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Por KPMG
En el año 2003, el magnate ruso, Román Abramovich, se convirtió en propietario del Chelsea.
Inmediatamente, emprendió una agresiva política de contrataciones.
Mientras el Chelsea invertía cientos de millones de dólares en reclutar a las principales figuras
del fútbol mundial, su eterno rival, Arsenal, optaba por una política de desarrollo de jugadores
de las divisiones inferiores.
Ahora bien, estos dos enfoques pueden aplicarse a cualquier organización. Algunas empresas
eligen una estrategia de desarrollo interno de talento. Otras, prefieren contratar trabajadores
experimentados en el mercado.
Según la investigación "We Are the Champions, building the winning team", de KPMG, cada
alternativa tiene sus beneficios y desafíos en términos de resultados y sustentabilidad.
Reclutar talento en el mercado es, sin dudas, la manera más simple de cubrir un puesto. En la
mayoría de los casos, también es la mejor forma de obtener resultados inmediatos.
En efecto, las nuevas incorporaciones necesitan tiempo para adaptarse a la cultura de la firma.
Cuando las diferencias culturales son demasiado profundas, es posible que el ejecutivo acabe
registrando un pobre desempeño.
Por otro lado, la estrategia de reclutamiento externo suele ser costosa. En un contexto de
escasez de talento, los futbolistas (y ejecutivos) experimentados sólo aceptarán unirse a la
empresa a cambio de un jugoso paquete de remuneración.
En este sentido, pagar altos salarios a las nuevas incorporaciones puede desequilibrar la
estructura de compensaciones.
Así, Arsene Wenger, manager del Arsenal, declaró en 2007: "Si alguien me ofreciera 100
millones de libras para comprar jugadores, yo rechazaría la oferta. Mi equipo es fruto de un
trabajo de cinco años. Sería una locura comprar futbolistas estrella y destruir lo que hemos
logrado".
Una estrategia de desarrollo de talento interno permite formar ejecutivos más leales y mejor
adaptados a la cultura de la organización.
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No obstante, tiene la desventaja de no resultar aplicable en todos los casos. Por ejemplo,
cuando la firma no dispone internamente de las personas con el expertise necesario para cubrir
una determinada posición en el corto plazo.
Por otro lado, si bien esta estrategia suele resultar menos costosa que el reclutamiento externo,
también es cierto que un buen programa de desarrollo de talento exige una inversión constante
a lo largo de muchos años.
El método óptimo pareciera ser una combinación de ambos enfoques: desarrollo de un pool de
talento interno y algunas contrataciones estratégicas de estrellas.
Y, al mismo tiempo, estos ejecutivos podrán servir como mentores para el desarrollo de los
jóvenes. Así, la organización podrá transferir conocimiento a la próxima generación.
http://www.materiabiz.com/mbz/capitalhumano/nota.vsp?tok=1223660018620&nid=38698
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