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Reflexión sobre el covid-19 desde el apocalipsis.

El tiempo que vivimos puede y debe ser iluminado por la Palabra de Dios. El poder de la Palabra
tiene sin duda algo que decirnos sobre esta situación tan difícil. Nunca, por lo menos en la memoria
del hombre, hemos vivido momentos tan duros como estos de la pandemia del coronavirus. ¿No
tiene nada que decirnos esta realidad? ¿No tiene provocaciones tanto para ponernos en crisis? Y
¿Por qué todo eso? ¿Y dónde está Dios? ¿El virus es más poderoso que Dios?

Evidentemente iluminaremos esta terrible realidad desde el apocalipsis, teniendo presente de ante
mano el inicio de la creación, cundo el hombre fue creado a imagen y semejanza, creado con libertad
a diferencia de todas las demás creatura. Pero en el trascurso de la historia, esta libertad se ha
convertido en el hombre en un deseo desordenado, al punto que lo ha llevado a renegar de Dios, lo
ha llevado a creerse “inmanente” ante el mundo; pero esta inmanencia que cree tener se ha visto en
jaque por este virus, ya no son las armas, las guerras, el poder y el dinero lo que lo tienen
arrodillado, sino un enemigo microscópico. Pero ante esta realidad los murmullos por parte de los
creyentes son otros, que son “castigos de Dios, es el fin del mundo, esto está escrito en la palabra
de Dios”. ¡Y claro! es evidente el buen hombre lavándose las manos como siempre, echándole la
culpa a Dios de sus deseos desordenados.

La gran mayoría llegan a una misma conclusión, eso está escrito en el apocalipsis. Y claro lo primero
que debemos decir, es que: este libro fue escrito en tiempos de persecución, escrito cuando el
emperador romano perseguía la Iglesia de Cristo. Pero a pesar de estas dificultades cristo siempre
está animando a la iglesia y a sus ministros a seguir adelante. En (AP. 6 v ss.) vemos como se abre el
primero de los sellos, sellos de los jinetes, de los cuales seis son desgracia, destrucción y muerte.
Esta realidad vista desde este texto del AP; se ve como si se estuviera cumpliendo en esta
generación; y claro para uno que no conoce bien el libro le da vía libre y dice estamos en los últimos
momentos.

Se han vivido momentos difíciles a causa del covid-19, pero no son culpa de Dios, ya que siempre lo
que sucede en el mundo es castigo de Dios, es algo que ya estaba escrito en la palabra de Dios.
Evidentemente podríamos decir que son cosas que Dios permite como “castigos medicinales” para
hacer que el hombre vuelva a ÉL, pero esto no es suficiente porque el deseo de poder, de querer
dominar lo han llevado a auto destruirse, pero a pesar de todo esto no le importa la vida, solo sus
deseos desordenados, que lo han llevado a ver el poder no como un servicio, sino como un poder
opresor el cual lo lleva a pasar por encima del otro. Esta realidad que vive el mundo, es una realidad
de muerte y desesperanza, pareciera evidente la realidad del apocalipsis en este tiempo, ya que se
está viviendo la muerte por centenares, como en el libro; solo los marcados podían comprar y
vender; hoy solo con pico y cedula se puede hacer eso; el deseo de poder por las grandes potencias,
que vendrían hacer las bestias de este tiempo.

Sin embargo en medio de esta dura realidad que estamos viviendo, ha servido para que muchos de
los creyentes fijen más la mirada en el Señor que aguarda a su fieles brindándoles la esperanza en
que todo esto pasara, ya que él, el que vence y seguirá venciendo las fuerzas del mal. Este tiempo
ha servido para reflexionar sobre el don de la vida, para darnos cuenta que el Señor continua
viniendo, para saber que el tiempo de Dios es de gracia; que ÉL siempre estará a la puerta
esperando por el hombre, sin coaccionar su libertad, que la Iglesia de Cristo siempre va a estar a la
espera como el gran candelero siendo siempre iluminada por el espíritu santo y esperando por el
que han vencido la muerte y nos brinda esperanza, ya que él más que nadie sabe que es el
sufrimiento, aunque queden cicatrices, y poder a pesar de todo ver esta realidad con los ojos de la
fe, es decir con los ojos de Dios.

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