Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales

Materia: Abordaje interdisciplinario del sujeto en la sociedad actual

Titular: Dr. Pablo G. Navarro

Ficha 3: Abordajes fragmentarios y la superación de los reduccionismos

disciplinares.

Lic. Gabriela Dorrego

Lic. Favio M. Pereyra

Introducción

A lo largo de la historia acontecida, los seres humanos han intentado

generar conocimiento acerca de la realidad circundante, tanto para tratar dar
explicarla, predecir acontecimientos, o formular soluciones a problemas
planteados, intentando operar sobre ella.

En los distintos momentos históricos de occidente, han aparecido formas,

metodologías, o maneras predominantes que las distintas sociedades han
ponderado para considerar como válidas o no determinadas afirmaciones o
teorías.

Haremos a modo de introducción algunas consideraciones al respecto,

teniendo como eje, llegar a entender la conformación disciplinar de las ciencias
que predominó durante el siglo pasado, y las nuevas propuestas de abordaje de
los problemas que se proponen en estas últimas décadas, que tienen como eje
lo que se ha dado en llamar la interdisciplina primero, y la transdisciplina
después.

El problema del conocimiento en la modernidad

Con el surgimiento de la modernidad, algo empieza a ocurrir con el saber.

El principio de autoridad comienza a tambalear. La Ciencia comienza a funcionar
como garante de la producción de un conocimiento en apariencia más confiable.

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Toda proposición, todo juicio, toda teoría debería tener un correlato en la
experiencia, o mejor dicho, una contrastación empírica. No basta ya la mera
especulación filosófica.

Pero también la modernidad trajo otro efecto: la ciencia, que comenzó a

entenderse como positiva, empezó a dividirse en diferentes campos, clasificando
y estableciendo diferentes tipos de objetos de conocimiento.

Una ilusión quedó establecida: la garantía de verdad. Verdad que era

entendida como adecuación del predicado (la proposición, el juicio, la teoría) a
la cosa (el objeto de estudio).

En el interior de los campos mencionados, se recortaban objetos, y sobre

estos objetos una metodología que consistía en la división de partes
constitutivas, y en el análisis de esos fragmentos.

La metodología de la fragmentación trajo aparejado numerosos avances,

sobre todo en las ciencias físicas y naturales, pero a medida que comenzaban a
estudiarse fenómenos de mayor complejidad, comenzó a hacerse evidente las
falencias y los obstáculos que ella generaba.

Cualquiera podría pensar que fueron las ciencias sociales (la sociología,
la psicología, o el derecho, por ejemplo) las que formularon objeciones a esta
forma de pensamiento, pero no fue así. En el interior de la Física, los que
estudiaban la luz, por ejemplo, decían que podía comportarse como partículas o
como onda. Otro tanto pasaba con los que estudiaban a los electrones y sus
movimientos: si se calculaba su posición relativa, no podía saberse su velocidad,
y si se sabía su velocidad, no quedaba del todo claro su posición relativa. En
estos dos ejemplos, empezaba a quedar en evidencia que es muchas veces el
observador (el sujeto de conocimiento) el que incide y altera con sus métodos de
intervención el objeto del conocimiento.

La división tan clara y tajante (sujeto / objeto) que alzaba el positivismo

como uno de sus estandartes, comenzaba a quedar desdibujada. La
intencionalidad del observador no es un elemento a descartar. No es nuestra
intención ahondar en el tema en profundidad, instamos a aquellos lectores que
estén interesados, a que consulten la bibliografía complementaria de la cátedra.

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Multidisciplina – Interdisciplina - Transdisciplina

Donde sí queremos focalizar es sobre otra de las herencias del positivismo

lógico que ya mencionamos anteriormente: el abordaje disciplinar. De estas
categorizaciones del saber científico, han surgido, entre otras entidades, las
profesiones y las tecnicaturas, que han quedado constituidas como campos de
investigación, de producción de conocimiento, pero fundamentalmente de
práctica, es decir, de habilitación social para el ejercicio de ciertas habilidades
específicas, previa certificación en una rama del conocimiento por parte de una
institución educativa.

Siendo así, sólo podría hablar de Derecho un Abogado, de Psicología, un

Psicólogo, de Medicina, un Médico, y así podríamos continuar la lista conforme
las instituciones educativas actuales otorguen las certificaciones
correspondientes. Si continuamos con esta línea de razonamiento tenemos
múltiples disciplinas hablando, cada una desde el fragmento de la realidad que
recorta. Algunos autores han llamado a esto, precisamente, multidisciplina.

Tomemos un ejemplo, que podría ser el abordaje de un niño víctima de

violencia intrafamiliar. Un abordaje multidisciplinario supondría que cada uno de
los profesionales, efectúen sus intervenciones de manera aislada. Así, por
ejemplo, un abogado a cargo de un Organismo Público de Niñez establecería
una medida de protección (que podría ser el alojamiento transitorio en alguna
institución) en favor de un niño víctima de violencia por parte de sus padres; el
médico en la guardia del hospital curaría los múltiples hematomas (moretones)
que presenta; y el psicólogo del servicio de salud mental seguiría adelante con
su terapia. Cada uno de estos profesionales no dialogaría con el otro, se
dedicaría a su intervención específica en el campo en el cual es habilitado
socialmente a hacerlo.

Otra manera de abordar el caso del ejemplo sería hacer que cada uno de
los profesionales mencionados comparta intervenciones, estableciendo
múltiples canales de comunicación entre ellos, pudiendo intercambiar saberes y
métodos, respetando la especificidad de la disciplina que cada uno tiene.
Hablamos en ese caso de abordaje interdisciplinario.

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 Podríamos ir aún más allá, estableciendo que los miembros que
conforman las instituciones que intervienen (en el caso del ejemplo, servicios de
salud, organismos de protección de derechos, poder judicial, etc.), se planteen y
desarrollen un marco conceptual, referencial y operativo sobre las acciones que
van a llevar a cabo en problemáticas de violencia intrafamiliar contra las niñas y
niños en su territorio, conformando así instrumentos diagnósticos, acciones
preventivas y protocolos de intervención para el abordaje de dicha problemática.
En este último caso, hablaríamos de transdisciplina, la que supone un “ir más
allá” de cada disciplina. Es más, algunos autores suponen que también deben
reconocerse otros saberes, además de los disciplinares, como los que portan los
miembros de los diferentes colectivos que conforman una colectividad
determinada en la resolución de los problemas concretos de dicha comunidad.
En el caso del ejemplo, supondría incluir a los miembros del sistema educativo,
asociaciones barriales y de la comunidad, vecinos. Todos ellos involucrados en
el diagnóstico, la prevención y la resolución de la problemática.

Síntesis final: la interdisciplina y la transdisciplina como herramienta

superadora de los reduccionismos

En resumen, cuando se pretende comprender desde una única disciplina,

fenómenos o procesos referidos al comportamiento de las personas, los grupos
y la sociedad, se cae en lo que denominamos reduccionismos. Si bien cada
ciencia tiene su propio campo de estudio, cuando nos referimos por ejemplo al
biologismo, al sociologismo, o al psicologismo, estamos hablando de una
exageración de la mirada disciplinar, que supone un aislamiento del contexto
general, y un no reconocimiento de la complejidad de la que forman parte los
fenómenos de los que se quiere dar cuenta.

El sufijo “ismo” pretende hacer referencia a un recorte que limita la

comprensión de la complejidad de los fenómenos que se estudian,
visualizándose a sí mismos como suficientes para explicar los problemas.

Las personas, los sujetos, estamos inmersos en un contexto social e

histórico, y querer explicar por ejemplo el comportamiento humano sólo desde
los aspectos biológicos (biologismo) o de los aspectos psíquicos (psicologismo)
es una simplificación. Del mismo modo, decir que las personas sólo nos

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movemos por los mandatos sociales y culturales (sociologismo), deja afuera los
aspectos vinculados a la personalidad, las estructuras mentales, las
características físicas, etc.

Esta fragmentación del conocimiento en disciplinas que no dialogan, ha

permeado nuestros sistemas educativos. En palabras de Edgar Morín:

“Es que nuestra educación nos ha enseñado a separar, compartimentar, aislar y

no a unir los conocimientos: nos hace así concebir nuestra humanidad de modo
insular, fuera del cosmos que nos rodea y de la materia física de la que estamos
constituidos.

Los caracteres biológicos del hombre fueron ventilados en los departamentos de

biología y en las enseñanzas de la medicina; los caracteres psicológicos,
culturales y sociales fueron parcelados e instalados en los diversos
departamentos de ciencias humanas, de modo que la sociología fue incapaz de
ver al individuo, que la psicología fue incapaz de ver a la sociedad, que la historia
hizo rancho aparte y que la economía extrajo del Homo sapiens demens el
residuo exangüe del Homo economicus… La filosofía, encerrada en sus
abstracciones superiores, no pudo comunicarse con lo humano más que en las
experiencias y tensiones existenciales (…)”

La complejidad de los fenómenos que estudian las ciencias humanas y

naturales sólo pueden comprenderse a partir de un buen diálogo entre las
distintas disciplinas, de lo contrario se estará cayendo en distintas formas de
reduccionismo, empobreciendo la comprensión y llegando a conclusiones de
dudosa precisión o corto alcance.

Afortunadamente, en la ciencia contemporánea se ha extendido la

tendencia hacia la interdisciplina:

“El fortalecimiento de estos dos grupos de ciencias (naturales y sociales) se

produce como una parte de un proceso global de fortalecimiento de vínculos
entre todos los sectores fundamentales de la ciencia contemporánea. Estos
vínculos abarcan problemas complejos que requieren su solución sobre la base
de la obligatoriedad de la cooperación entre las ciencias sociales, naturales y
técnicas”.i

El abordaje interdisciplinario es entonces la propuesta superadora a los

“ismos” y supone algunos desafíos entre los cuales podemos señalar:
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 a) Atender las diferencias de conceptos y términos de cada disciplina. Un
mismo término puede tener distinto significado según la disciplina.

b) Vencer el egocentrismo intelectual de cada disciplina. La tendencia a

imponer la perspectiva de la propia disciplina puede ser una barrera a la
integración de conocimientos, por lo cual se requiere tiempo, esfuerzo y
predisposición al diálogo, apertura a las nuevas miradas.

c) Habilitar espacios para el trabajo interdisciplinar. La interdisciplinar

requiere ejercicio, por lo cuales es necesario institucionalizar los espacios que
permitan la cooperación entre los distintos saberes y la construcción de nuevo
conocimiento.

d) Construir una mirada integral de los problemas complejos. Requiere la

adecuación de las metodologías de trabajo e investigación, que vehiculicen esta
integración.

Este enfoque implica además beneficios en el proceso de aprendizaje de

los estudiantes. Según cita Yesid Carbajal Escobar:ii

“(…) la interdisciplina ofrece a los estudiantes los siguientes beneficios: Contribuye a

generar pensamiento flexible, desarrolla habilidad cognitiva de alto orden, mejora
habilidades de aprendizaje, facilita mejor entendimiento de las fortalezas y limitaciones
de las disciplinas, incrementa la habilidad de acceder al conocimiento adquirido y mejora
habilidades para integrar contextos disímiles. Adicionalmente, permite sintetizar e
integrar para producir originalidad; también aumenta el pensamiento crítico y desarrolla
la humildad, al tiempo que empodera y desmitifica expertos (Field, 1994).”

i
1Díaz, V. y Calzadilla, A. 2001. El reduccionismo, antirreduccionismo y el papel de los enfoques y
métodos generales del conocimiento científico Cinta moebio 11:148-
160www.moebio.uchile.cl/11/diaz.htm
ii
http://www.scielo.org.co/pdf/luaz/n31/n31a11.pdf?El Sujeto de Derechos y los Derechos Humanos