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TIPOS DE CEBADO

En general, se puede afirmar que, todo explosivo requiere de una perturbación para ser activado. Esta
activación consiste en llevar una onda perturbadora o detonadora que, de un punto a otro de la carga
explosiva o de una carga a otra, rompa la estabilidad química en que se encuentran sus compuestos.
Para producir ésta perturbación se requiere de un dispositivo o producto encargado de generar la
perturbación inicial con la que ha de detonar el explosivo.

El Cebo

De ésta manera se conoce como cebo a la masa de explosivo a la cual se le ha insertado un fulminante,
un detonador eléctrico o un extremo de cordón detonante con el fin de iniciar una detonación.

A continuación, se enuncian algunas recomendaciones para elaborar un cebo:

Los cebos deben prepararse cuidadosamente de tal manera que satisfagan las especificaciones
requeridas tanto por la voladura, como del explosivo de carga.

En explosivos encartuchados el fulminante no se debe presionar o atacar contra la carga a cebar;


previamente se debe perforar un orificio para colocar en él, el fulminante. (figura 3.1). La práctica
de forzar un fulminante o cualquier otro dispositivo de iniciación dentro de la posición del cartucho
de cebo, sin haber preparado un agujero del tamaño adecuado, debe evitarse.

Figura 3.1 Implantación del fulminante

El fulminante debe estar en la posición más segura y efectiva en el interior del cartucho de cebo de
tal forma que no pueda zafarse. Así, para el cebado de cartuchos con detonadores eléctricos y
cordón detonante se siguen los esquemas propuestos en la figura 3.2.

Figura 3.2 Métodos usuales para el cebado de cartuchos con detonadores comunes
eléctricos
Se debe utilizar siempre un cebo por cada barreno a disparar.

Para aprovechar el máximo efecto de impacto que proporciona el detonador se la debe colocar en
forma axial al cartucho cebo y eje de la columna explosiva. Figura 3.1.

Toda unidad de cebo debe poder cargarse con seguridad, fácilmente, de modo conveniente y en la
posición preferida dentro de la carga.

Por razones de seguridad y eficiencia, el detonador debe insertarse bien y en el centro del cartucho,
y quedar, tanto como sea posible a lo largo de su eje mayor.

Se deben tener presentes las diferencias entre un explosivo convencional y un agente de voladura
o agente explosivo pues estas también marcan una diferencia en su cebado e iniciación. Este
aspecto se contemplará en el siguiente aparte.

El Cebado

El cebado es la acción que va desde la elaboración misma del cebo hasta su implantación en el barreno
para ser activada por cualquier sistema de iniciación. La posición que ocupe el cebo en la carga o en el
barreno debe cumplir con algunas condiciones las cuales son:

Cuando se emplea fulminante y mecha para el cebo, éste puede colocarse dentro del barreno de
las siguientes maneras:

Para disparos sencillos e independientes (Figura 3.3.a): El cebo cerca del extremo exterior del
barreno y el detonador apuntando hacia el fondo.

En disparos múltiples o disparos de rotación se recomienda los cebos cerca del fondo del
barreno con el fin de evitar: 1. Que la explosión de algún barreno pueda “robar” otro adyacente
que esté planeado para disparar con posterioridad. Esto ocurre cuando la explosión del
primero arroja parte de su carga explosiva exterior sobre el barreno adyacente provocando su
detonación; fenómeno conocido como barreno robado; 2. Barrenos fallidos. La detonación de
alguna carga puede tender a forzar hacia fuera parte de la carga adyacente si no está
sólidamente atacada o si carece de taco; 3. Que se dañe la mecha de una carga adyacente
adelante del quemado del tren de pólvora con el material proveniente de la voladura de un
barreno. Así, este método es preferido para la mayoría de los trabajos de este tipo, debido a
que la mecha está sujeta a un mínimo de dobleces, factor muy importante cuando se tienen
condiciones de barrenos húmedos y/o bajas temperaturas. (Figura 3.3.b y c).

La alternativa c. es satisfactoria cuando las condiciones desfavorables, humedad y baja


temperatura, no están presentes, con la ventaja que se asegura la detonación de la carga en el
interior del barreno sin importar en que grado haya sido afectado el barreno por el disparo de la
porción anterior de la voladura. (Figura 3.3.c).

Cuando se utilizan estopines eléctricos instantáneos, el cebo puede estar cerca del extremo
exterior de la carga con el fulminante apuntando hacia el fondo. (Figura 3.4.a). Tiene aplicación
en barrenos sencillos y múltiples.
Figura 3.3 Alternativas de cebado para disparo con mecha y fulminante

Para estandarizar el cebado y cargado de barrenos de pequeño diámetro en trabajos subterráneos,


se usa cargar primero el cartucho de cebo dentro del barreno, con el extremo del fulminante
apuntando hacia la boca del barreno y sobre este la carga total de explosivo. Esta colocación se
conoce como cebado indirecto, en tanto que el cebado directo consiste en colocar el fulminante en
el exterior de la carga, con la base apuntando hacia el fondo del barreno. (Figura 3.4.b).

Figura 3.4 Alternativas de cebado con utilización de estopines eléctricos

Con el cebado indirecto se elimina la presencia de cartuchos enteros o restos de ellos en el terreno
remanente del disparo reduciéndose, por lo tanto, el peligro de barrenar sobre un explosivo no
activado en operaciones subsiguientes. Igualmente, si se hace necesario manejar un barreno
quedado, lavándolo, la colocación del cebo en el fondo del barreno facilita la operación, al eliminar
la duda respecto a su posición.

Cuando se utiliza el cordón detonante se debe tener en cuenta su efecto fulminante en toda su
longitud, pues con ésta capacidad detona los explosivos sensibles al detonador Nº 8 que hagan
contacto con el. Es así como se puede tener lo siguiente:
Si se prolonga como una línea descendente en el barreno el cordón detonante activará
simultáneamente cada uno de los cartuchos que componen la carga y el cartucho cebo. Esto
es que la detonación ocurre en todos los puntos impidiendo un incremento en la velocidad de
detonación reduciendo así su efecto explosivo. Tenga en cuenta que el efecto explosivo se
reducirá si la explosión no alcanza su máxima velocidad, la cual, en un explosivo, aumenta a
medida que la detonación avanza desde el punto de iniciación.

Cuando se utiliza para transportar el impulso de iniciación a un fulminante y un cebador en el


fondo del barreno, a través de explosivos no sensibles al detonador Nº 8, como el ANFO por
ejemplo, su detonación produce, por deflagración o detonación parcial del explosivo, una
reducción en el volumen efectivo de la carga, afectando la eficiencia del explosivo. Esta
situación se aprecia principalmente en barrenos de bajo diámetro (Ø<102mm) (Escuela de
Ingenieros Militares, 1986, p.98).

En consecuencia de los dos ítems anteriores el cordón detonante no es recomendable para el


cebado inferior recomendándose la iniciación en la parte superior de la columna de explosivo o
del barreno. Sin embargo y como se explicará más adelante, esta afirmación no es definitiva
pues en condiciones especiales es refutable.

En general, el cebado en un barreno puede ser:

En fondo. Debido a que la detonación progresa desde éste hacia el retacado, y que los gases
son confinados un instante dentro del macizo rocoso hasta que son liberados cuando el
retacado es expulsado, se logra una mejor utilización de la energía de explosión, lo que se
traduce en una mejor fragmentación y esponjamiento e incluso un menor nivel de vibraciones
dado que la onda de choque se propaga hacia la parte superior del banco.

Este tipo de cebado resuelve una situación especial en el caso de voladuras de banco, en que,
la rotura a nivel del piso cobra una gran importancia, necesitándose para tal propósito que la
iniciación produzca la máxima tensión, (tensión de pico), que se pueda dar en ese punto. Este
efecto se logra si la iniciación se da en la misma cota del banco y no en el fondo del barreno
aprovechando la detonación simultánea de las dos partes de carga equidistantes de dicho
punto. (Hagan,1974. Citado por ITGE, 1994, p.194) (Figura 3.5).

Este mismo principio es aplicable igualmente en cualquier estrato duro colocando el iniciador
en su punto medio. En barrenos sin sobreperforación el iniciador se debe colocar lo más bajo
posible pero sin llegar a situarlo sobre el detrito de la perforación o sobre el barro del fondo. Lo
aconsejable es colocarlo a una distancia mínima de 4 veces el diámetro del barreno sobre la
base efectiva.

Figura 3.5 Pulsos de tensión registrados en un punto “P” para dos posiciones de
cebado en fondo
En la figura 3.6 se muestra un esquema de cebado en fondo denominado “de seguridad”. Su
lectura es la siguiente: si el cordón “N” de bajo gramaje llega, por cualquier motivo, a fallar,
pasado un intervalo de tiempo, igual al nominal de la serie de microrretardo, se iniciará el
multiplicador situado en cabeza, garantizándose así la tronadura del barreno.

Figura 3.6 Esquema de seguridad con cebado de fondo

En cabeza. En las voladuras en banco donde se emplea este tipo de cebado, una onda de
alta tensión se propaga hacia la zona de la sobreperforación disipándose y desperdiciándose
así su energía. Sin embargo resuelve situaciones en voladuras de recubrimiento, como es el
caso de algunas minas de carbón a cielo abierto. En este caso la energía de tensión puede
ser aprovechada fragmentando la roca entre el fondo del barreno y la parte superior del
carbón, pero no el carbón, especialmente si existe un nivel duro inmediatamente sobre el
carbón, a manera de techo, y/o una zona diferenciada entre el estéril y el mineral.

Si se pretende maximizar la tensión de pico a lo largo de la roca que rodea la columna de


retacado el iniciador en cabeza deberá estar al menos a ¼ de la piedra por debajo del techo de
la carga. Si el explosivo es iniciado con un multiplicador en el punto más alto, la superposición
de tensiones generadas por elementos de carga adyacentes da una resultante menor en
cualquier punto del retacado. Figura 3.7.

La eliminación del escape prematuro de los gases a la atmósfera, con una longitud de
retacado adecuada, mejora la fracturación y el desplazamiento de la roca por la energía de
burbuja. Para cargas alargadas, la eficiencia del retacado con el cebado en cabeza es menor,
pues tanto el material inerte del retacado como la propia roca en la parte alta comienzan a
moverse unos milisegundos, ms, antes de que la zona inferior del explosivo detone. La caída
de presión de los gases es más acusada en columnas largas de explosivo de baja velocidad
de detonación con longitudes de retacado insuficientes o dimensiones de piedra pequeña.

Cuando la detonación llega al nivel del piso, la presión de los gases cae rápidamente desde su
valor más alto, debido al escape de éstos hacia zonas de menor presión. Este fenómeno
produce mala fracturación en el fondo del barreno y especialmente un reducido
desplazamiento de la roca inferior.
Figura 3.7 Diferentes posiciones del iniciador con cebado en cabeza

Cebado Múltiple. Cuando se emplee este tipo de cebado se debe tener en cuenta la ubicación
de los multiplicadores para que, cuando detonen, las ondas de detonación choquen en el
mismo nivel de las zonas duras de la roca o en el piso del banco. (figura 3.8).

Las tensiones que se producen en esos puntos de colisión son un 46% mayor que las que se
obtienen con una iniciación simple. (ITGE, 1986, p.196). Cuando las cargas no presentan
caídas de velocidad, la iniciación múltiple mejora la fragmentación de la roca por la energía de
tensión.

Figura 3.8 Aplicaciones del cebado múltiple en una voladura de banco

Axial. Cuando las columnas de explosivo se inician de forma continua, mediante cordón
detonante, las velocidades de detonación son relativamente más bajas que las del régimen.
Por tanto, este tipo de cebado axial es más efectivo en formaciones rocosas blandas y con
muchas fracturas donde es preferible tener una mayor energía de gases.

Colocación de las Cargas

Se debe entender como la operación completa de colocar una carga en la forma deseada con uno o más
cebos, y dejarlos listos para el disparo.
En general, los explosivos permisibles encartuchados cargados, se detonarán y explotarán
completamente si se cargan de modo adecuado, sin dejar espacios intermedios o material sólido entre
los cartuchos. Es decir, si se observan las condiciones bajo las cuales se cargan los permisibles y se
utilizan procedimientos especiales en el cebado para asegurar la continuidad de la carga, se podrá tener
la certeza que no habrá porciones de explosivo sin detonar.

Se presentan situaciones especiales, por ejemplo, en las minas de carbón donde los barrenos por lo
general son sucios, el acero de barrenación deja cortaduras y polvo fino que los mineros rara vez
limpian, Muchos barrenos se perforan con brocas y gusanos demasiado usados, de tal modo que la
superficie interior queda áspera y de diámetro reducido para permitir un cargado fácil. Si los cartuchos
se cargan uno por uno, pueden empujar las cortaduras frente a ellos y formar un tapón inerte entre
cartuchos sucesivos. En barrenos ásperos y justos es fácil que se atore un cartucho al empujarlo hacia
el fondo del barreno no haciendo contacto con el cartucho que lo precede. Para prevenir estas
separaciones de la carga es aconsejable colocar toda la carga en la boca del barreno, con el cebo
colocado en primer lugar y después empujar el grupo completo hasta el fondo.

El cebado indirecto de la carga es recomendable especialmente para explosivos permisibles. En este


cebado como ya se menciono, el fulminante es colocado en el primer cartucho que entra en el barreno,
con su base apuntando hacia la boca del barreno. En contrate con éste, el cebado directo es aquel en el
cual el fulminante se inserta en el último cartucho que entra en el barreno y su base queda apuntando
hacia el fondo del mismo.

Se considera superior el cebado indirecto por las siguientes razones:

Si el barreno es muy justo, el cebado indirecto permite que toda la carga se retire para limpiar o
rimar el barreno, lo que se hace imposible en el cebado directo.

Después que se ha empujado la carga hacia el fondo del barreno, suele suceder que,
accidentalmente, se jalen los alambres del estopín, bien con el atacador o con la mano. Con el
cebado indirecto éste tirón provoca un movimiento completo de toda la carga en tanto que con el
método directo, puede ocurrir la separación del estopín de la carga, originando una posible falla
parcial en la voladura.

Cuando el taco se atora en el barreno antes de tocar el explosivo, la carga por lo general se retira
intencionalmente, valiéndose para esto de los alambres del estopín, en un esfuerzo por aflojar el
taco. En algunos casos no es posible aflojarlo con este intento, y con el cebado directo el resultado
es la separación del cebo del resto de la carga.

En algunas ocasiones, el barreno es más profundo que la longitud de los alambres del estopón. En
tales casos, el cebado indirecto asegura que el cebo no quede separado del resto de la carga en
tanto que el cebado directo frecuentemente da como resultado que el cebo no llegue a tocar el
resto de la carga.

En la figura 3.9 se ilustran algunas alternativas para el cebado de barrenos.


Figura 3.9 Esquemas de carga de barrenos a cielo abierto y subterráneos

Cargado del Explosivo

Este ítem resultaría tan extenso de explicar como la industria misma de las máquinas especializadas,
por tanto, y dado el alcance del curso, se tratará tan solo superficialmente ilustrando sobre su existencia
y variedad. En la inquietud del estudiante queda su profundización.

Así, cabe tan solo mencionar de procesos manuales en que, para la carga de explosivos encartuchados
es el operario que vierte uno a uno, y con mucha paciencia, la totalidad de los cartuchos en el barreno
ayudado tan solo de un atacador y de su habilidad. Siguiendo en grado de complejidad existen equipos
neumáticos de carga que agilizan este proceso y que dependiendo de la tecnología empleada permiten
incluso incrementar la densidad de llenado.

Básicamente estos equipos neumáticos constan de una recámara tubular con una válvula de compuerta
en cada extremo. Un embudo de carga por donde se introducen los cartuchos, una manguera de
descarga y un conjunto de válvulas neumáticas que rigen su operación. (Figura 3.10) Las mangueras de
descarga son por lo general de plástico flexible y antiestático y su diámetro es función de las
dimensiones de los cartuchos. Algunas disponen en sus extremos de cuchillas que cortan la envoltura
del cartucho, facilitando con esto su compactación en el barreno. El atacado en estas unidades es
manual o bien puede darse acoplando al sistema de cargado uno adicional que ejecute esta labor. Está
mecanización es sobre todo útil en barrenos largos, permitiendo además una carga más uniforme y
regular. La limitación principal de este sistema está basada en la sensibilidad al choque y rozamiento de
los cartuchos y al diámetro de los barrenos.
Figura 3.10 Equipo neumático de carga de explosivos encartuchados (Can Blast Inc)

Para la carga de explosivos tipo ANFO se conocen o se manejan dos sistemas de carga: las cargadoras
neumáticas y los camiones cargadores. El sistema de cargadoras neumáticas se utiliza principalmente
en explotaciones de interior y pequeñas minas a cielo abierto, en tanto que el de camiones cargadores
se utiliza en minería extensa y grandes voladuras de superficie.

En la cargadora neumática, el explosivo es impulsado a través de una manguera antiestática y


semiconductora por medio de aire a presión contenido en un recipiente metálico de cierre hermético. Su
capacidad de carga va desde 100 hasta 750 litros de explosivo y para su transporte va montado sobre
ruedas o sobre unidades móviles como por ejemplo un camión o similar (figura 3.11). Estos equipos son
recomendados para barrenos cuyos diámetros oscilan entre 26 y 150 mm. Su capacidad máxima de
carga varía entre 2 y 4 toneladas. Existen también unas más manuales que pueden ser llevadas por un
solo operario y su capacidad de carga está entre 25 y 40 kg de ANFO.

Figura 3.11 Cargadoras neumáticas para ANFO

En cuanto a los camiones cargadores, figura 3.12, existen dos tipos: los de descarga neumática y los
de descarga por tornillo helicoidal o sinfín. El primero consta de un depósito cerrado de aluminio con
bocas de carga superiores y fondo en forma de “V” para favorecer el descenso del explosivo hacia una
cadena de arrastre, dispuesta longitudinalmente, protegida por unos deflectores también en forma de “V”
pero invertida para evitar que el peso del explosivo, con el depósito lleno, sea soportado exclusivamente
por este sistema de arrastre.
Figura 3.12 Esquema camión cargador

En la parte exterior del depósito se acopla un mecanismo para regular la altura del explosivo sobre la
cadena de arrastre y un cuenta vueltas del rodillo, semejante a un tacómetro, que sirve de motor a la
cadena y cuya velocidad determina la dosificación del explosivo a una válvula rotativa desde la cual el
explosivo es impulsado por aire comprimido a través de una manguera antiestática al interior del
barreno. La manguera de descarga va colocada en la parte posterior del camión con una longitud de
unos 10m, lo que facilita llenar hasta 3 o 4 barrenos desde una misma ubicación cuando el camión se
desplaza entre dos filas de barrenos. Presenta inconvenientes con el cargue de ALANFO por la
segregación del aluminio y del ANFO pesado por su propio peso.

El segundo modelo de camión dispone en la parte inferior del depósito, y longitudinalmente, de un


tornillo helicoidal. Éste tornillo alimenta a su vez a otro vertical que entrega el explosivo en un tercero
pivotante, que con una longitud entre 5 y 6 m, barre un sector circular de 345º , permitiéndose así cargar,
con ayuda de una manguera flexible, barrenos situados en la parte posterior del camión hasta una
distancia de 7m.

De éstos dos sistemas, en los últimos años, se ha preferido el de tornillo sobre el neumático debido
fundamentalmente a: la posibilidad de cargar ANFO pesado, ANFO y ALANFO; mayores ritmos de carga
y; menores pérdidas de nitrato amónico y vapores de la sustancia combustible en la parte alta de los
barrenos.

Adicionalmente a los camiones cargadores existen los sistemas de mezcla y carga que disponen de una
tolva para cada componente, así: una para el nitrato de amonio, otra para el full oil y si se desea una
variedad del ANFO, como el ALANFO o el ANFO pesado, se dispone de una tercera tolva para la
emulsión o para el aluminio. Su operación es relativamente sencilla y consiste en lograr la mezcla de los
componentes en las cantidades requeridas, en el interior del sistema y antes de su vertimiento en el
barreno, por cualquiera de los métodos mencionados anteriormente.

Y finalmente, para la colocación de explosivos del tipo hidrogeles, emulsiones y mezclas de emulsiones
con ANFO se pueden igualmente emplear estos camiones siempre que su fase sólida no supere el 35%
del compuesto, lo que lo convertiría en un compuesto no bombeable. Y para hacerlo se requeriría de
inyectarle un fluido lubricante para disminuir los rozamientos con las paredes de las mangueras. La
cantidad de este lubricante deberá ser la imprescindible y de ser posible que contribuya a elevar la
energía efectiva del explosivo.

Dentro de ésta categoría también existen infinidad de variaciones como de aplicaciones tecnológicas
puedan darse. Básicamente se pueden clasificar en las que además de tener la capacidad de bombeo
también tiene la de fabricar la emulsión explosiva mientras que otros la deben adquirir de una planta fija.
Igualmente sobre estos existen muchas variaciones dependiendo del lugar de aplicación como pueden
ser la profundización de pozos, el avance de galerías, en voladuras de producción y sobre todo en
barrenos tanto ascendentes como descendentes.

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