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DIDÁCTICA DE LA LENGUA Y LA LECTOESCRITURA

Sonia de la Roz Concha

FASES DEL
DESARROLLO DE LA
LENGUA ORAL (0-5
AÑOS)
Fuente: MONFORT, M. y JUÁREZ, A. (2010): El
niño que habla. Madrid: CEPE
Sara Alonso Dez, 2º de Educación Infantil

2014-2015

Universidad Pontificia de Comillas


Con el siguiente trabajo voy a intentar responder a la pregunta de para qué nos sirve el
lenguaje, o lo que es lo mismo, cuál es su influencia en el desarrollo y la conducta
general del niño. Como profesoras de infantil, saber la respuesta a esta cuestión es
algo prioritario. El lenguaje es una herramienta básica del ser humano que necesita ser
estimulada adecuadamente desde el primer día de vida del niño.

Pero, ¿a qué nos referimos cuando decimos “adecuadamente” para referirnos al


desarrollo del lenguaje? ¿Cómo podemos desarrollar en nuestros niños un lenguaje
adecuado? A lo largo de este trabajo explicaremos los aspectos fundamentales del
lenguaje, de su adquisición, sus funciones, su influencia en la personalidad del niño
(recíproca), etc., e intentaremos dar respuesta a estas, y más, cuestiones.

¿QUÉ ES EL LENGUAJE?

COMUNICACIÓN. Es nuestro principal medio de comunicación.

● Permite un intercambio de información a través de un determinado sistema de


codificación.
● Todo aprendizaje de lenguaje se hace a través de la comunicación con otras
personas, pero no necesariamente para esta.

PENSAMIENTO. Es el instrumento estructurante del pensamiento y de la acción.

● El lenguaje permite al niño recibir las informaciones socio-culturales del ambiente.


● La propia estructura lógica del lenguaje nos condiciona a la hora de percibir la
realidad. Esta repercute en desarrollo de una lógica interna determinada, mediante
la que estructuramos y nos comunicamos con la realidad, y la cual nos hace
percibir el mundo que nos rodea de una forma concreta.
● Otra de las funciones del lenguaje es controlar y organizar la acción motriz. De
nuevo, actuamos en función del lenguaje, primero subordinados al lenguaje del
adulto pero más adelante autónomamente, subordinando nuestra acción a nuestro
propio lenguaje interiorizado. De esta forma, un niño normal llega a un
pensamiento y un modo de actuar “verbal”, mientras que, por ejemplo, un niño
sordo-mudo, si no llega a adquirir un lenguaje suficiente en un tiempo adecuado,
acaba percibiendo y organizando la realidad de un modo distinto, y puede
presentar dificultades de organización de sus actividades cognitivas y motoras.

AFECTIVIDAD. Actúa como factor estructurante y regulador de la personalidad y el


comportamiento social.

● Permite al ser humano proyectar sus reacciones afectivas en el tiempo y el espacio.


El “decir” lo que sentimos, o la simple introspección (lenguaje interior) amplía la
diversidad comportamental característica del ser humano.
● Participa de la expresión del psiquismo profundo; se relaciona con los
pensamientos y sentimientos.
● Paralelamente a la ampliación de conductas mencionada anteriormente, el
lenguaje también contribuye a su reducción. Las normas sociales, los valores éticos
y morales, las costumbres y tradiciones de una cultura (...), transmitidos a través
del lenguaje, reducen nuestras posibilidades de acción y nos condicionan a actuar
de “la forma socialmente aceptada”.
● Es decir, nos adaptamos socialmente mediante y desde el lenguaje, y muchas veces
a unas normas de conducta que continuamos “siguiendo” por su carácter histórico,
por el simple hecho de que son costumbres (“siempre se ha hecho así”), y no por
una justificación más allá del consenso y la presión social.
● Ante esta carencia de causa lógica, en un primer momento el niño debe aprender
casi de forma mecánica a hacer las cosas, siguiendo la consigna verbal que las
acompaña (“no se hace así”, “no hagas eso”...). Estas frases inicialmente son
enviadas desde los padres, que siguen esas determinadas costumbres sociales y
determinan al niño a actuar según las pautas aceptadas de su cultura, para que de
esta forma, poco a poco, se vaya adaptando. De esta forma, cuando se vuelve a
presentar la misma situación el niño se adapta más o menos rápido a las reglas
sociales de su entorno.
NIVEL CULTURAL. El lenguaje oral constituye el principal (y a veces único) medio de
información y cultura.

● Las informaciones exteriores, que le llegarán fundamental o exclusivamente a


través del lenguaje, constituirán poco a poco la cultura (normas y saberes
determinados) del niño.
● El lenguaje constituye, mediante el idioma y sus variaciones, un elemento de
identidad de un individuo a un grupo social determinado.

En estos cuatro aspectos analizados (comunicación, pensamiento, afectividad y nivel


cultural) nos encontramos con influencias recíprocas: a veces es el lenguaje el que los
condiciona, y otras son ellos al lenguaje. El punto de unión de estas relaciones se sitúa
en la persona del niño; el niño que habla.

1. MECANISMOS DE LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE


A continuación, vamos a ver los mecanismos básicos que llevan al niño a descubrir y
apropiarse del lenguaje.

Una de las características principales del lenguaje es su universalidad, es decir, es


resultado de un proceso de transmisión dentro de un contexto social y cultural
componente fundamental de toda conducta humana. El lenguaje oral es una destreza
que se aprende naturalmente, por una serie de intercambios con el entorno social.
Este aprendizaje se lleva a cabo, durante los primeros años de vida,
fundamentalmente mediante los intercambios niño-adulto (la interacción) que deriva
en una adaptación recíproca de ambos comunicadores a las capacidades
comunicativas del otro.

Una primera manifestación de esta adaptación es el “feed-back” correctivo. Este, en


función del tipo de situación comunicativa que se esté llevando a cabo, puede ser
fundamentalmente de dos maneras:

SITUACIÓN 1
● La iniciativa de la interacción parte del niño, que le lleva a la expresión pre-
lingüística espontánea más o menos elaborada (movimiento, gesto, balbuceos…).
● Esto llama la atención del adulto y provoca en él una respuesta verbal, en la que
generalmente está el mismo mensaje del niño pero adaptado (feed-back
correctivo). En esta adaptación se dan correcciones que pueden ser de tres tipos:
o Corrección fonética y fonológica (el adulto pronuncia correctamente las
palabras emitidas por el niño y traduce sus gritos y balbuceos a palabras
del idioma).
o Extensión semántica (añade algunas palabras y conceptos relacionados).
o Expansión sintáctica (utiliza los elementos de ese mensaje infantil en
una estructura más compleja).
- Vemos que a través de este procedimiento el niño obtiene una respuesta adaptada
a su interés, puesto que es el propio niño quien ha provocado la situación
comunicativa, y a su nivel evolutivo, ya que la respuesta es un poco más
complicada que lo que es capaz de producir el niño, pero parte siempre de su nivel.
- Se evidencia así el carácter activo y creativo de la adquisición del lenguaje por el
niño. De alguna manera, el niño está eligiendo qué va a aprender.

SITUACIÓN 2
● La iniciativa de la interacción parte del adulto, con la intención de enseñar algo al
niño, quien le imita de manera más o menos espontánea.
● El adulto responde con un feed-back correctivo a partir de la imitación del niño,
quien responde de nuevo sirviéndose del modelo adulto.
● De esta forma, se produce una situación comunicativa en la que, igual que en la
anterior, el adulto se va adaptando a las producciones del niño y a su nivel
evolutivo, pero en la que no se parte de los intereses o necesidades del niño, sino
del adulto. El niño sigue una conducta imitativa, no creativa.

BABY-TALK

Vamos a ver ahora una adaptación particular, un sub-código lingüístico, que emplean
los adultos y los niños mayores de 5-6 años cuando se comunican con niños pequeños.
Este tipo de adaptación del lenguaje adulto busca mejorar y controlar la eficacia de la
comprensión de los mensajes por parte del niño, y supone una ayuda importante en la
imitación y aprendizaje del lenguaje.
Sus principales características son (en relación con el lenguaje habitual):

● Se habla más despacio, con más pautas y más largas.


● Se utiliza un tono de voz más agudo.
● Se cuida más la pronunciación.
● La entonación es más expresiva.
● Los enunciados son más cortos, simples y completos, y suelen ser redundantes,
repitiéndose con frecuencia parte o totalidad de estos.
● Se emplea un número limitado de palabras, usando más diminutivos.
● Se hacen numerosas referencias al contexto, designando o manipulando los
referentes concretos de la comunicación.
● Se utilizan más gestos y mímica.

Esta adaptación se inscribe dentro de un mecanismo de interacción comunicativa lejos


de un modelo de enseñanza consciente.

Los dos mecanismos básicos que rigen la adquisición del lenguaje son la interacción y
la imitación. Encontramos estas ideas en el enfoque conductista, de Skinner – el niño
aprende a hablar porque imita a los adultos, mientras es reforzado por el entorno
(feed-back, condicionamientos, refuerzos…).

El niño participa en el desarrollo de su lenguaje a través de los mecanismos de


adaptación del lenguaje adulto y mediante la manipulación espontánea de los datos
que posee, a través de intentos expresivos a veces correctos, a veces desajustados
respecto al uso habitual del idioma, como los conocidos “neologismos” infantiles. Con
ellos el niño demuestra su capacidad de extraer determinadas constantes de los
modelos adultos, producto de una generalización.

Podemos hacer aquí referencia a la característica de innatismo del lenguaje (parte de


la herencia genética y cultural de los seres humanos) que defiende Chomsky en su
teoría sobre el lenguaje. Para este lingüista todos los lenguajes humanos están
construidos sobre una base estructural común, y la adquisición del lenguaje en el niño
ocurre por su capacidad para reconocer la estructura basal de cualquier lenguaje.
Quizás un aspecto al que Chomsky no tuvo demasiado en cuenta a la hora de
determinar esta teoría fue la influencia del ambiente sobre el desarrollo del lenguaje.
Aunque sus ideas fueron cambiando con el tiempo, él seguía marcando la clara
diferencia entre lo innato y lo aprendido concediendo a esa estructura cerebral innata
el gran peso para el desarrollo del lenguaje.

Sin embargo, según hemos visto, el lenguaje y su desarrollo requieren de la relación


con agentes externos y la interacción con los demás, la influencia y los estímulos del
ambiente. Podemos mencionar aquí a Brunner y su conocido término de andamiaje,
como apoyo constante del adulto para ayudar al alumno a ir mejorando y superando
sus dificultades, hasta que adquiera las habilidades necesarias para comunicarse
correctamente.

Es importante mencionar también que las interacciones niño-adulto se realizan sobre


un fondo madurativo. El estado de madurez se puede definir como el estado a partir
del cual se puede iniciar con buen resultado el desarrollo de una función o el
aprendizaje de una destreza, y resulta de la acción de tres factores básicos:
1. La maduración neurobiológica de los “centros” nerviosos que intervienen en su
control y estructuración. Esta maduración tiene un ritmo predeterminado.
2. La estimulación exterior, dividida en dos aspectos: la aportación de
informaciones y la estimulación sensoriomotriz. Podríamos situar aquí, por
ejemplo, el caso de los niños lobo, niños que tienen el potencial para adquirir el
lenguaje, pero que al no ser estimulados, no desarrollan esa herramienta básica
de comunicación.
3. Las experiencias realizadas por el niño. Estas influyen directamente en la
maduración del niño, muchas veces a pesar de tener una maduración
aparentemente normal y un entorno enriquecedor. Es importante señalar aquí
la estimulación ofrecida en los colegios, especialmente a aquellos niños que no
tienen tantas oportunidades para experimentar, ya que como profesoras
debemos tener en cuenta que debemos intentar suplir esa falta de
experimentación y contacto variado con el mundo real creando y organizando
día a día experiencias muy ricas, manipulativas y diferentes.
Podemos añadir también la importancia que, desde el punto de vista
Piagetiano, tiene el proporcionar estas experiencias a los niños por el estrecho
vínculo de estas y el pensamiento, que a su vez determina el desarrollo
cognitivo y afectivo del niño.

Existe una cierta relación y sincronismo entre la motivación afectiva y el grado de


madurez, lo que hace que un niño normal empiece a interesarse o a intentar dominar
una determinada realización sólo cuando ha alcanzado un nivel mínimo de madurez. El
forzar a un niño más allá de sus posibilidades, además de inútil, podría resultar
perjudicial.

El ritmo de madurez es muy variable, tanto por las diferencias básicas de ritmos como
por las complejas implicaciones externas, y no evoluciona linealmente, sino con
avances y retrocesos, con mejoras más significativas en unos campos que en otros, etc.
Como diríamos desde el punto de vista Piagetiano, en el desarrollo de conductas tales
como el lenguaje el niño poco a poco va construyendo sus propios esquemas y
mejorándolos, mediante un proceso continuo de equilibrios, desequilibrios y
reequilibrios.

2. LA ORGANIZACIÓN FONÉTICA
Como profesores, nos interesa conocer las estructuras evolutivas y las pautas
cognitivas que determinan el aprendizaje fonético del niño. Un dato fundamental es la
globalidad de este aprendizaje: la adquisición de los fonemas no es una cuestión de
unidades que se agregan unas a otras.

Hay que distinguir entre el sistema de percepción que aplica al niño al lenguaje de los
demás y el sistema de producción que aplica a su propio lenguaje. Muchas veces
vemos a niños capaces de percibir la diferencia entre dos fonemas pero incapaces de
producirlos diferentes.

El aprendizaje fonético el niño parte de ciertas oposiciones fundamentales (apertura


máxima -a- apertura mínima -b,p,m-, pronunciación oral -p- pronunciación nasal -m-,
…). A través de estas oposiciones va afinando cada vez más su capacidad articulatoria.
El desarrollo de la competencia fonológica del niño debe ser considerado como una
adaptación progresiva de sus aptitudes para realizar sonidos cada vez más sutilmente
opuestos.

Se consideran los años comprendidos entre los dos y los cuatro años como la etapa en
la que el niño adquiere progresivamente el sistema fonológico del idioma español. Sin
embargo, el ritmo de adquisición es variable y depende del tipo de fonemas, más o
menos difíciles.

3. LA ORGANIZACIÓN SEMÁNTICA

El lenguaje es la expresión más compleja y más diferenciada de una función general,


muy desarrollada en el hombre: la función simbólica, que es el sistema que representa
un significado por medio de un significante. Esta función permite a los niños, más o
menos sobre la edad de dos años, empezar a comprender el sentido de las palabras y a
entender su relación con el mundo que les rodea. A partir de aquí el niño entra a un
nuevo mundo lleno de infinitas posibilidades; esa onda que en un principio no
significaba nada de repente representa una imagen y tiene un significado propio. Es
así como el niño empieza a desarrollar el pensamiento, la creatividad, su imaginación y
el lenguaje de una forma brillante.

Para potenciar el desarrollo del lenguaje y llevar al niño a alcanzar esa simbolización,
es fundamental el juego. Mediante esta herramienta, tanto libre como conducida y
con unos determinados objetivos, el niño experimenta, va creando relaciones y
construyendo poco a poco su mundo. Está en la etapa sensorial, etapa en la que
necesita y se interesa por relacionarse con los objetos que le rodean y así ir creando
nuevas conexiones, relaciones, etc.

Una vez alcanzados los dos años, es fundamental el juego simbólico. Ahora es capaz de
explorar el mundo que le rodea y abrirse a una realidad totalmente nueva que le va a
exigir un nuevo lenguaje para referirse a ella y va a implicar el desarrollo de esta
capacidad. A través del juego simbólico, el niño además desarrolla su potencial
cognitivo e intelectual. Es decir, los contenidos del lenguaje expresarán de forma
simbólica los fenómenos y situaciones de la experiencia humana.

La organización semántica se realiza a través de una serie de adaptaciones entre el


niño y el mundo que le rodea, desde el punto de vista de la representación que el niño
se va haciendo de este mundo y de la comunicación que establece con él. Poco a poco
va desarrollando su habilidad comunicativa, que se aprende y desarrolla con la
práctica, y va siendo capaz de transmitir informaciones más complejas.

Por último decir (un poco en conclusión) que el niño atraviesa una serie de etapas a
través de las que su percepción de la realidad se va transformando gracias a su
desarrollo cognitivo, sus experiencias y los modelos transmitidos por el ambiente
social, principalmente en el lenguaje. Esa relación entre referente-significado y
significante puede darse de dos formas:

1. El lenguaje llega después de un primer contacto con la realidad, a través de


una experiencia sensorio-motriz (“herida” viene después del acto de haberse
caído y hecho un rasguño).
2. El lenguaje se adelanta a las experiencias (ayer, mañana, el verano pasado,
ochenta…)
A los 3-4 años posee ya ciertas experiencias sensorio-motrices integradas de manera
separada, dentro de esquemas de interacción con los demás, que, a través del
lenguaje, le permiten empezar a entender mejor la realidad del mundo que le rodea.

Relación lenguaje-organización cognitiva


Reunir unos elementos vividos por el niño de forma aislada en una única clase,
englobada por una palabra que le vamos a colocar (mamíferos, postres…) no implica
únicamente una ampliación del léxico, sino a una mejor estructuración y comprensión
de las palabras.

El empleo de este término más abstracto refleja un proceso de conceptualización; el


niño puede reconocer unas determinadas características propias de un grupo en algo
específico. El enseñar el contenido real y completo de una palabra o de una clase en
referencia con una experiencia ya vivida por los niños tiene que hacerse
diferenciándola y oponiéndola a otros.
En los niños de 3 años podemos observar fácilmente cómo su lenguaje todavía no está
separado de la acción y la percepción directa. Como señala Vygostky, las palabras
tienen un significado ligado al momento y al contexto, y los niños a esa edad no saben
interpretarlas ni usarlas en contextos diferentes al que están acostumbrados. El
lenguaje es una herramienta de comunicación y socialización a través de la que se
codifica la experiencia, y que evoluciona hasta transformarse en un sistema de códigos
independientes de la acción.

Pero en esa edad aún al separar las palabras del contexto activo del niño, utilizándolas
en una estructura sencilla pero no empleada habitualmente, lo desorientamos, no nos
entiende.

El acercamiento entre el significado que le da un niño a una palabra y su significado


real es un proceso gradual, en el que las diferencias pueden ser:

● Ausencia de correspondencia: El niño atribuye a un referente una palabra


totalmente diferente a la usada por los adultos.
● Uso parcial: El niño utiliza una palabra con un número de referentes inferior a
los que cubre el léxico adulto.
● Sobre-generalización: El niño utiliza una misma palabra para referentes para los
cuales los adultos utilizan varias palabras.

El desarrollo lexical no se limita pues al aprendizaje de una palabra o expresión verbal


en una determinada situación, sino que sigue después un proceso de comprensión y
relación de una palabra en el que el niño aprende a usarla y entenderla fuera de su
contexto habitual, en otras estructuras sintácticas, etc.

Por este motivo, y especialmente por ser profesoras, tenemos que tener claro que el
hecho de que un niño pueda producir una determinada palabra en un determinado
contexto no determina que el proceso de desarrollo semántico se ha completado, es
decir, no significa que ya entienda esa palabra al completo y la sepa usar en cualquier
tipo de situación correctamente.

➢ Pautas evolutivas. Desarrollo entre cero y tres años


Las primeras realizaciones fonéticas del niño no tienen contenido semántico
(significado) diferenciado: el grito o el llanto forman parte del comportamiento motor
y sus variaciones dependen del tipo de reacción (conformidad o disconformidad) ante
una situación.

La evolución se empieza a dar a partir del tercer mes con el desarrollo auditivo del niño
y la percepción de las reacciones de su entorno a sus producciones, sobre todo,
sonoras. El niño empieza a conceder un valor diferenciado a los ruidos externos y a
sus propias emisiones.

Desde este momento, la función semántica debe enfocarse bajo dos aspectos: el
aspecto pasivo (comprensión) y el aspecto activo (expresión).

● Comprensión: El niño tratará de aislar ciertos detalles relevantes en la producción


sonora de su entorno y de asociarlos a un comportamiento preciso suyo. Los
primeros detalles relevantes para el niño son informaciones como la voz o la
entonación.
● Expresión: Existe un problema en el origen de la elección de la primera palabra. La
primera palabra es la primera emisión fonética de carácter constante ligada a una
situación específica y en relación con una secuencia del lenguaje adulto.
Se cree que resulta de la coincidencia repetida entre una secuencia del balbuceo y
una palabra del lenguaje del adulto dentro de su comportamiento
correspondiente. Esta coincidencia está subrayada por los padres, reforzando así la
relación entre ambos hasta la creación del primer enlace significado-significante.
Tenemos aquí otra situación en la que la interacción de los referentes afectivos del
niño con él mismo son determinantes para dar comienzo al proceso de adquisición
del lenguaje. Como decía Brunner, la relación con los agentes externos (en especial
los padres) es fundamental ya desde el nacimiento.

Una vez condicionada esta primera relación, actúa la repetición recíproca (el niño
imitando a su madre y la madre a su niño), modelando la producción primitiva
hasta llegar a la palabra exacta.

Desarrollo del léxico


Entre los dos y los tres años, el aumento del léxico progresa a un ritmo extraordinario.
El niño, a partir de situaciones poco definidas, mediante un fenómeno conocido como
“sucesivas series de oposición”, llega a la asociar un significado a una palabra
equivalente al que le corresponden los adultos (proceso de simbolización del que
hemos hablado anteriormente).

El niño usa una palabra para referirse a varias situaciones (“baño” para cuando tiene
que hacer pis, caca, o le apetece un baño), y la madre, que descubre a qué necesidad
se está refiriendo su niño con esa palabra, le corrige (feed-back) usando la palabra o
frase que corresponderían (“quiero hacer pis”). Desde ese momento, el contenido de
la palabra “baño” no será el mismo, y se irá modificando a medida que aparezcan
otras palabras. Este proceso es uno de los tantos que se siguen para ir acercando el
lenguaje del niño a la realidad y expandiendo sus posibilidades léxicas.

Desarrollo cuantitativo
El desarrollo de la comprensión semántica del niño va aumentando progresivamente
desde los 10 meses hasta los dos años, momento en el que sabemos que se produce la
“explosión del lenguaje”, y en el que el niño aprende y comprende mayor número de
palabras mucho más deprisa. En cuanto al vocabulario de comprensión, se estima que
representa la mitad aproximadamente del vocabulario de producción.

Desarrollo cualitativo
Una parte importante de nuestro lenguaje está formado por estructuras
estereotípicas (¿qué tal?”, “encantado de conocerte”). Las primeras realizaciones del
niño son de este tipo, en cuanto a que son conjuntos globales cuyos elementos el niño
tiene que usar en conjunto y que corresponden a una situación muy precisa (de nuevo
enfoque socio-cultural de Vygotsky). La evolución hacia producciones más complejas y
con más significado, como hemos dicho anteriormente, se hace por diferenciación a
partir de oposiciones (“el valor de una palabra está constituido por las relaciones y las
diferencias con las demás palabras del idioma”).

Antes de los seis meses, se observan producciones sonoras que acompañan a


emociones. Al principio, todas esas vocalizaciones son reacciones circulares o
acompañamiento de las primeras formas de exploración motriz. Las primeras
diferenciaciones se harán a nivel de entonación, y la comprensión será en principio
afectiva (voz, entonación, gestos…).

Progresivamente, el niño irá cogiendo la iniciativa del diálogo, porque interioriza los
comportamientos de los demás, y pasará de un lenguaje emocional a un lenguaje
intencional con transmisión de información objetiva. Aunque en esta etapa el lenguaje
siga siendo fundamentalmente egocéntrico, lo que el niño pretende es comunicarse
con los demás; transmitirles sus necesidades, sentimientos o (si las tiene) ideas.

De esta forma las funciones del lenguaje poco a poco van evolucionando y
perfeccionándose en el niño, provocando un cambio importante, a veces incluso
radical, en su comportamiento: el lenguaje con sus posibilidades infinitas de
simbolización, de un nuevo mundo de exploración y experiencias sensibles…

➢ Desarrollo de la función semántica entre tres y seis años


El niño de tres años ha integrado la dimensión simbólica y comunicativa del lenguaje,
pero su aprendizaje lingüístico no se limita a eso. El lenguaje le irá acompañando en su
acción y participando en su desarrollo.

En esta edad, el vocabulario se va haciendo más preciso, las estructuras sintácticas se


acercan a las normas adultas, pero la función de intercambio de informaciones queda
todavía muy reducida. Según Piaget, el lenguaje del niño de tres a seis años es, al igual
que su pensamiento, fundamentalmente egocéntrico.

Una gran parte de la producción lingüística del niño se basa en él mismo, en sus
intereses y necesidades. Incluso cuando se habla de lenguaje “socializado” hay que
darse cuenta de que el niño, en un principio, no se comunica para intercambiar
“ideas”, sino para satisfacer impulsos, necesidades o para jugar. En esta etapa es
común que el niño diga todo aquello que se le pasa por la cabeza; esta actitud
posibilita el desarrollo intelectual, la adquisición de esquemas operatorios y se hace
indispensable para el equilibrio de su personalidad.

Otros aspectos característicos del lenguaje que van abriendo a los niños al grandioso
mundo semántico y del significado de las palabras, son las preguntas; especialmente,
el “por qué”. Tienen una gran necesidad interior de saber que sus preguntas (muchas
veces causadas por cuestiones inexplicables racionalmente, como por qué las cosas
son como son) tienen una respuesta. Y la gran mayoría de las veces les vale con saber
que la tienen, sin ni siquiera prestar atención a cuál es.

3. LA ORGANIZACIÓN MORFO-SINTÁCTICA
En el siguiente punto vamos a intentar entender cómo el niño, que ya controla sus
vocalizaciones y tiene integrado el mecanismo simbólico, va a poder asimilar todos los
matices de información morfosintáctica en su producción lingüística, para organizar
sus ideas y diferenciarlas.

Los mecanismos mediante los que el niño adquiere las estructuras morfo-sintácticas
son, principalmente, dos: la imitación (el niño utiliza las “unidades de oración”
aprendidas, recordadas como un todo) y la extensión analógica (a partir de ellas, usa
el lenguaje siguiendo las mismas pautas, lo que puede provocar errores “analógicos” -
el padre dice: he comido, el niño, por analogía: he rompido-).

De esta forma el niño llega a tener un sistema lingüístico propio que se adapta al del
adulto por un gradual desarrollo de las reglas. El progreso se basa en una serie de
hipótesis cada vez más adaptadas al modelo, en este caso, el que ofrecen los adultos al
niño (condicionado a su vez por el entorno socio-cultural). Diríamos entonces que el
niño induce una gramática a partir de lo común en la muestra de frases de los adultos.

También se ha observado que en la construcción de frases, los niños tienden a situar lo


esencial de su discurso en primer lugar. Esto constituye un fenómeno lógico, ya que es
por la calidad de palabra relevante por lo que se ha elegido como elemento primero en
el contenido del mensaje.

Pautas evolutivas
Las primeras palabras se suelen considerar como frases “holofrásticas”, es decir, a
cada “unidad” de pensamiento le corresponde una “unidad” de oración, sean palabras
o frases, que representa una idea única, más o menos compleja. Vuelvo a señalar que
estas frases primitivas no son abreviaciones del modelo adulto o una copia incompleta,
sino un fenómeno que resulta más bien de una sucesión progresiva de sistemas
estructurales diferentes del modelo adulto.

El orden en la evolución de las adquisiciones estructurales en el niño se desarrolla,


primero, desde el orden de la frase, seguido de las flexiones (variaciones dentro de
una misma palabra) y por último, añadiendo el uso de los nexos (preposiciones,
pronombres, etc.)

En los procesos de comprensión de una frase, se ha observado que el niño adquiere


progresivamente tres tipos de estrategias, que irá usando en función de la situación:

➢ Pragmática (contenido lexical y combinación más probable -como


cuando entendemos un idioma que no controlamos del todo por
palabras principales, dándole un significado global-).
➢ Posicional (orden y posiciones de las palabras).
➢ Morfo-sintáctica (modificaciones sintácticas significativas).
Sin embargo en el lenguaje espontáneo el niño no utiliza este tipo de estrategias, sino
que tiende a producir esquemas sencillos con modificaciones típicamente infantiles
para, como dijimos, darle más énfasis a una u otra palabra.

4. LA ORGANIZACIÓN PSICO-AFECTIVA
Es fundamental que determinemos la forma en que el lenguaje influye en la
personalidad e inteligencia del individuo, y como estas, a su vez, influyen en su
lenguaje. Como dice Piaget, “el lenguaje forma parte de la mente humana, está
estrechamente vinculado con el pensamiento y determina el desarrollo cognitivo y
afectivo del niño”.

La personalidad condiciona la aparición, el desarrollo, las estructuras y las posibles


perturbaciones del lenguaje. Desde los primeros meses de vida de un individuo entra
en juego la “función apetitiva”, que depende de la pulsión (deseos, motivaciones…)
relacional del niño, cuya fuerza es endógena (proviene del interior del niño, es
implícita a él) pero puede ser estimulada con el ambiente. El lenguaje, entonces, se
verá afectado por esta pulsión, variable en cada individuo.

Otro aspecto que tenemos que señalar y tener presente es toda la información
(personalidad, situación actual…) que nos puede dar la forma de hablar de un niño, su
intensidad, entonación, calidad de los mensajes, etc. Igualmente pasa en el discurso
del profesor; además de propio contenido del mensaje, estamos transmitiendo una
serie de características e información suplementaria, con nuestros gestos,
expresiones, “muletillas”... Tenemos que tener todo esto muy presente ya que
condiciona el aprendizaje, y modela de una determinada manera, a nuestros alumnos.
Mucha de esta información es de tipo no verbal, configurada por el tipo de
personalidad, los valores y usos culturales o nuestro estado de ánimo, entre otros. Es
importante que como profesores seamos conscientes de cuál es el mensaje que
estamos mandando con nuestra comunicación no verbal, tanto con nuestro tono de
voz, nuestro ritmo, los movimientos o la utilización del espacio. Con todo ello estamos
conformando y modelando a nuestros alumnos (Bandura).

El ambiente y los estímulos exteriores son partes fundamentales para la organización


de la actividad cerebral. Aunque esta esté preparada para funcionar, si no se estimula
se para o se hace de forma incorrecta. Es importante la cantidad y calidad de estos
estímulos, pero también el momento cronológico: el desarrollo en el cual su presencia
va a jugar un papel fundamental (“edad crítica”). En el documental de “El bebé
humano” que vimos en clase vimos un ejemplo de esta edad crítica para el aprendizaje
perfecto de varios idiomas, que solo podría enseñarse, y aprenderse, de forma
totalmente exitosa (con la distinción de todos los sonidos) antes de los 10 meses.
Chomsky también habla en su teoría sobre este periodo crítico.

Resumiendo, diremos que la influencia del medio será determinante en la evolución


general del niño y en su evolución lingüística, y se dará en dos niveles: a nivel
puramente lingüístico (riqueza de los modelos) y a nivel afectivo
(calidad/cantidad/momento de la motivación de la estimulación de los padres).
El lenguaje influye en el niño proporcionándole todo un nuevo sistema que le
permitirá construir esquemas cognitivos, recibir informaciones, vivir sus relaciones
afectivas y construir su personalidad. El niño posee un valioso instrumento de acción
sobre los demás, que a su vez, actúa sobre él mismo. Es decir, en la expresión
lingüística con otros el niño se descubre a sí mismo, aunque el receptor no emita más
que silencio. De esta forma, el lenguaje se constituye como una vía de intercambio
entre el medio y el individuo, entre el otro y el yo y entre los diversos componentes de
la personalidad.

ETAPAS EN EL DESARROLLO DE LA COMUNICACIÓN Y EL LENGUAJE


Edad Pragmática Semántica Morfo-sintaxis Fonética y fonología
Primer Adquiere los mecanismos Se interesa por el Identifica voces
año básicos de la comunicación entorno inmediato e familiares.
a un nivel no verbal: interpreta expresiones Vocalizaciones.
– Reacciona a la voz de la cara del adulto. Reduplicaciones
humana e identifica voces Comprende: silábicas.
familiares. – Palabras y expresiones. Repite palabras.
– Presta atención a la cara – Órdenes sencillas y
del adulto. situaciones familiares.
Emplea diferentes recursos Puede utilizar dos o tres
para comunicar: palabras aunque muy
– Jerga. generalizadas, por
– Señalar con el dedo. ejemplo: agua para
– Sí/no corporal. referirse a todos los
– Usa gestos naturales. líquidos.
12-24 Usa el lenguaje para: Conoce y nombra Primeras Habla infantil:
meses – Realizar peticiones. objetos y acciones de la palabras. estrategias de
– Expresar deseos y vida diaria. Etapa de la aproximación a las
rechazos. Cada día va palabra-frase. palabras.
– Nombrar objetos. incorporando palabras Posteriormente
– Compartir situaciones. nuevas. comienza a unir
Las palabras de uso dos palabras.
múltiple van Incorpora
desapareciendo. negación y
pregunta.
Sintaxis propia
(ausencia de
nexos, de
concordancia...).
24-36 Gran interés por el Comprende situaciones y Oraciones de tres Cada vez se le va
meses lenguaje, pregunta por el órdenes más complejas elementos. entendiendo mejor,
nombre y el porqué de las que implican relaciones Emplea oraciones aunque todavía pueden
cosas. entre objetos u acciones. simples. darse errores propios
Se inicia en el relato de Comprende adjetivos Comprende y del habla infantil como
Acontecimientos sencillos expresa oraciones por ejemplo:
personales. (grande/pequeño). interrogativas – Dificultades con la /d/,
Comprende usos de los (qué, quién, de la /θ/ y la /s/ y con la /r/
objetos. quién, dónde, por y la /r/.
Continúa ampliando su qué, para qué) y
vocabulario día a día. afirmativas.
Uso de los
artículos,
marcadores de
plural
(-s y -es) y
pronombres.
Se inicia en el uso
de oraciones
coordinadas
sencillas.
36-72 Se afianza el uso del Avances significativos en Utiliza una Pueden persistir errores
meses lenguaje. cuanto a la gramática más en la pronunciación de
– Acompaña de lenguaje a comprensión: compleja: la /r/.
la acción en el juego. – Oraciones que – Conjugación
– Realiza narraciones más impliquen negación. verbal: uso
Complejas. – Contrarios, adecuado de los
– Su discurso es más adivinanzas, absurdos distintos tiempos
organizado. sencillos, bromas. y modos.
– Comienza a hacer Aumento de vocabulario – Concordancias
Descripciones. comprensivo y de género
– Relata con detalle expresivo. y número
cuentos escuchados. – Emplea
– Le gusta jugar con el oraciones
lenguaje e inventarse subordinadas
historias.

5. LOS TRASTORNOS DEL LENGUAJE EN PREESCOLAR


Existen barreras en la comunicación. Hay circunstancias que dificultan la comunicación,
como el ruido o la redundancia, pero en otras ocasiones esas barreras están en el
emisor o el receptor. Esto tiene importantes implicaciones pedagógicas y didácticas y
tenemos que ser conscientes de ellas. Vamos a pasar a ver algunos de los trastornos
más comunes del lenguaje.

Un trastorno importante del lenguaje o del habla modifica sustancialmente la


interacción entre el niño y el medio que le rodea, y que puede provocar alteraciones
en la actitud de este último o en su manera de expresarse. Entre las causas a las que se
atribuyen los trastornos del lenguaje distinguimos aquellas exógenas (exteriores al
sujeto) y endógenas (del propio sujeto).
Tenemos que tener en cuenta que un concepto como el de retraso del lenguaje deriva
de una interpretación cuantitativa, basada en frecuencias estadísticas de aparición de
determinadas pautas del desarrollo. De igual forma, tenemos que tener presente la
gran variabilidad del desarrollo normal de la expresión oral en los 3 y 4 primeros años.

TRASTORNOS DEL LENGUAJE

❖ Desfase cronológico del conjunto de los aspectos del lenguaje en un niño


que no presenta alteraciones evidenciables ni a nivel mental, ni sensorial, ni
motor, ni relacional.
RETRASO
-Comprensión superior a la expresión.
SIMPLE DEL
-Ligero retraso psicomotor, en la expresión gráfica y en el establecimiento
LENGUAJE de la dominancia lateral.
-Detrimento del uso instrumental del lenguaje por una utilización más
lúdica e imaginativa.
-Aparición de las primeras palabras después de los dos años, dificultades
fonéticas, vocabulario limitado.

Causas
o Exógenas: Insuficiente estimulación familiar, escaso nivel socio-
cultural, bilingüismo mal integrado.
o Endógenas: Déficits de origen hereditario, tipo de trastorno
instrumental…

❖ Déficit que añade al retraso cronológico importantes dificultades


específicas para la estructuración del lenguaje, produciendo así conductas
anómalas, que modifican los procesos normales de adquisición.
DISFASIA
-Permanencia de la ecolalia antes de contestar.
INFANTIL
-Dificultad para manejar pronombres.
CONGÉNITA -Dificultad para recordar enunciado largos.
-Acompañado de dificultades a nivel instrumental y frecuentes trastornos
de conducta.
-Los niños necesitan de una reeducación logopédica que acelere su
evolución espontánea.

Causa: No se ha podido determinar su naturaleza concreta,


pero parece ser endógena.
❖ Síndrome poco frecuente referido al niño que no desarrolla el lenguaje oral
o que presenta una expresión limitada a unas cuantas palabras pasado ya
el período principal de adquisición, sin que dicha ausencia se pueda explicar
por razones auditivas, intelectuales, motrices, conductuales o lesionales.

o Audiomudez: Cuando existe comprensión verbal, aunque


AFASIA
retrasada.
INFANTIL o Sordera verbal: Cuando las dificultades de comprensión son
CONGÉNITA casi tan importantes como las de expresión.

-Acompaña un cuadro de retraso intelectual, alteraciones instrumentales y


conductuales.
-Suele evolucionar hacia un cuadro de disfasia.
-Su escolaridad necesita de un gran apoyo.

Papel del educador: Es importante llevar la situación desde la


perspectiva de la reeducación. Es importante exigir en el nivel
exacto de posibilidades del niño y apoyar nuestra
comunicación con todo tipo de ayudas (gestos, mímica…)

Causa: Endógena.

❖ Pérdida total o parcial del lenguaje en niños menores de 10 años, por culpa
AFASIA
de una lesión cerebral adquirida que afecta a áreas relacionadas con algún
INFANTIL aspecto del lenguaje.
ADQUIRIDA
-Presenta (casi siempre) un proceso rápido de recuperación espontánea
post-lesional, sobre todo si ocurre antes de los 5 años.
-Cuanto más mayor es el niño en el momento de la lesión, más lenta será la
recuperación y peor serán las secuelas.

TRASTORNOS DE LA VOZ Y DEL HABLA

❖ Alteración de la voz, habitualmente ligada al uso incorrecto de la misma, a


una respiración insuficiente o mal coordinada con la fonación.

DISFONÍA -Suele combinar factores anatómicos y factores funcionales.


-Se puede traducir en una voz ronca, grave, con altibajos en el tono, o
sorda, atonal, de escasa potencia.
-Una variante es la rinofonía (tono “gangoso” a la voz del niño), que suele
estar acompañada de rinolalia.
-Exige una exploración foniátrica que deberá determinar si el niño necesita
una intervención médica o logopédica, pero en general, se logran notables
mejoras.
Papel del educador: Aconsejar a las familias, dando un modelo de
fonación, evitar los gritos en clase y crear un ambiente acústico.

❖ Trastorno funcional permanente de la emisión de un fonema sin que exista


causa sensorial ni motriz a dicho fenómeno, en un niño mayor de 4ª años.

Tipos: por omisión (el niño omite el fonema), por sustitución (sustituye
el fonema por otro) y por distorsión (ruido que no pertenece al sistema
fonético del idioma).
DISLALIA
Causas:
-Aspectos perceptivos: El niño sigue con una percepción global del
habla.
-Dificultades psico-motrices para la coordinación de los movimientos
finos y rápidos que requiere la realización del habla.

-La mayoría de las dislalias se superan con el tiempo y se encuentran con


relativa frecuencia en adultos.
- Con reeducación, el pronóstico es totalmente positivo.

❖ Dificultades fonológicas, es decir, aquellas que afectan a la pronunciación


de palabras y frases a pesar de una correcta pronunciación de fonemas y
sílabas aislados, después de los cuatro años.
INMADUREZ
Características
ARTICULATO
-Omisiones de fonemas o de sílabas enteras.
RIA -Confusiones y sustituciones de fonemas.
-Duplicaciones de sílabas.
-Inversiones silábicas.
-La ordenación y diferenciación planta dificultades al niño dentro de las
palabras.

-Es importante tener presente las connotaciones afectivas que tiene el


habla.
-Suele tener un pronóstico positivo.
❖ Perturbación de la pronunciación de un fonema por causa motriz.

DISARTRIA -El niño no puede realizar correctamente el movimiento requerido por el


fonema.
-Debe ser supervisada por un médico foniatra que orientará su
tratamiento.
- El educador deberá evitar que este defecto altere la integración social del
niño.

❖ Forma precipitada y rápida de hablar, en el que se observan las omisiones


TAQUILALIA
de fonemas y sílabas.
o
TAQUIFEMIA -Descoordinación respiratoria, que provoca bloqueos y repeticiones.

-El niño es poco consciente de su forma de hablar y es capaz de controlarse


si se lo propone.
-Tienen un buen desarrollo lingüístico y un comportamiento impulsivo.

❖ Perturbación del habla y de la comunicación social caracterizada por


una descoordinación de los movimientos fono-articulatorios y la
presencia de espasmos musculares en distintos puntos de la cadena
productora del habla.
TARTAMUDE
-La intensidad de los síntomas es muy variable y suelen aparecer entre los
Z o 3 y 4 años de edad, y suele aumentar en la edad adulta.
DISFEMIA
-Síntomas ligados a la personalidad.

Causas
o Dificultad funcional inicial.
o Trastorno afectivo y relacional que se centra en el lenguaje por
su función simbólica.
Tipos: Tónica (bloqueos iniciales, fuertes espasmos), clónica (espasmos
leves pero repetidos) y mixta (combina ambos casos).

- En terapia se suelen conseguir con frecuencia buenos resultados,


aunque en su reeducación es un trastorno que presenta numerosos
fracasos.

TRASTORNOS DEL LENGUAJE Y LA COMUNICACIÓN NO ESPECÍFICOS:

Los trastornos afectivos en el niño pueden perturbar la comunicación y el lenguaje. Las


formas más frecuentes son: Mutismo, laconismo y el lenguaje regresivo. Estos
trastornos afectivos pueden ser debidos a:

- Frustraciones precoces.
- Alteraciones de las primeras relaciones.
- Regresiones
- Traumas psíquicos
- Estructuración de tipo autista.
En estos casos es muy interesante para la maestra conocer mejor el ambiente familiar
que rodea al niño, para así dar mejor explicación a los comportamientos de su alumno.
Como profesores, tenemos que tratar de crear situaciones de aula en las que nuestros
alumnos se sientan queridos y valorados, en un ambiente de confianza y seguridad.

CONDUCTA DEL MAESTRO FRENTE A LOS NIÑOS CON


TRASTORNOS DE LENGUAJE
El maestro debe proporcionar a los niños en general las situaciones y los elementos que les
permitan construir normalmente su aprendizaje.

-Hablar con los padres y ver si solo pasa en el colegio o en casa también.
El niño no habla
-Asegurarnos de que el niño oye bien y tratar de comunicarnos, de
nada o muy poco cualquier forma, con él. En un primer momento, hablarle y no exigirle
respuesta. Lo que nos interesa y tenemos que conseguir es que llegue un
y presenta un
momento en el que el niño reaccione de alguna manera (gesto, sonido…)
comportamiento -Camino largo, con frecuentes regresiones.
-Apoyarnos en los temas de su interés.
de inadaptación
-Podemos intentar favorecer situaciones de relación con compañeros con
los que se sientan seguros.

El niño habla
-Lo importante es que esto no provoque el niño deje de hablar.
mucho pero no se
-Por ello, tenemos que intentar hacer “como si” entendiésemos el
le entiende nada mensaje, o tratar de averiguarlo por los gestos, contexto…
-Hablar con la madre nos puede dar pistas sobre los temas más usuales de
(inmadurez
su hijo o las palabras a las que más recurre para hablar.
articulatoria)

-No debemos interrumpir al niño en su comunicación, sino repetir la


El niño habla
fórmula correctamente después que haya terminado (feed-back
bastante bien correctivo).
-Hay que tener presente que ciertas creaciones originales constituyen
pero comete ajustes progresivos a la fórmula correcta, y son un paso necesario.
incorrecciones

-No debemos llamar la atención del niño delante de todos los compañeros,
El niño presenta sino tratar de ayudarle en momentos individuales.
dislalia -Es importante no hacer de esa situación algo negativo para el niño y tratar
de normalizarla, dentro de lo posible.

-Crear un clima de confianza y comprensión. Hay que vivir la situación con


En caso de normalidad.
tartamudez -No debemos poner al niño en situaciones que sabemos que difícilmente
va a superar y que serán un mal trago para él.
-Son buenos ejercicios de psicomotricidad o canciones.

En caso de
-Tenemos que hacer consciente al niño de sus realizaciones fonéticas y
taquilalia estéticas.
-Es bueno mandarle tareas, hacerle hablar en público, dramatizar.
-Son buenos los ejercicios de psicomotricidad.

-Proporcionar al niño el mayor número de situaciones de diálogo (y


En los casos de variadas).
retraso del -Crear situaciones de comunicación conjuntas: mirar juntos imágenes y
comentarlas, juegos de simulación de la vida cotidiana… (Enfoque
lenguaje pragmático: Brunner, formato de acción conjunta).
-Durante actividades colectivas, situarles en posiciones “clave” que
favorezcan su participación y expresión.

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