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LA REPÚBLICA DE PLATÓN1

El texto inicia con un diálogo entre Platón y el anciano Céfalo. Una entre las tantas cosas
que posee el antiguo mundo griego es la riqueza de significados de sus nombres, están
cargados de mucha insinuación, por eso pienso que no es ocasional que el diálogo se
introduzca con un hombre cuyo nombre se relaciona con dirigir, orientar (cabeza). El
nombre parece insinuar la influencia del mencionado senil sobre los jóvenes con los cuales
se desarrollará el diálogo, posteriormente; es como una forma de dejar notar que los
jóvenes admiran el proceder de aquel, o mejor, que la forma de vida de aquel hombre
anciano ha influenciado e influido fuertemente a los jóvenes y su forma de ver la vida. La
defensa posterior que hacen estos de la injusticia parece no solo defender ideas, sino, y
sobretodo, personas. La confrontación que hace Sócrates los incomoda porque es como
desafiar o destruir imágenes establecidas como modelos.
Pienso que este es uno de los temas que se puede encontrar en la primera parte del
diálogo: ¿por qué vale la pena ser justo, aunque parezca que los injustos son más
prósperos y alabados? La postura de los jóvenes es interesante, leyendo su postura me
perece estar leyendo al autor del Leviatán, Thomas Hobbes. Es innegable los puntos de
convergencia con este pensador moderno, sobretodo en la consideración que hacen de la
naturaleza humana, no hay la más mínima consideración de bondad hacia el hombre, por
lo tanto la ley, y por ende la justicia, que regula la sana convivencia, no existe porque el
hombre tienda a ella como regla de vida por su condición racional, sino porque necesita
protegerse de los demás. Pero también resulta interesante la forma como argumentan
que las leyes que parecen justas tienen una carga de interés muy fuerte, están hechas
para beneficiar a un grupo, y cuando este grupo se ve amenazado las puede modificar. No
soy sofista, pero podríamos decir que estas consideraciones tienen mucha actualidad.
Alguna vez decía alguien que se murió Hitler pero no el pensamiento nazista, murieron los
sofistas pero no sus ideas.
Es aquí donde entra el discurso y la puesta en acción de aquel principio proclamado por
Sócrates, el hombre sabio es bueno, el ignorante es malvado. Según el planteamiento de
los jóvenes, el injusto acomoda las leyes para que sus injusticias no parezcan tales, antes
bien, logra que muchos lo alaban aun sabiendo la forma deshonesta como ha conseguido
su riqueza. La forma como Sócrates desafía este planteamiento es proponiendo que el
injusto actúa por principios equívocos; los que obran de esta manera siempre están en
condición de ataque, necesitan sentir que vencen, que poseen ventaja sobre otros, no
están contentos con los que son; es interesante la forma como el autor describe la actitud
de Trasímaco al sentirse confrontado, de forma muy dramática afirma: “Trasímaco hizo
una cosa que nunca había hecho, su cara enrojecía” como insinuando que este encarnaba
al injusto que está batallando incluso consigo mismo, como lo describía Sócrates.

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Lewis José Gómez Medina (Seminario de lectura en ética: La República: Rep. Lib. 1. 327a-354c –
Lib. 2. 357a-383c – Lib. 3. 386a-fino a 392)
Aquí entra el otro tema que considero importante: el papel de la educación. Me parece de
gran preponderancia que Sócrates no juzga ni condena a los jóvenes por pensar como
piensan, antes bien, su diálogo da un giro muy importante. Ante los planteamientos
desafiantes, Sócrates se da cuenta que la forma de argumentar de los jóvenes, y por ende
su estilo de vida y el de la sociedad en la cual se encuentran, está condicionada por la
educación que estos han recibido desde que eran niños. Se hace necesario mirar bien la
calidad de la educación que es impartida puesto que esta será la que forjará el perfil de
aquellos que escuchan. Los griegos encuentran respaldo en sus acciones injustas
precisamente porque son el reflejo de acciones divinas, también los dioses actúan así,
según lo que siempre han escuchado. Es necesario empezar el cambio de pensamiento
por la educación, purificando la enseñanza se puede construir un nuevo estado.
Sin embargo, la propuesta de Sócrates, aunque tiene una noble intención, resulta muy
peligrosa, delegar en el estado el papel de seleccionar lo que debe ser enseñado tiene
grandes riesgos, ya que para nadie es un secreto que este ha sido el arma utilizado por
muchos sistemas opresores y por muchas dictaduras para convencer al pueblo de su
doctrina; también ha servido para manejar la historia y para ponerla en favor de quienes
se encargan de “editar” lo que la gente debe saber. La educación debe tener como
principio fundamental crear criterios, enseñar a “volar” con alas propias, no tanto evitar
leer o escuchar lo “inapropiado”, sino hacerlo con criterio. El mismo Sócrates es el
ejemplo fehaciente que escuchar una enseñanza no me hace una persona diferente, se
hace necesario creer en esa doctrina y orientar la vida según las misma. Si Sócrates tuvo la
facultad de poder descubrir las falencias de la educación que se recibía, también los otros
pueden hacerlo si son bien orientados; no es empezar a cortar, quitar, para evitar hacer el
mal. Es enseñar, guiar para que los otros tengan la sagacidad y el valor, no tanto de evitar
el mal, sino de optar siempre por el bien, que es lo que realmente hace libre al hombre.
¿si es válida la premisa socrática que todo el que obra mal es ignorante?

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