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La experiencia desde el interior

El diseño de interiores y la arquitectura se han desarrollado en este siglo como entidades


separadas, y a menudo se descarta la importancia de unificar estas disciplinas.

Domingo, 01 de noviembre de 1998 a las 00:00

POR Sofía de la Mora (entrevista) / Liliana Esparza (transcripcion, redacción y corrección de


estilo)

Publicado en: Revista Obras, Grupo Expansión, México, noviembre 1998; y diponible en:

http://www.obrasweb.mx/construccion/1998/11/01/la-experiencia-desde-el-interior

Para la arquitecta Marta Elena Campos Newman, aislar el diseño de interiores de la arquitectura
limita la visión de la forma, la función y las posibilidades arquitectónicas, e impide a la práctica en
interiores el reconocimiento que merece en relación con esa gran disciplina que es la arquitectura. El
diseño interior debe ser parte integral del curriculum del arquitecto:

"La arquitectura interior surge a partir de la conjunción de los elementos que componen de manera
integral el espacio interior. Aunque existe una clara distinción entre los dos conceptos, la frontera
que los delimita es muy tenue, de allí que todavía se confundan y hasta se traslapen."

EL DETALLE HACE LA DIFERENCIA

La arquitectura interior abarca todos aquellos elementos que integran una composición interior:
desde el acondicionamiento térmico, acústico y lumínico, hasta aspectos conceptuales del uso del
espacio en el tiempo. Es la capacidad de conjuntar los objetivos arquitectónicos internos con lo
externo.

La tarea del arquitecto es la conformación del espacio, y la arquitectura interior lo interviene para
adecuarlo a un uso específico. Una estructura dada permite la conformación de un espacio con una
identidad propia.

"Uno concibe el espacio interior dentro de un marco construido --explica Campos Newman--—,
retomando los elementos de ese espacio arquitectónico ya configurado --—ejes de carga, redes de
instalaciones, modulación de acabados, etcétera--—, analizando el "programa particular", utilizando
la luz, el color y los materiales como modeladores del mismo, y la tecnología como proveedora de
bienestar. En la arquitectura interior se observa el detalle, y éste hace toda la diferencia."

LA ESPECIALIZACIÓN

La especialidad en arquitectura interior tiene distintas expresiones en la conformación de un espacio


interior: como un todo conceptual o como una intervención, ya sea modificando o adecuando el
edificio a su destino.

En la primera, como complemento o refuerzo del concepto integral del edificio proyectado en los
acabados, las instalaciones y todos los detalles de la concepción del interior.

En la segunda, en la preservación, restauración y rehabilitación de los espacios en edificios


históricos: "Si se pretende hacer la restauración externa de un edificio olvidándose de los interiores
--—afirma Campos Newman--—, posiblemente el resultado exterior sea sensacional, pero la
desintegración con los interiores será notable en todos los casos. El arquitecto de interiores cuida la
relación interior-exterior desde la estructura hasta el último detalle".

En la tercera, en la conformación del espacio incluido en un espacio arquitectónico existente, con la


sensibilidad de completarlo, equilibrándolo, mediante la luz, color, texturas entre otros aspectos.
"Aquí es donde, al efectuar este trabajo, la labor del profesionista de interiores puede confundirse
con la del decorador --—considera Campos Newman--—; mi recomendación apunta en el sentido
de que, desde que el proyecto se conciba se incorporen los interiores y sus acabados en una labor
integral."

Cabe mencionar que, actualmente a través de inmobiliarias, los inversionistas en la construcción de


edificios, subcontratan a especialistas en estructuras e instalaciones, con lo cual limitan la actividad
del arquitecto únicamente a la solución de la fachada.

"Los arquitectos nos hemos dejado ganar la partida" --afirma Campos Newman.—

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