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La cual creo a dos niños similares a tales luces, uno de ellos era niño,
sus cabellos eran rubios, y su sonrisa cálida como el sol, se le fue nombrado
Arhon. Y el otro, era una niña, sus ojos eran oscuros como la noche, y su piel
blanquita y brillante como la luna, y se llamó asha.
El sol, la luna y el cielo se sorprendieron al ver estos seres y aún más
porque estaban inmóviles, parecía faltarles vida, el sol y la luna se acercaron y
con su luz le dieron aliento de vida. Estos niños no se crearon por casualidad,
tenían una misión, un propósito, estaban hechos con inteligencia, diseñados
correctamente perfectos, así eran. El cielo sabia cada detalle, y decidió hablar
con ellos: Niños! Sí, ustedes, fueron escogidos, con un motivo, para que la
tierra ya no este desordenada, fueron llamados a organizar y darle vida a todo
a su alrededor, tiene el poder de tomar la luz y crear otros seres como
ustedes, multiplicarse a tal punto de poblar toda la tierra.
Les digo, este es un lugar inmenso, desde allí solo pueden ver un poco
de ella. Juntos se encargan de dar vida a este lugar, con sabiduría e
inteligencia crearan grandes cosas, pero cada idea debe ser aprobada por mí.
Confió de lo que están hechos, pues han sido escogido. Entre la emoción que
sentía dentro de ellos asha sin querer se tropezó, y de ella comenzó a salir
lagrimas; el cielo lo noto, y se preguntó ¿Qué son esas gotas liquidas que
emanan de sus ojos? Las tomo, se lo dio a las nubes y de allí se creó la lluvia.
Era impresionante pues al momento que empezó a llover, de la tierra comenzó
a brotar unas extrañas cosas verdes, a las cuales el cielo, y los niños,
nombraron como flores, plantas, y árboles, que cada día, crecían y crecían
hasta que de ellos comenzó a salir frutos.
De esta manera poco a poco, día tras día, fueron creando toda la tierra,
dándole forma a todo lo que conocemos. Crecieron cada vez más hasta que
fueron capaces de multiplicarse, y de habitar y poblar las maravillas del mundo.
Este cuento ha
acabado
FIN