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Dhu U1 CN
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Programa de la asignatura
Desarrollo humano
Unidad 1. Desarrollo humano y libertad
Índice
Presentación de la Unidad
Bienvenido a la primera unidad de esta asignatura. En esta primera parte se sentarán las
bases del desarrollo humano, las actividades que se plantean para esta unidad
favorecerán la identificación de distintas perspectivas que abordan esta categoría y la
valoración de distintas situaciones desde una perspectiva ética y moral.
Propósito
Reflexionar acerca del desarrollo humano y la libertad, así como identificar algunos de los
elementos que influyen en tu voluntad como sujeto racional, con el objeto de que valores
el alcance de tus decisiones y su impacto en tu contexto inmediato. Para ello, examinarás
algunas situaciones de la vida cotidiana que seguramente te serán familiares.
Competencia especifica
Analiza los elementos que intervienen en la justificación de todo acto, así como sus
posibles valoraciones, por medio del estudio de distintos contextos y sus consideraciones
particulares.
La sociedad está integrada por personas, éstas conocen y aceptan el orden social y son
capaces de descubrir el fin de lo social y de colaborar por conseguir el bien común.
El desarrollo humano es mucho más que el crecimiento o caída de los ingresos de una
nación. Busca garantizar el ambiente necesario para que las personas y los grupos humanos
puedan desarrollar sus potencialidades y así llevar una vida creativa y productiva conforme
con sus necesidades e intereses. [..] La gente es el centro del desarrollo, pues son las
mismas personas las que pueden construir las condiciones para que el desarrollo humano
de todos y todas sea posible: El desarrollo de la gente, por la gente y para la gente. (PNUD,
2014).
La libertad es una facultad propia del hombre; por lo tanto, todo hombre es libre.
Cabe señalar que el hombre actúa de diversas formas según pueda regir su acción o
simplemente padecerla.
El hombre tiene diferentes actos como digerir los alimentos, bombear la sangre,
oxigenarla, soñar, dormir, etc., los cuales son ajenos a su control voluntario y por tanto
son actos involuntarios.
También es capaz de realizar actos voluntarios, como comer pastel, decidirse a matar
una serpiente, querer dar a otro su derecho o atender una explicación.
Los actos humanos son acciones sobre las que el sujeto ejerce control por sí mismo “[…]
a diferencia de los seres irracionales que tienden al fin por un apetito natural (instinto), el
hombre posee la capacidad de gobernarse a sí mismo, esto es, de conducir libremente
sus acciones hacia el fin que él mismo se propone […]” (García-Alonso 2006, p. 49).
La característica principal del acto humano es ser libre. La libertad consiste en el dominio
que el hombre ejerce sobre sus propios actos, en orden a su auténtico bien.
Todo ello es posible gracias a la inteligencia de la que está dotado el hombre y que es
aquella característica fundamental que lo distingue de los animales y lo hace ser
humano.
Ningún hombre escapa a la moralidad, todos sus actos libres tienen una calificación moral
positiva o negativa. Existe como consecuencia un criterio científico capaz de determinar la
conducta moral por medio de principios universales y necesarios aplicables a todos los
seres humanos en cualquier época y latitud. Así, la moral deja de ser un tópico o una
cuestión de apreciación subjetiva para constituirse en un orden científico que procede por
demostraciones rigurosas, y de eso se encarga la “ética”.
“La moralidad es un accidente propio del acto humano” (García-Alonso, 2006, p.49). Se
trata de una ordenación natural al bien último del ser humano. Con ello, el acto humano
se califica de moralmente positivo si se ordena al fin último del hombre y moralmente
negativa si no se ordena a él.
Razón y libertad
Ser libre no significa hacer todo lo que se quiere: una persona es plenamente libre cuando
es capaz de elegir, después de analizar detenidamente lo que más le conviene, tomando
en cuenta las limitaciones que tiene, así como las consecuencias (tanto buenas como
malas) que acarrearán sus acciones.
Los actos del ser humano, al ser libres, implican el tener que asumir la
responsabilidad de los resultados que conllevan.
En ocasiones, los seres humanos tomamos decisiones de las que nos arrepentimos más
tarde. Para ejemplificar, imagina que un (una) compañero(a) de tu grupo tiene un mal día
y decide desquitarse al entrar al aula virtual. Durante el tiempo que esté conectado será
descortés y escribirá lo que se le venga en gana sin seguir las reglas de convivencia.
Como consecuencia de sus actos, probablemente obtendrá una amonestación de su
docente, perderá la confianza de los demás y obtendrá un bajo aprovechamiento.
Posteriormente desilusionará a quienes creían en él (ella), y con ello disminuirá su
autoestima, perdiendo finalmente el interés por concluir sus estudios y abandonando su
carrera.
Se trata de un ejemplo un tanto extremo, aunque ayuda a demostrar hasta qué punto
razón y libertad se relacionan. ¿Puedes deducir por qué?
Actuar al margen de la razón o ignorar que los actos tienen consecuencias y que de uno
mismo dependen los resultados, puede ser desfavorable, sin embargo, algunos lo hacen
de vez en cuando, por ejemplo, el (la) alumno(a) que debe estudiar para un examen al día
siguiente y decide ir a una fiesta; el (la) diabético(a) que elige comer una rebanada de
pastel a pesar de saber el daño que le produce ingerir alimentos con azúcar; el (la) joven
que empieza a fumar a pesar de comprender que la nicotina es altamente dañina.
Aunque a veces hay excepciones. En ocasiones se actúa con base en aquello que se
considera acertado y aun así se obtienen malos resultados. Una madre de familia, por
ejemplo, golpea a su hijo con el afán de inculcar en él la disciplina y el orden. ¿Puede eso
llamarse auténticamente “razonable”? Tal vez esta persona así lo cree. Sin embargo,
pasa por alto que la violencia dejará heridas en la psique de su hijo, que posiblemente
serán difíciles de sanar.
¿Cuántas veces tenemos que hacer cosas que no deseamos, o dejar de hacer aquello
que queremos? ¿Podemos decir, en tal caso, que somos libres? Sin duda, hombres y
mujeres estamos determinados por las condiciones en las que vivimos, así como por
nuestras propias necesidades orgánicas, sin embargo, ello no quiere decir que no exista
la libertad.
Ética y moral
Hay varias ciencias que examinan los actos humanos (la antropología, psicología,
sociología, historia, etc.), pero cada una los aborda desde una perspectiva diferente. Para
propósitos de la asignatura se utilizará a la ética y a la moral, las cuales se ocupan de
las normas o costumbres que rigen la conducta de los miembros de un núcleo social
desde la “bondad” o “maldad” que involucran.
Moral es la actividad humana que consiste en la relación de orden o desorden del acto
humano y el fin eterno del hombre. Se distingue de la ética porque ésta es la ciencia de la
moral.
Recuerda que la moralidad es un accidente propio del acto humano, se trata de una
propiedad que consiste en su ordenación natural al fin último del hombre (García-Alonso,
2006, p. 49).
El acto humano se califica de moralmente positivo si se ordena al fin último del hombre,
y de moralmente negativo si no se acerca a él.
El calificativo moral se aplica al hombre con uso de razón, porque sólo él genera actos
humanos. No se aplica a los niños, a los dementes, ni a quienes bajo el influjo de drogas
pierden el uso de la razón, sólo se explica en función de los actos humanos libres.
Por ejemplo, mientras que las antiguas culturas mesoamericanas practicaban los
sacrificios humanos, los griegos los rechazaban. A pesar de esto, es famoso el designio
del oráculo que ordenaba el sacrificio de Ifigenia para que los griegos pudieran zarpar a la
Guerra de Troya. ¿Es adecuado decir que una cultura era más “salvaje” que otra?
de Santo Tomás de Aquino, algunas pautas para determinar si un acto es bueno o malo.
Reflexiona sobre las ideas que presenta.
¿Consideras que es posible determinar la bondad o maldad en los actos partiendo de este
sistema?
Para responder esta pregunta, piensa en una situación de tu vida donde apliques alguna
de las combinaciones descritas emitiendo al final un juicio moral sobre ésta.
Fuentes de la moralidad
Elección
Retomada de freedigitalphotos.net
La dimensión moral del acto voluntario está constituida por tres elementos: objeto, fin y
circunstancias.
El objeto es el que señala el fin propio de la obra (como el robo del acto de robar), su
especie. Es el elemento esencial del acto humano. Puede ser bueno, indiferente o malo.
El fin señala la intención del sujeto que obra (como robar por venganza). Es el elemento
principal del acto humano. Puede ser bueno o malo –nunca indiferente-. Para ser bueno
exige estar orientado al fin último de toda la vida humana, al bien honesto.
Las circunstancias señalan los elementos accidentales que rodean al acto voluntario.
Pueden referirse a las circunstancias clásicas: qué, cómo, con qué, con quién, dónde,
cuándo. Las circunstancias pueden ser buenas, malas o indiferentes.
Es muy diferente vestirse con el objeto de cobijar o proteger el cuerpo, a comprar zapatos
compulsivamente con el fin de satisfacer la avaricia, como lo hizo Imelda Marcos, quien
acumuló centenares de pares de zapatos cuando fue primera dama, a pesar de que gran
parte de la población filipina se hundía en la pobreza extrema debido a la crisis
económica.
La última situación es algo más grave, pues implica poner en peligro la vida de una
tercera persona, mientras que el primero tiene como atenuante el impedir que el hombre
compre cigarros.
Cierre de la Unidad
La libertad humana, para ser plena, siempre tendrá que ser precedida por la reflexión en
torno a las circunstancias que nos rodean, los objetos que perseguimos y los fines que
deseamos.
No existen pautas rígidas para definir si nuestros actos son universalmente buenos o
malos, sin embargo, existen normas que nos ayudarán a justificarlos y tomar las mejores
decisiones para nosotros y para quienes nos rodean.
Para finalizar, se te ofrece un texto de Pablo Neruda que se espera te inspire para
continuar cursando tus asignaturas del primer semestre con entusiasmo y empeño.
Fuentes de consulta
Bibliografía básica
Bibliografía secundaria
Anexos
Aprobación y desaprobación
Fuente: Teerapun, 2011.
http://www.freedigitalphotos.net/
Para que una acción sea buena es necesario que lo sean sus tres elementos:
objeto, fin y circunstancias buenas.
Para que el acto sea malo, basta que lo sea cualquiera de sus elementos.
Un acto malo por su objeto mismo, nunca se puede hacer bueno por el fin o las
circunstancias que se le añadan.
Un acto bueno por su objeto, puede corromperse o hacerse malo por el fin o las
circunstancias malas.
La intención será buena cuando busque el verdadero bien del hombre con relación
a su fin último.
Las circunstancias pueden hacer que un acto bueno sea mejor o que uno malo se
haga peor. Pero nunca las circunstancias lograrán que un objeto intrínsecamente
malo se convierta en moralmente bueno.
Mientras que la moralidad esencial proviene del objeto, la moralidad principal
procede del fin.
El fin hace buena o mala una acción de suyo indiferente.
El fin generalmente aumenta la bondad o malicia de la acción, algunas veces torna
mala una acción buena, pero nunca puede hacer buena una acción de suyo mala.
Pablo Neruda
Fuente: s.a., 2009.
http://bitacoradeunnicaraguense.blogspot.mx/
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado así como la causa de tu futuro será
tu presente.
Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a
pesar de todo, piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin
eliminarlos morirán.
Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos,
mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte y dejarás de ser un títere de las
circunstancias porque tú mismo eres tu destino.
Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz de amanecer. Tú eres parte de la
fuerza de tu vida, ahora despiértate, lucha, camina, decídete y triunfarás en la vida; nunca
pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.