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EL COSTO DE LA CUARENTENA

Iván Alonso  dice que el verdadero costo de la cuarentena no es lo que gaste el


gobierno para ayudar a la gente que lo necesite, que más bien este estaría en
alrededor de 32.000 millones de soles, que es lo que se estima deja de producir la
economía peruana en un mes funcionando a media máquina.

Las medidas económicas tomadas por el Gobierno no reducen el costo de la cuarentena; solamente
lo redistribuyen. Era necesario darles 380 soles a tres millones de familias imposibilitadas, la mayoría,
de salir a trabajar por quince días, y más al extenderse la cuarentena. Se dice que los recursos salen
del fondo de estabilización fiscal. Pero el fondo de estabilización fiscal no es una despensa, sino una
cuenta bancaria. Lo único que puede salir de esa cuenta son los medios de pago para que los
beneficiarios accedan a las cantidades limitadas de alimentos y medicinas que están llegando al
mercado. Eventualmente, los recursos del fondo de estabilización tendrán que reponerse con los
impuestos que recaude el Gobierno. El consumo de los beneficiarios del bono lo pagaremos los
contribuyentes en el futuro. Y está bien que sea así, porque ni el más precavido podría haber
anticipado esta crisis.

El verdadero costo de la cuarentena no es lo que gaste el Gobierno para ayudar a la gente que lo


necesite, sino lo que el país deje de producir mientras dure. La economía peruana produjo el año
pasado 768.000 millones de soles de bienes y servicios, o sea, un promedio de 64.000 millones
mensuales. Un mes funcionando a media máquina significa una pérdida de 32.000 millones. Una
parte se va a recuperar, ya sea adelantando vacaciones o haciendo horas extras después. Pero, por
otro lado, en algunos sectores los efectos se van a prolongar dos o tres meses, quién sabe más.
Podemos estar hablando, en total, de una pérdida de 50.000 millones de soles, un 6% del PBI.

Si bien el costo de la cuarentena es independiente de las medidas de alivio destinadas a


darle liquidez a la gente para sobrellevar el momento, ¿podemos revertir el impacto mediante un
masivo paquete fiscal de 30.000 o 60.000 millones de soles, como el que ha anunciado el Gobierno,
para reactivar la economía? Creemos que no. Va a resultar innecesario y quizás contraproducente.

Es evidente que, en lo inmediato, es poco lo que puede hacer el Gobierno, más allá de reorientar
el gasto presupuestal a la compra de materiales y equipos médicos. Pero es imposible aumentar
la inversión en infraestructura mientras no puedan salir las cuadrillas a la calle. Una vez terminada
la cuarentena, quizás; pero en ese momento los ingenieros y obreros estarán retornando a sus
ocupaciones habituales. Esta no es una crisis como la del 2008, causada en última instancia por un
gigantesco desequilibrio en el mercado inmobiliario norteamericano que se había estado gestando
por años y que requería un largo período de convalecencia para que el capital y la fuerza de trabajo
de todos los sectores que habían crecido artificialmente se recolocaran en otros. Esta es una crisis
causada por una repentina interrupción de las actividades económicas, debido a un hecho
extraeconómico, que se irán retomando rápidamente, creemos, cuando termine la cuarentena.
En esas circunstancias, un paquete fiscal de esa magnitud generaría un exceso de demanda de
materiales, insumos y mano de obra y pondría una presión al alza en sus precios. Más peligroso aún
nos parece, sin embargo, que una intervención en esa escala es inconcebible sin una dosis de
‘command and control’, es decir, de decisiones políticamente motivadas, que, a la larga, causarán
ineficiencias y desequilibrios en la economía.

Este artículo fue publicado originalmente en  El Comercio  (Perú) el 3 de abril de 2020.

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