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Juan 3:16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna.
Gálatas 1:4
el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos
del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro
Dios y Padre,
2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo
yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo
vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a
sí mismo por mí.
Efesios 5:1
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
Proverbios 3:9-10
Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos
tus frutos;
10 Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares
rebosarán de mosto.
1
Éxodo 25:1-2
Jehová habló a Moisés, diciendo:
2 Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo
varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi
ofrenda.
1ª Crónicas 29:9-18
Y se alegró el pueblo por haber contribuido voluntariamente;
porque de todo corazón ofrecieron a Jehová voluntariamente.
29:10 Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a
Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito
seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el
siglo y hasta el siglo.
29:11 Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la
gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están
en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el
reino, y tú eres excelso sobre todos.
29:12 Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas
sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu
mano el hacer grande y el dar poder a todos.
29:13 Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos
tu glorioso nombre.
29:14 Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que
pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues
todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.
29:15 Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos
delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días
sobre la tierra, cual sombra que no dura.
29:16 Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que
hemos preparado para edificar casa a tu santo nombre, de tu
mano es, y todo es tuyo.
2
29:17 Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que
la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón
voluntariamente te he ofrecido todo esto, y ahora he visto con
alegría que tu pueblo, reunido aquí ahora, ha dado para ti
espontáneamente.
29:18 Jehová, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel nuestros
padres, conserva perpetuamente esta voluntad del corazón de
tu pueblo, y encamina su corazón a ti.
2ª Corintios 9:6-7
Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará
escasamente; y el que siembra generosamente,
generosamente también segará.
7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza,
ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
Malaquías 3:10-11
Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa;
y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no
os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre
vosotros bendición hasta que sobreabunde.
11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os
destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será
estéril, dice Jehová de los ejércitos.
Mateo 6:24-33
Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al
uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al
otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
6:25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué
habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro
cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el
alimento, y el cuerpo más que el vestido?
4
Juan 10:10
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he
venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia.
Efesios 3:20
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho
más abundantemente de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros,
Filipenses 4:19
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus
riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Efesios 4:28
El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus
manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el
que padece necesidad.
Romanos 12:2-13
12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por
medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta.
12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual
que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí
que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura,
conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
12:4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos
miembros, pero no todos los miembros tienen la misma
función,
12:5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo,
y todos miembros los unos de los otros.
12:6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la
gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la
medida de la fe;
5
12:7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la
enseñanza;
12:8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con
liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace
misericordia, con alegría.
12:9 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo
bueno.
12:10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en
cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
12:11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes
en espíritu, sirviendo al Señor;
12:12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación;
constantes en la oración;
12:13 compartiendo para las necesidades de los santos;
practicando la hospitalidad.
Efesios 1:17-18
para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de
gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el
conocimiento de él,
18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que
sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles
las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
2ª Reyes 4:36-37
Entonces llamó él a Giezi, y le dijo: Llama a esta sunamita. Y
él la llamó. Y entrando ella, él le dijo: Toma tu hijo.
37 Y así que ella entró, se echó a sus pies, y se inclinó a
tierra; y después tomó a su hijo, y salió