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L A C A I D A D E ENRON

La Revista Fortune, en su número de abril de 2001, llamó a ENRON (que en ese momento estaba entre
las 17 empresas más grandes de Estados Unidos): “La compañía ‘más innovadora’ de USA”. Seis meses
más tarde, el 2 de diciembre, ENRON se declaró en bancarrota, como resultado de lo que se ha llamado
‘el fraude contable más grande del siglo XX’: 12,000 empleados perdieron su trabajo, y los ahorros para
el retiro de toda su vida porque lo habían invertido en las acciones de ENRON. Otros propietarios de
acciones de ENRON -incluyendo miles de estadounidenses que también habían invertido sus pensiones-
perdieron un total de 10,000 millones de dólares cuando el valor de sus acciones llegó a cero. Dentro de
ENRON, Sherron Watkins, la Vicepresidenta, observó con horror cómo la Compañía que había luchado
por salvar, al denunciar a otros lo que ocurría, de todas formas se desplomaba a su alrededor…

I) Kenneth Lay, un economista y anterior subsecretario del Departamento del Interior de


Estados Unidos, formó ENRON en 1985, diseñando una fusión entre dos grandes empresas de gas
natural cuyos sistemas de tuberías combinados formaron el primer sistema de la nación capaz de
distribuir gas natural a todo el país. Lay expandió ENRON en poco tiempo pidiendo préstamos para
comprar otras empresas, y en 1987 la deuda de ENRON llegaba al 75% de sus acciones, creándose así
un problema continuo. Lay contrató en 1989 al joven graduado de Harvard, Jeffrey Skilling, como jefe
del departamento de finanzas de ENRON.

En ese entonces, el gobierno de Estados Unidos recién había eliminado la regulación del negocio de
energía (‘Ley de Desregulación’), derogando varias normas que mantenían fijos los precios. Al
establecerse las nuevas reglas, los precios del gas comenzaron a fluctuar mucho, haciendo del gas
natural un negocio riesgoso tanto para compradores como para vendedores. Particularmente, los
pequeños productores de gas tuvieron problemas financieros para la exploración y perforación,
porque los riesgosos mercados ahuyentaban a los inversionistas.

Skilling llegó con la idea innovadora de que ENRON fuera un intermediario entre los compradores y
los vendedores, de manera que se reducirían los riesgos que creaba la ‘desregulación’. ENRON
firmaría contratos con los vendedores para comprar su gas durante cierto número de años, a precio
fijo, y después firmaría contratos con los compradores para venderles el gas durante esos mismos
años al mismo precio, más una ganancia que ENRON conservaría. Como estos nuevos contratos (a
largo plazo) fijaban el precio del gas durante varios años, eliminaban el riesgo tanto para
compradores como para vendedores, de forma que ambos grupos comenzaron a comerciar con
ENRON, y en muy poco tiempo se convirtió en la empresa líder en el rentable negocio de la energía.
Skilling formó un ‘equipo de comerciantes’, en su mayoría graduados en Maestrías en Administración
(MBA), que entraron a la empresa con mucha fuerza y con un sistema implacable de calificación que
cada año despedía al 10% de empleados con el desempeño más bajo, y compensaba generosamente
al 10% con desempeño más alto.

Luego Skilling decidió que la Compañía aplicara la misma idea comercial que había desarrollado hasta
a ese momento a otros mercados, y con el tiempo los ansiosos ‘comerciantes’ de ENRON conseguían
contratos de compra y venta a largo plazo para electricidad, carbón, pulpa de papel, aluminio, acero,
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químicos, madera, agua, banda ancha y plásticos; en total 1,800 diferentes productos. Los contratos
de estos bienes también reducían el riesgo fijando el precio del bien durante uno y 12 años.

Para 1990, Skilling había contratado a Andrew Fastow, un genio financiero, para ayudar a manejar el
negocio y los dos tuvieron una idea ingeniosa para reportar el valor de los contratos a largo plazo.
Persuadieron a la ‘Comisión de Acciones y Valores’ de Estados Unidos para que les permitiera usar el
método de contabilidad de "marca a mercado" para estos contratos. Con ese método, el valor de un
activo se "marca" (se ‘reporta’) en los informes financieros de la Compañía como el "valor de
mercado" actual del activo; es decir, la cantidad por la que, en teoría, se vendería el activo en el
mercado abierto. Para calcular el valor de mercado actual de un contrato, los negociantes de ENRON
pronosticaban el precio futuro del activo esencial (gas, electricidad, carbón, etc.) por los años del
contrato. Con este pronóstico, sumaban los flujos de efectivo futuros teóricos del contrato, aplicaban
la tasa de interés y calculaban el valor presente neto del contrato. Este valor presente neto se
reportaba como "valor verdadero". Si dicho valor era más alto que lo que ENRON había pagado
originalmente por el contrato, la diferencia se reportaba como "ganancia" en los estados financieros.
Los negociantes de ENRON estaban presionados para pronosticar flujos de efectivo futuros altos y
tasas de descuento bajas en sus contratos, lo que permitía a ENRON reportar valores de activos
(contratos) altos y ganancias para los inversionistas. En 1996, Skilling obtuvo el cargo de presidente y
jefe de operaciones de Enron, y Fastow se convirtió en el jefe de finanzas.

II) De pronto, ENRON encontró un gran problema. Para entrar a muchos de los mercados donde
comerciaba, tuvo que pedir prestadas grandes cantidades de dinero para comprar la infraestructura
necesaria para transportar, almacenar y distribuir los bienes. Pero si ENRON pedía grandes
préstamos, además de la alta deuda que ya tenía, los compradores y vendedores estarían renuentes
a firmar acuerdos con la Compañía, pues los niveles altos de deuda aumentan la posibilidad de que
pueda fallar. Las deudas altas disminuirían el grado de inversión con los prestamistas y tal vez
provocaría que los bancos reclamaran sus préstamos a ENRON. Para salvar estos problemas, la
empresa tenía que encontrar un acceso al dinero prestado sin tener que reportar la deuda en sus
estados financieros.

Andrew Fastow encontró una manera astuta de salvar el problema de la deuda y, al mismo tiempo,
deshacerse de muchos contratos sobrevaluados en las hojas de balance, mientras obtenía ‘ingresos’
adicionales. Fastow pagó muy bien (varios millones de dólares) por la pericia de un consultor,
proporcionado por Arthur Andersen, y con su experta ayuda, establecieron una serie de ‘sociedades
limitadas’ llamadas "Entidades de Propósitos Especiales" (EPE). Las reglas de contabilidad
estadounidenses permiten a una empresa excluir una EPE de sus estados financieros si una parte
independiente tiene control sobre esa entidad, y si esta parte es dueña de al menos el 3% de ella.
Para cumplir con estas condiciones, Fastow se nombró a sí mismo y a otras personas de ENRON jefes
de las EPE. Después, estos individuos invirtieron suficiente dinero propio en esas Entidades para
satisfacer la regla del 3 %, y finalmente Fastow transfirió suficientes acciones de ENRON a estas EPE
para completar el 97%. Luego esas EPE pedían préstamos por grandes cantidades, usando acciones
de ENRON como colateral. El dinero prestado se pagaba a ENRON para "comprar" los contratos
sobrevaluados en los libros y otras inversiones que no eran rentables, y ENRON podía registrar el

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dinero como "ingresos de ventas" en lugar de deuda. Las EPE también acordaron tomar grandes
cantidades de la deuda existente de la Compañía y, como compensación, ENRON transfería más
acciones a las entidades. Fastow dio nombres poco usuales a las entidades como "Chewco", "Jedi",
"Talon", "Condor" y "Raptor", y él y otras personas de ENRON se pagaron millones de dólares como
salarios e ingresos por su 3 % en esas Entidades.

El resultado final era que las EPE se quedaron con la deuda de ENRON, asegurada por sus acciones, y
también se quedaron con los contratos sobrevaluados y otras inversiones fallidas como "activos".
Como las deudas y activos comprados a ENRON por las EPE no tenían que reportarse en los estados
financieros, los accionistas pensaban que la deuda no aumentaba y que la Compañía había tenido
altos rendimientos por la venta de estos contratos y otros activos de estas Entidades, y que los
ingresos aumentaban cada año. Arthur Andersen, como auditor contable ‘externo’ de la Compañía,
certificaba que los informes financieros proporcionaran una contabilidad precisa de la empresa.

III) Sherron Watkins, una persona honesta, abierta y directa que había comenzado a trabajar en
ENRON en 1993, y que ahora era Vicepresidenta subordinada de Fastow, se alarmó por las prácticas
contables introducidas por éste. Mientras el precio de las acciones de ENRON permaneciera alto, su
valor sería suficiente para equilibrar la deuda de las EPE, y la deuda podía permanecer fuera de los
libros de ENRON. Pero ella sabía que si las acciones bajaban demasiado se iban a activar las reglas
estatales que forzarían a la Compañía a disolver las EPE e incluir la deuda y los activos sobrevaluados
en sus estados financieros.

Por desgracia, en la segunda mitad de 2001, las acciones de ENRON comenzaron a bajar de su punto
más alto de 80 dólares por cada acción; en parte, como resultado de una historia publicada en la
Revista Fortune, que afirmaba que los estados financieros de ENRON eran "casi impenetrables" y que
las acciones estaban sobrevaluadas. Conforme el precio de las acciones declinó, los contadores de
ENRON luchaban para reagrupar la deuda y los activos de las EPE para evitar su inclusión en los
estados financieros de la Compañía. Sherron Watkins estaba horrorizada, tanto por los crecientes
riesgos que creaba la baja en las acciones como por los intentos de Fastow por encubrirlos.

En julio de 2001, cuando los inversionistas comenzaron a dudar y el precio de las acciones bajó a 47
dólares por unidad, Skilling de pronto renunció como presidente y director ejecutivo por "razones
personales". Sherron Watkins, segura de que la compañía se dirigía al desastre total, el 22 de agosto,
personalmente se reunió con Lay y el departamento legal y entregó una carta de seis páginas que
describía las irregularidades contables relacionadas con las EPE y alertaba sobre lo que después llamó
"el peor fraude contable que haya visto". "Estoy increíblemente nerviosa de que vayamos a
desplomarnos en una ola de escándalos contables" escribió. Lay y sus abogados, sin embargo,
decidieron que nada era incorrecto aunque quizá las EPE tuvieran que desmantelarse si las acciones
de ENRON continuaban bajando. Públicamente, Lay anunció a los empleados e inversionistas que el
crecimiento futuro de la compañía "nunca ha sido tan seguro", y alentó a otros inversionistas a seguir
invirtiendo en ENRON. No obstante, Lay y otros ejecutivos procedieron con sigilo a vender gran parte
de sus acciones. Watkins también contactó a un amigo que trabajaba en Arthur Andersen, quien
discutió sus preocupaciones con el jefe de auditores de Andersen que trabajaba para ENRON; pero no
se tomaron las medidas esperadas.
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Mientras Sherron Watkins, desde adentro, intentaba que la compañía hiciera algo, el precio por cada
acción siguió bajando. El 16 de octubre de 2001, ENRON anunció que había decidido recuperar las
deudas y activos de las EPE, forzándose a tomar un cargo de 544 millones de dólares contra sus
ingresos actuales y reducir el valor de la propiedad de los accionistas en 1,200 millones, exactamente
lo que Sherron Watkins había intentado advertirles que ocurriría.

Una semana después, el 22 de octubre, la ‘Comisión de Acciones y Valores’ anunció que estaba
investigando las EPE de ENRON. Al día siguiente Fastow fue despedido. El 8 de noviembre de 2001, la
compañía anunció que era forzada a restablecer todos sus estados financieros desde 1997, como
resultado de la obligación de consolidar sus EPE en sus estados financieros principales. Se esperaba
que la restauración redujera el valor de la propiedad de los accionistas en 2,100 millones y
aumentara la deuda de la compañía en 2,600 millones. Para noviembre de 2001, la acción había
bajado a un dólar y la Compañía cayó en bancarrota.

En febrero de 2002, Sherron Watkins se presentó ante un Comité del Congreso


estadounidense y públicamente reveló todo lo que sabía acerca de las prácticas contables de la
Compañía. Etiquetada como la "denunciante valiente" por la prensa, ella observó que Andrew
Fastow había intentado que la despidieran para tomar su computadora, cuando se enteró de su idea
de advertir a sus superiores de los problemas existentes. Mientras tanto, el personal de Arthur
Andersen, tratando de cubrir su participación en el establecimiento de las EPE y luego certificando los
estados financieros de la Compañía, fue sorprendido triturando documentos relacionados con
ENRON. En junio de 2002, la empresa contable fue declarada culpable de obstruir la justicia por la
trituración de papeles y fue forzada a cesar sus operaciones como empresa de auditoría, destruyendo
las carreras de miles de sus empleados.

Preguntas:

1. ¿Cuáles son los aspectos sistémico, corporativo e individual generados por este
caso?

2. Ciertamente, si el valor de las acciones de ENRON no hubiera bajado, quizá las


EPE hubieran continuado operando indefinidamente. Suponga que las acciones de
ENRON no se caían y que su contabilidad se ceñía a los principios de contabilidad
generalmente aceptados por el Estado; desde su punto de vista, ¿habría algo
incorrecto en lo que la empresa hacía? Explique.

3. ¿A su juicio, quién es (o quiénes son) moralmente responsable(s) del Colapso de


ENRON?

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