Está en la página 1de 3

En este artículo daremos respuesta a doce de las más reconocidas

objeciones que algunos hombres han inventado para intentar negar la


necesidad de ser bautizados en agua en el nombre de Jesús.

1. Que el bautismo no es un requisito indispensable para la


salvación.

a) El caso del ladrón que fue crucificado junto a Jesús.

Algunas personas afirman que el bautismo no es necesario para la


salvación porque el ladrón que fue crucificado junto a Jesús fue salvo sin
necesidad de ser bautizado (Lucas 23:39-43), por ende, dicen ellos,
ninguno necesita ser bautizado para ser salvo. Este argumento pasa por
alto un elemento esencial, y es que el mandamiento de Jesús acerca del
bautismo fue dado después de su resurrección, es decir después de que
Cristo fue crucificado (Mateo 28:18-20; Marcos 16:15-16).

Los que hemos sido bautizados en Cristo hemos sido bautizados en su


muerte (Romanos 6:3-4). Así, el bautismo es una representación de la
muerte de Jesús. El ladrón no podía ser bautizado y no tenía necesidad
del bautismo pues en primer lugar, Jesús no había dado aún
instrucciones acerca de la necesidad del bautismo para la salvación, ni
tampoco había muerto. ¿Cómo podía alguien ser bautizado en la muerte
de Cristo sin que él hubiera muerto? El caso del ladrón en la cruz, es un
argumento muy débil para intentar negar que el bautismo es necesario
para la salvación.

b) Que el apóstol Pablo dijo a los corintios que él no había sido enviado a
bautizar sino a predicar.

Algunas personas toman las palabras del apóstol Pablo registradas en 1.


Corintios 1:17 dónde él dice: “Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a
predicar el evangelio”, para asegurar que el bautismo no es necesario
para la salvación. Incluso afirman que el Señor Jesucristo no nos envió a
ninguno de nosotros a bautizar, pasando por alto las citas de Mateo
28:18-20 y de Marcos 16:15-16. Contrario a estas afirmaciones, y de
manera paradójica, el mismo texto que ellos usan para negar la
importancia del bautismo en el nombre de Jesús, antes lo confirma. Al
analizar el texto dentro de su contexto nos daremos cuenta del por qué.

El contexto habla de que la iglesia de Corinto sufría una gran división


debido a que los corintios estaban de cierta manera “endiosando” a sus
predicadores favoritos o a los hombres que los bautizaron. Unos decían:
“yo soy de Pablo”, otros decían: “yo soy de Apolos, otros decían: “Yo soy
de Cefas (es decir Pedro)”, y algunos, al parecer los más sensatos
decían: “Yo soy de Cristo” (Ver 1. Corintios 1:10-12). Pablo les enseña
que los miembros de la iglesia son discípulos de Cristo y no de ningún
hombre en particular. En el verso 13 él les pregunta, “¿Acaso está
dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis
bautizados en el nombre de Pablo?” La respuesta es clara. Pablo no fue
crucificado por nosotros, fue Jesucristo el que fue crucificado. Como
Pablo no fue el que murió en la cruz para pagar por el precio de nuestros
pecados, entonces no debemos ser bautizados en el nombre de Pablo.
Debemos ser bautizados en el nombre de aquel que pagó por nosotros el
precio de nuestros pecados, es decir en el nombre de Jesucristo, no en
el nombre de Pablo. Por eso Pablo dice en el versículo 15: “Para que
ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre”. No es en el nombre
de Pablo ni de ningún otro siervo cristiano: es en el nombre de Jesús que
debemos ser bautizados para tener parte con el Señor Jesucristo.

Pablo afirma que él ha bautizado a algunas personas, no a muchas (vea


1. Corintios 14-16). Si el bautismo no tuviera ningún valor, ¿por qué
Pablo bautizó a algunas personas? Nosotros no debemos perder de vista
que Pablo era apóstol, y como apóstol su misión principal era predicar no
bautizar. El apóstol Pablo, por ninguna parte de esa porción bíblica dice
que el bautismo no es importante para la salvación, y eso hay que tenerlo
muy claro. Sin embargo, tras la predicación de Pablo muchas personas
eran bautizadas. En realidad no era necesario que Pablo mismo
bautizara a las personas, pues alguno de los hermanos acompañantes
de Pablo podía hacerlo. Precisamente en el libro de Hechos capítulo 18
se habla acerca de la obra realizada por Pablo en Corinto (es decir en la
misma iglesia de la cual venimos hablando). El verso 8 dice lo siguiente:

“Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su


casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados.”
(Hechos 18:8).
Muchos fueron bautizados por la predicación de Pablo, aún cuando
Pablo afirma que él mismo no bautizó sino a algunos pocos. Esto nos
lleva a concluir que eran otros hermanos y no Pablo los que los
bautizaron, pues la misión principal de Pablo como apóstol era predicar,
no bautizar. El hecho de que estas personas fueran bautizadas,
demuestra la importancia del bautismo en el nombre de Jesús dentro del
plan de salvación.

También podría gustarte