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Actividad 4

“Estudio de Caso Sobre Vulneración de Derechos Fundamentales y Derechos Humanos”

Estudiante:
Yan carlos forero pardo
ID: 000673612

Oscar julian reyes


ID: 000037230

Docente:
Nieves Pérez abril

Corporación Universitaria Minuto de Dios


Constitución Política - NRC 4341
Contaduría, Quinto Semestre
Girardot
2020

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Estudio De Caso

En la ciudad de Girardot el desempleo es muy notorio ya que no se les están brindando


oportunidades laborales a las personas que aquí habitamos, lo que trae consigo que se presenten
muchos casos de empleo informal o vendedores ambulantes, donde en su afán por conseguir el
sustento diario para ellos y para su familia, optan por invadir espacios públicos de la ciudad
como parques o andenes y en algunos casos parta de la calle, entre otros.

El ente gubernamental en su afán por recuperar estos sitios de espacio público hace campañas
de desalojo a estos vendedores informales, donde en la mayoría de los casos los policías en su
abuso de autoridad dañan, botan, o quitan las “zorras” o “carrosas” que usan estas personas para
comercializar sus productos, lo que trae consigo que estos vendedores informales se queden sin el
único medio que tienen actualmente para su sustento diario. En muchos casos hay mujeres,
ancianos, niños o personas con alguna discapacidad física y la policía pareciera que no les
importara ni respetara la vulnerabilidad de estas personas, ya que hacen mal uso de la autoridad
que se les ha delegado y pasan por encima de los derechos de estos vendedores informales, que lo
único que quieren es conseguir su sustento diario de manera honrada.

Solución al Estudio de Caso

Los derechos fundamentales que encontré vulnerados en este caso son: El derecho al trabajo
que se encuentra consagrado en la Constitución Política de 1991, en los artículos 25 y 53.

Artículo 25. El trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas sus
modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo
en condiciones dignas y justas.

Artículo 53. El Congreso expedirá el estatuto del trabajo. La ley correspondiente tendrá en
cuenta por lo menos los siguientes principios mínimos fundamentales: Igualdad de
oportunidades para los trabajadores; remuneración mínima vital y móvil, proporcional a la
cantidad y calidad de trabajo; estabilidad en el empleo; irrenunciabilidad a los beneficios
mínimos establecidos en normas laborales; facultades para transigir y conciliar sobre derechos
inciertos y discutibles; situación más favorable al trabajador en caso de duda en la aplicación
e interpretación de las fuentes formales de derecho; primacía de la realidad sobre formalidades
Establecidas por los sujetos de las relaciones laborales; garantía a la seguridad social, la
capacitación, el adiestramiento y el descanso necesario; protección especial a la mujer, a la
maternidad y al trabajador menor de edad. El estado garantiza el derecho al pago oportuno y
al reajuste periódico de las pensiones legales. Los convenios internacionales del trabajo
debidamente ratificados, hacen parte de la legislación interna. La ley, los contratos, los
acuerdos y convenios de trabajo, no pueden menoscabar la libertad, la dignidad humana ni los
derechos de los trabajadores.

También hay un abuso de autoridad por parte de la policía nacional que no cumple con lo
consagrado en el artículo 218 y 13 de la Constitución Política de Colombia de 1991.

Artículo 218. La ley organizará el cuerpo de Policía. La Policía Nacional es un cuerpo


armado permanente de naturaleza civil, a cargo de la Nación, cuyo fin primordial es el
mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades
públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz. La ley
determinará su régimen de carrera, prestacional y disciplinario.

Artículo 13. Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma
protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y
oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar,
lengua, religión, opinión política o filosófica. El Estado promoverá las condiciones para que la
igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o
marginados. El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición
económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará
los abusos o maltratos que contra ellas se cometan.

Vale la pena recalcar que en el artículo 82 de la Constitución Política de Colombia de 1991


nos dice que “Es deber del Estado velar por la protección de la integridad del espacio público y
por su destinación al uso común, el cual prevalece sobre el interés particular. Las entidades
públicas participarán en la plusvalía que genere su acción urbanística y regularán la
utilización del suelo y del espacio aéreo urbano en defensa del interés común.” Claro, nos dice
que es un deber del estado velar por la protección de la integridad del espacio público, pero
también es un deber de ellos el cumplir con los siguientes requisitos: (1) Se han de adelantar
siguiendo el
debido proceso y dándole a los afectados un trato digno, (2) deben respetar la confianza legítima
de los afectados, (3) deben estar precedidas de una cuidadosa evaluación de la realidad sobre la
cual habrán de tener efectos, con el seguimiento y la actualización necesarios para guardar
correspondencia en su alcance y características con dicha realidad, con miras a asegurar el goce
efectivo de derechos constitucionales fundamentales, y (4) no se pueden adelantar en forma tal
que se lesione desproporcionadamente el derecho al mínimo vital de los sectores más vulnerables
y pobres de la población, ni de manera tal que se prive a quienes no cuentan con oportunidades
económicas en el sector formal de los únicos medios lícitos de subsistencia que tienen a su
disposición”. En ese orden de ideas, las personas que se dedican al comercio informal no pueden
ser privadas de sus medios de subsistencia, sin que las autoridades les ofrezcan mecanismos
adicionales por medio de los cuales puedan satisfacer sus necesidades en forma efectiva y con
esto, sus derechos fundamentales como la vida, la dignidad, el mínimo vital, la igualdad, el
trabajo, entre otros.

Debe haber protección especial a personas de la tercera edad, personas con discapacidad física
o cognitiva, mujeres, población desplazada, minorías étnicas, madres cabeza de familia y
menores de edad.

Las personas dedicadas a las ventas ambulantes hacen parte de un grupo marginado frente al
cual el Estado debe propender por mejorar sus condiciones de vida y minimizar los efectos
negativos que conlleva la ejecución de medidas de recuperación del espacio público. Sin
embargo, tal mandato es más contundente y debe ser desplegado con más diligencia, cuando
entre esa población se identifican algunos sujetos que merecen una protección y atención
preferente por parte de las autoridades, pues además de la precariedad económica, se encuentran
en otras circunstancias que los sitúan en una posición de mayor vulnerabilidad. Es el caso de las
personas que pertenecen a la tercera edad, que padecen discapacidad física o cognitiva, mujeres,
población desplazada, minorías étnicas y menores de edad. No requiere la misma protección una
vendedora o vendedor informal que tiene otras fuentes de ingreso para su subsistencia, o que
lleva pocos meses ocupando el espacio público, que la protección que ameritan aquellas personas
que han ejercido por años su actividad en un mismo lugar o son desplazados, hacen parte de la
tercera edad o son mujeres cabeza de familia.

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