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3.

APUNTES DE PSICOLOGÍA EVOLUTIVA

3.1. TERCERA INFANCIA: DE LOS 7 A LOS 9 AÑOS


(Etapa de transición de los subjetivo a lo objetivo)

EN GENERAL:

Esta etapa se caracteriza por el dinamismo y la actividad… El niño se abre a la vida


de una manera incansable, buscando las nuevas experiencias que le ofrece la
realidad exterior, en la cual se encuentra dichoso y satisfecho…
Ha superado ya la etapa fabulatoria (animista-mágica) de los dos años anteriores...
Comienza a analizar y a tener sentido crítico... Es la edad del “uso de razón”…,
aunque tiene necesidad de actuar o de ver…, para entender…
Se hace capaz de vivir con los demás de manera participativa y sabe sacar
consecuencias de las experiencias que va acumulando…
Es una etapa de docilidad y de cordial disponibilidad con relación a los adultos, por
lo que se vuelve al mismo tiempo reflexivo y generalmente crédulo y dócil... Se
manifiesta cordialmente generoso con los demás y al mismo tiempo se siente
dominado por los buenos sentimientos que le invaden… Se desvive por dar gusto a
los adultos y se alegra por las aportaciones que recibe de los demás…
Cuenta mucho en su vida la influencia escolar y, por regla general, se siente
integrado y cómodo en el entorno escolar, en el cual no se muestra exigente ni
retraído, sobre todo si los procedimientos educativos son flexibles, activos y
adaptados…
Sus creencias religiosas dependen del medio en el que vive, por lo que es decisiva
la buena formación a partir de la experiencia, tanto familiar como escolar. Las
catequesis parroquiales son elemento básico de referencia, por lo que deben ser
cuidadas con esmero y adaptadas al proceso evolutivo que el niño atraviesa de
manera variada, según la ayuda y atenciones externas que va recibiendo.

RELIGIOSIDAD DE LOS 7 A LOS 9 AÑOS

Es un momento de compromisos y de establecimiento de relaciones, de gusto por las


nuevas experiencias, de fugacidad en las impresiones, de buena capacidad abstracta, aunque
todavía son incipientes…

El niño ha adquirido buena memoria y buena capacidad organizativa… Cuenta con


iniciativa suficiente, para elegir con cierta autonomía…

* Es benévolo y dócil. Ello le hace aceptar con naturalidad las indicaciones de los adultos...
Sigue creyendo en ellos con seguridad.

* Siente gusto por los temas religiosos… Pero en ellos le predomina la curiosidad, más que
la piedad… Es sencillo en las exposiciones y asume con generosidad tanto doctrinas como
normas...

* Incluso cuenta con creciente sensibilidad moral, pues hacia los 7 años (edad del uso de
razón) ya sabe diferenciar lo bueno de lo malo…, al margen de lo que hagan o digan los
adultos…

* Se despierta en él un enorme gusto por las figuras concretas…, sobre todo protagonistas
de vida… Así ve a Jesús…, a María…, a los Apóstoles…, ... Es la sorpresa…, y a veces la
imitación…, lo que ahora otorga a estas figuras… Por eso también cuenta gran
sensibilidad ante los hechos bíblicos, los cuales le son preferidos a los sermones o
discursos que no sabe, todavía, ni entender ni sintetizar.

Parroquia Santa Ana y Nuestra Señora de la Esperanza. Apuntes de psicología evolutiva. - 1


* Descubre la oración, pero todavía ve en ella la manera de obtener beneficios…, sin que su
mente o su afectividad sea capaz de superar el interés particular…

* Asimila con facilidad los contenidos que se le proporcionan en la escuela o en la


Catequesis… Por eso ahora ya es tiempo de una buena docencia religiosa, sistemática y
continuada…

Religiosamente es una etapa agradable y constructiva… El niño es capaz de adoptar


posturas “personales”…, no sólidas, pero sí originales… Tiene suficiente sensibilidad para
fabricarse unas primeras impresiones… Es de suma importancia ayudarle en esta construcción
inicial... Pero conviene recordar que sigue todavía muy vinculado a los adultos…, sobre todo a sus
padres…, y a los catequistas…, o profesores…, con los que simpatiza y a los que admira y
respeta… Difícilmente podrá enfocar sus relaciones afectivas con Dios de manera diferente a
como las vive con sus padres (ambiente familiar), tanto de “arriba a abajo”…, como de “abajo a
arriba”… Importa más que se oriente y fortalezca su relación con Dios…, que la adquisición de
muchos conocimientos…

3.2. INFANCIA ADULTA: DE LOS 9 A LOS 12 AÑOS:

EN GENERAL:

Edad tranquila y feliz: de equilibrio psíquico y físico (de estabilidad afectiva y buena
salud…) El niño tiende a afirmarse y a organizarse… Tiene necesidad y capacidad
de comprensión organizada… Predominan los intereses objetivos y prácticos
(fabricar, realizar experimentos, construir, explorar…) Mayor toma de conciencia de
sí mismo… Generalmente extrovertido y muy sociable…, se vuelve eminentemente
grupal… Le encanta el contacto con los demás. Se siente arrastrado por lo que
piensa o hacen los otros. Quiere aportar sus sugerencias. Descubre la primera
amistad, aún cuando no esté excesivamente vinculado afectivamente, pues sus
lazos son más bien operativos.

Es lo típico de una infancia que asume cierto protagonismo en la vida, pues se hace
consciente de sus posibilidades y se vuelve capaz de reflexionar con criterios
objetivos…Esto se debe a que ya posee suficientes experiencias, positivas y
negativas para diferenciar el bien del mal, al margen de lo que le dicen los mayores.
Como piensa con su propia mente, formula muchos juicios, no seguros todavía...

Por otra parte ha superado ya el egocentrismo, el predominio afectivo, la fabulación


y la inseguridad. Se siente desafiado por la vida y el entorno y es fácil a las
respuestas rápidas y a las soluciones concretas.

Es la etapa más importante para la formación de la actitud de las disposiciones


religiosas, por cuanto el niño vive una dinámica social intensa y mira a los adultos y
a los demás compañeros como los elementos básicos de referencia en sus
comportamientos.

* Sigue siendo decisivo el ejemplo que le ofrezcan los padres y los


familiares…, los educadores y los catequistas. Con el ejemplo de los mayores, el
niño fundamenta su fe, pues pretende comportarse con actitudes de adultez…

* Con los demás compañeros se relaciona con naturalidad y establece fáciles


y naturales intercomunicaciones religiosas. Sabe asumir con cordialidad y con
espontaneidad cierta disponibilidad religiosa. No tiene respetos humanos en sus
actos culturales y en sus expresiones religiosas…

Es la religiosidad participativa…, lo más típico del momento…, y la dinámica


sacramental se convierte en la referencia permanente en la vida de fe del niño…

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Al ser una etapa especialmente sensible a la dinámica catequística, los que
animan religiosamente al niño de esta edad, deben seleccionar bien las
intervenciones formativas y no quedarse en una mera instrucción… Se ha
de dar cierta importancia a las experiencias y a las diversas participaciones
con los catequizandos. Los actos de culto, las plegarias compartidas, las
participaciones sacramentales, sobre todo penitenciales y eucarísticas, que
se realizan en esta etapa evolutiva, van a ser referencias permanentes para
toda la vida. Por eso deben ser cuidadas con singular esmero.

Una llamada especial de atención hay que hacer a la religiosidad de la niña


de esta etapa… Siendo el sexo femenino más precoz en su desarrollo
intelectual y afectivo, la religiosidad de la niña resulta más madura que la del
niño… Los catequistas de esta edad deben mostrarse especialmente
atentos a las peculiaridades espirituales de las niñas…, con peculiar
delicadeza, con habilidad y con mejor seguimiento…

Es un verdadero arte saberse adaptar a la muchacha, en sus originales


dimensiones religiosas, sin aparentar discriminación alguna con respecto al
chico. Como es también un arte el acomodar a ella los planteamientos
espirituales y religiosos, sin caer en actitudes que a la larga resultarán
rechazables…

RELIGIOSIDAD DE LOS 9 A LOS 12 AÑOS

Es una etapa más consistente…, más personal… y con elevados recursos mentales… El
niño piensa por su cuenta…, y reflexiona con frecuencia sobre temas transcendentes…, pues su
capacidad de abstracción ha aumentado notablemente en los últimos dos años…

* Le gusta exponer sus impresiones religiosas, sus dudas, sus creencias, ya que ha recibido
suficientes informaciones, incluso no concordantes, para que pueda realizar contrastes y
comparaciones…

* Se siente muy influido por el ambiente, incluso por cuestiones o interrogantes doctrinales o
morales… Le gusta hablar, discutir, y a veces discrepar, de los adultos en temas
religiosos…

* Tiene ya gran capacidad de identificar figuras o hechos religiosos… Pero todavía cuenta
con la suficiente sensorialidad…, para preferir personajes concretos: Jesús, María,
Santos,..., antes que teorías o planteamientos generales… Le agrada, sobremanera…,
sentirse culto…, por lo que psicológicamente agradece la instrucción…

* Su mayor placer está en la comunicación con sus iguales… Por eso se siente inclinado a
participar en todo lo relacionado con lo sacramental…, con la oración, con las obras de
caridad. Sabe valorarlo religiosamente. La niña es un poco más capaz, en esta edad, de
ordenar sus actividades religiosas… Su capacidad de compartir es más limitada, pues
tiende al grupo más pequeño y más conocido… El niño es más abierto en lo relacional…,
pero más inmaduro en lo intelectual...

* La mente de ambos, niño y niña, se halla muy dispuesta a comprender y retener los datos
religiosos y a interpretarlos adecuadamente… Pues se hayan en proceso de gran
expansión intelectual.

Esta etapa es catequística por excelencia, sobre todo cuando se logra una conveniente
organización en el que el mismo niño se siente protagonista…

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Por eso, las Catequesis deben hacerse muy participativas…, y deben responder a unos
planes muy bien pensados…

Hay que cuidar mucho las formas, pues ambos sexos son detallistas… Pero, sobre todo,
se hallan interesados por la participación personal.

El Catequista, con todo, sigue siendo para estos niños, el elemento decisivo por sus
previsiones, por sus planteamientos, por su capacidad de convocatoria.

3.3. LA PREADOLESCENCIA (DE LOS 12 A LOS 14 AÑOS)

EN GENERAL:

El preadolescente siente que la infancia se va alejando en el tiempo…, y descubre


el gozo de sentirse distinto y mayor…, vivido con una cierta ambivalencia…
Aparecen los intereses intelectuales: razona, discute, critica… Sus centros de
interés varían en relación con el influjo de la maduración intelectual, de la pubertad
fisiológica y del influjo del ambiente… Un profundo sentido de responsabilidad se
apodera de su vida entera:

* Se descubre como protagonista de sus acciones…, y quiere asumir el


protagonismo, con cierto desconcierto, inseguridad, ansiedad, debido a su
crisis de identidad y su carencia de experiencia suficiente…

* Choca, con frecuencia, con la autoridad adulta y se multiplican los


conflictos, más frecuentemente verbales que reales…

* Siente la necesidad de la ley y el orden…, pero reacciona agresivamente


cuando afecta personalmente con sus restricciones…, sobre todo morales…

* Se multiplican las necesidades de comunicación…, descubriendo la


solidaridad casi como un mito que reclama respeto máximo…

* Aparece la intimidad como un valor inalienable…, (no quieren que nadie les
escuche cuando están hablando por teléfono..., por ejemplo…, cierran la
puerta cuando se están vistiendo…, y casi siempre escogen su propia
ropa.., que con frecuencia los padres la encuentran inapropiada...), y
reclama el respeto ajeno y la comprensión de los demás…

* Surge una reflexión sistemática…, sobre todo ética…, lo que indica que ha
nacido casi en plenitud la conciencia moral ante las acciones ajenas y,
sobre todo…, propias…

Comienza a funcionar una escala de valores personales y auténticos…, siendo ya


capaz de jerarquizar preferencias y de organizar respuestas independientes... La
escala de valores, sin embargo…, no es independiente del entorno…, aunque se
vive progresivamente la impresión de que es propia e intransferible…,
multiplicándose las protestas de independencia y autonomía…

En esta escala de valores se hallan los espirituales, transcendentes y religiosos, en


un lugar prioritario, no siempre bien diferenciados de los éticos y de lo filántropos.

Es importante, educativamente, que el preadolescente llegue a ser consciente de su


responsabilidad, pues ha de adoptar frecuentes posturas morales y no puede vivir
éticamente a expensas de los demás. De la recta orientación de sus elecciones
dependerá su vida superior, en adelante.

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OBSERVACIONES SOBRE LA RELIGIOSIDAD PREADOLESCENTE:

Conviene recordar tres aspectos diferenciadores:

* Gran dependencia de la formación religiosa anterior: Si se ha seguido un proceso


sano, durante la infancia, la preadolescencia suele discurrir con evidente armonía en el
ámbito religioso… Los problemas suelen presentarse en las personas que han surcado la
infancia en climas religiosos estériles o, lo que es peor…, con conflictividades
inconvenientes…

* Grandes diferencias, en el orden intelectual…, social…, y temperamental…, que se


manifiesta en este período… Los preadolescentes más intelectuales o inteligentes, los que
poseen un temperamento más emotivo y sensible, y los que son más sociables,
manifiestan tendencias religiosas que reclaman peculiar atención…

* Condicionado por el propio sexo: La afectividad y la sensibilidad femenina…, junto con


la influencia ambiental que se recibe…, conduce a que la muchacha se muestre
generalmente más circunscrita…, más cumplidora…, más sensible y más religiosa en las
formas… El chico se siente más impulsado a los respetos humanos…, a los
planteamientos morales y a la intercomunicación con los demás que le hacen más exterior.

Por otra parte, también es conveniente recordar que la religiosidad preadolescente es muy
dependiente de las circunstancias educativas en que se desenvuelve su vida: la familia, la
escuela, los grupos cristianos o las actividades parroquiales,...

La aparente independencia a la que tiende puede llamar a engaño a los educadores,


quienes pueden pensar que todo depende de la voluntad ya autónoma de esta época. Los
educadores no deben olvidar que la personalidad no se halla todavía consolidada y que, aun con
protestas de independencia, sus influencias son decisivas e importantes. Por eso, deben
mantenerse siempre cerca del preadolescente para señalarle camino, para acompañarle en su
crecimiento, para ayudarle a configurar sus criterios y para determinar los mejores procedimientos
para que sus valores espirituales sean auténticos y transformadores.

RELIGIOSIDAD DEL PREADOLESCENTE:

Se hace más consciente y personal… Consciente quiere decir que se da cuenta de lo que
hace y de los aspectos en los que se detiene su valoración… Personal, significa que su actitud
religiosa se idependiza, en cierto sentido, de los demás…, y que puede seguir caminos diferentes
a los de los adultos, entre quienes vive o a los que siguen sus compañeros…

Es una religiosidad que se polariza, en cierto sentido, en determinados ejes, como son:

* El valor de la persona de Jesús, la cual la considera como la de alguien vivo y dinámico


que actúa en la propia esfera vital… El preadolescente valora hondamente el mensaje de
Jesús, y por eso comienza a gustar el contacto directo con el texto evangélico...

* Importancia de la oración: Se vuelve capaz de descubrir, no sólo formas de petición, sino


otras dinámicas de alabanza, de agradecimiento y de adoración... También se familiariza
con las plegarias bíblicas como son los himnos y los salmos…

* Aprecio de la dimensión comunitaria: Se siente, y no solo se sabe, miembro de una


comunidad creyente, en la cual desarrolla sus criterios y sentimientos…

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* Vinculación de su Fe con el Credo: Ya sabe explicarlo suficientemente, de modo que
los misterios y los dogmas interpelen su conciencia creyente, aun cuando tiende más a la
dimensión moral que a la dogmática…

* Se sabe libre en sus opciones religiosas: Se hace capaz de actuar de manera diferente
a los demás y presentándose, a sí mismo, como responsable de su propia conciencia…

La bondad de los sentimientos religiosos es el elemento más significativo de la


preadolescencia, etapa en la cual no ha estallado, todavía, la dialéctica, que será más propia de la
etapa posterior… Por eso, no resulta positivo el incrementar polémicas religiosas durante un
período que ha de orientar sus energías hacia la personalización…, y no a la intelectualización de
los planteamientos religiosos.

También es conveniente el recordar que lo típico de la religiosidad preadolescente es su


tendencia hacia la personalización espiritual, lo cual, significa que en esta etapa se adoptan
posturas personales que configuran el propio modo de pensar y de sentir…

Partimos de la opción clara por la Catequesis de la experiencia, o de la interpretación de la


existencia… La catequesis deberá partir de la vida concreta del preadolescente…, de los
interrogantes que se plantea…, iluminando cristianamente las experiencias que vive… Los
preadolescentes tienen necesidad de trabajar y comprometerse apostólicamente…, en equipo…,
en grupo… Tal vez sea bueno estudiar la posibilidad de que se hagan presentes en algún acto
Catequético de los más pequeños…, pidiéndoles den su testimonio…

Para los preadolescentes…, asistir al grupo e Catequesis…, es la oportunidad de salir de


casa…, de ser mayores…, de no tener que acudir a actividades donde los padres estén
presentes…, es un paso más en su iniciación en esa vida adulta que a esta edad, muchos ya
empiezan a desear... En cualquier caso…, necesitan de adultos que sean autoridad para ellos,
"testigos" claros en su lenguaje verbal y no verbal…

El tipo de actividades que pueden satisfacer sus necesidades y hacerles sentir a gusto son
más fáciles de hallar... Sus gustos, a diferencia de los adolescentes…, todavía no están tan
formados ni definidos y, también a diferencia de los anteriores…, los preadolescentes tienen una
vertiente infantil que hace que disfruten del juego…

Otro aspecto importante a cuidar es la CELEBRACION…

Cualquier tema tratado debe terminarse con una celebración de lo que hemos
descubierto… Al hablar de "celebración" no se hace referencia necesariamente a la Eucaristía…
Se puede celebrar desde la fe…, sin recurrir a una celebración litúrgica…, las experiencias de la
amistad…, el encuentro…, la libertad…, el pueblo…, la vida…, el amor…, la unidad…, la
solidaridad..., así como la experiencia religiosa expresada a través de símbolos corno la luz…, el
agua... Estas celebraciones servirán de preparación a las celebraciones litúrgicas de los
sacramentos…

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