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LEUCEMIA

La leucemia es un cáncer del tejido hematopoyético (encargado de


formar la sangre), como la médula ósea. Los tipos de leucemia se
agrupan según el tipo de célula afectada y la velocidad de crecimiento
celular. La leucemia puede ser aguda o crónica.

Hay numerosos tipos diferentes de leucemia. Algunas son de crecimiento


rápido y agresivas, mientras que otras son de progresión más lenta. Las
leucemias también se clasifican en función del tipo de célula sanguínea
afectada. Los tipos más frecuentes de leucemia son:

- Una leucemia aguda consiste en un crecimiento excesivo de células


sanguíneas muy inmaduras, también denominadas blastos. Esta
enfermedad es potencialmente mortal porque no hay suficientes células
sanguíneas maduras para prevenir la aparición de anemia, infecciones y
hemorragias. El diagnóstico de leucemia aguda se establece cuando hay
un 20% o más de blastos en la médula ósea. La leucemia linfoblástica
aguda (LLA) es más frecuente en la infancia y al comienzo de la edad
adulta, aunque también se diagnostica en adultos de 30 años de edad en
adelante. La leucemia mieloide aguda (LMA) es más habitual en adultos. 

- Una leucemia crónica consiste en un crecimiento excesivo de células


sanguíneas maduras. Habitualmente, las personas con leucemia crónica
tienen suficientes células sanguíneas maduras para prevenir la aparición
de hemorragias e infecciones graves. La leucemia crónica es más
frecuente en personas de entre 40 y 70 años y es rara en personas más
jóvenes. 

- Un síndrome mielodisplásico (SMD) es una enfermedad en la que la


médula ósea no funciona con normalidad y no produce suficientes
células sanguíneas normales. Las células afectadas son glóbulos
blancos (leucocitos), glóbulos rojos (eritrocitos) y plaquetas. Algunos
casos de SMD evolucionan a una leucemia aguda con el tiempo. Los
SMD aparecen más a menudo en pacientes que están próximos al
séptimo y octavo decenios de vida.

Cuando el médico intente descartar tipos específicos de leucemia,


analizará el número y aspecto de los cromosomas, las características de
la superficie de las células de la médula ósea y el aspecto de estas
células al microscopio.

Síntomas de la leucemia.
Los diferentes tipos de leucemia comparten algunos síntomas comunes,
tales como:

   • Fiebre

   • Cansancio persistente o sensación de debilidad

   • Pérdida de apetito

   • Pérdida de peso involuntaria

   • Formación fácil de hematomas o hemorragias

   • Dificultad respiratoria

   • Petequias (diminutas manchas rojas bajo la piel causadas por


hemorragia)

Los síntomas de la leucemia linfoblástica aguda también pueden incluir


la presencia de bultos indoloros debajo de la piel de las ingles, axilas o
cuello, así como dolor debajo de las costillas.

Tratamiento de la leucemia.
El tratamiento más eficaz contra la leucemia es la quimioterapia, que
puede consistir en uno solo o en una combinación de fármacos
anticancerosos que destruyen las células cancerosas. Tipos específicos
de leucemia se tratan en ocasiones con radioterapia o tratamiento
biológico.

Cada tipo de leucemia es sensible a distintas combinaciones de


quimioterapia. Los medicamentos y la duración del tratamiento varían de
una persona a otra. La duración del tratamiento suele oscilar entre uno y
dos años.

1- QUIMIOTERAPIA

El tratamiento puede consistir en diferentes quimioterápicos y


tratamientos biológicos. El objetivo a corto plazo es la remisión completa
(RC). Una remisión completa supone que la médula ósea tiene
menos de un 5% de blastos, que el recuento absoluto de neutrófilos es
superior a 1.000 y que el recuento de plaquetas es superior a 100.000. El
objetivo a largo plazo es una situación sin enfermedad prolongada y la
curación.

Un ciclo es el período que transcurre entre el comienzo de la


quimioterapia y el momento en que se normalizan los recuentos de
células en la sangre y la médula ósea o en que el paciente puede recibir
más tratamiento. En algunos casos solo se destruyen las células
leucémicas de la sangre y no las de la médula ósea durante el primer
ciclo de quimioterapia. En estos casos, puede ser necesario un segundo
ciclo.

Cuando la leucemia no responde a uno o dos ciclos de tratamiento,


puede utilizarse un régimen farmacológico diferente para lograr la
remisión. También puede usarse un régimen farmacológico diferente
cuando se produce una recidiva.

Un plan de tratamiento específico se denomina protocolo. Cada


protocolo se designa habitualmente con letras, de modo que cada letra
significa un fármaco concreto. Un protocolo puede considerarse un
tratamiento convencional o experimental. El médico le explicará las
ventajas y los inconvenientes de cada tipo concreto de tratamiento.

Una vez que se determine el protocolo, recibirá información más concreta


acerca de los fármacos que se utilizarán para tratar la leucemia.
Los efectos secundarios habituales de la mayoría de los
quimioterápicos comprenden caída del cabello, náuseas y vómitos,
reducción de los recuentos de células sanguíneas e infecciones.

2- RADIOTERAPIA

La radioterapia se emplea junto con la quimioterapia en algunos tipos de


leucemia. La radioterapia utiliza radiación de alta energía para dañar las
células cancerosas y detener su crecimiento. La radiación procede de
una máquina de grandes dimensiones.

En pacientes con leucemia, la radioterapia puede administrarse de dos


formas. En algunos casos, el médico dirige la radiación a una zona
concreta del organismo en la que existe un conjunto de células
leucémicas, como el bazo o los testículos. Otros pacientes reciben
radiación dirigida a todo el organismo. Se trata de una irradiación
corporal total. Este tipo de radioterapia suele administrarse antes de un
trasplante de células madre.

3- TRATAMIENTO BIOLÓGICO

A veces se emplea tratamiento biológico para tratar la leucemia. Los


tratamientos biológicos incluyen factores de crecimiento, interleucinas,
anticuerpos monoclonales, etc. Algunos pacientes reciben únicamente
tratamiento biológico, mientras que otros también reciben quimioterapia
al mismo tiempo. Recibirá información más detallada sobre el tratamiento
biológico en caso de que se utilice como tratamiento de su tipo de
leucemia.
4- CIRUGÍA

Una esplenectomía es la extirpación quirúrgica del bazo. El bazo se


encuentra ubicado en el abdomen, en el lado izquierdo. Actúa como un
sistema de filtración de las células sanguíneas. Cuando un paciente tiene
una leucemia crónica, el bazo tiende a acumular células leucémicas,
plaquetas transfundidas y eritrocitos. A menudo, el bazo aumenta de
tamaño como consecuencia de la acumulación de estas células. Este
hecho dificulta que la quimioterapia reduzca la cantidad de células
enfermas. Cuando no se extirpa el bazo, a veces crece tanto que causa
dificultades para respirar y comprime otros órganos. En tal caso, puede
ser necesaria una esplenectomía.

5- TRASPLANTE DE CÉLULAS MADRE

El trasplante de células madre (TCM) es una forma de tratamiento de


los pacientes con leucemia. Este tipo de tratamiento se denominaba
anteriormente “trasplante de médula ósea”. Consiste en destruir las
células leucémicas de la médula ósea con dosis altas de quimioterapia y,
en algunos casos, radioterapia. Dado que la quimioterapia en dosis altas
daña gravemente la capacidad de la médula ósea para producir células,
se administran células madre sanas por vía intravenosa para estimular el
crecimiento de nueva médula ósea.

Hay dos tipos de trasplante de células madre:

   • El auto-TCM consiste en la infusión de sus propias células sanas de


la médula ósea. Es posible que el médico le proponga almacenar parte
de su médula ósea mientras se encuentre en remisión para realizar un
autotrasplante.

   • El alo-TCM consiste en la infusión de células procedentes de un


donante compatible con usted. Estas células pueden obtenerse a partir
de la médula ósea de un donante o de células madre. Pueden usarse
células madre adultas o células madres de cordón umbilical para el
trasplante.

Al igual que otros tratamientos contra la leucemia, el TCM es muy


individualizado. Diferentes factores ayudarán al médico a decidir el
tratamiento específico a utilizar, entre ellos, el tipo de leucemia que
tenga, la respuesta previa a la quimioterapia, la disponibilidad de células
madre para reposición, su edad y el estado de la leucemia.

 Causas de la leucemia.
Aún se desconoce la causa concreta de la leucemia. Los científicos
sospechan que pueden intervenir factores virales, genéticos, ambientales
o inmunológicos:

   • Algunos virus causan leucemia en animales, mientras que, en los


seres humanos, los virus solo provocan un tipo raro de leucemia. Aun
cuando intervenga un virus, la leucemia no es contagiosa. No puede
transmitirse de una persona a otra. No hay una mayor incidencia de
leucemia en personas tales como amigos, familiares y cuidadores que
estén en contacto estrecho con pacientes con leucemia.

   • Podría haber una predisposición genética a la leucemia. Hay


familias excepcionales en las que personas nacidas con daños
cromosómicos tienen genes que aumentan la probabilidad de padecer
leucemia.

   • Ciertos factores ambientales, como radioterapia en dosis altas y


exposición a determinadas sustancias químicas tóxicas, se han
relacionado directamente con la leucemia. No obstante, esto solo es
aplicable en casos extremos, como supervivientes de las bombas
atómicas de Nagasaki e Hiroshima o trabajadores industriales expuestos
al benceno. Se piensa que la exposición a los rayos X habituales, como
las radiografías de tórax, no es peligrosa.

   • Las personas con deficiencias del sistema inmunitario parecen


correr un mayor riesgo de cáncer como consecuencia de una
disminución de la capacidad del organismo de hacer frente a las células
extrañas. Hay pruebas de que los pacientes tratados por otros tipos de
cáncer con ciertos tipos de quimioterapia o radioterapia en dosis altas
pueden sufrir posteriormente una leucemia.

Todos estos factores podrían explicar por qué se desarrollan leucemias


en un pequeño número de personas. Sin embargo, en la mayoría de los
casos, se desconoce la causa de la leucemia.

 Diagnóstico de la leucemia.
El diagnóstico de leucemia se basa en los resultados de análisis de
sangre y médula ósea, como un aspirado y biopsia de médula ósea.

   • Aspirado de médula ósea: antes de introducir la aguja de aspirado


de médula ósea, se anestesia el lugar de aspirado. Durante este
procedimiento se extrae una muestra de células de la médula ósea a
partir del hueso de la cadera con una aguja. La mayoría de las personas
notan presión conforme se introduce la aguja y unos segundos de dolor
agudo cuando se extrae el líquido de la médula ósea.
   • Biopsia de médula ósea: en una biopsia de médula ósea se extirpa
un trocito de hueso. Una biopsia es algo más dolorosa, pero solo durante
el procedimiento.

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