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¿Cómo estudiar para tus exámenes?

Te damos 10 consejos

Adquirir hábitos de estudio eficaces supone una práctica paciente y, a veces, la necesidad de
asesoría profesional. Por ello, es importante que tengas en cuenta, como ampliar tus
conocimientos acerca de las condiciones generales para el estudio, la planificación del tiempo,
materiales y técnicas de estudio, así como la resolución de exámenes.
1. Cuando estudies, evita distraerte con llamadas telefónicas, mensajes de texto, internet,
videos, música u otras interrupciones.
2. Considera pausas de cinco o diez minutos después de cada período de estudio (45 o 50
minutos).
3. Resalta o señala los contenidos que comprendas y sean importantes. Evita hacerlo en
la lectura inicial porque es probable que subrayes mucho contenido.
4. Clasifica y jerarquiza la información (puedes hacerlo con diferentes colores o anotaciones).
5. Si estudias en grupo, es necesario que todos asistan a las reuniones(virtuales) después de
haber leído o estudiado de manera personal. Al finalizar la reunión, debes hacer
individualmente la integración de lo estudiado
6. Aliméntate bien.
7. Descansa el tiempo necesario (entre 7 y 8 horas). Recuerda que el sueño permite
consolidar el aprendizaje.
8. No repases minutos antes de tu examen, pues esto te puede generar ansiedad.
9. Da una mirada general al examen y lee todas las preguntas antes de responder cualquiera.
Evalúa por cuál prefieres empezar.
10. Ten en cuenta el tiempo, la dificultad de la pregunta y el puntaje asignado a ésta, antes de
resolver las preguntas
Muchas veces te preguntas por qué tienes que dar estos exámenes. La primera es que dejes de
pensar que se trata de aprobar un curso y ya. En cada materia, aprendes una competencia y la
mejor manera de ver si lo estás logrando, es a través de tus exámenes. La segunda razón es
que, a partir de los resultados, podrás verificar con tus profesores cuáles son tus fortalezas y
en qué temas debes mejorar. La tercera es que permite que refuerces tus conocimientos, y
puedas aplicarlos en otros cursos y contextos.
Primero lo más fácil
Cuando estés frente al examen, lee con calma todas las instrucciones, y revisa después de
responder y antes de entregar el examen. No te olvides de que siempre es mejor que
respondas primero las preguntas que conoces, para luego continuar con las difíciles.
No te compares
“Es importante evitar mirar alrededor, cada prueba tiene un tiempo de duración y si alguien
termina antes, no significa que lo esté haciendo mejor o peor”.
Confía en tu trabajo
Siempre ten presente que te has preparado para la evaluación y te estás esforzando lo mejor
posible. “Suena sencillo y obvio pero muchas veces, en situaciones muy complicadas, la
persona tiende a pensar de manera negativa”.
Antes
Asegúrate de tener todos los útiles que necesitas. Que no te falte borrador, corrector, regla,
lapiceros. Además, averigua oportunamente dónde darás tu examen, no te olvides de ver la
lista de salones, ¡no te confundas! y si tu examen es virtual, debes de tener las herramientas
tecnológicas suficientes. Si estás muy nervioso, anda al baño o date un momento para respirar
de manera profunda.
Después
Date un tiempo y espacio para relajarte antes de dar otro examen o de seguir estudiando.
¡Deja que tu cerebro respire! Evita preguntar a tus compañeros por sus respuestas, no sabes
quién lo ha hecho correctamente, es mejor esperar a lo que diga el docente.
Conoce más…
La evaluación para el aprendizaje es una herramienta que permite al estudiante conocer qué
elementos necesita para alcanzar los objetivos de un curso.
Consejos para tus exámenes finales
¿Ya te estás preparando para los finales? Para salir bien a fin de ciclo, es importante haber
estudiado lo suficiente, pero también saber cómo resolver bien un examen. Te presentamos
algunas recomendaciones brindadas por profesores de la PUCP para que tus exámenes
reflejen tu esfuerzo.

Es posible que luego de haber prestado atención a clases por todo el ciclo y haber dedicado
suficientes horas de estudio a los cursos del semestre, no nos vaya tan bien en los exámenes.
No se puede negar que ser constante durante el ciclo sea un elemento de gran importancia
para tener un buen resultado final, pero muchas veces olvidamos que también es necesario
saber responder de forma adecuada las preguntas de los exámenes.
¿En qué fallamos?
Uno de los errores comunes cometidos por alumnos en exámenes, es que no logran
comprender las instrucciones. “Esto implica leer la pregunta e identificar la acción solicitada”,
explica. “Muchos alumnos se centran en el tema y no identifican si la acción es simple, como
describir o indicar, o una más elaborada, como analizar, comparar o explicar”, añade.
También es un error común, señala, que los alumnos no se organicen. Luego de haber
decodificado las instrucciones, es necesario decidir cuánto tiempo se utilizará para responder
cada pregunta y elaborar un esquema en caso de que se vaya a responder mediante un
ensayo, o definir las fórmulas o estrategias que se utilizarán si se trata de un examen de
matemáticas.
Durante el examen, además, es importante tomarse el tiempo de revisar el progreso. “A veces
hay alumnos que en un curso, donde hay que desarrollar muchísimo, terminan y recién revisan
al final, y se dan cuenta de que a la mitad cometieron un error que afectó todo, sobre en todo
en curso de ciencias”.
Es recomendable que lean todo el examen antes de comenzar y que resuelvan primero las
preguntas que son del tema que mejor manejan; y también que controlen su tiempo: es
importante que los últimos 20 minutos del examen lo usen para poder revisar todo.
“Un examen sólido presenta ideas que son puestas en relación (de modo legítimo, no
superficial). Solo así se ve si el alumno las ha pensado y si es capaz, incluso, de llegar más lejos
de lo que ofrece en su examen”.
“Los errores comunes ocurren usualmente, por ejemplo: en el curso de matemática, si me
equivoco en un símbolo o transcribo mal un número de una línea a otra, entonces arrastro el
error a todo el resto del problema. Los errores así suelen ocurrir porque falta descanso”.
“Es importante que los alumnos sean muy conscientes de lo que responden, si es un curso de
letras, siempre un comentario adicional subjetivo puede ser muy favorable, porque de esa
manera el profesor se da cuenta de que el alumno ha comprendido lo que se le está
preguntando”.
¿Qué hacer cuando los nervios te invaden?
Ese nerviosismo que sientes en el estómago cuando vas a exponer ante todo tu salón o
cuando estás por entrar a un examen, pueden hacer que te olvides todo lo que estudiaste.
Los nervios son engañosos, aquí algunos consejos para enfrentar estas situaciones.

La especialista precisa que primero debemos esclarecer dos puntos. El primero es que
los nervios o la ansiedad son algo normal en los seres humanos. Es un sistema de alarma
que permitió que la especie sobreviviera y actuara frente al peligro. Es cierto que los peligros
han cambiado, antes los humanos teníamos que estar alerta para que un león no nos comiera,
ahora ese mismo mecanismo nos hace correr al ver un carro acercándose a nosotros. La
reacción corporal hace que nuestros músculos se ponen rígidos, la sangre empieza bombear
más rápido y nuestros sentidos se alteran.
El segundo punto es que, cuando este trastorno de ansiedad se vuelve un problema que
escapa de tu control o se activa por estímulos muy bajos; que incluso pueden llevar a
consecuencias fisiológicas como dolores de cabeza, estrés, boca seca o pensamientos
automáticos negativos, es importante que pidas ayuda para que te brinden las estrategias para
afrontar este problema. Recuerda que evitar el problema solo hará que este crezca
mucho más, hay que enfrentarlo.
Para exponer o dar exámenes
“Es normal tener una serie de señales de activación cuando vamos a exponer o dar un examen,
y de hecho es necesaria esta reacción; si no, no podríamos iniciar estas actividades desde el
reposo”. Si bien algunos alumnos pueden evadir estas situaciones haciendo que los otros
compañeros expongan, proponerle al profesor hacer más trabajos escritos con tal de no
pararte al frente del salón, no asistir a la prueba o dejar el examen en blanco; estas prácticas
solo hacen que el problema crezca.
Recomendaciones:
Hay algunas técnicas de relajación muscular y de respiración diafragmática. Puedes empezar
por respirar en tres tiempos de una forma más profunda llegando hasta el diafragma, más
abajo del estómago. Esto ayuda porque, cuando estamos en una situación de ansiedad,
tendemos a respirar más entrecortado, lo cual produce malestares físicos.
Trata de evitar los pensamientos negativos que suelen boicotearte a ti mismo como pensar
que lo harás muy mal o que los demás se reirán de ti. Puedes intentar tener pensamientos
alternativos y racionales, como decirte a ti mismo «estoy aprendiendo», «nadie se ríe de mí»,
«la gente del salón está en sus propias cosas», «todos estamos en las mismas condiciones»etc.
Es importante que te prepares bien, así te sentirás más confiado.
Tener un buen material de apoyo como imágenes y diapositivas o utilizar fichas con esquemas
te ayudará a ordenarte.
Muchos ponentes confiesan su miedo cuando empiezan a hablar, esto hace que la ansiedad se
rebaje.
El clásico empieza con un chiste o una anécdota, aunque suena cliché, la risa relaja al público y
te relaja a ti. Además, esta técnica hace que captes la atención del público.
Ante un examen, es importante tranquilizarse y leer todas las preguntas. A veces, te demoras
mucho en la primera pregunta y resulta que la quinta era la que manejabas mejor.
Es importante siempre tener una hoja en blanco al costado para que puedas hacer notas o un
esquema. Recuerda que bajo ansiedad no se piensa bien, por lo que es mejor darse un tiempo
para respirar, ordenar tus ideas y neutralizar los pensamientos negativos, antes de escribir.
La especialista recuerda que sentir nerviosismo es muy común, la única diferencia que es
algunos alumnos llevan mejor estos síntomas, los trabajan y los superan. Si no puedes
controlarlos es importante que busques ayuda para que los superes mediante diversas
técnicas que requieren de mucho entrenamiento y apoyo profesional.
Frente a los exámenes, exposiciones, ensayos, pruebas objetivas y de desarrollo. ¿Quién no se
ha preocupado sobremanera en estas épocas? Los pensamientos negativos, los cálculos de
promedio, los kilos de separatas y los ejercicios para practicar se hacen innumerables. Esto se
convierte en el escenario ideal para que el estrés haga su indeseada aparición.

Aquí se presentan algunos alcances de cómo prever y afrontar el estrés académico. Una
correcta alimentación, ¿mantener las horas de sueño y realizar actividades físicas son aspectos
fundamentales para afrontarlo? es que la suma de actividades genere estrés, sino cómo se
organizan. Los deportistas calificados están full con el deporte y se les acumula toda la parte
académica. ¿Entran en estrés, no porque estén haciendo deporte, sino porque no organizan
bien las actividades? Así que presta atención a estos consejos:
Prepararse por lo menos dos semanas antes.
Estudiar de manera constante, abarcando todos los temas.
Aprovechar estas semanas para conseguir los materiales necesarios para ponerse al día, y
hacer las preguntas que no quedaron claras.
En cursos en los que haya un riesgo, conviene hacer simulacros en tiempo limitado.
Evitar amanecerse, pues esto debilita la concentración.
En el camino al examen ir reforzando lo que ya se sabe: es mejor ir al examen diciendo «sé el
tema» a «no sé nada».
Hacer una buena decodificación de instrucciones: leer la pregunta y resaltar de manera
diferenciada qué piden, qué información se necesita.
Antes de empezar a responder es importante hacer un esquema mental de la respuesta.

BIBLIOGRAFIA:
ttps://puntoedu.pucp.edu.pe/noticias/como-estudiar-para-tus-examenes-te-damos-10-
consejo

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