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DISPLACIA Y ARMONIA DE LA MANDIBULA

Para dar introducción al presente hay que saber que las principales dificultades de
colocación en los dientes no son una problema meramente estético, sino que pueden
alterar el juego que realizan los huesos de la mandíbula, un trastorno común y
corregible en niños que se conoce como falta de armonía mandibular; cabe destacar
que la mayor parte de la población tiene problemas de colocación en los dientes,
causados por muy diversas causas, la cuestión es que esta mala alineación de las
piezas dentales puede provocar efectos anómalos en la acción que realizan los huesos
de la mandíbula en todos sus movimientos, dichas alteraciones son lo que conocemos
en nuestra profesión como problemas de mordida.

Entrando en contexto y desarrollo vemos que, en el caso de los infantes, hay tres
causas principales que los provocan como por ejemplo tenemos el chuparse el dedo
pulgar, este es un hábito frecuente que si se mantiene después de los seis o siete años
de edad, puede desembocar en una mordida abierta anterior, en segundo lugar
encontramos el proyectar la lengua entre los dientes al tragar, esta fuerza con el tiempo
separa los dientes y los tuerce provocando mordida abierta anterior, por otro lado está
el respirar por la boca, dicho tipo de respiración no permite que el maxilar superior se
desarrolle con normalidad y genera problemas de mala oclusión dental, personalmente
opino que si estos problemas no se corrigen a tiempo, pueden afectar a la posición de
los dientes, que aparecerán amontonados y desalineados, además de impedir el
desarrollo normal de los huesos de la cara, específicamente en la mandíbula.

Ahora bien, las alteraciones en la mordida son distintas en función de la desviación de


los maxilares, de lo anteriormente mencionado podría decir que la mordida abierta es
muy frecuente, en ella los dientes superiores no llegan a superponer a los inferiores
mientras que en la sobremordida los dientes superiores solapan de manera excesiva a
los inferiores, por último la submordida presenta el efecto inverso, es decir que la
mandíbula y los dientes inferiores sobresalen al maxilar y los dientes superiores; pienso
que en algunas ocasiones la mordida abierta se corrige de forma espontáneamente, al
contrario de otras donde se requiere de tratamiento de ortodoncia de igual forma que la
sobremordida y la submordida por esta razón mediante la especialidad de la ortodoncia
se corrige la posición de los dientes y el desarrollo de los huesos de la cara y se
distribuyen de forma armónica las fuerzas, eliminando la tensión sobre los dientes, la
mandíbula y los músculos, evitando los traumatismos dentales, el desgaste prematuro
por la irregular distribución de las fuerzas, las caries, las enfermedades de las encías y
por los problemas de higiene que conllevan la desalineación de los dientes.

En cuanto al artículo de investigación observamos que se utiliza un procedimiento


sencillo por el cual la gravedad o el grado de displasia de la mandíbula anteroposterior
se pueden medir en una película lateral de la cabeza cefalométrica, dicha técnica
implica dibujar perpendiculares desde los puntos A y B en el maxilar y la mandíbula,
respectivamente, en el plano oclusal donde los puntos de contacto de los
perpendiculares en el plano oclusal están etiquetados como AO y BO, respectivamente;
posteriormente en una muestra de veintiún adultos varones y veinticinco mujeres
adultas seleccionadas en base a la excelencia de la oclusión, se encontró, en promedio
que en las mujeres los puntos AO y BO coincidían y en los hombres el punto BO se
ubicó 1 mm antes del punto AO, además en las displasias de la mandíbula skeltal clase
II, el punto BO se ubicaría muy por detrás del punto AO mientras que en las
desarmonías de la mandíbula skeltal clase III, la lectura sería negativa, es decir, con el
punto BO por delante del punto AO.

En conclusión, como futuros profesionales de la salud y si decidimos especializarnos en


una rama especifica de la odontología debemos saber que el uso de ortodoncia es el
único tratamiento eficaz a largo plazo en todos los casos de problemas de mordida en
niños ya que se logra una correcta posición de los dientes y los huesos de la cara para
distribuir de forma armónica las fuerzas mandibulares.

Finalmente, el acudir a las revisiones dentales desde el primer año de vida permitirá
detectar de forma temprana estos defectos de mordida y aplicar un tratamiento
oportuno en el momento en que el especialista lo considere necesario.

BIBLIOGRAFÍA
Jacobson, A. (2003). The “Wits” appraisal of jaw disharmony. South Africa: University of
the Witwatersrand, Johannesburg.

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