Centro de Altos Estudios en Especialidades Policiales
CARRERA: Técnico Superior en
Criminalística con Especialización en Papiloscopía y Rastros
MATERIA: Necropapiloscopía
PROFESOR: Lic. Gimeno, Maximiliano
ALUMNO: Alija, Cristian Oscar
JERARQUIA: Oficial Ayudante, sub esc adm.
TRABAJO PRÁCTICO: Lectura páginas 5/10
MANUAL PRÁCTICO DE NECROPAPILOSCOPÍA María Alejandra López MANUAL PRÁCTICO DE NECROPAPILOSCOPÍA
La piel Resulta de significativa importancia realizar algunas consideraciones
acerca de la piel humana, en este caso de aquellas regiones de interés papiloscópico, en razón de que según el tejido que se presente será la técnica necropapiloscópica a emplear.
La piel o tegumento externo, es una membrana que envuelve el cuerpo en su
totalidad.
Es el órgano destinado a mantener la forma del cuerpo, establecer relaciones
sensoriales con el ambiente, brindar protección de las agresiones externas y mediante su riqueza en glándulas y redes vasculares regular la temperatura. En un corte perpendicular de la piel que reviste la cara palmar de las manos y la región plantar de los pies, extendiéndose en ambos hasta los dedos, se distinguen tres capas regularmente superpuestas: una epitelial superficial, llamada epidermis; la que le sigue, estrato de sostén denominado dermis o corión, y la tercera capa, profunda, llamada hipodermis, compuesta por tejido adiposo, siendo de interés pericial necropapiloscópico las dos primeras con motivo de la existencia de crestas papilares. Epidermis. Constituye el estrato superficial o externo de la piel. Es un epitelio estratificado pavimentoso, cuyas células superficiales se cornifican. Su espesor alcanza hasta 1,5 mm. Pueden distinguirse cinco estratos superpuestos que desde el exterior hacia dentro se disponen de la siguiente manera:
a. Estrato córneo. Es el más grueso de la epidermis. Su espesor varía entre
20 y 500 micrones, según las regiones. Está formado por numerosas células aplanadas anucleadas, que se disponen en láminas superpuestas, adoptando una configuración de red. En la capa córnea se ha completado el proceso de queratinización, finalidad primordial de la epidermis, y las láminas superficiales se desprenden, manteniendo el mismo espesor. Su función es proteger contra microorganismos, agentes tóxicos, pérdida de líquidos corporales, y lesiones por corriente eléctrica de bajo voltaje.
b. Estrato lúcido o capa transparente. Es la porción inferior de la capa
córnea. Se observa sólo en áreas donde la cubierta córnea es muy gruesa como palmas de las manos y plantas de los pies. Está conformada por células alargadas, planas, de núcleo atrofiado, y translúcidas. Constituye una barrera para la pérdida de agua, y para facilitar el deslizamiento de la capa córnea sobre los restantes componentes de la epidermis. Esquema de la estructura de la piel con crestas papilares. Epidermis Dermis Papilas Glándula sudorípara Conducto sudoríparo Poros Bifurcación Encierro Islote Hipodermis
c. Estrato granuloso. Está constituido por una o más filas de células
aplanadas con núcleos pálidos en vías de desintegración. Su grosor es proporcional al de la capa córnea: delgada a nivel de los párpados (1 – 3 filas de células), y gruesa en palmas y plantas (cerca de 10 filas de células).
d. Estrato mucoso de Malpighi o capa espinosa. Formado por varias
capas de células poligonales (5 – 10), que se van aplanando hacia la superficie, donde su citoplasma contiene haces de fibrillas queratinizadas, las cuales se proyectan hacia la periferia originando los puentes intercelulares que unen entre sí a las células contiguas. e. Estrato basal o capa germinativa. Formado por una sola hilera de células cilíndricas denominadas células germinativas, que se encuentran en contacto directo con la dermis papilar. Son células con gran cantidad de citoplasma y núcleo oscuro oval, y unidos unos a otros por puentes intercelulares. Las células germinativas son las responsables de la renovación constante de la piel. Asimismo, son células de esta capa los melanocitos cuya función es sintetizar melanina, pigmento responsable de filtrar la radiación UV y proporcionar el color a la piel; y células en muy escasa cantidad, las células de Merkel, que se observan como discos (con microscopio electrónico), y se les atribuye funciones sensoriales relacionadas al tacto; y las células de Langerhans, que son células dendríticas, que pueden observarse mediante tinción o con microscopio electrónico, y cumplen funciones inmunológicas. Estas cinco capas epidérmicas se reproducen en forma inmutable, por lo que cualquier lesión que asiente a nivel de alguna de éstas no dejará señal al cicatrizar. En cambio, si la afectada es la dermis, si se generará una marca de cicatrización. La epidermis se fija a la dermis por medio de la membrana basal. Es una estructura de origen dérmico y epidérmico. Sus funciones principales son: soporte mecánico, barrera de regulación de la permeabilidad, fijación de células basales al tejido conectivo, y rol en el desarrollo y morfogénesis de células epiteliales.
Dermis. La dermis se encuentra entre la epidermis y el tejido subcutáneo, tiene
un espesor que varía entre los 0,6 mm en los párpados, y 3 mm o más en las regiones plantares. Está conformado por tejido conectivo laxo compuesto por proteínas fibrosas (colágeno y elastina), sustancia fundamental amorfa, y un componente celular (fibroblastos, histiocitos, células plasmáticas, células cebadas, y células migratorias de la sangre como linfocitos, eosinófilos, etc.). Esta capa es atravesada por vasos sanguíneos, vasos linfáticos y nervios, y se divide en dos regiones: la región superficial o dermis papilar, y la dermis reticular. a. La dermis papilar. Presenta salientes cónicas permanentes en toda su extensión, llamadas papilas, que pueden ser de acuerdo a su forma, simples o compuestas. Las papilas simples presentan un solo vértice por base única y tienen formas variadas (conicilíndricas, etc.). Las papilas compuestas, tienen en cambio dos y hasta cinco vértices por base. A su vez por contener las papilas en su núcleo, vasos sanguíneos o terminaciones nerviosas, se las divide en papilas vasculares y papilas nerviosas respectivamente. Están situadas en hileras desviadas e irregulares, (Fig. 6) que adquieren diversas conformaciones, en una cantidad aproximada de 36 por milímetro cuadrado. Los vértices papilares son atravesados por los canales excretores de las glándulas sudoríparas, cuya función consiste en secretar el sudor y esparcirlo por la superficie de la piel. Cada una de estas glándulas está constituida por un tubo largo y delgado, una de cuyas extremidades se abre en forma de poro en la superficie libre de la epidermis, mientras que la otra termina en fondo de saco. Las glándulas sudoríparas existen en casi todos los puntos de la superficie cutánea, siendo muy raras en los párpados y en la cara externa del pabellón auricular, no las hay en los pequeños labios y en la porción inferior de los grandes labios. Su cantidad es de 38 por término medio en una superficie de 25 milímetros cuadrados, o sea 2.000.000 en toda la superficie cutánea. En palmas y plantas existen glándulas sudoríparas ecrinas1 solamente.
b. La dermis reticular. Es la porción más profunda y de mayor espesor que
la dermis papilar. Esta constituida por fibras colágenas gruesas, densas, compactas y onduladas, paralelas a la superficie epidérmica que se entrecruzan unas con otras y también con fibras elásticas. Es rica en vasos sanguíneos.
Las glándulas sudoríparas se dividen en apocrinas y ecrinas. Las
glándulas sudoríparas apocrinas en su segmento secretor intraepidérmico desembocan habitualmente en folículos pilosos, o atraviesan la epidermis para abrirse al exterior en la proximidad de folículos pilosos. Están relacionadas con la actividad sexual, son odoríferas, especialmente en las regiones axilares, perianales, genitales y areolas mamarias. Las glándulas sudoríparas ecrinas, son similares a las apocrinas, su secreción es líquida, y desembocan en el poro epidérmico. Tienen función termorreguladora, y están distribuidas por casi toda la superficie del cuerpo, muy abundantes en palmas y plantas, frente y axilas.
Hipodermis. La hipodermis o tejido celular subcutáneo es un tejido conjuntivo
laxo constituido mayormente por un mallado de tejido graso, con fibras colágenas delgadas y escasas fibras elásticas. Las crestas papilares Por la estructura y distribución de las papilas dérmicas, cuya variedad de simples y compuestas, y separadas por surcos interpapilares forman un conjunto de hileras paralelas de dirección y extensión variables que conforman diversos diseños desembocando entre estas los canales sudoríparos, resulta en la superficie epidérmica una serie de relieves y surcos cutáneos denominados crestas papilares de un ancho de 2 a 5 décimas de milímetro cada una. Estas se encuentran exclusivamente en la cara palmar de las manos, cara plantar de los pies y se extienden en ambos casos hasta el extremo de los dedos. Pilares científicos de la Papiloscopía Como ya se ha mencionado fue el científico Francis Galton quien le dio el carácter de ciencia a la Papiloscopía, determinando mediante pacientes estudios los tres pilares fundamentales sobre los que se basa la infalibilidad de esta disciplina. Ellos son la inmutabilidad, la perennidad y la variedad infinita de los dibujos formados por las crestas papilares.
a. Inmutabilidad. Las crestas papilares permanecen inalterables durante el
transcurso de la vida del individuo, desapareciendo con la disgregación de los tejidos al avanzar la putrefacción cadavérica. Una lesión de cualquier tipo que afecte a la epidermis, se regenerará como consecuencia de la constante renovación de los estratos cutáneos superficiales, conservando de forma idéntica el diseño papilar, sin dejar cicatriz. Por el contrario, si la lesión asienta a nivel de la capa dérmica, el papilograma en ese sector sufrirá una transformación por la presencia de cicatriz, pero a la vez sumará un elemento que servirá en la operación identificativa.
b. Perennidad. Los diseños papilares se forman hacia el cuarto mes de vida
intrauterina, quedando definitivamente conformados al sexto mes de la gestación, y acompañan al individuo durante toda su existencia aún hasta después de la muerte, despareciendo con la desintegración de los tejidos por la descomposición cadavérica. El cadáver puede sufrir diferentes transformaciones, pero en tanto exista relieve papilar es posible lograr sus impresiones.
c. Variedad. Es infinita la diversidad de esquemas papilares. No existen dos
impresiones papilares iguales, con lo que se concluye que no existen dos individuos idénticos. Hay improntas papilares parecidas en su morfología general, pero existe en estas una gran cantidad de elementos característicos que hacen a su diferenciación, por lo tanto a la individualidad humana. Puede resumirse en la afirmación que hiciera el sabio Juan Vucetich: «No es la ciencia quien ha querido que la identificación tenga un solo medio y logre una sola eficacia, es la Naturaleza. Todo es mudable en la vida, menos el esquema digital; todo es reproducible en los congéneres, menos el dibujo papilar».
La extensa variedad de formas papilares dactilares, fue sistematizada
magistralmente por Juan Vucetich, con la creación del Sistema Dactiloscópico Argentino.
María Alejandra López MANUAL PRÁCTICO DE NECROPAPILOSCOPÍA
Desarrollo de técnicas necropapiloscópicas, DOSYUNA ediciones argentinas, ISBN: 978-987-1573-32-5, (pp 5,10).