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Asignatura: Historia Moderna

Período: Semestre 1, 2020


Profesor: Dr. Francisco Orrego G.
Carrera: Licenciatura en Historia (Viña del Mar) - Universidad Andrés Bello
Tema: Apuntes de clases. Crisis religiosa de la modernidad. Procesos de
confesionalización de Europa (s. XVI y XVII).

Introducción: situación Iglesia siglo XV. Crisis institucional y espiritual.


La entrada en el siglo XV la hacía la Iglesia bajo el signo del Cisma de
Occidente (1378-1417), que había sucedido a la etapa aviñonense del
pontificado (1305-1378). El período conocido como Cisma de Occidente
es el período donde desde dentro de la Iglesia Católica, se produce la
disputa por el papado. Historia que venía arrastrándose desde los
conflictos que mantuvo Bonifacio VIII con Felipe el Hermoso a inicios
del siglo XIV.
La fórmula que la Iglesia encontró para intentar resolver este tipo de
disputas se produjo a través del conciliarismo (superioridad del Concilio
frente a la autoridad del papado)
Sin embargo, el todo el proceso del Cisma de Occidente, fortaleció al
Estado frente a la autoridad papal, en lo referente a asuntos
administrativos. Los documentos curiales que llegaban a los Estados
eran visados para garantizar que se aplicaran solo los procedentes del
papa. Era el inicio del exequátur regalista.
-Situación papado siglo XV.
La trayectoria del papado durante el siglo XV estará marcada por dos
situaciones: a.) el deterioro moral en correspondencia con el clima
europeo, y, b.) la valoración de lo político que el papado hace irá en
aumento, sobre todo a partir del pontificado de Sixto IV (1471-1484).
Los Estados Pontificios entrarán de lleno en la lucha por la hegemonía
de la península itálica, en paralelo con los intereses de Francia y la
Corona de Aragón en Italia.
Durante este momento, en la elección papal, será tanto más importante
ser un buen estadista y capacidad de gobernar (la Iglesia) que ser buen
religioso (Alejandro VI y Julio II). Por otra parte, los reyes
acostumbrados al papado como un igual en lo político comenzaron a
verlo también de igual manera en lo religioso, dando a fines del siglo XV
los primeros pasos para integrar en la Monarquía moderna el control de
la Iglesia nacional (Por tanto, los pactos que se establezcan con Roma
en lo religioso difícilmente se diferencian de un pacto político).
El aumento de monasterios concedidos en encomienda contribuía
también a generalizar esta imagen y a minar la vida monástica, no
restablecida después del vacío creado por la peste negra. La vida
comunitaria que también sufrió una relajación en sus reglas para poder
captar monjes. Los problemas internos se reflejaban en la disputa entre
órdenes mendicantes y el clero secular.
Roma se convierte más en un centro político y artístico que en un centro
religioso y espiritual. El equilibrio interno de este sistema de Estados en
Europa, tuvo un claro precedente en la historia italiana bajomedieval.
Este tipo de estados, requería desarrollar la diplomacia. Hasta fines del
período renacentista hubo únicamente embajadas extraordinarias,
encabezadas por un cardenal legado o un ministro que tenía como
objetivo una misión concreta y particular (firma de un tratado, entrega
de una princesa, etc.). Roma siempre tuvo una tradición diplomática con
sus legados ad latere (legados “al lado” del papa), nuncios y
procuradores (con un primer objetivo religioso, las misiones como forma
de diplomacia), influyeron extraordinariamente en el desarrollo de la
diplomacia moderna. La invasión a Italia por parte de Carlos VIII de
Francia en 1494 a Milán (inicio de guerras itálicas), obligaron al resto de
potencias no italianas a tener que establecer alianzas. El conflicto de
las guerras itálicas (1494), uno de los primeros grandes conflictos
internacionales, la Curia romana tendrá que participar como jefe de
estado en los conflictos políticos y participar en las grandes alianzas
europeas. El papa León X, en la época de la Liga de Cambrai (1508-
1510), instalará nunciaturas permanentes en las cortes de las
principales Monarquías europeas.
En consecuencia, se produce una cierta secularización de la actividad
del papado como resultado de toda esta entrega de responsabilidades
a los reyes. Este nuevo rol adquirido por la cabeza de la Cristiandad
(Roma), trajo como CONSECUENCIA un descuido de la vida espiritual.
Ahora bien, todo este proceso de politización y burocratización del
papado y la vida religiosa, contrasta con la evolución de la piedad de los
sectores populares (que se caracteriza por la búsqueda de una
salvación colectiva). La piedad popular deriva hacia formas sensibles
como la devoción a la pasión de Jesucritsto –el vía crucis- y la devoción
a los santos. Todo acto civil, de notoria importancia, tiene su
correspondiente acto religioso. Ejemplo: Devotio Moderna en los países
renanos, Tomas de Kempis (Imitación de Cristo, 1471), los Hermanos
de la Vida Común con su vida austera y sencilla. Héctor Vernazza y sus
Compañías del Amor Divino compaginarán la atención a los enfermos
incurables (sífilis) con la práctica sacramental a finales del siglo en el
mundo italiano. El humanismo, con su lema de la docta pietas y su
retorno a la Biblia y a los padres de la Iglesia, aporta también proyectos
de reforma.
-Respuestas conciliares (institucionales) de la Curia romana frente a la
crisis de la Iglesia y los intentos de reforma del siglo XV:
1. Concilio de Constanza (1414-1418), quiere resolver el Cisma de
Occidente.
2. Concilio de Basilea (1431-37), que posteriormente se traslada a
Ferrara (1438), y termina en Florencia (1445).
3. El V Concilio de Letrán (1512-1517) ya se realiza bajo el signo de la
reforma. Pero también estuvo centrado en la réplica política al concilio
antipapal realizado en Pisa (1511), convocado por Luis XII de Francia.
El Concilio de Trento, mucho más adelante tendrá el desafío de superar
las desconfianzas en torno a la incapacidad de reformar el catolicismo
algo moribundo del período. El concepto de reforma debía estar dirigido,
para que fuera realmente adecuado, tanto al sentimiento o experiencia
espiritual, al hecho religioso, como también a la inteligencia y a la
institucionalidad.
-Desarrollo “espíritu de reforma” previo a la crisis religiosa del siglo XVI.
Un espíritu reformador, como todo problema histórico, tiene su
arqueología. El espíritu de reforma previo a la crsis religiosa del siglo
XVI, tuvo gran expresión en territorio ibérico. En España ya venía del
siglo XIV esta intención de reforma religiosa con la intervención de Juan
I de Castilla, quien era un hombre profundamente piadoso, que cuando
llega al trono, significó un cambio radical de la política religiosa de la
monarquía. La estrategia de Juan I se valió para realizar su reforma del
clero en todo tipo de grupos colectivos que se marginaban de la vida
oficial de la Iglesia, y así irradiar este espíritu reformador. Para ello se
estableció como método un plan de visitas de reformadores a los
monasterios más importantes, especialmente benedictinos. con la
llegada de los Reyes Católicos ya se venía con una larga tradición
reformista al interior de la Corona de Castilla. Debido a eso, su plan de
reforma adquirió una dimensión que antes no había tenido.
El plan de reforma religiosa de los Reyes Católicos, que también era un
plan de reforma a las costumbres de la sociedad (entendiendo la
Cristiandad como una comunidad en un sentido amplio) estuvo centrado
en 5 aspectos fundamentales: a.) acabar con el concubinato, ya sea
eclesiástico o laico, b.) exigir a los clérigos una vida acorde a su dignidad
espiritual, c.) devolver la Independencia económica a la Iglesia, d.)
separar a los cristianos de judíos y moros y, e.) reconocer la
excomunión pronunciada por un obispo el carácter de pena civil
castigada incluso con multa si no mediaba el arrepentimiento. la reforma
de los clérigos españoles fue consolidada con la actuación del
franciscano y humanista Francisco Ximénez de Cisneros (1436-1517).
El cardenal Cisneros fue confesor real de Isabel la Católica.
En Francia durante el siglo XV también se desarrolló este espíritu de
reforma. Durante el reinado de Carlos VIII y Luis XII se produjeron
también reformas conventuales destinadas a la creación de esta. La
poca cercanía de la Iglesia con la Monarquía (a diferencia de España)
la reforma francesa no mostró la fuerza mostrada por la reforma de
Castilla.
-Aparición de un “espíritu” atribulado: Lutero.
Para el tiempo de la aparición de Martín Lutero (1483-1546), agustino,
el espíritu de reforma al interior de la Iglesia ya estaba asentado, era
parte de la actividad pastoral. El Estado de Alemania hacia el siglo XVI:
era un conjunto de principados que a inicios del siglo XVI había
alcanzado una prosperidad económica importante junto al desarrollo de
la población. Alemania había adquirido esta posición privilegiada tras el
descenso de Francia e Italia luego de 30 años de guerras franco-
españolas.
No obstante, a pesar de estar bajo una institución política unificada y
centralizadora como el Sacro Imperio, lo cierto es que al interior existía
una completa tensión entre los Estados alemanes. El emperador
Maximiliano I buscó la centralización, pero no pudo mejorar la estructura
organizativa.
Crisis social y espiritual en Alemania s. XVI: esta crisis social y espiritual,
en Alemania, al igual que en otros territorios europeos, también
encontró en el misticismo una fórmula para poder solucionar este tipo
de problemas. La tradición mística alemana era fuerte y venía del
período tardo medieval con figuras como: a.) el maestro Eckhard (1260-
1327) y Juan Tauler (muerto 1361), este último autor que influyó en
Lutero (en su doctrina teológica de la gracia).
Lutero (1483-1546) fue un hombre atormentado por la salvación del
hombre. Esta preocupación, le llevó a tomar el hábito religioso en 17 de
julio de 1505 cuando pedía entrar al convento de Santa Ana de Erfurt.
En 1507 se ordenaba sacerdote e iniciaba su tarea docente en el propio
convento. En 1512 se graduaría de doctor consolidando su relación con
la universidad de Wittemberg. Teología Lutero: una sola es la causa de
la salvación: Dios. Uno es el único mediador: Jesucristo, haciendo
innecesaria la existencia de cualquier otro tipo de mediación: la Iglesia
será relegada simplemente a ser la comunidad de creyentes.
Para Lutero el abuso en la venta de las “indulgencias” detonó su
actuación y crítica religiosa e institucional. El abuso de las indulgencias
ya había sido denunciada por John Wicliffe y por Jan Hus. En el caso
de Alemania, y aunque estuviese prohibido, fue el cumulativismo de
Alberto de Brandeburgo fue el hecho que desató la polémica actuación
de Lutero. Ahí surge el mítico hecho del clavamiento de las 95 tesis en
la capilla del castillo de Wittemberg el 31 de octubre de 1517. Las tesis
tenían un poco de todo: desde afirmaciones completamente ortodoxas,
hasta afirmaciones bastante ambiguas. Roma intentó llevar a Lutero
ante la curia pontificia, pero chocó con la oposición de Federico de
Sajonia que se mostró reticente.
La elección de Carlos V como emperador en 1519 dejó entrelazadas las
cuestiones religiosas con las políticas: a la voluntad de fortalecer el
Imperio por parte del nuevo emperador, y la religión católica serviría de
recurso de unidad.
Obras importantes de Lutero segundo semestre 1520 que muestra la
evolución de su crítica espiritual a institucional (Papado): a.) Sobre el
papado de Roma, donde presenta una Iglesia invisible y espiritual sin
jerarquía o sacerdocio que no sea de institución romana b.) A la cristiana
nobleza de la nación alemana para que derriben la distinción entre
clérigos y laicos acentuando el sacerdocio común de los fieles; el
derecho jerárquico a interpretar de forma unilateral la Sagrada escritura;
el derecho papal exclusivo de convocar el Concilio ecuménico, a la que
sigue un proyecto de iglesia nacional alemana, c.) La cautividad
babilónica de la Iglesia representa la sacramentología, reduce a dos los
sacramentos ciertos: bautismo y eucaristía, aunque rechaza la
transubstanciación; la penitencia era concebida más como un consuelo
psicológico-espiritual que como un perdón de los pecados, d.) La
libertad del cristiano que fue escrito en forma de carta abierta dirigida
al papa León X, pero incluye una durísima crítica contra el papado.
Entre la Dieta de Worms (1521) y la Dieta de Espira (1529), las críticas
de Lutero se convirtieron en un movimiento visible, pero NO
cohesionado. De una protesta espiritual y teológica el movimiento pasó
a constituir iglesias organizadas. En 1521, la ciudad de Constanza
rechazaba aplicar el edicto de Worms sobre la excomunión de Lutero y
en 1525 la Dieta de Nuremberg la imitaba. Entre 1522-1525 varias
ciudades se opusieron al acuerdo de Worms sobre Lutero. En la dieta
de Espira de 1529, Carlos V intentó nuevamente poner en práctica el
edicto de Worms, 6 príncipes presentaron una protestation y 14
ciudades una apellation, protestaron contra esto: ahí surge el nuevo
nombre para los luteranos: protestantismo y se consolidaba más la
ruptura.
Ahora bien, el movimiento de reforma iniciado por Lutero no era
cohesionado. Felipe I de Hessen, líder político de los luteranos se dio
cuenta de la necesidad de cohesionar la reforma centroeuropea frente
al bloque que seguía católico. Así convocó a los principales líderes
reformadores (Wittenberg, Zurich, Basilea, Estrasburgo) a un encuentro
en Marburg (octubre de 1529). El encuentro tropezó con dificultades
insalvables: al discutir sobre la presencia de Cristo en la eucaristía; algo
que era real para Lutero, más bien simbólica para Zwinglio. La unidad
reformadora no cuajó; a partir de este momento el AREA SUIZA hará
su propio camino encontrando un unificador en otro reformador,
CALVINO, después de la prematura muerte de Zwinglio (1531).
Frente a este fracaso, el emperador decidió presidir personalmente la
Dieta convocada en Augsburgo (1530). Era el intento de Carlos V por
salvar la unidad de la Cristiandad. En el edicto de la dieta Carlos V pidió:
a.) la promesa de la celebración de un Concilio (será Trento) para antes
de 6 meses, b.) urgía el cumplimiento del Edicto de Worms, c.) ordenaba
la devolución de los bienes eclesiásticos y d.) la restauración de la
jurisdicción eclesiástica estableciendo como fecha límite del
cumplimiento el 16 de abril de 1531.
-Concilio de Trento y la renovación católica.
Con la llegada de Paulo III (1534-1549), éste comenzó con todas las
consultas para cumplir la promesa del anterior pontífice (León X) de
convocar a un Concilio. Fruto de ello fue la bula convocatoria al concilio
que debía empezar el 23 de mayo de 1537 en la ciudad de Mantua. Los
luteranos debían manifestarse si iban o no al concilio. Carlos V no
quería renunciar a un Imperio unido y centralizado, y convocó a otra
reunión conocida como el “Interin” de Aubsburgo (1548) para trabajar
en un documento teológico en la que participaron obispos católicos
(Pflung, Pedro de Soto, Tomás Maluenda) y luteranos (Juan Agaricola)
y que buscara llegar a acuerdo en las materias teológicas. El Papa vio
mal esta instancia del Interin, pues se presentaba como una práctica
alternativa al Concilio. Finalmente, tras 30 años de intento de mantener
la unidad religiosa, Carlos V renuncia a este ideal otorgándoles la
libertad religiosa a los príncipes alemanes en una nueva dieta en
Absburgo en 1555. A lo largo de los 22 artículos del documento
redactado en Augsburgo, se concedía el derecho de reforma a los
príncipes, a las ciudades imperiales y a los nobles dependientes del
Imperio. Con esto, con la paz religiosa de 1555 y su separación, el
luteranismo tenía ya carácter de confesión cristiana plenamente
establecida.
La respuesta contra los textos de Lutero se produjo con fuerza fuera de
Alemania. El teólogo inglés a.) John Fisher de Rochester (1459-1535)
fue uno de los grandes polemistas que respondieron a Lutero.
Posteriormente Fisher fue víctima de la reforma política de Enrique VIII.
B.) Tomás Moro no atacó a Lutero directamente, pero si a sus
seguidores dentro de Inglaterra (especialmente a Guillermo Tyndale).
C.) En Italia también aparecieron textos contra Lutero, especialmente
los del cardenal Jacobo Sadoleto (1477-1547), asesor de León X, uno
de los legados en el Concilio de Trento. Ni Francia ni España
desempeñaron un papel importante en esta primera parte de las
reacciones a la reforma.
Paulo III acometió la reforma en dos direcciones: a.) dependiente del
papado (a través de la elección de obispos y cardenales dignos –Fisher,
Simonetta, Caraffa, Sadoleto, Morone…-) y, b.) la celebración del
Concilio. Tuvo tres convocatorias fallidas: a.) Mantua en 1537, b.)
Vicenza, 1538 y, c.) Trento en 1542. Fue recién con la Paz de Crepy (17
de septiembre de 1544) la que posibilitó la celebración del concilio.
El Concilio de Trento (1545-1563), con toda la maquinaria reformista y
renovadora que instauró entre la comunidad de creyentes no sólo
generó un cambio en el plano religioso-moral dentro de la Iglesia sino
también institucional. Si largo fue el proceso preparatorio, largo fue
también el período de celebración. La celebración del concilio se
prolongó durante tres etapas.
1. Primer período de sesiones (1545-1547): se vio interrumpido por
las tensiones entre el papa y el emperador que presionaba a sus
obispos en el Concilio para que lo retrasaran y pudiera alcanzar
un acuerdo con los luteranos tras la muerte de Lutero. El concilio
fue formalmente suspendido en 1549.
2. Segundo período de sesiones (1551-1552): fue convocado por
Julio III, pero tuvo que ser suspendido por los peligros que generó
la elección de Mauricio de Sajonia, príncipe protestante que
estaba emparentado con los líderes de la Liga de Esmalcada. El
Papa Paulo IV (1555-1559) no quiso convocarlo, pues debido a su
carácter autoritario, le impedía creer en la formula conciliar,
además de que su sentimiento napolitano le enfrentaba a la
política italiana de Felipe II, uno de los promotores del tercer
período de sesiones.
3. Tercer período de sesiones (1562-1563): fue convocado por Pio
IV que tenía como secretario al futuro obispo prototipo de la
reforma católica: Carlos Borromeo. El clima de estas sesiones era
muy distinto al de años anteriores, pues el imperio había logrado
la paz religiosa con la paz de Augsburgo (1555). Inglaterra había
pasado ya a la reforma no católica con el reinado de Isabel I y sus
39 artículos y el calvinismo había demostrado su fuerza en el
Sínodo de París de 1559.
Las reformas de Trento estuvieron destinadas a dar respuesta a las
principales doctrinas luteranas sobre la justificación, la idea de la
primacía de las Escrituras sobre la Tradición y los sacramentos
aportando elementos doctrinales. para robustecer el dogma se puso
énfasis en la doctrina del pecado original y de la justificación por la
gracia de Dios. Para ello, la estrategia más adecuada parecía ser el
reforzamiento de los sacramentos. Para Lutero, el rito sacramental no
tenía valor, pues el hombre se justificaba por su fe en una relación
directa con Dios, y en este contexto los intermediarios entre el hombre
y la gracia divina no tenían sentido ni cabida.
Los pontífices postridentinos fueron los artífices de que la reforma
llegara a todo el orbe católico. Por ejemplo, en el Nuevo Mundo el III
Concilio Limense (1582-1583) fue el encargado de poner en práctica las
resoluciones tridentinas en América meridional, especialmente en lo
referente a la aculturación de los indígenas. Se publicaron, luego del
concilio, el Catecismo romano de 1566, el Index de libros prohibidos1 y
el Ritual romano de 1614 que fueron los dispositivos literarios de la
contrarreforma. Gregorio XIII acentuaba por una parte la reforma
educativa con la creación de colegios. Sixto V (1585-1590) quiso
controlar la acción reformadora pidiéndoles a los obispos, en la visita ad
limina, que entregaran dossiers sobre la situación de las iglesias locales.
Ideas finales: La crisis religiosa que vivió Europa desde el siglo XV fue
una expresión de la debilidad teológica e institucional del catolicismo.
Como proceso cultural, la reforma religiosa fue expresión de cambios
políticos, social y económicos. En el caso de la renovación católica
(Contrarreforma), las controversias entre luteranos y calvinistas

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Entre los autores prohibidos estaban Erasmo de Rotterdam, Francois Rabelais, Giordano Bruno, Nicolas
Copernico, Michel de Montaigne, René Descartes, Tomas Hobbes, David Hume, Denis Diderot, Balzac
contribuyeron a la recuperación de la Iglesia romana y a que su reforma
tuviera éxito.

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