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Alumno: Alberto Fabián Barrera

Profesora: Dra. Elena Villecco


Curso de Postgrado: “Gramática y discursividad”
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad Nacional de Tucumán

Introducción

Este trabajo monográfico del curso de postgrado titulado “Gramática y Discursividad”


de la Facultad de Filosofía y Letras de la U.N.T, apunta a analizar desde la perspectiva
de la lingüística de texto el discurso político completo del ex presidente de la República
Argentina Dr. Carlos Saúl Menem pronunciado el 8 de noviembre de 1989, con el
objeto de desentrañar las estrategias discursivas empleadas por éste.
A partir de este análisis comprobaremos que muchas veces lo que un enunciador dice
en su discurso no es llevado a la acción, lo que trae consigo el descreimiento de toda
una sociedad que no sólo lo apoyó con su voto, sino también que esperó profundos
cambios en pos del bienestar de la nación toda. Por esa razón, la llegada de Menem a la
Casa Rosada (1989-1999) significó un proceso de cambio en las políticas de gobierno
nunca antes experimentado y que lo mantuvo en la cima del poder durante diez años.
Con la implementación y consolidación de las reformas estructurales de mercado y con
un riguroso armado de una nueva coalición, se instaló la idea de que se abría una nueva
etapa en la Argentina, generada por una estrategia reformista de gobierno. La nueva
apertura de mercado (ola de importaciones), las privatizaciones, los crímenes sin
resolver (caso María Soledad), los escándalos familiares (caso YOMA) y los de los
participantes de la administración menemista (caso de venta de armas a Croacia, etc.)
Son un claro ejemplo de que a través de la pantalla de la convertibilidad y con una clase
media satisfecha por la obtención de créditos y el pago en cuotas, gobernar sin ver más
allá de sus intereses personales no fue una tarea difícil.
Por último, este trabajo plantea como objetivo el análisis del discurso del Gobierno del
Dr. Menem durante su primer mandato y cómo fueron evolucionando los objetivos del
mismo a lo largo de ese período respecto de sus relaciones con la sociedad argentina,
con EE.UU., con Europa y con América Latina.

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Análisis del discurso político del expresidente Carlos Saúl Menem desde la
perspectiva de la lingüística de texto

Discurso del Dr. Carlos S. Menem

Hermanas y hermanos de mi patria, amado pueblo argentino: Asumí la


responsabilidad de conducir los destinos de la República Argentina, de nuestra querida
patria, ante el clamor del pueblo, ante el clamor de ustedes, en un tiempo que
evidentemente no era el nuestro, en un tiempo que no es el nuestro. Y como lo
expresara en aquella oportunidad lo vengo a ratificar nuevamente hoy, sin ataduras,
sin compromisos con algún sector de la comunidad, sin ataduras y sin compromisos
con nadie, sólo con el pueblo argentino.
Por eso en este momento quiero, en pocos minutos, expresar mi pensamiento que
estimo es el de la inmensa mayoría del pueblo argentino, habida cuenta de la situación
que estamos viviendo en estas instancias cruciales por las que pasa nuestra querida
patria, a partir de la actitud que han asumido sectores minoritarios de nuestra
comunidad. Como siempre, como lo hice toda mi vida, quiero hablarles con el corazón
a flor de piel. Sin medias tintas. Sin palabras gastadas. Sin prejuicios. Quiero hablarles
con sinceridad absoluta. Porque en las últimas horas se han producido hechos que
deben llamarnos a una profunda, firme y convincente reflexión. Es preciso que cada
uno de los argentinos hagamos en este instante un acto de interrogación sincera. Para
poder dimensionar, en su justa condición, los acontecimientos que están enrareciendo
el clima de orden y tranquilidad que reclama la salud de la República, sin ningún tipo
de fundamento. [Fase de premisas]
Asistimos lamentablemente al sabotaje de sectores que se resisten al cambio. Que
apuestan al «statu quo». Que dicen: «yo no me meto». «Yo no tengo nada que ver».
«Yo no soy responsable de la suerte del país». Que murmuran: «Yo me siento a un
costado del camino, para ver cómo esto se va al fracaso».
Asistimos al sabotaje de sectores torpes, que piensan que en la Argentina todavía
queda lugar para las salidas individuales, para las salvaciones egoístas.
Asistimos a una serie de situaciones que tienen por fin alterar la tranquilidad, la paz,
la estabilidad indispensable para poner al país de pie y en marcha. Son como viejos
fantasmas que nos pretenden atemorizar. Hacer abdicar de nuestra voluntad de
cambio. Renunciar a nuestro afán de transformación nacional. Actos de
irresponsabilidad manifiesta en el transporte de toda la población, no tan sólo afectan
al gobierno. El principal afectado es todo el pueblo argentino. La principal víctima son
los propios trabajadores.
Por eso, es necesario que quede bien claro. Que se diga con todas las letras. Que se
escuche con seguridad. Frente a estos actos de abuso gremial y de abuso empresarial,
el gobierno nacional dice «no». «No» al regreso hacia un pasado de caos, de
hiperinflación, de anarquía social, de saqueos, de violencia, de lucha entre hermanos
por un pedazo de pan, de disgregación nacional, de descrédito externo. «No» a la ley
de la selva. «No» al vandalismo salvaje, oculto tras la necesidad indiscutible de
mejores condiciones de vida para todos los argentinos. «No» a quienes lucran con la
inestabilidad. «No» a quienes anteponen sus propios intereses al interés de todos. «No»
a la vuelta al abismo, al incendio, al precipicio.
Esta experiencia el pueblo argentino la conoce perfectamente, y por eso hoy le da la
espalda a quienes agitan esos fantasmas del desencuentro. Y en esto quiero ser
terminante. El gobierno nacional, junto al pueblo de la Nación, va a dar esta batalla
con la ley en la mano, con la Constitución en la mano.

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Naturalmente, la ley permite el derecho a huelga, al disenso, al reclamo, a la
reivindicación. Pero la ley no permite que se burle la voluntad de un pueblo que quiere
trabajar. Y aquí, intereses sectarios están burlándose de un pueblo que quiere trabajar.
En consecuencia, debemos ser muy decididos en este aspecto. Yo no le tengo
absolutamente ningún miedo a los legítimos reclamos de una organización gremial o
empresarial.
Pero tampoco le tengo absolutamente ningún miedo a hacer respetar el deseo de los
argentinos para trabajar. Porque a los olvidadizos, se los recuerdo una vez más: Este
gobierno es el gobierno de quienes trabajan. Es el gobierno de todos los trabajadores.
Tenemos la suficiente firmeza, la suficiente legitimidad, el suficiente consenso, como
para no admitir excesos, los salvajismos, los atentados contra el irrenunciable derecho
al trabajo de todos los argentinos.
Este gobierno es un gobierno fuerte. Este gobierno tiene un inmenso poder, que va a
usar. Tiene la fuerza de la legitimidad popular. Tiene el poder conferido por millones
de compatriotas, que ya están hartos de un país inmoral, sectario y decadente.
De tal modo, deseo que todo el país tenga la certeza de que el gobierno se va a
mantener firme en su rumbo. A partir de este mismo instante se ponen en marcha todos
los mecanismos jurídicos y legales para asegurar a la población la prestación de los
servicios públicos esenciales. Llamo a la realidad y a la reflexión a quienes conspiran
contra el esfuerzo y la solidaridad de todo el pueblo argentino.
A quienes conspiran contra la justicia social. A quienes se ríen de los intereses de los
trabajadores, de los marginados, de los que tienen hambre y sed de bienestar. Al
presidente de la Nación no le tiembla el pulso para señalar a los que quieren
aprovechar de la libertad y de la democracia.
Por eso, hermanas y hermanos, yo los convoco a una actitud comprometida,
movilizada y militante, tras la gran causa de la transformación nacional. Aquí nadie
puede ser diferente. Nadie puede sentirse excluido. Nadie puede pensarse sin
protagonismo. Este gobierno de unidad nacional no es el gobierno de un partido, de un
sindicato, de una empresa, de un interés mezquino, de un grupo de presión, de un
lobby, de un grupo sectario.
Este gobierno es el gobierno de todos y de cada uno de ustedes. El gobierno en el cual
ustedes confían, ustedes creen, ustedes se sacrifican. De ahí estas breves reflexiones
que sé que cada uno de los argentinos comparte desde lo más profundo de su corazón.
Esta vez el cambio va en serio. Esta vez el cambio va a fondo. Ustedes, como yo, saben
que todavía no se inventó una máquina tan perversa, como para impedirnos la
maravillosa tarea de transformar nuestros sueños en realidad. [Fase de presentación
de argumentos]
Les quiero agradecer esta posibilidad de llegar a ustedes, a nuestros hogares, a
quienes realmente han terminado por entender que el trabajo es fundamental para las
conquistas que necesita el hombre a los efectos de vivir con dignidad y
trascendentalmente en un país que como el nuestro necesita de la colaboración, de la
cooperación, de la permanencia de esta herramienta que Dios puso en manos de los
hombres, que es el trabajo, para ponerlo en marcha definitivamente y para hacer de la
Argentina un país que merezca ser vivido.
Finalmente, como siempre lo hago a partir de mis convicciones y de mis creencias, le
pido a Dios, fuente de toda razón y justicia, que nos siga acompañando, ayudando y
bendiciendo en esta tarea de reconstrucción de la Argentina para todos los argentinos
y para quienes viviendo en otras partes del mundo quieran contribuir en esta tarea que
nos hemos propuesto, de realizar definitivamente la República Argentina. Muchas
gracias. [Fase de conclusión]

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Robert-Alain de Beaugrande y Wolfgang Dressler, proponen siete nociones básicas de
textualidad para que todo texto sea comunicativo y verdaderamente genuino. Es por
ello, que este discurso proferido por Menem cumple con dichas normas de textualidad
en los siguientes casos que a continuación detallo:
Este texto es cohesivo, ya que observo que sus componentes de la superficie textual
pueden entrelazarse entre sí, y sigue una lógica de progresividad evitando:
ambigüedades.
Puede decirse que también es coherente al posibilitar que los componentes del mundo
textual interactúen entre sí con los conceptos y las relaciones de causalidad que
subyacen bajo la superficie del texto cuando el enunciador manifiesta:
“Asistimos lamentablemente al sabotaje de sectores que se resisten al cambio. Que
apuestan al «statu quo». Que dicen: «yo no me meto». «Yo no tengo nada que ver».
«Yo no soy responsable de la suerte del país». Que murmuran: «Yo me siento a un
costado del camino, para ver cómo esto se va al fracaso».” Al acusar directamente a
aquellos sectores poco proclives al cambio y de ser los causantes de la crisis del país.
La intencionalidad es otra de las normas de textualidad que también vemos
manifestarse en el discurso de Menem, ya que la actitud del productor textual -en este
texto de superestructura predominantemente argumentativa- es convencer al público
receptor, lograr que éste le crea y adhiera a sus opiniones, cuando manifiesta
“Por eso en este momento quiero, en pocos minutos, expresar mi pensamiento que
estimo es el de la inmensa mayoría del pueblo argentino” afirmando y asegurando que
todos los ciudadanos de esta nación piensan de la misma forma que él.
La aceptabilidad se refiere a la actitud del receptor frente al texto proferido por el
hablante, que por tratarse de un discurso pronunciado cuatro meses después de haber
asumido el cargo de presidente de la nación, todavía gozaba de cierta credibilidad de los
argentinos ante los avatares hiperinflacionarios que padeció la economía durante el
gobierno de Raúl Alfonsín y que tuviera que adelantar la asunción de su sucesor.
Por tal motivo, resalta muy bien la oposición entre el pasado hiperinflacionario o del
caos social y sus consecuencias devastadoras. Y el futuro que intentará transformar al
señalar:
«No» al regreso hacia un pasado de caos, de hiperinflación, de anarquía social, de
saqueos, de violencia, de lucha entre hermanos por un pedazo de pan, de disgregación
nacional, de descrédito externo…”
Este productor textual es sumamente habilidoso al especular con la actitud de
aceptabilidad del receptor, proponiendo en su discurso una acción gubernamental
transformadora de la realidad social que los conducirá a todos los argentinos al cambio
que esperan, cuando manifiesta:
“Por eso, hermanas y hermanos, yo los convoco a una actitud comprometida,
movilizada y militante, tras la gran causa de la transformación nacional…”.
“Esta vez el cambio va en serio. Esta vez el cambio va a fondo…”.
La informatividad también se cumple en este discurso, ya que se transmite
información respecto de la opinión que posee el primer mandatario sobre la realidad
social de una Argentina fracturada por una hiperinflación que desestabilizaba los
salarios de la clase trabajadora y que hacía impensable una recomposición o una salida a
muy corto plazo, que a pesar de estar elidida se presupone que el receptor al inferir no la
desconoce.
“Asistimos a una serie de situaciones que tienen por fin alterar la tranquilidad, la paz,
la estabilidad indispensable para poner al país de pie y en marcha…”

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La situacionalidad al referirse a los factores que hacen que un texto sea relevante en
la situación en la que aparece y mediado por el contexto en el que se dice o produce
dicho texto. En el caso de este discurso cumple con la norma de situacionalidad al hacer
referencia a la política económica a implementarse que fueron neoliberales, ya que el
Estado no debe intervenir, sino el propio mercado se el encargado de autorregularse. El
primer plan que se implantó fue el Bunge y Born llevado a cabo por funcionarios de
Bunge y Born con Rapanelli como primer ministro de Economía cuyo objetivo fue
estabilizar la economía para acabar con la inflación, controlar los precios y cerrar las
importaciones.
Por último, este discurso -como muchos otros que hemos escuchado de este ex
representante de nuestro país- está atravesado por intertextos referidos a otros textos
procedentes de tanto de la cultura oral como de la escrita, o simplemente de otros
discursos que emplea para parafrasear algo.
Cuando este productor textual se dirige a su público interlocutor usa el siguiente
enunciado introductorio “Hermanas y hermanos de mi patria” o “Por eso, hermanas y
hermanos” que sin dudas cumple una función fática en la situación comunicativa; pero
que a su vez tiene intrínseca relación intertextual con el discurso religioso proferido en
la apertura del oficio de la misa por el cura. Entiéndase de religión Católica Apostólica
Romana.
Esta manera de dirigirse a sus conciudadanos podría haber sido la usual empleada por
los partidarios a la ideología justicialista, como ser: “Compañeros y compañeras…”, sin
embargo, nuestro productor textual empleó la anteriormente citada para influir más en la
subjetividad de sus interlocutores.
La relación intertextual [subrayada] con un enunciado que Juan Bautista Alberdi
escribió en el Preámbulo de la Constitución Nacional del año 1853, se hace explícita
cuando al final de su discurso expresa:
“Finalmente, como siempre lo hago a partir de mis convicciones y de mis creencias,
le pido a Dios, fuente de toda razón y justicia…”
Ahora bien, siguiendo la propuesta de análisis que formula Jean Michel Adam, este
discurso político posee una superestructura predominantemente argumentativa. Se
encuadraría dentro de los tipos de textos de argumentación política. Su forma textual
responde a la arenga política. Sus secuencias son argumentativas y explicativas. Por
último, su función comunicativa es claramente apelativa, pues además de defender ideas
y expresar opiniones intenta persuadirnos respecto de estas.
El prototipo de la secuencia argumentativa se presenta como una sucesión conformada
por cuatro fases a las que Adam llama: 1. Fase de premisas (o datos), en la que se
propone una constatación de partida. 2. Fase de presentación de argumentos, es decir de
elementos que orientan hacia una conclusión probable. 3. Fase de presentación de
contra-argumento, los que operan como una restricción con respecto a la orientación
argumentativa, elementos que a su vez pueden ser apoyados o refutados. 4. Fase de
conclusión (o nuevas tesis) que integra los efectos de los argumentos y de los contra-
argumentos.
La arenga política proferida por el ex presidente Menem que propuse para su análisis
cuenta con una secuencia argumentativa compuesta tan sólo por una fase de premisas,
una fase de presentación de argumentos y por último, una fase de conclusión, las cuales
se hallan reconocidas mediante el subrayado en dicho texto.

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Coincido con Adam cuando clasifica los tres planos de organización que se entroncan
con la pragmática del discurso y se relacionan con:
1. La finalidad global; ya que éste discurso intenta actuar sobre las
representaciones o comportamientos de un destinatario colectivo, que buscará
comprender dicho texto y captar la intención que en él se manifiesta directa o
indirectamente.
2. Un anclaje enunciativo global; en el que este autor distingue una variedad de
clases de marcas enunciativas: una enunciación de discurso oral definida por
una situación comunicativa. Las marcas son: Yo (Carlos Menem), Tu (el pueblo
argentino) y el Ahora (contexto sociohistórico de noviembre de 1989). Una
enunciación no actualizada, cuando el enunciador toma cierta distancia del
presente actual y hace referencia al pasado legado por el gobierno que lo
antecedió al manifestar: «No» al regreso hacia un pasado de caos, de
hiperinflación, de anarquía social, de saqueos, de violencia, de lucha entre
hermanos por un pedazo de pan, de disgregación nacional, de descrédito
externo. Una enunciación de discurso lógico cuando incluye mediante el
pronombre en primera persona del plural del NOSOTROS para convencer a sus
receptores de que lo que está diciendo refleja la realidad actual que la sociedad
argentina vive; por ejemplo cuando dice: Asistimos al sabotaje de sectores
torpes, que piensan que en la Argentina todavía queda lugar para las salidas
individuales, para las salvaciones egoístas.[…] En consecuencia, debemos ser
muy decididos en este aspecto
3. Respecto de la dimensión semántica que está representada por lo que se llama
macroestructura semántica, puedo decir que el tema global de este discurso se
asocia al llamado a la unidad nacional de todos los argentinos con el objeto de
transformar la crítica realidad.
Otros dos tipos de planos de organización que propone Adam se vinculan a: la
gramática de la oración y la gramática del texto, que aseguran la articulación de las
oraciones y los párrafos.
El primer nivel corresponde a la textura microlingüística en la que cada unidad se
encuentra morfosintácticamente estructurada mediante cadenas de oraciones (relaciones
locales) y que aseguran la progresividad textual mediante: generalizaciones,
pronominalizaciones, definiciones, nominalizaciones, anonimizaciones, repeticiones,
reformulaciones, etc.
En el discurso de Menem nos encontramos con pronominalizaciones que omiten o no
el YO pero que el receptor da por sobreentendido que se refiere a él por la modalidad
con que emplea los verbos: yo los convoco a una actitud comprometida, movilizada y
militante, tras la gran causa de la transformación nacional. […] Asumí la
responsabilidad de conducir los destinos de la República Argentina.
Las generalizaciones usadas por este enunciador son muy frecuentes para atacar a
alguien sin especificar directamente a quienes se refiere o para incluir a todos aquellos
que se suman a su causa política: Este gobierno es el gobierno de todos y de cada uno
de ustedes. El gobierno en el cual ustedes confían, ustedes creen, ustedes se sacrifica.
[…]Asistimos al sabotaje de sectores torpes, que piensan que en la Argentina todavía
queda lugar para las salidas individuales, para las salvaciones egoístas.
Las anonimizaciones o elipsis son muy frecuentes y este enunciador las utiliza para
defenestrar a sus enemigos políticos, cuando indica: Llamo a la realidad y a la reflexión
a quienes conspiran contra el esfuerzo y la solidaridad de todo el pueblo argentino.
Las repeticiones son una constante en los discursos políticos, pues sirven para poner
énfasis sobre algo o retomar el hilo conductor del discurso: Les quiero agradecer esta

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posibilidad de llegar a ustedes, a nuestros hogares, a quienes realmente han terminado
por entender que el trabajo es fundamental para las conquistas que necesita el hombre
a los efectos de vivir con dignidad y trascendentalmente en un país que como el nuestro
necesita de la colaboración, de la cooperación, de la permanencia de esta herramienta
que Dios puso en manos de los hombres, que es el trabajo.[…] Este gobierno es un
gobierno fuerte. Este gobierno tiene un inmenso poder […] Frente a estos actos de
abuso gremial y de abuso empresarial, el gobierno nacional dice «no». «No» al
regreso hacia un pasado de caos, de hiperinflación, de anarquía social, de saqueos, de
violencia, de lucha entre hermanos por un pedazo de pan, de disgregación nacional, de
descrédito externo. «No» a la ley de la selva […] Esta vez el cambio va en serio. Esta
vez el cambio va a fondo
En otro nivel, en este discurso las oraciones se presentan interconectadas y
jerarquizadas por organizadores textuales tales como: Por eso, De tal modo,
Naturalmente y Finalmente; como así también, cuenta con numerosos conectores,
tales como los conectores copulativos Y, conectores relativos QUE, por ejemplo: Que
apuestan al «statu quo». Que dicen: «yo no me meto».

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Conclusión
El análisis de los procedimientos argumentativos empleados por el ex presidente
Carlos Menem de este mensaje político durante el período señalado, permite concluir
que éstos me ayudaron para llevar adelante la aplicación práctica del análisis que
propone la lingüística del texto de la teoría consultada durante el dictado de este curso
de postgrado.
Sin embargo, estos procedimientos argumentativos no son construidos, pensados y
enunciados al azar, sino que apuntan –sin lugar a dudas- a proyectar una imagen, tanto
en lo personal como en lo comunitario, acorde con las expectativas o imaginario social
detectado en las encuestas de opinión y en los grupos focales.
De esta manera, se estaría atendiendo al principio de credibilidad, lo que a su vez,
otorgaría legitimidad al emisor, constituyéndose así en genuino representante de las
aspiraciones del “pueblo argentino”. ¿Qué expectativas se abren luego de este análisis
respecto de nuestra cautela a la hora de elegir los representantes políticos del futuro? Tal
vez la respuesta esté cifrada en nuestra perspicacia en descubrir el modo que los
políticos tienen de encarar el mundo real que nos constituye como pueblo. Los políticos
construyen y presentan una realidad que aparece como el resultado de un conjunto de
procedimientos, de explicaciones concatenadas que se van sucediendo unas con otras.
Todo es posible en esa representación imaginaria que ellos harán factible para confortar
la ilusión de un dominio sobre ella, afirmando que ven claramente hacia dónde navega
el barco y que la situación está bajo control. Pero todo debe ser explicable, transparente,
ofrecido a la observación de los que saben y que no permiten el fraude. Las zonas
oscuras no soportarán el tratamiento porque no podrán ser representadas. Es el momento
de reclamar la claridad absoluta de aquellos engranajes secretos que se ocultan, de
forzar a los que pueden esclarecerlos de opinar y confrontar. Sólo así será posible
empezar a creer en el discurso de quienes nos conducen más allá de sus propias
palabras. Porque como diría Eduardo Galeano “el lenguaje construye la realidad y la
impone sobre cualquier cosa”.

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Bibliografía consultada

Menem, Carlos (08/11/1989): Mensaje al país. Secretaría de Prensa y Difusión,


Presidencia de la Nación, República Argentina.
Adam, Jean Michel (1992): Los textos: tipos y prototipos, Nathan, París.
Adam, Jean Michel (1992): Linguistique textuelle. Des genres de discours aux textes,
Nathan, París.
Beaugrande & Dressler (1997): Introducción a la lingüística del texto, Ariel, Barcelona.

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