Está en la página 1de 64

P. Raimondo Sorgia, O.P.

P. RAIMONDO SORGIA, O.P.

La Sábana Santa,
imagen de
Cristo muerto

Fundación GRATIS DATE. Pamplona, 2001


2 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
P. Raimondo Sorgia, O.P. 3
4 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

Introducción

Turín publicará este año, también del mis-


A medida que se multiplican los estu- mo autor, una Guía turístico-espiritual
dios sobre la Sábana Santa de Turín, de España.
interdisciplinares y de extrema calidad Del libro presente sobre la Sábana San-
científica, va creciendo la convicción de ta, Vuoi saperne di più sulla Sindone?
que en esa sagrada reliquia se conserva, (Effatà Editrice, 19993), escribe en Il
por especialísima Providencia divina, una Tempo el padre Virginio Rotondi, S. J.:
imagen verdadera de Cristo muerto. «Usted, Padre, ha logrado escribir un li-
A esa conclusión, alegando las prue- bro con la distancia de un hombre de cien-
bas más fidedignas, llega el padre domi- cia; y sin embargo, la historia que relata
nico Raimondo Sorgia, laureado en teo- se lee como una novela. Tal es el estilo y
logía dogmática, director desde 1987 de tanto es el deseo que suscita de leerlo y
la radio católica de Florencia. de volverlo a leer».
Traductor de varias lenguas, ha realiza- La Fundación GRATIS DATE agrade-
do también diversas publicaciones, como ce de corazón al P. Sorgia la autorización
el Breviario savoranoliano (1997); y con para publicar su obra traducida y algo
Andrea Drignini, Savonarola, eretico o abreviada, a la que, con su propia ayuda,
santo contestatore? (1998). En torno al se han añadido ciertos complementos
mismo Savonarola, está próxima a la pu- convenientes, señalados entre corchetes,
blicación su nueva obra I giorni dell’ para los lectores de lengua hispana.
Alberghettino. Y la editorial Pi Emme de F.GD
P. Raimondo Sorgia, O.P. 5

dedor del fascinante atractivo de la ima-


gen del Hombre de la Sábana más miste-
riosa de la historia, y es seguro que al
encontrarse con ellas el lector querrá en-
contrarlas resueltas. Por eso, no obstan-
te la dimensión reducida de este cuader-
1 no, se incluyen en él datos históricos, des-
cripciones científicas, narraciones de los
Carta abierta al lector Evangelios, reconstrucciones de ambien-
tes y además, reflexiones fundadas en la
razón y en la fe. Aunque para algunos
resulten superfluas determinadas explica-
Hablar de la misteriosa realidad que es ciones, comprenderán fácilmente que
la Sábana Santa supone adentrarse en un otros precisarán de ellas.
tema apasionante, en un gran problema. Es cierto que se podría haber sistema-
Los adultos probablemente habrán vis- tizado un material tan rico y complejo den-
to u oído hablar de las imágenes de la tro de esquemas más rígidos. Pero he
Sábana de Turín, sobre todo desde que preferido no hacerlo; y más bien hablar
en 1973 se transmitiera por Eurovisión de la Sábana, auténtico universo incluido
su imagen, y posteriormente el documental dentro de cuatro metros de tela, en la ma-
que compraron y retransmitieron las ca- nera más fluida y atrayente que pudiera.
denas de televisión de muchos países. Hablar de la Sábana no es simplemente
Imagino que también muchos jóvenes sa- volver atrás en el pasado, como quien
ben algo sobre la Sábana, porque desde recorre de nuevo las excavaciones de una
hace tiempo periódicos y revistas le han ciudad antigua por el mero gusto de co-
dedicado títulos, artículos y fotografías, nocerla. La Sábana Santa se presenta a la
especialmente con ocasión de su osten- mentalidad moderna como un desafío,
sión desde agosto hasta octubre del año un pacífico y exaltante reto que «no teme
2000. Quizás algunos lectores hayan te- a los exámenes, y que solo tiene miedo
nido ocasión de visitar la Sábana Santa y de ser enjuiciada sin haber sido sometida
la exposición organizada con tal motivo a examen».
en Turín en estas fechas. En todo esto Puede sorprender el hecho de no en-
radica una de las dificultades del tema: contrar siempre de acuerdo a los estu-
exponerlo de forma que sea accesible a diosos acerca de un determinado proble-
personas con muy diferente nivel de in- ma, en especial al interpretar algunos fe-
formación y de interés sobre el mismo. nómenos, o al atribuir a los mismos una
Por otra parte, es preciso que se trate causa u otra. Es fácil que esto suceda en
de una explicación seria, objetiva, com- los casos de indagaciones realizadas por
pleta, que al mismo tiempo resulte com- investigadores distintos, sobre casos par-
prensible. Son muchas las preguntas cien- ticularmente complicados. Al principio
tíficas y religiosas que se plantean alre- habrá tantas conclusiones como investi-
6 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

gadores: cada uno de ellos, se habrá vali- 2ª.- Hay que tener siempre presente las
do, como es lógico, de sus propios mé- condiciones físicas en las que se encon-
todos, indicios, técnicas deductivas. traba el cuerpo de Jesús en el momento
Cada uno ha buscado el centro de la cues- de la sepultura. Entre las deformaciones
tión partiendo de su punto de vista. Es más marcadas y que destrozaron sus fac-
posible que sólo un último investigador, ciones, deben considerarse: la rotura del
confrontando los elementos recogidos cartílago de la nariz, a causa de un pu-
por sus colegas y eliminando gradualmen- ñetazo o bastonazo, o bien por una caí-
te las hipótesis de menor consistencia, da violenta, de donde resulta una ligera
llegue a dar con una solución del misterio desviación hacia la derecha y una caída
satisfactoria, definitiva y completa. hacia el labio superior del extremo de la
En el caso que nos ocupa, esto ocurre punta de la nariz. El ojo y la ceja derecha
además en un enigma que, como la Sá- aparecen hinchados; como el labio su-
bana Santa, está constituido por otros cien perior mismo y la región del pómulo de-
misterios de menor importancia, pero es- recho. También el mentón, aun teniendo
trechamente relacionados entre sí. Por eso en cuenta un cierto espesor de la barba,
en los puntos más arduos, todavía abier- aparece hinchado por un fuerte golpe o
tos a la investigación científica, se pre- una caída al suelo. Imaginando una línea
sentan dos o más hipótesis sobre su ex- vertical que pase entre las cejas y la mitad
plicación. Al autor le corresponde el de- de la boca, es conveniente «aislar» el lado
ber de informar y de ofrecer un mínimo izquierdo del rostro, pues ésa es, de al-
de orientación sobre ellos; pero después gún modo, la parte más íntegra.
tendrá que ser el lector quien llegue a una 3ª.- Es necesario habituarse a mirar la
conclusión mediante su inteligencia, ca- imagen del rostro, y observarla pausada-
pacidad de reflexión y ánimo humilde. mente. Mejor aún si se enmarca, como
Finalmente, quiero hacer tres sugeren- retrato, y se le mira a distancia.
cias que serán de utilidad para interpretar Sucede a veces, que mientras alguien
mejor el rostro del Hombre de la Sábana: de noche mira el cielo, tiene la impresión
1ª.- Las dos bandas más oscuras en el de que en un momento determinado, una
positivo, es decir, en la foto al natural, nueva estrella se ha encendido delante de
que se notan enseguida alrededor del ros- sus ojos. Un astrónomo diría que es el
tro y que le dan un extraño alargamiento, rayo de una estrella alejada de nosotros
son debidas en parte a la masa de los miles de años-luz, que esta noche ha al-
cabellos y en parte a un casual amarillea- canzado precisamente nuestra atmósfera
miento de esa parte de superficie, deter- y ha podido ser vista por quien estaba
minada por una mayor exposición a la contemplando el firmamento. En la Sá-
luz; o bien podría tratarse de una distinta bana Santa hay también una determinada
tonalidad del tejido por una diferencia de señal luminosa, que empezó a lucir hace
calidad en las fibras de lino utilizadas por dos mil años, y que puede que ahora se
el anónimo tejedor palestino. encuentre con el lector de estas páginas.
P. Raimondo Sorgia, O.P. 7
Por tanto, en el negativo de una fotogra-
fía, los puntos de luz y de oscuridad se en-
cuentran invertidos: por ejemplo, el nega-
tivo de un joven de cabellos negros pre-
2 senta las mejillas y la frente negras, mien-
tras que las órbitas de los ojos, los labios y
Nadie los cabellos son blancos. Igualmente, en el
negativo fotográfico se invierte el lugar de
se lo había imaginado antes la imagen, por un juego de rayos, estudiado
por los físicos en la óptica geométrica, de
modo que lo que está a la derecha pasa a la
izquierda y viceversa. Por todo ello, aun-
que se conozca bien una cara, resulta difí-
Hace cien años, en la primavera de cil reconocerla, porque no estamos habi-
1898, el rey Luis IX, descendiente de los tuados a la inversión.
duques de Saboya, de quienes había he- Para obtener el positivo con la distribu-
redado, entre otras cosas, la Sábana San- ción de los colores –reagrupados en los dos
ta, se preguntaba pensativo si habría he- fundamentales, blanco y negro– conforme
cho bien en aceptar una propuesta un al objeto fotografiado, se filtra la luz a tra-
poco extraña para aquellos tiempos: un vés del negativo, imprimiéndose en el pa-
fotógrafo que solicitaba con insistencia pel, de tal modo que lo negro resulta blan-
permiso para fotografiar la Sábana San- co y lo blanco negro, y volviéndose a in-
vertir el lugar de las imágenes (Cfr. G. Da-
ta. El fotógrafo era el abogado Secondo lla Nora, Hanno fotografato il volto di
Pia, un aficionado que aseguraba estar Gesù, Elle Di Ci, Leumann, Torino 1975,
bien preparado. Al final había prevaleci- 11).
do la sugerencia favorable de uno de los En aquella época no existían los actua-
consejeros del rey: autorizarle, aunque no les equipos de fotografía, las polaroid,
fuera más que por tener una copia fiel de las instamatic; para una foto de preci-
aquella reliquia que milagrosamente ha- sión hacía falta un gran aparato, que im-
bía salido indemne de mil peligros. primía en una placa emulsionada las pri-
El misterio de la fotografía se había des- meras reproducciones en blanco y ne-
cubierto pocos años antes, cuando algunos gro.
químicos advirtieron que los bromuros y
cloruros de plata se ennegrecían al ser ex- La tarea era muy importante, quizás in-
puestos a la luz. Este descubrimiento sig- cluso irrepetible, como para afrontarla a
nificó el nacimiento de la fotografía. Cuan- la ligera, por lo que en los meses anterio-
do se fotografía, la luz imprime por un ins- res a la fotografía de la Sábana, concer-
tante la placa bañada con estas sales, y la tada para mayo, el abogado fotógrafo du-
impresión es mayor en el lugar donde la
imagen es más clara y menor donde es más
plica su trabajo, para calcular el tiempo
oscura. Después del proceso de revelado, de exposición de las placas, la intensidad
de la placa o del celuloide, las partes más y posición de las luces, etc. Al acercarse
luminosas se ennegrecen y las oscuras que- el día establecido, se prepara en el pres-
dan claras, constituyendo el negativo fo- biterio de la capilla donde va a ser ex-
tográfico. puesta la Sábana Santa un pequeño carril
8 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

por el que pudiera desplazarse la plata- A las 11 de la noche Pia quita la tapa
forma con la cámara fotográfica. Era ésta a la lente y expone la primera placa du-
una caja de madera, reforzada con tiras rante catorce segundos. Los dos reflec-
de metal, voluminosa, pues en su interior tores proyectan una luz clara sobre el fon-
contenía una placa de 51 x 63 cm., con do parduzco de la Sábana y sobre las
una lente Voigtländer. A los lados de la huellas de color ocre de aquel doble cuer-
plataforma se encienden dos focos que po extrañamente invertido en cuanto a la
llenan de luz la reliquia. Se colocan de- imagen y a la relación de luz y sombra. El
lante filtros transparentes de cristal esme- cronómetro señala nuevamente los segun-
rilado, para evitar los reflejos, y sobre la dos reglamentarios y todo va bien hasta
lente un filtro amarillo muy delgado. el final, por lo que el hombre situado de-
trás de la gran máquina puede dar un sus-
El fotógrafo se mira instintivamente las piro de alivio, aunque apenas esté en el
manos, que tiemblan un poco; pero se principio del trabajo. Puede que fuera me-
siente sostenido por una fuerza superior dianoche cuando termina la segunda fo-
a su misma fe. ¿Es una fuerza o una Pre- tografía, con un tiempo de exposición
sencia? No sabe qué contestar. Mientras un poco más largo –veinte segundos–.
saca del bolsillo un grueso reloj con ca- Después recoge las placas y se apresura
dena, reza una oración y luego empieza a a volver a casa; después del fracaso del
cronometrar. La placa sensible está ya otro día, ha renunciado a instalar la cá-
expuesta a la acción de los rayos lumino- mara oscura en la misma sacristía. Que-
sos. Pasan catorce interminables segun- dan allí los ayudantes, que se encargarán
dos y en ese momento sucede algo im- de desmontar la plataforma (Cfr. J. Walsh,
previsto: ¡un crujir seco advierte que el The Shroud, New York 1963, 26-30).
calor de las lámparas ha hecho saltar los
filtros! Todo se ha echado a perder, y El mismo Pia describió, en una memo-
como ya han dado las dos de la tarde y ria de su extraordinaria aventura como
dentro de poco la Catedral abre de nue- pionero de la nueva técnica fotográfica,
vo a los visitantes que esperan fuera, es lo que sucedió después en el pequeño
preciso concluir por hoy. Después de al- laboratorio doméstico. Orientándose más
gunos días se vuelve a fijar fecha para por la práctica que por el pequeño y te-
fotografiar la Sábana, el 28 de mayo. nue punto rojo encendido en un ángulo
de la habitación, se acerca en la oscuri-
Ese día se comienza alrededor de las dad al recipiente que contiene las solu-
21’30, pero debido a mil y un contra- ciones preparadas para el baño de reve-
tiempos imprevistos, son las 22’45 cuan- lado.
do el abogado Pia mueve hacia atrás la La primera placa está en el baño por
plataforma móvil, fijándola a una distan- algunos minutos. El abogado cuenta uno
cia aproximada de 8 metros y medio. Las a uno hasta catorce, intentando dominar
dos lámparas dan una luz constante y los la tensión que se había acumulado en
nuevos filtros la atenúan. aquellas horas de extrema concentración.
P. Raimondo Sorgia, O.P. 9

Alzando la placa, todavía goteante, a la intensa emoción cuando durante el revela-


altura de sus lentes, siente un ligero ma- do vi aparecer en la placa por primera
lestar, que no sabe a qué es debido, pues vez el Santo Rostro, con una claridad tal
que quedé helado».
en la superficie de la placa, preparada con
la mezcla de gelatinas sensibles a la luz, Ni Pia ni ninguno de sus contemporá-
se ha imprimido de hecho la doble ima- neos estaban preparados en absoluto para
gen de la Sábana. aquel encuentro. Él iba a hacer una co-
pia fotográfica de la Sábana de Turín, de
Pero le cuesta trabajo creer lo que ha
aquella imagen vagamente humana que du-
sucedido: es como si se hubieran inverti-
rante dos mil años ha sido venerada como
do las masas, las luces, las sombras, lo
la sombra del Salvador Crucificado. Iba
cual resulta normalísimo en otros mil ca-
a hacer un trabajo devoto y honrado, más
sos, pero no ahora.
que propiamente artístico, procurando es-
«Si hago una fotografía a un árbol del par- tar a la altura de la confianza que el rey y
que –se repetía a sí mismo– tendré que ob- el arzobispo habían depositado en él, pero
tener el negativo de un árbol. Si retrato con
la máquina una estatua, de la placa tendrá que en definitiva no suponía tampoco
que resultar el perfil de la estatua, siempre algo excepcional. Gracias a Dios, no era
en negativo... En cambio, la Sábana...» un aprendiz.
Son unos momentos, en que su aten- Pero he aquí que este hombre de fin
ción es absorbida por la búsqueda de al- del siglo XIX se encuentra cara a cara
gún dato que le ayude a comprender. Por con la imagen de Cristo tal como pudo
ejemplo, se pregunta por qué el fondo de ser en realidad, la misma figura de Jesús
la Sábana no tiene aquel color blanco- que, con los ojos bañados en lágrimas,
sucio, típico de una tela de lino antigua, contemplaron largamente su madre Ma-
que ha quedado bien grabado en su reti- ría, el apóstol Juan, María Magdalena,
na y su memoria, a fuerza de estudiarlo... los discípulos Nicodemo y José de
Aquel fondo se ha oscurecido hasta apa- Arimatea, mientras procedían a su sepul-
recer casi negro. ¿Se habrá confundido tura en la sábana funeraria. El era el pri-
en el tiempo de exposición? mero que, anulando en aquellos cator-
En la mente le asalta el temor de haber ce segundos de exposición a la luz de
fallado una vez más, de haber estropea- los proyectores, los veinte siglos pasa-
do la última ocasión, por culpa de un dos, podía contemplar verdaderamen-
imprevisto. Al borde del desaliento, gira te aquel cuerpo llagado, aquel rostro
la placa, buscando de nuevo algún dato sorprendente.
que sea descifrable a primera vista. El ros- El experto fotógrafo amateur tiene aho-
tro, sí, aquel rostro tendría que decirle la ra en su mano la clave del misterio: la
verdad. Y las manos le empiezan a tem- Sábana Santa se ha comportado delante
blar, hasta hacerle temer que la placa pue- del objetivo de un modo absurdo o, me-
da escapársele y hacerse pedazos. jor dicho, extremadamente lógico, como
«Encerrado en mi habitación oscura –
un verdadero negativo fotográfico.
contaba más tarde el abogado–, totalmente No hay duda: Alguien lo ha querido
concentrado en mi trabajo, experimenté una así. Como años más tarde observara el
10 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

fotógrafo profesional Enrie, colega del


abogado Pia, habiéndose encontrado de-
lante de una realidad que tenía todos los
caracteres de una imagen negativa, «la pla- 3
ca fotográfica no pudo haberse compor-
tado de modo distinto». De Getsemaní
En efecto, Enrie tuvo precisamente el al proceso nocturno
encargo de repetir en 1931 la operación
realizada con discreto éxito por el abo-
gado Pia. El milagro de éste había sido
sumamente valioso, pero se reducía a una
sola visión de conjunto de toda la Sába- Pido disculpas, pero es necesario em-
na. Ahora se consideraba muy útil la re- pezar desde el principio la historia de la
producción más particularizada de los in- Sábana Santa. Quiero precisar enseguida
numerables detalles en los que la figura que en los tres capítulos que siguen no
del Hombre de la Sábana pudiera ser des- he tratado de escribir una devota medita-
compuesta, algo así como un mapa de la ción sobre el Vía Crucis, sino de reco-
imagen. Asistido por otros expertos, Enrie ger y subrayar aquellos hechos que cons-
obtuvo, con aparatos que con el tiempo tituyen las premisas inmediatas de la muer-
se habían perfeccionado, doce perfectí- te de Jesús, y que han dejado un rastro
simas fotos de la Sábana, que son las más o menos evidente en el conjunto de
que hoy contemplamos. las huellas de la Sábana. Nos detendre-
Hay que tener presente que casi la tota- mos en particular en las principales lesio-
lidad de las distintas ciencias que se inte- nes externas y también hablaremos de las
resan por este tema se valen del auxilio violencias morales a las que fue expues-
que presta la fotografía, y principalmente to el corazón del hombre de la Sábana,
por las ampliaciones –macrofotografías– aunque esto pueda parecer extraño.
, que permiten descomponer las fibras Uno tras otro los discípulos han salido
de un tejido en sus más pequeños partí- del Cenáculo detrás de Jesús, que con
culas, y explorar la estructura interna de paso ligero recorre el laberinto de calles
corpúsculos de naturaleza orgánica de po- del barrio de Siloé –desierto en aquellas
cos micrones de diámetro. horas– que desciende desde la ciudad alta
hacia el fondo del valle. Nadie tiene áni-
mo para hablar; sólo se oyen las pisadas
de los pies desnudos, que a menudo se
hunden en el blando polvo de las calles
de tierra. Pasan junto al Templo y llegan
enseguida a las piedras del torrente
Cedrón, por las que corre el agua de la
última crecida invernal. Suben por la ori-
lla opuesta y cruzan el muro pequeño de
rocas que rodea el Campo de los Olivos.
P. Raimondo Sorgia, O.P. 11

El propietario del campo ha dado permi- momento les llega su voz bastante clara:
so a Jesús para andar por él libremente «¡Abba!, ¡Padre mío! Para ti nada hay
siempre que quiera; de hecho ya ha pa- imposible; aleja de mí este cáliz». El cá-
sado allí otras noches, ahora que el tiem- liz, modo realista oriental de expresar una
po es bueno, paseando, durmiendo, bajo situación insoportable: la bebida de sa-
los olivos o en la gruta que se abre en la bor muy amargo que se rechaza después
colina. del primer sorbo, es la amargura que le
El Maestro desea, ahora más que nun- invade el espíritu.
ca, estar un poco apartado; se muestra Jesús, nuestro hermano, acaba de co-
siempre dueño de sí mismo; pero una menzar el largo Vía Crucis que le espera
arruga en su amplia frente indica quizás y que El conoce bien. Y siente ya tanta
que su tristeza aumenta de modo preocu- angustia que le tiembla todo el cuerpo,
pante. Para no entristecer mucho a los cubierto de sudor frío. Un sudor nunca
suyos, Jesús les invita a descansar cada visto antes, pues a medida que su lamen-
uno donde prefiera, y se va adentrando to se hace más dolorido, «su sudor –
en el interior del campo de los olivos, dice el médico evangelista Lucas– em-
acompañado sólo de Pedro, Santiago y pieza a deslizarse hasta el suelo como
Juan, los testigos de la Transfiguración... gotas de sangre».
¡Qué diferente es su transfiguración esta El fenómeno es raro, pero suficiente-
noche!... mente conocido por la medicina moder-
Como una marea alta que nadie pudie- na, que lo llama hematohidrosis, palabra
ra contener, la angustia vuelve a crecer y elegante para referirse al sudor de sangre:
se desborda de repente. Ya no la escon- cuando un prolongado estado de angus-
de: tiene miedo, angustia, un palpitar tre- tia llega a un determinado límite, la ten-
mendo. Basta mirarle el rostro, palidísi- sión psicológica puede afectar a todo el
mo. «Me muero de tristeza». Los tres organismo, provocando respiración fati-
amigos están asustados, pero no saben gosa, sudor, escalofríos, aceleración del
qué hacer o qué decir para consolarle; ya ritmo cardíaco. Puede darse algo aún más
es una suerte tener a su lado amigos en traumático: los capilares sanguíneos se
una noche como ésta. dilatan por el exceso de presión, y pue-
Vacilando un poco, Jesús se aleja unos den romperse en algunos sitios, llegando
cuarenta pasos, más o menos la distan- a la piel y, por la conexión entre los va-
cia –precisa Lucas– que se puede alcan- sos sanguíneos y las glándulas sudorífe-
zar tirando una piedra. Las piernas se le ras, aparecen gotas color rubí entre los
doblan solas y, como agotado por un gran surcos del sudor. Se comprende así un
cansancio, Jesús cae de rodillas: tiene que poco más la tormenta que debió haberse
haberle sucedido algo terrible. Como la desencadenado dentro de Él, ante su vi-
noche es serena, y con luna llena, los tres sión profética de las torturas que habrá
que luchan cada vez menos contra el sue- de padecer y que libremente ha acepta-
ño tienen la sensación de encontrarse ante do, y ante su conocimiento divino de que
la sombra de su Maestro, incansable y habrá hombres para quienes su sacrificio
vigoroso hasta hace pocas horas. En ese de amor no servirá de nada, de que in-
12 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

cluso será motivo de burlas... el mundo a lo largo de milenios. Su cora-


Las palabras humanas son absoluta- zón es fuerte, es el más perfecto corazón
mente inadecuadas para describir la reali- de hombre, pero es un corazón humano,
dad completa del drama de Jesús en esas igual al nuestro, que no puede resistir has-
horas, que le lleva a una verdadera ago- ta el infinito, y que cede, como también
nía. ¿Qué significa esta palabra? El dic- ceden a veces las vigas más sólidas ante
cionario llama agonía al estado de angus- la violencia de una catástrofe.
tia que precede inmediatamente a la muer- Este músculo esencial para la vida se
te. Del griego agon; es decir, lucha, es el encuentra dentro de dos revestimientos;
conflicto decisivo en el cual la vida se uno interno o endocardio y otro externo
encuentra en la imposibilidad de conti- o epicardio. Cuando la presión de las ar-
nuar, en un organismo destruido por una terias oprime fuertemente al corazón, éste
enfermedad, una herida, un trauma ex- puede llegar a rendirse, cosa bastante nor-
cepcional. Por esto es correcto hablar de mal en un órgano ya desgastado, y en-
una agonía en el huerto de Getsemaní. tonces se produce el infarto; o puede pro-
Se puede objetar que Jesús es joven y ducirse un principio de infarto, una per-
sano, tiene un físico perfecto y no ha su- foración, como un doloroso corte, abier-
frido todavía ni la menor violencia por to por el corazón en el endocardio, sin
parte de sus adversarios. De acuerdo, afectar al epicardio. Entonces la sangre
pero se puede morir, o al menos experi- invade el espacio existente entre el mús-
mentar la terrible sensación de la agonía, culo mismo y el epicardio, y luego los
a causa de emociones muy intensas, de glóbulos rojos, más pesados, se deposi-
dolor moral que supera el límite de lo tan en la parte inferior, separándose del
tolerable. suero.
Una larga, interminable, insoportable Este hecho, sucedido hacia la media-
punzada, la impresión de que el corazón noche del Jueves, se hace visible en la
se le ha roto. Con un gemido más agudo tarde del día, por la punta oval y cortante
se agacha, apoyando la frente contra el de la lanza clavada en su costado, que-
tronco de un olivo. Haciéndolo así, cum- dando su huella también en la Sábana.
ple el primer consejo dado por los médi- Cuando el soldado hunde la lanza en el
cos en casos de infarto: inmovilidad com- pecho de Cristo, a la altura del corazón,
pleta, respiración lenta y profunda, expi- enseguida sale «sangre y agua», de lo que
ración por la boca. Si el organismo está da testimonio Juan, que se encuentra allí
fuerte, los daños no son necesariamente a su lado.
irreparables y, en teoría, se puede espe- Los colegas actuales del médico-evan-
rar una recuperación general. gelista Lucas hablan de hidropericardio
El hombre que está postrado en tierra de origen agónico, aunque hay otros ex-
en el Huerto de los Olivos está en el ojo pertos que prefieren atribuir el origen del
de un invisible ciclón; se debate en vano líquido que acompañó la salida de la san-
en el centro de todas las formas del mal gre a causas traumáticas externas, como
que se han extendido y se extenderán por los golpes que Jesús recibió en la casa
P. Raimondo Sorgia, O.P. 13

de Caifás y después en el pretorio, con bre por encargo de los empleados del
toda la violencia de los flageladores, en el servicio de orden del Templo. Son las
pecho y la espalda; para ellos sería una dos más o menos de la noche. Ha empe-
pericarditis sueral. zado el primer Viernes Santo.
Quizás una causa no excluya necesa- Con las manos atadas con una cuerda,
riamente la otra, sino que las dos hipóte- entre empujones y con un escándalo que
sis podrían complementarse. La flagela- despierta a los habitantes, Jesús es con-
ción ha dejado sus huellas muy evidentes ducido arriba, a la Ciudad Alta, por la
en la Sábana fúnebre, pero las de misma calle que recorrió hace pocas ho-
Getsemaní son aún más profundas: Je- ras. En el Palacio de Caifás, tan sólo a
sús ha agonizado de dolor, ha estado a unos cientos de metros del Cenáculo, ha
punto de morir de pena. ¡Cuánta verdad sido convocada con urgencia una reunión
encierran estas palabras, bien utilizadas extraordinaria de todos los responsables.
por nuestros ancianos, que no conocían Muchos de los dirigentes no se han ido a
el término, pero sí la realidad del infarto! dormir, esperando la hora. Aquel incó-
Los tres testigos, privilegiados y entu- modo personaje venido de Galilea para
siastas en la Transfiguración, no han lo- turbar su tranquilidad finalmente está en
grado ser más que testigos somnolientos sus manos; ciertamente no lo dejarán es-
del drama doloroso vivido en la soledad capar. La sentencia ha sido pronunciada
por el Maestro. Envueltos en sus capas hace meses; establecido también el tipo
al estilo oriental, sobre el suelo o con la de ejecución, falta sólo un detalle: un pro-
espalda apoyada en el tronco de un ár- ceso, una apariencia de legalidad, para que-
bol, oyen: «Padre mío, si es que debo dar con la conciencia en paz. Más aún, de-
beber este cáliz, que se haga tu volun- ben pasar al procurador romano la res-
tad». Jesús ha decidido que lo beberá ponsabilidad de que este hombre desapa-
hasta la última gota, hasta el Calvario. Y rezca de una vez de la circulación.
esa verdad, momentáneamente oculta, se La fase inicial del proceso de Jesús es
estampa luego en la Sábana, signo de en casa de un ex-presidente que conser-
un amor demasiado grande como para va todavía el papel de dirigente temido e
ser comprendido por completo. indiscutible. Allí, durante el interrogato-
Jesús tendrá que luchar ahora con to- rio, uno de los guardias le golpea el ros-
das sus fuerzas para sobrevivir un poco tro duramente, dejándole huellas que que-
más; le faltan 15 ó 16 horas, intermina- dan registradas en la Sábana. Después
bles, para sufrir el tormento al que está se dirigen en masa hacia el tribunal que
destinada su pobre carne. Espera a Ju- preside el sumo sacerdote Caifás; los tes-
das, que está volviendo. En un momento tigos en contra del imputado no coinci-
el olivar se encuentra lleno de gente ar- den en sus versiones de los hechos. Bas-
mada y agitada. Judas le dice: «¡Salud, taría una palabra comprometedora por
Rabbí!». Y el Maestro le responde: parte de Jesús, pero Él calla.
«Amigo, ¿a qué vienes?». Los soldados Calla mientras puede, hasta que le ha-
saben que tienen que capturar a un hom- cen una pregunta clave: «¡En nombre de
14 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

Dios vivo, te conjuro a que nos digas si cm., producida por uno o varios puñetazos.
tú eres de verdad el Mesías, el Cristo, el Hacia el centro del cartílago nasal se ob-
Hijo de Dios!» En ese momento no pue- serva la señal circular de otro bastonazo,
dado con un palo más bien corto, similar al
de callar; sus ojos hasta ahora bajos se testigo de los atletas de las carreras de re-
llenan de una luz en la que brilla la ternura levos. El golpe fue dado por una persona
y el orgullo afectuoso hacia su Padre; y que se encontraba a su derecha y que tenía
fijándolos en el rostro del inquisidor, res- el bastón en la mano izquierda. El diagnós-
ponde: «tú lo has dicho», es decir, «así tico es sencillo: rotura y desviación del ta-
es». bique nasal. O, siguiendo la segura guía del
profesor Judica-Cordiglia:
Llenos de una rabia más teatral que real-
«en la mejilla izquierda, en el extremo
mente sentida, todos gritan que el Hom- de la nariz y en el labio inferior se mues-
bre ha blasfemado, ha osado profanar el tran heridas de varias dimensiones, produ-
nombre santo de Dios. «¡Ha blasfema- cidas por agentes contusivos. En la región
do, lo habéis oído todos vosotros; ¿qué de la mandíbula, a la altura del surco naso-
decís?». Y siguiendo el guión, como ins- labial, se puede apreciar, en medio de una
trumentos, los presentes gritaron: «Tiene barba abundantemente bañada en sangre, una
que ser condenado a muerte». notable hinchazón de esta zona» (G. Judica-
Cordiglia, L’uomo della Sindone è il Gesù
Entonces, cuenta Mateo, le escupieron dei Vangeli? Chiari, BS, 1974, 64-66).
a la cara y empezaron a darle puñetazos Se ha apuntado la hipótesis de que ese
y bofetadas, por turnos. Como le habían hematoma no fuera producido por una
vendado los ojos, podrían reírse de él: mano armada con un bastón o tabla de
«Ahora haz de profeta, Cristo, adivina madera, sino por una fuerte caída de bru-
quién de nosotros te acaba de golpear». ces contra el suelo, durante el Viacrucis.
Incluso a través de la venda más espesa,
hasta con los ojos bajos y llenos de lágri- El corazón, que ya se desbordaba de
mas Jesús sería capaz de responder a sus amargura en el Huerto de los Olivos, si-
preguntas, pero ha decidido no respon- gue sufriendo otras penas casi sin parar:
der, dejar que el juego continúe. Y preci- el sufrimiento por la negación de Pedro,
samente porque Él se comporta serena- que jura y perjura no haber conocido nun-
mente, sin reaccionar, los golpes le llue- ca a aquél hombre; el sufrimiento por la
ven encima, cada vez más duros y vio- desesperación de Judas, peor que la mis-
lentos. Cada uno le deja su señal. En el ma traición...
Evangelio se cuenta todo esto. También
en el evangelio según la Sábana. Así lo
describen los expertos:
En la frente, a la altura de la ceja dere-
cha, a un centímetro y medio más o menos
de la nariz, se observa una excoriación de 6
cm., atribuible a un violento bastonazo que
ha roto la piel contra el hueso delgado del
arco de la ceja. En la otra ceja se ve en cam-
bio una zona escoriativo-contusiva de 2,5
P. Raimondo Sorgia, O.P. 15

otros que ha conocido. Es cierto que no


es fácil reflexionar, ponderar con calma
la situación de este imputado, con una
serie de acusaciones que no se tienen en
pie, y menos teniendo enfrente aquella
4 gente que grita bajo las ventanas del
pretorio. Aún se le hace más difícil por-
La calle que lleva a la colina que su mujer le ha mandado un recado:
«intenta no condenar a este hombre ino-
cente, ya que esta noche he sufrido mu-
cho en sueños por su causa».
Al alba, sin que el imputado haya teni- ¿Quién puede ser? ¿Y si en verdad tie-
do ni un sólo momento de tregua, segun- ne el favor de los dioses? Miedo supers-
do juicio. Ante el Sanedrín, las formali- ticioso. Se estremece al recordar otro
dades y humillaciones se hacen más refi- sueño tristemente célebre: el de Calpurnia,
nadas. Después comienza el juicio últi- que en la mañana de los Idus de marzo
mo, esta vez en el Pretorio, en cuya sede había aconsejado al César no ir al Sena-
se sienta un alto magistrado romano. do; en sueños lo había visto chorreando
sangre. Siente miedo al evidente chanta-
A Pilatos, claro está, no le importa gran je por parte de los representantes del pue-
cosa el asunto de este extraño individuo. blo, si se atreve a desafiarlos. Podría te-
Al menos en principio, habiendo visto tan- ner que volver a Roma escoltado para
ta gentuza: casi cada día, desde hace acabar, como ahora este hombre, en el
años, han desfilado delante de él hom- banquillo de los acusados y después
bres a quienes juzgar, y a los que casi quién sabe.
nunca ha podido absolver. Acusados con
las etiquetas más variadas: el delincuente Puede que haya todavía una escapato-
común, el ladronzuelo ocasional, el inge- ria. Al saber que Jesús proviene del terri-
torio gobernado por Herodes, Pilatos or-
nuo que se ha dejado engañar y se ha
dena que sea llevado ante él. Pero
pasado al bando equivocado, el idealis- Herodes se cansa pronto de este hom-
ta, el ladrón profesional, el terrorista, el bre que no le divierte, como había espe-
sicario, el anárquico, el enfermo mental, rado. Hace que le revistan, para burlarse
el agitador político, el hombre embrute- de él, con una túnica principesca –¿no
cido por el vicio o la miseria material. Juz- dice que es un rey en el exilio, el aspiran-
garles, condenarles, hacerles golpear o te al trono de un misterioso reino?– y se
azotar, matarles... son asuntos adminis- desembaraza rápidamente de él,
trativos corrientes para el gobernador reenviándolo, desilusionado, a Pilatos.
Poncio Pilatos, igual que para cualquiera
de sus colegas. Es preciso que éste intente jugar la últi-
ma carta, y así lo hace: «Este hombre no
Pero este hombre –Pilatos se ve obli- ha hecho nada que merezca la muerte;
gado a repetírselo a sí mismo en voz baja– por tanto, haré que le den latigazos, pero
, este hombre es diferente de todos los después lo dejaré en libertad» ¡Ese «por
16 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

tanto» es una obra maestra de lógica!... juez romano, hirientes como latigazos:
El ejecutor, escogido entre los hombres «¡Si pones en libertad a este hombre que
de la tropa más rudos y rápidos, empuña se proclama rey nuestro, debes saber que
el terrible flagellum, una especie de láti- te conviertes en cómplice suyo!. ¡Quien
go con dos o más tiras de cuero. Mane- pretende hacerse pasar por rey es enemi-
jado con fuerza, llega silbando a Jesús y go del emperador!».
le produce primero cardenales dolorosos Viendo que la multitud presiona sobre
y después surcos por toda la piel. Más el cordón de seguridad, amenazando con
temible debía ser el flagrum, un látigo arrastrar a los guardias, Pilatos hace que
perfeccionado, ya que en los extremos le traigan una vasija con agua. Lavadas
se fijaban bolas de plomo o, mucho peor, las manos, las levanta bien altas, para que
huesecillos ásperos y afilados como síli- las vean todos, y dice: «Yo no me consi-
ce; con cada golpe se rompe enseguida dero responsable de su muerte. ¡Allá vo-
el tejido, dejando su forma en la carne sotros!». Y entrega a Jesús en sus ma-
viva. La flagelación judía debía mante- nos. La farsa ha terminado. Empieza el
nerse por debajo de los 40 latigazos en to- último acto de una tragedia cada vez más
tal; la romana en cambio no preveía esa cruel.
norma. Y Jesús es torturado al modo ro- Corre la voz en un instante. Dentro de
mano, así que se pueden contar pacien- poco sacarán a otros delincuentes, pue-
temente, entre las huellas dorsales y fron- de ser que dos o tres. La ejecución será
tales, más de 120 llagas en el Hombre de la en la colina del Gólgota; hay que correr
sábana, que son el resumen de aquella si se quiere ocupar un puesto en primera
despiadada flagelación. fila y disfrutar del espectáculo. Allí en la
No podemos olvidarnos de la corona- explanada de la colina, estará ya planta-
ción de espinas, con un casco de ramas do firmemente en el suelo el palo de la
de espino entrelazadas. Lo recuerda la cruz, el stipes, como lo llaman los roma-
Sábana, con los regueros de sangre, mu- nos. El condenado debía cargar encima
chos en la parte superior de la nuca, y el brazo más corto, transversal, el pati-
uno, muy marcado, que impresiona en- bulum. Sólo éste pesaría al menos 50 ó
seguida a quien mira el rostro de Jesús, 60 kilos. Para un hombre apenas salido
casi en la mitad de la frente, aquel que en de una grave crisis de infarto cardíaco y
la Sábana tiene la forma característica de que ha pasado doce horas seguidas de
un 3 al revés o, si se quiere, la forma de ininterrumpida tortura, aunque sea joven
una épsilon griega. y de constitución sana, aquel tronco de
Es casi mediodía. La mañana ha pasa- árbol pesaría como una montaña. Quién
do en un momento, al menos para Pilatos. sabe cuánto le costaría dar un paso. Se-
Presionado por una multitud nerviosa e guramente no sería un tronco bien cepi-
impaciente, que pone contra las cuerdas llado, sino rugoso, cortado de cualquier
al odiado procurador romano, éste em- manera, quizás lleno de resina, con res-
pieza a ceder. Jesús es empujado al exte- tos de corteza y grandes astillas, en un
rior, a un patio empedrado de la fortaleza trabajo acabado apresuradamente.
Antoniana. Llueven acusaciones sobre el
P. Raimondo Sorgia, O.P. 17

El patibulum cae sobre el músculo en- cuerpo que sostenía el patibulum, entre
tre el cuello y la espalda, dejando sus mar- paso y paso, para desequilibrarlo del todo
cas en la Sábana, como describen los ex- y hacerlo caer de bruces a tierra, entre las
pertos: risas del populacho. Ricci lo ha demos-
«En el hombro derecho –el lado derecho trado con sus experimentos y documen-
se corresponde con el izquierdo en el po- tación fotográfica, que dan nueva luz para
sitivo fotográfico, esto es, en la imagen de la confirmación de esa hipótesis y facili-
cómo sería en realidad Jesús– se nota una tan la interpretación de cada una de las
amplia zona escoriada y contusionada más palabras escritas con sangre sobre la
o menos cuadrangular, dispuesta un poco Sábana.
oblícuamente de arriba hacia abajo y des-
de el exterior al interior, cuyo eje mayor, La mirada atenta del experto se fija tam-
en sentido longitudinal, mide 10 x 9 cm. bién en las grandes manchas que se ven
En la región escapular izquierda se consta- a la altura de las rodillas. Aparece más
ta otra zona que presenta las mismas carac- contusionada la derecha, como si se hu-
terísticas. Examinadas las dos zonas aten- bieran acumulado varias heridas una so-
tamente, demuestran que sobre ellas ha pre-
sionado un instrumento rugoso, de gran bre otra. Estas manchas parecen demos-
peso, móvil, de un grosor de unos 14 cm., trar que las rodillas del Hombre de la Sá-
que ha aplastado, deformado y reabierto las bana
lesiones causadas por el flagrum, ocasio- «sufrieron la acción discontinua de un
nando otras, incluso atravesando las vesti- agente escoriante y lesivo, como pudo ser
duras. un terreno accidentado, una calle no lisa,
«Este conjunto traumático, contusivo- contra la superficie cutánea convexa, so-
escoriativo, lleva a pensar que haya sido bre la cual la acción lesiva fue atenuada por
causado por el palo transversal de la cruz, la interposición de una protección blanda,
que el condenado sostenía con las dos ma- como la tela de su vestidura» (Judica-Cor-
nos en la zona escapular, sobre los hom- diglia, op. cit. 69-70)
bros, en el trayecto hacia el lugar del supli- Con otras palabras, Jesús habría caí-
cio. El madero cargado por Cristo era un do varias veces, y como sostiene la de-
palo basto, que él sostenía oblicuamente
sobre la espalda, como hemos dicho, y que
voción popular, unas sobre una rodilla,
con cada caída, resbalaba hiriendo y dañan- otras sobre la otra, y a veces sobre las
do la piel con su peso y rugosidad, más en dos, de golpe, mientras que, con las ma-
la región derecha que en la izquierda» (Judi- nos ocupadas en sostener el pesado pa-
ca-Cordiglia, op. cit. 68-69). tíbulo, subía penosamente la ligera pen-
Se ha apuntado la hipótesis de que al- diente que lo conducía al Calvario. Pare-
guna caída no fuera casual. Es bastante ce confirmarlo, en el rostro del hombre
probable que los condenados a muerte, de la Sábana, el gran golpe que se en-
generalmente poco resignados, como en cuentra en la base del mentón.
cambio aparecía Jesús, fueran atados por Para que el espectáculo sea más com-
seguridad con una cuerda en las muñe- pleto y divertido –demasiado serio, de-
cas o en los tobillos. Bastaba un simple masiado resignado este Jesús de Galilea–
empujón cuando el pobre hombre inten- dos bandidos, cogidos por la policía
taba mantener el equilibrio precario del después de un robo con asesinato, van
18 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

subiendo también con el patibulum a vez de cerrar la palma de la mano apre-


hombros, por la cuesta. Van atados entre tándola convulsivamente, la presentaría
sí, en fila, como pueden. Jesús parece dócilmente. Con un poco de experien-
verdaderamente la sombra de sí mismo. cia, al verdugo le basta palpar en la base
Debe sostenerlo su enorme fuerza de vo- de la mano, donde se nota un pequeño
luntad. O algo más, como su gran amor. agujero, para saber que ese es el punto
Preocupados sobre todo por si se les justo. Allí va metida la punta del grueso
muere a mitad de camino, los organiza- clavo de carpintero. Es el agujero de
dores deciden auxiliarle mientras hay Destot, el único espacio libre entre los
tiempo. Una ojeada alrededor, buscando pequeños y abundantes huesos del carpo.
alguien apropiado, y encuentran a un agri- Sólo por allí puede pasar el clavo sin rom-
cultor, el Cireneo, que viene del campo perlos.
por una callejuela. Cogido por sorpresa, Alguien había previsto también este de-
es obligado a cargar con el patibulum talle. Naturalmente que el verdugo no sabe
de Jesús, y será famoso, no tanto por su nada, él sólo hace su trabajo del modo
ciudad de origen, como por aquel encuen- más rápido y razonable posible. Sin em-
tro cerca del Calvario. Unos pocos mi- bargo, Alguien –el mismo que había es-
nutos de descanso. Entre el sudor y los tablecido que no se rompieran los hue-
surcos de sangre que le caen sobre los sos del cordero durante la cena pascual–
ojos, Jesús busca la cima de la colina, parece haber pensado también en esto.
sabiendo que sólo allí podrá descansar Era el único modo de no fragmentar los
finalmente. huesos de la mano de Aquel a quien el
Entre la muchedumbre hay quien ob- amor había transformado en el chivo ex-
serva pensativo, hay quien es capaz de piatorio de la humanidad, en el Cordero
mostrar todavía un poco de compasión, de Dios llamado a cargar sobre sí los
Se dice que estaba la Madre, muchas mu- pecados del mundo; en el Cristo que aho-
jeres, muchos beneficiados o testigos de ra va a ser clavado en la cruz. Sólo un
sus milagros. Pero ahora todo parece espacio libre. La Sábana lo sabe.
irreal, y nadie podría parar ya el movi- Empujado por un martillo pesado gol-
miento inexorable de aquel engranaje. peado con fuerza, el clavo traspasa con
Unos pocos pasos más –pero ¡cuánto facilidad todo el grosor de la mano, unién-
cuestan!– y Jesús habrá llegado a la cima. dola al travesaño de madera. El clavo no
Los tres palos están clavados en el te- era de sección circular, sino cuadrangu-
rreno. Uno tras otro –puede que Jesús el lar, como los usados por los carpinteros
último, ya que se trata del más famoso para los entarimados. Es fácil decir: «ima-
de los tres–, los condenados serán tira- gínate qué dolor», pero un espasmo de
dos al suelo, con los hombros sobre el dolor semejante sólo puede comprenderlo
patibulum que han llevado. Gritan supli- quien lo pasa. Además, no fue el único ni
cando, llenos de terror. El hombre llama- el mayor sufrimiento. Teniendo en cuen-
do Jesús sigue siendo distinto. Segura- ta las conclusiones que derivan de una
mente se tendería espontáneamente, y en atenta lectura de la Sábana, si en la
P. Raimondo Sorgia, O.P. 19

mano izquierda la crucifixión no presen- porte de madera no existió en realidad.


tó problemas técnicos, en la otra mano Mientras tanto, es objeto de discusión si
parece que, por ser el clavo más grueso los pies fueron fijados al larguero sólo
o menos afilado, no penetró al primer in- con un clavo o con dos –Ricci no está
tento, sino que tuvo que ser clavado y de acuerdo con Judica-Cordiglia, mien-
extraído varias veces antes de que alcan- tras que la imagen tridimensional parece
zara el patibulum. confirmar que los pies fueron clavados
El doctor Judica-Cordiglia, que hace al madero con un sólo clavo–. También
notar este detalle, explica también la ac- son distintas las interpretaciones del he-
ción del clavo: cho de que la imagen de la Sábana mues-
tre el hombro derecho notablemente ba-
«al traspasar el carpo, no sólo cortó el
nervio mediano, sino que con sus esquinas jado. ¿Fue a causa del pesado patibulum
afiladas seccionó los nervios de los mús- transportado hasta el Gólgota o por una
culos flexores de los dedos» (Op. cit. 75- violenta torcedura de la pierna?
76). De todos modos, una cosa es cierta,
La lesión del nervio mediano, extrema- que el agujero de Destot es providencial:
damente dolorosa, hace que el pulgar se pensándolo bien, era prácticamente im-
pliegue automáticamente hacia la palma posible que un clavo puesto en la palma
de la mano herida. Ese es el motivo por de la mano, en el metacarpo, pudiese sos-
el cual en la imagen de la Sábana apare- tener un cuerpo suspendido, que en el
cen solamente cuatro dedos en las ma- caso de Cristo debía pesar unos 80 ki-
nos. los; un cálculo matemático dirá que en
Finalmente, el último condenado, el cada brazo venía ejercitada una fuerza de
manso y silencioso condenado a muerte, tracción de 95 kilos. El cirujano doctor
con los brazos ya clavados al patibulum, Barbet ha hecho decenas de experimen-
es alzado en el stipes. Allí queda suspen- tos en este sentido, confirmando que si
dido unos momentos con el cuerpo suel- se clavara un cuerpo en el centro de la
to. Vuelvo a decir que apenas podemos mano, se producirían en ella rápidamen-
imaginarnos semejante dolor, aquel do- te desgarramientos verticales, precipitán-
lor. Faltan por clavar los pies, que están dose al suelo.
más o menos a un metro del suelo. Nue-
va tortura que se reserva a los miembros
inferiores, al intentar fijar la planta del pie
al palo vertical. Esto sólo es posible apre-
tando con fuerza sobre el pie mismo, de
modo que toda la pierna, y especialmen-
te la rodilla, vienen forzadas a doblarse, y
el cuerpo del crucificado desciende de
ese lado. El soporte que casi siempre ve-
mos sostener los pies en los Crucifijos
es un piadoso invento del artista que in-
terpreta la compasión popular; ese so-
20 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
tensos con la espiración, producen la as-
fixia. Esto explicaría que en la imagen de
la Sábana Santa, el pecho está notablemen-
te levantado, en detrimento de la cavidad
peritoneal, hundida a causa de la convexi-
dad del diafragma. Para otros, el Señor mu-
rió debido a un colapso ortostático, es de-
cir, por la caída de la sangre a las extremi-
5 dades inferiores por efecto de la gravedad,
porque el corazón no podía dar la presión
Morir en una tarde de abril suficiente. Otros consideran que el Señor
murió de infarto de miocardio; la hipóte-
sis, del médico ingles Stroud, del siglo pa-
sado, es compartida por algún médico mo-
derno [Ricci]» (G. Dalla Nora, op. cit. 34).
Es humanamente imposible analizar el
abismo de dolor dentro del cual pasó Con la más absoluta certeza podemos
Cristo las últimas tres horas de su exis- afirmar que el Hombre de la Sábana no
tencia mortal. En tan dificil postura, entre sólo estaba clínicamente muerto, sino
convulsiones, con los músculos cada vez que, si se puede decir, había sido herido
más debilitados y lleno de dolorosos ca- como para morir más de una vez.
lambres, hasta la más elemental de nues- Ricci, describiendo las investigaciones
tras funciones, la de respirar, es un autén- experimentales escribe precisamente que
«en estos casos, la sangre hinchaba la bol-
tico suplicio. La respiración corta y fati- sa pericárdica de modo que anulaba el es-
gada sólo consigue introducir una canti- pacio pléurico, y cuando con el bisturí se
dad mínima de oxígeno en los pulmo- abría el pericardio, la sangre aparecía ya
nes, en los que se ha concentrado un ni- separada en dos elementos: arriba el plas-
vel intolerable de anhídrido carbónico y ma, que por peso especifico flotaba enci-
como consecuencia de ello la sangre está ma, y debajo el elemento corpusculado de
saturada de toxinas. En tales condicio- la sedimentación –incluso después de una
hora–. De aquí la hipótesis del médico in-
nes, su corazón, anteriormente sometido glés William Stroud de la muerte de Jesús
a una dura prueba, no puede resistir más por una fractura del corazón.
y cede de repente. «Y de nuevo –escri-
«Clínicamente, esta hipótesis explicaría
ben los evangelistas– dando un fuerte gri- la salida inmediata y diferenciada de san-
to, Jesús dice: “Padre, en tus manos en- gre y agua de la que nos habla San Juan. En
trego mi espíritu”. Y dicho esto, inclinan- algunos casos bien diagnosticados, en el
do la cabeza, expiró». momento de morir, a causa de la fractura
La medicina ha investigado las causas del corazón, el moribundo daba algunos gri-
tos y después de uno o dos minutos, venía
físicas de aquella muerte. Dalla Nora re- la muerte. En el caso de Jesús, su muerte
sume de esta manera las distintas opinio- fue precedida por un gran grito, después
nes: inclinó la cabeza y rindió el espíritu. Este
«Según algunos médicos, se debería a los gran grito, inconciliable con el estado de
calambres tectánicos. A causa de éstos, los asfixia, puede coincidir con la fractura del
músculos respiratorios, al estar siempre corazón, mientras que la inclinación de la
P. Raimondo Sorgia, O.P. 21
cabeza sugiere un estado de momentáneo José de Arimatea. Los dos tienen razón:
alzamiento de todo el cuerpo, como con- hay que darse prisa, porque las trompe-
firma el estudio geométrico de la Sábana tas de plata que tocan en la explanada del
Santa. Si la lanza hubiese golpeado un co-
razón intacto, la sangre se habría mezclado templo no tardarán en repetir en el valle el
con el agua del pericardio, inundando el aviso de que comienza el séptimo día, es
espacio pléurico, para salir después –y no decir el día consagrado al reposo sabá-
ciertamente “al punto”, como dice San tico. Al tercer sonido, cualquier actividad
Juan– por el costado abierto. En cambio, laboral, incluida la sepultura de un cadá-
en la Sábana Santa, la salida de sangre y agua ver, tendrá que cesar.
separadas está bien documentada y se pre-
senta como un conjunto de manchas san- Obtenido el permiso, se procede dili-
guíneas de intensa coloración, circundadas gentemente a separar de la Cruz el cuer-
como de aureolas por el derramamiento fi- po inerte de Jesús. Se le lleva en brazos
nal del liquido sueroso» (G. Ricci, L’Uomo delante de la tumba nueva que José ha-
della Sindone è Gesù?, Cammino, Milano
1985, 59-60).
bía hecho excavar para él en las cerca-
nías del Calvario. No hay tiempo en ab-
A esta hipótesis ya nos habíamos refe- soluto para lavar el cadáver, reducido a
rido, y, una vez más, la Sábana Santa una llaga, y completamente empastado
dice su palabra. Al morir, apenas el tó- de grumos de sangre y polvo. Mientras
rax es desgarrado por el golpe de la lan- que José va corriendo a comprar al arte-
za, (una herida de 5’5 cm de largo al ni- sano más próximo una sábana, regresa
vel del quinto-sexto espacio intercostal), Nicodemo cargado con cien libras –trein-
sale inmediatamente sangre y agua. Que- ta kilos abundantes– de una mezcla de
dan todavía como objeto de discusión aromas.
las varias tesis acerca del origen del sue- Después, encima de una gran losa de
ro observado por Juan –¿sudor peri- roca, en el interior del sepulcro, extien-
cárdico, hidropericardia, pericardia sue- den la Sábana y esparcen una capa de
rosa, líquido inflamatorio de naturaleza polvos resinosos y aromáticos. Después
pléurica?– Lo cierto es que la presencia apoyan los restos mortales, que son tam-
de aquel agua, es indiscutible en la Sá- bién cuidadosamente cubiertos de mirra
bana, y que ha diluido la densa masa de y áloe. La parte superior de la Sábana se
sangre salida de la llaga del costado, dobla, siguiendo la costumbre hebráica,
difuminando los bordes. sobre la cabeza, el rostro y después ha-
Hace algunas horas que el sol se ha cia abajo a todo lo largo del cuerpo, has-
escondido detrás de las nubes densas que ta los pies de Jesús.
oscurecen el cielo, y se encontrará ya cer- Alguno de los presentes, en atención a
ca de la línea del horizonte. Faltará poco una antigua tradición medio-oriental, de-
para las seis de la tarde, y los escasos posita dos monedas en los párpados. De
testigos cristianos de aquél increíble dra- nuevo la Sábana nos revela este pequeño
ma que han permanecido cerca del Cru- secreto: aparece encima de los párpados
cificado, se mueven sólo atendiendo a la cerrados la huella de las dos monedas.
invitación apremiante de Nicodemo y de Los últimos estudios realizados revelan
22 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

que se trata de monedas acuñadas preci- Puede parecer un detalle curioso y a lo


samente en tiempos del procurador ro- mejor fuera de lugar esta historia del po-
mano que ha instruido el proceso a Je- len, que ha perfumado e invadido el aire,
sús. Un elemento más a favor de la au- como cada primavera, en aquellos días
tenticidad de la Sábana Santa de Turín. de abril del año 30 d. C. Lo han respira-
A continuación realizan un vendaje la- do todos los participantes al proceso, a
teral en espiral, mediante tiras de tela, lo la condena y a la ejecución. Se ha infiltra-
que permite que el tejido se adhiera me- do por todas partes, en los pliegues, en
jor a los restos mortales, y envuelven la las fibras del tejido de lino que José ha
cabeza con un sudarium anudado de- llevado hace poco al sepulcro. En esta
trás de la nuca. También esparcen el res- historia única y maravillosa, todo puede
to de los aromas por el sepulcro. tener y tiene su importancia. Puede ser
que una gran importancia.
Un último saludo, con los ojos llenos
de lágrimas. Y finalmente, empujada por
los brazos robustos de los hombres, la
gruesa piedra circular rueda dentro de su
hendidura, sellando la tumba. Poco des-
pués, por orden de la autoridad, será ase-
gurada mejor a la roca con fuertes
fijaciones de hierro. 6
Regresan a casa rápidamente, porque
ya es noche entrada. Durante todo el día, El encuentro con la vida
el viento del este, el hamsin o siroco no
ha dejado de soplar, plegando la hierba
alta de los prados, los campos cultiva-
dos de trigo y avena y moviendo ligera- ¿Que sucedió hace millones de años,
mente las ramas de los grandes árboles en el momento preciso en que la omni-
en plena floración. Así, junto a las nube- potente voz del Eterno llamó de la nada
cillas de arena fina y rosácea se mezcla al Universo? Hasta los más expertos es-
otro polvo impalpable y perfumado, el pecialistas en los grandes cálculos con-
de cien variedades de polen. El viento fiesan no saber cómo describir aquel
los transporta por el aire en torbellinos instante. A menos que se haga novela en
breves e irregulares. Se posan en el suelo vez de ciencia.
por unos momentos y vuelven a volar. Y ¿qué sucedió hace dos mil años, al
Una parte desciende sobre la superficie final de la noche entre el sábado y el do-
ondulada del Jordan y sobre las claras mingo de Pascua? El hecho es conoci-
aguas del Lago Tiberíades. Lentamente, do: un crucificado, inerte y frío, muerto
miles de granos de polen y arena confun- hace más de un día, estrechamente en-
didos entre sí se hundirán hasta deposi- vuelto en una sábana, como cualquier
tarse en el fondo. otro cadáver de un palestino que hubiera
recibido sepultura, en un momento se re-
P. Raimondo Sorgia, O.P. 23

anima y revive. Desde aquél preciso ins- mente en contacto con aquel cuerpo in-
tante Cristo será el Resucitado. Ahora animado encerrado en la Sábana Santa,
bien, ¿quien sino el mismo Hombre-Dios, incluso siendo cuerpo y alma separados
que pudo morir, pero no ser sometido entre sí.
para siempre al poder de la muerte, quién Dado que estamos tocando las cotas
sino El podría contarnos desde dentro el más elevadas de la teología, es más que
más increíble de sus milagros? ¿Quién normal que a veces parezca desfallecer
puede hacer la crónica de lo que, bien nuestra mente. La persona de Cristo es
entendido, debe llamarse la resurrección una persona eterna. Es el Verbo eterno;
de sí mismo? así que no se podía disolver ni siquiera
Por eso nuestras palabras parecerán el cuando no había unión del alma con el
balbuceo de un niño, pues ya el misterio cuerpo de Jesús.
de una célula viva, que palpita y se repro- Intentaré explicarlo con las palabras de
duce, constituye un espectáculo impre- un sabio teólogo americano, W. Farrell: «es
sionante. Podemos intentar imaginarnos cierto, sin duda, que durante aquellos días
lo que sucedió; pero al final, tendremos Cristo estuvo realmente muerto; es decir,
que admitir que nos hemos quedado en ya no era un hombre, porque un hombre no
es ni sólo un alma ni sólo un cuerpo, sino
la superficie, mientras que la potencia di- un compuesto de las dos cosas. Y tal com-
vina actuó en las profundidades del Ser puesto se había disuelto. El cuerpo muerto
y dispuso según su voluntad de las más de Cristo era un cuerpo sin alma, pero por
complejas e inmutables leyes de la natu- lo demás era exactamente el mismo de an-
raleza. Solo nos ayudan el insuficiente re- tes, todavía en posesión de la misma Per-
lato evangélico y la reflexión sobre las sona, todavía unido a la Divinidad mediante
obras de Dios, es decir, la teología cris- aquella persona» (Guida alla Somma teo-
tiana. logica, Alba 1958, vol II, 504).

En primer lugar, hay que afirmar que La persona del Hijo de Dios –inmortal
Jesús, trágica e irreversiblemente acaba- como el Padre– conservaba plenamente
do como hombre, seguía siendo el Hom- el dominio del alma y del cuerpo de Je-
bre-Dios. El alma se había separado del sús de Nazareth mediante los cuales ha-
cuerpo, ya que El, inclinando la cabeza, bía vivido hasta ayer su espléndida y do-
había gritado: «¡Padre te confío mi lorosa experiencia humana. Podía resu-
vida!». La suya había sido una muerte citarse a sí mismo de los muertos, ape-
clínica en el más estricto sentido de la nas quisiera. Y Cristo resucita. Porque
palabra, confirmada también con el gol- Cristo era Dios.
pe de la lanza que penetró hasta el fondo ¿Cómo apareció sobre la Sábana la ima-
del corazón. Pero la divinidad –su ser gen de Cristo? Cuando Cristo resucita
Dios– que provenía a Cristo de la perso- en su cuerpo terrestre espiritualizado, y
na del Verbo, no se resintió, no podía abandona la Sábana sobre la tumba, las
resentirse de ningún modo por aquel dra- huellas en ella son ya un hecho. La Sába-
ma. Durante la espera, cargada del miste- na Santa es en este momento un verda-
rio más grande de la historia humana, la dero y exacto negativo, único en su es-
persona del Verbo se mantuvo íntima- pecie, que revelará su precioso secreto
24 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

solo al final del siglo XIX, en el laborato- de, sigue leyes precisas, acordes con el
rio fotográfico del abogado Pia. tiempo de contacto, de modo que si no lle-
ga a 10 el número de horas, no se imprime
Podemos preguntarnos: ¿se fijó aque- el calco sobre la tela, o se hace de forma
lla imaginaron en un lento proceso que rudimentaria, mientras que si se supera ese
duró unas treinta y seis horas? ¿Se grabó número de horas, los regueros de sangre
en una fracción de segundo, en el mismo emborronan la tela por excesivo ablanda-
instante en el que el cuerpo del Señor se miento de la fibrina» (Op. cit., 84-85). Re-
reanimó? ¿O, tercera hipótesis, la sabia fiere asimismo una afirmación del doctor
Black, según la cual el fenómeno de la fi-
omnipotencia de Dios se sirvió de los dos brinolisis es hoy bastante conocido y estu-
modos o de otros sistemas que no llega- diado, en sujetos expuestos a un stress
mos a adivinar? La ciencia hasta hoy se salvaje.
limita a esto: propone hipótesis e intenta ¿O en cambio, hipótesis más atrevida
verificarlas en el laboratorio, y pienso que y –como se ha dicho– al límite de la cien-
nunca podrá ofrecernos más. Entre los cia-ficción, la clave estaría íntimamente
elementos que tiene a su disposición o conectada a los misteriosos rayos
de los que podrá disponer en el futuro, le mitogenéticos de Gurwitsch, originados
faltará uno, indispensable, que estuvo pre- por la actividad normal de los tejidos
sente y fue determinante entonces: la in- orgánicos y capaces de ser proyectados
tervención personal de Dios. ¿Quién po- en el ambiente circundante –en nuestro
drá como El utilizar los secretos miste- caso, la Sábana adherida al cuerpo de
riosos de la naturaleza que El mismo ha Jesús– en forma de radiaciones secun-
ideado y creado? darias residuales? Esto equivaldría a de-
Y, volviendo a las hipótesis: ¿La im- cir que el influjo sobrenatural del Verbo
presión en la tela se verificó como una sobre los restos mortales de Jesús no se
escritura por un proceso vaporigráfico limitó a parar el proceso de descompo-
debido al efecto oxidante de los gases sición, sino que habría incluso potencia-
amoniacales que exhalaba el cuerpo del do la fuente de radiación, hasta conse-
crucificado? En el estado actual de las guir registrar en la Sábana, con una obje-
investigaciones, hay pocos pareceres a tividad fotográfica, el perfil de Cristo y
favor de esta explicación. cada detalle de su martirio.
¿Puede ser que la aparición en el tejido Tendremos entonces que trasladar el
de la Sábana de una especie de calco de tiempo de formación de las huellas al mo-
la figura humana que envolvía se debiera mento en que se reúnen el alma y el cuer-
a la cualidad hemolítica del áloe y de la po de Cristo pensando, pues, que el
mirra sobre la sangre de Jesús, coagula- Hombre de la Sábana Santa nos dejó su
da y extendida por toda la superficie del retrato, casi como mediante un flash pro-
cadáver? Parecen más numerosas las pro- digioso, al reanudar su actividad cardio-
babilidades a favor de esta clásica tesis. vascular y respiratoria; es decir, exacta-
Así, Ricci habla de que «la Sábana puede mente en el instante en que resucitaba.
considerarse una prueba del fenómeno de Así, el doctor Jumper se declara favora-
fibrinolisis. De hecho, cuando esto suce- ble a la tesis de un relámpago de radia-
P. Raimondo Sorgia, O.P. 25

ciones como causa inmediata de la ima- cluir un ritual de sepultura que ha queda-
gen. Radiaciones fotoquímicas, no ne- do incompleto...
cesariamente acompañadas de calor o de Un momento después, un terremoto que
explosión de energía. parece tener el epicentro en aquel sepul-
Se han aventurado también teorías so- cro aterroriza y pone en fuga a la patrulla
bre alguna radiación térmica como causa encargada de la vigilancia.
instrumental de las huellas de la Sábana, «Jesús recupera la vida y, libre de las le-
algo así como una incandescencia par- yes naturales, atraviesa, invisible para to-
cialmente análoga al fuego por sus efec- dos, la roca rosa con vetas blancas del más
tos. glorioso sepulcro de la historia» (G. Ricci,
op. cit. 83).
Una cosa es segura. Que en la hora
preestablecida, objeto de una profecía re- Más resplandeciente de luz, y más
petida varias veces, Cristo se dispone a transfigurado que en el Monte Tabor,
volver en medio de los vivos, con pleni- para asegurar al mundo su victoria. Aho-
tud absouta de vida. Y su cuerpo, en el ra, una humilde y común sábana, que ya
que quiere conservar al menos las cica- sería una preciosa reliquia sólo por ha-
trices mayores de su martirio, vuelve a ber acogido entre sus pliegues el cuerpo
palpitar en la soledad del sepulcro. Es un mortal del Hombre-Dios, se ha converti-
cuerpo glorificado, un auténtico cuerpo do en la Sábana Santa. Las huellas que
humano, es más, el mismo recibido de el Resucitado parece haber dejado inten-
su madre, pero totalmente lleno de vida cionadamente, son la fotografía de aque-
divina, que dispone ahora de cualidades llo que Él ya había dicho con notable an-
extraordinarias. ¿No entrará dentro de ticipo sobre sí mismo: «Tomad nota de
poco en el Cenáculo, aunque todas las todo lo que os digo. El Hijo del hombre
puertas estén cerradas cuidadosamente? –el que os habla– será abandonado a las
manos de los enemigos que lo matarán,
Afuera, a dos pasos, separados de Él pero después de su muerte, resucitará al
sólo por un muro corredizo, los solda- tercer día».
dos dormitan, convencidos de estar ha-
ciendo la guardia a un cadáver ya en es- La presencia real de Cristo Eucaristía
tado de putrefacción. Nadie sospecha lo en medio de nosotros y en nosotros está
que sucede en el interior de la tumba, don- garantizada por la fe en la narración de
de ha sido sellado el cuerpo de Jesús de los evangelios. La Sábana ofrece al evan-
Nazareth. De hecho, en la ciudad alta, los gelio mismo y a la fe en el evangelio una
enemigos descansan; finalmente, sus de- garantía más, una garantía máxima, en la
seos más profundos se han cumplido. medida en que se demuestre que es au-
Los mismos amigos del Maestro no sa- téntica. Si la fe es un don sobrenatural,
ben nada; tampoco aquellas discípulas que asiente a lo impalpable, aun sosteni-
que quizás han pasado la noche velando, da por motivos naturales de credibilidad,
en espera de que surja el sol. Dentro de la Sábana Santa es hoy y seguramente
poco bajarán silenciosas por las calles que será más en el futuro, un documento con-
conducen a la colina de enfrente, a con- creto, tangible y disponible para efectuar
26 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

sobre él cuantos experimentos se quiera, de la Sábana. Y de que fue crucificado


sobre la real humanidad de Cristo. por nosotros bajo Poncio Pilatos, y fue
Los viejísimos y retorcidos olivos que sepultado con esta Sábana Santa, y fue
todavía hoy pueden verse enraizados en resucitado y ascendido al Cielo, sentán-
las tierras de Getsemaní son documen- dose a la derecha del Padre, cumpliendo
tos del paisaje existente en el tiempo en así lo que preanunciaron los profetas, las
que Jesús predicaba la Buena Nueva. promesas de Dios, los anuncios hechos
Hace dos mil años que están a punto de por Jesús mismo.
secarse completamente, pero han revivi- Todo esto tiene el valor de un testimo-
do siempre gracias a alguna yema, a al- nio escrito con letras de sangre, en esta
gún brote que cada año se ha ido abrien- Sábana que envolvió por unas treinta y
do paso en la corteza casi petrificada. seis horas el cuerpo del Hombre; testi-
Jesús vio estos olivos, y ellos le vieron a monio unido indirecta pero válidamente
Él. Pero su testimonio es muy limitado, al único milagro, el más impresionante rea-
porque no son personas. El testimonio lizado por Jesús en su favor y de acuer-
que los cristianos dan de Jesucristo es do con su solemne afirmación: «yo doy
mucho más elocuente que el reservado a mi vida para recuperarla nuevamente; na-
los viejos olivos de Getsemaní; nuestra die me la quita, sino que yo la entrego
fe es sustancialmente idéntica a la de los libremente, y tengo poder para darla y
primeros cristianos, aunque haya llegado para recuperarla» (Jn. 10, 17-18).
hasta nosotros a través de cien genera- Los numerosos y complicadisimos
ciones intermedias, lo que hace de noso- problemas, relacionados sobre todo con
tros testigos cualificados, aunque indirec- la elaboración de una imagen tan perfecta
tos, de la historia de Jesús. y con la conservación de la misma en
La Sábana Santa, en cambio, tiene medio de toda clase de circunstancias di-
un papel exclusivo, una importancia y fíciles a lo largo de los siglos, han sido
una misión absolutamente única. Si se resueltos con una facilidad que lleva el
demuestra que es auténtica, será no sólo sello exclusivo de la Omnipotencia Divi-
la más esplendida reliquia existente en el na. Jesús, que prometió estar con noso-
mundo, sino algo infinitamente importante: tros todos los días, hasta el fin del mun-
será la garantía visible, tangible, inataca- do, lo cumplió de un modo indudable-
ble, de que el Verbo de Dios –descendi- mente cierto, con su presencia euca-
do del Cielo para la salvación de los hom- rística; y encontró también el modo de
bres, encarnado en el vientre de la Virgen estar cada día a nuestro lado, con la pre-
María por obra del Espíritu Santo, como sencia entre los hombres del Hombre de
recitamos en el Credo– se ha hecho ver- la Sábana Santa.
daderamente uno de nosotros, en el hom-
bre llamado Jesús. Y de que tuvo la fiso-
nomía psicológica y moral que aparece
en la atenta lectura de los evangelios, los
rasgos que aparecen en el autorretrato
P. Raimondo Sorgia, O.P. 27

de repente que Jesús tiene que haber re-


sucitado verdaderamente.
¿Por qué? –nos preguntamos–. Puede
que esté aquí, en estas pocas líneas del
Evangelio, absolutamente simples en apa-
7 riencia, el motivo de aquella repentina con-
versión del más joven de los Apóstoles a
La prueba la fe absoluta en la resurrección de Jesús.
que convenció a Juan [El autor propone seguir una interpre-
tación de Jn 20,5-9, analizando el senti-
do de algunas palabras, como keimena y
entetuligmenon, en el texto original grie-
go, con lo que adquieren un significado
María de Magdala acaba de llegar a casa más convincente las palabras del evange-
de los amigos y, con la respiración lista, que vio cómo estaban las cosas y
entrecortada por la emoción, les cuenta creyó]
que la tumba donde la otra noche depo- Mentalmente él debió revivir la escena
sitaron el cadáver del Maestro ya no está final de aquel trágico viernes: «aquí enci-
cerrada por la pesada rueda de piedra: ma depositamos el cuerpo del Señor, des-
«¡Se han llevado el Señor! Y ¡quién sabe pués de haberlo recubierto con esta sá-
dónde lo habrán escondido!» bana, asegurada con estas vendas; el ros-
Superado el primer instante de sorpre- tro se lo cubrimos con este paño, anu-
sa, obedeciendo a su naturaleza impulsi- dándolo detrás de la cabeza; así es como
va, Pedro se levanta y se pone en cami- lo dejamos». Juan está seguro. Pedro no
no. A su lado va Juan. estaba el otro día, pero él sí. Puede dar
El más joven de los dos será también el testimonio mejor que nadie.
más rápido y el primero en asomarse a la Ahora sobre la superficie de la tumba
entrada de la tumba excavada en la lade- están la Sábana, las vendas que la envol-
ra de la colina. No hay ni rastro de Jesús. vían y el sudario. Todo en regla, salvo
No entra, pero su mirada se dirige ense- que el cuerpo ya no está. «Pero la Sába-
guida hacia la losa sobre la que, con sus na está como doblada sobre sí misma y
amigos, depositaron a su Maestro. «Sus suelta; y lo mismo las vendas; y el suda-
ropas –escribe más tarde– estaban allí, rio que habíamos atado en la cabeza del
en el suelo». maestro está exactamente en la misma
Ha llegado Pedro, que entra rápidamen- posición que la otra noche. Nadie lo ha
te; efectivamente, las vendas están por soltado... Todo el envoltorio conserva in-
un lado; la Sábana plegada sobre sí mis- cluso por algunos sitios como la forma
ma, junto al paño que ha servido como del cuerpo. ¿Cómo ha podido salir el
sudario... Maestro, sino espiritualizando su propio
Juan está observando cada detalle. Re- cuerpo y luego resucitando verdadera-
flexiona. Tiene un nudo en la garganta y, mente, como nos había dicho, aunque
mientras se acerca a Pedro, comprende nosotros no lo hubiésemos entendido?»
28 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
Pero, atención: cuando decimos «espiri- das y el Sudario que el Resucitado ha
tualizando su propio cuerpo» no queremos abandonado en el sepulcro.
afirmar que ese cuerpo se trocó en espíri-
tu, sino que adquirió cualidades propias y Alguna de estas dos hipótesis puede
exclusivas del espíritu; como, por ejemplo, ser cierta: que el material comprometedor
la sutilidad, es decir, el poder atravesar por fuera secuestrado por las autoridades re-
un instante otro cuerpo sólido, como ocu- ligiosas o por las civiles. O bien que al-
rrió más de una vez al pasar Cristo resuci- guno de los Once apóstoles, de las dis-
tado por puertas cerradas, entrando en el cípulas o de los demás simpatizantes de
Cenáculo.
Cristo hiciera desaparecer rápidamente la
De repente Juan comprende; es el pri- Sábana y todo lo demás. Me parece ésta
mero en asumir la idea, la realidad sor- la hipótesis más atendible: «se nos han
prendente, de que Jesús ha resucitado. llevado al Maestro... ¿No bastaba la es-
Ve la Sábana Santa todavía sellada, pero pina en el corazón de anteayer?... ¿Qué
ya sin su precioso contenido, y cree que esperamos para poner a salvo al menos
Jesucristo ha salido espiritualizando su estos pocos recuerdos que nos quedan
propio cuerpo resucitado. de Él?»
Seguirán los días tranquilos de los en- Tenemos el hecho de que, pasado el
cuentros con el Resucitado, en las orillas largo período de tiempo de persecucio-
del Lago Tiberíades, en el camino de nes y prisiones de que fue objeto la Igle-
Emaús y en Galilea. Los días junto a Ma- sia naciente, la voz de la tradición resurge
ría la Madre, en el Cenáculo, después de de su largo y comprensible silencio y nos
la ascensión de Jesús. Los días del rena- informa de que «la Sábana Santa fue con-
cimiento, como individuos y como gru- fiada a la custodia del siervo del sumo
po, bajo el influjo del Espíritu. sacerdote del Templo de Jerusalén»; po-
Pero la historia de la Sábana prosigue cas y misteriosas palabras que Jerónimo
desde aquella primera mañana de Pascua. ha encontrado en el Evangelio apócrifo
La Magdalena corre al Sepulcro en com- según los hebreos (Jerónimo, Uomini
pañia de una amiga –habían ido antes a Illustri, Siena 1965, 36 [= De viris illus-
comprar los aromas– para ungir el cuer- tribus, obra del año 393]).
po del difunto, lavarlo con siete ablucio- Esta información obviamente nos sor-
nes y cortarle el cabello y la barba. Al prende. ¿Se trataba de un oficial cualquie-
mismo tiempo, por otra calle, van los sol- ra del tribunal que, entre los muchos cuer-
dados aterrorizados: tienen que decir al
pos del delito, daba de vez en cuando
responsable del Sanedrín lo que ha su-
una ojeada a aquel paquete de cosas mar-
cedido allí.
cado con una etiqueta: «Sábana, suda-
Mientras se entrecruza el ir y venir de rio y vendas del condenado a muerte y
personas –los discípulos de Jesús, sus ajusticiado en cruz, Jesús el Galileo». ¿O
enemigos, poderosos y verdaderamente bien, considerando la primera hipótesis,
preocupados, los curiosos que nunca fal- la indiferencia del guardián era solo fingi-
tan–, me parece lícito preguntarnos qué da, puesto que habiéndose convertido en
habrá sido de la Sábana Santa, las ven- secreto, él veía en la Sábana la reliquia
P. Raimondo Sorgia, O.P. 29

más preciosa que, después de la Buena a un volcán por un caballo infernal. Éstas
Nueva, Cristo había dejado de sí a sus pertenecen al género de recuerdos del pa-
hermanos? sado que escapan a un control real y que
Aceptando la fuente propuesta por Je- por eso probablemente nadie se atreve-
rónimo, esta segunda hipótesis es creí- ría a distinguir de la pura leyenda. De ellas
ble, porque de ella se deduciría que fue queda en la práctica la pura información.
el Señor mismo quien eligió para la Sá- Pero en Turín tenemos la Sábana de-
bana aquél guardián provisional, fuera de lante de nuestros ojos y bajo aquellos más
sospecha. Con el paso del tiempo, cal- penetrantes de los más sofisticados apa-
mada la tormenta y cesada la persecu- ratos científicos: muy frágil en su consis-
ción contra los cristianos, el mismo guar- tencia material, pero sólidamente garanti-
dián o quien estuviera en su puesto ha- zada por muchas y extraordinarias co-
bría transferido la sagrada Sábana, des- incidencias con las voces de la historia,
de los sótanos de la sinagoga, a manos y de la tradición y de los Evangelios. Aun-
lugar más seguros. que confiada la Sábana, diríamos, en las
También aquí, como en tantos otros primeras horas de su nacimiento a los
casos, las tradiciones que de padre a hijo cuidados de anónimos creyentes y a la
transmiten a través de las generaciones palabra de la tradición, reúne en sí mis-
los episodios y nombres unidos a un he- ma una importante serie de certificados
cho lejano se muestran como los más pre- de autenticidad que hoy le reconocen las
ciosos aliados de la historia. Es cierto que distintas ciencias y el testimonio de pri-
a veces la fantasía popular puede haber merísima mano del polen fósil, palestino
coloreado con elementos totalmente ima- o no, encontrado en ella por Max Frei. Y
ginarios el núcleo de un determinado he- a esto se podría sumar enseguida una
cho real; en tal caso la realidad se ve re- sólida documentación histórica.
vestida de leyenda. Pero no se debe caer Por eso, en lo que se refiere a la Sába-
en el error opuesto, de tomar por leyen- na, si para sus primeros siglos las fuen-
da cualquier información que llegue por tes históricas escritas se tienen que cam-
vía de la tradición. Además del hecho de biar por sus parientes más pobres, pero
que probablemente no hay leyenda que más cercanos, las tradiciones orales, po-
no haya nacido de un granito de verdad, dríamos sencillamente resolver la cues-
no es difícil eludir la que sea dudosa, sin tión con un genérico veredicto de leyen-
poner en duda otras que tengan suficien- da. Sin embargo, ninguna invención le-
te fundamento. gendaria ha tenido nunca tantos certifica-
Hay de hecho historias que hunden sus dos de garantía, orales y escritos. Y so-
raíces en la más oscura noche de los tiem- bre todo, ninguna invención legendaria
pos y que no han transmitido ningún in- ha podido jamás soportar los apretados
dicio concreto en favor de su autentici- interrogatorios a los que –afortunada-
dad original. Como la de que las aguas mente– la mentalidad moderna lleva so-
del Rhin guarden el oro de un tesoro fa- metiendo desde hace años a la Sábana
buloso, o que Teodorico fuera arrojado de Turín.
30 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

Teniendo en cuenta, pues, que de la pultura quedaron entre los cristianos, ve-
tradición oral nos bastarán sus conteni- nerados como trofeos de su victoria y
dos, siempre verdaderos en alguna me- como fuente perenne de gracia y de mila-
dida, sin entretenernos en los añadidos gros”» (Judica-Cordiglia, op. cit. 19-20).
de la fantasía popular, podemos recoger En el año 570 consta la presencia de la
algunos de estos testimonios. Sábana Santa «entre los muros de un con-
Por ejemplo, se cuenta que el mismo vento en las orillas del Jordán», aunque
Nicodemo –uno de los hombres presen- «con gran secreto», por el fundado te-
tes en el rito de la sepultura de Jesús– mor a algún acto vandálico.
tomó y escondió la Sábana Santa y otras Hay varios motivos que justifican las des-
reliquias de la Pasión, en Pella, una ciu- apariciones de la Sábana en esos siglos pri-
dad del dominio de Agripa, y que hacia meros:
el año 100 llevó de nuevo la Sagrada Sá- –en los ambientes judíos se consideraría
bana a Jerusalén. una simple pintura, por lo que sus posee-
dores podrían verse acusados de idolatría,
También se puede citar la narración de por violar la severa prohibición bíblica de
las llamadas Acta Pilati, del siglo II. En Ex. 20, 1-6;
esa presunta reconstrucción no del pro- –también pendía sobre ellos la acusación
ceso de Jesús sino de su resurrección, de impureza legal, puesto que la ley judía
se habla también de la Sábana Santa y de castigaba duramente a los profanadores de
los otros lienzos encontrados en el se- sepulcros y a quienes estuviesen en con-
pulcro de Cristo. Escritores cristianos tacto con ropa que hubiera pertenecido a
un cadáver;
bien objetivos, como Justino, Tertuliano
y Eusebio, la tienen en cuenta, por lo que –influiría asimismo la antigua controver-
sia teológica; podría cobrar fuerza la doc-
algo de verdad en principio debe de te- trina de quienes sostenían que Cristo había
ner. tenido una humanidad solo aparente: y un
Tenemos también información de que, espíritu puro no deja restos de sangre...
después del edicto de Constantino ( –finalmente, también podría deberse a
Milán, 313), los cristianos pueden ya ve- una razón contraria, la devoción a la Sábana
nerar, con una cierta tranquilidad, las re- y la caza de reliquias que se hizo tan pre-
liquias de la Pasión. Y de nuevo encon- ocupante que indujo a más de un obispo a
frenar, con la amenaza de excomunión, el
tramos a Jerónimo, que, viviendo sobre celo indiscriminado, no siempre desinte-
el 400 cerca de Belén, pudo recoger la resado, de mercaderes, cruzados y peregri-
creencia de que nos.
«la Sábana, custodiada al principio por Esta información va pasando a los dis-
Marco, siervo del pontífice Caifás, se en- tintos países europeos, por los peregri-
cuentra con otras reliquias de la pasión de nos y mercaderes que regresan de Tierra
Jesús en una iglesia de Jerusalén, sobre el
monte Sión» Santa. Un obispo español, en una carta
del año 626, habla de la Sábana Santa
Y Baronio, «docto intérprete de la tradi-
ción cristiana, afirma sin dudarlo en sus
con el entusiasmo que solamente las co-
Anales que “todos los instrumentos de la sas verdaderas pueden suscitar.
Pasión de Cristo y las reliquias de su se-
P. Raimondo Sorgia, O.P. 31

Dando una ojeada a la antigua crónica


de Arculfo, atento recopilador de memo-
rias, podemos saber que en el año 688
era posible venerar la Sábana Santa en
Jerusalén. Hay que señalar que, cuando 8
siglos más tarde se comprenda el porqué
de ciertas interpretaciones de antiguos pin-
960’8 grados:
tores bizantinos, que a primera vista po- ¡punto de fusión!
dían aparecer extrañas, la autenticidad de
la Sábana Santa se confirma también por
aquella ingenua pero fiel forma de tradi-
ción. Los artistas de entonces, de hecho, Desde hace varios siglos, Palestina y
nos transmitieron lo que habían visto ellos Jerusalén, con sus Santos Lugares, san-
mismos, o lo que los afortunados visi- tificados por la vida, muerte y resurrec-
tantes de la Sábana habían descrito al verla ción de Cristo, no están ya en manos de
expuesta en una iglesia o guardada en un los judíos ni de los cristianos. Sobre toda
escondite secreto. la región del Medio Oriente domina inexo-
La liturgia que se usaba en Francia an- rablemente la nueva religión del Islam. Se
tes de Carlomagno cantaba en la misa organizan, como sabemos, distintas ex-
pascual un himno a Cristo y a sus «reli- pediciones de Cruzados, que se propo-
quias». Un documento del final del siglo nen liberar y proteger al menos el área del
XI asegura que en los Santos Lugares se sepulcro. Si bien no siempre tienen éxito,
veneraba un lienzo de lino de «más de ofrecen a miles de peregrinos una opor-
ocho pies», en el cual estaba impresa una tunidad maravillosa para aquellos tiem-
imagen de Jesús. ¿Cómo podrían no sen- pos: poder visitar el país de Jesús.
tirse conmovidos y al mismo tiempo pre- Los galeones de las repúblicas marine-
ocupados los cristianos de Europa, al ras hicieron viajes entre Pisa, Génova,
pensar que aquella sublime reliquia esta- Venecia y la otra orilla del Mediterráneo,
ba expuesta a todo tipo de peligros al los puertos de Chipre, Famagosta, Lima-
otro lado del mar? sol, Tolemaida. Iban cargados no sólo
de tropas y de armas, sino también de
mercancías y botines de guerra, además
de una variopinta multitud de devotos y
aventureros, de santos y de penitentes.
Gracias a alguno de ellos, convertidos
en cronistas ocasionales, podemos co-
nocer otras informaciones útiles para unir
los eslabones de la famosa cadena entre
la historia propiamente dicha de la Sába-
na Santa y su tradición oral, escrita o do-
cumentada de algún modo.
32 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

De este modo, sabemos que durante el cluso al artista autor de la patente falsifi-
saqueo de Constantinopla, sucedido en cación, que habría sido realizada hacia
el curso de la IV Cruzada [1202-1204], los años cincuenta-ochenta del siglo XIV.
la Sábana Santa desapareció de la ciu- Esta impugnación presta un gran ser-
dad por motivos de seguridad. También vicio a la causa de quien sostiene que la
en Constantinopla la pudieron venerar – autenticidad de la Sábana Santa de Turín,
«precisamente en la capilla de Santa Ma- está garantizada mediante pruebas y
ría en el barrio de Blachernæ»–, el rey de contrapruebas. Por otra parte, el ataque
Francia Luis VIII y otros visitantes nota- movido por Pierre d’Arcis duró más bien
bles, como Guillaume, arzobispo de Tiro, poco y se desinfló solo, puesto que ape-
y Amanry, rey de Jerusalén. nas seis meses después una bula pontificia
Durante algún tiempo, el pueblo tuvo la volvió a convalidar la creencia tradicio-
fortuna de asistir cada viernes a la nal, permitiendo de nuevo el culto públi-
ostensión pública de la Sábana Santa. co de la Sábana Santa.
Después, con el asedio y toma de Cons- [De la historia de la Sábana, resumida
tantinopla por los sarracenos, la reliquia por H. Leclerq en Suaire del
más preciosa del sacrificio de Jesús fue Dictionnaire d’archéologie chretienne
confiada de nuevo a manos seguras – et de liturgie, t. XV, pueden extraerse los
probablemente dentro de los sólidos siguientes datos (Cfr. J.-M. Maldamé,
¿Qué pensar de la Sábana Santa?,
muros de un convento– y permanece en Mensajero, Bilbao 2000, 20-27):
clandestinidad hasta que reaparece a la
–A mediados del siglo XIV Godofredo
luz del sol, más allá de los Alpes, exacta- I de Charny fundó una colegiata en Lirey,
mente en Italia y en Francia. diócesis de Troyes, a la que cedió una re-
En 1353 la Sábana Santa llega a Turín liquia de la Pasión, generalizándose el
por primera vez durante un período de culto a ésta. Posteriormente intervino el
obispo de Poitiers, reuniendo una asam-
tiempo bastante breve. Comienza en este blea de teólogos que concluyó que la tela
momento su vida histórica en el sentido expuesta nunca había envuelto el cuerpo
más riguroso y moderno del término: des- del Salvador. Incluso se llegó a descubrir
de entonces, cada cambio y cada hecho al artista, que confesó de plano que él ha-
relacionado con ella, será escrupulosa- bía hecho la Sábana. Se prohibio su exhi-
mente registrado y, en consecuencia, do- bición.
cumentado. –En 1356 Godofredo II, hijo del ante-
rior, pidió autorización al legado del papa
En aquellos años se desata una grave para restaurar la devoción. El legado le
controversia: Pierre d’Arcis, nuevo obis- permitió la exposición de la Sábana. El
po de Troyes, envía un memorial al anti- nuevo obispo de Troyes, Pierre d’Arcis,
papa Clemente VII, en el que declara te- intervino prohibiéndolo de nuevo. Los ca-
ner las pruebas de que aquel paño, es nónigos desobedecieron. Se recurrió al
decir, la Sábana Santa, estaba pintado papa, que entonces residía en Aviñón, ante
el cual expuso el obispo sus argumentos.
artificialmente. Y como sucede a menu- El papa Clemente VII confirmó el per-
do, la mala fe o la sugestión no encontra- miso concedido por su legado, aunque
ron ninguna dificultad para descubrir in- precisando las condiciones para exponer-
P. Raimondo Sorgia, O.P. 33
la; debía advertirse a los fieles que no era causa de las invasiones inglesas del suelo
el verdadero lienzo que recubrió el cuer- francés, había sido necesario cambiar
po de Jesucristo, sino una copia o repre- continuamente la Sábana Santa de una lo-
sentación del mismo.
calidad a otra. Finalmente, llega al duca-
–En 1453 Margarita de Charny cede la
Sábana a Luis I, duque de Saboya, quien
do de Saboya, a Chambéry. En un pinto-
la lleva al castillo de Chambéry. resco y fértil valle alpino se levanta el cas-
–En 1578 el duque de Saboya, Enma- tillo y dentro el duque coloca solemne-
nuel Filiberto, traslada la Sábana a la nue- mente la Sábana Santa, en una espléndi-
va capital, Turín. da capilla, detrás del altar, a la derecha.
–En 1670 la princesa Margarita de Sa- Estará segura incluso en caso de guerra,
boya obtiene permiso para que los fieles ya que es muy difícil asaltar semejante
puedan renovar su devoción por esta re- fortaleza. La misma sainte chapelle, de
liquia]. hecho, se encuentra en el interior de una
De vez en cuando se registra algún mo- torre cuadrada muy sólida y protegida
vimiento de hostilidad, o si se prefiere de con gruesas puertas enrejadas. No hay
excesiva prudencia por parte de alguno que temer posibles represalias o ataques
–según ha dejado escrito un observador por parte de los miembros de una cerca-
del siglo XVI, Antoine Lalaing, señor de na secta valdense. Allí estará segura, a
Montigny, que tuvo ocasión de asistir a menos que entre en acción el más enga-
la ostensión hecha en Pont d’Ains– que, ñoso, el más violento e irresistible de los
para quitar todo resto de duda, habría enemigos, el fuego.
sometido la Sábana Santa a limpiezas ra-
dicales, hasta incluso hervirla. Pero pue- 1532. En la noche del 3 al 4 de diciem-
de ser que nos hayan informado más de bre, mientras la pequeña ciudad y la se-
sus intenciones y sugerencias, que de he- gura fortaleza de Chambéry duermen,
chos. empieza la tragedia. ¿Una vela mal pues-
La historia de las aventuras por las que ta en el candelabro? ¿Una lamparita co-
sigue pasando la Sábana Santa se hace locada muy cerca de las telas que ador-
en adelante más densa, y multiplicar aquí nan el coro donde los canónigos suelen
nombres y fechas, sería interesante, pero cantar laudes y vísperas? Lo cierto es
por otra parte aburrido. Nombrando al que el fuego comienza a propagarse des-
señor de Montigny hemos llegado al si- de allí al primer material inflamable que
glo XV, por tanto a la víspera de aquel encuentra cerca –y casi todo es inflama-
terrible incendio de Chambéry, infinita- ble–. En un principio, carboniza lentamen-
mente más peligroso que todas las prue- te los sitiales del coro, de madera de no-
bas a las que la Sábana Santa, como tes- gal. Después, las primeras lenguas de fue-
tigo silencioso y elocuente de la victoria go serpentean en el vacío, se levantan cre-
de Cristo sobre la muerte, había sido so- pitando y avanzan en dirección a la sa-
metida anteriormente. cristía. Tapetes y telas se queman ense-
Durante la llamada Guerra de los Cien guida. El aire ya se ha hecho irrespirable,
Años, y en particular entre 1418 y 1438, a la temperatura aumenta a medida que las
llamas devoran todo lo que es de made-
34 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

ra: bancos, reclinatorios, marcos de las Mientras tanto, las personas reunidas
puertas. en el patio proponen medidas sin senti-
Allí detrás, en la hornacina cercana al do, lloran y rezan en silencio, temiendo
altar, la preciosa reliquia parece no correr que se haya causado un daño irreparable
ningún peligro, porque se encuentra guar- a la Sábana. Llega al exterior el ruido de
dada en una gran urna de plata. Parece los mármoles que, al fundirse las grapas
inatacable, siempre que alguien se dé de hierro que los sujetaban, caen de las
cuenta a tiempo del incendio. paredes, pulverizándose en el suelo.
150-200 grados de calor. Uno tras otro 800 grados. Empiezan a retorcerse las
las vinajeras y los jarrones de cristal esta- gruesas lámparas y las mismas rejas,
llan, se agrietan las ánforas de yeso y los mientras que las barras de hierro que
estucados que decoraban el interior. sostienen algún peso se pliegan peli-
grosamente. Todo cruje en aquel infierno
300 grados. Comienzan a ceder los que calienta e ilumina siniestramente la no-
emplomados que unían los cristales poli- che de diciembre. Verdaderamente pare-
cromados, saltando uno tras otro los ven- ce como si una potencia infernal alimen-
tanales y vidrieras. tase el fuego, desahogando la rabia satá-
Alguien oye el ruido de los cristales al nica contra el testimonio que pretendía
romperse y caer al suelo. Piensa primero exaltar en los siglos venideros la acción
que son ladrones sacrílegos, pero el del Redentor.
humo que proviene de la sacristía y un Si unicamente hubiera que decir que la
alarmante resplandor le revelan la verdad. capilla había sido destruida y el castillo
Rápido, ¡hay que tocar la campana! Y quemado, sería lo menos importante. Lo
aquel desesperado repicar a martillo des- que todos se preguntan afuera, con un
pierta por sorpresa y reúne en torno a la nudo en la garganta, es qué habrá pasa-
torre del palacio ducal a un centenar de do con la Sábana Santa.
personas, comenzando por los inscritos
en la cofradía del Santo Sudario. 900 grados. El cofre de plata donde se
encuentra depositada la Sagrada Sábana,
Cuando se es víctima de la angustia, doblada cuadrangularmente, está incan-
no es fácil organizar los trabajos para apa- descente. Un tremendo fuego cegador va
gar el fuego, y la temperatura alcanza pron- conquistando una a una las moléculas que
to los 400-500 grados. componen el cofre. En los lugares en que
Alrededor de los 600 grados empiezan las llamas atacan con mayor furia y por
a deformarse hasta los pesados candela- más tiempo, al alcanzar los 960 grados,
bros de cobre, construidos especialmente la plata toma una consistencia extrema-
por los hábiles artesanos de Chambéry damente blanda. Luego comienza a caer
para adornar la capilla. en gotas sobre la Sábana, carbonizando
650 grados. Se derriten como si fueran en varios puntos el tejido.
de cera los platillos para la comunión, que Después de algunos momentos, llegan
están hechos de aluminio recubierto de algunos hombres, dirigidos por el con-
una delgada capa de zinc. sejero del duque, Filippe Lambert, por
P. Raimondo Sorgia, O.P. 35

detrás del humo que se ha expandido. El en la noche del Viernes Santo, en el Se-
agua echada a las llamas, al liberar gran- pulcro, acariciaron con manos temblo-
des nubes de vapor, consigue poner fre- rosas la Sábana que envolvía el cuerpo
no a la furia del fuego, que queda reduci- martirizado del Maestro. Para garantizar
do a algunos focos. ¿Habrán llegado de- que la reliquia quedara incólume y para
masiado tarde? En cuanto es posible, en- rendirle honores, están presentes cuatro
tre chorros de agua y el corazón palpi- guardias del duque. Y una vez reparada
tante de todos, un cerrajero y su ayudan- debidamente, la Sábana Santa es restitui-
te consiguen abrir el cofre, y, con el sus- da al señor de Chambéry.
piro de alivio que podemos imaginar, Como hemos dicho, resultaría dema-
constatan, en presencia del arzobispo, que siado prolijo relatar aquí todas las vicisi-
la Sábana tudes por las que la Sábana Santa ha pa-
«estaba casi intacta, salvo en los pliegues sado a lo largo de los años, al ser trasla-
y, más exactamente, en los cuatro ángulos – dada de uno a otro lugar seguro en cuan-
la tela estaba doblada en varios pliegues–,
donde la plata fundida había caído, provo-
to se tenía noticia de guerras, deporta-
cando las quemaduras que en la tela exten- ciones o saqueos, tan frecuentes en las
dida parecían encuadrar, por así decirlo, la épocas pasadas. Únicamente daré cuen-
imagen anterior y la posterior del Hombre ta de otro episodio relevante, que expli-
que en ella se había envuelto». Y un testigo ca por qué la Sábana es trasladada a
ocular añade: «Este hecho lo vimos clara- Italia.
mente todos, estando yo presente en aquel
momento, y quedamos sorprendidos» (Judi- San Carlos Borromeo, cardenal de
ca Cordiglia, op. cit. 32). Milán, había hecho voto de ir a Chambéry
La investigación ordenada por las au- para venerar la Sábana Santa. Pero una
toridades eclesiásticas concluye con el peregrinación de este tipo, en otoño avan-
atestado de que la Reliquia no ha sido zado y a través de los pasos alpinos, ha-
destruída por el incendio. Es necesario, bría resultado ciertamente muy extenuante
no obstante, proceder a su restauración para el prelado, que todavía no era an-
en las zonas donde ha sido alcanzada por ciano, pero sí de salud delicada. Por esa
el metal fundido. Por fortuna, mejor di- razón, el duque Enmanuel Filiberto, dis-
cho, providencialmente, la figura no ha pone que la Reliquia se traslade secreta-
sido dañada en ninguna parte que pueda mente a Turín, por pocos días, según se
considerarse principal, salvo en los dos dijo entonces. De ese modo, la peregri-
brazos, un poco más arriba de los co- nación del cardenal, desde Milán a la ca-
dos. pital piamontesa, se redujo a una marcha
de cuatro días, no puede decirse que fá-
Las más expertas de entre las monjas
cil, pero sí bastante menos fatigosa.
de Santa Clara, bajo la guía de la priora
sor Louise, proceden a remendar la Sá- Después de la pública exposición en
bana Santa, con paciencia y cuidado. En un palco construido en la famosa plaza
el coro del monasterio, acompañando del Castillo, la Sábana Santa se quedó
cada puntada con una oración, se pare- definitivamente en Turín, en la Capilla
cen a aquellas otras piadosas mujeres que Palatina, a lado de la Catedral. Allí, bajo
36 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

la genial cúpula diseñada por G. Guarini, Es un personaje de relieve, bien prepara-


ha pasado la Sábana Santa los últimos do y digno de todo respeto en el campo
años, desde 1578 –aunque con un breve de la biología general, de la zoología, de
paréntesis durante la segunda guerra mun- la biomecánica y de la fisiología experi-
dial, en que estuvo escondida en el mo- mental. Y tiene una mente lúcida, con la
nasterio benedictino de Montevergine–. capacidad de llegar al fondo de las cues-
tiones y además el coraje de llamar al pan,
pan y al vino, vino.
El día en que llega a sus manos la foto-
grafía del hombre de Turín, del que tan-
to hablan todos, el doctor Delage la ana-
liza con su mirada investigadora, con una
9 curiosidad cada vez mayor. Primero ob-
serva la imagen de la Sábana Santa tal y
Gracias, monsieur Delage como se presenta en realidad: fondo cla-
ro, impronta oscura. Después analiza el
cuerpo humano que se destaca sobre el
fondo de la fotografía de la Sábana. Vuel-
Una copia de la primera foto misterio- ve varias veces a mirar aquel rostro ma-
sa, revelada en 1898, llega casualmente a jestuosamente sereno, y piensa para sí:
manos de un científico francés, Ives De- «Me parece que esta fotografía es verda-
lage. Era un científico en estado puro o, dera, sin el menor retoque… La imagen que
para entendernos, un hombre de ciencia, la Sábana Santa ofrece al visitante se diría
que es un negativo. De hecho, las zonas en
y, como él mismo precisaba, no de igle- relieve, por ejemplo la nariz, los párpados
sia. Ciencia y fe pueden muy bien estar cerrados, los pómulos, están obscuras, y en
de acuerdo, y no son pocos los estudio- cambio las partes hundidas están claras…
sos de fama mundial que creen firmemen- La fotografía, cambiando entre sí las luces
te en Dios. Estos investigan desde su fe y las sombras, me presenta una imagen hu-
tanto el mundo extremadamente peque- mana increiblemente nítida, con una per-
ño de las partículas subatómicas y de las fección anatómica y una belleza de formas
que no me hubiera imaginado nunca antes
células como el de la inmensidad del cos- de verla... El cuerpo de este hombre, que
mos, que guarda los secretos de las es- hasta hace un momento parecía misterioso
trellas gigantes, de los años-luz y de los e incomprensiblemente impreso al revés,
espacios ilimitados. tiene una figura perfectísima. Y este ros-
tro, no puedo negarlo, es verdaderamente
Delage en cambio es libre pensador, de sorprendente» Y –continuando con su me-
hecho ateo, o al menos agnóstico. Del ditación de laico– «Dicen que éste es el ros-
todo autónomo e independiente, siente tro de Cristo. Yo no lo sé; pero no sé tam-
una atracción irresistible por la ciencia, poco a qué otra persona puede pertenecer.
sin sospechar que a menudo Dios se es- Y si lo comparo con los retratos de Jesús
conde en cualquier esquina, esperando que desde el Renacimiento han realizado
encontrar a quien tenga sed de la verdad. los mejores pintores... éste los supera a to-
P. Raimondo Sorgia, O.P. 37
dos… Es por todo esto por lo que quiero tografía en positivo del hombre de la Sá-
saber cómo ha podido formarse esta ima- bana Santa. Luego habla con dos de sus
gen». mejores ayudantes Paul Vignon y René
En efecto, es muy normal que un cien- Colson y deciden trabajar juntos en el mis-
tífico tenga como objetivo fundamental terio que parece esconderse detrás de la
descubrir la causa de las cosas, encon- Sábana Santa. Emplean un año y medio,
trar su autor. Si existe la tierra, el cielo, el no un par de días. Reflexionan, hacen
sol y las estrellas, tiene que haber alguien hipótesis, las discuten a fondo, recono-
que ha creado el Cosmos. Nosotros lo ciendo con honestidad sus puntos débi-
llamamos habitualmente Dios, pero el les y finalmente llegan a un acuerdo so-
nombre no es lo principal; en nuestra ar- bre la única solución posible, sobre una
gumentación es más importante la rela- conclusión necesaria: la Sábana de Turín
ción lógica entre el efecto existente y la es verdadera, aunque su misterio no está
causa que explica su existencia. Si hay resuelto; no puede ser obra de un falsifi-
una flor en un jardín, tiene que haber cador. No es un piadoso engaño; es más,
existido bajo la tierra una semilla de la que no parece que sea una obra humana.
ha germinado el tallo y el capullo. Si hay Era lógico preguntarse si la Sábana San-
un puente, han existido por fuerza los ta guardada en Turín con la presunta ima-
arquitectos, los técnicos, los grupos de gen de Jesús no era en realidad un formi-
trabajadores que lo han realizado. Si se dable y genial engaño. Delage y sus cole-
está escuchando un disco, alguien tiene gas, según la técnica de los más celebres
que haberlo grabado. detectives, se preguntaron: «¿Qué hu-
Del mismo modo, si existe la Sábana biéramos hecho nosotros para obtener
Santa, tiene que haber algo o Alguien que la huella de un hombre en una sábana?»
la ha realizado, no cabe otra posibilidad. Y respondieron: «Habríamos cogido a
De la nada viene la nada, dice la sabidu- una persona, y después de bañarla com-
ría popular, y la filosofía confirma so- pletamente en sudor y sangre o en deter-
lemnemente que no se da ni un solo efecto minadas sustancias colorantes, la habría-
sin una causa proporcionada. Es lógico mos depositado con cuidado en una gran
además que cuanto más grande es el efec- sábana, doblada después hacia delante,
to, tanto mayor tiene que ser la causa; según el uso de los antiguos hebreos. Se-
cuanto más complicados sean los pro- guramente bastase apretar el tejido, cui-
blemas que plantea el efecto, tanto ma- dadosamente, sobre toda la superficie del
yor tiene que ser el poder de su causa, cuerpo…» Así lo hacen; después, des-
que supo resolverlos todos; cuanto más pliegan el envoltorio de lino y… les espe-
ordenado en sus detalles y armónico en ra una desilusión: la imagen que se impri-
su conjunto se presenta un efecto, tanto me en el tejido es poco más que una man-
más inteligente y perfecto tiene que haber cha deforme, una silueta más bien basta,
sido quien lo ideó. incluso grotesca.
En estas cosas piensa Yves Delage des- Es necesario buscar otra hipótesis, qui-
de el momento que ha examinado la fo- zás retomando una de aquellas ya des-
38 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

cartadas anteriormente como muy sim- co, su inversión pueda mostrar la figura que
ples. Puede que la imagen de la Sábana se atribuye a Cristo”. Y esto con una per-
Santa sea simplemente un cuadro. «¿Ob- fecta precisión, puesto que es sabido qué
poco hace falta modificar en un rostro be-
jeciones?» –se preguntan–. Ciertamente; llo para obtener una caricatura; especial-
y más de una. Puesto que en aquel año y mente cuando –como en el rostro de este
medio de investigaciones se han docu- hombre– su belleza se debe a la expresión».
mentado acerca de la historia de la Sába- Hay que agradecer al doctor Delage y
na, saben que hay noticias de ella plena- a sus colegas, como hombres y como
mente atendibles al menos desde el siglo científicos, la seriedad de sus estudios.
XIV. Pues bien, en aquella época, en Ita- Ayudan a dar respuesta a las primeras ob-
lia y entre los máximos artistas estaba el jeciones y parecen decir con su compor-
joven Giotto de Bondone y el viejo Cima- tamiento de auténticos servidores de la
bue; en Alemania el maestro Bertram; verdad: «Sean siempre bienvenidas las
Beauneveu, Malouel y Bellechose en Fran- objeciones, porque quien busca la ver-
cia. En el estilo de aquellos pintores, de dad, tendrá que considerarlas como ver-
entre el románico y el gótico, aparecen daderas aliadas; son como las lentes del
figuras indudablemente sencillas y fres- microscopio; aunque sacrifican una vi-
cas, rostros ingenuos, conmovedores; sión fácil y preconstituida de la realidad,
muy diferentes de la perfección anatómi-
son indispensables para ayudarnos a es-
ca que se lograría solamente algunos si-
cudriñar a fondo tantos problemas y mis-
glos después, en pleno Renacimiento.
terios de la Creación».
Delage razona: «Si la imagen fuera un cua-
dro de un falsificador que hubiera existido Dando un salto hasta los años sesenta,
en aquella época o en épocas precedentes la profesora Noemí Gabrielli, experta en
–siglos XIII-XIV–, tendríamos que supo- historia y técnica de las artes figurativas
ner que hubo un artista capaz de hacer una adelanta una genial hipótesis. Para ella la
obra cuanto menos a la altura de los gran- Sábana no es una pintura, al menos en el
des pintores del Renacimiento y, cosa más
extraña todavía, tendremos que explicar
sentido común de la palabra, puesto que
cómo un artista tan magnífico haya podido los exámenes microscópicos no han
quedar totalmente ignorado… Y esto, que mostrado en el tejido la presencia de aquél
ya resulta bien difícil de creer respecto a fondo hecho a base de materias aislantes
la imagen pintada en positivo, resulta del y no absorbentes, llamado imprimación,
todo increíble, si se considera que la hue- que los pintores extienden siempre sobre
lla del hombre de la Sábana Santa es una
imagen en negativo: pintar una figura de
la tela antes de empezar su trabajo; ade-
ese modo, sin valor estético alguno, sin re- más, faltan las huellas direccionales de
sultar nada agradable ¿qué sentido podría las pinceladas.
tener?... El falsificador habría sabido ade- Según esta profesora, si no se admite
más, con un anticipo de medio milenio, que
las generaciones futuras descubrirían el
una intervención milagrosa, el misterioso
proceso fotográfico... Este genio sobrehu- falsificador podría haber recurrido a los
mano lo habría calculado todo: “colocaré pinceles y a las pinturas no directamente
las luces y las sombras de tal modo que sobre la Sábana Santa, sino sobre una
cuando se le aplique el revelado fotográfi- tela aparte. Habría pintado el cuerpo de
P. Raimondo Sorgia, O.P. 39

un crucificado en otra tela conveniente- Sábana Santa, centímetro por centíme-


mente imprimada y extendida en un mar- tro, mancha por mancha, ya hace tiempo
co; después, mientras el original estaba que habrían denunciado públicamente el
todavía húmedo, lo habría puesto sobre fraude. Por el contrario, son ellos mis-
la sábana, que se convierte así en la Sá- mos los que dicen que en todo el cuerpo
bana Santa. En otros términos, se trata- del Hombre de la Sábana no han logrado
ría de un trabajo de calcado. Una figura encontrar una sola discordancia, un sim-
humana normal calcada en una tela, ha- ple error.
bría dado lugar a la figura del hombre en La obtención de la imagen tridimen-
negativo que está en la Sábana Santa. sional –J. Jackson– confirma que hubo
A la interesante hipótesis de la profe- un cuerpo humano que estuvo en con-
sora Gabrielli –que por otra parte, ella tacto real con el tejido y que «es prácti-
misma define como una conjetura–, no camente imposible que haya podido exis-
haremos más que algunas preguntas: tir un falsificador en condiciones de pro-
1ª.- El falsificador habría tenido que pro- ducir una imagen como ésta, y menos en
curarse, para su perfecta artimaña, no una la Edad Media». El doctor Rodante apor-
sábana normal, sino una sábana palestina. ta también como prueba de la autentici-
De hecho, hoy podemos verificar este dad de la Sábana la investigación de las
punto comparándola con muestras de te- heridas de la corona de espinas que apa-
jidos de la época, hace dos mil años, en- recen en la frente: el atento examen médi-
contrados en Egipto y en Medio Oriente. co-legal de las mismas, sobre la base de
No habría sido una empresa fácil conse- conocimientos de anatomía topográfica,
guir –en el siglo XIV– un trozo de aque- revela que cada una de las cuales se co-
lla tela de más de 4 metros, y además rresponde exactamente con el lugar de
íntegra y no utilizada antes en pruebas las venas y arterias subcutáneas. Es prác-
semejantes. No obstante la dificultad, se ticamente imposible que un supuesto pin-
puede admitir que haya sido posible con- tor del siglo XIV hubiera sabido colocar
seguirla. en ese preciso lugar tales manchas de
sangre.
2ª.- El autor de la falsificación más fa-
bulosa de la historia habría tenido que 3ª.- Y además, insistimos en preguntar-
disponer –en aquel siglo– de algo más nos por qué no habría realizado el origi-
importante: el cadáver de un hombre ho- nal en vez de un jeroglífico, invertido, y
rriblemente azotado, coronado de espi- casi indescifrable. ¿Por qué un genio si-
nas, crucificado de modo perfecto – milar se habría tomado el trabajo de pin-
como lo prueba el detalle del agujero de tar una belleza insuperable sólo visible
Destot– y con el pecho atravesado por para él, de la que sus contemporáneos
una gruesa lanza. Lo habría necesitado no habrían sospechado siquiera su exis-
para poder pintar con absoluta exacti- tencia, y que no se vería sino después de
tud cada cardenal, cada herida, cada re- una inversión hecha posible sólo unos sie-
guero de sangre. De otro modo, los ex- te siglos después?
pertos modernos que han investigado la 4ª.- Admitiendo también que la inteli-
40 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

gencia… diabólicamente astuta de ese su- Analyzer, que convierte la intensidad de


per-falsificador podría haber previsto la la imagen en relieve vertical. Comproba-
oportunidad de ofrecernos «un negati- ron que efectivamente la imagen de la Sá-
bana contiene información tridimensio-
vo», previendo el revelado fotográfico, nal.
cabe además añadir que el misterioso fal-
Aunque es difícil dar una explicación
sificador del quinientos habría sido tam- sencilla de lo que esto significa, pode-
bién un refinado polinólogo, para la bús- mos decir que supone que el grado de den-
queda de aquellos pólenes que garanti- sidad de cada punto de la imagen de la
zan la antigüedad y procedencia de la Sá- Síndone está matemáticamente relacio-
bana. nado con la distancia del lienzo al cuer-
po. Alcanza la máxima brillantez en las
5ª.- Finalmente, nos preguntamos cómo zonas en que el cuerpo tocó al tejido –
habría conseguido obtener el autor de la nariz, frente, cejas– y es menos intensa
Sábana Santa las características tridimen- donde no se tocan –órbitas de los ojos,
sionales de la imagen, puestas de mani- lados de las mejillas–. El hecho de que
fiesto por los estudiosos americanos en ningún punto de la imagen la intensi-
dad de la marca sea cero implica que la
Jackson y Jumper, mientras que ningún impronta no pudo hacerse por contacto,
otro artista ha sido capaz jamás de lograr que no ha podido ser el trabajo de un ar-
este maravilloso efecto, aun sirviéndose tista. Experimentos con artistas muy
de la más rica paleta de colores y de las competentes han demostrado que el sis-
técnicas más refinadas. tema de coordinación entre el ojo y el
cerebro es incapaz de reconocer y crear
[Hemos extraído algunas observacio-
nes sobre la tridimensionalidad de la ima- una imagen así. Se han investigado nume-
gen de la Sábana, según la investigación rosas copias de la Sábana realizadas en
de J. Jackson en www.shroudofturin.com siglos pasados por artistas, igualmente
y siguiendo la información del Centro con el sistema VP-8. Sin ninguna excep-
Español de Sindonología, en www. ción, estas imágenes en relieve aparecen
linteum.com Fue estudiada sobre todo a muy distorsionadas].
partir de 1977 por un grupo de científi- Pero volvamos a Delage y a sus cole-
cos dirigidos por J. Jackson y E.J. Jumper, gas. Llegan éstos al convencimiento de
profesores de Física y Ciencias Aeronáu- que la imagen de la sábana no es un cua-
ticas, respectivamente, en la Academia
de las Fuerzas Aéreas de Denver y en el
dro hecho por mano humana; les parece
Centro de la NASA en Pasadena. más bien el resultado de un fenómeno
Utilizando un microdensitómetro –ins-
físico-químico. Paul Vignon, uno de ellos,
trumento que mide la intensidad de una efectúa varios experimentos en su labo-
fotografía– y una reproducción de una ratorio. Comienza por los vapores de
sábana envolviendo un cuerpo, J. Jackson zinc; pero rechaza esta hipótesis: de es-
pudo mostrar que el grado de intensidad tas emanaciones, que dejan una confusa
de la imagen se correspondía en una me- aureola de un objeto, no puede esperarse
dida muy importante con la distancia de la solución.
la tela al cuerpo. En 1976 Jackson llevó
una fotografía de la sábana a un laborato- Después su atención se centra en los
rio de análisis de imagen, para analizarla vapores de aloetina, presentes en toda
con un ordenador llamado VP-8 Image emulsión de áloe y aceite de oliva y que
P. Raimondo Sorgia, O.P. 41

al contacto con otros vapores, como el «Tenemos por una parte la Sábana –pro-
carbonato de amonio, que emanan de un bablemente impregnada de áloe, una resina
cuerpo recubierto de un abundante su- oriental– y un crucificado que ha sido azota-
do, herido en el costado derecho y corona-
dor, pueden fijar una imagen. Si el cadá- do de espinas. Tenemos por otra parte un
ver del hombre de la Sábana, entre las conjunto de historia y tradición que nos pre-
dos telas, quedó en el sepulcro por lo senta a Cristo, que en Judea sufrió los dis-
menos un día, y no más de dos –al me- tintos suplicios que se muestran en el ca-
nos veinticuatro horas, pero no más de dáver cuya imagen nos ofrece la sábana. ¿No
unas cuarenta, pues entonces el proceso es natural acercar estas dos series parale-
de putrefacción hubiera destruído todo– las y unirlas en un mismo sujeto?
la mezcla de los distintos elementos, en «Estimo que yo tengo que considerar
una lenta evaporación, pudo haber pro- todos estos datos:
yectado sobre el tejido de lino la huella –Que la tradición cristiana asegura que
de aquel cuerpo. Pudo haber nacido así Cristo, muerto el viernes por la tarde, estaba
la huella del Hombre, con un color ma- ya fuera del sepulcro al alba del domingo;
rrón rojizo más intenso en las partes que –Que este hombre, ajusticiado como un
sobresalen, que aparece difuminado al au- criminal, tiene en el rostro, como debió ser
el rostro de Cristo, una expresión tan no-
mentar la distancia entre el cuerpo y la ble que espontáneamente pensamos que lo
tela, y de un color rojo carmín en las zo- lógico es asignarlo a un hombre bueno y
nas de los cabellos y de las lesiones ma- equilibrado;
yores. –Que, en resumen, hay un conjunto de cir-
La posibilidad es real, pero al mismo cunstancias –el medio Oriente, la llaga en
tiempo bastante teórica. Los experimen- el costado derecho, el tiempo ideal de la
tos realizados entonces por Vignon, y re- sepultura, el misterioso lenguaje de la fi-
sonomía del rostro– que son indiscutible-
petidos varias veces después por otros mente excepcionales».
estudiosos, dan fundamento a la hipóte-
sis –las huellas obtenidas por ese proce- Y aquí Yves Delage revela su secreto:
dimiento en laboratorio son idénticas por «Supongamos, dice, que por cada una de
naturaleza a las de la Sábana Santa–; pero estas cinco circunstancias exista una pro-
así como la imagen de Jesús en la Sába- babilidad sobre cien de que se trate de otra
persona. Siendo así, hay una sóla probabi-
na aparece nítida y perfecta, la imagen lidad entre diez millones de que la Sábana
obtenida experimentalmente es confusa, Santa nos haya transmitido la imagen de una
borrosa e incluso a veces monstruosa. persona distinta de Jesucristo.
No obstante ello, quizás por esta vía se Así pues, para el científico que no que-
comenzaba a desvelar el misterio de la ría pasar por hombre de iglesia, la Sába-
formación de la imagen de la Sábana. na Santa era la sábana regalada por José
Delage suscribió las conclusiones del de Arimatea a su amigo Jesús bajado de
doctor Vignon y en su propia declara- la cruz. Y terminaba con un aviso:
ción, leída con voz clara y vibrante ante «Dicen que, por inconsciencia o por fal-
los sorprendidos grandes de la Acade- ta de escrúpulos, yo he traicionado a la
mia de las Ciencias de París, concluye: ciencia y desmentido mis opiniones de li-
42 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
bre pensador. Por el contrario, yo he sido
fiel al verdadero espíritu científico, al es-
tudiar el problema del Hombre de la Sába-
na Santa, preocupándome sólo de descubrir
la verdad».
Delage no tenía el don de la fe, pero 10
consideraba a Cristo al menos como un
personaje histórico. Entonces, ¿por qué El investigador
tenemos que escandalizarnos frente al que interrogaba a las plantas
hecho de que la humanidad tenga en la
Sábana Santa una huella material de su
existencia?
Más allá alcanza el razonamiento de otro En 1973 se introduce en esta historia el
experto, también francés, el ingeniero in- profesor Max Frei, criminólogo, director
dustrial Paul de Gail, que reconsidera las del gabinete científico de la Policía de
ideas de Delage: Zurich y perito de Interpol, además de
«Es extremadamente probable que la Sá-
ser redactor especializado en el periódi-
bana Santa de Turín sea la que envolvió a co alemán Kriminalistik. Con una mente
Jesús. Por lo que ahora puedo valorar, la bien despierta, un olfato instintivo y un
probabilidad de que no lo sea es de apenas largo entrenamiento en todos los cam-
1 sobre 225 millones... Si en toda la histo- pos de investigación, este doctor Frei es
ria hubiera habido 225 millones de cruci- también uno de los mejores expertos en
ficados, y es evidente que es una hipótesis el ámbito de una nueva disciplina bastan-
sencillamente absurda, en tal astronómico
número de ajusticiados, podríamos encon-
te nueva, la llamada polinología.
trar sólamente uno –uno solo– en el que la ¿Que es la polinología? El término fue
modalidad de crucifixión, de sepultura y del creado en 1944 por los botánicos ingle-
modo en el que se presentan las huellas de ses Heyde y Williams, de la raíz griega
la Sábana Santa, coincidan con las atribui- palé que quiere decir harina, polvo, en
das al crucificado de nombre Jesús».
directa relación al polen y a las esporas
vegetales. Cuando una flor llega a su ma-
durez, libera de las anteras de sus estam-
bres un tenue, casi impalpable polvo vi-
viente; es el polen. Transportado sobre
todo por el viento, está destinado a al-
canzar el ovario de una flor de la misma
especie, y realizar así la fecundación. El
color del polen, es generalmente amari-
llo, rosado, celeste, marrón o blanco. Co-
gidos uno a uno, estos granos son ver-
daderamente microscópicos; hay algunos
que miden apenas 2’5 micrones.
P. Raimondo Sorgia, O.P. 43

Y además, estos pequeños granos, pre- do paisaje en épocas lejanas. A los ojos
cisamente porque contienen en su inte- de un paleo-botánico aparecen los bos-
rior la preciosa chispa de una nueva vida, ques de gigantescas coníferas de antiguas
están preparados de modo completamen- eras geológicas, los jardines de la época
te funcional: dotados de apéndices para faraónica o babilónica, y también las la-
adherirse mejor al cuerpo de los insectos deras de olivos de las colinas palestinas,
que los transportan, o de sacos auríferos las llanuras sembradas de trigo, las viñas,
para ser llevados por el viento, tienen una higueras, moreras y sicómoros alrededor
capa externa muy fuerte, resistente inclu- de cada poblado, las adelfas y cañas de
so a ácidos o substancias cáusticas exis- las riberas del Jordán y del lago Tibe-
tentes en la naturaleza, como el calor esti- ríades.
val o las heladas invernales, y que a su En cuanto al procedimiento de análisis
vez explotará espontáneamente en el tiem- de la polinología, consiste esencialmente
po de la fecundación, al hincharse el en poner las microesporas aisladas de de-
protoplasma. terminado material en un pequeño cristal,
Es casi increíble la cantidad de polen dejando caer después encima una gota
que en la época de floración se esparce de glicerina y de substancias colorantes.
alrededor de una zona verde, dispersán- De este modo, gracias al aumento del mi-
dose en la atmósfera prácticamente por croscopio, se puede proceder a contar
todas partes. Basta pensar que de un solo los granos de polen y el porcentaje de las
metro cuadrado de bosque poblado de distintas especies presentes.
alisos sería posible recoger 2.160 millo- Max Frei, encargado de autenticar las
nes de granos, o igualmente de un mato- fotografías que una comisión científica
rral de retama en flor de un metro cua- había tomado, al examinar detenidamen-
drado unos 4.060 millones de ellos. te la tela, observa la presencia de esporas
La ciencia en cuestión constituye una de polen sobre la Sábana y obtiene per-
rama de la micropaleontología y ha ido miso para recoger unas cuantas mues-
adquiriendo una importancia creciente en tras, que él llama microhuellas.
el cuadro de la apasionada atención que En presencia de testigos calificados y
el hombre dedica a la prehistoria. El estu- con la autorización previa de las autori-
dio del polen conservado en estado fósil dades competentes, el doctor Frei reco-
en los fangos de los lagos o de los panta- rre por un momento con la vista toda la
nos se realiza extrayendo, por medio de superficie de aquella larga tela que está
sondas, muestras de limo de los distin- investigando. Después, con gestos me-
tos niveles de profundidad. El análisis rea- didos y precisos aplica a lo largo del bor-
lizado en laboratorio permite establecer de de la tela pequeños trozos de una cin-
el llamado espectro polínico, que da una ta adhesiva especial. Finalmente los quita
idea bastante precisa de la flora existente con delicadeza, colocándolos dentro de
alrededor del depósito en una época de- un recipiente especial, después de
terminada. De este modo puede saberse haberlos clasificado según las respecti-
cómo era la vegetación de un determina- vas áreas de control.
44 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

Ahora tiene a su disposición toda una De estos métodos de trabajo parte Max
serie de muestras de polvo. Como poli- Frei. Por una parte, debe filtrar cuidado-
cía científico, está acostumbrado a es- samente el contenido de sus microfósiles,
tos procedimientos. En las investigacio- para aislarlos de los infinitos restos de
nes realizadas en los laboratorios de la materia orgánica e inorgánica deposita-
policía, se consigue detectar, con la ayu- dos entre la trama oblícua de la Sábana
da de rayos infrarrojos o ultravioletas, Santa, en forma de sarga o cola de pes-
huellas borradas incluso con productos cado. Examina cada muestra bajo el po-
químicos, o saber que un sobre cerrado tente rayo de luz polarizada del micros-
y sellado ha sido abierto y vuelto a ce- copio electrónico.
rrar. Otras veces una gota de líquido que El doctor Frei ha concluido sus bús-
queda en el fondo de un vaso o una mi- quedas preliminares y, presentando una
croscópica sección de cabello puede te- relación en el II Congreso mundial de
ner gran importancia. estudios sindonológicos, muestra detalla-
Del mismo modo, este investigador damente los resultados a los que ha lle-
considera que el polvo depositado sobre gado después de cinco años de análisis.
la Sábana en veinte siglos podría ser un En su exposición confirma que sobre la
auxilio muy importante para conseguir Sábana Santa se encuentra, efectivamen-
parte de la verdad en relación a la Reli- te y en una cantidad notable, el polen de
quia conservada y venerada en Turín. varias plantas que crecen en diversos lu-
¿No han resultado determinantes a ve- gares. De este modo se conoce el tra-
ces, a efectos de una investigación, las yecto hecho por la Sábana Santa en su
huellas digitales o un sencillo filtro de peregrinación desde Palestina hasta Turín,
cigarrillo? ¿No se ha resuelto más de un en la Italia septentrional, a través de la
delito basándose en el examen de prue- región del Bósforo, Francia y los Alpes
bas imperceptibles? occidentales. La comparación de sus ca-
racterísticas
Otro experto en los secretos de la poli-
«con las de granos de igual polen y de
cía científica, el comisario Nardone, ha la misma edad, encontrados en las mismas
escrito que es deber de los especialistas regiones» confirma la intuición que tuvo
«definir las características del arma con- este genial detective, que el 8 de marzo de
tundente o de corte utilizada para golpear 1976 afirmaba: «la presencia de polen per-
una víctima con la sola observación del tipo teneciente a no menos de seis especies de
de herida o contusión producido, determi- plantas palestinas, a una especie de Turquia,
nar si un cristal se ha roto desde dentro o y a ocho especies mediterráneas, nos auto-
desde fuera, averiguar de quién son deter- riza desde ahora, incluso antes de comple-
minadas huellas o qué tipo de neumático tar la identificacion de todos los
ha recorrido una carretera, a qué objeto microfósiles, a llegar a la siguiente con-
pueden pertenecer los microscópicos frag- clusión: “la Sábana Santa, no puede ser una
mentos encontrados en las hendiduras del falsificación”»
suelo, o entre los huecos de una suela» (M. Igualmente explicaba el doctor Frei sus
Nardone, Il manuale del giovane detecti- investigaciones en un debate televisivo so-
ve, Milán 1971, 26).
P. Raimondo Sorgia, O.P. 45

bre la Sábana Santa emitido el 30 de mar- los campos cultivados de Judea. Y encon-
zo de 1978: tré allí las respuestas que buscaba: esta plan-
ta es la Sueda, esta variedad particular cre-
«Examinando las muestras de polen to- ce solo en Palestina, sobre la Sábana Santa
madas de la Sábana Santa, esperaba descu- he encontrado el polen de esta planta; éste
brir detalles de su historia. Deje que le es el Paganum hamala, una planta del de-
muestre lo que he descubierto. Esta, por sierto muy común en la región comprendi-
ejemplo, pertenece a una haya –fagus sel- da entre Jericó y el Mar Muerto, y sobre la
vatica–, esto es el polen del tejo –taxus Sábana he encontrado también el polen
baccata–… y una docena de otras especies de esta planta»
de origen europeo, que no hacen más que
confirmar lo que ya sabemos: que la Sába- Así pues, el polen puede actuar como
na Santa fue expuesta al exterior en Fran- un insospechado sello de autenticidad,
cia y en Italia. Pero después he encontrado guardado además celosamente en el lu-
esto: Linum mucronatum, Romaria hi- gar más inesperado, es decir, entre la tra-
brida, y Glatzium grandifloram, la Onos- ma en forma de sarga que constituye la
ma gigantes, la Astragalos… Y mientras
las imágenes mostraban ampliados los gra-
Sábana Santa. Max Frei lo confirma. La
nos y esporas mencionados por el doctor presencia del polen de estas plantas que
Frei, el comentarista explicaba que se tra- crecen exclusivamente en la zona de la
taba de “pólenes y fibras de nuevas espe- Biblia, y en las regiones circundantes nos
cies de plantas que crecen solamente en permiten llegar a una sola conclusión: La
Turquía y que demuestran que Lirey, en Sábana Santa ha respirado el aire de Pa-
Francia, no puede ser su país de origen”». lestina.
Después el científico continúa: Pero mientras él ha trabajado silencio-
«La presencia de un número tan conside- so en medio de sus cristales y calcula,
rable de polen de plantas que crecen en Tur- compara y piensa, en otros lugares va-
quía me hace llegar a una conclusión fun- rios científicos proceden a diversos aná-
damental, esto es, que en un momento de
su historia, la Sábana Santa debe haber es- lisis, con nombres complicados, pero to-
tado expuesta al exterior en el sur de Tur- dos dirigidos al mismo fin: hacer luz –si
quía o en las cercanías de Estambul». es posible de una vez para siempre– so-
Pero no fueron ésos los únicos pólenes bre este apasionante misterio.
que él había aislado e identificado en sus
análisis de la Sábana de Turín. Max Frei
contaba cómo le habían intrigado ciertas
partículas vegetales que se veía obligado
a clasificar como misteriosas, dado que
no lograba identificarlas ni siquiera con la
ayuda de sus mejores tratados de Botá-
nica:
«Por ello tuve que ir en persona a los paí-
ses en los que la Sábana Santa presumi-
blemente había permanecido. Naturalmen-
te, me dirigí en primer lugar a Jerusalén y a
46 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

particular a éste de la Sábana. Si no está al


servicio de una ideología, el científico de
hoy camina de puntillas, con humildad,
alrededor de realidades que le sobrepa-
san. Podemos confiar en que el científico
11 auténtico no esconderá nada, y no afir-
mará nada antes de haber verificado cada
Investigaciones hipótesis. Las opiniones personales cuen-
en torno a la Sábana tan más bien poco.
Este es el motivo por el que conmueve
la humildad del científico digno de tal nom-
bre. Y da tranquilidad pensar que podrán
Al cerrar la introducción se hablaba de surgir nuevos interrogantes, pero la cien-
la posibilidad de que desde el espacio cia, que ya ha admitido el encontrarse de-
nos llegue hoy el rayo de una estrella si- lante de un misterio, digno del máximo
tuada a años-luz de nosotros, y de que respeto y de la más atenta consideración,
sea vista por quien está mirando al cielo. sabrá cómo responder también a las nue-
Ciertamente en estos últimos treinta años vas preguntas.
muchos estudiosos han seguido dirigien- Desde 1898, hasta hoy, las más varia-
do sus telescopios hacia la Sábana, con das disciplinas del saber humano, como
resultados a veces distintos e incluso la anatomía, arqueología, exégesis bíbli-
opuestos, como sucede en astronomía, ca, química, física, electrónica, fotogra-
al profundizar en el conocimiento de los fía, se han aplicado con creciente perfec-
cuerpos celestes objeto de sus estudios. ción al análisis de este documento; de
Frente a quien, convencido por las múl- modo que, como señala oportunamente
tiples pruebas a favor, se declara defen- una experta en los estudios sobre la Sá-
sor de la plena autenticidad de la Sábana bana, hoy su autenticidad no se encuentra
como lienzo fúnebre que envolvió el en discusión (M. E. Patrizi, La macro-
cuerpo de Cristo después de su muerte fotografia nello studio della Sindone, en
en la cruz, surge de vez en cuando al- «Il Tempo», 30-III-1978).
guien que, sintiéndola como un cuerpo
extraño, intenta por todos los medios Tejido
rechazarla, poniéndola entre las más ce- Comencemos por el tejido de la Sába-
lebres falsificaciones que se hayan dado na. No es en realidad nada más que una
en la historia. tela tejida a mano de Linum usitatissimum,
Veamos, por el contrario, una síntesis es decir, de lino común, como lo demues-
de las pruebas que aseguran la autentici- tra el hecho de que las primeras gotas de
dad de la Sábana Santa. Da confianza y metal fundido que cayeron en el interior
conmueve la seriedad con que la ciencia de la caja metálica traspasaron inmediata-
del siglo XX se acerca a los interrogantes mente la Sábana, doblada en varios plie-
que rodean al hombre en general y en gues.
P. Raimondo Sorgia, O.P. 47

Ahora bien, ¿por qué no sucedió lo que vuelto, por tres días, el cuerpo martiriza-
inevitablemente tenía que ocurrir, vistas do del Hijo, y de ahí había resucitado,
las premisas? ¿Cómo es que un trozo de dejándonos la imagen fiel de la propia rea-
tela normal puede resistir al calor lidad del Hombre, del Verbo que se ha-
proviniente de dos metales con un punto bía encarnado por nosotros y para nues-
de fusión de 960’8 grados para la plata y tra salvación. No es creíble, en efecto,
1.100 grados para el cobre? ¿Cómo pue- que tal intervención superior se hubiera
de competir con dos substancias metáli- producido para cuidar y defender una...
cas que, obedeciendo a las precisas le- falsificación.
yes de la naturaleza, empiezan a pasar del Es, por tanto, una prueba más a favor
estado sólido al magmático o semi–flui- de quien tiene el convencimiento de que
do, muy parecido a la lava que sale de un la Sábana Santa de Turín no solo es au-
volcán en erupción? ¿Cuándo se ha vis- téntica, sino que además lleva consigo
to que un tejido puesto en contacto con misma un mensaje de gran elocuencia
planchas ardientes saliera intacto? para creyentes y no creyentes: el mensa-
Sabemos que las leyes naturales son fé- je de la existencia de un Dios Omnipo-
rreas e inmutables; actúan según lo esta- tente, infinitamente inteligente y genial,
blecido por el Creador, sin admitir por capaz de dirigir los lugares, los tiempos
propia iniciativa excepciones con nadie. y los modos de revelarse al género hu-
Ahora bien, el caso del incendio de mano, movido por un amor sin límites y
Chambéry es una gran excepción –y, salvador.
como dice San Ambrosio, lo que va más [J. Kilmon, en www.historian.net/
allá de la naturaleza procede del Autor shroud. htm, explica que del examen fí-
sico de la Sábana se deriva que se trata de
de la naturaleza–. Además, como cada una tela que mide 4’6 x 1’1 metros, co-
efecto exige una causa proporcionada, rrespondiente a la medida estandar de 8
tal causa debe buscarse por encima de la x 2 cúbitos filetáricos utilizada en Pales-
sencilla naturaleza, y esto es signo de que tina durante el siglo primero. El dibujo
la Sábana de Turín está verdaderamente del tejido es probablemente sirio, del si-
en el corazón de Alguien. Alguien que glo primero; contiene algodón de una es-
puede modificar las leyes inflexibles, Al- pecie de Oriente Medio que no se en-
cuentra en Europa, el Gossypium herba-
guien que ordenó a éstas suspender su ceum. Se concluye, pues, que la Sábana
poder en beneficio de aquella realidad sin- fue confeccionada en el Oriente Medio,
gular que Él quería proteger, salvaguar- con mucha probabilidad en Siria, con un
dándola de la inexorable función destruc- diseño utilizado en el siglo primero, aun-
tiva de las llamas. que bastante raro y costoso].
Con estas consideraciones se pone de
relieve que la necesidad –por razones de Anatomía
lógica, no de fe– de una intervención por En el ámbito de la interpretación médi-
encima de las leyes naturales confirma la ca de la fotografía, el doctor Robert
autenticidad de la Reliquia. En aquella Sá- Buckley, uno de los mayores expertos
bana, verdaderamente había quedado en- en esta especialidad, médico en el Insti-
48 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

tuto de Medicina Legal de Los Angeles, En resumen, de sus resultados se deri-


destaca que la Sábana Santa «en el exa- va que la distribución de las heridas en la
men de las heridas, constituye un caso Sábana es anatómicamente perfecta y que
refleja muchos detalles desconocidos en
particularmente interesante: en vez de exa- la Edad Media. Son muchas las lesiones
minar un cuerpo humano real, dispone- que se muestran en la Sábana con plena
mos de las huellas fotográficas de am- exactitud. Han ido apareciendo a lo largo
bos lados del cuerpo, que tienen señales del relato de la pasión en la Sábana San-
de heridas de varios tipos, tan claras y ta:
detalladas que es posible hacer un exa- –El cartílago de la nariz, que aparece
men legal... La edad de este hombre pa- roto y desviado a la derecha, efecto de
rece estar comprendida entre los treinta y un bastonazo o de una caída, pues se han
los treinta y cinco años; su cuerpo tiene encontrado restos microscópicos de tie-
señales de una serie de heridas que van rra de las mismas características físicas
que la de Jerusalén en esa zona de la na-
desde simples golpes a zonas grandes de riz y también en la rodilla izquierda y en
heridas profundas por donde ha habido la planta de los pies.
pérdida de sangre» (Debate televisivo en –Una gran contusión que aparece bajo
Italia 30-III-1978). la región malar derecha, efecto de un bas-
[De acuerdo con el resumen que hace tonazo propinado con un palo corto y re-
el Centro Español de Sindonología en dondo de 4-5 cm. de diámetro.
loc. cit. de las investigaciones realizadas –Diversas escoriaciones en la mejilla
desde el punto de vista de la medicina derecha y la región frontal; llagas sobre
legal, el primer cirujano que comprobó los arcos supraorbitales, tumefacción del
la absoluta exactitud anatómica de esas arco ciliar derecho.
heridas fue, como hemos visto, el profe-
sor de Anatomía comparada de la Sorbona –Las marcas sangrantes de más de 50
Yves Delage. Para él no existía la menor orificios de la corona de espinas, corres-
duda de que sólo un hombre que hubiera pondientes las más importantes con ve-
padecido los tormentos físicos de Jesús nas y arterias reales.
podría haber dejado tales huellas. –Las heridas y contusiones a lo largo
Son ya una multitud los médicos que a de todo el cuerpo, más de 600, y las mar-
lo largo del siglo XX han corroborado cas de azotes, unas 120, idénticas a las
estas afirmaciones, desde los pioneros que dejaría el instrumento de flagelación
como Pierre Barbet –cirujano del Hos- utilizado por los romanos, el flagrum ta-
pital de San José de París– o Giovanni xillatum.
Judica-Cordiglia –profesor de medicina –La herida del costado, de forma elíp-
legal de la Universidad de Milán–, hasta tica, del mismo diámetro, 4’4 x 1’4 cm.,
los más próximos a nosotros, que han po- que las lanzas romanas que, a diferencia
dido comprobar sobre la propia tela sus de las demás heridas, se infirió post
afirmaciones, como el Dr. Robert mortem.
Buckley –médico forense, patólogo del En relación con las afirmaciones de
Hospital de Los Angeles, California–, el que la Sábana sea una falsificación hecha
Dr. Rudolf W. Hynek – de la Academia en la Edad Media, vemos en ella elemen-
de medicina de Praga– o el Dr. Pier Luigi tos anatómicos que no se conocían en esa
Baima Bollone –profesor de medicina le- época, como el halo de suero alrededor
gal de la Universidad de Turín–. de las manchas de sangre –no apreciable
P. Raimondo Sorgia, O.P. 49
a simple vista–, las salpicaduras y sinuo- los laboratorios Mc. Crone de Chicago,
sidades de los regueros de sangre, la hin- éstos sí que sabrán responder ese inte-
chazón del abdomen, típico de la asfixia. rrogante. Además de que de los estudios
Por otra parte, algunos aspectos de la de residuos microscópicos de cristales y
imagen contradicen las representaciones minerales fáciles de encontrar en la Sába-
de Cristo corrientes en la Edad Media, na Santa puede que vengan otras intere-
ajustándose perfectamente, en cambio, a
la realidad de la muerte del Crucificado, santes confirmaciones de su autenticidad.
como la corona de espinas en forma de [J. Kilmon expone en loc. cit. las prue-
casco, los clavos de las manos en el carpo bas realizadas en relación con el tema de
y no en las palmas, la lanzada en el costa- la sangre en la imagen de la Sábana. Mc
do derecho y no en el izquierdo. Hay que Crone, uno de los investigadores más res-
destacar también que representar a Cris- petados en análisis de partículas, soste-
to completamente desnudo hubiera su- nía que la imagen era una pintura. De-
puesto un escándalo en aquella época. tectó partículas de óxido de hierro en la
Sobre el grupo étnico al que podría per- Sábana, sobre todo en las supuestas man-
tenecer el hombre de la Sábana, hay co- chas de sangre de la imagen, utilizando
incidencia entre los antropólogos. Así, T. sólo técnicas ópticas y las atribuyó a téc-
Dale Steward, del Museo Smithsoniano nicas de pintura. El debate sobre la au-
de Ciencias Naturales, afirma que los ras- tenticidad de la Sábana se centró en de-
gos faciales son «los propios del grupo terminar si la presencia comprobada de
racia judio o semítico»]. óxido de hierro era la causa de la imagen
de la sábana y las manchas de sangre, así
como en el origen del óxido de hierro.
Sangre
Parte de la respuesta a esto vino por el
No se puede negar, pero tampoco afir- análisis con fluorescencia de rayos X,
mar, que la Sábana Santa haya estado en realizado por científicos del STURP, que
contacto con un cuerpo ensangrentado. determinó que no había correlación en-
Ha pasado mucho tiempo, y en dos mil tre las concentraciones de partículas de
años –edad que se presume de la tela exa- óxido de hierro y las diferentes densida-
minada– profundas alteraciones físico- des de la imagen, concluyendo que el
óxido de hierro no era responsable de la
químicas pueden haber actuado sobre la imagen de la tela. Estos descubrimien-
estructura de los glóbulos rojos y de la tos estimularon un mayor interés en las
fibrina que caracterizan la sangre. manchas de sangre de la tela. ¿Se trataba
Y no solo eso. Hay que tener en cuenta de verdaderas manchas de sangre o ha-
bían sido pintadas con alguna clase de
que el microscopio óptico ha escudri- óxido de hierro que contenía pigmento
ñado la superficie de la tela, es decir, la rojo?
parte externa, la más expuesta al desgas-
Este tema fue desarrollado por Heller
te. En un futuro no lejano dispondremos y Adler, expertos en análisis de sangre,
de sistemas capaces de hurgar mas a que investigaron más allá del simple es-
fondo, entre los mismos hilos del tejido. tudio óptico de McCrone. Aplicando di-
Instrumentos como el EMA –Electrón versas técnicas determinaron que, mien-
microprobe–, el IMA –ion microprobe– y tras los pigmentos de los pintores con-
el ESCA –espectroscopio electrónico para tienen óxido de hierro contaminado con
análisis químicos–, que se encuentran en manganeso, niquel y cobalto, el óxido de
50 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
hierro de la Sábana era relativamente siguió encontrar en el mercado de anti-
puro. Descubrieron, investigando los pro- güedades especializado dos monedas con
cedimientos de elaboración del tejido de el mismo error de acuñación: en vez del
lino, que es normal que aparezca óxido
de hierro puro en el proceso de fermen- regular kai, el aproximativo cai. Esta
tación del tejido en grandes barriles moneda se llamaba dilepton lituus.
abiertos de agua. Por tanto, el óxido de En 1996, Baima Bollone y Nello
hierro, abundante en el lino de la Sábana, Ballosino identificaron sobre la ceja iz-
no es obra de pigmentos de algún pintor. quierda un lepton simpulum, acuñado
A continuación se procedió a aplicar el
análisis microespectrofotométrico a las bajo Pilatos en honor de Julia, madre de
partículas de sangre de una de las fibras Tiberio, muerta en el año 29 d. C. Whan-
de la Sábana identificando infaliblemen- ger y Haralik pusieron de manifiesto la
te hemoglobina, porfirina, bilirrubina, al- existencia de 74 puntos de correspon-
búmina y proteina. Así pues, las manchas dencia entre las imagenes de las fotogra-
del tejido no son pigmento de pintor, sino fías de la Sábana Santa y la moneda de
sangre verdadera, y estas manchas im- Pilatos, localizando otras dos letras.
pregnaron el tejido antes de la formación
de la imagen. «Todo esto nos lleva a la conclusión de
que, efectivamente, sobre los párpados del
Por otra parte, trabajando con una ma-
Hombre de la Sábana Santa estuvieron dos
yor variedad de muestras de sangre de las
pequeñas monedas coloniales romanas, per-
fibras de la tela, el patólogo P. Baima
tenecientes a la época del imperio de Tibe-
Bollone, utilizando inmunoquímica, con-
rio, alrededor del 29 d. C.» (F. Pastore
firmó los descubrimientos de Heller y
Trossello, Alcune considerazioni sulla
Adler e identificó la sangre como perte-
questione delle monetine, en Sindon, Turín
neciente al grupo sanguíneo AB, preva-
1989, 103).
lente en los judíos. Es significativo que
el análisis del tejido muestra altos nive-
les de bilirrubina, lo que concuerda con Imprimación
los golpes y azotes que se muestran en la Entremos ahora en el ámbito más pro-
imagen del Hombre de la Sábana]. blemático del universo sindónico, el in-
herente a la génesis de las huellas y de
Monedas aquellas particulares impresiones que pre-
Desde otra vertiente, hay estudiosos senta la Sábana de Turín. Se ha explica-
que en estos años han indagado sobre la do según varias teorías.
cuestión de las monedas que, puestas el La primera consiste en afirmar que se
Viernes Santo sobre los párpados del ca- trataría de un cuadro, de una reproduc-
dáver que estudiamos, han dejado su ción realista del cadáver de un hombre,
propia huella, a modo de un posterior se- previamente sometido al proceso que va
llo de autenticidad. desde la tortura a la crucifixión, del que
En 1979, el estadounidense Francis Fi- hablan los Evangelios. Tal hipótesis resul-
las, estudió las letras que aparecían en la ta excluída del modo más absoluto: se en-
impronta de la moneda situada sobre el cuentra con varias dificultades no resuel-
ojo derecho, U-CAI, integrantes de la ins- tas, como la incongruencia del estilo pic-
cripción griega tiberiou kaisaroi, y con- tórico con la época de su supuesta ela-
P. Raimondo Sorgia, O.P. 51

boración, así como la total ausencia de tivo fotográfico, ¿qué pintor y por qué,
huellas de pinceladas. dotado de capacidades geniales como
Los misteriosos falsificadores podrían para poderlo comparar con MiguelAngel
haber acudido al eventual recurso pro- o Leonardo de Vinci, habría decidido ofre-
puesto por el doctor Rodante, ya expli- cer a sus contemporáneos y a los pos-
cado; se habría podido envolver dentro treros una imagen por sí misma incom-
de una sábana un cadáver, anteriormente prensible, en vez del habitual modo po-
sometido a torturas y después crucifica- sitivo y verdadero, con las facciones de
do, poniéndole después áloe y mirra, y aquél que por todas las circunstancias,
exponiendo luego la tela en cuestión a la sería Jesús de Nazareth? Mientras no ten-
luz del sol. Pero también esta hipótesis gamos una respuesta convincente, nos
hace aguas por todas partes, sea porque sentimos ampliamente autorizados a pre-
la presencia catalizadora del fluido lumi- ferir nuestra tesis: la Sábana Santa con-
noso debería ser simultánea la acción de servada en Turín es auténtica y verdade-
los ungüentos y bálsamos, y no poste- ramente tuvo entre sus pliegues a Cristo
rior; sea porque los desconocidos falsi- muerto y resucitado, como nos induce a
ficadores habrían debido tener la inad- creerlo el conjunto de pruebas que así la
misible precaución de procurarse, algu- avalan.
nos siglos antes del descubrimiento de la [De la investigación realizada en 1978
polinología, los pólenes fosilizados, de por el STURP, equipo de científicos es-
origen prevalentemente palestino o me- tadounidenses que solicitó y obtuvo per-
miso para realizar una exploración sobre
dio-oriental, que la Sábana Santa presen- la Sábana en Turín se derivan importan-
ta como incorporados dentro de las pro- tes conclusiones sobre la formación de
pias fibras. la imagen de la Sábana Santa.
Por otra parte, la teoría pictórica no Este equipo pudo trabajar directamen-
explica la exactitud milimétrica de aque- te con la Sábana durante 120 horas, utili-
llas tres pequeñas heridas en la frente del zando las técnicas de investigación más
Hombre de la Sábana Santa, con una per- avanzadas, de entre las cuales pueden des-
tacarse:
fecta simetría, correspondientes a las ve-
nas y arterias de las que salió la sangre. –unas 5.000 fotografías normales y con
rayos infrarrojos y ultravioleta;
La ausencia de estas micro-garantías de
autenticidad hace que no se pueda susti- –análisis computerizado de la imagen
con el aparato VP8, capaz de obtener el
tuir la Sábana de Turín por la Sábana re- relieve del cuerpo que estuvo envuelto
producida en Siracusa por el doctor por la Sábana;
Rodante. –microscopía, macroscopía, micro-
Otra objeción insuperable acerca del densitómetro y espectroscopio;
origen manual de la Sábana Santa de Turín –pruebas químicas, más de 1.000, de las
proviene de las siguientes preguntas: dado mancas de sangre, agua y otros restos, así
que dicha impresión del hombre se en- como de otros pigmentos orgánicos e
cuentra en las condiciones que podría- inorgánicos, que aparecen en la Sábana.
mos denominar aproximadamente nega- Sus principales conclusiones fueron:
52 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
–Las manchas de sangre de la Sábana una superficie tratada con aloe y que ha-
son realmente sangre. bía estado expuesta a la luz del sol, una
–La imagen contiene al menos nueve zona no oscurecida, correspondiente a
características que obligan a excluir to- un lugar en que se había impedido la ac-
das las técnicas conocidas para realizar ción de dicha luz. Ello era signo evidente
la imagen (tintura, tinte, polvo, contacto de la acción oxidante producida por el
directo, vaporigrafía, vapor y contacto).
Esas características son: absoluta super- sol.
ficialidad, extrema pormenorización, ple- Partiendo de la reproducción fotográ-
na estabilidad térmica y química, com- fica del Hombre de la Sábana Santa, tra-
probada ausencia de pigmentación de tado con sangre, sudor, áloe y mirra, y
cualquier clase, estabilidad al agua, no
direccionalidad, negatividad y tridimen- agujereada con un alfiler común, con pa-
sionalidad]. ciencia infinita, para intentar reproducir
la porosidad de la piel humana, Rodante
El doctor Rodante, de Siracusa, ha continuó sobre esta pista, fotografiando
dado la respuesta más plausible, por el sistemáticamente los resultados obteni-
momento, a la cuestión de cómo se for- dos. Después tuvo la oportunidad de tra-
mó la imagen de la Sábana, después de bajar con un material utilizado en los pro-
más de veinte años de investigaciones en cesos serigráficos. Del latín seri(co) –de
laboratorio. Ya en 1978 presentó en el ám- seda–, y del griego gráphein –escribir–,
bito del XI Curso de medicina y moral la serigrafía es un procedimiento de
en Roma, los resultados de sus primeros estampación que consiste esencialmente
experimentos sobre las impresiones de en hacer pasar una capa de tinta a través
la Sábana Santa, obtenidos recurriendo a de la malla de un molde de tela con poros
catalizadores como el sudor y el sangre. muy pequeños.
Realizó los experimentos en las catacum-
bas de Siracusa, lo que indicaba ya una Rodante estaba convencido de que sus-
primera intuición: elegir un ambiente lo tituyendo la sustancia líquida de la tinta
más análogo posible al específico del por aquélla, todavía más fluída, consti-
Sepulcro de Jerusalén, con un determi- tuida por un flujo de luz solar, una deter-
nado nivel de humedad, dato indispensa- minada figura tratada con los elementos
ble para lograr la experimentación. citados, tendría que haber dejado su pro-
pia impresión en negativo. De hecho, así
Un año después de la pretendida nue- es como sucedió; primero el rostro del
va datación de la Sábana Santa, acorde Hombre de la Sábana Santa, después toda
con la prueba del carbono 14, en 1989, la figura. Al terminar el tratamiento, que
Rodante presentó sus descubrimientos en duró alrededor de treinta y seis horas, en
una contribución titulada Formación na- el ambiente húmedo de las catacumbas
tural de las impresiones de la Sábana siracusanas, atravesando con un flujo lu-
Santa; sudor y sangre, áloe y mirra, y minoso el finísimo material serigráfico –
la datación medieval. lo más parecido a la permeabilidad de la
Sus investigaciones en el laboratorio piel humana–, quedaron estampados en
empezaron por una fortuita o providen- otra tela o cuadro de estampación, con
cial intuición, la de haber encontrado en un altísimo índice de semejanza; prácti-
P. Raimondo Sorgia, O.P. 53

camente del cien por cien. De hecho, lle- radiación atómica, la más convincente en
vando al revelado fotográfico aquella im- plano teórico y avalada por los resulta-
presión negativa, se asemeja a un posi- dos del laboratorio es aquella que po-
tivo del original de la Sábana Santa, y casi dríamos denominar de la difusión lumi-
no es posible distinguir la copia del origi- nosa de irradiaciones residuales secun-
nal. darias, presentada por el doctor Rodan-
te en el III Congreso Internacional de
Radiación Estudios sobre la Sábana Santa, en un
Queda sólo hablar del rayo de luz ne- informe complementado con numerosas
cesario para fijar en la tela la imagen que diapositivas demostrativas. El informe se
nos interesa. Ya hemos hecho referencia llamaba Un relámpago de luz en el um-
a los rayos mitogénicos de Gurwitch. bral del tercer Milenio. Ahora bien, mien-
Considerando como hipótesis razonable tras Rodante recurre a la luz del sol, pe-
que la Sábana Santa de Turín haya sido netrando desde el exterior al interior, en
efectivamente aquella en la que en su in- el caso de la Sábana Santa original el flu-
terior estuvo el cadáver del Cristo cruci- jo debió haber salido del interior del cuer-
ficado hasta el instante de su resurrec- po resucitante de Jesús o, mejor aún, de
ción, habría bastado a Dios, inventor y un fulgor que lo envolviera por todos la-
padre de las leyes de la naturaleza, utili- dos.
zar esos rayos mitogenéticos y sacar de [El padre Jorge Loring, jesuita, autor
aquel cuerpo que volvía a estar no sólo de La Sábana Santa, dos mil años des-
vivo, sino además en plenitud de vitali- pués (Planeta, Barcelona 2000), escri-
dad sobrenatural, la cantidad exacta de be: «Esto fue un descubrimiento de los
luz necesaria para fotografiar sobre la tela doctores en ciencias físicas de la NASA
de la Sábana la imagen del Resucitado. americana Jackson y Jumper. Ellos opi-
nan que la imagen se produjo por una ra-
En el proyecto divino, parece que ha diación. Cuando expusieron su descubri-
habido esta secuencia de fases: ofrecer a miento en el Congreso científico inter-
la fe sencilla de los creyentes, desde el nacional sobre la Sábana Santa, en
inicio de la era cristiana hasta el final del Turín, siempre que hablaban de esta ra-
ochocientos, la propia imagen en negati- diación añadían: “radiación instantánea”.
vo y de forma aproximada, pero suficiente Yo le pregunté a Jackson el porqué, y él
me contestó: “Porque los hilos no están
para sustentar la devoción; después una carbonizados, sino superficialmente cha-
segunda fase, desde 1898 en adelante, en muscados, y por la penetración de la que-
la época caracterizada por la civilización madura podemos medir la fracción de se-
de la imagen, mostrar su verdadero as- gundo que duró la radiación”. Esta radia-
pecto corporal, en positivo, el mismo que ción se produjo en el momento de la re-
fue familiar para María, los Doce, los dis- surrección. No hay explicación más
cípulos y sus contemporáneos palesti- aclaratoria. Ningún cadáver de la Histo-
nos, griegos y romanos. ria ha dejado su imagen grabada a fuego
en el lienzo que lo cubre. Si yo envuelvo
De entre las varias hipótesis adelanta- un cadáver en una sábana, dejará manchas
das, desde la pictórica hasta la hemática, de sangre, si tenía; de sudor, si tenía; de
desde la de la fluorescencia hasta la de la excrementos quizás. Pero es cierto que
54 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto
ningún cadáver de la Historia graba su comunidad en comunidad, del valle del
imagen a fuego en el lienzo que lo cubre. Jordán al de Siddim, el valle donde en un
Cristo grabó su imagen porque resucitó: tiempo pasado surgían las ciudades de
no hay otra explicación»].
Sodoma y Gomorra; desde Palestina has-
ta Edessa, en la actual Turquía, donde
Historia queda escondida hasta el año 540, tiem-
Y hay otro capítulo juzgado más bien po del rey Cosroe I.
débil en la cadena de las verdades de la Después de haberla encontrado de nue-
Sábana Santa, el relacionado con su his-
vo en un pequeño hueco en las murallas
toria, y en particular con la del primer mi-
de la ciudad, más tarde, pasa a
lenio que va desde el día de la resurrec-
Constantinopla.
ción de Cristo hasta aproximadamente el
mil doscientos. Siempre se ha sostenido [J. Kilmon, en loc. cit., se refiere a que la
que la casi total falta de documentos y de cara del Hombre de la Sábana y sus rasgos
únicos han sido pintados en la iconografía
indicaciones relacionadas con la Sábana fechada en esos siglos. La superposición
a lo largo de los primeros diez-doce si- de la cara de la Sábana con un icono del si-
glos de la era cristiana constituye un ele- glo VI del monasterio de Santa Catalina, en
mento contra su autenticidad. el Sinaí, muestra 170 puntos de congruen-
Ahora bien, reuniendo los resultados cia. También aparecen varios detalles se-
mejantes en una ilustración de Jesús envuelto
de sus cuidadosas investigaciones en un en la Sábana encontrada en un libro de ora-
volumen editado en 1997, la historiadora ciones de 1192, en Budapest, que demues-
y arqueóloga María Grazia Siliato parece tran que tuvo como modelo la Sábana Santa].
dar el paso necesario en este tema, igual
A primeros del siglo XII, atraviesa el
que de algún modo el doctor Rodante ya
estrecho brazo de mar que enlaza Grecia
lo había dado refiriéndose a la génesis de
e Italia, hasta llegar a Marsella, en la Fran-
la más famosa imprimación de la histo-
ria. Siliato, desde el punto de vista cia confinante con los Alpes Italianos. En
histório, responde que no ha existido nun- las memorias del arzobispo de Troyes,
ca ese pretendido vacío de documenta- Pierre d’Arcis, escrito hacia el final del
ción para la Sábana en esos siglos. Lo siglo XIV, relata la presencia de la Sába-
que ha sucedido es que se había busca- na en Lirey, en Borgoña, siendo el primer
do siguiendo una dirección equivocada, documento escrito proviniente de Occi-
en Occidente, mientras que casi durante dente. Encontramos así el eslabón que
todo el milenio de que se habla, ella ha faltaba, mediante el cual la vida sumergi-
podido verificar la presencia de la Sába- da de la Sábana Santa en Oriente se enla-
na en el Medio Oriente. za con Occidente. Resumiendo, el tra-
yecto se ha desarrollado tocando estas
Ella recorre las etapas puntualmente: etapas fundamentales: Jerusalén, Edessa,
desde el alba de la Pascua, en la que la Constantinopla, Atenas, un salto impre-
preciosa reliquia cristiana es entregada al cisado de Atenas hasta superar los Al-
príncipe de los Apóstoles, para después pes, Lirey, Chambéry y por último Turín.
pasar, mientras crece la hostilidad hacia
la Buena Nueva predicada por Cristo, de
P. Raimondo Sorgia, O.P. 55

Polen De este modo es posible saber, al me-


Recordemos, por último, los estudios nos en teoría, la edad de los restos de
de polinología realizados por Max Frei organismos confrontando su actividad en
sobre la Sábana Santa, altamente favora- carbono 14 con la de los organismos ac-
bles a la autenticidad de la misma. tualmente vivos.
[J. Kilmon, en loc. cit., ateniéndose a Con estas premisas, hay que precisar
las investigaciones aludidas, asegura que que son numerosos los errores que pue-
la Sábana contiene polen de 58 especies den producirse, por varias causas, en
de plantas, 17 europeas y la mayoría in- la aplicación del método. Algunos de
dígenas, algunas exclusivamente, de las ellos derivan de las alteraciones del ni-
zonas del Mar Muerto y Turquía]. vel actual del carbono 14 debido a fac-
tores antropo-geoquímicos. Otros deri-
Carbono 14 van de la contaminación, de variada na-
La fecha de origen de la Sábana se ha turaleza, a la que pueden estar someti-
investigado también estudiando la radia- dos los materiales a fechar. Otros pue-
ción del carbono 14 o C-14 que en ella den depender de los instrumentos y mé-
se contiene. El C-14 es un isótopo del todos utilizados en la investigación.
carbono normal o C-12. En cuanto a la triple categoría de cau-
[Esto quiere decir que es un elemento sas que pueden alterar el resultado de los
con las mismas propiedades químicas del experimentos, he aquí un cierto número
carbono, pero de diferentes propiedades de casos en los que se ha demostrado
nucleares, ya que tiene el mismo núme- que el resultado de la datación con C-14
ro de protones y de electrones, pero dos
neutrones más, lo que le confiere un ma- era erróneo: una antigua momia encon-
yor peso atómico. Se forma en las capas trada en 1984 dio sucesivamente tres fe-
altas de la atmósfera con neutrones libres chas distintas: 300, 100 y 400 años d.C.;
que entran en contacto con el nitrógeno cáscaras de caracoles vivos resultaban
de la misma. Oxidándose con el oxígeno tener una antigüedad de 26.000 años; a la
da lugar al anhídrido carbónico, CO2 momia conocida como de Manchester
radioactivo, el cual entra en el círculo de se le atribuyó una edad anterior a las ven-
la normal fotosíntesis de la clorofila, vi-
niendo a formar parte de las sustancias das de 800-1.000 años; una foca marina,
orgánicas que constituyen la materia vi- recién muerta resultó muerta en 1700; la
viente de animales y plantas. Mientras un piel de un mamut de hace unos 26.000
organismo está vivo, existe un recambio años, resultó fechada por el C-14 con
continuo de CO2 entre el organismo mis- solo 5.600 años; algunas hojas de árbol
mo y la atmósfera. A su muerte, el recam- arrancadas en el momento, resultaron te-
bio se para y desde ese momento en los ner al menos 400 años, mientras que un
restos del organismo el nivel del C-14 mantel de unos cincuenta años se consi-
empieza a disminuir al decaer la radioac-
tividad. Se puede demostrar que si ahora deró como hecho a mano hace 350 años.
tenemos x gramos de C-14, dentro de El 21 de abril de 1988 se extrajo un
5.650 años nos quedarán x/2 y pasados fragmento del sagrado lino –8’1 x 1’6
otros 5.650 años nos quedarán x/4 y así cm.–, repartido después en tres fragmen-
sucesivamente].
56 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

tos que se enviaron a otros tantos labo- de los 19 siglos transcurridos, carbono
ratorios de datación con el método del procedente de las velas, de la respiración
carbono 14: Tucson, Oxford y Zurich. de los fieles...?»
Sus trabajos se desarrollaron en absolu- Por otra parte, la elección como méto-
to silencio, hasta que en conferencia de do de análisis del método del acelerador
prensa, el 14 de octubre, los tres respon- en lugar del método del cálculo propor-
sables de los citados laboratorios dieron cional pareció enseguida a muchos ex-
al mundo una noticia que para los cre- pertos el menos indicado para muestras
yentes pareció increíble. El carbono 14 pequeñas como las analizadas de la Sá-
trasladaba la fecha de la Sábana, que hasta bana, porque en cada uno de los pasos
ahora se consideraba de la época de Cris- de este método existe la posibilidad de
to, a la Edad Media, entre los años 1260 que se añada carbono a la muestra, al-
y 1390, deduciéndose, en consecuencia, terando consiguientemente su datación.
que era una falsificación. Quienes recha- Habría que esperar, pues, a que la cien-
zan la autenticidad de la Sábana ven en cia perfeccione el método del carbono
estos resultados de su datación con C- radioactivo y sobre todo encuentre el
14 la prueba definitiva para sus afirma- modo de aislar el carbono correspondien-
ciones. Para D. Sox, que fue secretario te a la edad de la Sábana del añadido a
de la British Society for the Turin Shroud ella posteriormente.
y posteriormente se manifestó en contra
[Tomamos de las explicaciones resu-
de la autenticidad de la Sábana, «Dios midas por el Centro Español de
no actúa de este modo», por lo que la Sindonología en loc. cit. algunos datos
historia de la Sábana no es más que un sobre el estado actual de la cuestión de
invento ridículo de los sindonólogos (D. la datación con C-14 de la Sábana. Fren-
Sox, The Shroud unmasked, The Lamp te a quienes dieron la cuestión por ter-
Press 1988. Cfr. también O. Petrosillo y minada con las tres pruebas realizadas en
E. Marinelli, La Sindone. Un enigma alla 1988, otros muchos investigadores si-
guieron preguntándose por la razón de la
prova della scienza, Rizzoli, Milano 1990, discordancia entre ese dato y todos los
65 y 101). demás resultados científicos anterior-
Recordamos las palabras de Alberto di mente explicados. Con sus investigacio-
Giglio, en relación a las impresiones que nes se ha avanzado mucho en la explica-
tal anuncio, dado en el nombre de la cien- ción de las causas que pueden haber
distorsionado la edad de la Sábana según
cia, determinó en el mundo católico: «des- el método de datación por carbono 14, e
concierto, confusión, rabia». incluso del modo en que pudo haberse
Confieso que también yo tuve un sen- formado la imagen de la Sábana:
timiento de amargura, que duró solo un –El doctor Garza Valdés, investigador
instante, desapareciendo cuando me pre- del Instituto de Microbiología de San An-
gunté a mí mismo: «ahora bien, ¿los la- tonio en Texas, ha comprobado también
boratorios habrán descontado la canti- experimentalmente que sobre la tela de
la Sábana –igual que sucede en otros ob-
dad de carbono que la Sábana ha debido jetos que contienen sangre– abunda un
ir absorbiendo indudablemente a lo largo compuesto biológico formado por hon-
P. Raimondo Sorgia, O.P. 57
gos y bacterias, que no fue eliminado con real entre nuestra época y la de Jesús. De-
los tratamientos de limpieza a que fue- bemos atender a la expresión salida de
ron sometidas las muestras analizadas sus labios: «Si no queréis creerme mí,
con el método del carbono-14.
creed al menos a mis obras» (Jn 10, 38).
–El doctor D. Kouznetsov, premio
Lenin de Ciencias y Director del Labo- La infinita sabiduría, poder y providen-
ratorio de investigación de biopolímeros cia de Dios encarnado ha demostrado re-
E. A. Sedov, de Moscú, ha realizado un petidamente que está presente en la
experimento que puede tener una enor- ideación y génesis de la imagen de la Sá-
me trascendencia. Adquirió una tela de bana, en su conservación y en la presen-
lino originaria de Israel, datada según el cia en ella de tantos sellos que garantizan
C-14 en el año 200, y la sometió a un
calor intenso, en presencia de plata, si- su autenticidad. La Sábana ha demostra-
milar al padecido por la Sábana durante do ampliamente que es una de las mara-
el incendio de Chambéry, después de lo villosas obras de Dios, que nos confía
cual fue datada trece siglos más tarde. en ella un mensaje para que lo transmita-
–J-B. Rinaudo –investigador en medi- mos a los hombres, especialmente a los
cina nuclear del laboratorio de Biofísica actuales.
de la Facultad de Medicina de Mont-
pellier–, ha aportado su experiencia para
formular una hipótesis que explicaría al
mismo tiempo cómo se formó la imagen
monocroma que nadie ha logrado hasta
hoy explicar ni reproducir, y por qué ante
el carbono 14 la tela fue rejuvenecida en
13 siglos. En resumen, él parte de supo-
ner que se produjo en el cuerpo muerto
del crucificado una irradiación de ener- 12
gía desconocida, con un número igual de
neutrones y de protones. La irradiación Y vosotros,
de los protones produciría una quemadu- ¿quién decis que soy yo?
ra superficial, oscureciendo la tela por
oxidación de la celulosa, mientras que los
neutrones enriquecerían la tela en carbo- Mt 16,15
no 14 y la rejuvenecerían. Realizados los
experimentos correspondientes en un
acelerador de partículas del Centro de Estamos concluyendo ya este largo via-
Estudios Nucleares de Grenoble y en el je en torno a la Sábana Santa. Y proba-
reactor de la Central de Energía Atómi- blemente el lector se ve envuelto en un
ca de Soclay, la hipótesis del doctor Ri- torbellino de impresiones, como cuando
naudo se ha verificado exactamente].
visita y descubre un país extranjero...
Fundamentados en tantas pruebas cien-
tíficas coincidentes, podemos, pues, con- La Sábana tiene en sí misma una fuerte
siderar ciertamente la Sábana Santa como carga de... provocación, en el sentido de
una reliquia, como un icono de Cristo, estímulo, de invitación. Y el motivo es
como un puente ideal y al mismo tiempo bastante claro, aunque el tema sea tan
complejo.
58 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

Si se hubiese tratado de una antigua tela Imaginemos un caso extraño, suma-


babilónica con la impresión de un cruci- mente extraño. Supongamos que un la-
ficado, nos habríamos preguntado por drillo se separe espontáneamente para
un tiempo si no pudiera haber perteneci- volar hasta las manos del albañil que está
do a un esclavo condenado a muerte por reparando la fachada de una casa en el
orden de Hammurabi. Y la cuestión hu- último piso. La física moderna afirma que
biera quedado en eso solo. Alguna línea esto podría suceder teóricamente, quizá
más en las nuevas enciclopedias. una sola vez en cien billones de años…
Si se hubiese tratado de un largo trozo Yo estoy convencido de que sería ne-
de tejido encontrado en el interior de un cesario esperar mucho más tiempo para
sepulcro junto al Nilo, sería legítima cu- conseguir que una antigua sábana fune-
riosidad preguntar a la ciencia moderna raria fotografiara espontáneamente el ca-
quién sería el misterioso personaje foto- dáver envuelto en ella, conservando una
grafiado en aquel rollo de tela egipcia. perfecta imagen humana, una imagen que
¿Algún dignatario que no fue fiel? ¿Un además ilustra con toda exactitud la do-
faraón derrotado en batalla por un po- lorosa y detallada crónica del Vía Cru-
deroso rey enemigo, y cuya momia falta- cis, recorrida paso a paso por Jesús.
se en la lista de los hallazgos arqueológi- Más aún. He aquí que la ciencia actual
cos? Curiosidad legitima, pero nada más. y la historia evangélica coinciden al afir-
Aquí, en cambio, según todo lo visto, mar que la imagen íntegra del Hombre de
hallamos la impresión total del Hombre la Sábana Santa ha podido estamparse
más importante que jamás haya existido. en ella en un lapso de tiempo de apenas
El personaje de la Sábana sería Jesús de 30-40 horas, o incluso en un instante. En
Nazareth, el Hombre-Dios. Un Dios que el breve período de permanencia de Je-
ha tomado la misma realidad y ciudada- sús en el sepulcro; del anochecer del vier-
nía humana de uno de nosotros. Un hom- nes al alba del domingo. En el momento
bre joven y fuerte, que se arriesga al fra- divino de la resurrección.
caso popular, y que en la plenitud de sus
facultades mentales se enfrenta con un ¿Por qué el Creador del universo, el
terrible género de muerte para confirmar Señor de las complejísimas leyes que go-
su idea- fuerza: Dios ha descendido con biernan los fenómenos sensibles, no po-
él a la tierra para ofrecer a los hombres dría haberse valido en algún modo de la
una última posibilidad de salvación. En la acción conjunta del áloe-mirra-fibrina- ra-
Sábana tenemos así una recuperación diaciones celulares, etc., para obtener
íntegra y definitiva de su imagen, ofreci- aquel unicum absoluto que es la imagen
da a todos los hombres de buena volun- que puedes ver en la Sábana Santa, y que
tad, en cualquier nación y tiempo. historia, fe y ciencia coinciden en atribuir
Según esto, la Sábana Santa de Turín a Cristo?
ha guardado su cuerpo crucificado y a ¿Recuerdas todas las pruebas, los cál-
Él pertenece la imagen que en ella nos ha culos, las precauciones del abogado Pia?
quedado prodigiosamente estampada. Pues bien, aquí dos mil años antes que él
P. Raimondo Sorgia, O.P. 59

y que nosotros, parece que un dedo invi- Cristo, o los grandes artistas, como el
sible haya tocado, con extrema decisión, Beato Angélico, Leonardo de Vinci, Mi-
el botón de una invisible y ultraprecisa guel Ángel, Rafael, lo han intentado de
máquina fotográfica, transformando así un modo u otro con su arte, partiendo de
una simple sábana en aquel perfecto ne- la imagen de un modelo o del sueño de
gativo que es la Sábana Santa. su fantasía. Pero no podemos menos de
preguntarnos: ¿así era Jesús realmente?
Efectivamente, se trataría de una inter-
¿Era tan hermoso, más, menos?...
vención prodigiosa –el clásico mira-
culum quoad modum, en cuanto al Si Él, el hombre de la Sábana, es real-
modo, dicho en lenguaje técnico–. Ese mente Cristo –como yo lo creo firme-
efecto excelente puede haber sido cau- mente–, en tal caso hoy poseemos sus
sado por Dios, como causa-principal, datos físicos con más precisión de la que
concentrando, midiendo y ajustando la poseemos acerca de cualquier otra per-
ciega potencialidad de las normales fuer- sonalidad histórica.
zas de la naturaleza. Nadie puede excluir Además de ciertos rasgos fisonómicos
esto. Y al contrario, todos los indicios nos muy precisos, podemos conocer, por
impulsan a admitirlo. ejemplo, la estatura de Cristo. Sumando
los 204 cm. de la impresión de la cara
Esta Sábana Santa, entonces, no ha-
con los 208 cm. de la imagen dorsal, di-
bría envuelto un cadáver condenado
vidiendo después por dos y restando los
inexorablemente a la descomposición,
25 cm. de la huella de los pies, obtene-
sino el cuerpo de un hombre verdade-
mos 181 cm., alrededor de un metro
ramente muerto y realmente vuelto a la
ochenta.
vida, más vigoroso y eficiente que nun-
ca, después de haber permanecido me- Es cierto, sin embargo, que en este pun-
nos de tres días en la sepultura. to las opiniones de algunos estudiosos
pueden ser distintas. Hay que tener en
Esta formidable afirmación no se lee
cuenta un cierto cedimiento del tejido que
en la Sábana Santa, sino en los Evange-
puede darse con el paso de los años.
lios. La Sábana se limita a confirmarnos
También hay que considerar que un hom-
muchas cosas de Él, muchísimas cosas.
bre tiene mayor estatura cuando está ya-
Nos propone concretamente una pregun-
cente. En todo caso, conjugando varias
ta que no es lícito ignorar, una pregunta
medidas y consideraciones, parece se-
que es fundamental. Es una suposición
guro el cálculo que asigna a Jesús una
estimulante, que la fe y la ciencia pueden
estatura de alrededor del metro ochenta;
transformar en una certeza absoluta. Esta
estatura por encima de la media de tipo
huella de un hombre que nos entrega la
semítico.
Sábana es verdaderamente la imagen del
Resucitado. Judica-Cordiglia estima que el Hombre
de la Sábana Santa muestra una perfec-
¿A quién no le gustaría ver una verda-
ción corpórea tal que obliga a clasificarlo
dera fotografía de Jesús?... Zeffirelli, en
por encima y fuera de todos los tipos
una espléndida película sobre la vida de
étnicos.
60 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

Y finalmente sus ojos... Pero ¿cómo –Si es Cristo ¿no será éste el rostro
hablar de una mirada oculta, escondida? que se ha inclinado, mirando al rostro de
Podemos recordar aquí lo que un Papa María, su madre? Sí, es el rostro que ha
del siglo veinte, Pío XI, confesó un día sudado en el banco del carpintero, traba-
después de haber contemplado absorto jando junto a José. El que ha mirado al
el rostro de Jesucristo que aparece en la hijo enfermo del funcionario de Cafar-
Sábana Santa: naún, a la suegra de Pedro, a las espigas
y flores del campo, a aquel difunto, hijo
«Hay en él, en aquel rostro, algo real- único de la viuda de Naím. El rostro vuel-
mente impresionante: una belleza tan vi- to hacia el paralítico, hacia la pecadora
ril, tan fuerte, tan verdaderamente divina; perdonada, hacia las mechedumbres ham-
una serenidad tan triste, una tristeza brientas de pan y de verdad, el que estu-
dolorosamente serena, y sobre todo una vo en la proa de la barca, sobre las olas
mirada que no existe, y que, sin embar- del lago, entre los niños, muchachos y
go, sorprende; se ve. No existe, porque jóvenes de Palestina. Es el que miró al
los párpados están bajados; pero aún así ciego de Betsaida, a los leprosos, a los
no es un rostro ciego, sino lleno de luz, escribas y fariseos, a Lázaro, Marta y
con una mirada escondida que nos al- María, a la Ciudad Santa, el que lloró, el
canza también a través de los párpados». que se volvió hacia la Magdalena, que se
Estas palabras, en las que vibra un velo le acercaba con su frasco de aceite per-
de conmoción, nos llevan al Cristo es- fumado.
condido y revelado de la Sábana Santa. Sobre la mesa de la última Cena, mira a
Ella no es objeto de una fe sobrenatural, Juan, que ha apoyado la cabeza sobre su
pero quizá probablemente por esto sig- corazón; mira los pies de los discípulos,
nifica algo más para el hombre contem- mientras se inclina para lavárselos; mira a
poráneo: es objeto de sus sentidos y de Judas, que lo traiciona por treinta mone-
sus análisis más exigentes, es el objeto das; contempla la tierra de Getsemaní,
de nuestra reflexión. donde agoniza hasta derramar sangre. Se
El Evangelio y el cristianismo no sacan vuelve a Pedro, que jura no haberle co-
su fundamento propio de la Sábana San- nocido jamás. Ve su propia carne, lace-
ta, pero recibe de ésta un suplemento de rada por la flagelación. Ve la efímera vic-
luminosidad y de garantía por las mu- toria de Anás y Caifás, la sonrisa burlona
chas coincidencias que la enlazan con el de Herodes, la ruindad de Pilatos.
Evangelio, y en consecuencia con Cris- Mira a las mujeres que se compadecen
to. Tanto mejor si esta luz irradia, aumen- de Él, cuando avanza vacilante hacia el
tando así la credibilidad de la fe. Calvario. Mira los clavos, el martillo, las
manos que lo empuñan y que golpean
Observaciones finales con fuerza. Mira a sus enemigos, que ce-
Ha llegado el momento de que, con lebran su momentáneo triunfo, y al após-
honradez y valor, nos hagamos ciertas tol Juan, y a María, su Madre.
preguntas fundamentales acerca del hom- Es el rostro de la Sábana, el del suda-
bre de la Sábana Santa.
P. Raimondo Sorgia, O.P. 61

rio, que en la mañana de Pascua quedan unido a mí y yo a él, producirá mucho


intactos en el sepulcro. fruto. Yo soy el buen pastor y conozco a
El rostro que mira a Magdalena, incli- mis ovejas, y ellas me conocen.
nada para adorarle, que mira a Tomás, «Bienaventurados aquellos que no pier-
que solamente llega a creer en él cuando dan la fe en mí. Felices aquellos que ten-
pone sus manos en las llagas. El que se gan un corazón limpio: ellos gozarán de
vuelve hacia los amigos que va encon- Dios. Bienaventurados vosotros, cuan-
trando, en Betania, en el monte de los do os insulten y persigan simplemente por
Olivos, el día de la Ascensión... el hecho de ser mis discípulos. Estad ale-
gres y contentos, porque Dios os ha pre-
–Si él es Cristo, efectivamente, ésta es parado un premio inmenso.
la boca que ha enseñado las parábolas de «Los zorros tienen una cueva y los pá-
la levadura, del grano de mostaza, de la jaros un nido, pero el Hijo del hombre no
perla preciosa, del tesoro escondido, del tiene dónde reposar. El Hijo del hombre
siervo despiadado, del buen samaritano, no ha venido para ser servido, sino para
del fariseo y del publicano, del hijo pró- servir a los hombres, hasta ofrecer su pro-
digo, de la oveja perdida y encontrada... pia vida como rescate para su liberación.
–Si es Cristo, realmente, entonces és- «Os he dado buenos ejemplos, para
tos son los labios que han dicho: «yo y el que vosotros hagáis lo mismo. Yo he ve-
Padre somos una sola cosa. No he veni- nido a encender en la tierra un fuego, y
do del cielo para hacer mi voluntad. Yo cuánto quisiera yo que se inflamara.
he de cumplir la voluntad de mi Padre, «Yo soy el pan de la Vida. Cuando sea
que me ha enviado. alzado sobre la tierra, atraeré a todos los
«Padre nuestro, que estás en el cielo, hombres hacia mí. ¡Yo estaré con voso-
haz que todos te reconozcan como Dios, tros siempre, día a día, hasta el fin del
que tu reino se realice, que tu voluntad se mundo!»
realice aquí en la tierra como en el cielo.
Yo he venido al mundo para dar testimo- –A este hombre, si el Hombre de la
nio de la Verdad. Os he hecho ver de Sábana es Jesús, le han dicho: «Tú eres
parte de mi Padre muchas obras buenas. el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios vi-
¿Por cuál de ellas queréis ahora apedrear- viente.
me? «Señor, si quieres, puedes sanarme.
«Si no hago las obras del Padre, no «Señor, mi hija se está muriendo. Por
me creáis; pero si las hago y no queréis favor, ven a poner tu mano sobre ella,
creer en mí, al menos creed por estas para que se cure y continue viviendo...
obras. Así reconoceréis que el Padre está «Señor, mi siervo yace en casa parali-
en mí y yo en el Padre. zado y sufre terriblemente...
«Yo soy la luz del mundo. El que me «Maestro bueno, ¿qué debo hcer para
sigue no anda en tinieblas. Yo soy la re- conseguir la vida eterna?
surrección y la vida. Yo soy la Vid, voso- «Señor, ¡ayúdame!
tros los sarmientos; si alguno permanece
62 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

¡Maestro, Maestro! estamos en peligro: «¡Ha blasfemado»


¡nos estamos hundiendo! «¡Engaña a la gente!
«Sí, Señor, tu sabes que te amo. «Es un loco; no razona. ¿Para qué le
«¿A quién habríamos de ir, Señor? Tú estáis escuchando?
eres el único que tiene palabras que dan «Éste acoge a los pecadores y come
vida eterna. con ellos.
«Quédate con nosotros, que el sol se «¿Quién es este hombre, que manda a
está poniendo y dentro de poco nos que- los vientos y a las aguas, y el aire y el mar
daremos a oscuras. le obedecen?
«Señor, estoy segura de que todo lo
«Yo no encuentro en él culpa alguna.
que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
No ha cometido nada que le haga mere-
–Será, en fin, muy probable que jus- cer la muerte...
tamente sea él de quien han dicho sus «Soy inocente de la sangre de este hom-
contemporáneos o su Padre: bre justo.
«Será un gran personaje y vendrá a ser «¡Jesús, acuérdate de mí cuando estés
llamado Hijo del Altísimo. en tu reino!
«Salvará al género humano de los pe- «¡Verdaderamente éste era el Hijo de
cados. Dios!
«Éste es el cordero de Dios, el que toma «Nos hemos acordado de que aquel
sobre sí el pecado del mundo. impostor, cuando todavía vivía, dijo:
«¡Hemos encontrado al Mesías! Venid “después de tres días resucitaré”...
a verlo. «Jesús de Nazareth no está ya en este
«Señor, hemos de reconocer que tú sepulcro, pues ¡ha resucitado, como lo
eres profeta. había prometido!
«Venid a ver a un hombre que me ha Y tú, hombre que entras ya en el año
dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Dos Mil: ¿quién dices que sea este Hom-
Mesías? bre, si no es Cristo?
«Hemos encontrado al hombre del que
escribieron Moisés y los profetas: a Je-
sús de Nazareth.
«Éste es mi hijo, mi predilecto. Yo os
lo mando: escuchadle.
«Este hombre ha realizado muchos
prodigios. Si lo dejamos seguir, todos
acabarán creyendo en Él.
«Ningún hombre ha hablado así, como
habla este hombre.
P. Raimondo Sorgia, O.P. 63

Siliato M.G., Sindone, Paoline, Mila-


no 1997.
Zaninotto G., La tecnica della croci-
fissione romana, Quaderni di studi
sindonici, Emmaus, Roma 1982.
Bibliografía
–En español
Loring, J., La Sábana Santa, dos mil
años después, Planeta Testimonio, Bar-
He aquí una breve relación de textos celona 2000.
de consulta y lectura sobre la Sábana San- Maldame, J-M., Qué pensar de la
ta: Sábana Santa. Mensajero, Bilbao 2000.
–En italiano Stevenson, K. E. Habermas G. R.,
Baima Bollone P. Benedetto P.P., Dictamen sobre la Sábana de Cristo,
Alla ricerca dell’Uomo della Sindone, Planeta Documento, Barcelona 1982.
A. Mondadori, Milano 1978. Carreño Etxeandía, J.-L., El último
Barbet P., La Passione di Nostro reportero, Ed. Don Bosco, Pamplona
Signore Gesù Cristo secondo un 1977.
chirurgo, LICE, Torino, 1959.. AA.VV. El Centro Español de Sindo-
Garello G., La Sindone e i Papi, Corsi, nología, en la revista «Biblia y Fe» (Es-
Torino 1984. cuela Bíblica, Madrid 1998), publicó una
Ghiberti, G., La sepoltura di Gesù, i excelente selección de artículos: n. 70,
Vangeli e la Sindone, Marietti, Roma La Síndone de Turín; 71, El Sudario de
1982. Oviedo, y 72, Los enigmas del Gólgota.
Masini N. Marinelle E. Romano E.,
La Sindone: una presenza? Giovinezza, –En Internet
Roma 1987. sindone.torino.chiesacattolica.it
Masini N. Marinelle E. Malantrucco www.shroud.org
L., Fede e scienza: è Gesù l’uomo della
www.linteum.com
Sindone?, Medi, Verona 1987.
www.shroud.com
Petrosillo O. Marinelli E., La
Sindone, un enigma alla prova della corazones.org/jesus/turin_sudario
scienza, Rizzoli, Milano 1990.
Ricci G., L’uomo della Sindone è
Gesù, Cammino, Milano 1985.
Rodante S., La realtà della Sindone,
Massimo, Milano 1987.
64 La Sábana Santa, imagen de Cristo muerto

Indice

Introducción, 4
1. Carta abierta al lector, 5
2. Nadie lo había imaginado antes, 7
3. De Getsemaní al proceso nocturno, 10
4. La calle que lleva a la colina, 15
5. Morir en una tarde de abril, 20
6. El encuentro con la vida, 22
7. La prueba que convenció a Juan, 27
8. 960’8 grados: ¡punto de fusión!, 31
9. Gracias, monsieur Delage, 36
10. El investigador que interrogaba a las plantas, 42
11. Investigaciones en torno a la Sábana, 46. -Tejido. -Anatomía.
-Sangre. -Monedas. -Imprimación. -Radiación. -Historia. -Polen.
-Carbono 14
12. Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?, 57
Bibliografía, 63
Índice, 64

También podría gustarte