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INTRODUCCIÓN
Cada parte debe disponer de un diseño o mapa del caso, que incluya
sus debilidades y fortalezas, que le permita asumir responsable y
eficientemente la defensa o la acusación, pues jamás se debe dejar al
azar la libertad de una persona o la condena de los culpables.
1 Presidente del Instituto de Ciencia Procesal Penal (INCIPP). Profesor de Derecho Procesal Penal de
la Pontificia Universidad Católica del Perú.
2 Asociada y Secretaria del INCIPP. Adjunta de docencia en la Pontificia Universidad Católica del Perú.
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La teoría del caso intenta constituirse en una suerte de plantilla, a través
de la cual el litigante invita a los jueces a mirar la realidad, o más
propiamente, los hechos del caso, proveyéndoles de un lente para dar
una lectura intencionada que permita explicar lo sucedido. La teoría del
caso corresponde a la idea central que adoptamos para explicar y dar
sentido a los hechos que se presentarán como fundantes de una
historia, permitiendo dar cuenta de la existencia de una determinada
teoría jurídica.
Además, no hay que confundir teoría del caso con las diversas
estrategias que ejecutemos para hacerla efectiva. Podemos tener
diversas estrategias (en el ámbito procesal, constitucional, penal, etc.),
pero debemos tener una sola teoría del caso, una sola versión de los
hechos. La concreción de la teoría del caso se puede realizar a través de
la ejecución de diversas estrategias, pero no al revés, una estrategia
jamás debe implicar la ejecución de diversas teorías del caso, al menos
no respecto a los mismos hechos.
La teoría del caso es única en tanto es una la versión de los hechos que
planteamos al Tribunal. En un proceso podemos alegar la inocencia del
imputado, pero eso no nos imposibilita plantear un hábeas corpus si de
por medio existe la afectación de un derecho constitucionalmente
protegido, o plantear un mecanismo procesal de terminación anticipada,
o quizá una excepción de naturaleza de acción aduciendo atipicidad de
los hechos. No hay que confundir teoría del caso con planteamientos
estratégicos derivados de aquella.
3 Rafael BLANCO, Mauricio DECAP, Leonardo MORENO y Hugo ROJAS. Litigación estratégica. Editorial
Lexis Nexis. Santiago de Chile, 2005, p. 18.
III. CARACTERÍSTICAS
1. LA TEORÍA DEL CASO SE DISEÑA DESDE EL MOMENTO EN
QUE ASUMIMOS EL CASO: El diseño de nuestra teoría del caso empieza
desde el momento que tenemos conocimiento de los hechos, muchas
veces éste se produce cuando asumimos o nos asignan el caso. Es en
este momento que debemos definir nuestra versión de los hechos en
coherencia con las pruebas que la sustentan y el análisis jurídico que
desarrollemos. Su desarrollo y ejecución va desde ese mismo momento
hasta que finaliza el proceso.
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4. LA TEORÍA DEL CASO TIENE QUE SER ÚNICA: En el proceso existen
dos posiciones: una de la defensa y otra de la acusación. Cada una de
ellas debe exponer una sola versión de los hechos, desde el momento de
la imputación. En el juicio oral ya tenemos todas las piezas sobre la mesa,
ya sabemos quienes han acudido como testigos en la etapa de
investigación y qué han declarado, sabemos que existe un documento
pericial y cuál es su conclusión; sin embargo, estos elementos aún no
constituyen prueba, sino simples “papeles” que no hablan ni exponen
nada; pues prueba es aquello actuado en juicio oral. Por tanto, además de
nuestra versión, tenemos también el sustento probatorio y jurídico que nos
permitirán construir una única teoría del caso capaz de enfrentarse en
juicio oral.
Pero, no sólo nuestra versión de los hechos debe ser única, sino
también las pruebas y la versión jurídica que sustentan; así no puedo
tener testigos que se contradigan o análisis jurídico penales distintos.
La teoría del caso debe ser única, una sola versión de los hechos con
sustento probatorio y encuadrada en un análisis jurídico.
4Técnicas del Proceso Oral en el Sistema Penal Acusatorio Colombiano. Manual general para
operadores jurídicos. Serie Manuales de Formación para operadores jurídicos. Colombia, 2005. p. 102.
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¿Con esta nueva facultad del Fiscal, cómo queda la teoría del caso de
la defensa? ¿Qué debe hacer frente a este “hecho” nuevo? Mas allá de
las cuestiones dogmáticas que van de lo constitucional a lo procesal, lo
cierto es que el defensor debería mantener su teoría del caso y versión
de los hechos iniciales, salvo, que la modificación implique una
variación drástica en su esquema.
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La versión adoptada tiene que ser factible de oponerse a la de la otra
parte. Tiene que tener firmeza y consistencia. Si afirmamos algo
debemos estar seguros que podemos sustentarlo y probarlo. Así por
ejemplo: No tendrá consistencia la versión del abogado que, sin contar
con medio probatorio alguno, sustenta que su patrocinado no estuvo en
el lugar de los hechos; frente a la versión del Fiscal que afirma lo
contrario y, además, tiene a 50 testigos que sostienen haber visto al
acusado en el lugar de los hechos. Esto podría ser lamentable. De ahí
que debamos ser cuidadosos.
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IV. IMPORTANCIA
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VII. CONSTRUCCIÓN DE LA TEORÍA DEL CASO
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- Determinar supuestos de dogmática penal aplicable. Pero
sin entrar a debates extensos.
Este paso es muy importante porque nos permitirá, en caso del Fiscal,
conocer cuáles son los elementos que debe satisfacer nuestra teoría del caso
para poder obtener una condena, o en caso de la defensa, conocer cuáles
son los elementos que se deben destruir o refutar para conseguir una
absolución.
5 Andrés BAYTELMAN y Maurico DUCE. Litigación penal, Juicio Oral y Prueba. Editorial Alternativas –
INCIPP. Lima, 2005. p. 97.
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A decir de BAYTELMAN y DUCE, las proposiciones fácticas son más
fuertes en la medida que más satisfacen el elemento legal para el que
fueron ofrecidas; la fortaleza o debilidad de una proposición fáctica no
tiene que ver con que tengamos prueba para acreditarla; la prueba es
crucial pero es otro problema. Para evaluar la calidad de una
proposición fáctica se debe acudir al “test de la superposición”: mientras
más esté mi contraparte en condiciones de superponer a esa misma
proposición fáctica otra interpretación al menos igualmente razonable y
creíble de esos hechos, más débil ella es. Además, la fortaleza o
debilidad de una proposición fáctica no puede evaluarse respecto de
cada una de ellas individualmente consideradas, sino de todas ellas
sopesadas unas con otras, tanto en lo relacionado con las propias como
con las de la contraparte7.
De otro lado, la litigación oral nos demuestra que no basta con tener
abundante información y elementos que la sustenten, sino que hay que
saber cómo presentarla. Ello se parece a un juego de cartas, donde no
basta tener las mejores cartas, sino saber jugarlas en el momento
oportuno. Hay que seleccionar a los testigos más idóneos. No importa el
número, sino la calidad de su información.
6Rafael BLANCO, Mauricio DECAP, Leonardo MORENO y Hugo ROJAS. Litigación estratégica… p. 25.
7Andrés BAYTELMAN y Maurico DUCE. Litigación penal…p. 99.
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VIII. CONCLUSIÓN
El proceso se gana con una teoría del caso responsablemente diseñada,
con previo conocimiento del caso. Al juicio no podemos ir a improvisar, ni a
esperar que algún testigo responda lo que queremos escuchar. Se
requiere de un diseño previo, que los hechos expuestos sean consistentes,
que nuestra versión esté suficientemente probada, sin dejar de lado, el
análisis penal de adecuación típica.
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