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Taller Nº1 Derecho civil VI

Integrantes: Gustavo Escobar – Nelson – Valentina Reyes – Angélica Solís – Deborah


Vargas.

Análisis crítico del voto del Ministro Vodanovic. 


La sentencia que hemos analizado fue acordada en contra del voto de este ministro,
quien opina que el requerimiento debía ser acogido y por lo mismo, declararse inaplicable
el artículo 102 del Código Civil en la sentencia observada. Sus fundamentos se pueden
clasificar en razones de forma y razones de fondo. 

En relación a las razones de forma, el Ministro no comparte la tesis de sus pares,


según la cual, se sostiene que el ejercicio de la acción de inaplicabilidad reformularía un
sistema de normas de modo integral, redefiniendo así el matrimonio. En relación a lo
anterior, Vodanovic señala que dicho efecto nace al excluir la aplicación de una norma, si
la misma es el núcleo de la institución. Pero por la naturaleza de la inaplicabilidad, que
atañe solo a las partes del juicio, la reformulación se da respecto a una relación jurídica en
particular, subsistiendo el estatuto jurídico impugnado en el régimen general. En segundo
lugar, los ministros sostienen la tesis de que pecaría de no decisiva la aplicación del
precepto objetado por la ausencia de impugnación constitucional de las otras normas que
regulan la materia. Sin embargo, para el Ministro Vodanovic, si otros preceptos atingentes
al caso no son reprochados, el juez de la instancia aplicará el criterio interpretativo que le
permitirá decidir el asunto. Pero no es esta Magistratura la encargada de excluir
previamente la aplicación de una norma singular porque no se ha denunciado otra. 

Por otra parte, en cuanto a las razones de fondo expresa:

1. Una disposición legal puede acomodarse perfectamente al sistema jurídico


constitucional del momento en que es dictada, como ocurre con el artículo 102 del
Código Civil, perteneciente al texto que data de 1855. Pero siglo y medio después
puede contradecir los valores, principios y derechos fundamentales que la
Constitución consagra, tal cual son entendidos en este otro momento. Ejemplo de
esto en nuestro país, fueron la consagración de la detención por sospecha, el secreto
del sumario en el proceso penal, diferencias entre hijos legítimos y naturales,
incapacidad de la mujer casada bajo régimen de sociedad conyugal, etc. Institutos
que han cambiado al cambiar la persecución del derecho hoy en día, por lo que
respecto al concepto de matrimonio el análisis debe centrarse en el la CPR de 1980
y sus posteriores reformas. 
2. No hay duda que, para sus protagonistas, el matrimonio entre personas del mismo
sexo expresa la plena realización de los valores de libertad, igualdad y dignidad
humanas. Si se entendiera que hay oposición entre el ejercicio de tales derechos y la
protección de la familia (este último como razón para excluir el matrimonio
igualitario), una ponderación razonable del conflicto no puede sino dar
preeminencia a la dignidad y derechos humanos de las personas por sobre los
intereses de una institución social, por trascendente y respetable que ella sea.
3. Dígase lo que se diga, la resolución del asunto pasa por la consideración de la
homosexualidad. Sobre si esta, como toda orientación sexual, es digna de ser
reconocida y protegida o, por el contrario, es una condición negativa, objeto de
censura y reproche. El punto central entonces -en lo que interesa a esta causa- es
determinar si la prohibición del matrimonio entre iguales evita o refuerza la citada
discriminación. La respuesta parece obvia.
4. Sobre el ejercicio de la homosexualidad se contraponen visiones antropológicas
diversas y puntos de vista doctrinariamente opuestos. Es decir, se trata de un debate
ideológico. Y la Constitución, como es obvio, expresa el sistema de valores
hegemónico de cada época; el intérprete debe, pues, escoger o preferir la conclusión
que concuerda con los principios esenciales protegidos por aquélla, tal cual éstos se
perciben en el momento. La única respuesta posible –desde la solidaridad y la
“caridad”, elementos cardinales de la ética cristiana- es un rotundo sí. Da lo mismo
ser homosexual o heterosexual. Vicios y virtudes no se cualifican por la orientación
sexual.
5. El punto esencial de la discusión no reside en las características estructurales del
matrimonio, sino en determinar si la exclusión de las parejas del mismo sexo en el
acceso a dicha institución constituye o no una discriminación arbitraria. Ya que el
único fundamento de la tesis contraria descansa en la supuesta naturaleza existencial
de la heterosexualidad como fundamento del matrimonio, habrá que referirse al
mismo. La indagación establece que se trata de supuestos de hecho similares, pues
en ambos casos se trata de la unión de dos personas plenamente capaces, que
pretenden formar una comunidad de vida para construir un proyecto común. Así, el
fundamento último de la norma, que es formalizar y legitimar el vínculo de dos
personas para ejercer libremente su derecho a formar una comunidad de vida, es
plenamente cumplido.
6. La tendencia general internacional se ha encaminado a dar reconocimiento legal a
las uniones maritales de parejas del mismo textos, siendo cada vez más los países
que se suman a reconocer este derechos; lo cual va de la mano con el contexto
cultura que rodea la homosexualidad como condición y/o atributo, que como
argumento no menor ha sido reconocido por las comunidades. 
7. Las conclusiones a las que se puede llegar es que a pesar de que nuestra
constitución no reconoce expresamente un concepto de matrimonio si le otorga un
mandato de protección  la familia de carácter amplio, de servicio a la sociedad,
pluralista y democrático que tiene como base la la igual dignidad de las personas.
Junto con ello nuestra carta fundamental recalca el trato igualitario e inclusivo a
través del cual se deben interpretar las instituciones, desde allí y el trato igualitario
es que se debe dar igual protección a las distintas formas de vida que componen la
nación, mientras ellas sean compatibles con el bien común. Privar a un grupo de la
institución del matrimonio, es discriminador, excluyente  y contrario a los principios
de igualdad de la dignidad, la ley y autonomía individual que se consagran en la
constitución. No es una cuestión que aboca tan solo un simbolismo detrás del
matrimonio, sino que incide en el goce de una serie de derechos que no se les
prioriza por no encontrarse protegidos y contemplados bajo la institución del
matrimonio, por lo que el artículo 102 del cc debería ser declarado inconstitucional. 
Postura que hemos adoptado como grupo. 

La postura que hemos adoptado como grupo, es a favor de la inaplicabilidad del Artículo
102 del Código Civil, si bien entendemos que nuestra labor como juristas es aplicar la
legislación expresamente, pues en primer lugar debemos ceñirnos a su tenor literal, sin
embargo, hay situaciones en que existen vacíos legales, por lo tanto, debemos utilizar las
respectivas reglas de interpretación para llegar a una solución óptima. También ocurre que
la sociedad va evolucionando, y las normas no satisfacen ciertas problemáticas, lo que
generaría incertidumbre a la hora de aplicar el derecho. 

Argumentaremos a favor, basándonos en la sentencia y en doctrina respectiva: 

-En primer lugar, es menester señalar que seguir concibiendo el matrimonio como un
contrato solemne entre un ‘’hombre y una mujer’’, atentaría con la igualdad ante la ley
reconocida en nuestra Constitución Política de la Republica, la igualdad y la dignidad de las
personas debe asegurar un libre acceso a las instituciones reguladas en la legislación, en
este caso del matrimonio. Un estado democrático, garantista de derechos fundamentales
debe recoger los intereses universales de la población, amparando la igualdad de
oportunidades, sin distinguir orientación sexual, raza, o género. 

- En segundo lugar, el artículo 102° del CC. debería declararse inconstitucional, pues esta
norma estaría dando un trato diferenciado a las personas homosexuales que quieran
contraer nupcias, inhibiéndolos de gozar de ciertos deberes y obligaciones que nacen a
perse de la institución del matrimonio. Pues tal como lo indica el articulo 2° de la ley
19.947 : ‘’ La facultad de contraer matrimonio es un derecho esencial inherente a la persona
humana’’, pues resultaría contradictorio privar a una persona de este derecho inherente a
toda persona humana, en virtud de su orientación sexual. Realizar una distinción
conllevaría a actos arbitrarios y discriminatorios. 

- En tercer lugar, al incluir a personas homosexuales en el concepto de matrimonio, no


alteraría la naturaleza de la institución, pues los requisitos serian los mismos, ya sea un
vínculo entre hombre y mujer, hombre y hombre, mujer y mujer, en todos los supuestos
hablaríamos de personas plenamente capaces, que pretender vivir juntos, procrear o formar
una familia, y auxiliarse mutuamente. Su orientación sexual, no es determinante a la hora
de formar una comunidad de vida. 

- Es claro que detrás del formalismo del matrimonio, se reconoce un mandato general de
protección de la familia, unidad básica de cada sociedad, la cual no debería reconocer
matices a la hora de definir quienes componen una familia. Junto con esto, nuestra
Constitución estable: ‘’ Familia es un grupo de personas unidas por vínculos de parentesco,
ya sea consanguíneo, por matrimonio o adopción que viven juntos un periodo indefinido de
tiempo’’. Por la jerarquía normativa, que nuestro ordenamiento jurídico reconoce a esta
fuente, es de suma importancia armonizar la aplicación de las normas, inhibiendo tratos
discriminatorios, y contrarios al principio de igualdad ante la ley, pues el Estado de
Derecho, debería caracterizarse por un trato inclusivo, orientado al bien común,
resguardando la protección de este grupo de personas. Entendiéndose que existen diferentes
tipos de familia, ya sea, nuclear, monoparental, adoptiva, sin hijos, de padres separados,
compuesta, extensa, homoparental, en razón de esto, es propicio que nuestra legislación
civil tome en consideración la amplitud de este tópico, brindando herramientas que
fortalezcan el matrimonio entre diferentes sexos y/o géneros. 

-Hay ejemplos claros, donde se comprueba que la aplicabilidad del Derecho de Familia va
evolucionando, un ejemplo de esto es la distinción entre hijos legítimos e ilegítimos, en
razón de esto queda en evidencia la modificación realizada al Código Civil en materia de
filiación, donde nuevamente el debate inicial fue el concepto de ‘’igualdad’’ de derechos
para los hijos que nacieran ya sea fuera o dentro del matrimonio (Ley 19.585 modifica el
código civil y otros cuerpos legales en materia de filiación). 

Otro ejemplo claro sobre discriminación arbitraria e infracción del derecho de igual ante la
ley es el caso de la Jueza Karen Atala, quien perdió el cuidado personal de sus hijos, 

justificando esta determinación en su orientación sexual. Luego de agotar todas las


instancias judiciales (nacionales) respectivas, Atala demanda al Estado Chileno ante la
Corte Interamericana de Derecho Humanos, por violación del derecho a la igualdad y
discriminación fundada en consideración a su homosexualidad. A partir de estos dos
ejemplos citados, se puede concluir que ciertas normas resultan inconstitucionales en
relación al contexto histórico y a la situación de hecho presente, lo que nos llevaría a
cuestionar la inaplicabilidad de ciertos preceptos legales. No se trata de discutir diferentes
posturas ideológicas o realizar juicios de valor, sino que fundar resoluciones que den a cada
uno su derecho, ajustadas a un plano factico.

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