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COMUNICAR 11, 1998; pp. 94-100

Desde el cine a la poesía

Tomás Pedroso Herrera


Huelva

Si cine y poesía tienen rasgos comunes y el alumno está mucho más familiarizado
con los medios audiovisuales, es presumible suponer que accederá con más facilidad al
lenguaje poético por medio del lenguaje cinematográfico. Este artículo intentará ser una
explicación sobre cómo paliar este difícil problema: utilizando el lenguaje cinematográ-
fico para explicar el lenguaje poético. En él, el autor apuesta por el mundo del cine como
instrumento didáctico privilegiado para explicar a los alumnos poesía contemporánea.

1. Intenciones parecería lógico que, conforme el temario de la


La lectura y comprensión de textos poéti- asignatura avanzara hacia la contemporanei-
cos es uno de los más difíciles objetivos que dad, el alumnado se interesase y comprendiera
pueden alcanzarse en las clases de Lengua y mejor los productos literarios más próximos a
Literatura. Abandonados ya los métodos di- su tiempo y entorno. Pero esto no es así. Para-
dácticos en los que imperaba exclusivamente dójicamente la literatura del siglo XX, más en
la historiografía literaria, todos los profesores concreto la poesía, resulta casi incomprensi-
de esta asignatura han comprendido que sólo ble –como cualquier profesor de Literatura de
el trabajo con los textos puede propiciar el Bachillerato puede corroborar– para nuestros
conocimiento y el deleite del alumno. alumnos.
Todas las etapas literarias son difíciles
para nuestros alumnos por los más diversos 2. Cine y literatura
motivos: en la literatura medieval está el casi La relación que ha existido entre literatu-
insalvable problema de la lengua, en el Rena- ra y cine ha sido más que fraternal: desde sus
cimiento el alumno topa con unos valores inicios, pero sobre todo desde la aparición del
espirituales que por ajenos no comprende, la sonoro, el cine ha necesitado de la obra litera-
literatura barroca es conceptual y formalmen- ria para, principalmente, tener una historia
te tan compleja que el acercamiento a ella se que contar.
realiza con gran esfuerzo, etc. Sin embargo, En un primer momento, la relación más

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estrecha surgió entre el cine y el teatro por breve, indicaron cuáles debían ser las directri-
razones evidentes: el guión cinematográfico ces del nuevo arte: «El cinematógrafo es un
se asemeja a una obra de teatro. Además, el arte en sí mismo. El cinematógrafo, por tanto,
teatro que imperaba en estos momentos era nunca debe copiar el escenario. El cinemató-
heredero del Realismo y del Naturalismo, lo grafo, al ser fundamentalmente visual, deberá
que influyó decisivamente en el argumento, en llevar a cabo principalmente el proceso de la
la tipología de los personajes y en los ambien- pintura: distanciarse de la realidad, de la foto-
tes que, con rapidez, llegaron a las pantallas. grafía, de lo delicado y de lo solemne. Llegar
Por un momento existió la posibilidad de a ser antidelicado, deformante, impresionista,
que el cine se supeditase tanto al teatro que sintético, dinámico, verbo libre»3 .
perdiera su carácter autónomo y llegara a con- Además de esta definición, el manifiesto
vertirse en teatro filmado. Abundaban «las lo componen catorce orientaciones concretas
tomas estáticas largas, desde el mismo ángulo, de lo que debe ser el cine futurista, en las que
reproduciendo el punto de vista de un especta- se recoge el valor de la imagen, la importancia
dor inmóvil en su butaca de platea» (Montiel, y utilización de la música, el valor simbólico
1992)1. Sin embargo, esto no ocurrió porque el del montaje, las relaciones del cine con el resto
cine comenzó a recibir otras influencias litera- de las artes, los modos narrativos, etc. Sirva
rias que lo alejaron del diálogo y lo acercaron como ejemplo de las intenciones de los jóvenes
a su misma esencia: a la imagen. de Marinetti el punto número primero de esta
Tanto el cine americano como europeo declaración de intenciones: «Nuestros films
han utilizado la obra literaria como fuente de serán: analogías cinematografiadas utilizan-
inspiración o como fiel modelo para filmar. La do la realidad directamente como uno de los
cantidad de títulos puede ser ingente, habida dos elementos de la analogía. Ejemplo: si que-
cuenta que toda obra literaria es susceptible de remos expresar el estado angustioso de uno de
ser convertida en obra fílmica: Eisenstein nuestros protagonistas, en lugar de describirlo
pensó, como asombroso ejemplo, en la adapta- en sus diferentes fases de dolor, obtendremos
ción al cine de El Capital de K. Marx2. una expresión equivalente con el espectáculo
de una montaña abrupta y cavernosa (...). El
3. Cine y vanguardias universo será nuestro vocabulario»4 .
Las furiosas vanguardias Partiendo de presupues-
que nacieron en el primer cuar- tos muy similares a los del
to del presente siglo compren- Futurismo, pero arribando a
dieron que el cine era una conclusiones muy diferentes,
© Masterclips

nueva expresión artística con se halla el «kinoglaz» (cine-


la que se podía luchar contra ojo) de Dziga Vertov. Este
el «viejo arte» de espíritu bur- autor, joven futurista segui-
gués. Por esto, no hubo van- dor de la estética de Maia-
guardia, por efímera que fue- kovski, da cuerpo, en 1922, a
ra, que no reivindicara el cine un conjunto de teorías que
como forma de expresión pro- parten –parafraseando a
pia. Marx– de que «el drama cine-
matográfico es el opio del pue-
3.1. Futurismo blo». Vertov pretende la filmación de los
Los jóvenes futuristas fueron los primeros hechos y el registro de los acontecimientos sin
que en septiembre de 1916 en la revista L’Italia que medien ni la dramatización ni la represen-
Futurista expusieron su manifiesto «La cine- tación: ha nacido el cine documental al servi-
matografía futurista», donde, de forma muy cio de la Revolución Rusa5 .

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3.2. Expresionismo guía el onirismo y la reconstrucción de las


Además de en la Italia y la Rusia futuristas, estructuras del sueño, experimentó un ex-
el nuevo arte de la «fotografía en movimiento» traordinario interés por un arte que era capaz
creció rápidamente en Alema- de construirse con un lengua-
nia que, humillada por la paz je no narrativo en el que las
de Versalles (1919), se dispo- relaciones entre las imágenes
nía a afrontar su oscuro perío- La relación que ha no procede de causalidad al-
do histórico de entreguerras: existido entre litera- guna.
el Expresionismo es el térmi- tura y cine ha sido La aportación hispánica
no empleado para describir es más que significativa con la
más que fraternal:
obras de arte en las cuales la figura de Luis Buñuel que rodó
realidad está distorsionada desde sus inicios, pero los dos ejemplos prototípicos
para expresar las emociones o sobre todo desde la de este cine: Un perro andaluz
la visión interior del artista. aparición del sonoro, y La edad de oro. En estas
Este feraz movimiento de van- el cine ha necesitado obras Buñuel practica la libre
guardia alcanzó a la pintura, asociación de ideas y potencia
de la obra literaria
al teatro, a la poesía; sin em- el valor de la imagen, lo que le
bargo, fue en el ámbito cine- para, principalmente, lleva a prescindir de todo dis-
matográfico donde logró una tener una historia curso lógico y argumental,
mayor difusión, sobre todo a que contar. hecho que, junto al tema eró-
partir de El gabinete del Dr. tico de la segunda película,
Caligari: perspectivas defor- originó un considerable es-
mantes, luces y sombras muy cándalo en su momento9 .
marcadas, blancos y negros violentos, líneas A pesar de la sintonía inicial entre el cine
diagonales deformadoras de la realidad, per- y el surrealismo, todos los críticos insisten en
sonajes con vestiduras y maquillajes extraños que el número de películas totalmente surrea-
y exagerados y movimientos sincopados y listas es muy escaso. Tal vez esto se pueda
retorcidos son los rasgos estéticos que afloran explicar con estas palabras de R. Gubern: «No
en esta obra maestra del cine y que simbolizan es raro que la fiebre surrealista alcanzase al
la confusión y la angustia que acechaban al cine, pues –como ha explicado Buñuel– es ‘el
hombre del momento6. Como, en definitiva, mecanismo que mejor imita el funcionamien-
señala Caparrós (1976), «los conceptos filosó- to de la mente en el estado de sueño. Y el sueño
ficos son mezclados con el onirismo y lo sádico es, no hay que olvidarlo, la forma más pura de
de forma extravagante»7 , 8. automatismo psíquico. Pero este automatismo
irreflexivo de los surrealistas es lo que menos
3.3 Surrealismo se parece a la laboriosa y prolongada elabora-
Aunque gozaban de una excelente salud, ción de una película: será ésta precisamente, la
la aparición del Manifiesto Surrealista dio un mayor paradoja del cine surrealista que va a
nuevo impulso a las vanguardias de los años nacer’» 10 .
veinte. Esta primera proclama de A. Breton,
impresa en 1924, coincide con que el cine es ya 4. El lenguaje del cine y el lenguaje de la
un arte que ha alcanzado una cierta madurez poesía: fragmentarismo, elipsis y yuxtaposi-
que llama la atención de todos los artistas del ción
momento, especialmente a los autores que En todos los manuales se señala que el
deseaban que las desconocidas fuerzas del fundamento del lenguaje cinematográfico es
inconsciente humano aflorasen en el arte. Un el plano: la unidad visual constituida por un
movimiento como el Surrealista, que perse- número indeterminado de fotogramas logra-

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dos en una sola toma. La historia cinematográ- guardias: el autor no debía exponer sus senti-
fica avanza cuando el director de la película mientos linealmente, método creativo propio
añade plano tras plano, es decir, cuando recu- del Romanticismo decimonónico, sino que
rre al montaje, por lo que la narración cinema- debía fragmentar su obra y mostrar sólo lo más
tográfica es fundamentalmente fragmentaria. expresivo 12 .
El director cuenta una historia que avanza La fragmentación, característica medular
mediante la fragmentación del espacio (por- tanto del cine como de la literatura (principal-
que sólo filma aquello que desea) y del tiempo mente de la poesía), tiene dos consecuencias
(porque lo adecua a la intriga que él desea). El inmediatas: la elipsis y la yuxtaposición.
espacio es el entorno en el que se desarrolla la La elipsis que ha sido definida por Ángel
acción; es el decorado cinematográfico e in- Fernández Santos como el «salto secuencial o
fluirá no sólo en la acción, sino que también compresión del tiempo que abre caminos a la
servirá para la descripción de personajes, sen- capacidad sugeridora de la imagen y con ella
timientos, etc. (Recuérdese la importancia del a la libertad de respuesta del espectador»13 ,
decorado en el cine expresionista). Por otro supone que el director de cine salta por encima
lado, el tiempo puede ser idén- de fragmentos temporales, con
tico para la ficción y para la lo que el espectador debe su-
realidad (tiempo continuo), plir algunos puntos de la cau-
puede ser desigual (tiempo dis- Las furiosas van- salidad del relato. Una anéc-
continuo, el más frecuente) o guardias que nacie- dota recogida en numerosos
puede haber un tiempo «atem- manuales de cine que relata
ron en el primer
poral» (el que se da en los los balbuceos cinematográfi-
sueños o fantasías de los per- cuarto del presente cos en la utilización de la
sonajes). siglo comprendieron elipsis, ilustra a la perfección
Mediante la fragmenta- que el cine era una esta técnica:
ción del tiempo y el espacio, nueva expresión «Era –a propósito del em-
más el resto de los recursos del pleo de la acción presentada
artística con la que
lenguaje cinematográfico (ilu- de forma paralela– la primera
minación, angulación, movi- se podía luchar con- película sin persecución y, por
mientos y situación de la cá- tra el «viejo arte» de aquellos días, una película sin
mara, fundidos, encadenados, espíritu burgués. Por persecución no era una pelí-
sobreimpresiones, efectos de esto, no hubo van- cula...». Cuando Mr. Griffit
sonido, etc.), el realizador ci-
guardia, por efímera sugirió una escena mostrando
nematográfico consigue la in- a Annie Lee esperando el re-
triga, es decir, la creación de que fuera, que no greso de su marido seguida de
una narración en suspenso que reivindicara el cine una escena de Enoch Arden
mantiene la atención del es- como forma de en una isla desierta, fue juzga-
pectador11 . expresión propia. do completamente disparata-
En otro orden de cosas, do. «¿Cómo puede narrar sal-
concretamente en el orden li- tando de esta manera? El pú-
terario, E. Hulme, poeta, críti- blico no lo entenderá. Bien,
co y filósofo imaginista inglés de principios de respondió Griffit: ¿Acaso Dickens no escribe
siglo, sostenía que la característica definitoria de ese modo? Sí, pero es Dickens, es distinto,
de toda la literatura contemporánea era la se trata de novelas. No tan distinto, esto son
destrucción del principio de continuidad, con historias en imágenes, no es tan diferente»14 .
lo que la fragmentación se había convertido en La técnica poética de la elipsis ha sido
el método artístico más utilizado por las van- definida de forma casi idéntica en todos los

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manuales de estilística: se trata de una figura Interior: Flores sobre la mesa/ El blanco mantel
retórica que surge de la supresión de partes del se ofrece/ Abre la risa de tus labios/
discurso (sin que esto afecte a la comprensión) Encuentro: Furtivo sobresalto transparente/
para realzar la expresividad de éste. Nueva- Ya estás en la sazón armoniosa/ No me ha
mente, en toda obra literaria en la que está olvidado tu mirada/
presente la elipsis, el lector debe, en mayor o Estío: El mar a través de las hojas/ Arpegios de
menor medida, suplir lo que no está presente, velas lejanas/ Te has disuelto toda en el sol/
con lo que aumentan la ambigüedad y la [...] 16 .
consecuente multinterpretabilidad.
La yuxtaposición fue también una de las
claves de renovación de la estética de inicios 5. Ejemplos
de siglo a la que se sumaron todas las vanguar- Los poetas españoles de principios de
dias. Ya los imaginistas ingleses se preocupa- siglo, como se señaló más arriba se sintieron
ron de reformar el concepto tradicional de rápidamente interesados por el cine, pero, a
metáfora, ensayando un tipo de imagen nove- pesar de esto, no es posible hallar abundantes
dosa que nacía de la superposición de dos ejemplos de poemas inspirados en el nuevo
imágenes simples cuya suma presentaba un arte.
significado que difería del significado de cada Inspirado por el movimiento futurista (aun-
una de las simples. que muy lejos de sus presupuestos estéticos),
La yuxtaposición es, obviamente, la pri- Pedro Salinas escribe en Seguro azar un
mera y principal consecuencia de la elipsis: conjunto de poemas dedicados a los
el lector, de nuevo, debe establecer los objetos. Son famosas las com-
puentes en esa realidad fragmentada posiciones dedicadas a
que recibe como comunicación litera- la bombilla eléctri-
ria. Ya que la ejemplificación con ca o a la má-
imágenes resulta imposible, he quina de escri-
aquí dos casos de poesía contem- bir. Menos famo-
poránea que se articulan por so, pero en idénti-
medio de la elipsis y la yux- ca línea está el poe-
taposición: en el primer ma «Cinematógrafo»,
cuya fecha de publica-
s

caso, Lorca compone un


clip
ter

poema (titulado «Flor») ción (1929) coincide con


as
©M

de estilo nominal en otras manifestaciones simi-


el que los dos últi- lares del cine en la literatura.
mos versos se colo- El poema se divide en dos
can «al lado» de los partes, «Luz» y «Oscuridad». En
dos anteriores sin que la primera de ellas, Salinas com-
medie una relación explícita para la proyección cinematográfica
causal; en el segundo la misma con el día de la creación del mundo: el
técnica es utilizada con más profusión cine («con dos líneas verticales,/ con
por Adolfo Salazar, un poeta casi desconocido dos líneas horizontales/») elimina el caos
de principios de siglo: y presenta al hombre la realidad armoniosa
(«Y el caos tomó ante los ojos/ todas las formas
1) Flor: El magnífico sauce/ de la lluvia, caía./
¡Oh la luna redonda/ sobre las ramas blancas!15 familiares/»). Curiosamente, nuestro autor,
2) Abril: Acacias en la calle desierta/ Fría para exponer el mundo ordenado, utiliza una
claridad perfumada/ Los árboles están llenos enumeración en la que los elementos se yuxta-
de trinos/ ponen caóticamente: «la dulzura de la colina,/

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la cinta de los bulevares,/ la mirada llena de que los pequeñísimos botones de mi gorra me/
inquina/ del buen traidor del melodrama,/ y la llaman moribundos/ entre los escombros del
ondulación de la cola/ del perro fiel a su amo». piso séptimo./ Debiendo hacer calor,/ hace
En la segunda parte, la «tela blanca», después frío./ Es que creo que la manta de mi cama
de la proyección, se ha convertido en «tela calienta el/ ascensor/ ¡Y toda esta catástrofe
maravillosa» porque «Entre hilo e hilo de su por tu culpa, amor mío!/ [...]17 .
trama/ está encerrada toda cosa/ y aguarda Pero no es necesario alejarse hasta los
avara/ el mundo entero perdido». años veinte o treinta para rastrear el interés de
También existe un poemario de ese mo- los poetas por el cine. En este hermoso poema
mento (1929) que está dedicado por entero al («El cine de los sábados») de A. Martínez
cine: Yo era un tonto y lo que he visto me ha Sarrión, publicado en 1967 en el libro Teatro
hecho dos tontos de Rafael Alberti. Está escri- de operaciones, puede comprobarse un ma-
to bajo el auspicio de la más desacralizadora gistral uso de la elipsis y de la acumulación de
vanguardia, a caballo entre el chascarrillo elementos que surge como consecuencia de la
futurista y la broma inspirada por la libre yuxtaposición.
asociación de ideas de raigambre surrealista. Sarrión rememora una sesión de cine de
Todos los poemas incluidos en el libro, su infancia: los expectantes momentos ante-
leídos algunos de ellos en el Cineclub Español riores, la magia (la aventura, el sexo y el exo-
a finales de los años veinte, son un homenaje tismo) suscitada por la proyección y la vuelta
al cine que se realizaba en aquellos entonces, a la «desabrida y fría» realidad: Maravillas del
sobre todo a las estrellas más conocidas de la cine galerías/ de luz parpadeante entre silbi-
pantalla. Así lo atestiguan los títulos de los dos/ niños con sus mamás que iban abajo/
poemas: «Cita triste de Charlot», «Harold entre panteras un indio se esfuerza/ por alcan-
LLoyd, estudiante», «Wallace Beery, bombe- zar los frutos más dorados/ivonne de carlo
ro, es destituido de su cargo por no dar con la baila en scherezade/ no sé si danza musul-
debida urgencia la voz de alarma», etc. mana o tango/ amor de mis quince años mari-
Alberti se inspira, a veces muy vagamen- lyn/ ríos de la memoria tan amargos/ luego la
te, en el cine para componer cada uno de los cena desabrida y fría/ y los ojos ardiendo como
poemas. Esta inspiración no sólo se refleja en faros.
los temas elegidos sino en las técnicas utiliza-
das: estamos ante el caso más claro de cine 6. Una conclusión pedagógica
«hecho» poesía. La dificultad de comprensión que mani-
La inspiración de la composición «Wallace fiestan nuestros alumnos en lo que respecta a
Beery, bombero...», por ejemplo, se halla en la poesía contemporánea, podría ser vencida
una serie de películas que entre 1926 y 1929 mediante:
hicieron Beery y Raymond Hatton, concreta- a) Un mayor conocimiento de la esencia
mente «Reclutas bomberos» de 1929. A partir de la técnica cinematográfica, que es común a
de aquí, nuestro poeta aplica las técnicas de la la de la poesía de hoy: la fragmentación que
fragmentación y de la asociación libre de ideas tiene como consecuencias la yuxtaposición y
(sin que falten el humor y el absurdo) y surgen la elipsis.
versos como los que siguen: «Me parece que b) Un repaso a la historia de los movi-
estoy pensando que no existe en el/ mundo mientos de vanguardias, que tan estrecha rela-
nada tan melancólico/ como el serio atractivo ción mantuvieron con el nacimiento y desarro-
que ofrece un par de botas/ para el monstruo llo del cine.
que tiene que tragarse de un/ golpe el timbre c) La lectura y comprensión de un conjun-
del teléfono./ Se me han carbonizado las ore- to de poemas españoles en los que se retrata el
jas./ Y lo que yo digo es que estoy seguro/ de cine desde ángulos diversos.

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Notas men; pág. 102.


11
1
MONTIEL, A. (1992): Teoríasdelcine. Madrid, Monte- No es el momento de indagar en los recursos del lenguaje
sinos; pág. 89. del cine, sin embargo he aquí algunas referencias: STE-
2
Sin pretender abundar más en la relación entre cine y PHENSON, R. (1973): El cine como arte. Barcelona, La-
literatura, remito a BAZIN, A. (1966): ¿Qué es el cine? Ma- bor; CASETTI, F.: Teorías del cine. Madrid, Cátedra;
drid, Rialp, donde se hallan capítulos como «El cine y las REISZ, K.: Técnicas del montaje cinematográfico. Madrid,
demás artes», «Teatro y cine» y «Pintura y cine». Taurus; SKLOVKI, V. (1971): Cine y lenguaje.Barcelona,
3
Extraído de ROMAGUERA I RAMIO (1989): Textos y Anagrama.
12
manifiestos del cine. Madrid, Cátedra; pág. 23. «One of the main achievement of the nineteenth century
4
Ibídem; pág. 22. was the elaboration and universal application of the principle
5
Todos los manifiestos de VERTOV, D. referidos al «cine- of continuity. The destruction of this conception is, on the
ojo» y al «cine-verdad» se hallan en el libro citado en la nota contrary, an urgent necessity of the present». Estas palabras
3; pp. 29-50. de HULME explican la idea anterior. Están extraídas de
6
Para profundizar en el cine expresionista: EISNER, L.H.: BRADBURY, M. (1981): Modernism. London, Penguin
«Contribución a una definición de cine expresionista», re- Books.
13
cogido en Textos...; pp. 106-111. FERNÁNDEZ SANTOS, A. (1998): «La imagen despó-
7
CAPARRÓS, J.M. (1976): Historia crítica del cine,Ma- tica», en El País, 2 de marzo.
14
drid, Magisterio Español. GUBERN, R. (1984): Mensajes icónicos en la cultura de
8
Para profundizar más en el cine expresionista y hallar masas. Barcelona, Lumen; pág. 100.
15
abundante bibliografía, remito a RENÉ, J. (1988): Historia GARCÍA LORCA, F. (1996): Canciones. Madrid, Alian-
ilustrada del cine, y concretamente «El Expresionismo». za.
16
Madrid, Alianza; pp. 161-175. SALAZAR, A. (1920): Revista La Pluma;noviembre.
9 17
El manifiesto en el que los surrealistas apoyaron la película Composiciones relacionadas con el cine también pueden
La edad de oro puede hallarse en Textos... hallarse en Ámbito de ALEIXANDRE, V. y en Hélicesde
10
GUBERN, R. (1993): Historia del cine. Barcelona, Lu- DE TORRE, G.

• Tomás Pedroso Herrera es profesor de Lengua y Literatura en el Instituto de Educación


Secundaria «Pablo Neruda» de Huelva.
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