Está en la página 1de 2

Pintura y Cultura Visual en el Mundo Hispánico Siglo XVII (I)

Eje teórico: Ut pinctura poesis: Los vínculos entre imágenes y palabras.


Clase 10: Rembrandt y la cultura holandesa. Las palabras en la imagen.
Liliana Márquez Escoto
Svetlana Alpers, “Palabras para la vista: la representación de textos en el arte holandés”, en: El
arte de describir, p. 239-301.

En los cuadros holandeses del siglo XVII es común encontrar textos referidos en las obras de
forma visible o de forma aludida, nos dice Alpers en la página 296. Es esta la tesis fundamental
del texto y la pregunta que la autora busca responder con ello es ¿Qué ocurre con las palabras y
textos dada la noción pictórica en Holanda? Para responderla se centra en tres tipos de relaciones
entre palabra e imagen:

a) Inscripciones
b) Representaciones de textos bajo forma de cartas
c) Textos implícitos en obras narrativas

Aquí vale reflexionar que el arte holandés es considerado expresión de la forma de vida y tierra
holandesa hasta el siglo XX. Esta mirada implica analizar la obra en sí misma para comprender el
contexto en el que se sitúa de forma material y son los textos el elemento central de este análisis.

Las inscripciones y las representaciones de textos bajo forma de cartas responden al primer grupo
y los textos implícitos al segundo.

El análisis de inscripciones en la pintura holandesa del siglo XVII de Alpers toma tres ejemplos,
aquí retomaremos solo la obra de Pieter Saenredam, “Iglesia de San Odulfo de Assendelft”, en
donde ella encuentra el nombre de la iglesia y fecha de la pintura, una inscripción en el sepulcro
de los señores de Assendelft y la lápida sepulcral del padre del autor a manera de
conmemoración.

Estos elementos crean un nuevo nivel discursivo que va más allá de la imagen por sí misma y
crean un “documento de particular especie” 1 debido a la fecha de elaboración del cuadro y los
elementos que porta, es posible rastrear al autor, su época y parte de su pensamiento ya que el
incluir el grafitti como representación de estos datos, dice la autora, es señalar la distinción entre
dibujo cuto y dibujo inculto. Nos dice también que estas inscripciones no es algo nuevo, ya Van
Eyck lo había utilizado en el arte nórdico durante el siglo XV en la obra “Retrato de los Arnolfi”
donde el artista describe el mundo que presencia e incluso lo firma y se pinta a sí mismo,
formando parte de él y asumiéndose como testigo, así el retrato puede analizarse como una
expresión de la época, sus habitantes, sus formas e incluso su lenguaje corporal.

Las inscripciones sirven entonces como un detalle de datación de la obra y de contextualización o


conmemoración de personajes de la época, ya sea renombrados o importantes para quien firma el
1
Alpers, p. 250.
cuadro. Pero también se pueden hallar como una documentación verbal de los objetos a manera
de descripción y necesidad de centrar la atención en ese objeto que ya de facto nos habla de su
importancia para cierta cultura.

Para centrarse en Rembrandt constata que si bien hay obras en las que aparecen libros como
“Anslo y su esposa” no aparecen los textos de forma explícita más que en “Anciana” y el mensaje
no alcanza a ser percibido por el lector porque “Es la palabra contenida y no la superficie del
texto lo que tiene valor”.

Otra forma en que los textos aparecen en el arte holandés es en forma epistolar donde el
espectador puede o no conocer el mensaje contenido en ella. Se representan diferentes momentos
de la transmisión de este mensaje: emisión, transmisión o recepción. Aquí es cuando el análisis
de la autora va más allá de la descripción de los modelos, hombres y mujeres, leyendo cartas,
escribiéndolas o apenas recibiéndolas.

Aquí la autora se pregunta ¿Qué es la carta para la cultura holandesa? Y señala la importancia de
este fenómeno en términos culturales en tanto la comunicación es una necesidad humana y en
términos técnicos en tanto el avance tecnológico que representaba para la época poder recibir una
carta, pero hay algo más allá de ambos puntos y es la sensibilidad o el aspecto más humano que
la carta y su mensaje representan: el amor, el desamor, el secreto que esconde la carta, la
sorpresa. Algo ahí relacionado con las emociones humanas que es digno de representar porque
era importante para una cultura determinada en cierto periodo.

Un ejemplo brillante es la obra de Dik Hals “Mujer rompiendo cartas de amor” en la cual la
autora señala los diferentes elementos emocionales que giran en torno al hecho de recibir una
carta cuyo mensaje no es explícito pero lo podemos imaginar por la acción de su receptor, la
tonalidad fría del cuadro y el mar tempestuoso en el fondo de la habitación, una relación entre sus
sentimientos y los nuestros nos permite comprender el mensaje a manera de metatexto. Aquí
podemos señalar un aspecto (posición teórica) en tanto análisis antropológico de la obra por parte
de la autora.

Tras pasar por una serie de representaciones diversas de cartas entre autores holandeses, cierra el
análisis con otra obra de Rembrandt “Betsabé” donde de nueva cuenta el mensaje no es explícito
pero solo quien lo conoce puede comprender el contenido de la obra, la expresión de la mujer
representada y el momento específico en el que se pinta.

Finalmente el texto implícito en obras narrativas es la última categoría de análisis y aquí la autora
centra su atención en los pintores de historia de Ámsterdam quienes solían representar temas
históricos de forma distinta a sus contemporáneos italianos ya que aquí las imágenes resultaban
con mayor movimiento a un texto aludido, al igual que los temas bíblicos que retratan temas de la
biblia que no eran los más comunes con cierto aire de movimiento, charla y textos implícitos.

También podría gustarte