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CLASIFICACIÓN DE RESIDUOS SÓLIDOS APROVECHABLES

Los residuos sólidos municipales comprenden los domésticos, comerciales e institucionales, las basuras de la calle, los escombros de la construcción y
los residuos generados en las diferentes actividades productivas de bienes y servicios, en sectores tales como el industrial, agropecuario, de servicios y
mineros.
 
Estos residuos sólidos pueden ser peligrosos o no peligrosos, de acuerdo con las características presentes en su composición, y a su vez, en cada una
de estas dos grandes categorías, se dividen en aprovechables o no aprovechables. Como se aprecia en la Figura 3, considerando las diferencias que
existen tanto en las características, como en las condiciones de manejo, los residuos aprovechables y no aprovechables tendrán cada uno un esquema
diferente de gestión, de tal forma que se aumente la cantidad de residuos aprovechables y se disminuya la cantidad de no aprovechables (Ministerio
del Medio Ambiente, 1997).
Se entiende por residuo peligroso o RESPEL “aquel que por sus características corrosivas, reactivas, explosivas, tóxicas, inflamables, infecciosas o
radiactivas puede causar riesgo o daño para la salud humana y el ambiente. Así mismo, se considera residuo o desecho peligroso los envases,
empaques y embalajes que hayan estado en contacto con ellos” (Decreto 4741/05, Art. 3); de lo anterior se deduce entonces que todos aquellos
desechos que no entren en ninguna de estas condiciones se considerarán como no peligrosos o convencionales. Si bien es cierto que la primera
fuente de producción de RESPEL es el sector productivo y dentro de este el industrial, también se genera este tipo de materiales en los domicilios, por
lo que no debe desligarse su gestión del contexto municipal.

Para realizar una Gestión integral de Residuos Sólidos es necesario identificar y clasificar los residuos sólidos generados según su potencial de
aprovechamiento dos categorías:
 Residuos Sólidos NO Aprovechables: acorde con la normatividad ambiental colombiana (Decreto 1713 de 2002, Art.1) se definen:
como “todo. material o sustancia sólida o semisólida de origen orgánico e inorgánico, putrescible o no, proveniente de actividades
domésticas, industriales, comerciales, institucionales, de servicios, que no ofrece ninguna posibilidad de aprovechamiento, reutilización o
reincorporación en un proceso productivo. Son residuos sólidos que no tienen ningún valor comercial, requieren tratamiento y disposición
final y por lo tanto generan costos de disposición”
 Residuos Sólidos Aprovechables: para los propósitos de este cuso se integran las definiciones planteadas por la normatividad tanto de
residuos convencionales como peligrosos, para incluir en esta categoría cualquier material, objeto, sustancia o elemento en estado sólido,
semisólido o líquido que ha sido descartado por la actividad que lo generó, pero que es susceptible de recuperar su valor remanente a través
de su recuperación, reutilización, transformación, reciclado o regeneración (Decreto 1713/2002, Decreto 4741 de 2005).
Los residuos aprovechables pueden clasificarse de distintas maneras; la más genérica incluye:
Residuos Biodegradables u Orgánicos: dentro de este tipo de residuos encontramos aquellos que pueden ser transformados por microorganismos
como bacterias, hongos y otros agentes biológicos. Se incluyen restos vegetales, frutas, residuos de comidas, verduras, restos de podas y residuos de
jardinería.

Residuos Reciclables: son aquellos tipos de residuos que después de haber sido utilizados pueden ser la materia prima o parte de esta para la
fabricación de nuevos elementos. Dentro de estos tenemos el papel, cartón, vidrio, plástico, aluminio, textiles y aceites usados.

En cuanto a los residuos de origen orgánico según su naturaleza y/o característica física pueden clasificarse en (Jaramillo & Zapata, 2008):

 Residuos de alimentos: principalmente son restos de alimento que provienen de fuentes como restaurantes, comedores comunitarios,
hogares y diferentes lugares de expendio de alimentos.
 Estiércol: provenientes de las heces de los animales, generalmente son aprovechadas en bio-abono o generación de biogás
 Restos vegetales: provenientes de podas o jardines, también se consideran algunos residuos de cocina que no han sido sometidos a
cocción como los son las cascaras de frutas y las legumbres.
 Cuero: derivados de artículos de cuero en desuso.
 Papel y cartón: son residuos con un gran potencial para su reciclaje, estos son considerados dentro de los residuos orgánicos ya que son
fabricados a partir de compuestos orgánicos.

Por otro lado, los residuos reciclables se clasifican según su fuente de generación en:
 Domésticos y comerciales: provenientes de los hogares y actividades comerciales dentro de estos se tienen papel, cartón, plástico, textiles,
madera, vidrio, aluminio, otros metales, baterías. Aceites, neumáticos entre otros.
 Institucionales: provenientes de escuelas, cárceles y centros gubernamentales. Los residuos son similares a los domésticos y comerciales.
 Construcción y demolición: provienen de lugares nuevos de construcción, reparación y remodelación, dentro de los que se tiene madera,
hormigón, etc.
 Industriales: provenientes de las diferentes industrias. Dentro de estos se encuentran metales, plásticos, aceites, resinas, vidrios, tejidos y
chatarra.
Finalmente en lo que tiene que ver con los residuos peligrosos potencialmente aprovechables estos entrarían en la clasificación general como
reutilizables o reciclables; no obstante es importante tener en consideración aquellas particularidades que les confieren dicha denominación y que en
determinado momento definirán la viabilidad y tecnología para su recuperación, a continuación algunas de ellas (Suarez, 2009):
 Características de peligrosidad: Conocidas con la sigla CRETIP: Corrosividad, Reactividad, Explosividad, Toxicidad, Inflamabilidad,
Patogenicidad, con la cual se refieren las propiedades de los residuos. La característica de cada RESPEL sirve su clasificación en la fuente
de generación y para identificar los residuos a lo largo de la cadena de gestión. En general y para efectos de este curso se excluyen los
residuos patógenos o infecciosos de los análisis y cadenas de aprovechamiento, en atención a sus implicaciones sobre la salud pública y la
regulación específica que sobre ellos existe en Colombia (ver Decreto 2620 de 2000).
 Manejo de Riesgos: Los RESPEL deben manipularse con las precauciones definidas por su composición y nivel de riesgo. Existen
parámetros para el manejo del riesgo implícito en estos residuos, como la clasificación de las Naciones Unidas o la de la National Fire
Protection Asociation (NFPA). Estas son utilizadas para el almacenamiento o el transporte, sin embargo es importante mantener esta
clasificación en todos los elementos de gestión puesto que en el manejo de RESPEL existe en todo momento el riesgo, y es responsabilidad
de todos los actores involucrados.
 La fuente generadora del residuo y contenido de contaminantes-la composición del residuo:  esencialmente se utilizan listados como el
del convenio de Basilea, el del Centro Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (CEPIS) o el catalogo Europeo de
Residuos(CER), estos catálogos son más adecuados para clasificar RESPEL en los procesos de aprovechamiento y tratamiento, ya que
están ligados tanto a la fuente generadora como al contenido del contaminante o a su composición; facilitando de esta manera el sistema de
gestión. La clasificación del CEPIS aporta un atributo más y es la opción de manejo o aprovechamiento.

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Las 4R’s (reducir, reutilizar, recuperar y reciclar)
El aprovechamiento de residuos se plantea en el marco de una gestión integral de residuos, lo cual contribuye al logro de objetivos locales, regionales e
internacionales sobre modelos que apuntan a la sostenibilidad del desarrollo, tal ha quedado planteado desde la Cumbre de la Tierra (Rio de Janeiro-
Brasil, 1992), a través de los cuales se espera uso eficiente y equitativo de los bienes naturales (Dominguez, 2007).

Una de las estrategias más difundidas en el mundo, en lo que a manejo de residuos se denomina las cuatro erres y se utiliza de forma amplia para
concienciar a los actores involucrados y para la planificación de programas municipales de reciclaje. Por ser estas acciones objeto directo del presente
curso, los conceptos e importancia de cada componente deben ser apropiados por los estudiantes.
 

Reducir: Es una iniciativa para prevenir la generación de residuos, puesto que minimiza realmente la cantidad de materiales, sus impactos
ambientales y los costos asociados a su manipulación (Alcaldía Mayor de Bogotá et al., 2007); es una contribución muy importante al manejo integral
de residuos sólidos, debido a que constituye una verdadera reducción de la cantidad de materiales desechados, en cuanto los evita (Ine, 1999). La
reducción involcra análisis de las características de diseño, compras selectivas, consumo responsable, entre otros.
 
La manera más efectiva de no producir desechos sólidos es no generarlos; con la reducción los consumidores y las industrias pueden contribuir a
preservar recursos naturales, en tanto se minimiza la peligrosidad de los residuos y las necesidades de disposición. Es importante puntualizar que esta
disminución debe ser evaluada cuidadosamente analizando el ciclo de vida de cada producto para prevenir que los problemas solo cambien de lugar y
cerciorarse que se está reduciendo la producción sin comprometer un mayor uso de recursos. Como ejemplo, se podría citar la reducción en empaques
de alimentos de la cual se podría generar una mayor cantidad de comida desperdiciada o un mayor requerimiento de embalaje para su transporte.
 
La industria juega un papel muy importante, ya que ayuda a reducir los residuos extendiendo la vida de los productos, de tal manera que se retrasa el
punto en el que los productos se convierten en residuos; como por ejemplo, creando productos fáciles de reparar o mejorar.
 
En un manejo de residuos sólidos exitosos, se quiere que los miembros de la sociedad que están involucrados directamente en el flujo de residuos
adquieran sus responsabilidades. Como por ejemplo, productores de materias primas, fabricantes, distribuidores, comerciantes, consumidores y
autoridades deben responsabilizarse por los residuos que generan; de esta manera se obliga a la minimización de residuos sólidos.

 Reutilizar: acorde con el Decreto 1713 de 2002, se refiere a la prolongación y adecuación de la vida útil de los residuos sólidos recuperados y que
mediante procesos, operaciones o técnicas devuelven a los materiales su posibilidad de utilización en su función original o en alguna relacionada, sin
que para ello requieran procesos adicionales de transformación.
 
Junto con la reducción, la reutilización se considera una etapa compleja, en tanto que implica creatividad e investigación. La reducción requiere
conciencia, decisión y actitud, a su vez la reutilización además de esto necesita de mayor definición, cuidado y adecuación del objeto y del empaque.
 
Para la reutilización se requiere una mayor capacitación e información a los ciudadanos y empresarios sobre las formas, principios, procesos, ventajas
y complicaciones de reutilizar objetos y empaques, como por ejemplo la transformación de llantas usadas, el empleo de envases plásticos como
materas o artesanías y dar uso máximo a las bolsas plásticas(Lara, 2008). Como se tratará en lecciones posteriores, los residuos industriales tienen
una capacidad de reutilización, más allá de los domésticos, e incluso pueden intercambiarse según necesidades de los procesos productivos.
 
Recuperar: en general, incluye toda acción que permita seleccionar y retirar los residuos sólidos que pueden someterse a un nuevo proceso de
aprovechamiento, para convertirlos en materia prima útil en la fabricación de nuevos productos( Decreto 1713 de 2002).
 
Este término describe la extracción y utilización tanto de materiales como de energía a partir de un flujo de residuos para su reutilización o reciclaje; se
incluyen actividades como la separación en la fuente, recolección selectiva, segregación en centros de acopio o plantas de tratamiento, reciclaje en
planta, entre otros. Mientras los materiales son acondicionados o tratados para incorporarse a nuevos procesos productivos, la energía puede
recuperarse utilizando los componentes de los residuos como combustible o alimentación, para la conversión térmica o biológica a algún tipo de
carburante o vapor (Lund, 1996).
 
En la industria es importante y necesario que los residuos que se obtienen como resultado de los procesos productivos pasen a ser parte de la materia
prima de nuevos procesos, generando así menos residuos para ser tratados (CONDESAN, 2002).

Reciclar: se define como el proceso para aprovechar y transformar los residuos sólidos recuperados y devolver a los materiales su potencialidad
de reincorporación como materia prima para la fabricación de nuevos productos (Decreto 1713 de 2002).
 
El proceso de reciclaje involucra un amplio rango de actividades industriales y no industriales, a su vez, involucra muchos materiales y productos. Se
basa en un principio simple: los residuos deben ser tratados como un recurso para reducir la demanda de bienes naturales y la cantidad de material
que requiere disposición final (Pardave & Gutierrez, 2007).
 
Se entiende que el reciclaje no es un fin en sí mismo, tiene como objetivos primordiales mejorar la eficiencia económica, reducir la contaminación y
reducir el volumen de residuos. Debido a que en la actualidad existen diversos materiales reciclables el proceso es diferente para cada flujo de residuo
(como residuos industriales o residuos post-consumo papel, plástico) y a su vez cada proceso debe estar adaptado a cada región; es decir que el
proceso de reciclaje en los países en desarrollo es diferente al utilizado en los países desarrollados. En términos generales el reciclaje es un proceso
de tres etapas: Recolección y procesamiento de materiales secundarios, fabricación de productos con contenido reciclado y la compra de productos
recicladoscreando un círculo queasegurael éxito y el valor del reciclaje.
 
Como se mencionó al inicio de la lección, la finalidad del principio de las erres es que la sociedad reduzca al máximo el consumo de recursos naturales
y la generación de residuos y disposición final de éstos como basura; el enfoque implica entonces la minimización de residuos generados, la
prolongación de la vida útil de los materiales y el aprovechamiento de cada uno de los residuos generados, tal como se observa en la Figura 4.

REQUISITOS DE ALMACENAMIENTO RECOLECCIÓN Y TRANSPORTE DE RESIDUOS PELIGROSOS

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El aprovechamiento de residuos peligrosos (RESPEL) y por tanto su desvío de la corriente dirigida a sitios de disposición final, cobra tanto o más
relevancia que en el caso de los residuos convencionales si se considera por un lado la presión a los recursos naturales ejercida para la obtención de
los productos de los cuales derivan, y por otro, los riesgos ambientales dependientes de las características de su composición físico química, tales
como contaminación de cuerpos de agua superficiales y subterráneas, contaminación de suelos, emisión de gases nocivos, entre otros.
Es precisamente por estas características de peligrosidad que diferencian este flujo de desechos de cualquier otro, que su manipulación y
transformación debe darse bajo condiciones controladas de seguridad y protección ambiental, de forma tal que se prevenga o minimice la ocurrencia de
contingencias y se dé cumplimiento integral a la normatividad que aplique a cualquiera de las etapas involucradas en su aprovechamiento; en este
sentido debe resaltarse que nuestro país cuenta con un marco legal específico, a través del cual se regulan entre otros, los criterios mínimos de
almacenamiento, transporte y tratamiento de los mismos.

Características de compatibilidad entre residuos peligrosos

Los RESPEL potencialmente aprovechables, cómo cualquier otro poseerá, como se ha descrito en la primera Unidad de este curso, una o más de las
siguientes características: corrosividad, reactividad, explosividad, toxicicidad, e inflamabilidad, por lo cual es esencial observar durante toda su
manipulación (generación, almacenamiento, transporte y trasformación) los criterios de separación que garanticen su estabilidad y reduzcan la
posibilidad de ocurrencia de eventos indeseables, tales como reacción, combustión, generación de vapores o gases nocivos, explosiones, entre otros.
 
Es así como la regla básica para la proyección de cada una de las fases de gestión de los residuos peligrosos aprovechables es no mezclar sustancias
que sean incompatibles(MAVDT, 2003). Este problema clave puede analizarse según dos consideraciones (Lagrega, 1996; 484):

“1. La compatibilidad del residuo con el material empleado para construir contenedores, depósitos o los revestimientos que se encuentran en contacto
con el mismo (ciertos disolventes, por ejemplo, no podrian alamacenarse en contenedores de plastico).
 
2. La compatibilidad del residuos con otros, cuando estos se almacenan en el mismo lugar (los contenedores con residuos de cianuro, por ejemplo, no
deberían encontrarse cercanos a residuos de tipo ácido)”
 
Se encuentra a disposición de los responsables de una instalación de aprovechamiento de RESPEL, un número importante de tablas o matrices de
compatibilidad, con distintos niveles de especificidad y complejidad, las cuales ofrecen orientaciones para la segregación de materiales y puede ser
usada como base para planificar el almacenamiento y transporte, sin embargo, siempre se recomienda tomar las decisiones con base en la
caracterización precisa de los residuos y sus hojas de seguridad. (MAVDT,2003).
 
 PRINCIPIOS E INSTALACIONES DE ALMACENAMIENTO
El almacenamiento de RESPEL dirigidos a aprovechamiento, puede darse tanto en instalaciones internas a las actividades económicas que los
producen o en instalaciones externas, entendidas estas últimas como aquellas donde operan empresas autorizadas para su gestión y que prestan sus
servicios a los generadores; existen diferencias entre estos dos tipos y la reacción social respecto a cada uno de ellos, debido en parte, al hecho de
que las instalaciones externas aceptan residuos provenientes de otros lugares, manejando entonces una mayor variedad de materiales y, por lo general
tratándose de entidades de mayor volumen y complejidad. Aparte de este aspecto, los riegsos que suponen ambas categorías son similares y
dependen sobre todo del tipo de residuos involucrados en los procesos, su construcción, actividades y otros factores específicos de la empresa; por
tanto las regulaciones y medidas de seguridad en ambos casos son las mismas (Lagrega, 1996).
Tras la recepción de los residuos en la instalación de aprovechamiento, se hace necesario su almacenamiento temporal, cuyos objetivos principales
son:
 Conservar de forma segura el residuo hasta su procesamiento o traslado definitivo al sitio donde será recuperado.
 Facilitar los periodos adecuados de acumulación requeridos bien sea por el tipo de transporte o por el proceso transformación.
 Permitir la preparación (mezcla, combinación, embalaje) que requiera el material para someterse a las fases posteriores (Ibidem).
 Atender situaciones de contingencia, bien sea por paradas en los procesos de recuperación o por ocurrencia de incidentes dentro de la
instalación.
Almacenamiento de residuos peligrosos líquidos.
Estos deben almacenarse en tanques cerrados debidamente impermeabilizados (o fabricados en material impermeable) y contar con tamaños y
capacidades suficientes para almacenar líquidos reactantes individualmente (Figura 22); así mismo contarán con dispositivos de homogenización o
liberación de presión, cuando ello sea requerido. Los materiales de construcción de estos tanques deben ser seleccionados de acuerdo con las
características de los residuos admitidos e igualmente deben ofrecer posibilidades de limpieza y toma de muestras. En cada unidad de
almacenamiento, los tanques deben ubicarse dentro de un dique o piscina de contención impermeables que pueda recibir los líquidos en caso de fuga
o derrame, cuyo volumen sea por lo menos 1,5 veces el de la unidad de almacenamiento correspondiente (Rodriguez, Torrado, & Vera, 2010).
 
Almacenamiento de residuos peligrosos sólidos.
En este caso los residuos deben almacenarse dentro de contenedores, en espacios subdivididos y con los aislamientos requeridos por las
características de compatibilidad y los riesgos asociados a cada uno. El apilamiento de residuos debe garantizar estabilidad y prevención de
volcamientos, así mismo todas las unidades deben organizarse sobre estibas o dispositivos similares que aíslen el material de la superficie y posibiliten
su traslado manual o mecánico. Con el fin de evitar posibles eventos de contaminación del suelo, aguas superficiales o subterráneas, estas áreas
también debe contar con pisos impermeabilizados, cubierta y demás aditamentos requeridos para que no los residuos no interactúen con las
condiciones climáticas externas, principalmente con la lluvia (Ibidem).

Seguridad y medidas contraincendios.


Para garantizar la seguridad en el almacenamiento y la oportuna gestión de incidentes potenciales, se requiere contar en sitio con las fichas de
seguridad de cada residuo, donde se consignen además de los riesgos asociados a su manipulación (tanto ocupacionales, como ambientales), las
acciones de prevención y respuesta a contingencias, así como el tratamiento posterior que deba darse sobre el desecho o el área afectada (Seoanez,
1998). Complementariamente, todos los envases y espacios de la instalación de recuperación y reciclaje de RESPEL deben estar claramente
etiquetados o señalizados con avisos informativos, de seguridad y de emergencia a que haya lugar, de acuerdo con las normas de seguridad industrial
y el plan de emergencias implementado. Ninguno de los envases debe llenarse por encima del 80% de su capacidad (SDA, 2008).
Para este tipo de instalaciones, por las características de los residuos allí almacenados, deben ser adoptadas todas las medidas conducentes a la
prevención de incendios y la inmediata respuesta a conatos que puedan llegar a presentarse (Figura 23). En este sentido las actividades enunciadas en
la anterior lección respecto a los criterios de compatibilidad más la disponibilidad y entrenamiento respecto del manejo de las fichas de seguridad de los
materiales, serán las primeras alternativas disponibles. No obstante debe considerarse entre otros, aspectos tales como limitar el tiempo de residencia

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de los residuos almacenados a máximo 30 días, contar con suficiente ventilación, bien sea natural o artificial y montar un sistema contraincendio
apropiado para el (los) tipos de desechos almacenados (ibídem).

El almacenamiento de ciertos tipos de residuos tóxicos, por ejemplo, requiere la instalación de alarmas automáticas y eventualmente de aspersores, así
mismo en los casos de tanques que contengan residuos inflamables o explosivos, se requerirá de sistemas periféricos a cada uno de ellos. La
instalación debe contar entonces, con un suministro adecuado de agua para extinción de incendios y las adaptaciones que permitan la recolección y
posterior tratamiento de la escorrentía resultante; cuando se trate del almacenamiento y tratamiento de residuos hidrorreactivos se hace necesario un
tipo alternativo de protección contra incendios (Lagrega, 1996).

CONDICIONES DE RECOLECCIÓN Y TRANSPORTE


Para el movimiento de los residuos peligrosos desde el generador hasta la instalación de almacenamiento y/o aprovechamiento, deberán mantenerse
los criterios de envase y separación por incompatibilidades, fortaleciendo los aspectos de etiquetado, señalización y trazabilidad de información en
cumplimiento de la normatividad nacional aplicable; en este caso se refiere explícitamente a los Decretos 4741 de 2005 y el Decreto 1609 de 2002,
emitido por el Ministerio de Transporte para la reglamentación del manejo y transporte terrestre automotor de mercancías peligrosas por carretera.

En el primer momento de la recolección, deben estar a disposición del transportista las Hojas de Seguridad de los residuos para la identificación de los
mismos y la previsión de medidas para su manipulación; así mismo verificar el etiquetado y la condición de los recipientes que los contienen, de tal
forma que se asegure su resistencia y durabilidad durante esta fase de la gestión. Si para el transporte es necesario cambiar de envase, debe
asegurarse que el receptor sea de material y diseño apropiado al tipo de desecho y preferiblemente que no contenga trazas de sustancias distintas.
Tanto el recibo como el despacho de residuos peligrosos han de realizarse por una persona capacitada, entrenada y provista de los elementos de
protección.(MAVDT, 2003)

El generador de RESPEL aprovechables deberá tener en consideración para la entrega de los materiales al gestor autorizado, entre otros los siguientes
aspectos (SDA, 2008):
 Etiquetado
 Frecuencias y horarios de recolección
 Rutas de circulación con recorridos cortos
 Rutas diferenciales con los residuos convencionales e inertes
 Exigir y archivar la certificación de transporte
 Entregrar los residuos en condiciones de calidad y empaque exigidas por los porcesos de aprvechamiento posteriores y queeviten derrame su
otros incidentes.

REQUISITOS DEL VEHÍCULO QUE TRANSPORTA RESIDUOS PELIGROSOS (MAVDT, 2003)
Se mencionan a continuación los aspectos más relevantes al objeto de este curso, bien sea para su verificación por parte de un generador que entrega
sus residuos peligrosos o para el gestor que desee dentro de su proceso de aprovechamiento desee implementar esta fase de gestión. No obstante los
requisitos completos tendrán que verificarse en el Decreto 1609/2002, la Norma Técnica Colombiana 1692 y demás que le sean aplicables.

 Garantizar el funcionamiento de frenos, dirección, suspensión, sistema de señales visuales y audibles permitidas, estado de llantas, vidrios de
seguridad y condiciones de emisión de gases. Adicionalmente cumplir con requisitos técnicos específicos tales como un sistema eléctrico que
minimice riesgos de chispas o explosiones, dispositivo sonoro que se active cuando el vehículo se mueve en reversa, sistemas de cargue y
descargue apropiados al tipo de residuos, así como cualquier otra obligación legal o de seguridad.
 Contar con rótulos de identificación de sustancias peligrosas de acuerdo con el sistema internacional de las Naciones Unidas; para unidades de
trasporte tipo tanque estos deberán ser fijos y para las demás, removibles. Si se transportan sustancias con distintas características de
peligrosidad, debe poseer un rótulo por clase (Figura 24).
 Usar la placa de identificación de la Organización de Naciones Unidas, con el número correspondiente a la sustancia o desecho transportado,
contenido en el denominado “Libro Naranja de las UN” 
 Mantener el equipo de carretera o “equipos de prevención y seguridad” definidos en el Artículo 30 del Código Nacional de Tránsito Terrestre.
 Contar con un equipo básico para atención de emergencias y aquella dotación especial que demande el tipo de residuos transportado. Dentro de
este debe incluirse el número y clase de extintores definidos por ley, con carga y presión verificada; elementos de protección personal para
atención a posibles emergencias, dentro de la competencia del personal transportista; kit para la recolección y atención de derrames

REQUISITOS DE OPERACIÓN DURANTE EL TRANSPORTE


Dentro de las obligaciones acatables por el trasportador de residuos peligrosos se encuentran (MAVDT, 2003; Decreto 4741 de 2005; SDA, 2008):

 Garantizar la gestión y manejo integral de los residuos o desechos peligrosos que recibe para transportar; esto en lo referente al manejo de carga
y en lo que tiene que ver con la entrega de la totalidad de los desechos recibidos de un generador al receptor debidamente autorizado, designado
por el primero.
 Elaborar un plan de transporte y portar de la documentación exigida por la legislación, de manera que se tenga control y seguimiento durante la
actividad.
 Contar con un plan de contingencia actualizado para atender cualquier accidente o eventualidad que se presente y contar con personal preparado
para su implementación. Dicho plan debe seguir los lineamientos de la normatividad aplicables y estar articulado con el plan local de emergencias
del municipio.
 En ningún momento movilizar en un mismo vehículo aquellos residuos o desechos peligrosos que sean incompatibles.
 Realizar las actividades de lavado de vehículos que hayan transportado residuos o desechos peligrosos o sustancias o productos que pueden
conducir a la generación de los mismos, solamente en sitios que cuenten los permisos ambientales a que haya lugar.
 Responsabilizarse solidariamente con el remitente de los residuos en caso de contingencia, por el derrame o esparcimiento de residuos o
desechos peligrosos en las actividades de cargue, transporte y descargue de los mismos .

CONSIDERACIONES AMBIENTALES Y DE SALUD OCUPACIONAL EN INSTALACIONES DE APROVECHAMIENTO


DE RESIDUOS PELIGROSOS

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En las instalaciones donde se manipulan, almacenan y transforman residuos peligrosos, existe una relación indisociable entre salud y ambiente, por lo
que en su ubicación, diseño y operación se tiene el doble reto de proteger la salud, protegiendo el ambiente de los impactos derivados de la actividad y
proteger la salud del hombre como trabajador, gestionando el ambiente ocupacional y disminuyendo los riesgos de enfermedades y accidentes
profesionales (Seoanez, 1998).

En el artículo 9, numerales 10 y 11 del Decreto 2820 de 2010 (sobre licencias ambientales) se indica la competencia de la Corporaciones Autónomas
Regionales, las de Desarrollo Sostenible, los Grandes Centros Urbanos y las autoridades ambientales creadas mediante la Ley 768 de 2002, para
otorgar o negar la licencia ambiental para los siguientes proyectos, obras o actividades, que se ejecuten en el área de su jurisdicción:
“10. La construcción y operación de instalaciones cuyo objeto sea el almacenamiento, tratamiento, aprovechamiento, recuperación y/o disposición final
de residuos o desechos peligrosos, y la construcción y operación de rellenos de seguridad para residuos hospitalarios en los casos en que la
normatividad sobre la materia lo permita.
11. La construcción y operación de instalaciones cuyo objeto sea el almacenamiento, tratamiento, aprovechamiento (recuperación/reciclado) y/o
disposición final de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) y de residuos de pilas y/o acumuladores.”
Por lo anterior, se precisa antes de poner en funcionamiento cualquier instalación dedicada al almacenamiento o aprovechamiento de RESPEL,
desarrollar un proyecto de viabilidad ambiental que contemple en términos generales los siguientes elementos.

LOCALIZACIÓN. El criterio inicial para seleccionar un sitio donde emplazar la instalación debe ser el concepto de uso del suelo, el cual de acuerdo con
los planes o esquemas de ordenamiento municipal, debe corresponder a Industrial, pues es el único apto para estar actividades; en este mismo análisis
debe considerarse las distancias a poblaciones, zonas de riesgo y áreas protegidas, acceso a sistemas de acueducto y alcantarillado, pues se
constituyen en limitantes para viabilizar el proyecto (Rodriguez, Torrado, & Vera, 2010).

DISEÑO. De acuerdo con las operaciones de aprovechamiento que pretendan incluirse en la instalación y los criterios de admisión de residuos, varia el
grado de complejidad en el diseño, siendo por ejemplo más básico si únicamente se realizará almacenamiento temporal y más complejo si se proyecta
la ubicación de un horno incinerador; no obstante, las áreas básicas a contemplar incluyen:
 Zona de recepción de residuos (incluyendo entrada y maniobra de vehículos
 Zonas de almacenamiento y aislamiento de residuos líquidos y sólidos que entran a proceso
 Zonas administrativas y de proceso
 Zonas para equipos de control de efluentes (líquidos o gaseosos), temperatura y ruido, extracción de vapores y manejo de olores
 Zonas para vestieres y duchas de los trabajadore
 Zonas para equipos de emergencia y contingencia
 Zonas de almacenamiento de residuos generados por el proceso
 Zonas para labores de limpieza y desinfección de equipamiento y vehículos
 Zonas de protección ambiental (barreras vivas, áreas de amortiguación).
LICENCIAMIENTO AMBIENTAL. Desde la concepción del proyecto y por tanto durante las dos etapas antes mencionadas, debe tenerse presente la
legislación ambiental aplicable a la actividad en el municipio donde pretende ubicarse y los términos de referencia que la autoridad competente emita
para el trámite de la licencia ambiental. No es objeto de este curso profundizar en los requisitos o pasos que el interesado deba adelantar para la
obtención de la licencia, sin embargo, se resalta la necesidad de presentar un Estudio Ambiental (Estudio de Impacto Ambiental), construido de
acuerdo con la Metodología General para la Presentación de Estudios Ambientales, diseñada por el Ministerio de Ambiente Colombiano y en cuyo
contenido debe encontrarse entre otros:
“…2. Caracterización del área de influencia del proyecto, para los medios abiótico, biótico y socioeconómico;
3. Demanda de recursos naturales por parte del proyecto; se presenta la información requerida para la solicitud de permisos relacionados con la
captación de aguas superficiales, vertimientos, ocupación de cauces, aprovechamiento de materiales de construcción, aprovechamiento forestal,
levantamiento de veda, emisiones atmosféricas, gestión de residuos sólidos, exploración y explotación de aguas subterráneas.
4. Información relacionada con la evaluación de impactos ambientales y análisis de riesgos;
5. Zonificación de manejo ambiental, definida para el proyecto, obra o actividad para la cual se identifican las áreas de exclusión, las áreas de
intervención con restricciones y las áreas de intervención;
6. Evaluación económica de los impactos positivos y negativos del proyecto;
7. Plan de manejo ambiental del proyecto, expresado en términos de programa de manejo, cada uno de ellos diferenciado en proyectos y sus costos de
implementación;
8. Programa de seguimiento y monitoreo, para cada uno de los medios abiótico, biótico y socioeconómico;
9. Plan de contingencias para la construcción y operación del proyecto; que incluya la actuación para derrames, incendios, fugas, emisiones y/o
vertimientos por fuera de los límites permitidos…” (Decreto 2821 de 2010; Art. 21)
Tanto para la adopción de programas de manejo ambiental, como para el diseño de planes de salud ocupacional y de contingencia ajustados a las
particularidades de la instalación, el uso de herramientas como la evaluación de riesgos, puede ser de gran utilidad, sobre todo para la priorización de
medidas, acciones preventivas y correctivas.
 
OPERACIÓN. 
Una vez se apruebe el proyecto y entre en operación, el responsable de la instalación de aprovechamiento de residuos peligrosos debe asegurar la
implementación, seguimiento, control y mejora continua de sus Planes de Manejo Ambiental. Esto involucra hacer revisión periódica de la legislación
ambiental aplicable y su nivel de cumplimiento dentro de la compañía.
Mantener y revisar periódicamente los criterios y procedimientos de admisión de residuos a la instalación (Rodriguez, Torrado, & Vera, 2010), así como
el plan de análisis previo, si aplica (Lagrega, 1996).
Evaluar periódicamente la ejecución de los programas de gestión ambiental que se hayan aprobado dentro del plan de manejo, asegurando con ello el
debido entrenamiento y las competencias que cada uno de ellos requiere por parte de los trabajadores de la instalación.
Evaluar y elegir materias primas, procesos y tecnologías que prevengan o minimicen la aparición de aspectos ambientales de alta significancia y con
ello reduzcan la necesidad de controles al final del tubo.
Implantar y mantener los sistemas de tratamiento de efluentes (líquidos, gaseosos) en condiciones que cumplan con las eficiencias de remoción
establecidos, bien sea por la licencia ambiental o por la legislación.
Mantener los esquemas de monitoreo y caracterización periódica del cumplimiento de límites máximos de vertimientos, emisiones atmosféricas fijas y
móviles, niveles de generación de ruido, producción de residuos sólidos y peligrosos, entre otros.
Mantener contratos, convenios y/o acuerdos para la gestión de RESPEL generados durante la actividad de aprovechamiento, bien sea a través de
gestores externos autorizados o haciendo uso de estrategas de intercambio tales como las bolsas de residuos.
Adicionalmente, con relación al propósito de preservar la salud de los trabajadores, cada empresa dedicada al aprovechamiento de residuos peligrosos
deberá como mínimo contar con los programas de Seguridad Industrial, Higiene Industrial, Capacitación y Medicina del Trabajo exigidos por la
normatividad de protección social colombiana, dentro de su Plan de Salud Ocupacional; en este caso específico es importante desarrollar Sistemas de

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Vigilancia Epidemiológica que respondan al perfil de riesgos ocupacionales de corto y mediano plazo. En la figura 26 se indica el equipo de protección
mínimo con que debe contar un trabajador que manipule residuos peligrosos. 

CARACTERÍSTICAS DE VALORIZACIÓN Y MERCADO

Como en el caso de los residuos convencionales, la decisión sobre recuperar o no los RESPEL potencialmente aprovechables, se tomará en principio
si se cumplen los siguientes requisitos (Tabares & García, 2004):
 Debe existir un método de reuso/reciclaje técnica y económicamente viable
 Debe contarse con una cantidad suficiente de residuos
 Debe existir un mercado para los productos reciclados o reutilizables
 Adicionalmente, por tratarse de desechos con características de peligrosidad debe analizarse muy rigurosamente aspectos como:
 Los impactos ambientales esperados y potenciales
 La energía empleada o ganada
 El posible enriquecimiento o acumulación de sustancias nocivas en productos o residuos a aprovechar, así como la obtención/recuperación
de productos (Ibidem).
La disponibilidad y acceso a tecnología apropiada para el aprovechamiento de RESPEL es mucho más limitada que la referida a residuos no
peligrosos, uno debido a su complejidad, dos debido a los costos de adquisición u operación, tres debido a los estándares ambientales que deben
cumplir para su puesta en funcionamiento. También debe considerarse que muchos de los productos que contienen sustancias peligrosas o que
constituirán un residuo de estas características, precisamente por la presión legal y de protección ambiental, están siendo continuamente evaluados en
su diseño hacia versiones menos ofensivas al medio, como en el caso de las pilas, por lo que alternativas de recuperación podrían quedar rápidamente
obsoletas si estás no aplican a las nuevas sustancias empleadas.

En la cadena de aprovechamiento de residuos peligrosos en Colombia, se encuentran claras diferencias en las condiciones de los acuerdos para su
recepción y tratamiento entre los sectores productivos (industrial, comercial, institucional) y el flujo de residuos domésticos. En el primer caso se
encuentra que algunos residuos tienen un mercado más o menos definido, como es el caso de los aceites usados, algunos solventes y los líquidos
fijadores (Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, 2005); sin embargo en otros casos las negociaciones para entrega de los materiales
al recuperador o gestor externo no siempre implica una retribución monetaria para el generador, sino que por ejemplo pueden obtenerse descuentos en
la adquisición de nuevos productos, pueden simplemente devolverse al proveedor o en otros casos, como el del coprocesamiento, el generador debe
cancelar una tarifa para su gestión. También se presenta el intercambio de residuos a través de los bolsas regionales de residuos y el uso in situ de los
RESPEL aprovechables, donde los beneficios del aprovechamiento se evidencian en los ahorros conseguidos tanto en el proceso, como en las
necesidades de gestión externa que se tendrían en caso contrario.

En lo que tiene que ver con la porción de los residuos peligrosos domésticos o residenciales, en la mayor parte de municipios del país su posibilidad de
aprovechamiento depende de la separación en la fuente y como mencionábamos en una lección anterior, de las alternativas de acopio que brinden a
los ciudadanos los fabricantes o las administraciones locales para su acopio; normalmente la entrega es voluntaria y no incluye contraprestación
alguna. En este ámbito se produce una gran variedad de residuos que podrían considerarse como peligrosos en una vasta comunidad (EPA, 2005), sin
embargo no existe la estructura de gestión integral que permita la desviación del mayor volumen posible hacia sistemas de tratamiento o
aprovechamiento; hasta el momento son sobretodo aquellos desechos objeto de programas de devolución post-consumo los que ofrecen posibilidades
de segregación o aquellos objeto de campañas gubernamentales para su recolección, tal como es el caso de los eléctricos y electrónicos (Ministerio de
Relaciones Exteriores, 2009).
Ya se analizará el caso del mercado existente alrededor de la remanufacturación de cartuchos y toners de impresión, en el que el consumidor si puede
obtener una pago por el residuo; por otro lado, los recuperadores de oficio también incluyen en su selección, materiales comercializables en las
bodegas de reciclaje, tales como partes de computador, cartuchos, baterías y otros que contengan por ejemplo metales pesados o preciosos. En este
último caso, si bien los residuos son desviados de la disposición final no siempre son conducidos a procesos de recuperación que cuenten con los
mínimos estándares de seguridad industrial ni de formalización en cuanto a permisos ambientales, por lo que es normal que se conviertan en
potenciales fuentes de contaminación a través de las emisiones o los vertimientos industriales.

El marco normativo colombiano establece la figura de responsabilidad solidaria entre el generador de un residuo peligroso y todo aquel gestor que lo
manipule, hasta el momento en que dicho material sea aprovechado o dispuesto en un sitio de destino final; esto abarca entonces cualquier evento que
produzca daño ambiental por el inadecuado manejo (SDA, 2008); es así como el impulso al aprovechamiento y valorización sostenible de los Respel es
una de las estrategias contempladas en la Política Nacional para la Gestión Integral de RESPEL, la cual se centra en el desarrollo de instrumentos que
facilitan el acceso a tecnologías de aprovechamiento viables a las necesidades del país, a fortalecer los procesos de reincorporación de los productos a
los ciclos productivos y a desalentar la informalidad en el desarrollo de estas actividades (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2009).
Se ha privilegiado alternativas frente a las cuales el generador o los sectores productivos, apoyen tareas relacionadas con separación en la fuente,
acopio, recolección, comercialización y adopción de tecnologías de aprovechamiento, en un horizonte económico, social y ambientalmente viable. A
partir la expedición de la política, el número de empresas autorizadas por las Autoridades Ambientales para el aprovechamiento y valorización de
residuos peligrosos se ha incrementado, como lo indica el Cuadro 11.

 Estas empresas han obtenido licencia ambiental para el aprovechamiento y valorización de los siguientes residuos:
 Recuperación de solventes
 Aceites usados
 Residuos electrónicos
 Líquidos de revelado
 Residuos farmacéuticos

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Plásticos contaminados con plaguicidas (Ministerio de Relaciones Exteriores, 2009)
Es primordial recordar que el mercado tiene una cierta capacidad de reutilización de residuos recuperados y que una sobreproducción crearía
problemas adicionales de almacenamiento, manejo y precio (Garfias y Barojas (Ed), 1997); en el caso colombiano sin embargo, hasta ahora llevamos
seis años caminando hacía estos modelos de aprovechamiento sostenible y la cobertura tanto geográfica como en variedad de alternativas de
recuperación es todavía insuficiente, por lo que las expectativas de expansión en este sector pueden considerarse como altas, siempre y cuando se
consigan los balances económicos, legales y ambientales que ello amerita.

ALTERNATIVAS DE RECICLAJE DE RESIDUOS PELIGROSOS

Como se ha indicado en lecciones precedentes, el potencial de aprovechamiento de cualquier tipo de residuo depende de diferentes factores técnicos,
económicos y de mercado; sin embargo en el caso de los peligrosos, el alcance de los programas o iniciativas de reciclaje estarán supeditados con
mayor fuerza a la reglamentación existente en cuanto a la protección del ambiente y la salud pública, por lo que la prioridad siempre será el garantizar
una gestión integral y segura al flujo de residuos, más que su inclinación a un uso o proceso particular. Si bien la recuperación de RESPEL trae
importantes beneficios a la sociedad, pues minimiza efectos adversos en sitios de disposición así como la presión de extracción de muchos recursos
naturales, no debe descuidarse el estudio de las implicaciones ambientales de los procesos de aprovechamiento, que de no adelantarse bajo un
riguroso control, podrían significar consecuencias aún mayores que si se sometieran a tratamiento y disposición final (EPA, 2005).

Muchos residuos peligrosos pueden ser reciclados en forma segura y efectiva, y las estrategias para ello van desde su reutilización hasta su valoración
energética; no obstante, la elección e implementación de cada una de ellas debe ser ajustada a las especificaciones de composición, presentación y
características de peligrosidad del residuo gestionado, pudiendo presentarse el caso de utilización de una combinación de estas o variaciones de unas
u otras, según el contexto en el que se encuentre.

 RECUPERACIÓN

La recuperación de residuos peligrosos se refiere, bien al procesamiento de un material con el ánimo de rescatar un producto utilizable, tal como se
recupera mercurio de un termómetro quebrado, o bien a la regeneración de un material, tal como es limpiado un solvente usado para devolverle
nuevamente su pureza (EPA, 2005); en este último caso el desecho se considera regenerado cuando se somete a un proceso de remoción de
contaminantes conducente a restaurar sus condiciones de uso  (Colorado Department of Public Health and Environment, 2010).
La recuperación por definición es análoga al tratamiento en cuanto esta incluye cualquier método o técnica diseñada para cambiar la composición o las
características físicas, químicas o biológicas de los residuos peligrosos; es así como esta alternativa de aprovechamiento puede involucrar actividades
tales como la deshidratación, el intercambio de iones, la destilación y la fundición (Ibidem); dentro de las tecnologías más comunes de recuperación se
encuentran también la filtración, centrifugación, evaporación, neutralización, así como otras operaciones unitarias que pueden aplicarse por separado o
en serie. Es importante notar que en los procesos de separación siempre se obtendrán residuos los cuales podrán requerir estabilización o tratamientos
específicos (Garfias y Barojas (Ed), 1997).

A continuación se hace una breve descripción de aplicaciones de recuperación a residuos peligrosos:


Recuperación de solventes.
En este caso se separan las sustancias contaminantes de los solventes usados, transformando así la sustancia a su estado original o al menos a una
gradación de menor toxicidad; esta práctica suele ser común para disolventes halogenados. La destilación (continua, discontinua o al vapor) suele ser
la técnica más ampliamente utilizado por los procesadores comerciales de solventes, garantizando por lo general un 75% de material recuperado. El
residuo no destilable, puede, encontrarse en forma líquida o de lodo y es preciso darle un manejo como material tóxico. Otras tecnologías adicionales
usadas para la recuperación de solventes se encuentran la fitración, la evaporación simple, la centrifugación y la depuración (Lagrega, 1996).
Recuperación de ácidos.
En este caso la operación de recuperación intenta separar los ácidos no reactivos de los residuos ácidos, tales como los decapados agotados en la
industria del acero. Uno de los métodos empleados consiste en enfriar el ácido sulfúrico para lograr la precipitación de sus componentes férricos; otro
consiste en la regeneración de los ácidos inyectándolos en un calcinador rociador (Ibidem).
Recuperación de aceites usados.
Las alternativas para regenerar aceites de motor y lubricantes usados, son variados y de relativo fácil acceso, puesto que su recuperación es
adelantada desde hace más de 50 años; procesos como la flotación en aire disuelto y la ultrafiltración son ejemplos aplicados en los Estados Unidos
(Ibidem). Este tipo de residuo puede también volverse a refinar en aceite de lubricación muchas veces con pocas pérdidas; el re-refinado emplea la
tercera parte de la energía necesaria para refinar el petróleo en un producto nuevo. El aceite usado también se procesa en fuel (Lund, 1996).
Recuperación de metales.
Si bien existe un potencial de recuperación de diversos metales, sólo son recuperados aquellos valiosos por sí mismos o por sus derivados, tal como es
el caso del plomo en las baterías automotrices o de los metales preciosos que pueden estar contenidos en cantidades significativas dentro de los
RESPEL, como es el caso del oro, platino, paladio y el iridio, entre otros; ejemplo de esto último la plata que puede extraerse de los líquidos
reveladores tanto en fotografía como en imágenes diagnósticas de rayos X, por medio de un proceso que consiste básicamente en la disolución y
posterior precipitación o electrólisis (Garfias y Barojas (Ed), 1997; EPA, 2005; Martinez et al., 2005).
Las tecnologías empleadas en recuperación de metales se clasifican en pirometalúrgicas e hidrometalúrgicas. La primera, se basa en las
características de fusión y ebullición útiles para la división de estos materiales a altas temperaturas; el segundo método se utiliza partiendo de residuos
líquidos no disueltos previamente, para extraer y concentrar los metales a través de procesos tales como el intercambio de iones, la ósmosis inversa, la
filtración por membranas, la adsorción y la precipitación (Lagrega, 1996).
El polvo de acería generado en hornos de arco eléctrico contiene zinc, cadmio y plomo, en concentraciones que lo hacen tóxico. En este caso se
emplea la tecnología pirometalúrgica para recuperarlos adecuadamente, ya que permite recobrar el óxido de zinc en grados alimenticio e industrial; el
plomo y cadmio remanentes forman una escoria inerte que permite su utilización como material de terracería en caminos o carreteras, siempre y
cuando se mezcle con asfalto o cemento (Garfias y Barojas (Ed), 1997).

Uso directo y reuso

Estas opciones de reciclaje de residuos peligrosos incluyen las actividades donde (EPA, 2005; Colorado Department of Public Health and Environment,
2010):

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El desecho se usa directamente (sin pasar por operaciones de recuperación, en el sentido trabajado en la anterior lección) como materia prima en un
proceso industrial para obtener un nuevo producto. Por ejemplo, cenizas usadas como insumo en cemento.
El residuo constituye un sustituto directo de un producto comercial; en este caso el residuo se empleará si resulta suficiente para funcionar de forma
similar al original. Por ejemplo, subproductos de una industria introducidos a otra
El residuo retorna al proceso de producción original donde este fue generado
De acuerdo con lo anterior, tanto la incineración, los procesos de recuperación energética y el coprocesamiento podrían considerarse casos
particulares donde los desechos peligrosos son usados directamente.
A continuación se indican algunos ejemplos de aplicación de esta alternativa de aprovechamiento:

Uso como combustibles sustitutos


Algunas calderas industriales pueden ser utilizadas para la quema de pequeñas cantidades de determinados residuos, como sustitución parcial del
combustible. Los residuos generalmente son líquidos y se deben controlar los contenidos de cloro y sulfuro, a efectos de minimizar la corrosión de la
caldera y la generación de emisiones gaseosas contaminantes. Es precisamente esta necesidad de operación y control al proceso el que limita su
aplicación a larga escala, por lo que suele ser útil en el manejo dentro del mismo establecimiento que genera los residuos, siempre y cuando cumplan
con los requisitos legales correspondientes (Martinez et al., 2005).
Se logra recuperar energía de los residuos al mezclarlos con otros residuos de buen poder calorífico, para que sirvan de combustible en los hornos de
clinker, como se profundizará en una lección posterior (Garfias y Barojas (Ed), 1997).
Aprovechamiento de cartuchos y tonners 
La actividad de recarga de cartuchos ya es práctica común en muchos municipios de Colombia, resultando bastante sencilla y rentable cuando el
producto se destina a su reutilización tanto a nivel doméstico como a nivel empresarial, puesto que sólo requiere reemplazar o rellenar con tinta nueva,
el tanque vacío. Esta es la primera opción de aprovechamiento de estos residuos, donde el número de recargas depende de las condiciones físicas de
cada componente del cartuchos y los actores intervinientes son el consumidor y el prestador del servicio. 
En un segundo nivel de complejidad se encuentran los llamados procesos de remanufacturación o reciclado propiamente dicho en el que se
aprovechan las carcasas plásticas y piezas mecánicas, sustituyendo los elementos deteriorados o desgastados por otros nuevos de análoga calidad a
los originales.
Como puede observarse en la figura 28, este aprovechamiento puede ser realizado por pequeñas empresas que compran los cartuchos usados o por
las mismas casas fabricantes de los productos originales (logística inversa).
Uso de plaguicidas obsoletos
De ser viable la utilización como plaguicida, en forma directa o a través de su reformulación, ésta será la opción recomendada para la gestión de los
restos no utilizados u obsoletos, antes de analizar cualquier otra vía de tratamiento o disposición final. Para esto se deberá determinar si mantiene su
efectividad biológica, analizar si su estado físico y composición química son adecuadas y verificar si el principio activo está habilitado o es posible su
habilitación (de acuerdo con la normatividad vigente que prohíbe o restringe el uso de algunos compuestos) para su uso como plaguicida.
En caso de que sus propiedades físicas y químicas no fueran las adecuadas para usarlo directamente como plaguicida se deberá analizar la posibilidad
de su reformulación, este a través de las empresas que lo produzcan, siempre y cuando este sea viable en la región donde quera llevarse a cabo
(Martínez et al., 2005).
Reutilización de fibra de asbesto
La fibra de asbesto friable que se genera como residuo en los diferentes procesos en los que el asbesto participa como materia prima, puede
incorporarse al mismo proceso que lo generó o puede utilizarse si se le encapsula con cemento o asfalto, en materiales de construcción  (Garfias y
Barojas (Ed), 1997).
Reuso en la explotación de minerales auríferos
Cuando para la explotación de oro se utiliza un proceso de extracción usando cianuro, se genera como residuo peligroso un tipo de lodos denominados
"relaves", los cuales consisten en una mezcla de mineral molido agotado con una solución alcalina que contiene el exceso de cianuro. La
sedimentación de los sólidos y la recirculación al proceso de la solución sobrenadante, permite el reuso del agua, cal y fundamentalmente del cianuro,
que de otra forma se debería tratar antes de verter (Martinez et al., 2005).
Envases de sustancias peligrosas o contaminados
Tal como lo dispone el Decreto 4741 de 2005, los envases que hayan contenido sustancias peligrosas o que hayan entrado en contacto con residuos
peligrosos, deben ser considerados como tal. En nuestro país gran parte de dichos recipientes se conducen a los sitios de disposición final de desechos
comunes o a incineración, sin embargo estos materiales tienen un alto potencial de aprovechamiento a través de la reutilización por parte de los
fabricantes, especialmente aquellos que son descartados tan pronto como se consume el producto que contenían. Esta alternativa entra en la categoría
de los programas de devolución postconsumo o de lógica inversa, mencionados en lecciones anteriores de este curso. El éxito de este tipo de
esquemas tiene gran impacto en la reducción de residuos y dependerá fundamentalmente de las estrategias de acopio y recolección que las
compañías implementen, de manera que los consumidores se vean incentivados a participar de ellos.
Intercambio de residuos
Al igual que en el caso de los residuos convencionales, las iniciativas de intercambio directo o a través de las denominadas “bolsas de residuos”, de los
desechos peligrosos potencialmente aprovechables pueden ser útiles para encontrar vías alternativas de reutilización o uso directo, sobretodo en otros
procesos productivos. En este sentido la calidad de los materiales (caracterización), así como los requisitos legales que puedan aplicar a las
transacciones, son criterios indispensables para la aplicación de esta opción.
Valoración energética
La combustión para la recuperación de energía incluye la quema de residuos peligrosos directamente como combustible o usando este como un
ingrediente para producir un combustible o energía. Por ejemplo, los solventes usados quemados para producir calor o generar electricidad y los
residuos seleccionados incinerados para la producción de vapor (EPA, 2005; Lund, 1996).
Las técnicas de tratamiento térmico de residuos pueden dividirse a grandes rasgos en categorías: a. Incineración, donde los residuos se queman en
presencia de oxígeno; b. Pirólisis y gasificación, donde los desechos se someten a altas temperaturas en ausencia o con limitaciones de oxígeno, de
modo que no hay combustión directa. Una variación de esta segunda es la denominada termólisis.
La incineración es un proceso de combustión controlada que transforma los residuos, gracias a la fracción combustible de los mismos, en materiales
inertes, cenizas y gases; el objetivo básico de la incineración consiste en destruir térmicamente los contaminantes y valorizar energéticamente los
residuos combustibles (Castells, s.f). La mayoría de la energía liberada durante el proceso de incineración o de coprocesamiento es trasferida a los
gases de combustión, por esta razón, en la medida de lo posible es muy deseable que esta energía sea recuperada y reutilizada en la instalación o
fuera de ella, como por ejemplo en sistemas de cogeneración (producción y suplemento de electricidad) (Rodriguez, Torrado, & Vera, 2010).
Los gases a la salida de la instalación se hallan a alta temperatura y es preciso limpiarlos antes de su evacuación a la atmósfera, para ello es necesario
enfriarlos. Si el calor recuperado durante esta operación se emplea para otros fines: generación de vapor para proceso, frío industrial, etc., el coste de
explotación se reduce notablemente. Para esta recuperación, los gases a la salida de la cámara de postcombustión, se introducen en un
intercambiador de calor de radiación (ver figura 29); en él los gases de combustión circulan por su interior mientras que el aire ambiente lo hace por un
tubo concéntrico al anterior. El resultado es que los gases de combustión se enfrían hasta la temperatura que es preciso para entrar en la línea de
lavado de gases y el aire ambiente se calienta (Castells, s.f).

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Otro de los métodos utilizados para el enfriamiento de estos gases (recuperación de energía) de los incineradores de RESPEL es el enfriamiento rápido
(quench), proceso en el cual los gases de combustión son reducidos en  temperatura por medio de un enfriamiento muy rápido (1100 a 100°C en
menos de un segundo). Esta tecnología se emplea para evitar la formación de dioxinas y por tanto la implementación de técnicas adicionales para su
eliminación; se ha adoptado en plantas donde un amplio rango de residuos halogenados es incinerado (European Comission, 2006 En Rodriguez,
Torrado, & Vera, 2010.
 Si bien el proceso de incineración es objeto de otro curso, revisaremos algunos aspectos generales dentro del marco del aprovechamiento de
residuos.
Los productos fundamentales de la combustión son dióxido de carbono, agua y cenizas. Además de estos y dependiendo de la naturaleza específica
del combustible, pueden aparecer muchos otros elementos; por ejemplo si se trata de un compuesto azufrado, en la combustión aparecerá el dióxido
de azufre. Muchos de estos productos son gases contaminantes por lo que deben instalarse los sistemas de control de emisiones a que haya lugar.
Junto con los anteriores, en las emisiones atmosféricas se produce también partículas en suspensión y cenizas, las cuales deben ser colectadas y
tratadas según su característica de peligrosidad.
Para instalar un incinerador de sustancias peligrosas, es necesario cumplir la normatividad ambiental y de ordenamiento territorial correspondiente, así
como garantizar algunos requisitos operativos fundamentales:
Asegurar una destrucción de los componentes orgánicos peligrosos que van a ser incinerados, con una eficacia mínima del 99.9%. De esta manera se
asegura que estos compuestos no van a ser emitidos a la atmósfera y poner en peligro el ambiente.
Tener un control estricto de la cantidad de ácidos halogenados, especialmente del ácido clorhídrico, emitidos a la atmósfera.
Vigilar el nivel de emisión de material particulado, según estándares nacionales, regionales o locales (Seoanez, 1998)
En este tipo de tratamiento los criterios para admisión de residuos al proceso deben ser estrictos y conforme al diseño de los equipos de control,
especialmente en lo que  contenido de sustancias altamente nocivas se refiere, como es el caso de los metales pesados y los PCB. No se deberán
admitir residuos con las siguientes características: a. Radioctivos, b. Corrosivos, c. Inorgánicos (Rodriguez, Torrado, & Vera, 2010).
En Colombia se utiliza en alguna medida el tratamiento térmico de residuos peligrosos a través de plantas de incineración pero son pocos los casos
donde se realice la posterior recuperación de energía contenida en las gases, a diferencia de países industrializados como Dinamarca, Suiza, Holanda,
entre otros, donde se registra una destinación entre el 30 y el 50% de los desechos municipales generados a esta alternativa de gestión (Mazzantia et
al., 2009). La aplicación de la incineración de residuos a larga escala es polémica y objeto de resistencias, incluso en países donde se encuentra
consolidada; todo ello debido a las incertidumbres existentes respecto a las eficiencias reales de los sistemas de control de emisiones y el potencial de
contaminación atmosférica, con productos altamente perjudiciales para la salud como son las dioxinas y furanos. Por lo anterior, se considera que antes
de optar por este tipo de aprovechamiento, el tomador de decisiones debe agotar todas las posibilidades de reutilización, recuperación o reciclaje que
se hallen disponibles para los residuos peligrosos.
Por su parte en Europa, el proceso de pirólisis seguido de combustión ó gasificación está considerado como uno de los métodos más atractivo y
práctico para la generación de energía a partir de residuos. La pirólisis alotérmica seguida de combustión, comúnmente llamada termólisis, desplaza el
proceso a una mayor producción de gases que constituyen el combustible utilizado en la generación directa de energía eléctrica (Ministerio de Ciencia y
Tecnología et al., 2001).
La gasificación se refiere a la pirólisis seguida de un tratamiento, mediante reacciones a temperaturas más altas de los gases, para producir
compuestos gaseosos de bajo peso molecular. El postratamiento gasificador puede realizarse mediante la inyección de oxígeno, con o sin aire, vapor
de agua y/ó hidrógeno. El gas de síntesis producido, puede utilizarse como combustible directo para la obtención de energía, productos químicos,
productos intermedios o energía. Los gasificadores funcionan en un rango de temperaturas T> 850º C y a presión moderada/alta. En estas condiciones
los enlaces químicos se rompen por acción de la energía térmica en lugar de hacerlo por oxidación como ocurre en la incineración y además esta
reacción es endotérmica, con el consiguiente ahorro de aporte de energía (Ibidem).
Existen diversos procesos de gasificación, en función de los residuos y del destino posterior que se dé al gas de síntesis cuya aplicación más
importante sea, a corto plazo, la generación de energía eléctrica.  Los tipos de reactores más utilizados son los de lecho fluidizado burbujeante, para
aquellos residuos con pequeña granulometría, gasificadores de lecho móvil, a contracorriente ó en corrientes paralelas y, muy raramente, gasificadores
de lecho fijo (Ibidem).

Caso de recuperación de aceites usados


El aceite usado es aquel obtenido de la refinación del petróleo u otra fuente sintética y que se ha contaminado con impurezas físicas o químicas como
resultado de su utilización como lubricante, fluido hidráulico, fluido de trasferencia de calor y otros usos similares. Las impurezas físicas pueden incluir
trazas metálicas, polvos y otra suciedad; Las impurezas químicas por su parte, pueden incluir compuestos químicos tales como metales pesados,
Hidrocarburos Poliaromáticos (PAH´s), benceno y algunas veces solventes clorados, PCBs, etc. Estos compuestos químicos producen un efecto directo
sobre la salud humana y varios de estos productos son cancerígenos (Ojeda Burbano, s.f). El ejemplo más común es el del aceite de motor de
vehículos, pero el término también incluye aceites industriales que comprende el grupo de productos utilizados como lubricantes para procesos (EPA,
2005).
Las características de los aceites usados dependen de las propiedades de las bases lubricantes de las cuales se derivan, de los aditivos utilizados en
su formulación, de los equipos en los cuales fueron utilizados y de las condiciones de manejo durante su acopio y transporte (SDA, 2008).
El aceite usado es fácilmente reciclable, en Estados Unidos cerca de 380 millones de galones son recuperados anualmente; en las instalaciones de
recuperación el aceite puede ser re-refinado y retornado a su propósito inicial, procesado para crear productos diferentes o quemado para recuperación
de energía. Un galón de aceite usado provee los mismos 2.5 cuartos de aceite lubricante que se obtendría con 42 galones de petróleo crudo (Ibidem).
En Colombia existen sustentos legales y manuales específicos diseñados para la adecuada gestión y el aprovechamiento de los aceites usados, tal
como es el caso de la Resolución 1446 de 2005 donde se establecen requisitos y condiciones para su aprovechamiento como combustible, la
Resolución 1188/2003 para el manejo en el Distrito Capital y los manuales citados a continuación.
De acuerdo con el Manual de normas y procedimientos para la gestión de aceites usados, elaborado en el 2003 por el Departamento Administrativo de
Medio Ambiente de Bogotá (Hoy Secretaría Distrital de Ambiente) y la CAR, las alternativas de aprovechamiento permitidos son:
 Transformación en un producto, mediante el tratamiento y aprovechamiento en la formulación de combustibles para uso industrial.
 Transformación en un producto, mediante su recuperación y aprovechamiento por re-refinación, consistente en un proceso de destilación
atmosférica seguido por destilación al vacío que cumpla con los requisitos exigidos en las refinerías de Colombia.
 Trasformación en un producto, mediante aprovechamiento en la fabricación de plastificantes.
 Disposición por aprovechamiento como combustible en calderas y hornos con una potencia superior a 10 Mwatts, mezclado con otros
combustibles en proporción igual o menor al 5% en volumen de aceites usados, siempre y cuando la concentración de PCBs sea menor a
50ppm.
Por su parte el Manual Técnico para el Manejo de Aceites Lubricantes Usados, emitido en 2006 por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial, determina que el aceite usado sin tratamiento sólo puede utilizarse mediante aprovechamiento energético como combustible en procesos
productivos de cemento, en el cual se garantiza tanto la destrucción de los componentes orgánicos presentes en el aceite lubricante usado como la
integración de los componentes inorgánicos ya inertes al clinker, o en otros procesos con temperaturas de operación superiores a 600 ºC.
Desde la perspectiva de la gestión integral (Ver figura 30), las alternativas que deben favorecerse prioritariamente son (Martínez et al., 2005):

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La reutilización en otros usos, si la calidad del aceite usado lo permite o previo tratamiento para remoción de contaminantes insolubles y productos de
oxidación, mediante calentamiento, filtración, deshidratación y centrifugación.
La regeneración, para la recuperación material de las bases lubricantes presentes en el aceite original, de manera que resulten aptas para su
reformulación y utilización.

Para la limpieza pueden seguirse tres fases: a. Remoción de partículas ajenas al aceite, por medio de mallas de diferentes calibres, b. Decantación
donde se remueve el agua y los lodos, c. Filtrado por dos etapas
Para la regeneración se tiene diversas alternativas. Por ejemplo el proceso Vaxon que consiste en una serie de evaporadores al vacio seguido por un
tratamiento químico de los destiladores obtenidos, es importante pues puede ser extendido para crear bases de aceite refinados. Por otro lado se tiene
el proceso trailblazer en el que se realiza una destilación al vacío de los aceites, la cual permite convertir los aceites usados en un valioso combustible
que puede ser quemado sin emisiones atmosféricas dañinas. El rendimiento de aceite libre de cenizas con este proceso es del 80% (Nuñez Cabrera,
2001).
 A continuación algunas de las técnicas para re-refinamiento disponibles.

Proceso ácido arcilla.


La carga de lubricante usado es sometida a evaporación de aquellos productos ligeros como agua e hidrocarburos del rango de la gasolina;
posteriormente el aceite se trata con ácido sulfúrico, obteniéndose un rendimiento aproximado de 85% en relación con el producto tratado. Finalmente 
se realiza una filtración con arcilla y cal para mejorar su color y acidez. SU rendimiento global es del 70% y tras el filtrado queda un desecho entre 3 y
4% que debe manejarse como RESPEL (Delgado et al., 2007).
Extracción por solvente.
En este caso el aceite pasa inicialmente por una sedimentación que sirve también para la homogenización; luego, se adiciona el solvente y se agita en
proporciones adecuadas para asegurar una completa miscibilidad de la base lubricante en el solvente. El solvente debe retener los aditivos y las
impurezas orgánicas de los aceites usados, los cuales floculan en una sedimentación posterior. Estos lodos son sometidos a lavado y evaporación con
el ánimo de eliminar restos de aceite y solventes. Este proceso reemplaza el de ácido arcilla, produciendo un lodo orgánico útil en lugar de un lodo
tóxico (Ibidem).
Destilación en vacío e hidro-tratamiento.
El aceite usado es deshidratado y son eliminados parte de los hidrocarburos livianos, luego se envía a una torre de destilación a vacío, donde se
extraen por la cabeza los componentes livianos remanentes, que pueden usarse como combustibles, y quedan en el fondo los contaminantes pesados
(metales, productos de polimerización y materiales asfálticos (Martínez et al., 2005).

Caso de uso directo de coprocesamiento


El tratamiento térmico en hornos de cemento entra en la categoría de coprocesamiento de residuos. Recibe esta denominación puesto que la
combustión de los desechos se hace dentro de la unidad de producción de clinker (producto intermedio en la producción de cemento). La del cemento,
es una industria de alto consumo energético, en la que se utilizan varios tipos de combustibles tradicionales, siendo común el uso de ciertas fracciones
de residuos como combustibles alternativos (Martinez et al., 2005).
El cemento es producido en un horno de alta temperatura a través de la calcinación de una mezcla de minerales compuesta básicamente por carbonato
de calcio, óxido de silicio, óxido de aluminio y óxido de hierro, produciendo un producto intermedio denominado clinker que alcanza temperaturas en el
entorno de 1450 ºC (Ibidem).
La combustión en un horno cementero tiene las siguientes características favorables para la incorporación de residuos (Garfias y Barojas (Ed), 1997):
 Elevada temperatura
 Prolongado tiempo de residencia
 Turbulencia
 Atmósfera oxidante
 Estabilidad e inercia térmicas
 Medio alcalino masivo
 Sin generación de residuos
Los gases de combustión en un horno cementero tienen un tiempo de residencia de más de 3.5 segundos, a una temperatura igual o superior a 1,200
°C, circunstancias que hacen de un horno cementero, el equipo adecuado para desarrollar una combustión muy eficiente y controlada, en una
atmósfera altamente alcalina (Ibidem).
Las condiciones de temperatura, turbulencia, tiempo de residencia y exceso de oxígeno destruyen los compuestos orgánicos, convirtiéndolos en gases
de combustión. En lo que respecta a los compuestos que contienen azufre y cloro, el ambiente turbulento y altamente alcalino del horno neutraliza
estos elementos y forma sales, cloruros y sulfatos, que se integran a los constituyentes del clinker. Los compuestos que contienen metales pesados se
destruyen debido a las elevadas temperaturas y tiempos de residencia, para formar óxidos metálicos que quedan encapsulados y que fijan en la
estructura cristalina del clinker (Ibidem).
Las diferencias entre los diferentes procesos se basan principalmente en la forma de preparar el material antes de la calcinación, teniendo entonces
dos grandes categorías: los procesos de vía húmeda y los de vía seca. En los primeros la materia prima es mezclada con agua ingresando con un
porcentaje de humedad entre 30 y 35 %, mientras que en los de vía seca se alimenta la materia prima seca previo a su molienda y homogenización.
Esta última tecnología disminuye sustancialmente el consumo energético, es de desarrollo más reciente y por ende los hornos son de tecnología más
moderna; adicionalmente se debe tener en cuenta que la emisión potencial de dioxinas y furanos es sustancialmente menor en los de vía seca, por lo
cual sería la opción ambientalmente más adecuada (Martinez et al., 2005).
Algunos residuos nunca deben someterse a coprocesamiento: éstos oscilan entre la basura municipal no seleccionada y ciertos residuos de hospitales
a explosivos y residuos radiactivos. Otros residuos necesitarán preprocesamiento antes de ser utilizados y en la idea de usar estos materiales, debe
tenerse en cuenta la necesidad de regular y manejar de manera eficaz estas plantas de preprocesamiento (GTZ-HOLCIM, 2006).

Los principios generales para el coprocesamiento de residuos peligrosos son (Ibidem):

1. El coprocesamiento respeta la jerarquía de la gestión integral, por tanto debe considerarse como parte de ella y utilizarse cuando no hayan
opciones de reducción, reutilización y reciclaje a nuevos productos.
2. Debe evitarse emisiones adicionales y el impacto negativo en la salud pública, por lo que debe ejercerse estricta supervisión sobre los
residuos admitidos y seguimiento a las condiciones operativas en el horno, así como del funcionamiento de equipos de control de emisiones.

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3. La calidad del cemento permanece sin modificación puesto que es el objetivo de la industria, por tanto los hornos y sus instalaciones no
deben entenderse como sitios de disposición final para cierto compuestos peligrosos; el producto no debe generar impacto negativo al
ambiente, comprobándose con pruebas de lixiviación.
4. Las compañías comprometidas con el coprocesamiento deben estar capacitadas, por lo que se necesitan programas permanentes de
entrenamiento y toda la infraestructura necesaria para demostrar cumplimiento ambiental y seguridad industrial en las plantas. Los
trabajadores directamente involucrados en el coprocesamiento deben estar en capacidad de controlar los insumos y pa´rametros requeridos
por este.
5. La implementación del coprocesamiento tiene que considerar circunstancias nacionales, por lo que debe verificarse el marco legal y la
articulación a las políticas propias de gestión de residuos que se implementen; así mismo es conveniente una adecuada difusión de los
procesos y e establecimiento de acuerdos institucionales.
Si bien las condiciones técnicas de un horno de clinker pueden considerarse adecuadas para el tratamiento de residuos peligrosos, hay que tener en
cuenta que las plantas cementeras no fueron diseñas para el tratamiento de residuos, sino para la producción de cemento; por tal razón se requieren
una serie de transformaciones a nivel de la planta, entre las que se destacan: el acondicionamiento de las instalaciones para la recepción de los
residuos incluido el control de calidad de los mismos, la incorporación de sistemas de alimentación de residuos al horno, la instalación de sistemas de
control de emisiones acordes con la incineración de residuos peligrosos y el entrenamiento del personal (Martinez et al., 2005).
Pueden usarse diferentes puntos de alimentación para insertar los RESPEL en el proceso de producción de cemento. Los más comunes son (GTZ-
HOLCIM, 2006):
 Por el quemador principal en el extremo de salida del horno rotatorio
 Por la chimenea interior de alimentación de la cámara de transición en el extremo de entrada del horno rotatorio (para combustible en
grandes cantidades)
 Por quemadores secundarios al tubo ascendente
 Por quemadores de precalcinación al precalcinador
 Por chimenea interior de alimentación al precalcinador (para combustible en grandes cantidades)
 Por válvula de la zona media del horno rotatorio en caso de hornos largos de proceso húmedo o seco (para combustible en grandes
cantidades).

Por lo general, las materias primas alternativas se suministran al sistema de hornos rotatorios de la misma forma que las materias primas tradicionales;
por ejemplo, mediante el suministro de molienda cruda normal (Ver Figura 31). Aquellos materiales que contienen componentes que pueden
volatilizarse a baja temperaturas (por ejemplo, hidrocarburos) tienen que suministrarse en las zonas de altas temperaturas del sistema de hornos
rotatorios (Ibidem).

APROVECHAMIENTO POR TIPO ESPECÍFICO DE RESIDUOS

Después de haber profundizado en las diferentes alternativas de reciclaje de residuos peligroso, es importante conocer algunos tipos de residuos
peligros aprovechables, las diferentes gestiones de residuos correspondientes a cada uno y las técnicas de aprovechamiento por residuo en
concordancia con la normatividad ambiental existente y el desarrollo sostenible.

Recuperación de solventes

Como solventes orgánicos se define al conjunto de compuestos orgánicos líquidos con capacidad de disolver, suspender o extraer otra sustancia, sin
reaccionar químicamente con la misma, manteniéndose inertes. Constituyen un amplio grupo de sustancias de diversa polaridad, permitiendo la
disolución de sustancias orgánicas con polaridades similares (Martínez et al., 2005).
Los solventes orgánicos usualmente tienen bajo punto de ebullición, se evaporan fácilmente y pueden ser recuperados por destilación luego de su uso.
La mayoría de los solventes tienen menor densidad que el agua, excepto algunos halogenados como el cloruro de metileno o cloroformo que son más
densos que el agua (Martínez et al., 2005).
Los solventes se clasifican en dos grandes grupos (Marquez, 2000):
Los Solventes Halogenados
son generados principalmente por operaciones de secado en seco, limpieza de metales y en menor extensión por desengrasado y eliminación de
aceites en la industria textil y del cuero. Los peligros de estos residuos consisten en su gran toxicidad, movilidad y relativamente alta persistencia en el
ambiente. Dentro de estos se tienen entre otros: Tetracloruro de Carbón, Clorobenceno, Cloruro de Metileno,Tricloroetileno.
Solventes no-halogenados
Incluyen un gran número de hidrocarburos (algunos oxigenados), de los cuales los más comunes son el tolueno, metanol, isopropanol y etanol. Estos
solventes se utilizan ampliamente en la producción de pinturas, tintas, adhesivos, resinas, preservantes de madera en base a solventes, artículos de
tocador, saborizantes de alimentos, cosméticos y también para la limpieza de equipos. A su vez, son utilizados como desgrasantes en la industria de
ingeniería y de vehículos, así como se usan como extractantes de productos naturales de fuentes animales y vegetales. La toxicidad de estos
productos varía ampliamente, y en muchos casos el mayor peligro es la inflamabilidad.
Comercialmente existen aproximadamente 60 sustancias que caen bajo esta denominación. Los solventes son utilizados con varios fines: como
agentes de limpieza, como materias primas, disolventes, vehículos de otras sustancias, dispersantes, diluyentes, plastificantes, tensoactivos y
preservantes (Martínez et al., 2005) .
Debido a la gran variedad de solventes utilizado en las diferentes industrias, los desechos generados por el uso de estas sustancias tienen
composiciones muy variadas. Los cuales se pueden diferenciar en cuatro categorías (Martínez et al., 2005) :
Solventes relativamente limpios: derivados de procesos de enjuagues y limpieza.
Mezcla de solventes y otros productos: generados en la síntesis o fabricación de otras sustancias.
Residuos altamente acuosos: mezclas de solventes con agua, generadas en procesos químicos, enjuagues y extracciones.
Lodos contaminados con solventes: subproductos de manufactura, residuos del reciclado y residuos de procesos de limpieza
Recuperació n de los solventes:
Los solventes sucios pueden ser reciclados mediante varios procesos con el propósito de (Comisión Nacional del Medio Ambiente, 1999):
 Reusar el producto como solvente. Refinando el solvente en unidades de destilación, donde este se separa en la forma de condensado de los
componentes no volátiles (resina y pigmentos), los cuales permanecen en el fondo del destilador.
 Como mezcla en combustibles alternativos. Los solventes sucios y residuos de destilación que son reciclados para ser usados como
combustibles, son recolectados y mezclados para satisfacer especificaciones predeterminadas para dicho combustible.
Fases del proceso de recuperación de los solventes:
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Tratamiento Inicial
Previo a la destilación los solventes sucios recibidos deben ser tratados mediante separación mecánica (filtración y decantación) para remover sólidos
suspendidos y agua. La decantación también es usada para separar el agua del solvente (Martínez et al., 2005).

Destilación (Comisión Nacional del Medio Ambiente, 1999)


Los solventes sucios destinados para reuso como solventes son destilados para de esta forma separar las mezclas de los solventes y remover
impurezas disueltas.
Los solventes destinados para reusado en mezclas de combustibles alternativos no son destilados.
En la destilación, una cantidad de solvente usado es alimentada al evaporador. Después de ser cargado, los vapores son removidos y condensados
continuamente. Los residuos remanentes en el fondo del destilador son removidos del equipo después de la evaporación del solvente. 

La condensación de los vapores de solvente se logra durante la destilación mediante condensadores barométricos o de carcaza y tubos. Este último
diseño consiste de tubos paralelos al interior de una carcaza cilíndrica. La condensación del solvente se logra por el flujo de agua de enfriamiento a
través de los tubos que están en contacto con los vapores de solvente en la carcaza. Este arreglo evitar el mezclado del solvente recuperado con el
agua de enfriamiento. En los condensadores barométricos, el vapor es condensado por contacto directo con un rocío de agua de enfriamiento. La
condensación de vapor resulta en una mezcla de solvente y agua de enfriamiento.

Existen solventes con puntos de ebullición elevados (155°C), los cuales son destilados más eficientemente en vacío. La destilación en vacío reduce de
manera importante la cantidad de calor que sería requerido por medio de destilación a presión atmosférica.
Purificación (Comisión Nacional del Medio Ambiente, 1999):

Finalmente, después de la destilación, agua adicional es removida del solvente por decantación o salting. El solvente es circulado a través de un lecho
de cloruro de calcio donde el agua es removida por absorción.
Durante la purificación, algunos solventes recuperados pueden perder su capacidad para tamponar y necesitan ser estabilizados. La estabilización
requiere la adición de tampones para asegurar que el pH se mantenga constante durante su uso.
Cuando se decida realizar el proceso de recuperación de solventes se deben tener en cuenta factores como (Martínez et al., 2005) :
Contar con los permisos ambientales correspondiente para operar, el cual también debe comprender la autorización de destino final de las colas del
destilado (valorización energética o incineración), así como el tratamiento del agua generada.
Establecer las especificaciones de calidad de los solventes a recuperar, debido a que las impurezas de los mismos pueden afectar el proceso,
igualmente como las especificaciones del solvente recuperado, para que el cliente conozca claramente si el producto cumple con los requisitos para el
uso, las especificaciones de calidad de los solventes recuperados depende del tipo de solvente.
La recuperación de solventes puede ser realizada en los lugares de generación, de este modo se elimina la etapa de transporte. Esta alternativa está
condicionada al volumen generado, ya que para pequeñas cantidades puede no ser una opción viable.

APROVECHAMIENTO DE RESIDUOS DE APARATOS ELÉCTRICOS Y ELECTRÓNICOS (RAEE)

Los residuos electrónicos, definidos en 2001 por la organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) como “cualquier dispositivo
que utilice un suministro de energía eléctrica, que haya alcanzado el fin de su vida útil”, con contenido de diversos elementos tóxicos, que al final de su
vida útil requieren un tratamiento adecuado para prevenir un impacto negativo en la salud de las personas y el medio ambiente (Silva, 2009).
Los RAEE contienen más de mil substancias diferentes, muchas de las cuales son tóxicas, como plomo, mercurio, arsénico, cadmio, selenio, cromo
hexavalente, y retardantes del fuego que crean emisiones de dioxina cuando se queman; contienen cantidades considerables de materiales valiosos,
como metales preciosos. El valor de los metales ordinarios existentes en los RAEE es muy alto: 1 tonelada de RAEE contiene hasta 0,2 toneladas de
cobre (Silva, 2009) .
Debido al variado rango de materiales existentes en los RAEE, es difícil establecer una composición material generalizada para todo el flujo de
residuos. Sin embargo, la mayoría de los estudios examina cinco categorías de materiales: metales ferrosos, metales no-ferrosos, vidrio, plásticos y
“otros”. Ver Cuadro 12 (Silva, 2009).

 Por otra parte, se dice que un equipo PC típico (desktop) contiene, en proporciones variables (Silva, 2009) :

 25 por ciento de partes recuperables.


 72 por ciento de materiales reciclables: plásticos, metales ferrosos, aluminio, cobre, oro, níquel y estaño de las placas.
 3 por ciento de residuos contaminantes: plomo, mercurio, berilio, selenio, cadmio, cromo, sustancias halogenadas, CFC clorofluocarbonos,
PCB bifenilos policlorados, PVC policloruro de vinilo, ignífugos (arsénico y amianto).
Los RAEE aportan 70 por ciento a los residuos totales de metales pesados.
 
Para el aprovechamiento de los RAEE existen dos opciones (Fundacion Ecotic, 2010):

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 Reutilización: es la reparación de los aparatos para de este modo alargar la vida útil de este. Es necesaria una logística que permita
conservara las características de los aparatos con un tipo de recogida, transporte, clasificación y almacenamiento seguros, para evitar el
deterioramiento de este que impida la reutilización.
 Reciclaje: Como segunda opción está el reciclaje la cual implica desmontarlos o triturarlos para aprovechar las diferentes partes que
componen los aparatos.

Reutilización (Silva, 2009):

Básicamente la reutilización se basa en el reacondicionamiento de los diferentes aparatos para ser ingresados nuevamente en el   mercado; en
Latinoamérica la reutilización está enfocada a proyectos de reacondicionamiento de computadores por medio de iniciativas sociales teniendo como
objetivo reducir la brecha digital a través de la donación de computadores. Teniendo como modelo de referencia la iniciativa canadiense “Computers for
Schools”. En este contexto se han desarrollado diversos proyectos en América Latina, que difieren en su diseño operacional y cobertura. Siendo uno de
los programas más exitoso  “Computadores para Educar”, del Ministerio de Educación colombiano, que en 2007 entregó 28.000 computadores a
escuelas, alcanzando así un total de 110.000 desde sus inicios en 2001.
Generalmente, los computadores reacondicionados se usan en programas públicos de educación dependientes del Ministerio de Educación de cada
país. Se ha demostrado que un factor clave en esto es el apoyo gubernamental a tales programas, debido al aporte financiero que dicho apoyo implica.
También ese apoyo es importante en la distribución de los equipos a los establecimientos de educación públicos; en el acceso de las instituciones
públicas, usuarios corporativos y agencias donantes externas a los computadores; y para difundir experiencias positivas a través de los medios de
comunicación públicos.

RECICLAJE:

Fases del proceso de reciclaje (Fundacion Ecotic, 2010):

Las diferentes plantas de tratamiento de RAEE siguen procesos similares para la separación de los diferentes componentes de los residuos eléctricos y
electrónicos:
 Recogida y transporte a  la planta de tratamiento.
 Recepción y almacenamiento.
 Clasificación de los equipos.
 Desmontaje manual y separación de componentes peligrosos.
 Trituración de materiales valorizables.
 Separación de materiales y expedición a valorización externa.
Las tecnologías de tratamiento utilizadas varían en función del tipo de  aparato y de sus componentes principales. Dentro de las técnicas de reciclaje
utilizadas  se tienen reciclaje mecánico (extracción y trituración de materiales, Incineración y refinado (para la recuperación de metales), Reciclaje
químico (de metales preciosos (oro, plata, entre otros) de las placas de circuitos impresos).
 Componentes que se pueden aprovechar (Fundacion Ecotic, 2010) :
Metales: La primera separación que se establece es entre metales férreos (hierro, acero) y no férreos (aluminio, cobre, metales preciosos). Se puede
usar la separación mediante imantación para metales férreos.
Los metales pueden recuperarse mediante trituración, incineración o enfriamiento. Algunos procesos químicos permiten separar los metales preciosos
como el oro o la plata de los paneles de circuitos impresos.
Vidrio: La identificación y separación de los productos con elementos de vidrio suele ser complicada debido al contenido en metales pesados de estos
materiales, principalmente televisores y monitores.
El tubo de rayos catódicos se divide en vidrio de la pantalla (compuesto de bario y estroncio) y en vidrio cónico del embudo (con alto contenido en
plomo). Para la separación y el reciclaje de estos vidrios se utilizan métodos mecánicos y térmicos, combinados con métodos químicos para la
recuperación de polvos de metales.
Plástico: El obstáculo del reciclado del plástico está en la correcta clasificación de los diferentes tipos. La mayoría de recicladores utilizan la separación
manual, aunque se está empezando a implantar la identificación de los polímeros comunes mediante rayos X y sensores de luz visible o rayos
infrarrojos. Otros sistemas mecánicos incluyen la clasificación por aire, flotación o separación electrostática o espectroscópica. También existen
procesos químicos que separan los polímeros y eliminan agentes contaminantes.
Es importante resaltar que los componentes aprovechables de los RAEE varían significativamente según el tipo de aparato. En la figura 34 a
continuación se detallan un esquema general de tratamiento de RAEE. 

Por otro lado, en algunos países existe la responsabilidad extendida del producto, para promover la reducción de los impactos ambientales de sistemas
de productos durante el ciclo de vida completo, mediante la extensión de la responsabilidad del fabricante de un producto hacía varias etapas de vida
del ciclo del mismo, en especial en el reciclaje y la disposición final. Tal es el caso de la Unión Europea la cual tiene requerimientos para los fabricantes
de artículos electrónicos, donde por ley tiene la obligación de recuperar sus productos, después de que finaliza su vida útil para garantizar su reciclaje y
disposición final.

APROVECHAMIENTO DE BATERÍAS Y PILAS. PLANES DEVOLUCIÓN POSTCONSUMO

En Colombia se adelanta una estrategia dirigida a promover la gestión ambientalmente adecuada de los residuos post consumo, dicha estrategia
involucra como elemento fundamental, el concepto de responsabilidad extendida del productor en el cual los fabricantes e importadores de productos
son responsables de establecer canales de devolución de residuos posconsumo, a través de los cuales los consumidores puedan devolver dichos
productos cuando estos se convierten en residuos.
Esta estrategia está regulada por:
 El Decreto 4741 de 2005 por medio del cual se reglamenta la prevención y manejo de residuos de desechos peligrosos. Los productores o
importadores de este tipo de productos deben formular, presentar y ejecutar planes de gestión de devolución de productos post consumo.
 Para el caso de las baterías existe la resolución 0372 de 2009, modificada parcialmente por la resolución 0361 de 2011: por la cual se
establecen los elementos que deben contener los planes de gestión de devolución de productos post consumo de baterías usadas Plomo
Acido.

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 Para el caso de las pilas existe la resolución 1297 de 2010 por medio de la cual se establecen los sistemas de recolección selectiva y gestión
ambiental de residuos de pilas y/o acumuladores.
Entiéndase como “Plan de Gestión de Devolución de Productos Posconsumo: Es el instrumento de gestión que contiene el conjunto de reglas,
acciones, procedimientos y medios dispuestos para facilitar la devolución y acopio de productos posconsumo que al desecharse se convierten en
residuos o desechos peligrosos, con el fin de que sean enviados a instalaciones en las que se sujetarán a procesos que permitirán su aprovechamiento
y/o valorización, tratamiento y/o disposición final controlada”. (Resolución 0372 de 2009)

Aprovechamiento de Baterías:

El reciclaje de las baterías usadas se fundamenta en la recuperación de plomo utilizado no solamente en la fabricación de baterías nuevas y
reconstruidas, sino por diversos sectores industriales, como en la fabricación de aleaciones metálicas, municiones, industria del vidrio, pinturas,
soldadura, imprenta y aditivos para gasolina.
Las baterías usadas aportan actualmente el 47% del plomo que se utiliza en el mundo. La tendencia es a incrementar esta participación, ya que
estudios  indican que las reservas naturales de este metal se agotarán en unos 30 años, lo cual ha motivado en todos los países la práctica del reciclaje
bajo el liderazgo de los fabricantes de baterías.
Los principales componentes de la batería que son aprovechados son (Ministerio del Medio Ambiente de Colombia , 2002):
 Plomo: Componente de mayor valor. Reciclaje de plomo; el cual se logra mediante procesos de fundición en pequeños hornos rotatorio o de
cuba, gracias al bajo punto de fusión de este metal (335°C).
 Plástico: Se acopia el material de las cajas para entregarlo, sin ninguna transformación, a la industria de plásticos que lo utiliza en la
fabricación de diferentes artículos o en casos más tecnificados existen procesos integrales de aprovechamiento y transformación del plástico
en nuevas cajas. Adicionalmente, debe mencionarse que algunas cajas, particularmente las de caucho, se reutilizan para reconstruir baterías.
 Electrólito: Puede reutilizarse en la reconstrucción de baterías, previo reacondicionamiento que implica limpieza y ajuste del pH, adicionando
ácido sulfúrico concentrado.
En la figura 35 se aprecia un esquema del proceso de aprovechamiento de las baterías usadas.
 En Colombia en la industria del aprovechamiento de baterías usadas se aprecian tres  clases de agentes que se dedican a la actividad de
recuperación con diferentes niveles de tecnología:
 El recuperador de baja tecnología: Se caracteriza por la utilización de actividades manuales y ningún uso de equipo mecanizado.
 El recuperador con nivel tecnológico intermedio: Usa hornos de cuba y recupera el plástico a través de molienda.
 El recuperador industrial tecnificado: El cual cuenta con procesos estandarizados y a diferencia de los dos anteriores, desarrolla el control de
emisiones contaminantes del proceso productivo, éste además de recuperar el plomo le agrega valor en la fabricación de baterías nuevas.

 Devolución post consumo de baterías usadas:

Referente a la devolución post consumo de baterías la implementación de los planes de gestión de devolución de baterías usadas plomo acido entro en
rigor en septiembre de 2009 y para el 2010 alrededor de 29 empresas fabricantes e importadoras de baterías presentaron el plan ante el ministerio de
Ambiente y en varias servitecas del país se están instalado puntos de acopio y recolección de baterías (Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo
Territorial, 2010).
Aprovechamiento de  pilas:
Las pilas al igual que las baterías transforman la energía química en energía eléctrica; y al momento que su vida útil termina se convierten en residuos
sólidos peligrosos por contener elementos con características de peligrosidad como: hierro, zinc, manganeso, litio, níquel, mercurio, plata, cadmio,
cobalto y plomo dependiendo del tipo de pila ( (Sociedad de Gestion Ambiental Boliviana, 2009).

Para la recuperación de metales a partir de pilas y baterías usadas existen básicamente dos tecnologías (Martínez et al., 2005):
Es importante resaltar que se requiere una etapa previa para la separación, debido a que no existe un método universal para todo tipo de pilas (son
específicos para pilas Ni-Cd, Ni-MH, de mercurio o de litio).

Métodos hidrometalúrgicos:

Básicamente consisten en la disolución parcial o total de metales en agua con ácidos o bases fuertes y extracción selectiva de metales para su uso
como materia prima en la industria metalúrgica.
Los procesos cuentan con sistemas de colecta, tratamiento o recuperación del mercurio que se volatiliza durante las distintas etapas:
 Molienda (trituración de la masa de pilas previa selección y limpieza),
 Separación (tamizado que separa el polvo fino, separación magnética de materiales ferromagnéticos como la carcaza de hierro y de no
ferromagnéticos como las piezas de zinc y separación neumática del papel y plástico),
 Lixiviación (separación de los metales en la fracción de polvos finos, mediante tratamiento ácido y posterior neutralización para separar sales
metálicas),
 Cementación (formación de amalgama de Cd y Hg con Zn).

Métodos pirometalúrgicos:

Involucran la transformación y separación de componentes a partir de tratamiento térmico del residuo en medio reductor (combustion con coque) y
separación de los metales volátiles.
En el aprovechamiento de pilas los programas de manejo de estas, generalmente representan un costo significativo para la comunidad, pues el
reciclaje de materiales raramente solventa los costos de todo el programa.

Devolución post consumo de pilas:

En Colombia después de emitida la resolución 1297 de 2010 se han venido creando campañas (pilas, estamos con el ambiente) para la recolección de
pilas proporcionando más de 120 puntos de recolección a lo largo de todo el país y se estima que se han recogido alrededor de 300 kg de pilas.
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Por otra parte existen, campanas y programas voluntarios de devolución de residuos posconsumo a los cuales las empresas de celulares y accesorios
se unió (Recicla tu móvil o celular y comunícate con la tierra) contando con cuatro operadores y siete fabricantes, con 155 puntos de recolección en 34
ciudades y recolectando 415.966 unidades de baterías Li-on en un periodo comprendido entre junio 2007-Diciembre 2010  (Ministerio de Ambiente,
Vivienda y Desarrollo Territorial, 2010).

Aprovechamiento de residuos de construcción y demolición

La generación de residuos de construcción y demolición (RCD) está íntimamente relacionada a la actividad del sector de la construcción, como
consecuencia de la construcción de nuevos edificios e infraestructura, al igual que con la demolición de aquellas que han quedado obsoletas.

El sector de la construcción consume el 50% del total de los recursos naturales y el 40% de la energía; en contrapartida, genera el 50% de los residuos
y es responsable por una tercera parte de las emisiones de CO2 (Alvarez, 2010). Por otra parte el desarrollo de los países, genera altos volúmenes de
residuos de construcción y demolición (RCD) cuyo destino final termina siendo los rellenos sanitarios o escombreras agotando espacio debido a su alto
volumen, supone el principal impacto ambiental generado en el sector (Martinez C. , 2008).

De este impacto surge la necesidad en las empresas constructoras de incorporar nuevas tendencias en la gestión de residuos, con un mayor respeto al
Medio Ambiente, optimización de recursos y materiales, y mejora económica del resultado de las obras, así como el requerimiento de establecer
mecanismos adecuados para una adaptación rápida y sencilla al nuevo desarrollo de normas relacionadas con la materia (Martinez C. , 2008).
Clasificación de los residuos de construcción y demolición:
El sector Los residuos  de la construcción y demolición (RCD) se definen como el conjunto de fragmentos o restos de ladrillos, hormigón, argamasa,
acero, hierro, madera, etc., provenientes de los desechos de construcción, remodelación y/o demolición de estructuras, como edificios, residencias,
puentes, entre otros (CEMPRE, 1998).
Esencialmente, existen dos tipos de residuos:
 Los residuos (fragmentos) de elementos prefabricados, como materiales de cerámica, bloques de cemento, demoliciones localizadas, etc.;
 Los residuos (restos) de materiales elaborados en la obra, como hormigón y argamasas, que contienen cemento, cal, arena y piedra.
Los residuos de construcción se componen de restos y fragmentos de materiales, mientras los de demolición están formados prácticamente sólo por
fragmentos.
Por otro lado existen más clasificaciones de los RCD de acuerdo a principios y criterios variados de acuerdo a la tecnología disponible, origen de los
residuos, posibilidad de tratamiento o legislación ambiental vigente (Serrano & Perez, 2009).
Dicha clasificación debe ser tenida en cuenta a la hora de gestionar los residuos, siendo fundamental distinguir las diferentes fracciones, para
consecuentemente seleccionar el tipo de aprovechamiento a realizar.

Aprovechamiento de los Residuos de Construcción y demolición:


Los materiales utilizados en la construcción pueden ser (Ramirez, 2007) :
Reciclables y/o reutilizables: como lo son los metales, maderas, vidrios, cristales, plásticos.
Exclusivamente reutilizables: como los materiales pétreos a los cuales solo se someten a procesos de trituración para ser utilizados como inerte en él
concreto, relleno de terrenos, etc.
Reutilizables: por encontrarse mezclado con otros materiales (como los morteros).

La reutilización de los materiales de construcción se puede realizar por: (Ramirez, 2007):

Reutilización directa: La cual se lleva a cabo en la misma obra donde los residuos son generados. Siendo el ahorro alto porque no se requiere el
transporte del material.
Reutilización en otras obras: En esta se transportan los residuos a otras obras en las cuales estos van a ser reutilizables. Genera costos de
transporte. Esta opción incluye a su vez dos alternativas: que se realice la venta de los residuos a otras empresas constructoras (fijando precios y
condiciones de suministro), o que los residuos sean utilizados en obras de la misma empresa (generando beneficio por no paga para la utilización de
ciertos materiales y no paga por deshacerse de ellos).
Reutilización previa transformación: Esta incluye la modificación de la forma y propiedades originales de los productos. Los materiales una vez
modificados, se utilizan como materias primas de nuevos productos en la misma obra, en otra obra de la misma empresa o es vendida a otras
empresas.

Adicionalmente, de las obras no solo se recuperan materiales y residuos de construcción. Sino además componentes constructivos como puertas,
ventanas, vigas, artefactos sanitarios, revestimientos, tejas, ladrillos y otros materiales similares que pueden ser reutilizados sin necesidad de
procesamiento previo (Ramirez, 2007).
Como se pudo observar anteriormente los RCD están compuestos por una gran variedad de materiales aprovechables; Por consiguiente para cada
material generado existen diferentes métodos de aprovechamiento, a continuación a manera de ejemplo nos enfocaremos en la reutilización de los
residuos de concreto.

Reutilizació n de los residuos de concreto:


La reutilización del concreto se realiza en dos fases (Ramirez, 2007):
 Demolición: Cuando los escombros van a ser reciclados, es necesario utilizar métodos de demolición que reduzcan in situ los escombros a
un tamaño que pueda ser tratado por un triturador primario de las plantas de reciclaje  (menor a 1,200mm en plantas fijas y 400 a 700mm
para plantas móviles); por otra parte el proceso de demolición selectiva puede ayudar a disminuir la presencia de impureza en los escombros,
como por ejemplo el yeso.
 Transformación: En esta parte del proceso los escombros son transformados en agregado. El proceso de producción de agregado a partir
de concreto de demolición es bastante similar a la trituración de agregado de origen natural. Incluyendo trituración, cribacion, eliminación de
contaminantes como la separación del acero por medio de electroimanes. Existen plantas de primera, segunda y tercera generación, en
función de la capacidad de la misma para separar y reutilizar los diferentes compuestos del producto machacado. Posterior al procesado el
agregado es almacenado, teniendo en cuenta que se debe almacenar por separado del agregado natural y diferenciar los finos de  los
gruesos.

Las principales aplicaciones de los agregados provenientes del concreto triturado son en carreteras (bases y sub-bases sin tratar o tratadas con
cemento o algún tipo de aglutinamiento, y en menores proporciones en capas superficiales de firme) y en edificaciones u otras obras públicas.
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La utilización del agregado proveniente de los residuos de construcción para la estructura de una carretera puede hacerse, siempre y cuando se
cumplan con las condiciones técnicas y medio ambientales exigidas.

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