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Universidad Politécnico Gran colombiano

Política Latinoamericana
Análisis histórico y constitucional
Estados Unidos Mexicanos.

David Yaya Gómez


Colombia
Bogotá D.C
Abril 2020
Análisis histórico y constitucional
Estados Unidos Mexicanos.

Antes de entrar en un análisis exhaustivo de México es importante resaltar sus


cualidades y particularidades relevantes. Es el decimotercer país más extenso
del mundo y el tercero más grande de América Latina lindera al norte con los
Estados Unidos de América a lo largo de una frontera de 3155 km, mientras
que al sur tiene una frontera de 958 km con Guatemala y 276 km con Belice.
Las costas del país limitan al oeste con el océano Pacífico y al este con el golfo
de México y el mar Caribe, sumando 9330 km, por lo que es el tercer país
americano con mayor longitud de litoral, políticamente es una república
representativa, democrática, federal y laica, compuesta por 32 entidades
federativas (31 estados y la capital federal). La mayoría de ellas tiene como
lengua materna el español, al que el estado reconoce como lengua nacional
junto a 67 lenguas indígenas propias de la nación. Es el principal destino
turístico de América Latina y el sexto más visitado en el mundo, México
también es uno de los países con mayor diversidad de climas en el mundo,
considerado uno de los 17 países megadiversos del planeta, es hogar del 10-
12 % de la biodiversidad mundial y alberga a más de 12 000 especies
endémicas.

Historia de la independencia Estados Unidos Mexicanos.

El periodo de la historia de este nombrado país fue conocido como la Guerra


de Independencia empieza de manera formal la madrugada del 16 de
septiembre de 1810, cuando el padre Miguel Hidalgo da el llamado “Grito de
Dolores” Que fue un hecho que sin duda dará punto de partida. Es importante
denotar que no existe documento alguno de participantes o testigos directos en
las primeras horas del movimiento independentista; lo único seguro es que esa
mañana Miguel Hidalgo y Costilla convocó de alguna manera a los habitantes
del Pueblo de Dolores y zonas aledañas, a quienes dirigió una arenga para que
se sumaran a la rebelión, con lo que se formó el primer contingente que se alzó
contra las fuerzas virreinales. Según la tradición, la noche del sábado 15 al
domingo 16 de septiembre de 1810, avisados de que la Conspiración en
Querétaro había sido descubierta, Hidalgo y los otros líderes de la conjura
decidieron iniciar el levantamiento contra las autoridades novohispanas. Se
dirigieron a la Parroquia del pueblo, donde se tocó la campana ubicada en la
torre oriente. La mayoría de los habitantes del pueblo se encontraba en las
cercanías, era la fiesta patronal de la Virgen de los Dolores, pensando que se
trataba de una emergencia, despertaron y se reunieron en el atrio.

Una vez ahí, Hidalgo les dirigió una arenga en el que los convocó a alzarse en
armas contra las autoridades españolas, dado que habían abdicado a favor de
los franceses, que concluyó con una serie de consignas en favor de devolver el
trono a Fernando VII. ¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva
Fernando VII y muera el mal gobierno!” Las palabras exactas que pronunció tal
vez nunca se sepan.

Como es lógico de suponer, antes de 1810 hubo antecedentes ideológicos


notables encaminados “por esa hambre de libertad” que ya operaban,
principalmente, en las mentes de los criollos que eran los nacidos en México
hijos de Europeos; se sabe incluso que, antes de estallar la Independencia, uno
de los grandes pensadores de la época, fray Melchor de Talamantes, había
logrado circular varios escritos subversivos en los que se afirmaba que el
territorio mexicano, por tener “todos los recursos y facultades para el sustento,
conservación y felicidad de sus habitantes”, podía hacerse independiente y
que, además de posible, la Independencia de México era deseable porque el
gobierno español no se ocupaba del bien general de la Nueva España, como sí
se ocuparía un gobierno libre, constituido por netamente mexicanos.

En fin, estos planteamientos terminan el 27 de septiembre de 1821 (11 años


después) con la entrada triunfal del Ejército Trigarante, encabezado por
Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, a una jubilosa Ciudad de México. El
objetivo principal de este movimiento armado y social era liberar el territorio de
la opresión española y que, en cada rincón de la Colonia se olvidase por
completo el concepto de virreinato.

Para hacer un análisis histórico se dividirá el trayecto en cuatro etapas que


resultaran determinantes.

La primera de ellas abarca desde el ya nombrado Grito de Dolores (16 de


septiembre de 1810) hasta la batalla de Puente de Calderón (en el actual
municipio de Zapotlanejo, Jalisco, el 17 de enero de 1811), cuando la
muchedumbre dirigida por Hidalgo con su famoso estandarte guadalupano en
mano peleaba con más pasión y arraigo que con algún tipo de estrategia. En
este momento, cuando el cura de Dolores llegó a su cita con la historia en el
Puente, sus fuerzas se calculan en alrededor de cien mil hombres compuesto
entre criollos, indios, mestizos y gente de las castas a quienes de alguna
manera les convenia. Por su parte, los realistas, soldados leales al virrey y a la
corona española, debían rondar entre los 50 mil efectivos.

La segunda etapa Es un periodo en que entra en escena José María Morelos y


Pavón. Éste va desde principios de 1811 hasta la toma del Fuerte de San
Diego en Acapulco (en agosto de 1813) La causa principal de la Toma del
Fuerte de San Diego es que era imperioso en el desarrollo y objetivo de la
guerra de independencia mexicana el tomar y reducir cada ciudad bajo el
control de los realistas, y el puerto de Acapulco aun con más razón por ser una
plaza estratégica en el aprovisionamiento de las tropas españolas, y por ser
dicho castillo una fortificación muy bien preparada y que podía resistir ataques
y era fácil de defender, pues había sido construida con esa intención. Una
segunda causa más personal podría decirse que, José Morelos se había
comprometido ante Miguel Hidalgo y Costilla a tomar ese importante castillo
que dominaba el puerto por donde se abastecía el virreinato español, de hecho,
ya lo había intentado dos años antes infructuosamente. Durante este tiempo,
los insurgentes se anotaron varios triunfos siendo los más sonados los
obtenidos en las regiones del centro -en Cuautla (Morelos), donde llegaron a
romper un importante cerco y en el sur en Acapulco y Chilpancingo (en
Guerrero), donde incluso gestionó el primer Congreso de Anáhuac- de la actual
República Mexicana.

La tercera etapa se caracteriza por un gran desorden. Con la muerte del


“Siervo de la Nación” (fusilado en Ecatepec, en el Estado de México), se crea
un gran vacío en el mando del grupo insurgente y los realistas, aprovechando
esta situación, al mando del temible General Félix María Calleja logran
rehacerse y recuperar la ofensiva. En esta etapa se rinde el último reducto
importante insurgente y, técnicamente, los leales a la corona han ganado la
guerra. Sólo unas cuantas partidas, como la que comandaba Vicente Guerrero
en el sur, siguieron en pie de lucha. Este periodo acaba en febrero de 1821 con
la firma del trascendental “Plan de Iguala” que fue sin un aporte constitucional
de vital relevancia, sus cuatro principios fundamentaron en:

-Establecer la independencia de México.


-Mantener la monarquía encabezada por Fernando VII o alguno de los
miembros de la Corona española.
-Establecer la religión católica como la única.
-Establecer la unión de todas las clases sociales.
Los tres principios que estas destacaban La Religión, Independencia y Unión
se convertirían en las Garantías que promovió el Ejército Trigarante.

El Plan de Iguala poseía diecisiete artículos conocidos como Tratados de


Córdoba en los cuales se estipulaba que el gobierno que adoptaría México
como nación independiente sería el de una monarquía moderada, cuya corona
sería otorgada a Fernando VII miembro de la Casa de los Borbones, o en su
defecto, a algún otro Infante de España para devolver a la corona, en el ahora
México independiente, el poder que la Constitución española de 1812 le había
quitado en España.

El plan abolía, además, las distinciones étnicas entre los habitantes de la hasta
entonces Nueva España; declaraba la igualdad de todos los individuos y de
ahora en adelante todos tendrían la misma calidad de derechos.

La creación de una "Junta Gubernativa" y después, una Regencia que se


encargaría de gobernar en lo que se elegía al nuevo emperador. Además,
convocaría a las Cortes para elaborar una Constitución. El plan es una reacción
a los movimientos liberales que sucedían en España, en lo que se llamaría el
Trienio Liberal. Tras un pronunciamiento militar realizado en Sevilla por Rafael
de Riego, este logra obligar a firmar al rey Fernando VII de España una
constitución parlamentaria de corte liberal, la Constitución española de 1812.

Por último, la cuarta etapa este trienio liberal dura entre 1820 y 1823, cuando
Fernando VII consigue que la Santa Alianza (Prusia, Austria y Rusia) envíe un
ejército compuesto por 95.000 soldados en ayuda del rey (ejército llamado los
Cien Mil hijos de San Luis), restaurando el Antiguo Régimen y el absolutismo
tras la Batalla de Trocadero. Esto provocó una emigración de "liberales",
principalmente a Londres, y que sobrevivieron malamente con una paga que
les concedía el gobierno inglés. El Ejército Trigarante, al mando del ex realista,
Agustín de Iturbide, entra triunfal, junto con Vicente Guerrero, a la Ciudad de
México. El contingente, compuesto por los soldados del General Iturbide (ya
convertidos) y los insurgentes que aún quedaban, avanzó por la actual calle de
Madero en el Centro Histórico de CDMX hasta alcanzar la popular plancha del
Zócalo. Con este pasaje terminó formalmente la lucha por la Independencia de
México.

Nacionalismo Mexicano

Es el movimiento social, político e ideológico que conformó desde el siglo XIX


lo que se considera identidad nacional de México.

Nace como respuesta al amor por la nación de pate del patriotismo criollo del
virreinato de la Nueva España, alimentado de una corriente anti-españolista y
pro-indigenista.

En la fecha de la independencia de México, solo el 40% de la población


mexicana hablaba castellano,3 el gobierno centralizado también generó
disputas y se gestaron movimientos separatistas o regionalistas que debilitaron
a la joven nación; muchos indígenas, los yucatecos peninsulares, los
jaliscienses y los norteños mantuvieron y mantienen una identidad particular
hasta el día de hoy y muchas veces manifestaron sentimientos anti-centralistas,
y algunos pugnaban por una unión pro Iberoamérica, pero preservando en gran
medida usos y costumbres que actualmente siguen prevaleciendo a la sombra
incluso de las leyes.

Sin embargo, el nacionalismo mexicano es considerado como uno de los


nacionalismos más fuertes incluso chauvinista, que, a pesar de las grandes
diferencias ideológicas, raciales, lingüísticas, económicas y políticas que
coexisten y conviven en el México actual, la federación del país se ha
mantenido unida en un concepto propio de identidad nacional que está
matizada por el federalismo, la lengua española y la igualdad de derechos
negando la esclavitud y todo título nobiliario.

Existen otros elementos identitarios que no son mencionados en la constitución


política del país que comparte la población mexicana, como la imagen
guadalupana de gran sincretismo religioso entre lo cristiano y las creencias
prehispánicas unidas en Tonantzin, la madre tierra, que originó peregrinaciones
al cerro del Tepeyac mil años antes de la llegada de los españoles, y además
el culto a la patria a través de la imagen de los héroes nacionales.

Actualmente México es una república, representativa, democrática, federal y


laica como se instauro al principio. compuesta por Estados libres y soberanos
que a su vez constan de Municipios; En todo lo concerniente a su régimen
interior, y por la Ciudad de México como capital del país; unidos en una
federación establecida según los principios de su Constitución. De acuerdo con
esta ley fundamental, la soberanía y el poder público son origen y
correspondencia del pueblo, y es este el que decide ejercerlo a través de un
sistema de separación de poderes: presidente (Ejecutivo), Congreso de la
Unión (Legislativo) y un Poder Judicial, depositado en distintas instituciones,
cuya cabeza es la Suprema Corte de Justicia. El sistema político mexicano se
caracteriza históricamente por la preeminencia del Poder Ejecutivo sobre los
otros dos. El sistema político mexicano incluye órganos autónomos que sirven
de contrapeso en áreas específicas (Fiscalía General de la República, CNDH,
Auditoria Superior de la Federación, Banco de México, INEGI, Cofece, IFT e
INAI)

Como conclusión al conocer históricamente de México y analizar su evolución


progresiva se transporta hacia sus diferentes épocas plasmadas en su
magnificente arquitectura ya que se encuentran ruinas prehispánicas,
construcciones coloniales, edificios estilo francés y las últimas tendencias, su
riqueza cultural y tradiciones vivas le blindan de historia latente y patriotismo,
las artesanías y sus paisajes relatan el paso del tiempo a su vez y la posicionan
mundialmente.

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