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Tipos de fósiles

Los fósiles son restos orgánicos petrificados y se ubican en algunas capas de la superficie
terrestre.

Tanto animales como plantas pueden encontrarse en dicho estado.

De acuerdo a sus características existen los siguientes tipos de fósiles:

Fósiles índice o guía:

Estos fósiles corresponden a organismos extinguidos. Son muy utilizados en la


bioestratigrafía y se caracterizan por encontrarse en abundantes cantidades, su distribución
estratigráfica es restringida mientras que su distribución geográfica amplia.

Subfósiles:

Estos pertenecen a organismos extintos o no que se hallan en el yacimiento Reciente o del


Holoceno. Se caracterizan por no tener más de 11.000 años de antigüedad.

Problemáticos:

Reciben este nombre aquellos fósiles de los que no se puede comprobar su origen orgánico.

Pseudofósiles:

Reciben este nombre aquellos materiales inorgánicos cuya apariencia es orgánica.

Químicos:

Se les llama así a las moléculas que se hallan en el petróleo o sedimento. La estructura de
estas moléculas está relacionada con ciertos compuestos químicos que actualmente se
producen. Los fósiles químicos ayudan a distinguir ambientes marinos o dulceacuícolas,
determinar la presencia de ciertos organismos, establecer métodos particulares de
descomposición de partículas y reconstruir el escenario en el que se formó la roca madre.

Vivientes:

Estos fósiles corresponden a organismos recientes e incluso actuales que tienen numerosas
afinidades del tipo morfológicas con especies extinguidas o bien, que han sufrido a lo largo
del tiempo modificaciones morfológicas, generalmente externas.

De acuerdo a su formación se puede hablar de las siguientes clases de fósiles:


Petrificados: estos se forman a partir de las partes blandas o duras de algún organismo.
Estas se mineralizan conformando una copia de ellas en una piedra, de manera exacta.

Gelificados: estos se forman tras la incrustación de un organismo en el hielo luego de un


proceso de congelación. El organismo se mantiene sin alteraciones a bajas temperaturas por
largos períodos.

Compresos: estos fósiles son el resultado de organismos que son depositados en una
superficie blanda, por ejemplo barro, que queda cubierta por una fina capa de sedimento.

Incluidos: estos fósiles se forman como consecuencia de que algún organismo quede
atrapado en alguna sustancia como el ámbar, a la resina o algo semejante.

Impresos: estos contienen las impresiones de plantas o animales sobre el fango que se
endurece hasta transformarse en una roca.

Conclusiones

Los fósiles son los restos o marcas de animales extintos, que después de muertos sus
cuerpos o marcas de su actividad se han conservado de alguna manera. Los fósiles más
comunes se encuentran en las rocas, pero también pueden ser encontrados en el hielo o en
el ámbar, savia de los árboles que corría por el tronco y después de un tiempo se endurecía
preservando animales o vegetales en su interior. Este material conservado puede ser
formado de cualquier tipo de organismo, sin embargo los más comunes son animales
vertebrados o que tienen alguna parte dura, generalmente ósea en el cuerpo y que logran
superar la descomposición.

También hay fósiles de bacterias, invertebrados como insectos y plantas, pudiendo ser
encontrados enteros o fragmentados. Pero los fósiles pueden ser constituidos de huellas o
marcas dejadas, no sólo partes del propio animal, a veces aparecen en forma de huellas,
marcas de cola, huevos, nidos, excrementos, etc, son considerados Icnofosiles.

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