1. El lema o temática que se desarrolla en el Informe sobre Desarrollo Humano
2019 se denomina más allá del ingreso, más allá de los promedios, más allá del presente: desigualdades del desarrollo humano en el siglo XXI. En él se detalla de manera independiente y basada en hechos reales y análisis basados en estadísticas referentes a las sociedades en general. En este sentido, busca mostrar las desigualdades que deja un mundo cambiante, globalizado, amenazado por una crisis climática inminente, un avance tecnológico y de desarrollo social respecto otras sociedades o países donde se termina por condicionar, quiérase o no, el progreso humano en el siglo XXI. Así, pues, el mundo globalizado, termina por mostrar una cierta disfuncionalidad, algo que no funciona en nuestras sociedades. Además, la importancia del cambio climático y lo que se debe hacer frente al mismo para remediar el daño ambiental. Se muestra en el informe que tenemos la necesidad de trabajar aunados para superar estos problemas o desafíos sistémicos. Los países desarrollados han de ayudar a las demás comunidades a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la aceptación de la declaración universal de los derechos humanos. Igualmente, se refleja un mundo cambiante con diversas desigualdades sociales y un cambio tecnológico que ha cambiado el modo de ingresar al mundo y ser partícipe de las dinámicas que en él se dan. 2. Los datos que muestran las gráficas y la relación que hay entre ellas es un algo revelador de esas desigualdades a las que refiere el informe de las Naciones Unidas. Se refleja, pues, que en base a esta recopilación de análisis hay una amplia diferencia y, por qué no, esperanza de vida para los niños que nacen en países con desarrollo humano muy alto. La relación de personas en países con un muy alto desarrollo humano y en países con desarrollo humano bajo respecto de los nacidos entre 2000 y 2020, teniendo en cuenta los datos aportados por las diversas instituciones, permite saber que en los de muy alto desarrollo humano las personas tienen mayores posibilidades de acceder a la educación superior siendo 55 de cada 100 personas las que son beneficiarias de este tipo de educación. Mientras que las otras 44 no realizan estos estudios y, por último, 1 tiene la posibilidad de fallecer antes de cumplir los 20 años de edad. Por el contrario, la gráfica muestra algo no muy alentador para los países de desarrollo humano bajo, pues bien, de 100 personas solo 3 personas logran acceder a la educación superior mientras que una amplia mayoría de 80 personas no realizan estudios superiores. Así mismo, escandaliza un poco el hecho de que de esas 100 personas 17 tengan probabilidad de fallecer antes de cumplir los 20 años. Son cifras que dejan mucho que pensar para hacer por aquellos países de desarrollo humano bajo ya que las sociedades contemporáneas son sociedades del conocimiento, sin embargo, notamos que esto solo parece cumplirse en sociedades desarrolladas, haciendo así aun más grande la brecha entre los países porque no es lo mismo una sociedad educada que una sumida en la pobreza de la ignorancia, que puede ser peor que la pobreza material. Se entiende, entonces, que de igual manera son mayores las oportunidades que tendrán las personas en países con un alto índice de desarrollo humano que las de bajo, tanto así que puede darse el caso de que aquellos países con bajo desarrollo humano vean su juventud optando por oscuros mundos como el de la delincuencia, drogas, crimen organizado, etc. Es decir, las esperanzas de vida son muy sujetas al contexto en el que se desarrolla la vida humana pero no determinantes por completo. 3. En cuanto a la desigualdad cabe resaltar que en el mundo ha habido avances que, a pesar de ser significativos, no son enteramente suficientes para alcanzar la meta propuesta de la agenda 2030 respecto a los objetivos de desarrollo sostenible. En este sentido, hay que abogar por una modificación de las herramientas y métodos a través de los cuales se obtienen los datos y resultados derivados de estos. Es decir, como reza el eslogan del informe, se debe ir más allá del ingreso, de los promedios y del presente, que son las herramientas con las cuales medimos, hacemos frente a las desigualdades que aquejan a las sociedades. Si bien se dice en el informe que muchas personas logran superar los mínimos básicos del desarrollo humano, las desigualdades a nivel general continúan siendo amplias. Sobremanera, en un nuevo siglo que ha traído consigo unos avances en materia tecnológica que revolucionan la manera como se interactúa entre las personas y sociedades mismas. Así mismo, este nuevo siglo con los cambios que introduce en diversos campos sociales y los avances que supone, en cuanto a las capacidades básicas donde muchos países ya empiezan a escalar los peldaños del desarrollo humano, ha introducido unas nuevas capacidades denominadas capacidades aumentadas. Éstas que más que allanar el camino a los países en pro del desarrollo humano les ha hecho aun más largo la escalada al mismo. Estas capacidades aumentadas reflejan aspectos de la vida que serán de suma importancia para el futuro. La importancia fundamental de las capacidades básicas y aumentadas es que indican el camino a seguir por los países que quieren llegar a tener un alto desarrollo humano ya que son el punto de partida para analizar las necesidades de las sociedades y los retos que debe afrontar. Por un lado, las capacidades básicas se enmarcan en un grupo menester para toda sociedad que implica la supervivencia en la primera infancia, el acceso a una enseñanza primaria fundamental, la posibilidad de tener a la mano el acceso y conocimiento de tecnología básica que amplíe y fomente el gusto por el conocimiento y, por último, una fuerte capacidad de resiliencia frente a crisis recurrentes que pueda sufrir su contexto social, político, económico, etc. Por otro lado, tenemos que en cuanto a las capacidades aumentadas se busca proveer a las sociedades de un acceso a la atención de la salud de calidad en todos los niveles, es decir, que la salud esté en función de las personas y no del capital que tengan. Así mismo, una educación de alta calidad en todos los niveles y no con amplias diferencias como puede suponer, en algunos casos, la educación pública de la privada o viceversa. Es una generalización de la calidad educativa donde el de bajos recursos termina preparado a igual nivel que el de altos recursos. Además, se garantiza un acceso efectivo a tecnologías modernas que complementan indiscutiblemente la formación de las personas. Por último, como señala el informe, contar con una capacidad de resiliencia frente a nuevas crisis desconocidas a las que la persona haga frente. Algunos ejemplos que podríamos señalar del informe es que hay un gran escape del hambre, la enfermedad y la pobreza de gran número de personas que superan el umbral mínimo de subsistencia. No obstante, aun hay que trabajar más para lograr las metas de desarrollo sostenible en la agenda 2030. Además, se refleja que hay una mayor capacidad para hacer frente a crisis ambientales y que hay un uso mayor de herramientas tecnológicas. También, señala la importancia de que grupos excluidos históricamente como las mujeres logren acceder al voto (que se introduce como una capacidad básica) y lleguen hoy día a participar en la esfera política y élite mundial como líderes nacionales e internacionales (enmarcada en capacidades aumentadas). Igualmente, se destaca el hecho de que hay fuertes descensos en la tasa de mortalidad entre los niños menores de un año. En este sentido, las desigualdades están relacionadas con la vida y la muerte, si bien hay avances importantes se estima que anualmente habrá tres millones de niños menores de 5 años que morirán y que supone 850.000 muertes por encima de la meta mínima de la agenda 2030, esto teniendo en cuenta que se siga el ritmo actual y no haya cambios sustanciales en las políticas y dinámicas socioeconómicas. Así mismo, si bien se tiene en cuenta que hay mucha más cobertura escolar se prevé que aun estarán 225 millones de niños fuera de las escuelas. Sumado a esto, en el siglo XXI, según los datos analizados, el 42% de los adultos que están en países con desarrollo humano bajo posee estudios primarios frente a un 94% de los que viven en países con desarrollo humano muy alto. Es destacable el hecho de que en países con alto desarrollo humano el 29% de los adultos tiene estudios superiores mientras que en los de bajo desarrollo humano solo el 3% logró acceder a los mismos. Respecto al acceso a internet, que implica necesariamente un acceso más amplio al conocimiento, encontramos que en países de desarrollo humano bajo siquiera se llega a una suscripción por cada 100 habitantes mientras que en los de desarrollo humano alto hay 28 suscripciones. De igual manera, escandaliza un poco saber que faltando solo 10 años para el 2030 los objetivos de ésta se hacen poco factibles en cuanto descubrimos que hay 600 millones de personas que viven en la pobreza económica extrema, que aumenta al momento de ser medida a través de la pobreza multidimensional alcanzando los 1.300 millones de personas. Cabe señalar, no obstante, que las brechas están disminuyendo, pero es también porque en la parte superior de los peldaños del desarrollo humano ya no hay mucho margen para seguir avanzando. Las capacidades aumentadas se encuentran en un punto positivo para los países desarrollados pero se tornan negativas para los países en vías de desarrollo, o con bajo desarrollo humano, porque más que cerrar la brecha de las desigualdades, las amplía al sumar objetivos y necesidades para las personas ser más capaces de afrontar lo que el nuevo siglo, el nuevo mundo, dominado por la tecnología y economía, demanda de ellas. Se puede decir, entonces, que hay una convergencia en cuanto a las capacidades básicas se refiere, de modo general en el mundo, pero hay una divergencia considerable que está abriéndose camino entre las sociedades con bajo y alto desarrollo humano. Si bien hay un avance en las capacidades básicas esta pareciera anularse al momento de ser contrastada con las capacidades aumentadas. Se hace más largo el camino para llegar a ser un país con alto desarrollo humano. Señalemos, por último, que un ejemplo de tal divergencia es que mientras en los países con desarrollo humano alto la población con estudios superiores crece unas 6 veces más que los países con desarrollo humano bajo. Asunto este problemático para las demandas de las sociedades donde el conocimiento es imperante y necesario ya que se necesita de personas preparadas para afrontar los retos de la vida diaria y social. Estas desigualdades, analizadas desde tal divergencia entre las capacidades, determinarán las posibilidades de las personas para plantar cara al siglo XXI desenvolviéndose en la economía del conocimiento y enfrentar el cambio climático. Estas desigualdades del desarrollo humano constituyen un obstáculo para hacer realidad la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. 4. Las diferentes desigualdades señaladas en el informe son la desigualdad al momento del nacimiento, que define las posibilidades y libertades que tendrá a la mano la persona, ésta es una desigualdad que no está al control de la persona pues al momento de nacer ya tendrá determinado un género, etnia y riqueza. Hay también desigualdad de accesos a la salud, pues bien, hay quienes importan más para el sistema y otros a quienes se puede desechar porque no aportan a él o no tienen suficiente para pagar por vivir. La salud es una desigualdad de las más apremiantes, pues bien, se quiere que toda la humanidad logre acceder a un sistema de salud que de alivio a todos sus males y enfermedades. Otra desigualdad comentada ya, es la de la educación y la calidad de la educación que se da a las personas, igualmente, las posibilidades de acceso a la misma. Otra es la posibilidad de acceso a la tecnología ya que no es lo mismo un niño en la Unión Europea que en África para acceder a tecnologías de vanguardia o tan solo tecnologías avanzadas. Supone para estos últimos un gasto que solo personas con altos ingresos se pueden dar. Así mismo, una desigualdad de las más importantes señaladas en el informe es la de la distribución de los ingresos y la riqueza ya que no es para nada aceptable que mientras los ingresos del 80% más pobre de la población europea crecieron cerca de un 40%, los ingresos del 0,001% más rico aumenten más de un 180%. En este sentido, no podemos tratar de abolir desigualdades mientras se acepten cosas como la señalada donde también se dice, ya en términos globales, que el 1% de la población tiene más riqueza que el 99% restante. También nos encontramos con las desigualdades políticas, de género, etnia, religión, etc. que permean todas las capas de la sociedad del siglo XXI. 5. La crisis climática y la desigualdad, como señala el informe, son problemas que están interrelacionados. Las emisiones de gases de efecto invernadero en exceso pueden generar grandes daños sobre los ecosistemas y la biodiversidad. La emisión excesiva de gases como el dióxido de carbono, el metano, el óxido de nitrógeno, entre otros más, resulta perjudicial para sostener y mantener la estabilidad de la temperatura terrestre que hace posible que se desarrolle la vida. Decimos que son problemas interrelacionados debido a que, esto es algo paradójico, los países con un mayor grado de desarrollo humano son quienes generan una huella ecológica más profunda presentando emisiones de carbono mayores por persona que los de bajo desarrollo humano. Es decir, pareciera que en cuanto más desarrollo mayor es su impacto en la vida terrestre. Basta con ver el efecto negativo de las grandes urbes que concentran más desarrollo, pero, a su vez, más problemas de polución y calidad del aire. Esto lo cual al final demandará más espacio verde por metro cuadrado para cada persona. Las consecuencias del cambio climático las tenemos a la vuelta de esquina. Se estima en el informe que para el 2030 y 2050 aparte de cuantiosas perdidas de cosechas y numerosos desastres naturales cada vez de mayor intensidad, se provocarán unas 250.000 muertes más por la malnutrición, la malaria, la diarrea y el estrés térmico. Además, de seguir el ritmo de producción tan desproporcionado que se lleva, estaremos enfrentados a calores mortales y una ampliación del espectro de acción de enfermedades transmitidas por mosquitos como la malaria, el dengue. Se prevé que el cambio climático golpeará con mayor fuerza y primero a los trópicos, donde se encuentran muchos de los países que consideramos en desarrollo. De ser así, éstos, por sus recursos y complejas dinámicas sociales, están en menor capacidad para enfrentar tales cambios y problemas climáticos extremos que los países más ricos. Es más difícil para países pobres adaptarse a nuevas formas de vida, más sustentables y amigables con el medio ambiente, que los ricos donde ya se ha explorado y beneficiado de energías fósiles, solo por nombrar una, de donde se ha sacado mucho provecho para su desarrollo. En este sentido, se puede decir que los efectos del cambio climático ahondan las brechas socioeconómicas existentes y, además, como reza el popular adagio, justos pagan por pecadores. La desigualdad del ingreso en los países obstaculiza la difusión y puesta en practica de formas de vida amigables con el medio ambiente pues, éstas son producto de la tecnología y habiendo una brecha tecnológica considerable con los otros de alto desarrollo, no se lograría llegar muy lejos con su incursión, esto a pesar de que sí se haga, aunque sea mínima su inversión. La desigualdad influye en el equilibrio del poder ya que a pesar de que la población quiera energías renovables pero una pequeña parte, mínima, la élite, se niegue al uso de las mismas, por sus pérdidas monetarias, influyendo sobre los poderes políticos para que se continúe con el uso de energías no renovables. Los partidarios de la no reducción de la huella de carbono sobre la tierra son aquellos quienes han ganado con el uso de tales energías pues sus ganancias se irían abajo. De aquí que se deba lograr un amplio consenso entre el poder político y económico ya que es menester que se implanten nuevas formas de relacionarnos con el planeta en las cuales no le matemos a él y a nosotros mismos. Muy bien lo señala el informe cuando dice “La concentración de ingresos en el tramo superior puede coincidir con los intereses de los grupos contrarios a la acción por el clima”. Por último, se invita a que se evalúen una serie de medidas e intervenciones eficaces de políticas sociales que logren combatir las desigualdades y el cambio climático. La lucha por el bienestar mundial no es el aporte de cada uno de los países sino el trabajo aunado de todos por todos, donde aquellos que más tienen tiendan la mano a los que no. Además, no se ha de poner en función del dinero, la economía, la vida y bienestar de toda la humanidad porque como se ha señalado en el informe los ingresos no son distribuidos de la mejor manera.