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industrial ya que existen dos grupos con pensamiento contrario a lo que se refiere a la
productividad en la actualidad.
Por un lado, se piensa que la revolución digital dejó de hacer impacto en la productividad y por
otro lado se piensa que pronto productividad aumentará exponencialmente debido a la tecnología
e innovación.
El grupo que propone que la productividad está estancada es respaldado por estadísticas que
abarcan la última década, estas estadísticas indican que el aumento de la producción fue mayor a
finales del siglo XX en comparación al inicio del siglo XIX, y proponen que esto se mantendrá por
un largo plazo.
Por otro lado, el grupo contrario propone que estas estadísticas ilustran cómo la tercera
revolución industrial, y la productividad que generó esta, está llegando a su fin y pronto llegará un
gran incremento en la productividad gracias a la adquisición de nuevas tecnologías marcando el
inicio de la cuarta revolución industrial. Gracias a estas nuevas tecnologías surgirá una conexión
para las personas que demandan más productos y servicios, la información para hacer frente a
algún mal acontecimiento será más accesible y las personas tendrán mejor acceso a información
sobre el modelo económico en el que viven.
En la última década, la productividad mundial ha sido mínima a pesar del brusco crecimiento del
desarrollo tecnológico y de las inversiones en la innovación. Con lo anterior, se puede observar
una notable contradicción de la productividad, donde la innovación tecnológica no produce
índices mayores de productividad, siendo esto, un misterio en la economía actual, careciendo de
una justificación satisfactoria.
Tal es el caso de Estados Unidos, donde la productividad laboral creció en promedio un 2,8 %
entre los años 1947 y 1983, y un 2,6 % entre los años 2000 y 2007, en comparación con el 1,3%
registrado entre 2007 y 2014.
Esta caída es a raíz de niveles más bajos de productividad total de factores (PTF), que es la medida
más general asociada con la contribución a la eficiencia generada de la tecnología y la innovación.
La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos señala que el aumento de la PTF entre los
años 2007 y 2014 fue solo de un 0,5 %, un descenso significativo en comparación con el
crecimiento anual del 1,4 % en el lapso entre 1995 a 2007.
Este descenso productivo es alarmante, ya que sucedió a la par con las cincuenta compañías más
grandes de Estados Unidos mientras acumulaban bienes en efectivo en cifras que superaban 1
billón de dólares.
Para esta pregunta, hay varias respuestas, la primera de ellas es que es complicado cuantificar las
entradas y salidas, por lo tanto, es difícil tasar la productividad. Tanto los productos como los
servicios creados en la cuarta revolución industrial son bastante más funcionales y de gran calidad,
pero el problema radica en que dichos productos son entregados a mercados que son totalmente
diferentes de los convencionales.
Existen varios ejemplos, señalados por el economista jefe de Google Hal Varian, quién menciona el
aumento de la eficiencia al solicitar un servicio de taxi a través de una aplicación móvil o el
arriendo de un automóvil a través de la economía sujeta a demanda. Asimismo, hay numerosos
servicios parecidos a éste, cuyos usos tienden a aumentar la eficiencia y consiguientemente, la
productividad. El lado negativo, viene dado por que son aplicaciones o servicios gratuitos, por lo
que entregan un valor no contabilizable.
Lo anterior genera una disparidad entre las cifras entregadas mediante un servicio determinado
frente al crecimiento medido según las estadísticas nacionales. Además, se alude a que se está
produciendo y consumiendo de un modo más eficiente de respecto a lo que estarían planteando
los índices económicos.
Otro ejemplo o argumento a la pregunta anteriormente planteada, es que mientras los aumentos
de productividad remanentes de la tercera revolución industrial podrían estar llegando a su fin, la
humanidad aún debe vivir la explosión productividad causada por la avalancha de nuevas
tecnologías brotadas en el núcleo de la cuarta revolución industrial.
Es necesario destacar ciertos aspectos relevantes que respaldan el futuro impacto positivo en el
mundo que es capaz de generar la cuarta revolución industrial.
En primer lugar, dicha revolución brinda la oportunidad de integrar a la economía mundial las
necesidades insatisfechas de las personas, lo cual incita una demanda agregada de productos y
servicios existentes a través del nexo entre todas las personas del mundo.
En segundo lugar, habrá un crecimiento enorme de la capacidad de confrontación a las
externalidades negativas, tales como, por ejemplo, las emisiones de carbono. Donde los rápidos
avances tecnológicos en energías renovables, la eficiencia de los combustibles, almacenamiento
de energía, generan que la inversión en estas áreas sea cada vez más provechosas y rentables y
además, producen e impulsan el crecimiento del producto interno bruto y a la atenuación del
cambio climático. Todo lo mencionado anteriormente, aumentando el potencial del desarrollo
económico.
En tercer y último lugar, tanto empresas, como gobiernos y los numerosos líderes de la sociedad,
en su mayoría, trabajan por cambiar paulatinamente las organizaciones con el fin de lograr la
eficiencia que posee el mundo digital.
Es evidente que aún se está en los albores de la cuarta revolución industrial y por lo mismo, esta
necesitará estructuras tanto económicas como organizacionales con el objetivo de obtener y
aprovechar toda su utilidad y valor.
• los productos están siendo perfeccionados por los datos, lo que mejora la productividad de los
activos;