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Aula Abierta 2012, Vol. 40, núm. 3, pp.

3-14 ISSN: 0210-2773


ICE. Universidad de Oviedo

Controversia entre madurez lectora y enseñanza precoz


de la lectura. Revisión histórica y propuestas actuales
Pilar Sellés*, Tomás Martínez** y Eduardo Vidal-Abarca**
*Universidad Católica de Valencia (España) y ** Universidad de Valencia (España)

El trabajo, en un primer momento, plantea una revisión histórica del concepto “madurez lectora”.
Se establecen cuatro etapas diferenciadas hasta llegar a la actual concepción, en la que se consi-
dera fundamental para la adquisición exitosa de la lectura el desarrollo de una serie de habilida-
des previas. Posteriormente se delimitan las habilidades cuyo correcto desarrollo pueden favore-
cer la adquisición de la lectura y se realiza una reflexión sobre cuál es el momento idóneo para
empezar con su enseñanza. Por último, se presenta la Batería de Inicio a la Lectura (BIL 3-6), que
recoge dichas habilidades y que está diseñada con el fin de averiguar si los niños están realmen-
te preparados para este aprendizaje, permitiendo además determinar las áreas en las que sería ne-
cesario intervenir para prevenir posibles dificultades lectoras. El trabajo, aunque se centra en las
variables individuales, no deja de tener en cuenta la importancia del contexto social.
Palabras clave: Madurez lectora, enseñanza de la lectura, evaluación, test, predicción.

Controversy between reading readiness and early teaching of reading. Historical review and cur-
rent proposals. This work, at first, presents a historical review of the concept of “reading readi-
ness.” Four distinct stages are established in order to reach the current definition of the term. In
this approach the development of a series of prerequisite skills is deemed essential to the success-
ful acquisition of reading. Next, the skills which can facilitate the correct acquisition of reading
are defined, with further reflection on which is the right time to start teaching reading. Finally, the
Reading-Readiness Battery (Batería de Inicio a la Lectura, BIL 3-6) is presented. This battery in-
cludes these skills and is designed to help to determine when children are really ready for this learn-
ing situation. Moreover, it also allows to detect areas where it would be possible to work to pre-
vent reading difficulties. This study focuses the individual variables but without forgetting the im-
portance of social context.
Keywords: Reading readiness, emergent literacy, evaluation, test, prediction.

Introducción res y a edades muy tempranas, generando este


hecho un importante debate sobre la cuestión
Aunque en la actualidad en España se con- de si es conveniente o no adelantar el inicio
sidera que el aprendizaje de la lectura, en sen- de este aprendizaje. Ante tal situación surge
tido estricto, debe introducirse en tercero de la duda de cuándo es el momento oportuno
Educación Infantil, lo cierto es que en los úl- para empezar a aprender a leer y evitar en lo
timos años se observa una tendencia a adelan- posible que los niños generen frustración y des-
tar la enseñanza de la lectura a cursos anterio- interés hacia esta tarea.
Con la finalidad de arrojar algo de luz so-
bre esta polémica se puede encontrar dentro
Fecha de recepción: 06/07/2011 • Fecha de aceptación: 17/07/2012
Correspondencia: Pilar Sellés Nohales. del ámbito de la lectura una línea de investi-
Facultad de Psicología. Universidad Católica de Valencia. gación relacionada con el inicio del aprendi-
C/ Guillem de Castro, 94. Valencia (España).
Correo-e: pilar.selles@ucv.es. zaje de la misma. Cuestiones como qué habi-
4 PILAR SELLÉS, TOMÁS MARTÍNEZ Y EDUARDO VIDAL-ABARCA

lidades deben tenerse adquiridas para poder Se consideraba que para que un niño pu-
aprender a leer de forma eficaz, cuál es el mo- diera empezar el aprendizaje de la lectura de-
mento adecuado para comenzar la instrucción, bía tener desarrollados una serie de procesos
o si la intervención en estas habilidades me- cognitivos, especialmente de percepción visual
jora la adquisición de la lectura, son propias y orientación espacio-temporal (discriminación
de esta área tradicionalmente denominada ma- de formas, reproducción de modelos, ejerci-
durez lectora. cios de coordinación viso-motora, memoria vi-
En los últimos años varios términos han sual, etc.). Por ello, la labor del profesor era
sido usados para referirse al concepto de ma- entrenar a sus alumnos en estos procesos para
durez lectora como el de prelectura (prerea- que pudieran enfrentarse con éxito a esta ta-
ding) o el de inicio a la alfabetización (emer- rea. Representantes de esta época son autores
gent literacy, early literacy), aunque el térmi- como Fihlo (1960) e Inizan (1976) y sus test
no mayoritariamente usado ha sido el de predictivos de la madurez lectora.
preparación a la lectura o inicio a la lectura
(reading readiness). Este concepto a su vez ha Segunda etapa: “Aprendizaje precoz de la lec-
sido descrito de varias maneras por los dife- tura”
rentes teóricos del área. Se parte del término Sin embargo, en las décadas de los sesen-
que en 1925 Dowing utilizara en el “Report ta y setenta, fueron muchos los estudios que
of the National Committee on Reading readi- evidenciaron de forma experimental que los
ness”, en el que queda definido como el mo- buenos y malos lectores no diferían en el ni-
mento óptimo o idóneo de desarrollo en que vel de adquisición de ese tipo de habilidades
cada niño individualmente puede (al poseer to- neuroperceptivo-motoras (Alegría, 1984; Ben-
dos los requisitos necesarios) aprender a leer venuty, 1982; Huerta y Matamala, 1989; Ro-
con facilidad, sin tensión emocional y con pro- zin, Poritsky, y Sotsky, 1971; Vellutino,
vecho. Para Dechant (1991) es el momento en 1981).
que la lectura es fácil de enseñar: un punto en Las investigaciones de esta segunda eta-
el tiempo en que el niño está listo para apren- pa fueron de corte experimental con el fin de
der a leer más eficientemente. Para Clay determinar los factores relacionados con la ad-
(1992), madurez lectora o preparación a la lec- quisición de la lectura. Así por ejemplo,
tura es un periodo de transición que dura va- Huerta y Matamala (1989) separan a los
rios meses desde que el niño cambia de ser un alumnos con graves deficiencias lectoras del
no lector a ser un lector principiante. grupo con buen nivel lector, midiendo las di-
De la misma manera que hay diferentes ferencias de los dos grupos en el nivel de per-
posturas en la interpretación del término, el cepción visual con las pruebas de la escala
concepto tradicional de madurez lectora como Frosting. Tras este estudio los autores conclu-
“momento óptimo” ha cambiado a lo largo de yeron que en ninguna de las habilidades rela-
los años, pudiéndose delimitar una serie de eta- cionadas con las funciones perceptivo-vi-
pas en la concepción del mismo. suales, medidas en la prueba Frosting, los ma-
los lectores puntuaban por debajo de los bue-
Primera etapa: “Enfoque perceptivo-motor” nos. De la misma manera, Jiménez y Artiles
En un primer momento, desde los años (1990) pusieron en evidencia la ineficacia de
1930 a 1960 aproximadamente, se entendía el estas baterías comprobando que los factores
concepto de madurez lectora como el “momen- psicomotores tenían un valor predictivo casi
to óptimo para iniciar el proceso de la lectura”. nulo sobre la lectura. Así, en la década de los
Para autores como Gesell (1940) el peso del sesenta y setenta se demostró que las habili-
aprendizaje recaía en los factores innatos y de dades perceptivo-motoras no pronosticaban el
madurez interna, por lo que la lectura no era sino éxito lector y dejaron de ser consideradas des-
el ejercicio de una función ya formada y exis- de entonces como determinantes en el inicio
tía el grave riesgo de acelerarla, siendo nece- del aprendizaje de la lectura (Buisán, 1985;
sario esperar a que esta función madurase. Machuca, 1995).
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A su vez, las investigaciones de los psicó- crito como un proceso de construcción socio-
logos cognitivos desmontaron la concepción cultural que se realiza a partir de experiencias
del desarrollo inmutable del niño, poniendo en lingüísticas y metalingüísticas (Arnaiz, Cas-
entredicho el papel tradicional de la madura- tejón, y Ruiz, 2002).
ción. Desde esta concepción, los niños pose-
en un deseo de aprender y aprenden fácilmen- Cuarta etapa: “Importancia de las habilida-
te si se les coloca en un medio pedagógico su- des relacionadas con el inicio de la lectura”
ficientemente rico y estimulante que les per- Finalmente, en las últimas investigaciones
mita ejercer su actividad y vivir múltiples ex- sobre la temática se observa una tendencia: sin
periencias personales. Una vez trascurrido el dejar de lado el enfoque psicolingüístico, se
“periodo sensible” de sus primeros años, los vuelve a dar gran importancia a la interven-
niños no tendrán nunca más la facilidad natu- ción temprana, surgiendo conceptos como
ral para aprender (Cohen, 1982). “preparación a la lectura” o “alfabetización
emergente”. Autores como Foorman, Breier,
Tercera etapa: “Enfoque psicolingüístico” y Fletcher (2003) demuestran la importancia
A finales de los setenta y ochenta, se de enseñar lo antes posible la lectura, o como
siguen rechazando las teorías perceptivas de Al Otaiba y Fuchs (2002) que plantean que el
la primera etapa, pero se identifican otras objetivo de la educación preescolar es propo-
causas del fracaso lector y se sitúa el problema ner experiencias que hagan de la lectura un
en las deficiencias del propio lenguaje del niño, proceso automático y facilitar el desarrollo de
concretamente en dificultades para convertir los sistemas neuronales responsables de leer
los grafismos de la escritura en unidades con fluidez. D’Arcangelo (2003) concluye que
fonológicas (Ellis, 1981; Vellutino, 1979). el momento oportuno para empezar el apren-
Diversas investigaciones (Bryant y Bra- dizaje de la lectura es Educación Infantil, de
dley, 1983; Huerta y Matamala, 1989; Liber- los 4 a los 6 años. En la misma línea encon-
man, 1977; Sebastián y Mandonado, 1984; Ve- tramos el trabajo de Florez-Romero y Arias-
llutino, 1979) parten de la idea de que la lec- Velandia (2009).
tura tiene una estrecha relación con el lengua- Desde este punto de vista, el enfoque psi-
je oral y demuestran que existen ciertas varia- colingüístico sigue estando presente y para to-
bles que están muy relacionadas con el éxito dos estos autores es importante desarrollar un
en la lectura, como son la competencia lingüís- buen nivel de lenguaje y promover la sensi-
tica, tener conocimiento de las funciones de bilidad al sonido, por ejemplo con la rima y
la lectura, entender la relación entre lengua- la aliteración, e incluir en la programación de
je oral y escrito, el entrenamiento en habili- la lectura algunos requisitos previos, como el
dades metalingüísticas y la capacidad para seg- conocimiento fonológico, antes de introducir
mentar las palabras en sus diferentes unidades. las tareas propias de la lecto-escritura. Se con-
Se considera que aprender a leer consis- sidera fundamental identificar tempranamen-
te en desarrollar una vía de acceso a los co- te a los estudiantes que pudieran tener proble-
nocimientos lingüísticos a partir de la repre- mas en el acceso a la lectura como forma de
sentación escrita de la lengua (Alegría y Mo- prevenir el fracaso lector.
rais, 1989). Son, por tanto, los mecanismos que De esta forma, en la actualidad se confir-
permiten establecer el contacto entre lo escri- ma el abandono del concepto de “madurez lec-
to y las competencias lingüísticas del indivi- tora”, ya que este término parece implicar que
duo lo que debe ser explicado en el estudio de el aprendizaje de la lectura aparece de mane-
la adquisición de la habilidad lectora, desde ra “natural” cuando la persona está prepara-
un planteamiento psicológico (Carrillo y Ma- da o “madura” para adquirirla, cuando lo que
rín, 1996). Por consiguiente, hablar sobre la ha quedado demostrado es que el aprendiza-
lengua escrita desde el enfoque psicolingüís- je de la lectura requiere de una instrucción sis-
tico es hablar de su relación con el lenguaje temática e intencional. Así, en este momento
oral, percibiéndose el estudio del lenguaje es- la investigación se dirige más bien a determi-
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nar las variables predictoras del éxito en el tipos y problemas asociados (Molina, 1988;
aprendizaje de la lectura, más que a determi- Muchielli, 1985; Nieto, 1975).
nar antecedentes madurativos. Por otra parte se encuentra la perspectiva
contraria, la que considera que no existe un
¿Cuál es el momento idóneo momento óptimo en el aprendizaje de la
para iniciarse en la lectura? lectura y que se puede dar un aprendizaje
“precoz” de la misma, entendiendo “precoz”
Aunque el concepto de “madurez lectora” como previo a una madurez cognitiva básica,
actualmente está en desuso, el interés por sa- el periodo de dos a cuatro años. Lebrero y
ber cuál es el momento en que los alumnos es- Lebrero (1995), recogen las principales
tán preparados para afrontar con éxito el justificaciones neurobiológicas a esta postura:
aprendizaje de la lectura sigue estando enor- el cerebro es más receptivo a los dos años que
memente presente. Este interés se debe prin- a los seis; el cerebro tiene muchas zonas sin
cipalmente a la necesidad de responder a la potenciar y que con estimulación pueden
cuestión “¿cuándo debemos enseñar a leer a desarrollarse al máximo; esta estimulación
un niño?” o lo que es lo mismo “¿cuál es el moviliza los circuitos nerviosos y desarrolla
mejor momento para iniciar la enseñanza de al niño; cualquier niño puede adquirir
la lectura?” y por tanto “¿qué requisitos debe habilidades mediante la experiencia y la
reunir el niño para afrontar esta tarea con éxi- repetición; la estimulación precoz es positiva
to?” (Gallego, 2006). en todos los ámbitos posibles y todo se puede
En este sentido se pueden plantear dos enseñar en cualquier etapa del desarrollo
posturas contrapuestas sobre el momento (Bruner 1968, Doman 1978).
idóneo de adquisición de la lectura: por una Se trata de una posición extrema en la que
parte considerar que hay que esperar a que el algunos autores llegan a afirmar que, debido
niño esté preparado para leer (con un suficiente a la curiosidad natural de los niños, están
nivel de maduración biológica), y por otra preparados para extraer información de la
animar a que el contacto con la lectura ocurra página impresa tan pronto como tienen
lo más tempranamente posible. oportunidad de mirar cualquier libro y escuchar
En la primera concepción se parte de la leer a alguien. Es este sentido, los criterios más
idea de que no es conveniente considerar la importantes relacionados con la preparación
aptitud para aprender a leer como algo a la lectura son el interés del niño y la
independiente de las características disponibilidad de modelos y materiales de
psicológicas y biológicas del niño. Los lectura (Baghban, 1990; Cohen, 1982). Más
defensores de esta postura de “madurez recientemente autores como Alegría (2006)
lectora” opinan que no se debería considerar también defienden un inicio temprano de la
la enseñanza de la lecto-escritura como algo lectura. Los recursos de orden superior
ajeno a la expresión de otros aprendizajes necesarios para comprender un texto se
necesarios para el desarrollo global del niño. desarrollan leyendo, por lo que lo importante
Son varios los autores que atribuyen es la posesión cuanto antes del código
consecuencias negativas al hecho de comenzar alfabético que permita leer al niño de forma
a leer antes de estar preparado: enseñar a leer autónoma, que mejore el funcionamiento del
demasiado pronto puede provocar ansiedad sistema de procesamiento de las palabras y que
ante esta tarea y esto desembocar en falta de enriquezca los conocimientos lingüísticos y
motivación e incluso rechazo por la lectura. generales del lector (Stanovich, 1986).
Además, esta ansiedad puede llegar a Desde nuestro punto de vista ambas pos-
generalizarse a otras actividades y aprendizajes. turas, aunque contrapuestas, pueden llegar a
Al enseñar a leer se debe tener en cuenta la encontrarse. El peligro está tanto en esperar
exigente preparación que el proceso requiere como en forzar el aprendizaje. No es conve-
para lograr el éxito final, puesto que en caso niente esperar cuando el niño ya tiene adqui-
contrario puede originarse fallos de diferentes rida la capacidad de aprender a leer. Posponer
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la experiencia de la lectura tiene efectos a lar- “precursores” y se refieren a ciertas


go plazo sobre el nivel y las capacidades lec- características mesurables de un niño que van
toras que el niño desarrollará en el futuro (Co- asociadas a un determinado desarrollo del
hen, 1982). Del mismo modo, si se fuerza y aprendizaje del lenguaje oral y escrito. De esta
se plantea demasiado pronto la adquisición de forma la lectura hábil y fluida tiene varios
la lectura, dificultaremos su adquisición, antecedentes que contribuyen al éxito en su
afectará a la autoestima y expectativas del niño aprendizaje, tanto en la comprensión como en
y generará en definitiva una actitud de recha- la decodificación (Scarboroug, 2002).
zo hacia este tipo de actividades (Muchielli, Debemos tener en cuenta que no es lo mismo
1985). Por tanto, debería buscarse el momen- hablar de predictores o precursores, que de
to óptimo en que el aprendizaje se adquiera efi- causas del éxito o fracaso lector. Los
cientemente, lo más temprano posible para predictores correlacionan simplemente con la
cada individuo. En este sentido, es fundamen- lectura. Por tanto un déficit en un predictor no
tal que el niño antes de iniciarse en la lectu- indica inevitablemente problemas de lectura,
ra, haya adquirido las habilidades básicas que pero sí se puede interpretar como una
le predisponga a un aprendizaje exitoso. Todo condición asociada a dificultades en ésta, que
ello sin dejar de considerar que cuanto antes por tanto habrá que tener en consideración.
se dé este aprendizaje mejor será para el des- Definir los precursores y facilitadores
arrollo posterior del niño, siendo convenien- tempranos de la lectura va a permitir conocer
te actuar de forma temprana cuando el cere- su mecanismo de adquisición y así ayudar a
bro es más plástico. identificar a los niños que presentan retrasos
Asegurarse de que todos los niños que se o déficits y que por tanto necesitarán de una
inician en la lectura estén preparados y dispon- intervención temprana que prevenga de futuras
gan de esas habilidades que facilitan el éxito dificultades lectoras (Beltrán, López, y
lector, es también facilitar que los niños acce- Rodríguez, 2006). Así, se puede encontrar entre
dan al conocimiento de la lengua escrita en los investigadores de la lectura un gran interés
condiciones de equidad (Ferreiro, 2002). Una por determinar qué factores son los que
garantía del acceso en igualdad de condicio- afectan específicamente a la habilidad lectora,
nes al aprendizaje de la lectura es la interven- distinguiéndolos de aquellos otros que afectan
ción temprana en el fortalecimiento de las ha- de forma más generalizada a los aprendizajes
bilidades relacionadas con el aprendizaje ini- escolares.
cial de la lectura antes de que el cerebro cie- Son varios los trabajos que han intentado
rre sus periodos críticos de maduración (Pin- recopilar todas estas investigaciones, y han in-
ker, 2001). tentado determinar los principales predictores
y precursores relacionados con la lectura (Bel-
Tendencia actual en la enseñanza de la trán et al., 2006; Gallego, 2006; Greenfiedl,
lectura Storch, y Fischel, 2005; Mason y Stewart, 1990;
Aunque no existen razones de tipo Scarboroug, 2002; Sénechal, LeFevre, Smith-
psicológico o de desarrollo para posponer el Chant, y Colton, 2001; Shatil y Share, 2003;
aprendizaje de la lectura hasta los seis años, Whitehurst y Lonigan, 1998) (ver Tabla 1).
la revisión de la investigación actual permite Aunque hay similitudes entre las diferen-
concluir que deben cumplirse unos tes recopilaciones, no existe una única visión
prerrequisitos, unas condiciones previas, y cada autor plantea una serie de facilitadores.
normalmente ligadas a la maduración Lo que ha quedado suficientemente demostra-
neurológica y por tanto a la edad (Florez- do es que no existe un solo camino para con-
Romero y Arias-Velandia, 2009; Gallego, vertir al niño en un lector competente. El alum-
2006; Pinker, 2001; Scarboroug, 2002; Slavin no llega a dominar la lectura porque es capaz
y Cheung, 2003). Estos requisitos o factores de utilizar integradamente diferentes estrate-
necesarios para el aprendizaje de la lectura se gias que se han demostrado útiles (Flórez-Ro-
pueden considerar como “predictores” o mero y Arias-Velandia, 2009).
8 PILAR SELLÉS, TOMÁS MARTÍNEZ Y EDUARDO VIDAL-ABARCA

Tabla 1. Principales habilidades relacionadas con el desarrollo de inicial


de la lectura en diferentes investigaciones

Conocimientos previos Predictores y habilidades Precursores tempranos


a la lectura facilitadoras de la lectura de la lectura
Scarborough (2002) Gallego (2006) Beltrán et al. (2006)

Conocimientos que incremen- Predictores de la lectura Predictores biológicos


tan la automatización 1. Conocimiento fonológico. 1. Ausencia de deficiencias vi-
1. Conciencia fonológica. 2. Conocimiento alfabético. suales.
2. Principio alfabético. 3. Velocidad de denominación. 2. Ausencia de problemas de
audición.
Conocimientos que incrementan Habilidades facilitadoras 3. Ausencia de dificultades
la comprensión de la lectura 1. Lenguaje oral: comprensión tempranas en el lenguaje.
1. Conocimiento del mundo. oral, léxico auditivo, discri- 4. Ausencia de déficit de aten-
2. Vocabulario. minación auditiva. ción.
3. Sintaxis, semántica y prag- 2. Nivel cognitivo suficiente.
mática). 3. Desarrollo memoria (opera- Precursores tempranos
4. Razonamiento verbal. tiva y semántica). 1. Conciencia fonológica.
5. Conocimiento del contexto 4. Habilidades perceptivas y 2. Rapidez para nombrar estí-
de la cultura escrita. motrices: atención sosteni- mulos en serie.
da, discriminación visual, 3. Vocabulario.
control óculo-manual. 4. Repetición de frases e histo-
5. Aspectos motivacionales y rias.
actitudinales. 5. Factores sociales y ambien-
6. Variables sociales (familia, tales.
entorno inmediato).

Con el fin de aunar criterios y verificar los estudios analizados los que se citan a
datos de otros autores, se ha realizado una continuación: conocimiento fonológico,
exhaustiva revisión bibliográfica de los conocimiento alfabético, velocidad de
trabajos publicados sobre los precursores o denominación, conocimiento metalingüístico,
facilitadores de la lectura dentro los últimos habilidades lingüísticas y ciertos procesos
veinticinco años en las principales bases cognitivos, como memoria y atención -para una
bibliográficas relacionadas con la Educación justificación detallada de los predictores
y la Psicología (Eric y PsycINFO). La revisión seleccionados se puede consultar el artículo de
se ha realizado sobre estudios correlacionales Sellés (2006)-. Puesto que son varios los
que valoran la relación entre el factor facilitadores de la lectura, es importante
seleccionado y el rendimiento lector. En estos desarrollar modelos que eliminen el sesgo de
estudios, el principal determinante es la fuerza considerar de forma unitaria la influencia de
de la asociación encontrada -la correlación estos factores.
estadística encontrada-. De esta forma, cuanta
más alta es la correlación, más fuerte es la Propuesta actual: evaluación e
probabilidad de que ese factor prediga el intervención en las habilidades
rendimiento lector de los niños. A partir de esta relacionadas con el inicio de la lectura
selección, se realizó un análisis cualitativo de
los mismos. De esta forma el análisis En general, la mayoría de los niños
pormenorizado de las investigaciones aprenden a leer de forma sencilla y eficaz una
corrobora que la lectura es un fenómeno en el vez expuestos a una instrucción adecuada
que interviene la acción conjunta de varios (Anbar, 1986; Backman, 1983; Bissex, 1980;
procesos, quedando demostrado en todos los Jackson, 1991; Jackson, Donaldson, y Cleland,
MADUREZ LECTORA Y ENSEÑANZA PRECOZ DE LA LECTURA 9

1988). Sin embargo, también existe un número bre el conocimiento del nombre de las letras;
de niños que presentan dificultades y que a los el Conocimiento Metalingüístico sobre la Lec-
4, 5, o incluso a los 6 años, pueden no estar tura, con las pruebas de Reconocer Palabras,
preparados para iniciarse en la lectura (Wasik Reconocer Frases y Funciones de la Lectu-
y Bond, 2004). En este sentido, es evidente que ra; las Habilidades Lingüísticas, mediante las
se necesita ser capaz de detectar las pruebas de Vocabulario, Articulación, Con-
peculiaridades individuales respecto a la ceptos Básicos y Estructuras Gramaticales,
preparación lectora de los niños antes de iniciar y por último ciertos Procesos Cognitivos con
el proceso de enseñanza. Pese a la importancia las pruebas Memoria Secuencial Auditiva y
de detectar y prevenir posibles déficits en la Percepción.
enseñanza de la lectura, existe una carencia La inclusión de cada una de estas pruebas
importante de instrumentos orientados a y subpruebas vino determinada por el análi-
evaluar las capacidades prelectoras de los niños sis de las investigaciones realizadas sobre el
en español. tema. Pese a las evidencias encontradas, se era
consciente de que una batería dirigida a niños
Batería de inicio a la lectura (BIL 3-6) de Educación Infantil no podía evaluar de for-
A partir de este planteamiento, se ha ela- ma exhaustiva cada uno de los predictores de-
borado una batería de pruebas, Batería de Ini- tectados, ya que aumentaría las sesiones y cos-
cio a la lectura, BIL 3-6 (Sellés, Martínez, Vi- tes de aplicación. Así, se decidió probar una
dal-Abarca, y Gilabert, 2008) que puede per- a una estas habilidades para que la batería fi-
mitir conocer si un niño tiene las capacidades nal tuviera una selección de aquellas tareas que
básicas suficientes para aprender a leer y, por resultasen más eficaces y significativas en la
lo tanto, determinar si está en el momento ade- población de estudio. Por otra parte, en el di-
cuado. Por otra parte esta batería puede ayu- seño de la batería no se consideró la habilidad
dar a identificar entre los niños prelectores “velocidad de denominación” porque reque-
aquellos que corren más riesgo de fracasar en riría un soporte informático.
el aprendizaje de la lecto-escritura y en los que En cuanto a la fiabilidad de la prueba, el
no sería adecuada una enseñanza excesivamen- Alpha de Cronbach obtenido por las diferen-
te precoz de la misma, sino más bien al con- tes pruebas que componen la BIL indica que
trario deberían ser candidatos a recibir una in- la práctica totalidad de las escalas utilizadas
tervención estimuladora encaminada a preve- tienen una alta consistencia interna, pese a que
nir posibles dificultades. muchas de las pruebas tenían un reducido nú-
Además, la detección temprana de mero de ítems. Las puntuaciones en este ín-
dificultades también puede ser la base de un dice oscilan de la prueba con mayor consis-
pre-entrenamiento que facilite el éxito en este tencia interna, Conocimiento Alfabético con
tipo de tareas. Crear una prueba que indique un coeficiente de 0.97, a la que muestra una
si un niño se encuentra en el momento menor consistencia, Estructuras Gramatica-
adecuado de adquisición de la lectura es una les con un coeficiente de 0.54. Además todas
información importante, pero no suficiente; las pruebas de la Batería tienen una distribu-
cualquier prueba de este tipo debe aportar ción normal, con índices de asimetría y cur-
además información sobre qué áreas están tosis cercanos a 0. Por tanto, los análisis de los
afectadas y deberían ser estimuladas para índices descriptivos de las pruebas de la BIL
mejorar la futura adquisición de la lecto- indican una distribución ajustada de los datos
escritura. y altos índices de fiabilidad. Con referencia a
Las habilidades que evalúa la BIL 3-6 son la validez de la prueba, podemos afirmar que
el Conocimiento Fonológico, mediante las la BIL posee una alta Validez de Contenido.
pruebas de Rima, Contar Palabras, Contar La creación de la batería se apoyó en una fuer-
Sílabas, Aislar sílabas y Fonemas (principio te fundamentación teórica, tanto de los cons-
de palabra) y Omisión de Sílabas; el Cono- tructos evaluados, como de la metodología de
cimiento Alfabético, mediante una prueba so- evaluación utilizada. La elaboración, análisis
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y selección de pruebas e ítems de la batería está Moats, y Francis, 2003). Estos autores demues-
basada en una exhaustiva revisión de construc- tran que la instrucción en conocimiento fono-
tos relacionados con la lecto-escritura y en lógico es más eficaz cuando a los niños tam-
pruebas de evaluación relacionadas con esos bién se les enseña cómo usar las letras para re-
constructos, sin olvidar las pruebas específi- presentar los fonemas, coincidiendo con los re-
camente dedicadas a evaluar la “madurez lec- sultados de otras investigaciones (Ehri et al.,
tora”. Para una descripción detallada de la 2001). En esta misma línea se encuentra el tra-
prueba y de los subtests, así como información bajo de Flórez-Romero, Restrepo, y Schwanen-
sobre su baremación, criterios de fiabilidad y flugel (2009), en el que se ha demostrado que
validez, se puede consultar el trabajo de las estrategias de intervención que combinan
Sellés, Martínez, y Vidal-Abarca (2010). distintas prácticas (lectura compartida, cono-
Las investigaciones han demostrado (Al cimiento de las letras, formación de ambien-
Otaiba y Fuchs, 2002; Flórez-Romero et al., tes alfabéticos significativos, fortalecimiento
2009; Vellutino et al., 1996) que la intervención de los vínculos afectivos, aprendizaje de vo-
en ciertos factores implicados en la madurez cabulario nuevo, conciencia fonológica y tra-
lectora pueden mejorar su adquisición. De esta bajo en grupos pequeños), tiene mayores
forma, la batería puede también ayudar a efectos en el aprendizaje de la lectura.
determinar en qué áreas se debe intervenir para
mejorar esta adquisición. Se ha demostrado la Propuestas futuras
importancia y la eficacia de una intervención
preparadora temprana y si se retrasa esta Esta revisión se ha centrado en los facto-
intervención probablemente no sólo tendrán res individuales, pero no por ello se debe de de-
apuros en los resultados académicos jar de considerar la importancia de la estimu-
posteriores, sino que también pueden hacer lación ambiental en la adquisición de la lectu-
peligrar las aspiraciones futuras de los niños. ra. Muchos de los predictores mencionados es-
En los estudios comparativos realizados con tán directamente relacionados con el contexto
niños de Educación Infantil que han recibido que rodea al niño. Por ejemplo, conocer la di-
este tipo de entrenamiento frente a otros que versidad de funciones que tiene la lectura es mu-
no han recibido ninguna estimulación cho más sencillo si el niño está inmerso en un
específica, se ha demostrado a través de contexto en el que la lectura forma parte de su
pruebas de lectura realizadas años después, que vida cotidiana y donde las personas que están
esta estimulación, especialmente la relacionada a su lado interactúan frecuentemente con los li-
con tareas de decodificación más que de bros o materiales escritos. Como se ha comen-
comprensión, correlaciona positivamente con tado a lo largo de este trabajo, esto producirá
el éxito lector posterior (Hammill y McNutt, un aprendizaje significativo y el niño se senti-
1980; Scarborough, 1998). Los niños que rá motivado ya que entenderá cual es su fun-
llegar al primer grado de educación básica sin ción y comprenderá lo que le puede aportar.
experiencias que son requisitos para aprender Son varias las investigaciones que han de-
a leer de manera eficiente, demuestran logros mostrado que el ambiente en el hogar de los
iniciales más bajos que sus pares cuyos niños contribuye a su desarrollo lector, normal-
antecedentes han sido ricos (Cuervo y Flórez, mente utilizando entrevistas con los padres an-
2004). tes de que los niños empezaran su aprendiza-
Las baterías de evaluación que consisten je de la lectura, para después medir la habili-
en medidas múltiples están llegando a ser bas- dad lectora de estos una vez adquirida (Bus,
tante exactas y pueden ser muy útiles para iden- Van Ijzendoorn, y Pellegrini, 1995; Scarborugh
tificar a los niños que tienen riesgo de sufrir pro- et al., 1994; Tabors, Paez, y López, 2003). Se
blemas de lectura. Del mismo modo, para di- ha encontrado que en escuelas de estratos so-
señar programas de instrucción y aumentar la cioeconómicos bajos, los niños tienen rendi-
eficacia de la misma es importante combinar mientos más bajos en tareas relacionadas
varios factores, (Foorman, Chen, Carlson, con la lectura (Flórez-Romero y Arias-Velan-
MADUREZ LECTORA Y ENSEÑANZA PRECOZ DE LA LECTURA 11

dia, 2010). Las familias de entornos depriva- de la habilidad lectora. Por tanto, aunque las
dos culturalmente suelen proporcionar menos variables individuales son fundamentales
ocasiones de interactuar verbalmente con los como predictoras del éxito lector, también ha-
niños (Hart y Risley, 1995), pudiendo ser esto brá que fomentar un ambiente estimulante y
un factor muy relacionado con bajas puntua- motivador que genere actitudes positivas ha-
ciones en vocabulario, uno de los precursores cia la lectura y su aprendizaje.

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