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La problemática del COVID-19 y su relación con el comercio internacional.

El panorama mundial no parece ser muy alentador ante la crisis que vivimos hoy
en día, y no es de extrañarse debido a que no existía un protocolo mundial para
afrontar una situación como esta, por lo que muchos países de Europa (por
mencionar a los más afectados) se han visto sumamente rebasados en sus
capacidades para detener los efectos de la pandemia.

Es casi increíble como algo que parecía tan lejano ha llegado a paralizar al mundo
entero en prácticamente todos los aspectos. No hay ningún solo sector que no se
haya visto afectado, desde el gobierno, la educación, el deporte, el espectáculo y
por supuesto el comercio. Haciendo una analogía, en mi muy particular punto de
vista, todo esto lo veo como un efecto dominó, primero lo sucedido en alguna
parte del mundo alarma a los demás, luego se ya no es solo un lugar sino varios
(empieza a haber alertas), seguido de olas masivas de infectados en muchos
países (comienzan a cancelarse eventos importantes con una derrama económica
considerable), y por supuesto el declarar que ha llegado a prácticamente todos los
lugares del mundo (se toman medidas de prevención para evitar contagios).

Pero ¿es necesario tomar medidas tan extremas?

La respuesta es que si, no hay que tomarlo a la ligera, los datos alrededor del
mundo son bastante preocupantes, por lo que tanto países sumamente afectados
como los que aun no lo están deben acatar las medidas que se han implementado
por parte de las autoridades y la OMC.

En 2017, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de


los EE. UU. publicaron directrices para la prevención de la "gripe pandémica". Las
recomendaciones de los CDC para las "intervenciones no farmacéuticas" incluían:

 Aislamiento domiciliario voluntario de personas enfermas.

 Cuarentena domiciliaria voluntaria de los miembros de la familia expuestos.


 El distanciamiento social (incluyendo el cierre de escuelas, el
distanciamiento social en los lugares de trabajo, y el aplazamiento o
cancelación de reuniones masivas).

 Medidas ambientales (como la limpieza rutinaria de las superficies que se


tocan con frecuencia).

Los países que aplican recomendaciones similares al estilo de los CDC en


relación con COVID-19 pueden experimentar una menor dislocación, aunque
todavía puede haber un impacto económico. El cierre de escuelas y el
distanciamiento social podrían reducir la mano de obra disponible en un área que
experimente una pandemia, por ejemplo. Podríamos entonces observar leves
impactos económicos en marcha a medida que se produzcan brotes en diversas
regiones

¿Qué pasa si todos nos quedamos en casa?

Claramente reduciríamos el riesgo a contagiarnos y a contagiar a nuestros seres


cercanos (sin mencionar que la vida de nuestros familiares que están en el grupo
de gente en riesgo estaría segura) después de todo lo más importante es la salud
y la vida ¿no?

Sería muy fácil dejarlo así, acabar con la conversación diciendo que todos estén
en casa, pero la mayoría de las personas dependen de trabajar día con día para
sustentar a su familia, y eso en un ámbito local, pero si lo vemos desde un punto
de vista más amplio igual aplicaría a las grandes empresas, y lo sé, cuentan con
millones de dólares, pero igual tendrían que respetar las normas mencionadas
anteriormente y mandar a sus empleados a casa, en el caso ideal con goce de
sueldo, sin embargo al pararse toda actividad, dichas empresas no tendrían
ingresos para solventar sus gastos.

En el panorama mundial el COVID-19 podría afectar a la economía global de tres


maneras principales: el primero estaría afectando directamente a la producción, en
segundo plano creando trastornos en la cadena de suministro y en el mercado, y
por último por su impacto financiero en las empresas (grandes y pequeñas) y los
mercados financieros.

Impacto Económico

Impacto directo en la producción.

La producción china ya se ha visto sustancialmente afectada por el cierre de la


provincia de Hubei y otras zonas. Algunos otros países también están empezando
a sentir un impacto directo a medida que sus autoridades ponen en práctica
medidas similares. La desaceleración de China tiene efectos en los exportadores a
ese país. Según el Banco Mundial, las mayores fuentes de importaciones de
China son Corea, el Japón y otros países asiáticos.

Debemos dimensionar el tamaño de la situación que se vive, prácticamente la


producción de todos los países se ha visto detenido, desde la producción industrial
hasta la producción de los productos básicos.

Interrupción de la cadena de suministro y del mercado.

Muchas empresas manufactureras dependen de los insumos intermedios


importados de China y otros países afectados por la enfermedad. Muchas
empresas también dependen de las ventas en China para alcanzar sus objetivos
financieros. La desaceleración de la actividad económica -y las restricciones de
transporte- en los países afectados probablemente repercutirá en la producción y
la rentabilidad de determinadas empresas mundiales, en particular en el sector
manufacturero y en las materias primas utilizadas en la fabricación. En el caso de
las empresas que dependen de los bienes intermedios de las regiones afectadas y
que no pueden cambiar fácilmente de fuente de abastecimiento, la magnitud del
impacto puede depender de la rapidez con que se desvanezca el brote. Las
empresas pequeñas y medianas pueden tener mayores dificultades para
sobrevivir a la perturbación. Las empresas vinculadas a los viajes y el turismo se
enfrentan a pérdidas que probablemente no sean recuperables.

Repercusiones financieras en las empresas y los mercados financieros.


Las perturbaciones temporales de los insumos y/o la producción podrían poner en
tensión a algunas empresas, en particular las que tienen una liquidez insuficiente.
Los comerciantes de los mercados financieros pueden o no prever o comprender
correctamente qué empresas pueden ser vulnerables. El consiguiente aumento del
riesgo podría revelar que uno o más agentes clave del mercado financiero han
adoptado posiciones de inversión que no son rentables en las condiciones
actuales, lo que debilita aún más la confianza en los instrumentos y mercados
financieros. Un posible acontecimiento (probablemente de baja probabilidad) sería
una importante perturbación de los mercados financieros a medida que los
participantes se preocupan por el riesgo de contraparte. Una posibilidad algo más
probable es una disminución significativa de los mercados de valores y de bonos
corporativos, ya que los inversores prefieren mantener los valores
gubernamentales (en particular los del tesoro de los Estados Unidos) debido a la
incertidumbre creada por la pandemia.

El comercio está en una situación inestable, ya que como vimos en el punto


anterior, la producción de muchos productos se ha visto detenida.

Podemos simplificarlo con el conocido termino de la ley de la oferta y la demanda.


Las personas no están saliendo, no se están produciendo nuevos trabajos, no se
mueve capital por lo que el comercio

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