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Fernando De La Rúa

Es nacido en Córdoba. Luego en 1973, fue elegido Senador por la Capital Federal, e integró la
fórmula en las elecciones presidenciales de septiembre de ese año, siendo vicepresidente de
Ricardo Balbín. En esos comicios se impuso el binomio, integrado por Juan Domingo Perón, y
su esposa, María Estela Martínez de Perón, candidatos por el Frente Justicialista de Liberación
(FREJULI).

El 10 de diciembre de 1999 asumió la presidencia, y no tardaron en presentarse los problemas.

Aspecto Político 

 La situación político-económico-social del país no era óptima al asumir Fernando De la Rúa, el
país atravesaba una crisis de descreimiento.

A los diez días de asumir la presidencia, se produjo la denuncia de coimas en el Senado,


formulada por el sindicalista Hugo Moyano, contra el Ministro de Trabajo, Alberto Flamarique,
para lograr la aprobación de una ley de reformas laborales, que efectivamente fue sancionada
el 12 de abril. El diario “La Nación”, en su edición del 25 de junio, reiteró la denuncia y quince
días más tarde, el Senador Antonio Cafiero solicitó la investigación del hecho, que contó con
acusaciones, confesiones y desmentidos, y que finalmente, dejó al país sin Vicepresidente tras
la renuncia de Álvarez. Mucho tiempo después, el entonces vicepresidente justificó su
separación del poder, por no querer “pactar”.

Otra situación confusa se vivió en el PAMI, que originó el alejamiento de su cargo de Graciela
Fernández Mejide, la otra líder del Frepaso, acusada de favorecer desde esa entidad a una
hermana suya con concesiones especiales, para un Hogar Terapéutico bajo su dirección. La
Alianza, en los hechos, estaba rota.

Paralelamente, la Ley de Presupuesto para el año 2000, preveía una reducción de 1.400.000 de
dólares, y un aumento considerable en la carga impositiva.

El Ministro de Economía, José Luis Machinea, renunció en marzo de 2001, siendo reemplazado
por Ricardo López Murphy, que estaba a cargo del Ministerio de Defensa. Sus medidas fueron
drásticas. El recorte del gasto público alcanzó a áreas muy sensibles a la opinión popular, como
el despido del 30 % de empleados públicos, salud o educación, cuyo ministro renunció, igual
que el de Desarrollo Social y el Secretario General de la Presidencia. Estas medidas
impopulares obligaron a López Murphy a renunciar, luego de escasos 15 días de gestión.

Domingo Cavallo se hizo cargo del Ministerio de Economía, dotado de “superpoderes”


otorgados por el Congreso. Redujo el impuesto al valor agregado (IVA) pero lo extendió a otros
rubros, como a diarios, revistas, transporte, televisión por cable, etc. La Ley de “Déficit Cero”
impuso nuevos recortes salariales.

Era noviembre del año 2001, la solución al tema de la deuda externa apareció de la mano del
Megacanje mientras los problemas coyunturales de la economía crecían desmesuradamente,
en paralelo con la desconfianza de los inversores, que comenzaron a retirar sus fondos de los
Bancos, que daban tasas de intereses altísimas para contener de algún modo a los ahorristas.

El 14 de octubre de 2001, en las elecciones legislativas, la Alianza solo alcanzó el 24 % de los


sufragios, revelando su escaso apoyo popular. El Justicialismo fue el claro vencedor con el 40 %
del electorado a su favor, aunque los que realmente se impusieron fueron el voto en blanco y
el nulo, como reflejo de la falta de liderazgo político. La Presidencia del Senado quedó a cargo
del justicialismo Ramón Puerta.

Para frenar la fuga masiva de los depósitos, el ministro Cavallo, estableció el “corralito”. Lo
anunció el 1 de diciembre, por un plazo de 90 días. Impedía retirar de las Cajas de Ahorro
personales, sumas superiores a 250 pesos o dólares semanales, a pesar de que regía la Ley de
“Intangibilidad de los Depósitos” que se había dictado para lograr la credibilidad pública.

En el mes de diciembre el descontento ganó las calles. El detonante a la sumatoria de


presiones que debió soportar la población, fue el “Corralito Financiero” donde la clase media,
principal perjudicada, que había podido ahorrar en medio de tamaña crisis, se vio privada de
disponer de su propiedad “secuestrada” en los Bancos.

El 19 de diciembre la población ganó las calles, manifestando con cacerolas, haciendo el ruido
suficiente para hacer oír sus reclamos, y el día 20, la situación se desbordó. Junto a los vecinos
que pacíficamente se expresaban, algunos inadaptados aprovecharon la situación para
saquear supermercados, Bancos, y comercios de todo tipo.

De La Rúa decretó el estado de sitio, pero nada impidió que cinco muertos se contarán como
saldo de esos días de rebeldía popular. Intentó como un último recurso llegar a un acuerdo con
el justicialismo para sumarlos a la gestión de gobierno, pero fracasó en su propósito.

La renuncia del Presidente, presentada a la hora 19.45 del mismo 20 de diciembre de 2001,
que había llegado al poder con la promesa de un gobierno próspero, evidenciaba que no había
logrado su meta, sino que dejaba al país en una situación casi anárquica, mientras un
helicóptero lo alejaba del escenario político que lo había recibido con los brazos abiertos.

El Presidente del Senado, el justicialista Ramón Puerta, tomó el mando presidencial, como
correspondía constitucionalmente. Se iniciaría una nueva etapa durante la cual se sucedieron
los presidentes argentinos de modo vertiginoso, mientras la crisis crecía junto al riego país.

Aspecto económico 

Desde el punto de vista económico, la convertibilidad era incompatible con el rechazo del
recorte del gasto público, con la flexibilización de importantes áreas de la economía o con el
incremento del ahorro interno a partir de la expansión del sistema de capitalización
previsional.

El resultado de esta tensión fue la profundización de los desequilibrios que presentaba el


sistema productivo, acompañado de un proceso de fuga de capitales que disminuyó las
reservas internacionales del país. y el cierre de los mercados para el acceso al crédito, reflejado
en el constante aumento en el índice de riesgo país a lo largo del año 2001.

Por ello, la crisis económica fue incrementándose a lo largo de los dos años de administración,
siendo sus aspectos más sensibles la caída del consumo y el decreciente ritmo de la actividad
económica. Por otra parte, la agudización de los problemas de empleo y de incremento en los
índices de pobreza e indigencia produjo la erosión de la popularidad del gobierno.
Por último, la Alianza tampoco logró terminar con la corrupción y dotar de mayor
transparencia al sistema político. Las denuncias de irregularidades en el PAMI, la ocupación de
cargos públicos por parte de familiares de los principales dirigentes aliancistas y el escándalo
producido tras la aprobación de la reforma laboral, que derivó en la renuncia del
vicepresidente Carlos Álvarez, provocaron la sensación de desconfianza y de frustración. Este
rechazo no se limitó a los miembros del partido gobernante, sino que se extendió a los
políticos en general, lo que dio lugar a su identificación como “casta privilegiada” y generó un
reclamo de renovación en las prácticas políticas que se popularizó a partir del pedido “que se
vayan todos”.

Sin embargo, las elecciones de 2003, tanto en el ámbito nacional como en el provincial o
municipal, no presentaron sorpresas. Se consolidaron en las principales candidaturas, políticos
experimentados que ya habían ocupado cargos importantes, generaron poca adhesión
aquellos que se identificaban con la “nueva política” enfrentada con los tradicionales aparatos
partidarios .

Aspecto educativo

En materia educativa se implementó el pago del Incentivo Docente que permitió evitar los
paros del sector, por reclamos salariales, aunque las clases más oprimidas y los desocupados
realizaban cortes de calles, denominados “piquetes”.

El presidente Fernando de la Rúa inauguró el portal educativo del Estado argentino para que
investigadores, docentes y estudiantes de todos los niveles ingresarán a Internet y accedieran
a la información que necesitarán. Se trata de Educ.ar, un proyecto que también preveía un
plan de capacitación informática para docentes y la conexión a la red de todas las escuelas del
país. Educ.ar tenía para el Gobierno un objetivo primordial: "convertirse en una herramienta
para democratizar la educación".

El portal estaba en la red, desde el año 2000, el mismo estuvo listo para que los usuarios
puedan navegar por sus dos subportales: Educ.ar escuela y Educ.ar educación superior, y
desde allí a distintos sitios, propuestas participativas, enlaces y servicios que ofrece. También
ya estaba totalmente preparado para recibir las consultas de docentes y alumnos.

El lanzamiento se realizó a las 11 en la flamante sede de Educ.ar, en Azcuénaga 1129,


desbordada de público. El Presidente había llegado acompañado del ministro de Educación,
Juan Llach, y del empresario argentino residente en Madrid, Martín Varsavsky, que donó 11,2
millones de pesos al Gobierno nacional —un peso por cada estudiante argentino— para poner
en marcha este portal.

Al acto asistieron la esposa del Presidente, Inés Pertiné, sus hijos Agustina, Antonio y Aíto de la
Rúa, quien también participó en la elaboración del portal. Además, estuvieron el secretario de
Comunicaciones, Henoch Aguiar, los ministros de Educación de varias provincias, algunos
rectores de universidades públicas y privadas y funcionarios del Gobierno.
Educ.ar fue la primera empresa de Internet del Estado argentino creada por disposición de De
la Rúa. Se calculaba que iba a tener cerca de 12 millones de potenciales usuarios, entre padres,
docentes y alumnos desde los 5 años hasta los universitarios.

La intención del Gobierno era que el portal sea para todos los alumnos argentinos. Por eso,
tres horas después, el Presidente, junto a Llach y Varsavsky, se trasladó a la provincia de
Buenos Aires, gobernada por el justicialismo. En la Escuela Media N° 2 "Francisco Ramírez", de
la localidad bonaerense de Lanús, lo esperaba el gobernador, Carlos Ruckauf, su ministro de
Educación, José Octavio Bordón y el intendente de Lanús, Manuel Quindimil, para el
relanzamiento al resto del país.

El Ministerio de Educación inició el proyecto, lo organizó, pero su destino es todo el país. 


"...Queremos que los chicos estudien los mismos contenidos sin diferencias, de norte a sur, en
escuelas pobres o ricas…”. En este proyecto los docentes cumplirán un rol fundamental",
sostuvo De la Rúa.

En ese entonces, en todo el país había 7.384 escuelas secundarias y 29.712 primarias. En las
medias, el 33,72 por ciento tiene por lo menos una PC de última generación, el 15 por ciento
puede acceder a Internet y 7 de cada 10 poseen teléfono. Hacia este sector se destinarán las
primeras inversiones para facilitarles a los jóvenes una salida laboral.

El día 19 de agosto del 2000, Llach anunció que en el mes de octubre, a través de una encuesta
que el Gobierno realiza en el país, se sabrá exactamente cuántas escuelas tienen Internet,
teléfono y computadoras.

Como parte de esta iniciativa, Educación lanzó también un plan de capacitación informática
que en su primera etapa comenzaría el 18 de septiembre del 2000, el mismo  abarcó a 200.000
docentes de todo el país. Para eso, se crearon 200 centros de actualización e innovación
educativa en todas las provincias. Y habían cursos a través del campus virtual de Educ.ar,
programas de TV que se emitían por Canal 7 y una modalidad que se llama "capacitación en
cascada", es decir que los primeros docentes capacitados, a su vez, capacitaron a otros.

La meta del Gobierno era que en tres años la capacitación llegó a los 600.000 docentes
argentinos. ¿Qué se les enseñará? Los cursos partieron desde lo más básico: el manejo de un
explorador de Internet y del correo electrónico hasta el uso de un procesador de texto.

Presidencia de Eduardo Duhalde

Duhalde fue quien gobernó el país hasta el fin de su mandato, desde el 1 de enero de 2002 al
25 de mayo de 2003, en que se convocó a elecciones, siendo elegido democráticamente
presidente, el abogado justicialista Néstor Carlos Kirchner.

El 1 de enero de 2002, Eduardo Duhalde fue elegido por el Congreso como presidente
provisional. Aunque Duhalde anunció la futura devolución de los depósitos en dólares, no
cumplió su promesa. Una de sus primeras medidas consistió en decretar la salida de la Ley de
Convertibilidad y la devaluación del peso en un 50 por ciento. Mediante la Ley de Emergencia
Económica se pesificaron los contratos privados y públicos, los ahorros bancarios y los fondos
previsionales

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