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Ensayo Ética y Corrupción
Ensayo Ética y Corrupción
La corrupción descrita por José Rubio (2009) refiere que la misma vaya más allá del abuso de un
cargo público para beneficio privado; se recalca un quebrantamiento ético-democrático cuya
obligación moral sería, en tal, caso dimitir del cargo público. Aquí entra en juego la importancia
de una educación en valores. Desde el hogar, se deben formar seres humanos capaces de
distinguir conductas inmorales que promuevan un retroceso en el desarrollo, tanto propio como
de una sociedad. Al impulsar dicha educación, se crean actores sociales capaces de mantener una
correcta conducta frente a incitaciones ilícitas; así como capaces de exigir sus derechos ante las
injusticias.
Pero ¿qué sucede cuando prevalece el deseo de poder frente a las correctas conductas morales?
Se subordina entonces el interés público o bien común frente a los intereses particulares. Ahí
nace el concepto de Partidocracia. Existen partidos políticos que promulgan falsas promesas,
engañan al pueblo, manteniendo en alto su fiel ideología de un naturalismo político: todo se vale
para conseguir su único objetivo. [ CITATION Jos09 \l 12298 ]. Recae nuevamente la
responsabilidad en el pueblo, la ciudadanía debe educarse con el fin de abandonar ese
analfabetismo político. Tenemos la democracia que merecemos, la misma que se verá vinculada
siempre con nuestro desarrollo civil-político. Así pues, se debe exigir la libertad para elegir, para
impulsar nuevos partidos independientes del gobierno. Pues no es cuestión de conformarse con
lo que se tiene, sino de ir más allá al formar parte de la solución.
En definitiva, considero que la principal arma contra la corrupción será una sociedad educada
civil y políticamente, de modo que promulgue la voluntad general, lograda tras el debate y la
deliberación libre. Tal como describe José Rubio (2009) esta educación impulsará a una
“ciudadanía activa, vigilante y exigente”; aquella sociedad que ya no reelige a políticos
condenados, que denuncia y mantiene una persecución fiscal-judicial. Debido a la naturaleza
humana, la corrupción no podrá eliminarse totalmente, pero es importante establecer límites
tolerables para una democracia digna de ese nombre. Así pues, está en nuestras manos luchar
contra la corrupción para lograr una sólida cultura democrática. Solo de esta manera, lograremos
impulsar el desarrollo de nuestro país en ámbitos como la salud, alimentación, infraestructuras o
educación; promulgando realmente, para todo el pueblo, el concepto del buen vivir.
BIBLIOGRAFÍA
Rubio, J. (2009). Ética y corrupción política. En J. Rubio, Ética del siglo XXI (págs. 137-157).
Madrid: Proteus.