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es el colesterol y por qué se habla de uno bueno y otro malo?
Las
grasas
que
consumimos
en
la
dieta
se
absorben
en
el
intestino
y
van
a
circular
en
la
sangre
formando
parte
de
moléculas
más
grandes
llamadas
apolipoproteinas.
Los
principales
lípidos
o
grasas
de
la
sangra
son
el
colesterol
y
los
triglicéridos.
El
colesterol
a
su
vez
puede
dividirse
en
colesterol
bueno
(colesterol
HDL)
y
colesterol
malo
(colesterol
LDL).
El
bueno
puede
ayudar
a
quitar
el
colesterol
que
se
ha
pegado
a
las
paredes
de
las
arterias
y
por
tanto
tenerlo
en
un
buen
nivel
es
beneficioso;
mientras
que
el
malo
tiende
a
pegarse
a
las
paredes
de
las
arterias,
obstruirlas
y
producir
ataques
cardíacos
o
cerebrovasculares
cuando
se
encuentra
elevado.
Para una persona sana ¿cuál es el nivel de colesterol sanguíneo recomendable?
Si
una
persona
no
tiene
factores
de
riesgo
para
enfermedades
cardiovasculares
se
recomienda
un
nivel
de
colesterol
total
menor
a
200
mgr/dL,
colesterol
HDL
mayor
a
50
mgr/dL
en
mujeres
y
45
mgr/dL
en
hombre
y
colesterol
LDL
menor
a
160
mgr/dL.
Estos
niveles
deseables
pueden
ser
menores
si
la
persona
presenta
algún
antecedente
de
diabetes,
hipertensión
arterial,
tabaquismo,
obesidad,
sedentarismo,
infartos
del
corazón,
ateroesclerosis
(obstrucción
de
las
arterias
por
grasa),
menopausia
y
familiares
consanguíneos
con
infartos.
Tengo
el
colesterol
alto,
¿cuáles
son
los
riesgos
y
que
debo
hacer?
Tener
el
colesterol
alto
es
un
riesgo
para
desarrollar
lo
que
se
ha
denominado
ateroesclerosis.
Esta
enfermedad
puede
atacar
cualquier
arteria
del
organismo
y
provocar
su
obstrucción.
Como
ejemplo
de
lo
que
el
colesterol
alto
y
la
ateroesclerosis
puede
hacernos
tenemos:
infartos
del
miocardio,
ictus
o
enfermedad
cerebrovascular,
obstrucción
de
las
arterias
de
los
miembros
inferiores,
etc.
Los
Internistas
recomendamos
dieta
y
medicamentos
para
tratar
de
mantener
un
buen
nivel
tanto
de
colesterol
total
como
de
HDL
y
LDL.
No,
la
mayoría
de
las
veces
el
colesterol
puede
estar
muy
elevado
y
el
paciente
no
sentir
absolutamente
nada.
En
algunos
casos
pueden
existir
acumulaciones
de
grasa
en
la
piel
alrededor
de
los
ojos
(xantelasma)
o
en
tejidos
que
encuentran
sobre
las
articulaciones
(xantomas).
El
colesterol
puede
considerarse
como
un
enemigo
silencioso
que
va
produciendo
daño
en
nuestras
arterias
hasta
que
se
manifiesta
de
una
manera
muy
grave
como
infartos
del
miocardio
o
ataques
cerebrovasculares
llamados
también
acv.
Algunas
personas
dicen
tener
mareos
o
malestares
cuando
tienen
el
colesterol
alto,
sin
embargo
la
recomendación
es
asistir
regularmente
a
una
consulta
con
su
médico
para
determinar
el
colesterol
y
así
poder
iniciar
un
plan
de
tratamiento
adecuado.
La
dieta
es
una
parte
fundamental
del
tratamiento
de
la
hipercolesterolemia,
sin
embargo
no
lo
es
todo.
En
la
mayoría
de
las
personas
la
dieta
puede
disminuir
un
cierto
porcentaje
el
colesterol
total,
el
colesterol
LDL
y
mejorar
el
HDL.
La
dieta
es
parte
de
un
estilo
de
vida
más
saludable.
Su
Médico
Internista
puede
indicarle
medicamentos
muy
efectivos
para
bajar
los
niveles
de
colesterol
y
es
la
persona
indicada
para
hacer
la
correcta
selección
de
aquel
que
más
le
conviene,
consúltelo.
Existen muchas dietas, sin embargo algunas sugerencias generales importantes son:
• Evite
o
reduzca
el
consumo
de
frituras,
guisados,
enlatados,
embutidos
(mortadela,
jamón,
queso
amarillo
etc.)
y
carnes
con
grasa
visible
a
simple
vista.
• Aumente
el
consumo
de
frutas,
vegetales,
verduras,
ensaladas
sin
aderezos
grasosos
y
carnes
blancas
(pollo,
pescado
y
pavo).
• Puede
consumir
granos,
productos
integrales
y
lácteos
descremados.
• Es
recomendable
la
actividad
física
regular
y
mantener
un
peso
adecuado.
Si ya tuve un infarto, ¿Cuál es el nivel del colesterol que debo tener?
En
este
caso
lo
recomendable
es
mantener
un
colesterol
total
menor
a
100
mgr/dl
con
un
colesterol
LDL
menor
a
70
mgr/dl.
No,
la
mayoría
de
los
medicamentos
que
se
utilizan
para
disminuir
el
colesterol
han
probado
ser
seguros
a
las
dosis
que
se
prescriben.
En
muy
pocos
casos
se
han
presentado
problemas
hepáticos
y
musculares
como
calambres,
dolores
y
debilidad
que
desaparecen
al
suspender
el
tratamiento.
La
recomendación
en
este
caso
es
acudir
a
su
internista
de
confianza
para
que
sea
él
quien
indique
el
tratamiento.