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La Sábana Santa, Imagen de Cristo Muerto 2 PDF
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La Sábana Santa,
imagen de
Cristo muerto
Introducción
gadores: cada uno de ellos, se habrá vali- 2ª.- Hay que tener siempre presente las
do, como es lógico, de sus propios mé- condiciones físicas en las que se encon-
todos, indicios, técnicas deductivas. traba el cuerpo de Jesús en el momento
Cada uno ha buscado el centro de la cues- de la sepultura. Entre las deformaciones
tión partiendo de su punto de vista. Es más marcadas y que destrozaron sus fac-
posible que sólo un último investigador, ciones, deben considerarse: la rotura del
confrontando los elementos recogidos cartílago de la nariz, a causa de un pu-
por sus colegas y eliminando gradualmen- ñetazo o bastonazo, o bien por una caí-
te las hipótesis de menor consistencia, da violenta, de donde resulta una ligera
llegue a dar con una solución del misterio desviación hacia la derecha y una caída
satisfactoria, definitiva y completa. hacia el labio superior del extremo de la
En el caso que nos ocupa, esto ocurre punta de la nariz. El ojo y la ceja derecha
además en un enigma que, como la Sá- aparecen hinchados; como el labio su-
bana Santa, está constituido por otros cien perior mismo y la región del pómulo de-
misterios de menor importancia, pero es- recho. También el mentón, aun teniendo
trechamente relacionados entre sí. Por eso en cuenta un cierto espesor de la barba,
en los puntos más arduos, todavía abier- aparece hinchado por un fuerte golpe o
tos a la investigación científica, se pre- una caída al suelo. Imaginando una línea
sentan dos o más hipótesis sobre su ex- vertical que pase entre las cejas y la mitad
plicación. Al autor le corresponde el de- de la boca, es conveniente «aislar» el lado
ber de informar y de ofrecer un mínimo izquierdo del rostro, pues ésa es, de al-
de orientación sobre ellos; pero después gún modo, la parte más íntegra.
tendrá que ser el lector quien llegue a una 3ª.- Es necesario habituarse a mirar la
conclusión mediante su inteligencia, ca- imagen del rostro, y observarla pausada-
pacidad de reflexión y ánimo humilde. mente. Mejor aún si se enmarca, como
Finalmente, quiero hacer tres sugeren- retrato, y se le mira a distancia.
cias que serán de utilidad para interpretar Sucede a veces, que mientras alguien
mejor el rostro del Hombre de la Sábana: de noche mira el cielo, tiene la impresión
1ª.- Las dos bandas más oscuras en el de que en un momento determinado, una
positivo, es decir, en la foto al natural, nueva estrella se ha encendido delante de
que se notan enseguida alrededor del ros- sus ojos. Un astrónomo diría que es el
tro y que le dan un extraño alargamiento, rayo de una estrella alejada de nosotros
son debidas en parte a la masa de los miles de años-luz, que esta noche ha al-
cabellos y en parte a un casual amarillea- canzado precisamente nuestra atmósfera
miento de esa parte de superficie, deter- y ha podido ser vista por quien estaba
minada por una mayor exposición a la contemplando el firmamento. En la Sá-
luz; o bien podría tratarse de una distinta bana Santa hay también una determinada
tonalidad del tejido por una diferencia de señal luminosa, que empezó a lucir hace
calidad en las fibras de lino utilizadas por dos mil años, y que puede que ahora se
el anónimo tejedor palestino. encuentre con el lector de estas páginas.
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Por tanto, en el negativo de una fotogra-
fía, los puntos de luz y de oscuridad se en-
cuentran invertidos: por ejemplo, el nega-
tivo de un joven de cabellos negros pre-
2 senta las mejillas y la frente negras, mien-
tras que las órbitas de los ojos, los labios y
Nadie los cabellos son blancos. Igualmente, en el
negativo fotográfico se invierte el lugar de
se lo había imaginado antes la imagen, por un juego de rayos, estudiado
por los físicos en la óptica geométrica, de
modo que lo que está a la derecha pasa a la
izquierda y viceversa. Por todo ello, aun-
que se conozca bien una cara, resulta difí-
Hace cien años, en la primavera de cil reconocerla, porque no estamos habi-
1898, el rey Luis IX, descendiente de los tuados a la inversión.
duques de Saboya, de quienes había he- Para obtener el positivo con la distribu-
redado, entre otras cosas, la Sábana San- ción de los colores –reagrupados en los dos
ta, se preguntaba pensativo si habría he- fundamentales, blanco y negro– conforme
cho bien en aceptar una propuesta un al objeto fotografiado, se filtra la luz a tra-
poco extraña para aquellos tiempos: un vés del negativo, imprimiéndose en el pa-
fotógrafo que solicitaba con insistencia pel, de tal modo que lo negro resulta blan-
permiso para fotografiar la Sábana San- co y lo blanco negro, y volviéndose a in-
vertir el lugar de las imágenes (Cfr. G. Da-
ta. El fotógrafo era el abogado Secondo lla Nora, Hanno fotografato il volto di
Pia, un aficionado que aseguraba estar Gesù, Elle Di Ci, Leumann, Torino 1975,
bien preparado. Al final había prevaleci- 11).
do la sugerencia favorable de uno de los En aquella época no existían los actua-
consejeros del rey: autorizarle, aunque no les equipos de fotografía, las polaroid,
fuera más que por tener una copia fiel de las instamatic; para una foto de preci-
aquella reliquia que milagrosamente ha- sión hacía falta un gran aparato, que im-
bía salido indemne de mil peligros. primía en una placa emulsionada las pri-
El misterio de la fotografía se había des- meras reproducciones en blanco y ne-
cubierto pocos años antes, cuando algunos gro.
químicos advirtieron que los bromuros y
cloruros de plata se ennegrecían al ser ex- La tarea era muy importante, quizás in-
puestos a la luz. Este descubrimiento sig- cluso irrepetible, como para afrontarla a
nificó el nacimiento de la fotografía. Cuan- la ligera, por lo que en los meses anterio-
do se fotografía, la luz imprime por un ins- res a la fotografía de la Sábana, concer-
tante la placa bañada con estas sales, y la tada para mayo, el abogado fotógrafo du-
impresión es mayor en el lugar donde la
imagen es más clara y menor donde es más
plica su trabajo, para calcular el tiempo
oscura. Después del proceso de revelado, de exposición de las placas, la intensidad
de la placa o del celuloide, las partes más y posición de las luces, etc. Al acercarse
luminosas se ennegrecen y las oscuras que- el día establecido, se prepara en el pres-
dan claras, constituyendo el negativo fo- biterio de la capilla donde va a ser ex-
tográfico. puesta la Sábana Santa un pequeño carril
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por el que pudiera desplazarse la plata- A las 11 de la noche Pia quita la tapa
forma con la cámara fotográfica. Era ésta a la lente y expone la primera placa du-
una caja de madera, reforzada con tiras rante catorce segundos. Los dos reflec-
de metal, voluminosa, pues en su interior tores proyectan una luz clara sobre el fon-
contenía una placa de 51 x 63 cm., con do parduzco de la Sábana y sobre las
una lente Voigtländer. A los lados de la huellas de color ocre de aquel doble cuer-
plataforma se encienden dos focos que po extrañamente invertido en cuanto a la
llenan de luz la reliquia. Se colocan de- imagen y a la relación de luz y sombra. El
lante filtros transparentes de cristal esme- cronómetro señala nuevamente los segun-
rilado, para evitar los reflejos, y sobre la dos reglamentarios y todo va bien hasta
lente un filtro amarillo muy delgado. el final, por lo que el hombre situado de-
trás de la gran máquina puede dar un sus-
El fotógrafo se mira instintivamente las piro de alivio, aunque apenas esté en el
manos, que tiemblan un poco; pero se principio del trabajo. Puede que fuera me-
siente sostenido por una fuerza superior dianoche cuando termina la segunda fo-
a su misma fe. ¿Es una fuerza o una Pre- tografía, con un tiempo de exposición
sencia? No sabe qué contestar. Mientras un poco más largo –veinte segundos–.
saca del bolsillo un grueso reloj con ca- Después recoge las placas y se apresura
dena, reza una oración y luego empieza a a volver a casa; después del fracaso del
cronometrar. La placa sensible está ya otro día, ha renunciado a instalar la cá-
expuesta a la acción de los rayos lumino- mara oscura en la misma sacristía. Que-
sos. Pasan catorce interminables segun- dan allí los ayudantes, que se encargarán
dos y en ese momento sucede algo im- de desmontar la plataforma (Cfr. J. Walsh,
previsto: ¡un crujir seco advierte que el The Shroud, New York 1963, 26-30).
calor de las lámparas ha hecho saltar los
filtros! Todo se ha echado a perder, y El mismo Pia describió, en una memo-
como ya han dado las dos de la tarde y ria de su extraordinaria aventura como
dentro de poco la Catedral abre de nue- pionero de la nueva técnica fotográfica,
vo a los visitantes que esperan fuera, es lo que sucedió después en el pequeño
preciso concluir por hoy. Después de al- laboratorio doméstico. Orientándose más
gunos días se vuelve a fijar fecha para por la práctica que por el pequeño y te-
fotografiar la Sábana, el 28 de mayo. nue punto rojo encendido en un ángulo
de la habitación, se acerca en la oscuri-
Ese día se comienza alrededor de las dad al recipiente que contiene las solu-
21’30, pero debido a mil y un contra- ciones preparadas para el baño de reve-
tiempos imprevistos, son las 22’45 cuan- lado.
do el abogado Pia mueve hacia atrás la La primera placa está en el baño por
plataforma móvil, fijándola a una distan- algunos minutos. El abogado cuenta uno
cia aproximada de 8 metros y medio. Las a uno hasta catorce, intentando dominar
dos lámparas dan una luz constante y los la tensión que se había acumulado en
nuevos filtros la atenúan. aquellas horas de extrema concentración.
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El propietario del campo ha dado permi- momento les llega su voz bastante clara:
so a Jesús para andar por él libremente «¡Abba!, ¡Padre mío! Para ti nada hay
siempre que quiera; de hecho ya ha pa- imposible; aleja de mí este cáliz». El cá-
sado allí otras noches, ahora que el tiem- liz, modo realista oriental de expresar una
po es bueno, paseando, durmiendo, bajo situación insoportable: la bebida de sa-
los olivos o en la gruta que se abre en la bor muy amargo que se rechaza después
colina. del primer sorbo, es la amargura que le
El Maestro desea, ahora más que nun- invade el espíritu.
ca, estar un poco apartado; se muestra Jesús, nuestro hermano, acaba de co-
siempre dueño de sí mismo; pero una menzar el largo Vía Crucis que le espera
arruga en su amplia frente indica quizás y que El conoce bien. Y siente ya tanta
que su tristeza aumenta de modo preocu- angustia que le tiembla todo el cuerpo,
pante. Para no entristecer mucho a los cubierto de sudor frío. Un sudor nunca
suyos, Jesús les invita a descansar cada visto antes, pues a medida que su lamen-
uno donde prefiera, y se va adentrando to se hace más dolorido, «su sudor –
en el interior del campo de los olivos, dice el médico evangelista Lucas– em-
acompañado sólo de Pedro, Santiago y pieza a deslizarse hasta el suelo como
Juan, los testigos de la Transfiguración... gotas de sangre».
¡Qué diferente es su transfiguración esta El fenómeno es raro, pero suficiente-
noche!... mente conocido por la medicina moder-
Como una marea alta que nadie pudie- na, que lo llama hematohidrosis, palabra
ra contener, la angustia vuelve a crecer y elegante para referirse al sudor de sangre:
se desborda de repente. Ya no la escon- cuando un prolongado estado de angus-
de: tiene miedo, angustia, un palpitar tre- tia llega a un determinado límite, la ten-
mendo. Basta mirarle el rostro, palidísi- sión psicológica puede afectar a todo el
mo. «Me muero de tristeza». Los tres organismo, provocando respiración fati-
amigos están asustados, pero no saben gosa, sudor, escalofríos, aceleración del
qué hacer o qué decir para consolarle; ya ritmo cardíaco. Puede darse algo aún más
es una suerte tener a su lado amigos en traumático: los capilares sanguíneos se
una noche como ésta. dilatan por el exceso de presión, y pue-
Vacilando un poco, Jesús se aleja unos den romperse en algunos sitios, llegando
cuarenta pasos, más o menos la distan- a la piel y, por la conexión entre los va-
cia –precisa Lucas– que se puede alcan- sos sanguíneos y las glándulas sudorífe-
zar tirando una piedra. Las piernas se le ras, aparecen gotas color rubí entre los
doblan solas y, como agotado por un gran surcos del sudor. Se comprende así un
cansancio, Jesús cae de rodillas: tiene que poco más la tormenta que debió haberse
haberle sucedido algo terrible. Como la desencadenado dentro de Él, ante su vi-
noche es serena, y con luna llena, los tres sión profética de las torturas que habrá
que luchan cada vez menos contra el sue- de padecer y que libremente ha acepta-
ño tienen la sensación de encontrarse ante do, y ante su conocimiento divino de que
la sombra de su Maestro, incansable y habrá hombres para quienes su sacrificio
vigoroso hasta hace pocas horas. En ese de amor no servirá de nada, de que in-
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de Caifás y después en el pretorio, con bre por encargo de los empleados del
toda la violencia de los flageladores, en el servicio de orden del Templo. Son las
pecho y la espalda; para ellos sería una dos más o menos de la noche. Ha empe-
pericarditis sueral. zado el primer Viernes Santo.
Quizás una causa no excluya necesa- Con las manos atadas con una cuerda,
riamente la otra, sino que las dos hipóte- entre empujones y con un escándalo que
sis podrían complementarse. La flagela- despierta a los habitantes, Jesús es con-
ción ha dejado sus huellas muy evidentes ducido arriba, a la Ciudad Alta, por la
en la Sábana fúnebre, pero las de misma calle que recorrió hace pocas ho-
Getsemaní son aún más profundas: Je- ras. En el Palacio de Caifás, tan sólo a
sús ha agonizado de dolor, ha estado a unos cientos de metros del Cenáculo, ha
punto de morir de pena. ¡Cuánta verdad sido convocada con urgencia una reunión
encierran estas palabras, bien utilizadas extraordinaria de todos los responsables.
por nuestros ancianos, que no conocían Muchos de los dirigentes no se han ido a
el término, pero sí la realidad del infarto! dormir, esperando la hora. Aquel incó-
Los tres testigos, privilegiados y entu- modo personaje venido de Galilea para
siastas en la Transfiguración, no han lo- turbar su tranquilidad finalmente está en
grado ser más que testigos somnolientos sus manos; ciertamente no lo dejarán es-
del drama doloroso vivido en la soledad capar. La sentencia ha sido pronunciada
por el Maestro. Envueltos en sus capas hace meses; establecido también el tipo
al estilo oriental, sobre el suelo o con la de ejecución, falta sólo un detalle: un pro-
espalda apoyada en el tronco de un ár- ceso, una apariencia de legalidad, para que-
bol, oyen: «Padre mío, si es que debo dar con la conciencia en paz. Más aún, de-
beber este cáliz, que se haga tu volun- ben pasar al procurador romano la res-
tad». Jesús ha decidido que lo beberá ponsabilidad de que este hombre desapa-
hasta la última gota, hasta el Calvario. Y rezca de una vez de la circulación.
esa verdad, momentáneamente oculta, se La fase inicial del proceso de Jesús es
estampa luego en la Sábana, signo de en casa de un ex-presidente que conser-
un amor demasiado grande como para va todavía el papel de dirigente temido e
ser comprendido por completo. indiscutible. Allí, durante el interrogato-
Jesús tendrá que luchar ahora con to- rio, uno de los guardias le golpea el ros-
das sus fuerzas para sobrevivir un poco tro duramente, dejándole huellas que que-
más; le faltan 15 ó 16 horas, intermina- dan registradas en la Sábana. Después
bles, para sufrir el tormento al que está se dirigen en masa hacia el tribunal que
destinada su pobre carne. Espera a Ju- preside el sumo sacerdote Caifás; los tes-
das, que está volviendo. En un momento tigos en contra del imputado no coinci-
el olivar se encuentra lleno de gente ar- den en sus versiones de los hechos. Bas-
mada y agitada. Judas le dice: «¡Salud, taría una palabra comprometedora por
Rabbí!». Y el Maestro le responde: parte de Jesús, pero Él calla.
«Amigo, ¿a qué vienes?». Los soldados Calla mientras puede, hasta que le ha-
saben que tienen que capturar a un hom- cen una pregunta clave: «¡En nombre de
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Dios vivo, te conjuro a que nos digas si cm., producida por uno o varios puñetazos.
tú eres de verdad el Mesías, el Cristo, el Hacia el centro del cartílago nasal se ob-
Hijo de Dios!» En ese momento no pue- serva la señal circular de otro bastonazo,
dado con un palo más bien corto, similar al
de callar; sus ojos hasta ahora bajos se testigo de los atletas de las carreras de re-
llenan de una luz en la que brilla la ternura levos. El golpe fue dado por una persona
y el orgullo afectuoso hacia su Padre; y que se encontraba a su derecha y que tenía
fijándolos en el rostro del inquisidor, res- el bastón en la mano izquierda. El diagnós-
ponde: «tú lo has dicho», es decir, «así tico es sencillo: rotura y desviación del ta-
es». bique nasal. O, siguiendo la segura guía del
profesor Judica-Cordiglia:
Llenos de una rabia más teatral que real-
«en la mejilla izquierda, en el extremo
mente sentida, todos gritan que el Hom- de la nariz y en el labio inferior se mues-
bre ha blasfemado, ha osado profanar el tran heridas de varias dimensiones, produ-
nombre santo de Dios. «¡Ha blasfema- cidas por agentes contusivos. En la región
do, lo habéis oído todos vosotros; ¿qué de la mandíbula, a la altura del surco naso-
decís?». Y siguiendo el guión, como ins- labial, se puede apreciar, en medio de una
trumentos, los presentes gritaron: «Tiene barba abundantemente bañada en sangre, una
que ser condenado a muerte». notable hinchazón de esta zona» (G. Judica-
Cordiglia, L’uomo della Sindone è il Gesù
Entonces, cuenta Mateo, le escupieron dei Vangeli? Chiari, BS, 1974, 64-66).
a la cara y empezaron a darle puñetazos Se ha apuntado la hipótesis de que ese
y bofetadas, por turnos. Como le habían hematoma no fuera producido por una
vendado los ojos, podrían reírse de él: mano armada con un bastón o tabla de
«Ahora haz de profeta, Cristo, adivina madera, sino por una fuerte caída de bru-
quién de nosotros te acaba de golpear». ces contra el suelo, durante el Viacrucis.
Incluso a través de la venda más espesa,
hasta con los ojos bajos y llenos de lágri- El corazón, que ya se desbordaba de
mas Jesús sería capaz de responder a sus amargura en el Huerto de los Olivos, si-
preguntas, pero ha decidido no respon- gue sufriendo otras penas casi sin parar:
der, dejar que el juego continúe. Y preci- el sufrimiento por la negación de Pedro,
samente porque Él se comporta serena- que jura y perjura no haber conocido nun-
mente, sin reaccionar, los golpes le llue- ca a aquél hombre; el sufrimiento por la
ven encima, cada vez más duros y vio- desesperación de Judas, peor que la mis-
lentos. Cada uno le deja su señal. En el ma traición...
Evangelio se cuenta todo esto. También
en el evangelio según la Sábana. Así lo
describen los expertos:
En la frente, a la altura de la ceja dere-
cha, a un centímetro y medio más o menos
de la nariz, se observa una excoriación de 6
cm., atribuible a un violento bastonazo que
ha roto la piel contra el hueso delgado del
arco de la ceja. En la otra ceja se ve en cam-
bio una zona escoriativo-contusiva de 2,5
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tanto» es una obra maestra de lógica!... juez romano, hirientes como latigazos:
El ejecutor, escogido entre los hombres «¡Si pones en libertad a este hombre que
de la tropa más rudos y rápidos, empuña se proclama rey nuestro, debes saber que
el terrible flagellum, una especie de láti- te conviertes en cómplice suyo!. ¡Quien
go con dos o más tiras de cuero. Mane- pretende hacerse pasar por rey es enemi-
jado con fuerza, llega silbando a Jesús y go del emperador!».
le produce primero cardenales dolorosos Viendo que la multitud presiona sobre
y después surcos por toda la piel. Más el cordón de seguridad, amenazando con
temible debía ser el flagrum, un látigo arrastrar a los guardias, Pilatos hace que
perfeccionado, ya que en los extremos le traigan una vasija con agua. Lavadas
se fijaban bolas de plomo o, mucho peor, las manos, las levanta bien altas, para que
huesecillos ásperos y afilados como síli- las vean todos, y dice: «Yo no me consi-
ce; con cada golpe se rompe enseguida dero responsable de su muerte. ¡Allá vo-
el tejido, dejando su forma en la carne sotros!». Y entrega a Jesús en sus ma-
viva. La flagelación judía debía mante- nos. La farsa ha terminado. Empieza el
nerse por debajo de los 40 latigazos en to- último acto de una tragedia cada vez más
tal; la romana en cambio no preveía esa cruel.
norma. Y Jesús es torturado al modo ro- Corre la voz en un instante. Dentro de
mano, así que se pueden contar pacien- poco sacarán a otros delincuentes, pue-
temente, entre las huellas dorsales y fron- de ser que dos o tres. La ejecución será
tales, más de 120 llagas en el Hombre de la en la colina del Gólgota; hay que correr
sábana, que son el resumen de aquella si se quiere ocupar un puesto en primera
despiadada flagelación. fila y disfrutar del espectáculo. Allí en la
No podemos olvidarnos de la corona- explanada de la colina, estará ya planta-
ción de espinas, con un casco de ramas do firmemente en el suelo el palo de la
de espino entrelazadas. Lo recuerda la cruz, el stipes, como lo llaman los roma-
Sábana, con los regueros de sangre, mu- nos. El condenado debía cargar encima
chos en la parte superior de la nuca, y el brazo más corto, transversal, el pati-
uno, muy marcado, que impresiona en- bulum. Sólo éste pesaría al menos 50 ó
seguida a quien mira el rostro de Jesús, 60 kilos. Para un hombre apenas salido
casi en la mitad de la frente, aquel que en de una grave crisis de infarto cardíaco y
la Sábana tiene la forma característica de que ha pasado doce horas seguidas de
un 3 al revés o, si se quiere, la forma de ininterrumpida tortura, aunque sea joven
una épsilon griega. y de constitución sana, aquel tronco de
Es casi mediodía. La mañana ha pasa- árbol pesaría como una montaña. Quién
do en un momento, al menos para Pilatos. sabe cuánto le costaría dar un paso. Se-
Presionado por una multitud nerviosa e guramente no sería un tronco bien cepi-
impaciente, que pone contra las cuerdas llado, sino rugoso, cortado de cualquier
al odiado procurador romano, éste em- manera, quizás lleno de resina, con res-
pieza a ceder. Jesús es empujado al exte- tos de corteza y grandes astillas, en un
rior, a un patio empedrado de la fortaleza trabajo acabado apresuradamente.
Antoniana. Llueven acusaciones sobre el
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El patibulum cae sobre el músculo en- cuerpo que sostenía el patibulum, entre
tre el cuello y la espalda, dejando sus mar- paso y paso, para desequilibrarlo del todo
cas en la Sábana, como describen los ex- y hacerlo caer de bruces a tierra, entre las
pertos: risas del populacho. Ricci lo ha demos-
«En el hombro derecho –el lado derecho trado con sus experimentos y documen-
se corresponde con el izquierdo en el po- tación fotográfica, que dan nueva luz para
sitivo fotográfico, esto es, en la imagen de la confirmación de esa hipótesis y facili-
cómo sería en realidad Jesús– se nota una tan la interpretación de cada una de las
amplia zona escoriada y contusionada más palabras escritas con sangre sobre la
o menos cuadrangular, dispuesta un poco Sábana.
oblícuamente de arriba hacia abajo y des-
de el exterior al interior, cuyo eje mayor, La mirada atenta del experto se fija tam-
en sentido longitudinal, mide 10 x 9 cm. bién en las grandes manchas que se ven
En la región escapular izquierda se consta- a la altura de las rodillas. Aparece más
ta otra zona que presenta las mismas carac- contusionada la derecha, como si se hu-
terísticas. Examinadas las dos zonas aten- bieran acumulado varias heridas una so-
tamente, demuestran que sobre ellas ha pre-
sionado un instrumento rugoso, de gran bre otra. Estas manchas parecen demos-
peso, móvil, de un grosor de unos 14 cm., trar que las rodillas del Hombre de la Sá-
que ha aplastado, deformado y reabierto las bana
lesiones causadas por el flagrum, ocasio- «sufrieron la acción discontinua de un
nando otras, incluso atravesando las vesti- agente escoriante y lesivo, como pudo ser
duras. un terreno accidentado, una calle no lisa,
«Este conjunto traumático, contusivo- contra la superficie cutánea convexa, so-
escoriativo, lleva a pensar que haya sido bre la cual la acción lesiva fue atenuada por
causado por el palo transversal de la cruz, la interposición de una protección blanda,
que el condenado sostenía con las dos ma- como la tela de su vestidura» (Judica-Cor-
nos en la zona escapular, sobre los hom- diglia, op. cit. 69-70)
bros, en el trayecto hacia el lugar del supli- Con otras palabras, Jesús habría caí-
cio. El madero cargado por Cristo era un do varias veces, y como sostiene la de-
palo basto, que él sostenía oblicuamente
sobre la espalda, como hemos dicho, y que
voción popular, unas sobre una rodilla,
con cada caída, resbalaba hiriendo y dañan- otras sobre la otra, y a veces sobre las
do la piel con su peso y rugosidad, más en dos, de golpe, mientras que, con las ma-
la región derecha que en la izquierda» (Judi- nos ocupadas en sostener el pesado pa-
ca-Cordiglia, op. cit. 68-69). tíbulo, subía penosamente la ligera pen-
Se ha apuntado la hipótesis de que al- diente que lo conducía al Calvario. Pare-
guna caída no fuera casual. Es bastante ce confirmarlo, en el rostro del hombre
probable que los condenados a muerte, de la Sábana, el gran golpe que se en-
generalmente poco resignados, como en cuentra en la base del mentón.
cambio aparecía Jesús, fueran atados por Para que el espectáculo sea más com-
seguridad con una cuerda en las muñe- pleto y divertido –demasiado serio, de-
cas o en los tobillos. Bastaba un simple masiado resignado este Jesús de Galilea–
empujón cuando el pobre hombre inten- dos bandidos, cogidos por la policía
taba mantener el equilibrio precario del después de un robo con asesinato, van
18 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
anima y revive. Desde aquél preciso ins- mente en contacto con aquel cuerpo in-
tante Cristo será el Resucitado. Ahora animado encerrado en la Sábana Santa,
bien, ¿quien sino el mismo Hombre-Dios, incluso siendo cuerpo y alma separados
que pudo morir, pero no ser sometido entre sí.
para siempre al poder de la muerte, quién Dado que estamos tocando las cotas
sino El podría contarnos desde dentro el más elevadas de la teología, es más que
más increíble de sus milagros? ¿Quién normal que a veces parezca desfallecer
puede hacer la crónica de lo que, bien nuestra mente. La persona de Cristo es
entendido, debe llamarse la resurrección una persona eterna. Es el Verbo eterno;
de sí mismo? así que no se podía disolver ni siquiera
Por eso nuestras palabras parecerán el cuando no había unión del alma con el
balbuceo de un niño, pues ya el misterio cuerpo de Jesús.
de una célula viva, que palpita y se repro- Intentaré explicarlo con las palabras de
duce, constituye un espectáculo impre- un sabio teólogo americano, W. Farrell: «es
sionante. Podemos intentar imaginarnos cierto, sin duda, que durante aquellos días
lo que sucedió; pero al final, tendremos Cristo estuvo realmente muerto; es decir,
que admitir que nos hemos quedado en ya no era un hombre, porque un hombre no
es ni sólo un alma ni sólo un cuerpo, sino
la superficie, mientras que la potencia di- un compuesto de las dos cosas. Y tal com-
vina actuó en las profundidades del Ser puesto se había disuelto. El cuerpo muerto
y dispuso según su voluntad de las más de Cristo era un cuerpo sin alma, pero por
complejas e inmutables leyes de la natu- lo demás era exactamente el mismo de an-
raleza. Solo nos ayudan el insuficiente re- tes, todavía en posesión de la misma Per-
lato evangélico y la reflexión sobre las sona, todavía unido a la Divinidad mediante
obras de Dios, es decir, la teología cris- aquella persona» (Guida alla Somma teo-
tiana. logica, Alba 1958, vol II, 504).
En primer lugar, hay que afirmar que La persona del Hijo de Dios –inmortal
Jesús, trágica e irreversiblemente acaba- como el Padre– conservaba plenamente
do como hombre, seguía siendo el Hom- el dominio del alma y del cuerpo de Je-
bre-Dios. El alma se había separado del sús de Nazareth mediante los cuales ha-
cuerpo, ya que El, inclinando la cabeza, bía vivido hasta ayer su espléndida y do-
había gritado: «¡Padre te confío mi lorosa experiencia humana. Podía resu-
vida!». La suya había sido una muerte citarse a sí mismo de los muertos, ape-
clínica en el más estricto sentido de la nas quisiera. Y Cristo resucita. Porque
palabra, confirmada también con el gol- Cristo era Dios.
pe de la lanza que penetró hasta el fondo ¿Cómo apareció sobre la Sábana la ima-
del corazón. Pero la divinidad –su ser gen de Cristo? Cuando Cristo resucita
Dios– que provenía a Cristo de la perso- en su cuerpo terrestre espiritualizado, y
na del Verbo, no se resintió, no podía abandona la Sábana sobre la tumba, las
resentirse de ningún modo por aquel dra- huellas en ella son ya un hecho. La Sába-
ma. Durante la espera, cargada del miste- na Santa es en este momento un verda-
rio más grande de la historia humana, la dero y exacto negativo, único en su es-
persona del Verbo se mantuvo íntima- pecie, que revelará su precioso secreto
24 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
solo al final del siglo XIX, en el laborato- de, sigue leyes precisas, acordes con el
rio fotográfico del abogado Pia. tiempo de contacto, de modo que si no lle-
ga a 10 el número de horas, no se imprime
Podemos preguntarnos: ¿se fijó aque- el calco sobre la tela, o se hace de forma
lla imaginaron en un lento proceso que rudimentaria, mientras que si se supera ese
duró unas treinta y seis horas? ¿Se grabó número de horas, los regueros de sangre
en una fracción de segundo, en el mismo emborronan la tela por excesivo ablanda-
instante en el que el cuerpo del Señor se miento de la fibrina» (Op. cit., 84-85). Re-
reanimó? ¿O, tercera hipótesis, la sabia fiere asimismo una afirmación del doctor
Black, según la cual el fenómeno de la fi-
omnipotencia de Dios se sirvió de los dos brinolisis es hoy bastante conocido y estu-
modos o de otros sistemas que no llega- diado, en sujetos expuestos a un stress
mos a adivinar? La ciencia hasta hoy se salvaje.
limita a esto: propone hipótesis e intenta ¿O en cambio, hipótesis más atrevida
verificarlas en el laboratorio, y pienso que y –como se ha dicho– al límite de la cien-
nunca podrá ofrecernos más. Entre los cia-ficción, la clave estaría íntimamente
elementos que tiene a su disposición o conectada a los misteriosos rayos
de los que podrá disponer en el futuro, le mitogenéticos de Gurwitsch, originados
faltará uno, indispensable, que estuvo pre- por la actividad normal de los tejidos
sente y fue determinante entonces: la in- orgánicos y capaces de ser proyectados
tervención personal de Dios. ¿Quién po- en el ambiente circundante –en nuestro
drá como El utilizar los secretos miste- caso, la Sábana adherida al cuerpo de
riosos de la naturaleza que El mismo ha Jesús– en forma de radiaciones secun-
ideado y creado? darias residuales? Esto equivaldría a de-
Y, volviendo a las hipótesis: ¿La im- cir que el influjo sobrenatural del Verbo
presión en la tela se verificó como una sobre los restos mortales de Jesús no se
escritura por un proceso vaporigráfico limitó a parar el proceso de descompo-
debido al efecto oxidante de los gases sición, sino que habría incluso potencia-
amoniacales que exhalaba el cuerpo del do la fuente de radiación, hasta conse-
crucificado? En el estado actual de las guir registrar en la Sábana, con una obje-
investigaciones, hay pocos pareceres a tividad fotográfica, el perfil de Cristo y
favor de esta explicación. cada detalle de su martirio.
¿Puede ser que la aparición en el tejido Tendremos entonces que trasladar el
de la Sábana de una especie de calco de tiempo de formación de las huellas al mo-
la figura humana que envolvía se debiera mento en que se reúnen el alma y el cuer-
a la cualidad hemolítica del áloe y de la po de Cristo pensando, pues, que el
mirra sobre la sangre de Jesús, coagula- Hombre de la Sábana Santa nos dejó su
da y extendida por toda la superficie del retrato, casi como mediante un flash pro-
cadáver? Parecen más numerosas las pro- digioso, al reanudar su actividad cardio-
babilidades a favor de esta clásica tesis. vascular y respiratoria; es decir, exacta-
Así, Ricci habla de que «la Sábana puede mente en el instante en que resucitaba.
considerarse una prueba del fenómeno de Así, el doctor Jumper se declara favora-
fibrinolisis. De hecho, cuando esto suce- ble a la tesis de un relámpago de radia-
P. Raimondo Sorgia, O.P. 25
ciones como causa inmediata de la ima- cluir un ritual de sepultura que ha queda-
gen. Radiaciones fotoquímicas, no ne- do incompleto...
cesariamente acompañadas de calor o de Un momento después, un terremoto que
explosión de energía. parece tener el epicentro en aquel sepul-
Se han aventurado también teorías so- cro aterroriza y pone en fuga a la patrulla
bre alguna radiación térmica como causa encargada de la vigilancia.
instrumental de las huellas de la Sábana, «Jesús recupera la vida y, libre de las le-
algo así como una incandescencia par- yes naturales, atraviesa, invisible para to-
cialmente análoga al fuego por sus efec- dos, la roca rosa con vetas blancas del más
tos. glorioso sepulcro de la historia» (G. Ricci,
op. cit. 83).
Una cosa es segura. Que en la hora
preestablecida, objeto de una profecía re- Más resplandeciente de luz, y más
petida varias veces, Cristo se dispone a transfigurado que en el Monte Tabor,
volver en medio de los vivos, con pleni- para asegurar al mundo su victoria. Aho-
tud absouta de vida. Y su cuerpo, en el ra, una humilde y común sábana, que ya
que quiere conservar al menos las cica- sería una preciosa reliquia sólo por ha-
trices mayores de su martirio, vuelve a ber acogido entre sus pliegues el cuerpo
palpitar en la soledad del sepulcro. Es un mortal del Hombre-Dios, se ha converti-
cuerpo glorificado, un auténtico cuerpo do en la Sábana Santa. Las huellas que
humano, es más, el mismo recibido de el Resucitado parece haber dejado inten-
su madre, pero totalmente lleno de vida cionadamente, son la fotografía de aque-
divina, que dispone ahora de cualidades llo que Él ya había dicho con notable an-
extraordinarias. ¿No entrará dentro de ticipo sobre sí mismo: «Tomad nota de
poco en el Cenáculo, aunque todas las todo lo que os digo. El Hijo del hombre
puertas estén cerradas cuidadosamente? –el que os habla– será abandonado a las
manos de los enemigos que lo matarán,
Afuera, a dos pasos, separados de Él pero después de su muerte, resucitará al
sólo por un muro corredizo, los solda- tercer día».
dos dormitan, convencidos de estar ha-
ciendo la guardia a un cadáver ya en es- La presencia real de Cristo Eucaristía
tado de putrefacción. Nadie sospecha lo en medio de nosotros y en nosotros está
que sucede en el interior de la tumba, don- garantizada por la fe en la narración de
de ha sido sellado el cuerpo de Jesús de los evangelios. La Sábana ofrece al evan-
Nazareth. De hecho, en la ciudad alta, los gelio mismo y a la fe en el evangelio una
enemigos descansan; finalmente, sus de- garantía más, una garantía máxima, en la
seos más profundos se han cumplido. medida en que se demuestre que es au-
Los mismos amigos del Maestro no sa- téntica. Si la fe es un don sobrenatural,
ben nada; tampoco aquellas discípulas que asiente a lo impalpable, aun sosteni-
que quizás han pasado la noche velando, da por motivos naturales de credibilidad,
en espera de que surja el sol. Dentro de la Sábana Santa es hoy y seguramente
poco bajarán silenciosas por las calles que será más en el futuro, un documento con-
conducen a la colina de enfrente, a con- creto, tangible y disponible para efectuar
26 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
más preciosa que, después de la Buena a un volcán por un caballo infernal. Éstas
Nueva, Cristo había dejado de sí a sus pertenecen al género de recuerdos del pa-
hermanos? sado que escapan a un control real y que
Aceptando la fuente propuesta por Je- por eso probablemente nadie se atreve-
rónimo, esta segunda hipótesis es creí- ría a distinguir de la pura leyenda. De ellas
ble, porque de ella se deduciría que fue queda en la práctica la pura información.
el Señor mismo quien eligió para la Sá- Pero en Turín tenemos la Sábana de-
bana aquél guardián provisional, fuera de lante de nuestros ojos y bajo aquellos más
sospecha. Con el paso del tiempo, cal- penetrantes de los más sofisticados apa-
mada la tormenta y cesada la persecu- ratos científicos: muy frágil en su consis-
ción contra los cristianos, el mismo guar- tencia material, pero sólidamente garanti-
dián o quien estuviera en su puesto ha- zada por muchas y extraordinarias co-
bría transferido la sagrada Sábana, des- incidencias con las voces de la historia,
de los sótanos de la sinagoga, a manos y de la tradición y de los Evangelios. Aun-
lugar más seguros. que confiada la Sábana, diríamos, en las
También aquí, como en tantos otros primeras horas de su nacimiento a los
casos, las tradiciones que de padre a hijo cuidados de anónimos creyentes y a la
transmiten a través de las generaciones palabra de la tradición, reúne en sí mis-
los episodios y nombres unidos a un he- ma una importante serie de certificados
cho lejano se muestran como los más pre- de autenticidad que hoy le reconocen las
ciosos aliados de la historia. Es cierto que distintas ciencias y el testimonio de pri-
a veces la fantasía popular puede haber merísima mano del polen fósil, palestino
coloreado con elementos totalmente ima- o no, encontrado en ella por Max Frei. Y
ginarios el núcleo de un determinado he- a esto se podría sumar enseguida una
cho real; en tal caso la realidad se ve re- sólida documentación histórica.
vestida de leyenda. Pero no se debe caer Por eso, en lo que se refiere a la Sába-
en el error opuesto, de tomar por leyen- na, si para sus primeros siglos las fuen-
da cualquier información que llegue por tes históricas escritas se tienen que cam-
vía de la tradición. Además del hecho de biar por sus parientes más pobres, pero
que probablemente no hay leyenda que más cercanos, las tradiciones orales, po-
no haya nacido de un granito de verdad, dríamos sencillamente resolver la cues-
no es difícil eludir la que sea dudosa, sin tión con un genérico veredicto de leyen-
poner en duda otras que tengan suficien- da. Sin embargo, ninguna invención le-
te fundamento. gendaria ha tenido nunca tantos certifica-
Hay de hecho historias que hunden sus dos de garantía, orales y escritos. Y so-
raíces en la más oscura noche de los tiem- bre todo, ninguna invención legendaria
pos y que no han transmitido ningún in- ha podido jamás soportar los apretados
dicio concreto en favor de su autentici- interrogatorios a los que –afortunada-
dad original. Como la de que las aguas mente– la mentalidad moderna lleva so-
del Rhin guarden el oro de un tesoro fa- metiendo desde hace años a la Sábana
buloso, o que Teodorico fuera arrojado de Turín.
30 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
Teniendo en cuenta, pues, que de la pultura quedaron entre los cristianos, ve-
tradición oral nos bastarán sus conteni- nerados como trofeos de su victoria y
dos, siempre verdaderos en alguna me- como fuente perenne de gracia y de mila-
dida, sin entretenernos en los añadidos gros”» (Judica-Cordiglia, op. cit. 19-20).
de la fantasía popular, podemos recoger En el año 570 consta la presencia de la
algunos de estos testimonios. Sábana Santa «entre los muros de un con-
Por ejemplo, se cuenta que el mismo vento en las orillas del Jordán», aunque
Nicodemo –uno de los hombres presen- «con gran secreto», por el fundado te-
tes en el rito de la sepultura de Jesús– mor a algún acto vandálico.
tomó y escondió la Sábana Santa y otras Hay varios motivos que justifican las des-
reliquias de la Pasión, en Pella, una ciu- apariciones de la Sábana en esos siglos pri-
dad del dominio de Agripa, y que hacia meros:
el año 100 llevó de nuevo la Sagrada Sá- –en los ambientes judíos se consideraría
bana a Jerusalén. una simple pintura, por lo que sus posee-
dores podrían verse acusados de idolatría,
También se puede citar la narración de por violar la severa prohibición bíblica de
las llamadas Acta Pilati, del siglo II. En Ex. 20, 1-6;
esa presunta reconstrucción no del pro- –también pendía sobre ellos la acusación
ceso de Jesús sino de su resurrección, de impureza legal, puesto que la ley judía
se habla también de la Sábana Santa y de castigaba duramente a los profanadores de
los otros lienzos encontrados en el se- sepulcros y a quienes estuviesen en con-
pulcro de Cristo. Escritores cristianos tacto con ropa que hubiera pertenecido a
un cadáver;
bien objetivos, como Justino, Tertuliano
y Eusebio, la tienen en cuenta, por lo que –influiría asimismo la antigua controver-
sia teológica; podría cobrar fuerza la doc-
algo de verdad en principio debe de te- trina de quienes sostenían que Cristo había
ner. tenido una humanidad solo aparente: y un
Tenemos también información de que, espíritu puro no deja restos de sangre...
después del edicto de Constantino ( –finalmente, también podría deberse a
Milán, 313), los cristianos pueden ya ve- una razón contraria, la devoción a la Sábana
nerar, con una cierta tranquilidad, las re- y la caza de reliquias que se hizo tan pre-
liquias de la Pasión. Y de nuevo encon- ocupante que indujo a más de un obispo a
frenar, con la amenaza de excomunión, el
tramos a Jerónimo, que, viviendo sobre celo indiscriminado, no siempre desinte-
el 400 cerca de Belén, pudo recoger la resado, de mercaderes, cruzados y peregri-
creencia de que nos.
«la Sábana, custodiada al principio por Esta información va pasando a los dis-
Marco, siervo del pontífice Caifás, se en- tintos países europeos, por los peregri-
cuentra con otras reliquias de la pasión de nos y mercaderes que regresan de Tierra
Jesús en una iglesia de Jerusalén, sobre el
monte Sión» Santa. Un obispo español, en una carta
del año 626, habla de la Sábana Santa
Y Baronio, «docto intérprete de la tradi-
ción cristiana, afirma sin dudarlo en sus
con el entusiasmo que solamente las co-
Anales que “todos los instrumentos de la sas verdaderas pueden suscitar.
Pasión de Cristo y las reliquias de su se-
P. Raimondo Sorgia, O.P. 31
De este modo, sabemos que durante el cluso al artista autor de la patente falsifi-
saqueo de Constantinopla, sucedido en cación, que habría sido realizada hacia
el curso de la IV Cruzada [1202-1204], los años cincuenta-ochenta del siglo XIV.
la Sábana Santa desapareció de la ciu- Esta impugnación presta un gran ser-
dad por motivos de seguridad. También vicio a la causa de quien sostiene que la
en Constantinopla la pudieron venerar – autenticidad de la Sábana Santa de Turín,
«precisamente en la capilla de Santa Ma- está garantizada mediante pruebas y
ría en el barrio de Blachernæ»–, el rey de contrapruebas. Por otra parte, el ataque
Francia Luis VIII y otros visitantes nota- movido por Pierre d’Arcis duró más bien
bles, como Guillaume, arzobispo de Tiro, poco y se desinfló solo, puesto que ape-
y Amanry, rey de Jerusalén. nas seis meses después una bula pontificia
Durante algún tiempo, el pueblo tuvo la volvió a convalidar la creencia tradicio-
fortuna de asistir cada viernes a la nal, permitiendo de nuevo el culto públi-
ostensión pública de la Sábana Santa. co de la Sábana Santa.
Después, con el asedio y toma de Cons- [De la historia de la Sábana, resumida
tantinopla por los sarracenos, la reliquia por H. Leclerq en Suaire del
más preciosa del sacrificio de Jesús fue Dictionnaire d’archéologie chretienne
confiada de nuevo a manos seguras – et de liturgie, t. XV, pueden extraerse los
probablemente dentro de los sólidos siguientes datos (Cfr. J.-M. Maldamé,
¿Qué pensar de la Sábana Santa?,
muros de un convento– y permanece en Mensajero, Bilbao 2000, 20-27):
clandestinidad hasta que reaparece a la
–A mediados del siglo XIV Godofredo
luz del sol, más allá de los Alpes, exacta- I de Charny fundó una colegiata en Lirey,
mente en Italia y en Francia. diócesis de Troyes, a la que cedió una re-
En 1353 la Sábana Santa llega a Turín liquia de la Pasión, generalizándose el
por primera vez durante un período de culto a ésta. Posteriormente intervino el
obispo de Poitiers, reuniendo una asam-
tiempo bastante breve. Comienza en este blea de teólogos que concluyó que la tela
momento su vida histórica en el sentido expuesta nunca había envuelto el cuerpo
más riguroso y moderno del término: des- del Salvador. Incluso se llegó a descubrir
de entonces, cada cambio y cada hecho al artista, que confesó de plano que él ha-
relacionado con ella, será escrupulosa- bía hecho la Sábana. Se prohibio su exhi-
mente registrado y, en consecuencia, do- bición.
cumentado. –En 1356 Godofredo II, hijo del ante-
rior, pidió autorización al legado del papa
En aquellos años se desata una grave para restaurar la devoción. El legado le
controversia: Pierre d’Arcis, nuevo obis- permitió la exposición de la Sábana. El
po de Troyes, envía un memorial al anti- nuevo obispo de Troyes, Pierre d’Arcis,
papa Clemente VII, en el que declara te- intervino prohibiéndolo de nuevo. Los ca-
ner las pruebas de que aquel paño, es nónigos desobedecieron. Se recurrió al
decir, la Sábana Santa, estaba pintado papa, que entonces residía en Aviñón, ante
el cual expuso el obispo sus argumentos.
artificialmente. Y como sucede a menu- El papa Clemente VII confirmó el per-
do, la mala fe o la sugestión no encontra- miso concedido por su legado, aunque
ron ninguna dificultad para descubrir in- precisando las condiciones para exponer-
P. Raimondo Sorgia, O.P. 33
la; debía advertirse a los fieles que no era causa de las invasiones inglesas del suelo
el verdadero lienzo que recubrió el cuer- francés, había sido necesario cambiar
po de Jesucristo, sino una copia o repre- continuamente la Sábana Santa de una lo-
sentación del mismo.
calidad a otra. Finalmente, llega al duca-
–En 1453 Margarita de Charny cede la
Sábana a Luis I, duque de Saboya, quien
do de Saboya, a Chambéry. En un pinto-
la lleva al castillo de Chambéry. resco y fértil valle alpino se levanta el cas-
–En 1578 el duque de Saboya, Enma- tillo y dentro el duque coloca solemne-
nuel Filiberto, traslada la Sábana a la nue- mente la Sábana Santa, en una espléndi-
va capital, Turín. da capilla, detrás del altar, a la derecha.
–En 1670 la princesa Margarita de Sa- Estará segura incluso en caso de guerra,
boya obtiene permiso para que los fieles ya que es muy difícil asaltar semejante
puedan renovar su devoción por esta re- fortaleza. La misma sainte chapelle, de
liquia]. hecho, se encuentra en el interior de una
De vez en cuando se registra algún mo- torre cuadrada muy sólida y protegida
vimiento de hostilidad, o si se prefiere de con gruesas puertas enrejadas. No hay
excesiva prudencia por parte de alguno que temer posibles represalias o ataques
–según ha dejado escrito un observador por parte de los miembros de una cerca-
del siglo XVI, Antoine Lalaing, señor de na secta valdense. Allí estará segura, a
Montigny, que tuvo ocasión de asistir a menos que entre en acción el más enga-
la ostensión hecha en Pont d’Ains– que, ñoso, el más violento e irresistible de los
para quitar todo resto de duda, habría enemigos, el fuego.
sometido la Sábana Santa a limpiezas ra-
dicales, hasta incluso hervirla. Pero pue- 1532. En la noche del 3 al 4 de diciem-
de ser que nos hayan informado más de bre, mientras la pequeña ciudad y la se-
sus intenciones y sugerencias, que de he- gura fortaleza de Chambéry duermen,
chos. empieza la tragedia. ¿Una vela mal pues-
La historia de las aventuras por las que ta en el candelabro? ¿Una lamparita co-
sigue pasando la Sábana Santa se hace locada muy cerca de las telas que ador-
en adelante más densa, y multiplicar aquí nan el coro donde los canónigos suelen
nombres y fechas, sería interesante, pero cantar laudes y vísperas? Lo cierto es
por otra parte aburrido. Nombrando al que el fuego comienza a propagarse des-
señor de Montigny hemos llegado al si- de allí al primer material inflamable que
glo XV, por tanto a la víspera de aquel encuentra cerca –y casi todo es inflama-
terrible incendio de Chambéry, infinita- ble–. En un principio, carboniza lentamen-
mente más peligroso que todas las prue- te los sitiales del coro, de madera de no-
bas a las que la Sábana Santa, como tes- gal. Después, las primeras lenguas de fue-
tigo silencioso y elocuente de la victoria go serpentean en el vacío, se levantan cre-
de Cristo sobre la muerte, había sido so- pitando y avanzan en dirección a la sa-
metida anteriormente. cristía. Tapetes y telas se queman ense-
Durante la llamada Guerra de los Cien guida. El aire ya se ha hecho irrespirable,
Años, y en particular entre 1418 y 1438, a la temperatura aumenta a medida que las
llamas devoran todo lo que es de made-
34 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
ra: bancos, reclinatorios, marcos de las Mientras tanto, las personas reunidas
puertas. en el patio proponen medidas sin senti-
Allí detrás, en la hornacina cercana al do, lloran y rezan en silencio, temiendo
altar, la preciosa reliquia parece no correr que se haya causado un daño irreparable
ningún peligro, porque se encuentra guar- a la Sábana. Llega al exterior el ruido de
dada en una gran urna de plata. Parece los mármoles que, al fundirse las grapas
inatacable, siempre que alguien se dé de hierro que los sujetaban, caen de las
cuenta a tiempo del incendio. paredes, pulverizándose en el suelo.
150-200 grados de calor. Uno tras otro 800 grados. Empiezan a retorcerse las
las vinajeras y los jarrones de cristal esta- gruesas lámparas y las mismas rejas,
llan, se agrietan las ánforas de yeso y los mientras que las barras de hierro que
estucados que decoraban el interior. sostienen algún peso se pliegan peli-
grosamente. Todo cruje en aquel infierno
300 grados. Comienzan a ceder los que calienta e ilumina siniestramente la no-
emplomados que unían los cristales poli- che de diciembre. Verdaderamente pare-
cromados, saltando uno tras otro los ven- ce como si una potencia infernal alimen-
tanales y vidrieras. tase el fuego, desahogando la rabia satá-
Alguien oye el ruido de los cristales al nica contra el testimonio que pretendía
romperse y caer al suelo. Piensa primero exaltar en los siglos venideros la acción
que son ladrones sacrílegos, pero el del Redentor.
humo que proviene de la sacristía y un Si unicamente hubiera que decir que la
alarmante resplandor le revelan la verdad. capilla había sido destruida y el castillo
Rápido, ¡hay que tocar la campana! Y quemado, sería lo menos importante. Lo
aquel desesperado repicar a martillo des- que todos se preguntan afuera, con un
pierta por sorpresa y reúne en torno a la nudo en la garganta, es qué habrá pasa-
torre del palacio ducal a un centenar de do con la Sábana Santa.
personas, comenzando por los inscritos
en la cofradía del Santo Sudario. 900 grados. El cofre de plata donde se
encuentra depositada la Sagrada Sábana,
Cuando se es víctima de la angustia, doblada cuadrangularmente, está incan-
no es fácil organizar los trabajos para apa- descente. Un tremendo fuego cegador va
gar el fuego, y la temperatura alcanza pron- conquistando una a una las moléculas que
to los 400-500 grados. componen el cofre. En los lugares en que
Alrededor de los 600 grados empiezan las llamas atacan con mayor furia y por
a deformarse hasta los pesados candela- más tiempo, al alcanzar los 960 grados,
bros de cobre, construidos especialmente la plata toma una consistencia extrema-
por los hábiles artesanos de Chambéry damente blanda. Luego comienza a caer
para adornar la capilla. en gotas sobre la Sábana, carbonizando
650 grados. Se derriten como si fueran en varios puntos el tejido.
de cera los platillos para la comunión, que Después de algunos momentos, llegan
están hechos de aluminio recubierto de algunos hombres, dirigidos por el con-
una delgada capa de zinc. sejero del duque, Filippe Lambert, por
P. Raimondo Sorgia, O.P. 35
detrás del humo que se ha expandido. El en la noche del Viernes Santo, en el Se-
agua echada a las llamas, al liberar gran- pulcro, acariciaron con manos temblo-
des nubes de vapor, consigue poner fre- rosas la Sábana que envolvía el cuerpo
no a la furia del fuego, que queda reduci- martirizado del Maestro. Para garantizar
do a algunos focos. ¿Habrán llegado de- que la reliquia quedara incólume y para
masiado tarde? En cuanto es posible, en- rendirle honores, están presentes cuatro
tre chorros de agua y el corazón palpi- guardias del duque. Y una vez reparada
tante de todos, un cerrajero y su ayudan- debidamente, la Sábana Santa es restitui-
te consiguen abrir el cofre, y, con el sus- da al señor de Chambéry.
piro de alivio que podemos imaginar, Como hemos dicho, resultaría dema-
constatan, en presencia del arzobispo, que siado prolijo relatar aquí todas las vicisi-
la Sábana tudes por las que la Sábana Santa ha pa-
«estaba casi intacta, salvo en los pliegues sado a lo largo de los años, al ser trasla-
y, más exactamente, en los cuatro ángulos – dada de uno a otro lugar seguro en cuan-
la tela estaba doblada en varios pliegues–,
donde la plata fundida había caído, provo-
to se tenía noticia de guerras, deporta-
cando las quemaduras que en la tela exten- ciones o saqueos, tan frecuentes en las
dida parecían encuadrar, por así decirlo, la épocas pasadas. Únicamente daré cuen-
imagen anterior y la posterior del Hombre ta de otro episodio relevante, que expli-
que en ella se había envuelto». Y un testigo ca por qué la Sábana es trasladada a
ocular añade: «Este hecho lo vimos clara- Italia.
mente todos, estando yo presente en aquel
momento, y quedamos sorprendidos» (Judi- San Carlos Borromeo, cardenal de
ca Cordiglia, op. cit. 32). Milán, había hecho voto de ir a Chambéry
La investigación ordenada por las au- para venerar la Sábana Santa. Pero una
toridades eclesiásticas concluye con el peregrinación de este tipo, en otoño avan-
atestado de que la Reliquia no ha sido zado y a través de los pasos alpinos, ha-
destruída por el incendio. Es necesario, bría resultado ciertamente muy extenuante
no obstante, proceder a su restauración para el prelado, que todavía no era an-
en las zonas donde ha sido alcanzada por ciano, pero sí de salud delicada. Por esa
el metal fundido. Por fortuna, mejor di- razón, el duque Enmanuel Filiberto, dis-
cho, providencialmente, la figura no ha pone que la Reliquia se traslade secreta-
sido dañada en ninguna parte que pueda mente a Turín, por pocos días, según se
considerarse principal, salvo en los dos dijo entonces. De ese modo, la peregri-
brazos, un poco más arriba de los co- nación del cardenal, desde Milán a la ca-
dos. pital piamontesa, se redujo a una marcha
de cuatro días, no puede decirse que fá-
Las más expertas de entre las monjas
cil, pero sí bastante menos fatigosa.
de Santa Clara, bajo la guía de la priora
sor Louise, proceden a remendar la Sá- Después de la pública exposición en
bana Santa, con paciencia y cuidado. En un palco construido en la famosa plaza
el coro del monasterio, acompañando del Castillo, la Sábana Santa se quedó
cada puntada con una oración, se pare- definitivamente en Turín, en la Capilla
cen a aquellas otras piadosas mujeres que Palatina, a lado de la Catedral. Allí, bajo
36 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
cartadas anteriormente como muy sim- co, su inversión pueda mostrar la figura que
ples. Puede que la imagen de la Sábana se atribuye a Cristo”. Y esto con una per-
Santa sea simplemente un cuadro. «¿Ob- fecta precisión, puesto que es sabido qué
poco hace falta modificar en un rostro be-
jeciones?» –se preguntan–. Ciertamente; llo para obtener una caricatura; especial-
y más de una. Puesto que en aquel año y mente cuando –como en el rostro de este
medio de investigaciones se han docu- hombre– su belleza se debe a la expresión».
mentado acerca de la historia de la Sába- Hay que agradecer al doctor Delage y
na, saben que hay noticias de ella plena- a sus colegas, como hombres y como
mente atendibles al menos desde el siglo científicos, la seriedad de sus estudios.
XIV. Pues bien, en aquella época, en Ita- Ayudan a dar respuesta a las primeras ob-
lia y entre los máximos artistas estaba el jeciones y parecen decir con su compor-
joven Giotto de Bondone y el viejo Cima- tamiento de auténticos servidores de la
bue; en Alemania el maestro Bertram; verdad: «Sean siempre bienvenidas las
Beauneveu, Malouel y Bellechose en Fran- objeciones, porque quien busca la ver-
cia. En el estilo de aquellos pintores, de dad, tendrá que considerarlas como ver-
entre el románico y el gótico, aparecen daderas aliadas; son como las lentes del
figuras indudablemente sencillas y fres- microscopio; aunque sacrifican una vi-
cas, rostros ingenuos, conmovedores; sión fácil y preconstituida de la realidad,
muy diferentes de la perfección anatómi-
son indispensables para ayudarnos a es-
ca que se lograría solamente algunos si-
cudriñar a fondo tantos problemas y mis-
glos después, en pleno Renacimiento.
terios de la Creación».
Delage razona: «Si la imagen fuera un cua-
dro de un falsificador que hubiera existido Dando un salto hasta los años sesenta,
en aquella época o en épocas precedentes la profesora Noemí Gabrielli, experta en
–siglos XIII-XIV–, tendríamos que supo- historia y técnica de las artes figurativas
ner que hubo un artista capaz de hacer una adelanta una genial hipótesis. Para ella la
obra cuanto menos a la altura de los gran- Sábana no es una pintura, al menos en el
des pintores del Renacimiento y, cosa más
extraña todavía, tendremos que explicar
sentido común de la palabra, puesto que
cómo un artista tan magnífico haya podido los exámenes microscópicos no han
quedar totalmente ignorado… Y esto, que mostrado en el tejido la presencia de aquél
ya resulta bien difícil de creer respecto a fondo hecho a base de materias aislantes
la imagen pintada en positivo, resulta del y no absorbentes, llamado imprimación,
todo increíble, si se considera que la hue- que los pintores extienden siempre sobre
lla del hombre de la Sábana Santa es una
imagen en negativo: pintar una figura de
la tela antes de empezar su trabajo; ade-
ese modo, sin valor estético alguno, sin re- más, faltan las huellas direccionales de
sultar nada agradable ¿qué sentido podría las pinceladas.
tener?... El falsificador habría sabido ade- Según esta profesora, si no se admite
más, con un anticipo de medio milenio, que
las generaciones futuras descubrirían el
una intervención milagrosa, el misterioso
proceso fotográfico... Este genio sobrehu- falsificador podría haber recurrido a los
mano lo habría calculado todo: “colocaré pinceles y a las pinturas no directamente
las luces y las sombras de tal modo que sobre la Sábana Santa, sino sobre una
cuando se le aplique el revelado fotográfi- tela aparte. Habría pintado el cuerpo de
P. Raimondo Sorgia, O.P. 39
al contacto con otros vapores, como el «Tenemos por una parte la Sábana –pro-
carbonato de amonio, que emanan de un bablemente impregnada de áloe, una resina
cuerpo recubierto de un abundante su- oriental– y un crucificado que ha sido azota-
do, herido en el costado derecho y corona-
dor, pueden fijar una imagen. Si el cadá- do de espinas. Tenemos por otra parte un
ver del hombre de la Sábana, entre las conjunto de historia y tradición que nos pre-
dos telas, quedó en el sepulcro por lo senta a Cristo, que en Judea sufrió los dis-
menos un día, y no más de dos –al me- tintos suplicios que se muestran en el ca-
nos veinticuatro horas, pero no más de dáver cuya imagen nos ofrece la sábana. ¿No
unas cuarenta, pues entonces el proceso es natural acercar estas dos series parale-
de putrefacción hubiera destruído todo– las y unirlas en un mismo sujeto?
la mezcla de los distintos elementos, en «Estimo que yo tengo que considerar
una lenta evaporación, pudo haber pro- todos estos datos:
yectado sobre el tejido de lino la huella –Que la tradición cristiana asegura que
de aquel cuerpo. Pudo haber nacido así Cristo, muerto el viernes por la tarde, estaba
la huella del Hombre, con un color ma- ya fuera del sepulcro al alba del domingo;
rrón rojizo más intenso en las partes que –Que este hombre, ajusticiado como un
sobresalen, que aparece difuminado al au- criminal, tiene en el rostro, como debió ser
el rostro de Cristo, una expresión tan no-
mentar la distancia entre el cuerpo y la ble que espontáneamente pensamos que lo
tela, y de un color rojo carmín en las zo- lógico es asignarlo a un hombre bueno y
nas de los cabellos y de las lesiones ma- equilibrado;
yores. –Que, en resumen, hay un conjunto de cir-
La posibilidad es real, pero al mismo cunstancias –el medio Oriente, la llaga en
tiempo bastante teórica. Los experimen- el costado derecho, el tiempo ideal de la
tos realizados entonces por Vignon, y re- sepultura, el misterioso lenguaje de la fi-
sonomía del rostro– que son indiscutible-
petidos varias veces después por otros mente excepcionales».
estudiosos, dan fundamento a la hipóte-
sis –las huellas obtenidas por ese proce- Y aquí Yves Delage revela su secreto:
dimiento en laboratorio son idénticas por «Supongamos, dice, que por cada una de
naturaleza a las de la Sábana Santa–; pero estas cinco circunstancias exista una pro-
así como la imagen de Jesús en la Sába- babilidad sobre cien de que se trate de otra
persona. Siendo así, hay una sóla probabi-
na aparece nítida y perfecta, la imagen lidad entre diez millones de que la Sábana
obtenida experimentalmente es confusa, Santa nos haya transmitido la imagen de una
borrosa e incluso a veces monstruosa. persona distinta de Jesucristo.
No obstante ello, quizás por esta vía se Así pues, para el científico que no que-
comenzaba a desvelar el misterio de la ría pasar por hombre de iglesia, la Sába-
formación de la imagen de la Sábana. na Santa era la sábana regalada por José
Delage suscribió las conclusiones del de Arimatea a su amigo Jesús bajado de
doctor Vignon y en su propia declara- la cruz. Y terminaba con un aviso:
ción, leída con voz clara y vibrante ante «Dicen que, por inconsciencia o por fal-
los sorprendidos grandes de la Acade- ta de escrúpulos, yo he traicionado a la
mia de las Ciencias de París, concluye: ciencia y desmentido mis opiniones de li-
42 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
bre pensador. Por el contrario, yo he sido
fiel al verdadero espíritu científico, al es-
tudiar el problema del Hombre de la Sába-
na Santa, preocupándome sólo de descubrir
la verdad».
Delage no tenía el don de la fe, pero 10
consideraba a Cristo al menos como un
personaje histórico. Entonces, ¿por qué El investigador
tenemos que escandalizarnos frente al que interrogaba a las plantas
hecho de que la humanidad tenga en la
Sábana Santa una huella material de su
existencia?
Más allá alcanza el razonamiento de otro En 1973 se introduce en esta historia el
experto, también francés, el ingeniero in- profesor Max Frei, criminólogo, director
dustrial Paul de Gail, que reconsidera las del gabinete científico de la Policía de
ideas de Delage: Zurich y perito de Interpol, además de
«Es extremadamente probable que la Sá-
ser redactor especializado en el periódi-
bana Santa de Turín sea la que envolvió a co alemán Kriminalistik. Con una mente
Jesús. Por lo que ahora puedo valorar, la bien despierta, un olfato instintivo y un
probabilidad de que no lo sea es de apenas largo entrenamiento en todos los cam-
1 sobre 225 millones... Si en toda la histo- pos de investigación, este doctor Frei es
ria hubiera habido 225 millones de cruci- también uno de los mejores expertos en
ficados, y es evidente que es una hipótesis el ámbito de una nueva disciplina bastan-
sencillamente absurda, en tal astronómico
número de ajusticiados, podríamos encon-
te nueva, la llamada polinología.
trar sólamente uno –uno solo– en el que la ¿Que es la polinología? El término fue
modalidad de crucifixión, de sepultura y del creado en 1944 por los botánicos ingle-
modo en el que se presentan las huellas de ses Heyde y Williams, de la raíz griega
la Sábana Santa, coincidan con las atribui- palé que quiere decir harina, polvo, en
das al crucificado de nombre Jesús».
directa relación al polen y a las esporas
vegetales. Cuando una flor llega a su ma-
durez, libera de las anteras de sus estam-
bres un tenue, casi impalpable polvo vi-
viente; es el polen. Transportado sobre
todo por el viento, está destinado a al-
canzar el ovario de una flor de la misma
especie, y realizar así la fecundación. El
color del polen, es generalmente amari-
llo, rosado, celeste, marrón o blanco. Co-
gidos uno a uno, estos granos son ver-
daderamente microscópicos; hay algunos
que miden apenas 2’5 micrones.
P. Raimondo Sorgia, O.P. 43
Y además, estos pequeños granos, pre- do paisaje en épocas lejanas. A los ojos
cisamente porque contienen en su inte- de un paleo-botánico aparecen los bos-
rior la preciosa chispa de una nueva vida, ques de gigantescas coníferas de antiguas
están preparados de modo completamen- eras geológicas, los jardines de la época
te funcional: dotados de apéndices para faraónica o babilónica, y también las la-
adherirse mejor al cuerpo de los insectos deras de olivos de las colinas palestinas,
que los transportan, o de sacos auríferos las llanuras sembradas de trigo, las viñas,
para ser llevados por el viento, tienen una higueras, moreras y sicómoros alrededor
capa externa muy fuerte, resistente inclu- de cada poblado, las adelfas y cañas de
so a ácidos o substancias cáusticas exis- las riberas del Jordán y del lago Tibe-
tentes en la naturaleza, como el calor esti- ríades.
val o las heladas invernales, y que a su En cuanto al procedimiento de análisis
vez explotará espontáneamente en el tiem- de la polinología, consiste esencialmente
po de la fecundación, al hincharse el en poner las microesporas aisladas de de-
protoplasma. terminado material en un pequeño cristal,
Es casi increíble la cantidad de polen dejando caer después encima una gota
que en la época de floración se esparce de glicerina y de substancias colorantes.
alrededor de una zona verde, dispersán- De este modo, gracias al aumento del mi-
dose en la atmósfera prácticamente por croscopio, se puede proceder a contar
todas partes. Basta pensar que de un solo los granos de polen y el porcentaje de las
metro cuadrado de bosque poblado de distintas especies presentes.
alisos sería posible recoger 2.160 millo- Max Frei, encargado de autenticar las
nes de granos, o igualmente de un mato- fotografías que una comisión científica
rral de retama en flor de un metro cua- había tomado, al examinar detenidamen-
drado unos 4.060 millones de ellos. te la tela, observa la presencia de esporas
La ciencia en cuestión constituye una de polen sobre la Sábana y obtiene per-
rama de la micropaleontología y ha ido miso para recoger unas cuantas mues-
adquiriendo una importancia creciente en tras, que él llama microhuellas.
el cuadro de la apasionada atención que En presencia de testigos calificados y
el hombre dedica a la prehistoria. El estu- con la autorización previa de las autori-
dio del polen conservado en estado fósil dades competentes, el doctor Frei reco-
en los fangos de los lagos o de los panta- rre por un momento con la vista toda la
nos se realiza extrayendo, por medio de superficie de aquella larga tela que está
sondas, muestras de limo de los distin- investigando. Después, con gestos me-
tos niveles de profundidad. El análisis rea- didos y precisos aplica a lo largo del bor-
lizado en laboratorio permite establecer de de la tela pequeños trozos de una cin-
el llamado espectro polínico, que da una ta adhesiva especial. Finalmente los quita
idea bastante precisa de la flora existente con delicadeza, colocándolos dentro de
alrededor del depósito en una época de- un recipiente especial, después de
terminada. De este modo puede saberse haberlos clasificado según las respecti-
cómo era la vegetación de un determina- vas áreas de control.
44 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
Ahora tiene a su disposición toda una De estos métodos de trabajo parte Max
serie de muestras de polvo. Como poli- Frei. Por una parte, debe filtrar cuidado-
cía científico, está acostumbrado a es- samente el contenido de sus microfósiles,
tos procedimientos. En las investigacio- para aislarlos de los infinitos restos de
nes realizadas en los laboratorios de la materia orgánica e inorgánica deposita-
policía, se consigue detectar, con la ayu- dos entre la trama oblícua de la Sábana
da de rayos infrarrojos o ultravioletas, Santa, en forma de sarga o cola de pes-
huellas borradas incluso con productos cado. Examina cada muestra bajo el po-
químicos, o saber que un sobre cerrado tente rayo de luz polarizada del micros-
y sellado ha sido abierto y vuelto a ce- copio electrónico.
rrar. Otras veces una gota de líquido que El doctor Frei ha concluido sus bús-
queda en el fondo de un vaso o una mi- quedas preliminares y, presentando una
croscópica sección de cabello puede te- relación en el II Congreso mundial de
ner gran importancia. estudios sindonológicos, muestra detalla-
Del mismo modo, este investigador damente los resultados a los que ha lle-
considera que el polvo depositado sobre gado después de cinco años de análisis.
la Sábana en veinte siglos podría ser un En su exposición confirma que sobre la
auxilio muy importante para conseguir Sábana Santa se encuentra, efectivamen-
parte de la verdad en relación a la Reli- te y en una cantidad notable, el polen de
quia conservada y venerada en Turín. varias plantas que crecen en diversos lu-
¿No han resultado determinantes a ve- gares. De este modo se conoce el tra-
ces, a efectos de una investigación, las yecto hecho por la Sábana Santa en su
huellas digitales o un sencillo filtro de peregrinación desde Palestina hasta Turín,
cigarrillo? ¿No se ha resuelto más de un en la Italia septentrional, a través de la
delito basándose en el examen de prue- región del Bósforo, Francia y los Alpes
bas imperceptibles? occidentales. La comparación de sus ca-
racterísticas
Otro experto en los secretos de la poli-
«con las de granos de igual polen y de
cía científica, el comisario Nardone, ha la misma edad, encontrados en las mismas
escrito que es deber de los especialistas regiones» confirma la intuición que tuvo
«definir las características del arma con- este genial detective, que el 8 de marzo de
tundente o de corte utilizada para golpear 1976 afirmaba: «la presencia de polen per-
una víctima con la sola observación del tipo teneciente a no menos de seis especies de
de herida o contusión producido, determi- plantas palestinas, a una especie de Turquia,
nar si un cristal se ha roto desde dentro o y a ocho especies mediterráneas, nos auto-
desde fuera, averiguar de quién son deter- riza desde ahora, incluso antes de comple-
minadas huellas o qué tipo de neumático tar la identificacion de todos los
ha recorrido una carretera, a qué objeto microfósiles, a llegar a la siguiente con-
pueden pertenecer los microscópicos frag- clusión: “la Sábana Santa, no puede ser una
mentos encontrados en las hendiduras del falsificación”»
suelo, o entre los huecos de una suela» (M. Igualmente explicaba el doctor Frei sus
Nardone, Il manuale del giovane detecti- investigaciones en un debate televisivo so-
ve, Milán 1971, 26).
P. Raimondo Sorgia, O.P. 45
bre la Sábana Santa emitido el 30 de mar- los campos cultivados de Judea. Y encon-
zo de 1978: tré allí las respuestas que buscaba: esta plan-
ta es la Sueda, esta variedad particular cre-
«Examinando las muestras de polen to- ce solo en Palestina, sobre la Sábana Santa
madas de la Sábana Santa, esperaba descu- he encontrado el polen de esta planta; éste
brir detalles de su historia. Deje que le es el Paganum hamala, una planta del de-
muestre lo que he descubierto. Esta, por sierto muy común en la región comprendi-
ejemplo, pertenece a una haya –fagus sel- da entre Jericó y el Mar Muerto, y sobre la
vatica–, esto es el polen del tejo –taxus Sábana he encontrado también el polen
baccata–… y una docena de otras especies de esta planta»
de origen europeo, que no hacen más que
confirmar lo que ya sabemos: que la Sába- Así pues, el polen puede actuar como
na Santa fue expuesta al exterior en Fran- un insospechado sello de autenticidad,
cia y en Italia. Pero después he encontrado guardado además celosamente en el lu-
esto: Linum mucronatum, Romaria hi- gar más inesperado, es decir, entre la tra-
brida, y Glatzium grandifloram, la Onos- ma en forma de sarga que constituye la
ma gigantes, la Astragalos… Y mientras
las imágenes mostraban ampliados los gra-
Sábana Santa. Max Frei lo confirma. La
nos y esporas mencionados por el doctor presencia del polen de estas plantas que
Frei, el comentarista explicaba que se tra- crecen exclusivamente en la zona de la
taba de “pólenes y fibras de nuevas espe- Biblia, y en las regiones circundantes nos
cies de plantas que crecen solamente en permiten llegar a una sola conclusión: La
Turquía y que demuestran que Lirey, en Sábana Santa ha respirado el aire de Pa-
Francia, no puede ser su país de origen”». lestina.
Después el científico continúa: Pero mientras él ha trabajado silencio-
«La presencia de un número tan conside- so en medio de sus cristales y calcula,
rable de polen de plantas que crecen en Tur- compara y piensa, en otros lugares va-
quía me hace llegar a una conclusión fun- rios científicos proceden a diversos aná-
damental, esto es, que en un momento de
su historia, la Sábana Santa debe haber es- lisis, con nombres complicados, pero to-
tado expuesta al exterior en el sur de Tur- dos dirigidos al mismo fin: hacer luz –si
quía o en las cercanías de Estambul». es posible de una vez para siempre– so-
Pero no fueron ésos los únicos pólenes bre este apasionante misterio.
que él había aislado e identificado en sus
análisis de la Sábana de Turín. Max Frei
contaba cómo le habían intrigado ciertas
partículas vegetales que se veía obligado
a clasificar como misteriosas, dado que
no lograba identificarlas ni siquiera con la
ayuda de sus mejores tratados de Botá-
nica:
«Por ello tuve que ir en persona a los paí-
ses en los que la Sábana Santa presumi-
blemente había permanecido. Naturalmen-
te, me dirigí en primer lugar a Jerusalén y a
46 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
Ahora bien, ¿por qué no sucedió lo que vuelto, por tres días, el cuerpo martiriza-
inevitablemente tenía que ocurrir, vistas do del Hijo, y de ahí había resucitado,
las premisas? ¿Cómo es que un trozo de dejándonos la imagen fiel de la propia rea-
tela normal puede resistir al calor lidad del Hombre, del Verbo que se ha-
proviniente de dos metales con un punto bía encarnado por nosotros y para nues-
de fusión de 960’8 grados para la plata y tra salvación. No es creíble, en efecto,
1.100 grados para el cobre? ¿Cómo pue- que tal intervención superior se hubiera
de competir con dos substancias metáli- producido para cuidar y defender una...
cas que, obedeciendo a las precisas le- falsificación.
yes de la naturaleza, empiezan a pasar del Es, por tanto, una prueba más a favor
estado sólido al magmático o semi–flui- de quien tiene el convencimiento de que
do, muy parecido a la lava que sale de un la Sábana Santa de Turín no solo es au-
volcán en erupción? ¿Cuándo se ha vis- téntica, sino que además lleva consigo
to que un tejido puesto en contacto con misma un mensaje de gran elocuencia
planchas ardientes saliera intacto? para creyentes y no creyentes: el mensa-
Sabemos que las leyes naturales son fé- je de la existencia de un Dios Omnipo-
rreas e inmutables; actúan según lo esta- tente, infinitamente inteligente y genial,
blecido por el Creador, sin admitir por capaz de dirigir los lugares, los tiempos
propia iniciativa excepciones con nadie. y los modos de revelarse al género hu-
Ahora bien, el caso del incendio de mano, movido por un amor sin límites y
Chambéry es una gran excepción –y, salvador.
como dice San Ambrosio, lo que va más [J. Kilmon, en www.historian.net/
allá de la naturaleza procede del Autor shroud. htm, explica que del examen fí-
sico de la Sábana se deriva que se trata de
de la naturaleza–. Además, como cada una tela que mide 4’6 x 1’1 metros, co-
efecto exige una causa proporcionada, rrespondiente a la medida estandar de 8
tal causa debe buscarse por encima de la x 2 cúbitos filetáricos utilizada en Pales-
sencilla naturaleza, y esto es signo de que tina durante el siglo primero. El dibujo
la Sábana de Turín está verdaderamente del tejido es probablemente sirio, del si-
en el corazón de Alguien. Alguien que glo primero; contiene algodón de una es-
puede modificar las leyes inflexibles, Al- pecie de Oriente Medio que no se en-
cuentra en Europa, el Gossypium herba-
guien que ordenó a éstas suspender su ceum. Se concluye, pues, que la Sábana
poder en beneficio de aquella realidad sin- fue confeccionada en el Oriente Medio,
gular que Él quería proteger, salvaguar- con mucha probabilidad en Siria, con un
dándola de la inexorable función destruc- diseño utilizado en el siglo primero, aun-
tiva de las llamas. que bastante raro y costoso].
Con estas consideraciones se pone de
relieve que la necesidad –por razones de Anatomía
lógica, no de fe– de una intervención por En el ámbito de la interpretación médi-
encima de las leyes naturales confirma la ca de la fotografía, el doctor Robert
autenticidad de la Reliquia. En aquella Sá- Buckley, uno de los mayores expertos
bana, verdaderamente había quedado en- en esta especialidad, médico en el Insti-
48 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
boración, así como la total ausencia de tivo fotográfico, ¿qué pintor y por qué,
huellas de pinceladas. dotado de capacidades geniales como
Los misteriosos falsificadores podrían para poderlo comparar con MiguelAngel
haber acudido al eventual recurso pro- o Leonardo de Vinci, habría decidido ofre-
puesto por el doctor Rodante, ya expli- cer a sus contemporáneos y a los pos-
cado; se habría podido envolver dentro treros una imagen por sí misma incom-
de una sábana un cadáver, anteriormente prensible, en vez del habitual modo po-
sometido a torturas y después crucifica- sitivo y verdadero, con las facciones de
do, poniéndole después áloe y mirra, y aquél que por todas las circunstancias,
exponiendo luego la tela en cuestión a la sería Jesús de Nazareth? Mientras no ten-
luz del sol. Pero también esta hipótesis gamos una respuesta convincente, nos
hace aguas por todas partes, sea porque sentimos ampliamente autorizados a pre-
la presencia catalizadora del fluido lumi- ferir nuestra tesis: la Sábana Santa con-
noso debería ser simultánea la acción de servada en Turín es auténtica y verdade-
los ungüentos y bálsamos, y no poste- ramente tuvo entre sus pliegues a Cristo
rior; sea porque los desconocidos falsi- muerto y resucitado, como nos induce a
ficadores habrían debido tener la inad- creerlo el conjunto de pruebas que así la
misible precaución de procurarse, algu- avalan.
nos siglos antes del descubrimiento de la [De la investigación realizada en 1978
polinología, los pólenes fosilizados, de por el STURP, equipo de científicos es-
origen prevalentemente palestino o me- tadounidenses que solicitó y obtuvo per-
miso para realizar una exploración sobre
dio-oriental, que la Sábana Santa presen- la Sábana en Turín se derivan importan-
ta como incorporados dentro de las pro- tes conclusiones sobre la formación de
pias fibras. la imagen de la Sábana Santa.
Por otra parte, la teoría pictórica no Este equipo pudo trabajar directamen-
explica la exactitud milimétrica de aque- te con la Sábana durante 120 horas, utili-
llas tres pequeñas heridas en la frente del zando las técnicas de investigación más
Hombre de la Sábana Santa, con una per- avanzadas, de entre las cuales pueden des-
tacarse:
fecta simetría, correspondientes a las ve-
nas y arterias de las que salió la sangre. –unas 5.000 fotografías normales y con
rayos infrarrojos y ultravioleta;
La ausencia de estas micro-garantías de
autenticidad hace que no se pueda susti- –análisis computerizado de la imagen
con el aparato VP8, capaz de obtener el
tuir la Sábana de Turín por la Sábana re- relieve del cuerpo que estuvo envuelto
producida en Siracusa por el doctor por la Sábana;
Rodante. –microscopía, macroscopía, micro-
Otra objeción insuperable acerca del densitómetro y espectroscopio;
origen manual de la Sábana Santa de Turín –pruebas químicas, más de 1.000, de las
proviene de las siguientes preguntas: dado mancas de sangre, agua y otros restos, así
que dicha impresión del hombre se en- como de otros pigmentos orgánicos e
cuentra en las condiciones que podría- inorgánicos, que aparecen en la Sábana.
mos denominar aproximadamente nega- Sus principales conclusiones fueron:
52 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
–Las manchas de sangre de la Sábana una superficie tratada con aloe y que ha-
son realmente sangre. bía estado expuesta a la luz del sol, una
–La imagen contiene al menos nueve zona no oscurecida, correspondiente a
características que obligan a excluir to- un lugar en que se había impedido la ac-
das las técnicas conocidas para realizar ción de dicha luz. Ello era signo evidente
la imagen (tintura, tinte, polvo, contacto de la acción oxidante producida por el
directo, vaporigrafía, vapor y contacto).
Esas características son: absoluta super- sol.
ficialidad, extrema pormenorización, ple- Partiendo de la reproducción fotográ-
na estabilidad térmica y química, com- fica del Hombre de la Sábana Santa, tra-
probada ausencia de pigmentación de tado con sangre, sudor, áloe y mirra, y
cualquier clase, estabilidad al agua, no
direccionalidad, negatividad y tridimen- agujereada con un alfiler común, con pa-
sionalidad]. ciencia infinita, para intentar reproducir
la porosidad de la piel humana, Rodante
El doctor Rodante, de Siracusa, ha continuó sobre esta pista, fotografiando
dado la respuesta más plausible, por el sistemáticamente los resultados obteni-
momento, a la cuestión de cómo se for- dos. Después tuvo la oportunidad de tra-
mó la imagen de la Sábana, después de bajar con un material utilizado en los pro-
más de veinte años de investigaciones en cesos serigráficos. Del latín seri(co) –de
laboratorio. Ya en 1978 presentó en el ám- seda–, y del griego gráphein –escribir–,
bito del XI Curso de medicina y moral la serigrafía es un procedimiento de
en Roma, los resultados de sus primeros estampación que consiste esencialmente
experimentos sobre las impresiones de en hacer pasar una capa de tinta a través
la Sábana Santa, obtenidos recurriendo a de la malla de un molde de tela con poros
catalizadores como el sudor y el sangre. muy pequeños.
Realizó los experimentos en las catacum-
bas de Siracusa, lo que indicaba ya una Rodante estaba convencido de que sus-
primera intuición: elegir un ambiente lo tituyendo la sustancia líquida de la tinta
más análogo posible al específico del por aquélla, todavía más fluída, consti-
Sepulcro de Jerusalén, con un determi- tuida por un flujo de luz solar, una deter-
nado nivel de humedad, dato indispensa- minada figura tratada con los elementos
ble para lograr la experimentación. citados, tendría que haber dejado su pro-
pia impresión en negativo. De hecho, así
Un año después de la pretendida nue- es como sucedió; primero el rostro del
va datación de la Sábana Santa, acorde Hombre de la Sábana Santa, después toda
con la prueba del carbono 14, en 1989, la figura. Al terminar el tratamiento, que
Rodante presentó sus descubrimientos en duró alrededor de treinta y seis horas, en
una contribución titulada Formación na- el ambiente húmedo de las catacumbas
tural de las impresiones de la Sábana siracusanas, atravesando con un flujo lu-
Santa; sudor y sangre, áloe y mirra, y minoso el finísimo material serigráfico –
la datación medieval. lo más parecido a la permeabilidad de la
Sus investigaciones en el laboratorio piel humana–, quedaron estampados en
empezaron por una fortuita o providen- otra tela o cuadro de estampación, con
cial intuición, la de haber encontrado en un altísimo índice de semejanza; prácti-
P. Raimondo Sorgia, O.P. 53
camente del cien por cien. De hecho, lle- radiación atómica, la más convincente en
vando al revelado fotográfico aquella im- plano teórico y avalada por los resulta-
presión negativa, se asemeja a un posi- dos del laboratorio es aquella que po-
tivo del original de la Sábana Santa, y casi dríamos denominar de la difusión lumi-
no es posible distinguir la copia del origi- nosa de irradiaciones residuales secun-
nal. darias, presentada por el doctor Rodan-
te en el III Congreso Internacional de
Radiación Estudios sobre la Sábana Santa, en un
Queda sólo hablar del rayo de luz ne- informe complementado con numerosas
cesario para fijar en la tela la imagen que diapositivas demostrativas. El informe se
nos interesa. Ya hemos hecho referencia llamaba Un relámpago de luz en el um-
a los rayos mitogénicos de Gurwitch. bral del tercer Milenio. Ahora bien, mien-
Considerando como hipótesis razonable tras Rodante recurre a la luz del sol, pe-
que la Sábana Santa de Turín haya sido netrando desde el exterior al interior, en
efectivamente aquella en la que en su in- el caso de la Sábana Santa original el flu-
terior estuvo el cadáver del Cristo cruci- jo debió haber salido del interior del cuer-
ficado hasta el instante de su resurrec- po resucitante de Jesús o, mejor aún, de
ción, habría bastado a Dios, inventor y un fulgor que lo envolviera por todos la-
padre de las leyes de la naturaleza, utili- dos.
zar esos rayos mitogenéticos y sacar de [El padre Jorge Loring, jesuita, autor
aquel cuerpo que volvía a estar no sólo de La Sábana Santa, dos mil años des-
vivo, sino además en plenitud de vitali- pués (Planeta, Barcelona 2000), escri-
dad sobrenatural, la cantidad exacta de be: «Esto fue un descubrimiento de los
luz necesaria para fotografiar sobre la tela doctores en ciencias físicas de la NASA
de la Sábana la imagen del Resucitado. americana Jackson y Jumper. Ellos opi-
nan que la imagen se produjo por una ra-
En el proyecto divino, parece que ha diación. Cuando expusieron su descubri-
habido esta secuencia de fases: ofrecer a miento en el Congreso científico inter-
la fe sencilla de los creyentes, desde el nacional sobre la Sábana Santa, en
inicio de la era cristiana hasta el final del Turín, siempre que hablaban de esta ra-
ochocientos, la propia imagen en negati- diación añadían: “radiación instantánea”.
vo y de forma aproximada, pero suficiente Yo le pregunté a Jackson el porqué, y él
me contestó: “Porque los hilos no están
para sustentar la devoción; después una carbonizados, sino superficialmente cha-
segunda fase, desde 1898 en adelante, en muscados, y por la penetración de la que-
la época caracterizada por la civilización madura podemos medir la fracción de se-
de la imagen, mostrar su verdadero as- gundo que duró la radiación”. Esta radia-
pecto corporal, en positivo, el mismo que ción se produjo en el momento de la re-
fue familiar para María, los Doce, los dis- surrección. No hay explicación más
cípulos y sus contemporáneos palesti- aclaratoria. Ningún cadáver de la Histo-
nos, griegos y romanos. ria ha dejado su imagen grabada a fuego
en el lienzo que lo cubre. Si yo envuelvo
De entre las varias hipótesis adelanta- un cadáver en una sábana, dejará manchas
das, desde la pictórica hasta la hemática, de sangre, si tenía; de sudor, si tenía; de
desde la de la fluorescencia hasta la de la excrementos quizás. Pero es cierto que
54 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
ningún cadáver de la Historia graba su comunidad en comunidad, del valle del
imagen a fuego en el lienzo que lo cubre. Jordán al de Siddim, el valle donde en un
Cristo grabó su imagen porque resucitó: tiempo pasado surgían las ciudades de
no hay otra explicación»].
Sodoma y Gomorra; desde Palestina has-
ta Edessa, en la actual Turquía, donde
Historia queda escondida hasta el año 540, tiem-
Y hay otro capítulo juzgado más bien po del rey Cosroe I.
débil en la cadena de las verdades de la Después de haberla encontrado de nue-
Sábana Santa, el relacionado con su his-
vo en un pequeño hueco en las murallas
toria, y en particular con la del primer mi-
de la ciudad, más tarde, pasa a
lenio que va desde el día de la resurrec-
Constantinopla.
ción de Cristo hasta aproximadamente el
mil doscientos. Siempre se ha sostenido [J. Kilmon, en loc. cit., se refiere a que la
que la casi total falta de documentos y de cara del Hombre de la Sábana y sus rasgos
únicos han sido pintados en la iconografía
indicaciones relacionadas con la Sábana fechada en esos siglos. La superposición
a lo largo de los primeros diez-doce si- de la cara de la Sábana con un icono del si-
glos de la era cristiana constituye un ele- glo VI del monasterio de Santa Catalina, en
mento contra su autenticidad. el Sinaí, muestra 170 puntos de congruen-
Ahora bien, reuniendo los resultados cia. También aparecen varios detalles se-
mejantes en una ilustración de Jesús envuelto
de sus cuidadosas investigaciones en un en la Sábana encontrada en un libro de ora-
volumen editado en 1997, la historiadora ciones de 1192, en Budapest, que demues-
y arqueóloga María Grazia Siliato parece tran que tuvo como modelo la Sábana Santa].
dar el paso necesario en este tema, igual
A primeros del siglo XII, atraviesa el
que de algún modo el doctor Rodante ya
estrecho brazo de mar que enlaza Grecia
lo había dado refiriéndose a la génesis de
e Italia, hasta llegar a Marsella, en la Fran-
la más famosa imprimación de la histo-
ria. Siliato, desde el punto de vista cia confinante con los Alpes Italianos. En
histório, responde que no ha existido nun- las memorias del arzobispo de Troyes,
ca ese pretendido vacío de documenta- Pierre d’Arcis, escrito hacia el final del
ción para la Sábana en esos siglos. Lo siglo XIV, relata la presencia de la Sába-
que ha sucedido es que se había busca- na en Lirey, en Borgoña, siendo el primer
do siguiendo una dirección equivocada, documento escrito proviniente de Occi-
en Occidente, mientras que casi durante dente. Encontramos así el eslabón que
todo el milenio de que se habla, ella ha faltaba, mediante el cual la vida sumergi-
podido verificar la presencia de la Sába- da de la Sábana Santa en Oriente se enla-
na en el Medio Oriente. za con Occidente. Resumiendo, el tra-
yecto se ha desarrollado tocando estas
Ella recorre las etapas puntualmente: etapas fundamentales: Jerusalén, Edessa,
desde el alba de la Pascua, en la que la Constantinopla, Atenas, un salto impre-
preciosa reliquia cristiana es entregada al cisado de Atenas hasta superar los Al-
príncipe de los Apóstoles, para después pes, Lirey, Chambéry y por último Turín.
pasar, mientras crece la hostilidad hacia
la Buena Nueva predicada por Cristo, de
P. Raimondo Sorgia, O.P. 55
tos que se enviaron a otros tantos labo- de los 19 siglos transcurridos, carbono
ratorios de datación con el método del procedente de las velas, de la respiración
carbono 14: Tucson, Oxford y Zurich. de los fieles...?»
Sus trabajos se desarrollaron en absolu- Por otra parte, la elección como méto-
to silencio, hasta que en conferencia de do de análisis del método del acelerador
prensa, el 14 de octubre, los tres respon- en lugar del método del cálculo propor-
sables de los citados laboratorios dieron cional pareció enseguida a muchos ex-
al mundo una noticia que para los cre- pertos el menos indicado para muestras
yentes pareció increíble. El carbono 14 pequeñas como las analizadas de la Sá-
trasladaba la fecha de la Sábana, que hasta bana, porque en cada uno de los pasos
ahora se consideraba de la época de Cris- de este método existe la posibilidad de
to, a la Edad Media, entre los años 1260 que se añada carbono a la muestra, al-
y 1390, deduciéndose, en consecuencia, terando consiguientemente su datación.
que era una falsificación. Quienes recha- Habría que esperar, pues, a que la cien-
zan la autenticidad de la Sábana ven en cia perfeccione el método del carbono
estos resultados de su datación con C- radioactivo y sobre todo encuentre el
14 la prueba definitiva para sus afirma- modo de aislar el carbono correspondien-
ciones. Para D. Sox, que fue secretario te a la edad de la Sábana del añadido a
de la British Society for the Turin Shroud ella posteriormente.
y posteriormente se manifestó en contra
[Tomamos de las explicaciones resu-
de la autenticidad de la Sábana, «Dios midas por el Centro Español de
no actúa de este modo», por lo que la Sindonología en loc. cit. algunos datos
historia de la Sábana no es más que un sobre el estado actual de la cuestión de
invento ridículo de los sindonólogos (D. la datación con C-14 de la Sábana. Fren-
Sox, The Shroud unmasked, The Lamp te a quienes dieron la cuestión por ter-
Press 1988. Cfr. también O. Petrosillo y minada con las tres pruebas realizadas en
E. Marinelli, La Sindone. Un enigma alla 1988, otros muchos investigadores si-
guieron preguntándose por la razón de la
prova della scienza, Rizzoli, Milano 1990, discordancia entre ese dato y todos los
65 y 101). demás resultados científicos anterior-
Recordamos las palabras de Alberto di mente explicados. Con sus investigacio-
Giglio, en relación a las impresiones que nes se ha avanzado mucho en la explica-
tal anuncio, dado en el nombre de la cien- ción de las causas que pueden haber
distorsionado la edad de la Sábana según
cia, determinó en el mundo católico: «des- el método de datación por carbono 14, e
concierto, confusión, rabia». incluso del modo en que pudo haberse
Confieso que también yo tuve un sen- formado la imagen de la Sábana:
timiento de amargura, que duró solo un –El doctor Garza Valdés, investigador
instante, desapareciendo cuando me pre- del Instituto de Microbiología de San An-
gunté a mí mismo: «ahora bien, ¿los la- tonio en Texas, ha comprobado también
boratorios habrán descontado la canti- experimentalmente que sobre la tela de
la Sábana –igual que sucede en otros ob-
dad de carbono que la Sábana ha debido jetos que contienen sangre– abunda un
ir absorbiendo indudablemente a lo largo compuesto biológico formado por hon-
P. Raimondo Sorgia, O.P. 57
gos y bacterias, que no fue eliminado con real entre nuestra época y la de Jesús. De-
los tratamientos de limpieza a que fue- bemos atender a la expresión salida de
ron sometidas las muestras analizadas sus labios: «Si no queréis creerme mí,
con el método del carbono-14.
creed al menos a mis obras» (Jn 10, 38).
–El doctor D. Kouznetsov, premio
Lenin de Ciencias y Director del Labo- La infinita sabiduría, poder y providen-
ratorio de investigación de biopolímeros cia de Dios encarnado ha demostrado re-
E. A. Sedov, de Moscú, ha realizado un petidamente que está presente en la
experimento que puede tener una enor- ideación y génesis de la imagen de la Sá-
me trascendencia. Adquirió una tela de bana, en su conservación y en la presen-
lino originaria de Israel, datada según el cia en ella de tantos sellos que garantizan
C-14 en el año 200, y la sometió a un
calor intenso, en presencia de plata, si- su autenticidad. La Sábana ha demostra-
milar al padecido por la Sábana durante do ampliamente que es una de las mara-
el incendio de Chambéry, después de lo villosas obras de Dios, que nos confía
cual fue datada trece siglos más tarde. en ella un mensaje para que lo transmita-
–J-B. Rinaudo –investigador en medi- mos a los hombres, especialmente a los
cina nuclear del laboratorio de Biofísica actuales.
de la Facultad de Medicina de Mont-
pellier–, ha aportado su experiencia para
formular una hipótesis que explicaría al
mismo tiempo cómo se formó la imagen
monocroma que nadie ha logrado hasta
hoy explicar ni reproducir, y por qué ante
el carbono 14 la tela fue rejuvenecida en
13 siglos. En resumen, él parte de supo-
ner que se produjo en el cuerpo muerto
del crucificado una irradiación de ener- 12
gía desconocida, con un número igual de
neutrones y de protones. La irradiación Y vosotros,
de los protones produciría una quemadu- ¿quién decis que soy yo?
ra superficial, oscureciendo la tela por
oxidación de la celulosa, mientras que los
neutrones enriquecerían la tela en carbo- Mt 16,15
no 14 y la rejuvenecerían. Realizados los
experimentos correspondientes en un
acelerador de partículas del Centro de Estamos concluyendo ya este largo via-
Estudios Nucleares de Grenoble y en el je en torno a la Sábana Santa. Y proba-
reactor de la Central de Energía Atómi- blemente el lector se ve envuelto en un
ca de Soclay, la hipótesis del doctor Ri- torbellino de impresiones, como cuando
naudo se ha verificado exactamente].
visita y descubre un país extranjero...
Fundamentados en tantas pruebas cien-
tíficas coincidentes, podemos, pues, con- La Sábana tiene en sí misma una fuerte
siderar ciertamente la Sábana Santa como carga de... provocación, en el sentido de
una reliquia, como un icono de Cristo, estímulo, de invitación. Y el motivo es
como un puente ideal y al mismo tiempo bastante claro, aunque el tema sea tan
complejo.
58 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
y que nosotros, parece que un dedo invi- Cristo, o los grandes artistas, como el
sible haya tocado, con extrema decisión, Beato Angélico, Leonardo de Vinci, Mi-
el botón de una invisible y ultraprecisa guel Ángel, Rafael, lo han intentado de
máquina fotográfica, transformando así un modo u otro con su arte, partiendo de
una simple sábana en aquel perfecto ne- la imagen de un modelo o del sueño de
gativo que es la Sábana Santa. su fantasía. Pero no podemos menos de
preguntarnos: ¿así era Jesús realmente?
Efectivamente, se trataría de una inter-
¿Era tan hermoso, más, menos?...
vención prodigiosa –el clásico mira-
culum quoad modum, en cuanto al Si Él, el hombre de la Sábana, es real-
modo, dicho en lenguaje técnico–. Ese mente Cristo –como yo lo creo firme-
efecto excelente puede haber sido cau- mente–, en tal caso hoy poseemos sus
sado por Dios, como causa-principal, datos físicos con más precisión de la que
concentrando, midiendo y ajustando la poseemos acerca de cualquier otra per-
ciega potencialidad de las normales fuer- sonalidad histórica.
zas de la naturaleza. Nadie puede excluir Además de ciertos rasgos fisonómicos
esto. Y al contrario, todos los indicios nos muy precisos, podemos conocer, por
impulsan a admitirlo. ejemplo, la estatura de Cristo. Sumando
los 204 cm. de la impresión de la cara
Esta Sábana Santa, entonces, no ha-
con los 208 cm. de la imagen dorsal, di-
bría envuelto un cadáver condenado
vidiendo después por dos y restando los
inexorablemente a la descomposición,
25 cm. de la huella de los pies, obtene-
sino el cuerpo de un hombre verdade-
mos 181 cm., alrededor de un metro
ramente muerto y realmente vuelto a la
ochenta.
vida, más vigoroso y eficiente que nun-
ca, después de haber permanecido me- Es cierto, sin embargo, que en este pun-
nos de tres días en la sepultura. to las opiniones de algunos estudiosos
pueden ser distintas. Hay que tener en
Esta formidable afirmación no se lee
cuenta un cierto cedimiento del tejido que
en la Sábana Santa, sino en los Evange-
puede darse con el paso de los años.
lios. La Sábana se limita a confirmarnos
También hay que considerar que un hom-
muchas cosas de Él, muchísimas cosas.
bre tiene mayor estatura cuando está ya-
Nos propone concretamente una pregun-
cente. En todo caso, conjugando varias
ta que no es lícito ignorar, una pregunta
medidas y consideraciones, parece se-
que es fundamental. Es una suposición
guro el cálculo que asigna a Jesús una
estimulante, que la fe y la ciencia pueden
estatura de alrededor del metro ochenta;
transformar en una certeza absoluta. Esta
estatura por encima de la media de tipo
huella de un hombre que nos entrega la
semítico.
Sábana es verdaderamente la imagen del
Resucitado. Judica-Cordiglia estima que el Hombre
de la Sábana Santa muestra una perfec-
¿A quién no le gustaría ver una verda-
ción corpórea tal que obliga a clasificarlo
dera fotografía de Jesús?... Zeffirelli, en
por encima y fuera de todos los tipos
una espléndida película sobre la vida de
étnicos.
60 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
Y finalmente sus ojos... Pero ¿cómo –Si es Cristo ¿no será éste el rostro
hablar de una mirada oculta, escondida? que se ha inclinado, mirando al rostro de
Podemos recordar aquí lo que un Papa María, su madre? Sí, es el rostro que ha
del siglo veinte, Pío XI, confesó un día sudado en el banco del carpintero, traba-
después de haber contemplado absorto jando junto a José. El que ha mirado al
el rostro de Jesucristo que aparece en la hijo enfermo del funcionario de Cafar-
Sábana Santa: naún, a la suegra de Pedro, a las espigas
y flores del campo, a aquel difunto, hijo
«Hay en él, en aquel rostro, algo real- único de la viuda de Naím. El rostro vuel-
mente impresionante: una belleza tan vi- to hacia el paralítico, hacia la pecadora
ril, tan fuerte, tan verdaderamente divina; perdonada, hacia las mechedumbres ham-
una serenidad tan triste, una tristeza brientas de pan y de verdad, el que estu-
dolorosamente serena, y sobre todo una vo en la proa de la barca, sobre las olas
mirada que no existe, y que, sin embar- del lago, entre los niños, muchachos y
go, sorprende; se ve. No existe, porque jóvenes de Palestina. Es el que miró al
los párpados están bajados; pero aún así ciego de Betsaida, a los leprosos, a los
no es un rostro ciego, sino lleno de luz, escribas y fariseos, a Lázaro, Marta y
con una mirada escondida que nos al- María, a la Ciudad Santa, el que lloró, el
canza también a través de los párpados». que se volvió hacia la Magdalena, que se
Estas palabras, en las que vibra un velo le acercaba con su frasco de aceite per-
de conmoción, nos llevan al Cristo es- fumado.
condido y revelado de la Sábana Santa. Sobre la mesa de la última Cena, mira a
Ella no es objeto de una fe sobrenatural, Juan, que ha apoyado la cabeza sobre su
pero quizá probablemente por esto sig- corazón; mira los pies de los discípulos,
nifica algo más para el hombre contem- mientras se inclina para lavárselos; mira a
poráneo: es objeto de sus sentidos y de Judas, que lo traiciona por treinta mone-
sus análisis más exigentes, es el objeto das; contempla la tierra de Getsemaní,
de nuestra reflexión. donde agoniza hasta derramar sangre. Se
El Evangelio y el cristianismo no sacan vuelve a Pedro, que jura no haberle co-
su fundamento propio de la Sábana San- nocido jamás. Ve su propia carne, lace-
ta, pero recibe de ésta un suplemento de rada por la flagelación. Ve la efímera vic-
luminosidad y de garantía por las mu- toria de Anás y Caifás, la sonrisa burlona
chas coincidencias que la enlazan con el de Herodes, la ruindad de Pilatos.
Evangelio, y en consecuencia con Cris- Mira a las mujeres que se compadecen
to. Tanto mejor si esta luz irradia, aumen- de Él, cuando avanza vacilante hacia el
tando así la credibilidad de la fe. Calvario. Mira los clavos, el martillo, las
manos que lo empuñan y que golpean
Observaciones finales con fuerza. Mira a sus enemigos, que ce-
Ha llegado el momento de que, con lebran su momentáneo triunfo, y al após-
honradez y valor, nos hagamos ciertas tol Juan, y a María, su Madre.
preguntas fundamentales acerca del hom- Es el rostro de la Sábana, el del suda-
bre de la Sábana Santa.
P. Raimondo Sorgia, O.P. 61
Indice
Introducción, 4
1. Carta abierta al lector, 5
2. Nadie lo había imaginado antes, 7
3. De Getsemaní al proceso nocturno, 10
4. La calle que lleva a la colina, 15
5. Morir en una tarde de abril, 20
6. El encuentro con la vida, 22
7. La prueba que convenció a Juan, 27
8. 960’8 grados: ¡punto de fusión!, 31
9. Gracias, monsieur Delage, 36
10. El investigador que interrogaba a las plantas, 42
11. Investigaciones en torno a la Sábana, 46. -Tejido. -Anatomía.
-Sangre. -Monedas. -Imprimación. -Radiación. -Historia. -Polen.
-Carbono 14
12. Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?, 57
Bibliografía, 63
Índice, 64