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El Cerebelo

El cerebelo es una región del encéfalo cuya función principal es de integrar las vías sensitivas y
las vías motoras. Existe una gran cantidad de haces nerviosos que conectan el cerebelo con
otras estructuras encefálicas y con la médula espinal. El cerebelo integra toda la información
recibida para precisar y controlar las órdenes que la corteza cerebral envía al aparato
locomotor a través de las vías motoras. Es el regulador del temblor fisiológico.

Por ello, lesiones a nivel del cerebelo no suelen causar parálisis pero sí desórdenes
relacionados con la ejecución de movimientos precisos, mantenimiento del equilibrio, la
postura y aprendizaje motor. Los primeros estudios realizados por fisiólogos en el siglo XVIII
indicaban que aquellos pacientes con daño cerebelar mostraban problemas de coordinación
motora y movimiento. Durante el siglo XIX comenzaron a realizarse los primeros experimentos
funcionales, causando lesiones o ablaciones cerebelares en animales.

El Cerebro

es el órgano principal del sistema nervioso central. Se encuentra dentro del cráneo y tiene la
misma estructura general que el cerebro de otros mamíferos. Su componente principal es la
corteza cerebral, una capa de tejido neuronal plegado, que cubre la superficie de los
hemisferios. Especialmente amplios son sus lóbulos frontales, que están asociados con
funciones ejecutivas, tales como el autocontrol, la planificación, el razonamiento y el
pensamiento abstracto.

El cerebro humano se encarga tanto de regular y mantener cada función vital del cuerpo,
como de ser el órgano donde reside la mente y la conciencia del individuo.

Niño

Desde el nacimiento y durante los primeros tres años de vida, el sistema instintivo emocional
se encuentra muy desarrollado, no así el sistema cognitivo ejecutivo. Más concretamente,
hasta el año de vida, el cerebro que rige la conducta del niño es el cerebro reptiliano. Actuará
con el objetivo de cubrir sus necesidades básicas de hambre, frío, sueño… En este nivel, poco
sirve razonar con el bebé que llora ya que no tiene desarrollado su parte racional. Solo queda
ir satisfaciendo sus necesidades.

A partir del primer año, la parte emocional del cerebro convive con la reptiliana. La conducta
del niño viene entonces guiada por este sistema, buscando en todo momento satisfacer sus
necesidades de amor y seguridad, además de sus necesidades básicas. En este momento, se
trata de conectar con el sistema instintivo emocional del niño a través de los límites, las
normas, el afecto y la presencia.

Alrededor del tercer año de vida, el cerebro racional cobra cada vez más protagonismo en la
vida y en las conductas del niño. Algunos estudios demuestran que en niños de cinco años ya
se han desarrollado, parcialmente, algunas funciones ejecutivas como son la memoria de
trabajo, la inhibición y la flexibilidad cognitiva5. Pero los lóbulos prefrontales no terminan de
madurar hasta los 20-25 años, por lo que todavía necesita al adulto como guía de sus
conductas.

Adulto

La principal función de nuestro cerebro es asegurarnos la supervivencia. Nuestro cerebro


actual es el mismo que tuvo el primer Homo sapiens sapiens en la sabana africana hace
aproximadamente 200 000 años atrás. Viene, por lo tanto, preparado para responder y
sobrevivir en ese medio en el que un león podía atacar en cualquier momento. A día de hoy, el
estrés no viene generado por leones sino por cualquier situación (real o imaginaria).

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