Está en la página 1de 2

Pinocho, un muñeco de madera.

Un día con la magia impuesta en el taller de Don Gepetto, pepe grillo había
decidido la noche anterior, dormir allí. Esa misma noche, llega Gepetto a su
taller con mucho trabajo por adelantar.

Gepetto: Hoy tengo mucho qué hacer y empezaré, tallando un buen trozo de
madera.

Pepe Grillo: Veré que hace este carpintero, me esconderé de este lado para
observar.

Gepetto: Por fin he terminado mi maravillosa escultura, un muñeco original con


una nariz realmente largo y ya tengo el nombre ideal, tendrás el nombre de
Pinocho. Ahora si, me voy a dormir.

Al salir Gepetto, se encendió una magnífica luz brillante que embargaba todo el
taller y era por su nuevo muñeco, pues un mago se había deslumbrado ante
esta creación.

Mago: que hermoso muñeco ha creado este carpintero, cómo quisiera que
hablara y caminara, pero sabrás que algún día serás de carne y hueso.

Mientras el mago salía del taller, Pinocho se convirtió y dio un grito de felicidad

Pinocho: ¡Oh que bien! Soy un niño de verdad, puedo caminar y también
hablar. Pero ya va ¿Qué haces tu escondido?

Pepe Grillo: Me acercaré solo con una condición, que serás mi amigo.

Pinocho: Pero por supuesto, prometido.

A la mañana siguiente, Gepetto se dio cuenta de este gran milagro y exclamó

Gepetto: ¡Que felicidad siento por esto! Pero ahora tendrás que ir a la escuela

En el camino a la escuela, pinocho se consiguió con un gato y un zorro un tanto


mentirosos, preguntándole a pinocho a donde se dirigía.

Pinocho: voy a la escuela, debo aprender.

Gato: No vayas, allá perderás el tiempo.


Zorro: Mejor diviértete con nosotros en el teatro de títeres, igual tu padre no se
enterará.

Pinocho: Seguro que si, vamos al teatro.

En el teatro se consiguieron al dueño, el cual hizo referencia a que por su nariz,


Pinocho podía ser el muñeco favorito de todas sus marionetas. Todo iba bien,
hasta que después de unas cuantas horas, Pinocho ya extrañaba a su padre,
por lo que le suplicó al dueño que debía irse.

Dueño: No te irás a ninguna parte, eres la atracción del público.

Después de unas cuantas lágrimas, el dueño del teatro permitió que se fuera.
Al llegar a casa, Gepetto preocupado llamó a Pinocho.

Gepetto: ¿Dónde estabas pinocho? Estábamos muy preocupados.

Pinocho: La maestra me mandó a hacer muchas actividades, por eso demoré.

Gepetto: Pinocho, tu nariz ha credio más de lo normal.

El mago había castigado a pinocho que con cada mentira, la nariz se haría más
larga.

Los días siguientes, pinocho hacía lo mismo y volvía a mentir sin dejar de ver
que su nariz crecía más y más. Al llegar a casa el último día, Pinocho vió una
carta de Gepetto dejando saber que iba a buscarlo en el mar.

Pinocho y pepe grillo fueron al mar a buscarlo, cuando se dieron cuenta que
tuvo la mala suerte de que fue tragado por una ballena azul. Ambos amigos
capturaron a la ballena y se metieron en su boca para salvar a Gepetto.

Gepetto: Aquí estoy hijo, ayúdenme.

Los 3 se dispusieron a formar una fogata dentro de la ballena, de manera que


esta estornudara y salieran rápidamente de ella. Y Así fue…

Al llegar a casa, Pinocho se consiguió con el mago a quien le suplicó que le


devolviera su nariz, pues no sería mentiroso ni travieso. Fue así como lo hizo y
Pinocho jamás volvió a decir mentiras.

También podría gustarte