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Departamento de Hidráulica
Cátedra de Ingeniería Sanitaria
UNIDAD Nº 1
GENERALIDADES DE LA INGENIERÍA SANITARIA
Titular: Ing. Héctor R. Araujo
Año 2019
Cátedra de Ingeniería Sanitaria
CONTENIDO
1 La Ingeniería Sanitaria ...................................................................................................2
1.1 Concepto, sus objetivos y alcances........................................................................2
1.2 Relaciones con otras especialidades y técnicas .....................................................3
2 Reseña del desarrollo de la Ingeniería Sanitaria ...........................................................4
2.1 La salud humana en los primeros tiempos ............................................................4
2.2 Nacimiento de la Ingeniería Sanitaria ....................................................................5
2.3 Historia en la República Argentina ........................................................................6
2.4 Historia en la ciudad de Córdoba.........................................................................10
3 Incidencia en el mejoramiento de la calidad de vida ..................................................17
4 Higiene Pública ............................................................................................................18
4.1 Sanidad Marítima, Aérea y de las Fronteras........................................................18
4.2 Saneamiento de Parques, Plazas y Paseos. .........................................................19
4.3 Sanidad Urbanística .............................................................................................19
4.4 Saneamiento de Lugares de Recreo ....................................................................19
4.5 Saneamiento de Edificios Públicos ......................................................................20
4.6 Higiene, seguridad y medicina en el trabajo .......................................................20
5 Higiene Privada............................................................................................................20
6 Influencia Demográfica ...............................................................................................20
7 El Agua como instrumento para el desarrollo ............................................................21
7.1 EL agua en Córdoba .............................................................................................22
7.2 Descripción del sistema actual ............................................................................22
7.3 Las cuencas ..........................................................................................................23
7.3.1 Cuenca del embalse San Roque .....................................................................23
7.3.2 Cuenca del embalse Los Molinos ...................................................................24
7.3.3 Río Anizacate ..................................................................................................24
7.3.4 Río Ctalamochita o Tercero............................................................................25
8 Bibliografía ..................................................................................................................26
1 LA INGENIERÍA SANITARIA
1.1 Concepto, sus objetivos y alcances
El hombre siente la necesidad de vivir en sociedad, son muy pocos los que pueden vivir
solos o errantes, aislados del mundo que los rodea. Esto da origen a las aglomeraciones
humanas, y éstas, a su vez, acarrean los problemas propios de los hacinamientos, tanto más
graves allí donde las poblaciones se forman sin un plan previo de ordenamiento.
Es la aglomeración humana, en principio, la causa principal de que aparezcan algunas
enfermedades cuando no se respetan o cumplen algunas normas fundamentales de la higiene.
No en vano muchas veces, se dice que: “el hombre es perjudicial al hombre por estar
contaminando o viciando la atmósfera en que él vive y en la que viven sus semejantes”.
Antes de proseguir diremos qué se entiende por Salud y Salubridad.
SALUD: No es solamente la ausencia de enfermedades, sino que es un estado de
completo bienestar físico, mental y social, permitiendo que una persona cumpla realmente el
ciclo completo de vida en este planeta, viviendo la vida en plenitud, retrasando más y más la
muerte, donde se cierra su ciclo.
Este concepto de salud es el que fundamentalmente ha sustentado siempre la
Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), reafirmándolo y ampliándolo, aún más, en la
Conferencia realizada en Suecia, en el año 1972 donde se estableció como una especie de
primer principio: que el hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, igualdad y
condiciones de vida adecuadas, en un ambiente que le permita vivir dignamente, alentando por
un futuro bienestar, pero adquiriendo al mismo tiempo la solemne responsabilidad de
protegerlo y mejorarlo, no sólo para las presentes generaciones, sino también para las futuras.
SALUBRIDAD: Relaciona todos los factores y aspectos que conciernen al mejoramiento
de las condiciones de vida de las poblaciones y al cuidado de la salud colectiva. Busca adecuar
el ambiente físico que rodea al hombre a tales condiciones que le permita vivir sano, sin
molestias o incomodidad a través de la aplicación de los principios y normas sanitarias.
Así es que nacen las “funciones” u objetivos que debe desempeñar el Ingeniero
Sanitario o, en forma más amplia, la Ingeniería Sanitaria: Es la de preservar la Salud Humana en
todas las circunstancias de la Vida, fiscalizando aquellos contactos con el aire, el agua, los
alimentos, la luz y el calor, permitiendo que la vida del hombre se prolongue lo más posible
dentro de un correcto marco de bienestar físico, mental y social, alcanzando un estado de
perfecta salud, a la que tienen derecho a aspirar todos los habitantes de un país, y que
tratamos de lograr con eso lo que llamamos Progreso, sin olvidar en ningún instante que ésta
no tendría valor si no sirviera para hacer la vida del hombre más fácil, más próspera y más
completa.
Estas acciones, el Ingeniero Sanitario, las inicia con el proyecto y construcción de la
vivienda, con todos sus aspectos sanitarios bien encarados, continuándolas cuando aplica todas
las medidas enmarcadas en el llamado saneamiento básico y muy especialmente en los
ambientes de trabajo: rural, industrial, etc.
Con razón puede afirmarse que no hay profesión que tenga tan alto sentido humano,
como la misión que debe cumplir el Ingeniero Sanitario.
Podemos decir que todas las actividades relacionadas con los problemas de la salud
pública se pueden clasificar en dos campos distintos pero estrechamente relacionados entre sí:
uno, el que se refiere a los servicios de sanidad, orientados hacia cada individuo, o sea en forma
particular (tarea del médico) y el otro relacionado con los servicios de saneamiento (tarea del
ingeniero), es de hacer notar que entre estos dos campos distintos existe una zona en que
pueden superponerse las actividades de ambos.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud, cuya sigla es O.M.S., mientras corría
el año 1987, especificó concretamente cuál es la labor del Ingeniero Sanitario, resumiéndola
así:
1. Abastecimiento de agua potable (captación, tratamiento y distribución)
2. Tratamiento y control de los desagües urbanos (desagües cloacales y desagües industriales).
3. Control de la contaminación del agua.
4. Servicios municipales y rurales de eliminación de basuras.
5. Control de roedores e insectos y plantas nocivas.
6. Higiene de los alimentos.
7. Saneamiento de los lugares públicos (escuelas, paseos, colonias, piscinas, etc.).
8. Fomento de la construcción de viviendas higiénicas.
9. Higiene y saneamiento industrial.
10. Prevención de accidentes en el hogar.
11. Control de la contaminación atmosférica.
12. Planificación y urbanización de las ciudades.
13. Control de ruidos.
14. Control de radiaciones ionizantes. En esto se da intervención a los especialistas, por lo
general doctores en física. El Ingeniero Sanitario puede actuar en el campo de isótopos
radioactivos (no de mucha vida), por ej.: como trazadores en estudios de contaminación de
aguas.
Buen tributo pagó la humanidad con millones de víctimas, hombres y mujeres, hasta
que se llegó a establecer el conocimiento exacto de cómo se originaban y difundían muchas
enfermedades, distinguidas con el nombre genérico de “plagas” o “pestes” y que en forma casi
permanente y muchas veces con inusitada violencia, aniquilaban prácticamente a las
poblaciones y aún pueblos enteros.
Por supuesto, esas pestes respondían a diversos agentes, pero en aquellos tiempos no
se había desarrollado la microbiología, mundo invisible de las bacterias y microbios, que
señalara las verdaderas causas. No era extraño que los sobrevivientes huyeran al estallar una
epidemia, a las poblaciones vecinas, y aún a otras regiones del mundo, difundiendo así sin
querer los agentes o gérmenes responsables de esas enfermedades, que acarrearían a su vez la
desolación y muerte.
De aquí, que no debe extrañarnos que en todas las regiones, aún las más antiguas, se
encuentran recomendaciones y consejos para los pobladores con la intención de protegerlos y
prevenir el pánico, evitando el éxodo para que las pestes no se propagaran. Esta fue una
manera de tomar medidas preventivas para que los individuos no contrajeran enfermedades.
En ese sentido, podemos hacer referencia a Moisés, cuyas recomendaciones sanitarias
se encuentran en el Pentateuco, que como sabemos es parte de la Biblia, donde detalla las
medidas higiénicas que se deben adoptar sobre los alimentos que se consumían crudos, sobre
las basuras, en forma especial el trato con los leprosos. También estableció recomendaciones
para evitar el llamado pie de atleta (hongos en los pies), y dispone que no se consuma carne de
las especies de pezuña hendida y que no rumían; el cerdo era considerado como impuro.
Como sabemos, los cerdos son animales hozadores de los basurales, lugares muy
frecuentados por las ratas y de toda clase de insectos. Es por ello comprensible que se
prohibiera el consumo de su carne por el peligro de la infección con triquina.
Mahoma, también, estableció una serie de medidas tendientes a preservar la salud de
sus devotos en los llamados Preceptos del Corán. Debe recordarse en tal sentido que las
mejores disposiciones del libro sagrado de los musulmanes se refieren al agua de bebida,
elemento esencial para la vida, afirmando “que del agua nace la vida”.
Uno de los primeros escritos que seguramente se refieren a las medidas a adoptar para
el agua de bebida, data de unos 3000 años antes de Cristo (colección médica del sánscrito). Allí
se habla de la bondad de almacenarla en un recipiente de cobre y exponerla a la luz solar, la
filtración del agua por carbón, hervirla al fuego antes de su consumo o sumergir en su seno un
hierro candente.
El antiguo Egipto, 13 y 15 centurias antes de Cristo, revela sus tumbas, relieves que
muestran cómo se sifonaba el agua. Posiblemente fue éste el primer dispositivo para obtener
agua clasificada.
Es interesante recordar que en tiempos más modernos, pero siempre antes de la
aparición de la microbiología, los romanos construyeron precisamente los primeros grandes
acueductos abiertos, con los materiales que contaban en su époco, lo que les permitió, por
ejemplo, no utilizar las aguas de Río Tíber por considerarlas inapropiadas para la salud y traer
de las colinas cercanas a Roma, aguas limpias.
Debe ser Hipócrates, considerado como el Padre de la Medicina, el primero que trató de
correlacionar la influencia del medio con la salud humana, escribió una obra que Littrées
tradujo al francés en el año 1840, y que tituló “Des Airs, Des Eaux y Des Lieux”, que en nuestro
idioma traducimos “De las aguas, de los aires y de los lugares”, señalando cómo podrían influir
estos tres factores sobre la salud humana. Es interesante observar por ejemplo, como establece
en forma particular: que el primer deber del médico cuando va a ejercer su profesión a una
región o lugar determinado, es tomar conocimiento de la naturaleza de las aguas que
consumen sus habitantes, siendo recomendable las que se originan en fuentes o manantiales y
sospechosas las que corren por los suelos, aguas limosas, que debían considerarse como
impuras; no existían aún el vocablo “contaminada”, en una época que aún no se había asomado
la bacteriología al conocimiento del hombre.
Chadwich efectuó sus primeros trabajos y observaciones visitando casa por casa. De
esta manera comprobó las quejas de los habitantes por la falta de agua, aún para la higiene
personal y lavado de sus ropas y la estrecha relación que había entre los pobres y la
enfermedad. Como consecuencia de estas observaciones hizo resaltar que: hombres y mujeres
enfermaban porque eran pobres, volviéndose más pobres porque estaban enfermos y más
enfermos porque eran pobres.
Se debe a este hombre lo que se ha dado en llamar el gran despertar sanitario y en el
cual se dan a estos servicios un sentido verdaderamente social. Recordamos también que es
debido a él que se inició el uso de los caños vitrificados para la conducción de los líquidos
cloacales y que nosotros en nuestro país, utilizamos por tantos años, por considerárselos de
vida ilimitada.
Algo más tarde que Chadwin, aparece Samuel Shattuck, librero y maestro en Boston,
quien en sus escritos publicados en el año 1850, destacaba la importancia de la Ingeniería
Sanitaria.
Proponía, por ejemplo, la creación de un consejo constituido por dos médicos, un
consultor en leyes, un químico o naturalista filósofo, un ingeniero civil y dos personas más de
otra profesiones u ocupaciones altamente calificadas por su talento, educación, experiencia y
sabiduría.
Al ingeniero civil lo consideraba, por sus conocimientos, habilitado para planear y
construir las obras públicas y las de arquitectura sanitaria, lo mismo a la construcción de casas.
Sin embargo, un factor que conspiró contra el desarrollo de las obras ejecutadas bajo la
Ley 10.998, fue justamente la cláusula referente a tarifas a que se hizo referencia. A causa de
ello se propició la que luego fue la Ley 12.140, cuyo texto definitivo fue promulgado el 2 de
abril de 1935. En ella se establecía que las tarifas para los servicios sanitarios en las localidades
cuyas obras se ejecutaran bajo el régimen de la Ley 10998, no debía exceder las vigentes en la
Capital Federal, siempre que cubrieran anualmente los gastos de explotación, autorizándose al
Poder Ejecutivo a costear de rentas generales los déficit, disponiéndose además, la forma de
llevar a cabo la explotación.
En el año 1921 se habilita la primera batería de filtros rápidos en el Establecimiento
Palermo de la ciudad de Buenos Aires. Esta Planta en el año 1928 suplantó definitivamente al
Establecimiento Recoleta, cuyas obras desaparecen en el año 1933 por nuevo destino urbano
de los respectivos terrenos.
Otro acontecimiento importante se produce en 1923 ya que se instala la primera fábrica
de ácido sulfúrico a fin de independizarse también de la importación de este elemento
indispensable para la elaboración de coagulantes destinados a la purificación del agua.
En la Universidad del Litoral de la Ciudad de Rosario en el año 1923 el Ing. Manuel
Sallovitz dicta por primera vez la asignatura Hidráulica Agrícola e Ingeniería Sanitaria.
En 1925, el 12 de septiembre, queda habilitado el nuevo puente colgante sobre la
Laguna Setúbal. Este puente fue diseñado y ejecutado por O.S.N. exclusivamente para colgar
una cañería encargada de conducir agua desde la toma hasta el Establecimiento de
Potabilización de la Ciudad de Santa Fe. Lamentablemente esta obra de arte de la ingeniería, se
derrumbó debido a una crecida extraordinaria del Río Paraná en el año 1983.
El 2 de septiembre de 1928 se habilita una nueva fábrica de coagulante de San Isidro.
En 1934, se crea la División Técnica de Ingeniería Sanitaria en el Centro Argentino de
Ingenieros. En este mismo año, pero en la Universidad de Tucumán el Ing. Hamlet D´Agnillo
dicta un curso semestral de Ingeniería Sanitaria.
En 1937, en Goya, se efectúan ensayos de desferrización en una planta experimental.
También en ese año, el día 2 de septiembre, en la Universidad de Buenos Aires se designa el
primer profesor de Ingeniería Sanitaria, Cátedra que acababa de crearse, la que recae en el Ing.
Ivanissevich.
El 21 de noviembre de 1940, se inician las obras del Acueducto Villa María – San
Francisco de 166 km de longitud. Esta obra se termina en el año 1948.
En diciembre de 1941, en Mendoza se licitan las obras del segundo acueducto de 52 km
desde Potrerillos (Río Blanco).
En septiembre de 1942, se dispone la ejecución de las obras cloacales de la ciudad de
Catamarca.
El 9 de febrero de 1942, se dispone la ejecución de los servicios de provisión de agua de
Avellaneda, Lomas de Zamora, y Almirante Brown se transfieren a O.S.N. para su explotación.
En el año 1945 se inician las obras del acueducto Ayacucho-Maipú-Dolores, de 142 km
de longitud, y se finalizan en 1947.
Este sistema se mantuvo hasta el año 1882, fecha a partir de la cual la ciudad de
Córdoba dispuso de un sistema de provisión de agua compuesto por obra de toma, planta de
potabilización y red de distribución.
La fuente que se utilizó para el suministro, era el Río Primero aprovechándose la acequia
municipal, derivada del río aguas abajo del Puente Las Rosas.
El Establecimiento de Aguas Corrientes estaba situado junto a dicha acequia, a unos 850
m de su origen y constaba de 6 filtros lentos que, en condiciones de funcionamiento normal
podían suministrar 6.000 m3 por día.
La red de distribución abarcaba una extensión de 150 manzanas en la parte más poblada
de la Ciudad, efectuándose una distribución precaria e insuficiente para las necesidades de la
población servida, debido a la pequeña sección de las cañerías y a las ampliaciones verificadas
sin plan alguno.
La calidad del agua dejaba mucho que desear, puesto que la captación,
fundamentalmente por su ubicación adolecía de serios inconvenientes a causa de la existencia
de numerosos establecimientos y viviendas agua arriba, cuyos residuos contaminaban las aguas
del río. A esto debe agregarse el deficiente proceso de tratamiento, que no era suficiente para
despojar al agua de las impurezas que la contaminaban, no solamente en el río, sino también
en la acequia de toma, que cruzaba a cielo abierto, terrenos particulares cuyos moradores la
aprovechaban para todo uso.
Estas obras pasaron a cargo del Gobierno de la Nación el 1º de Julio de 1905, en virtud
del Convenio que se firmó y funcionaron hasta mediados de 1910.
Dicho convenio se suscribió en virtud de que en el año 1904, el Gobierno de la Provincia
de Córdoba solicitó al de la Nación la construcción de las obras de saneamiento. Por intermedio
de la Ley 4.312 del 15 de julio de 1904 se declaró incluida a la ciudad de Córdoba en los
beneficios de la Ley 4.158, la que acordó créditos para obras de saneamiento en general.
Como consecuencia de este acogimiento, inmediatamente Obras Sanitarias se abocó al
diseño de las obras. En estos nuevos diseños no fue posible utilizar nada de las instalaciones
existentes. Las obras se habilitaron en el año 1910.
El proyecto de provisión de agua potable se realizó para abastecer a una población de
60.000 habitantes con un consumo máximo de 300 litros diarios por persona.
Se adoptó como fuente de suministro el Río Primero, aguas arriba del Puente Las Rosas,
citado anteriormente, efectuándose la captación por medio de dos galerías filtrantes
emplazadas en su lecho.
Las galerías tenían un largo de 71.45 m y 79.45 m y se hallaban distanciadas 200 m entre
sí. Se encontraban ubicadas en sentido trasversal y el rendimiento medio era 2.10 litros por
segundo y por metro lineal. Ambas conducían el agua a un conducto de 5.450 m de longitud,
encargado de trasladarlas hasta el Establecimiento de Máquinas situado en la calle Fragueiro
entre La Rioja y Humberto Primero.
En dicho Establecimiento se construyó un depósito subterráneo de reserva, de 5.000 m3
de capacidad y la Casa de Máquinas. Desde ésta partían las cañerías de bombeo para los
Administración de ese entonces O.S.N., se abocó al estudio de las diversas fuentes factibles
para utilidad del suministro.
Así es que se analizaron distintas alternativas. Una de ellas fue la de conducir agua
desde el río Carnero, próximo a Jesús María, otra la de trasportar agua desde el Río Añáscate,
distante 70 km de Córdoba, otra la de captar agua de napas subterráneas (estudio iniciado en
1915), y la última de seguir utilizando el agua del Río Primero pero ubicando la toma en otro
sitio.
Del análisis de todas las situaciones, se decidió por ubicar la captación en el canal de
fuga de la Usina de La Calera.
La ejecución de estas obras se realizaron por contrato, quedando terminadas y
habilitadas a principios del año 1932. Las mismas consistieron en lo siguiente: Toma sobre el
Río Primero, sobre el canal de fuga, conducto de aducción hasta el Establecimiento de 11.880 m
que comprende dos tramos en túnel, de 2.900 m y 950 m y el resto con cañerías de 1.30 m de
diámetro de hormigón armado in-situ, un Establecimiento de potabilización y un conducto de
salida de agua tratada de 1.30 m de diámetro de hormigón armado in-situ, de 4.900 m de
longitud.
El Establecimiento de Potabilización, es el que existe en la actualidad, se ubicó en el Bº
Las Violetas, al final de la calle Santa Ana y las unidades de tratamiento comprendieron
decantadores, batería de filtros rápidos, depósitos de reserva y obras complementarias.
Las obras se calcularon para abastecer a una población de 300.000 habitantes con un
consumo individual de 300 litros diarios.
Como extensión de la red se construyeron nuevas cañerías maestras alimentadoras de la
red general, que quedó dividida en cuatro zonas: Centro, Alta Córdoba, Nueva Córdoba y
General Paz u San Vicente y un nuevo depósito de distribución en Alta Córdoba, de 1.000 m 3 de
capacidad.
En el año 1932, se registraron consumos máximos diarios que llegaron al límite de
capacidad del Establecimiento Alto Alberdi, es decir 45.000 m3 por día, por lo que se preparó un
nuevo proyecto de ampliación para llevar esa capacidad a 90.000 m 3 por día. Estos trabajos
quedaron habilitados en el año 1935.
En los años 1936, 1938 y 1939 se fueron ampliando las redes distribuidoras de agua y se
terminaron las tres primeras zonas, mientras que la cuarta se terminó en 1941.
En este último año se comenzó con la ampliación del servicio cloacal y se sirvió a Nueva
Córdoba, Bº Pueyrredón (Inglés) y Gral. Paz.
En el año 1942, se continuaron las ampliaciones de cañerías de agua, renovándose gran
parte de las antiguas, ubicadas en los barrios San Martín, Alta Córdoba, Talleres, Barrio
Pueyrredón (Inglés) y San Vicente y se instalaron cañerías cloacales en Alta Córdoba, General
Bustos (Firpo) y Observatorio. Además se terminó el edificio destinado a la Casa
Administración, ubicado en la calle Humberto Primo esquina Fragueiro, y se inició la
modernización y ampliación de la Planta Depuradora de Líquidos Cloacales de Bajada de Piedra.
La Planta Depuradora de Bajo Grande tiene una capacidad para tratar el efluente
proveniente de 300.000 habitantes pero está prevista para ampliarla, en un futuro, hasta
600.000 personas. Posee una estación de bombeo, cámara de carga, sedimentadotes primarios,
lechos percoladores, sedimentadotes secundarios, cámara de cloración, obra de descarga y
estaciones de recirculación de líquido. El lodo es enviado, por medio de equipos de bombeo, a
concentradores de barro, luego a digestores y de allí a playas de secado.
La Segunda Cloaca Máxima nace en la cámara de salida del Nuevo Sifón, ubicada en la
margen izquierda del Río Primero a la altura de la calle Catamarca, para ir por la calle Lima
luego toma la calle México y desde allí por la calle 24 de Septiembre y Camino a Chacra de la
Merced hasta la Planta Depuradora. Posee dos tramos en túnel, de 2.50 m de diámetro cada
uno, y el resto es cañería de hormigón premoldeado de 1.60 m de diámetro.
El Sifón bajo el Río Primero, ala altura de la calle Catamarca posee dos cámaras, una en
cada margen del río, desde donde salen y llegan tres conductos. Dos de 1.60 m y el otro de 0.70
m de diámetro, todos de hormigón armado premoldeado.
En el interior de cada una de las Cámaras, de Entrada y de Salida, se encuentra un
sistema de compuertas que permiten poner o dejar fuera de servicio individualmente cada
conducto.
La obra referente al Aliviador Zona Centro está conformada por cañerías de hormigón
armado premoldeado, cuyos diámetros varían entre 0.400 m a 1.60 m, pasando por valores
intermedios.
Esta instalación de calerías se inicia en la esquina formada por la intersección de las
calles Tablada y Boulogne Sur Mer en Villa Urquiza y desemboca en la Cámara de Entrada del
Sifón mencionado anteriormente. Podemos decir también que el aliviador posee un tramo de
túnel, modelo de 1.20 m de alto por 0.60 m de ancho, ubicado a la altura del Cementerio San
Jerónimo.
Como su nombre lo indica, el Aliviador Zona Centro, permite descargar en él algunos
colectores principales de la zona del Centro de la ciudad que se encuentran sobrepasados en su
capacidad y evitar continuos atascamientos y derrames de líquido cloacal por las calles del
casco céntrico. Esta saturación se ha debido a la rápida construcción de edificios en altura.
Además permitió colectar y conducir los líquidos provenientes de la zona ubicada en Barrio Don
Bosco hasta Alto Alberdi y Villa Páez.
Debemos agregar que en el mismo año, 1974, se licitó la ejecución de 11 decantadores
en el Establecimiento de Potabilización Suquía para completar así la totalidad de los
decantadores contemplados en el diseño.
El 30 de noviembre de 1980, se produce un hecho trascendente en la vida de Obras
Sanitarias, ya que el Gobierno Nacional cede al Gobierno de Córdoba todos los servicios que
O.S.N. prestaba en el ámbito de la Provincia. Así es que a partir del 1º de diciembre de ese año
se inicia una nueva etapa y nace la que se dio en llamar en ese momento la Dirección General
de Obras Sanitarias de la Provincia de Córdoba. Posteriormente y en el afán de buscar un mejor
funcionamiento de esta nueva Institución, se forma la Empresa Provincial de Obras Sanitarias,
que entra a funcionar como tal el día 1º de julio de 1983.
que hay quienes afirman que el corte del istmo podría rellenarse con los cadáveres que
costaron los intentos de la obra.
Al poco tiempo de su inicio, los trabajos de F. de Lessep se paralizaron, años 1882,
quebrando su compañía.
Cuando los norteamericanos aceptaron la empresa de iniciar la construcción del canal,
por segunda vez, lo primero que realizaron fue estudiar la forma que daba a sus hombres
seguridad, de allí que es necesario cambiar las condiciones del terreno en materia de higiene,
mérito que le cupo principalmente al Coronel William G. Gorgas, quien fue el que dirigió la
construcción.
Para llevar a cabo esta gigantesca obra planteó, en primer lugar, la destrucción del
mosquito transmisor de la fiebre amarilla y luego se realizaron las instalaciones necesarias para
que los trabajadores bebieran agua pura y no el agua de charcas o arroyos contaminados, como
en la época anterior. Lo más importante fue la lucha contra la fiebre amarilla, ya que los casos
disminuyeron así de unos 8.000 por año, que había anteriormente, a sólo 19 en 5 años, índice
elocuente de la seguridad con que se trabajaba.
No perdieron su tiempo entonces en esos preparativos, que duraron casi dos años, para
realizar esa obra fundamental sin pérdida de vidas que abriría al comercio del mundo el camino
que iba a cambiar sus derroteros.
Hay quienes, al comparar la construcción de las pirámides de Egipto con el Canal de
Panamá, han dicho acertadamente que aquellas fueron elevadas sobre millones de cadáveres
humanos de esclavos, mientras que el Canal de Panamá se elevó sobre millones de millones de
cadáveres de mosquitos. A no dudarlo, que la lección sirvió luego para el planeamiento y
ejecución de otras grandes obras y se aplicó, también, al saneamiento de las ciudades y, en
especial, a grandes extensiones de terrenos que se dedicaron a la agricultura.
Por último, cabe agregar, a modo de reflexión, que en tiempos de serias limitaciones
económicas o financieras, los gobernantes y los formuladores de políticas quizás se vean
forzados a examinar las prioridades de las inversiones que determinan el flujo de los fondos al
sector de abastecimiento de agua y saneamiento. Pero que tengan presentes las experiencias
prácticas que demuestran que las instalaciones mejoradas de suministro de agua y de
disposición de excretas reducen la transmisión de enfermedades y de esta manera continúen
alentando, a pesar de todo, la ejecución de este tipo de obras en bien de la salud de todos.
4 HIGIENE PÚBLICA
4.1 Sanidad Marítima, Aérea y de las Fronteras
La sanidad marítima, aérea y de las fronteras es una actividad a la cual debe prestarse
especial atención, con el fin de evitar la transmisión de enfermedades entre países o
continentes. Por ello es que hay que poner gran énfasis en este aspecto y realizar un adecuado
saneamiento de los puertos, aeropuertos y estaciones y realizar un estricto control sanitario de
barcos, aviones, trenes y vehículos internacionales.
Asimismo, debemos acotar la importancia del control sanitario no sólo a nivel
internacional sino también a nivel nacional. De aquí la importancia de controlar los vehículos de
Las playas naturales utilizadas para el baño, tales como lagos, ríos y mar, deben ser
celosamente controladas para evitar la transmisión de enfermedades. Lo más importante, en lo
referente a la calidad del agua, es evitar la contaminación originada por descargas cloacales o
industriales. También es importante la protección que hay que prestarle al bañista para que no
sufran lesiones, para ello hay que contar con una vigilancia permanente por medio de personas
y avisos visibles que indiquen las zonas de peligro.
Las piscinas públicas son campo propicio para la transmisión de un cierto número de
enfermedades, principalmente intestinales, cutáneas y respiratorias. Estas enfermedades no
sólo se transmiten durante el baño sino también en los camarines, baños, roperos, pasillos, etc.
al tomar el bañista contacto con el agua que hay en las superficies de los pisos (pie de atleta o
comezón de los dedos de los pies).
De aquí es que hay que prestar cuidado en todas las instalaciones, las referentes a las
del agua del baño para que sean aptas desde el punto de vista químico, físico y bacteriológico y
también las correspondientes a las obras complementarias que hacen al funcionamiento del
conjunto.
Es importante contar con normas y reglamentos de carácter compulsivo, a fin de que las
autoridades municipales y sanitarias realmente puedan hacer cumplir las exigencias tendientes
a lograr ambientes sanos, higiénicos y confortables.
Las acciones a tener en cuenta en los edificios públicos, tales como hospitales,
sanatorios, edificios escolares, salas de espectáculos (teatros, cines, circos, etc), iglesias,
reparticiones públicas, etc., no son tan sólo las tendientes al aseo general sino también las que
corresponden al control de insectos y a las condiciones de operación y mantenimiento de los
servicios sanitarios, ventilación, iluminación, acondicionamiento de aire, sin descuidar el
control de los alimentos que se expenden en el recinto.
5 HIGIENE PRIVADA
En cuanto al diseño y construcción de viviendas, es importante legislar y hacer cumplir
reglamentaciones o normas que conduzcan a la higiene de las mismas.
Así, deberán dictarse normas que indiquen pautas para una adecuada ventilación,
iluminación, revestimientos sanitarios, acondicionamiento de aire, etc.
6 INFLUENCIA DEMOGRÁFICA
El vasto número de obras, para provisión de agua, desagües, cloacales, etc. que uno
puede ver construidas a través del tiempo ha ido desenvolviéndose lentamente en todo el
mundo civilizado, retardado a veces por crisis económicas o bélicas.
Se necesitan esfuerzos acelerados y específicos para llevar agua potable a todos los
hogares; la meta propuesta se fijó en el año 2015.”
La existencia del agua potable es fundamental para la vida del hombre y se encuentra
íntimamente relacionada con la salud. Es por ello que debe asegurarse su provisión desde
fuentes seguras y sustentables. El agua no solo condiciona la vida del hombre, sino también su
organización social y sus actividades económicas. Sin lugar a dudas, es y será un factor muy
importante en el desarrollo de la provincia de Córdoba.
Una adecuada planificación de uso y manejo requiere principalmente la toma de
conciencia acerca de que el agua es un recurso natural limitado, condicionante del desarrollo e
íntimamente ligado a la calidad de vida de una sociedad y de su ecosistema. Esta planificación
debe ser considerada imprescindible, más aún cuando la sociedad ya ha adquirido un grado de
conciencia sobre el medio ambiente y la conservación de los recursos no renovables.
Desde el embalse San Roque se alimentan la planta potabilizadora Suquía. Con una
capacidad instalada de 5 m3/seg, operada por Aguas Cordobesas S.A. la planta potabilizadora
La Calera, con una capacidad instalada de 0.6 m3/seg, operada por la Subsecretaría de Recursos
Hídricos.
La Planta Suquía abastece a la ciudad de Córdoba alimentando la zona norte del río
Suquía y la comprendida al suroeste de la este hasta la Cañada. La planta de La Calera abastece
a la ciudad del mismo nombre, y también Saldán, parte de Villa Allende, parte de Unquillo y
parte de Mendiolaza. En condiciones de máxima demanda, no permite mantener la continuidad
del servicio en las diferentes ciudades que abastece, lo que además de provocar
disconformidad en los usuarios, compromete al calidad del agua distribuida y la vida útil de las
redes de distribución.
Desde el embalse Los Molinos se alimenta la planta Los Molinos, con una capacidad
instalada de 2 m3/seg, operada por Aguas Cordobesas S.A. y cuyo abastecimiento comprende
al sector sureste de la ciudad.
Ambas plantas operadas por Aguas Cordobesas S.A. proveen el servicio a 1.4 millones de
habitante de la ciudad de Córdoba, mediante 3.800 kilómetros de tuberías de diferentes
diámetros. La topografía de la ciudad de Córdoba no es plana, sino que presenta zonas que se
encuentran en un nivel topográfico menor que el de la instalación de plantas potabilizadora, lo
que permite que puedan ser abastecidas por graveada. Los lugares cuya topografía es más
elevada son abastecidos mediante 15 Estaciones Elevadoras de Presión. Cada uno de estos
sectores se conoce como subsistema y tiene características particulares de demanda. Las
Estaciones Elevadoras son de tipo inteligente: operan siguiendo la curva del sistema, lo que
permite hacer un uso racional de la energía eléctrica.
Las zonas muy bajas, donde la presión de suministro es elevada, están manejadas por
válvulas reguladoras, que permiten operar las redes dentro de los rangos de presión con un
correcto abastecimiento, sin someterlas a presiones excesivas. Se han instalado en un total de
95 módulos reguladores y la presión es monitoreada en tiempo real en 34 puntos fijos y en más
de 100 puntos móviles.
El lago San Roque tiene dos tributarios principales, que son los ríos Cosquín y San
Antonio o San Roque, y dos tributarios secundarios, que son los arroyos Los Chorrillos y Las
Mojarras. A su vez, el río Cosquín tiene como afluentes a los ríos Grande o San Francisco y
Yuspe.
Los análisis realizados surgen del análisis de la serie de caudales registrado por la Red
Hidrológica Nacional en la Estación Dique San Roque sobre el río Primero (latitud: 30º 22´;
longitud: 30º 22´, altitud: 650 msnm; Área cuenca de Aporte: 1.350 km2). Los registros
estudiados tienen una longitud de 44 años (desde 1926 a 1951 y desde 1961 a 1980).
Del análisis de la serie se desprende que el caudal promedio de los años de registro para
el embalse San Roque es de 9,46 m3/seg; siendo su valor mínimo el de 0,04 m3/seg y el valor
máximo corresponde a 75,76 m3/seg, el cual fue registrado en marzo de 1976.
El río Anicatate (31º 42´ 41”S- 64º 29´ 43”O) es un importante curso de agua de la
provincia de Córdoba. Es tributario del río Segundo y tiene su naciente en la unión de los ríos
De la duela y San José, que se forman en la ladera oriental de las Sierra Grandes.
Sus tributario, además, son innumerables arroyos y cursos de agua que descienden de la
montaña. Todos ellos están abastecidos por una infinidad de surgentes, que se originan en la
región central de la Pampa de Achala. El Anizacate es un río de características endorreicas,
torrentoso y, junto al río Los Molinos, da origen al conocido río Xanaes o río Segundo. A lo largo
de su recorrido, discurre por terrenos muy escarpados, lo que hace que su cauce esté muy
“encajonado”. Esto lo convierte en un río “traicionero”, ya que durante la época estival las
riadas o crecidas son súbitas y en numerosas oportunidades se han producido accidentes con
bañistas.
Se estudiaron la serie de caudales registrados la Red Hidrológica Nacional en la Estación
Santa Ana sobre el río Anizacate (latitud: 31º 40´; longitud: 64º 34´, altitud: 900 msnm; Área
cuenca de Aporte: 465 km2); cuyos registros estudiados tienen una longitud de 28 años (desde
1954-1955 hasta 1980-1981).
Dicha serie presenta valores mínimos en el período de julio a septiembre y máximos en
el período de noviembre a marzo. El módulo del río es de 4,83 m3/seg, siendo el máximo valor
observado de 43,04 m3/seg (correspondiente a enero de 1981) y un valor mínimo de 0,11
m3/seg que fue registrado en agosto de 1973.
Al igual que otros cuatro ríos e la provincia (Primero, Segundo, Cuarto y Quinto), su
curso fluye en sentido este-este; su curso fluye en sentido oeste-este; es, junto con el río
Cuarto, el único que es afluente indirecto del río Paraná y, de tal modo, afluente superficial de
la Cuenca del Plata. Nace en las proximidades del cerro Champaquí, a más de 2.000 msnm, en
una zona cuyo régimen de precipitaciones (pluviales y nivales) varía entre 600 y 1.000 mm/año;
su cuenca alta está ubicada en el valle de Calamuchita.
A poco de salir de este valle discurre por lo menos elevado y menos ríspido Valle de la
Cruz hasta que ingresa en la penillanura, donde se han construido numerosos lagos artificiales
escalonados (ente ellos: Cerro Pelado, Arroyo Corto, Embalse Río Tercero y Piedras Moras) con
dos funciones principales: obtener energía hidroeléctrica y regular el caudal, aunque la
existencia de tales lagos aporta más beneficios a la economía: son atractivos turísticos y son
importantes centros de pesca (pejerrey, truchas). Luego de discurrir por la penillanura ingresa
en la Pampa Húmeda, donde el régimen de precipitaciones tiene una media de 730 mm/año.
Este es el río más caudaloso de la provincia de Córdoba. Al recibir la afluencia del río
Chocancharava (también conocido como río Cuarto) a través del arroyo Saladillo, este río pasa a
denominarse río Carcarañá, el cual vierte sus aguas al río Paraná en los alrededores de la
localidad de Gaboto, en la provincia de Santa Fe.
Es las riberas del río Ctalamochita, o en sus proximidades, se asientan importantes
ciudades y poblaciones de la provincia de Córdoba: la ciudad que le da nombre (Río Tercero),
Villa Ascasubi, Villa María y Villa Nueva, Bell Ville, Leones, etc.
La longitud aproximada del río Tercero (sin contar su continuación en el Carcarañá) es
de 307 kilómetros.
Se analizaron la serie de caudales registrados la Red Hidrológica Nacional en la Estación
Embalse sobre el Río Tercero (latitud: 32º 10´; longitud: 64º 23´, altitud: 650 msnm; Área
cuenca de Aporte: 3.300 km2); cuyos registros tienen una longitud de 71 años (desde 1913-
1914 hasta 1983-1984).
El caudal promedio es de 27,03 m3/seg, siendo el caudal mínimo registrado 1,10 m3/seg
y el caudal máximo registrado de 210,40 m3/seg, en febrero de 1979.
8 BIBLIOGRAFÍA
https://www.aguascordobesas.com.ar
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– Editorial EUDEBA – Año 1976
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Uso del Agua perteneciente al INCYTH.
El Aguatero – Autor: Dr. Rogelio A. Trilles - Editorial EUDEBA – Año 1976
Ingeniería Sanitaria Aplicada a Saneamiento y Salud Pública – Autor: Unda Opazo –
Editorial UTEHA – Año 1969
Tratado de Ingeniería Sanitaria – Autor: Manuel Sallovitz – Editorial Establecimiento
Gráfico Pomponio – Año 1938
Plan Hídrico Córdoba 2050. Pensando el futuro de los cordobeses – Fundación Benito
Roggio. 2012