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Política latinoamericana

contemporánea
COLECCIÓN SOCIOLOGÍA

SERIE ESTUDIOS

BIBLIOTECA DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES


Política latinoamericana
contemporánea

Godofredo Vidal de la Rosa


Coordinador
Universidad Autónoma Metropolitana
Rector General
Dr. Eduardo Abel Peñalosa Castro
Secretario General
Dr. José Antonio De Los Reyes Heredia

Unidad Azcapotzalco
Secretaria
Dra. Norma Rondero López

División de Ciencias Sociales y Humanidades


Secretario Académico
Lic. Miguel Pérez López
Jefa del Departamento de Sociología
Dra. María García Castro

Coordinador de Difusión y Publicaciones


Dr. Saúl Jerónimo Romero

Primera Edición, 2017


Ilustración de portada: http://worldcrisis.ru/pictures/2101046/source.jpg
© Universidad Autónoma Metropolitana
Unidad Azcapotzalco
División de Ciencias Sociales y Humanidades
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ISBN de la obra: 978-607-28-1122-5
ISBN de la Colección Sociología: 978-607-477-112-1
Se prohíbe la reproducción por cualquier medio sin el consentimiento del
titular de los derechos patrimoniales de la obra.
Impreso en México / Printed in México
ÍNDICE

Introducción 11
Godofredo Vidal de la Rosa
Argentina y el cambio político de 2015 31
Juan Bautista Lucca
José Gabriel Giavedoni
Oscilaciones en la construcción identitaria y las bases de
sustentación activa a lo largo del periodo kirchnerista
en Argentina (2003-2015) 69
Dolores Rocca Rivarola
La fundación del Estado plurinacional y los dilemas de
la representación política en Bolivia 109
Clayton Mendonça Cunha Filho
Uso y abuso de la rendición de cuentas interinstitucional
en Brasil: Apuntes sobre la destitución de la presidenta
Dilma Rousseff 141
Carlos F. Domínguez Avila
Mudanças na participação política latino-americana:
uma análise dos orçamentos participativos brasileiros
a partir dos casos de São Paulo e Rio Grande do Sul 169
Alfredo Alejandro Gugliano
Priscila Alves Rodrigues
Carlos Artur Gallo
As bases da satisfação com a democracia no Brasil:
quando as ações do governo importam 193
Rosana Soares Campos
Rachel Loureiro Andreta
Querer no es poder: La izquierda chilena en gobiernos
de coalición (1989-2013) 225
Marcelo Mella Polanco
Proceso de Paz y Transición Política:
Colombia ¿Quo Vadis? 259
Mauricio Uribe López
¿La época de los “post”? Conflicto social-armado,
acuerdo de paz y anocracia neoliberal en Colombia 309
Gregorio Enrique Puello-Socarrás
José Francisco Puello-Socarrás
Cuba: ¿Reformas y contrarreformas? 351
Marlene Azor Hernández
La democracia en Ecuador: déficit institucional y
conservadurismo social (1979-2016) 391
María Inés Arévalo Jaramillo
Santiago Basabe-Serrano
Procesos de democratización y desdemocratización
en la disputa política en Honduras 419
José Eugenio Sosa
México y Brasil: actores, estrategias de desarrollo
político y democratización 455
Godofredo Vidal de la Rosa
Lugo y el Partido Liberal: una alianza (poco) exitosa
en Paraguay 487
Marcos Pérez Talia
Treinta años de democracia en Uruguay:
a modo de balance 529
Daniela Vairo
José Raúl Rodríguez
Desdemocratización y crisis política en Venezuela:
¿el final del experimento del Socialismo del Siglo XXI
en América Latina? 555
Armando Chaguaceda
María Isabel Puerta
Bolivarianismo en la encrucijada. Un análisis de la
ascensión y crisis del chavismo desde sus conceptos 593
Fabricio Pereira da Silva
La reconfiguración neoliberal en su vertiente neoconservadora:
desafíos y retos para las democracias latinoamericanas 617
Renata Peixoto de Oliveira
¿La primavera de izquierda llegó a su final? Estructura,
instituciones y agencia en los ciclos políticos recientes
de América Latina (1980-2015) 649
Federico Traversa
Los autores 705
Introducción
Godofredo Vidal de la Rosa

Este libro es un intento colectivo de comprender y analizar


la problemática política latinoamericana contemporánea. Se
compone de “estudios de caso” sobre problemas de desarrollo
político e institucional en casi todos los Estados de América
Latina. No ha sido posible incluir estudios de los países de
Centro América, excepto Honduras, ni del Caribe, excepto Cuba,
por limitaciones de espacio, lo cual lamentamos. Los ensayos que
lo conforman se unifican por el interés en abordar el ciclo polí-
tico contemporáneo; el receso de los gobiernos y coaliciones
de izquierda, y el reagrupamiento de las derechas y fuerzas
conservadoras. Aunque el libro no persigue una meta “com-
parativista” en un sentido sistemático, parte de una regla de
los metodólogos, que refiere a que previo a cualquier empresa
sintética “hay que estar empapado de realidad”. Los textos
abordan aspectos diferentes de un tema general. Este tema es
sobre el extraño comportamiento cíclico de la política latinoa-
mericana. Durante más de una década se observó un atípico
ascenso de las izquierdas en la mayoría de los países de la
región. Mucho del análisis contenido en este volumen aborda
el performance de esos gobiernos, su auge y declive reciente.
Los estudios de caso tienen baja estima en los dogmas
dominantes en la Latin American Politics estadounidense, en
la que dominan intentos sintetizadores “cuantitativistas”. Los
ensayos que el lector tiene en sus manos rehúyen esa demanda
y se abocan a comprender problemas específicos nacionales.
11
El resultado es un collage de trabajos que tienen una notable
similitud de problemas.
América Latina (al) como región se puede caracterizar más,
que la diversidad ecológica y la contigüidad geográfica, por las
semejanzas de sus formaciones sociales. Lo que hace relevante
repensar la agenda desarrollista bajo las nuevas realidades del
siglo xxi. En muchos sentidos Latinoamérica es una proto-na-
ción, fracturada en el curso de la historia moderna, por la inca-
pacidad geopolítica de abarcarse en una unidad estatal. Pero ese
destino geopolítico, que hace de la región a la vez marginal en
la política mundial, le da un significado interesante.
El estudio de la política latinoamericana siempre ha partido
de esa identidad regional aun cuando no haya reflexionado ni
elaborado todas sus consecuencias. En México, el estudio de
la política y el desarrollo político latinoamericano fue un asunto
serio en los setenta, cuando en la fcpys de la unam, el cide y el
Colmex acogieron un renovado interés, en ese entonces carac-
terizado por dos rasgos. Uno fue la llegada de ilustres profeso-
res exiliados huyendo de la dictadura. Los segundos eran de iz-
quierda, pero con un compromiso por la explicación científica.
En ese entonces el modelo dominante era el marxismo en sus
varias expresiones, pero sobresalía una perspectiva de explica-
ción más allá de la mera ideología. En al, la situación de las
comunicaciones académicas intrarregionales es parecida.

las n u e va s pro ble m á tic a s

El término “ciencia política” se identifica con la disciplina esta-


dounidense, aunque no hay un estatus firme para la denominación
“ciencia” en una acepción nomológica. Por eso preferimos usar
indistintamente el término análisis político, ciencia política y
hasta sociología política, considerando que sólo cambian los
ángulos de enfoque. Más que una división epistemológica, en
las disciplinas del estudio sistemático de la política hay enfo-
ques y problemáticas. En Latinoamérica la problemática inicial
surgió en la interface entre la desigualdad social y el régimen

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político. Los legados coloniales y los ligamentos de dependen-
cia estructural centraron el análisis. Dos resultados novedosos
fueron el desarrollismo en la política económica y el depen-
dentismo (una variante del análisis marxista revolucionario y
utópico) (Kay, 2010). El primer enfoque ofreció un diagnosis
del atraso que para muchos es aún vigente, pero nunca ofreció
una salida ni teórica ni práctica a la implementación efectiva
de las políticas, ni al análisis de las consecuencias inesperadas
de programas como el de sustitución de importaciones. Estos
programas generaron nudos gordianos institucionales, maqui-
narias burocráticas capturadas y rígidas, incapaces de evaluar y
adaptarse a los entornos cambiantes de la economía y la políti-
ca mundial y local. Esta burocratización modernizadora tam-
bién generó coaliciones desarrollistas ineptas, autoritarias. La
incapacidad de superar el atraso, como se entendía hace me-
dio siglo generó propuestas analíticas radicales marxistas. La
teoría de la dependencia rechazó los programas desarrollistas
y propuso un enfoque global de dependencia capitalista que
sentaría las bases para el enfoque de la economía mundo ca-
pitalista; pero su contribución al análisis político institucional
fue nula. Ya muy avanzado el siglo xx, la nueva agenda neo-
liberal, introdujo nuevas “problemáticas”, como la “reforma
del Estado” y la democratización, pero también innovaciones
en la metodología de los estudios políticos.
La innovación teátrica más visible ha sido la atención a
las instituciones democráticas. Las ideas del desarrollo políti-
co previo al Consenso de Washington eran escépticas ante la
funcionalidad de las instituciones democráticas para impulsar
el desarrollo, por razones que merecerán consideración. La de-
mocracia se identifica, como en la tesis de Lipset, con un “cier-
to nivel” de desarrollo, cierta preponderancia de las clases me-
dias en la vida pública (pues es la simiente de la sociedad civil
burguesa), y cierta madurez institucional del Estado, y del ré-
gimen. Pero la teoría de la democratización reforzó la necesidad
de entender la dinámica institucional. El neo-institucionalismo

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político contribuyó enormemente a renovar el interés en el ré-
gimen político. La ciencia política estadounidense especializada
en los problemas de la modernización y el desarrollo político,
y ahora democratización, ha florecido con niveles elevados de
sofisticación empírica y metodológica. A pesar de los logros
considerables del enfoque, tanto en estudios de caso como en
estudios comparados cualitativos y cuantitativos, el neo-ins-
titucionalismo ha mostrado debilidad para abordar las fallas
institucionales en el contexto de procesos de polarización y el
conflicto socio económico. La categoría de fallas democráticas
es diferente a la de déficit democrático. Las fallas son obstácu-
los endógenos o sistémicos (institucionales o “herestéticos”)
al avance o madurez de las instituciones democráticas funcio-
nales. Por fallas democráticas se entienden aquellas reglas for-
males e informales, tanto de los “legados pre-democráticos”,
como las introducidas en el diseño de los nuevos regímenes.
La variedad de casos invita a un esfuerzo de análisis sobre los
principales obstáculos endógenos, y socio económicos, que
enfrenta el desarrollo político en los países de la región.
La nueva ciencia política estadounidense enfocada hacia
los problemas políticos latinoamericanos sigue el modelo de los
análisis econométricos que dominan las prácticas de los orga-
nismos internacionales como el Banco Mundial o la Organi-
zación para la Cooperación y Desarrollo Económicos (ocde).
Mientras los economistas pueden utilizar métricas estandari-
zadas, los politólogos apenas empiezan a construir índices y
bases de datos exhaustivas y comprensivas. La ciencia política
cuantitativita es una especie de hermana menor de la econo-
metría aplicada, ya que no ha buscado su propia identidad dis-
ciplinaria a través de la identificación de problemas políticos.
Precisamente esta identificación ha sido afecta por la agenda
neoliberal (o liberal a secas), que si bien es harto conocida por
los estudiosos de la trayectoria de la ciencia política, parece
ignorada por las nuevas generaciones de cuantitativistas y lati-
noamericanistas de formación positivista. Los ejes temáticos

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de la Reforma del Estado, el neoliberalismo, y la democratiza-
ción neoliberal son temas no sólo exclusivos sino excluyentes
de problemáticas que se desdeñan por considerárseles atrasa-
das, al centrarse en cuestiones “no científicas”, como la des-
igualdad social y los problemas del desarrollo político. Esto es
sorprendente porque en los años setenta el desarrollo político
empezaba junto con el estudio de la formación del Estado, a
orientar una ciencia política menos ideológica y más empírica
en la región, que también buscaba definir ámbitos de mayor
autonomía intelectual y programáticas (Jaguaribe, 1972). La
cuestión de la reforma del Estado neoliberal planteó cuestio-
nes paralelas a las de la crisis del Estado burocrático autori-
tario (O’Donnell, 1982) marginando las cuestiones sobre los
ciclos y los tipos de dominación que el eminente politólogo
argentino había puesto en la agenda, a saber: las instituciones
políticas y la organización del Estado; las instituciones fiscales
tales como el presupuesto, los impuestos y las instituciones de
descentralización; las instituciones públicas encargadas de las
políticas económicas sectoriales (financieras, industriales y de
infraestructura) y las instituciones del sector social (pensiones,
protección social y educación) (Lora, 2007; Kauffmann, 2004).
Así las agendas del proyecto estadounidense de la globaliza-
ción sustituyeron los problemas de las fuentes del desarrollo
endógeno propias de las teorías del desarrollo (Fanjzylber,
1983; Kay, 2010; y Schneider, 2015), que abordaban la cues-
tión de la definición de las metas y responsabilidades entre
actores estatales y empresariales en las políticas industriales.
La agenda de la Latin American Politics ha ido ampliando
el espectro temático o ámbito de sus problemas (Kingstone &
Yashar, 2013). Su consolidación en las universidades estadou-
nidenses ha provocado una emulación intensa en América
Latina, y muchos profesores se han volcado a una imitación
sistemática de los moldes institucionales, especialmente en
el sistema de publicaciones e indexación de resultados. Por
ejemplo, David Altman, de la Universidad Católica de Chile

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aboga por una adopción acrítica del modelo estadounidense, y
la revista de la Asociación Brasileña de ciencia Política acepta
trabajos en inglés exclusivamente, convirtiéndose en dominan-
te en un circuito de publicaciones. Los métodos cuantitativos y
la estrategia cuantitativista no son un mal por sí mismos, excep-
to que con frecuencia tienden a los ejercicios triviales y a una
sub-teorización e imitación mecánica (Vidal, 2013). Pero en
una perspectiva positiva su influencia puede balancear el lado
débil de los modos locales que tiende a opacar ideológicamen-
te los hechos y a descuidar los problemas de la recolección
sistemática y constante de evidencia, que depende de la con-
tinuidad de instituciones de investigación con relativa inde-
pendencia para definir sus metas sustantivas, y protocolos de
verificación y refutación empírica. Pero ese punto medio ideal
enfrenta muchas incomprensiones ideológicas que aún ponen
trabas a la maduración de la ciencia política latinoamericana.
Respecto a los temas si bien es cierto que se han ampliado,
éstos se han centrado en el presidencialismo latinoamericano,
la división de poderes, los partidos políticos, y los poderes le-
gislativos. La agenda teórica neo funcionalista se basa en una
sofisticación estadística sobresaliente, que busca imitar a la de
la econometría, aunque sus bases teóricas son simples (Pé-
rez Liñán & Castañeda-Angarita, 2012). Las instituciones son
condicionales de las decisiones, y las reglas cuentan mucho.
Así que la ingeniería institucional es una sub disciplina ne-
cesaria, aunque sorprendentemente subdesarrollada. Y lo es
porque la política real latinoamericana es notablemente inma-
nejable para las recetas neo funcionalistas. La decepción que
ha generado este hecho se puede rastrear en las publicaciones.
La calidad de la democracia no es un tema original de
Latin American Politics pero rápidamente fue asimilado. Los
primeros estudios son optimistas, como lo eran los de la cul-
tura cívica hace medio siglo. (Morlino, 2013; Mainwaring &
Scully, 2010; Altman & Pérez Liñán, 2002). El hecho central
es que los estudios de la calidad podían describir cuantitati-
vamente las posiciones de los índices democráticos, pero no

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explicar sus movimientos atípicos o anómalos. Los ciclos de
la política latinoamericana son de mayor profundidad que las
instituciones. Son de origen estructural y están arraigados en
la conflictividad de las relaciones sociales altamente desiguales
y la arraigada injusticia social. Aunque el programa de medi-
ción de la calidad democrática ha logrado fijar la atención de
un público amplio, predominantemente burocracias medias
y altas, en las cuestiones del performance democrático, poco
ha ayudado a entender las causas de los cambios progresivos
o involutivos del régimen, así como de sus ciclos históricos.

el e s t u d i o de las tra m pa s de m o c r á ti cas

La reinstalación de regímenes democráticos ha impulsado la


profesionalización de la ciencia política en toda América Latina.
Los logros son un creciente número de publicaciones y una
nueva generación de estudiosos bien entrenados en la literatu-
ra y el análisis metodológico. Además del daño residual de la
especialización, que ha intentado erigir barreras ficticias entre
la ciencia política y la sociología política o la historia, existen
desbalances en la agenda de problemas típicos que se tienden
a abordar. Uno de ellos es el de las trampas democráticas. La
mayoría de los estudiosos de vena conductista han dado por
supuesto que la democracia es un destino, y la progresiva
mundialización democrática da fuerza a sus creencias. Pero
las democracias tienen tres senderos: el progreso, el estanca-
miento y la involución. Los casos que nos ocupan son los del
estancamiento democrático. Para analizar esto hay dos alter-
nativas. La versión que imputa a factores externos el lento
avance del funcionamiento de las instituciones y las normas
democráticas. La segunda alternativa es el enfoque endógeno,
que busca en el entramado institucional interno los obstácu-
los para desarrollo de los procesos de inclusión democrática.
Las dimensiones sociales del desarrollo político se han estu-
diado como condicionantes exógenas de la democracia. Sin
embargo, en el corpus de la ciencia política, especialmente la

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estadounidense, se ha abordado el fenómeno singular de la
manipulación del diseño institucional. Desde las perspectivas
de la elección racional, William H. Riker propuso el término
de herestesis; en la tradición conductista y en la sociología ha
habido contribuciones importantes para examinar la amplia
categoría de mecanismos legales e institucionales que distor-
sionan el proceso democrático. A esta clase de mecanismos
se les puede llamar trampas democráticas. En esencia, este
enfoque supone que los diseños institucionales no son neutra-
les, sino responden a “correlaciones” de fuerzas políticas y a
propósitos intencionales de los actores que intervienen en los
diseños institucionales fundacionales (Constituciones, Leyes,
órganos de gobierno y reglas de decisión). Aunque tienen un
estatus teórico sólido en sus países de origen, en América La-
tina no se ha ahondado en su estudio ni teórico ni empírico.
La característica de estas trampas es que son endógenas a los
diseños institucionales y tienden a distorsionar las capacidades
de inclusión política de amplias capas sociales. En un ámbito
de desigualdad social es previsible que las trampas institucio-
nales del sistema político pueden impedir o retardar, bloquear
o lo contrario, favorecer, la inclusión de la población a la cate-
goría de ciudadanos con ejercicio de la igualdad política. Este
retraso requiere un examen del estado de la ciencia política
que eluda la auto adulación y se enfrente a un examen de la
brecha entre las prácticas profesionales y los problemas polí-
ticos reales (suponiendo que nos podemos poner de acuerdo
en que entendemos por “problema político real”) de la políti-
ca latinoamericana.
Los problemas reales en la región que hay que explicar,
ya que se ha descrito abundantemente, son el de la mediocri-
dad del avance del desarrollo político, la calidad de la “gober-
nanza”, y la calidad de la democracia. En su reciente informe
sobre la “Calidad de la Democracia” en América Latina, Leo-
nardo Morlino observa que no se puede concluir si el vaso
está medio lleno a medio vacío, pues los resultados del pro-
greso democrático regional son mediocres. No hay un balance

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netamente negativo, pues las diferencias en el performance
democrático son favorables a Brasil, Chile y Uruguay, y des-
favorables para México. Balance muy similar al que Alejandro
Foxley hace para la economía de la región. (Foxley, 2012).

los e n s ayo s

Argentina no ha sido un país de proyectos de partidos de iz-


quierda sino de alianzas progresistas de carácter populistas
agrupadas alrededor de coaliciones cuya identidad política
gira sobre símbolos emotivos de tipo personalista. Examinan-
do el declive electoral del proyecto kirchnerista, José Gabriel
Giavedoni y Juan Bautista Lucca exploran el reciente proceso
electoral y la derrota del oficialismo en Argentina, buscando
entender las causas y las consecuencias de su erosión. En una
línea paralela, Dolores Rocca Rivarola explora un aspecto sui
generis, la construcción de identidades simbólicas cohesivas
que inciden, por un lado, en la formación de coaliciones polí-
ticas y sociales del proyecto kirchnerista, y por el otro, reper-
cuten en el ascenso y caída del mismo kirchnerismo.
Clayton M. Cunha Filho observa que Bolivia, en las últimas
tres décadas, presenta ciclos de estabilidad y crisis política; esta
situación es aún más considerable en los gobiernos encabeza-
dos por Evo Morales y su partido, el Movimiento Al Socialismo
– Instrumento Por la Soberanía de los Pueblos (mas-ipsp o sim-
plemente mas). Esta paradoja de ciclos de crisis política social
grave y estabilidad política presenta rasgos muy interesantes en
Bolivia. En este contexto la capacidad del Estado boliviano,
aun antes del ascenso del mas al poder, para ir construyendo
puertas y puentes de inclusión política en una sociedad multi
étnica, con divisiones clasistas y culturales fuertes es un tema
de considerable interés que el autor aborda.
Brasil ha sido un Estado caracterizado por ciclos de ines-
tabilidad y estabilización. Desde el Estado Novo y la Primera
República, a la dictadura, y de ahí a la Constitución Ciudadana
en 1988, Brasil ha oscilado entre un polo de centro izquierda
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a uno de centro derecha. En la época contemporánea las coa-
liciones gobernantes han recibido atención, por su carácter
precario, al desarrollarse en un sistema político multipartidista
extremo. Las presidencias de coalizao de Lula y Dilma han
diferido en su fortaleza y sustentación. Las de esta última, al
final de cuentas, provocaron su destitución. Examinando la
construcción de las coaliciones encabezadas por el Partido del
Trabaho y sus líderes principales, y Luiz Inácio Lula da Silva y
Dilma Rousseff. Carlos Federico Domínguez Avila aborda la
destitución de la presidente Dilma Rousseff, desde una pers-
pectiva institucionalista. Su trabajo señala que el Estado brasi-
leño contiene varios niveles de desarrollo institucional asimé-
tricos, destacando la tensión entre la emergencia de un poder
judicial profesional y un poder ejecutivo débilmente auditado,
y menos auto auditado. Esta dimensión institucional contribu-
ye a valorar la sinergia entre análisis institucionalistas y análisis
del conflicto en la política latinoamericana. Examinando una
problemática de enorme actualidad, Alfredo Alejandro Gu-
gliano, Priscila Alves Rodrigues y Carlos Artur Gallo analizan
el legado más interesante del ciclo de gobiernos de izquierda
en Brasil a saber: la innovación y construcción de mecanis-
mos institucionales de participación ciudadana. Los autores
focalizan un mecanismo específico, los orçamentos partici-
pativos (presupuestos participativos), en las políticas públicas
de dos de las ciudades más importantes de Brasil, São Paulo y
Rio Grande do Sul. Rosana Soares Campos y Rachel Lourei-
ro Andreta analizan la relación estadística entre la confianza
ciudadana en el régimen democrático y las orientaciones de los
gobiernos, por medio de una prueba estadística, con datos del
Estudo Eleitoral Brasileiro (eseb), buscan reforzar la tesis que
indica que la confianza en la democracia no es incondicional.
Marcelo Mella Polanco examina el ciclo de la política chi-
lena de 1989 a 2013, de este periodo analiza la constitución
del eje “progresista” conformado por la coalición post pino-
chetista sustentado por el Partido por la Democracia (ppd) y

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el Partido Socialista (ps), que logran llevar a la primera magis-
tratura a Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. Mella observa
que ningún partido o líder por sí sólo logró establecer funda-
mentos firmes a las coaliciones gobernantes, debido en parte
al deterioro de la confianza ciudadana y la tensión entre las
realidades de transitar desde una dictadura condicional a una
democracia participativa.
El Proceso de Paz y Transición Política en Colombia es
examinado por Mauricio Uribe López, quien observa la pa-
radoja de que Colombia ha sido una democracia duradera
que ha contenido insurrecciones y guerras internas durante
décadas. El resultado es una institucionalidad dual. Por un
lado, procesos políticos estables, y por el otro, la atrofia esta-
tal para resolver nudos gordianos del desarrollo social, como
la concentración de la propiedad de la tierra. Los llamados
acuerdos de la Habana, entre el gobierno colombiano y las
farc contienen un punto sobre la Reforma Rural Integral,
que es examinado. El impasse que creó el resultado sobre el
plebiscito sobre este acuerdo plantea cuestiones importantes
sobre las opciones del desarrollo político colombiano a cor-
to plazo. Gregorio Enrique Puello-Socarrás y José Francis-
co Puello-Socarrás abordan la cuestión subrayando las bases
sociales de los conflictos políticos colombianos. Proponen la
consecución de acuerdos de paz como un punto de inflexión
necesario, pero no suficiente, en la caracterización política del
Estado colombiano.
Marlene Azor Hernández plantea que una cuestión exis-
tencial para el Estado cubano es la esclerosis de los sistemas
político y económico como consecuencia de la adopción del
diseño “soviético”. Desde esta perspectiva examinando las
diferentes iniciativas de reforma del “socialismo de Estado”,
Azor destaca los límites institucionales que éstas enfrentan.
La democracia en Ecuador caracterizada por déficit insti-
tucional y conservadurismo social, es examinada por Santiago
Basabe-Serrano y María Inés Arévalo Jaramillo. Los autores

21
analizan empíricamente los desempeños institucionales de los
poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Revisan los principa-
les actores y los procesos que marcaron la vida política de una
de las democracias más convulsionadas de América Latina.
A pesar de detectarse una lenta profundización institucional
de la democracia, los valores conservadores de la sociedad
ecuatoriana no han variado significativamente durante la últi-
ma década, creándose un tipo de democracia institucional con
valores conservadores.
Eugenio Sosa pregunta: ¿Qué democracia es la hondure-
ña, que existe en contextos signados por la corrupción, la pe-
netración del crimen organizado en las altas esferas de la polí-
tica, altos niveles de impunidad, irrespeto a los niveles mínimos
de la legalidad, porcentajes altos de la población en situación de
pobreza, exclusión y desigualdad? Honduras en democracia se
volvió un país más inseguro, más pobre, y más desigual. Se han
profundizado procesos como las migraciones, el desempleo y
la economía informal. Sosa desarrolla una explicación a este
drama político con base en la influencia de los actores tanto
transnacionales como oligárquicos del país.
Las trayectorias distintas de los sistemas políticos de Mé-
xico y Brasil son el objeto de estudio del trabajo de Godofredo
Vidal de la Rosa. El autor ofrece un análisis de la importancia
de la formación de coaliciones en el diseño institucional de
ambos países y sus resultados.
Abordando la debilidad de las coaliciones políticas go-
bernantes que han surgido en Latinoamérica, Marcos Pérez
Talia ofrece un análisis del ascenso y caída, en Paraguay, del
gobierno de La Alianza Patriótica para el Cambio encabezada
por el ex obispo católico Fernando Lugo. En junio de 2012
–faltando apenas catorce meses para culminar su mandato– el
presidente Lugo es sometido y destituido de la presidencia por
la vía del juicio político, con los votos “decisivos” de nada me-
nos que de su principal aliado, el Partido Liberal. Pérez Talia
adelanta la tesis institucionalista de la debilidad de la coalición

22
encabezada por Lugo, discutiendo simultáneamente explica-
ciones alternativas.
Una pregunta que surge es si el tamaño territorial importa.
Uruguay, junto a Costa Rica y Chile (que son países de “desarro-
llo medio”) tienen las democracias más maduras de la región, en
contraste Brasil y México parecen a veces ingobernables. Con
una larga tradición de partidos nacionales, la democracia elec-
toral uruguaya, interrumpida por doce años de dictadura, desde
su reinstauración (en marzo de 1985) se han sucedido gobiernos
y parlamentos electos directamente por la ciudadanía, sin in-
terrupciones en los mandatos, y sin quiebres autoritarios. José
Raúl Rodríguez y Daniela Vairo describen la normalidad de-
mocrática uruguaya con detalle, señalando también sus défi-
cits, sobre todo en la atención a demandas sociales.
Armando Chaguaceda y María Isabel Puerta desarrollan
un argumento endógeno institucionalista sobre el deterioro
del régimen político venezolano, a partir de una proposición
de Guillermo O’Donnell sobre la suerte de las presidencias
“delegativas”. En el caso de la evolución del chavismo, los
autores analizan la degradación de las capacidades institucio-
nales estatales, el debilitamiento de la cohesión de la coalición
gobernante, y el deterioro de los rasgos democráticos del pro-
yecto. De manera paralela, en su trabajo, Fabricio Pereira da
Silva centra su atención sobre la encrucijada del Bolivarismo
como proyecto ideológico del “socialismo del siglo xxi” en
cuyo balance apunta las tensiones y crisis internas del proyec-
to chavista.
Renata Peixoto de Oliveira retoma la dicotomía “derecha
contra izquierda” en los ciclos políticos latinoamericanos para
ofrecer una explicación del avance de las fuerzas conservadoras
a través de la reconfiguración del modelo neoliberal, después de
más de una década de avances significativos de las coaliciones
de centro izquierda en la región. La autora examina los aspectos
más determinantes de la agenda política de la derecha para veri-
ficar los impactos en términos de derechos sociales y laborales;

23
nivel de ingresos; participación política y ciudadanía, e identidad
cultural y de género. Cuestiones como la densidad democrática
en la región son centrales en esta discusión.
El llamado boom de los commodities (materias primas)
en las últimas dos décadas, permitió a los nuevos gobiernos de
izquierda conseguir resultados en materia de crecimiento que
para algunos países fueron sensiblemente superiores a los del
pasado y aseguraron que el giro a la izquierda fuera más que un
fenómeno coyuntural y se prolongara durante más de una dé-
cada. Federico Traversa parte de esta inflexión del crecimiento
para retomar un tema central en la ciencia política latinoameri-
cana acerca de la reconfiguración de la teoría desarrollista y los
puntos de realimentación con la agenda neo-institucionalista
dominante en las últimas dos décadas. Los factores “estruc-
turales” son tan decisivos como los institucionales. “Las insti-
tuciones cuentan”, pero no en el vacío histórico, ni ajenas a los
problemas socio-políticos, ni a los conflictos sociales, ni a las
dinámicas estatales amplias en las que funciona el régimen, ni
a las condiciones económicas, en las agendas del desarrollo
político latinoamericano.

c o n c lu s i ó n
El estudio disciplinado de los procesos políticos de Améri-
ca Latina tiene que enfrentarse a redefiniciones importantes:
Primero, las cuestiones del poder real que representa la masa
demográfica y económica de la región en el mundo. Debe con-
siderarse si México es parte de la región, como parece obvio, o
si es parte de Norteamérica, lo cual también es cierto. El papel
de México como zona de confluencia en el hemisferio norte le
confiere a su peso demográfico y su tamaño económico una
importancia especial, desaprovechada por las fracturas y depre-
dación de su sistema político. La región representa una fracción
considerable de los recursos mundiales a pesar de su rezago
educativo y tecnológico. México, Brasil y Argentina están en la
liga de los 20 grandes de la economía mundial. La economía de

24
América Latina hoy en día es de una tercera parte de la econo-
mía de los Estados Unidos, y muy superior a la rusa, alemana
o japonesa. Así que en términos de posibilidades para el siglo
xxi y xxii no hay pretextos para no tener grandes expectativas.
Pero, además, la cuestión sobre la orientación de los estu-
dios empieza preguntándose por la dirección y los contenidos
de desarrollo a corto, medio y largo plazo. El enfoque del
desarrollo o neo desarrollismo, se beneficia del aprendizaje de
que las instituciones cuentan, y mucho, como ha preconiza-
do convincentemente el neo-institucionalismo económico. La
aportación del neo institucionalismo político, a pesar de sus
limitaciones ideológicas y metodológicas, contribuye enor-
memente a entender la problemática de las instituciones del
régimen político democrático y su viabilidad para la región.
Los nuevos enfoques evitan el voluntarismo fatal de los enfo-
ques de los años sesenta y setenta, como el desarrollismo que
dio por sentado que la coalición ganadora estaba simplemente
esperando su momento histórico, o el dependentismo, que
renunció al desarrollo en pos de una anti utopía socialista casi
soviética. Cuando los estudios latinoamericanos empezaban
a reconsiderar sus fortalezas y debilidades, con el retorno al
estudio de las raíces estructurales de la política y del Estado,
la agenda de la reforma del Estado hacia el neoliberalismo
y el transicionismo crearon una amnesia temporal sobre los
problemas del desarrollo político; el estudio de los ciclos de
dominación y la construcción de coaliciones trans-generacio-
nales viables que se relegaron para fechas indefinidas. Esas
fechas han llegado y demandan una atención al arsenal de
recursos teóricos, metodológicos y empíricos de las ciencias
sociales del siglo xxi, que posibilitan aproximaciones intelec-
tualmente superiores para los problemas históricos de las so-
ciedades latinoamericanas.
Por último, quiero agradecer al maestro Jorge Jiménez Val-
tierrez su atenta y profesional colaboración a lo largo de todo el
proceso de edición del volumen. El proyecto fue realizable por
el apoyo financiero del Fondo sep-conacyt cb 2011-165976-S

25
y del Departamento de Sociología en la División de Ciencias
Sociales y HUmanidades de la Universidad Autónoma Metro-
politana, unidad Azcapotzalco.

b ib l io g r a fí a
Altman, David y Aníbal Pérez-Liñán. “Assessing the quality
of democracy: Freedom, competitiveness and participation
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caso latinoamericano. 3 vols., Virgina, Paidós, 1972.
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Metropolitana Azcapotzalco, 2013.

a pé n d i c e g r á fi c o

Tabla 1. Población países seleccionados de América Latina y el


Caribe [2015].
Posición País Población
32 Argentina 43,416,755
83 Bolivia 10,724,705
5 Brasil 207,847,528
61 Chile 17,948,141
28 Colombia 48,229,704
76 Cuba 11,389,562
68 Ecuador 16,144,363
97 Honduras 8,075,060
10 México 127,017,224
105 Paraguay 6,639,123
135 Uruguay 3,431,555
44 Venezuela 31,108,083
Fuente: http://datos.bancomundial.org/indicador/SP.POP.TOTL?locations=ZJ

27
Tabla 2. Población por regiones
Región (Miles) (%)
Total Mundial 7,346,633 100%
Este de Asia y Pacifico 2,279,186 31.02%
Europa y Asia Central 907,944 12.36%
Medio Oriente y Norte de África 424,065 5.77%
América del Norte 357,336 4.86%
Sur de Asia 1,744,161 23.74%
América Latina y Caribe 632,959 8.62%
África subsahariana 1,000,981 13.63%
Fuente: http://data.worldbank.org/data-catalog/population-ranking-table

Tabla 3. Producto Nacional Neto (ppp) por regiones 2015


(millones de dólares)
Total Mundial 113,653,547 %
Este de Asia y Pacífico 35,767,060 31.47
Europa y Asia Central 26,947,888 23.71
América Latina y Caribe 9,907,510 8.72
Medio Oriente y Norte África 7,963,288 7.01
América del Norte 19,539,248 17.19
Asia del Sur 9,862,149 8.68
África Subsahariana 3,698,468 3.3
100.0
Fuente: http://data.worldbank.org/data-catalog/world-development-indicators

Tabla 4. PIB (US$ a precios actuales) (2015 millones)


Países PIB
Argentina 583,168.57
Bolivia 32,997.68
Brasil 1,774,724.82
Chile 240,796.39
Colombia 292,080.16
Ecuador 100,176.81
Honduras 20,420.97
México 1,143,793.18
Paraguay 27,093.94
Uruguay 53,442.70
Cuba Nd
Venezuela Nd
Fuente:http://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GDP.MKTP.CD?loca-
tions=ZJ&view=chart
28
Tabla 5. Producto Nacional Neto (ppp) 2015
% respecto al total
Posición País $ Millones dólares
de pib (ppp)
7 Brasil 3,192,398 2.81
11 México 2,194,431 1.93
29 Colombia 665,594 0.59
43 Chile 400,534 0.352
58 Cuba 234,624 0.206
62 Ecuador 183,855 0.162
89 Bolivia 73,796 0.0649
91 Uruguay 72,751 0.0640
99 Paraguay 60,977 0.0537
107 Honduras 41,057 0.0361
0 Argentina - 0
0 Venezuela - 0
Fuente: http://data.worldbank.org/data-catalog/gdp-ppp-based-table

Tabla 6. pib per cápita (US$ a precios actuales) 2015


País pib

Argentina 13,431.90
Bolivia 3,076.80
Brasil 8,538.60
Chile 13,416.20
Colombia 6,056.10
Ecuador 6,205.10
Honduras 2,528.90
México 9,005.00
Paraguay 4,081.00
Uruguay 15,573.90
Cuba Nd
Venezuela Nd
Fuente:http://datos.bancomundial.org/indicator/NY.GDP.PCAP.CD?loca-
tions=ZJ-CU&view=chart

29
Tabla 7. Índice de competitividad global 2016-2017
Posición Posición previa
Posición País Puntaje
2016-2017 2015-2016
33 Chile 4.64 33 35
51 México 4.41 51 57
61 Colombia 4.30 61 61
73 Uruguay 4.17 73 73
81 Brasil 4.06 81 75
88 Honduras 3.98 88 88
91 Ecuador 3.96 91 76
104 Argentina 3.81 104 106
117 Paraguay 3.65 117 118
121 Bolivia 3.54 121 117
130 Venezuela 3.27 130 132
Nd Cuba nd nd nd
Fuente: http://www3.weforum.org/docs/GCR2016-2017/05FullReport/The-
GlobalCompetitivenessReport2016-2017_FINAL.pdf

Tabla 8. Rango (percentil) de gobernabilidad de algunos países de


América Latinay el Caribe seleccionados 2015
Control
Voz y ren- Estabilidad Efectivi-
Calidad Estado de de la
Posición|país Promedio dición de política y no dad guber-
reguladora derecho corrup-
cuentas violencia namental
ción
33 Chile 80.34 76.35 59.05 82.69 89.42 87.02 87.50
37 Uruguay 78.33 83.25 82.86 72.60 67.79 74.52 88.94
100 Brasil 46.66 60.10 34.29 47.60 46.63 50.00 41.35
104 Colombia 45.28 45.81 12.38 52.40 67.31 44.71 49.04
117 México 41.89 43.35 17.62 61.54 66.35 37.50 25.00
128 Argentina 37.50 59.11 44.76 49.52 16.83 22.12 32.69
130 Cuba 37.02 5.91 64.29 53.85 7.69 29.81 60.58
136 Paraguay 32.87 43.84 47.14 17.31 44.71 28.37 15.87
145 Ecuador 29.01 38.42 42.38 38.46 11.54 13.94 29.33
148 Honduras 28.37 32.02 28.10 20.19 38.46 16.83 34.62
150 Bolivia 28.09 46.80 36.19 27.88 18.75 11.06 27.88
190 Venezuela 8.46 17.73 13.81 10.58 2.40 0.48 5.77
Fuente: http//info.worldbank.org/govemance/wgl/#doc

30
Desdemocratización y crisis
política en Venezuela: ¿el final del
experimento del Socialismo del
Siglo XXI en América Latina?
Armando Chaguaceda
María Isabel Puerta

Desde fines de la década de los noventa del siglo pasado, en ciertos


países y segmentos poblacionales de América Latina se aprecia un
modesto declive del compromiso democrático y un ligero incre-
mento de las preferencias políticas radicales; fenómeno de alto
impacto desdemocratizador en naciones con Estados débiles,
gobernanza deficiente y sostenida exclusión social (Mainwaring
& Pérez-Liñan, 2013: 296). Es preciso anotar que la situación
política latinoamericana es la de una región donde, tras un apa-
rente consenso formal en torno a la democracia como único
régimen político legítimo,1 los desempeños nacionales difieren,
acumulando en los diversos casos, profundos déficits democrá-
ticos. Que abarcan incluso a gobiernos, élites políticas y ciuda-
danías con disimiles orientaciones ideológicas.2
Una de las modalidades no rupturistas de debilitamiento de
los fundamentos y desempeños de la democracia es su variante
1
Por régimen entendemos el conjunto de normas e instituciones que, en
un contexto social y territorial específico, definen los modos principales de
acceso, ejercicio, ratificación y salida del poder político.
2
Como democracias consolidadas y dotadas de un alto grado de cum-
plimiento de todos los derechos ciudadanos encontramos a Costa Rica,
Uruguay y, en menor medida, Chile. Existen poliarquías con desempeños
variables en sus diferentes dimensiones –incluidos graves problemas en la
electoral– como la brasileña, la colombiana y la mexicana, que coexisten
actores no democráticos y regímenes subnacionales autoritarios. Por su
parte, casos como los de Bolivia, Ecuador y la Argentina kirchnerista son
ejemplos de democracias delegativas con diverso grado de desarrollo.

555
delegativa; sobre la cual Guillermo O´Donnell (2011) señaló
varios escenarios posibles de evolución, siendo uno de estos
lo que llamó la “muerte lenta de la democracia” y su desliza-
miento a un régimen autoritario. Según el politólogo argentino,
siendo frágiles los muros que separan delegación presidencia-
lista y franco autoritarismo, el peligro involutivo se eleva con
la inexistencia –o irrelevancia– de los actores prodemocráticos
de la sociedad y clase política nacionales –incluidos aquellos
pertenecientes al oficialismo–; ante bajos niveles de diálogo,
organización y articulación de aquellos actores y sí, en el plano
de la cultura política nacional, los valores e instituciones anti-
democráticos son predominantes.
En el caso venezolano, desde su temprana fase delegativa
(1999-2005), el chavismo tuvo un carácter marcadamente pre-
sidencialista, el presidente obtuvo leyes habilitantes durante
cuatro ocasiones para decidir sobre diversas áreas de política pú-
blica con amplísimas competencias. Incluso la obtuvo en la etapa
de total hegemonía chavista en el parlamento (2005-2010), ra-
tificando lo señalado por O´Donnell respecto a la abdicación
del parlamento de su función de deliberar y legislar en situacio-
nes de democracia delegativa. A su vez, el sesgo desinstitucionaliza-
dor se reveló con la incesante creación de estructuras paralelas
(corporaciones ad hoc frente a las gobernaciones y alcaldías, mi-
licias frente a la Fuerza Armada, instancias de Poder Popular
frente a alcaldías y formas de participación prexistentes) en
sintonía con la vulneración de la representación política típicas
de un régimen delegativo.
A partir de 2005, la democracia delegativa (Chaguaceda y Puerta,
2015) venezolana fue dando paso a la instauración de un régi-
men de claros rasgos autoritarios (Linz, 2000), en la modalidad
que Diamond (2008: 26) identifica, alternativamente, como

556
autoritarismo electoral o pseudodemocracia (Diamond, 2008:70). En
la literatura especializada, hay una coincidencia en diversos ex-
pertos internacionales –Charles Tilly, Javier Corrales, Andreas
Schedler, Steve Levitsky, Michael Coppedge– y venezolanos
–Benigno Alarcón, Luis Salamanca, Héctor Briceño, Luis
Gómez Calcaño, Nelly Arenas, Margarita López Maya– en
que la paulatina desdemocratización (Tilly) del régimen políti-
co venezolano a partir de la era chavista lo convirtieron en un
autoritarismo competitivo (Levitsky) o electoral (Schedler), cuyas cua-
lidades autocráticas rebasan ya –ver Cuadro núm. 1– los rasgos
del modelo delegativo.3 En este nuevo régimen, la asimetría de
poder favorable al Ejecutivo característica de la democracia dele-
gativa se amplía –a costa de la subordinación o neutralización
de los otros poderes–; las instituciones y leyes republicanas
son acotadas por instancias creadas por el poder –autoridades
centralmente designadas, mandos militares en la administración
pública que enajenan competencias de los gobiernos regiona-
les/locales electos–, los comicios se celebran con mayor ven-
tajismo oficial y los derechos a la información, la organización,
la expresión y la protesta, entre otros, se ven fuertemente res-
tringidos. La discusión ahora –en medio de la conflictividad
política expandida luego del fallecimiento de Hugo Chávez– se
centra en la probable transición dentro del propio autoritarismo,
de electoral o competitivo, hacia uno hegemónico.

3
De hecho, el propio O´Donnell clasificaba ya en 2010 al régimen político
venezolano como autoritario y no como delegativo. En similar sentido Char-
les Tilly hizo notar –en su obra póstuma, Democracia (2010) – los niveles de
desdemocratización que permitían caracterizar al régimen venezolano, desde
entonces, como autoritario. En una categoría que lo acerca, por sus rasgos
compartidos, a varios de los regímenes de las naciones postsoviéticas.

557
Cuadro 1. Evolución del régimen político venezolano (1999-2016)
Democracia Delegativa
Dimensiones Autoritarismo (2005-¿)
(1999-2005)
Constitución de la República Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
Ordenamiento
Bolivariana de Venezuela (1999): (legal y vigente)
Constitucional
paradigma republicano.178 Plan de la Patria y decretos Leyes (agenda oficialista)279
Periódicas, competidas pero Periódicas (en dependencia del caso), con venta-
con asimetrías e injerencias jismo y denuncias de fraude. Apelación a fuentes
Elecciones que favorecen al oficialis- de legitimidad y permanencia que trascienden mo-
mo. Confianza variable en mento electoral.
el árbitro electoral. Baja confianza en el árbitro electoral
Vigente, pero con paulatino
predominio del Poder Eje-
cutivo sobre los demás.
Designación de leales en el
Poder Ciudadano (2000) y
Inexistente de facto
División de el Tribunal Supremo (2004);
Colonización/Subordinación de todos los Pode-
Poderes Predominio oficialista en
res Públicos por el Ejecutivo
composición de Consejo Na-
cional Electoral/CNE (2003)
Mayoría (desde 1999) y
control absoluto(2005) del
legislativo
Variable: Vertical efectiva,
Rendición de
Transversal limitada, Hori- Precaria en sus tres dimensiones
Cuentas
zontal precaria
Variable (ampliada inclusión
Pasiva y excluyente: el pueblo/masa aclamantes y
social y participación co-
Ciudadanía beneficiarios de Estado antes que el votante/ciu-
munitaria junto a exclusión
dadano exigentes
política)
Concentrada en Legislati- Concentrada en Legislativo (con agresiones físicas
vo –con polarización- y en y afectaciones al derecho de palabra, participación
diálogo con auspicio inter- en comisiones y directiva de oposición) y en Diá-
nacional (2002-2004) logo con auspicio internacional (2014). Reducida
Deliberación
Protagonismo creciente de dentro del oficialismo (Polo Patriótico) por agenda
medios de comunicación del psuv.
como sustituto de partidos Hegemonía comunicacional: control y/o subordi-
opositores. nación de medios públicos y privados.
Violaciones ddhh en golpe
de 2002, protestas y actua-
ción de cuerpos de seguridad. Creciente criminalización de la protesta y manifes-
Incluidos ddhh en Consti- tación, Vulneración de derechos civiles y políticos,
Derechos
tución y agenda de Poderes deterioro en derechos sociales.
Humanos
Públicos y sociedad civil. Acoso a organizaciones y defensores de ddhh
(DDHH)
Expansión de derechos Denuncia del tema y salida de organismos regio-
sociales, nales (cidh)
Pertenencia a organismos
regionales (cidh)

558
A partir del análisis de los procesos e instituciones arriba
descritos es posible sostener que asistimos hoy en Venezuela
a un proceso de decadencia autoritaria;4 bajo una forma de
dominación “revolucionaria”, que incorpora de forma subor-
dinada los discursos y demandas de actores sociales con un
rescate de la justicia social y del rol regulador y activo del Estado.
Afianzando un régimen caracterizado, cada vez más, por rasgos
antidemocráticos: la consolidación del presidencialismo, la fusión
del partido dominante (y sus cuadros) con el aparato y buro-
cracia estatales; el acoso a la oposición, las restricciones a las
libertades y el establecimiento de mecanismos de diálogo y
represión selectivos.
Dentro de ese esquema, elementos como la reiterada ofen-
siva para la imposición de una currícula educativa ideologizada
(calificada como bolivariana o socialista), el cerco financiero y
acoso político a las universidades, la construcción de un mode-
lo de hegemonía comunicacional,5 y el énfasis en la creación
de instituciones sociales de nuevo tipo –consejos comunales,
sindicatos bolivarianos, cámaras empresariales y organizacio-
nes de clase media oficialistas– hablan de un patrón que re-
basa los formatos delegativos para procurar reconfigurar la

4
Utilizamos aquí decadencia no como sinónimo de pérdida de control po-
lítico o crisis económica, sino en la interpretación de Fukuyama (2014) que
identifica al declive de la capacidad estatal –afectada por la presencia del
neopatrimonialismo, el subdesarrollo de la burocracia y la mala calidad de las
políticas–, unido a la vulneración del Estado de derecho y el déficit de la
rendición de cuentas democrática como síntomas de un curso regresivo en
el desarrollo político de una nación moderna.
5
Hegemonía que se implementa mediante una estrategia que abarca los
bloqueos y propuestas de compra a los medios impresos independientes,
la neutralización de los canales de televisión privados y la conformación de
un sistema integrado por alrededor de 50 televisoras y 260 radioemisoras
regionales en manos del gobierno, además de seis canales estatales y cua-
tro privados de cobertura nacional –que, en lo fundamental, invisibilizan
a la oposición y los críticos del gobierno–, acompañados por decenas de
emisoras radicales “comunitarias” afines al oficialismo. Ver (Bisbal, 2009)
y (Cañizalez, 2012).

559
sociedad e institucionalidad política afín a los moldes de un
proyecto político con vocación hegemónica.
En Venezuela la concepción oficialista de “irreversibilidad
del proceso revolucionario” y su búsqueda de hegemonía po-
lítica son antagónicas con la comprensión, progresista, liberal
y republicana, de lo electoral como el mecanismo pacífico por
excelencia para el acceso, la ratificación o la salida del Poder;
del pluralismo –reconocido por la Constitución vigente– como
marco referencial para la coexistencia y competencia de actores
políticos y de la participación autónoma y no partidizada en la
gestión pública como derecho y deber de los ciudadanos. El
tránsito entre los gobiernos de Chávez y Maduro parece significar
el paulatino abandono de las formalidades y normas democrá-
ticas y la radicalización de un régimen cada vez más autoritario.
Mientras podía prevalecer en las urnas el oficialismo avanzó en la
captura de instituciones claves, pero no buscó controlar o re-
primir frontal y/o masivamente toda forma de organización,
comunicación o producción autónoma. Simplemente admi-
nistró el disenso.
Se ha puesto en marcha una estrategia hacia al control decisi-
vo de la sociedad y política venezolanas; que no supone –como en
los regímenes totalitarios del siglo xx– el dominio inmediato
ni permanente de cada espacio y factor de poder, comunicación
y producción, sino apenas la captura, meticulosamente planifica-
da, de aquellos elementos políticamente decisivos para, llegado el
momento, impedir el avance adversario y consolidar la hegemo-
nía propia. La reacción del chavismo al perder las elecciones
del 6 de diciembre de 2015 (en adelante 6D), cuestionando los
resultados y acusando de fraude a toda la oposición, cuando
controlan todo el aparato institucional, instalando un “parla-
mento comunal”, que no existe en la Constitución y que pre-
tenden imponer por encima de la Asamblea Nacional.
La estrategia parece responder a varios patrones. Primero,
acosar a la oposición política partidaria con golpes quirúrgicos:

560
la persecución a los cuadros de Voluntad Popular y Primero
Justicia, el encarcelamiento de líderes como Leopoldo López y
el bloqueo de movimiento y comunicación a Henrique Capriles;
además de la recurrente siembra de rumores –para generar en-
frentamientos–entre los partidos que integran la Mesa de la Uni-
dad Democrática (mud). Segundo, la táctica de dificultar –con
apoyo del aparato del partido oficial y sus organizaciones de
base– la gestión de alcaldes y gobernadores de oposición, obede-
ce a un intento de provocar que los traspiés en la administración
pública redunden a la postre, en una pérdida de capacidad (y
prestigio) de los opositores electos para gobernar a los ciuda-
danos.
La compra mediante empresarios fantasmas del canal Globo-
vision y de los diarios Últimas Noticias y El Universal, así como el
acoso a Tal Cual y el cierre de varios diarios y emisoras regionales
han condenado al discurso opositor al silencio frente a amplios
sectores de la población. Otros medios privados practican razzias
de aquellos periodistas que se resisten a la autocensura o la
neutralidad de su línea editorial. Quedan entonces El Nacional
–sobreviviendo de forma precaria– y las redes sociales y me-
dios online –amenazados por la hegemonía comunicacional– como
reductos para la información y comunicación autónomas.
Incluso la aparente falta de una estrategia económica co-
herente del gobierno –en cuyo seno las posturas pragmáticas
y radicales coexisten [aunque en tiempos más recientes parece
haberse impuesto el ala radical compartiendo la idea de un po-
der monopólico– si bien empeora el panorama económico, no
parece afectar decisivamente su actual poder represivo, aunque
sí su legitimidad y apoyo ciudadano. La progresiva pauperiza-
ción de la clase media, la dependencia de amplios sectores po-
pulares de la menguante dádiva estatal, y la aprobación de un
control biométrico a las compras de productos –mediante tar-
jetas electrónicas– en la red de mercados públicos y privados,
presagiaba el advenimiento de una sociedad más controlada,

561
contrario sensus de los consejos de economistas, el gobierno ha
arreciado los controles y la intervención en la economía, -que
con el aumento de las importaciones sostenían su clientela
–aún al costo de la probable venta de activos como el que se
intentó con la petrolera Citgo y del endeudamiento galopante
con China– y que, en el caso poco probable de alguna resis-
tencia empresarial organizada, responda expropiando activos.

la venezuela po s tc h av i s ta : ¿ ru ptu ra po líti c a c o n


la fó r m u la e l e c to r a l ?

A continuación presentamos una valoración de las variables y


escenarios que caracterizaron a la Venezuela que se encami-
naba a la crucial elección parlamentaria del 6D. Factores polí-
ticos, económicos y sociales que se cruzaron para dar cuenta
de una crisis de legitimidad y apoyo del gobierno de Nicolás
Maduro. Misma que podría ser resuelta con una transición
postelectoral o con diversas estrategias para impedir o desco-
nocer un eventual triunfo opositor.

e s c en ar io económico

La situación económica en Venezuela para finales de 2015 se


consideraba dramática: la caída de los precios del petróleo y la
presión cambiaria habían precipitado una severa crisis de escasez
y desabastecimiento que comenzaba a manifestarse mucho
antes en el interior del país, manteniéndose la capital Caracas,
relativamente protegida tanto de las fallas del servicio eléctrico
como de la falta de acceso a bienes de primera necesidad. Fue
a mediados de 2014, debido al comienzo del descenso en los
precios del petróleo, que la situación de la escasez empeoró,
alcanzando a la ciudad capital, además de agudizar la situación
que la provincia había estado padeciendo por largo tiempo, por
lo que en la opinión pública nacional causó gran impacto. Las
largas filas para comprar productos regulados no se limitaron

562
a los sectores populares, estas imágenes se hicieron cada vez
más frecuentes en los sectores más acomodados de la clase
media, en lo que anticipaba una difícil situación que manejar
con un cada vez más disminuido ingreso petrolero. Las redes
sociales se convirtieron en el espacio para la información y el
intercambio de bienes, siendo medicinas y alimentos los más
importantes. Pero además, la situación de crisis había afectado
a todos los sectores, desde el reducido aparato productivo hasta
el limitado sector de servicios. La crisis que se había asomado
a principios de 2014 con las líneas aéreas internacionales,6
quienes progresivamente dejaron de operar en el país ante la
imposibilidad del gobierno de cancelar la cuantiosa deuda por
conversión cambiaria, se fue agravando cuando otros grupos
económicos cerraron operaciones o abandonaron el país como
la empresa trasnacional Clorox7 por causa del régimen de
control de precios. Para 2015 el panorama económico se an-
ticipaba crítico, los niveles de desabastecimiento en alimentos
y medicinas alcanzaron cifras alarmantes al punto que se han
registrado defunciones por falta de tratamiento médico8 así
como la interrupción de cirugías por fallas en el suministro
del servicio eléctrico.9 Las dificultades alcanzaron a casi todos
los sectores, las ensambladoras de vehículos dejaron de recibir
unidades en 2014, la falta de divisas ha sido la principal razón,
incidiendo no sólo en el parque automotor sino en el inventario
de repuestos, afectando el transporte público. La escasez y

6
http://www.agenciafe.com/noticias/val/226701/crisis-en-venezuela-com-
pa%C3%B1%C3%ADas-a%C3%A9reas-dejan-el-pa%C3%ADs-por-una-mi-
llonaria-deuda-de-maduro.html
7
http://www.el-nacional.com/economia/Clorox-Venezuela-restriccio-
nes-operativas-Gobierno_0_487751288.html
8
http://www.eluniversal.com/vida/150814/ops-preocupada-por-esca-
sez-de-medicinas-oncologicas-en-venezuela
9
Recientemente, una cirugía de trasplante de riñón tuvo que ser suspendida
porque el órgano se descompuso debido a la interrupción del servicio eléc-
trico: http://www.talcualdigital.com/Nota/119441/Se-Pudre-Rinon-Pa-
ra-Trasplante-En-El-Hospital-Universitario-De-Maracaibo

563
el desabastecimiento van desde la ausencia de materia prima
para producir algunos rubros, como la de divisas para impor-
tación. El caso de la industria fabricante de envases es dra-
mático, al extremo que el agua potable no se consigue por
la falta de envases.10 En cuanto a alimentos, algunos rubros
básicos como café, lácteos, harinas, azúcar, arroz, embutidos
y pastas están desaparecidos de la dieta diaria del venezola-
no,11 disparando las alarmas sobre la posibilidad de una crisis
humanitaria por la falta de alimentos y medicinas,12 en una
involuntaria afinidad que no discrimina sectores socio-econó-
micos, una especie de democratización de las carencias. Pero
además del desabastecimiento y de la escasez, el alto costo de
la vida terminan por configurar una situación desafiante para
el gobierno que intenta por otras vías retener el poder.
Con motivo del anuncio de las medidas económicas de
emergencia13 por parte del Ejecutivo Nacional, el Banco Cen-
tral de Venezuela14 divulgó luego de casi un año de silencio,
los muy esperados indicadores económicos, corroborando lo
que las agencias de análisis financiero habían estado discutiendo sin
el respaldo de información oficial, mostrando cifras que evi-
dencian la gravedad de la situación económica del país: infla-
ción anualizada de 141%, el pib con una disminución de 7,1%
en el tercer trimestre de 2015. Con la caída de los precios del
petróleo –por debajo de US$ 30 el barril– y considerando que
la industria petrolera en manos del Estado representa el 96%
de las exportaciones del país, la balanza comercial reportó un
déficit de US$ 782 millones,15 que obedeció a que las ventas
10
http://www.el-nacional.com/economia/Falta-botellas-plastico-impi-
de-envase_0_631737013.html
11
http://cronica.uno/venezolano-solo-esta-comiendo-lo-consigue/
12
https://www.amnesty.org/es/latest/news/2016/06/venezuela-stubborn-po-
litics-accelerate-catastrophic-humanitarian-crisis/
13
http://www.eluniversal.com/economia/160115/gobierno-nacional-anun-
cia-medidas-de-estado-de-emergencia-economica
14
http://www.bcv.org.ve/Upload/Comunicados/aviso150116.pdf
15
http://www.bcv.org.ve/Upload/Comunicados/aviso150116.pdf

564
externas totalizaron US$ 8.483 millones, resultando inferior al
nivel de US$ 9.265 millones alcanzado por las importaciones
de bienes, sumado al saldo negativo en la cuenta corriente
de US$ 5.050 millones. La crisis se agrava con la respuesta
del Gobierno a este escenario con su Decreto de Emergen-
cia Económica16 que lejos de atacar las causas del problema,
profundiza en ellas, acentuando el intervencionismo y control
por parte del Estado de la casi totalidad de las actividades eco-
nómicas, además, ignorando que el modelo económico im-
puesto por Chávez y continuado por Maduro ha demostrado
ser inviable, provocando una situación de caos que amenaza,
aun más, a la gobernabilidad democrática.

e s c en ar io social

En este aspecto, la situación es más difícil porque allí es donde


se expresan las consecuencias de las carencias materiales, el sala-
rio cada vez más devaluado por el rápido deterioro de la moneda
nacional frente al dólar, dificulta el normal desenvolvimiento de
todos los demás sectores de la sociedad. Los sectores de la Salud,
Educación, Vivienda, Infraestructura se encuentran paralizados.
En materia de Salud hay escasez de medicinas a niveles alar-
mantes a lo que además se suma la fuga de profesionales de la
salud.17 En cuanto a Educación, los problemas salariales han
sido causa recurrente de paralización de actividades en el gremio
docente en los últimos años, provocando la suspensión perió-
dica de las actividades académicas en el sistema de universidades
públicas del país debido a la falta de presupuesto, además de
la incapacidad del gobierno de responder a las demandas sala-
riales del sector.18 En materia de Vivienda el panorama no es
16
http://www.telesurtv.net/news/Aqui-las-lineas-del-Decreto-de-Emer-
gencia-Economica-venezolano--20160118-0028.html
17
http://www.abc.es/internacional/20150410/abci-fuga-medicos-vene-
zuela-201504091646.html
18
http://latino.foxnews.com/latino/news/2015/10/27/18-venezuelan-uni-
versities-on-brink-shutdown-as-crisis-enters-classroom/

565
menos crítico, existe un déficit habitacional que las estrategias
y políticas gubernamentales no han podido corregir, profun-
dizándose debido al aumento de la pobreza, como lo recoge la
Encuesta sobre condiciones de vida 2015 de la ucab-ucv-usb,
que aporta cifras preocupantes sobre el repunte de la pobreza
en Venezuela en 2015 (76%) con proyecciones de superar esa
cifra para finales del año 2016.19 La creación de organismos
para la reducción del déficit habitacional sólo ha permitido
afinar estrategias para el proselitismo, sobre todo con la Gran
Misión Vivienda Venezuela (gmvv), lo que no se ha traducido
en una disminución de la brecha, al contrario, como lo reporta
Provea,20 lo que hay es un retroceso en la materia, evidencián-
dose su naturaleza clientelar con el rechazo del Gobierno Na-
cional de la propuesta de la Asamblea Nacional de conceder
la titularidad de las viviendas adjudicadas por la gmvv.21 En
Infraestructura hay carencias, poco mantenimiento, como lo
evidencia la crisis eléctrica que tiene varios años y que retrata a
un país con muchos recursos, siendo potencia energética y que
sin embargo, renunció a atender estas necesidades. Esto por
supuesto no es un hecho aislado si se suman el desgaste de la
propia industria petrolera y el sector siderúrgico, completando
un cuadro de deterioro de toda la base productiva del país que
en estos momentos es necesaria para emprender la reactivación
de la economía. El escenario social se complica, aún más, vis-
tos los indicadores recogidos por el Observatorio Venezolano
de Conflictividad Social22 que señalan los elevados niveles de
conflicto registrados en 2015 con un total de 5.851 protestas,
estimándose unas 16 protestas diarias, de las cuales el 82%
19
http://prodavinci.com/blogs/la-pobreza-se-disparo-hasta-76-en-vene-
zuela-segun-encovi-ucv-usb-ucab-por-victor-salmeron/
20
http://elestimulo.com/blog/el-gran-fracaso-de-la-gran-mision-vivien-
da-segun-provea/
21
http://www.elmundo.com.ve/noticias/actualidad/politica/maduro-lla-
mo-a-movilizacion-en-rechazo-a-ley-de-pr.aspx
22
http://www.observatoriodeconflictos.org.ve/reporte-anual-de-la-pro-
testa-social-en-venezuela/conflictividad-social-en-venezuela-en-2015

566
se ubica en la categoría económico-social, y un total de 287
saqueos o intentos. En el primer semestre de 2015 se regis-
traron 132 saqueos o intentos, mientras que en 2016, fueron
416; durante el primer semestre de 2015 se produjeron 2.836
protestas, mientras que durante ese mismo periodo de 2016
fueron 3.507 protestas, lo que equivale a 19 protestas diarias,
24% más que en el mismo periodo de 2015.23

e s c en ar io po líti c o

La polarización permitió la conformación de tres bloques en


los que la Oposición ha resultado más fortalecida como evi-
dencian las encuestas sobre las elecciones parlamentarias de
201524 en los meses de julio, agosto y septiembre mostrando
una percepción favorable que oscilaba entre el 42% y 57%,
mientras que el deterioro del Oficialismo se confirmaba en la
fluctuación del 19% y 23% de apoyo. En medio de estas cir-
cunstancias y ante el acelerado deterioro del apoyo al gobierno
que alcanzaba apenas un 21,2% según la encuesta Ómnibus
julio de 2016 de Datanalisis, las medidas para frenar esa caída
han fracasado, una de las estrategias más cuestionadas fue la
del cierre de la frontera con Colombia para combatir la situa-
ción de desabasto y merma de la producción que el gobierno
atribuyera a la denominada guerra económica –considerada como
falsa por un 69,4%–25 viéndose obligado a retroceder al no
tener impacto en la crisis de desabastecimiento, con la reaper-
tura de la frontera26 y la Operación de Liberación y Protección
al Pueblo (olp), estrategias comunicacionales desarrolladas en
23
http://www.observatoriodeconflictos.org.ve/tendencias-de-la-conflic-
tividad/conflictividad-social-en-venezuela-en-el-primer-semestre-de-2016
24
Fuentes consultadas: Datanalisis (julio-agosto); Datincorp (julio); Her-
con (agosto-septiembre); IVAD (agosto) Venebarómetro (septiembre) y
Keller (septiembre).
25
Encuesta IVAD agosto 2015.
26
http://www.clarin.com/mundo/Miles-venezolanos-cruzan-Colombia-co-
mida_0_1610839004.html

567
el primer caso, para justificar la crisis económica culpando a la
Oposición, los empresarios y Estados Unidos de la escasez
y desabastecimiento en el país, y en el segundo caso, un des-
pliegue de órganos represivos en las zonas populares que han
dado de baja [en algunos casos con ejecuciones extrajudiciales]
a delincuentes, en una política gubernamental que ha sido du-
ramente criticada por la opinión pública27 y las organizaciones
de defensa de los derechos humanos por la naturaleza repre-
siva de la misma,28 con un balance alarmante en términos de
fallecimientos producto de los ajusticiamientos que en algunos
casos se han conocido,29 el gobierno ha lucido poco efectivo,
reflejándose en la valoración de la población sobre la pésima
situación del país (92,9% en julio de 2016 según Venebaróme-
tro)30 y la responsabilidad en ello del Presidente y su gobierno,
que en los números de Venebarómetro se ubica en 32,6% y 29,0%
respectivamente. Esta tendencia evidencia la profundización del
debilitamiento del oficialismo, como ya lo reseñaba Alex Vás-
quez31 en ocasión de las elecciones parlamentarias del 6D de
2015, cuando en relación con el circuito 2 de Caracas que
comprende las parroquias: 23 de Enero, San Juan, Santa Te-
resa, Catedral y Altagracia un 34,1% afirmaba que votaría por
la mud, mientras que un 26% lo haría por el Partido Socialista
Unido de Venezuela (psuv) y otro 24,5% no había decidido, lo
que representaba 8,1 puntos a favor de la Mesa de la Unidad
Democrática (mud), de acuerdo a lo recogido por la encues-
ta de octubre de 2015 de Datanálisis en esa circunscripción,
27
Según Venebarómetro Septiembre 2015, el 57,8% cree que es una me-
dida efectista.
28
http://www.derechos.org.ve/2015/08/13/razzia-contra-los-pobres-
un-mes-de-olp/
29
http://www.el-nacional.com/sucesos/Ejecucion-policias-venezolanos-
0-682731916.html
30
https://www.dropbox.com/s/fl9753gjcfg1clk/VENEBAROMETRO%20
Julio%202016%20Reporte%232.pdf?dl=0
31
http://electiovenezuela.com/2015/10/30/la-oposicion-domina-en-el-
circuito-del-23-de-enero-encuesta/

568
con un 85,4% de disposición a votar el 6D, representando un
crecimiento con respecto al histórico electoral de ese circuito
de 9,24 puntos. Los resultados definitivos en el circuito 2 de
Caracas dieron cuenta de un 56,14% de votos a favor del candi-
dato de la mud, completando una victoria absoluta de la Unidad
en todos los circuitos electorales del Distrito Capital, tradicio-
nalmente chavista.
El escenario electoral para el 6D estaba muy comprometido,
algunas situaciones amenazaban la posibilidad de celebrar los co-
micios parlamentarios en paz. En principio, estaba el tema de
la observación electoral que el gobierno quería hacerla en sus
propios términos, forzando el abandono de Brasil de la misión
de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)32 por consi-
derar que no estaban dadas las condiciones para la misma. Por
otra parte, el gobierno promovió la suscripción de un acuerdo
de respeto a los resultados electorales a lo que la oposición
respondió que era el Gobierno el que debía comprometerse a
reconocer los resultados,33 que posteriormente fueron cues-
tionados ampliamente por el propio Gobierno.
Para complicar más el ambiente, los conflictos de la Opo-
sición le habían dado al gobierno la posibilidad de intervenir
en asuntos internos de los partidos, como en el caso del par-
tido político Comité de Organización Política Electoral Inde-
pendiente (copei), abriendo espacio para la interferencia del
Tribunal Supremo de Justicia (tsj) en una probable decisión
que desincorporaría a candidatos de la mud para sustituirlos
por otros que no estaban alineados con la coalición opositora,34
pero que sin embargo, en vista del rechazo que generó en la opi-
nión pública no llegó a concretarse. Adicionalmente, con el

32
http://www.prensa.com/mundo/Brasil-observacion-electoral-Unasur-Ve-
nezuela_0_4328567288.html
33
http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/151009/mud-asegu-
ro-que-no-firmara-acuerdo-electoral-propuesto-por-el-oficiali
34
http://puzkas.com/tsj-podria-imponer-la-oferta-electoral-de-la-oposicion/

569
decreto de estado de excepción35 en algunos municipios fron-
terizos del país, se reforzaba la creencia de que el gobierno
buscaba promover razones que le permitieran la suspensión
de las elecciones parlamentarias el 6D. Todas estas acciones se
consideraban factores de perturbación frente a unos comicios
en los que se estimaba que el gobierno perdería la mayoría
parlamentaria, como en efecto sucedió.
En los informes de Freedom House y Human Rights
Watch (hrw) del año 2016 se insiste en el deterioro de la de-
mocracia en Venezuela, destacando la sistemática violación de
los más elementales principios democráticos expresados en la
ausencia de separación de poderes, el abuso de autoridad y
el compromiso expreso de las instituciones con el Gobierno
Nacional y el proyecto político de Chávez, en detrimento de
la transparencia institucional. En el reporte Freedom in the
World se destaca la debilidad en materia de Derechos Políticos
y Libertades Civiles –como la lamentable actuación del Tribunal
Supremo de Justicia en relación con los recursos interpuestos
por el Oficialismo en contra de los resultados electorales que
dieron como ganadora de la mayoría calificada en el poder
legislativo a la Oposición–, entre otros derechos. Por su parte,
en el reporte de Human Rights Watch se destaca igualmente
la ausencia de equilibrio institucional, el abuso en el uso de los
recursos del Estado, la violencia de los órganos represivos del
Estado en respuesta al ejercicio de los derechos políticos, el uso
de las instituciones para persecución política, reforzando la
creencia de estar frente a una democracia comprometida (par-
cialmente libre según Freedom House) sin que se perciban
acciones concretas para revertir este deterioro.
Si algo ha contribuido a reforzar la creencia del fortaleci-
miento del carácter autoritario del gobierno ha sido el incremento
en el uso de la represión para contener el descontento popular,

35
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/09/150916_venezuela_co-
lombia_fronteras_estado_excepcion_il

570
pero la decisión de ampliar las competencias del Ministro de
la Defensa han disparado las alarmas acerca del peligroso acer-
camiento al ejercicio de facto del poder político por parte de
unas fuerzas armadas leales al proyecto bolivariano de Hugo
Chávez. La decisión de Maduro de nombrar al Ministro de la
Defensa, General en Jefe Vladimir Padrino López como respon-
sable del comando nacional de la Gran Misión Abastecimiento
Soberano, que aun cuando se trata de una decisión dirigida a
mejorar el abastecimiento alimentario, la preocupación que los
sectores democráticos del país argumentaron fue que el Eje-
cutivo estaba subordinando a todos los Ministerios y demás
instituciones del Estado al Ministro de la Defensa, lo que se
interpretaba como una cesión de competencias del gobierno
“civil” al “militar”, trayendo como consecuencia un intenso cues-
tionamiento sobre el recrudecimiento de la naturaleza militar del
gobierno y la convicción del abandono de su carácter civil.

la tra nsic ió n de nt ro de la tra nsic ió n : lu c h a de


po d e r e s

Contra todos los pronósticos, y no sin una buena dosis de pre-


ocupación, la Asamblea Nacional electa se instaló el 5 de enero
de 2016 con aparente normalidad. No se trataba sólo de la
recuperación de un espacio político en condición de mayoría
–porque el regreso de la Oposición al Parlamento ocurrió en
2010– sino de la contradicción con un proyecto político construi-
do sobre la base de la negación del otro, prometiendo un inevita-
ble choque entre dos visiones: una democrática y otra autoritaria.
Las acciones de última hora tomadas por el Ejecutivo,
modificando la Ley del Banco Central de Venezuela entre
otros asuntos, daban a entender que al gobierno no le quedaba
otro camino que dejar a la Oposición instalar la Asamblea Na-
cional, como el mismo Maduro lo admitiría. Sin embargo, co-
nociendo el talante antidemocrático de los diputados del psuv,
se auguraba una jornada muy difícil. Las primeras escaramuzas

571
tuvieron lugar temprano, el día antes, cuando el Diputado
Ramos Allup se acercó al Palacio Legislativo, presagiando lo
peor para la instalación del nuevo Parlamento.
Los temores sobre el acceso de los diputados al recinto,
el despliegue de los afectos al Oficialismo apostados en los
alrededores, la animadversión de los trabajadores del Palacio
Legislativo, todo aquello que forma parte del paquete revolucio-
nario, no pudo detener a los diputados de la mud quienes llega-
ron a asumir su tarea, la de ser la palanca para la recuperación
institucional, un verdadero desafío en las actuales circunstan-
cias, porque pese a lo abrumador del triunfo, las condiciones
del país ya eran de extrema gravedad.
Esa recuperación institucional cada vez luce muy impreci-
sa, pues no hay un pleno entendimiento de lo que ello implica,
tanto para el chavismo como para la propia oposición. Han
sido diecisiete años de sometimiento a un modelo político de
naturaleza autoritaria que por esta razón no admite contrastes,
hay una generación de ciudadanos jóvenes que no conoce otra
forma de ejercicio del poder. Cambiar las instituciones también
comprende un cambio de mentalidad y eso es un enorme de-
safío para todos los sectores en conflicto. El país espera que la
institucionalidad retorne, eso significa el rescate de los valores
democráticos pérdidos en un proyecto político que ha usado
los mecanismos de la democracia para llegar al poder y con-
servarlo; haciendo del régimen político venezolano un híbrido
con tendencia autoritaria, por lo que la tarea es aun mayor al
tratarse no tanto de recuperar, como de mostrar la funciona-
lidad institucional.
En este sentido, la etapa que comenzaba en enero de 2016
ha sido de aprendizaje tanto para el chavismo como para la
oposición. El complejo proceso que está teniendo lugar en la
Asamblea Nacional, y en el que los diputados de la mud están
desempeñando actividades parlamentarias, ha sido una oportu-
nidad para mostrar el apego por las formas de la democracia,

572
y la reivindicación de la majestad del Poder Legislativo extra-
viada a lo largo de años de subordinación al Ejecutivo.
El chavismo hizo de la exclusión una parte fundamental
de su discurso y praxis política, no sólo por la vía jurídica e
institucional el régimen político debilitó el rol opositor, sino
que se ha valido de las formas más oscuras de la política para
anular su presencia, evadiendo el debate y la confrontación de
ideas, algo de lo que el chavismo siempre ha tomado distancia,
y que en su despedida como mayoría parlamentaria dejó en clara
evidencia. El chavismo prometió que las prácticas políticas del
pasado no volverían, que quienes condujeron la democracia,
esa que permitió el ascenso al poder de Hugo Chávez por la
vía electoral a pesar de su pasado golpista, quedarían de por vida
condenados al ostracismo. El reto de la Oposición ha sido evitar
que retorne esa actitud donde un diputado –sea de la tendencia
política que sea– convierta el Palacio Legislativo en una arena de
gladiadores, blandiendo el discurso de negación de la minoría
parlamentaria.
El chavismo acudió a la Asamblea Nacional en pleno due-
lo, los discursos de los diputados oficialistas Rodríguez, Díaz,
Ortega y Agüero evidenciaron la desconexión del chavismo
que los condujo a la pérdida de la mayoría parlamentaria. No
hubo articulación frente al descontento, mucho menos a las
demandas sociales, permanecen anclados en un eje ideológico
del que se ha distanciado la mayoría. En una actitud irrespe-
tuosa, la fracción oficialista trató de convertir la instalación de
la Asamblea Nacional en un espectáculo bochornoso, con sus
intervenciones, sus “barras bravas” y su ardid para la retirada,
intentando sembrar la idea de la pérdida de legitimidad del
acto y de sus participantes.
El retiro de la fracción del psuv luego de la instalación
de la Asamblea Nacional no condujo a su deslegitimación,
como tampoco ocurrió cuando la Oposición en 2005 se abs-
tuvo de participar en las elecciones parlamentarias. La pérdida

573
de legitimidad no la determina el sujeto político, sino quienes
califican a ese sujeto político. La legitimidad del chavismo fue
cuestionada el 6D, el resultado le permitió a la mud alcanzar
la mayoría calificada que el Gobierno, mediante la subordina-
ción del Tribunal Supremo de Justicia, ha intentado descono-
cer en un acto que sí carece de legitimidad y legalidad.
Los tiempos han cambiado, es ahora el chavismo quien
intenta por todos los medios quebrar la voluntad de los elec-
tores, desconociendo su mandato para imponer por vía ju-
dicial lo que no pudieron alcanzar electoralmente. El chavis-
mo ya no puede exhibir sus victorias electorales como trofeo,
tanto por su propio desgaste como por la madurez de una
Oposición que parece haber entendido que la diferencia no la
hace el oponerse a quienes están en el poder sino a proponer
otras formas de ejercerlo. El país que votó el 6D lo hizo en
su necesidad de superar el odio, la confrontación y la animosi-
dad; la Oposición ganó un voto de confianza, mientras que el
Gobierno pierde aceleradamente su cuota de respaldo.

p ro fu n d i z ac i ó n de la c r i s i s y r e percu s i ones
h e m i s fé r i c a s de u n pa í s e n c a í da libre

El enfrentamiento entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y


Judicial ha ido escalando en acciones, luego de la suspensión
de los diputados indígenas representando al estado Amazo-
nas,36 que una vez fueran juramentados por la Asamblea Na-
cional, el Tribunal Supremo de Justicia procediera a declarar
el desacato de la Directiva del Parlamento Nacional, así como
de los diputados objeto de la medida de suspensión.37 La si-
tuación se fue agravando, en una suerte de pulso, con cada
decisión en respuesta a la actividad legislativa de la Asamblea
36
http://prodavinci.com/2016/01/04/actualidad/esta-es-la-sentencia-
del-tsj-sobre-los-diputados-electos-en-amazonas-el-6d/
37
http://prodavinci.com/blogs/la-sala-electoral-declaro-el-desaca-
to-de-la-asamblea-nacional-y-ahora-por-jose-ignacio-hernandez/

574
Nacional, interpretándose su propósito como dirigido a debi-
litar la capacidad de acción parlamentaria por la vía judicial,
tal como se refleja en la sentencia de la Sala Constitucional del
máximo tribunal, Expediente n.° 16-0153,38 que limita la fun-
ción contralora de la Asamblea Nacional.39 Se trata de la combi-
nación de los poderes públicos Ejecutivo y Judicial para anular
la función parlamentaria, cuando desde el Ejecutivo Nacional
se toman decisiones (como el Decreto de Emergencia Econó-
mica y su extensión), por cuya naturaleza se hace necesaria la
gestión de control de la Asamblea Nacional, pero que rápida-
mente fue neutralizada por la vía de decisiones tomadas desde
la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.40 El
problema que encierra toda la estrategia de confrontación de
poderes es que hace más evidente el retroceso en materia de-
mocrática y de Derechos Humanos del gobierno de Maduro,
como lo refleja la preocupación de Human Rights Watch al
respecto:
El 13 de mayo de 2016, el Presidente Nicolás Maduro adoptó un
decreto de emergencia que declaró el estado de excepción en el país
durante 60 días, y concedió a su gobierno la facultad de restringir
derechos humanos. Venezuela atraviesa una grave crisis económica,
que ha redundado en severos desabastecimientos de medicamentos y
otros artículos de primera necesidad, así como en cortes en el sumi-
nistro de energía eléctrica. El decreto indica que tiene como propósi-
to abordar esta situación (2016b).

Una vez que el gobierno de Nicolás Maduro alcanza


la mitad en el ejercicio de su periodo, la Mesa de la Unidad
Democrática plantea con toda legitimidad al país la necesi-
dad de buscar soluciones constitucionales a la crisis política,
económica y social, siendo la principal opción la salida del
38
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/marzo/185627-09-1316-2016-16-0153.
HTML
39
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/03/160303_venezuela_
tsj_asamblea_nacional_poderes_ab
40
http://prodavinci.com/blogs/la-sala-constitucional-declaro-vigente-
el-decreto-de-emergencia-y-ahora-jose-i-hernandez-g/

575
Presidente de la República para comenzar a tomar medidas
de corrección de las desviaciones. En principio, la coalición
opositora maneja varios escenarios: la Enmienda Constitucio-
nal (respaldada por La Causa R), para reducir el periodo pre-
sidencial y eliminar la reelección indefinida; la presión social
para forzar la Renuncia (promovida por María Corina Machado
y Voluntad Popular) del primer mandatario, y el Referendo
Revocatorio (auspiciado por Primero Justicia) para conducir
al país hacia una transición democrática con la convocatoria
de nuevas elecciones presidenciales.41 La propuesta inicial de
varias estrategias en lugar de una sola, generó un ambiente de
confusión en la opinión pública que delataba el clima de desen-
cuentros en la mud, sin embargo, es posible considerar la variedad
de propuestas como un intento de exploración de escenarios
que midieran las preferencias populares en lugar de decidir sin
considerarlas previamente.
El tiempo le permitió a cada sector político promover las
ventajas y oportunidades de las estrategias propuestas, mien-
tras el desafío planteado al Gobierno provocaba reacciones
defensivas ante lo que consideraba amenazas de la mud a la
gobernabilidad,42 acusándola de propiciar una salida golpista;
la misma presión de la sociedad para definir una estrategia
unitaria terminó por lograr inclinar a todos los factores reu-
nidos en la coalición opositora hacia el apoyo del Referendo
Revocatorio, a ser convocado en 2016. A pesar de los antece-
dentes, con el Revocatorio de 2004, el cne dispuso de un paso
previo (la Resolución N° 070906-2770 que estipula recoger
las firmas del 1% de los electores por estado), a lo establecido
por el artículo 72 de la Constitución acerca de la recolección
del 20%, decisión que fue duramente criticada, pero que en el
interés de cumplir con todos los requisitos, la mud organizó
41
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/03/160308_venezue-
la_oposicion_maduro_dp
42
http://www.telesurtv.net/news/Venezuela-Planes-de-golpe-de-Estado-
de-la-oposicion-en-la-AN-20160102-0015.html

576
el proceso de recolección de ese 1%,43 alcanzándolo sin pro-
blemas, lo que el oficialismo consideró como un ejercicio de
fraude electoral, señalando a la mud de haber violado las leyes
electorales, por lo que Jorge Rodríguez, Alcalde del Municipio
Libertador solicitó al cne “eliminar” a la mud como la organi-
zación política solicitante del Referendo Revocatorio.44
En paralelo, mientras la oposición luchaba por ejercer su
derecho a convocar el Referendo Revocatorio, en el ámbito
internacional, tanto la Organización de Estados Americanos
(oea), como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur),
se encontraban haciendo gestiones para atender la grave crisis
que aqueja a Venezuela. Por una parte, el 31 de mayo de 2016,
Luis Almagro, Secretario General de la oea invoca la Carta De-
mocrática Interamericana y convoca al Consejo Permanente
sobre Venezuela, justificando que:
Este procedimiento deberá atender la “alteración del orden constitu-
cional” y como la misma afecta gravemente “el orden democrático”
de la República Bolivariana de Venezuela lo cual se sustenta en las
denuncias formuladas a la Secretaría General por la Asamblea Na-
cional de Venezuela.45

En el documento en cuestión, Almagro expone de forma


amplia las causas que lo motivan a hacer la solicitud, argumen-
tando tanto razones de derecho como las denuncias recibidas,
mostrando su preocupación por el rumbo que ha tomado el
país. Por su parte, Unasur, representada por el ex presidente co-
lombiano Ernesto Samper, ha insistido en facilitar un diálogo
entre las partes, contado con la asistencia de los ex presidentes
Leonel Fernández (República Dominicana), Martín Torrijos
(Panamá) y José L. Rodríguez Zapatero (España), este últi-
mo muy activo en el esfuerzo de propiciar un espacio para el
43
http://prodavinci.com/blogs/la-mud-cumplio-con-el-1-que-viene-
ahora-en-el-proceso-revocatorio-por-jose-ignacio-hernandez/
44
http://globovision.com/article/rodriguez4
45
http://www.oas.org/es/centro_noticias/comunicado_prensa.asp?sCo-
digo=C-068/16

577
encuentro entre Oposición y Gobierno. Sin embargo, a pesar
de los buenos oficios de los ex presidentes, en la mud preva-
leció el criterio de presionar para el Referendo Revocatorio
como condición para cualquier acercamiento con el gobierno,
además de una serie de exigencias que incluyen la liberación
de los presos políticos.46 El Gobierno, mientras respaldaba la
misión de la Unasur, expresaba su amplio rechazo hacia la ac-
tuación del Secretario General de la oea, considerándolo una
intromisión,47 por lo que la mud insistió en unas condiciones
mínimas para iniciar cualquier diálogo con el Gobierno, re-
chazando la presión por parte de la Unasur y amparándose en
la postura del Secretario Almagro.
El impulso del diálogo fue cediendo ante la voracidad del
avance de la crisis, los medios internacionales cada vez con
más frecuencia se fueron haciendo eco del incremento de la
escasez de alimentos y de la alarmante falta de medicamentos,
creando las condiciones suficientes para declarar una crisis hu-
manitaria48 que el gobierno venezolano niega.49 En la medida
en que la crisis social se fue agudizando, los episodios cada vez
más frecuentes de fallecimientos por falta de tratamiento para
niños y ancianos, se multiplicaban a través de las redes socia-
les,50 contribuyendo a la percepción de una profunda crisis
con la difusión de casos alarmantes de suicidios por el mismo
motivo.51 dejando entrever un patrón de deterioro social cada
vez más severo, pero que frente a la opacidad informativa oficial,
46
http://www.el-nacional.com/politica/MUD-Dialogo-revocatorio-pre-
sos_0_850715212.html
47
http://www.telesurtv.net/news/Almagro-reincide-en-su-actitud-inje-
rencista-contra-Venezuela-20160112-0058.html
48
https://www.amnesty.org/es/latest/news/2016/06/venezuela-stub-
born-politics-accelerate-catastrophic-humanitarian-crisis/
49
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/vene-
zuela-es/article95618462.html
50
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/05/160526_venezuela_
medicamentos_cancer_crisis_es
51
http://elcooperante.com/rescaten-a-venezuela-polibolivar-se-suici-
da-por-falta-de-medicinas-y-deja-una-carta-de-despedida/

578
como lo señala Acosta,52 esto conforma un cuadro crítico
que amenaza con la estabilidad de toda la estructura social,
golpeada además por un repunte en enfermedades que habían
sido erradicadas53 y un acelerado incremento en los niveles de
desnutrición,54 con casos que han conmovido al país, como el
de un niño de diechiocho meses que falleció en el estado Zulia a
causa de una desnutrición severa,55 lo que ha llevado a algunos
organismos no gubernamentales, como Amnistía Internacional,
a concluir que en Venezuela ya hay señales de hambre,56 ante la
creciente evidencia de la imposibilidad con la que se encuen-
tran los venezolanos para adquirir alimentos, registrándose has-
ta un 53,9% que reconoce irse a dormir sin haber consumido
alimento.57
La situación se complica aún más con un escenario políti-
co comprometido por el avance en las medidas restrictivas de
participación que ha tomado el gobierno de Nicolás Maduro
en contra de los sectores que persiguen una solución a las si-
tuaciones críticas en los escenarios económico y social. El go-
bierno insiste en profundizar las medidas económicas que han
conducido al país hacia una lamentable situación de precarie-
dad material que está bordeando peligrosamente la condición
de emergencia humanitaria. Esta misma percepción –porque
ante el vacío de información institucional es muy difícil con-
firmar estadísticamente la tasa de mortalidad por falta de me-
dicinas y alimentos– hace que el régimen político venezolano
52
http://elestimulo.com/blog/crisis-ocasiona-epidemia-nacional-de-males-
psicologicos-en-venezuela/
53
http://unidadvenezuela.org/2016/07/doctor-rafael-orihuela-estamos-
frente-a-una-grave-crisis-de-salud-en-venezuela/
54
http://www.elcorreodelorinoco.com/aumentan-casos-muerte-desnutri-
cion-venezuela/
55
http://elpitazo.com/regiones/tres-dias-sin-comer-tuvo-el-nino-de-un-ano-
que-murio-de-hambre-en-maracaibo/
56
http://www.elmundo.es/internacional/2016/06/10/575a733c46163f2-
5108b45a6.html
57
http://cronica.uno/539-venezolanos-reconoce-durmio-hambre-
no-suficiente-comida/

579
se repliegue, rechazando ofertas de ayuda humanitaria para
evitar reconocer el fracaso de sus políticas, además de acusar
de intromisión a los países que claman por una salida pacífica
a la crisis. Luego de la recolección de firmas del 1% del regis-
tro de electores, la presión de la mud ha sido para exigirle al
cne una fecha para continuar con el segundo paso, estipulado
por la normativa, para la recolección del 20% de firmas y con
ello solicitar la activación del Referendo Revocatorio contra
Nicolás Maduro en 2016. En medio del rechazo de la mud
a la posibilidad de acordar un diálogo con el gobierno –ges-
tionado a través de Unasur y con los buenos oficios de José
L. Rodríguez Zapatero– que sacrifique el revocatorio; y por
su parte, el Gobierno a la defensiva frente a la iniciativa del
Secretario General de la oea, Luis Almagro, la tesis del Refe-
rendo Revocatorio representa una opción política más viable
frente a un escenario cada vez más conflictivo y de profundi-
zación de los problemas económicos.
El esfuerzo de los factores políticos, tanto domésticos
como internacionales, debería ser el de buscar una salida que
signifique la inmediata atención al problema de la escasez de
alimentos y medicinas, y la adopción de un conjunto de medi-
das económicas de emergencia que faciliten iniciar el camino
de la recuperación de la capacidad productiva, para que simul-
táneamente se puedan tomar medidas destinadas a recuperar
la capacidad institucional que haga posible darle confianza al
ciudadano sobre el compromiso de devolverle al país la estabi-
lidad política, económica y social perdida. Las dimensiones del
deterioro de Venezuela se presumen severas, sin embargo, ante
la ausencia de información precisa, resulta razonable plantear-
se un escenario de reconstrucción total del aparato productivo,
de la infraestructura nacional, del sistema institucional y del
tejido social. Esta será una tarea de enorme envergadura, quien
quiera que sea el encargado de conducir la transición política
de Venezuela necesitará del respaldo no sólo del país en pleno,

580
sino además de toda la región. La devastación de Venezuela
lejos de ser una exageración, es la dolorosa constatación de su
abandono por parte de los países latinoamericanos que con-
formaron el eje bolivariano, así como de aquellos opositores
de la llamada izquierda populista. Sería importante el com-
promiso de apoyar en la reconstrucción del país por parte de
los países latinoamericanos, el camino será largo y lleno de
complejidades, como toda transición democrática, no estará
exenta de amenazas y es ahí donde el respaldo de la región
será imprescindible.

r e fl e xi o n e s fi na le s

El escenario de agitación en el que votaron los venezolanos el


6D ha dado paso a una compleja situación política en la que la
viabilidad del proyecto chavista luce cada vez más remota. El
reto del gobierno para las elecciones parlamentarias de 2015
fue el de convencer al electorado que era capaz de darle so-
lución a los problemas –que en su mayoría fueron generados
por las políticas que ellos mismos implementaron a lo largo de
diecisiete años de proyecto político– y que no llegó a concre-
tarse. Por su parte, la Oposición, debió persuadir al país que
había madurado lo suficiente como para asumir la conducción
del Legislativo y propiciar un verdadero equilibrio de poderes
por la vía de la reivindicación de la institucionalidad. Los estu-
dios de opinión en su mayoría le daban una respetable ventaja
a la oposición, pero pocos acertaron la magnitud de la brecha
y el porcentaje de votos [7.707.422 a favor de la mud, para
un total de 56,2% de los votos que le permitieron alcanzar la
mayoría calificada con 112 diputados], siendo un factor deter-
minante que la crisis es hija de la revolución y eso no ha sido
fácil de ignorar por lo que era de esperar que con ese resultado
electoral sería inevitable un cambio en la correlación de pode-
res, que es justamente el centro del debate político actual con la
exigencia de convocar un Referendo Revocatorio para el 2016.

581
El reto estará en manos de las instituciones, tanto Ejecutivo,
como Judicial y Electoral, en demostrar que son capaces de
observar la Constitución y las leyes aun por encima de lo ad-
verso que representa la posibilidad de perder el poder, pues lo
que está en juego es el destino de una de las naciones con ma-
yor potencial de la región. La estrategia de desconocimiento –
previa “interpretación” del Poder Judicial leal a Miraflores– de
la autoridad de la Asamblea Nacional electa, transfiriendo sus
prerrogativas al “Poder Popular” [que es lo que se ha activado
luego del 6D] o la conformación de una “Alianza Militar-Cí-
vica”, que es lo que pareciera estar tomando cuerpo dadas las
últimas decisiones del gobierno nacional, indica que estaría en
marcha un golpe de Estado blando, situando la lucha política
en un terreno alejado de los cauces pacíficos e institucionales,
activando las alarmas en el escenario internacional.58
Sin embargo, conviene recordar que el sector democrá-
tico de la ciudadanía venezolana ha logrado detener, durante
más de diecisiete años, la marcha de un proyecto de domi-
nación pretendidamente “revolucionario” cuyos precedentes
(en Rusia, China, Cuba) fueron los de la supresión –y sujeción
estatal– de toda forma políticamente relevante de autonomía
social, en lapsos que promediaron los tres a cinco años. La
existencia de una (por vez primera) clara mayoría social ad-
versa –en diverso modo y filiación– al (des)orden reinante;
el crecimiento de disensos –ciertamente no decisivos– en las
propias bases del oficialismo; y la misma existencia –con to-
dos sus bemoles– de una mud comprometida con la confianza
depositada por los ciudadanos, a bregar unida de cara a la
grave crisis política y económica por la que atraviesa el país,
debiendo operar como antídoto democrático frente al refor-
zado autoritarismo gubernamental.
58
https://www.washingtonpost.com/opinions/global-opinions/venezue-
las-hunger/2016/08/29/6f295370-6e02-11e6-8533-6b0b0ded0253_
story.html?utm_term=.ab826536fa33

582
La lucha de la Oposición contínua frente a un régimen
cada vez más autoritario. La resistencia del Gobierno ante a la
decidida convicción de la mud de solicitar la activación de un
Referendo Revocatorio contra el Presidente Nicolás Maduro,
ha llevado los niveles de conflicto al extremo que la sola con-
vocatoria de una manifestación el 1 de Septiembre de 2016 en
la ciudad capital ha desatado un recrudecimiento de las perse-
cuciones, contándose 37 detenciones en las 48 horas previas
a la misma,59 con especial énfasis hacia el partido Voluntad
Popular (vp), encarcelando nuevamente al destituido Alcalde
de San Cristóbal, Daniel Ceballos, quien gozara de una medi-
da de casa por cárcel y se encontraba esperando por su libera-
ción.60 En lo que constituye un patrón de acoso rayano con
una política de aniquilamiento de toda la oposición, hay que
sumar las arbitrarias detenciones de los activistas Gabriel San
Miguel y Francisco Márquez, de los Alcaldes Delson Guárate,
Pedro Loreto y Orlando Hernández,61 así como las amenazas
de detener a los Alcaldes, David Smolansky y Warner Jimé-
nez, todos miembros del mismo partido. La persecución po-
lítica no se ha limitado a vp, sino que se extiende a miembros
de Acción Democrática, Primero Justicia, y Avanzada Pro-
gresista, entre otras organizaciones políticas que hacen vida
dentro de la mud. Adicionalmente, en una muestra de la poca
tolerancia hacia las prácticas democráticas, el gobierno expul-
só una semana antes del 1S a una delegación de legisladores
de Ecuador, acusándolos de alteración del orden público,62
provocando las críticas de la Oposición por tal exhibición de
despotismo.
59
http://www.el-nacional.com/politica/Foro-Penal-Venezolano-resgista-
ron-detenciones_0_913108773.html
60
http://www.elmundo.es/internacional/2016/08/27/57c1d01a46163fe-
91e8b45c6.html
61
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/vene-
zuela-es/article99517747.html
62
http://www.eluniversal.com/noticias/politica/dirigentes-ecuatorianos-
expulsados-acusan-gobierno-atropellarlos_450069

583
Otro blanco de hostigamiento han sido los medios de co-
municación,63 tanto nacionales como internacionales, a quienes
se les ha obstaculizado por la vía judicial (medios internos) y la-
boral (medios externos) el ejercicio de su labor. Con motivo de
la manifestación del 1S, el gobierno impidió la entrada al país de
los corresponsales extranjeros: Teresa Bo, periodista, y Lagmi
Chávez, productora de Al-Jazeera; John Otis, de npr; Marie-Eve
Detoeuf, del diario Le Monde; César Moreno, de la cadena Ca-
racol Radio de Colombia; Dora Glottman, de Caracol TV,64 y
deportó a Jim Wyss del Miami Herald (quien estuvo retenido
durante 4 horas por funcionarios de inmigración el día antes
de la manifestación)65 y fueron deportados luego de tratar de
ingresar y permanecer en el país para cubrir los eventos del 1S.
Además del acoso a las organizaciones políticas opositoras
y medios de comunicación domésticos y extranjeros, el Gobier-
no Nacional ha desplegado por todo el territorio a la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana (fanb), en una nueva estrategia
de intimidación con el llamado Plan Guaicaipuro66 dirigido a
monitorear a la Oposición con personal de inteligencia Social,
Comunal y Milicia. El denominado plan pretende abordar la
posibilidad de una alteración del orden público, usando como
referencia la experiencia de Ucrania. Para el régimen político
venezolano, cualquier expresión o ejercicio democrático, sea
la solicitud del Revocatorio o la convocatoria de una marcha,
constituye una amenaza al gobierno y un intento de derroca-
miento. Desde la perspectiva vocacionalmente totalitaria del
gobierno nacional resulta inadmisible cualquier ejercicio de
63
http://www.ft.com/cms/s/0/a3eb71f6-723a-11e6-bf48-b372cdb1043a.
html?ftcamp=published_links%2Frss%2Fhome_us%2Ffeed%2F%2Fpro-
duct#axzz4JZdBhD95
64
https://cpj.org/2016/08/international-journalists-denied-entry-to-
venezuel.php
65
http://www.miamiherald.com/news/nation-world/world/americas/
venezuela/article99168072.html
66
http://www.oas.org/es/centro_noticias/comunicado_prensa.asp?sCo-
digo=C-090/16

584
los derechos políticos ciudadanos que impliquen la revisión o
el rechazo de sus actuaciones, en una actitud francamente an-
tidemocrática, pero además resulta muy grave el uso del apa-
rato represivo para impedir el libre ejercicio de unos derechos
reconocidos por la Constitución. En este sentido, el Secreta-
rio General de la oea, Luis Almagro mostró su preocupación
mediante un comunicado oficial donde dejó constancia de su
posición frente al rechazo del gobierno de Nicolás Maduro
por el envío de una misión de observación para cubrir la ma-
nifestación del 1S:
El hecho de haber negado una propuesta que otorgaba garantías a la
gente para el ejercicio de sus derechos demuestra claramente una ne-
gativa de asegurar al propio pueblo condiciones de paz y tranquilidad
en el contexto de las manifestaciones del 1 de septiembre. La Secre-
taría General de la oea hace responsable al Gobierno de Venezuela
de asegurar al pueblo su derecho a manifestarse pacíficamente, su
derecho de asociación y su derecho de libre expresión sin sufrir nin-
gún tipo de violencia e intimidación; será completamente inaceptable
para la Secretaría General cualquier abuso de autoridad. La Secretaría
General hace responsable al Gobierno de toda víctima, que espera
no tener que lamentar.67

Los motivos de preocupación no son pocos dados los ante-


cedentes en materia de uso de la Fuerza Armada en labores de
control del orden público, además de las concesiones legales para
el uso progresivo de la fuerza contra aquellas manifestaciones
que puedan volverse violentas, en una atribución de naturaleza
profundamente discrecional que organizaciones no guberna-
mentales de derechos humanos como Human Rights Watch,
han cuestionado en reiteradas oportunidades68 por el peligro
que supone otorgarle competencia en materia de control de
manifestaciones a un aparato represivo del Estado cuya for-
mación es principalmente para la defensa de la soberanía y no
67
http://www.oas.org/es/centro_noticias/comunicado_prensa.asp?sCo-
digo=C-090/16
68
https://www.hrw.org/es/news/2015/02/12/venezuela-nuevos-pode-
res-los-militares-para-contrarrestar-protestas

585
para el control de manifestaciones. Lo que agrava la situación
es la aproximación al espacio político de la lucha desde la su-
posición de que el adversario político actúa al margen de la ley,
cuando por el contrario, ha sido el propio régimen político el
que ha demostrado con prácticas deplorables de persecución
y represión sistemática de la Oposición, que quienes se sitúan
al margen de la ley son los organismos oficiales responsables
de garantizar la seguridad de los ciudadanos, encontrándose
estos desamparados ante la capacidad de uso de la violencia
legítima del Estado en contra de sus derechos.
Mientras tanto las esperanzas de la gente están puestas
en los mecanismos que la propia Constitución establece para
resolver los problemas de gobernabilidad, sólo cabría esperar
por parte del gobierno la disposición de hacer buena la as-
piración de amplios sectores de la sociedad de resolverla de
forma pacífica. El resultado de la “Toma de Caracas” del 1S
dejó en evidencia a un gobierno con serias dificultades para
responder al desafío de enfrentar la crisis económica que ago-
bia a la sociedad venezolana, y sus consecuencias políticas y
sociales. El músculo opositor se ha ido galvanizando en torno
a la idea de que la salida de la Presidencia de Nicolás Maduro
es el primer paso para corregir la situación de emergencia del
país. A pesar de los esfuerzos del gobierno por minimizar el
impacto en la opinión pública del resultado del evento opo-
sitor, los medios internacionales69 han destacado los avances
de la mud en su capacidad de organización y convocatoria,
quedando claro que el esfuerzo del gobierno por impedir el li-
bre tránsito, la participación masiva y la difusión del evento fue
inútil.70 Pero además, ese empeño en truncar la voluntad de los
electores venezolanos que exigen la convocatoria del referendo
revocatorio, está expresada la dificultad del chavismo, como
69
http://www.nytimes.com/2016/09/02/world/americas/caracas-vene-
zuela-nicolas-maduro-protests.html
70
https://www.ft.com/content/2aed562e-707e-11e6-9ac1-1055824ca907
?ftcamp=published_links%2Frss%2Fhome_us%2Ffeed%2F%2Fproduct

586
modelo político, para reconocer a sus adversarios en disputa
por el poder. El chavismo está demostrando que las formas
de la democracia le resultan incómodas cuando la competen-
cia es difícil y no tiene recursos suficientes para sostener una
red clientelar que le garantice lealtades.
Luego de la jornada de protesta del 1S continuaron las
detenciones, con un saldo de cerca de 90 reportadas en todo
el país,71 recrudeciendo la práctica de acoso y persecución
política, como acostumbra el gobierno en respuesta a cual-
quier convocatoria de protesta por parte de la Oposición. Sin
embargo, el episodio ocurrido el 2S en el sector Villa Rosa, de
la Parroquia Francisco Fajardo en el Municipio García del estado
Nueva Esparta, sería motivo de escándalo en todo el país, y de
extrema preocupación para el Ejecutivo Nacional. El Presiden-
te Maduro dispensaba una visita a la población, que había sido
tradicionalmente chavista, para la entrega de viviendas, cuando
fue recibido por una encendida protesta de “cacerolas” de los
habitantes de la zona, a lo que el Presidente respondió salien-
do de su vehículo para encarar a los manifestantes. Aun cuando
resulta difícil de precisar por las imágenes cómo sucedieron los he-
chos, la respuesta del gobierno fue la de profundizar su política
de persecución con la detención del abogado Braulio Jatar,72
director del medio digital, Reporte Confidencial, bajo la acu-
sación de legitimación de capitales, luego de haber divulgado
un video de la protesta en Villa Rosa a través del mencionado
portal noticioso. En otro caso, le fue dictada una medida de
privativa de libertad al periodista de la an, Alejandro Puglia,
acusado de “favorecimiento bélico”73 por haber operado un
dron el 1S. La reacción errática del gobierno generó un mar-
71
http://efectococuyo.com/principales/el-1s-se-registraron-88-detencio-
nes-en-todo-el-pais-segun-foro-penal
72
http://lta.reuters.com/article/domesticNews/idLTAKCN11B25Z
73
http://www.lapatilla.com/site/2016/09/05/mp-solicita-libertad-ple-
na-para-periodista-que-manejo-drone-del-1s-y-la-juez-decidio-privar-
le-la-libertad/

587
cado contraste con la percepción de solidez en el reclamo de
la Oposición.
En medio del elevado nivel de conflictividad descrito, el
día 2 de septiembre la Sala Constitucional dicta la sentencia
Nº 80874 donde termina de neutralizar a la an, al declarar
inconstitucional la Ley de reforma de la Ley Orgánica que Re-
serva al Estado las Actividades de Exploración y Explotación
de Oro, aprobada por la Asamblea Nacional luego de la incor-
poración de los diputados de Amazonas, cuya proclamación
había sido suspendida por la Sala Electoral en diciembre de
2015, lo que motiva su nulidad. En la sentencia emanada por
la Sala, se establece como fundamento la sentencia de suspen-
sión de proclamación de los diputados del estado Amazonas:
Los actos que emanen de la Asamblea Nacional, cualquiera sea su
tipo, que sean adoptados en contravención a lo dispuesto por las
referidas sentencias emanadas de la Sala Electoral del Tribunal Supre-
mo de Justicia, resultan absolutamente nulos y carentes de cualquier
tipo de validez jurídica.75

Con la intensificación del conflicto de poderes va quedan-


do más evidente la erosión del sistema de libertades políticas
impulsado por un gobierno y proyecto político que, alguna
vez, suscito las esperanzas de los pobres y olvidados de Vene-
zuela. Llegar al poder gracias a un discurso de reivindicación
de los sectores excluidos, para someter a la sociedad a un nuevo
sistema de exclusión, es reprochable desde todo punto de vista,
pero mucho más lo es utilizar todos los recursos materiales,
institucionales y humanos para impedir que esos sectores ex-
cluidos se opongan al proceso de alienación al que los somete
el Gobierno. La gravedad de la crisis obliga a darle prioridad al
tema de las carencias materiales, o de la precariedad institucional,
pero llegará el momento en que deba considerarse el daño
74
http://prodavinci.com/blogs/la-sala-constitucional-inhabilito-a-la-asam-
blea-nacional-por-jose-ignacio-hernandez/
75
http://prodavinci.com/blogs/la-sala-constitucional-inhabilito-a-la-asam-
blea-nacional-por-jose-ignacio-hernandez/

588
que tantos años de autoritarismo han causado a la sociedad
venezolana.
La única salida pacífica a la compleja crisis de Venezuela
será aquella en que los ciudadanos acuerden recuperar el espíritu
de la democracia, ese que les permita rescatar las instituciones,
con el compromiso de construir un país donde nunca más se
atropelle al que piense distinto, que la equidad no admita posi-
bilidad alguna de excepciones, y que la justicia sea el fundamen-
to de las decisiones públicas. Resulta muy difícil en el escenario
actual donde se desarrolla la lucha por la sobrevivencia del
país, plantearse un desenlace próximo. El sistema político ve-
nezolano sufre una grave crisis de gobernabilidad, la sociedad
venezolana se encuentra fracturada, su tejido social está des-
compuesto, y la estructura económica se encuentra en ruinas.
Esta es la radiografía de un país en vías de desaparición si
no se toman medidas inmediatas, si no se aplican terapias de
shock, si no hay un esfuerzo colectivo de reconstrucción de
la nación.

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Política latinoamericana contemporánea
Se terminó de imprimir en el mes de noviembre de 2017.
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