ determimsmo * geograflco sin hacer alusión al darwinismo
soc1al *? ¿Como se entiende la revolución cuantitativa prescindiendo de la
II Guerra Mundial y de la guerra fría posterior, que fueron también
guerras científicas y ser científico era contribuir al sentimiento nacional
Y patriótico? Para el geógrafo, el análisis científico de las formas espaciales
era una tar~a .prestigiosa y respetable. Y, por último, ¿cómo puede expli-
carse el naci:n~ent?. de la ~eogra.fía radical y de las corrientes llamadas por
algunos «antlctentificas», sm referirnos al contexto de frustración motivado
por la «~iencia dura», el anonimato, la manipulación, el fracaso de la gue-
rra de VIetnam y la contestación estudiantil del Mayo Francés de 1968.
En lo . q~e
. ata~e al segundo e~foque, también· lo consideramos simplista
Y. esquematico, e mcapaz de explicar la evolución del pensamiento geográ-
fico. Como hemos dicho, un paradigma se desarrolla tomando como base
un ejemf!lar, esto es, una obra que recoge unas directrices, un punto de vista
co:npartldo, por la c~munidad de geógrafos. Según esto, el paradigma geo-
~rafico se desarrollana en torno a un ejemplar (la obra de un maestro muy
Influyente), a cuyas directrices -bases teóricas y metodológicas- se aco-
~ería. la comunidad de geógrafos que las pondrían en práctica en sus inves-
tigaciOnes.
. . En este sentido la obra de Vidal sería el. ejemplar del paradigma posi-
btlzsta; la Antropogeografía de Ratzel desempeñaría el mismo papel en el
determinismo, y los trabajos de los grandes maestros Sauer y Hartshorne
desempeñarían ese mismo papel en el enfoque del paisaje y corológico *
respectívamente; el influyente artículo de ScHAEFER, Excepcionalismo en
geografía, y la obra de BUNGE, Theoretical Geography, serían los ejemplares
de la llamada revolución cuantitativa . .Finalmente, ante las «anomalías» del
paradigma cuantitativo, nos encontraríamos, en el momento actual en una
c~i~is en. la que se ponen de manifiesto las insuficiencias del po~itivismo
logiCo, siendo ·un momento preparadigmático hasta que una de las alter-
nativas examinadas -marxismo-anarquista o humanismo- resuelvan satis-
factoriamente, a los ojos de la comunidad de geógrafos, las anomalías actua-
135
les y se consolide un nuevo paradigma, iniciándose una fase de desarrollo relacio~ados con el mundo exterior a la Geografía y con los intereses de la
«normal» en la Geografía. comu.n~dad de geógrafos. Como dice Johnston, las innovaciones siempre son
Sin embargo, el análisis de nuestra ciencia nos dice que el determinis- P~tmltida.s Y aceptadas por los geógrafos tradicionales para mantener una
mo* y el posibilismo* son paradigmas diferentes. El posibilismo no surgió Cierta. unidad de la disciplina, pero los partidarios de la introducción de
a partir de una revolución arrasando al determinismo. Ambos coexisten cambws van creciendo en número y ocupando puestos de poder dentro de
en el tiempo y se influyen mutuamente . Así, por ejemplo, en la obra de la estructura institucional, con lo que las nuevas tendencias se incluyen
Vidal existe una clara influencia de Ratzel y de Darwin. Por otra parte; el gradualmente hasta llegar a ser hegemónicas. Lo que ocurre en el momento
paradigma davisiano es claramente darwinista y de aplicación general en presente es que los cambios, las propuestas son muchas y han surgido en
la geomorfología en los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia (E. Mar- un b.reve plazo de tiempo. Sin embargo, esta floración de enfoques no debe
tonne), pero no así en Alemania donde es rechazado por Penck y Hettner. ~onsider~rse . com? algo negativo y decepcionante, sino como el resurgir
Kuhn nunca habla en su modelo de coexistencia de paradigmas, y, en este e una. Ciencia mas humana, una geografía con rostro humano, más en con-
caso, conviven durante cincuenta años. Lo mismo ocurre e~ Estados Unidos sonancia con los problemas cambiantes con los que el hombre de hoy ha
donde el enfoque ratzeliano (Semple, Huntington, Taylor) convive con la de enfrentarse.
«morfología deL~paisaje» de SauerJ, el fundador de la escuela geográfica
de Berkeley.
Asimismo la «revolución cuantitativa» coexiste en los Estados Unidos,
por señalar el país en donde tuvo mayor repercusión, con el enfoque paisa-
jístico de Sauer y con el corológico * de Hartshorne. Si de Estados Unidos
pasamos a Francia, observamos que la corriente cuantitativa no penetró
hasta 1970 y además de forma tímida, siendo dominante el enfoque idio-
gráfico *. En el momento presente conviven los paradigmas clásicos con
las nuevas propuestas.
Por todo ello, creemos con Johnston y Stoddart, que el modelo expli-
cativo de Kuhn no se acomoda a la evolución del pensamiento geográfico.
En Geografía, en lugar de hablar de procesos revolucionarios que com-
portan rupturas y cambios bruscos, es más adecuado referirse a procesos
graduales, a cambios en la temática, o, mejor aún, a cambios en el énfasis
de unos temas por otros, más que a una sustitución global de un paradigma
por otro. En realidad, los cambios en Geografía se dan lentamente, como
un proceso de difusión, y, como señala HuxLEY (1959), la aceptación de
cualquier innovación pasa por tres fases. En la primera se ridiculiza, en la
segunda se le reconoce algún valor y es en la tercera, cuando la comunidad
científica la adopta mayoritariamente; por otra parte, siempre existen per-
sonas que cuestionan la originalidad de tal contribución y destacan que
ya otros lo habían descubierto antes.
A la vista de lo expuesto concluimos que la Geografía no evolucionó
traumáticamente, mediante revoluciones, sino ensanchando su campo y
ampliando las perspectivas de una forma lenta. La popularidad del modelo
propuesto por Kuhn se debe a lo atractivo que resulta el esquema por su
simplicidad, y también a la tendencia, por parte de los que se adscriben
a un nuevo enfoque o corriente geográfica, a subrayar las diferencias y el
carácter «revolucionarim> de su aportación, sintiéndose de este modo pro~
tagonistas de una «revolución científica>>. En realidad, los cambios están

136
137

Cienda idiográfica: El pensar idiográfico, origen d~ 1~~. ciencias idio~ráficas
es, según W"indelband, el que se propone. la ~escnpc10~ ~e los hechos ?ar-
ticulares. Se encuentra en la base de las c1enc1as del esp1ntu, que se ~edl~~n
al estudio de los hechos únicos y no pretenden formular leyes de aphcac10n
universal.
Ciencias nomotéticas: W"indelband contrapone el pensar nomotético, ~o~igen de
las ciencias nomotéticas, del pensar idiográfico. El pensar nomotetrco es el
que busca las leyes generales de aplicación universal. Se halla en la base de
las ciencias naturales.
Corología: El estudio explicativo de las ~q~~x:ig~~s _c~JS<l~~~ Y de las~~lllc::iones
de fenómenos dentro de una re¡~ió11 particular. El term1~? fue empleado por
primera vez porFer.ñando de-Riéhthofen, en 1883, opomendolo a la corogra-
fía, descripción de las regiones individuales.
Darwinismo social: Teoría de la evolución social que racionalizaba Y justi~i­
caba la dura realidad de la estratificación social, apelando ~ los :ogros de
Darwin en el campo de la biología. Tuvo cierta importancia ~ fmales del
siglo xrx y primeros decenios del actu.~l y fu~. empleada, e~ algun caso par~
justificar ciertas actividades de expanswn pohtlca Y econ~m1ca. ~ue H. Spen
cer el que desarrolló esta teoría al relacionar el. ~edw am~1ente con e~
orden social y la moral individuaL Conceptos darwm1stas tales ~;;omo supervl-
vencia, territorialidad y adaptación de los más aptos fueron trasvasados al
campo de las ciencias sociales.
Deducción: Razonamiento que pasa de lo general a lo particular. En el proce-
so deductivo se derivan ciertos enunciados de otros de un modo puramente
formal, es decir, en virtud de la lógica. El enunciado o enunciados de los
que se parte son las premisas; el enunciado último derivado de tales pre-
138
misas es la conclusión. La derivación, hasta llegar a la conclusión, se efectúa
por medio de reglas, llamadas reglas de deducción.
Determinismo: Doctrina según la cual todos y cada uno de los acontecimientos
del universo están sometidos a las leyes de la naturaleza. Estas leyes son
de carácter causal.
Empatía: Ferrater Mora considera este término sinónimo de endopatía y lo
define como la «participación afectiva y, por lo común, emotiva, de un
sujeto humano en una realidad ajena al sujeto». Muchos consideran que
sólo mediante una participación afectiva puede alcanzarse una profunda
comprensión de los fenómenos objeto de estudio.
Epojé: . Término griego que designa la suspensión de juicio. En la fenomeno-
logía significa el hecho de suspender el juicio frente al contenido doctrinal
de toda- filosofía dada, y, por tanto, realizamos nuestras comprobaciones
dentro del marco de tal suspensión.
Erlebnis: El filósofo Ortega y Gassett lo traduce por el término vivencia, por
lo tanto el concepto de Erlebnis se refiere al hecho de vivir algo, a diferen-
cia de la aprehensión, del tomat posesión de algo que está fuera de la con-
ciencia.
Espacio absoluto: Espacio determinado por métricas fijas como leguas, kiló-
metros y millas. Estas unidades de medida definen espacios fijos.
Espacio relativo: Está determinado por métricas cambiantes como el tiempo,
los costos, los contactos sociales, etc. El espacio así definido es relativo y
puede «estirarse» y «encogerse» a lo largo del tiempo.
Excepcionalismo: Término acuñado por F. K. Schaefer (1953) para referirse
al enfoque corológico según el cual la Geografía al tener un objeto único
e irrepetible (la región), no puede llegar, como las ciencias naturales, a for-
mular leyes de carácter general.
'Exístcnc:ialismo: Corriente contraria a toda filosofía especulativa que preco-
niza el pensar existencial, en el cual el sujeto que piensa se incluye a sí
mismo en el pensar en vez de reflejar, o pretender reflejar, objetivamente
la realidad. Lo primero que hace el hombre que piensa existencialmente,
es negarse a reducir su ser humano a una entidad cualquiera (ser un animal
racional, social, etc.). El hombre no es ningún ente porque es más bien un
existente. ·
Historicismo: Se da este nombre a un conjunto de corrientes muy diversas
que coinciden en subrayar el papel desempeñado por el carácter histórico
del hombre.
139
Homo oeconomicus: Abstracción utilizada en Economía y en Geografía eco-
nómica que considera que el hombre sólo actúa en la esfera económica y
sólo obedece a impulsos que le llevan a la satisfacción de sus necesidades.
Idealismo: Es aquella concepción que asigna a las ideas: al espíritu una posi-
ción· dominante en el conjunto del ser: el ser, en última instancia, está de-
terminado desde las ideas.
Indeterminismo: La relación de inexactitud de la mecánica cuántica de Hein-
senberg que está ligada a la medición de magnitudes atómicas correspon-
dientes a un estado.
Inducción: Razonamiento que va de lo particular a lo general. El proceso in-
ductivo arranca de los hechos singulares y desemboca en hechos univer-
sales. La inducción intenta obtener de los casos particulares una ley general
válida también para los no observados.
mental: Imágenes del medio elaboradas en la mente del hombre que
actúan sobre el comportamiento espacial del mismo (emigrar, usos del sue-
lo, etc.).
Positivi~o:'-o: Consi~erado como teoría del saber, el positivismo se niega a
admitrr otra reabdad que no sean los hechos y a investigar otra cosa que
no .sean las relacio~es entre los hechos. En lo que atañe a la explicación
se !nt~resa por el como y no se preocupa por responder al qué, ni al por
que, m al para qué.
Teleología: Término empleado desde el siglo XVIII con el fin de expresar el
modo de explicación basado en las causas finales. El teleologismo o finalismo
es un modo de explicación por las causas finales.
Verstehen: Término alemán utilizado por Dilthey que puede traducirse en cas-
tellano, por .entender ~ compr~nder. Puede definirse como una comprensión
de caracter mterpretatlvo propra de las ciencias humanas.
[Las definiciones del glosario están inspiradas en: FERRATER MoRA, J., 1979:
Diccionario de Filosofía (4 vols.). Madrid, Alianza Editorial, y en International
Encyclopedia of the Social Sciences (11 vols). MacMillan, 1969.]

Marxismo: Es una teoría dialéctica del progreso humano. Considera la his-

toria como el desarrollo de los esfuerzos del hombre por dominar las fuerzas
de la naturaleza y, en consecuencia, las de producción (interpretación eco-
nómica de la historia). Toda producción tiene lugar dentro de una organi-
zación social, la historia es la sucesión de cambios en los sistemas sociales,
el desarrollo de las relaciones productivas (modos de producción), de la
que el sistema económico es la base, y todas las demás relaciones, institu-
ciones, actividades y sistemas ideológicos constituyen la superestructura.

Modelo: Representación simplifica.da de la realidad, de la cual se toman los

aspectos significativos y se introducen en un sistema operativo con el fin
de lograr una mejor explicación de la realidad. Los modelos pueden ser de
muc.hos tipos: matemáticos, teóricos o conceptuales y naturales o experi-
mentales. Pueden clasificarse también en icónicos: representación de la reali-
dad a escala; y analógicos: representación de la realidad a través de carac-
terísticas análogas.

Neopositivismo: Término acuñado para distinguir el positivismo actual del

surgido en el siglo XIX. Se caracteriza por una tendencia al empirismo, unido
a un interés por la lógica matemática y simbólica.

Posibilismo: Doctrina filosófica que señala que el medio natural ofrece al

hombre un abanico de posibilidades de las que puede obtener o no venta-
jas según las condiciones de cada grupo social. El término fue introducido
en la Geografía por el historiador francés L. Febvre al afirmar: «No existen
necesidades, sino posibilidades; y el hombre, como dueño de las mismas,
es el juez a la hora de utilizarlas.

140 141

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