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A propósito del reto de meditación de los 21 días que el Dr.
Deepak Chopra e Ismael Cala están promoviendo a través
de las redes sociales con la intención de que aprendamos a
conectarnos con la abundancia que por derecho divino nos
corresponde, he pensado que si bien es importante
aprender a dar, no lo es menos aprender a recibir.
Y es que a cuántos de nosotros no nos ha pasado que le
hacemos un regalo de corazón a una persona y esta
inmediatamente nos dice: “No era necesario, para qué te
molestaste”, o le damos las gracias a alguien por un favor que nos hizo y recibimos como
respuesta: “Tranquilo, no es nada. Cualquiera lo hubiera hecho”, o la más común, nos montamos en el
ascensor, decimos “buenos días” y lo que recibimos es un profundo y helado silencio. Probablemente en
algún momento yo también he caído en alguno de estos comportamientos, lo que me hace considerar
que la mayoría de nosotros no sabemos aceptar del todo un regalo o un cumplido, quizás por falsa
modestia u orgullo.
Lo cierto es que todo en el cosmos respeta un orden divino, y si nosotros de manera inconsciente le
damos un mensaje equivocado al mismo, lo más probable es que en nuestra vida no veamos florecer la
abundancia que tanto deseamos, por más meditaciones y afirmaciones que hagamos para atraerla. Si no
eres capaz de abrir tu corazón para recibir el amor y la consideración de los otros hacia ti, ¿cómo te va a
mandar el universo abundancia en cualquiera de sus manifestaciones, si tú, con tus palabras y
pensamientos la estás rechazando?
Quizás nuestra actitud se deba a que subestimamos el valor ─no solo material─ que dicho regalo tiene
para nosotros, por lo tanto es importante tener presente que todo lo que recibimos es porque nos
corresponde por derecho adquirido, es decir, porque nos lo merecemos, desde un simple saludo hasta un
objeto muy valioso. Bien sea porque es algo que nos complementa en nuestro interior, o simplemente
porque lo hemos atraído.
Cuando no somos capaces de recibir un regalo que se nos da de forma genuina y amorosa, estamos
alterando el perfecto equilibrio del universo, estamos rompiendo con la dinámica de dar y recibir en
nuestras vidas. Por lo tanto, sin importar sin son regalos, favores o cumplidos lo que recibes de otras
personas o del universo o por qué los recibes, lo importante aquí es que te sientas cómodo con esta
dinámica.
Es importante que analicemos también los motivos que se esconden detrás de esta resistencia a recibir.
Puede ser que sintamos culpa o inseguridad, quizás temor a no poder compensar el favor, o pensamos
que detrás del obsequio se esconde una doble intención. Puede pasar que nos sintamos inferiores.
Incluso, si estamos necesitados podemos sentir incomodidad en el hecho de recibir, es nuestro ego
resistiéndose. O como dije antes, orgullo, nos creemos superiores.
¿Cómo podemos mejorar nuestra capacidad para recibir? Te entrego algunos tips.
1.- No caigas en juicios.
Al momento de recibir un obsequio nuestra mente enseguida califica y de manera inconsciente está
decidiendo si lo aprueba o lo rechaza. En el caso de las mujeres, cuántas veces nuestros maridos, con la
mejor de las intenciones, se ofrecen a lavar la vajilla después de alguna comida y enseguida
reaccionamos: “¡Caramba! ¿Y ese milagro? deberías hacerlo más a menudo, y no siempre esperar a que
sea yo quien cocine y friegue los platos”. No es de extrañar que después de semejante agresión el
hombre reaccione y termine la velada en discusión, con la altísima probabilidad de que más nunca se
ofrezca a ayudarnos.
Cuando recibas un regalo que no cumpla con tus cánones de perfección, no caigas en la tentación de
evaluarlo pensando en qué otro hubieses preferido, y mucho menos en manifestar de manera verbal tu
asombro o desagrado con frases como: “Qué raro tú, nunca sabes lo que realmente me gusta”. Al
contrario, piensa que la otra persona ha hecho su mejor intento por agradarte y mostrarte su amor.