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FACTORES PSICOSOCIALES DE LA

DEPRESIÓN Y LA ANSIEDAD EN
MADRES CON HIJOS DEFICIENTES
MENTALES

Este estudio está basado en la aplica- rios, 880 padecen una enfermedad depre-
ción del modelo de factores psicosociales siva (dato facilitado por la OMS, 1979).
de la depresión y de la ansiedad a grupos
de madres con hijos deficientes mentales Por otra parte, los intentos suicidas son
en edades adultas. Dividiéndoles en dos extraordinariamente frecuentes (uno de cada
grupos: hijos que están siendo tratados en doce consigue poner fin a su vida), lo que
centros especializados (asistidos) y los que colorea de extrema gravedad e importancia
no lo están (no asistidos). A su vez, estos estas alteraciones.
grupos fueron comparados con un grupo
de control (madres con hijos normales), En España, el informe epidemiológico
emparejados sus hijos por edad mental. es más reciente, pero igualmente alarman-
Los resultados nos han mostrado que las te. Según Rabassa-Asenjo (1982), se esti-
madres con hijos deficientes mentales no ma en dos millones, a los españoles afec-
asistidos presentan un mayor nivel de ansie- tados de depresión, muchos de los cuales
dad, mientras que la depresión se mostra- ni van a las consultas, ni se someten a
ba simplemente tendencial. Demostrándo- ningún tipo de tratamiento. La especial inci-
nos que el efecto tampón que produce una dencia en la mujer (10,7%) frente a la
Asociación de Padres en el tratamiento de existente en el hombre (3,1 %), es otro de
sus hijos sobre las madres con hijos defi- los datos espectaculares que dibujan un
cientes, es efectivo. panorama mucho más amplio de lo que
normalmente se supone, y que hace de
esta enfermedad una de las de mayor inci-
dencia en la morbilidad española.
INTRODUCCIÓN
Sartorius y Keilholz (in Ballús et al.,
1980), estiman que: "La depresión se pre-
La enfermedad depresiva es un hecho senta en un 3-5 % de la población mun-
contemporáneo que abarca muchos signi- dial. De esto se desprende que los enfer-
ficados, quizás demasiados. Su actual vigen- mos por depresión en todo el mundo, son
cia clínica queda atestiguada por algunos alrededor de 120-200 millones".
datos epidemiológicos.
Se estima que de los enfermos gene-
Aproximadamente la mitad de las veces rales, el 10-20% son enfermos depresi-
que los pacientes consultan al médico, se vos. De todos los enfermos tratados por el
deben a la existencia de una depresión abier- psiquiatra, aproximadamente el 50 % son
ta o enmascarada. enfermos depresivos. Según una encuesta
realizada entre los psiquiatras españoles,
Se calcula en 5 millones el número de dos tercios de los encuestados están de
franceses que padecen depresión en algún acuerdo en afirmar que, del 40 al 80 % de
momento de su vida; de ellos, una quinta los pacientes asistidos en sus consultas,
parte sufren un cuadro depresivo. Asimis- padecen procesos depresivos (Ballús et al.,
mo, se sabe que de los mil suicidas dia- 1980).

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Los estudios en Europa y Estados Uni- nes y estímulos externos (respuesta a la
dos indican que dentro de la población amenaza de un hecho que se valora y que
adulta, aproximadamente del 18 al 23 % no se sabe si se puede controlar), de índi-
de las mujeres y del 8 al 11 % de los ces fisiológicos (alta activación displacen-
hombres tienen o han tendido en algún tera), y de gestos expresivos (expresión facial
momento un episodio depresivo mayor. Tam- de preocupación, conducta "acelerada"); c)
bién se estima que del 0,4 al 1,2% de la una respuesta emocional asociada al fraca-
población adulta ha tenido un trastorno bipo- so de realizar las respuestas emocionales
lar (Polaino-Lorente, 1985). (expresivas, por ejemplo), derivados a partir
de las normas emocionales culturalmente
dadas. Estas respuestas fracasan en con-
diciones de estrés, de tensiones en el
Conciencia de crisis, preocupaciones y soporte social, de ocupación de múltiples
estrés cotidianos, como fuentes de la roles contradictorios o de transición entre
depresión y de la ansiedad roles.

Las señales de peligro están relaciona- En relación de la ansiedad con la con-


das con la afectación personal. Existe toda ducta social vemos que: a) sujetos con alta
una serie de situaciones frente a las que el ansiedad social, presentan sobrepreocupa-
hombre responde con afectación personal, ción respecto a la evaluación que los otros,
si suponen una posible amenaza para su hacen de él y bajo rendimiento; b) sujetos
seguridad personal. Por ejemplo, puede en estado de alta ansiedad, buscan la com-
resultar amenazador que se pongan en tela pañía de otros para disminuir su ansiedad,
de juicio valores básicos relacionados con siempre y cuando los otros compartan su
la libertad personal, que no se tenga la destino social (compartan la amenaza) y
posibilidad de poder garantizar el bienestar no estén demasiado alterados. En definiti-
personal y profesional de los ingresos o de va, los sujetos de alto riesgo de ansiedad
la salud, etc. prefieren aislarse en situaciones de alta acti-
vación, lo contrario que los sujetos con
El concepto de angustia, en la filosofía baja ansiedad de carácter.
existencial y en la sociología de las masas,
descubre un denominador común para todos En síntesis, la ansiedad y la depresión
los tipos de angustia en el enfrentamiento dificultan el aprendizaje, rendimiento y
consciente a la crisis, preocupaciones y plan- memoria (aunque la depresión parece ser
teamientos existenciales, lo que implicaría, más deficitaria, mientras que la ansiedad
—si bien con ciertas reservas— que la adven- puede facilitar ciertas conductas en deter-
tencia de un peligro es fruto de un análisis minadas condiciones). Ambas, aparecen
consciente con el entorno. como efectos opuestos sobre la conducta
social. Ahora bien, la ansiedad parece actuar
Conjuntamente con el concepto de sobre todo a nivel de la atención, mientras
angustia, se suele plantear, bajo qué con- que la depresión sesga el recuerdo. Esto
diciones y con qué consecuencias una con- es congruente con la asociación entre suce-
ciencia general de crisis y las preocupacio- sos de pérdidas realizadas y su significa-
nes por el bienestar general se transforman ción de pérdida en el pasado y depresión,
en angustia de un modo casi espontáneo, así como entre sucesos de amenazas de
al verse sometidas a la presión de opinio- pérdida en el futuro y ansiedad. Igualmen-
nes, convicciones, informaciones y expe- te, a nivel de pensamientos, la depresión
riencias personales. se centra en el recuerdo de sucesos nega-
tivos pasados, mientras que la ansiedad lo
Esta óptica en la interpretación de la hace en la elucubración de los fracasos y
angustia y su estudio crítico, resultan espe- pérdidas que pueden suceder en el futuro.
cialmente adecuadas para ilustrar la influen-
cia moduladora de los procesos de control
y de regulación del "medio interno".
Factores psicosociales de la depresión y
Finalmente podríamos decir que la ansie- de la ansiedad
dad se puede considerar como: a) una res-
puesta inmediata al estrés incontrolable Este modelo pretende esclarecer los
(Lazarus et al., 1986); b) una respuesta trastornos más frecuentes de las enferme-
emocional construida sociocognitivamente; dades mentales: las neurosis de ansiedad
es decir, una "etiqueta" o representación y afectivas (depresión), presentándolas des-
social impuesta a un conjunto de situacio- de una perspectiva psicosocial.

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Los aspectos macrosociales, clase social gración social, hay más posibilidades de
y rol sexual están basados empíricamente trastornos psicológicos.
en investigaciones epidemiológicas, donde
se busca demostrar cómo las desigualda- Otra tradicción psicológica, que enmar-
des de poder y económicas, asociadas a can las investigaciones y teorías aquí expues-
las pertenencias a clases y categorías socia- tas, es el Interaccionismo Simbólico. Los
les situadas en diferentes posiciones de la sucesos de vida, el soporte o integración
estructura social, determinan la presencia social, las capacidades sociales, en resu-
de trastornos psicológicos. men, el juego de roles sociales y los éxitos
o las tensiones asociadas a ellos, son impor-
Los procesos microsociales, sucesos de tantes en la medida que permiten la cons-
vida negativos y soporte social, éstos actúan trucción de un sentido y una identidad posi-
como mediadores, explicando la influencia tiva y estable para los sujetos. Es el sentido
de los factores macrosociales de clase en o significado que los sujetos le asignan a
los trastornos psicológicos. Se refieren a las situaciones, a partir de su posición y
las capacidades sociales de enfrentamiento con sus sistemas de representaciones social-
hacia el medio y los efectos que produce mente dados, lo que explica el sufrimiento
la integración en redes sociales sobre la y el tipo de transtorno del sujeto.
identidad del sujeto.
Los efectos de los roles sociales en la
Estos dos elementos (macro y micro- representación de sí mismos, del mundo y
sociales), si bien se han desarrollado empí- de la autoestima de los sujetos, son los
ricamente de manera dispersa, se refieren elementos explicativos centrales de la "enfer-
a dos tradicciones psicológicas clásicas. La medad mental" que se inspiran en el Inte-
primera es la Durkheimniana, referida al raccionismo Simbólico.
nivel de integración social y la relación entre
las capacidades del sujeto. La segunda, alu- Finalmente podríamos decir que, los fac-
de a los cambios del medio y las normas tores psicológico-sociales actúan como
sociales. Ambas, son el eje explicativo de mediadores claves en la configuración de
las conductas desviadas —como el suicidio, la personalidad y de los comportamientos
por ejemplo—. de ansiedad y depresión (autoestima y autoi-
magen, habilidades sociales y estrategias
En el clásico estudio sobre el suicidio de enfrentamiento, baja capacidad de con-
(estrechamente asociado a la depresión, ya trol, esquemas cognitivos, estilos de atri-
que entre el 30 y 80 % de los suicidas han bución de causalidad, nivel de espectati-
estado previamente deprimidos, aunque sólo vas, etc.).
un 1 % de los deprimidos se suicida), Dur-
kheim hace de la integración social una de El estudio de campo se centró sobre
las claves de la explicación de éste: los los aspectos macrosociales y microsocia-
sujetos demasiado aislados y los sujetos les, que pasamos a explicar brevemente.
excesivamente integrados serían los que
cometerían suicidio. Clase social.—Uno de los datos más fir-
mes de la epidemiología contemporánea
Brown (1983), hablando sobre la depre- es la existencia de riesgo de enfermedad y
sión y la ansiedad, reproduce en parte este tasa de mortalidad diferentes, según las
esquema: la depresión estaría asociada al clases sociales. Si bien algún tipo de enfer-
aislamineto social, y la ansiedad a la fuerte medad es más frecuente entre las clases
integración. En este mismo sentido, Dur- altas, cuanto más bajo es el nivel social,
kheim afirma que, cuando el cambio del mayor es la presencia de enfermedades y
medio hace que las normas sociales plan- tanto la mortalidad infantil como la de los
teen metas más allá de las capacidades de adultos, aumentan.
los sujetos, o cuando el cambio del medio
y el aumento de las capacidades del sujeto En las encuestas comunitarias, la media-
deja sin sentido las normas sociales exis- na de trastornos psicológicos en la clase
tentes, se producía el suicidio. social más baja es de 36,4%, comparada
con un 9,2 % en la clase más alta (Hor-
En el fondo, las investigaciones sobre witz, 1984; In Paez, 1986). Por consiguien-
soporte social y las capacidades sociales te hay una asociación entre la pertenencia
planean lo mismo. Cuando los sucesos de a las clases bajas y una distribución de la
la vida sobrepasan la capacidad de res- salud —negativa en relación a las clases
puesta del sujeto, unido a una baja inte- bajas—.

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Rol sexual.—A nivel de la salud y la a) cuidado y amado; b) valorado y estima-
enfermedad física, las mujeres presentan do; c) que pertenece a una red social de
una mayor longevidad y una mortalidad derechos y obligaciones. El elemento fun-
menor. Desde el punto de vista de la mor- damental no es una mera inserción objeti-
bilidad, hay una mayor incidencia de las va en una red social densa, sino la existen-
condiciones agudas y una predominancia cia de relaciones con un significado de apoyo
de las enfermedades crónicas. emocional, informacional y material.

En cuanto a la depresión, se confirma La naturaleza de los lazos entre sopor-


que las mujeres presentan más síntomas te social y salud, varía según los autores.
depresivos que los hombres. Además, des- Unos piensan que el soporte social y la
pués de diversos estudios, se concluyó que salud tiene una relación directa, sin tener
la población femenina de más alto riesgo en cuenta la existencia de fuentes de estrés
es el "ama de casa", destacando aquellas (Billings & Moss, 1981; Hammer, 1983;
que tienen a su cargo un enfermo crónico Larroco, House & French, 1980; Thoits,
(Páez, 1986). 1982). Pero la mayoría, piensa que actúa
de tampón cara a situaciones estresantes
En síntesis, tanto a nivel de síntomas (Gore, 1978, 1985; in Cohen y Syme, 1985).
de malestar, psicológico general, como de Estas distintas visiones son debidas a la
ansiedad y de depresión, la mujer presenta utilización de medidas diferentes. Lo que
más problemas de salud mental que el hace el soporte social es evaluar el grado
hombre. en que un sujeto se encuentra integrado
dentro de las redes sociales, quedando su
efecto tampón más patente, si lo medimos
Sucesos vitales y enfermedades menta- frente a situaciones estresantes.
les.—-Las investigaciones empíricas reafirman
la asociación entre la aparición de sucesos
vitales problemáticos y los niveles de sin- Centrándonos en la depresión, pode-
tomatología psicopatológica. Los sucesos mos observar que, la falta o escasez de
estresantes son aquellos que el sujeto per- contacto y apoyo social estables (la ausen-
cibe como amenazantes para su bienestar, cia de una red de familiares, amigos y cono-
tanto físico como psíquico. cidos), que ayude moral, emocional e ins-
trumentalmente a los sujetos, parece ser
Desde otro punto de vista, entende- un factor que tiene un papel directo de
mos por sucesos vitales, experiencias que facilitación de síntomas físicos y psíquicos.
objetivamente proporcionan un cambio vital
en el sujeto (por ejemplo, tener un hijo Un aporte importante fue el realizado
deficiente mental), por consiguiente, exi- por Brown & Harris (1978), estos autores,
gen de éste reajustes en su conducta, debi- que analizaron la relación entre soporte
do a que interrumpen o amenazan la tra- social y depresión, tomando medidas de
yectoria normal de la vida del sujeto. estrés y soporte social independientes de
la sintomatología. Esta investigación con-
Si bien inicialmente se propuso que firmó cómo el grado de soporte o integra-
cualquier suceso vital, negativo o positivo, ción social eran elementos mediadores en
que implicara un cambio y un esfuerzo de la depresión. Siendo las mujeres más ais-
adaptación, estaba asociado a la aparición ladas (sin trabajo externo, sin confidente o
de síntomas, la evidencia existente señala relación satisfactoria con un hombre), y que
que sólo los sucesos negativos juegan un estaban confinadas en su casa con tres o
rol facilitador de trastornos psíquicos y más hijos pequeños, las que presentaban
físicos (Monroe et al., 1983). Los sucesos una mayor depresión.
indeseables, incontrolables e imprevisibles,
son los que están más frecuentemente aso- Por consiguiente, son los sujetos de
ciados a síntomas psicológicos —en parti- menor soporte social (viviendo solos, desem-
cular depresivos— (Thoist, 1 983). Los suce- pleados y de clase baja) los que pueden
sos que implican cambios positivos no están sufrir de mayores problemas psicológicos.
asociados a sintomatología psicológica, aun-
que sí están asociados a síntomas físicos. Por otro lado, hay una fuerte evidencia
en el sentido de que las tensiones y défi-
Soporte social.—Turner (1983, in Páez, cits en la integración social pueden ser un
1986) define el soporte social, como la factor de estrés tanto o más importante
percepción que tiene el sujeto, a partir de que los sucesos de vida dramáticos y exter-
su inserción en la redes sociales, de ser: nos (Michell et al., 1983).

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Señalaremos por último que, se ha cientes mentales y de las familias, hará de
encontrado que tanto la pertenencia de cla- efecto tampón y disminuirá la sintomatolo-
se, como el nivel de sucesos de vida nega- gía depresiva producida por ese hijo defi-
tivos y el soporte social, ejercen influencia ciente mental.
directa en la sintomatología depresiva, con-
trolando la influencia de todas las variables
Para observar la sintomatología, com-
antes mencionadas, además de la edad y
pararemos este grupo de madres con otro
del sexo (Turner, 1983; in Páez, 1986).
grupo de madres con hijos deficientes men-
tales, pero que permanecen en sus casas
(en vez de estar en una Asociación). De
esta manera veremos cómo en este último
Hipótesis grupo dicha sintomatología aumentará. Con
esto buscamos la aportación que una aso-
En el estudio empírico, aplicaremos el ciación de padres ofrece cara a disminuir
modelo anteriormente descrito a madres la problemática que poseen estas familias
con hijos deficientes mentales, diferencian- y especialmente la madre.
do los grupos entre: madres con hijos asis-
ten a una Asociación de Padres y son tra- Tercera hipótesis.—De la misma manera
tados; y el otro grupo de madres que vamos a observar cómo a través del tiem-
permanecen en sus casas, sin ningún tipo po, las madres se han habituado al proble-
de tratamiento. ma de su hijo, confirmando que el estrés
inicial causado por ese hijo ha desapareci-
Primera hipótesis.-Según el modelo apli- do y la diferencia que pueda hallarse entre
cado a este estudio, consideraremos que estos grupos de madres.
tener un hijo deficiente mental es un suce-
so de vida negativo, donde la aparicición
de otros sucesos de vida negativos, quizás
no tenga tanta relevancia como el prime-
ro. Hemos visto en el repaso a la bibliogra- METODOLOGÍA
fía cómo los sucesos de vida negativos
acentúan la sintomatología de ansiedad
como depresiva. Descripción de la muestra:

Segunda hipótesis.-Por otro lado, el apo- La muestra constituida por madres casa-
yo o soporte social que una Asociación, das que vivían con sus maridos, estaba
preparada para el tratamiento de los defi- dividido en tres grupos (Tabla I):

TABLA I

PRESENTA LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS TRES GRUPOS

Gp. Control Asistidos No asistidos

Edad Padre 37,5 57 68,5


Edad Madre 34,5 56,85 60,21
Sin Estud." 70% 100 % 85%
Medios " " 30% - 15%
Ama de casa 70% 100% 94,4 %
Clase Baja 20% 55% 66,6 %
Clase Media 60% 35% 11,1 %
Clase Alta 20% 10% 22,2 %
Edad Hijos 5 21,1 28
Sexo Hijos Hombre 75% 55% 17%
Mujer 25% 45% 83%
Número Hijos 2 3,83 4,33
Posición Familiar 1-2 _ 68,42 % 33,3 %
Deficientes Mentales — 58% 44%
Síndrome de Down — 18% 44%
D.M. + Otros — 24% 12%

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a) Grupo control, compuesto por 20 instrumentos
madres con hijos normales (asistiendo todos
ellos al mismo centro escolar), edades com-
prendidas entre 3 y 7 años. Los cuestionarios utilizados contenían
preguntas que contemplaban distintos aspec-
tos: salud mental (depresión y ansiedad),
b) Grupo de asistidos, 20 madres con acontecimientos en la vida, soporte social,
hijos deficientes mentales (asistiendo a la clima familiar y habilidades del hijo.
misma Asociación de Padres, dedicada al
cuidado de deficientes mentales), y con eda- La elaboración del cuestionario se rea-
des que van desde los 21 a los 40 años. lizó a partir de:

c) Grupo de no asistidos, formado por a) El Inventario de Depresión de Beck


1 8 madres con hijos deficientes mentales, (Beck et al., 1983).
no asisten a ninguna asociación, permane-
cen en sus casas con sus padres, edades b) La escala de ansiedad utilizada por
entre 20 y 45 años. el Departamente de Psicología Social de la
Universidad del País Vasco (Páez, 1986).
La edad media del total de las madres
era de 50,5 años; hay que señalar que el c) Una escala sobre Sucesos de Vida
grupo de madres compuesto por hijos nor- Negativos (Holmes & Rahe, ver Páez, 1986).
males era de 34,5 años, mientras que en Evalúa los sucesos acontecidos en el últi-
los otros grupos sus medias eran significa- mo año.
tivamente superiores, 57 a 60 años, res-
pectivamente. d) La escala de Soporte Social del
Departamento de Salud Mental de Califor-
nia (Conde & Franch, 1984). Evalúa el sopor-
El 87,93 % de las madres no poseían te social, tanto real, como el ideal.
estudios medios y el resto no tenían nin-
gún tipo de cualificación específica. En cuan- e) La escala de Clima Social, elabora-
to a la posición socio-económica, en el gru- do por el Laboratorio de Ecología Social de
po de asistidos el 90 % eran de clase la Universidad de Stanford (California), bajo
baja-media, mientras que en el grupo de la dirección del R. H. Moos (1984). Evalúa
no asistidos tan sólo el 77,7 % pertenecían y descrive las relaciones interpersonales entre
a esa clase. los miembros de la familia, los aspectos de
desarrollo que tienen mayor importancia en
El lugar que ocupaba en la familia el ella y su estructura básica.
hijo deficiente varió en los distintos gru-
pos. En el grupo de asistidos el hijo defi- f) El cuestionario de habilidades, basa-
ciente ocupa el primero o el segundo pues- do en la Escala de Evaluación de Capaci-
to en el 68 % de las familias. En el grupo dades de E. Whelan & B. Speake (1977) y
de no asistidos, únicamente en un 33 % del cuestionario de Evaluación de Activida-
de las familias el hijo deficiente ocupa el des de la Vida Diaria, elaborado por Gau-
primero o segundo puesto dándose el caso tena (Asociación de Padres de Niños Autis-
de que este último grupo generalmente la tias de Guipúzcoa, 1986).
familia es numerosa, llegando a tener has-
ta 5 y 6 hijos.

Respecto al sexo del hijo, se ve cómo Análisis de datos


el grupo de asistidos está prácticamente
equilibrado, no así en el grupo de no asis-
Las hipótesis realizadas pertenecen al
tidos, siendo el hijo en un 83 % de los
diseño: estrés-soporte social-desórdenes
casos de sexo femenino.
afectivos. Dicho diseño posee una interac-
ción antagonista. Postula que el soporte
En cuanto al diagnóstico, todos se social que se ofrece a una familia (en nues-
encontraban dentro de un coeficiente de tro caso Asociación de Padres), hace que
inteligencia moderado (35-49). Por otra par- disminuya el efecto patológico en la varia-
te, se hallaban agrupados según patología ble dependiente de estrés. Además hemos
entre: Deficientes Mentales, Síndrome de controlado los posibles sucesos de vida
Down y Deficiencia Mental asociados a otros negativos, el clima familiar y las habilida-
problemas (denominado como otros. Tabla I). des del hijo que pudieran influir.

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En términos estadísticos, la interrela- ciendo la puntuación más baja el grupo de
ción entre los tres tipos de variables (estrés, hijos deficientes asistidos, y quedando los
soporte social, desórdenes afectivos) fue otros dos grupos prácticamente igualados.
examinada, mediante análisis dicriminan-
tes, de correlaciones y de regresión múlti-
En el apartado de clima familiar, tene-
ple. Cada posible asociación fue valorada
mos tres resultados significativos: a) clima
en términos de su contribución a la varian-
intelectual-cultural-06, (0.0072), hace refe-
za total.
rencia al grado de interés en las activida-
des políticas, sociales, intelectuales y cul-
turales. El grupo que ofrece mayor interés
RESULTADOS por este tipo de actividades es el de con-
trol, seguido por el de asistidos y final-
mente el de no asistidos; b) clima socio-
Los resultados del análisis discriminan- recreativo-07 (0.0001), define el grado de
te aparecen en la Tabla II, mostrándonos participación en este aspecto, se encuentra
cómo la depresión en el conjunto de madres una mayor participación en el grupo con-
(Beck) es únicamente tendencial (0.1288); trol; c) clima moralidad-religiosidad-08
pero se puede apreciar cómo es mayor en (0.0688), se ocupa de la importancia que
las madres con hijos deficientes no asisti- se da a las prácticas y valores de tipo ético
dos. y religioso. Al parecer, son los grupos con-
trol y de asistidos quienes le dan más impor-
Por otro lado, la ansiedad para el con- tancia a estos aspectos.
junto de las madres (SAS) nos ofrece un
resultado significativo (0.0262), siendo el En cuanto a los sucesos de vida, vemos
grupo control y el de madres con hijos no cómo los sucesos controlables (C) son ten-
asistidos quienes dan una puntuación más denciales (0.1817), siendo las madres con
elevada. hijos deficientes no asistidos, quienes ven
las situaciones como más incontrolables, le
El soporte social real (el que en estos siguen el grupo control y finalmente, vien-
momentos están recibiendo) también es sig- do la situación más controlada, las madres
nificativo (0.0181), siendo similar el de las con hijos asistidos. Por otra parte, el apar-
madres con hijos deficientes asistidos y no tado de sucesos deseables (D) se muestra
asistidos, y superior el de las madres con significativo (0.0743), siendo el grupo de
hijos normales. Asimismo, el soporte ideal madres con hijos deficientes no asistidos
(el soporte que les gustaría tener) es signi- quienes viven las situaciones como más
ficativo (0.0101), y son las madres con indeseables, seguidas por el grupo control
hijos normales quienes quisieran tener más y finalmente, bastante más distanciado, el
soporte del que ya tienen. grupo de madres con hijos asistidos.

El cuestionario de habilidades nos mues- Pasamos a ver los resultados del análi-
tra un efecto significativo (0.0353), ofre- sis discriminante, formado por grupos, ser-

TABLA II

ANALISIS DISCRIMINANTE DE GRUPOS

GRUPOS Gp. Control Asistidos No asistidos F Signf.

S.A.S. 33.65 27.35 34.05 2.918 .0626


SOPREAL 18.45 14.20 14.17 4.327 .0181
SOPIDEAL 15.65 10.95 10.76 5.014 .0101
HÁBIL 17.80 14.10 17.35 3.549 .0353
CLIM.06 5.30 4.60 3.00 5.407 .0072
CLIM.07 5.40 3.20 3.00 11.43 .0001
CLIM.08 5.50 5.10 4.00 2.814 .0688
DES (D) 42.27 26.20 50.03 2.93 .0743
BECK 7.60 7.55 12.58 2.129 .1288
C0NT. (C) 20.43 15.63 31.53 1.84 .1817

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TABLA III

ANÁLISIS DISCRIMINANTE DE GRUPOS FORMADOS POR DIAGNÓSTICOS

DIAGN. Normal D.M. S. Down Otros F. Signf.

SOPRE. 18.45 15.42 13.50 12.00 3.665 .0178


SOPID. 15.65 11.68 10.35 10.00 3.445 .0229
TOTSUC. 2.60 1.21 .92 1.42 2.197 .989
CLIM.06 5.30 3.52 4.50 3.60 2.288 .0889
CLIM.07 5.40 3.15 3.35 2.20 8.470 .0001
BECK 7.60 11.10 5.78 14.60 2.033 .1201
HÁBIL. 17.80 14.63 17.35 13.80 2.095 .1116

gún diagnóstico (Tabla III). La depresión Una vez finalizados los análisis discri-
vuelve a aparecer tendencial (0.1116), con minantes, el resto de análisis fueron reali-
el valor más elevado en el grupo de defi- zados con los grupos de madres con hijos
ciencia mental asociada a otros problemas deficientes mentales, asistidos y no asisti-
(otros), seguida por deficiencia mental y dos. En los análisis de correlación, vemos
finalmente Síndrome de Down. También apa- cómo la depresión y la ansiedad están direc-
recen tendenciales las habilidades del hijo tamente correlacionadas, con un índice de
(0.1201), emparejándose los grupos de hijos significación de 0.5309 (p > 0.001).
normales e hijos con Síndrome de Down,
con una puntuación algo más baja, se Por otra parte, aparece una correlación
encuentran los otros dos grupos. solamente tendencial entre depresión y edad
del hijo (0.1959), depresión y número de
Como resultado significativo, tenemos hijos (0.1868) y, depresión y posición que
otra vez el soporte real (0.0178). Corrobo- ocupa el hijo dentro de la familia (0.1135).
rando los datos antes mencionados ante- La ansiedad presenta una cierta correla-
riormente el grupo de normales presenta el ción con el sexo del hijo (0.0275).
índice más elevado, seguido por este orden
de deficientes mentales. Síndrome de Down Otras correlaciones significativas a des-
y otros. El soporte ideal también es signifi- tacar son: ocupación de la madre y núme-
cativo (0.0229), siendo de nuevo las madres ro de hijos 0.9797 (p > 0.001); edad del
con hijos normales quienes aparecen en padre y del hijo 0.5535 (p > 0.001); y
primer lugar. edad de la madre y edad del hijo 0.6497
(p > 0.001).
Los items de sucesos de vida negati-
vos, en el apartado referente a los sucedi- Finalmente en el análisis de correla-
dos durante el año anterior, ofrecen un ción obtenido entre depresión-ansiedad y
efecto significativo (0.0989). Son las madres asistidos-no asistidos (Tabla IV), se aprecia
con hijos normales quienes dan valores más cómo la correlación es mayor en el grupo
altos, opuestos a las madres con Síndrome de no asistidos, sin llegar a ser un resulta-
de Down, que ofrecen la puntuación más do significativo.
baja.

En el apartado de clima familiar, encon-


tramos otra vez valores significativos en TABLA IV
clima intelectual-cultural-06 (0.0889), prin-
cipalmente en madres con hijos normales,
ANÁLISIS DE CORRELACIÓN ENTRE LA
seguidas por Síndrome de Down y final-
ANSIEDAD Y LA DEPRESIÓN Y ENTRE
mente los otros dos grupos casi parejos.
LOS GRUPOS DE MADRES CON HIJOS
En clima socio-recreativo-07 (0.0001) vemos
cómo el índice de significación es bastante DEFICIENTES
claro, siendo más elevado en madres con
hijos normales, seguido por el de deficien- Ansiedad Depresión
tes mentales y Síndrome de Down y, final-
ASOCIACIÓN -.2955 -.1964
mente, el de deficientes mentales con otros NO ASOCIAC. .2091 .2281
problemas asociados.

101
En el análisis de regresión múltiple, Síndrome de Down, quienes percibieron
tomando como variable dependiente la menos sucesos de vida negativos.
depresión, los resultados significativos son:
número de hijos (0.0948), clase social También nos planteábamos en la hipó-
(0.0995), habilidades del hijo (0.0828) y tesis, que los sucesos de vida negativos
clima cohesión familiar-01 (0.565). El cli- provocarían una mayor sintomatología tan-
ma socio-recreacional-07 (0.1117) apare- to en la depresión, como en la ansiedad,
ce como tendencial. A través de estas varia- en las madres con hijos no asistidos. Los
bles, se llega a explicar sólo el 18,8 % de resultados nos muestran que simplemente
la depresión de las madres. se presenta tendencial en la depresión, sin
llegar a ser significativo el resultado obte-
nido. No es así, en cuanto al nivel de ansie-
dad, que sí aparece significativo en todos
DISCUSIÓN los grupos, siendo el grupo de madres con
hijos asistidos quienes manifiestan un valor
En la primera hipótesis, veíamos cómo menos elevado, seguido por el grupo con-
tener un hijo deficiente mental, tomaba el trol que se encuentra emparejado con el
sentido de ser un suceso de vida negativo, grupo de madres con hijos no asistidos.
un acontecimiento generalmente no espe- Mientras que en la depresión los grupos
rado y que como tal provocaba desórdenes que se hallan próximos son: los de madres
emocionales. En los resultados, sólo nos con hijos asistidos y grupo control. El gru-
aparece significativo el apartado dedicado po de madres con hijos no asistidos pre-
a los sucesos deseables —D— (análisis de sentan mayor nivel de depresión.
correspondencias. Tabla IV), que evalúa los
sucesos que han dado ese año, desde "muy La explicación que se puede dar ante
deseables", hasta "totalmente indeseables". estos resultados es la siguiente: las madres
El grupo de madres con hijos deficientes del grupo control poseerán un mayor nivel
no asistidos son quienes ven estos suce- de tensión, de estrés cara a sus hijos peque-
sos de una manera más indeseable, apre- ños debido a que se encuentran en una
ciándose una gran diferencia con el grupo edad conflictiva, pero no presentan depre-
de asistidos, aproximándose éstos más al sión pues saben que sus problemas evolu-
polo de sucesos deseados. cionarán con el tiempo. Por otra parte, las
madres con hijos deficientes no asistidos,
Sin llegar a ser significativo y mostran- presentarán mayor tensión, mayor estrés,
do la tendencia hacia ello, dentro del aspecto se sentirán más ansiosas, pues se enfren-
de sucesos de vida negativos, aparecen los tan día a día con el problema de su hijo
sucesos considerados como controlables deficiente, viendo cómo el tiempo no solu-
—C—, es decir, sucesos que tú puedes ciona su problema, sino más bien lo que
controlar. En este caso, supondría tener un probablemente ocurra es que se agrave,
hijo deficiente mental y solucionar el pro- por consiguiente es lógico que se sientan
blema que puede, por ejemplo, ocasionar deprimidas ante un futuro negativo.
su educación, llevándolo a un lugar donde
fuera tratado adecuadamente y su familia Pasando el análisis discriminante de gru-
se sintiese apoyada. La valoración en este pos según diagnósticos, vemos cómo el
ítem es la siguiente: desde "el problema grupo de deficientes mentales con otros
era totalmente controlado", hasta "el pro- problemas asociados, se revela con una
blema era totalmente incontrolado". Como mayor tendencia a la depresión, no así en
un problema totalmente incontrolado, lo el grupo de Síndrome de Down, que como
veían las madres con hijos no asistidos los trabajos realizados en este área han
(Tabla II), mientras que el grupo de madres confirmado que los padres con dicho sín-
con hijos asistidos, se encontraban en el drome, asimilan mucho mejor el problema
otro extremo, donde el suceso estaba con- y son más capaces de sobreponerse a él
trolado. (Szymanski, & Tanguay, 1980). En el punto
medio entre los grupos antes citados, se
Respecto a ios análisis discriminantes encontrarían los diagnosticados como defi-
sobre diagnósticos (Tabla III), los sucesos cientes mentales.
de vida negativos (se les preguntaba sobre
los sucesos acontecidos durante el último El análisis de correlación entre los gru-
año), aparecían los grupos de deficientes pos de asistidos y no asistidos (Tabla IV),
mentales y deficientes mentales asociados nos ofrece resultados no significativos, pero
con otros problemas, con puntuaciones más sí nos confirma la tendencia que los análi-
elevadas, siendo las madres de hijos con sis discriminantes mostraban sobre una

102
mayor sintomatología tanto depresiva, como Otra explicación tan buena como la ante-
de ansiedad, en el grupo de madres con rior podría ser que los hijos que permane-
hijos no asistidos. cen en sus casas, poseen mejores habili-
dades, y por esta razón no van a centros
Finalmente la regresión múltiple, toman- especializados. Recordemos que las habili-
do como variable dependiente la depre- dades a las que nos referimos, son : capa-
sión, se mostraron significativos los siguien- cidad de alimentarse; habilidades en el ves-
tes apartados: número de hijos, la clase tido; aseo personal e higiene; control de
social, las habilidades mostradas por el hijo esfínteres (uso de baño); seguridad y salud;
y la cohesión familiar, las cuales pasamos y ocio. Además señalaremos que el por-
a explicar. centaje de mujeres en el grupo de no asis-
tidos era sensiblemente superior al de
En cuanto al número de hijos, vemos asistidos.
cómo el grupo no asistidos marca la dife-
rencia (Tabla I), dando como media 4,33 La última explicación versa sobre la vali-
(especificamos los decimales, para mostrar dez del cuestionario utilizado, ya que en
las tendencias, siendo en este grupo hacia muy pocas preguntas se pretendía recoger
más de cuatro, mientras que en el grupo demasiada información y por tanto la fiabi-
de asistidos 3,83 su tendencia es hacia lidad disminuía.
menos de cuatro) por familia y como la
bibliografía nos mostraba, amas de casa
con más de tres hijos pequeños y al cuida- La cohesión familiar que venía defini-
do de un enfermo crónico, aumentaban las da: por el grado en que los miembros de
posibilidades de sintomatología depresiva la familia están compenetrados, se ayudan
(Páez, 1986). y se apoyan entre sí. Es otro de los facto-
res que aparecía en la explicación de la
sintomatología depresiva. Revisando los
Otro de los aspectos importantes a
resultados obtenidos por el análisis discri-
remarcar mostrado por la epidemiología,
minante (no significativo) daba una mayor
es el hecho de la pertenencia a una deter-
cohesión familiar el grupo de madres con
minada clase social (clase baja), siendo esta
hijos asistidos (6.75), respecto al grupo de
determinante de una mayor sintomatología
madres con hijos no asistidos (5.88) ofre-
depresiva (Horwitz, 1984; In Páez, 1986).
ciendo éstas una menor cohesión familiar.
En este caso no se aprecian grandes dife-
rencias (Tabla I), la depresión aparecía ten-
Otra de las hipótesis que nos planteá-
dencial y específicamente a través de estos
bamos, hacía referencia al soporte que una
factores, únicamente se explicaba un 18,8 %
Asociación de Padres dedicada al tratamien-
del total de la depresión que puedan tener
to específico de la deficiencia mental, pro-
las madres.
duciría un efecto tampón y disminuiría la
Un punto realmente interesante a des- sintomatología tanto de ansiedad, como de
tacar es el resultado ofrecido por el cues- depresión. Los resultados muestran que el
tionario que recogía la habilidad del hijo. soporte real (el que las madres perciben
Además en la regresión múltiple aparece en el momento que se les encuesto), y el
como parte de la explicación en la depre- soporte idea! (el que les gustaría llegar a
sión de la madre. Curiosamente en el aná- tener), son significativos (Tabla II). Los gru-
lisis discriminante se mostraba cómo las pos de asistidos y no asistidos obtenían
madres con hijos no asistidos decían que una puntuación similar en soporte social,
sus hijos tenían un mayor nivel de habili- mientras que la diferencia era marcada por
dades, respecto a lo mostrado por las el grupo de control, percibiendo un sopor-
madres con hijos asistidos. Aquí podemos te mayor (a los dos niveles) que los otros
encontrar tres tipos de justificaciones a grupos.
dichos resultados.
Probablemente el grupo control con
estos resultados nos está marcando el nivel
Primeramente las madres con hijos defi- normal de soporte al cual una madre pue-
cientes asistidos, puede que estén valoran- de aspirar, es decir, al que deberían llegar
do a sus hijos más duramente, por el hecho los otros dos grupos de madres, dándonos
de estar fuertemente mentalizadas cara a a entender que el nivel de estos últimos
este tipo de evaluaciones, debido a que grupos está por debajo respecto a la media
ésas son las habilidades que cotidianamente general. Con esto queremos señalar, que
son trabajadas con sus hijos y periódi- las madres con hijos deficientes se encuen-
camente son informadas sobre los cam- tran más cansadas de luchar y con una
bios que se operan en ellos. visión de futuro menos optimista cara a

103
conseguir un mejor apoyo, especialmente gía psicológica. Por otra parte, también
para sus hijos. Hay que recordar que las encontramos el número de hijos como fac-
edades medias entre el grupo control y los tor a destacar, siendo el grupo de madres
grupos de madres con hijos deficientes varia- con hijos no asistidos quienes marcaban
ba enormemente, estos últimos duplicaban una media superior (4,33), en su mayoría
en edad al anterior. familias numerosas, llegando a tener hasta
seis hijos.
El análisis discriminante realizado con
los grupos de diagnóstico, nos confirma lo La correlación mostrada entre la edad
hallado anteriormente, volviendo a apare- del padre y del hijo es totalmente lógica,
cer significativos los dos tipos de soporte, ya que la preocupación de los padres irá
real e ideal (Tabla III). El grupo diagnosti- en aumento con los años, al ver que el
cado como deficiencia mental, se muestra futuro de sus hijos no está solucionado.
como el grupo que con un nivel de soporte
más elevado, seguido por el grupo de Sín- Podríamos resumir los resultados obte-
drome de Down y finalmente el grupo de nidos diciendo que en general el soporte
deficiencia mental asociado a otros proble- aportado por una Asociación de Padres a
mas. En cuanto al soporte ideal, sigue más una familia con un hijo deficiente mental
o menos el mismo camino que en el sopor- adulto, puede en cierta medida disminuir
te real, pero acortándose las diferencias. el grado de ansiedad de las madres, ejer-
ciendo el efecto tampón que era señalado
A través de la escala de Clima Social, en el modelo de los factores psicosociales
pretendíamos ver las características socio- de la salud mental (depresión y ansiedad).
ambientales de las familias. Este cuestio- No siendo así, en el resultado obtenido a
nario evalúa y describe las relaciones inter- nivel de la depresión, ya que éste no se
personales entre los miembros de la familia, mostraba significativo.
los aspectos de desarrollo que tienen mayor
importancia en ella, y su estructura básica. Ricardo Vea

Los apartados que se mostraron signi-


ficativos en el análisis discriminante res-
BIBLIOGRAFÍA
pecto a la escala de clima social fueron los
siguientes: intelectual-cultural (clima 06);
BALLUS, C. et al. (1980). Las depresiones en la clíni-
socio-recreativo (clima 07); y moral-religioso ca cotidiana. Publicación del Comité para la Pre-
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dos más ampliamente en este grupo, más Eds. del Gobierno Vasco.
que en el de madres con hijos no asisti-
COHÉN, S.& SYME, S. L (1985). Social support and
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familias pudiera pertenecer a ese grupo de
familias largamente señalado en la biblio- CONDE, V. & FRANCH, J. (1984). Escalas de evalua-
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