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17 de abril de 2020

Geografía del Sistema Mundo


Presentado a: Estela Escobar Laoz

Presentado por: Juan Camilo Santa Rivera

Desarrollo de Práctica 1

1. El lema o temática que se desarrolla en el Informe sobre Desarrollo Humano


2019 se denomina más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá
del presente: desigualdades del desarrollo humano en el siglo XXI. En él se
detalla de manera independiente y basada en hechos reales y análisis basados
en estadísticas referentes a las sociedades en general. En este sentido, busca
mostrar las desigualdades que deja un mundo cambiante, globalizado,
amenazado por una crisis climática inminente, un avance tecnológico y de
desarrollo social respecto otras sociedades o países donde se termina por
condicionar, quiérase o no, el progreso humano en el siglo XXI. Así, pues, el
mundo globalizado, termina por mostrar una cierta disfuncionalidad, algo que
no funciona en nuestras sociedades. Además, la importancia del cambio
climático y lo que se debe hacer frente al mismo para remediar el daño
ambiental. Se muestra en el informe que tenemos la necesidad de trabajar
aunados para superar estos problemas o desafíos sistémicos. Los países
desarrollados han de ayudar a las demás comunidades a lograr los Objetivos
de Desarrollo Sostenible y la aceptación de la declaración universal de los
derechos humanos. Igualmente, se refleja un mundo cambiante con diversas
desigualdades sociales y un cambio tecnológico que ha cambiado el modo de
ingresar al mundo y ser partícipe de las dinámicas que en él se dan.
2. Los datos que muestran las gráficas y la relación que hay entre ellas es un algo
revelador de esas desigualdades a las que refiere el informe de las Naciones
Unidas. Se refleja, pues, que en base a esta recopilación de análisis hay una
amplia diferencia y, por qué no, esperanza de vida para los niños que nacen en
países con desarrollo humano muy alto. La relación de personas en países con
un muy alto desarrollo humano y en países con desarrollo humano bajo
respecto de los nacidos entre 2000 y 2020, teniendo en cuenta los datos
aportados por las diversas instituciones, permite saber que en los de muy alto
desarrollo humano las personas tienen mayores posibilidades de acceder a la
educación superior siendo 55 de cada 100 personas las que son beneficiarias
de este tipo de educación. Mientras que las otras 44 no realizan estos estudios
y, por último, 1 tiene la posibilidad de fallecer antes de cumplir los 20 años de
edad. Por el contrario, la gráfica muestra algo no muy alentador para los países
de desarrollo humano bajo, pues bien, de 100 personas solo 3 personas logran
acceder a la educación superior mientras que una amplia mayoría de 80
personas no realizan estudios superiores. Así mismo, escandaliza un poco el
hecho de que de esas 100 personas 17 tengan probabilidad de fallecer antes
de cumplir los 20 años. Son cifras que dejan mucho que pensar para hacer por
aquellos países de desarrollo humano bajo ya que las sociedades
contemporáneas son sociedades del conocimiento, sin embargo, notamos que
esto solo parece cumplirse en sociedades desarrolladas, haciendo así aun más
grande la brecha entre los países porque no es lo mismo una sociedad
educada que una sumida en la pobreza de la ignorancia, que puede ser peor
que la pobreza material. Se entiende, entonces, que de igual manera son
mayores las oportunidades que tendrán las personas en países con un alto
índice de desarrollo humano que las de bajo, tanto así que puede darse el caso
de que aquellos países con bajo desarrollo humano vean su juventud optando
por oscuros mundos como el de la delincuencia, drogas, crimen organizado,
etc. Es decir, las esperanzas de vida son muy sujetas al contexto en el que se
desarrolla la vida humana pero no determinantes por completo.
3. En cuanto a la desigualdad cabe resaltar que en el mundo ha habido avances
que, a pesar de ser significativos, no son enteramente suficientes para
alcanzar la meta propuesta de la agenda 2030 respecto a los objetivos de
desarrollo sostenible. En este sentido, hay que abogar por una modificación de
las herramientas y métodos a través de los cuales se obtienen los datos y
resultados derivados de estos. Es decir, como reza el eslogan del informe, se
debe ir más allá del ingreso, de los promedios y del presente, que son las
herramientas con las cuales medimos, hacemos frente a las desigualdades que
aquejan a las sociedades. Si bien se dice en el informe que muchas personas
logran superar los mínimos básicos del desarrollo humano, las desigualdades a
nivel general continúan siendo amplias. Sobremanera, en un nuevo siglo que
ha traído consigo unos avances en materia tecnológica que revolucionan la
manera como se interactúa entre las personas y sociedades mismas. Así
mismo, este nuevo siglo con los cambios que introduce en diversos campos
sociales y los avances que supone, en cuanto a las capacidades básicas
donde muchos países ya empiezan a escalar los peldaños del desarrollo
humano, ha introducido unas nuevas capacidades denominadas capacidades
aumentadas. Éstas que más que allanar el camino a los países en pro del
desarrollo humano les ha hecho aun más largo la escalada al mismo. Estas
capacidades aumentadas reflejan aspectos de la vida que serán de suma
importancia para el futuro. La importancia fundamental de las capacidades
básicas y aumentadas es que indican el camino a seguir por los países que
quieren llegar a tener un alto desarrollo humano ya que son el punto de partida
para analizar las necesidades de las sociedades y los retos que debe afrontar.
Por un lado, las capacidades básicas se enmarcan en un grupo menester para
toda sociedad que implica la supervivencia en la primera infancia, el acceso a
una enseñanza primaria fundamental, la posibilidad de tener a la mano el
acceso y conocimiento de tecnología básica que amplíe y fomente el gusto por
el conocimiento y, por último, una fuerte capacidad de resiliencia frente a crisis
recurrentes que pueda sufrir su contexto social, político, económico, etc. Por
otro lado, tenemos que en cuanto a las capacidades aumentadas se busca
proveer a las sociedades de un acceso a la atención de la salud de calidad en
todos los niveles, es decir, que la salud esté en función de las personas y no
del capital que tengan. Así mismo, una educación de alta calidad en todos los
niveles y no con amplias diferencias como puede suponer, en algunos casos,
la educación pública de la privada o viceversa. Es una generalización de la
calidad educativa donde el de bajos recursos termina preparado a igual nivel
que el de altos recursos. Además, se garantiza un acceso efectivo a
tecnologías modernas que complementan indiscutiblemente la formación de las
personas. Por último, como señala el informe, contar con una capacidad de
resiliencia frente a nuevas crisis desconocidas a las que la persona haga
frente.
Algunos ejemplos que podríamos señalar del informe es que hay un gran
escape del hambre, la enfermedad y la pobreza de gran número de personas
que superan el umbral mínimo de subsistencia. No obstante, aun hay que
trabajar más para lograr las metas de desarrollo sostenible en la agenda 2030.
Además, se refleja que hay una mayor capacidad para hacer frente a crisis
ambientales y que hay un uso mayor de herramientas tecnológicas. También,
señala la importancia de que grupos excluidos históricamente como las
mujeres logren acceder al voto (que se introduce como una capacidad básica)
y lleguen hoy día a participar en la esfera política y élite mundial como líderes
nacionales e internacionales (enmarcada en capacidades aumentadas).
Igualmente, se destaca el hecho de que hay fuertes descensos en la tasa de
mortalidad entre los niños menores de un año. En este sentido, las
desigualdades están relacionadas con la vida y la muerte, si bien hay avances
importantes se estima que anualmente habrá tres millones de niños menores
de 5 años que morirán y que supone 850.000 muertes por encima de la meta
mínima de la agenda 2030, esto teniendo en cuenta que se siga el ritmo actual
y no haya cambios sustanciales en las políticas y dinámicas socioeconómicas.
Así mismo, si bien se tiene en cuenta que hay mucha más cobertura escolar se
prevé que aun estarán 225 millones de niños fuera de las escuelas. Sumado a
esto, en el siglo XXI, según los datos analizados, el 42% de los adultos que
están en países con desarrollo humano bajo posee estudios primarios frente a
un 94% de los que viven en países con desarrollo humano muy alto. Es
destacable el hecho de que en países con alto desarrollo humano el 29% de
los adultos tiene estudios superiores mientras que en los de bajo desarrollo
humano solo el 3% logró acceder a los mismos. Respecto al acceso a internet,
que implica necesariamente un acceso más amplio al conocimiento,
encontramos que en países de desarrollo humano bajo siquiera se llega a una
suscripción por cada 100 habitantes mientras que en los de desarrollo humano
alto hay 28 suscripciones. De igual manera, escandaliza un poco saber que
faltando solo 10 años para el 2030 los objetivos de ésta se hacen poco
factibles en cuanto descubrimos que hay 600 millones de personas que viven
en la pobreza económica extrema, que aumenta al momento de ser medida a
través de la pobreza multidimensional alcanzando los 1.300 millones de
personas. Cabe señalar, no obstante, que las brechas están disminuyendo,
pero es también porque en la parte superior de los peldaños del desarrollo
humano ya no hay mucho margen para seguir avanzando.
Las capacidades aumentadas se encuentran en un punto positivo para los
países desarrollados pero se tornan negativas para los países en vías de
desarrollo, o con bajo desarrollo humano, porque más que cerrar la brecha de
las desigualdades, las amplía al sumar objetivos y necesidades para las
personas ser más capaces de afrontar lo que el nuevo siglo, el nuevo mundo,
dominado por la tecnología y economía, demanda de ellas. Se puede decir,
entonces, que hay una convergencia en cuanto a las capacidades básicas se
refiere, de modo general en el mundo, pero hay una divergencia considerable
que está abriéndose camino entre las sociedades con bajo y alto desarrollo
humano. Si bien hay un avance en las capacidades básicas esta pareciera
anularse al momento de ser contrastada con las capacidades aumentadas. Se
hace más largo el camino para llegar a ser un país con alto desarrollo humano.
Señalemos, por último, que un ejemplo de tal divergencia es que mientras en
los países con desarrollo humano alto la población con estudios superiores
crece unas 6 veces más que los países con desarrollo humano bajo. Asunto
este problemático para las demandas de las sociedades donde el conocimiento
es imperante y necesario ya que se necesita de personas preparadas para
afrontar los retos de la vida diaria y social. Estas desigualdades, analizadas
desde tal divergencia entre las capacidades, determinarán las posibilidades de
las personas para plantar cara al siglo XXI desenvolviéndose en la economía
del conocimiento y enfrentar el cambio climático. Estas desigualdades del
desarrollo humano constituyen un obstáculo para hacer realidad la Agenda
2030 para el desarrollo sostenible.
4. Las diferentes desigualdades señaladas en el informe son la desigualdad al
momento del nacimiento, que define las posibilidades y libertades que tendrá a
la mano la persona, ésta es una desigualdad que no está al control de la
persona pues al momento de nacer ya tendrá determinado un género, etnia y
riqueza. Hay también desigualdad de accesos a la salud, pues bien, hay
quienes importan más para el sistema y otros a quienes se puede desechar
porque no aportan a él o no tienen suficiente para pagar por vivir. La salud es
una desigualdad de las más apremiantes, pues bien, se quiere que toda la
humanidad logre acceder a un sistema de salud que de alivio a todos sus
males y enfermedades. Otra desigualdad comentada ya, es la de la educación
y la calidad de la educación que se da a las personas, igualmente, las
posibilidades de acceso a la misma. Otra es la posibilidad de acceso a la
tecnología ya que no es lo mismo un niño en la Unión Europea que en África
para acceder a tecnologías de vanguardia o tan solo tecnologías avanzadas.
Supone para estos últimos un gasto que solo personas con altos ingresos se
pueden dar. Así mismo, una desigualdad de las más importantes señaladas en
el informe es la de la distribución de los ingresos y la riqueza ya que no es para
nada aceptable que mientras los ingresos del 80% más pobre de la población
europea crecieron cerca de un 40%, los ingresos del 0,001% más rico
aumenten más de un 180%. En este sentido, no podemos tratar de abolir
desigualdades mientras se acepten cosas como la señalada donde también se
dice, ya en términos globales, que el 1% de la población tiene más riqueza que
el 99% restante. También nos encontramos con las desigualdades políticas, de
género, etnia, religión, etc. que permean todas las capas de la sociedad del
siglo XXI.
5. La crisis climática y la desigualdad, como señala el informe, son problemas que
están interrelacionados. Las emisiones de gases de efecto invernadero en
exceso pueden generar grandes daños sobre los ecosistemas y la
biodiversidad. La emisión excesiva de gases como el dióxido de carbono, el
metano, el óxido de nitrógeno, entre otros más, resulta perjudicial para
sostener y mantener la estabilidad de la temperatura terrestre que hace posible
que se desarrolle la vida. Decimos que son problemas interrelacionados debido
a que, esto es algo paradójico, los países con un mayor grado de desarrollo
humano son quienes generan una huella ecológica más profunda presentando
emisiones de carbono mayores por persona que los de bajo desarrollo
humano. Es decir, pareciera que en cuanto más desarrollo mayor es su
impacto en la vida terrestre. Basta con ver el efecto negativo de las grandes
urbes que concentran más desarrollo, pero, a su vez, más problemas de
polución y calidad del aire. Esto lo cual al final demandará más espacio verde
por metro cuadrado para cada persona. Las consecuencias del cambio
climático las tenemos a la vuelta de esquina. Se estima en el informe que para
el 2030 y 2050 aparte de cuantiosas perdidas de cosechas y numerosos
desastres naturales cada vez de mayor intensidad, se provocarán unas
250.000 muertes más por la malnutrición, la malaria, la diarrea y el estrés
térmico. Además, de seguir el ritmo de producción tan desproporcionado que
se lleva, estaremos enfrentados a calores mortales y una ampliación del
espectro de acción de enfermedades transmitidas por mosquitos como la
malaria, el dengue. Se prevé que el cambio climático golpeará con mayor
fuerza y primero a los trópicos, donde se encuentran muchos de los países que
consideramos en desarrollo. De ser así, éstos, por sus recursos y complejas
dinámicas sociales, están en menor capacidad para enfrentar tales cambios y
problemas climáticos extremos que los países más ricos. Es más difícil para
países pobres adaptarse a nuevas formas de vida, más sustentables y
amigables con el medio ambiente, que los ricos donde ya se ha explorado y
beneficiado de energías fósiles, solo por nombrar una, de donde se ha sacado
mucho provecho para su desarrollo. En este sentido, se puede decir que los
efectos del cambio climático ahondan las brechas socioeconómicas existentes
y, además, como reza el popular adagio, justos pagan por pecadores. La
desigualdad del ingreso en los países obstaculiza la difusión y puesta en
practica de formas de vida amigables con el medio ambiente pues, éstas son
producto de la tecnología y habiendo una brecha tecnológica considerable con
los otros de alto desarrollo, no se lograría llegar muy lejos con su incursión,
esto a pesar de que sí se haga, aunque sea mínima su inversión. La
desigualdad influye en el equilibrio del poder ya que a pesar de que la
población quiera energías renovables pero una pequeña parte, mínima, la élite,
se niegue al uso de las mismas, por sus pérdidas monetarias, influyendo sobre
los poderes políticos para que se continúe con el uso de energías no
renovables. Los partidarios de la no reducción de la huella de carbono sobre la
tierra son aquellos quienes han ganado con el uso de tales energías pues sus
ganancias se irían abajo. De aquí que se deba lograr un amplio consenso entre
el poder político y económico ya que es menester que se implanten nuevas
formas de relacionarnos con el planeta en las cuales no le matemos a él y a
nosotros mismos. Muy bien lo señala el informe cuando dice “La concentración
de ingresos en el tramo superior puede coincidir con los intereses de los
grupos contrarios a la acción por el clima”. Por último, se invita a que se
evalúen una serie de medidas e intervenciones eficaces de políticas sociales
que logren combatir las desigualdades y el cambio climático. La lucha por el
bienestar mundial no es el aporte de cada uno de los países sino el trabajo
aunado de todos por todos, donde aquellos que más tienen tiendan la mano a
los que no. Además, no se ha de poner en función del dinero, la economía, la
vida y bienestar de toda la humanidad porque como se ha señalado en el
informe los ingresos no son distribuidos de la mejor manera.

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