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Nombre: Breyner Segovia fecha: 08-04-2020

E.T.I”Alejandro Hernández” Materia: Matemática

Tema: Multiplicación y División algebraica con números naturales

Actividad: Realice un ensayo sobre la relación entre la función exponencial y la propagación del
(COVID-19)

La propagación del coronavirus es exponencial, lo cual es malo, pero su inevitable declive


también será exponencial, lo cual es bueno.

Los lectores astutos habrán notado que, en los últimos dos años, el uso de la palabra
"exponencial" se ha puesto de moda de repente. En la mayoría de los casos, un escritor lo
usará para significar "mucho", ya que "el contenido de video transmitido ha crecido
exponencialmente".

Pero, por supuesto, la palabra se basa históricamente en álgebra y fue utilizada por primera
vez por Descartes para describir, por ejemplo, algo cuyo crecimiento en el tiempo puede
caracterizarse como (ta), donde a es el exponente. Un ejemplo simple sería la Ley de Moore: si
el número de transistores en un chip se duplica cada dos años, esa es una mejora
exponencialmente creciente.

En el caso del coronavirus, el crecimiento en el número de personas infectadas será


inevitablemente exponencial, al menos por un tiempo. Esto se debe a que la tasa de nuevas
infecciones depende claramente de la cantidad de personas que ya son contagiosas. El
recuento resultante de los infectados aumentará muy rápidamente, como es típico del
crecimiento exponencial; tenga en cuenta que no es que el número sea grande, sino solo el
comportamiento de la tasa de crecimiento que merece la designación "exponencial".

Y, como se señaló, eso es claramente malo. El gráfico adjunto, de la revista Nature, muestra
el número total de casos de coronavirus en China (curva roja) aumenta rápidamente y por un
tiempo es exponencial, con un tiempo de duplicación de aproximadamente una semana a
principios de febrero.

Pero un vistazo a la trama muestra la cantidad de casos que se nivelaron a mediados de


febrero. Si se tratara de un gráfico de casos nuevos en lugar de casos totales, la curva se habría
dado vuelta y vuelto a bajar.
Y dado que el número de casos nuevos también depende del número de personas infecciosas
(que disminuye a medida que la gente se recupera) eso también será exponencial, pero
disminuirá exponencialmente.

En conclusión: si bien las malas noticias crecen rápidamente, las buenas noticias también
evolucionarán rápidamente. Así que esperemos que, al invocar la distancia social y otras
estrategias, podamos reducir la tasa de infección y causar que la inevitable curva en forma de
campana del número de enfermos disminuya antes.

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