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DEFINICIÓN DE LIQUIDACIÓN

La liquidación es la acción y el resultado de liquidar, que significa,


entre otras cosas, concretar el pago total de una cuenta, ajustar un cálculo o
finalizar un cierto estado de algo.

En el ámbito comercial, explica el diccionario de la Real Academia


Española (RAE), la liquidación es la oferta minorista que una tienda
realiza por mudanza, reforma, cierre u otras razones, ofreciendo sus
productos a precio reducido para atraer a los compradores. En muchos
casos, esta acepción del concepto es utilizada con el mero fin de manipular al
público, haciéndole creer que un local comercial cerrará sus puertas, cuando
no es así. Esta técnica engañosa no es común en grandes empresas, las cuales
suelen tener departamentos de mercadotecnia que diseñan otro tipo de
estrategias.
En el ámbito tributario, la liquidación es un procedimiento que permite
cuantificar el tributo que un contribuyente debe pagar al fisco.
La liquidación de impuestos, por lo tanto, devuelve el monto que se debe
desembolsar en concepto de los impuestos que corresponden a un cierto
periodo. En muchos casos, dadas determinadas variables, el resultado es
positivo en favor del ciudadano, aunque esto suele sucederle a personas con
sueldos y gastos fijos muy bajos. En el caso de adeudar dinero al Estado, el
incumplimiento del pago se penaliza con recargos y multas de variada
cuantía. Asimismo, quienes reúnan los requisitos establecidos por el
organismo correspondiente deberán efectuar dicha liquidación
obligatoriamente o incurrirán en un delito.

Cuando se habla de liquidación de


haberes o de sueldos, por otra parte, se trata de cálculo de la
remuneración correspondiente a un trabajador que mantiene una relación de
dependencia con su empleador. Este cálculo se suele realizar de manera
mensual y contempla el salario mínimo junto a los montos que se adicionan
por disposición legal u otro motivo. La liquidación también tiene en cuenta
la asistencia, el tiempo trabajado, los eventuales premios y otros
componentes.
La liquidación de una sociedad mercantil abarca aquellas operaciones
que tienen lugar tras su disolución y que permiten pagar los pasivos, cobrar
el crédito y completar los negocios que están pendientes. Existen
organizaciones dedicadas a especular acerca de la potencial caída de las
empresas, con el objetivo de adelantarse a la quiebra absoluta e
intentar comprarlas. En general ofrecen importantes sumas de dinero a
los dueños e intentan por todos los medios convencerlos de que su única
salida es vender. Sobra decir que estas entidades ven un beneficio donde
otros ven la ruina; en algunos casos su objetivo no es resurgir las compañías,
sino aprovechar el espacio físico para la ampliación de alguna propiedad.
El proceso en que un activo se convierte en dinero se denomina liquidación
de intereses. En el caso de un deposito, se refiere al cobro de su
rendimiento. La periodicidad con la que se realiza esta liquidación es
variable y no debe confundirse con el plazo mismo del depósito, ya que éste
determina su duración. En general, este cobro se realiza mensualmente o
cada tres, seis o doce meses, o bien al vencimiento del producto financiero.
La liquidación de condena es el certificado expedido por el Secretario del
Tribunal Sentenciador, donde se detalla el cómputo de la duración de la
pena determinada en la sentencia firme. En él, los meses son considerados
grupos de 30 días y los años, de 365 días. Una vez el Centro Penitenciario
recibe esta información, procede a elaborar la hoja de cálculo donde se
señalará la porción de dicha condena que se haya realizado en el ámbito
penitenciario. Lo resultante de esta liquidación es la concesión de permisos
de salidas, la posible evaluación de un adelantamiento de la libertad
condicional, retorno al país de origen (habiendo cumplido un cierto
porcentaje de la pena) o la propia excarcelación, en caso de haber
completado el período estipulado por la sentencia.

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