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Energía y fuentes de energía

El petróleo se origina a partir de una materia prima formada fundamentalmente por restos
de organismos vivos acuáticos, vegetales y animales que vivían en los mares, las lagunas,
las desembocaduras de los ríos y en las cercanías del mar. Estos restos fueron atacados en
los fondos fangosos por bacterias anaerobias que consumieron su oxígeno dejando
únicamente moléculas de carbono e hidrógeno llamadas hidrocarburos.

La presión ejercida por la enorme masa de sedimentos provoca la expulsión del líquido que
se encuentra entre las capas de la roca sedimentaria. Este líquido, el petróleo, migra
siguiendo la pendiente a decenas de kilómetros hasta que encuentre una roca porosa e
incomprensible cuyos huecos rellena. Esta roca es la llamada roca almacén.

La energía nuclear es una fuente energética que garantiza el abastecimiento eléctrico, frena
las emisiones contaminantes, reduce la dependencia energética exterior y produce
electricidad de forma constante con precios estables y predecibles. Así lo entienden cada
vez más gobiernos de distintos signos que apuestan por el mantenimiento de las centrales
nucleares en sus países y la construcción de nuevas plantas.

Los 448 reactores actualmente en operación producen alrededor del 11,5% de la


electricidad mundial. Según el Organismo Internacional de Energía Atómica de
Naciones Unidas, -datos a enero de 2018- hay 58 unidades en construcción en países
como China, India, Rusia, Corea del Sur, Finlandia o Francia. Todos ellos, conscientes de
los problemas energéticos y medioambientales, construyen nuevas plantas nucleares porque
consideran que la energía nuclear es una fuente esencial para el presente y futuro de sus
países.

En Francia, el país de la Unión Europa más partidario de esta fuente de energía y donde el
más del 73% de su electricidad es de origen nuclear, junto a sus 58 reactores nucleares en
operación construye una nueva unidad de nueva generación (EPR). En Finlandia, el 33,70%
de la electricidad proviene de los cuatro reactores que tiene en operación. Actualmente
construye una nueva unidad y ya hay estudios que plantean la necesidad de una sexta. Por
su parte, Reino Unido, que cuenta con 15 reactores que en 2016 produjeron el 20,40% de su
electricidad, ha decidido dar luz verde a la construcción de nuevas centrales nucleares con
dos objetivos básicos: frenar las emisiones contaminantes y reducir la dependencia exterior.

La amenaza del calentamiento global y del cambio climático, unido al incremento de la


demanda de electricidad ha motivado que distintos responsables políticos consideren
fundamental apostar por la continuidad de la energía nuclear, por el aumento de potencia de
sus centrales e incluso por la construcción de nuevas plantas.
Los programas nucleares de los diferentes países, así como todas las instalaciones
nucleares, se encuentran bajo la supervisión y control del Organismo Internacional de
Energía Atómica (OIEA) con sede en Viena (www.iaea.org).

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